Computo de Los Plazos Fijados en Horas
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respecto a juzgados bajo su dependencia y cuando las circunstancias lo exigieren, las que median entre las siete
(7) y las diecisiete (17) o entre las nueve (9) y las diecinueve (19), según rija el horario matutino o vespertino".
2. Panorama jurisprudencial
Un reciente fallo de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso administrativo Federal, sala III,
en la causa "Otero, Patricia Mónica" (12/11/2009) sostiene que [... ] el plazo de 48 horas previsto en el art. 15 de
la ley 16.986, para interponer el recurso de apelación contra la sentencia dictada en el proceso de amparo, debe
computarse en forma continua desde la hora en que se practicó la notificación, y el vencimiento opera al termina
la última de las horas señaladas.
El fallo razona sobre la enseñanza del eximio procesalista Lino E. Palacio, quien afirma que, en el ámbito
del derecho procesal, los plazos fijados en horas deben comenzar a contarse desde el momento mismo en el cual
se practica la notificación y el vencimiento se opera al terminar la última de las horas señaladas (1).
Este criterio no es general, porque otros tribunales provinciales de la más alta jerarquía, diferencian la
aplicación. Por ejemplo, la Corte de Justicia de la Provincia de Catamarca al resolver sobre el plazo de
interposición de un recurso de apelación dice que [...] "corresponde declarar mal denegado el recurso de
apelación incoado contra la sentencia que hizo lugar a la acción de réplica incoada, pues visto que el plazo de 24
horas previsto para la interposición del mencionado recurso venció fuera del horario judicial de atención al
público, resulta temporánea la presentación efectuada por el recurrente dentro de las dos primeras horas del día
hábil subsiguiente (2).
La sentencia se apoya en la opinión de Néstor Sagüés (3), en cuanto explica que el recurso de apelación en el
juicio de amparo debe interponerse dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de notificada la resolución
impugnada y será fundado (art. 15), aclarando que dicho recurso tiene que radicarse dentro del plazo, y no al
concluir el tiempo, como pareciera indicar la defectuosa redacción del artículo. Pero como nada dice la ley
federal de amparo en cuanto a ese término, cabe atender a la legislación procesal supletoria, esto es, a las
disposiciones legales en vigor -art. 17, ley 16.986-.
En la provincia de Córdoba el Tribunal Superior de Justicia (4), con mínimas variaciones, continúa esta
orientación de manera que el plazo en horas debe ser interpretado como días completos y no de hora en hora,
correspondiendo excluir del cómputo del plazo en cuestión al día de la notificación.
Esta regla permite entonces utilizar el plazo de gracia cuandoel vencimiento en horas sucede dentro de horas
inhábiles.
Pero aun esta regla tiene que ser esclarecida, y así lo hace laCámara Nacional de Apelaciones en lo
Contencioso administrativoFederal, sala V (5) al sostener que la utilización de las dosprimeras horas de gracia,
sólo resulta admisible cuando el vencimiento del plazo de cuarenta y ocho (48) horas establecido por el art. 15
de la ley 16.986 se produce en hora inhábil, pero nocuando la notificación se ha realizado en horario
deTribunales.
Los precedentes de la justicia administrativa federal se sintetizan en la causa "Capúa" (6) donde se recuerda
que [...] "a efectos de calcular el plazo de cuarenta y ocho (48) horas previsto en el art. 15 de la ley 16.986, para
interponer el recurso de apelación contra la sentencia definitiva, debe tenerse en cuenta que los plazos en horas
comienzan a correr desde la notificación de la resolución impugnada y se computan hora a hora en forma
continua. Por ello, el plazo de gracia establecido en el art. 124 del Código Procesal Civil y Comercial de la
Nación sólo resulta aplicable cuando el plazo de cuarenta y ocho (48) horas previsto para la interposición del
recurso de apelación en los procesos de amparo ha vencido en hora inhábil".
La seguridad que se puede encontrar en la jurisprudencia del contencioso administrativo no es la misma que
emana de la justicia federal.
Aquí la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, sala I (7) asevera que resulta
extemporánea la apelación presentada en un proceso de amparo si el plazo para recurrir la decisión notificada ha
vencido, pues tratándose de un plazo en horas se debe computar hora a hora desde el momento mismo en el cual
se practica la notificación.
Las razones se toman de la doctrina que sostiene que el art. 15 de la ley 16.986 prevé que el recurso debe ser
interpuesto dentro de las cuarenta y ocho (48) horas de notificada la resolución impugnada. En consecuencia,
tratándose de un plazo en horas se debe computar hora a hora desde el momento mismo en el cual se practica la
notificación, operando su vencimiento al terminar la última de las horas señaladas (8).
Quizás el punto más próximo a resolver el problema lo encuentre la Cámara de Apelaciones en lo
Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (9), cuando advierte que, en
la ley 16.986 no establece más que un vencimiento en horas, sin disponer que ello implique per se la
habilitación de las horas inhábiles, vencido el plazo en horario inhábil y teniendo en cuenta la remisión que
efectúa el art. 17 a las disposiciones procesales en vigor, corresponde entender que la apelación presentada en
las dos primeras horas del día posterior, es oportuna.
Para salir del problema también se arguye que si las disposiciones legales establecen un término en horas
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(v.gr.: de "24 horas" para la interposición del recurso), ellas deben ser interpretadas como un día completo y no
de hora en hora. Para llegar a esta conclusión aplican razones de seguridad, practicidad y buena fe procesal -así
lo entiende el Superior Tribunal de Córdoba- (10), vale decir, que se acuerda a la locución "horas" la relación
directa con uno, dos o más días de acuerdo con las horas emplazadas.
3. Panorama doctrinario
Aun estando aludidos en la jurisprudencia, mejor resulta confrontar en qué lugar y para qué circunstancias
se transcribe a la doctrina.
Con relación al juicio de amparo Sagüés ha dicho que el plazo de cuarenta y ocho horas (48 hs) significa que
el recurso de apelación debe interponerse dentro del plazo inhábil, si el comienzo del cómputo inicia desde una
hora igual (11). Pero esta opinión la emite en un contexto de diversidad de situaciones, donde una de ellas
concibe dicha situación, sin atender otras de eventual posibilidad.
En el amparo la primera providencia suele establecer que se habilitarán plazos y términos (art. 153, Código
Procesal Civil y Comercial de la Nación) en razón de la urgencia y promesa de actuar en forma rápida y
expedita (art. 43, Constitución Nacional); de forma tal que, dictada la sentencia y notificada la misma en una
hora posterior al cierre del horario de funcionamiento de los tribunales, conllevaría a que el vencimiento
operaría en una hora inhábil. De forma que, si fuera extendido el plazo para presentar el recurso, no sólo
quedaría sin aplicación la habilitación expresa de plazos y términos, sino también el mismo amparo desvirtuaría
su natural urgencia.
Vale decir, volviendo a Sagüés: [...] "Todo lo que contribuya a abreviar la tramitación del amparo, está de
acuerdo con la naturaleza del instituto; y lo que provoque su retraso, se aparta de ella" (12).
Rivas, más contemplativo, afirma que [...]: "Los plazos de la ley 16.986, tanto para dictar sentencia como
para recurrir, se computan en horas. En el resto de los casos en los que se lo especifica, se miden en días.
Pensamos que los plazos en horas son verdaderamente complicados y difíciles de cumplir en la práctica,
colocando al demandante en situaciones de verdadera compulsión, máxime cuando se encuentra con el cierre
del tribunal al vencer el horario correspondiente. Ante ello y lo inconveniente de la solución, se suele recurrir al
mecanismo del art. 124, 3ª parte, CPCN, previsto para los plazos computados por días y con el que se pierde la
ganancia significada por el plazo en horas; mas se puede generar la complicación significada por un triple
sistema según sea el tribunal interviniente: el de los plazos en días con plazo de gracia, y el de los plazos en
horas sin tal adicional, si venciera en horario hábil, o tal como se dijo, con ese agregado si lo hiciere fuera del
tiempo de funcionamiento de los tribunales. Por otra parte, el plazo en horas corre en forma continua, de modo
que no cabe interrumpir su cómputo al cesar el horario referido, para reiniciarlo al recomenzar. Sin embargo, no
sería aplicable la misma solución si durante el transcurso del plazo de horas hubiese algún día inhábil, ya que el
art. 156, CPCN determina, sin hacer distinción alguna, que en tales circunstancias no se contará el curso
pertinente" (13).
Colombo - Kiper recuerdan que en el código adjetivo el plazo enhoras vence cuando termina la hora fijada
(14), sin embargo al comenzar los comentarios de la sección (que la jurisprudencia omite considerar) y explicar
la fuente de los plazos se dice [...] "habría tres posibilidades. Que todos los plazos fueran fijados exclusivamente
por la ley; o por el juez; o por las partes. Ahora bien, si lo primero, la invariable inflexibilidad podría no
adecuarse a las particularidades de algunos de los actos procesales; si lo segundo, la posible variación
engendraría incertidumbre y desigualdad; si lo último, sería posible que no mediara acuerdo o se librara a la
magistratura a merced del arbitrio de los justiciables. De allí, una combinación de modos o formas, mediante
plazos legales, judiciales y convencionales. La norma es que el plazo lo fije la ley y sea éste, a la vez, el patrón
que permita medir la extensión razonable a que puede llegarse por las otras vías"(15).
4. El plazo de gracia frente al cómputo de las horas
De acuerdo con lo expuesto, el dilema tiene dos frentes a resolver: el primero atiende la regulación del
Código Civil que importa aplicar la notificación en horas a partir del momento que se dispone y de allí en
continuidad hasta su terminación (doctrina de los arts. 27 y 29); el segundo es eludir el comienzo y terminación
del plazo en horas cuando el vencimiento culmina en horas inhábiles, porque anticipar la perentoriedad sería
socavar el derecho de defensa en juicio. Pero, a contrario sensu, la ampliación conspira contra la celeridad y
urgencia que se persigue cuando se fija plazos en horas.
En otras legislaciones, el problema se resuelve con leyes sustanciales que aplican el criterio de la ampliación
del vencimiento en horas inhábiles al día siguiente en las dos primeras horas hábiles. Éste, precisamente, es el
mecanismo que tiene el Código Procesal en el art. 124.
Al respecto, un meditado estudio de Sirkin nos recuerda que [...] "hasta el 31 de enero de 1968 en el ámbito
de la Capital Federal (no existía aún la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) regía la Ley 12.990 Ejercicio del
Notariado, que en su normativa para conciliar el vencimiento de los términos según el art. 24 del Código Civil y
el del horario de tribunales, a la sazón con diferencias según fuese del 15 de noviembre al 14 de marzo y del 15
de marzo al 14 de noviembre (de 07:00 a 13:30 y de 13:30 a 18:00 respectivamente) expresaba: Artículo 11 Son
deberes esenciales de los escribanos de registro: (...) e) poner cargo a los escritos que deban ser presentados a
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las autoridades judiciales o administrativas en términos perentorios, o cuando les fueren presentados fuera de las
horas hábiles, debiendo el escribano hacerse cargo de tales escritos para presentarlos personalmente a la oficina
o secretaría indicada dentro de las dos primeras horas del siguiente día hábil... . Los escribanos con registro o
sin él, estaban facultados para colocar los cargos fuera de hora en actas extraprotocolares, lo que dio lugar a
simulaciones y rentabilidades falseando más de uno fechas y horas de modo tal que, concurriendo el letrado o la
parte en un día, asentaban haberlo recibido el anterior y concurrían a presentarlo personalmente dentro de las
primeras horas conforme la norma. Era vox populi la existencia de notarios en los alrededores del Palacio de
Justicia cuya única labor era la de colocar y cobrar la gestión de los cargos fuera de hora. Además la
jurisprudencia de los distintos fueron no era uniforme y en algunos se requería la primera hora del día hábil
siguiente y en otros las dos primeras.
"Con la sanción de la ley 17.454 se puso fin a todo ello y los autores del proyecto, prestigiosos juristas (Lino
Enrique Palacio, Carlos Alberto Ayarragaray, Carlos José Colombo, Néstor Domingo Cichero, María Luisa
Anastasi de Walger y José Julián Carneiro) lo anticiparon en la exposición de motivos al referirse a los actos
procesales: (...) Con relación a los escritos presentados fuera de horario judicial se ha creído conveniente
reemplazar el actual sistema, proclive a actitudes ficticias y a problemáticos deslindes de responsabilidad, por la
habilitación, a los efectos del cargo, de las dos primeras horas del despacho del día hábil inmediato al del
vencimiento del plazo correspondiente (art. 124)"(16).
Es decir que el uso del cargo extraordinario fue previsto para actos procesales que debían cumplirse fuera
del horario de tribunales, incluyendo en la categoría a los días inhábiles (sábados, domingos, feriados, y los que
la Corte Suprema de Justicia de la Nación, o los Tribunales Superiores locales determinen como tales). Esto
contrajo una severa contrariedad con los plazos en horas, porque una notificación en el último día de diciembre
podría llevar a tener que cumplir la actuación judicial días después de transcurrido el mes de receso.
Con ello se observa que unificada la extensión no se atiende que la duración diferente obedece a
circunstancias de registro diverso. Los sábados y domingos son suspensiones normales que corresponden al
descanso hebdomadario; los feriados, dependen de la fiesta que se conmemore, pudiendo ser religiosas o civiles
a cuyo fin la inhabilidad del tiempo sigue lo ordenado por la legislación administrativa, y las llamadas ferias
responden a las vacaciones de la actividad judicial.
Quizás la única diferencia provenga de distinguir que el día y/o la hora de un asueto no supone inhabilidad;
así lo establece el art. 3° del Reglamento para la Justicia Nacional que establece que el asueto no inhabilita el
día ni alcanza a los magistrados, funcionarios y empleados indispensables a fin de cubrir las guardias necesarias
para la atención del público y el cumplimiento de las diligencias dispuestas para esa fecha. Por lo tanto, el
asueto no inhabilita el día el cual continúa corriendo con la única limitación del personal encargado de recibir y
diligenciar cada uno de los actos predispuestos.
La inhabilidad del día produce dos efectos; 1°) Se descuenta en el cómputo de los plazos procesales, con
excepción de los señalados para que se opere la caducidad de la instancia (art. 311); 2°) Durante su transcurso
no puede realizarse ningún acto procesal eficaz, salvo en el supuesto de mediar habilitación expresa (art. 153,
CPC y 4° del RJN)"(17).
En consecuencia, el siguiente problema a resolver sucede cuandohay habilitaci¿n de d¿as y horas.
5. La habilitación de días y horas inhábiles
Lo que se debe esclarecer es si la habilitación dispuesta en una providencia simple de apertura del proceso
es válida para todos los actos que se susciten dentro del mismo, o en su caso, si queda restringido a las
notificaciones que se practiquen.
En este sentido, son horas hábiles las comprendidas dentro del horario establecido para la atención de los
tribunales, pero respecto de las diligencias que los jueces, funcionarios o empleados deben practicar fuera de la
oficina son horas hábiles las que median entre las siete (7) y las veinte (20) (art. 152, párrafo tercero, Código
Procesal).
De este modo, si la notificación asienta que se produce a una hora inhábil determinada, el vencimiento
sucedería al tiempo corrido que corresponda con el plazo otorgado para el cumplimiento. Por ejemplo, si la
sentencia de amparo se comunica a las dieciocho (18) horas de un día, el recurso tendría que vencer cuarenta y
ocho (48) horas después.
Pero, como hay imposibilidad de cumplir actos procesales en horas inhábiles, la prudencia admite que la
actuación se cumpla dentro del plazo de gracia (art. 124, Código Procesal), lo que nos lleva a sostener que la
habilitación del tiempo inhábil solamente se aplica para las notificaciones o actuaciones especialmente
indicadas en el auto que las autoriza.
6. Conclusiones
Los plazos que señalan las leyes, los tribunales o las partes, son de cumplimiento obligatorio. El principio
general que se aplica es el que proviene del Código Civil, porque la regla es la continuidad (arts. 27, 28 y 29).
La diferencia está en que cuando se trata de actos jurídicos ellos no se pueden apartar de la guía; mientras
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que el acto procesal, a pesar de ser una especie de aquéllos, se regulan por una ley especial (el código
respectivo) que solamente computa los días y horas hábiles, de modo que el vencimiento de un plazo en horas
que opera durante la inhabilidad horaria prorroga el cumplimiento del acto procesal a las dos primeras horas del
día hábil inmediato sin necesidad de declaración expresa al respecto.
(1) Palacio, Lino E., Derecho Procesal Civil, t. IV, Abeledo Perrot, 1992, p. 78.
(2) CS Catamarca, 16/12/2008, "Furque, José A. y otro c. Editorial Capayán S.A.", DJ, 08/04/2009, 904.
(3) Sagüés, Néstor Pedro, Diversas facetas del amparo. El recurso fundado de apelación, los actos
consentidos, la ilegalidad o arbitrariedad manifiesta y la alegación de inconstitucionalidad, JA, 1976-IV-335;
ver del mismo autor, La sentencia congruente y el plazo para apelar en el amparo, ED, 75-286.
(4) TS Córdoba, 25/11/2003. "De Sola, Estevan c. Asociación Española de Socorros Mutuos", LLC,
2004-255.
(5) 21/09/2005, "Da Costa, Ana Cristina -RQU c. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos", DJ 2005-3,
1094.
(6) Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contenciosoadministrativo Federal, sala II, 23/08/2005, "Capua,
María Alba y otros - RQU c. PEN Ley 25.561 Dtos. 1570/01 214/02", DJ, 18/01/2006, 111.
(7) CNFed. Civil y Comercial, Sala I, 21/09/2004, "Uthurralt, Julio M. c. Acción Social de Empresarios",
LA LEY, 2005-B, 135.
(8) Fassi, Santiago - Yáñez, César D., Código Procesal Civil y Comercial Comentado, t. 1, Astrea, ps. 751 y
citas de la nota 4; Rivas, Adolfo A., El Amparo, La Rocca, p. 30; y precedentes de la Cámara, Sala 1, causas
39.830/95 del 10/4/97, 1157/98 del 2/4/98, 1082/2001 del 29/3/2001 y 2409/1999 del 04/10/2001; Sala 2,
causas 4552/99 del 18/11/99 y 3342/2000 del 05/07/2000 y Sala 3, causa 22.497/98 del 29/10/98; CNCAF Sala
1, causa 15.247/96 del 03/10/96; Sala II, causa 13.525/98 del 18/06/98; Sala III, causa 22.497/98 del 29/10/98;
Sala IV, causa 21.333/98 del 28/12/98 y Sala V, causas 10.092/96 del 27/05/96, 30.028/96 del 29/11/96.
(9) Sala II, 13/10/2005, "Comisión de Vecinos Lugano en Marcha y otros c. Gobierno de la Ciudad de
Buenos Aires", La Ley Online.
(10) Cfr. "Sagasti Enzo c. José Bañez - Ejecutivo - Recurso Directo" Auto Interlocutorio n° 86 del 2 de
abril de 1993.
(11) Sagüés, Néstor Pedro, Los plazos para apelar en la acción de amparo, LA LEY, 1983-C, 828.
(12) Sagüés, Néstor Pedro, Derecho Procesal Constitucional - Ley de Amparo, Astrea, 1995 (4ª ed.), p. 419.
(13) Rivas, Adolfo Armando, El amparo, La Rocca, 2003, pp. 465/66.
(14) Colombo, Carlos J., - Kiper, Claudio M., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, tomo II, La
Ley, 2006 (2ª ed.), p. 130.
(15) Colombo - Kiper, ob. cit., p. 111.
(16) Sirkin, Eduardo H., Tiempo de los actos procesales. Plazos perentorios y de los otros. Cargo - razón de
las horas de gracia. Fallos, ElDial.com
(17) Gozaíni, Osvaldo A., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, t. I, La Ley, 2006 (2ª ed.), p.
414.
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