INDICE
Objetivo General:
Analizar la estructura, principios y funcionamiento de la República
Constitucional de Honduras, entendiendo su marco jurídico y político,
para evaluar su impacto en la democracia y el desarrollo del país.
• Explorar el impacto de la Constitución de 1982 en la evolución política y
social de Honduras.
• Investigar el funcionamiento y la efectividad del sistema de gobierno
presidencialista en Honduras.
• Evaluar el nivel de cumplimiento de los derechos humanos en Honduras
bajo el marco constitucional.
• Estudiar los mecanismos de control y supervisión del gobierno en
Honduras y su eficacia en la lucha contra la corrupción.
• Analizar la participación política de la ciudadanía hondureña en el marco
de la Constitución.
Objetivos Específicos:
• Describir la estructura política y jurídica de la República Constitucional
de Honduras, detallando los poderes del Estado y sus funciones.
• Examinar los principios fundamentales de la Constitución de la
República de Honduras, identificando sus características principales y su
influencia en la vida democrática del país.
• Evaluar los derechos fundamentales consagrados en la Constitución,
enfocándose en su protección y garantía en la sociedad hondureña.
• Analizar el sistema de gobierno y las instituciones políticas en Honduras,
estudiando la relación entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
• Estudiar los desafíos y retos actuales que enfrenta Honduras en el
proceso de consolidación de su sistema democrático y constitucional.
INTRODUCCION
La República Constitucional de Honduras es un Estado soberano, libre,
independiente, democrático y unitario ubicado en el centro de América.
Honduras tiene una rica historia política y social que ha sido moldeada por
varias reformas constitucionales, luchas por la democracia y la
estabilidad institucional. La Constitución de la República de Honduras,
promulgada en 1982, establece las bases para el funcionamiento del
Estado y define los derechos fundamentales de los ciudadanos, así como
la estructura y organización de los poderes públicos.
Este informe tiene como propósito detallar los aspectos fundamentales
de la República Constitucional de Honduras, su marco normativo y las
perspectivas para su consolidación en el contexto actual.
La República de Honduras y su Constitución
La República de Honduras es un país situado en América Central, con una
población diversa y una historia llena de conflictos y cambios
significativos en su estructura política. Desde su independencia en 1821,
Honduras ha experimentado diversos momentos de estabilidad y crisis
que han marcado su evolución política. La Constitución de 1982 es el
resultado de un proceso de pacificación y transición hacia la democracia,
que también reflejó la aspiración de estabilidad política y de respeto a los
derechos humanos.
Antes de la promulgación de la Constitución de 1982, Honduras atravesó
numerosos períodos de inestabilidad política y militar que dificultaron la
consolidación de un sistema democrático y un marco constitucional
duradero. La historia constitucional del país estuvo marcada por una serie
de constituciones que reflejaban los cambios políticos y sociales del
momento, pero también por la constante inestabilidad interna, golpes de
Estado y reformas impulsadas por gobiernos militares.
Historia Constitucional de Honduras
La historia constitucional de Honduras tiene raíces profundas que se
remontan a los primeros momentos de independencia del país en el siglo
XIX, cuando se formaron varias constituciones y pactos que intentaban
dar forma a la nueva república. Desde la independencia de España en
1821, Honduras formó parte de la Federación Centroamericana hasta que,
en 1838, declaró su independencia total y comenzó a forjar su camino
como nación soberana.
A lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX, el país fue testigo de varios
conflictos internos, luchas por el poder y golpes de Estado. Durante este
período, la estabilidad política estuvo marcada por la intervención militar
y una constante reconfiguración del poder político.
La Constitución más relevante antes de la de 1982 fue la de 1957, que
marcó un período de transición hacia un sistema de gobierno más estable.
Sin embargo, no fue hasta los años 80, después de un largo período de
dictaduras militares y gobiernos autoritarios, que la sociedad hondureña
logró consensuar la actual Constitución de 1982. Este proceso fue
facilitado por la firma de un pacto político entre los actores civiles,
políticos y militares para restaurar la democracia y establecer un marco
de gobierno más inclusivo y participativo.
La Constitución de 1982
La Constitución de 1982 es un hito fundamental en la historia política de
Honduras, ya que marca el establecimiento de un sistema democrático y
republicano después de un largo período de dictaduras. Esta carta magna
ha sido modificada en varias ocasiones, pero conserva los principios
esenciales de democracia, derechos humanos, justicia social y un Estado
de Derecho.
Fue aprobada mediante Decreto n.º 131 publicado el 20 de enero de 1982
en el diario oficial La Gaceta en su publicación n.º 23,612; derogando a la
anterior constitución de1965.
En su redacción original constaba de 379 artículos, algunos de los cuales
fueron derogados, creados nuevamente, fusionados, expandidos o
reformados totalmente para eliminar disposiciones e introducir nuevos
derechos o entes estatales. También ha habido dos intentos de derogarla
mediante la instalación de una asamblea constituyente, en 1984 y en
2009; en este último caso impulsado por el Poder Ejecutivo encabezado
por el expresidente Manuel Zelaya.
Zelaya fundó posteriormente el Partido Libertad y Refundación,
actualmente en el poder bajo la
presidencia de su esposa Xiomara Castro, y que tiene como proyecto
político la eventual
conformación de una asamblea constituyente.
Características Fundamentales
1. Forma del Estado:
La Constitución de 1982 establece que Honduras es una República
Democrática, Social y Soberana. La forma de gobierno es republicana, lo
que implica la división de poderes y la elección de autoridades mediante
el voto popular. A su vez, Honduras es un Estado unitario, lo que significa
que no tiene divisiones federales, sino que todo el territorio está bajo la
autoridad central del gobierno.
2. El Poder Ejecutivo:
El Presidente de la República es la máxima autoridad ejecutiva en el país.
El Presidente es elegido por sufragio directo para un período de cuatro
años, sin posibilidad de reelección inmediata, lo que busca evitar la
concentración de poder en un solo individuo.
El Presidente tiene una serie de facultades, que incluyen la capacidad de
designar ministros y otras autoridades del gabinete, implementar políticas
públicas y nombrar embajadores, entre otras responsabilidades. Además,
el Presidente es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y tiene el
poder de convocar y presidir el Consejo de Ministros.
El Poder Ejecutivo también está constituido por el Consejo de Ministros,
que está compuesto por ministros y otros funcionarios designados por el
Presidente.
3. El Poder Legislativo:
El Congreso Nacional de Honduras es unicameral, lo que significa que
tiene una sola cámara. Este órgano es responsable de legislar y crear
leyes en beneficio del país. El Congreso está compuesto por 128
diputados que son elegidos por voto popular, a través de un sistema de
representación proporcional que busca reflejar las preferencias del
electorado de manera más equitativa.
Los diputados del Congreso tienen una serie de funciones, como la
aprobación de leyes, la fiscalización de las políticas del Ejecutivo y la
ratificación de tratados internacionales. También tienen la capacidad de
declarar la existencia de situaciones excepcionales, como un estado de
emergencia o guerra.
El Congreso Nacional también tiene la responsabilidad de fiscalizar la
ejecución del presupuesto y otros actos del gobierno, lo que contribuye al
equilibrio de poderes y a la transparencia del Estado.
4. El Poder Judicial:
La Constitución de 1982 establece un Poder Judicial independiente,
encargado de administrar justicia en el país. La Corte Suprema de Justicia
es el máximo órgano judicial y está compuesta por 15 magistrados,
quienes son designados por el Congreso Nacional por un período de siete
años. Además, existe una serie de tribunales de apelación y jueces
especializados que se encargan de la resolución de casos en diferentes
áreas del derecho, como lo penal, lo civil, lo laboral, entre otros.
El Poder Judicial es esencial para garantizar la protección de los derechos
fundamentales de los ciudadanos, además de asegurar que las leyes se
apliquen de manera equitativa y justa.
5. Derechos Humanos y Libertades Fundamentales:
La Constitución hondureña reconoce una amplia gama de derechos y
libertades fundamentales, muchos de los cuales están relacionados con
los principios de dignidad humana y la igualdad. Entre estos derechos se
incluyen:
• Derecho a la vida y la libertad personal.
•Derecho a la propiedad.
•Derecho a la educación y a la salud.
•Libertad de expresión y de prensa.
•Derecho a la libertad de asociación.
•Derecho a la participación política y electoral.
La Constitución también establece que los derechos humanos son
inalienables y no pueden ser suspendidos, salvo en circunstancias
excepcionales y conforme a la ley.
6. Soberanía Nacional y Relaciones Internacionales:
La Constitución reafirma que Honduras es un Estado soberano, lo que
significa que tiene plena autoridad sobre su territorio y sus decisiones
políticas. También establece que el país se rige por los principios de
igualdad, no intervención, autodeterminación de los pueblos y respeto
mutuo en sus relaciones internacionales.
Honduras es miembro activo de varias organizaciones internacionales,
como las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA)
y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
7. Reformas Constitucionales:
A lo largo de su historia, la Constitución de 1982 ha sido reformada en
varias ocasiones. Algunas reformas clave incluyen cambios en la
organización del Estado, el fortalecimiento de los derechos humanos y la
creación de nuevas instituciones autónomas, como el Tribunal Superior
de Cuentas (TSC), encargado de fiscalizar el manejo de los recursos
públicos.
A pesar de las reformas, la Constitución ha mantenido su estructura
básica, siendo un instrumento flexible pero firme que responde a las
demandas sociales y políticas del país.
Desafíos Actuales de la Constitución de 1982
Aunque la Constitución de 1982 ha sido clave en la consolidación de la
democracia en Honduras, el país aún enfrenta varios desafíos que
amenazan su estabilidad y la efectividad de los principios
constitucionales.
1. Corrupción y falta de transparencia: La corrupción sigue siendo uno de
los problemas más graves en Honduras, afectando tanto a instituciones del
Estado como a la administración pública. A pesar de las reformas y
esfuerzos para crear sistemas de rendición de cuentas, muchos
ciudadanos sienten que las instituciones no son completamente
transparentes.
2. Violencia y crimen organizado: La violencia, especialmente relacionada
con el narcotráfico y las pandillas, ha afectado la seguridad pública y el
bienestar de la ciudadanía. La falta de acceso a la justicia y la impunidad
son obstáculos significativos en la lucha contra el crimen.
3. Desigualdad y pobreza: Honduras sigue enfrentando altos índices de
pobreza y desigualdad, lo que limita el acceso a derechos básicos como la
educación, la salud y la vivienda digna. Las reformas constitucionales han
tratado de abordar estas cuestiones, pero los avances son lentos.
4. Sistema judicial y acceso a la justicia: Aunque el Poder Judicial está
estructurado para garantizar la imparcialidad, muchos ciudadanos
enfrentan barreras significativas para acceder a una justicia efectiva,
debido a la falta de recursos, la corrupción dentro del sistema y la
sobrecarga de casos.
Conclusión
La Constitución de 1982 de Honduras es un documento clave para el
funcionamiento democrático del país y la protección de los derechos
humanos. A pesar de los avances significativos que ha permitido, el país
sigue enfrentando desafíos estructurales que limitan su efectividad. La
lucha contra la corrupción, la violencia y la desigualdad, así como la
mejora de la justicia y la transparencia, siguen siendo las tareas
fundamentales para garantizar que los principios constitucionales se
implementen de manera efectiva.
ANEXOS