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Acuerdo Reparatorio

Alejandrina Flores Roque de Quispe busca una indemnización de S/200,000 por daños y perjuicios tras un accidente de tránsito, donde se considera la responsabilidad del conductor del motokar y la imprudencia de la víctima. La indemnización puede incrementarse debido a la situación de sus hijos menores tras la pérdida del padre. Se argumenta que el daño es tanto emergente como moral, solicitando un total de S/250,000 por los gastos médicos y el sufrimiento emocional causado.
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Acuerdo Reparatorio

Alejandrina Flores Roque de Quispe busca una indemnización de S/200,000 por daños y perjuicios tras un accidente de tránsito, donde se considera la responsabilidad del conductor del motokar y la imprudencia de la víctima. La indemnización puede incrementarse debido a la situación de sus hijos menores tras la pérdida del padre. Se argumenta que el daño es tanto emergente como moral, solicitando un total de S/250,000 por los gastos médicos y el sufrimiento emocional causado.
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A través del presente proceso, Alejandrina Flores Roque de Quispe, pretende la indemnización

por daños y perjuicios, por la suma de doscientos mil soles (S/200,000.00), por el daño
irreversible sufrido como consecuencia del accidente de tránsito

En la regulación del monto indemnizatorio corresponderá considerar los siguientes hechos:

(i) El conductor del vehículo menor (motokar) de Placa MYG-60869 contribuyó a la


producción del accidente no solo porque invadió el carril por donde circulaba
camioneta pick up de placa PC-5885, sino también porque carecía de licencia de
conducir. No contar con la indicada licencia le restó habilidad y pericia para evitar
el accidente.
(ii) Al configurarse la concausa que regula el artículo 1973º del Código Civil (evento
dañoso llega a producirse no solo con la conducta del autor, sino que también
concurre o contribuye la imprudencia de la víctima), ello dará lugar a la
disminución de monto que debe fijarse como indemnización.
(iii) También hay que tener en cuenta que la víctima dejó dos hijos menores de edad
(en la fecha del accidente contaban con 15 y 13 años), lo que incrementa el
padecimiento de la persona no solo por la pérdida del ser querido, sino también
por la sensación de desamparo, de ausencia de apoyo, en que se ve sumida la
persona, tanto más si es menor de edad; situación esta que da lugar a que el
monto de la indemnización se incremente.
Daños producidos por vehículos.
En los casos en que los daños se hubieren producido por vehículos automotores,
para determinar la responsabilidad en el evento dañoso ineludiblemente debe
recurrirse al Principio de Especialidad de la Norma, según el cual debe optarse
preferentemente por las normas especiales que rigen el tránsito terrestre, esto sin
dejar de lado los aspectos generales de la responsabilidad civil establecidos en el
Código Civil. En cuanto a la legislación especial tenemos a la Ley General de
Transporte y Tránsito Terrestre (Ley N° 27181); la misma que en su artículo 29,
determina la naturaleza jurídica de la responsabilidad civil derivada de accidentes
de tránsito y la responsabilidad solidaria de la misma, según dicha norma “LA
RESPONSABILIDAD DERIVADA DE LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO CAUSADOS POR
VEHÍCULOS AUTOMOTORES ES OBJETIVA, de conformidad con lo establecido en el
Código Civil. El conductor, el propietario del vehículo y, de ser el caso, el prestador
del servicio de transporte terrestre son solidariamente responsables por los daños
y perjuicios causados”; asimismo, resulta para estos casos aplicable
concordantemente el D.S. N° 024- 2002-MTC (Texto Único Ordenado del
Reglamento Nacional de Responsabilidad Civil y Seguros Obligatorios por
Accidentes de Tránsito).

RESPONSABILIDAD OBJETIVA. El criterio objetivo de responsabilidad se encuentra


regulado en el artículo 1970 del Código Civil7 , y resulta aplicable a supuestos de
responsabilidad extracontractual sobre la base del riesgo creado, que se constituye
como el factor objetivo de atribución de responsabilidad, mediante el cual “basta
acreditar el daño causado, la relación de causalidad y que se ha tratado de un daño
producido mediante un bien o actividad que supone un riesgo adicional al
ordinario y común y que por ello mismo merecen la calificación de riesgosos”.
En la Casación N° 4662-2013 (folios 485 a 491), emitida en el presente proceso,
respecto a la responsabilidad objetiva, se precisó en su décimo primero
considerando, que “conforme a la doctrina contemporánea, en los casos de
responsabilidad objetiva derivada del empleo de una cosa riesgosa o de una
actividad peligrosa, contemplada en el artículo 1970 del Código Civil, a fin de que
proceda la indemnización por responsabilidad extracontractual, si bien no es
necesario determinar la culpa o el dolo del agente, esto es, el factor de atribución,
si es indispensable probar tanto la existencia de daños y perjuicios alegados como
la relación de causalidad entre el acto demandado y el resultado dañoso
producido; lo que significa que la sola producción de un evento dañoso dentro del
escenario de una actividad o bien riesgoso o peligroso, no hace al autor, operador
o conductor responsable de modo automático o inmediato del daño, sino que
debe verificarse la concurrencia de los precitados requisitos”. Y SOBRE LA
RESPONSABILIDAD OBJETIVA DERIVADA DE DAÑOS PRODUCIDOS POR
VEHÍCULOS, se señaló en el décimo segundo considerando, que “…si bien en estos
casos no se exige la presencia de dolo o intencionalidad en el agente para que se
configure la responsabilidad señalada, si resulta necesario analizar las normas
relacionadas con el deber de cuidado exigibles y cuyo resultado puede preverse,
más aún cuando se trata de una unidad vehicular que conlleva de manera implícita
una actividad riesgosa;…”
Estando a lo señalado podemos concluir en que debe ser resarcido el daño a la
persona, no en el aspecto de la afectación al proyecto de vida, sino como daño
entendido como la lesión a un derecho, un bien de la persona en cuanto tal, que la
afecta y lo compromete en todo cuanto en ella carece de connotación económico
patrimonial, no obstante, la indemnización debe cuantificarse económicamente,
para lo cual se requiere que el daño sea cierto y personal, que haya relación de
causalidad entre el daño y el hecho generador del daño, lo que es innegable que
ello se cumple, pues ha sido precisamente el siniestro el que ocasionó el daño
alegado, pues si tal hecho no hubiera ocurrido, este no se hubiera configurado,
máxime si los imputados no han acreditado la ruptura.
Asimismo referimos que a causa del accidente, por prescripción médica, se han
realizado gastos adicionales en adquirir diversos productos por cuanto ha
requerido de una alimentación especial, por lo que hablamos no solo de un daño
emergente sino también daño moral en atención a la gravedad del estado de salud
del agraviado ya descrito, su estado anímico (aflicción, sufrimiento) que se ha visto
menoscabado en gran medida, se solicita, considerando prudente cuantificar el
daño moral y emergente en la suma de doscientos cincuenta mil soles
(S/250,000.00).

Se ha planteado expresamente el resarcimiento de este tipo de daño, pues solo se


ha planteado el daño a la persona (“…esta pretensión se sustenta en el hecho de
que producto del accidente de tránsito halla resultado mi esposo con lesiones
graves y el daño moral (…esta pretensión se sustenta en el hecho de que mis hijos
y ello sufrimos por el accidente de mi esposo…
I) RESPECTO A LA ANTIJURIDICIDAD, no existe duda de su cumplimiento,
pues se evidencia la contravención a la normativa señalada en los
fundamentos décimo al décimo tercero de dicha sentencia, siendo
indudable que la configuración de los hechos ha generado el daño
acreditado a la demandante;
II) EN CUANTO A LA RELACIÓN DE CAUSALIDAD, precisa que es innegable que
ello se cumple, pues ha sido precisamente el siniestro el que ocasionó el
daño alegado, pues si tal hecho no hubiera ocurrido, este no se hubiera
configurado, máxime si los demandados no han acreditado la ruptura.
III) EN CUANTO AL DAÑO EMERGENTE, refiere el ad quem que, la accionante
ha sostenido que a causa del accidente, por prescripción médica, ha
realizado gastos adicionales en adquirir diversos productos por cuanto ha
requerido de una alimentación especial; 20 MIL
IV) RESPECTO A LA RESPONSABILIDAD DEL IMPUTADO, precisa que
corresponde evaluar y determinar la cuantía económica de la reparación
del daño moral, que ha sido acreditado. En ese sentido, precisa que, al
haberse probado debe ser resarcido en la forma que autoriza el artículo
1332 del Código Civil (responsabilidad contractual), de aplicación analógica
al presente caso, por tanto, cuantificándose tal daño de forma equitativa, y
en atención a la gravedad del estado de salud de la accionante ya descrito,
su estado anímico (aflicción, sufrimiento) que se ha visto menoscabado en
gran medida, se solicita, considerando prudente cuantificar el daño moral
en la suma de doscientos cincuenta mil soles (S/250,000.00)
V)

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