Informe Cuello
Informe Cuello
Mayo 2024
Anatomía y topografía del cuello.
El cuello, de forma irregularmente cilíndrica une la cabeza con el tronco; transcurren por él
importantes elementos vasculares, nerviosos (periféricos y centrales), digestivos y respiratorios, y en
él residen órganos de la jerarquía de las glándulas tiroides y paratiroides y la laringe; la columna y
los músculos cervicales aseguran su protección y la gran movilidad cefálica requerida por las
funciones vinculadas con la vida de relación: rotación (180°), flexión, extensión y lateralización.
Su límite superior está formado por el borde inferior de la mandib́ ula la apófisis mastoidea
en la línea nucal superior, el límite inferior está delimitado en la región anterior por la porción superior
del manubrio, el esternón, las clavículas y el acromion el límite posterior lo forma una línea
imaginaria entre el acromion de cada lado y la apófisis espinosa de C7. Este se encuentra dividido en
4 compartimientos:
ESTERNOCLEIDOMASTOIDEO Y TRAPECIO
Ambos músculos están inervados principalmente por el nervio espinal (XI nervio craneal).
También existe inervación (quizá propiocep-tiva,' así como motora) de las ramas anteriores
de los nervios cervicales (esternocleidomastoideo, C2 y C3; trapecio, C3 y C4).
La parte inferior del cuello es una región de unión entre el tórax y los miembros superiores.
La abertura superior del tórax es un espacio reniforme limitado por la primera vértebra dorsal,
las primeras costillas y sus cartílagos costales, y el manubrio del esternón. A través de él se comunica
el cuello con la cavidad torácica. Las principales estructuras que pasan por este orificio son vasos
(tronco braquiocefálico, arterias carótida primitiva y subclavia izquierdas, y ambas arterias mamarias
internas), nervios (frénico, vago, laríngeo recurrente y cadena simpática), tráquea y esófago, cúpulas
pleurales y vértices pulmonares, así como el timo.
El triangulo anterior es cruzado por el digastrico y el estiloideo, y por el vientre superior del
omohiodieo. En relacion con estos musculos se han propuesto diversos esauemas para subdividir al
tirangula anterior en una serie de triangulos mas pequeños.
El triangulo posterior se ve cruzado por el vientre inferior del omohiodeo, y se ha usado este
musculo para dividir al triangulo en dos areas mas pequeñas, llamadas triangulo occipital y
supraclavicular.
Anterior - Borde Posterior Del Músculo
Esternocleidomastoideo
Posterior - Borde Anterior Del Músculo Trapecio
Triángulo posterior
Inferior - Tercio Medio De La Clavícula
Contenidos: Vena Yugular Externa, Arteria Subclavia,
Nervio Accesorio, Plexo Cervical, Troncos Del Plexo Braquial
Anterior: Borde Anterior Del Músculo
Esternocleidomastoideo
Triángulo occipital
Posterior: Borde Anterior Del Músculo Trapecio Inferior -
Vientre Superior Del Músculo Omohioideo
Superior - Vientre Inferior Del Músculo Omohioideo
Triángulo omoclavicular
Anterior - Borde Posterior Del Músculo Esternocleidomastoideo
(subclavio/ supraclavicular)
Posterior - Borde Anterior Del Músculo Trapecio
Generalmente los músculos se describen dentro de los triángulos, es decir, existen los
músculos del triángulo anterior y los músculos del triángulo posterior. Adicionalmente, los músculos
del triángulo anterior se categorizan según su posición con respecto al hueso hioides, es decir, como
músculos suprahioideos e infrahioideos.
El hueso hioides, el cual puedes encontrar y palpar fácilmente justo encima del cartílago
tiroides. Este tiene forma parecida a la letra “U” donde su cuerpo se proyecta hacia delante (la base
de la letra “U”), mientras que las astas mayores se proyectan hacia atrás desde el cuerpo (los dos
brazos de la letra “U”) y su función principal es servir como punto de apoyo y de anclaje para muchos
músculos y tejidos blandos del cuello.
Topografía
En el cuello, por detrás y a los lados de la cara, las regiones parotídeas se presentan
normalmente deprimidas entre el esternocleidomastoideo y las ramas ascendentes del maxilar; hacia
abajo, las regiones submentonianas y submaxilares pueden hacer prominencia, por ser abudante el
tejido adiposo (papada); en la línea media (región infrahioidea) sobresale el cartílago tiroides, y
aparece deprimida la fosa supraesternal limitada lateralmente por los esternocleidomastoideos, que
se extienden desde la articulación esternoclavicular hasta la apófisis mastoides, cubriendo la región
carotid́ ea y sus elementos. Por fuera, aquellos músculos, el borde superior del trapecio y la clavić ula
delimitan las fosas supraclaviculares. Profundamente, se presenta la región prevertebral. La parte
posterior del cuello o nuca se considera región superior del raquis, por la continuidad de sus elementos
óseos (columna), musculares y profundos (médula).
Exploración de cuello.
Su Inspección debe realizarse con el paciente bien sentado con las manos a los extremos,
idealmente en una silla con espaldar que permita la adecuada alineación y la mirada al frente al
mismo nivel del examinador. El paciente debe estar con el tórax y el cuello desnudo, sin maquillaje
o sin cualquier otro elemento que limite la revisión.
Inspección de Piel
Se debe observar la piel con lupa que ayudará a identificar cambios en la coloración y
lesiones cutáneas, describiendo la región del cuello en que se encuentra y cada una de las
características de posible lesión.
Forma
El cuello normal tiene forma cilíndrica; y simétrica, su longitud varía de una persona a otra
y es mayor en los individuos longilíneos y asténicos que en los pícnicos. Su contorno es más
uniforme en la mujer que en el varón; en éste, a menos que exista obesidad, resaltan con frecuencia
el cartílago tiroides (“nuez o manzana de Adán”) y los músculos esternocleidomastoideos.
La forma normal del cuello puede ser modificada por algunas anomalías congénitas, en las
cuales encontramos:
Tumoraciones.
La mayor parte de los tumores del cuello se encuentra a lo largo del borde anterior del
músculo esternocleidomastoideo, o en la línea media, en la región tiroidea. En los dos tercios
superiores del cuello se relacionan por lo regular con padecimientos de la laringe, lengua, piso de la
boca, bucofaringe, hipofaringe y glándulas salivales. En cambio, los del tercio inferior y región
supraclavicular se deben casi siempre a causas tiroideas o infraclaviculares. Si la tumoración ha
existido por largo tiempo sin cambios puede o no ser maligna, pero si ha crecido con rapidez, tiene
consistencia firme y no es dolorosa, es casi seguro que sea de naturaleza maligna. Se debe
determinar si la masa es dura, blanda o quística, unilateral o bilateral, su localización, movilidad o
adherencia a las estructuras contiguas, color y aspecto de la piel que lo recubre, y sus límites nítidos
o difusos. Se debe llevar a cabo una palpación bimanual, sobre todo en las regiones parotídea,
submaxilar y submentoniana.
Las tumoraciones más importantes que pueden presentarse en esta parte de la anatomía
humana son las siguientes:
1. Benignas.
• Congénitas:
- Quistes branquiales.
- Linfangiomas.
• Inflamatorias:
- Adenopatías reactivas.
- Mononucleosis infecciosa.
- Toxoplasmosis.
• Traumáticas:
- Fibromatosis.
- Fístulas arteriovenosas.
2. Malignas.
• Carcinomas tiroideos.
• Sarcomas de Kaposi.
Melanomas
En los adultos jóvenes, las masas de origen congénito son menos frecuentes; en cambio,
son habituales las adenopatías secundarias a infecciones de las vías respiratorias superiores, a la
mononucleosis infecciosa y, desde luego, a linfomas, en particular el linfoma de Hodgkin. En
los adultos deben identificarse antecedentes de tabaquismo, masticación de tabaco y consumo
de drogas intravenosas. Asimismo, es necesario conocer signos como tos, cambios en el tono de
la voz, dificultad para deglutir, fiebre, escalofrío, diaforesis nocturna y exposición a enfermos
de tuberculosis.
A. Movimientos activos: este provocado por la musculatura del propia del individuo.
Se le pide al paciente que realice de manera sucesiva los movimientos de flexión, extensión,
rotación izquierda, rotación derecha, flexión lateral derecha y flexión lateral izquierda del
cuello. Si alguno de los movimientos está limitado pasamos a evaluar los movimientos pasivos.
Lo esperados: Movimientos suaves.
Lo inesperados: Dolor, mareo o limitación del movimiento.
B. Movimientos pasivos: Pedimos al paciente que mantenga el cuello relajado y no
intente oponerse a los movimientos que se le realizarán. Colocamos la mano izquierda sobre la
cabeza y la derecha por debajo del mentón y realizamos movimientos de flexión, extensión,
rotación y lateralización hacia ambos lados.
C. Contra resistencia: aquí se valora la fuerza muscular, la palma derecha del
explorador se coloca sobre la frente del paciente y se le pide que intente flexionar el cuello
mientras el explorador se opone al movimiento (valoración musculatura flexora). Colocamos la
mano izquierda sobre la región occipital y pedimos al paciente que extienda el cuello mientras
nos oponemos al movimiento (valoración musculatura extensora). Le pedimos que voltee la
cabeza, mientras nos oponemos con la mano apoyada sobre el maxilar inferior del mismo lado
(valoración del ECM). Colocando la mano sobre el temporal y haciendo resistencia, pedimos
que lateralice la cabeza hacia el mismo lado.
Para la exploración del músculo trapecio pedimos al paciente que levante un hombro,
luego el otro y luego los dos a la vez. Colocamos una mano sobre su hombro y le pedimos que
lo levante, oponiendo resistencia, repetimos la misma maniobra con el otro hombro y con los
dos a la vez para comprar la fuerza de un lado y del otro.
GANGLIOS SUPERFICIALES:
Ganglios posauriculares o mastoideos: ubicados por detrás de la oreja, sobre la apófisis mastoides
a nivel de la inserción del músculo esternocleidomastoideo, reciben aferencias del pabellón
auricular, el conducto auditivo externo y la región temporal del cuero cabelludo.
Ganglios preauriculares: se ubican por delante del trago del pabellón auricular; reciben aferencias
de la piel y las conjuntivas de los párpados, la piel de la región temporal, el conducto auditivo
externo y el pabellón auditivo externo y la región temporal del cuero cabelludo.
GRUPO PAROTÍDEO: En este grupo incluimos todos los nódulos linfáticos que se encuentran en
la región parotídea. Éstos pueden repartirse en tres grupos: suprafascial, subfascial y parotídeo
profundo.
Los nódulos linfáticos suprafasciales son vecinos del trago y existen en un tercio de los
casos. Los nódulos linfáticos subfasciales se sitúan entre la fascia y la cara lateral de la glándula.
Unos son preauriculares y otros infraauriculares; estos últimos se sitúan alrededor de la vena
yugular externa a su salida de la parótida. Finalmente, los nódulos linfáticos parotídeos profundos
intraglandulares se sitúan en el espesor de la parótida, a lo largo de las venas yugular externa,
retromandibular y carotídea externa; los nódulos linfáticos vecinos de la vena yugular externa
suelen ser los más numerosos. Los nódulos linfáticos parotídeos reciben los vasos linfáticos de las
regiones temporal y frontal del cuero cabelludo, de los párpados, de la raíz de la nariz, del oído
externo, del oído medio, de la parótida y de la mucosa de las cavidades nasales.
Ganglios submaxilares: se hallan por debajo del maxilar inferior; reciben aferencias de la lengua,
la glándula submaxilar, los ganglios submentonianos, la mucosa de los labios, la mucosa yugal y las
encías.
Ganglios submentonianos: se ubican por debajo de la unión de los maxilares inferiores; reciben
aferencias del labio inferior, el piso de la boca, la punta de la lengua y la piel de las mejillas.
Ganglios yugulares o cervicales anteriores: se ubican a lo largo del borde anterior del
esternocleidomastoideo, desde el ángulo del maxilar inferior hasta la clavícula; reciben aferencias
de los dos tercios posteriores de la lengua, las amígdalas, el pabellón auricular, la parótida, la
laringe y la tiroides.
GANGLIOS PROFUNDOS:
Ganglios cervicales posteriores: se encuentran a lo largo del borde posterior del músculo
esternocleidomastoideo y por delante del trapecio; reciben aferencias del cuero cabelludo y el
cuello, los ganglios axilares, los miembros superiores y la región pectoral.
Ganglios supraclaviculares: están por detrás y por afuera de las inserciones claviculares del
músculo esternocleidomastoideo; reciben aferencias de la cabeza, el miembro superior, la pared
torácica, la mama y las cavidades torácica y abdominal.
Ganglios cervicales profundos: ubicados por debajo del esternocleidomastoideo, siguen a la vena
yugular interna.
Técnicas de palpación:
Palpación
El examinador puede ubicarse, indistintamente, por delante o por detrás y sostener la cabeza del
paciente con una de sus manos. Además, al imprimir movimientos pasivos de flexión, extensión o
rotación (maniobra de deslizamiento), se provoca una relajación de los músculos del cuello que
favorece la palpación. Debe realizarse con el pulpejo de uno o más dedos (indice, medio, anular),
ejerciendo una presión variable (inicialmente, presión mínima para evitar el desplazamiento de los
ganglios) y movimientos circulares o de vaivén. Cuando se exploran los grupos ganglionares de la
cabeza y el cuello, el paciente debe estar sentado.
La realización de la maniobra de Valsalva facilita la palpación de los ganglios
supraclaviculares.
• Forma y tamaño: los ganglios normales son estructuras elipsoidales, como un poroto,
con un eje mayor de 0,5-1 cm. El aumento de tamaño, que puede ser visible y palpable, o los
cambios de forma (se hacen esféricos) son signos de patología ganglionar. Cuando un
conglomerado ganglionar tiene un tamaño superior a 10 cm en su eje mayor se lo designa como
masa ganglionar y es una manifestación característica del compromiso de los ganglios profundos
por linfoma o metástasis de carcinoma. Un estudio demostró la ausencia de lesiones neoplásicas en
todos los ganglios biopsiados que tenían un tamaño menor de 1 cm. En cambio, el cáncer estaba
presente en el 38% de las adenomegalias mayores de 2,25 cm. Los ganglios agrandados del linfoma
de Hodgkin (LH) pueden tener cambios espontáneos de tamaño por regresión del componente
inflamatorio de la lesión neoplásica.
• Consistencia: los ganglios normales tienen consistencia blanda, los metastásicos son duros o
pétreos y los afectados por procesos linfoproliferativos son firmes (consistencia de "goma de
borrar"). Los ganglios, normales o patológicos, no laten; esta manifestación debe sugerir que la
formación que se está palpando como un ganglio es una estructura vascular arterial. Sin embargo,
los ganglios que están en estrecho contacto con una arteria pueden tener un latido transmitido.
• Movilidad: los ganglios normales son móviles. Los patológicos pueden adherirse entre sí, a la piel
o a los planos profundos. La pérdida de la movilidad ganglionar normal es un signo semiológico
que indica que la patología que enferma al ganglio ha superado el límite anatómico de la cápsula; es
característica del compromiso neoplásico, aunque también puede hallarse en las infecciones.
El calor y el rubor, se apreciarán siempre que los ganglios sean superficiales. Cuando llegan a la
supuración, forman un verdadero absceso, con su fluctuación característica.
Todos los gérmenes sépticos, son capaces de provocar una adenitis. Algunas adenitis de evolución
subaguda, sólo muestran una hipertrofia ganglionar. La mayoría de las enfermedades infecciosas
puede originarlas.
Las adenopatías son localizadas cuando aparecen en una única región, como el cuello o la
axila. Cuando se afectan dos o más cadenas ganglionares no contiguas hablamos de adenopatías
generalizadas.
La adenitis satélite del chancro, es casi constante. En el período secundario suele ocurrir
una hipertrofia ganglionar generalizada y en especial de los ganglios de la nuca y
supraepitrocleares.
Tumorales:
La linfoadenomatosis o linfomatosis benigna es rara, pero existe; los ganglios afectados tienen las
mismas características que el linfoadenoma único.
Las arterias Carotidas son 2 vasos de alto calibre que son ramas directas de la aorta, estas
asciende por el cuello en su parte anterolateral por el triangulo Carotideo, donde se virfurcan a nivel
de C4 en Carotida interna y externa.
La auscultacion de las arterias carotidas se realiza con la membrana del estetoscopio y con
el paciente en decubito dorsal o ligeramente elevado y con la cabeza girada hacia el lado opuesto.
Puede pedirse al paciente que contenga la respiracion durante la auscultacion que se hara primero
de un lado del contrario.
Para palpar la arteria carótida, se coloca el índice y el tercer dedo sobre el cartílago tiroides
del paciente y se los desliza en dirección lateral entre la tráquea y el músculo
esternocleidomastoideo. Se deben poder sentir las pulsaciones de la carótida inmediatamente
internas al músculo esternocleidomastoideo. La palpación debe hacerse en la parte baja del cuello
para n o ejercer presión sobre el seno carotídeo, lo cual puede producir un descenso reflejo de la
presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Se evalúa cada arteria carótida por separado. No se
presiona nunca sobre las dos arterias carótidas al mismo tiempo. Una vez que se ha evaluado la
arteria carótida derecha, se mantiene la misma posición y se colocan los mismos dedos nuevamente
sobre la tráquea del paciente y se los desliza lateralmente a la izquierda para palpar la arteria
carótida izquierda.
Se palpa la arteria carótida para valorar el contorno y la amplitud del pulso. El contorno es
la forma del pulso. A menudo se describe como la velocidad del declive ascendente, el declive
descendente y la duración de la onda. Se coloca una mano firmemente sobre la arteria carótida hasta
que se palpe la fuerza máxima. En ese momento se debe poder distinguir la forma de la onda. Se
puede describir el pulso como normal, disminuido, aumentado o de doble pico. La onda del pulso
carotídeo normal es suave y el impulso ascendente es más pronunciado y más rápido que el impulso
descendente. Un pulso reducido es un pulso pequeño y débil. En la palpación con el dedo se percibe
una elevación suave de la presión, con un pico distintivo. Un aumento del pulso es un pulso grande,
fuerte e hipercinético. El dedo con el que se palpa percibe una mayor intensidad de la elevación de
la porción ascendente del pulso y una pulsación vivida en su pico. Un pulso de doble pico tiene una
percusión prominente y una onda de corriente con o sin una onda dicrótica.
En reposo fisico y mental solo son visibles, en condiciones normales, tenues latidos
carotideos, excepto en jovenes delgados o con habitos atleticos en quienes pueden percibirse latidos
en areas supraclaviculares (pulso Subclavio) y aun supraesternal.
No obstante, las pulsaciones alcanzan mayor magnitud en las formas graves de insuficiencia
valvular aortica y en todas las variedades de fistulas arteriovenosas, incluidos el conducto arterioso
persistente y otras comunicaciones congenitas directas aortopulmonares. En tales circunstancias, los
latidos arteriales amplios y multiples constituyen el denominado baile arterial, que en su mayor
expresion, con cabeceo sincronico de la cabeza(Signo de Musset) cataloga como grave toda
insuficiencia valvular aortica.
Un latido cervical unilateral y amplio puede corresponder a un aneurisma de la arteria
subclavia o de la carotida, pero esto es muy raro; en la mayoria de los casos, cuando ocurre a la
derecha en personas de edad avanzada, en especial mujeres, corresponde al clasico ‘’sifon
carotideo’’, secundario a cambios escleroticos con elongacion de la arteria y no a un verdadero
aneurisma. A diferencia de estos, no ocasiona sintomas y su evolucion es benigna.
Las paredes venosas son blandas y fáciles de comprimir. En condiciones normales, las
venas yugulares no están ingurgitadas más allá de 2 cm por encima del ángulo esternal de Louis por
lo que no se puede visualizar su trazado debajo de la piel. Por lo tanto, se estima que toda
ingurgitación mayor a 4 es anormal
Es una técnica especialmente útil en pacientes con disnea, edema o hipovolemia, ya que nos
puede orientar hacia el origen del cuadro, indicando que esta es cardiaca
Anomalías:
La distensión excesiva de las venas yugulares es el signo de una enfermedad que provoca el
aumento de la presión venosa. Las causas de este aumento, es decir del estancamiento de la sangre
en las venas, pueden ser generales y deberse a anomalías en el sistema circulatorio, o locales, si
existe una obstrucción que hace que la sangre no puede fluir hacia el corazón y queda atrapada en
las venas yugulares.
Causas generales:
Causas locales
Bilateral:
Examen:
En cuanto a la clínica, para poder realizar esta técnica lo primero es saber cómo se debe
posicionar al paciente
También se debe tomar en cuenta que pacientes con condiciones como ortopnea no se
recomienda el decúbito ni disminuir el ángulo
Primero que todo debemos asegurarnos que estamos realmente ante una vena:
Como ya sabemos las venas no tienen latidos palpables, pero si tienen movimientos o
colapsos venosos por los cambios de presión durante el ciclo cardiaco,
Otro punto es que las venas poseen 2 ondas asociadas a la diástole, mientras que las arterias
poseen 1 movimiento asociado al mismo
Y por último, las venas aumentan su altura de llenado en relación a distintos factores y
colapsan durante la inspiración
una vez que se hayan localizado se debe ubicar la altura o el punto más alto de la vena
visible
Por otro lado, la vena yugular interna se encuentra más profundo y más medial, y así es
como se ubicaría en la práctica
Dado que el grado de ingurgitación y las pulsaciones son más visibles en la parte superior
de la columna sanguínea que despliega las paredes venosas, normalmente la yugular externa resulta
más visible y útil.
Sin embargo, esto no siempre se observa en los individuos de cuello muy corto, en obesos,
y en los niños pequeños. Por esto en ellos sigue predominado el valor semiológico de la yugular
interna
EN caso de que sea dificultoso el ubicar el punto del colapso venoso yugular, existen ciertas
técnicas como:
En segundo lugar, se puede presionar las venas a nivel de la base del cuello, con el mismo
efecto que el anterior, es decir, de llenado
En Tercer lugar, se puede aplicar la maniobra de Valsalva, sin embargo, esta puede ser un
poco contradictorio ya que aunque hacen notar más las venas, no se recomiendan en este tipo de
pacientes, debido a pueden desacelerar el corazón
También podemos aplicar la técnica del reflejo hepatoyugular. Sirve para evaluar una
posible insuficiencia ventricular derecha. Con este propósito se aplica presión suave con la palma
de la mano, sobre el cuadrante superior derecho del abdomen, durante unos 30 segundos al tiempo
que se observan las pulsaciones venosas yugulares. Estas deben ser cuantificadas y cronometradas
En aquellos casos en que exista hipertensión venosa con insuficiencia cardiaca congestiva,
se verá que el aumento es francamente mayor y sostenido, que persiste durante el tiempo de la
maniobra (Es decir, más de 10 s).
En cambio, cuando la vena cava superior está obstruida, hay ausencia absoluta del reflejo
hepatoyugular
Cuando correlacionar una Prueba de reflejo hepatoyugular positiva junto con una Presión
venosa elevada, esta prueba tiene una sensibilidad del 90% para detectar presión atrial derecha
elevada
Para poder realizar una correcta técnica en la evaluación de las venas del cuello debemos
tomar en cuenta lo siguiente anteriormente descrito:
Posicionamiento
utilizaremos una regla métrica posicionada sobre el ángulo esternal, también utilizaremos
otra regla, objeto recto o línea recta imaginaria que iría desde la altura máxima del colapso venoso
hasta la regla, de forma horizontal lo más derecha posible.
También se debe tener en cuenta que se ha descrito que desde el ángulo esternal hasta el
atrio derecho hay una distancia de 5cm,
Una vez trazada esta línea, los valores normales se expresan como presión venosa yugular,
la cual tendrá un valor normal de menos de 3cm, o si lo graficamos como una columna de agua,
(dado que las venas representan su presión como una columna de agua) y partimos desde el punto 0
que sería el centro atrio derecho (el cual se encuentra a 5 cm de distancia del ángulo esternal).
Podríamos decir que el valor normal es menor a 8cmH2O
Por lo tanto, todo valor por encima de éste será un valor anormal, y podemos encontrar
ciertos estados patológicos como:
Que las venas yugulares no se observen, esto se denomina yugulares planas a x grados, lo
cual se relaciona con hipovolemia, una situación contraria es tener una presión yugular elevada, la
cual se correlaciona con, por ejemplo, insuficiencia ventricular derecha.
Otra alteración que podemos ver al evaluar la altura de la PVY es el Signo de Kussmaul:
Cuando esto no ocurre, es decir cuando hay una elevación paradójica de la presión venosa
yugular durante la inspiración se le denomina signo de Kussmaul. Este signo incluye distintos
diagnósticos diferenciales, como
Pericarditis constrictiva
Insuficiencia cardiaca severa
Embolismo pulmonar
Infarto del ventrículo derecho
Región Infrahioidea
Comprende el espacio tirohioideo, las formaciones vinculadas con el cartílago tiroides, que
constituye el elemento primordial del esqueleto laringeo, y la glándula tiroides; algunas
tumefacciones relacionadas con el tracto
tirogioso están vinculadas con el espacio tirohioideo. Es más importante aquí el estudio de la laringe
y la glándula tiroides.
Laringe
Como ya sabemos, el sistema respiratorio se divide en una parte superior y otra inferior. La
laringe es el comienzo de la vía aérea inferior. Hacia inferior, se continúa como tráquea, mientras que
superiormente se continúa como la faringe. La función principal de la laringe es conducir el aire hacia
la tráquea. Así mismo, actúa para evitar que los alimentos ingresen en la tráquea en vez del esófago.
Esto es posible ya que la laringe tiene una porción llamada epiglotis que se cierra durante la deglución
y se abre durante la respiración.
Los nódulos de las cuerdas vocales son crecimientos benignos (no cancerosos) en ambas cuerdas
vocales causados por el abuso de la voz. Igual los pólipos, pero son más grandes.
Las úlceras de contacto de las cuerdas vocales son llagas en carne viva que aparecen en la
membrana mucosa que recubre los cartílagos a los cuales están sujetas las cuerdas vocales. Causado
por abuso de la voz al hablar enérgicamente, en particular al empezar a hablar.
Tráquea
Exploración de tráquea
Inspección
Observe si existe alguna desviación de la tráquea, así como las delimitaciones del hueso
hioides, cartilago tiroides y cricoides, los tres deben ser uniformes y no sensibles, y han de desplazarse
bajo el dedo del examinador cuando el paciente traga.
Palpación
Palpe la tráquea para determinar su posición en la línea media. Con el cuello del paciente en
extensión, coloque los dedos indice y pulgar de una mano a cada lado de la tráquea, por debajo del
istmo de la tiroides.
Se debe colocar el indice por encima de la horquilla esternal, la tráquea se reconoce por la
prominencia de sus anillos. El dedo se debe desviar luego hacia ambos lados para evaluar el espacio
que separa la traquea de los esternocleidomastoideos. La traquea puede resultar desplazada hacia uno
u otro lado por masas cervicales o intratorácicas.
El craqueo laringeo se efectúa moviendo lateralmente el cartilago cricoides tomado entre el indice y
el pulgar. La sensación de roce o resalto caracteristico puede desaparecer en el cáncer laringeo o en
el bocio retroesternal. Una sensación de tracción en sincronia con el pulso es indicio de signo de tirón
traqueal (signo de Cardarelli o de Oliver), lo que sugiere la posible presencia de un aneurisma aórtico.
Anatomía
Dentro de este triángulo están la glándula tiroides, la laringe, la faringe, nódulos linfáticos, la
glándula salival submandibular y grasa. La glándula tiroides rodea la parte superior de la tráquea y
está constituida por dos lóbulos conectados por un istmo. Se trata de la glándula endocrina más grande
del organismo. Si se mira de frente, presenta forma de mariposa y rodea la parte anterior y lateral de
la laringe y la tráquea. El istmo del tiroides atraviesa la tráquea justo por debajo del cartílago cricoides
de la laringe y los lóbulos laterales se extienden a los lados de la laringe y llegan a la mitad del
cartílago tiroides de la laringe. En ciertos casos, el tiroides se puede extender hacia abajo y aumentar
de tamaño dentro del tórax, provocando un bocio subesternal. La función de la glándula tiroides es
producir la hormona tiroidea según las necesidades del cuerpo.
La palpación de la tiroides es una técnica utilizada por los profesionales de la salud para
evaluar el tamaño, la forma y la textura de la glándula tiroides. Esta técnica puede ser parte de un
examen físico de rutina o realizarse si se sospecha alguna alteración en la tiroides.
La glándula tiroides asciende con los movimientos deglutorios, cosa que ayuda a
identificarla. porque está adherida a la laringe y la tráquea. Existen tumores que por su localización y
por estar adheridos a las estructuras laringo-traqueales, pueden confundirse con un bocio como son
los glanglios tuberculosos, los quistes del espacio tiroideo, los quistes del conducto tirogloso y los
abscesos tiroideos. La palpación puede hacerse con una sola mano, colocándose el médico a un lado
del paciente o bimanualmente por detrás del individuo, tratando de abarcar la glándula con ambas
manos y los pulgares colocados en la nuca.
Es importante que la palpación de la tiroides sea realizada por un profesional capacitado para
garantizar una evaluación precisa y segura. Si tienes inquietudes sobre tu tiroides o notas cambios en
tu cuello, es recomendable consultar a un médico para una evaluación adecuada y un manejo
apropiado de cualquier alteración en la glándula tiroides.
Formas de Palpar:
A continuación se solicitará de nuevo al paciente que trague mientras empuja la tráquea hacia
la izquierda y con la mano izquierda se palpa el tiroides contra el músculo esternocleidomastoideo
izquierdo. El examinador debe acercarle agua para que beba y así facilitar la deglución. Si bien se
suelen realizar tanto la exploración anterior como la posterior, no resulta frecuente que el examinador
se encuentre con una glándula tiroidea normal.
La medición de la circunferencia del cuello con una cinta métrica, permite controlar
periódicamente el tamaño de la glándula tiroides. La cinta debe pasar por detrás, sobre la 7" vértebra
cervical y, por delante, por la parte más prominente de la glándula.
La consistencia de la glándula puede ser normal o parenquimatosa (tiroides normal, bocio
simple e hipertiroidismo), firme (bocios de larga evolución), gran u losa (tiroiditis de Hashimoto ),
leñosa o pétrea (tiroiditis de Riedel y carcinoma). La superficie puede ser lisa, nodular o quística.
Otros tumores del cuello. Además de los tumores tiroideos y las linfadenopatías pueden
también presentarse en el cuello otros procesos inflamatorios y tumorales.
1.- Tumores de la nuca: Quistes sebáceos, quistes dermoides, foliculitis, furúnculos, ántrax y
lipomas.
a. Quiste tirogloso:
Bocio
Si bien la deficiencia de yodo sigue siendo una de las causas del aumento de tamaño del
tiroides a nivel mundial, algunas otras causas importantes de bocio son las infecciones, las
enfermedades autoinmunitarias, el cáncer y los nódulos aislados. Un tiroides aumentado de tamaño
se puede asociar a hipertiroidismo, hipotiroidismo o a un bocio simple o multinodular con un
funcionamiento normal.
Tal y como se ha comentado anteriormente en este capítulo, el tiroides puede aumentar de
tamaño y alcanzar la cavidad torácica. Si alcanza el tamaño suficiente, podría dificultar el flujo venoso
de salida procedente de la cabeza y el cuello e incluso provocar un compromiso de las vías
respiratorias altas o vascular.
Tumores Tiroideos
Los tumores tiroideos son crecimientos anormales de células en la glándula tiroides, que es
una glándula en forma de mariposa ubicada en la parte frontal del cuello. Estos tumores pueden ser
benignos (no cancerosos) o malignos (cancerosos). Algunos de los tipos más comunes de tumores
tiroideos incluyen:
1. Adenomas tiroideos: son tumores benignos que se desarrollan en las células de la glándula
tiroides.
3. Carcinoma folicular de tiroides: otro tipo de cáncer de tiroides que se origina en las células
foliculares de la glándula tiroides.
4. Carcinoma medular de tiroides: un tipo menos común de cáncer de tiroides que se origina
en las células C de la glándula tiroides.
El tratamiento de los tumores tiroideos depende del tipo de tumor, su tamaño, si es benigno
o maligno, y otros factores individuales del paciente. El tratamiento puede incluir cirugía,
radioterapia, terapia con yodo radioactivo y medicamentos. Es importante realizar un seguimiento
regular con un endocrinólogo o un especialista en tiroides para controlar cualquier cambio en el tumor
y ajustar el tratamiento según sea necesario.
Bibliografía