ASIGNATURA: DIDÁCTICA GENERAL
EJERCICIO: SEMANA III
NOMBRE DEL PROFESOR:
NOMBRE DEL ESTUDIANTE: Gyovanna Senem Welter
TRABAJO PRÁCTICO
a) Redacción del título.
b) Elaboración de la introducción.
c) Desarrollo (deberá utilizar estrategias de argumentación, de reflexión, de
análisis, de definición y de causa efecto)
d) Conclusión. (Breve y precisa)
Título
La evaluación educativa: reflexiones, técnicas y criterios en el proceso de
enseñanza-aprendizaje
b) Introducción
La evaluación constituye uno de los ejes centrales del proceso educativo, ya
que permite conocer los avances, dificultades y logros del estudiante en su
camino de formación. No se trata únicamente de asignar una calificación, sino
de un proceso investigativo, reflexivo y ético que busca acompañar el
desarrollo cognitivo, actitudinal y social del alumno. Evaluar significa comparar
la producción real con los objetivos propuestos, utilizando criterios
consensuados y estrategias que permitan valorar de manera justa y
significativa el aprendizaje. Este trabajo presenta una reflexión sobre la
evaluación en el ámbito pedagógico, analizando sus modalidades, técnicas,
criterios y procedimientos, con el fin de comprender su relevancia en la mejora
continua del proceso de enseñanza-aprendizaje.
c) Desarrollo
1. Reflexión inicial sobre la evaluación
La evaluación es una acción compleja que exige responsabilidad ética por
parte del docente. Implica reconocer quién es el estudiante, de dónde proviene,
cuál es su nivel cognitivo, su motivación, su personalidad y sus relaciones
interpersonales. Todo juicio valorativo debe estar sustentado en referentes
claros y consensuados, de manera que el estudiante comprenda qué se espera
de él y pueda medir su propio progreso.
La decisión pedagógica de aprobar, recomendar, aplazar o reprobar a un
alumno debe estar acompañada de un análisis de la metodología empleada:
¿es necesario reorientarla o afianzarla? De este modo, la evaluación no se
concibe como un acto aislado, sino como parte de un proceso formativo
integral.
2. Modalidades de evaluación
Existen distintas modalidades que enriquecen el proceso evaluativo:
Autoevaluación: permite que el estudiante reflexione sobre su propio
desempeño y se convierta en protagonista de su aprendizaje. Favorece
la motivación, la autonomía y la responsabilidad.
Coevaluación: fomenta el trabajo en equipo, ya que los estudiantes y
docentes se evalúan mutuamente, fortaleciendo la metacognición y la
retroalimentación colectiva.
Evaluación unidireccional: es la forma más tradicional, en la que el
docente valora el desempeño de los estudiantes. Aunque es útil, puede
ser limitada si no se combina con otras modalidades.
Estas formas de evaluación no se excluyen, sino que pueden complementarse
para obtener una visión más integral del aprendizaje.
3. Técnicas e instrumentos de evaluación
La evaluación se materializa mediante instrumentos diversos como pruebas
abiertas o cerradas, presentaciones orales, ensayos, rúbricas, diarios,
proyectos o debates. Cada técnica responde a un propósito específico:
comprobar conocimientos, valorar habilidades o fomentar la creatividad y la
reflexión crítica. La elección del instrumento debe ser coherente con los
objetivos de aprendizaje y con las competencias que se buscan desarrollar.
4. Criterios de evaluación
Según Llanos Ceballos (2014), los criterios permiten verificar el éxito o la
debilidad en la realización de una tarea. Entre ellos destacan:
Claridad: capacidad para definir con precisión los conceptos.
Coherencia: habilidad para relacionar y conectar ideas.
Pertinencia: posibilidad de aportar propuestas ajustadas al tema.
Solidez: conexión argumentativa de los elementos que conforman el
objeto de estudio.
Lógica: movilización de recursos intelectuales para resolver problemas.
Rigurosidad: capacidad de indagar críticamente en el pasado, presente
y futuro de un conocimiento.
Estos criterios aseguran una evaluación objetiva y permiten valorar tanto el
“saber” como el “hacer” y el “ser”.
5. Procedimientos de evaluación
Existen diferentes tipos de evaluación con funciones específicas:
Diagnóstica: identifica el nivel de conocimientos previos del estudiante
y sus necesidades formativas.
Formativa: se aplica durante el proceso para retroalimentar y mejorar el
aprendizaje.
Sumativa: se utiliza al final de un ciclo para comprobar los logros
alcanzados.
Cada una cumple un papel fundamental, y su combinación permite construir un
proceso de enseñanza-aprendizaje más inclusivo y significativo.
6. Relación entre objetivos, actividades y evaluación
La coherencia entre los objetivos propuestos, las actividades desarrolladas y la
forma de evaluar es indispensable. Un mismo objetivo puede materializarse a
través de distintas metodologías, pero la evaluación debe responder
directamente a lo que se busca lograr. Por ello, se afirma que “evaluar es
comprobar la distancia entre el ideal y la realidad”, asegurando siempre la
correspondencia entre lo enseñado y lo evaluado.
d) Conclusión
La evaluación, más que un mecanismo de control, es un proceso de
acompañamiento y mejora que permite valorar integralmente el aprendizaje de
los estudiantes. A través de modalidades como la autoevaluación, la
coevaluación y la evaluación unidireccional, así como mediante criterios claros
y técnicas variadas, el docente puede garantizar un proceso justo, inclusivo y
formativo. Evaluar implica no solo medir conocimientos, sino también reconocer
capacidades, actitudes y valores, fortaleciendo así la misión fundamental de la
educación: formar seres humanos autónomos, críticos y responsables.