EL MINISTERIO
PASTORAL Dr. Esteban Ajnota A.
Teólogo y Psicólogo Familiar
¿Cómo Pastorear Bíblicamente? Docente y Coordinador para
Latinoamérica de UNPI-University
Colegiatura Oficial Internacional de Doctor
Académico, Colegiado Nº DACA-116-5,
Página: 5, Folio: 116
Cel. 726 47391
EL MINISTERIO PASTORAL
El carácter de Dios, su
revelación y su voluntad no
han cambiado, Él sigue
siendo el mismo.
Cristo ha sido y seguirá
siendo el Príncipe de los
pastores (1 Pedro 5:4, “Y al
aparecer el Príncipe de los
pastores, recibiréis la
inmarchitable corona de
gloria”).
EL MINISTERIO PASTORAL
Cristo ha sido y seguirá siendo
el Buen Pastor (Juan 10:11,
14, “Yo soy el buen pastor; el
buen pastor pone su vida por
las ovejas. Yo soy el buen
pastor y conozco mis ovejas, y
las mías me conocen”).
Cristo ha sido y seguirá
siendo el Gran Pastor (He.
13:20, “Y el Dios de paz, que
por la sangre del pacto eterno
levantó de entre los muertos
a nuestro Señor Jesús, el
gran Pastor de las ovejas”).
EL MINISTERIO PASTORAL
Los pastores siempre serán sus
subordinados y obreros en la
iglesia que Él compró con su
sangre preciosa (Hechos 20:28,
“Tened cuidado por vosotros
mismos y por todo el rebaño
sobre el cual el Espíritu Santo
os ha puesto como obispos,
para pastorear la iglesia del
Señor, la cual adquirió para sí
mediante su propia sangre”)
Dios continúa construyendo Su
Iglesia por medio de los
pastores y obreros.
EL MINISTERIO PASTORAL
Los pastores asumen una
enorme responsabilidad
cuando aceptan la
inigualable tarea de enseñar,
exhortar y corregir a favor de
Cristo (Tito 1:9 PDT, “Un
anciano líder de la iglesia se
apega al mensaje verdadero
tal como lo enseñamos. Así
con la enseñanza que
produce una vida recta,
podrá ayudar a los
creyentes y corregir a los
que se opongan”).
EL MINISTERIO PASTORAL
La palabra del Apóstol Pablo con relación a esta
administración pastoral dice en: 1 Corintios 4:1-5 (PDT)
“1 La gente debe vernos simplemente como siervos de
Cristo, como aquellos en quienes Dios ha confiado para
enseñar su plan secreto. 2 Además, una persona en la que
alguien ha confiado debe demostrar que es digna de esa
confianza. 3 Me tiene sin cuidado que me juzguen ustedes
o un tribunal humano. Ni siquiera yo mismo me juzgo. 4
Hasta donde yo sé, no he hecho nada malo, pero no por
eso soy inocente. El Señor es quien me juzga. 5 Por eso
les aconsejo que no juzguen antes de tiempo. Esperen a
que el Señor venga. Él iluminará todo lo que está en la
oscuridad y descubrirá las intenciones del corazón. En ese
momento, Dios dará a cada uno la alabanza que se
merezca.”
Los pastores de la iglesia a finales del siglo XX
La iglesia de finales del siglo XX en general, y los pastores en particular,
enfrentaban las siguientes preguntas cruciales:
¿Qué debe ser y hacer un pastor?
¿Cómo debe responder la iglesia a una cultura que cambia tan rápidamente?
¿Qué considera Dios relevante?
¿Cómo tan preocupado está Cristo con lo tradicional y/o lo contemporáneo?
¿Son las Escrituras hoy una base adecuada para el ministerio?
¿Cuáles son las prioridades de un pastor?
¿Bajo qué autoridad se mantiene el pastor?
¿Cómo podemos distinguir entre el pastor llamado por Dios y el falso?
¿Quién define la necesidad del ministerio, Dios o el hombre?
¿Qué dirección quiere Cristo para su iglesia en el siglo XXI?
Y la principal de todas, cuando estemos ante el Señor de gloria y demos
cuenta de nuestra administración, ¿qué diremos? Y, aún más importante,
¿qué dirá Él?
CRISIS DE IDENTIDAD EN EL MINISTERIO PASTORAL
En tanto que la iglesia sucumbe a las
presiones culturales y sociales, no es
de sorprender que los roles pastorales
bíblicamente definidos y el contenido
de la enseñanza ministerial, orientado
con las Escrituras, también haya
experimentado un serio desafío.
Identidad pastoral
Esta confusión no es completamente
nueva para la iglesia. Ya en el siglo I
Pablo se sintió obligado a articular
cuidadosamente el rol del pastor.
Todas las generaciones subsiguientes
han sentido esta tensión con la
correspondiente necesidad de
reafirmar los absolutos bíblicos del
ministerio.
La teología pastoral sin una definición clara
La teología pastoral es mayormente un campo sin una definición
clara: su significado preciso y sus partes componentes parecen variar
ampliamente de una denominación a otra y de un seminario a otro.
La enseñanza de la formación pastoral raras veces hace referencia
directa a la fascinante historia y tradición de la iglesia primitiva.
EL MÉTODO BÍBLICO DEL MINISTERIO PASTORAL
Creemos que Pablo hizo una afirmación
absoluta con implicaciones innegables
cuando escribió a Timoteo: «Toda la
Escritura es inspirada por Dios y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para
instruir en justicia; para que el hombre de
Dios sea perfecto (adecuado), equipado
para toda buena obra» (2 Tim. 3:16-17).
Este pasaje enseña no solo una alta
perspectiva de la autoridad de las
Escrituras, sino también su suficiencia,
sobre todo en formular planes y prioridades
ministeriales. Demanda que comencemos
con Dios y la Biblia antes que con el
hombre y la cultura para poder entender la
voluntad de Dios en el ministerio.
Un análisis cuidadoso de las epístolas pastorales
conduce a esta descripción básica del ministerio. Las
actividades primarias de un pastor incluyen:
1. Orar 1 Ts. 1:2-3; 3:9-13 10. Vigilar 1 Ts. 3:1-8
2. Evangelizar 1 Ts. 1:4-5, 9-10 11. Advertir 1 Ts. 4:1-8
3. Equipar 1 Ts. 1:6-8 12. Enseñar 1 Ts. 4:9-5:11
4. Defender 1 Ts. 2:1-6 13. Exhortar 1 Ts. 5:12-24
5. Amar 1 Ts. 2:7-8 14. Animar 2 Ts. 1:3-12
6. Laborar 1 Ts. 2:9 15. Corregir 2 Ts. 2:1-12
7. Modelar 1 Ts. 2:10 16. Confrontar 2 Ts. 3:6, 14
8. Dirigir 1 Ts. 2:10-12 17. Rescatar 2 Ts. 3:15
9. Alimentar 1 Ts. 2:13
EL MÉTODO BÍBLICO DEL MINISTERIO PASTORAL
1. Pablo ejemplifica el carácter de un pastor y cómo se relaciona dicho carácter
con la conducta del ministerio (1 Tes. 2:1-6 PDT) v. 2 “Sufrimos mucho en
Filipos. Se hablaba mal de nosotros, pero Dios nos ayudó a ser muy valientes”.
2. Describe la naturaleza del liderazgo pastoral en términos de una madre (1 Tes.
2:7-8 PDT), v. 7 “Pero hemos sido muy amables con ustedes, como una madre
que se preocupa por sus hijos”.
3. De un obrero (1 Tes. 2:9 PDT), v. 9 “Sé que ustedes recuerdan lo duro que
trabajamos día y noche”.
4. De un miembro de familia (1 Tes. 2:10 PDT) v. 10 “Cuando estuvimos con
ustedes los creyentes, nos comportamos de una manera santa, justa y
honesta”.
5. Y de un padre (1 Tes. 2:11-12 PDT) v. 11 “Nosotros tratamos a cada uno de
ustedes como un padre trata a sus propios hijos”.
Aunque estos textos no tratan concluyentemente el tema, sí señalan la Escritura
como la fuente apropiada de la que se deben sacar respuestas a las preguntas
relacionadas con el ministerio.
¿QUÉ DEBE SER Y QUÉ DEBE HACER UN PASTOR?
1 Pedro 5:1-3 (TLA) “Quiero darles un
consejo a los líderes de la iglesia. Yo
también soy líder como ellos, y soy
testigo de cómo sufrió Cristo. Además,
cuando Cristo regrese y muestre lo
maravilloso que es él, disfrutaré de parte
de su gloria. Mi consejo es el siguiente:
Cuiden ustedes de las personas que Dios
dejó a su cargo, pues ellas pertenecen a
Dios. Cuídenlas, como cuida el pastor a
sus ovejas. Háganlo por el gusto de
servir, que es lo que a Dios le agrada, y
no por obligación ni para ganar dinero.
No traten a los que Dios les encargó
como si ustedes fueran sus amos; más
bien, procuren ser un ejemplo para ellos”.
UN PASTOR DEBE PASTOREAR EL REBAÑO DE DIOS
Como pastores, los ministros deben guardar
el rebaño para que no se desvíe, guiarlo a
los verdes pastos de la Palabra de Dios, y
defenderlo contra los lobos salvajes.
(Hechos 20:29).
Hechos 20:28-30 (TLA), “Ustedes deben cuidarse a
sí mismos, y cuidar a los miembros de la iglesia de
Dios. Recuerden que el Espíritu Santo los puso
como líderes de la iglesia, para que cuiden a todos
los que Dios salvó por medio de la sangre de su
propio Hijo.
Cuando yo muera, vendrán otros que, como si fueran
lobos feroces, atacarán a todos los de la iglesia.
También algunos, que ahora son seguidores de
Jesús, comenzarán a enseñar mentiras, para que
todos en la iglesia los sigan y los obedezcan.
Cómo pastorear:
“Cuidad como pastores el rebaño de
Dios que está a vuestro cargo, no por
obligación ni por ambición de dinero,
sino con afán de servir, como Dios
quiere”.
1 Pedro 5:2 (BAD)
Cómo no pastorear:
Un pastor perezoso es un pastor
ineficaz.
Otro peligro más siniestro que se debe
evitar es hacer la obra del ministerio por
sórdida ganancia. «Ni plata ni oro ni
vestido de nadie he codiciado», dice
Pablo a los ancianos de Éfeso
(Hechos 20:33).
EL MANDATO DE GANAR ALMAS
El mandato es, pues, que se
evangelice el mundo. Pero, ¿qué
es evangelizar?
Evangelizar es comunicar la buena
noticia tocante a Jesús a todas las
personas, una noticia urgente,
inmediata y salvadora.
Ganar almas significa hacer llegar
el evangelio a la gente con tal
poder del Espíritu Santo que sean
conducidos a volverse a Cristo y
ser nacidos de nuevo, que sean
hechos hijos de Dios por la
renovación del Espíritu Santo.
FELICIDADES POR
PARTICIPAR