Colegio Tridentino San Ramón, León – Nicaragua
Dios – Ciencia – Virtud
Trabajo de investigación – Disciplina de lengua y literatura
Título: Búsqueda del sentido de la vida en adolescentes de noveno a décimo grado del
colegio Tridentino San Ramón en el periodo de abril a septiembre del año 2025.
Autores:
• Angie Isabella Coronado Quintana #5
• Ariana Pamela real Quintana #14
• Sckarleth Guadalupe Toval Ruíz. #19
• Valeria Nohemí Velásquez Sarria #20
Docente: Ángel Adrián Flores Herrera.
“Sednos protector y guía, San Ramón Nonato glorioso “
Octubre 2025
“Todo el mundo parece tener una idea clara de cómo otras personas deben llevar sus
vidas, pero ninguna sobre cómo vivir la suya propia.”
Paulo Coelo
ANTECEDENTES
Antecedente local
(Solís & Trujillo, 2020), Estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la
UNANLeón, llevaron a cabo una investigación en el municipio de León, Nicaragua, con el
objetivo de analizar la relación entre las prácticas parentales y el sentido de vida en estudiantes
de quinto año del Instituto Nacional de Occidente, durante el período comprendido entre febrero
y junio de 2019. La muestra del estudio estuvo conformada por 150 estudiantes con edades entre
12 y 18 años, a quienes se les aplicaron pruebas estandarizadas para evaluar ambos constructos.
Los resultados indicaron que la mayoría de los adolescentes, tanto hombres como
mujeres, presentaban un sentido de vida claramente definido, mientras que los casos de vacío
existencial e indefinición fueron poco frecuentes. Sin embargo, se observaron diferencias
significativas según el sexo: el vacío existencial se manifestó con mayor frecuencia en mujeres,
mientras que la indefinición del sentido de vida fue más común en hombres. Asimismo, se
encontró una relación significativa entre el sentido de vida y ciertas dimensiones del estilo de
práctica parental materna, específicamente en los aspectos de autonomía, comunicación, control
conductual y control psicológico. En este sentido, se concluye que un sentido de vida positivo en
los adolescentes está asociado con niveles elevados de autonomía, comunicación y control
conductual, así como con bajos niveles de control psicológico ejercido por la madre.
Antecedente nacional
(Rizo, 2017)en la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades de la
UNAMFAREM, Matagalpa, Nicaragua, quienes en su investigación buscaron analizar las
prioridades y niveles de responsabilidades que tienen los adolescentes de 14 y 18 años del barrio
Yahoska del municipio de San Isidro, departamento de Matagalpa. Mediante el test de
complementamiento de frases, grupo focal y entrevistas, en el cual se trabajó con 26
adolescentes, en los cuales 12 representan al sexo femenino y 14 al sexo masculino.
Se concluyó que el nivel de responsabilidad que pusieron los adolescentes respecto a sus
prioridades de vida es optimista, pero no podemos obviar que les falta alcanzar el
autoconocimiento, ya que tienen ideas contradictorias acerca de sí mismos y de lo que en el
medio piensan sobre ello. La mayoría de los adolescentes que participaron en este estudio son
capaces de tomar sus propias decisiones en cuanto a su futuro, a pesar de las adversidades de la
vida. Comprenden lo que significa tener un proyecto de vida marcando sus prioridades de vida.
Antecedente internacional
(Vélez Velasco, 2004), En su maestría en desarrollo humano en la universidad
Iberoamericana de la Ciudad de México, Mexico, desarrollo una investigación con el objetivo de
fortalecer el sentido de la vida en adolescentes de la secundaria en el colegio del Bosque en
México, les implementó un curso-taller llamado "posibilidades y caminos abiertos” basándose en
los principios centrados en la persona de Carl Rogers. mediante el cual evaluó cómo la
autoexploración, expresión emocional y la empatía pueden fortalecer el sentido de la vida en los
adolescentes. Como conclusión el enfoque centrado en la persona es eficaz para ayudar a los
adolescentes a descubrir y fortalecer su sentido de la vida.
OBJETIVOS
Objetivo general:
Comprender como gestionan el sentido de la vida mediante encuestas los adolescentes de
noveno y décimo grado del colegio Tridentino San Ramón.
Objetivos específicos.
Identificar los significados que los estudiantes de 9no y 10mo tienen sobre el sentido de vida.
Analizar los factores personales, familiares, sociales y educativos que influyen en la
construcción del sentido de vida.
Evaluar el impacto de sus experiencias, valores y creencias en la formación de su
propósito de vida.
Proponer estrategias de acompañamiento que favorezca el desarrollo de un sentido de
vida positiva.
JUSTIFICACIÓN
El presente trabajo investigativo considera la inseguridad y muchas veces desequilibrio
psicológico que atraviesan las y los adolescentes en su transición de adolescentes a jóvenes,
conscientes de que esta etapa es crucial en el desarrollo humano, caracterizada por profundos
cambios físicos, emocionales y cognitivos. Se seleccionó este tema debido a expresiones de las y
los propios adolescentes y sus familiares en los pasillos y en el círculo de amistades y familiar
sobre sus inseguridades, inquietudes y reocupaciones.
En esta etapa las y los jóvenes comienzan a cuestionarse su identidad, su propósito y el
significado de su existencia y buscan respuestas a sus inquietudes, es por esta razón que para las
y los adolescentes la búsqueda de la razón de su propia existencia, de por qué y para qué están
aquí, logrando muchas veces tomar conciencia de la importancia de su formación integral (social,
espiritual, familiar, profesional y psicológica).
Según (Sabater, 2022) el sentido de la vida es encontrar un propósito, es asumir
responsabilidades con nosotros mismos, y poder sentirnos seguros. Por asi vamos a poder
sentirnos también libres y capaces de poder cambiar para crear una nueva imagen de nosotros
mismos.
El presente estudio ha considerado investigar y analizar el sentido de la vida y cómo la
persiven las y los estudiantes de noveno a décimo grado del Colegio Tridentino San Ramón, lo
cual resulta especialmente relevante, ya que se encuentran en una edad difícil por los cambios y
elementos propios mencionados, sumado a ello, el periodo de transición académica y personal,
donde las decisiones que toman pueden influir significativamente en su futuro.
Comprender cómo estos adolescentes reflexionan sobre el sentido de la vida entre los
meses de abril a septiembre del año 2025 permitirá identificar sus inquietudes existenciales, así
también proponer elementos y herramientas que contribuyan y fortalezcan su bienestar
emocional, su autoestima y su proyecto de vida.
Así, se evidencia que las y los adolescentes enfrentan nuevos desafíos relacionados con la
construcción de un propósito de vida. Debido a lo cual esta investigación, busca contribuir al
desarrollo de estrategias pedagógicas y formativas que promuevan una educación más humana,
consciente y orientada al crecimiento personal y social de los estudiantes.
MARCO TEORICO
Sentido de la vida
El sentido de la vida se refiere a la búsqueda de significado y propósito que cada
individuo atribuye a su existencia. Este concepto ha sido objeto de estudio en diversas
disciplinas, incluidas la filosofía, la psicología y la sociología. La búsqueda de sentido es
especialmente relevante durante la adolescencia, un periodo caracterizado por cambios
significativos en el desarrollo físico, emocional y social.
Es decir, la adolescencia se percibe como una etapa de búsqueda, de ensayo y error, de
avances y retrocesos en la vida de cada persona, y aunque los procesos por los que atraviesan los
jóvenes actualmente son similares a los de otras generaciones, las formas y contenidos de hoy
conllevan importantes retos para vivir en la sociedad actual sobre información y nuevas
tecnologías. (Vélez Velasco, 2004)
Desarrollo psicológico en la adolescencia
Durante la adolescencia, los jóvenes atraviesan una etapa de exploración identitaria y
autoconocimiento. Según Erik Erikson, uno de los principales teóricos sobre el desarrollo
humano, la tarea central de esta etapa es la formación de una identidad. Esta búsqueda de
identidad puede influir en cómo los adolescentes perciben su propósito en la vida.
Estamos conscientes que la adolescencia es una época difícil, ya que se acentúa la
búsqueda de la identidad de cada individuo, en la que se intenta entender quiénes son y cuál es su
lugar en el mundo.”
La adolescencia es el periodo de tiempo que trascurre entre el comienzo de la pubertad y
el final del crecimiento. Mientras la pubertad es un periodo de cambios biológicos, la
adolescencia se trata de una construcción social de los países desarrollados. Los cambios ocurren
en un corto periodo de tiempo y afectan a los aspectos bio-psico-sociales. En la adolescencia los
hitos del desarrollo psicosocial incluyen: la consecución de la independencia de los padres, la
relación con sus pares, el incremento de la importancia de la imagen corporal y el desarrollo de
la propia identidad como individuo. (Diz)
Influencias sociales y culturales
Los adolescentes están inmersos en un entorno social y cultural que impacta su búsqueda
de sentido. Factores como la familia, la escuela, los amigos y los medios de comunicación juegan
un papel crucial en la formación de las creencias y valores de los jóvenes.
La construcción del sentido de la vida está influenciada por la estructura social en la que
el individuo se encuentra. Las experiencias compartidas en diferentes contextos sociales
contribuyen a la elaboración de significados personales.” (Sanchez, 2005)
Teorías sobre el sentido de la vida
Durante el proceso investigativo, se observó que diversos autores refieren diversas teorías
que abordan el sentido de la vida. Entre ellas, destacan:
¨Sentido de la vida. Viktor Frankl¨: El sentido de la vida según Viktor Frankl está en
hallar un propósito, en asumir una responsabilidad para con nosotros mismos y para el propio ser
humano. Así, teniendo claro un «por qué» podremos hacer frente a todos los «cómo»; solo
sintiéndonos libres y seguros del objetivo que nos motiva, seremos capaces de generar cambios
para crear una realidad mucho más noble.
¨Frankl (1946) ¨: “La libertad última de una persona es decidir cómo responder a su
situación. El sentido puede encontrarse incluso en las circunstancias más adversas.”
’’Teoría de la autodeterminación de Deci y Ryan’’. Destaca la importancia de la
autonomía, la competencia y la relación en la motivación de los individuos. Los adolescentes que
satisfacen estas necesidades básicas tienden a experimentar un mayor sentido de vida.
El Impacto de la salud mental
Según diversos autores, la satisfacción con la vida y la salud mental también están
intrínsecamente ligadas al sentido de la vida. Estudios han demostrado que aquellos que
encuentran un propósito en su existencia tienden a tener una mayor autoestima, un enfoque
optimista y una mayor satisfacción con su vida en general.
Además, el sentido de la vida tiene un impacto positivo en las relaciones sociales y la
capacidad de afrontar desafíos. Investigaciones publicadas en la revista Scientific American
sugieren que las personas con un sentido de propósito experimentan una mayor conexión social y
están mejor preparadas para enfrentar los obstáculos de la vida.
La salud mental es un aspecto crítico en la adolescencia. Muchos jóvenes enfrentan
problemas como la ansiedad y la depresión, lo cual puede influir en su percepción del sentido de
la vida. Estudios han demostrado que un sentido claro de propósito está asociado con menor
riesgo de trastornos mentales.
“Una vida con sentido está relacionada con el bienestar psicológico, resiliencia y
adaptación frente a adversidades.”
En conclusión, el sentido de la vida en adolescentes es un constructo complejo que
involucra múltiples factores, incluyendo el desarrollo psicológico, las influencias sociales y
culturales, y la salud mental. Comprender cómo los adolescentes encuentran significado en sus
vidas puede contribuir a la implementación de estrategias de apoyo y prevención en entornos
educativos y familiares.
Logoterapia y análisis existencial
En la formulación de la logoterapia, hace una diferenciación entre sentido y valores: el
sentido es algo único en las situaciones en que el ser humano está inmerso, mientras que los
valores son categorías universales de sentido, trascendiendo a las situaciones específicas. Por ese
motivo, la vida permanece con sentido a pesar del desaparecimiento de las tradiciones. Según ese
abordaje, hay tres vías valorativas para la realización de sentido: valores vivenciales (vivencias
de personas u obras artísticas y naturaleza), valores creativos (laborar y crear algo para el
mundo) y valores actitudinales (tomar posturas en situaciones inmutables y de sufrimiento).
El sentido de la vida es el presupuesto filosófico de la logoterapia. Indica que en la vida
hay un sentido incondicional que necesita ser descubierto por el ser humano. Este sentido cambia
de un momento al otro y de una persona a otra, no dependiendo de condiciones internas o
externas.
El sentido está en el mundo, en consecuencia, el hombre necesita trascender a sí mismo
para algo (una causa) o alguien (un ser amado). Así, la logoterapia concibe el sentido de tres
formas: sentido de la vida, sentido en la vida y sentido en el mundo. Hay también una relación
temporal de esos conceptos, pues el sentido de la vida solo puede ser percibido en el final de la
existencia del hombre, mientras el sentido en la vida puede ser descubierto en todos los
momentos de la vida del ser; por fin, el sentido en el mundo (el cosmos) comprende una
inquietud humana con respecto al sufrimiento humano, que justifica el propio sentido de la vida.
De este modo, el sufrimiento sin sentido resulta en desespero o ausencia de sentido.
En términos generales, se contrapone a las teorías escépticas, que resultan siempre en una
cosmovisión nihilista, y salvaguarda la concepción de que el hombre es un ser en relación con los
valores existenciales.
En resumen, el hombre busca realizar sentido en su vida por medio también de valores
existenciales, reconociendo que es un ser finito y un ser para la muerte. Esa búsqueda no se
restringe a los aspectos positivos ni a los trágicos (por ejemplo, dolor, sufrimiento y muerte),
circunscritos en una condición temporal y espacial. Así resta, pues, considerar la teoría
ontológica del tiempo, que se presenta a continuación. (Heidegger, 1989)
Teoría antológica del tiempo
La concepción del tiempo ha sido uno de los temas centrales desde la Antigüedad,
considerando su medición, pasaje y fluidez.) presenta una teoría ontológica del tiempo que
considera la transitoriedad de la existencia, partiendo de dos aspectos: una crítica de las
concepciones platónicas y del "trágico heroísmo" (existencialismo). El primer aspecto asevera
que el futuro no existe, así como el pasado; de este modo, el tiempo es una apariencia, lo que
sugiere que la división de la temporalidad en pasado, presente y futuro constituye una ilusión de
la consciencia. El segundo aspecto indica que la persona "viene de la nada y vuelve a la nada", y,
a pesar de eso, debe dar heroicamente sentido a la existencia.
El platonismo niega la existencia temporal y hace creer que todas las cosas ya están
preestablecidas, puesto que el tiempo no es fluido, y ello resulta en un quietismo. Platón en
realidad considera el tiempo de origen cosmológico, y en este sentido procura establecer la
distinción entre el 'ser' y el 'no ser'. El mundo del 'ser' es fundamental y no está sujeto a
mutaciones; el mundo es, según su pensamiento, eternamente el mismo. Este mundo, sin
embargo, es el mundo de las ideas, aprehensible tan solo por la inteligencia y puede ser
comprendido a partir de la razón. A su vez, Frankl (1989) discute sobre el existencialismo, su
necesidad de considerar el aquí y ahora y sugiere un "pesimismo del presente". En
contraposición a la perspectiva existencialista, este autor defiende que "el futuro ciertamente no
es nada; pero el pasado es la pura verdad"
Según se planteó previamente, la posición de Frankl parte de la transitoriedad de las
situaciones, puesto que todo es fugaz. De este modo, concluye que el tiempo fluye del futuro
para el pasado, de la nada (posibilidades) para el ser pasado (realidades) (Frankl, 1988). Por lo
tanto, el futuro es constituido por las posibilidades del ser, y así es denominado "de la nada". El
pasado, por su vez, es el "ser", es decir, el pasado es formado por todos los valores realizados, no
pudiendo ser eliminado del mundo. Por fin, el presente es definido como "un espacio limítrofe
entre la nada y la existencia" (Frankl, 1988, p. 56), correspondiendo al espacio que hace del
hombre un ser responsable por todo lo que hizo en el pasado. (Frankl, 1992)
El Sentido de la Vida en los jóvenes adolescentes, analizado a partir de diez variables
independientes, muestra los siguientes comportamientos:
• No se observan diferencias significativas en el sentido de la vida entre hombres y
mujeres universitarios.
• A medida que aumenta la edad de los estudiantes universitarios, también lo hace
su percepción del sentido de la vida.
• Los universitarios procedentes del norte de España presentan niveles más bajos de
sentido de la vida en comparación con aquellos que viven en comunidades del
centro y este del país.
• La naturaleza del centro educativo influye en esta variable: los estudiantes de
universidades privadas manifiestan un mayor sentido de la vida que quienes
asisten a instituciones públicas.
• La rama de estudios elegida no tiene impacto en la percepción del sentido de la
vida.
• Estudiantes que cursan niveles académicos más avanzados tienden a tener una
mayor percepción de sentido vital.
• Los jóvenes universitarios que se identifican con la religión católica muestran
niveles más altos de sentido de la vida que aquellos sin afiliación religiosa.
• Asimismo, quienes practican activamente su religión tienden a experimentar un
mayor sentido de la vida en comparación con los que no lo hacen.
• La pérdida de un ser querido (familiar o amigo) no parece afectar los niveles de
sentido de la vida frente a quienes no han vivido una experiencia similar.
• Por otro lado, los estudiantes que no han enfrentado una experiencia personal
cercana a la muerte presentan una mayor percepción del sentido de la vida que
aquellos que sí la han vivido.
El sentido de la vida desde el punto de la autoestima.
La autoestima, según Rosenberg, se entiende como la actitud general, positiva o negativa,
que una persona tiene hacia sí misma. Por su parte, Bonet (citado en Borges Silva) la describe
como el conjunto de percepciones, pensamientos, valoraciones, emociones y comportamientos
que dirigimos hacia nosotros mismos, nuestra forma de ser, actuar y nuestros rasgos físicos y de
carácter, siendo clave para desarrollar confianza y respeto personal.
Tener una autoestima saludable puede actuar como un factor protector frente a influencias
perjudiciales, como el consumo de sustancias o conductas adictivas. Es común que durante la
adolescencia temprana los niveles de autoestima disminuyan, aunque suelen recuperarse más
adelante, especialmente en los varones, mientras que las mujeres tienden a mantener niveles
bajos a lo largo de esta etapa.
Sentirse valioso, aceptarse y hacer uso de las propias capacidades es fundamental para los
adolescentes, ya que esto les ayuda a enfrentar situaciones difíciles. En cambio, una autoestima
deficiente, combinada con la percepción de estancamiento y falta de esperanza ante situaciones
adversas, incrementa el riesgo de caer en conductas adictivas u otros comportamientos de riesgo.
Esto se agrava considerando que la adolescencia es una etapa caracterizada por la inestabilidad y
la búsqueda de referentes para definir la identidad adulta.
Los adolescentes constituyen el grupo que más utiliza Internet. El uso excesivo,
especialmente cuando afecta el sueño, puede provocar síntomas de depresión, insomnio, bajo
rendimiento escolar, aislamiento social, ansiedad y problemas de autoestima. Con el tiempo, este
uso desmedido puede convertirse en una adicción, generando dependencia psicológica y malestar
cuando no se tiene acceso a Internet.
Se ha investigado la relación entre la autoestima y la adicción a Internet, aunque persiste
el debate sobre si una es causa o consecuencia de la otra. Para fines de este estudio, se parte de la
hipótesis de que una autoestima baja influye directamente en el desarrollo de adicción al Internet.
También se considera que el sexo puede tener un efecto moderador en esta relación, ya que las
mujeres suelen presentar niveles de autoestima más bajos.
Otra variable relevante es el sentido de la vida, entendido como una fuerza motivadora
que impulsa a vivir; su ausencia se manifiesta como un vacío o frustración existencial. Cuando se
pierde este sentido, las personas pueden intentar compensarlo a través de adicciones.
Se ha encontrado una fuerte correlación entre el sentido de la vida y la autoestima, así
como una capacidad predictiva del primero sobre la segunda. Ambas variables actúan como
protectoras frente a situaciones adversas, lo que resalta su importancia en el estudio de las
diferencias individuales en la adaptación.
También se ha propuesto una relación entre conductas adictivas y la percepción del
sentido de vida. En este estudio, se busca examinar su posible rol mediador en la relación entre la
autoestima y la adicción a Internet. Aunque esta mediación ha sido sugerida en el estudio de
diversos trastornos mentales y conductas adictivas, la evidencia aún es limitada, por lo que este
trabajo busca aportar datos relevantes para futuras intervenciones clínicas. (JH, 2012)
Búsqueda del sentido de la vida - como núcleo de la teoría motivacional de la logoterapia.
Constructo «sentido de la vida» fue desarrollado por el psiquiatra y neurólogo vienes
Viktor Emil Frankl [1905-1997] -mundialmente conocido por su libro El hombre en busca de
sentido- como núcleo de la teoría motivacional de la logoterapia, escuela de psicoterapia por él
fundada y enmarcadle en la denominada «psicoterapia existencial». El experimentar que la vida
propia tiene sentido es, para este autor, la fuerza motivacional fundamental del ser humano y
condición de la autorrealización personal (Frankl, 1994)
El logro de sentido se asocia positivamente a percepción y vivencia de libertad;
responsabilidad y autodeterminación; cumplimiento de metas vitales; visión positiva de la vida,
del futuro y de sí mismo; y autorrealización. Cuando no se alcanza el logro existencial se origina
una frustración que se asociaría a la desesperanza caracterizada por la duda sobre el sentido de la
vida; por un vacío existencial que se manifestaría en un estado de tedio, percepción de falta de
control sobre la propia vida y ausencia de metas vitales. La desesperanza por causa existencial
puede comportar riesgo suicida más en sujetos cuyas condiciones personales de salud física,
social y económica son favorables, que cuando tales condiciones no son tan buenas pero que sí se
experimenta el logro mismo de sentido (Frankl, 1997,2001)
Ahondando en estas ideas afirma que la falta de sentido de la vida da lugar a una
frustración existencial en la que se desespera. Entre el vacío existencial y la desesperanza, por
tanto, existiría una relación estrecha; ambas remiten a un estado de ánimo y motivación, y de
sentimientos y de expectativas sobre el futuro caracterizados por la apatía, el cansancio, la falta
de ilusión, la sensación de inutilidad de la vida, el fatalismo y la desorientación existencial,
pudiendo llevar a la comisión de suicidio. El riesgo de cometer suicidio se incrementa
notablemente cuando se experimenta vacío existencial, tanto más cuanto más sin sentido resulta
la propia existencia. (Lukas, 2001 )
En relación con ello, halló que el vacío existencial se asociaba con la psicopatología,
mientras que el logro de sentido de la vida se relacionaba con la dedicación personal a una causa,
a valores y a metas vitales personales claras y definidas. En la misma línea, Ryff y Keyes (1995)
sugirieron que un componente crítico de la salud mental incluye la convicción y el sentimiento
personales de que la vida tiene sentido. , (Yalom, 1980)
Los resultados de otros estudios apuntan en la misma línea. Así, en un estudio en el que
esperaban encontrar las relaciones entre el sentido de la vida y las estrategias de afrontamiento
como predictores de suicidio, hallaron que aquel opera parcialmente a modo de amortiguador
entre el estilo de afrontamiento y las manifestaciones suicidas. (Edwards, 2003)
Se observaron que la atribución de los acontecimientos vitales negativos a causas
incontrolables se asociaba de manera notable a la generación de expectativas de desesperanza.
(Soria, Otamendi, Berrocal, Caño, & Rodriguez, 2004)
(Gallego, Pérez, García, & Alandete, 2004) hallaron una relación negativa significativa
entre sentido de la vida y desesperanza, de modo que al vacío existencial se asociaba mayor nivel
de desesperanza (riesgo de suicidio), al contrario que con el logro de sentido de la vida.
La desesperanza, por su parte, está relacionada en el modelo desarrollado por A. T. Beck
y sus colaboradores, con sentimientos y cogniciones negativas acerca de uno mismo, del mundo
y del futuro, correlacionando significativamente con ideaciones y tendencias suicidas: a mayor
nivel de desesperanza, mayor frecuencia e intensidad de ideaciones suicidas y mayor
probabilidad, por tanto, de materializar una conducta. La desesperanza operaría a modo de
variable moduladora entre la depresión y la conducta suicida, por cuanto forma parte de las
distorsiones cognitivas características de personas con depresión y con ideaciones suicidas.
Esta relación directa entre desesperanza e ideación y tendencias suicidas es afirmada en
numerosos trabajos empíricos, así como la relación inversa entre desesperanza y sentido en la
vida. La desesperanza es más importante que la depresión misma a la hora de explicar ideaciones
suicidas, y ambas son las dos variables más importantes, junto con el historial de intentos de
suicidio al momento de identificar ideaciones suicidas.
(Clarke & Kissane, 2002) hallaron que la desesperanza se asocia, de manera significativa,
a ideaciones suicidas y deseos de morir, así como con consecuencias negativas sobre la
enfermedad física y mental. En un estudio realizado con adolescentes Esposito encontraron que
aquellos que tenían en su haber múltiples intentos de suicidio mostraban puntuaciones superiores
en desesperanza que los que lo habían intentado en una sola ocasión. Por su parte, indican que las
personas que padecen desórdenes depresivos, entre otros trastornos y factores, muestran un
riesgo particularmente elevado de suicidio. El sentimiento de desesperanza es uno de los más
importantes factores de riesgo de conductas suicidas, así como síntoma clínico de la depresión y
etiológicamente relevante con respecto a ésta; estos autores hallaron en un grupo de estudiantes
adolescentes una clara relación entre desesperanza e ideación suicida: a mayores niveles de
desesperanza, mayor presencia de tal tipo de pensamientos. A tenor de estos resultados, pues, la
desesperanza correlaciona de manera directa y significativa con ideaciones y tendencias suicidas,
de tal modo que, a mayor grado de desesperanza, mayor riesgo de suicidio.
En relación con lo expuesto, el objetivo de este trabajo consiste en comprobar las
relaciones entre el sentido existencial y la desesperanza. La hipótesis por contrastar mantiene que
sentido de la vida y desesperanza están significativamente asociadas de manera negativa, de tal
manera que al logro de sentido se asocian niveles inferiores de desesperanza y, por el contrario,
al vacío existencial se asocian niveles superiores de desesperanza. (Beck, Steer, Newman, &
Brown, 1993).
El ser humano tiene la capacidad latente, si no manifiesta de comprenderse solo, y de
resolver suficientemente sus problemas por la satisfacción y la eficacia necesaria de su adecuado
funcionamiento. El ejercicio de esta capacidad requiere un contexto de relaciones humanas
positivas favorables a la conservación y a la revalorización del yo; o en otros términos, requiere
relaciones sin amenazas o sin ataques a la concepción que el sujeto hace de sí mismo.
El valor de la tendencia actualizarte se manifiesta también en la modalidad en que opera.
Sobre todo no apoya todas las potencialidades del organismo sino que promueve solo aquellas,
positivas y constructivas. Por lo tanto se dice que la tendencia es selectiva, direccional y
constructiva, en cuanto no apoya las posibilidades negativas del organismo, como las de sufrir o
de destruirse, o de aburrirse si no es en condiciones personales o ambientales anormales o
desfavorecedoras (Roger, 1966)
El sustrato de toda motivación humana es la tendencia organísmica hacia la realización y
el crecimiento.
Esta tendencia puede expresarse en el más amplio rango de conductas como respuesta a
una inmensa variedad de necesidades. En consecuencia, la idea es que estamos tratando con un
organismo que está siempre motivado, que está siempre listo para hacer algo, y que está siempre
buscando. Esta afirmación confirma la creencia de Rogers de que hay una fuente central de
energía en el organismo humano; que esta es una función confiable de toda la persona y no de
una parte de ella y que está mejor conceptualizada como una tendencia hacia la realización, hacia
la actualización, no solo hacia el mantenimiento, sino también hacia el mejoramiento del
organismo
En consecuencia, otra modalidad operativa de la tendencia actualizante es la de actuar
como fuente de conocimiento y como guía de la actuación humana. En esta función la tendencia
27 actualizante resulta más valida y más segura que las normas y los modelos externos. En esta
declaración se nota una revalorización del mundo de los sentimientos, con relación a la razón y
una mayor confianza en la autovaloración y en la autocorrección que en los juicios y en las
intervenciones del exterior. Esta es una base que llena de poder a la persona, que la deja lista para
una política armoniosa de las relaciones interpersonales, puesto que los individuos son expertos
en dirigir su propio desarrollo. Rogers sostiene, que la tendencia actualizante es “un desarrollo en
dirección hacia la autonomía, que huye de la heteronimia que resulta de la sumisión a fuerzas
externas
El eje central de la tendencia actualizante es que el organismo siempre se mueve hacia su
propio mejoramiento, “sin embargo, en el ser humano, la potencialidad para ser consciente de su
funcionamiento puede ser desviada en una forma tan persistente, que lo haga estar realmente
alienado de su experiencia organísmica”
Es preciso considerar el surgimiento de la amenaza, la cual aparece cuando la persona se
da cuenta de que una experiencia es incongruente con su constructo de sí-mismo.
Al aparecer la amenaza, la tendencia actualizante se encontrará obstaculizada y se
liberará cuando el mí-mismo perciba un ambiente desprovisto de la amenaza. Este planteamiento
es importante porque el ser humano vive con frecuencia en un estado de enajenación con relación
a su propio organismo y se encuentra muy lejos de alcanzar su funcionamiento pleno al no darle
su lugar al organismo y vivir en una constante amenaza en su individualidad. Su atención está
dirigida más bien a vivir de acuerdo con estereotipos, con valores externos que lo conducen lejos
de su propio organismo, viviendo “condicionados, recompensados y reforzados por conductas
que son de hecho perversiones de las direcciones naturales de la tendencia actualizante que es
unificada”
Solo cuando el ser humano llegue a confiar en su propia sabiduría organísmica o en sus
propias direcciones internas y logre integrar su conciencia a su organismo, estará en un proceso
natural de su funcionamiento orgánico (Rogers, 1980)
El ser humano puede ser entendido como un sistema complejo que, desde lo biológico, se
organiza en niveles que van desde células hasta órganos y sistemas de órganos. A su vez, forma
parte de sistemas sociales más amplios como la familia, la escuela, el trabajo o la comunidad,
donde existen jerarquías que condicionan sus derechos y deberes, los cuales varían a lo largo del
ciclo vital. Aunque estas estructuras sociales limitan su autonomía, el ser humano, a diferencia de
otros seres vivos, tiene la posibilidad de proyectarse en múltiples direcciones, lo que convierte la
búsqueda de sentido en una tarea compleja y, en ocasiones, angustiante.
El sentido de la vida se encuentra en el papel que una persona desempeña dentro de los
sistemas sociales a los que pertenece. Realizarse implica no buscar la realización personal en sí
misma, sino contribuir activamente al bienestar y desarrollo de esos sistemas. Sin embargo,
pertenecer a ellos no garantiza automáticamente encontrarle sentido a la vida. Lo esencial no es
solo hacer algo útil, sino comprometerse emocionalmente con objetivos que uno sienta como
propios y que den razón de ser a la existencia.
Tener responsabilidades o conciencia social no implica necesariamente sentirse realizado.
Algunas personas se sienten más plenas en actividades sencillas o de menor prestigio. Por tanto,
el sentido de la vida debe alinearse con la vocación auténtica, no con metas impuestas.
Desde un enfoque axiológico (de los valores), el sentido de la vida está relacionado con la
orientación fundamental de los sistemas éticos y los valores fundamentales que priorizan. En este
análisis se adopta la perspectiva humanista, donde el valor supremo es la dignidad humana. Tanto
el valor fundamental como el sentido de la vida son únicos en cada individuo o grupo,
contribuyen a la adaptación y requieren un cierto grado de desarrollo personal y social para
emerger.
A diferencia del sentido de la vida, que es individual, la orientación fundamental es
colectiva, propia de doctrinas ideológicas. El valor fundamental tiene un grado mayor de
generalización y actúa como criterio ético para juzgar si el sentido de vida de una persona es
moralmente adecuado.
El sentido de la vida guarda estrecha relación con la felicidad y la autonomía. La
felicidad no se limita al placer; surge cuando una persona siente que está cumpliendo objetivos
alineados con un sentido ético y moralmente correcto de vida. Un sentido de la vida
desequilibrado puede llevar a frustración, incluso si se cumplen objetivos superficiales. Además,
la autonomía la capacidad de autodeterminación sobre la base de un ideal es esencial para que
una persona pueda desarrollarse y actuar en coherencia con su propósito vital.
El sentido de la vida también tiene valor moral: si favorece la dignidad humana, es un
bien; si la perjudica, un mal. Un sentido de vida mal orientado puede generar consecuencias
negativas, como adicción al trabajo, estrés, o desequilibrios personales, incluso cuando se
cumple con los estándares sociales de productividad o éxito. No se trata simplemente de tener
metas, sino de que estas dignifiquen al individuo y a los demás.
Un sentido de vida correcto debe contribuir tanto al bienestar del propio individuo como
al de otros. En este equilibrio reside el verdadero encuentro con uno mismo y la identificación de
nuestro lugar en el mundo.
En el caso particular de la profesión médica, se requiere un alto nivel de compromiso
vocacional debido a su dificultad, la responsabilidad que implica y el contacto constante con el
sufrimiento. El profesional de la salud necesita que su trabajo forme parte esencial de su sentido
de vida para poder ejercer con humanidad, eficacia y motivación. Si sus motivaciones están mal
jerarquizadas, por ejemplo, si priman el prestigio o el dinero sobre el deseo de ayudar, esto
afectará negativamente su relación con los pacientes y su desempeño ético. La excelencia en esta
profesión solo se alcanza cuando los motivos altruistas están en la cima de su sistema
motivacional. (Sánchez, 2005)
La adolescencia es una etapa crítica en la formación de la identidad y el propósito vital.
Durante este período, los jóvenes se enfrentan a la tarea de construir su identidad, un proceso que
implica explorar quiénes son, qué valores los definen y cuál es su propósito en la vida. Esta
búsqueda de sentido es fundamental para su bienestar emocional y psicológico.
La búsqueda de sentido influye directamente en la salud mental, el bienestar y el
desarrollo personal de los jóvenes. Un sentido de vida sólido actúa como factor protector contra
conductas de riesgo, como el consumo de sustancias y la ideación suicida. Programas de
intervención que fortalecen este aspecto han demostrado eficacia en la reducción de tales
comportamientos. . (Molina. Maria, 2023)
Factores que influyen en la búsqueda de sentido
Familia y entorno social
El apoyo emocional y la comunicación abierta en el núcleo familiar son fundamentales
para que los adolescentes desarrollen un sentido positivo de la vida .
Las relaciones interpersonales en la escuela y la comunidad también juegan un papel
crucial en la formación del propósito vital. (Camarero, 2024)
Educación y escuela
La implementación de programas educativos que fomenten la reflexión, el
autoconocimiento y la participación activa puede fortalecer el sentido de vida en los
adolescentes.
Actividades extracurriculares y proyectos colaborativos ofrecen espacios para que los
jóvenes descubran sus intereses y valores.
Influencia de las redes sociales y la cultura digital
El uso excesivo de redes sociales puede afectar negativamente la salud mental de los
adolescentes, generando sentimientos de soledad y disminuyendo la calidad de las relaciones
interpersonales.
Relaciones significativas y apoyo social
El apoyo de la familia, amigos y la comunidad escolar es esencial para que los
adolescentes desarrollen un sentido de pertenencia y propósito. Un entorno que fomente la
empatía y el afecto contribuye positivamente en este proceso. (Lopez, 2024)
Educación y proyectos de vida
La implementación de programas educativos que promuevan la reflexión sobre el
proyecto de vida y el autoconcepto ha mostrado resultados positivos en adolescentes,
especialmente en contextos institucionalizados
Influencias externas
Las redes sociales y la tecnología tienen un impacto ambivalente: por un lado, pueden
ofrecer plataformas para la expresión personal; por otro, pueden generar presión social y
ansiedad.
El fenómeno del JOMO (Joy of Missing Out) refleja una tendencia creciente entre los
jóvenes a valorar la desconexión digital y la búsqueda de significado en la vida real. (Derbyshire,
2025)
Consecuencias de la búsqueda de sentido
Salud mental y bienestar
Un sentido de con fianza y positivismo y màs clarides de la vida está asociado con
menores niveles de ansiedad, depresión y conductas de riesgo en los adolescentes. La presencia
de propósito vital actúa como un factor protector frente a situaciones adversas y estrés.
Desarrollo personal y social
Los adolescentes que encuentran un propósito en sus vidas tienden a mostrar mayor
resiliencia, autoestima, seguridad en sí mismo y habilidades sociales. El sentido de vida facilita
la toma de decisiones éticas y el compromiso con causas sociales. (Molina. Maria, 2023)
Estrategias de intervención y promoción del sentido de vida
Programas psicoeducativos en contextos escolares
Intervenciones psicoeducativas enfocadas en la salud mental dentro de las
escuelas han demostrado ser efectivas en la promoción del bienestar y la prevención de
trastornos mentales en adolescentes.
Los programas psicoeducativos en escuelas son fundamentales para fortalecer el sentido
de vida en adolescentes. Estas intervenciones integran talleres sobre autoconocimiento, gestión
emocional, resiliencia, y exploración de valores y metas personales. El espacio escolar ofrece un
entorno seguro donde los adolescentes pueden reflexionar sobre su identidad y propósito,
desarrollar habilidades para afrontar el estrés y fortalecer su autoestima.
Estudios han demostrado que programas diseñados específicamente para este objetivo,
como aquellos basados en la psicología positiva y la logoterapia de Viktor Frankl, tienen efectos
positivos en la prevención de problemas de ansiedad, depresión y conductas de riesgo (como
consumo de sustancias o violencia escolar) (Dialnet - Intervenciones psicoeducativas).
Terapias centradas en el proyecto de vida
La Terapia Sistémica Breve, que incorpora la noción de proyecto de vida, ofrece
alternativas para trabajar con adolescentes en diversos contextos, ayudándoles a construir una
narrativa coherente y significativa sobre su futuro.
Las terapias centradas en el proyecto de vida, como la Terapia Sistémica Breve o
enfoques de orientación vocacional profunda, ayudan a los adolescentes a construir narrativas
sobre su futuro que sean coherentes con sus intereses, valores y aspiraciones.
En este tipo de intervenciones, los terapeutas trabajan para que el joven reconozca sus
propias fortalezas, reestructure creencias limitantes y diseñe un proyecto de vida flexible pero
motivador. Esto implica abordar temas como:
• La construcción de sueños realistas.
• La resiliencia frente a fracasos o cambios de rumbo.
• El significado de metas a corto y largo plazo.
Estas terapias no solo ayudan a definir un objetivo profesional o académico, sino también
a integrar un sentido más amplio de propósito personal, lo cual impacta positivamente en su
bienestar emociona.
Fomento de fortalezas personales
Programas de intervención que potencian las fortalezas personales de los adolescentes,
como la resiliencia y la autoestima, contribuyen al desarrollo de un sentido de vida más robusto y
a una mejor adaptación frente a las adversidades. (Lopez, 2024).
El éxito de las relaciones interpersonales entre los estudiantes adolescentes en los
contextos educativos puede estar condicionado por las percepciones, los sentidos y significados
que se manejen entre estos al interno del grupo; unido al trabajo en equipo y a las habilidades
sociales que los mismos posean como factores de éxito para garantizar la calidad del proceso
docente-educativo y de los aprendizajes que se generen. Un elemento que denota lo anterior es la
importancia de la inteligencia emocional como una característica que facilita las relaciones
interpersonales pues según López (2015) esta permite que los estudiantes sean conscientes de las
emociones, puedan comprenderlas y manejarlas en uno mismo y en otros, y utilizarlas para
razonar mejor.
La perspectiva psicosocial de la educación permite centrarse en los procesos de
interacción personal, de manera tal que se pueda comprender a la escuela y el proceso
enseñanza-aprendizaje como sistemas abiertos, poniendo la mirada en los diversos factores que
influyen en su dinámica. Además, el análisis de estos procesos de interacción amerita considerar
la relación inseparable entre la enseñanza y el desarrollo. De esta manera la escuela se concibe
como un sistema social debido a la participación de los fenómenos psicosociales como
determinantes del aprendizaje. La utilización de este enfoque permite trabajar la relación
alumno-alumno como una de las variables psicosociales que median el proceso de aprendizaje.
(Cruz, 2020)
Habilidades socioemocionales: Los hallazgos de la presente investigación indican que los
y las adolescentes de la muestra señalan un impacto positivo de los programas en cuatro de las
cinco habilidades socioemocionales planteadas por CASEL (2020a): autoconciencia, conciencia
social, autorregulación y habilidades para relacionarse. Lisette Campos Molina y Valentina
González Simpson. 2023.
Respecto a lo observado en el área de autorregulación, los y las adolescentes destacan el
desarrollo de la capacidad de manejar sus emociones, refiriéndose a la reacción conductual que
tienen ante estas. Señalan que esto les fue especialmente útil al momento de actuar cuando se
está molesto o cuando alguien dice comentarios negativos. Asimismo, los y las adolescentes
destacan las estrategias de atención plena proporcionadas como herramientas de ayuda para
manejar las emociones; mostrando cómo los ejercicios de respiración habrían ayudado a
enfrentar desafíos como la toma de decisiones o enfrentar eventos estresantes.
Durlak y colegas (2011) muestran que los programas ASE (Aprendizaje Socio
Emocional) producen impactos positivos en las habilidades socioemocionales en niños, niñas y
adolescentes, así como en las actitudes sobre sí mismo, los demás y la escuela. De la misma
manera, los resultados se alinean con los hallazgos de la revisión sistemática de van de Sande et
al. (2019) en torno a programas ASE en adolescencia, donde se muestra que estos tienen
impactos positivos sobre las habilidades socioemocionales de los y las adolescentes. En la misma
línea, considerando la heterogeneidad de las condiciones socioculturales y las características
sociodemográficas de los y las adolescentes que componen la muestra de la presente revisión, los
resultados se coinciden con lo planteado por Fernández-Martin et al. (2021), en cuanto a que los
y las estudiantes -niños y adolescentes- pueden beneficiarse de los programas ASE
independientemente de sus características sociodemográficas y educativas, siendo relevante
precisar que esta corresponde a una revisión que incluyó mediciones cuantitativas para su
análisis, lo que limita el acceso a las perspectivas de los y las participantes.
En el área de la autoconciencia, los y las adolescentes señalan los cambios que
experimentan en sus formas de pensar, llegando a mentalidades como la aceptación ante el fallo,
amabilidad hacia sí mismo y alcanzar metas a través de la planificación, lo cual les habría
ayudado a enfrentar situaciones como obtener una mala calificación o pensar en el futuro.
También, los y las adolescentes de esta revisión destacan el impacto de los programas en su
autoconocimiento, valorando cómo las sesiones les habrían ayudado a explorarse y conocerse
más a sí mismos, como también a entender las experiencias que han vivido. (Molina, 2023)
Programas de Desarrollo Positivo en la Adolescencia en el ámbito educativo Desde el
enfoque del Desarrollo Positivo en la Adolescencia, los centros educativos son agentes
fundamentales (Lerner et al., 2005; Oliva et al., 2010), pues pueden promover elementos del
desarrollo que contribuyen a la continuidad escolar (Beck y Wiium, 2019; Bradshaw et al., 2008;
Guerra y Bradshaw, 2008). De ahí, la importancia de ofrecer al alumnado oportunidades para su
desarrollo positivo. Sin embargo, para fomentarlo, los centros educativos deben ser entornos
positivos caracterizados por: la posibilidad de establecer vínculos con adultos de referencia, que
puedan brindarles apoyo y ser un modelo positivo; un clima de afecto y seguridad en el centro; y
la posibilidad de contar con oportunidades para el desarrollo de sus habilidades. Esto se garantiza
implementando programas con actividades estructuradas.
Otro aspecto importante es la implicación de adultos y de la comunidad. Por un lado, con
diferentes estrategias para promover la participación del alumnado, la familia y la comunidad, es
decir, programas multidominio Se requiere capacitarle para hacer frente a las dificultades de su
rol docente; que mejore sus competencias; que aprenda a actuar con creatividad, proactividad y
sentido del humor; que pueda ser un modelo de resiliencia y una fuente de apoyo para el
alumnado.
Desde el enfoque del Desarrollo Positivo en la Adolescencia, los centros educativos son
agentes fundamentales, pues pueden promover elementos del desarrollo que contribuyen a la
continuidad escolar. De ahí, la importancia de ofrecer al alumnado oportunidades para su
desarrollo positivo.
Sin embargo, para fomentarlo, los centros educativos deben ser entornos positivos
caracterizados por: la posibilidad de establecer vínculos con adultos de referencia, que puedan
brindarles apoyo y ser un modelo positivo; un clima de afecto y seguridad en el centro; y la
posibilidad de contar con oportunidades para el desarrollo de sus habilidades.
Las habilidades para relacionarse abarcan aquellas habilidades necesarias para establecer
y mantener relaciones saludables y de apoyo, para así navegar provechosamente* en entornos
con individuos y grupos. En siete de los estudios revisados, los y las adolescentes señalan un
cambio en sus habilidades para relacionarse.
Importancia de un Proyecto de Vida, Un proyecto de vida proporciona dirección, fomenta
la motivación y ayuda a las personas a tomar decisiones que reflejan sus prioridades y valores.
Según Deci y Ryan (2000), la claridad en las metas personales está asociada con una mayor
satisfacción vital y bienestar emocional, al promover la percepción de autonomía y propósito.
Visualización de Futuro Ideal. La visualización permite al paciente imaginar cómo será su
vida en cinco años si sigue el camino deseado, activando procesos cognitivos y emocionales que
refuerzan la motivación
El modelo SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes y temporales) es
esencial para transformar ideas abstractas en objetivos concretos
García indica que La terapia de juego no directiva fue planteada por Axline, en donde la
persona llega a jugar, de la forma en que desee, dirigiendo la sesión, en tanto la terapeuta refleja
palabras, sentimientos y acciones.
Análisis implica la descomposición de los elementos que constituyen un documento para
darle sentido informativo. Consta de diferentes etapas: identificación, extracción, condensación y
representación. Dicho proceso cumple características que hacen del análisis una forma efectiva
de investigación: la rapidez con la que se trata la información y la precisión con 11 la que se
adecua al usuario, según sus necesidades
Empatía: Todos y todas hemos pasado el aislamiento social de diferentes formas, pero ¿te
has puesto a pensar cómo se sienten tus amigas del barrio, abuelos o compañeros de escuela?
Comprender los sentimientos de los demás, es clave para que juntos hagamos frente a la
pandemia.
Pensamiento crítico: El mundo se encuentra en constante cambio, y el pensamiento crítico
puede ser nuestra herramienta secreta para entender, cuestionar y reflexionar acerca de aspectos
cotidianos.
Esta habilidad es clave para enfrentar problemas complejos, así como cambios en la
escuela, en la comunidad, en tu futuro empleo y en la vida en general. Tú y yo podemos
equiparnos con las habilidades necesarias para convertirnos en solucionadores de problemas.
Adolescentes y educación en habilidades para la vida
Resiliencia: Conoce por qué esta habilidad es importante para navegar con éxito las
circunstancias cambiantes y abordar las adversidades cuidando nuestra salud mental y bienestar.
Toma de decisiones: Día a día tomamos decisiones que tienen el potencial de transformar
nuestras vidas, ya sea en la escuela, con amigos y amigas, o pensando en el trabajo de nuestros
sueños. Una buena decisión puede tener un impacto positivo en tu vida presente y futura, e
incidir en el mundo que habitamos. ¿Qué decisión puede transformar tu vida de manera
positiva?. ONU (Organización de las Naciones Unidas). (UNICEF, 2021)
Scales, Benson, Leffert Y Blyth comprueban que los adolescentes y jóvenes que gozan de
un mayor número de recursos presentan un desarrollo más saludable y positivo que se pone de
manifiesto en algunos indicadores como el éxito escolar, conductas prosociales, el interés social,
el cuidado del cuerpo, la salud, la evitación de riesgos y la superación de la adversidad. Y por lo
tanto, aquellos que poseen un alto nivel
Ceja, Ramírez, Sánchez y Gómez consideran que lo más importante al estudiar el
desarrollo juvenil, es saber cómo se puede mejorar ese potencial de manera individual y como
especie, cómo conocer los métodos más factibles para corregir deficiencias, suplir carencias,
definir áreas de oportunidad, etcétera; y cómo descubrir la manera en la que los jóvenes pueden
alcanzar su máximo desarrollo posible en cuanto a sus capacidades individuales, sociales,
intelectuales, culturales, académicas y emocionales para hacer frente a diversas situaciones que
se le presenten en su vida cotidiana. Se trata de que ellos tengan las competencias necesarias y
dispongan de las debidas oportunidades para que puedan contribuir efectivamente a su formación
Entre los recursos internos, los valores se consideran un elemento fundamental en la
personalidad positiva para el desarrollo ya que influyen de manera decisiva sobre las acciones de
los individuos (Damon, 2004). Los valores como la responsabilidad, la integridad, la honestidad,
la prosocialidad, el compromiso social y la igualdad permiten una transición exitosa a la etapa
adulta (Antolín, Oliva, Pertegal & López, 2011), y a su vez, mediante la fijación de estos valores
se contribuye a la construcción de la propia identidad (Oliva et al., 2008). La psicología positiva
considera esta edificación de la identidad del joven como positiva. En este sentido, el cuidado, el
apoyo y la enseñanza constituyen una fuente principal para lograr encaminar a los seres humanos
hacia una identidad positiva (Brooker & Woohead, 2008). Catalano, Berglund, Ryan, Lonczak y
Hawkins (2004) la define como "una organización interna de un sentido coherente de sí mismo"
(p.106), y puede ser el resultado de la constante interacción con personas positivas.
La Cumbre Mundial de Alimentación (1996) indica que se puede considerar como
inseguridad alimentaria el no poseer el pleno acceso a los alimentos necesarios para la
subsistencia. Por lo tanto, individuos, familias y comunidades se verían afectadas no solo en la
satisfacción de sus necesidades alimentarias, sino también educativas, sanitarias y de acceso a
otros servicios básicos, contribuyendo a frenar el desarrollo.
Las habilidades para la vida son particularmente importantes para los adolescentes en
situaciones humanitarias, en las que suelen enfrentar desafíos considerables, como son verse
separados de sus familias, la interrupción de la educación y el desplazamiento de sus
comunidades. Sin los recursos adecuados para hacer frente a estas dificultades, las y los
adolescentes corren el riesgo de recurrir a formas negativas de adaptación, e incluso aislarse,
pagar la frustración y enojo con los demás o abusar del alcohol y las drogas.
Uno de los fundamentos del bienestar psicosocial es el acceso a las necesidades básicas
(alimentos, vivienda, medios de vida, atención médica, servicios de educación) junto con un
sentido de seguridad que resulta de vivir en un entorno seguro y de apoyo. Lamentablemente,
dicho bienestar suele verse perturbado en las crisis humanitarias, lo que genera un grave impacto
en el desarrollo psicológico y social de los adolescentes.
Los trastornos, la incertidumbre y la violencia asociadas con las crisis humanitarias
pueden ejercer una presión psicológica y social considerable en los adolescentes, quienes tienen
que lidiar con la desintegración de sus familias y comunidades, asumir responsabilidades propias
de adultos antes de estar preparados para ello y enfrentar riesgos como el reclutamiento en
grupos armados, la trata, la explotación laboral y la violencia sexual. . (Álamo-Muñoz1, 2024)
Planteamiento del problema
La adolescencia es una etapa crítica en la formación del sentido de la vida, ya que en ella se
consolidan aspectos fundamentales de la identidad personal, las aspiraciones y el propósito
existencial. Los adolescentes comienzan a cuestionarse sobre quiénes son, hacia dónde van y
cuál es el propósito de su existencia. Esta búsqueda puede verse influida por diversos factores
como el entorno familiar, la educación, la espiritualidad, la presión social y las experiencias
personales.
En el Colegio Tridentino San Ramón, se ha notado un aumento en comportamientos asociados
con la falta de motivación, incertidumbre sobre el futuro y dificultades para establecer metas
claras, especialmente en los estudiantes de noveno y décimo grado. Esta situación plantea la
necesidad de explorar si estas manifestaciones están relacionadas con una búsqueda activa o
confusa del sentido de la vida.Por lo tanto, surge la siguiente pregunta de investigación: ¿Cómo
experimentan los estudiantes de noveno a décimo grado del Colegio Tridentino San Ramón,
en el periodo de abril a septiembre de 2025, la búsqueda del sentido de la vida y qué
factores influyen en dicho proceso?
Hipótesis
Los estudiantes de noveno a décimo grado del Colegio Tridentino San Ramón, en el
periodo de abril a septiembre de 2025, experimentan una búsqueda del sentido de la vida
caracterizada por la influencia de factores como el apoyo familiar, las experiencias escolares y la
formación espiritual, lo que les permite construir gradualmente una visión personal de propósito
y dirección en sus vidas.