Del castellano antiguo sierpe, y este del latín tardío serps, modificación del clásico serpens, participio presente de serpere ‘reptar’, en última instancia del protoindoeuropeo *serp-. Compárese el catalán serp y el rumano şarpe; además serpiente, el francés serpent, el italiano serpente y el portugués serpente.
Donde se dice de la Virgen Maria, que como ella fué muy hermosa, pero cuando alguno la miraba, por corrupto y mal deseo que tuviese, en mirándola, luego se le apagaba el mal deseo y le venía casta y limpia voluntad. Y por eso es comparada al cedro, cuyo olor mata los sapos y las sierpes.Martín de Córdoba & Martín (de Córdoba, Fray). Jardín de nobles donzellas, Fray Martin de Córdoba. Página 90. 1974.
Otra cosa retraen, mas no la escrivieron, y muestran los forados que las sierpes fizieron; las peñas foradaron quand' ficar non podieron, pero al omne bono nul pavor no l' fizieron.Gonzalo de Berceo & Brian Dutton. La vida de San Millán de la Cogolla. Página 135. Editorial: Tamesis. 1984. ISBN: 9780729301923.
↑Desde 1999 se recomienda considerar siempre diptongo, a efectos de acentuación gráfica, la combinación entre vocales cerradas “átonas” (/iu/, /ui/), o entre vocales cerradas con vocales abiertas ambas “átonas” (/ua/, /ei/, /io/, etc.). Esta recomendación se transforma en prescripción a partir de la reforma ortográfica de 2010, por lo que muchas palabras que se podían escribir con hiato deberán escribirse en diptongo. No obstante, esto no implica una proscripción en la pronunciación. Más información.