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Entrevista con Eduardo PARRA

El escritor mexicano Eduardo Antonio Parra es uno de los exponentes de la literatura mexicana. Su trabajo ya recibió varios premios, entre ellos el Juan Rulfo del año 2000 de la Radio France. Su último libro de cuentos, Sombras detrás de la ventana ganó en 2009 el premio Antonin Artaud, que le rindió una publicación y traducción en Francia. Su libro primer libro de cuentos Los límites de la noche fue traducido y publicado en Francia por las ediciones Zulma. Sus temas salen de la frontera y por eso su literatura es conocida por ser muy sombría y negra, llena de violencia. Esto porque el autor vivió muchos años en Monterrey. Ha participado de pandillas, como suele acontecer con los jóvenes que viven en la frontera y conoció como es pasar una noche en un comisariado de policía, pero no porque haiga cometido un crimen, sino por una borrachera entre amigos. Nos explica Parra que la frontera es el limbo, y cuando uno la traversa no sabe se encontrará al cielo o al infierno. Y nos cita, con mucha gracia, la frase del Presidente Porfirio Díaz ¡Pobre México! Tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos. Nos explica también que la frontera es a la vez un sitio de la esperanza de cambiarse de vida al irse a los Estados Unidos y también el sitio en que se exacerba el nacionalismo contra los gringos. El nos acuerda que mitad de aquel territorio que hoy pertenece a los Estados Unidos era de México, y que poco a poco los mexicanos lo retoman, ¡pero los americanos no se han dado cuenta! Nos explica el autor su interés al retratar los personajes marginales: es a la vez el deseo un poco romántico de dar voz a los que no tienen derecho a ella, así como enseñarnos que de toda basura podemos sacar un perla. Cuando la Ciudad de México fue considerada la más peligrosa del mundo, fue cuando él decidió mudarse para allá. Hoy vive allí con su mujer, que también es escritora. Transcripción en español y traducción en francés

El escritor mexicano Eduardo Antonio Parra es uno de los es uno de los protagonistas de la literatura mexicana. Su trabajo ya recibió varios premios, entre ellos el Juan Rulfo del año 2000 de la Radio France. Su último libro de cuentos, Sombras detrás de la ventana, ganó en 2009 el premio Antonin Artaud, que le permitió ser publicado y traducido en Francia. Su primer libro de cuentos “Los límites de la noche” fue traducido y publicado en Francia por las ediciones Zulma. Sus temas son inspirados por la frontera y por eso su literatura es conocida por ser muy sombría y negra, rebosante de violencia. Esto se debe a que el autor el autor vivió muchos años en Monterrey. Ha participado en pandillas, como suele acontecer con los jóvenes que viven en la frontera y sabe lo que es pasar una noche en un comisariado de policía, pero no porque haya cometido algún crimen, sino por una borrachera entre amigos. Nos explica Parra que la frontera es el limbo, y cuando uno la traspasa no sabe si se encontrará con el cielo o con el infierno. Y nos cita, con mucho humor, la frase del Presidente Porfirio Díaz “¡Pobre México! Tan lejos de Dios, y tan cerca de los Estados Unidos”. También nos explica que la frontera es a la vez un lugar de esperanza, donde uno puede cambiar de vida al irse a Estados Unidos, y un lugar en el que se exacerba el nacionalismo contra los gringos. El nos recuerda que la mitad de aquel territorio que hoy pertenece a los Estados Unidos era de México, y que poco a poco los mexicanos lo recuperan, ¡pero los americanos no se han dado cuenta! Nos comentael autor su interés por retratar a marginales: es a la vez el deseo un poco romántico de dar voz a los que no tienen derecho a ella, así como de enseñarnos que de todo desperdicio se puede sacar una perla. Cuando la Ciudad de México fue considerada la más peligrosa del mundo, fue cuando él decidió mudarse allí. Hoy vive allí con su mujer, que también es escritora. Entrevista a Eduardo Antonio Parra Su primer despertar literario fue con la lectura de Cien años de soledad de Gabriel García Márquez. Pero al escribir sus cuentos usted se dio cuenta de que sus abuelas fueron también una inspiración fundamental. Explíquenos un poco estas dos influencias. Bueno, la de Garcia Marquez fue lo que me impulsión para la literatura, cuando terminé de leer Cien años de soledad dije ya sé lo que quiero ser, quiero ver si puedo provocar en otros las emociones que este hombre provocó en mi. Entonces él me marcó el camino. Y después empecé a escribir lo que se me ocurría, lo que me venía a la cabeza, pero cuando terminé de escribir mi primer libro de cuentos y me puse a analizarlo, me di cuenta que la influencia principal era de mis dos abuelas. Percibí que conseguía criar los tonos que ellas criaban, y sin pensarlo de momento, por ejemplo, los cuentos más fantásticos vienen de la influencia de mi abuela paterna, y los de horror de la materna. ¿Y la historia del pozo? Esta viene de la materna. Además una era del centro del país y la otra del norte, y esta viene del norte. Fue quien me contó esta historia, se lo dedico, pero no digo que es mi abuela. He visto el nombre, es Ayalam no? Si Ayala. Usted ha dicho que el cuento es la esencia de la narrativa, la síntesis de una historia más larga. Cortázar comparaba la escritura con el boxeo, decía que escribir un cuento era ganar por Knock-Out (KO) y una novela era ganar por puntos. ¿Está de acuerdo con esa visión? ¿Cómo ha sido escribir una novela? Sí, sí, estoy de acuerdo. Creo que el cuento se gana por KO ahora, pero si veo a una pelea de boxeo buena, el KO puede llegar en el último asalto y en el último segundo, y puede haber cuentos largos que aún así se ganan en el KO. El KO se refiere a la intensidad o más bien a dejar al lector un poco atarantado cuando termina de leerlo. O sea, que si la última línea no es un final sorpresivo como quiera ser, tan contundente, que el lector se quede como si se le pasó una _________ (no pudo comprehender) encima. Este es el ideal cuando se gana por knock-out. Se habla mucho de la dificultad de vivir en el norte de México. Usted supo hacer de sus habitantes personajes intensos y escogió sobre todo a los marginales para darles voz en sus narraciones. Ellos nos enseñan como su mundo de pensamientos es semejante al nuestro. ¿Cree que tenemos los mismos problemas pero buscamos soluciones diferentes? Yo creo que sí. Para empezar, los problemas humanos son parejos para cualquier situación económica o social, solamente que se presentan con diferentes moralidades. No es lo mismo enamorarse o desenamorarse, teniendo hambre o no teniendo hambre, no es lo mismo, cuando tenemos sueño cuando no tenemos ni trabajo, tenemos sueño cuando teneos trabajo. Creo que ahí está la diferencia, simplemente las circunstancias son distintas, pero la humanidad es la misma en cualquier a situación social o económica. Hablando aún de fronteras, parece que es uno de los lugares donde el ser humano se encuentra más vulnerable y se presenta más real y humano. El escritor portugués Gonçalo Tavares nos dice que “Existe un ejercicio para entrenarse la verdad, como por ejemplo, tener miedo. O tener hambre. (…) Estar enamorado es otra manera de ejercitar la verdad”. ¿Busca entonces la verdad del ser humano en la frontera? Sí. Yo creo que en la frontera el ser humano siempre se encuentra en el límite. Las fronteras, sean cual sean. Yo me refiero mucho a la del México y la de los Estados Unidos, porque además es una frontera entre dos culturas distintas, religiones distintas, entre primer y tercer mundo, o sea un montón de cosas, pero cualquier frontera es un ámbito de tensión, y entonces si esta situación límite es tu base, y añades otra, estar enamorado, tener hambre, tener miedo, creo que la esencia del ser humano salta a la vista y es pura, y como es pura, a veces asusta. Me gustaría hablar del Nóbel de este año, el sueco Tranströmer, que casi murió en un accidente de coche. Lo describió en su poema "Soledad": “Aquí estuve a punto de morir una noche de febrero. […] Mi nombre, mis hijas, mi trabajo se desencajaron y se quedaron en silencio atrás, cada vez más lejos. Yo era anónimo como un niño en el patio de recreo rodeado de enemigos. […]Me quedé sentado en sosiego y vi cómo alguien vino a través de la borrasca de nieve para ver qué fue de mí.” Usted también escribe un cuento sobre ese tema del accidente de coche. Personalmente me gustó mucho la secuencia de pensamientos del personaje, la agonía de no conocer el alcance del accidente y sus dudas ¿Ha vivido también algún accidente? ¿Le inspiran las situaciones trágicas que le rodean para escribir, o incluso las noticias de crímenes absurdos en la prensa? No he vivido un accidente de estas dimensiones, pero mi padre si lo vivió, mis hermanos se lo han vivido, entonces yo quería ponerme en lugar de ellos cuando estaba escribiendo: ¿qué fue lo que sintieran, lo que pensaran? También lo he visto estas situaciones en la prensa, en la televisión, cuando uno te asegura que alguien debe haber muerto, es cuando no le pasa nada, y al revés. A mí me gusta mucho las situaciones paradójicas, en un accidente todos creen que lo que iba manejando murió, hasta el mismo creé que está muerto, y resulta que no, que está ileso, y al revés, al revés también. Y lo hermoso de la literatura es ponerte en el sitio del otro en una situación complicada. De todo lo que hemos hablado hasta ahora, de la situación marginal, del crimen, del accidente: se trata en todos los casos de situaciones límite. Es como si la comunicación, el contacto humano, fueran al final posibles, solamente en una situación extrema, en ese momento límite y peligroso… ¿Está de acuerdo? Estoy convencido de esto, pues cuando no estamos en una situación límite, en una situación extrema lo que traemos encima es toda una educación y cultura que en realidad son disfraces, son bernices. Y yo siempre he dicho que cuando que lo que nos separa de los animales es todo eso, digo lo que nos separa de los animales es todo lo artificio, o sea, la verdadera humanidad si no es artificio, entonces está más cerca de la animalidad que nosotros lo consideramos. Entonces las situaciones límite te ayuda a sacar la animalidad, que repito, muchas veces puede ser desagradable, pero es la auténtica y es la única. Diría yo que su cuento “La noche más oscura”, del libro “Los límites de la noche”, es como una película hecha con palabras. Hay un plano secuencia cinematográfico con historias que se mezclan. ¿Piensa que el lenguaje cinematográfico está en sus cuentos? ¿Busca los efectos del cine en ellos? ¿Le gustaría ver alguno de sus cuentos transformados en película? Hasta la fecha han hecho dos cortos de mis cuentos en México, y no me ha gustado. Hay algunas propuestas para sacar un cuento largo, una novela, eso lo veremos más adelante. A mí me emociona, porque me gusta mucho el cine, pero no sé si podría desfrutarlo, aunque no estoy seguro si me gustaría el resultado, porque al escritor por veces no le gusta lo que ve en el cine, pero estaría muy contento. Los autores de teatro brasileños, Nelson Rodrigues y Plinio Marcos, dos figuras muy importantes de la década de los sesenta, exploran temas como el mundo de los marginales y las cuestiones en torno al sexo y el erotismo pegado a la violencia. Ya que hemos hablado de cine, me gustaría saber si se ha planteado alguna vez escribir para el teatro, puesto que su obra aparecen también estos temas. Me encantaría. Y también hicieran un teatro con el cuento “El pozo”. También me da muchísimo gusto y me ha gustado mucho. También me da mucha curiosidad, pues son otros lenguajes, entonces ver como lo traducen a esta lenguaje. Parece que le gusta mucho el tema de la venganza, presente de diversas maneras en sus cuentos. Uno de los que más me impresionó fue “Como una diosa”, en el que Julia quiere prostituirse para intentar vengarse de su marido, pero no lo consigue, y cuando vuelve dice que lo intentará al día siguiente. En realidad no lo consigue porque es una venganza que le violentaría a ella misma. Y este tema trae el fracaso, la frustración, y nos hace cuestionar la venganza como concepto moral. ¿Qué le atrae en la venganza? Quizás también la imposibilidad, porque como lo acabas de decir, porque cuando lo llevas a cabo, quedas quizás igual de dañado que a aquel a quien castigas. Entonces la imposibilidad de esta acción es espantosa, cuando uno quiere vengarse pero no logra, eso es lo que más me llama la atención, porque estas en una situación límite, en una situación tensa. ¿De qué autor ha leído todo o casi todo? ¿Cuál es el motivo del interés que despierta o despertó en usted? Borges, primero fue una especie de recto, pues yo empecé a leer a Borges muy joven, y no lo entendí, se me tocaran dos o tres cuentos que no entendí, entonces el recto fue entenderlo, entonces seguí leyendo hasta entenderlo, y luego me di cuenta al continuar leyendo que sus ensayos explicaban sus cuentos, sus cuentos a sus poesías, las poesías a sus ensayos, o sea, estaba todo entretelado, y fue cuando me di cuenta que había obras perfectamente orgánicas, como la de Borges. Cada vez que lo leo, es un lugar común, surgen cosas nuevas, que nunca había visto. ¿Qué personajes son inolvidables en su imaginación de lector? Pues fíate que los del siglo XIX, Julien Sorel, Jean Vaujean, esos me pegaran muy duro, y otros en México, Pedro Páramo, jamás puedo olvidarme de él, lo mismo Susana Sencuento, los personajes de la novela, y muchos personajes de esta novela de José Revueltas (El mitard), el Carajo, este personaje me fascina, creo que hay muchísimos. La Maga, de Rayuela, siempre están en tu imaginario. Cítenos un libro que fue fundamental en su formación, incluso uno que hoy no considere tan bueno como en la época en que lo leyó. Se llama Señas de identidad, de Juan Goytisolo, fue un libro que me enseñó muchísimo, tanto como conocimiento humano de los personajes como de la vida, fue una cátedra.