ÁNIMO
Isaías 35:1-10
La duda, el desánimo, la incredulidad son
herramientas del enemigo de nuestras almas
para estorbar o estancar los planes de Dios en
nuestra vida. Pero, nuestro buen Dios nos
ayuda fortaleciendo nuestra fe y nuestras
fuerzas para perseverar, y no renunciar.
Es Dios quien anima y fortalece a su iglesia, él
no ha cambiado, sigue renovando y
fortaleciendo a sus hijos para llevarlos a la
victoria. Veamos ahora este interesante
estudio….
En Dios debemos tomar nuevas
fuerzas, Isaías 35:3.
"Fortaleced las manos cansadas,
afirmad las rodillas endebles“
Las manos representan nuestras obras y
labores, las rodillas son figura de nuestra
firmeza y caminar, En ocasiones estamos
desanimados y cansados ante las
diversas circunstancias difíciles que se
presentan en nuestras vidas.
Con el poder de Dios debemos avanzar ante los miedos,
Isaías 35:4ª
"Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis“
Los hijos de Dios debemos marchar a pesar de los temores, pues el
Todopoderoso va con nosotros, y esto es lo más importante.
La palabra esfuerzo implica ir más allá de las fuerzas normales y
corrientes, debemos recordar aquí que la Biblia nos dice en el Salmo
92:10.
Dios anima y fortalece la esperanza de
su pueblo, Isaías 35:4b
"He aquí que vuestro Dios viene con
retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y
os salvará".
Dios sigue siendo nuestro Salvador, y usa su
palabra para animar y restaurar a su pueblo.
Él conoce plenamente tus luchas y dificultades
Las Promesas de Dios son fieles y verdaderas, Isaías 35:6-7.
"Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo;
porque aguas serán cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El
lugar seco se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de
aguas; en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y
juncos".
Las aguas en el desierto implican vida en medio de la sequedad,
florecimiento y fruto en medio de la aridez, y restauración en medio de la
ruina y de la muerte.
Dios hará un camino nuevo donde no hay, Isaías 35:8-9. .
Algunas veces el panorama de nuestra
vida no es el mejor (como le estaba
pasando a Israel), pero el Señor nos anima
a perseverar, nos invita a renovar nuestras
fuerzas en él, nos alienta para andar por el
Camino de Santidad, porque él viene con
grandes bendiciones. Adelante, avanza, el
Señor va con nosotros, hoy Dios nos
anima y restaura nuestro corazón.