REVISTA IBERO-AMERICANA DE PESQUISA EM EDUCAÇÃO, CULTURA E ARTES | #11 | ISSN 1647-0508
La fotografía como forma de conocimiento pedagógico, frente a los otros y
el mundo.
Ricard Ramon
Universitat de València
RESUMEN
El artículo se centra en analizar, a partir de ejemplos de prácticas
pedagógicas en el aula, y de planteamientos teóricos, las posibilidades educativas
de la fotografía, desde una raíz y una práctica esencialmente artística, como
vía para conocer al otro, aproximarnos al conocimiento sensible de otros
seres humanos y su relación con el mundo. Se entiende así la fotografía como
instrumento de mediación artística y simbolizadora de las relaciones del ser
humano con el mundo, como vía de conocimiento y de autoconocimiento a
través de la visualización artística y simbólica y como práctica de transformación
y cambio social.
Palabras clave: fotografía, educación artística, experiencia fotográfica, práctica
fotográfica.
ABSTRACTT
The article focuses on analyzing, based on examples of pedagogical
practices in the classroom, and theoretical approaches, the educational
possibilities of photography, from a root and an essentially artistic practice,
as a way to know the other, to approach sensible knowledge of other human
beings and their relationship with the world. Photography is understood as an
instrument of artistic mediation and symbolizing the relationships between
human beings and the world, as a way of knowing and self-knowledge through
artistic and symbolic visualization and as a practice of transformation and social
change.
Key words: photography, artistic education, photographic experience,
photographic practice.
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La fotografía ha sido, desde su invención, una
tecnología que ha transformado la forma que tenemos de
visualizar, relacionarnos y entender el mundo. Las imágenes
que construye son ahora el principal relato que existe
para esa interpretación mediática y mediada del entorno,
incluso en el presente de las sociedades tecnológicas, se ha
convertido en una vía de visualización del propio discurso
identitario y de la manera en la que nos construimos y nos
presentamos frente al otro.
Históricamente, la fotografía había sido concebida
como un recurso de captación de un fragmento de la
realidad, y se le atribuía un determinado carácter objetivo,
que lógicamente muchos autores contemporáneos
se han encargado de desmentir de forma categórica,
siendo entendida como ese instrumento de creación de
testimonios, de hechos, acontecimientos y de la propia
naturaleza, un aspecto que sige vigente hoy en día, no cabe
olvidarlo tampoco.
La cámara se construyó basándose en los
principios renacentistas, lo cual explica por
qué, hasta la invención de la digitalización,
las fotografías han desempeñado roles de
carácter forense. La cámara era lo mismo
que un testigo presencial. Luego, si uno
tenía como meta el embellecimiento,
estaba obligado a embellecer el objeto
de la fotografía para después registrarlo,
cosa que en parte hizo Mapplethorpe
mediante sus luces y sus sombras (Danto,
2005:131).
No tengo una visión de la fotografía que parte
de una única interpretación o propuesta teórica, creo
que podemos alimentarnos de todas ellas para nuestros
propósitos pedagógicos, empezando por la propia semiótica,
una de las disciplinas sin duda más interesadas en el lenguaje
fotográfico, y que entiende que: “una fotografía será un
habla de la misma manera que un artículo de periódico,” en
palabras del mismo Roland Barthes (2005:200).
Si vamos un poco más allá en este breve proceso
de reflexión introductoria y recurrimos a las visiones de la
fotografía que bajo mi punto de vista se vinculan de una
forma inmediata con las propuestas educativas que planteo
en este texto realizadas con mi alumnado el texto de Philippe
Dubois extraído del magnifico libro El acto fotográfico y
otros ensayos, que citamos a continuación, representa de
forma resumida las distintas posiciones de acercamiento
hacia la experiencia fotográfica. Dice así:
¿Como afecta la cuestión de la Mimesis
este cuestionamiento frente a la imagen
fotográfica? Más exactamente, ¿qué
ocurre a partir del momento en que “la
fotografía no “reproduce ya el mundo tal y
como se lo percibe, sino que lo “inventa”,
que nos muestra cosas que en su principio
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El otro y el yo frente a la cámara
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están fuera de la referencia a nuestra
percepción del mundo? La vieja noción
de semejanza (Mimesis), que era todavía
superponible a la noción de índice, ¿sigue
siendo un criterio combinable con la
imagen-ficción? Y, sobre todo: ¿a qué
precio, mediante qué cambios?
Como vemos, está claro que las teorías
de los mundos posibles y el criterio
de fictividad de la imagen fotográfica
contemporánea debían reunirse de
manera muy significativa, productiva y
por así decirlo inevitable. Esta conjunción
da paso globalmente a campos teóricos
nuevos (por lo menos en el campo de
los estudios fotográficos) o a horizontes
de pensamiento potencialmente muy
amplios como por ejemplo el de la verdad
de la ficción: mundo de la ficción vs.
ficción del mundo; posible vs. plausible;
creencia vs. credibilidad; autenticidad vs.
refutabilidad: etcétera (Dubois, 2015:31).
Utilizar la fotografía como recurso educativo,
es una práctica habitual, pero este uso, se ve restringido
normalmente a entenderla como un medio para la ilustración
de conceptos o ideas, para acompañar una información,
servir de testimonio de un hecho o acontecimiento,
clasificar o jerarquizar elementos de la naturaleza de forma
sencilla, o usos similares. Todos ellos, entre muchos otros
conocidos, tienen en la imagen visual y la fotografía a un
medio complementario, pero en ningún caso utilizan la
propia práctica fotográfica o el análisis visual y la creación
de narrativas visuales, como foto ensayos y otras prácticas
derivadas como un medio educativo en sí mismo.
En este texto y en los proyectos y las prácticas que
se describen, la fotografía se entiende como una vía de
conocimiento en sí misma. Un proceso de experimentación
educativa cuyo objetivo esencial es aprender a través
del ejercicio de visualización creativa que la fotografía
nos ofrece. La fotografía es un poderoso estimulante del
pensamiento creativo y narrativo, un medio que está
profundamente imbricado en la contemporaneidad y,
cada vez más, asociado a la propia construcción del relato
biográfico personal, de la aproximación a los otros y del
conocimiento sobre los otros.
No es nuestro papel en este texto, hacer una
descripción analítica de la forma en la que la fotografía
influye, especialmente a partir del uso y su integración en
las nuevas tecnologías y como consecuencia en el propio
desarrollo de la vida cotidiana, pero es un hecho esencial
de la vida social contemporánea. La presencia de la
fotografía en la vida cotidiana a través de las redes sociales,
vinculada siempre a su uso masivo en la fotografía digital
con el teléfono móvil como medio más habitual, tanto de
realización como de observación de fotografías, ha supuesto
muchos cambios, tanto en la propia forma que tenemos de
visualizar el mundo, de visualizarnos a nosotros mismos y de
relacionarnos con los demás.
Personalmente, soy profundamente crítico con
el uso y abuso de este tipo de prácticas y tecnologías, que
generan una forma de relación que entiendo deshumanizada
y alejada del desarrollo de lazos y afectividades personales
mucho más fuertes y necesarias, en nuestras relaciones
sociales. El uso de este tipo de fotografía pasa por la de
un mero consumo de necesidades rápidas, muy rápidas,
inmediatas. La inmediatez, y por tanto, la falta de observación
profunda, la falta de análisis y evidentemente, la falta de
una mirada poética, en el sentido de búsqueda de una
experiencia estética, son algunas de sus características más
notables. Un tipo de acercamiento a las tecnologías, que,
en la mayoría de los casos, nos alejan de vivir experiencias
de intensificación emocional y de conocimiento real del
otro y de los otros, y nos dejan en un mero conocimiento
superficial, confuso y vacío de contenido, a la vez que tan
pasajero y efímero, que no produce efecto de transformación
real de ningún tipo de conocimiento.
No se trata de valorar que estas tecnologías,
con la fotografía como base esencial de comunicación e
interpretación de su medio, son algo nocivo en sí mismo,
sino más bien en el uso habitual que se suele dar de las
mismas y especialmente en el abuso que lleva a situaciones
tan absurdas como las de aquellos que ya solo ven los
acontecimientos y experiencias de su vida a través de las
fotografías de esta. Frente a una experiencia real necesitan
la captura del acontecimiento, porque solo buscan el
registro público de sus experiencias, experiencias que por
otra parte no pueden vivir intensamente, porque están
demasiado ocupados en registrarlas, dar cuenta inmediata
de ellas a través de las redes sociales, y constatar de forma
permanente las repercusiones públicas e instantáneas de
sus fotografías en los demás a través del recuento constante
de likes, comentarios y otro tipo de feedbacks. Todo ello
sucede casi a tiempo real mientras los acontecimientos
y las personas que se tienen delante, junto a, pasan a un
segundo plano, se desdibujan se pierden y quedan fuera de
foco, un foco falso, absurdo, vacío, carente de generación de
conocimiento profundo.
El fotógrafo o la fotógrafa visualizadores, son
aquellos que utilizan la fotografía como forma de entender
el mundo, a los demás y a sí mismos, y de proponer
alternativas creativas y poéticas a esa forma de visualizar
y de relacionarnos con el mundo y con los demás. Hay
una diferencia sustancial frente a los usos fotográficos
descritos anteriormente, que solo buscan la captura. Para
el visualizador, la fotografía se convierte en una vía de
exploración de la realidad del mundo, una oportunidad
que le fuerza a buscar, a observar con ojos diferentes, con
una mirada más afectiva y empática hacia todo aquello que
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Aunque mi propuesta no entiende la acción
fotográfica como una terapia, tal y como propone David
Viñuales (2015:49), estoy completamente de acuerdo
con la importancia que para él, y para mi, tiene el acto
fotográfico más que la propia fotografía consecuencia del
mismo: “Sobre las imágenes se ha hablado mucho, y no
tanto sobre la práctica fotográfica, que de forma evidente
ayuda en la producción de imágenes. Esta producción
se puede considerar como un proceso de comunicación
interna respecto al mundo, por medio de las propias
representaciones.” Bajo mi perspectiva de formador de
docentes y profesional de la educación, hay que ir un paso
más allá y llevar la fotografía a una dinámica de creación de
experiencias de conocimiento.
Cuando hablo de conocimiento, no estoy
hablando de acumulación de saberes, sino de asimilación
profunda de experiencias, de intensidad de sentimientos,
de comprensión de los otros y del mundo integrados en
nuestra propia vivencia. La práctica de la fotografía como
una vía de visualización, no de registro, ni de testimonio,
ni de constatación, ni mucho menos de construcción de un
discurso social mediatizado, se establece como una forma
de aprender el mundo y de aprender del mundo, a partir de
la experiencia de acercamiento a ese mundo y las personas
que forman parte del mismo.
mucho más allá, como producto de nuestro pensamiento y
como consecuencia de una acción, interacción y experiencia
dinámica con el mundo del que extraemos ese fragmento
visualizado que representa la fotografía creativa.
No debemos descuidar tampoco, la necesidad que
existe de educar visualmente dentro de los parámetros
de la cultura visual convencional, en un mundo dominado
y mediatizado en gran parte por el uso, incluso abuso de
la fotografía como recurso de comunicación simbólica e
identitaria, ya que como muy bien argumentan Walker &
Chaplin (2002:153)
Se
piensa
que
las
imágenes
-especialmente las fotografías- son más
universales y más fáciles de asimilar
que las palabras en un mundo con seis
mil idiomas. Algo de verdad hay en este
punto de vista, pero del hecho que las
personas puedan ver una imagen no se
desprende automáticamente que puedan
comprenderla. Ello es debido al uso de
códigos, convenciones y símbolos en la
creación de artefactos visuales que pueden
no ser conocidos por los observadores,
y por que los espectadores pueden no
tener el conocimiento contextual -cultural
e histórico- que generalmente se precisa
para poder captar el tema y el contenido
de las imágenes.
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mira. Se requiere observación profunda, entendimiento
del entorno, de lo que acontece, de lo que se está
experimentando.
Además, esta propuesta se centra en un uso
creativo, artístico de la fotografía, que la lleva a una
dimensión más simbólica, poética, estética, ya que
entendemos que los lenguajes artísticos contribuyen de una
forma notable al aprendizaje del entorno. Una fotografía
poética, una buena fotografía que presente un punto de vista
o una situación inusual, entre otros ejemplos, nos ofrece
una aproximación diferente, no testimonial ni informativa,
sino creativa, estimulante y que nos fuerza a pensar en
aspectos relacionados con ese entorno, objeto o persona
fotografiada de una manera diferente. Esta acción pensante
a partir de la imagen fotográfica nos lleva a un tipo de
conocimiento sensible que parte de la imagen pero que va
Ciertamente, las imágenes requieren de una
alfabetización visual y del conocimiento de una serie de
códigos visuales específicos, no obstante, en nuestras
prácticas con finalidad pedagógica, tendemos a interpretar
las imágenes, e insistimos, el propio acto fotográfico,
como una experiencia de aprendizaje personal, sobre
uno mismo, sobre los demás y sobre el mundo. De esta
forma, entendemos que la construcción de significados
y aprendizajes de una imagen no es unidireccional, sino
múltiple y diversa, y que por tanto no existe un único
significado a desvelar, sino múltiples caminos para descubrir
verdades en nosotros sobre el mundo y sobre los demás,
especialmente si incorporamos la experiencia de la
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práctica fotográfica, dentro del conjunto integral del hecho
fotográfico.
La necesidad de visualizar las prácticas pedagógicas desde
la fotografía
Siguiendo con este hilo conductor, uno de los
aspectos esenciales en la utilización de la fotografía bajo un
prisma didáctico y de apoyo a la investigación y a la docencia
educativas, estriba en la visualización y documentación
de las prácticas docentes a partir del recurso visual de las
imágenes fotográficas. Es importante resaltar, que nuestra
aproximación a la fotografía en este sentido se centra sobre
todo en la construcción de una narrativa visual de lo que
acontece en el espacio del aula, más que en la simple y mera
documentación.
Es decir, entendemos la fotografía como un
medio de investigación visual de lo que acontece en el
aula, con un fin que va mucho más allá del puro registro
de acontecimientos pedagógicos. En nuestro caso, la propia
fotografía y el propio acto del ejercicio fotográfico forman
parte esencial de la práctica educativa, y se integran como
ejercicio de investigación activo, en el flujo de las narrativas
docentes que acontecen entre profesorado y alumnado y
entre el propio alumnado entre sí. El profesor se integra
en las prácticas docentes que se proponen con su cámara,
lo que le confiere un mayor grado de implicación en el
trabajo, al tiempo que se interroga así mismo a partir de las
imágenes construidas, y se puede establecer un posterior
debate con el alumnado respecto a los resultados de cada
ejercicio pedagógico visualizado, a partir de las fotografías.
En todos los casos en los que se utiliza la fotografía
como un elemento formal para el desarrollo de una
visualización de las prácticas del aula, que tiene como
objetivo el análisis posterior conjunto de las imágenes y
la propia necesidad de visualizarse en su trabajo, aporta a
los alumnos informaciones muy relevantes, sobre como se
posicionan frente al entorno de trabajo, frente a las demás
personas que son sus propios compañeros y compañeras,
frente a los objetos que forman parte de un entorno
educativo, etc. Todo ello construye una serie de relaciones
que, si son visualizadas con el recurso de la fotografía, nos
llevan a un proceso de aprendizaje compartido sobre todos
estos elementos complejos, mucho más profundo, del que
se produce con la simple realización de cualquier práctica
educativa no visualizada.
doy cabida, especialmente a aquellos trabajos y proyectos
que tienen la fotografía como base y el desarrollo de una
práctica educativa como objetivo. Siempre utilizando y
entendiendo la fotografía como un recurso activo al servicio
de prácticas artísticas y educativas. Es necesario insistir en
El proyecto que da inicio incluso a la propia web,
es el de Maneras de hacer mundos, sobre el que se han
desarrollado varias líneas de investigación y textos, aún
inéditos y en proceso de publicación en estos momentos.
Se trata de un proyecto centrado en la construcción, desde
las prácticas y acciones performativas, de una serie de
visualizaciones sobre el cuerpo, en relación con el entorno
educativo y las posibilidades creativas con las que poder
interactuar con dicho entorno.
Otra de las secciones fijas en permanente
actualización es la de las Foto Narrativas para el Aprendizaje
Estético. Este proyecto parte de la idea de que el aprendizaje
se produce en la visualización de entornos particulares,
en las condiciones creativas en las que generamos esa
visualización y que parten de una experiencia estética, de
un encuentro con un entorno complejo, para nosotros y
nuestra experiencia con el mismo, y de una más todavía
compleja visualización.
A partir de estos parámetros, visualizamos para
aprender, para aprendernos, y construimos relatos visuales
como formas de conocimiento y de autoconocimiento. Mi
objetivo como investigador visual, es siempre el componente
educativo, el que nos provoca creación de conocimiento
a partir del lenguaje artístico. Este proyecto utiliza la
técnica del foto-ensayo, para ir construyendo relatos y
narrativas visuales, resultado de un proceso de experiencia
e interacción con fragmentos del mundo que, a su vez, una
vez visualizados, nos construyen nuevos relatos imaginados
del mismo, sobre el que aprendemos. Ello genera una
retroalimentación permanente, partiendo del acto de la
experiencia fotográfica en sí misma, y continuando con los
procesos posteriores de reflexión y análisis permanente que
permite su presencia en la web.
Una web como instrumento de investigación visual
La web constituye un recurso fundamental de
apoyo y amplificación de toda práctica docente, porque
nos permite llevar el proceso de aprendizaje y la relación
con nuestro alumnado, más allá de los límites de los muros
del aula. Por ejemplo, facilita el trabajo colaborativo y
la interacción entre alumnos de diferentes grupos, que
no tienen relación en el aula, permite la participación de
personas ajenas a la propia aula y dota a los proyectos y
las actividades educativas, de permanencia en el tiempo,
constituyendo una base de datos de consulta abierta y de
reflexión constante y en transformación.
Todas estas prácticas y propuestas de investigación
y mediación artística y educativa a través de la fotografía son
centralizadas en un proyecto más permanente a través de la
página web creada a tal efecto http://culturavisual.cc. Este
espacio web está divido en diferentes secciones en las que
Todos los proyectos tienen como base la
investigación artística y educativa basada en la fotografía.
A continuación, voy a describir algunos de los proyectos
abiertos y que se pueden consultar, incluso participar en
algún caso, de forma abierta, con aportaciones visuales, más
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Los diálogos visuales como herramienta educativa de
pensamiento y transformación.
El trabajo con diálogos visuales tiene precedentes
en el mundo de la educación artística, especialmente a
partir de los trabajos y los proyectos desarrollados por los
compañeros del grupo de investigación de la Universidad
de Granada Educación Artística y Estética en Artes Visuales,
pioneros en este tipo de proyectos y de investigaciones
basadas en la imagen visual.
En el proyecto, iniciado durante el curso 20172018, se parte de la propuesta lanzada a los alumnos, de
establecer, desde la investigación del entorno mediático y
sociocultural en el que los alumnos trabajan y viven, una
serie de diálogos, basados en fotografías siempre realizadas
por ellos, como única condición limitante. Siguiendo el
espíritu de entender la fotografía como acto y experiencia
educativa y no solo las imágenes producidas por la misma o
producidas por otros.
El proceso parte de las propuestas de inicio
de un diálogo visual que en la mayoría de los casos es
consecuencia de una imagen del alumnado que participa,
y que en otros casos es iniciado por mi mismo, con una
imagen para estimular la continuación de los diálogos. En
la actualidad la web cuenta con varios diálogos abiertos y
en construcción todavía en este momento. Se establece
siempre la fecha de inicio y la fecha de cierre del diálogo,
teniendo como periodo de apertura de respuestas entre
8 y 12 meses aproximadamente. El hecho de que cierre
un diálogo, implica que la conversación visual se da por
finalizada, y se puede optar a abrir un nuevo diálogo, para
construir nuevas relaciones.
Mientras los diálogos visuales están vivos y
abiertos, generan una serie de experiencias y oportunidades
de aprendizaje constantes y muy dinámicas. El alumnado
consulta de forma habitual el espacio web en busca de
respuestas o imágenes que les estimulen para poder generar
una respuesta. A partir de ahí, se produce un proceso de
activación de pensamiento para generar esa respuesta visual
acorde a la imagen anterior y que permite una interacción,
una relación, un diálogo, utilizando exclusivamente el
recurso de la imagen, sin más justificación que ella misma,
junto al resto de fotografías que forman parte del relato
común construido. Ello constituye la creación de un trabajo
compartido, utilizando las herramientas que nos ofrecen las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación y
haciendo efectivo ese concepto de aula ampliada que nos
permiten las mismas, llevando la colaboración y el trabajo
de aprendizaje a la vida cotidiana del alumnado.
Los diálogos se integran en esa vida cotidiana de
cada uno de los participantes, casi de una forma lúdica, lo que
los lleva a pensar y repensar el entorno de observación de
sus propias vivencias en busca de una respuesta a la imagen
que les ha estimulado y sobre la que quieren responder.
Esa búsqueda produce una activación del pensamiento y
un trabajo de observación consciente de la realidad y del
mundo, que es donde sienta sus bases educativas como
proyecto.
Yo y el mundo mediados por la fotografía a través del fotoensayo como práctica de aula
Interpretar el mundo simbólicamente es una de
las vías esenciales del aprendizaje. Aprendemos a partir
de nuestra observación del mundo, desde muy pequeños,
vamos forjando nuestra capacidad para establecernos en
el mundo y nuestra forma de posicionarnos y ser nosotros
mismos, a partir de un ejercicio de observación permanente
de todo el entorno que nos rodea. La fotografía, entendida
como una experiencia de aproximación al mundo con
una finalidad de aprendizaje, se nos muestra como un
aliado natural en nuestro proceso de integrar el mundo en
nosotros de una forma mucho más consciente, reflexionada
y meditada.
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adelante me centraré en explicar algunas de las implicaciones
prácticas que tienen estos proyectos elaborados dentro del
aula y en colaboración con el alumnado del curso 20182019. Ello supone una primera aproximación analítica de
estas experiencias educativa, que en posteriores trabajos se
analizarán con más detalle, valorando sus resultados de una
forma más concreta y precisa.
Como parte de este proceso de reflexión
consciente del mundo, utilizando la fotografía como recurso,
establecimos una práctica de aula con el alumnado del
Máster de Profesorado de Educación Secundaria partiendo
de una experiencia de deriva fotográfica sobre el propio
entorno, para elaborar, a partir de ella, una foto ensayo
reflexivo y analítico compuesto por diez fotografías propias,
consecuencia de esa experiencia de deriva. La necesidad de
limitar el foto-ensayo a diez fotografías, responde por una
parte a forzar la capacidad de síntesis visual del alumnado
que, acostumbrado a los medios digitales, que en muchas
ocasiones llevan a una captura indiscriminada de imágenes.
De esta forma se trabaja la búsqueda de criterios visuales a
la hora de seleccionar una serie de imágenes y no otras y a
reflexionar respecto a la contaminación visual producto de
la elevada producción de imágenes propias que tendemos
a almacenar en nuestros ordenadores y en la mayoría de
los casos, olvidar para siempre en el cementerio digital del
olvido de nuestros discos duros.
Otro aspecto fundamental que forma parte de
esta experiencia y práctica pedagógica es la de limitar
la construcción del foto ensayo a la de la práctica de una
deriva fotográfica por el entorno de la ciudad, partiendo
desde el mismo punto y realizada a la misma hora por
cada grupo de alumnos. Esta condición que implicaba un
punto de origen y un tiempo máximo de dos horas para su
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desarrollo permite varias cosas que suponen un proceso de
reflexión y aprendizaje consciente muy elaborado. El hecho
de que todas se muevan, aunque libremente, por el mismo
entorno y en las mismas condiciones y horarios, nos ofrece,
a partir de la narrativas y puesta en común posterior de la
experiencia y de los resultados expresados en cada una de
las propuestas de los foto-ensayos, diferentes visiones y
perspectivas de un mismo tiempo cronológico y de lo que
sucede a la vez en un entorno muy próximo, mediatizado
por las miradas y la visualización de diferentes personas en
ese lapso y espacio temporal y geográfico.
Este aspecto nos muestra visiones muy enriquecidas
y enriquecedoras que se retroalimentan unas a otras,
generando un aprendizaje compartido de distintos niveles.
Por una parte, analizar las diferentes narrativas, producto de
las visualidades generadas por cada alumno, confrontadas
unas con otras, permite aprender no únicamente a través
de la experiencia propia generada a través de la deriva de
observación y análisis del entorno cotidiano sino, además,
aprender a través de las diferentes miradas y narraciones
construidas por todos los demás participantes, en la fase
de puesta en común. Incluso en algunos casos, se dieron
las circunstancias de compartir la propia experiencia de
la práctica de la deriva, como una alumna que decidió
convertir a su propia compañera y su experiencia de deriva
fotográfica, en el motivo de su propio trabajo.
Esto generó un cruce de relaciones muy particular
e intenso, cuando se expuso el resultado del trabajo de
ambas, que no dejaba de ser un trabajo independiente,
pero que se complementaba de una manera especial,
construyendo dos narrativas visuales muy próximas entre sí,
pero a la vez tremendamente dispares, tal y como somos las
propias personas que convivimos, unas juntas a las otras, y
construimos percepciones y construcciones del mundo muy
diversas, incluso de la misma experiencia compartida.
Entre los foto ensayos que han elaborado y
presentado los alumnos en esta primera fase del proyecto,
y que se pueden visualizar todos ellos en la web www.
culturavisual.cc en el apartado Foto Ensayos, destacan varias
vías de trabajo o tendencias de construcción de relatos
visuales, más allá de los ya reseñados, que denotan las
diferentes formas de enfrentarse a un mismo problema que
tenemos las personas y de construir relatos diferenciados,
aunque curiosamente, en muchos casos, con características
comunes.
Existe en muchos de los trabajos fotográficos
presentados, la necesidad de recurrir a la palabra escrita,
de hecho, se muestra como una constante en gran parte
de ellos, lo que nos muestra la completa dependencia
que seguimos teniendo hacia el lenguaje escrito como
vehículo dominante en el intercambio de significados y
relatos, incluso entre alumnado especialmente entrenado y
acostumbrando al ámbito de la imagen, la mayoría de ellos
graduados en Bellas Artes o disciplinas afines. Se busca el
apoyo en el texto escrito, que sigue siendo muy abundante
en el universo visual de cualquier entorno urbano
contemporáneo, para elaborar significados supuestamente
más complejos, pensando que la sola imagen en sí misma
resulte insuficiente o requiere de un apoyo textual.
Hay que tener en cuenta, que a diferencia de
algunas otras experiencias o propuestas que trabajan con
el foto ensayo como recurso, se permite o se utiliza el
apoyo textual, la necesidad de una explicación escrita que
acompaña y complementa la narrativa visual, entendiendo
que las imágenes fotográficas en sí mismas, no tienen
la entidad suficiente para construir un discurso propio
suficientemente inteligente. Este hecho puede deberse o
bien al sobre entendimiento de la falta de recursos visuales,
en el ámbito de la lectura de imágenes, y por tanto en el
ámbito de la cultura visual, de los supuestos receptores
de las imágenes o bien al hecho de que el autor necesita
que su discurso se entiende de una manera muy concreta y
no está dispuesto a dar lugar a múltiples relatos y lecturas
derivadas de su trabajo, que probablemente serían mucho
más enriquecedoras y provocarían aprendizajes múltiples
vinculados a diferentes experiencias en el receptor.
Otro grupo de trabajos, plantea un acercamiento
al microcosmos urbano, y centra su atención en el análisis
de pequeños fragmentos del micro mundo de las urbes,
mostrando una dimensión visual a la que no estamos
acostumbrados a visualizar o interpretar, como es la de
aquellos elementos minúsculos, que a través de la cámara y de
las tecnologías y los objetivos macro, descontextualizamos,
fragmentamos y sobredimensionamos visualmente para
construir una imagen que nos permite enfrentarnos al valor
de un mundo que convive y forma parte del nuestro. El
relato de estos entornos construido desde el foto ensayo,
nos permite cuestionarnos aspectos relativos a nuestro
lugar y papel en el mundo, frente a otros mundos que
habitualmente ignoramos, y se convierten en metáforas de
mundos invisibles que preferimos no ver.
Algunos otros trabajos, plantean visiones más
atrevidas y provocadoras y sitúan su objetivo frente a las
acciones de las personas que viven y se mueven alrededor
del entorno sobre el que han trabajado, integrando la vida
cotidiana como elemento vivo y de acción constructor
de relatos visuales en los que el alumnado reflexiona con
su mirada crítica. Las problemáticas sociales presentes
en la calle, desde los comercios cerrados por la crisis, a
determinados anuncios vinculados a conocidas estafas a
trabajos con un componente más estético o de búsqueda
de efectos plásticos y relaciones artísticas presentes en los
detalles más insignificantes, son algunos otros ejemplos
que podemos extraer, en esta primera aproximación al
desarrollo de esta actividad académica.
Yo aprendo e interpreto el mundo visualmente para
cambiar y cambiarlo
¿Cómo puede la fotografía estar al servicio de un
cambio y transformación, integrada dentro de una práctica
de aula? Como ya hemos mencionado, se trata de entender
la fotografía como una experiencia vinculada al aprendizaje
del entorno y de los demás seres humanos que nos rodean.
Obviamente también es útil como un proceso de aprendizaje
y de construcción identitaria de uno mismo, a partir de
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Coincido plenamente en las reflexiones del profesor
René Rickenmann cuando afirma, en referencia al análisis
de otro proyecto que utiliza la fotografía también como un
recurso didáctico y una forma de creación de conocimiento:
En este proyecto, la fotografía no es
válida en sí misma, es un ámbito para el
desarrollo de la experiencia de los sujetos
participantes. Al mismo tiempo, y esa es
una de las características del paradigma
histórico-cultural,
las
experiencias
potenciales se realizan a partir de
prácticas y objetos fotográficos concretos
y en situación que, como sustento a la vez
material y simbólico, son las herramientas
que transforman las relaciones de los
sujetos con el mundo y con ellos mismos
(Rickenmann, 2008:178-179).
Es decir, en todos los proyectos que hemos
presentado y con los que trabajo como finalidad didáctica,
la fotografía se articula como un medio al servicio de un
proceso educativo de transformación, de cambio. Tanto las
imágenes fotográficas producidas, el proceso de selección,
análisis, discusión, discriminación, y especialmente el acto
fotográfico se construyen como un discurso transformador
que parten de la interpretación del mundo para su
comprensión.
Referencias
Barthes, R. (2005). Mitologías. Madrid: Siglo XXI.
Danto, A. (2005). El abuso de la belleza. Barcelona: Paidós.
Dubois, P. (2015). El acto fotográfico y otros ensayos. Buenos
Aires: La marca editora.
Rickenmann, R. (2008). Arte, patrimonio y experiencia
estética. Hacia una reconcepción de las enseñanzas
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REVISTA IBERO-AMERICANA DE PESQUISA EM EDUCAÇÃO, CULTURA E ARTES | #11 | ISSN 1647-0508
un ejercicio de auto observación y análisis consciente del
propio yo, con relación a los demás y al entorno que habita.
Pero se trata siempre de una comprensión del
mundo ligada a la propia biografía tanto del que ejecuta
la acción de la toma de fotografías como del que recibe,
como receptor, la experiencia de la práctica fotográfica
de otro. Lógicamente, la misma persona actúa también a
la vez en esos dos roles cuando actúa como fotógrafo, y
posteriormente como receptor de su propio trabajo. Dos
vías complementarias y que se retroalimentan de forma
constante.
Es decir, tanto la experiencia fotográfica como el
acto de recepción, deben ser vinculados a la persona, a
su construcción identitaria, en aras de articular algún tipo
de transformación personal, a partir de esa experiencia
fotográfica. Su visión del mundo, de los demás y del entorno,
debe ser transformado, asimilando nuevos conocimientos
y generando nuevas acciones para que ese proceso
transformador no se detenga. Se entiende así la fotografía,
si se desarrolla como ejercicio visualizador, como acción
pensante, y por tanto como ejercicio pedagógico, como un
proceso dinámico y constante vehículo de transformaciones
personales y en consecuencia articulador también de
transformaciones sociales y de nuevas relaciones humanas.
Janeiro 2019 | La fotografía como forma de conocimiento pedagógico, frente a los otros y el mundo | Ricard Ramon |27