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Al Amanecer

Alejandro, un jardinero bondadoso, cuida con amor su jardín y se entristece al escuchar las críticas de los jóvenes jazmines hacia una vieja rosa roja. Al ver el dolor de la rosa, Alejandro defiende su belleza y sabiduría, lo que lleva a los jazmines a arrepentirse de su crueldad. Desde entonces, los jazmines aprenden a valorar la bondad de Alejandro y el valor de las flores mayores.
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Al Amanecer

Alejandro, un jardinero bondadoso, cuida con amor su jardín y se entristece al escuchar las críticas de los jóvenes jazmines hacia una vieja rosa roja. Al ver el dolor de la rosa, Alejandro defiende su belleza y sabiduría, lo que lleva a los jazmines a arrepentirse de su crueldad. Desde entonces, los jazmines aprenden a valorar la bondad de Alejandro y el valor de las flores mayores.
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Al amanecer, Alejandro se levantaba contento, se aseaba,

desayunaba y salía a cuidar del jardín como todos los días. Le


gustaba su trabajo y su jardín era el más bonito del reino y muy
famoso por las bellas flores que crecían allí. Alejandro sabía el nombre
de cada una de ellas y los cuidados que necesitaban. Las regaba,
acariciaba con dulzura y hablaba contándoles mil y una historias de
otras flores mientras paseaba entre ellas.

Una mañana mientras cuidaba con delicadeza a una vieja rosa


roja, escuchó hablar a unos jóvenes jazmines:

- ¡Qué vieja y qué pálida está!


- ¿Has visto cuántas arrugas tiene?
- Además está encorvada.
- ¡Vaya pérdida de tiempo prestarle tanta atención!

Aunque Alejandro escuchó las críticas de los jazmines, pensando que


eran muy jóvenes, no dijo nada y continuó con su
trabajo, entristecido por lo que había oído.

Unos días después cuando regaba a la vieja rosa roja y acariciaba las
hojas de su tallo con mimo, de nuevo, escuchó criticar a los
jazmines:
- ¡Casi no tiene color!
- Su tallo es frágil y fino.
- ¡Y ha perdido la razón!
- ¡Que le dé un buen pisotón!

Y la rosa entristecida lo escuchó con gran dolor. Pero esta vez el


bondadoso jardinero se volvió muy enfadado y dijo:

- ¡Basta ya de criticar! Cada arruga de su tallo es un día de su vida.


Las espinas son sus penas, sus pétalos alegrías. Y sus hojas ahora
secas, toda su sabiduría. ¿Acaso pensáis vosotras que siempre seréis
hermosas?, ¿qué siempre estaréis lozanas?, ¿qué nunca os haréis
mayores como le ocurre a la rosa?

Y se volvió hacia la rosa roja y la regó con amor para aplacar su


dolor.

En ese momento, los jazmines se dieron cuenta de lo crueles que


habían sido y, arrepentidos pidieron perdón a la vieja rosa roja que,
como era mayor y muy sabia, no tuvo en cuenta las críticas de los
jóvenes y supo olvidar sus duras palabras viviendo feliz lo que le
quedaba de vida.

Desde entonces, cuando los jazmines veían a Alejandro cuidar de las


viejas flores con tanto cariño, pensaban en lo bondadoso y bueno que
era aquél jardinero.

Preguntas sobre el cuento El jardinero


bondadoso, para niños
1. ¿Qué hacía el jardinero cuando amanecía, todos los días?

2. ¿Qué hacía en su trabajo?

3. ¿Qué ocurrió una mañana mientras cuidaba de una rosa roja?

4. ¿Qué decían los jazmines de la rosa?

5. ¿Y cuál fue la reacción del jardinero Alejandro?

6. ¿Qué dijeron los jazmines en la segunda vez y qué les dijo el


jardinero?

7. ¿Cómo se sintieron los jazmines?

8. ¿Cómo ha cambiado la conducta de los jazmines?

9. ¿Alguna vez has criticado a alguien?

10. ¿Qué has aprendido con este cuento?

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