Título LA OSTEOARTRITIS
Autor/es Nombres y Apellidos Codigo de
estudiantes
Achacollo Quispe 147331
Mashel Danna
Gutierrez Geronimo 135087
Franclin
Fabian Nina Neydi 145422
Flores Pancorbo 145516
Jhasmyn
Fecha 24/04/2025
Carrera MEDICINA
Asignatura EMBRIOLOGIA
Grupo B
Docente
Periodo
Académico
Subsede ORURO
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN...................................................................................................................3
1.1. DEFINICIÓN..........................................................................................................1
1.1.1. Artroscopia Y Reconstrucción De Los Ligamentos.............................................2
1.1.2. Criterios Diagnósticos...........................................................................................4
1.1.3. Fisiopatologia........................................................................................................5
1.2. SIGNOS...................................................................................................................6
1.2.1. La artrosis vertebral cervical y lumbar.................................................................7
1.2.2. La artrosis de la cadera.........................................................................................8
1.2.3. La artrosis de la rodilla.........................................................................................8
1.2.4. La artrosis de la mano...........................................................................................8
1.3. TIPOS DE ARTROSIS..............................................................................................9
1.3.1. Artrosis Primaria vs. Artrosis Secundaria:............................................................9
1.3.2. Por la Articulación Afectada:..............................................................................10
1.3.3. Artrosis Localizada vs. Artrosis Generalizada:...................................................10
1.3.4. Artrosis Erosiva:.................................................................................................11
1.4. MEDICAMENTOS..............................................................................................11
1.4.1. Paracetamol.........................................................................................................11
1.4.2. AINES orales......................................................................................................11
1.4.3. Opioides..............................................................................................................12
1.4.4. Tratamientos tópicos...........................................................................................12
1.4.5. SYSADOA..........................................................................................................13
1.5. TRATAMIENTO..................................................................................................13
1.5.1. Medidas físicas....................................................................................................14
1.5.2. Tratamiento farmacológico.................................................................................15
1.5.3. Cirugía.................................................................................................................17
1.5.4. Otras terapias auxiliares y de investigación........................................................17
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES................................................................19
Conclusiones......................................................................................................................19
Recomendaciones..............................................................................................................20
REFERENCIAS..................................................................................................................21
ANEXOS...............................................................................................................................22
INTRODUCCIÓN
La osteoartritis es la enfermedad crónica y degenerativa más frecuente, siendo la principal
causa de dolor y discapacidad en el adulto mayor. Consiste en la insuficiencia de las
articulaciones diartrodeas (móviles, tapizadas por la sinovial) y se caracteriza por la pérdida
gradual de cartílago articular.
Etiológicamente podríamos clasificarlas en Artrosis Primaria o Secundaria. Lo más
frecuente es la Artrosis Primaria (idiopática), sin factores predisponentes obvios, mientras
que la Artrosis Secundaria puede ser precipitada por múltiples factores: Traumatismos,
Congénitas o del desarrollo, Metabólicas, Endocrinas. Las localizaciones más frecuentes de
artrosis son: Columna cervical y lumbar; Rodilla; Cadera; Dedos de la mano; Trapecio-
metacarpiana; Metatarso-falángica primer dedo. El síntoma característico es el dolor
mecánico acompañado de rigidez matutina, no existiendo correlación entre el dolor y el
daño estructural apreciada en las radiografías. Esta patología constituye una fuente
importante de comorbilidad, discapacidad y pérdida de función en la población general.
Está asociada a una elevada carga socioeconómica, siendo la primera causa de cirugías de
reemplazo articular.
1.1. DEFINICIÓN
Osteoartritis deriva del prefijo griego osteo-, que significa "del hueso", combinado
con artritis: artr-, que significa "articulación", e -itis, cuyo significado ha llegado a ser
asociado con inflamación. Así, -itis de osteoartritis puede ser considerado engañoso ya que
la inflamación no es una característica conspicua. Algunos médicos se refieren a esta
condición como osteoartrosis para denotar la ausencia de una respuesta inflamatoria
La artrosis es una enfermedad articular más frecuente. Es una patología que se produce por
desgaste del cartílago articular.
Las articulaciones son las uniones entre los huesos, en ellas podemos diferenciar los huesos
que se unen, el cartílago (que cubre los extremos óseos que se unen) y la membrana
sinovial. En su interior encontramos, generalmente líquido sinovial que es producido por la
membrana sinovial, que sirve como lubricante, amortiguador y nutrición del cartílago.
Su principal función es permitir el movimiento, y por tanto, nuestra autonomía funcional.
Los sitios más frecuentes donde encontramos artrosis son la columna (cervical y lumbar),
cadera, rodilla, algunas articulaciones del comienzo del dedo gordo del pie.
Esta enfermedad reumática no es hereditaria, pero sí tiene un componente de riesgo
genético.
Existen factores de riesgo como la obesidad, la inestabilidad articular por falta de
musculatura o las alteraciones en la postura que influyen en el desarrollo de la enfermedad.
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Afortunadamente modificarlos está al alcance de todos. Es importante reconocer esto
porque nos ayuda a prevenir o retrasar los síntomas, y una vez establecida puede disminuir
la necesidad de consumo de analgésicos.
1.1.1. Artroscopia Y Reconstrucción De Los Ligamentos
Si bien el desbridamiento artroscópico de la articulación de la rodilla no se puede comparar
directamente con una osteotomía, una artroplastia unicompartimental de rodilla o la ATR
según los criterios delineados antes, este procedimiento a menudo es una posible alternativa
para algunos pacientes de mediana edad con artrosis de rodilla. En los casos apropiados, el
desbridamiento artroscópico puede prolongar la vida útil de la rodilla; sin embargo, este
procedimiento puede ejercer efectos negativos sobre el resultado de intervenciones
quirúrgicas ulteriores si se lo practica de manera indiscriminada. El papel de la artroscopia
en el tratamiento de la artrosis de rodilla en el paciente activo de mediana edad sigue siendo
tema de controversia. En pacientes de mediana edad con artrosis de rodilla bien
seleccionados, el desbridamiento artroscópico puede ser un método valioso para el alivio
transitorio de los síntomas. Aunque la técnica artroscópica evoluciona continuamente, es
probable que la evolución natural del proceso artrósico no se modifique con un
desbridamiento y un lavado artroscópicos aislados. Los pacientes con artrosis radiográfica
menos extensa, compromiso menos grave del cartílago articular y menor edad en el
momento de la operación tienen una mejoría que justifica más el procedimientoS. El dolor
y los síntomas mecánicos de reciente comienzo y los estadios radiográficos de artrosis entre
leves y moderados se asocian con mejores resultados. Es difícil determinar los verdaderos
resultados de la mayoría de estos procedimientos' pues muchos investigadores han utilizado
criterios de inclusión imprecisos, diseños inadecuados en los estudios, seguimiento a corto
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plazo, y pocos análisis basados en los resultados, La práctica concomitante de otros
procedimientos quirúrgicos, como la reconstrucción de ligamentos y la osteotomía, suele
aumentar el éxito de un procedimiento artroscópico. La reconstrucción de los ligamentos
puede evitar episodios de subluxación y reducir el dolor. El restablecimiento del eje
mecánico, solo o combinado con reconstrucción ligamentosa, descarga el compartimento
degenerado. Se recomienda realizar técnicas de estimulación de la médula ósea, incluida la
microfractura del hueso subcondral y el trasplante osteocondral, para el tratamiento de
defectos condrales focales en rodillas con alineación normal de pacientes menores de 45
años. En este grupo etario también está indicado el trasplante de meniscos, que no se
considera en los algoritmos de tratamiento de artrosis de rodilla para pacientes de mayor
edad6,9, El desbridamiento de la rodilla con alteraciones degenerativas incluye lavado,
meniscectomía parcial, sinovectomía limitada, extirpación de osteofitos, extracción de
ratones intraarticulares y rasurado del carhlago o condroplastia térmica. Las herramientas
diagnósticas más importantes siguen siendo un registro cuidadoso de los antecedentes, el
examen físico y las radiografías en bipedestación. Se deben tratar los síntomas del paciente
y no la RM. Las indicaciones primarias son el dolor bien localizado en la interlínea articular
de comienzo agudo, el derrame persistente y el bloqueo articular en un paciente que ha
cumplido sin éxito un programa de tratamiento conservador. La resección de desgarros
meniscales degenerativos sintomáticos o de ratones intraarticulares puede resultar eficaz
para aliviar los síntomas mecánicos e inducir alivio adicional del dolor al eliminar los
irritantes de la degeneración articular. En ocasiones, los pacientes con artrosis avanzada son
candidatos a artroscopia para aliviar los síntomas mecánicos causados por desgarros de
menisco, colgajos condrales sueltos u osteofitos, que parecen provocar choque doloroso o
bloquear el
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movimiento de la rodilla, Hay que destacar la importancia de la alineación axial del miembro,
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Si el eje mecánico atraviesa la lesión, la artroscopia no será exitosa. La alineación del
miembro debe ser normal o casi normal, y las alteraciones degenerativas radiográficas, sólo
de leves a moderadas. Los pacientes con antecedentes de cirugía o con evidencia
artroscópica de condroma lacia grave (grado 4) tienen riesgo de mala evolución. La
satisfacción del paciente y la disminución de los síntomas después del desbridamiento
artroscópico pueden ser notables, pero también impredecibles. Se debe informar a los
pacientes sobre el proceso patológico de base, los objetivos limitados del proceso
artroscópico, las complicaciones potenciales y la posible necesidad de cirugía
reconstructiva futura. El tratamiento artroscópico de la artrosis se asocia con baja
morbilidad, y las complicaciones graves son infrecuentes. Si bien las complicaciones de la
artroscopia son raras y menores, su prevalencia parece estar aumentando a medida que
estos procedimientos se vuelven técnicamente más exigentes. Las tasas de complicaciones
han variado del 7 al31 % , pero disminuyen con una selección cuidadosa de pacientes
combinada con una atención meticulosa de los detalles. Los pacientes mayores de 50 años
de edad presentan un riesgo más alto de complicaciones después de la artroscopia
1.1.2. Criterios Diagnósticos
El diagnóstico es fundamentalmente clínico y apenas requiere de pruebas complementarias.
No obstante, para establecer posteriores estrategias de tratamiento, sobre todo en artrosis de
rodilla y de cadera, es conveniente disponer de una radiografía simple comparadas de las
articulaciones afectas en bipedestación. Diraya incorpora dentro de sus informes los
criterios diagnósticos para la artrosis y otras enfermedades musculoesqueléticas. Dentro de
esto se incluyen Criterios de Derivación a atención especializada.
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1.1.3. Fisiopatologia
Se manifiesta como un trastorno bioquímico desencadenado por varios factores, entre los
que se encuentra el estrés mecánico. El cartílago es un tejido avascular, sin inervación que
está constituido por: Agua (65-80%); Colágeno (10-30%); Proteoglicanos (5-10%) y
Condrocitos (2%). Presenta dos funciones: Superficie de contacto lisa con acción lubricante
del líquido sinovial; Distribución de carga. El colágeno proporciona resistencia al
cizallamiento y los proteoglicanos a la compresión. Aparece artrosis por pérdida de la
integridad de los tejidos articulares que han de soportar cargas o por deterioro de las
propiedades físicas del cartílago y hueso. Se ha pasado de un enfoque mecanicista a un
enfoque molecular e inflamatorio caracterizado por alteraciones focales del cartílago
articular a modo de fisuras y erosiones que pueden poner al descubierto el hueso
subcondral, sobre todo en zonas de carga. La degradación de la matriz del cartílago se debe
a un aumento no controlado de la actividad enzimática. La progresión no es lineal y está
sometida a episodios de inflamación de la membrana sinovial. Al comienzo, el cartílago
afectado produce multiplicación de condrocitos y aumento de la actividad metabólica.
Aumentan los proteoglicanos, por lo que se engrosa el cartílago, es la denominada fase de
artrosis compensada, que puede durar años. El tejido reparado no soporta igual las cargas
por lo cual, al final disminuye la síntesis de proteoglicanos y comienza el adelgazamiento
del cartílago. Se produce remodelación e hipertrofia ósea, con crecimiento en la zona
subcondral (esclerosis) y crecimiento en los bordes (osteofitos). En este proceso de
reparación y degradación intervienen múltiples células, enzimas e interleucinas (IL)
entrelazando un complejo sistema. Existen Metaloproteinasas de matriz: estromelisina,
colagenasa, gelatinasa que dependen para activarse del ph del medio. La IL-1 es sintetizada
por los condrocitos estimulando la síntesis
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y secreción de metaloproteinasas y del activador hístico del plasminógeno. El Oxido
Nítrico, sintetizado por los condrocitos, estimula la síntesis de metaloproteinasas por lo que
participa en la lesión del cartílago. El equilibrio del sistema yace en los inhibidores de las
enzimas que degradan la matriz: inhibidor hístico de metaloproteinasas e inhibidor del
activador del plasminógeno . En resumen se caracteriza por un desequilibrio entre la
degradación y reparación de la matriz, siendo el dato anatomopatológico primordial la
pérdida progresiva del cartílago.
1.2. SIGNOS
El comienzo de la artrosis es casi siempre gradual, en una o pocas articulaciones.
El primer síntoma de la artrosis es el dolor, que a veces se describe como dolor continuo
profundo. El dolor se agrava en la posición de pie y se alivia con el reposo, pero puede
finalmente volverse constante.
Hay rigidez matinal o luego de un período de inactividad, que dura < 30 min y disminuye
con el movimiento. A medida que la artrosis progresa, el movimiento de la articulación se
restringe y aparecen dolor y crepitación o sensación de aspereza. En articulaciones más
grandes, en particular las rodillas, son comunes los derrames articulares. El líquido sinovial
suele ser no inflamatorio (es decir, ≤ 2000 leucocitos/mcL).
Pueden aparecer contracturas en flexión. La sinovitis aguda o grave es infrecuente.
El dolor a la palpación y con el movimiento pasivo son signos tardíos. El dolor se
acompaña de espasmo muscular y contracturas. Puede producirse un bloqueo mecánico
por cuerpos
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sueltos intraarticulares o meniscos desplazados o desgarrados que causan bloqueo o
atrapamiento. También pueden desarrollarse deformidades y subluxaciones.
La artrosis suele ser esporádicamente progresiva, aunque en ocasiones puede detenerse y ser
reversible. Esto es impredecible.
Las articulaciones más afectadas en la artrosis son las siguientes:
Articulaciones interfalángicas distales y proximales (nódulos de Heberden y de Bouchard,
respectivamente)
Articulación carpometacarpiana del pulgar (la articulación de la mano más comúnmente
dolorosa)
Discos intervertebrales y articulaciones cigapofisarias en las vértebras cervicales y lumbares
Primera articulación metatarsofalángica
Cadera
Rodilla
1.2.1. La artrosis vertebral cervical y lumbar
puede producir mielopatía o radiculopatía. Sin embargo, los signos clínicos de mielopatía
suelen ser leves. La estenosis espinal lumbar puede causar dolor lumbar o de piernas que
empeora al caminar (claudicación neurogénica, a veces llamada seudoclaudicación) o al
extender la espalda. La radiculopatía puede ser prominente, aunque es menos frecuente
pues las raíces y ganglios nerviosos están bien protegidos. A veces puede haber
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insuficiencia de
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las arterias vertebrales, infarto de la médula espinal y disfagia por compresión del esófago
por osteofitos cervicales. Los signos y síntomas de artrosis pueden derivar del hueso
subcondral, de estructuras ligamentosas, la sinovial, la bolsa periarticular, las cápsulas, los
músculos, los tendones, los discos y el periostio. Todas estas estructuras son sensibles al
dolor. La presión venosa puede aumentar dentro de la médula espinal subcondral y causar
dolor (a veces llamado angina ósea).
1.2.2. La artrosis de la cadera
Produce pérdida gradual de la amplitud de movimiento y suele ser sintomática durante las
actividades de pie o la rotación completa (p. ej., al ponerse calcetines o al entrar en
vehículos). Puede haber dolor en el área inguinal o en el trocánter mayor o dolor referido al
muslo y la rodilla.
1.2.3. La artrosis de la rodilla
Produce pérdida del cartílago (en la mayoría de los casos se produce pérdida medial). Los
ligamentos se vuelven laxos y la articulación pierde estabilidad; hay dolor local originado
en ligamentos y tendones.
1.2.4. La artrosis de la mano
Causa estrechamiento del espacio articular acompañado de dolor, rigidez y limitaciones
funcionales. Puede observarse sinovitis. La artrosis de la mano afecta principalmente las
articulaciones IFD, IFP y carpometacarpianas del pulgar. Las articulaciones
metacarpofalángicas segunda y tercera suelen comprometerse con menor frecuencia, pero
las muñecas están relativamente preservadas. La artrosis nodular se caracteriza por
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nódulos de
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Heberden y de Bouchard. La artrosis erosiva se caracteriza por lesiones erosivas graves
observadas en la radiografía. En este momento, no está claro si la artrosis erosiva es una
variante de la artrosis de la mano o si representa una entidad separada, como la enfermedad
microcristalina
1.3. TIPOS DE ARTROSIS.
1.3.1. Artrosis Primaria vs. Artrosis Secundaria:
Artrosis Primaria: Es el tipo más común y no tiene una causa específica
identificable. A menudo se asocia con el envejecimiento y el desgaste natural de las
articulaciones con el tiempo. Factores genéticos también pueden jugar un papel.
Artrosis Secundaria: Este tipo es causado por una condición subyacente, como:
o Lesión o traumatismo articular: Fracturas, desgarros de ligamentos o
cirugías pueden dañar la estructura de la articulación y provocar artrosis más
adelante en la vida.
o Anormalidades articulares congénitas: Deformidades presentes al nacer
pueden causar una tensión anormal en las articulaciones.
o Otras enfermedades articulares: Condiciones como la artritis reumatoide,
la gota o las infecciones pueden dañar el cartílago y provocar artrosis
secundaria.
o Trastornos metabólicos: Condiciones como la diabetes a veces pueden
estar asociadas con un mayor riesgo de artrosis.
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1.3.2. Por la Articulación Afectada:
La artrosis puede afectar casi cualquier articulación del cuerpo, pero algunos de los sitios
más comunes incluyen:
Manos: A menudo afecta la base del pulgar y las articulaciones de los dedos (tanto
las interfalángicas distales como las proximales).
Rodillas: Un sitio muy común, a menudo relacionado con el envejecimiento, el
peso y las lesiones.
Caderas: Puede causar dolor en la ingle, los glúteos y el muslo, afectando a
menudo la movilidad.
Columna vertebral: Puede ocurrir en el cuello (cervical), la parte baja de la
espalda (lumbar) y, a veces, la parte media de la espalda (torácica), lo que provoca
dolor y rigidez.
Pies: Particularmente el dedo gordo.
1.3.3. Artrosis Localizada vs. Artrosis Generalizada:
Artrosis Localizada: Afecta solo una o algunas articulaciones.
Artrosis Generalizada: Afecta múltiples articulaciones en todo el cuerpo.
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1.3.4. Artrosis Erosiva:
Esta es una forma menos común y más agresiva de artrosis de la mano. Se
caracteriza por inflamación y erosión del cartílago y el hueso subyacente en las
articulaciones de los dedos (principalmente las articulaciones interfalángicas
distales y proximales). Puede causar dolor, hinchazón y deformidad significativos.
Algunos expertos la consideran un tipo distinto de artritis inflamatoria en lugar de
una forma grave de artrosis.
Es importante tener en cuenta que una persona puede tener artrosis en más de una
articulación y puede tener una combinación de artrosis primaria y secundaria (por ejemplo,
artrosis primaria en las rodillas y artrosis secundaria en una cadera debido a una lesión
previa). La clasificación ayuda a los médicos a comprender las posibles causas, la
progresión y las mejores estrategias de manejo para cada individuo.
1.4. MEDICAMENTOS
1.4.1. Paracetamol
Es el primer fármaco a utilizar y el pilar de tratamiento farmacológico en artrosis. Dosis
recomendada de 1 a 4 gr/día. Es seguro en los tratamientos prolongados.
1.4.2. AINES orales
Para procesos sintomáticos persistentes o episodios en los que la sintomatología es más
intensa los AINES son superiores al paracetamol.(6) Están indicados desde el principio si
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existen datos de inflamación articular, principalmente derrame. Los más usados son
ibuprofeno, naproxeno, diclofenaco y desketoprofeno. No deben usarse combinaciones de
AINES. Debe realizarse tratamiento gastroprotector (los más recomendados son los
inhibidores de la bomba de protones) en todo paciente que recibe AINE clásico y presenta
algún factor de riesgo. Otra opción es la toma de un COX-2. En las personas mayores de 75
años el ACR recomienda no usarlos. COX-2: eficacia similar con otros AINES e igual de
seguro para el tracto digestivo alto que la combinación de gastroprotector y un AINE
clásico. Los comercializados en España en el momento actual son: celecoxib, etoricoxib y
parecoxib.
1.4.3. Opioides
Indicado en aquellos casos no candidatos a cirugía que presentan dolor moderado-severo a
pesar de la administración de un AINE o están contraindicados éstos. Se emplean opiáceos
menores–codeína, dihidrocodeína, dextropropoxifeno y tramadol y opiáceos mayores –
fentanilo transdérmico, buprenorfina transdérmica y morfina. El tramadol es el opiáceo más
utilizado en el tratamiento de la artrosis. En combinación con paracetamol y/o AINE es
eficaz en el tratamiento del brote doloroso depacientes con artrosis de rodilla cuando no
responden al tratamiento de base.
1.4.4. Tratamientos tópicos
Son efectivos en procesos localizados cuando se utilizan en periodos de menos de dos
semanas. Es una opción adicional para los pacientes con artrosis que tienen un alivio del
dolor inadecuado o que no pueden tolerar la terapia sistémica. Los dos agentes mejor
evaluados son los antiinflamatorios no esteroideos tópicos y la capsaicina. Existe
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razonablemente fuerte evidencia para concluir que los agentes tópicos son eficaces y
seguros
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para los pacientes con artrosis. El efecto adverso descrito es la irritación cutánea de la zona
de aplicación.
1.4.5. SYSADOA
(Symptomatic Slow Acting Drugs for OsteoArthritis o fármacos de acción lenta para los
síntomas de la artrosis): sulfato de glucosamina, sulfato de condroitina, diacereína y ácido
hialurónico. Se caracterizan por tener una acción lenta (su efecto se inicia de 2 a 3 semanas
después de haber comenzado el tratamiento), efecto remanente (persiste de 2 a 6 meses
después de cesar su administración) y por no presentar los efectos secundarios de los AINE.
Se administran por vía oral, salvo el acido hialurónico, y tienen un excelente perfil de
seguridad. Son una de las opciones de tratamiento en la gonartrosis . Desde el punto de
vista sintomático el beneficio clínico es discreto y hay importantes problemas para
extrapolar los resultados de los ensayos clínicos a la práctica clínica. Ninguno de estos
fármacos se puede considerar como tratamiento estructural en la práctica clínica . La
prescripción debe ser sintomática, y por lo tanto durante periodos de dos o tres meses. El
sulfato de glucosamina ha demostrado que produce una menor disminución del grosor del
espacio articular en la radiografía simple de rodilla, por lo que indirectamente se deduce
que tiene un efecto condroprotector (posible significación dudosa de los estudios ). El
condroitín sulfato ha demostrado la reducción de la necesidad de otros analgésicos y
respecto a la diacereína existen pocos estudios y con resultados son discordantes
1.5. TRATAMIENTO
El tratamiento de la artrosis es aliviar el dolor, mantener la flexibilidad de la articulación y
optimizar la función articular y global. Los tratamientos primarios incluyen medidas físicas
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con rehabilitación, dispositivos de soporte, ejercicios de fuerza, flexibilidad y resistencia,
educación del paciente y modificación de las actividades de la vida diaria. Los tratamientos
complementarios incluyen farmacoterapia y cirugía.
1.5.1. Medidas físicas
La pérdida de peso moderada en pacientes con sobrepeso a menudo reduce el dolor e
incluso puede enletecer la progresión de la artrosis de rodilla . Las técnicas de
rehabilitación deben comenzarse antes de que aparezca la incapacidad.
Los ejercicios (amplitud de movimiento, isométricos, isotónicos, isocinéticos, posturales,
de fortalecimiento, mantienen la amplitud de movimiento y aumentan la capacidad de los
tendones y músculos de absorber la tensión durante el movimiento de la articulación. El
ejercicio puede retrasar la progresión de la enfermedad y mejorar los síntomas articulares,
la movilidad y la calidad de vida en pacientes con artrosis de rodilla y/o cadera. Aunque no
hay pruebas suficientes para recomendar un régimen de ejercicio específico sobre otro, los
ejercicios acuáticos son particularmente útiles para pacientes con dolor más intenso y
limitaciones funcionales, que pueden beneficiarse con ejercicios de menor impacto. Los
ejercicios de estiramiento deben hacerse diariamente.
La inmovilización por períodos prolongados puede eliminar las retracciones y empeorar la
evolución clínica. Sin embargo, un periodo de descanso de unos minutos (cada 4 a 6 h
durante el día) es razonable si se equilibra con el ejercicio y el uso.
La modificación de las actividades de la vida diaria puede ser útil. Por ejemplo, un paciente
con artrosis de la columna lumbar, la cadera o rodilla debe evitar las sillas y sillones
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acolchados profundos en los que tenga una mala postura y de los que sea difícil levantarse.
Debe evitarse el uso regular de almohadas debajo de las rodillas al recostarse, pues produce
contracturas. Sin embargo, almohadas colocadas entre las rodillas a menudo pueden ayudar
a aliviar el dolor de espalda radicular. El paciente debe sentarse en una silla recta con la
espalda erguida sin hundirse, dormir en una cama firme (tal vez con una tabla debajo del
colchón), usar un asiento de auto inclinado hacia adelante y bien diseñado para confort,
hacer ejercicios posturales, usar zapatos o zapatillas con buen apoyo, y continuar con su
trabajo y la actividad física.
En artrosis de la columna, las rodilla o la articulación carpometacarpiana del pulgar, existen
diversos soportes que alivian el dolor y mejoran la función, pero para preservar la
flexibilidad, éstos deben acompañarse de programas de ejercicios específicos. Para la
artrosis de la parte medial de la rodilla, se prefieren las ortesis diseñadas para reducir la
carga de la rodilla a las plantillas de cuña lateral, que han dado resultados ambiguos.
1.5.2. Tratamiento farmacológico
La farmacoterapia es complementaria del programa de ejercicios físicos.
Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) son el pilar de la terapia farmacológica para
la artrosis. Los medicamentos tópicos se prefieren como terapia inicial para las
articulaciones de la rodilla y la mano (es decir, las articulaciones superficiales) dada su
posible eficacia y la exposición sistémica limitada, lo que minimiza el riesgo de efectos
adversos de los fármacos . Pueden considerarse AINE orales, incluidos los inhibidores
selectivos de la cicloxigenasa-2 (COX-2) (coxibs), si los pacientes tienen dolor refractario o
signos de inflamación (p. ej., eritema, calor); deben usarse durante el menor tiempo
19
posible dado el
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riesgo de efectos adversos gastrointestinales, cardiovasculares y renales. Se debe considerar
la protección gástrica cuando se usan AINE en pacientes mayores.
La capsaicina tópica puede ser útil para aliviar el dolor en las articulaciones superficiales
(p. ej., rodillas y manos) pues interrumpe la transmisión del dolor. Sin embargo, se utiliza
principalmente para la artrosis de la rodilla en lugar de para la artrosis de la mano debido a
la falta de evidencia directa en el tratamiento de la artrosis de la mano y al mayor riesgo de
contaminación de los ojos (cuando se aplica en las manos).
La duloxetina, un inhibidor de la recaptación de noradrenalina y serotonina, puede
disminuir un poco el dolor causado por la artrosis. Puede usarse en pacientes que no han
respondido adecuadamente a los AINE o tienen contraindicaciones que impiden su uso.
Puede intentarse el paracetamol en pacientes sin enfermedad hepática ni consumo
considerable de alcohol que no toleran otras terapias. Sin embargo, su uso debe ser limitado
sobre la base de la evidencia que sugiere efectos insignificantes sobre el dolor.
Los corticoesteroides de depósito intraarticular pueden proporcionar alivio del dolor a
corto plazo en algunos pacientes; sin embargo, en los ensayos clínicos se ha demostrado un
fuerte efecto placebo. Las inyecciones intrarticulares de corticosteroides administradas con
frecuencia aumentan el riesgo de pérdida de cartílago. En general, los corticosteroides
sistémicos no desempeñan un papel en el tratamiento de la artrosis, aunque algunos
pacientes informan una disminución del dolor cuando toman corticosteroides debido a otras
razones.
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Los analgésicos más potentes, como tramadol o rara vez otros opiáceos, tienen pocos
beneficios en el tratamiento de los trastornos no cancerosos y un alto riesgo de efectos
adversos, por lo tanto, su uso debe evitarse.
1.5.3. Cirugía
Si los tratamientos no quirúrgicos fracasan, pueden considerarse una laminectomía, una
osteotomía y el reemplazo total de la articulación.
1.5.4. Otras terapias auxiliares y de investigación
Existen varias medidas adyuvantes para el tratamiento de la artrosis, pero su uso habitual
no se recomienda debido a la evidencia limitada de su eficacia. Sin embargo, algunas
pueden probarse razonablemente, en particular para los pacientes con síntomas refractarios,
después de considerar otros factores, como las preferencias personales, los daños
potenciales y el costo.
Algunas terapias que pueden reducir el dolor incluyen masaje, almohadillas térmicas,
y acupuntura.
Las formulaciones intraarticulares de ácido hialurónico se han utilizado para tratar la
artrosis de rodilla refractaria a otras medidas. Sin embargo, la eficacia de estas
formulaciones en pacientes con artrosis de rodilla es limitada y puede no ser clínicamente
significativa; por lo tanto, no se recomiendan a menos que todas las demás opciones hayan
fracasado en cuanto a obtención de beneficios. Las formulaciones de ácido hialurónico no
se recomiendan en la artrosis de cadera u hombro. En algunos pacientes, la inyección local
puede causar una sinovitis inflamatoria aguda grave. Los ensayos aleatorizados han
22
demostrado un fuerte
23
efecto placebo de cualquier inyección intraarticular para el tratamiento de la artrosis. Estas
inyecciones no han demostrado un efecto modificador de la enfermedad.
Las inyecciones intraarticulares de plasma rico en plaquetas no se recomiendan en forma
sistemática debido a la falta de evidencia que avale su eficacia en comparación con las
inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico, corticosteroides o solución fisiológica.
Se ha sugerido el uso de sulfato de glucosamina, 1.500 mg por vía oral 1 vez al día, para
aliviar el dolor y retardar el deterioro de la articulación; también el uso de sulfato de
condroitina, 1.200 mg 1 vez al día, puede aliviar el dolor. Los estudios realizados hasta la
fecha han demostrado una eficacia mixta en términos de alivio del dolor, con frecuente
retraso en el inicio del alivio del dolor, y ningún efecto significativo sobre la preservación
del cartílago. El uso de otros suplementos nutricionales, como la curcumina (cúrcuma) y
Boswellia serrata, no se recomienda en forma sistemática porque no hay evidencia sólida
que avale su beneficio . Sin embargo, estos suplementos son razonables si los pacientes
están interesados en intentarlos y logran aliviar el dolor. El flavocoxido, un compuesto de
origen vegetal, no debe usarse porque se han informado lesiones hepáticas graves
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Conclusiones
1. La artrosis es una enfermedad degenerativa común y progresiva que afecta las
articulaciones, principalmente el cartílago. Su impacto en la calidad de vida puede
ser significativo, causando dolor, rigidez y limitación de la movilidad.
2. Existen diferentes tipos y causas de artrosis (primaria y secundaria), y puede afectar
diversas articulaciones del cuerpo. Comprender el tipo específico y las
articulaciones involucradas es crucial para un manejo adecuado.
3. La edad, la genética, el sobrepeso/obesidad y las lesiones articulares previas son
factores de riesgo importantes para desarrollar artrosis. Si bien algunos factores no
son modificables, otros sí lo son y pueden influir en la prevención y progresión de la
enfermedad.
4. El diagnóstico de la artrosis se basa principalmente en la evaluación clínica
(historial del paciente y examen físico) y se puede complementar con estudios de
imagen como radiografías. Estos ayudan a confirmar el diagnóstico y evaluar la
gravedad del daño articular.
5. Si bien no existe una cura para la artrosis, existen diversas estrategias de manejo
efectivas para aliviar el dolor, mejorar la función y ralentizar la progresión de la
enfermedad. Un enfoque multidisciplinario es fundamental para lograr los mejores
resultados.
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Recomendaciones
1. Adopta un estilo de vida saludable: Mantener un peso saludable reduce la carga
sobre las articulaciones, especialmente las de las rodillas y las caderas. Realizar
actividad física regular de bajo impacto (como caminar, nadar o andar en bicicleta)
fortalece los músculos alrededor de las articulaciones y mejora la función.
2. Busca un diagnóstico y tratamiento temprano: Si experimentas dolor articular
persistente, rigidez o limitación de movimiento, consulta a un médico para obtener
un diagnóstico preciso. Un tratamiento temprano y adecuado puede ayudar a
controlar los síntomas y prevenir un mayor daño articular.
3. Sigue un plan de tratamiento integral y personalizado: Esto puede incluir una
combinación de terapias no farmacológicas (ejercicio terapéutico, fisioterapia,
terapia ocupacional, uso de soportes), medicamentos para el alivio del dolor y la
inflamación (analgésicos, AINEs), y en casos más graves, considerar opciones
quirúrgicas.
4. Prioriza la educación y el autocuidado: Aprender sobre la artrosis, sus síntomas y
las estrategias de manejo disponibles te permitirá participar activamente en tu
propio cuidado. Esto incluye conocer técnicas para proteger las articulaciones,
controlar el dolor en el hogar y reconocer cuándo buscar atención médica.
5. Mantén una actitud positiva y busca apoyo: Vivir con artrosis puede ser desafiante
física y emocionalmente. Busca el apoyo de familiares, amigos o grupos de apoyo
para compartir experiencias y obtener consejos. Una actitud positiva y el manejo del
estrés pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
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REFERENCIAS
https://www.msdmanuals.com/es/professional/trastornos-de-los-tejidos-
musculoesquel%C3%A9tico-y-conectivo/enfermedades-articulares/artritis-reumatoide
https://unitia.secot.es/web/manual_residente/CAPITULO%2040.pdf
Kenneth D. Brandt. Principios de medicina interna, Harrison. Artrosis. 16º ed. 2005.
pp:2239-2249
Peña Ayala A, Fernández López JC. Prevalencia y factores de riesgo de la
osteoartritis. Reumatol Clin. 2007;3 Supl 3:S6-12.
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ANEXOS
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