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──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── http://frankarbelo.blogspot.com/2011/08/dos-carteles-por-el-tipnis.html 39 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── Re-emergencia de conflictos socioterritoriales y movimientos societales en los gobiernos “progresistas”. Los casos del TIPNIS en Bolivia y el Yasuní en Ecuador Re-emergência dos conflitos socioterritoriais e os movimentos societais nos governo "progressistas". Os casos dos TIPNIS na Bolívia e o Yasuní no Equador Re-emergence of Socio-territorial Conflicts and Social Movements in "Progressive" Governments. The Cases of TIPNIS in Bolivia and YASUNÍ in Ecuador Pabel Camilo López Flores CIDES-UMSA (La Paz, Bolivia) velpalopezflo@gmail.com Resumen: Los “procesos de cambio” que se proyectaron en la región en la década pasada fueron resultado de ‘movimientos societales’ de base comunitaria (indígenas y campesinos), generando procesos constituyentes e instalando imaginarios de descolonización yla construcción de ‘Estados Plurinacionales’, como en los casos de Bolivia y Ecuador. Estos movimientos de matriz comunitaria parecen constituir hoy, nuevamente, núcleos de resistencia socioterritorial frente a políticas neo-extractivistas de los gobiernos llamados “progresistas”. Se propone un abordaje a los actuales conflictos socioterritoriales en la región, a partir de los casos del TIPNIS en Bolivia y del YASUNÍ en Ecuador, donde se disputan imaginarios de cambio societal y visiones territoriales contrapuestas en torno a temáticas como la plurinacionalidad, el ‘buen vivir’ y la descolonización del Estado. Palabras clave: neoextractivismo. conflictos socioterritoriales, movimientos societales, Resumo: Os "processos de mudança" que se projetaram na região na década passada foram resultado de "movimentos societais" de base comunitária (indígenas e camponeses), gerando processos constituintes e instalando imaginários de descolonização e da construção de "Estados -plurinacionais", como nos casos da Bolívia e Equador. Esses movimentos de matriz comunitária 40 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── parecem construir hoje, novamente, núcleos de resistência socioterritoriais na região, a partir dos casos dos TIPNIS na Bolívia e YASUNÍ no Equador, onde se disputam imaginários de mudanças societais e visões territoriais contrapostas em torno de temáticas como a plurinacionalidade, o "bom viver" e a descolonização do Estado. Palavras-chave: neoextrativismo. conflitos socioterritoriais, movimentos societais, Abstract: The "Processes of change" projected in the region during the past decade were the result of community-based 'societal movements' (indigenous people and peasants), generating constituent processes and installing decolonization imaginaries and the construction of 'plurinational states' as in the cases of Bolivia and Ecuador. These community-based movements again seem to build nucleus of socio-territorial resistance to neo-extractivist policies of governments called "progressive". An approach is proposed to the current socio-territorial conflicts in the region taking as reference the cases of TIPNIS in Bolivia and YASUNÍ in Ecuador, where imaginaries of societal change and opposing territorial visions around themes such as plurinationality, ‘good living’ 'and decolonization of the state are disputed. Key words: socio-territorial conflicts, societal movements, neo-extractivism. Citar este artículo: López Flores, Pabel. 2015. “Re-emergencia de conflictos socioterritoriales y movimientos societales en los gobiernos ‘progresistas’. Los casos del TIPNIS en Bolivia y el Yasuní en Ecuador”. Revista nuestrAmérica 3 (5) enero-junio: 40-54 41 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── 1. Introducción La discusión en torno a la ‘plurinacionalidad’, a la ‘descolonización y a imaginarios como el Buen Vivir/Vivir Bien, en tanto principios y horizontes de transformación del Estado en la región Andina-amazónica, se habrían vinculado al debate sobre la acentuación de modelos de desarrollo neoextractivistas en Sudamérica, en un contexto mundial de multi crisis capitalista y de conflictos socio-ambientales y movimientos socioterritoriales en América Latina. Actualmente se evidencian fuertes disputas sobre dichos principios en la región, con gobiernos denominados “progresistas” que impulsan modelos económicas neoextractivistas que hegemonizan las políticas estatales, en fuerte tensión principalmente con actores indígenas. Estos conflictos habrían puesto en cuestión los llamados “procesos de cambio” en países como Bolivia y Ecuador contraponiendo, entre otros aspectos, temas como: ¿Desarrollismo o alternativas al desarrollo? ¿Extractivismo o Buen Vivir? ¿Estado Plurinacional o Estado-nación? ¿Descolonización o neocolonialismo? En ese sentido, se propone un breve abordaje de los actuales procesos sociopolíticos en la región andino-amazónica, de algunos conflictos socio-ambientales y movimientos socioterritoriales de carácter indígena, a partir de los casos del Parque Nacional Aguaragüe en Bolivia y del Parque Nacional YASUNÍ en Ecuador; donde se confrontarían y disputarían sentidos e imaginarios de cambio societal y la transformación del Estado en torno a la plurinacionalidad, las autonomías indígenas y el llamado Buen Vivir/Vivir Bien, que entrarían en fuerte tensión y disputa con visiones de desarrollo y económico-territoriales de perfil neoextractivista por parte de los actuales gobiernos denominados “progresistas” de ambos países. Se desarrolla así una breve caracterización de los actuales movimientos socioterritoriales de matriz comunitaria, en tanto constituyen ‘sujetos políticos’, que acaso estarían configurando movimientos de carácter societal, reivindicando sus derechos colectivos como pueblos y disputando su territorialidad y/o su autonomía en el contexto de ambos países. Asimismo, se desarrolla un abordaje analítico con base en un marco teóricoepistemológico crítico, concretamente a partir de la propuesta de una ‘sociología de las emergencias’ (Santos 2008) para pensar procesos sociales novedosos y potenciales, que no fueron previstos por la teoría de matriz moderno-eurocéntrica. De la misma forma se discute la temática planteada a partir de las categorías de ‘movimientos societales’ (Tapia 2008) y de ‘movimientos socioterritoriales’ (Fernandes 2005; Porto 2002), pensando, asimismo, los actuales procesos de expansión del neoextractivismo (Gudynas 2012; Svampa 2010) como una modalidad ligada a las dinámicas de acumulación por desposesión (Harvey 2004) en el subcontinente. 42 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── 2. Sociedades en movimiento En las últimas dos décadas en América Latina diversos movimientos sociales fueron capaces de plantear grandes desafíos al sistema. Así, revueltas, movilizaciones y rebeliones que desestabilizaron el dominio de las élites y grupos dominantes se habrían originado en los “márgenes” de la sociedad establecida y están siendo protagonizados por los sectores subalternizados, aquellos privados de derechos sociales y políticos (Zibechi 2008). Estos movimientos de ser actores sociales con reivindicaciones sectoriales habrían transitado, en algunos casos a movimientos con la capacidad de impugnar las estructuras estatales e incidir y transformar en los ámbitos de la política nacional, configurando por tanto verdaderos ‘movimientos societales’ (Tapia 2008), por lo que permitiría designar,a la vez, a estos procesos como 'sociedades en movimiento' (Zibechi 2003). En ese sentido, América del Sur desde hace más de una década atrás habría atravesado fuertes cambios, innovaciones y rupturas históricas. Son estas innovaciones y rupturas que nos interesan profundizar en este trabajo, las que perfilaban y proyectaban nuevas formaciones, construcciones y articulaciones sociopolíticas y epistémicas de Estado y de sociedad. Construcciones y articulaciones que fueron resultado de las estrategias de acción y lucha de los movimientos comunitarios ancestrales, de su insurgencia políticaepistémica que sin duda está abriendo camino a la posibilidad de un nuevo horizonte o giro des-colonial (Walsh 2008). Así, de particular modo los esfuerzos en países como Bolivia y Ecuador en la década anterior por transformar esta estructura institucional, sacudirla de su peso colonial, (neo)liberal e imperialista y re-fundarla desde abajo, fueron esfuerzos realmente históricos, insurgentes y trascendentales, no solo para Bolivia o Ecuador sino para América del Sur en su conjunto (Santos 2010), para que realmente refleje y represente la diversidad de pueblos, de culturas, de procesos históricos y de formas de concebir y ejercer el derecho, la autoridad, la democracia y la expresión del llamado ‘Buen Vivir/Vivir bien’ (como imaginarios de una nueva vida en sociedad en armonía con el entorno natural), y de la descolonización del Estado. En ese sentido, esos procesos formarían parte de las luchas llevadas a cabo durante las últimas dos décadas por movimientos sociopolíticos (indígenas) ancestrales a lo largo y ancho de América Latina y fueron también reflejo y manifestación de su insurgencia política que es, a la vez, una insurgencia y dislocación epistémica (Ceceña 2012) no solo por cuestionar, desafiar y enfrentar las estructuras dominantes del Estado sino también por poner en escena lógicas, racionalidades y 43 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── conocimientos distintos que hacen pensar el Estado y la sociedad de manera radicalmente distinta. Así, procesos de transformación estatal con perfil descolonizador tuvieron, como en los casos de Bolivia y Ecuador, la premisa de la descolonización misma del Estado como condición para la construcción de Estado Plurinacionales, lo que no vendrían sólo de algunos contenidos y enunciados de los actuales textos constitucionales en estos países sino, precisamente, de la potencia, resistencias, memorias y luchas de los pueblos indígenas y originarios acumuladas y latentes durante años y siglos de dominación colonial y que emergieron de manera contundente en los ciclos de movilización social y societal a finales del siglo XX y que hoy se manifestarían como núcleos comunitarios de resistencia de anclaje territorial. En ese sentido, en dichos países con una condición multisocietal (Tapia 2002), algunos procesos no son sólo movimientos sociales, es decir solo de movilización y acción política, sino movimiento de sociedades, por tanto movimientos societales (Tapia 2008) y anticoloniales. 3. Neo-extractivismo6, plurinacionalidad y ‘Buen Vivir’ en América del Sur En los últimos años en América Latina las bases y criterios de definición del modelo extractivo histórico no se habrían modificado sustancialmente (Paz 2012; Svampa 2010; Acosta 2011) sino que se trataría de una forma de “desarrollo económico” que basa la producción de riqueza en la apropiación de la naturaleza, bajo un formato productivo escasamente diversificado, recursos naturales que no son procesados o lo son limitadamente y que de su venta depende la inserción del país productor de materias primas al mercado internacional (Gudynas 2012). Sin embargo, entre algunos elementos nuevos en la actualidad, estaría el nuevo rol que juegan los Estados, que a diferencia del periodo neoliberal anterior tendrían un mayor protagonismo en el control del excedente económico provenientes de la extracción. Por ‘Neoextractivismo’ se entiende al modelo de desarrollo económico adoptado por algunos gobiernos de América del Sur desde principios del siglo XXI. Al igual que en el extractivismo convencional, el neoextractivismo orienta la economía hacia las actividades de explotación de la naturaleza para la obtención de recursos no procesados, o escasamente procesados, dirigidos de forma prioritaria a la exportación, pero con un papel más protagónico del Estado en el proceso productivo, permitiendo la obtención de un porcentaje mayor de ingresos para las arcas estatales. Parte de esos recursos son destinados a programas sociales que dotan a los gobiernos de cierto grado de legitimidad. 6 44 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── Como detallan los trabajos de Gudynas (2012), Acosta (2011), Svampa (2010) y Petras (2012) la distribución social de recursos económicos producida por las iniciativas extractivas en los gobiernos “progresistas”, como Bolivia y Ecuador por ejemplo, se vino desenvolviendo desde el anterior decenio mediante ‘programas sociales’ (de combate a la pobreza) que se convirtieron en el mayor dispositivo de legitimación político-electoral de los modelos económicos extractivos y de esos mismos gobiernos. En ese sentido, se estuvo debatiendo las complicadas aristas de lo que dichos autores denominaron como el ‘neoextractivismo’ en el subcontinente. Sudamérica, de ese modo, fue consolidando su condición secular de abastecedora de materias primas al mercado global, haciéndose cada más evidente lo que se denomina como el nuevo ‘consenso de los commodities’ (Svampa 2013) que marcaría el ingreso de América Latina en un orden económico y político-ideológico sostenido por el boom de los precios internacionales de las materias primas demandados cada vez más por los países centrales y las potencias emergentes, en particular los BRIC7. Dicho orden fue consolidando un estilo de desarrollo ‘neoextractivista’ que generaría “ventajas comparativas” al tiempo que produjo y sigue generando nuevas asimetrías y conflictos sociales, territoriales, ambientales y político-culturales, particularmente en aquellos espacios locales donde se reproducen territorialidades y formas de vida comunitaria. Por otra parte, los nuevos “pactos sociales” que se habrían configurado en el decenio precedente como ‘Estados Plurinacionales’ en la Región Andina-Amazónica, según De Sousa Santos (2010) si bien fueron procesos novedosos, también estaban llenos de tensiones y riesgos, ya que los modelos constitucionales de Bolivia y Ecuador reconocen de modo explícito nuevas concepciones societales y principios civilizatorios como el Buen Vivir/Vivir Bien, llegando a incluir ‘derechos de la naturaleza’ y ‘la Madre Tierra’, pero en la práctica estos procesos no encontrarían aún alternativas al modelo extractivista (Santos 2010). Dentro de este escenario las discusiones en torno a la construcción de la plurinacionalidad como núcleo de desorganización/reorganización y de transformación estructural del Estado-nación, se habrían instalado y vendrían desplegándose en el marco de debates sobre la reconfiguraciones de estatalidad ‘postneoliberal’ en la región. Sin embargo, paradójicamente, estos “procesos de cambio” estatales en la región se encontrarían dentro de una tendencia económica subcontinental caracterizada por una fuerte ola de re-dinamización y expansión de modelos de desarrollo basados en la extracción/exportación de materias primas con base en las exigencias del mercado internacional y un rol central de los Estados en esas dinámicas. Así, se acentuarían hoy las distancias y tensiones entre los movimientos en resistencia, en particular de los movimientos 7 Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. 45 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── y pueblos indígenas, y la actuación de los gobiernos llamados ‘progresistas’(Lander 2012), como lo expresan los casos de Bolivia y Ecuador. Consecuentemente en estos dos países con procesos sociopolíticos que en su momento fueron considerados paradigmáticos en la región, las nociones de “crecimiento”, “progreso” y “desarrollo” continuarían en la base del modelo de economía y siguen orientando las políticas públicas. Por lo tanto, la gran expectativa de que dichos gobiernos con discursos anti-neoliberales, anti-imperialistas y anti-capitalistas produjesen reorientaciones básicas en las lógicas extractivistas, que han caracterizado históricamente la inserción de las economías del continente en el mercado global, no habría ocurrido, ya que no se habrían producido todavía reorientaciones en los modelos de desarrollo imperantes (Lander 2012). Contrariamente, con estos gobiernos, como la mayoría de los que han gobernado los países de Sudamérica desde la década anterior, no sólo no se habría frenado sino que se habría acentuado la inserción en el mercado mundial basado en la extracción y de ‘despojo’ a los ‘bienes comunes’ (Houtart 2008) de la naturaleza. 4. Reconfiguraciones territoriales en América del Sur En ese escenario, uno de los principales objetivos de las reformas “post-neoliberales” ha sido el de abrir nuevos espacios geográficos a la mercantilización y a la transnacionalización (Daza et al. 2012). Así, regiones como los Andes y la Amazonía que habían quedado relativamente al margen de los de los procesos sociales y económicos impulsados desde el mercado capitalista transnacional durante el periodo neoliberal, serán en la actualidad (prioritariamente) ocupados y sometidos al 'valor' del mercado y de la inversión de capitales transnacionales como espacios territoriales objeto de dinámicas de 'acumulación por desposesión' (Harvey 2004), negando de ese modo que en esos espacios locales ya existen (existían) actividades sociales, ambientales y/o productivas – como la pequeña agricultura o el manejo forestal comunitario– y territorios construidos históricamente que sostiene un conjunto de identidades, relaciones sociales, prácticas culturales y relaciones entre las poblaciones locales y naturaleza. De ese modo, se generan en esas regiones, territorios y espacios locales una ola de conflictos sociales, llamados conflictos socio-ambientales (Alier 2004) produciendo igualmente movimientos socioterritoriales (Fernandes 2005), surgidos en las últimas décadas, por lo que algunos autores denominan como el “giro eco-territorial” (Svampa 2010) de los movimientos sociales en América Latina. Es en esta dimensión territorial, en la 46 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── que tiene lugar gran parte de los movimientos sociales en el subcontinente, a partir precisamente de la tensión y conflicto que se produce entre la concepción del territorio como espacio de reproducción social, donde se desarrollan una diversidad de prácticas sociales, económicas y culturales y las dinámicas de ‘desterritorialización extractiva’ (PortoGonçalves 2002, Haesbaert 2011). En ese sentido, una re-territorialización emergería como un común denominador en la región, porque se da como una manifestación del proceso de reestructuración de las relaciones sociales que se desarrolló durante las últimas décadas. Así, frente a la crisis de la territorialidad estatal, ahora se habla de territorialidades diversas, o como señalaba Porto-Gonçalves (2002) se trataría de pensar más bien en términos de ‘tensión de territorialidades’, aludiendo con esto a procesos que, lejos de mostrar una dinámica unívoca, están marcados por conflictos que se instalan en torno a la producción del espacio y la nueva geográfica del capitalismo contemporáneo. Asimismo, y muy a pesar de estos capitales y poderes hegemónicos, este fenómeno tendría en su reverso el germen de la movilización, ya que al ser atacados sus espacios históricos muchos pueblos indígenas, como movimientos territorializados, reaccionan como defensa, generando un fenómeno de reconstrucción ‘etno-territorial’ y de activación de antiguas y generación de nuevas territorialidades (Porto-Gonçalves 2010). Por otro lado, la territorialidad estaría claramente asociada a la libre determinación de los pueblos, y es a partir de la defensa de los derechos territoriales colectivos que los pueblos indígenas estructuran sus demandas. De esta forma podemos darnos cuenta por qué la defensa territorial está en las bases de la organización indígena y de su identidad colectiva. Evidentemente, su territorio y territorialidad es desde donde se asienta su estructura y vida social, y desde donde se organiza la acción colectiva. 5. Conflictos y movimientos socioterritoriales en Bolivia y Ecuador Las discusiones y reflexiones sobre los actuales contextos de los llamados “procesos de cambio” estatal en la región andino-amazónica del subcontinente, particularmente en países Bolivia y Ecuador, tendrían todavía como uno de sus ejes centrales el tema de la ‘plurinacionalidad’, que se habría instalado como uno de los más importantes referentes de cuestionamiento de del Estado-nación, así como núcleo de transformación de las estructuras simbólico-culturales (imaginario colectivo) y materiales (político-institucionales, normativas, económicas y territoriales) de la nueva estatalidad en esta parte del subcontinente, las mismas que se expresan y fundamentan en las Constituciones actuales 47 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── de ambos países. Sin embargo, la cuestión sobre la plurinacionalidad se habría vinculado estrechamente en los últimos años al polémico debate sobre los modelos económicos predominantes en los últimos años en la región y en casi toda América del Sur con la permanencia, reimpulso y predominio de formas de desarrollo económico bajo modelos ‘neoextractivistas’. En Bolivia, el conflicto sociopolítico en torno al TIPNIS (Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Secure), con las movilizaciones indígenas del 2011 y 2012, puso en evidencia las profundas contradicciones y disputas en torno al imaginario del ‘Estado Plurinacional’ y al denominado ‘Vivir Bien’. Así, la determinación del gobierno de Evo Morales de construir una carretera que atravesaría este territorio desató una fuerte polémica a partir de la reacción de las organizaciones indígenas que impactaron a todo el país a través de dos marchas (2011 y 2012) para evitar que esa carretera pase por el núcleo del TIPNIS, exigiendo el respeto a su territorialidad y al derecho de consulta previa a los pueblos indígenas, como establece la constitución y los convenios internacionales. El TIPNIS, además de estar protegido por normas nacionales, internacionales y el propio texto constitucional boliviano, fue reivindicado por las poblaciones indígenas del lugar no sólo por su condición de parque natural por lo tanto ‘área protegida’ sino, sobre todo, por ser ‘territorio indígena’ reconocido como parte de los derechos de las naciones y pueblos indígenas originarios de ‘tierras bajas’ en Bolivia. En ese sentido, el caso del TIPNIS, no sólo se manifestaría y desplegaría como un conflicto por una carretera (como fue presentado oficialmente), ya que las políticas del Gobierno que impulsa la construcción de una carretera serían parte de una “visión de desarrollo” que gira en torno a un modelo basado predominantemente en dinámicas de extracción/exportación de materias primas, principalmente de hidrocarburos, así como planes de desarrollo de infraestructura que estarían vinculados a megaproyectos regionales como el IIRSA8. De ese modo, el gobierno de Morales en los hechos terminaría impulsando y defendiendo un modelo económico que termina profundizando la tendencia a salidas económicas que se basan en un modelo extractivo, con una visión gubernamental donde parece predominar un modelo de desarrollo de tipo neoextractivista de las políticas estatales (Svampa 2010), en fuerte tensión y disputa con visiones de actores sociales indígenas que reivindican el derecho colectivo a la autodeterminación y la consulta sobre las actividades (extractivas) que afecten a sus territorios, comunidades y formas de vida. El conflicto del TIPNIS acaso expresaría exactamente eso: poblaciones indígenas que rechazan los planes centrales de la política extractivista, destructora de su territorio, sus formas productivas y sus modos de vida. 8 Sigla para el Plan Iniciativa de Integración Regional Sudamericana. 48 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── En el caso del Ecuador, con algunas características diferentes y particularidades específicas, el cuadro presentaría síntomas similares a los de Bolivia: con un gobierno proclamado como “progresista” o ‘de izquierda’, con amplio respaldo político-electoral; con toda una plataforma de sectores sociales afines (¿cooptados?) por el gobierno; con un esquema y discurso más bien populista de gestión del Estado con base en mayor control de excedentes y políticas sociales asistenciales y un marcado caudillismo, en torno a la fuerte figura de un liderazgo en torno a la persona del presidente (hiperpresidencialismo); con fuertes movimientos sociales indígena-campesinos que demandan cumplimiento e implementación de los mandatos estructuralmente más transformadores de la Constitución Política del Estado (como la plurinacionalidad, las autonomías indígenas, los derechos de la Madre Tierra y el Buen Vivir); con la manifestación de fuertes contradicciones y/o paradojas en relación a las políticas de “desarrollo” efectivamente desplegadas por el gobierno, en particular en los territorios con gran riqueza natural, donde se manifiestan fuertes conflictos socio-ambientales, a causa de la presencia de actividades extractivas y de afectación de territorios comunitarios y áreas con ecosistemas protegidos, como es el Parque Nacional Yasuní. En ese marco, la decisión del gobierno del Ecuador de iniciar actividades de explotación de petróleo en una de las zonas más biodiversas del planeta como es el Parque Nacional Yasuní, desencadenaría la alarma general entre ambientalistas, pueblos indígenas y una importante parte de la población ecuatoriana, que demandaron realizar un referendo al respecto9. Esto a partir de que el presidente Correa ordenó el 2013 archivar la Iniciativa Yasuní-ITT, destinada a dejar en el subsuelo la riqueza hidrocarburífera del parque amazónico a cambio de una compensación económica internacional, debido a la falta de aportes al fideicomiso abierto con ese fin. Esta decisión gubernamental daría luz verde a la empresa estatal Petroamazonas para que comience operaciones en el parque, según el decreto que pone fin a la iniciativa. Esto provocó un rechazo social organizado que alerta de la afectación que sufriría el ecosistema y los pueblos indígenas de la zona, de concretarse –como parecen evidenciar los hechos actualmente– la incursión petrolera en el área protegida más grande del Ecuador. En agosto del 2013 el presidente Rafael Correa anunciaba al país su decisión de dar por terminada la Iniciativa Yasuní-ITT, la cual consistía en dejar bajo tierra el crudo de los bloques ITT en el Yasuní a cambio de una compensación económica internacional de 3.600 millones de dólares. Unos días después diversos colectivos sociales se agrupan bajo el nombre Yasunidos reclamando que dicha decisión sea consultada al pueblo ecuatoriano. 9 49 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── El Yasuní, es un lugar de especial relevancia territorial, tanto por ser el lugar donde habitan los llamados Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (Tagaeri-Taromenani), como por ser uno de los lugares más biodiversos del mundo y, por ello, la explotación petrolera estaría contraviniendo los “derechos de la naturaleza” el derecho del Buen Vivir y los derechos territoriales de los pueblos indígenas, establecidos en la Constitución del Ecuador de 2008. La decisión de explotación del Yasuní, para las diversas organizaciones y actores sociales que se le oponen, se basaría en una visión simplista que limita las posibles afectaciones en un lugar tan complejo, presentándose como “fiable” a través de “estudios técnicos especializados”. Se argumentara que se estaría usando la “técnica” de forma ideológica, a partir de una fiabilidad absoluta de la tecnología que solapa cualquier debate democrático (Santos 2014). En ese contexto, el Vivir Bien/Buen Vivir, como sentido agregador de principios inspirados en cosmovisiones de pueblos indígenas y originarios andinos y amazónicos, basado en diversas concepciones comunitarias (como el ‘suma qamaña’ aymara; el ‘suma kausay’ quechua; el ‘tekokavi’ guaraní, etc.), que se habría convertido en un referente plural y articulador de imaginarios y proyectos societales de implicancia civilizatoria, acaso se encontraría en ‘crisis’. Así, los imaginarios societales en torno a la plurinacionalidad, la autonomía indígena, la descolonización y los proyectos del Vivir Bien/Buen Vivir, a pesar de estar nominalmente transversalizados en los actuales textos constitucionales de Bolivia y Ecuador, en la realidad de las políticas gubernamentales de ambos países, parecen encontrarse en la actualidad y desde los últimos años en una situación de complejas y profundas contradicciones y de retrocesos. En ese contexto,movimientos indígenas de matriz y con base comunitaria, que fueron los referentes desde donde surgieron los más importantes principios paradigmáticos y programáticos de cambio sociopolítico en la regiónen la década pasada (como la descolonización; los derechos de la naturaleza; las autonomías indígenas; la plurinacionalidad y los imaginarios del Buen Vivir/Vivir Bien, incorporados en las Constituciones de Bolivia y Ecuador), habrían configurando así verdaderos ‘movimientos societales’ (Tapia 2008) y en la actualidad volverían a ser los que continuarían manifestando y desplegándose como formas de protesta, rebelión y movilización social y política que cuestionan y trastocan el carácter mismo de los Estados al cuestionar las políticas de sus gobiernos y a los modos de reproducir la desigualdad entre pueblos y culturas (Tapia 2008), impugnando esta vez a los gobiernos llamados “gobiernos progresistas”. Se trataría, pues, de movimientos socioterritoriales que se presentan como formas sociales y políticas de origen no moderno que se movilizaron y movilizan contra los efectos expropiadores de su territorio y destructoras de sus comunidades y que la 50 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── actualidad vuelven a constituir los referentes de resistencia social y de lucha política por transformar y descolonizar los estados y sus esquemas neocoloniales en sus países. 6. Conclusión Las cosmovisiones comunitarias y propuestas políticas que fueron reivindicadas por los movimientos indígenas con carácter societal, que abrieron procesos de transformación estatal en los casos de Bolivia y Ecuador, se presentarían hoy como fuertes críticas a las orientaciones y direcciones que habrían tomado los “proceso de cambio” en estos países y los respectivos gobiernos, reivindicando una reorientación del mismo hacia los sentidos del ansiado cambio societal y del proyecto plurinacional, transformador y descolonizador que emergió en la región a comienzos de este siglo. Estos serían parte de algunos de los nudos problemáticos y frentes de conflicto y tensión en los recientes y actuales contextos sociopolíticos tanto en Bolivia como Ecuador, aunque con matices diversos en ambos casos, que estarían entre los principales aspectos que configuran la cuestión sobre los procesos políticos de transformación estatal en la región andino-amazónica. Asimismo, todo este debate se vincula y problematiza con la actual discusión subcontinental sobre los cambios en las dinámicas de los procesos geopolíticos, económicos y de integración regional en curso y de sus complejas relaciones con los mapas institucionales nacionales y transnacionales. En particular, tendría que ver con las potencialidades y posibilidades de la plurinacionalidad y las latentes perspectivas de emancipación, descolonización socio-cultural y político-territorial, así como las posibilidades reales de construcción de alternativas civilizatorias de matriz comunitaria como el Buen Vivir. En ese escenario, actualmente se estaría asistiendo no tanto ya a la manifestación de “contradicciones” al interior de los Estados y los gobiernos en Bolivia y Ecuador sino, acaso, al claro despliegue de proyectos políticos y modelos de desarrollo que irían a contramano con los mandatos y espíritu de los respectivos textos constitucionales, claramente alejados de sus potencias y horizontes de transformación, democratización y/o descolonización. En ese sentido, parecen hacerse evidentes algunas tendencias de neocolonización de territorios, a través de un relanzamiento y expansión de modalidades de capitalismo de despojo y de continuación/restauración de esquemas monológicos del Estado-nación en la región. 51 contacto@revistanuestramerica.cl ──Revista nuestrAmérica, ISSN 0719-3092, Vol. 3, n° 5, enero-junio, 2015── Referencias Acosta, Alberto. 2011. Extractivismo y neo extractivismo: dos caras de la misma maldición. Quito: Línea de Fuego. Ceceña, Ana Esther. 2013. 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