Alejandro Ávila Huerta
Profesor de la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad La Salle Pachuca y miembro de la Red Extendida de Investigación de la misma institución, así como de la Red Internacional de Investigación La Salle. Doctor en ciencias políticas y sociales con mención honorífica por la Universidad Nacional Autónoma de México. Su principal línea de investigación es la hermenéutica de las relaciones sociales de construcción de formas simbólicas, interacciones significativas y comunidades de sentido, principalmente entre y en torno a los hombres gays mexicanos.ale
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Con base en la teoría de la estructuración de Giddens y la metodología de la hermenéutica profunda de Thompson, se estudió una serie de entrevistas semiestructuradas a profundidad realizadas entre 2021 y 2023, a partir de lo cual se concluyó que la reconsideración de formas de percibirse y concebirse a sí mismos dependió de un cúmulo de factores personales y dinámicas sociales adicionales a la orientación sexual que se desarrollaron en un espacio-tiempo más amplio que el del aislamiento.
Lo anterior, sumado a las aceleradas transformaciones sociales de la modernidad líquida y a la vulnerabilidad de un sector sistemáticamente discriminado, dificulta la conformación de identidades y comunidades sólidas y, con ello, la convivencia y el diálogo que podrían contribuir a armonizar las fragmentaciones y diferencias que, de no ser superadas, podrían provocar un refuerzo de la homofobia padecida históricamente.
La investigación contó con el apoyo de la Red Extendida de Investigación de la Universidad La Salle Pachuca.
Esto ha generado complejos debates y complicadas discusiones al respecto, y la organización de la realidad que se ha ido construyendo a su alrededor en conceptos, términos y categorías ha sido una de las principales actividades de interés entre los estudiosos.
Partiendo de lo anterior, y siguiendo un paradigma primordialmente fenomenológico, se propondrán aquí respuestas a algunas de las cuestiones que actualmente se plantean como centrales en el estudio de la diversidad sexual. ¿Los sexos, géneros, expresiones y orientaciones pueden considerarse identidades o son únicamente actos? ¿Deben o no ser nombrados? ¿Son sus dinámicas el resultado de rutinas internalizadas de socialización o un mero reflejo de ficciones culturales?
Por medio de una mirada conceptual basada en la conciencia discursiva de Giddens y un acercamiento metodológico sustentado en la hermenéutica profunda de Thompson así como en la mitocrítica de Durand, se analiza una serie de entrevistas semiestructuradas a un grupo de bears mexicanos de diferentes estados, además de sesiones de observación participante en sus espacios de reunión, para conocer la manera en que se identifican como tales. En el texto se presentan el marco histórico de la comunidad bear y algunos de los primeros avances del análisis, que se encuentra todavía en proceso.
La identidad bear, o de osos, es una de estas identidades; busca el reconocimiento de sus expresiones sexuales a pesar de no encajar dentro del modelo o estereotipo gay, que los dejaba al margen. Usualmente son hombres homo o bisexuales, gordos, de abundante vello corporal y maduros; este modelo contemplaba igualmente clases bajas. El discurso que articularon, que pudo haber sido complejo en sus inicios, fue diluyéndose con el tiempo y con la migración de esta identidad a diferentes partes del mundo y lo más notorio que lo caracterizaba, la apariencia física, se convirtió en el indicador más fuerte.
Considerando las identidades como procesos en constante cambio por los agentes que se suscriben a ellas, es importante conocer y estudiar los materiales simbólicos que se producen en su interior, puesto que son el testimonio de las prácticas, dinámicas y el reconocimiento del propio grupo; esto nos acercaría al entendimiento de la manera en la que el grupo se ha consolidado como tal hasta este momento.
Palabras clave: homofobia simbólica, reificación, periodismo rosa, sí-mismo.
La rápida propagación y consolidación del movimiento evidencian que la discriminación contra –y entre- los bears no tiene sólo fines estéticos, también implicaciones identitarias, lo que profundiza sus consecuencias individuales y colectivas: inseguridad ontológica, baja autoestima, segregación, homofobia internalizada y violencia simbólica, entre otras; esto ha sido escasamente estudiado desde las ciencias sociales y las humanidades, no sólo en México, sino en el propio país de origen de la comunidad.
Al abordar el tema, fácilmente puede caerse en la equivocación de considerar que se trata de sujetos que siguen al pie de la letra las normas de género asociadas a su sexo, si no consideramos que estamos hablando de hombres homosexuales, cuya imagen y comportamiento debería ser -según lo dictado por estas mismas normas- tendiente a lo femenino o lo andrógino (ser jóvenes, delgados, lampiños, sofisticados, entre otros rasgos) de tal manera que resulte sencillo diferenciarlos de los hombres heterosexuales.
¿Dicha expresión de género –parte importante del conjunto de materiales simbólicos comunes con los que se identifican los integrantes de la comunidad bear- corresponde a una mascarada -una construcción deliberada, artificial- o a una esencia asignada por naturaleza? Es posible que la respuesta se encuentre en un punto entre estos extremos en el que, si bien estas pautas son transmitidas socioculturalmente, también son reconocidas e internalizadas por los agentes sociales como parte de una identidad no necesariamente forzada o plástica.
A partir del concepto de identidad (siguiendo a Peter Berger y Thomas Luckmann, Anthony Giddens y Gerd Baumann), así como de la elaboración de un concepto propio de masculinidad (basado principalmente en los estudios de género de Marta Lamas), se llevará a cabo una discusión que pueda dar respuesta a la interrogante planteada.
Con base en la teoría de la estructuración de Giddens y la metodología de la hermenéutica profunda de Thompson, se estudió una serie de entrevistas semiestructuradas a profundidad realizadas entre 2021 y 2023, a partir de lo cual se concluyó que la reconsideración de formas de percibirse y concebirse a sí mismos dependió de un cúmulo de factores personales y dinámicas sociales adicionales a la orientación sexual que se desarrollaron en un espacio-tiempo más amplio que el del aislamiento.
Lo anterior, sumado a las aceleradas transformaciones sociales de la modernidad líquida y a la vulnerabilidad de un sector sistemáticamente discriminado, dificulta la conformación de identidades y comunidades sólidas y, con ello, la convivencia y el diálogo que podrían contribuir a armonizar las fragmentaciones y diferencias que, de no ser superadas, podrían provocar un refuerzo de la homofobia padecida históricamente.
La investigación contó con el apoyo de la Red Extendida de Investigación de la Universidad La Salle Pachuca.
Esto ha generado complejos debates y complicadas discusiones al respecto, y la organización de la realidad que se ha ido construyendo a su alrededor en conceptos, términos y categorías ha sido una de las principales actividades de interés entre los estudiosos.
Partiendo de lo anterior, y siguiendo un paradigma primordialmente fenomenológico, se propondrán aquí respuestas a algunas de las cuestiones que actualmente se plantean como centrales en el estudio de la diversidad sexual. ¿Los sexos, géneros, expresiones y orientaciones pueden considerarse identidades o son únicamente actos? ¿Deben o no ser nombrados? ¿Son sus dinámicas el resultado de rutinas internalizadas de socialización o un mero reflejo de ficciones culturales?
Por medio de una mirada conceptual basada en la conciencia discursiva de Giddens y un acercamiento metodológico sustentado en la hermenéutica profunda de Thompson así como en la mitocrítica de Durand, se analiza una serie de entrevistas semiestructuradas a un grupo de bears mexicanos de diferentes estados, además de sesiones de observación participante en sus espacios de reunión, para conocer la manera en que se identifican como tales. En el texto se presentan el marco histórico de la comunidad bear y algunos de los primeros avances del análisis, que se encuentra todavía en proceso.
La identidad bear, o de osos, es una de estas identidades; busca el reconocimiento de sus expresiones sexuales a pesar de no encajar dentro del modelo o estereotipo gay, que los dejaba al margen. Usualmente son hombres homo o bisexuales, gordos, de abundante vello corporal y maduros; este modelo contemplaba igualmente clases bajas. El discurso que articularon, que pudo haber sido complejo en sus inicios, fue diluyéndose con el tiempo y con la migración de esta identidad a diferentes partes del mundo y lo más notorio que lo caracterizaba, la apariencia física, se convirtió en el indicador más fuerte.
Considerando las identidades como procesos en constante cambio por los agentes que se suscriben a ellas, es importante conocer y estudiar los materiales simbólicos que se producen en su interior, puesto que son el testimonio de las prácticas, dinámicas y el reconocimiento del propio grupo; esto nos acercaría al entendimiento de la manera en la que el grupo se ha consolidado como tal hasta este momento.
Palabras clave: homofobia simbólica, reificación, periodismo rosa, sí-mismo.
La rápida propagación y consolidación del movimiento evidencian que la discriminación contra –y entre- los bears no tiene sólo fines estéticos, también implicaciones identitarias, lo que profundiza sus consecuencias individuales y colectivas: inseguridad ontológica, baja autoestima, segregación, homofobia internalizada y violencia simbólica, entre otras; esto ha sido escasamente estudiado desde las ciencias sociales y las humanidades, no sólo en México, sino en el propio país de origen de la comunidad.
Al abordar el tema, fácilmente puede caerse en la equivocación de considerar que se trata de sujetos que siguen al pie de la letra las normas de género asociadas a su sexo, si no consideramos que estamos hablando de hombres homosexuales, cuya imagen y comportamiento debería ser -según lo dictado por estas mismas normas- tendiente a lo femenino o lo andrógino (ser jóvenes, delgados, lampiños, sofisticados, entre otros rasgos) de tal manera que resulte sencillo diferenciarlos de los hombres heterosexuales.
¿Dicha expresión de género –parte importante del conjunto de materiales simbólicos comunes con los que se identifican los integrantes de la comunidad bear- corresponde a una mascarada -una construcción deliberada, artificial- o a una esencia asignada por naturaleza? Es posible que la respuesta se encuentre en un punto entre estos extremos en el que, si bien estas pautas son transmitidas socioculturalmente, también son reconocidas e internalizadas por los agentes sociales como parte de una identidad no necesariamente forzada o plástica.
A partir del concepto de identidad (siguiendo a Peter Berger y Thomas Luckmann, Anthony Giddens y Gerd Baumann), así como de la elaboración de un concepto propio de masculinidad (basado principalmente en los estudios de género de Marta Lamas), se llevará a cabo una discusión que pueda dar respuesta a la interrogante planteada.
Después de una historia de negación, los estudios antropológicos más o menos recientes descubren evidencia contundente para afirmar que los niños sí son seres sexuados, que sí hay niños heterosexuales y homosexuales, que no pueden ni aprender ni curar su orientación sexual y que buscarán su expresión aun en la opresión.
También se encuentra, gracias a la psicología, que vivir una orientación sexual diversa oculta –en el closet, se dice coloquialmente- tiene consecuencias dañinas para la salud mental, física y el desarrollo social, y que a más prontitud para dejar ese estado, mejor.
¿Cómo instaurar las condiciones para evitar a las personas homosexuales esta transición? Ya no tener que salir del clóset porque nunca se entró el. Que la pregunta “¿y a ti te gustan los niños o las niñas?” sea tan común como “¿cómo te llamas?”.
Para Giddens la comunicación es un fenómeno de interacción y construcción de sentido en el que intervienen la conciencia práctica (el actuar cotidiano tácito) y discursiva (la capacidad de explicar nuestros actos). Para hacer un estudio al respecto se debe considerar que hay aspectos discursivos y de la acción más allá de lo expreso, y que nuestra interpretación del problema se hará ya sobre una interpretación del mismo por los agentes sociales. Por esto, se hará un análisis, siguiendo la hermenéutica profunda de Thompson, de los materiales simbólicos de bears mexicanos para determinar si hay estructuras de significación que permitan hablar de una conciencia discursiva de su identificación como parte de esta comunidad.
Palabras clave
Hermenéutica, identidad, poder, discurso, estudios gay.
En la ponencia repasaré los recuerdos que de esta historia han elaborado diez bears originarios y habitantes de diferentes estados de México, así como la realización de algunas de las acciones que con su discurso racionalizan. La información fue obtenida a partir de entrevistas semiestructuradas y etnografías participantes, y analizada por medio de la hermenéutica profunda de Thompson desde el marco conceptual de la conciencia discursiva de Giddens.
En la ponencia repasaré los recuerdos que de esta historia han elaborado diez bears originarios y habitantes de diferentes estados de México, así como la realización de algunas de las acciones que con su discurso racionalizan. La información fue obtenida a partir de entrevistas semiestructuradas y etnografías participantes, y analizada por medio de la hermenéutica profunda de Thompson desde el marco conceptual de la conciencia discursiva de Giddens.