mediaciones
Nº14 ISSN 1692-5688
ENEro - JuNIo 2015
MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA:
LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE
DATOS
CITIZENS’ MEDIA MEETS BIG DATA:
THE EMERGENCE OF DATA ACTIVISM
Páginas:
10-26
Recibido:
10 de noviembre de 2014
Aceptado:
22 de febrero de 2015
Stefania Milan
s.milan@uva.nl
Profesora asistente de New Media and Digital
Culture de la universidad de Amsterdam. Doctora
en Ciencias Politicas y Sociales del Instituto
universitario Europeo.
Miren Gutiérrez
miren@mirengutierrez.com
universidad de Deusto, España. Directora del
Programa de Experto en Análisis, Investigación y
Comunicación de Datos y profesora de Estudios
de la Comunicación de la universidad de
Deusto, España. Magister en comunicación de la
universidad de Navarra y candidata a doctora con
una tesis sobre activismo de datos.
la investigación de la que deriva este
artículo fue financiada parcialmente
por una Starting Grant del european
research Council con Stefania Milan como
investigadora principal.
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Stefania Milan - Miren Gutiérrez
MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA: LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE DATOS
Resumen
Los big data representan nuevos retos y
nuevas oportunidades para la ciudadanía.
Las prácticas del “activismo de datos” surgen
de la intersección de las dimensiones social
y tecnológica de la acción humana, por
la cual la ciudadanía adopta una postura
crítica hacia los big data, que se apropia y
manipula para hacer campaña y promover
el cambio social. Este artículo teórico explora
el surgimiento del activismo de datos como
una realidad empírica y una herramienta
heurística para estudiar cómo la gente se
relaciona políticamente con los big data.
Ponemos en contexto este concepto a través
de una revisión de literatura académica y
ofrecemos una definición del activismo de
datos, así como una agenda tentativa para su
estudio. Argumentamos que el activismo de
datos representa una nueva forma de medio
ciudadano que coloca en su mismo centro
una aproximación crítica hacia los big data.
Palabras clave
Big data, activismo de datos, ciudadanía,
cambio social.
Abstract
Big data presents citizens with new challenges
and opportunities. ‘Data activism’ practices
emerge at the intersection of the social and
techsnological dimension of human action,
whereby citizens take a critical approach to
big data, and appropriate and manipulate
data for advocacy and social change. This
theoretical article explores the emergence
of data activism as an empirical reality and
a heuristic tool to study how people engage
politically with big data. We ground the
concept on a multidisciplinary literature
review, and offer a situated definition of data
activism and a tentative agenda for its study.
We argue that data activism represents a
new form of citizens’ media that has a critical
approach to big data at its core.
Key words
Big data, data activism, citizienship, social
change.
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“Vivimos una época en la que estamos rodeados de datos. Los gobiernos de todo el mundo están abriendo sus almacenes de datos y
permitiendo que cualquiera acceda a ellos”,
explica Simon Rogers, editor del Guardian Datablog. Efectivamente, estamos viviendo tiempos de abundancia de datos. Enormes bases de
datos se generan continuamente y son automáticamente recogidas y depositadas gracias
a una variedad de tecnologías, como sensores
aéreos, ubicuos aparatos móviles, y lectores de
identificación por radiofrecuencia. Mientras
navegamos por el ciberespacio, nuestras actividades dejan huellas de lo que hacemos en
una miríada de metadata y registros almacenados por los proveedores de servicios de comunicación. La habilidad de generar cada vez
más datos y darles sentido ha llevado a estudiosos a hablar de un hito en la historia de la
humanidad, que Hellerstein (2008) ha llamado
“la revolución industrial de los datos”.
Lo que se conoce como big data incluye, por
ejemplo, las diversas bases de datos generadas
por agencias gubernamentales publicadas, a
veces, como “datos abiertos” (i.e. datos que la
ciudadanía puede usar, reusar y redistribuir).
Big data se refiere también a la extraordinaria cantidad de documentos en video y audio,
texto, enlaces y etiquetas que resultan de la
distribución y el almacenamiento online, y la
información generada por la interacción humana en las plataformas de las redes sociales. Big data son también los procesos de indexación de las actividades en internet y los
metadata resultantes de la vigilancia digital
de los gobiernos. Finalmente, son el resultado
del proceso de “datificación”, es decir, “la habilidad de convertir en datos muchos aspectos
de la realidad que nunca habían sido cuantificados antes” (Cukier y Mayer-Schoenberger,
2013, pp. 28-40), como las amistades en forma
de “me gusta”.
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Se espera que la tecnología y el mercado de los
servicios big data crezca de USD 6.000 millones
en 2011, a USD 23.800 en 2016, con “una tasa
de crecimiento anual del treinta por ciento,
lo que equivale a unas siete veces el mercado
de la tecnología de la información y la comunicación”, (Vesset, 2012). No sorprende, pues,
que el analista Abhishek Mehta (2011) vea los
datos como fundamental materia prima para
una variedad de sistemas de negocio socioeconómicos. Aunque analistas en campos tan
diversos como la meteorología, las finanzas y
la genómica se han enfrentado desde siempre
con el reto de dar sentido a grandes bases de
datos, la escala sin precedentes de la información generada hoy propone desafíos completamente nuevos a una serie de profesiones que
tratan con información. El periodismo, como
una de las profesiones clave especializada en
visibilizar información y hacerla accesible a
grandes audiencias, está en la vanguardia de
esta “revolución de los datos”.
Los big data no solo implican nuevos retos;
también, nuevas oportunidades. Rogers dice
de nuevo: “esto es muy trascendente porque
significa que tenemos acceso a datos a los que
nunca habríamos accedido en el pasado. Nos
ofrece relatos nuevos, nuevas formas de ver
el mundo” (Bonechi, 2012). La ciudadanía se
ha dado cuenta del potencial de los datos para
promover el cambio social. Y de esta nueva
conciencia surgen nuevas prácticas sociales
enraizadas en la tecnología y los datos, a las
que hemos llamado “activismo de datos”.
El activismo de datos implica nuevas prácticas
sociales que adoptan una actitud crítica hacia
los big data. Ejemplos de activismo de datos
incluyen el mapeo colectivo y la georreferenciación de mensajes de víctimas de desastres
para facilitar las operaciones humanitarias o
la elaboración de datos abiertos para hacer
campaña o incidencia política. Sin embargo,
Stefania Milan - Miren Gutiérrez
MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA: LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE DATOS
el activismo de datos también abarca tácticas
de resistencia a la intrusión y recolección masiva de datos a cargo de empresas privadas y
gobiernos, como la encriptación de las comunicaciones privadas o los métodos disruptivos
para obstaculizar la maquina de recolección
de datos.
El activismo de datos es un constructo teórico
basado en observaciones empíricas. Lo proponemos como una herramienta heurística útil
para explorar cómo la gente se involucra políticamente con los big data y la recolección masiva de datos. En este artículo teórico, exploramos el potencial de los datos, de las narrativas
basadas en datos, y del software para recabar
y analizar datos como herramientas de campaña para el activismo y el cambio social. A continuación, presentamos el contexto político y
socioeconómico donde el activismo de datos
ha emergido y ofrecemos una definición preliminar. Más adelante, hacemos una revisión
de literatura académica multidisciplinar para
ponerlo en contexto y explorar algunas de sus
facetas. Finalmente, ofrecemos una definición
revisada para el activismo de datos y proporcionamos una agenda tentativa para el estudio
de este fenómeno.
Configuración de
la escena: estados
informacionales y
política computacional
Desde 2012, la organización mediática sin ánimo de lucro WikiLeaks ha publicado millones
de documentos clasificados, incluyendo cables
diplomáticos estadounidenses e informes de
campo de las guerras de Afganistán e Iraq (c.f.
Brevini et al., 2013). Así mismo, los documentos clasificados como secretos que Edwards J.
Snowden, el consultor estadounidense experto
en inteligencia, ofreció a varios medios de co-
municación destaparon las estrategias de acopio de datos masivo que efectúan las agencias
de seguridad nacional.
Estas revelaciones provocaron agitación pública y forzaron a las autoridades a reaccionar.
Las revelaciones de Snowden movilizaron a
jefes de Estado e incluso fueron discutidas en
la Asamblea General de Naciones Unidas. Los
cables filtrados por WikiLeaks tuvieron consecuencias sociales, hasta el punto de que se consideran el catalizador de la revuelta de Túnez
de 2010-2011. Algunos incluso afirman que
“podemos contar Túnez como la primera vez
que WikiLeaks ha empujado a la gente hasta el
borde del precipicio” (Dickinson, 2011).
El caso de WikiLeaks demuestra el crecimiento en magnitud y complejidad que la información ha cambiado la naturaleza del Estado Nación, así como su relación con la ciudadanía.
Los gobiernos “deliberada, explicita y consistentemente controlan la generación, proceso y
canalización de la información, y lo usan para
ejercer su poder” (Braman, 2009, p. 1). En opinión de Braman, el estado se ha convertido en
un estado “informacional”: en otras palabras,
este se caracteriza por “los cambios en la naturaleza del poder y su ejercicio a través de la política de la información” (Ibíd.). Pero hay más.
De acuerdo con Tufekci, las tecnologías digitales “han dado paso a una nueva combinación
de big data y prácticas computaciones que permiten la recopilación masiva de datos latentes
y un modelo computacional complejo, lo que
aumenta la capacidad de aquellos con recursos y acceso para usar estas herramientas a fin
de llevar a cabo campañas de persuasión e ingeniería social en círculos políticos, cívicos y
comerciales que son altamente efectivas, opacas e impenetrables” (Tufekci, 2014). El surgimiento de esta “política computacional” está
íntimamente ligado a “la emergencia de los big
data, el cambio de enfoque de lo demográfico a
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lo individual, la opacidad y el poder del modelo computacional, el uso de la ciencia del comportamiento persuasivo, la experimentación
dinámica en tiempo real que los medios digitales hacen posible, y el crecimiento de nuevos
agentes que poseen los datos o los medios sociales” (Ibíd.).
tendencia mucho mayor” […] “los medios para
espiar en el ciberespacio se han expandido
dramáticamente por el cambio experimentado
en las infraestructuras de comunicación y los
hábitos en las redes sociales. […] El ciberespacio nos ha traído una plétora de servicios de
espionaje digital ‘hazlo tú mismo’”.
del mismo fenómeno, que tiene los datos y la
información en su núcleo. Son posibles gracias
al software que permite desde la manipulación de los datos a la protección de las interacciones online privadas, frente a la recolección
automatizada de datos y la intrusión de terceras partes.
Sin embargo, un Estado informacional requiere “colaboración corporativa” (MacKinnon,
2012) para poder ejercer sus leyes y reglas:
como el caso de las revelaciones de Snowden
pone en evidencia muchas cosas, los gobiernos cada vez más se apoyan en “entidades
del sector privado como agentes reguladores,
usando centros de poder privado para propósitos estatales” (Braman, 2009, p. 34). Más allá
de contribuir a formas de control, los actores
corporativos están detrás de un internet con
cada vez más aplicaciones, donde artefactos
“atados” (que pueden ser modificados solo por
sus creadores) terminan poniendo en peligro
las cualidades generativas de la red o su capacidad de encontrar espacios fuera del control del gobierno al nivel de usuario (Zittrain,
2008). Más aun, la gente a la que se le hurtan
esas capacidades acaba pagando el precio más
alto, ya que la vigilancia online sirve para discriminar contra “los miembros de las comunidades más crónicamente desatendidas” (Gangadharan, 2012).
En este escenario, la emergencia de prácticas
de base ha llevado a una ciudadanía progresista al centro de la “revolución de los datos”.
La noción del activismo de datos representa
una innovación conceptual que se sitúa en
la intersección de un proceso sociológico (la
organización colectiva para actuar), una actividad cognitiva (dar sentido a información
compleja), y una práctica sociotécnica (la tecnología, es decir, el software para manipular
datos, es central para el activismo da datos).
Por tanto, estudiar este fenómeno empírico,
llama a aplicar una perspectiva interdisciplinaria que sea capaz de tener en cuenta su naturaleza multidimensional. En la próxima sección, revisamos las contribuciones aportadas
por una variedad de campos de investigación:
los estudios de los medios, de los movimientos sociales, del periodismo y de las relaciones
internacionales, con el fin de ubicar la noción
del activismo de datos en la literatura académica existente.
El acceso a los datos es poder. Los datos y la información se han convertido en una moneda
de cambio cada vez más importante en la política contemporánea, como muestran los casos
de WikiLeaks y Snowden. Pero esa misma tecnología que permite a los gobiernos y corporaciones amasar y explotar datos digitales sobre
la ciudadanía, ahora ofrece a esa misma ciudadanía la posibilidad de hacer lo opuesto: enfocar y atacar los sistemas digitales y los datos de
gobiernos y empresas. De acuerdo con Deibert
(2010), WikiLeaks fue solo “un síntoma de una
14
Definición
del activismo de datos
El activismo de datos emerge en la periferia de
la sociedad, en el ámbito típicamente asociado con el activismo de base y el compromiso
cívico. Sin embargo, está rápidamente evolucionando desde una forma de activismo periférico, elitista y basado en habilidades técnicas hacia una forma de activismo más difuso,
de forma que usuarios con menos habilidades
participan también. Incluye una serie de prácticas en la intersección de las dimensiones tecnológicas y sociales de la acción humana, con
dos objetivos: o bien resistir la recolección masiva de datos o bien utilizar la explotación de
los datos disponibles para el cambio social.
Para nuestros propósitos analíticos, hemos
identificado dos subáreas del activismo de datos: la reactiva y la proactiva. El activismo de
datos reactivo incluye las prácticas de resistencia ante las amenazas contra los derechos
humanos y civiles que representa la intrusión
gubernamental y corporativa. El activismo de
datos proactivo implica a aquellos individuos
y organizaciones de la sociedad civil que se
aprovechan de las posibilidades que ofrecen
los big data para el cambio social y el compromiso cívico. Tanto el activismo de datos reactivo como el proactivo constituyen dos facetas
Una perspectiva
caleidoscópica del
activismo de datos
desde disciplinas
diferentes
El activismo de datos es un fenómeno empírico emergente para el que tenemos que desarrollar un nuevo vocabulario de conceptos y
mecanismos interdisciplinares. ¿Cómo estudiamos un fenómeno social que está enraizado en la tecnología de la comunicación (y la
información) que está posicionado entre las
dimensiones sociales y comunicativas de la
acción humana? Aquí ofrecemos una revisión
de conceptos útiles que emergen de varias disciplinas en la intersección de las ciencias sociales y las humanidades. Los conceptos que
hemos inspeccionado sirven el propósito de
iluminar diferentes aspectos del activismo datos que nos permitirán refinar nuestra noción
a la vista de la literatura académica1.
Desde los estudios de medios
de información (alternativos):
medios ciudadanos y
empoderamiento
El activismo de datos marca un cambio de
perspectiva y actitud hacia la recolección masiva de datos dentro de la sociedad civil. Existen evidentes vínculos con la larga tradición
de los medios comunitarios alternativos e independientes que han puesto a la ciudadanía
en la vanguardia de la producción mediática.
Durante los últimos años, la academia ha propuesto diferentes etiquetas para describir los
medios de base no comerciales: medios radicales (Downing, 2001), medios ciudadanos
(Rodriguez, 2001), medios alternativos (Atton,
2001), medios tácticos (Garcia y Lovink, 1997),
medios autónomos (Langlois y Dubois, 2005),
y muchos más. Hackett y Carroll (2006) se refieren a “prácticas de comunicación de oposición” que emanan de la realidad y están empeñadas en su cambio, buscando cultivar esferas
públicas alternativas. El experto en medios al1 Los estudios científicos y tecnológicos ofrecen interesantes
puntos de entrada para el análisis contemporáneo del
activismo de datos. Al proponer una forma de pensar sobre
los procesos y los objetos sociotécnicos, nos permite repensar
la interacción entre la tecnología (y los datos) y la sociedad,
y explorar simultáneamente las dimensiones tecnológicas y
sociales del activismo de datos. La teoría actor-red (Latour,
1987), junto con las nociones de “artefactos socio-técnico”,
“conflicto objeto” y “frontera trabajo” serían particularmente
útiles. Sin embargo, explorar la luz que la ciencia y la
tecnología pueden arrojar sobre el activismo de datos, va más
allá de los objetivos de este artículo.
15
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ternativos, John Downing, definió los medios
radicales como “medios, generalmente de pequeña escala y de formatos muy variados, que
expresan una visión alternativa y diferente de
la política, prioridades y perspectivas hegemónicas” (Downing, 2001, v-ix). Sin embargo, es
el concepto de medios ciudadanos el que ofrece una visión más interesante para el estudio
del activismo de datos.
Para este objeto de estudio, lo que hace la noción de los medios ciudadanos tan apropiada
es su enfoque en el empoderamiento y en la
política de la vida cotidiana. Dentro de la esfera de la comunicación, el empoderamiento
es el proceso por el cual individuos y grupos,
al participar activamente en las acciones que
dan forma a los procesos comunicativos, ejercitan control sobre sus recursos de comunicación y mensajes. En este ejercicio activo del
control sobre las tecnologías, es que la gente,
incluidos los no expertos, resulta empoderada. Igualmente, Rodríguez ve los medios ciudadanos como un espacio donde la gente pone
en práctica su hacer democrático, más allá
del tradicional ejercicio del voto (Rodríguez,
2001). Además, argumenta que “estas prácticas y estrategias de resistencia constituyen la
política de lo cotidiano”. Expanden y multiplican los espacios para la acción política, que no
está confinada a espacios institucionales sino
inserta en la vida social y las interacciones entre iguales (p. 21).
Es interesante que Rodríguez se base en las
teorías sobre la democracia radical y el feminismo para definir los medios ciudadanos. En
sus palabras, los medios ciudadanos implican
que, primero,
[… ]una colectividad está poniendo en
práctica su ciudadanía para activamente intervenir y transformar el panorama mediático; segundo, estos medios es-
16
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tán protestando contra códigos sociales,
identidades legitimadas y relaciones
sociales institucionalizadas; y tercero,
estas prácticas de comunicación están
empoderando a la comunidad involucrada hasta el punto que estas transformaciones y cambios se hacen posibles
(Rodríguez 2001, p. 20).
Todo lo anterior vale para hablar del activismo
de datos también, pero con salvedades. Aunque el espíritu de protesta y el reto que plantea a las identidades establecidas y relaciones
sociales es común en ambos, el periodismo de
datos se distancia de los medios ciudadanos
porque anticipa una variedad de prácticas individuales. Existe dentro del ámbito del activismo de datos una tensión nueva entre el individuo y la dimensión colectiva de la acción
organizada que amenaza con arrinconar los
términos de referencia de la comunidad que
son tan centrales en la definición de los medios ciudadanos, comunitarios y alternativos.
Desde los estudios de
periodismo: el periodismo se
da de bruces con los datos (y
el cambio social)
En la primavera del 2010, WikiLeaks publica
un video titulado “Asesinato colateral”, donde
se ve un helicóptero de los Estados Unidos que
está disparando contra civiles iraquíes. El furioso debate, surgido como consecuencia de la
revelación, forzó al gobierno norteamericano
a reaccionar. Durante los últimos años, las revelaciones de WikiLeaks han ofrecido una cantidad de materia prima para el periodismo de
investigación sin precedentes, que resultó en
una alianza entre cinco prominentes medios
de información, incluyendo El Pais y el New
York Times. Dan Gillmor (2005), uno de los
representantes más destacados del periodis-
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MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA: LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE DATOS
mo que toma partido, declaró: “quizás sea el
momento de otorgar una cariñosa despedida
al viejo canon del periodismo: la objetividad.
Pero nunca nos desharemos de los valores y
principios en los que está anclado”.
Observar WikiLeaks y la trayectoria reciente
del periodismo ofrece algunas ideas sobre el
activismo de datos. En particular, tres géneros,
hablan directamente de la práctica del activismo de datos: el periodismo de investigación,
el periodismo de campaña y los medios ciudadanos. El periodismo de investigación es considerado el mejor tipo de periodismo. Implica
un periodismo de asuntos que conciernen a la
ciudadanía “cuando otros están tratando de
esconderlos del público” (Northmore, 2001).
El periodismo de campaña deliberadamente
adopta una perspectiva partisana en su informar. Está basado en hechos, pero adopta
abiertamente una postura (Careless, 2000),
dado que los periodistas de campaña piensan
que el público está en mejor servicio con diversidad y transparencia.
Desde los noventa, internet ha revolucionado
la práctica periodística y “ha reventado por las
costuras el sistema de puertas y porteros”2 típico
de los medios tradicionales (Rosen, 2006). Como
resultado de ellos, surgieron los medios ciudadanos, que abrieron las puertas de la redacción
a los no profesionales. De acuerdo con Rosen
(2008), vemos los medios ciudadanos en acción
“cuando la gente que antes conocíamos como
audiencia emplea las herramientas a su alcance
para informarse mutuamente”. Esta práctica tiene conexión con lo que otros han llamado periodismo alternativo (Atton y Hamilton, 2009).
La llegada de los big data ha significado una
evolución para el periodismo también, ejemplificada por el “periodismo de datos”. El pe-
2 Traducción literal de gates y gatekeeers.
riodismo de datos usa los avances de la ciencia social y los métodos computacionales para
buscar relatos y noticias en complejas bases
de datos. Representa una evolución del periodismo de precisión, porque este periodismo
usa metodologías de investigación avanzadas
para elevar el nivel de rigor del periodismo
más allá de la anécdota (Meyer, 2002). En El
cuarto poder en red, Víctor Sampedro (2014)
argumenta que las nuevas prácticas periodísticas, enraizadas en la tecnología y los datos,
son el comienzo de un innovador y mejor periodismo. Cita a WikiLeaks y Snowden como
ejemplos de cómo poner en práctica un prototipo de medios críticos e independientes para
el bien común. En su opinión, hackers y whistleblowers3 han vuelto a recuperar los ideales
del viejo periodismo de investigación. “El viaje
que proponen los hacktivistas es de ida y vuelta: el periodismo que viene es el que vuelve
a sus orígenes. Hay que refundar los medios
para que recobren sus fines. Porque se trata
de eso: que retomen los objetivos que dieron
legitimidad democrática a esta profesión”. El
activismo de datos reclama cosas similares.
El periodismo de datos ha ofrecido un soplo de
aire fresco a una profesión sumergida en una
profunda crisis, que se enfrenta a una generalizada y continua caída en circulación, lectoría,
audiencias, finanzas, e incluso credibilidad. Si
el periodismo se halla “en estado de sitio”, el
advenimiento del periodismo de datos resulta
de particular relevancia, ya que señala también una evolución en la función (social) de
los periodistas: “usando datos, el papel de los
periodistas cambia su foco principal: de ser los
primeros en informar a ser aquellos que nos
explican el significado de un suceso concreto”
(Gray et al., 2012, p. 4). Y mientras los perio3 Nuestro idioma no parece tener una adecuada traducción de
este vocablo inglés, ya que palabras como ‘delator’, ‘soplón’ o
‘chivato’ tienen connotaciones negativas. Entretanto, vocablos
como hacker parecen haber sido absorbidos sin problemas por
nuestro idioma.
17
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distas usan datos, progresivamente pasan de
la observación al análisis, la denuncia, la concienciación y las recomendaciones. Ese es el
caso del “periodismo de datos de campaña”.
La relación de los periodistas con los datos
ha forjado alianzas sin precedentes, que son
de enorme importancia para los observadores del activismo de datos. Por ejemplo, la red
de base Hacks/Hackers (hackshackers.com)
conecta a periodistas (hacks) con tecnólogos
(hackers), facilitando el intercambio de habilidades entre los dos grupos. Una variedad de
plataformas que facilitan la tarea de navegar
y dar sentido a los datos proporcionan las conexiones y a la colaboración entre el profesional de la información y la ciudadanía con interés por su realidad social. Por ejemplo, Open
Knowledge Foundation ha desarrollado el portal de datos abiertos CKAN (ckan.org), que es
utilizado para explorar bases de datos abiertas
por los gobiernos; y OpenSpending (openspending.org) permite a no expertos explorar más
de trece millones de transacciones financieras
gubernamentales de sesenta y seis países.
Desde los estudios de los
movimientos sociales:
identidades técnicas y
comunidades informales
Septiembre de 2011. Los manifestantes antiausteridad tratan de ocupar la bolsa de Nueva York en Wall Street, pero son rechazados
por la policía. Se refugian en el cercano Parque Zuccotti, y así empieza el campamento
que pondrá en marcha la protesta global conocida como “Occupy Wall Street”. El eslogan
de Occupy (Somos el 99%) llama la atención
de ese 99 por ciento de la población: los desfavorecidos por una minoría privilegiada que
tiene acceso a recursos como el crédito. “Fue
realmente curioso ver cuán interesado en los
18
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datos estaba el movimiento. El 99 por ciento
contra el 1 por ciento es un cálculo de datos”,
argumenta Simon Rogers, editor del Guardian
Datablog. Los manifestantes del Occupy “han
conseguido usar los datos para mostrar qué
está pasando en el mundo”.
Como muestran las protestas Occupy, la sociedad
civil organizada recurre cada vez más al evocativo poder de los números y las estadísticas para
provocar el compromiso cívico y la protesta, y
para hacer incidencia. Pero, ¿cómo usan los movimientos sociales los datos para el cambio social? Los activistas de datos se han posicionado
como intérpretes de los datos, actuando como facilitadores en la esfera pública contemporánea,
rica en datos. Se aprovechan de la producción
descentralizada y colaborativa, y del capital humano distribuido de lo que Benkler (2006) llama
“la esfera pública reticular”: individuos y grupos
que comparten su experiencia en desarrollo de
software y análisis de datos para crear o hacer
accesibles a otros herramientas de análisis y plataformas de datos.
Mientras que el activismo de datos es relativamente desconocido en la academia, las fuerzas
sociales que tiene por detrás no son nuevas. Los
activistas han reprogramado y se han apropiado de las tecnologías de comunicación por lo
menos desde los cincuenta, tanto para expresarse como para propiciar el cambio social: es
lo que se ha llamado “medios de campaña”, o el
uso creativo y táctico de los medios para generar cambios sociales (Milan y Padovani, 2014).
Así mismo, varias corrientes sociales y subculturas influyen sobre sobre el activismo de
datos actual: por ejemplo, la cultura hacker de
los setenta y más adelante; los activistas reformistas estadounidenses que abogaron por un
compromiso técnico como forma de oposición
frente al conocimiento elitista (Dunbar-Hester, 2014); el activismo radical tecnológico de
los noventa (Milan, 2013a); los defensores de
Stefania Milan - Miren Gutiérrez
MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA: LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE DATOS
los derechos digitales que se involucraron en
la resistencia tecnológica (Postigo, 2012); la
actitud “hazlo tú mismo” de los hackerspaces,
hacklabs y makerspaces (Maxigas, 2014), y los
movimientos orientados a productos como la
cultura de las fuentes abiertas (Hess, 2005).
Los activistas de datos han tomado prestados
de estas subculturas el énfasis en el activismo
emprendedor y la noción del compartir, la colaboración entre colegas, el acceso a la información, la manipulación y el juego con código,
y la mejora del mundo a través de respuestas
tecnológicas. Revisar de cerca estos estudios
proporcionará datos interesantes para interpretar a los activistas de datos de hoy y su impacto en la sociedad en su conjunto.
En Social Movements and their Technologies,
Milan (2013b) explora las interacciones entre los movimientos sociales y sus “tecnologías liberadas” y se centra en la irrupción de
proyectos de internet radicales (prácticas de
comunicación emancipadoras) como sujeto
político. Explica cómo los grupos tecnológicos
radicales, que crearon alternativas autónomas
y clandestinas a los sistemas de comunicación
ordinarios, contribuyeron a cambiar de qué
manera la gente se comunica en la vida real.
Del mismo modo, los activistas de datos se relacionan en prácticas que cambiarán la forma
como los activistas harán campaña y los medios (incluidos los de los periodistas ciudadanos) diseminarán información en el futuro.
Ambos contribuyen a los valores progresistas
y a los valores de la sociedad donde vivimos,
ya que sus sistemas de valor y sus modelos organizacionales enfatizan la creación y los procesos de decisión colectivos, abiertos y descentralizados.
Dunbar-Hester (2012) ha estudiado la radio de
baja potencia en los Estados Unidos, centrándose en particular en los grupos que promueven una relación crítica con la tecnología (por
ejemplo, construyendo su propio radiotransmisor). Esta estudiosa señala el surgimiento
en estas comunidades de una “identidad técnica” que se basa en la disposición proactiva que
los activistas desarrollan al ejercer su activismo mediado por la tecnología. Sus integrantes
usan esa identidad técnica para activamente
“marcar las diferencias entre su grupo y otros
en el terreno del trabajo de los medios democráticos” (Dunbar-Hester, 2012, p. 149).
Podemos aprender algo del activismo de datos a partir de la literatura académica sobre
los movimientos científicos e intelectuales que
han emergido desde la ciencia y los estudios
de la tecnología, y de sus intersecciones con
los estudios de los movimientos sociales. Los
activistas de la tecnología y los movimientos
orientados a un producto (como el activismo
de código fuente abierto) son inherentemente políticos, y sus prácticas buscan alterar la
distribución del poder (Frikel y Gross, 2005).
Se involucran en el “desarrollo de formas nuevas o alternativas de cultura material” (Hess,
2005). Ocasionalmente, pueden establecer conexiones con empresas del sector privado, que
ven como potenciales aliadas en la promoción
de una tecnología alternativa. De la misma forma, los activistas de datos pueden aliarse con
empresas de software alternativas para promover sus productos de análisis de datos.
Finalmente, hay mucho que aprender de los
recientes estudios de la acción colectiva mediada por la tecnología, en la que los activistas usan las tecnologías de la comunicación
electrónica para comunicar, hacer incidencia
política, construir comunicadas, organizarse
y coordinar acciones. Pero también de las formas radicales de activismo en internet, como
el ciberactivismo y el hacktivismo. Existe una
naciente literatura sobre este asunto, así que
destacaremos solo las contribuciones que parecen ser más útiles para entender el activis-
19
mediaciones
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mo de datos. Por ejemplo, Bennett y Segerberg
(2012) crearon la opción de “acción conectiva”,
que se refiere a la mediación de las tecnologías
digitales en la promoción de interacciones personalizadas, enfatizando las conexiones entre
los usuarios individuales, antes que aquellas
entre organizaciones y movimientos. Hemos
observado esta dinámica también en las formas más radicales del activismo de internet
(c.f. Milan y Hintz, 2013), así como en el activismo de datos.
ENEro - JuNIo 2015
Desde las relaciones
internacionales: las redes
de campaña transnacionales
como agentes de información
estrategias de campaña de las organizaciones
de la sociedad civil, que se alejarán de los argumentos morales para usar las pruebas estadísticas en sus esfuerzos a favor de sus causas.
Mientras que se sabe mucho de la evolución
del civismo transnacional en la era de internet
(ver, por ejemplo, della Porta y Tarrow, 2005),
hasta ahora, la academia no se ha ocupado de
la evolución de las estructuras de la sociedad
civil transnacional y de las dinámicas en relación con el cambio dramático que están experimentando los flujos globales de información.
Sin embargo, estudiosos de las relaciones internacionales como Keck y Sikkink ofrecen herramientas conceptuales, como la noción de las
redes de campaña transnacionales (conocidas
por sus siglas en inglés, TAN), que son potencialmente útiles a la hora de interpretar las dinámicas relacionadas con datos en la sociedad
civil global. Estas son redes de actores ricas en
valor, caracterizadas por la producción, intercambio y uso estratégico de la información.
Buscan influir sobre los procesos de decisión,
pero también “transformar los términos y la
naturaleza del debate” (Keck y Sikkink, 2008,
p. 2). Las TAN incluyen una vasta muestra de
grupos que operan de forma transfronteriza,
más allá del alcance de los gobiernos nacionales. Son particularmente útiles para mapear
las emergentes redes de activistas de datos,
precisamente porque tienen la información en
su centro, en una era donde los big data representan la forma más novedosa que la información está adoptando.
En 2013, el Vicesecretario General del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de
los Estados Unidos, Wu Hongbo, reclamó más
datos en el desarrollo. “La estadística está dando forma a nuestra comprensión del mundo”,
dijo ante la Comisión Estadística (UN DESA,
2014). Este renovado interés de las organizaciones multilaterales y gobiernos por los datos
y la estadística seguramente influirá sobre las
Los activistas de datos se movilizan a un nivel
transnacional, y por eso representan la esencia de una TAN. Eso es más fácil de entender si
observamos un ejemplo de activismo de datos
transnacional. Price of Oil (priceofoil.org) es
un sitio de la organización Oil Change International. Busca exponer “los costos reales de
los combustibles fósiles”, incluyendo las consecuencias medioambientales y sociales de la
Más similitudes existen entre los activistas de
datos de hoy y el activismo radical de internet, es decir, aquellos grupos que explotan la
infraestructura técnica de la red en favor del
cambio social (Milan, 2013b). Para ambos, la
tecnología es simultáneamente la forma de
provocar cambios en la sociedad y un lugar de
lucha por propio derecho, en reconocimiento
de las relaciones políticas y de poder que son
inherentes al software (Milan, 2013a). De la
misma forma, este tipo de activismo requiere
un alto grado de especialización y experiencia
técnica, que es típicamente premiado con reputación individual y un papel central en cada
grupo (Hintz y Milan, 2009); (c.f. Coleman,
2013).
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Stefania Milan - Miren Gutiérrez
MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA: LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE DATOS
exploración, extracción y consumo de combustibles en todo el mundo. Sus campañas transnacionales adoptan la forma de un TAN, pero
tienen como base los datos como moneda de
cambio de su activismo. Examinar las TAN de
este tipo, nos permite explorar cómo la sociedad civil transnacional interactúa con los datos, mientras que introduce una nueva forma
de relación crítica con los datos: aquella de la
campaña que está basada en el análisis de datos, pero al mismo tiempo va más allá de relacionarse directamente con instituciones como
gobiernos y empresas. Además, observar el
activismo de las TAN nos permite prestar atención a la manera como el advenimiento de los
big data altera las dinámicas de poder dentro
de la sociedad civil transnacional. Finalmente, la literatura académica sobre redes transnacionales del activismo radical ofrece pistas
para el análisis del activismo de datos de las
TAN: aunque estas normalmente representan
altos principios asociados con el cambio institucional y político, tienden a ser excluidas de
los círculos de decisión política tradicionales
(Hintz y Milan, 2009).
Revisar el activismo
de datos: una agenda
para la investigación
El activismo de datos proactivo se identifica con un campo emergente de la acción que
combina prácticas de comunicación y elementos sociales de la organización colectiva con
información a su nivel mayor de complejidad:
los big data. Está caracterizada por una multiplicidad de combinaciones y actores, tanto colectivos como individuales, así como por una
gran cantidad de diferentes tácticas de aproximación a los datos. Las tácticas del activismo
proactivo van desde el desarrollo de proyectos
tecnológicos y plataformas para la manipulación de datos a la visualización de tendencias
en los datos con el objetivo de hacer campaña.
Tras esta exploración de la literatura relacionada, estamos en posición de revisar y expandir nuestra noción del activismo de datos.
El activismo de datos emerge de la intersección de varios campos de la acción humana,
incluyendo tanto el proceso comunicativo (activismo, campañas y sus variantes interesadas
en el empoderamiento a través de los medios
y la tecnología) y las profesiones relacionadas
con la información (análisis de datos y periodismo de investigación). La Figura 1 muestra
las interacciones dinámicas entre estos diferentes campos.
BIG DATA
TECNOLOGIAS PARA
ANLIZAR DATOS
MEDIOS CIUDADANOS Y
EMPOREDAMIENTO A
TRAVES DE LOS
MEDIOS
HACKING CÍVICo
PErIoDSMIo DE DAToS
ACTIVISMo DE
DAToS ProACTIVo
ACTIVISMo MEDIÁTICo
PErIoDISMo DE
DAToS DE
CAMPAÑA
PERIODISMO DE
INVESTIGACIÓN
PErIoDISMo
DE CAMPAÑA
ACTIVISMO ( EN
INTERNET) Y HACER
CAMPAÑA
( A NIVEL
TRANSNATIONAL)
Figura 1. Activismo de datos y campos de acción relacionados.
La Figura 1 puede ser explorada en dirección
de las agujas del reloj, empezando por la esfera
que engloba los big data, la cual pone en marcha el fenómeno empírico del activismo de datos. Cuando los big data –y las herramientas y
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mediaciones
Nº14
prácticas del análisis de datos– se encuentran
con los medios ciudadanos y otras experiencias de base que ponen en su centro el empoderamiento a través de la relación activa con
los medios, emergen casos de “hackeo cívico”.
Los hackers cívicos son tecnólogos y activistas
en favor de los datos abiertos que se relacionan con bases de datos para enfrentarse a los
retos relevantes a su comunidad. Así mismo,
cuando los medios ciudadanos se encuentran
con el activismo, somos testigos del surgimiento del activismo mediático. Por otro lado, cuando el activismo se une a las prácticas y valores
periodísticos observamos la aparición del periodismo de campaña. Y cuando los big data
se cruzan con el periodismo de investigación,
en particular, tenemos el periodismo de datos.
Sin embargo, es en la intersección de más de
dos esferas donde las tendencias más interesantes comienzan a surgir. Cuando el periodismo de campaña y el periodismo de investigación cruzan sus caminos con los datos y
el software para el análisis de datos, tenemos
un área de intersección donde aparece el “periodismo de datos de campaña”, que combina
los valores tradicionales del periodismo con el
análisis de datos y la ética del cambio social.
Finalmente, en el encuentro entre las cuatro
esferas principales, encontramos el activismo
de datos proactivo.
¿Qué nociones y mecanismos son aptos para
estudiar un campo de acción tan complejo e
inherentemente interdisciplinario? Desde los
estudios del periodismo, hemos aprendido que
existen valores como la precisión, el apego a la
verdad de los hechos y la ecuanimidad, valores
a los que los activistas de datos también se adhieren. De los estudios de los medios de comunicación (alternativos), obtenemos el enfoque
en los mecanismos de empoderamiento debido
a su capacidad de conectar comunidades, y la
noción de activismo como una relación crítica
cotidiana con la realidad social circundante.
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ENEro - JuNIo 2015
Las relaciones internacionales ofrecen pistas
sobre cómo integrar las dinámicas de poder
transnacional en el análisis de un fenómeno
que es local y transnacional al mismo tiempo.
Las redes de activismo de datos emergentes
toman la forma de comunidades transfronterizas y deslocalizadas, mientras operan como
redes transnacionales de campaña. Parecido a
lo que ocurre en otros casos de activismo radical en internet, estas “nuevas formas de acción
en red y colaboración informal suponen un
reto a las nociones de sociedad civil tradicional” y son radicalmente diferentes de la acción
colectiva organizada tradicional. Sin embargo,
sugerimos llegar al activismo de datos usando
las herramientas de los estudios de los movimientos sociales.
Los estudios de los movimientos sociales nos
ayudan a entender el activismo de datos como
una nueva forma de relación de base con la
tecnología, que incluye la acción directa, formas cultures de resistencia, y código. Como en
las tácticas de otro tipo de activismo, estas estrategias proporcionan a los activistas una voz
moral, que les da la oportunidad de articular y
afirmar sus principios y preferencias (Jasper,
1997). Algunos conceptos clave, derivados de
la literatura sobre los movimientos sociales,
son particularmente útiles para el estudio del
activismo de datos: por ejemplo, se puede estudiar la identidad colectiva de los activistas
de datos, es decir, la “definición interactiva y
compartida” de los individuos que reconocen
que comparten ciertas orientaciones y, sobre
esa base, decidir actuar juntos (Melucci, 1996,
p. 70), preguntando cómo se crea una identidad colectiva sobre la base de una identidad
técnica. Podemos también investigar las formas organizativas típicas del activismo de datos: ¿Qué agrupaciones son más propicias para
las actividades y prácticas del activismo de datos? ¿Qué mecanismos internos las regulan?
Finalmente, podemos estudiar las relaciones
Stefania Milan - Miren Gutiérrez
MEDIOS CIUDADANOS Y BIG DATA: LA EMERGENCIA DEL ACTIVISMO DE DATOS
entre los activistas de datos proactivos y las instituciones y normas sociales, incluyendo los gobiernos nacionales y las organizaciones multilaterales.
En conclusión, el activismo de datos puede ser considerado una nueva manifestación de los
medios ciudadanos que pone en su mismo centro una perspectiva crítica con respecto a los big
data. Como pasa con los medios ciudadanos, el activismo de datos tiene que ver con la política
de lo cercano, ya que altera la relación cotidiana entre la ciudadanía y la recolección automatizada de datos. De esa forma, las dimensiones del hacer humano y la política regresan a la
maquinaria de recolección de datos. Como ocurre en otros movimientos sociales, los activistas
de datos proactivos trabajan por un cambio a largo plazo: luchan por “el control social de las
principales tendencias culturales […] a través de las cuales nuestras relaciones con el medioambiente normalmente se organizan” (Touraine, 2008, p. 213). Por ello, el activismo de datos probablemente cambiará la forma como la ciudadanía se aproximará a la política computacional y
al estado informacional en el futuro, y al mismo tiempo, la forma en la que vemos y practicamos
el cambio social.
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