Función apelativa o conativa
La función apelativa, también llamada conativa, se centra en el receptor de la comunicación y
se utiliza para incitar o motivar al interlocutor a que realice una acción. Puede ser una orden,
una exhortación, una sugerencia, un pedido, una pregunta, una instrucción, y es frecuente
encontrarla en la publicidad y la propaganda política o ideológica. Por ejemplo:
1. Dejen de gritar.
2. Prohibido estacionar.
3. Batir las claras a punto nieve.
4. ¿Me dirías la hora, por favor?
5. ¡Compre ya!
Función referencial, representativa o informativa
La función referencial, también llamada representativa o informativa, se centra en el referente
y el contexto, es decir, elementos externos a la situación comunicativa. Se utiliza para
transmitir información concreta vinculada con la realidad objetiva, y suele encontrarse
en textos informativos, periodísticos, científicos y educativos o de divulgación, así como
también en la vida cotidiana. Por ejemplo:
1. Hoy es un día soleado.
2. La capital de Argentina es Buenos Aires.
3. El agua hierve a los 100 °C.
4. El lunes es el examen de Matemática.
5. Las escuelas permanecerán cerradas durante el receso invernal.
Función emotiva, expresiva o sintomática
La función emotiva, también denominada expresiva o sintomática, se centra en el emisor de la
comunicación y se utiliza para transmitir realidades psíquicas o emocionales. Prevalece
cuando el hablante expresa sus propios sentimientos, estados de ánimo, deseos, emociones,
sensaciones, lamentos, preferencias, es decir, estados vinculados con su propia subjetividad.
Por ejemplo:
1. ¡Me siento tan bien hoy!
2. Te extraño.
3. Ojalá mañana no llueva.
4. ¡Qué belleza!
5. ¡Ay, qué dolor!
Función poética o estética
La función poética, también denominada estética, se centra en la forma del mensaje y se
utiliza para producir un efecto estético. Se suele utilizar en la
literatura: novelas, cuentos, poemas, textos dramáticos, canciones, rimas, entre otros
géneros. Además, prevalece en los refranes, los juegos de palabras y los trabalenguas. Por
ejemplo:
1. A mal tiempo, buena cara.
2. Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal.
3. Erre con erre guitarra, erre con erre barril, qué rápido ruedan las ruedas del
ferrocarril.
4. En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho
tiempo que vivía un ingenioso hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua,
rocín flaco y galgo corredor. (Miguel de Cervantes, inicio de El ingenioso hidalgo
Don Quijote de la Mancha).
5. No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía. (Gustavo Adolfo Bécquer, fragmento de “Rima IV”).
Función fática o de contacto
La función fática, también llamada de contacto, se centra en el canal, y se usa para iniciar,
mantener o interrumpir una comunicación. También sirve para corroborar si el canal es idóneo
y posibilita el intercambio, es decir, para comprobar que no presenta obstáculos físicos. Por
ejemplo:
1. ¿Hola?
2. ¿Alguien me escucha?
3. Sí, claro.
4. ¿Me copia?
5. Te escucho.
Función metalingüística
La función metalingüística se centra en el código y se utiliza para explicar algún aspecto del
lenguaje mismo. Implica usar el lenguaje como referente o tema de la comunicación, como
cuando preguntamos el significado de una palabra o cómo se escribe. Suele encontrarse
además en diccionarios, gramáticas, ortografías, y también en la traducción literaria y la
adquisición de una segunda lengua. Por ejemplo:
1. El verbo correr pertenece a la segunda conjugación.
2. ¿Qué quiere decir la palabra asolar?
3. Mártir se escribe con tilde.
4. ¿Cómo se escribe el plural de perdiz?
5. Una oración puede estar compuesta por una o más palabras.