UNIDAD V: SERVIDUMBRES MINERAS.
Sumario:
1.- Servidumbres Mineras.
a) Generalidades e importancia.
b) Concepto.
c) Objeto.
d) Caracteres jurídicos.
2.- Clasificación de las Servidumbres Mineras.
a) Predios Dominantes y Predios Sirvientes.
b) Modos de constitución de Servidumbres Mineras.
c) Transitoriedad de las Servidumbres Mineras.
d) Indemnizaciones por el establecimiento de Servidumbres Mineras.
e) Servidumbres que gravan los predios superficiales.
f) Servidumbres que se deben las concesiones mineras entre sí.
g) Servidumbre de socavón (constitución; obligaciones y derechos del socavonero y del
dueño de la concesión sirviente).
h) Servidumbre de Desague.
i) Servidumbre de uso de camino minero ajeno.
1.- SERVIDUMBRES MINERAS.
1.1. Generalidades.
De partida, cabe observar la nítida separación entre, por una parte, la titularidad
dominical de los predios superficiales (de propiedad de sus dueños, artículo 582 del Có-
digo Civil: “El dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real en una cosa
corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la ley o contra
derecho ajeno. La propiedad separada del goce de la cosa, se llama mera o nuda
propiedad.”.) y, por otra parte, la titularidad de los derechos mineros creados por actos
concesionales, que permiten catar y cavar y explorar y explotar, en su caso, los minerales
que hay en las entrañas de aquellos (artículos 107, 113 y 116 todos del Código de
Minería y 7, 10 y 11 de la L.O.C.); de ahí que la legislación ha debido contemplar los
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medios jurídicos para facilitar el acceso de los titulares de derechos mineros a los
respectivos terrenos superficiales, y así ejercer tales derechos de catar y cavar, de
exploración y explotación, en su caso, de tal manera que en definitiva sea posible la
exploración, extracción y apropiación de las sustancias minerales, que son el objeto de
todo derecho minero (en el sentido del artículo 6 inciso 2 de L.O.C).
En otras palabras, para el aprovechamiento de la riqueza mineral es necesario
(ineludible, técnicamente) acceder a los predios superficiales (como la prefigura del
artículo 19 número 24 inciso 6 de nuestra Carta Magna que dispone: “Los predios
superficiales estarán sujetos a las obligaciones y limitaciones que la ley señale para
facilitar la exploración, la explotación y el beneficio de dichas minas.”).
Es que uno de los aspectos escenciales de todo régimen jurídico de la minería, es
el establecimiento de reglas claras y eficaces respecto a las evidentes colisiones de
intereses que han de originarse, con motivo de la exploración y explotación entre el
concesionario y los propietarios de los predios superficiales. La primera decisión
regulatoria de todo régimen minero es la eliminación ab initio del poder de disposición de
las sustancias minerales por los propietarios del suelo; la segunda decisión regulatoria
es la forma de otorgar los derechos de exploración o explotación de los interesados; y
una tercera decisión, esencial, sin la cual todo lo anterior perdería sentido, es otorgar a
los titulares de derechos mineros un medio eficaz para poder ingresar a los predios
superficiales en cuyas entrañas se encuentran situados los minerales, cuyo
aprovechamiento es la finalidad de toda titularidad minera.
Es evidente que tanto la exploración como la explotación necesitan ocupar, en
parte importante, según los casos, los terrenos necesarios para desarollar su objeto;
necesitan atravesar dichas propiedades, y para ello hacer caminos, y toda una gama de
obras para facilitar las labores o trabajos mineros. Por esta razón, la Ley a recurrido a la
técnica de los gravámenes reales, y a creado una serie de hipótesis de servidumbres
especiales, la que una vez constituidas se transforman en un derecho real accesorio del
derecho minero principal, ya sea de exploración, ya sea de explotación.
1.2. Concepto.
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El derecho real de servidumbre esta definido por Ley como “un gravamen
impuesto sobre un predio en utilidad de otro predio de distinto dueño” (artículo 820 del
Código de Bello). Agrega dicha disposición normativa, que “se llama predio sirviente el
que sufre el gravamen, y predio dominante el que reporta la utilidad”.
Constituyen, además, estas servidumbres, en su vertiente activa, un derecho real
(artículo 577 del Código Civil: Derecho real es el que tenemos sobre una cosa sin
respecto a determinada persona. Son derechos reales el de dominio, el de herencia, los
de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, el de prenda y el de hipoteca.
De estos derechos nacen las acciones reales.). No obstante, de frente al que sufre,
siempre es un gravamen.
1.3. Objeto.
El ordenamiento jurídico contempla la técnica de las servidumbres con el objetivo
de que los concesionarios mineros lleguen a ocupar efectivamente los terrenos
superficiales y así poder realizar las labores mineras respectivas. Esto origina una
relación entre el estatuto jurídico general más específico de los derechos de los
concesionarios mineros.
La concesión minera sólo faculta a su titular a ocupar el terreno superficial púbico
o privado sobre el cual recae la extensión territorial de su concesión, en la medida que
obtenga previamente un título jurídico apto para ocupar terreno ajeno, siendo la
concesión minera sólo el antecedente necesario para ello. En otras palabras, es el
derecho real de servidumbre el medio jurídico a través del cual un concesionario minero
puede llegar a ocupar el terreno superficial, en aquellos casos en que es de propiedad
privada ajena, y no se tiene otro título jurídico equivalente para dicha ocupación.
Entonces, el titular de derechos mineros esta limitado en cuanto al acceso al
previo superficial, que es de propiedad ajena, salvo que adquiera o se constituya, como
derecho accesorio, un derecho real de servidumbre, o adquiera cualquier otro título real
que le permita la ocupación del suelo.
1.4. Caracteres Jurídicos.
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1) Las servidumbres ante el derecho civil de bienes. Las servidumbres, en
general, constituyen un gravamen en virtud del cual se permite a una persona extraer
alguna utilidad de cosa ajena. En otros términos, por una parte, consiste en un derecho
real que permite imponer ese gravamen; y, por otra parte, constituye una obligación o
deber de soportar ese gravamen.
Asímismo, la Ley ofrece varias clasificaciones relativas a las servidumbres, las
que son relevantes para conocer el régimen jurídico a que queda sujeta cada clase de
servidumbre.
Al respecto, en lo pertinente, se revisará la clasificación más relevante contenida
en el Código Civil atendiendo a su origen. En seguida, destacaremos lo que significa que
una servidumbre sea calificada de legal o forzosa; el modo en que es posible constituir
dichas servidumbres; los elementos de toda servidumbre, y su contenido jurídico.
2) Clasificación de las servidumbres atendiendo a su origen. De acuerdo a lo
previsto en el artículo 831 del Código Civil, las servidumbres, atendiendo a su origen,
pueden ser naturales, legales o voluntarias.
a) Las servidumbres naturales son “aquellas que provienen de la natural situación
de los lugares”;
b) Las servidumbres legales son las “impuestas por ley”, y
c) Las servidumbres voluntarias son las “constituidas por un hecho del hombre”.
Esta clasificación se refiere al origen de los supuestos de cada servidumbre,
donde se encuentra su configuración, su forma; lo que sirve para saber en que consiste
la servidumbre. La clasificación ayuda a conocer el sitio originario en que habrá que
descubrir el contenido de las servidumbres; en la naturaleza, las naturales; en la Ley
respectiva, las legales; o en un convenio, las voluntarias.
En cuanto a esta clasificación, que tiene interés esencial en materia de
servidumbres, es necesario aclarar que tal clasificación distingue el origen de las
mismas; esto es, la forma en que se ha llegado a configurar o tipificar una determinada
servidumbre, sin que la Ley predetermine los tipos de servidumbres que pueden
constituirse de un modo u otro.
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No se deriva de esta clasificación que establace la Ley ningún criterio que permita
concluir que alguna de ellas sea la excepción y otra la regla general, como para derivar,
desde el punto de vista del método, una supuesta interpretación restrictiva.
Lo que existe es, como en todo régimen legal, una tipificación de las servidumbres,
y la interpretación que se realice de las normas legales que la configuran no ha de ser ni
más ni menos restrictiva, ni más ni menos amplia; simplemente ha de ser una
interpretación leal con el texto, contexto y sentido de las leyes que la establecen, ni más
ni menos.
Cuando se señala que las servidumbres tienen lugar sólo en los casos
taxativamente regulados por la Ley, lo que hace es reafirmar el criterio de la tipificación
previa y necesaria de toda servidumbre forzosa en una Ley, pero en nada afirma un
criterio restrictivo de interpretación de dichas cláusulas legales.
Artículo 8 de la L.O.C dispone: “Los titulares de concesiones mineras tienen
derecho a que se constituyan las servidumbres convenientes a la exploración y
explotación mineras.
Respecto de esas concesiones, los predios superficiales están sujetos al
gravamen de ser ocupados en toda la extensión necesaria para trabajos mineros, por
canchas y depósitos de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de
extracción y de beneficio de minerales; por subestaciones y líneas eléctricas y de
comunicación, canales, tranques, cañerías, habitaciones, construcciones y obras
complementarias; y a los gravámenes de tránsito y de ser ocupados por caminos,
ferrocarriles, cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas transportadoras y
todo otro medio que sirva para unir las labores de la concesión con los caminos públicos,
establecimientos de beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos de embarque y centros
de consumo.
Dichas concesiones están sujetas en favor de otras, y en cuanto les sean
aplicables, a los gravámenes establecidos con relación a los predios superficiales, que,
sin impedir o dificultar su explotación, aprovechen a otras y, también, al gravamen de ser
atravesadas por socavones y labores mineras destinados a dar o facilitar ventilación,
desagüe y acceso.
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La constitución de las servidumbres, su ejercicio e indemnizaciones
correspondientes se determinarán por acuerdo de los interesados o por resolución
judicial en el procedimiento breve especial que la ley contemple o, si en ésta no se
contemplase, en el procedimiento sumario de aplicación general.
Las servidumbres en favor de las concesiones mineras son esencialmente
transitorias; no podrán aprovecharse en fines distintos a aquellos para los cuales han
sido constituidas, y cesarán cuando termine su aprovechamiento. Podrán ampliarse o
restringirse de acuerdo con el desarrollo que adquieran las labores relacionadas con
ellas.
Los titulares de concesiones mineras tendrán los derechos de agua que en su
favor establezca la ley.”.
Por su parte, el artículo 120 del Código de Minería señala: “Desde la constitución
de la respectiva concesión y con el fin de facilitar la conveniente y cómoda exploración y
explotación mineras, los predios superficiales están sujetos a los siguientes gravámenes:
1°. El de ser ocupados, en toda la extensión necesaria, por canchas y depósitos
de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de extracción y de beneficio de
minerales; por sistemas de comunicación, y por canales, tranques, cañerías,
habitaciones, construcciones y demás obras complementarias;
2°. Los establecidos en beneficio de las empresas concesionarias de servicios
eléctricos, de acuerdo con la legislación respectiva, y
3°. El de tránsito y el de ser ocupados por caminos, ferrocarriles, aeródromos,
cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas transportadoras y todo otro
sistema que sirva para unir la concesión con caminos públicos, establecimientos de
beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos, aeródromos y centros de consumo.”.
3) Consecuencia de que la Ley sea la que tipifique una servidumbre. Cabe
referirse a las servidumbres -que son impuestas por la Ley-, llamadas legales o forzosas.
La Ley, en los casos que tipifica una servidumbre, obliga al dueño de los predios
sirvientes a soportarlas; de ahí lo forzosas que resultan ser las llamadas por la Ley
servidumbres legales. En efecto, las servidumbres legales son aquellas que una
disposición expresa de la Ley autoriza e impone, aun en contra de la voluntad del dueño
del predio sirviente.
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La tipificación legal de una servidumbre tiene dos efectos muy relevantes:
a) Tipo y contenido de la servidumbre. De los propios términos de la Ley que
establece, tipifica y describe una servidumbre se colige, de inmediato, el alcance o el
contenido posible del gravamen. De ahí la relevancia de interpretar debidamente los
términos de las leyes que establecen cada servidumbre.
b) Tipo y lo forzosa de una servidumbre. Además, cada vez que cada servidumbre
es descrita en la Ley, en verdad, es un mandato o imposición de la Ley. Ello fluye no sólo
de los términos de la definición contenida en el artículo 831 del Código Civil (las que son
impuestas por la Ley), sino que, en cada caso, salta a la vista del intérprete de los
términos de cada tipo específico de servidumbre. En efecto, en cada ocación que la Ley
contiene un tal mandato, suele ser redactada en términos enfáticos y asertivos.
Esta característica, de lo que deriva lo forzosa de las seridumbres legales, es lo
que más destaca la doctrina al analizar la materia de las servidumbres. Así, se señala:
i.- “Las circunstancias de éstas (las servidubres legales) sean calificadas de
servidumbres legales significa que, cumplidos los supuestos en cada caso, pueden
imponerse, porque la Ley lo autoriza, aun en contra la voluntad del dueño del predio
sirviente”.
ii.- “Las servidumbres legales se caracterizan porque son impuestas por Ley, de
manera que el propietario del predio sirviente puede ser obligado a tolerarlas aun en
contra de su voluntad’.
4) Modo en que se constituye una servidumbre legal o forzosa. Las
servidumbres legales o forzosas se constituyen o convencional o judicialmente.
Es esta una clasificación que no establece la Ley civil, la que por contener el
vocablo voluntario, similar a convencional, se presta a confuciones. Según el modo de
constituir las servidumbres (o , en otras palabras, el modo concreto de creación individual
de cada derecho real de servidumbre, beneficiando a un predio determinado, y, al mismo
tiempo, gravando a un predio determinado, sea que su origen o tipificación haya sido
legal, natural o voluntaria), éstas se clasifican en:
i.- Convencionales o voluntarias, como las llama la Ley conforme el artículo 880
inciso 1 del Código Civil: “Cada cual podrá sujetar su predio a las servidumbres que
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quiera, y adquirirlas sobre los predios vecinos con la voluntad de sus dueños, con tal que
no se dañe con ellas al orden público, ni se contravenga a las leyes.”.
ii.- Judiciales conforme el artículo 880 inciso 2 del Código Civil: “Las servidumbres
de esta especie pueden también adquirirse por sentencia de juez en los casos previstos
por las leyes.”.
Quizá sea mejor decir: las servidumbres se constituyen por vía convencional o
judicial.
En caso de negativa del dueño del predio sirviente a aceptar el mandato legal,
estas servidumbres tipificadas por la Ley (legales o forzosas) pueden constituirse, por la
vía judicial. No obstante, también pueden constituirse covencionalmente, pues como el
dueño del predio -podrá sujetar su predio a las servidumbres que quiera-, a través de la
voluntad de tal propietario puede consituirse cualquier gravamen, y entre éstos aquellas
hipótesis que la Ley a configurado. En este último caso, lo que ocurre simplemente es
que no se ha hecho necesario imponer forzosamente la servidumbre legal (tipificada por
una Ley) al dueño del suelo: éste la ha aceptado voluntariamente.
En otras palabras, el modo concreto de creación individual de cada derecho real
de servidumbre, beneficiando a un predio determinado, y, al mismo tiempo, gravando a
un predio determinado, en el caso que su origen o tipificación haya sido legal, es una de
las siguientes vías:
i.- Una convención o contrato.
ii.- Una sentencia judicial.
Así, las servidumbres legales, esto es, las que tipifica la Ley, se constituyen por
vía convencional o judicial. Nunca se constituyen por la propia Ley; ella las configura, las
hipotetiza, las tipifica; y por tal razón las torna forzosas, coactivas. La constitución es un
acto posterior, individual, para cada caso, y se puede producir por una sentencia judicial
o por un convenio entre los dueños de ambos predios.
En efecto, una hipótesis de servidumbre legal puede también constituirse
voluntariamente. Así, por ejemplo, las servidumbres legales que establace el artículo 120
del Código de Minería, pueden constituirse también voluntariamente (artículo 123 del
Código de Minería: “La constitución de las servidumbres, su ejercicio y las
indemnizaciones correspondientes se determinarán por acuerdo de los interesados que
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conste en escritura pública, o por resolución judicial. Podrá convenirse o resolverse que
la indemnización se pague de una sola vez o en forma periódica. Para que las
servidumbres sean oponibles a terceros, deberán inscribirse en el Registro de Hipotecas
y Gravámenes del Conservador de Bienes Raíces, o del de Minas, en su caso.”). En caso
contrario, lo serán judicialmente.
5) Contenido jurídico de todo tipo de servidumbre. Derivado del estatuto
legislativo general de toda servidumbre, es posible señalar respecto de las mismas, los
siguientes contenidos básicos:
a) Las servidumbres constituyen un gravamen. El predio (heredades o
instalaciones afectadas) que soporta las servidumbres se llama sirviente. El predio que
reporta utilidad toma el nombre de dominante. Respecto al predio dominante las
servidumbres se llaman activa, y con respecto al predio sirviente, pasiva.
Las servidumbres, miradas por el lado de la carga, constituyen un gravamen que
afecta el derecho de dominio, conservando el dueño del predio sirviente los tres atributos
propios del dominio, estos es, el uso, goce y disposición; únicamente debe respetar la
servidumbre que lo grava, como se señaló. Este gravamen, como se verá, es lo que
origina las indemnizaciones que, por ese solo hecho, establece la legislación.
b) El gravamen que impone la servidumbre es siempre indemnizable. La
servidumbre no sólo grava un predio, sino que establece beneficio y utilidad en favor de
otro, y esto origina siempre indemnización. Las servidumbres, por ser -limitaciones- al
dominio, siempre son indemnizables.
El concepto hipotético general de limitaciones (establecido por una Ley, en
general, sin beneficiar a alguien en particular) debe distinguirse del específico gravamen,
que es la concretización particular de dicha hipótesis, y que siempre beneficia a otro
predio en especial.
Por lo tanto, como la servidumbre, al constituirse en un caso específico, es un
gravamen que afecta individualmente a un predio y beneficia también individualmente a
otro, de distinto dueño, el cual se beneficia directamente, empobreciendo al anterior, al
tener que soportar esta disminución de su derecho, cuyo goce ya no será exclusivo, debe
dar origen siempre a indemnizaciones que cobra todo ese perjuicio inherente a su
constitución.
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Las limitaciones al dominio dicen relación más bien con privaciones en
cumplimiento de la función social del dominio, por interés nacional o utilidad pública. En
la hipótesis de limitaciones al dominio no existe propiamente una servidumbre, pues
éstas como se analizó antes, tienen como elemento esencial vincular en condiciones de
gravamen/beneficio a dos predios, y no a un predio con la generalidad de la nación
(interés nacional), ni con la utilidad del pueblo (utilidad pública). La tipificación general de
las limitaciones, de lo cual la servidumbre es una especie, por la vía legislativa, por sí
sola, no origina indemnizaciones, sobre todo cuando es una limitación general, sin predio
individual beneficiado (como, por ejemplo, las limitaciones de derecho urbanístico, que
no son indemnizables, pues no vinculan dos predios, uno en benficio del otro). Por cierto
que la legislación está autoizada a tipificar estas limitaciones, como las servidumbres, y
ese solo hecho no origina indemnización; pero sí se origina indemnización cuando se
constituye concreta e individualmente este gravamen en beneficio de un predio
específico y como carga de otro predio específico, pues de otro modo se produciría un
enriquecimiento y un empobrecimiento, respectivamente, sin compensación o equilibrio,
lo que es atentatorio de las bases esenciales de la propiedad (artículo 19 número 24
inciso 1 de la Consttución Política dispone el derecho de propiedad en sus diversas
especies sobre toda clase de bienes corporales o incorporales, y el artículo 582 del
Código Civil señala que el dominio (que se llama también propiedad) es el derecho real
en una cosa corporal, para gozar y disponer de ella arbitrariamente; no siendo contra la
ley o contra derecho ajeno. La propiedad separada del goce de la cosa, se llama mera o
nuda propiedad) y de la institucionalidad vigente (artículo 19 número 26 de la Carta
Magna indica que la seguridad de que los preceptos legales que por mandato de la
Constitución regulen o complementen las garantías que ésta establece o que las limiten
en los casos en que ella lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni
imponer condiciones, tributos o requisitos que impidan su libre ejercicio).
Y esto ha sido remarcado por una doctrina jurisprudencial del Tribunal
Constitucional que es bien explícita, que no puede dejar de citarse en el análisis de esta
materia, según la cual: “El espíritu general de la legislación dictada bajo la vigencia de la
Constitución de 1980 ha sido el pago de indemnizaciones ya sea por el Estado o por los
particulares si se establecen servidumbres o limitaciones que afectan el uso o goce de
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la propiedad. De tal manera que si se causan daños éstos deben pagarse” (considerando
41 de la Sentencia TC de 02 de diciembre de 1996, Rol 245, sobre inconstitucionalidad
del D.S. 1, de 1996, de Bienes Nacionales.).
c) Las servidumbres constituyen un gravamen real. Las servidumbres se
encuentran en la enumeración del artículo 577 del Código Civil, precepto que indica
cuáles son los derechos reales. Esta característica tiene importancia, por cuanto no
obstante que el predio dominante o el sirviente cambien de dueño, las servidumbres
permanecerán inmutables porque no están establecidas en consideración a la persona,
sino que en favor del predio dominante.
d) Es un derecho accesorio. Las serdivumbres no pueden tener vida
independiente del predio en cuyo favor están establecidas. Así, el artículo 825 del Código
Civil dispone que “las servidumbres son inseparables del predio a que activa o
pasivamente pertenencen”. De lo anterior se desprende que las servidumbres no pueden
enajenarse, cederse, hipotecarse o embargarse independientemente del predio al cual
ellas acceden.
e) Es un derecho indefinido. La regla general es que las servidumbres tengan el
carácter de indefinidas (o perpetuas, como se suele decir con exceso), pero esta
característica no es esencial, pues la servidumbre puede constituirse por un tiempo
limitado o bajo condición. Además pueden extinguirse por prescripción. En materia
minera veremos el carácter esencialmente transitorio de las servidumbres.
f) Es un derecho indivisible. Las servidumbres no admiten ejercicio parcial;
existen, sea que se ejerzan en su totalidad o no se ejerzan.
De este carácter se desprenden algunas consecuencias de gran importancia en
materia civil (y que cabrá analizar su aplicación a la materia minera):
i.- Si un predio pertenece a varias personas, todas deben prestar su
consentimiento para que en dicho predio se constituya una servidumbre.
ii.- La interrupción y suspensión de la prescripción respecto de uno de los
propietarios del predio dominante favorece a todos los demás, según el claro tenor del
artículo 886 del Código Civil “Si el predio dominante pertenece a muchos proindiviso, el
goce de uno de ellos interrumpe la prescripción respecto de todos; y si contra uno de
ellos no puede correr la prescripción, no puede correr contra ninguno.”.
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iii.- Si se divide el predio sirviente, el gravamen seguirá pesando sobre aquella
parte del predio en que la servidumbre está ubicada. Así, el artículo 826 del Código Civil
dispone expresamente: “dividido el predio sirviente, no varía la servidumbre que estaba
constituida en él, y deben sufrirla aquel o aquellos a quienes toque la parte en que se
ejercía”. Por el contrario, “dividido el predio dominante, cada uno de los nuevos dueños
gozará de la servidumbre, pero sin aumentar el gravamen del predio sirviente”.
6) Elementos esenciales de toda servidumbre: predio y utilidad. La
servidumbre, en general, como se ha adelantado, es un gravamen impuesto sobre un
predio en utilidad de otro predio de distinto dueño (artículo 820 del Código Civil). De esta
definición se desprende que para que exista servidumbre se requiere de la concurrencia
de dos elementos básicos:
i.- La existencia de dos predios.
ii.- Que uno de ellos tenga una necesidad vinculada a su destino o utilidad. Se
desarollan en seguida estos elementos esenciales de todo tipo de servidumbre.
a) La necesaria existencia de dos predios. Alcances generales del concepto
predio. La servidumbre en general (según su consagración en la legislación civil), es un
gravamen impuesto a un predio sirviente, en beneficio de otro predio dominante; si el
gravamen está establecido a favor del dueño del predio, no existe servidumbre.
Al respecto, es necesario efectuar algunos alcances sobre el concepto jurídico
predio o predial, que se aplica en materia de servidumbres en general; las que son
dominantes o beneficiadas en estas servidumbres.
Una primera precisión al tema de las servidumbres podría ser pensar que sólo es
posible interpretar las palabras predio y predial en sentido restringido; esto es, tal como
se hayan definidas en el artículo 568 del Código Civil que dispone “Inmuebles o fincas o
bienes raíces son las cosas que no pueden transportarse de un lugar a otro; como las
tierras y minas, y las que adhieren permanentemente a ellas, como los edificios, los
árboles. Las casas y heredades se llaman predios o fundos”.
a.1. Predial como opuesto a servicio personal. Así, tanto por la leyes como por la
jurisprudencia se ha entendido esta expresión predio de un modo amplio, como
gravamen real (opuesto a servicio personal) que beneficia a otro derecho.
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En efecto, múltiples leyes distintas al Código Civil, como por ejemplo la L.G.S.E
(Ley General de Servicios Eléctricos), el Código de Minería y el Código de Aguas,
establacen gravámenes reales que pesan sobre un predio (heredad), pero que benefician
a derechos nacidos de concesiones de naturaleza administrativa, como es el caso de los
derechos de explotación eléctrica, de aprovechamiento de aguas y el caso de los
derechos de exploración y explotación minera. Y a estos gravámenes, tales leyes, casi
invariablemente, los ha llamado servidumbres, ampliando así el concepto de predio a
otros títulos beneficiados por a vía de las servidumbres. Es por tal razón que la
jurisprudencia de nuestros Tribunales ha entendido que “la palabra predial con que el
legislador califica a las servidumbres no puede tener otro alcance que significar que tal
gravamen no afecta a ningún caso a las personas”.
a.2. Gravamen debe afectar a un predio. El gravamen o carga en que consiste la
servidumbre debe ser impuesto sobre uno de los predios (en este caso, heredades), y
no a la persona natural o jurídica propietaria. La servidumbre no puede conferir, por
consiguiente, al predio dominante ninguna utilidad o ventaja que se halle naturalmente
comprendida en el derecho de propiedad del dueño del predio gravado.
Consisten las servidumbres, para el propietario del predio sirviente, en dejar hacer
algo en su predio al propietario del predio dominante (por ejemplo, dejar que sea ocupada
o transitada la heredad para labores mineras); y a la inversa, para el propietario del predio
dominante la servidumbre consiste en el derecho de realizar en el predio sirviente ciertos
actos o establecer en él ciertas obras (construir instalaciones, trasnsitar o beneficiar
minerales). Pero la servidumbre no impone al propietario el predio sirviente la obligación
de hacer algo en utilidad del predio dominante.
En la medida de los derechos que la servidumbre le confiere, el dueño del predio
dominante sustiituye al propietario, obrado él mismo sobre la cosa o exigiendo el
propietario del predio sirviente permanezca en la inacción. En la realidad, el propietario
del predio dominante “recoge, parcialmente, las ventajas de un derecho de propiedad
que, en su conjunto, no le pertenece”.
a.3. El gravamen establecido sobre uno de los dos predios debe aprovechar al
otro. Este aprovechamiento constituye un carácter esencial de la servidumbre. Se ha
dicho que “si el legislador ha admitido numerosas limitaciones del derecho de propiedad,
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a que se da el nombre de servidumbres, se debe a que ellas procuran una ventaja
apreciables a otro predio, que mediante ellas puede ser mejor utilizado y explotado. Por
medio de la servidumbre un predio es disminuido y el derecho de su propietario se limita
y restringe en su libertad; pero otro predio es mejorado y la utilidad que reporta de aquel
gravamen es tan considerable, en comparación con el cercenamiento del predio
sirviente, que hay un interés general de la sociedad que justifica su imposición.
El predio dominante (el derecho de exploración o explotación minera, por ejemplo)
es el que debe adquirir la utilidad que el gravamen está destinado a proporcionar. La
legislación general se limita a decir que el gravamen ha de ser en utilidad de otro predio
(artículo 820 del Código Civil), pero de ello se deriva una idea general que indica toda
mejora o ventaja del predio dominante, de cualquier naturaleza que sea. Utilidad es
provecho, conveniencia, mejora, comodidad, fruto o interés, todo lo que pueda servir y
aprovechar de alguna manera y, por lo mismo, todo lo que aumento los beneficios del
predio, hace más productiva su explotación y más provechosa su actividad. En definitiva,
la servidumbre importa en el hecho de una traslación de parte de las utilidades de un
predio a otro, no una simple restricción.
a.4. Los predios deben ser de distintos dueños. Para que pueda existir la
servidumbre, que supone la propiedad exclusiva de los dos predios, éstos deben ser de
distintos dueños.
Esto implica que “la servidumbre incorpora al predio dominante algo de lo que
constituye la propiedad del predio sirviente, y no puede, por lo mismo, ser considerada
independientemente del predio en que existe el gravamen, ni del predio que recibe la
utilidad: es una carga para el predio sirviente y es a la vez un derecho establecido en
favor del predio dominante. Activa o pasivamente considerada, la servidumbre es
inherente a los predios. En definitiva, la servidumbre es un gravamen del predio sobre el
cual ha sido impuesta, y una utilidad para el predio en cuyo beneficio ha sido establecida,
una cualidad nueva que, a raíz de esta gravamen, adquiere el predio dominante.
En fin, como señala el profesor Claro Solar “lo que más especialmente caracteriza
una servidumbre es el desmembramiento de la propiedad de un predio en incremento de
la propiedad de otro predio de distinto dueño”.
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175
Así, en general, las servidumbres confieren a los predios dominantes derechos
reales exclusivos en provecho de sus predios, derechos patrimoniales incorporados al
patrimonio de los propietarios de los predios dominantes que se sirven de los predios
sirvientes, beneficio este que debe indemnizarse.
a.5. El predio en las servidumbres mineras. De acuerdo a la concepción civilista
de la institución, las servidumbres relacionan a dos predios o fundos que, según el
artículo 568 del Código Civil, son sinónimos a casas y heredades, sin perjuicio de que un
sector de la doctrina ha puesto de manifiesto que la relación jurídica se dé más bien entre
los titulares de los predios. No obstante, ellos podría significar eliminar la clasificación
tradicional entre derechos reales y personales, que atiende, en las obligaciones
correlativas, a la presencia o no de bienes; no obstante que siempre existen titulares que
ejercerán tales derechos.
En materia minera, el predio dominante al cual acceden inseparablemente las
servidumbres, como derechos reales o accesorios, es el derecho de exploración o el
derecho de explotación, surgido del respectivo acto de concesión.
Veremos que si bien el Código de Minería (legislación común) considera predio a
la mera facultad de catar y cavar y a los establecimientos de beneficio no asociados a
concesiones mineras (artículo 121 del Código de Minería), es discutible, pues este
gravamen pareciera tener cobertura legítima sólo para concesionarios mineros (artículos
1, 8, 10 y 11 de la L.O.C., en relación al artículo 19 número 24 inciso 6 y 7 de la
Constitución Política.
b) Utilidad o necesidad de un servicio a favor del predio dominante. Dado que la
constitución de un derecho real de servidumbre constituye, por una parte, un gravamen
o limitación del dominio respecto del predio sirviente, la Ley impone o justifica este
gravamen, por otra parte, en la medida que sea en utilidad de otro predio.
Forma parte de cada tipo de servidumbre la configuración del interés o utilidad, en
que consiste el servicio, en cada caso. Por ejemplo, en el supuesto de las servidumbres
de ocupación para labores mineras, el interés y utilidad del predio dominante será el
aprovechamiento de minerales proveniente de un derecho de explotación. Esta utilidad,
igualmente, en el caso de la imposición judicial o forzada de la servidumbre, será
necesario justificarla en la instancia.
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176
2.- CLASIFICACIÓN DE SERVIDUMBRES MINERAS.
2.1. Clasificación.
Las servidumbres se dividen en:
a) Positivas y negativas, atendiendo a si imponen al dueño del predio sirviente la
obligación de dejar de hacer o de no hacer, respectivamente;
b) Aparentes o inaparentes, según si están o no a la vista;
c) Discontinuas o continuas, si para su ejercicio requieren o no de un hecho actual
del hombre;
d) Naturales, legales y voluntarias, según provengan de la natural situación de los
lugares, sean impuestas por la Ley, o sean el resultado de una convención, respectiva-
mente.
Las servidumbres mineras admiten ser clasificadas de la manera expuesta y en lo
no regulado por el Código de Minería se regirán por las normas contenidas al respecto
en el Código Civil.
Hacemos presente, desde luego, que las servidumbres que contemplan en Código
de Minería tienen el carácter de legales, precisamente por estar establecidas en dicho
Código, pero no existe inconveniente alguno para pactar con el dueño del predio super-
ficial o de otras concesiones servidumbres diferentes a las ahí reglamentadas, las que
tendrán, entonces, el carácter de voluntarias.
2.2. Predios dominantes y predios sirvientes.
1) Son predios dominantes en materia de servidumbres mineras:
a. Las concesiones mineras constituidas, para facilitar la conveniente y cómoda
exploración y explotación mineras.
Artículo 8 de la L.O.C.:
“Los titulares de concesiones mineras tienen derecho a que se constituyan las
servidumbres convenientes a la exploración y explotación mineras.
Respecto de esas concesiones, los predios superficiales están sujetos al
gravamen de ser ocupados en toda la extensión necesaria para trabajos mineros, por
canchas y depósitos de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de
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extracción y de beneficio de minerales; por subestaciones y líneas eléctricas y de
comunicación, canales, tranques, cañerías, habitaciones, construcciones y obras
complementarias; y a los gravámenes de tránsito y de ser ocupados por caminos,
ferrocarriles, cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas transportadoras y
todo otro medio que sirva para unir las labores de la concesión con los caminos públicos,
establecimientos de beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos de embarque y centros
de consumo.
Dichas concesiones están sujetas en favor de otras, y en cuanto les sean
aplicables, a los gravámenes establecidos con relación a los predios superficiales, que,
sin impedir o dificultar su explotación, aprovechen a otras y, también, al gravamen de ser
atravesadas por socavones y labores mineras destinados a dar o facilitar ventilación,
desagüe y acceso.
La constitución de las servidumbres, su ejercicio e indemnizaciones
correspondientes se determinarán por acuerdo de los interesados o por resolución
judicial en el procedimiento breve especial que la ley contemple o, si en ésta no se
contemplase, en el procedimiento sumario de aplicación general.
Las servidumbres en favor de las concesiones mineras son esencialmente
transitorias; no podrán aprovecharse en fines distintos a aquellos para los cuales han
sido constituidas, y cesarán cuando termine su aprovechamiento. Podrán ampliarse o
restringirse de acuerdo con el desarrollo que adquieran las labores relacionadas con
ellas.
Los titulares de concesiones mineras tendrán los derechos de agua que en su
favor establezca la ley.”.
Artículo 120 del Código de Minería:
“Desde la constitución de la respectiva concesión y con el fin de facilitar la
conveniente y cómoda exploración y explotación mineras, los predios superficiales están
sujetos a los siguientes gravámenes:
1°. El de ser ocupados, en toda la extensión necesaria, por canchas y depósitos
de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de extracción y de beneficio de
minerales; por sistemas de comunicación, y por canales, tranques, cañerías,
habitaciones, construcciones y demás obras complementarias;
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2°. Los establecidos en beneficio de las empresas concesionarias de servicios
eléctricos, de acuerdo con la legislación respectiva, y
3°. El de tránsito y el de ser ocupados por caminos, ferrocarriles, aeródromos,
cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas transportadoras y todo otro
sistema que sirva para unir la concesión con caminos públicos, establecimientos de
beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos, aeródromos y centros de consumo.”.
b. Los establecimientos de beneficios de minerales, con el objeto de facilitar el
procesamiento de los minerales.
Artículo 121 del Código de Minería:
“ Las mismas servidumbres que se reconocen en este título para las concesiones
mineras podrán imponerse en favor de los establecimientos de beneficio de minerales.”.
c. La facultad de catar y cavar, a fin de permitir el adecuado ejercicio de esta
facultad.
Artículo 19 del Código de Minería:
“La facultad de catar y cavar comprende no sólo las de examinar la tierra y la de
abrirla para investigar, sino también la de imponer transitoriamente sobre los predios
superficiales las servidumbres que sean necesarias para la búsqueda de sustancias
minerales.
La duración de tales servidumbres no excederá de seis meses, contados desde
la iniciación de su ejercicio.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, la constitución de estas
servidumbres, su ejercicio, las indemnizaciones correspondientes y demás
características se regularán conforme a lo dispuesto en los artículos 122 a 125.
Para solicitar su constitución judicial en los lugares a que se refieren el inciso final
del artículo 15 y el artículo 17, será necesario acompañar los permisos prescritos en esas
disposiciones.
No será necesario imponer servidumbres cuando la facultad de catar y cavar se
ejercite en terrenos fiscales o municipales, abiertos e incultos.”.
2) Son predios sirvientes en materia de servidumbres mineras:
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a. Los predios superficiales, tanto aquellos en los cuales se desarollan las labores
y trabajos mineros, como cualesquiera otros necesarios para facilitar dichos trabajos
(artículo 8 de la L.O.C. y artículos 19 y 120 del Código de Minería).
b. Las concesiones mineras constituidas, respecto de servidumbres establecidas
en su favor, que aporvechen a otras concesiones mineras o a establecimientos de
beneficio y, en general, respecto de cualquier gravamen que sirva a otra concesión o
establecimiento (artículo 8 inciso 3 de la L.O.C. y artículo 126 del Código de Minería).
Artículo 126 del Código de Minería:
“La concesión minera en cuyo favor se haya constituido alguna de las
servidumbres del presente título, está sujeta al gravamen de que esa servidumbre sea
utilizada también en provecho de otra concesión o de un establecimiento de beneficio; y,
en general, a cualquier gravamen que sirva a otra concesión o a un establecimiento de
beneficio.
Tales gravámenes no podrán, en caso alguno, impedir o dificultar
considerablemente la exploración o la explotación de la concesión que los soporte.
Lo dispuesto en el párrafo anterior acerca de la constitución, ejercicio,
oponibilidad, subsistencia e indemnizaciones se aplicará a las servidumbres de que trata
el presente párrafo.”.
2.3. Modos de constitución de Servidumbres Mineras.
Las servidumbres establecidas en el Código de Minería, pueden constituirse de
dos formas, a saber:
a) Por acuerdo de los interesados que conste en escritura pública conforme lo
dispuesto en el artículo 123 del Código del Ramo.
“La constitución de las servidumbres, su ejercicio y las indemnizaciones
correspondientes se determinarán por acuerdo de los interesados que conste en
escritura pública, o por resolución judicial. Podrá convenirse o resolverse que la
indemnización se pague de una sola vez o en forma periódica.
Para que las servidumbres sean oponibles a terceros, deberán inscribirse en el
Registro de Hipotecas y Gravámenes del Conservador de Bienes Raíces, o del de Minas,
en su caso.”.
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Si hay acuerdo entre el dueño del predio sirviente y el dueño del predio dominante,
la servidumbre quedará constituida cuando dicho acuerdo conste en escritura pública,
en la que deberán regularse la forma y modalidades en que éstas deberán ejercitarse y
el monto de la indemnización que habrá de pagarse al dueño del predio sirviente, por la
limitación del dominio de su predio que encierra su imposición.
En este caso rigen, pues, los principios de la autonomía de la voluntad y ha se
estarse a lo que los interesados convengan.
b) Por resolución judicial en caso de no existir acuerdo, la cual fijará las
modalidades de su ejercicio y la indemnización por el gravamen que se imponga.
(artículo 123 del Código de Minería).
Para que las servidumbres sean oponibles a terceros, deberá inscribirse la
escritura pública de constitución en el registro de hipotecas y gravámenes del
Conservador de Bienes Raíces o del de Minas, según el predio sirviente fuere un bien
raíz o una concesión minera, respectivamente.
2.4. Transitoriedad de las Servidumbres Mineras.
Las características de condicionalidad y precariedad o transitoriedad de las
servidumbres mineras, nuestro legislador lo reguló en los artículos 124 del Código de
Minería y 8 de la L.O.C.
Asi, el artículo 124 del Código de Minería dispone que “Las servidumbres son
esencialmente transitorias; no podrán aprovecharse en fines distintos de aquellos propios
de la respectiva concesión o del establecimiento y para los cuales hayan sido
constituidas, y cesarán cuando termine ese aprovechamiento. Podrán ampliarse o
restringirse, según lo requieran las actividades propias de la respectiva concesión o del
establecimiento.”.
Por su parte, el artículo 8 de la L.O.C. señala que “Los titulares de concesiones
mineras tienen derecho a que se constituyan las servidumbres convenientes a la
exploración y explotación mineras.
Respecto de esas concesiones, los predios superficiales están sujetos al
gravamen de ser ocupados en toda la extensión necesaria para trabajos mineros, por
canchas y depósitos de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de
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181
extracción y de beneficio de minerales; por subestaciones y líneas eléctricas y de
comunicación, canales, tranques, cañerías, habitaciones, construcciones y obras
complementarias; y a los gravámenes de tránsito y de ser ocupados por caminos,
ferrocarriles, cañerías, túneles, planos inclinados, andariveles, cintas transportadoras y
todo otro medio que sirva para unir las labores de la concesión con los caminos públicos,
establecimientos de beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos de embarque y centros
de consumo.
Dichas concesiones están sujetas en favor de otras, y en cuanto les sean
aplicables, a los gravámenes establecidos con relación a los predios superficiales, que,
sin impedir o dificultar su explotación, aprovechen a otras y, también, al gravamen de ser
atravesadas por socavones y labores mineras destinados a dar o facilitar ventilación,
desagüe y acceso.
La constitución de las servidumbres, su ejercicio e indemnizaciones
correspondientes se determinarán por acuerdo de los interesados o por resolución
judicial en el procedimiento breve especial que la ley contemple o, si en ésta no se
contemplase, en el procedimiento sumario de aplicación general.
Las servidumbres en favor de las concesiones mineras son esencialmente
transitorias; no podrán aprovecharse en fines distintos a aquellos para los cuales han
sido constituidas, y cesarán cuando termine su aprovechamiento. Podrán ampliarse o
restringirse de acuerdo con el desarrollo que adquieran las labores relacionadas con
ellas.
Los titulares de concesiones mineras tendrán los derechos de agua que en su
favor establezca la ley.”.
Ahora bien, en lo que respecta al término de la servidumbre minera, esta puede
ser por:
1) Cuando termina el aprovechamiento de la concesión para la cual fue
constituida;
2) Cuando caduca o se extingue la concesión minera o el establecimiento de
beneficio dominante;
3) Por confusión, o sea, cuando el dueño del predio sirviente pasa a serlo también
de la concesión o establecimiento de beneficio dominante, porque es de la esencia de
DERECHO MINERO, UNAP | Profesor: Francisco Gonçalvez Rojas
182
las servidumbres la existencia de predios de distinto dueño para su constitución y
permanencia, (artículo 885 del Código Civil);
4) Por la renuncia del dueño de la concesión o establecimiento de beneficio
dominante, a la servidumbre; y
5) Por la llegada del plazo para el que fue constituida, como por ejemplo cumplido
el plazo de 6 meses máximo que se otorga a las servidumbres constituidas para ejercer
la facultad de catar y cavar.
Artículo 19 del Código de Minería: “La facultad de catar y cavar comprende no
sólo las de examinar la tierra y la de abrirla para investigar, sino también la de imponer
transitoriamente sobre los predios superficiales las servidumbres que sean necesarias
para la búsqueda de sustancias minerales.
La duración de tales servidumbres no excederá de seis meses, contados desde
la iniciación de su ejercicio.
Sin perjuicio de lo dispuesto en el inciso anterior, la constitución de estas
servidumbres, su ejercicio, las indemnizaciones correspondientes y demás
características se regularán conforme a lo dispuesto en los artículos 122 a 125.
Para solicitar su constitución judicial en los lugares a que se refieren el inciso final
del artículo 15 y el artículo 17, será necesario acompañar los permisos prescritos en esas
disposiciones.
No será necesario imponer servidumbres cuando la facultad de catar y cavar se
ejercite en terrenos fiscales o municipales, abiertos e incultos.”).
2.5. Indemnizaciones por el establecimiento de Servidumbres Mineras.
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 122 del Código de Minería, el cual
dispone que “las servidumbres se constituirán previa determinación del monto de la
indemnización por todo perjuicio que se cause al dueño de los terrenos o al de la
concesión sirviente, en su caso, o a cualquiera otra persona”, puede convenirse o, según
corresponda resolverse, que la indemnización se pague de una sola vez o en forma
periódica (artículo 123 inciso 1 del Código de Minería).
El gravamen que importa la constitución y ejercicio de una servidumbre sobre un
predio o sobre una concesión, debe ser compensado en su integridad y de ahí, entonces,
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183
que tanto la escritura pública o la resolución judicial, según el caso, contendrán la
regulación de esa indemnización y su forma de pago que, para facilitarlo, se puede
convenir o autorizar se haga en forma periódica.
Además y repitiendo un principio de carácter general, la indemnización es
extensiva a los perjuicios que se causen a cualquier otra persona.
2.6. Servidumbres que gravan los predios superficiales.
De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 120 de Código de Minería ya expuesto,
los predios superficiales están sujetos a los siguientes gravámenes que favorecen la ex-
ploración y explotación de la concesión constituida:
1) El de ser ocupados, en toda la extensión necesaria, por canchas y depósitos
de minerales, desmontes, relaves y escorias; por plantas de extracción y de beneficio de
minerales; por sistemas de comunicación, y por canales, tranques, cañerías, habitacio-
nes, construcciones y demás obras complementarias.
Estamos frente a servidumbres de ocupación, que gravan no sólo el predio donde
está la mina, sino también cualquier otro necesario, sea cual sea su ubicación.
2) Los establecidos en beneficio de las empresas concesionarias de servicios
eléctricos, de acuerdo con la legislación respectiva.
Las servidumbres que favorecen a las empresas concesionarias de servicios
eléctricos y que aprovechas a las concesiones mineras están establecidas en el D.F.L.
número 4 de 2006 del Ministerio de Economía Fomento y Reconstrucción, que contempla
servidumbres de ocupación de terrenos necesarios para las obras de que se trata,
construcciones, embalses, caminos, tendido de líneas aéreas o subterráneas, etc.
3) El de tránsito y el de ser ocupados por caminos, ferrocarriles, aeródromos,
cañerías, túneles, planos inclinados, cintas transportadoras, andaniveles y todo otro tipo
de sistema que sirva para unir la concesión con caminos públicos, establecimientos de
beneficio, estaciones de ferrocarril, puertos, aeródromos y centros de consumo.
La amplitud de de estas servidumbres que permiten unir la mina con
establecimientos de beneficio y centros de consumo, etc., donde quiera se encuentren,
es reveladora del interés del legislador de facilitar las explotaciones mineras, sometiendo
los predios superficiales a los correspondientes gravámenes.
DERECHO MINERO, UNAP | Profesor: Francisco Gonçalvez Rojas
184
2.7. Servidumbres que se deben las concesiones mineras entre sí.
El legislador minero en el Párrafo 2 del Título IX, se ocupa de las servidumbres
que se deben entre sí las concesiones mineras. Ellas son, a saber:
1) La de que las servidumbres constituidas en favor de una concesión minera sean
utilizadas también en provecho de otra concesión o de un establecimiento de beneficio
(artículo 126 inciso 1 del Código de Minería “La concesión minera en cuyo favor se haya
constituido alguna de las servidumbres del presente título, está sujeta al gravamen de
que esa servidumbre sea utilizada también en provecho de otra concesión o de un
establecimiento de beneficio; y, en general, a cualquier gravamen que sirva a otra
concesión o a un establecimiento de beneficio.”).
2) En general, cualquier gravamen que sirva a otra concesión o a un
establecimiento de beneficio (artículo 126 inciso 1 del Código de Minería).
3) La de ser atravesada por labores mineras en utilidad de otra concesión,
comúnmente denominada de socavón (artículo 127 del Código de Minería “Las
concesiones mineras están especialmente sujetas a la servidumbre de ser atravesadas
por labores mineras, destinadas a dar o facilitar ventilación, desagüe o acceso a otras
concesiones mineras o a un establecimiento de beneficio. Se entenderá por socavón
cualquiera labor que tenga alguno de los objetos indicados.”).
4) La de ser desaguada pertenencia ajena con utilidad para esta por medio de
socavón (artículo 137 del Código de Minería “El socavonero que desagüe concesión
ajena con utilidad para ésta, tendrá derecho a demandar de su titular el pago, a justa
tasación pericial, del valor del provecho que reciba o el costo que le significaría obtenerlo
por otros medios, a elección del demandado. Si un socavón desagua dos o más
concesiones, o una concesión es desaguada por dos o más socavones, el monto de lo
que deba pagarse se distribuirá entre las varias concesiones o socavones, siempre que
resulte utilidad para ellas, a prorrata del beneficio que reciban o reporten,
respectivamente. El pago sólo podrá exigirse sobre los productos de la concesión
desaguada.”).
5) La de utilización de camino minero ajeno por otras concesiones o
establecimientos de beneficio (artículo 138 del Código de Minería “Todo camino
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185
construido para una concesión minera podrá ser utilizado por otras o por un
establecimiento de beneficio. Los costos de reparación y conservación se repartirán entre
todos, a prorrata del uso que de él hagan. Con este objeto, los interesados nombrarán
una junta que, anualmente, fijará la cuota con que deberá contribuir cada concesión o
establecimiento a las reparaciones y conservación del camino. Cualquiera dificultad que
ocurra a este respecto, será resuelta por el juez, con arreglo al procedimiento del artículo
235.”).
Como se advierte de la enunciación que hemos realizado de estas servidumbres,
excepción hecha de las de socavones y de las genéricas referidas en el número 2
precedente, las demás establecen sobre otras servidumbres, figura que en doctrina se
denomina consorcio de servidumbres. Se trata, entonces, de que una servidumbre es
gravada por otra servidumbre que limita su ejercicio.
Así, por ejemplo, una concesión puede gozar de una servidumbre de ocupación
y, a su vez, el mismo terreno ocupado por ella, puede ser gravado por una servidumbre
de tránsito en provecho de otra pertenencia que necesite atravesarlo. Igual ocurre con la
servidumbre de utilización de camino minero ajeno.
Eso sí que debe tenerse en cuenta que los gravámenes que debe soportar la
concesión sirviente no pueden llegar, en caso alguno, a ser de tal entidad como para que
impidan o dificulten considerablemente la exploración o la explotación de la concesión.
En tal evento, la servidumbre no podrá constituirse (artículo 126 inciso 2 del Código de
Minería “Tales gravámenes no podrán, en caso alguno, impedir o dificultar
considerablemente la exploración o la explotación de la concesión que los soporte.”).
2.8. Servidumbre de socavón.
La podemos definir como “toda labor minera que atraviesa una concesión, desti-
nada a dar o facilitar ventilación, desagüe o acceso a otras concesiones mineras o a un
establecimiento de beneficio” (artículo 127 del Código de Minería).
1) Constitución.
Al igual que las demás servidumbres mineras, la servidumbre de socavón se cons-
tituye por escritura pública, cuando existe acuerdo entre el dueño de la concesión domi-
nante y el de la sirviente, o en caso contrario, por resolución judicial.
DERECHO MINERO, UNAP | Profesor: Francisco Gonçalvez Rojas
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Será Juez competente para conocer del juicio respectivo, el que corresponda a la
ubicación de la concesión sirviente.
El Juicio se tramita por el procedimiento sumarísimo (artículo 235 del Código de
Minería) pero con algunas particularidades, a saber:
1. El Juez debe nombrar, de acuerdo con las reglas generales, un perito para que
lo informe sobre los puntos siguientes: a) Si la obra es posible y útil; b) Si se puede llevar
el socavón por otro lugar sin incurrir en gastos excesivamente mayores, y c) Si no se
inhabilita o dificulta considerablemente la exploración o la explotación de la concesión
por donde se intenta llevar. El perito debe acompañar a su informe un plano que
determine el rumbo y amplitud que, a su juicio, habrá de darse al socavón dentro de la
concesión sirviente.
Artículo 128 del Código de Minería “El titular de una concesión o de un
establecimiento que necesite iniciar un socavón dentro de una concesión ajena o
atravesarla con él, y no llegue a acuerdo con el dueño de esta última, podrá demandar
ante el juez que corresponda a la ubicación de la concesión sirviente, la constitución de
la respectiva servidumbre.
En el juicio correspondiente, el juez nombrará un perito para que le informe acerca
de los puntos siguientes:
1°. Si la obra es posible y útil;
2°. Si se puede llevar el socavón por otro lugar sin incurrir en gastos
excesivamente mayores, y
3°. Si no se inhabilita o dificulta considerablemente la exploración o la explotación
de la concesión por donde se le intenta llevar.
El perito acompañará a su informe un plano que determine el rumbo y amplitud
que, a su juicio, habrá de darse al socavón dentro de la concesión sirviente.”.
2. Cada uno de los interesados podrá designar un perito para que informe al Juez
sobre la materia, quienes tendrán un plazo de 8 días para presentar sus informes, plazo
contado desde que entregue el suyo el perito nombrado por el Juez. Transcurrido este
plazo, el Juez podrá dictar sentencia, aunque aquéllos no hayan presentado los suyos
(artículo 130 del Código de Minería “Los peritos designados por los interesados tendrán,
para presentar sus informes, el plazo de ocho días, contado desde que entregue el suyo
DERECHO MINERO, UNAP | Profesor: Francisco Gonçalvez Rojas
187
el perito nombrado por el juez. Transcurrido este plazo, el juez podrá dictar sentencia,
aunque aquéllos no hayan presentado los suyos.”).
3. Si el Juez acoge la demanda, fijará el rumbo que deberá seguir el socavón y el
máximo de amplitud que podrá dársele dentro de los límites de la concesión sirviente. Si
el fallo se aparta del informe del perito nombrado por el Juez, éste ordenará la confección
de un nuevo plano en que se indique el rumbo y amplitud fijados en la sentencia (artículo
131 del Código de Minería “Si el juez acoge la demanda, fijará el rumbo que deberá
seguir el socavón y el máximo de amplitud que podrá dársele dentro de los límites de la
concesión sirviente. Si el fallo se aparta del informe del perito nombrado por el juez, éste
ordenará la confección de un nuevo plano en que se indiquen el rumbo y amplitud fijados
en la sentencia.”).
2) Obligaciones del socavonero.
Ellas son:
a) No podrá, dentro de la concesión sirviente, variar el rumbo y la amplitud fijados
al socavón, a menos que se obtenga nueva servidumbre siguiendo el mismo
procedimiento (artículo 132 del Código de Minería “El socavonero no podrá, dentro de la
concesión sirviente, variar el rumbo ni la amplitud fijados al socavón, a menos que
obtenga nueva servidumbre, en igual procedimiento.”).
b) No podrá oponerse al derecho de visita de que goza el dueño de la concesión
(artículo 133 del Código de Minería “El dueño de la concesión sirviente tiene el derecho
de visitar el socavón cuando lo estime conveniente, y podrá ocurrir al juez, como en el
caso del artículo 140.”).
c) Deberá indemnizar los perjuicios que haya causado al titular de la concesión
sirviente (artículo 134 del Código de Minería “El socavonero deberá indemnizar los
perjuicios que haya causado al titular de la concesión sirviente. Si éste lo solicita, rendirá
caución antes de empezar la obra.”). Esta indemnización comprende los gastos y todo
perjuicio derivado de la obligación del titular de la concesión sirviente de abstenerse de
tocar las fortificaciones del socavón y de arracar minerales en términos que
comprometan la seguridad del socavón (artículo 135 del Código de Minería “El titular de
la concesión sirviente deberá abstenerse de tocar las fortificaciones del socavón y de
arrancar minerales, dentro de las labores de la concesión, en términos que comprometan
DERECHO MINERO, UNAP | Profesor: Francisco Gonçalvez Rojas
188
la seguridad del socavón, salvo que refuerce convenientemente dichas fortificaciones. El
socavonero lo indemnizará de los gastos y de todo perjuicio que el cumplimiento de esta
obligación le irrogue.”).
d) No podrá explotar sustancias minerales que encuentre en la concesión ajena y
deberá entregar a su titular las que tuviese que extraer dentro de la amplitud del socavón,
deducidos los gastos de extracción, salvo que aquél se niegue a recibirla, caso en el cual
las hará suyas. En el mismo caso, si el socavón atraviesa concesión de exploración
ajena, las sustancias extraídas deberán ser dejadas en terreno (artículo 136 del Código
de Minería “ Si el socavonero encuentra sustancias minerales en concesión ajena, no
podrá explotarlas. Las que tuviere que extraer dentro de la amplitud del socavón en
pertenencia ajena, las entregará a su titular, deducidos los gastos de extracción, salvo
que éste se niegue a recibirlas, caso en el cual las hará suyas. En el mismo caso, si el
socavón atraviesa concesión de exploración ajena, las sustancias extraídas quedarán en
el terreno.”).
3) Obligaciones del dueño de la concesión sirviente.
Ellas son:
a) No puede oponerse a la construcción del socavón en la forma acordada o fijada
en la resolución judicial, en su caso.
b) Deberá abstenerse de tocar las fortificaciones del socavón y de arrancar
minerales dentro de las labores de la concesión, en términos que comprometan la
seguridad del socavón, salvo que refuerce convenientemente dichas fortificaciones
(artículo 135 del Código de Minería “El titular de la concesión sirviente deberá abstenerse
de tocar las fortificaciones del socavón y de arrancar minerales, dentro de las labores de
la concesión, en términos que comprometan la seguridad del socavón, salvo que refuerce
convenientemente dichas fortificaciones. El socavonero lo indemnizará de los gastos y
de todo perjuicio que el cumplimiento de esta obligación le irrogue.”).
c) Estará obligado a pagar los gastos de extracción de las sustancias minerales
que haga suyas y que el socavonero tuviere que extraer dentro de la amplitud del
socavón en la pertenencia ajena (artículo 136 del Código de Minería “Si el socavonero
encuentra sustancias minerales en concesión ajena, no podrá explotarlas. Las que
tuviere que extraer dentro de la amplitud del socavón en pertenencia ajena, las entregará
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a su titular, deducidos los gastos de extracción, salvo que éste se niegue a recibirlas,
caso en el cual las hará suyas. En el mismo caso, si el socavón atraviesa concesión de
exploración ajena, las sustancias extraídas quedarán en el terreno.”).
4) Derechos del socavonero y del dueño de la pertenencia sirviente.
Estos derechos, son correlativos de las respectivas obligaciones.
Con todo, es del caso hacer presente que, adicionalmente, el dueño de la
pertenencia sirviente goza del derecho de solicitar que el socavonero rinda caución antes
de empezar la obra, como así también puede concurrir al Juez para hacer efectivo su
derecho de visitar el socavón y, en este caso, se procederá conforme lo señala el artículo
140 del Código de Minería, el que dispone “El minero que sospeche internación o que
tema inundación o derrumbe, por el mal estado de las labores de la concesión contigua
o próxima o por el desarrollo de los trabajos que en ella se efectúan, tendrá derecho a
visitarla, asesorado por un perito.
En caso de negativa o dificultad opuesta al ejercicio de este derecho, podrá el juez
autorizar esta visita, sin más trámite que la celebración de un comparendo que se llevará
a efecto con la parte que asista. Sólo será apelable la resolución que deniegue la visita.”.
2.9. Servidumbre de desagüe.
El artículo 137 del Código de Minería trata de una materia relacionada con la ser-
vidumbre de socavón, pero que no constituye propiamente una servidumbre, sino, más
bien, la regulación de una situación de hecho, que consiste en la obligación del dueño
de una concesión que es desaguada por socavón de pagar por el beneficio que ello le
reporte.
“El socavonero que desagüe concesión ajena con utilidad para ésta, tendrá
derecho a demandar de su titular el pago, a justa tasación pericial, del valor del provecho
que reciba o el costo que le significaría obtenerlo por otros medios, a elección del
demandado.
Si un socavón desagua dos o más concesiones, o una concesión es desaguada
por dos o más socavones, el monto de lo que deba pagarse se distribuirá entre las varias
concesiones o socavones, siempre que resulte utilidad para ellas, a prorrata del beneficio
que reciban o reporten, respectivamente.
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El pago sólo podrá exigirse sobre los productos de la concesión desaguada.”.
Estamos frente a un caso de aplicación del principio de “enriquecimiento sin
causa”, puesto que es de justicia que quien recibe un provecho que lo enriquece deba
recompensa por él.
En esta forma, el dueño de la concesión favorecida por el desagüe debe, a su
elección pagar al socavonero, a justa tasación pericial, el valor del provecho que reciba
o el costo que le significaría obtenerlo por otros medios.
Frente al silencio del Código de Minería de 1932, hubo dudas acerca de a quien
correspondía la elección entre ambos pagos, pero el artículo 137 lo aclaro al disponer
que quedaba al arbitrio del dueño de la concesión sirviente.
Puede ocurrir que un socavon desagüe dos o más concesiones, caso en el cual
el monto de lo que deba pagarse se distribuirá entre las varias concesiones a prorrata
del beneficio que reciban o, en otras palabras, cada dueño de concesión beneficiada por
el socavón deberá pagar, a su elección, el valor del provecho que reciba o el costo que
le significaría obtenerlo por otros medios (artículo 137 del Código de Minería).
Finalmente, debe tenerse presente que los pagos a que esta obligado el dueño
de la concesión favorecida por el desagüe sólo se pueden exigir sobre los productos de
la concesión desaguada, por lo que si ésta no está en producción o no puede estarlo por
ser de exploración, no podrá exigirse el pago en tanto no existan tales productos.
Por lo anterior, en lo que toca al desagüe de pertenencia, estamos frente a un
cuasicontrato de avío, ya que en el caso en análisis se ha hecho algo en beneficio de su
explotación, sin que medie convención, y el pago sólo puede exigirse en productos de la
pertenencia.
Artículo 206 del Código de Minería: “El avío es un contrato en virtud del cual una
persona se obliga a dar o hacer algo en beneficio de la explotación de una pertenencia
para pagarse sólo con sus productos, o con una cuota de ella.”.
2.10. Servidumbre de uso de camino minero ajeno.
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 138 del Código de Minería, todo camino
construido para una concesión minera podrá ser utilizado por otras o por un
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establecimiento de beneficio. Los costos de reparación y conservación se repartirán entre
todos, a prorrata del uso que de él hagan.
Se trata pues, de que un camino construido para la exploración o explotación de
una concesión, sea en terreno propio, o en terreno ajeno mediante la imposición de la
correspondiente servidumbre, puede ser utilizado por otra concesión o por un
establecimiento de beneficio, mediante la imposición de una servidumbre. Si el camino
se construyó mediante la imposición de una servidumbre, ésta podrá, entonces, ser
gravada, a su vez, por esta nueva servidumbre.
Como se adelantó, los costos de reparación y conservación se repartirán entre
todos los que tengan derecho a usar el camino, a prorrata del uso que de él hagan. En
consecuencia, los gastos de construcción del camino y las indemnizaciones que se
hayan debido pagar por la imposición de la correspondiente servidumbre, los soporta
quien los construyó, sin derecho a restitución alguna.
Con el objeto de determinar la forma de repartirse los gastos de reparación y
conservación, los interesados nombrarán una junta que, anualmente, fijará la cuota con
que deberá contribuir cada concesión o establecimiento a las reparaciones y
conservación del camino.
Finalmente, cualquiera dificultad que ocurra a este respecto, será resuelta por el
Juez, con arreglo al procedimiento sumarísimo del artículo 235 en relación con los
artículos 233 y 138 inciso 3, todos del Código de Minería.
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