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Los Libros Historicos

Los Libros Históricos del Antiguo Testamento narran la historia sagrada de Israel, destacando su relación con Dios y su papel en la redención de la humanidad. A través de personajes como Abrahán y Moisés, se establece una alianza que guía a Israel hacia la Tierra Prometida, enfrentándose a desafíos culturales y espirituales. La historia de Israel, marcada por infidelidades y la intervención divina, prepara el camino para la llegada de Jesucristo y la formación de la Iglesia.

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Los Libros Historicos

Los Libros Históricos del Antiguo Testamento narran la historia sagrada de Israel, destacando su relación con Dios y su papel en la redención de la humanidad. A través de personajes como Abrahán y Moisés, se establece una alianza que guía a Israel hacia la Tierra Prometida, enfrentándose a desafíos culturales y espirituales. La historia de Israel, marcada por infidelidades y la intervención divina, prepara el camino para la llegada de Jesucristo y la formación de la Iglesia.

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LOS LIBROS HISTÓRICOS

Historia Sagrada es toda la historia humana, pues el trabajo, el


amor, las crisis internacionales y las luchas p o r la justicia form an parte del
plan de Dios. P e ro solamente en Israel Dios aclaró el significado de esos
acontecim ientos que a todos los hom bres les toca vivir. S ólo en Israel dio
a com prender que la historia de los hombres tiene el sentido de una libe­
ración (o redención) de la humanidad.
Historia Sagrada es la historia de Israel más que la de cualquier
otro pueblo, porque éste fue el pueblo elegido entre todos y del que se
hizo educador. A ese pueblo le en tregó el m ensaje que debía salvar a la
humanidad; a ese pueblo se dio a con ocer e intervino en form a directa y,
a veces violenta, en su historia por m edio de sus servidores los Profetas/
Historia Sagrada, historia al servicio del hombre. A qu í no valen
los criterios del historiador m oderno, que persigue no apartarse de la exac­
titud material de los hechos: ni olvidar ni exagerar nada. A l contrario, se
escogen y se ponen de relieve los hechos que perm iten com prender m e­
jor la actuación de Dios entre los hombres, dejando de lado lo que no
tiene m ayor importancia para la liberación en marcha.
Historia Sagrada, historia hecha de barro. N i tan siquiera los m e­
jores tienen las manos limpias de sangre (léase la historia de David). El
Pueblo de Dios es un pueblo co m o los demás, horriblem ente m ediocre, y
a injusticia es su ley, a pesar de que tiene la L e y de Dios. ¿Acaso será ésta
la Obra d e Dios? D ebem os contestar que sí, y al final de esos tiem pos de
preparación, el pueblo judío estuvo dispuesto para recibir a Cristo.
L os Libros Históricos del A ntigu o Testam ento nos ayudan a com ­
prender la Historia de la Iglesia. Cristo no quiso que su Iglesia fuera
una secta de «separados» co m o fueron los fariseos. A pen as la Iglesia pudo
salir de la clandestinidad abrió sus puertas a todos y se encontró así reple­
ta de todas las miserias de la humanidad, tal co m o había sucedido en el
pueblo de Israel. La historia de los pueblos «cristianos» n o ha sido inferior
a la Historia Sagrada, a pesar de que hubo en ellos guerras continuas,
explotación, colonización, etc. D e esos pueblos «cristianos», tan indignos
de tal nom bre, han brotado todos los ideales que m ueven ahora a la hu-
manidad; y esto gracias al ferm ento puesto p o r Cristo en la Iglesia.
, El ferm ento ha estado m ezclado con la masa durante veinte siglos se-
Sdn la voluntad de Cristo. S e habría conservado más puro, p ero inútil, si
se hubiera apartado de la humanidad común y corriente c o m o hacen
algunos «perfectos». P e ro a pesar de todas las fallas de la Iglesia, su S eñor
no la ha abandonado.

T *1? es I?ecesario apartarse de ella para conform arse m ejor al «sentido


j ti ^ t o r ia » , pues el Espíritu la renueva constantemente haciendo que
de ella broten nuevas energías y santos y creyentes adaptados al mundo
de hoy.
Intiguo
Testamento
Dieciocho siglos antes de Cristo, algunas tribus nómadas abandonan Caldea
con sus rebaños para establecerse en Egipto. Entre estas tribus y clanes nóma­
das hay un cierto número de familias cuyo je fe es Abrahán. Para Abrahán, per­
sonaje completamente insignificante desde el punto de vista de la historia, esta
emigración obligada va unida a una gran esperanza: Dios lo había llamado y
prometido una recompensa extraordinaria: «Abrahán, todas las naciones de la
tierra serán tuyas».
Cuando Dios se revela a los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob, éstos son aún
nómadas; comparten con los demás nómadas una religión simple, hecha de
apego al «D ios de sus padres» y de veneración de un cierto número de pequeños
ídolos familiares. Pero el encuentro con el Dios V ivo los va a llevar a una nueva
toma de conciencia: Dios ampara a los que elige. Gran cantidad de pruebas pare­
cerán contradecir la Promesa que Dios les ha hecho, pero Dios intervendrá cada
vez en favor de sus fieles. Desde entonces se establece entre Dios y los patriar­
cas una relación privilegiada, caracterizada por la fidelidad de Dios a su palabra
y por la confianza inquebrantable de sus fieles. A través de ellos Israel será inci­
tado a contemplar, a lo largo de su camino, tanto las maravillas de Dios en favor
de aquellos que ha elegido como la fe indefectible de sus padres.
Seis siglos más tarde, algunos descendientes de los patriarcas se reúnen en el
desierto y, bajo el mando de Moisés, se dirigen hacia la Tierra Prometida. La
etapa del Horeb es decisiva: es aquí donde estos clanes nómadas van a vivir tal
experiencia espiritual que los textos bíblicos no cesarán de referirse constante­
mente a ella. Dios se compromete solemnemente con su pueblo y al mismo tiem­
po le da una Ley: es la regla de la alianza con Dios, el código de conducta perso­
nal y comunitario de Israel. A la palabra dirigida a Abrahán responde en adelante
la del Sinaí. Promesa, alianza y salvación serán los tres pilares de la fe de Israel, y
los puntos firmes de los cinco primeros libros del Antiguo Testamento.
Con la entrada en la Tierra Prometida, Israel se ha de enfrentar con los demás
pueblos, mucho más avanzados culturalmente. Desde hace más de dos mil años,
ellos han construido una civilización urbana, desarrollado la agricultura, estable­
cido relaciones comerciales con todo el Próximo Oriente e incluso más allá. Esta
civilización brillante pero pagana será una trampa constante para la fe de Israel.
Entonces Dios envía a su pueblo sus profetas, sus portavoces. David se apodera
de Jerusalén, una pequeña ciudad cananea y hace de ella su capital, introducien­
do en la misma el arca de la alianza, signo visible de la presencia de Dios en
medio de su pueblo. A partir de este día, no solamente la Ciudad Santa entra en
la historia del pueblo de Dios, sino que su vocación rebasa el tiempo y la histo­
ria, ya que ella aparece en las últimas páginas del Apocalipsis como la figura de
la humanidad definitivamente reconciliada con su Dios. Salomón, al construir el
INTRODUCCION 2
Tem plo de Jerusalén, que dos siglos más tarde se convertirá en el único santua­
rio legitimo, da a su pueblo un punto de reunión: la «M orada de Y a v é ».
Condenación de Israel por sus innumerables infidelidades, recuerdo de la
incansable misericordia de Dios con Jerusalén, exigencia de verdad y de sinceri­
dad en el culto del templo, proclamación de la salvación que viene: todo esto
constituye la médula del mensaje de los profetas. A l acercarse los últimos tiem­
pos, la meditación de Israel se hace más intensa. Muchas pruebas han purificado
las ideas falsas, demasiado humanas. A través de la oración de los salmos, en
relatos edificantes o máximas, con los desarrollos sobre el hombre y la sociedad,
algunos sabios deciden guiar a Israel en las últimas etapas de su camino hacia
aquel que viene a cumplir todas las cosas.
Los Escritos de la Sabiduría, que constituyen ía tercera y última parte del
Antiguo Testamento, pueden parecer menos coherentes que la L e y o los Profe­
tas: en efecto son el reflejo de un pueblo convulsionado y con frecuencia dividi­
do: es el tiempo en que Dios se prepara un «pequeño resto» en medio de una
nación presionada y arrastrada por todas las tentaciones del poder y la confusión
entre el reino de este mundo y el Reino de Dios.
Pero después de tantas experiencias acumuladas en el pueblo de Israel, sobre­
viene un período de crisis en el que Dios decide conducirlos a superar los más
grandes desafíos de la fe y de la historia. En este preciso momento es cuando
aparece Jesús.
Así, pues, el Antiguo Testamento consta de 46 libros, y constituye la primera
y más voluminosa de las dos partes de la Biblia. Se trata de la lenta preparación
de Israel para la Alianza definitiva y eterna que Dios iba a establecer con los
hombres en la persona de Jesucristo.
A sí como las obras de una biblioteca pueden ser clasificadas de modo diverso
por uno u otro bibliotecario, así también los 46 libros del A T han sido clasifica­
dos de modo diferente, y esto desde los primeros siglos de la era cristiana. Los
editores modernos de la Biblia han debido, pues, elegir entre las dos clasificacio­
nes más frecuentes adoptadas por los antiguos manuscritos: el orden de la Biblia
hebrea o el orden de la Biblia griega.
A l incluir entre los «profetas» los libros que la Biblia griega denomina «histó­
ricos», la Biblia hebrea pone de relieve la originalidad de estos textos. Para el
Antiguo Testamento, así como para el Nuevo, todo acontecimiento es portador
de una palabra de Dios: no se hace historia por el placer de dar a conocer el
pasado, sino para testimoniar la fidelidad de D ios con su pueblo, para hacer
conocer su voluntad y preparar de este modo a los hombres a acoger la gracia de
su salvación. En este aspecto toda la narración bíblica es «profètica».
Nosotros hemos adoptado globalmente en esta edición el orden de la Biblia
hebrea. Encontraremos, pues, al comenzar, los cinco libros del A T denominados la
L E Y , la Torà para los judíos de lengua hebrea y el Pentateuco para los de lengua
griega. En ellos vemos a Dios actuando en la historia humana para liberar a un pue­
blo que quiere hacer suyo, instruyendo a este pueblo y dando senüdo a su historia
Después vienen los L IB R O S PR O F É TIC O S : Dios interviene en la historia
por medio de los profetas, a los que comunica su Palabra y su Espíritu «para
destruir y construir, para edificar y plantar». Estos profetas inspirados van a
desempeñar un papel decisivo en la educación de la fe de Israel.
Por fin nos encontramos con los L IB R O S S A P IE N C IA L E S , es decir, con
todo un conjunto de obras que bajo las formas más variadas nos ponen en comu­
nicación con la plegaria, la sabiduría y la moral del pueblo de la antigua alianza.
Estas obras nos enseñan el arte de servir a Dios en la vida diaria y a convertirnos
en personas responsables en la fe.
Mientras más avanzamos en la vida, más
nos interesamos por descubrir nuestras raí­
ces: ¿dónde vivían nuestros antepasados?
¿Cómo se conocieron nuestros padres? ¿Qué
inspiró nuestras primeras decisiones? De
igual modo todos los pueblos han tratado de
reconstruir su pasado. Si bien querían salvar­
lo del olvido, mucho más querían encontrar
en el pasado la confirmación de aquello en
que creían; narrar su historia era, pues, una
manera de afirm ar su propia identidad en
medio de tantos pueblos grandes o pequeños
que los rodeaban.
Y esto es precisamente lo que está en el
corazón del G énesis, un libro que se fue
haciendo por partes a lo largo de varios siglos.
Tom ó su forma definitiva en el siglo V antes
de Cristo, cuando el pueblo judío, que había
regresado del E x ilio en Babilonia, fijó de
manera definitiva la expresión de su fe.
Génesis quiere decir Comienzo. N o busca­
remos en los primeros capítulos un docu­
mento sobre los orígenes del universo o
sobre un pecado que habría cometido el pri­
mer hombre. Pero desde las primeras pági­
nas nos vamos a topar, en forma de imáge­
nes, con todo lo que es im portante para
nosotros.
Se podría decir que este libro consta de
tres partes:
Los capítulos 1 al 11 tratan de establecer
un nexo a lo largo de esos enormes períodos
de tiempo que transcurrieron desde la crea­
ción hasta los primeros «padres de la fe » ,
cuyos nombres quedaron en la m em oria,
considerando, por supuesto, en primer lugar
a Abrahán.
La segunda parte evoca la vida de esos
clanes nómadas que creían ya en un Dios
cercano y en el cual se podía confiar, el
«D ios de su padre». Esta historia, o estas his­
torias, se ubican en la tierra de Canaán, en un
tiempo en que el pueblo de Israel no había
nacido tod avía (en los sig los X V I I I - X V
INTRODUCCION 4
antes de Cristo). Nos muestran cómo Dios ya había preparado su obra de salva­
ción mediante las promesas hechas a Abrahán y Jacob. Este es el tema de los
capítulos 12 al 38.
La tercera parte, la historia de José, proyecta una luz sobre las tragedias que
entretejen la existencia humana. Los hombres necesitan un salvador, y la salva­
ción les vendrá justamente por intermedio de aquellos que primero persiguieron
y rechazaron.

¿Quién escribió el Génesis?


N o hubo uno sino varios autores. N o olvidemos que el pueblo de la Biblia se
fue constituyendo poco a poco, por la aglomeración de tribus nómadas que no
sabían leer ni escribir. Traían consigo el recuerdo de sus antepasados y de seña­
les que Dios había realizado en su favor; sus tradiciones se transmitían oralmen­
te.
Cuando esas tribus se establecieron en Palestina, fueron entrando poco a poco
en una nueva cultura, la de la escritura. Alrededor del rey y de sus funcionarios,
los escribas fijaban por escrito las leyes y las creencias de su reino. A s í fue
com o en la época del rey Salomón (siglo X antes de Cristo), un escritor desco­
nocido, al que se acostumbra llamar el Yavista, compuso una primera historia
del pueblo de Dios.
Puso por escrito los recuerdos y leyendas referentes a Abrahán y su familia
que los israelitas se transmitían de padres a hijos. Para hablar de los tiempos
anteriores, utilizó en parte la literatura de los Babilonios y sus poemas referentes
a la primera pareja y el Diluvio, pero también los transformó profundamente,
para que estas historias expresaran una visión del mundo que procedía de su fe.
Este relato antiguo ha sido completado posteriormente con otros que procedí­
an de otras tradiciones, repitiéndose a veces los mismos hechos.
Mucho más tarde, cuando los judíos volvieron del Destierro a Babilonia (siglo
V antes de Cristo), sus sacerdotes añadieron muchos párrafos que ponemos aquí
en letra cursiva. Fueron ellos los que compusieron el poema de la creación en
siete días, con que empieza el Génesis y en cierto sentido, toda la Biblia.
GENESIS 1

La semana de la creación 3 D ijo Dios: «Haya luz«, y hubo luz.


4 Dios oio que la luz era buena, y se­
• *1 En el principio, cuando Dios paró la luz de las tinieblas. 5 Dios lla­
creó los cielos y la tierra, 2 todo m ó a la luz «Día« y a las tinieblas «N o­
era confusión y no había nada en la ch e «. A ta rd e ció y am aneció: fue el
tierra. Las tinieblas cubrían los abis­ día Primero.
mos mientras el espíritu de Dios aletea­ 6 Dijo D ios:«Haya una bóueda en me­
ba sobre la superficie de las aguás. dio de las aguas, para que separe unas

• 1.1 T en em o s que hacer un esfu erzo para universo material en el que aparecerá luego la vi­
Mitrar esta página de una manera sencilla. Desde da con sus miles de realizaciones diversificadas y
luice ciento cincuenta años ha habido demasiadas jerarquizadas.
discusiones sobre el tem a -la creación según la Bi- Primer día, segundo día, séptimo día. Dios
till.i y según la ciencia». N o encontraremos aquí ordena el mundo y nuestra existencia. Vean com o
linios históricos o científicos, pues los que redac­ el sol y la luna no están sólo para alumbrar sino
ue determinan también el tiem po y el calendario,
ción este capítulo querían enseñamos cosas muy
illlcrentes y Dios nizo suya su exp osición , sin 8 lo hay vida humana ni vida de familia sin fiestas,
sin una disciplina y regularidad para levantarse y
■mistarse de que hablaran del cielo com o de una
lióveda azul de la que cuelgan las estrellas. acostarse, para el trabajo y las horas de comida.
l eñemos, pues, aquí una palabra de Dios, pe- Los hebreos dividían al mundo en tres regiones: el
iii no leamos ese texto com o si nos entregara cielo, la tierra y las aguas. Encontramos este or­
«In» comprensión cristiana del universo. C om o to- den: días 1 y 4, 2 y 5, 3 y 6. T od o acontece a su
ilns las religiones del pasado tuvieron sus «cosmo- hora: las criaturas más perfectas vienen después
•i>ndas», es decir, sus relatos sobre el origen del d e las inferiores, y en último lugar el hombre.
iiii nido, así también la Biblia tuvo los suyos y éste Dijo Dios: «.Haya luz.» En la Biblia la luz es co­
••!. el más importante: pero ella tiene mucho más m o la materia del mundo de Dios. Incluso antes
une decir y lo dice allí donde muchos no buscan, de que aparezca el universo material y visible,
.... lecir, en el N uevo Testamento. Habrá que es- Dios es la fuente de un mundo espiritual que está
nei.ir la venida de Cristo para que se revele el más allá del tiem po y del espacio, y que está p o­
misterio de D ios creador: véase Jn 1 y Ef 1. blado de fuerzas misteriosas p e ro som etidas a
I sle relato rítmico, con sus repeticiones y su Dios. Allí es donde se originan las grandes líneas
fniina litúrgica, es c om o un prefacio, una obértu- de la historia.
... del primer núcleo de la Biblia realizado en el Dios vio que esto era bueno. Nada de todo lo
i|.||<. V antes de Jesús, cuando los judíos retom a­ que se ha creado es malo, pero no por eso niega el
ren del Exilio de Babilonia. autor la existencia de fuerzas malas en el mundo,
I Vio. ¿qué quería decir? ¿Que Dios lo ha he­ com o serían el mar y la noche, a las que los israeli­
dí.. lodo? ¡Por supuesto! Dios único, distinto de tas temían. Esas fuerzas sin embargo son conteni­
■in universo que creaba, y que existía antes que das: se le asignan límites al mar y la noche cede el
Agía Pero quería decirnos antes que nada que paso a la luz. Habrá sin embargo que preguntarse:
liliiN está infinitamente más allá de esa creación ¿quién introdujo el mal en el mundo? Ver Gen 3;
.|iu- nos maravilla o que nos aplasta, más alia de Sab 1,14; 11,20; Sir 13,1; Stgo 1,17. ,
iiiin naturaleza tan rica y tan dominante que facil- La obra de Dios se acaba con la creación del
..... . nos d ejam o s llevar p o r sus im pulsos. hombre. El texto nos deja tres afirmaciones decisi­
I I espíritu de Dios aleteaba sobre las aguas. vas que son com o la base de la visión cristiana del
||ny que saber que en hebreo la palabra «soplo» o hombre. Estas certezas han permitido que apare­
«vicnlo» terminó por significar «espíritu» (véase Jn ciera la civilización moderna y se han impuesto
i M) Aquí está, pues, el Espíritu de Dios, o su so- mucho más allá del mundo cristiano.
iifii y lo nombran inmediatamente antes que la L o creó a su imagen. Esto es muy importante:
I'iiliilii.i: Palabra y Espíritu serán com o las dos ma- siendo im agen del Dios-Verdad, el hombre no es­
......In Dios, el Creador. Esto mismo afirma nues- tá encerrado sin esperanza en el mundo de sus
j n i « ( 'reo en Dios»: el Espíritu habló por los profe- fantasmas y de sus ilusiones, en la prisión de sus
i,i. I >l<is actúa p or medio de su Palabra, portadora categorías y de sus estructuras, sino que tue crea­
i|.‘ aun voluntades. Desde este primer mom ento la d o para la Verdad. Dios puede decirle lo esencial
Pul.iln.i, apodada en otra parte «la Sabiduría», or- en un lenguaje humano y a través de experien­
im |ni ¿1 universo, pero no com o una tierra extra- cias humanas: n o estamos condenados a dudar
ñ.i un mundo que D ios miraría desde arriba, sino siem p re. S o m o s h e ch o s según la im agen de
.....nuil lugar que vendría un día a visitar. Dios, y, por supuesto, para darle una respuesta.
11/¡t> Dios. C on estas palabras se pon e com o Hombre y mujer los creó. Aquí viene la digni­
..luí liontera entre Dios y su criatura. El mundo dad de la pareja. Al que Dios crea no es el hombre
......... Dios, no es un aspecto de Dios; tampoco solo ni la mujer sola, sino la pareja. Y , por más que
«.lili. I lu I )ios com o del seno de un Infinito que de- esto nos sorprenda en una cultura machista, no
Iiiik » im par a sus riquezas sin conocerlas ni domi- hay desigualdad entre el hombre y la mujer. Con la
iMiln» El mundo está en Dios de alguna manera, Biblia escapamos de las imágenes simplistas de las
hmiii I )|os es exterior al mundo y no depende de
teorías materialistas: la división de lqs sexos no se­
|| Ni i habrá que olvidarlo cuando posteriormente ría más que el producto del azar en la mutación de
. mi', hable de comunión con Dios: ésta sólo se los crom osom as, y luego el am or resultaría de
i.tllMiá si Dios nos llama personalmente. aquella división de los sexos. En cambio apunamos
I Mi m crea, eso quiere decir en primer lugar que que el amor estuvo primero en el plan de Dios, y la
I Mi m pune un orden. Primer día, segundo día, larga evolución de la sexualidad fue su preparación.
n 11 (I lu... N o todo está en el mismo plano, un Tengan autoridad... Esto no significa que deba
GENESIS 1

aguas de las otras. " 7Hizo Dios entonces talizas, plantas que den semilla, y ár­
com o una bóveda y separó unas aguas boles frutales qu e p o r toda la tierra
de las otras: las que estaban por encima den fruto con su semilla dentro, cada
del firmamento, de las que estaban por uno según su especie.» Y así fue. 12 La
debajo de él. Y así sucedió. 8 Dios llamó tierra produjo hortalizas, plantas que
a esta bóveda «Cielo». Y atardeció y dan semillas y árboles frutales que
amaneció: fue el día Segundo. dan fruto con su semilla dentro, cada
9 D ijo Dios: «Júntense las aguas deuno según su especie. Dios vio que
debajo de los cielos en un solo depó­ esto era bueno. 13 Y atardeció y ama­
sito, u aparezca el suelo seco.» Y así neció: fue el día Tercero. I
fue. Dios llam ó al suelo seco «Tie­ 14 Dijo Dios: •Haya lámparas en e
rra» y al depósito de las aguas «M a­ cielo que separen el día de la noche'
res». Y vio Dios que esto era bueno. que sirvan para señalar las fiestas, /o;
" D ijo Dios: «Produzca la tierra hor­ días y los años, 15 y que brillen en &

actuar en forma tiránica, poniendo en peligro has­ también decim os que tiene valor profètico en es
ta la existencia humana en un planeta transforma­ te sentido de que si la leemos después de haber
do en un basurero. Pero Dios le entrega el univer­ recibido el Evangelio, sus viejas palabras dejarán
so entero. El hombre hará uso de todo, y d e la traslucir verdades nuevas. Solam ente damos algu­
vida misma, para crecer, madurar y llevar a cabo nos ejemplos.
la aventura humana hasta su vuelta a Dios mismo. El Génesis dice: A l principio, al hablar de la
Multipliqúense y llenen la tierra. Dios les da creación que apareció fuera de Dios en el tiem­
su bendición. Sería un error apoyarse en ese tex­ po; pero Juan nos mostrará otras riquezas de ese
to para justificar una procreación irresponsable: principio (Jn 1,1) que para Dios no pasa. Pue
ver Sab 4,11 donde se elogia a las familias cuyos D ios no está som etido al tiem po, sino que vive
hijos son útiles y buenos delante de Dios. Eso no en esa plenitud permanente que llamamos eterni
obstante, la Biblia dirá que un pueblo que no tie­ dad. Allí no hay ni antes ni después, ni duraciói
ne más niños ha perdido el camino de las bendi­ ni cansancio. A l principio Dios se proyecta en su
ciones divinas. H ijo que es a la vez su im agen y su Palabra (Co
Yo les entrego toda clase de hierbas y árboles 1,15; H eb 1,3). Pero en este principio tambiéi
frutales. C on estas palabras el autor expresa el Dios crea fuera de El al mundo, para distribuir
ideal de un mundo no violento en que ni siquiera éste las riquezas que contempla en su Hijo. Y es
se matan los animales. Sin embargo, posterior­ entonces cuando com ienza el universo y los espi
mente se hará una concesión (Gén 9,3) porque ritus, el espacio y el tiempo.
Dios toma en cuenta la condición real del hombre. Este universo que desafía nuestra imaginaciór
Dios descansó el séptimo día (2,2). La obser­ por sus dimensiones y su duración es pues una ex­
vancia de este séptimo día llamado en hebreo «el presión del misterio profundo de Dios; toda la his­
sabado», es decir, «el descanso», es uno de los pi­ toria humana que va a transcurrir en él será una
are s de la práctica israelita y cristiana. Este día es historia sagrada en que Dios realizará un deseo
hecho santo, es decir diferente d e los otros, y eterno: su voluntad d e amarnos, de llevar a los
ayuda a los creyentes a ser personas diferentes; hombres a su madurez y de reunirlos en Cristo
ya no están sometidos al trabajo, sino que tienen El E vangelio nos hablará de un nuevo nací
tiem po para encontrarse con Dios, con los otros m iento «del agua y del Espíritu», pero ya aquí,
y con ellos mismos (ver Ex 20,8 y las promesas desde el com ienzo de nuestra Biblia, aparecen lai
expresadas en Is 56 ,4 ; 58,13). dos fuerzas divinas que están activas en nuestro
mundo, el soplo y la palabra. Estas dos palabras
LA CREACION Y EL HOMBRE M ODERNO muy humanas adquirirán su pleno sentido con la
venida de Jesús: La Palabra es él mismo, el Hijo
La Biblia establece la grandeza del hombre que (Jn 1,1), y el soplo es el Espíritu eterno común al
procede de Dios y que no es producto del azar. Padre y al Hijo.
Los pueblos primitivos se creían dependientes de
A su imagen y semejanza. H em os sido llama­
los caprichos de sus dioses; hasta los mism os dos a compartir el misterio de Dios al final de un
griegos, tan celosos de su libertad, aceptaban el
camino en el que nos vamos haciendo semejan­
so de un destino del cual nadie podía escapar.
f peso de esa fatalidad ha m antenido a la in­
mensa mayoría de los pueblos en el tem or, ha
tes a él: ese camino, nos dice el Nuevo Testamen­
to, es el del amor: 1 C o r 13,13; 1 Jn 3,1-6; 7,8.
Que domine. A pesar de su fragilidad, la creatu­
paralizado sus esfuerzos para superarse y ha apa­
gado la alegría verdadera. ra humana ha sido escogida por D ios para ser el
enlace entre El y el universo. Desde el primer
La Biblia, en cambio, forma personas que no
m om ento d e la creación. Dios dispuso que su Hi­
temen el poder oculto de los astros (no son más
jo se haría hombre (Ef 1,1-14). A él se refieren
que lámparas al servicio de Dios), personas que las palabras del Salmo 8: ¿Qué es el hombre, pa­
no tem en alguna maldición del destino cuando
ra que te acuerdes de él? L o coronaste de gloriai
buscan los secretos del universo. N o por casuali­
y todo le pusiste bajo sus pies (ver 1 C or 15,24),
dad la gran trayectoria de la civilización ha salido
de un occidente cristianizado.
Y Dios descanso el día séptimo. Este reposo
no significa que ahora Dios mira desde lejos su
creación (Jn 5 ,1 7 ). Significa más bien que la
U N MENSAJE PROFETICO creación entera, y lo m ism o el trabajo de los
hombres, desembocarán en ese día sin fin en que
Esta primera página de la Biblia pon e las bases descansaremos en Dios, com partiendo su pleni­
para una visión cristiana de la existencia. P ero tud (H eb 4,1-10).
7 GENESIS 2

firmamento para iluminar la tierra." Y A imagen de Dios lo creó.


así sucedió. 16 Hizo, pues, Dios dos M acho y hembra los creó.
grandes lámparas: la más grande pa­
28 Dios los bendijo, diciéndoles: «Se­
ra presidir el día y la más chica para
an fecundos y multipliqúense. Llenen
presidir la noche, e hizo también las
¡a tierra y sométanla. Tengan autori­
estrellas. 17 Dios las colocó en lo alto
dad sobre los peces del mar, sobre las
de los cielos para ilum inar la tierra,
aves del cielo y sobre todo ser vivien­
para presidir el día y la noche u se­
te que se m ueve sobre la tierra.»
parar la luz de las tinieblas; y vio Dios
29 D ijo Dios: «Hoy les entrego para
que esto era bueno. 19 Y atardeció y
que se alimenten toda clase de plantas
amaneció: fue el día Cuarto.
con semillas que hay sobre la tierra, y
90 Dijo D io s :«Llénense las aguas de toda clase de árboles frutales. 30 A los
seres vivientes y revoloteen aves sobre animales salvajes, a las aves del cielo
la tierra y bajo el firmamento. " 21 Dios y a todos los seres vivientes qu e se
creó entonces los grandes monstruos mueven sobre la tierra, les doy pasto
marinos y todos ios seres qu e viven verde p ara qu e c o m a n .» Y así fue.
en el agua según su especie, y todas 31 Dios vio que todo cuanto había
las aves, según su especie. Y vio Dios hecho era m uy bueno. Y atardeció y
iiue todo ello era b u en o.22 Los bendijo amaneció: fue el día Sexto.
Dios, d icien d o: «Crezcan, m u ltip li­
qúense y llenen las aguas del mar, y 1 A s í estuvieron terminados el
multipliqúense asimismo las aves so­ cielo, la tierra y todo lo que hay
bre la tierra." 23 Y atardeció y amane­ en ellos. 2 El Séptim o día Dios tuvo
ció: fue el día Quinto. terminado su trabajo, y descansó en
24 Dijo D io s :«Produzca la tierra ani­ese día de todo lo que había hecho.
males vivientes de diferentes espe- 3 Bendijo Dios el Séptim o día y lo hi­
cíes, animales del campo, reptiles y zo santo, porque ese día descansó de
.mimales salvajes." Y así fue. 25 Dios sus trabajos después de toda esta
hizo las distintas clases de animales
creación que había hecho.
salvajes según su especie, los anima­ 4 Este es el origen del cielo y de la
les del cam po según su especie, y to­ tierra cuando fueron creados.
dos los reptiles de la tierra según su
especie. Y vio Dios que todo esto era
«El Adán» en el jardín de Edén
bueno.
26 Dijo Dios: «Hagamos al hombre a • El día en que Yavé Dios hizo la
nuestra im agen y semejanza. Q ue tierra y los cielos, 5 no había sobre la
tenga autoridad sobre los peces del tierra arbusto alguno, ni había brota­
mar y sobre las aves del cielo, sobre do aún ninguna planta silvestre, pues
los animales del campo, las fieras sal­ Yavé Dios no había hecho llover to ­
vajes y los reptiles que se arrastran davía sobre la tierra, y tam poco ha­
por el suelo." bía hombre que cultivara el suelo 6 e
' Y creó Dios al hombre a su ima­ hiciera subir el agua para regar toda
gen. la superficie del suelo.

• 2.4 Después de la «institución del universo», cuyo pecado habría traído todas las desgracias de
i|iu> ocupa el primer capítulo del Génesis, la Biblia la futura humanidad. Algunos de los Santos Padres
iin-t ofrece aquí un relato mucho más antiguo: el de los primeros siglos, com o san Ireneo, acertaban
I lumbre y la mujer en el paraíso terrestre. Para mejor al hablar de una pedagogía d e Dios cuya
mi notros es com o el ensueño de una felicidad per- meta era hacer crecer a Adán, es decir, a la raza
■fli la, pero no es así com o lo entendía el autor. En humana, llevándola a la edad adulta (Ef 4 , lo ).
|iittllos tiempos no se preguntaban: ¿a dónde va- Y avé, el Dios Santo, es representado aquí co­
iiiom ’ ; pensaban que en el pasado, al comienzo, m o el propietario de un jardín maravilloso (Edén
i >t<m o los dioses habían instituido todas las cosas significa: Delicias) en el que le gusta pasearse
tumo debían ser, y entonces todo andaba bien. (3 .8 ). N o es necesario im aginar un escen ario
A-.I que esta historia de la primera pareja era co- muy grande: aquí solamente están los dos árbo­
iii.> el espejo en el que se debía apreciar el hom- les, el hombre y su compañera. Los animales no
U® Iiresente, sus decisiones y su porvenir. hacen más que pasar para someterse al Hom bre
No soñemos, pues, con un Adán superhombre (es lo que significa su nombram iento en 2,20).
GENESIS 2 8 9 GENESIS 3

7 Entonces Yavé Dios formó al hom­al hombre que había formado. 9 Yavé 10 Del Edén salía un río que regabade todo ser viviente había de ser el
bre con polvo de la tierra; luego sopló Dios hizo brotar del suelo toda clase de el jardín y se dividía en cuatro bra­ que el hombre le había dado.
en sus narices un aliento de vida, y árboles, agradables a la vista y buenos zos. " El primero se llama Pisón, y 20 El hombre puso nombre a todos
existió el hombre con aliento y vida. para comer. El árbol de la Vida estaba corre rodeando toda la tierra de Evila los animales, a las aves del cielo y a
8Yavé Dios plantó unjardin en un lugar en el jardín, como también el árbol de donde hay oro, 12 oro muy fino. Allí las fieras salvajes. Pero no se encon­
del Oriente llamado Edén, y colocó allí la Ciencia del bien y del mal. se encuentran también aromas y pie­ tró a ninguno que fuera a su altura y
dras preciosas. 13 El segundo río se lo ayudara. 21 Entonces Y a v é hizo
llamaba Guijón y rodea la tierra de caer en un profundo sueno al hombre
Pero, por muy pequeño que sea el Edén de la Será llamada mujer... En hebreo las p a la b r a « Cus. 14 El tercer río se llama Tigris, y y éste se durmió. Le sacó una de sus
pareja humana, lo que ahí sucede determina al fi­ hombre y mujer comienzan con la misma sílaba:«] fluye al oriente de Asiria. Y el cuarto costillas y rellenó el hueco con carne.
nal la suerte de la tierra entera. Es así com o, al símbolo de profundo parentesco. Véase al r e s p e « 22 De la costilla que Yavé había saca­
com ienzo, la pequeña fuente del Edén se consi­
río es el Eufrates.
to Mal 2,15; Le 8,1; 1 C or 7,4; 7,10; Ef 5 , 3 l B
dera que alimenta los grandes ríos del mundo, en Por eso el hombre deja a su padre y a su m a fi 15 Yavé Dios tomó al hombre y lodo al hombre, formó una mujer y la
especial el Eufrates y el Guijón que distan uno dre. La costumbre judía quería que la mujer d e j a r « puso en el jardín del Edén para que llev ó ante el hom bre. Entonces el
del otro miles de kilómetros. su familia para entrar en el clan de su marido. Pe* I
¿Debemos hablar de Adán o del Hombre ? Pues ro se acordaban de que en los tiempos a n tig u o «
lo cultivara y lo cuidara. 18 Y Y avé hombre exclamó; 23 «Esta sí es hueso
en hebreo Adán significa un ser humano cualquie­ era lo contrario: el hombre entraba en el clan deij Dios le dio al hom bre un m an d a ­ de mis huesos y carne de mi carne.
ra. Cuando el término se utiliza com o nombre p ro­ la mujer. En realidad tanto la una c om o el otrefl miento; le dijo; «Puedes com er todo Esta será llamada varona porque del
pio, sin. el artículo (por ejemplo, en 5,1 y 5,3), p o­ deben asumir el riesgo de separarse del medio fa « l
nemos Adán. Aquí en cambio la Biblia escribe «el» m iliar p ara fundar una nueva unidad s o c ia l.ll lo que quieras de los árboles del jar­ varón ha sido tomada.»
Adán, o sea el Hombre. Recordemos al respecto Y pasan a ser una sola carne: en hebreo estoll dín, 17 pero no comerás del árbol de 24 Por eso el hombre deja a su pa­
la palabra del gran biblista Orígenes que, viviendo quiere decir que forman un solo ser. Esta unidadll
en el siglo III, ya escribía; "Solamente entenderán de la p areja es parte de su misión: no será un I
la Ciencia del bien y del mal. El día dre y a su madre para unirse a su
el sentido profundo de dicha historia quienes se­ acuerdo provisorio para gozar el uno del otro, si- I que comas de él, ten la seguridad de mujer, y pasan a ser una sola carne.
pan que, en idiom a hebreo, Adán significa el no la unidad de una familia en la que se realiza la I 25 Los dos estaban desnudos, hombre
nombre. En estos párrafos aue se presentan com o obra de Dios. La familia, pues, será fecunda,
que morirás.»
la historia de un tal Adán, Moisés expone su ense­ ambos devolverán a la gran familia humana los 18 D ijo Y a v é Dios: «N o es buenoy mujer, pero no sentían vergüenza.
ñanza sobre la naturaleza humana.» tesoros d e humanidad que d e ella recibieron. que el hom bre esté solo. Le daré,
Y avé, c om o buen artesano, trabaja la arcilla ¿Quién no sabe que Jesús volvió a tomar estas
con sus propias m anos, teniendo en m ente a palabras en el Evangelio (Mt 19,15)? Las palabras
núes, un ser semejante a él para que La tentación y la caída
aquel que todavía no puede conocerle y prepa­ de Jesús sobre el matrimonio serán de las que me­ lo ayude.» 19 Entonces Yavé Dios for­
rándolo para que reciba el aliento y la vida d e su nos se comprendan. La voluntad de Dios estab mó de la tierra a todos los animales • 1 La serpiente era el más astu­
propio «aliento». Véase: Enseñanza bíblica, 8 3 sin embargo clara en esta página antigua: ¡os años
sobre el soplo de vida o alma. del cam po y a todas las aves del cie­ to de tod os los anim ales del
de vida en común, los esfuerzos para escucharse
Arm onía del hombre con el universo creado. El comprenderse y tomar en conjunto decisiones, la lo, y los llevó ante el hombre para cam po que Y avé Dios había hecho.
está allí com o en un oasis en m edio del desierto, capacidad de perdonarse y de perseverar en la to­ Dijo a la mujer: «¿Es cierto que Dios
y siendo la pareja unida, la naturaleza entera es tal fidelidad, los riesgos tomados en conjunto pata
que les pusiera nombre. Y el nombre
ordenada. traer al mundo y educar a toda una familia, ésos
El H om bre es puesto en el jardín para culti­ son los medios que poco a p oco van transforman
varlo: la humanidad se va haciendo a sí misma do al hombre y a la mujer, permitiéndoles adquirí! tli* decir que todas las especies actuales o desapa- Si Adán figura toda la raza humana, una en su
trabajando el mundo. Y tendrá que trabajar du­ madurez y sentido de su responsabilidad. Y eso es n ( idas forman parte de una misma familia y pro­ o rig en y tam bién en su destino, el verd ad ero
rante muchos siglos para madurar y para saber lo precisamente lo que Dios quiere encontrar en ellos vienen las unas de las otras? H oy en día, todos Adan es Cristo. Este es en el que se fijó Dios al
que es y lo que puede. al término de su vida cuando él sea todo en todos. li )h que han estudiado esos hechos dan una res­ crear. «En Cristo» Dios bendijo esta raza en la
Dios se ha ausentado, pero el hombre vive por Estaban desnudos, pero no por eso se aven puesta afirmativa. que cada uno de nosotros aparecía con su rostro
gracia de Dios (el árbol de vida era tenido por un qonzaban. En la cultura hebraica la desnudez es 2. ¿Cuáles son las causas de esa evolución? propio, pero inseparable del conjunto (Ef 1,1).
privilegio de los dioses). El soplo de Dios lo m an­ fo que nos deja indefensos. Entendemos que el I l.ty que confesar que no se sabe por qué. Se co­ Sin duda, nuestro prim er antepasado según la
tiene despierto para que no se duerma y no vuel­ hombre y b mujer se aceptan tales com o son sin nocen las causas de algunas pequeñas evoluciones, carne m erece un recuerdo cariñoso, pero otro es
va allí de donde viene. D e abandonarlo el Espíri­ abusar de sus mutuas debilidades. ñero hasta ahora no se ve ninguna cosa que pu­ el que nos comunica el Espíritu y nos pone de
tu, en pocos minutos o en pocas generaciones diera explicar lo esencial de la evolución. Y de allí pie ante Dios (ver 1 C or 15,45-49).
retomaría al polvo. ¿El hombre sin Dios? Es fácil ■ic desprende la respuesta a la tercera pregunta: Tam bién la pareja humana es auténtica ima­
roclamar la muerte de Dios, pero de hecho el LA BIBLIA Y LA EVO LU C IO N 3. ¿Las teorías de la evolución se oponen a la gen de Dios que es comunión en su mismo ser
E om bre es el que muere junto con sus obras.
¿Qué significa el árbol de la ciencia del bien y
Y a sabemos que este relato no pretende decil le ' Esas teorías ya no pertenecen a la ciencia si­
no a la filosofía o a la imaginación, aun cuando
eterno. Unidad y comunión, ésta era la «ley del
com ienzo» ÍMt 19,8). Al crear Dios la pareja, nos
cóm o em pezó la raza humana. Si preguntamos
del mal? El bien y el mal designan lo que es bue­ ¿Cuál ha sido la prehistoria de la raza humana? Imyan sido formuladas por hombres de ciencias da a entender algo del misterio de Cristo y de su
no y útil, y lo que no lo es. Este árbol, pues, es la ¿Cóm o se relaciona con las otras formas de vida muy eminentes, com o lo fue Darwin. Un creyen­ llegada a los hombres com o «el esposo» de la hu­
sabiduría, o mejor, el arte de vivir y de ser feliz. animal?, ésas son preguntas que la gente de aquel te 11 un materialista tendrán toda la libertad para manidad (Me 2,19). Del lado de Adán dormido
Dios abre al hombre un camino de sabiduría, p e­ tiempo no se planteaba y para las cuales la Palabra •i mtener puntos de vista opuestos. nace Eva; del lado de Cristo muerto en cruz salió
ro este hombre es libre: ¿aceptará acaso no ser él de Dios no tiene respuesta. Dios deja que lo investi­ I Jna última observación. L o grande para noso­ sangre y agua (Jn 19,34), lo aue significaba el
quien sepa y decida com o señor lo que será bue­ guemos nosotros, y es lo que hacen los científicos, tros es que cada uno reciba de Dios el espíritu nacim iento de la Iglesia purificada por el agua del
no para él? Algunos se escandalizan de que el hombre ha­ quu lo hace persona a im agen de Dios. Y no im- bautismo y la sangre de Cristo (Ef 5 ,2 6 y 31).
N o es bueno que el hombre esté solo (2,18). ya sido formado del barro: ¿pero si todos los dio­ Iioila tanto que nuestro cuerpo lo debamos a pa-
Dios, que no conoce la soledad, establece la divi­ ses en la literatura de entonces creaban del barro ürag humanos mientras que los prim eros hom- 3 .1 La segunda parte del relato del Edén nos
sión de los sexos, no porque sea necesaria para a los seres vivientes? El autor sagrado siguió al Ijrtis heredaron el suyo de antepasados animales. muestra la otra cara d e la condición humana.
transmitir la vida, sino para prom over el am or, la folklore de su tiempo, y retom ó las antiguas le I >li is es el que ha impulsado y orientado toda la Después del capítulo 2, en que presentó el plan
entrega mutua y el g o zo compartido. yendas, dándoles un nuevo sentido. »volución de los seres vivos para que al fin apare- de Dios, el hombre ideal, el capítulo 3 muestra la
No se encontró a ninauno que fuera a su al­ Otras personas se dejan impresionar por el uso i tura el Hom bre, el cual, en realidad, es prim ero realidad, la condición presente de la humanidad.
tura y le ayudara (2,20). La procesión de los que las teorías materialistas han hecho d e la evo­ #li el plan de Dios. La serpiente era la más astuta... La serpien­
anim ales nos prep ara para descubrir el valor lución, así que debem os decir dos palabras al res­ te, es una criatura a la vez maléfica y dotada de
irremplazable de la mujer: una compañera, y no pecto. Cuando se cree ver una oposición entre la poderes divinos en la literatura del M edio Orien­
I IN MENSAJE PROFETICO te. El mal no viene de Dios, ni de otro Dios rival
una sirvienta. fe y la visión del mundo en evolución, esto habi­
Adán se durmió (2,21): para que Dios realiza­ tualmente se debe a que se confunden tres cues­ l orno ya dijimos para el prim er capítulo, los li- al primero, sino de un personaje muy importante
ra en él una trasmutación: pasará a ser uno en tiones muy distintas: limn del N uevo Testamento descubren en estos del mundo superior, com o es Satán en el libro de
dos personas, y para cada uno de ellos esto será 1. ¿ Ha habido una evolución de todo el uni |»xtos antiguos una prefiguración de todo aquello Job (Sab 2,24, Jn 8,44).
com o nacer de nuevo. verso y en particular de los seres vivos? ¿Se pue- •|iu-1 lasará a ser claro «en Cristo». L a tentación se disimula en la conquista de la
GENESIS 3
10
les ha dicho: No coman de ninguno 8 Oyeron después la voz de Yavé
de ios árboles del jardín?» 2 La mujer Dios que se paseaba por el jardín, a
respondió a la serpiente: «Podem os la hora de la brisa de la tarde. El
comer de ios frutos de los árboles del hom bre y su mujer se escondieron
jardín, 3 pero no de ese árbol que está entre los árboles del jardín para que!
en medio del jardín, pues Dios nos ha Yave Dios no los viera. II
dicho: No coman de él ni lo prueban 9 Yavé Dios llamó al hombre y le
siquiera, porque si lo hacen morirán.» dijo: «¿Dónde estás?» 10 Este contes­
La serpiente dijo a la mujer: «No to; «He oído tu voz en el jardín, y tuve
es cierto que morirán. 5 Es que Dios m ied o porqu e es to y desnudo; po
sabe muy bien que el día en que c o ­ eso me escondí.»
man de él, se les abrirán a ustedes Yavé Dios replicó: " «¿Quién te ha
ios ojos; entonces ustedes serán co­ h ech o v e r q u e esta b a s desnudo?
m o dioses y co n ocerán lo que es ¿Has comido acaso del árbol que
bueno y lo que no lo es.» 12 F.l h
prohibí?» ¡'iLEI respondió: „1
n m h rp rAcr>r\n,H¡Á-
hombre «La
6 A la m ujer le gustó ese árbol mujer que pusiste a mi lado me dio'
que atraía la vista y que era tan e x ­ del árbol y com í.» 13 Y avé dijo a la
c e le n te para a lca n za r el c o n o c i­ mujer: «¿Qué has hecho?» La mujer
m iento. T o m ó de su fruto y se lo respondió: «La serpiente m e enqañó
com ió y le dio también a su marido y he comido.»
que andaba con ella, quien también
lo com ió. La sentencia de Dios
7 Entonces se les abrieron los ojos
• Entonces Y avé Dios dijo a la
y am bos se dieron cuenta de que serpien te: «Por haber hecho esto,
estaban desnudos. Cosieron, pues, maldita seas entre todas las bestias
unas hojas de higuera, y se hicieron y entre todos los animales del cam ­
unos taparrabos.
po. T e arrastrarás sobre tu vientre y

sabiduría. Recordem os que los hebreos emplea-


ban el verbo comer para designar el aprendizaje
10EÍ3 alM t 2 5 2 ef t0 d e DͰ S Cel° SO: M ‘ 6,7; Job
de memoria, a fuerza de repetición, de las pala-
bras de los sabios: se comen los frutos de la sa-
Dan"lT.áéfLcTs í í - 2 'Tes 2 f 4-’) 4’ Ez 28'2
5 ™ £ r° 9 -5 ; Sir 24,26). El áíbol del conoci­
miento es tanto e arte de vivir y de tener éxito
(vease 1 R e 3,11) c om o la libertad del hombre
1 f e W l ¿ 5 Í Í ; i | . 13iSir' i5-n ’ Rom 7-<*
t\ a k bl?n ° ™al> la vida y la m uerte” (Dt A D Á N Y E L HIJO PRÓDIGO
3U, 15). A h ora bien, Dios puso a i hombre en una
situación conflictiva cuando colo có la sabiduría a Ese pecado de Adán deberá ser reinterpretadc
su alcance, pero diciéndole: N o lo toques Pri- a la luz del Evangelio, y allí nos remitiremos a k
m e r o d eberá ren unciar a ad u eñarse d e ella. parabola del Hijo pródigo (Le 15,11). Esa pará
t i relato distingue tres momentos: la tentación ooia nace mucho más que enseñarnos la miseri­
el pecado y el juicio. cordia infinita de D ios para con el “ p ecador” -]
L a tentación: La serpiente repite al hombre lo nos dice que la aventura humana con respecto a
gue es verdad: nada es demasiado grande para Dios es la de un hijo pródigo. Pero mientras que
e r o tam bién lleva al hom b re a dudar de en el Denesis Adan se quedó en el descubrimien­
to d e su culpa, en esta parábola en cambio, des-
Luego viene el pecado. ¡Es rara esta conversa-
cion entre tres: la mujer es la que apetece, pero es dad?raqK a d S j r i f l qUe da 'a Ueri
el hombre quien com ete el verdadero pecado! La
mujer tentadora, ¿no es esa la realidad, o no era 14. El juicio de Dios es un m odo de expresar
entonces la realidad? El autor, en esos lejanos tiem­ lo que es nuestra condición: Adán vive su vida le­
pos, tenia a la vista la condición inferior de la mu­ jos d e ,Dios, en m edio del sufrimiento y de las
jer, y conocía el arte que tienen los explotados para contradicciones. Su mal va a desfigurar lo mejor
de su existencia: ‘ JL
aprovecharse de sus señores. Al ver que él sufri­
miento era mal compartido, sacó la conclusión de el nacimiento y la educación de los hijos:!
que seguramente la mujer había sido infiel primero. las relaciones entre marido y mujer- J
P e ro D ios n o aceptará las excusas del hombre . 7 ~ f trabajo, que ya no es creatividad y realiza-1
t i pecador siempre es engañado. D os detalles raismOjSino una necesidad y un p eso.1
lo expresan irónicam ente. Se les abrirán ¡os mA Í ? k ía u easbi '? s maidij ° a Ia serpiente pero
ojos: y se encontraron desnudos. Conocerán el 1= d - 1 ' ^ P*an Prim itivo no puede fraca-
bien y el mal : y se quedaron con el mal. k ^ l k fel!?ldad y ,la P az están ai final, p ero el
, tros textos bíblicos referentes a estos temas- hombre solo podra alcanzarlas al precio de una
Historia que nos desconcierta y que muchas veces
C or 11 3 P A p *!2 a i 7 SUa: Sab 2 ,2 4 ; Jn 8 ’ 4 4 ; 2 nos parece un fracaso (1 C o r 1,21): eso será la
redención con y por Jesús.
11 GENESIS 3
i umerás tierra por todos los días de caré tus sufrimientos en los em ba­
ln vida. 15 Haré que haya enemistad razos y darás a luz a tus hijos con
i'iitre ti y la mujer, entre tu descen- d o lo r . S ie m p r e te hará fa lta un
ilencia y la suya. Ella te pisará la hombre, y él te dominará.»
' .ibeza m ientras tú herirás su ta ­ 17 Al hombre le dijo: «Por haber es­
lón.» 16 A la mujer le dijo: «Multipli­ cuchado a tu mujer y haber comido

l:lla te pisará la cabeza. El autor bíblico pen- d o más antiguo que nuestras rebeldías, un peca­
mliií en ía lenta victoria del pueblo de Dios sobre d o del que n o som os responsables p ero que, sin
■1mal: la descendencia de la mujer, siempre he- em bargo, se suma a nuestras propias faltas. Es
ildn pero conducida p or D ios a nuevas esperan- más bien otra manera de considerar el pecado
miv Esta esperanza de una victoria definitiva so- dentro de nuestra raza. A l recapacitar en la his­
iiti: el mal, que anima toda la historia bíblica, se toria, el autor ha entendido que nuestros peca­
tuveló plenam ente en el Evangelio, y nos man- dos no son los pecados d e individuos aislados;
llene anora despiertos en un mundo donde todo cada uno de nosotros está inmerso en un mun­
tu concierta para enajenarnos o para doparnos, d o de violencia y d e ignorancia de Dios desde
punta el día en que la muerte tenga la última pa- su nacim iento y aun antes de haber nacido (Sal
Inlira. 5 1 ,7 ). Sus parientes, su cultura, sus prim eras
Adán da nombre a su mujer, p rom esa d e un experiencias le han enseñado el pecado.
nuevo punto d e partida p ero también signo de N i una palabra de Adán y su pecado hay en los
Autoridad. Dios, p or su parte, inaugura la larga evangelios: solam ente una alusión al d em onio
¡turle de sus “misericordias” , para hablar com o homicida en Jn 8 ,44, y n o se encontraría nada
11 liará la Biblia. Asi es c om o le da a A d án y a en todo el N uevo Testamento si no estuviera la
I vn el taparrabos que es ahora necesario para Carta a los Rom anos. P e ro ahí la historia de
«ti dignidad. P e ro acord ém on os de que debe- Adán vuelve al primer plano: ver al respecto el
.... . invertir el orden aparente del relato. El Pa- comentario de R om 5,12.
mlso, en la prim era parte d e la historia, era el El capítulo 5 de esta carta ha sido la base en
lórmino para el que D ios nos crea; y ahora, que se han fundado las afirmaciones cristianas
uní Adán mortal, es nuestra misma realidad en respecto al “ pecado de la raza humana” , al que
chin tierra. L a debilidad y la m uerte d e Adán se llamará “pecado original” en tiempos posterio­
Im man parte del plan safvífico d e Dios. Pablo res. S e ¡untan aquí dos afirmaciones:
nos dirá que nuestra vida es un ascenso conti- — todos som os solidarios en una rebeldía con­
iiiio , desde ía vida d e Adán — animal y mortal tra Dios que trae sus consecuencias de genera­
hacia la santidad y la incorruptibilidad de ción en generación (Rom 5,10);
litio Adán, C risto (1 C o r 15,45). — ninguno de nosotros es por naturaleza hijo
d e Dios, sino que a todos nos hace falta una re­
conciliación (Ef 2,12). Es preciso que Dios dé el
N( ) TOMAR TO DO A L PIE DE LA LETRA primer paso para salvamos “en Cristo” .
Ya dijimos que el autor de estas páginas sacó T o d o esto va más allá de lo que pretendía el
ilc cuentos antiguos algunas d e las figuras del antiguo relato, y es c om o una manera de re-leer-
u liito, la serpiente p or ejem plo. C on servó asi­ lo partiendo de la fe en Cristo y la salvación que
mismo algunas expresiones extrañas, en espe- trae al mundo. P ero no por esto se han perdido
i luí ésta: M iren que el hombre ha uenido a las prim eras intuiciones del Génesis. Su autor
Mr como uno de nosotros..., que proven ía de quería contestar a estas preguntas: ¿Por qué está
Im. leyendas paganas. A llí los d ioses querían el mal en el mundo? y ¿por qué son pecadores
impedir que los nombres les hiciesen la c om p e­ los hijos de Adán?
tencia. Asim ism o, los querubines con el remo­ R esponde que el mal proced e de la desobe­
lino que disparaba rapos aluden a ciertas figu- diencia a Dios, p e ro tam bién dice claramente
rn» que se ponían a la entrada d e las ciudades que el mal fue introducido p or un personaje de
pnra alejar los m alos espíritus. Aqu í estas corn­ alto nivel del mundo creado. Aquí tenem os, ya
il. iraciones exp resan que la hum anidad está en estas prim eras páginas de la Biblia, una afir­
unjo la cólera d e D ios” (Jn 3 ,3 6 ; Ef 2,3). Esto m ación que hoy lleva a muchos a sonreír, y es
ue el mundo está bajo el control d e un Satán o
quiere decir que los hombres están a la espera
ilc una reconciliación con Dios.I S •iablo o D em onio, aquel m ism o al que el após­
tol Juan llama “el gobernador de este m undo”
I I PECADO ORIGINAL (Jn 1 2,31; 14,30). En un lenguaje más m oder­
n o hablaríamos d e una superpotencia espiritual
No se volverá a recordar la historia d e Adán y asociada a la obra creadora de Dios.
ilc su pecado a lo largo del Antigu o Testamento ¿Estaba acaso Pablo equivocado al afirmar que
('.alvo una breve alusión en Sab 1 0 ,1 ; en Sir el plan salvífico de D ios y la venida de su H ijo
¡¿5,24 parece ser dicho en tono de broma). Pero h e c h o h o m b re, b íp e d o y te r re n o , e incluso
«I se encontrará, en form a vital, la verdad que muerto en el patíbulo, era un escándalo para to ­
aquí se expresa en forma figurada, y es que to- da criatura, em pezando con aquellas potencias
i Ids , con más o con menos responsabilidad, te- ocultas o luminosas que manejan el mundo pre­
iinnos parte en la infidelidad de la raza humana sente (1 C o r 1,8; Col 2,15)? D e ahí provienen
a Dios. Israel es elegido por Dios, y luego se ha- estos relatos antiguos, estas catequesis d e anta­
ii' un ternero de o ro (Ex 32); Moisés ¡el mismo ño algo polvorientas después de tantos siglos, en
Moisés! duda de Dios y le falla (Núm 20); David que se afirmaba que el pecado de los “ angeles”
licúa a ser homicida y adúltero: el reino d e Is­ (un dato permanente de la tradición judía), nabía
lam, apenas formado, se divide (1 R e 12). Y ca­ sido prim ero la rebeldía del más grande de los
lla vez la conclusión es la misma: D ios mantiene seres espirituales. Se habría rebelado al ver que
'.lis promesas, p ero todo el porvenir es señalado Dios iba a prescindir de él, viniendo a tomar raí­
con sufrimientos y muerte. ces en lo más bajo del universo, para luego atra­
Así, pues, el p ecado de Adán n o es un peca- er todo a él (Jn 12,32).
GENESIS 3

del árbol del aue Yo te había prohibi­ tierra de la que había sido formado.
do comer, maldita sea la tierra por tu 24 Habiendo expulsado al hombre, pu­
causa. Con fatiga sacarás de ella el so querubines al oriente del jardín del
alimento por todos los días de tu vida. Edén, y también un remolino que dis­
18 Espinas y cardos te dará, mientras paraba rayos, para guardar el camine
le pides las hortalizas que com es. hacia el Arbol de la Vida.
19 Con el sudor de tu frente comerás
tu pan hasta que vuelvas a la tierra, Caín y Abel
pues de ella fuiste sacado. Sepas que
* 1 El Adán se unió a Eva, si
eres polvo y al polvo volverás.»
20 El hombre dio a su mujer el nom­
bre de «Eva», por ser la madre de to­
do viviente. 21 En seguida Yavé Dios
a
mujer, la cual quedó embaraza!
da y dio a luz a Caín. En esta oport
nidad dijo: «Gracias a Yavé me con­
hizo para el hombre y su mujer unos seguí un hijo.» 2 Después dio a luz a
vestidos de piel y con ellos los vistió. Abel, el hermano de Caín. Abel fueL
22 Entonces Yavé Dios dijo: «Ahorapastor de ovejas, mientras que Caín
el hombre es com o uno de nosotros, labraba la tierra.
pues se ha hecho juez de lo bueno y 3 Pasado algún tiempo, Caín pre
de lo malo. Que no vaya también a sentó a Yavé una ofrenda de los fru­
extender su mano y tomar del Arbol tos de la tierra.4 También Abel le hi­
de la Vida, pues viviría para siempre.» zo una o fre n d a , s a c r ific a n d o los
23 Y así fue com o Dios lo expulso del primeros nacidos de sus rebaños y
jardín del Edén para que trabajara la q u e m a n d o su g ra s a . 5 A Y a v é le

LA MUJER la coloco en este lugar, la relacionó con lo ante


LA INM ACULAD A C ONCEPCION j ° rk haciendo d e Caín, en form a ficticia, el hije™
A l hablar de la descendencia de la Mujer el d e Adán. N os descubre la violencia com o factoi
autor pensaba en la lucha contra el mal de la hu­ decisivo de nuestra historia. Sus raíces están en
manidad, constantemente herida y por fin victo­ el corazón del hombre (4,7) y sus primeras víctií
mas son los que c o m o A b e l, agradan a Dios
riosa. Pero, con el tiempo, se destacó más y más
la cara de un vencedor, el Hijo del Hom bre, pro­ (4,5). La sangre derramada clama a Dios (4,10),
tagonista del combate decisivo. el que hace justicia a su manera, no com o hace­
La Mujer, pues, pasó a ser la humanidad, la m os no sotros, v e n g ativos y viole n tos (4 ,15 ).
cual daña a luz al Salvador, a su Salvador, fecun­ Aquí tenemos, pues, una palabra de Dios, pero
dada por la gracia de Dios (Is 45,8). D e ella se es de suma importancia notar que queda profun-J
hablará en Apocalipsis 12. Esta figura luego p o­ damente humana y que ha guardado el sello del
drá referirse tanto a María com o a la Iglesia, pues tiem po en que ha nacido, y también del tiempo
en que ha sido redactada.
tanto María com o la Iglesia entraron en el despo­
sorio divino: de María nació Jesús; la Iglesia, a su Era parte de las tradiciones de los cainitas (o
vez, es la madre de todos aquellos que nacen del quenitas: Jue 1,16; 4,17), que pasaron a integrar­
agua y del Espíritu y pasan a ser com o un cuerpo se en Israel. C om o sucede en numerosas leyendas
de Cristo más amplio, que se va extendiendo po­ antiguas, Caín, el fundador de la tribu, había dado
c o a p oco a todos los hombres. muerte a su hermano que, com o tal, era su rival,
Si los artistas representan a María aplastando v, con esto se había impuesto c om o fundador.
la cabeza d e la serpiente, esto también tiene un Luego nació una sociedad con oficios diferencia­
sentido. D esde los prim eros siglos la Iglesia ha dos (w . 19-22); luego, Lamec se hace el portavoz
creído que Dios la preservó del mal que afecta a del orgullo nacional (v. 23): el pueblo sabra desqui­
nuestra raza. Dios no quiso que mediara, entre el tarse d e sus agresores. Abel, salía perdedor, y por
prim er instante de su con cepción y la prim era ende era el malo de la película. Pero el autor bíbli­
manifestación de Dios en ella, este lapso de tiem­ co endereza el juicio y denuncia el crimen.
p o en aue la libertad humana anda ciega y se Pero hay otros aspectos del conflicto. Abel era
afirma deform ándose. D esde el principio, t i la pastor, y Caín, labrador. En esta historia los anti­
previno con la plenitud de su gracia para que to­ guos israelitas, todavía nómadas, proyectaron sus
da su vida se ordenara y madurara según la per­ propios conflictos con los cananeos sobre cuyos te­
fección del espíritu filial. Este privilegio de María rrenos acampaban y traían sus rebaños. Ellos eran
es lo que llamamos su Inmaculada Concepción. los buenos, y los labradores, los malos: si a ellos los
Mana es la criatura perfecta inseparable del atacaban, eran víctimas, si se imponían a los de­
hijo de la mujer, Jesucristo, que Dios puso al lado mas, estaban defendiendo los derechos de Dios. El
de una masa de pecadores a los que ella debía Antiguo Testamentó no logrará superar estas pers­
socorrer Una Mujer (Jn 2,4; 19,26) es el m ode­ pectivas (ver Gén 34; Sab 18). Es que en todo gru-
humano uno sabe de antemano quiénes son los
ro d e todos aquellos que serán salvados. Esta es
la «nueva Eva». E anos: hasta en las películas los buenos son típi­
cos de la raza que ha sabido imponerse.
A b el es, en la Biblia, el prim ero y el m odelo de
• 4 .1 La historia d e Caín, al com ienzo, no te­ los inocentes asesinados, con esta sospecha de
nia nada que ver con la de Adán y Eva ni con su que los eliminaron por ser justos (M t 23,35; Heb
descendencia. El escritor bíblico que la recogió y 11,4; Jn 8 ,44; l J n 3,12).
13 GENESIS 5

.i«irado Abel y su ofrenda, mientras Irad fue padre de Mavael, Mavael padre de
Matusael y éste de Lamec.
•|iie le desagradó Caín y la suya. An- 19 Lamec tuvo dos mujeres: Ada y Sella.
|r esto Caín se en ojó m ucho y su 20Ada dio a luz a Jabel, que fue el padre de
lustro se descompuso. los que habitan en cabanas y cuidan reba­
11 Y a v é le dijo: «¿Por qué andasños. 21 Tuvo un hermano llamado Jubal,
•■nojado y con la cabeza baja? Si que fue el padre de los que tocan la cítara
obras bien, podrás levantar tu vista. y la flauta. ^2 Sella, por su parte, dio a luz a
Tubal-Caín; ése es el que forja toda clase
Pero tú no obras bien y el pecado de herramientas en cobre y hierro. La her­
ruté agazapado a las puertas de tu mana de Tubal-Caín se llamaba Nohema.
Misa. El te acecha com o fiera, pero 23 Dijo Lamec a sus mujeres:
tu debes dominarlo.» «Escúchenme ustedes, Ada y Sella; oí­
" Caín dijo después a su hermano an mis palabras, mujeres de Lamec: yo
e matado a un hombre por herirme y a un
Abel: «Vamos al campo.» Y com o es- muchacho porque me golpeó. 24 Si Caín ha
uban en el cam po, Caín se lanzó de ser vengado siete veces, Lamec ha de
i mitra su hermano Abel y lo mató. serlo setenta y siete veces.»
' Yuvé preguntó a Caín: «¿Dónde está 25 Adán tuvo de nuevo relaciones con su
tu hermano?» Respondió: «N o lo sé. mujer, que dio a luz otro hijo, a quien lla­
, Soy acaso el guardián de mi herma­ mó Set, pues dijo: «Dios me ha concedido
otro hijo en lugar de Abel que fue matado
no?» por Caín.» 26 A Set también le nació un hijo,
1 Entonces Y a v é le dijo: «¿Qué y le puso el nombre de Enós; él fue el pri­
lus hecho? Clama la sangre de tu mero que invocó el nombre de Yavé.
hermano¡y su grito me llega desde la
lierra. 11 En adelante serás maldito, y Los descendientes de Adán
vivirás lejos de este suelo fértil que ' Esta es la descendencia de Adán. El
>•* ha abierto para recibir la sangre día que Dios creó a Adán, lo creó a se­
.1(3 tu hermano, que tu mano ha ae- mejanza de Dios. 2 Macho u hembra los
i minado. 12 Cuando cultives la tierra, creó, y luega los bendijo. El día que los
creó les puso el nombre de Adán.
no te dará frutos; andarás errante y 3 Tenía A dán cie n to treinta años de
(unitivo sobre la tierra.» edad, cuando tuuo un hijo a su imagen y
1 ’ Caín dijo a Yavé: «Mi castigo essemejanza, a quien llamó Set. 4 Después
más grande de lo que puedo sopor- que nació Set, Adán uiuió aún ochocientos
bu. Tú me arrojas hoy de esta tie- años y tuuo otros hijos e hijas. 5 Adán al
morir tenía novecientos treinta años.
iin, y me dejas privado de tu presen- 6 Set tenía ciento cinco años cuando fue
• lo. Si he de ser un errante y de padre de Enós. 7 Después que nació Enós,
mular vagando sobre la tierra, cual­ Set uiuió aún ochocientos siete años y tuuo
quiera que m e encuentre me mata- otros hijos e hijas.8Set al morir tenía nove­
in.» 15 Yavé le dijo: «No será así: me cientos doce años.
vengaré siete veces de quien mate a 9 Tenía Enós nouenta años cuando fue
padre de Cainán. 10Después que nació Cai-
1 níñ.» Y Yavé puso una marca a Caín nán uiuió ochocientos años u tuuo otros hi­
Iinici que no lo matara el que lo en- jos e hijas. " Enós al morir tenía novecien­
• mitrara. tos cinco años. . , .
" Caín se fue de la presencia de 12 A los setenta años de edad, Cainán fue
Yo ve y habitó en el país de Nod, al padre de Malael, y después de que nació
oriente del Edén. Malael, 13 uiuió Cainán ochocientos cuaren­
ta años y tuuo más hijos e hijas. 14 Cainán
al morir tenía novecientos diez años.
I .*•* hijos de Caín y Set 15 Malael fue padre de dared a la edad
• 17 Caín tuvo relaciones con su mujer, la de setenta y cinco años. '6 Viuió aún ocho­
. uní dio a luz un hijo, al que llamó Henoc. cientos treinta años después del nacimien­
' (instruyó una ciudad y la llamó Henoc, to de Jared, y tuuo otros hijos e hijas.
- .ni el mismo nombre de su hijo. 18 Con el 17 Malael al morir tenía ochocientos nouen­
llampo Henoc tuvo un hijo, que llamó Irad. ta y cinco años.

• 17. L os autores sagrados incluyeron en- que sabían del pasado d e la humanidad. L o
11 lus orígenes del m undo y el com ien zo de sabían a su m anera, p o r tradiciones y leyen­
mi propia historia (el llam ad o a A b rahán ) lo das.
GENESIS 5 14
18 Tenía Jared ciento sesenta u dos añosnecerá para siempre mi espíritu en el hom­
cuando fue padre de Henoc. 19 Y vivió Ja- bre, porque no es más que carne. Que su vi­
red después del n a cim ien to de H enoc da no pase los ciento veinte años.» 4 En ese
ochocientos años y tuvo más hijos e hijas. entonces había giaantes sobre la tierra, I
20Jared al morir tenía novecientos sesenta también los hubo después, cuando los hijos
y dos años. de Dios se unieron a las hijas de los hombre!
21 Tenía Enoc sesenta y cinco años dey tuvieron hijos de ellas. Estos fueron los hé­
edad cuand o fue padre de Matusalén. roes de la antigüedad, hombres fam oso*
22 Enoc anduvo con Dios y vivió después
del nacim iento de Matusalén trescientos
años y tuvo más hijos e hijas. 23 En to­ El diluvio
tal, Enoc vivió trescientos sesenta y cin­
co años. 24 Enoc anduvo con Dios hasta
• 5 Y a v é v io que la m aldad del
que Dios se lo llevó: sencillam ente desa­ hombre en la tierra era grande y qua
pareció. to d o s sus p e n s a m ie n to s tendían
siempre al mal. 6 Se arrepintió, pues,
• 25 Matusalén tenía ciento ochenta y dos de haber creado al hombre, y se afli­
años cuando fue padre de Lam ec.26 Y des­ gió su corazón. 7 Dijo: «Borraré de la
pués que nació Lamec, Matusalén vivió se­
tecientos ochenta y dos años y fue padre superficie de la tierra a esta humani­
de otros hijos e hijas. 27 Matusalén al morir dad que he creado, y lo mismo haré
tenía novecientos sesenta y nueve años. con los animales, los reptiles y las
28 A la edad de ciento ochenta u dos años,aves, pues me pesa haberlos crea!
Lamec fue padre de un hijo,29y le puso p or d o .» 8 noé, sin embargo, se había ga*¡
nombre Noé, pues pensó:«Este nos servirá de nado el cariño de Yavé.
consuelo en medio de nuestro trabajo y del
cansancio de nuestras manos, debido a la 9 Esta es la historia de Noé. Noé fue en s
tierra que maldijo Yavé.»30 Vivió Lamec, des­ tiempo un hombre justo y que se portó biei
pués que le nació Noé, quinientos noventa y en todo; Noé caminaba con Dios. '° Noé tu­
cinco años, y fue padre de más hijos e hijas. vo tres hijos: Sem, Cam y Jafet. " El inundm
31 Lamec al morir tenía setecientos setenta y se corrompió a los ojos ae Dios y se llenó de
siete años.32Noé tenía quinientos años cuan­ violencia. 12Miró Dios a la tierra, y vio guffll
do fue padre de Sem, Cam y Jafet. estaba corrompida, pues todos los mortales I
en la tierra seguían los caminos del malu
Hijos de Dios e hijas de los hombres 13 Y dijo Dios a Noé: «He decidido acabar,I
con todos los seres vivos, pues la tierra esm
• ' Cuando los hombres empezaron a llena de violencia p o r culpa de ellos, y los
multiplicarse sobre la tierra y les nacie­ voy a suprimir de (a tierra.
ron hijas, 2 los hijos de Dios se dieron cuenta n En cuanto a ti, construye un arca de
de que las hijas de los hombres eran hermo­ madera de ciprés; en el arca dispondrás
sas, y tomaron por esposas aquellas que les celditas, y la recubrirás con brea por den­
gustaron. 3 Entonces dijo Yave: «No perma­ tro y p or fuera. 15 La construirás de la si-

• 5 .2 7 ¡Matusalén vivió novecientos sesenta y chorías d e los gigantes orgullosos habían sido)
nueve años! Era necesario a toda costa dar la castigadas con el diluvio. En la Biblia esos diosed
idea de un largo tiem po transcurrido desde el pasan a ser hijos de Dios, es decir ángeles. Es
com ienzo del mundo Hasta los antepasados de¡ así com o aparece en la Biblia la afirmación do
pueblo d e Dios, y no se podían multiplicar los que, a com ienzo del mundo, los ángeles fueron!
nombres. A sí c om o los babilónicos ponían antes probados y muchos cayeron. En tiempos poste­
de diluvio a once reves cuya vida había sido fa­ riores no se hablará más de esta leyenda de los
bulosa, así también los israelitas necesitaban al­ gigantes, pero sí de los ángeles caídos (Mt 25,41;
gunos Matusalenes. P o r lo demás pensaban que A p 12,4; 12,7).
sus lejanos antepasados habían sido m ejo res AI autor le importaba mostrar que cuanto más.
que ellos y que p or esa razón habían sido re­ fuerte y capaz es el hombre, más orgulloso se po­
com pensados con una vida muy larga. Las ci­ ne; y por más que se crea dueño del cielo, no en-:
fras, com o los nombres, tienen valores simbóli­ cuentra los caminos de Dios.
cos.
Dentro de esta nómina legendaria de los ante-
asados de la humanidad aparece la figura de • 5. Hay tiempos en que podría parecer que e l
R ¡enoc, el justo, que Dios lleva al cielo, iqual que
EKas (2 R 2; H eb 11,5).
mal se ha adueñado de nuestro planeta, pero la
historia nos muestra que las crisis sobrevienen ■
su tiem po para purificar eliminando. Es lo que
Dios intenta con el Diluvio, según dice esta p a g fl
• 6 .1 Esta historia retoma leyendas del Medio na, pero no destruye todo, sino que salva al Justo,!
Oriente: en tiempos lejanos la tierra había sido a N o é , para que d e él salga una raza santa,
poblada por gigantes nacidos de la unión de los , En la historia sagrada Dios traerá sobre su pue­
dioses con mujeres. Esos dioses d e segunda clase blo infiel las peores desgracias, pero siempre pre­
habían com etido en esto un gran pecado y las fe ­ servará un Resto (Is 4,2-6; 6,13). Es así com o eli-1
GEMESIS 7

uniente'manera: tendrá ciento cincuenta fin de que se conserven las especies


metros'de largo, ueinticinco metros de an- sobre la tierra. 4 Porque dentro de
. lio y quince metros de alto. 16 Le pondrás siete días, haré llover sobre la tierra
iim techo, dejando m edio metro entre la
durante cuarenta días y cuarenta no­
liarte superior de los costados y el techo.
Pondrás la puerta del arca en un costado ches, y exterminaré a todos los seres
1/ harás un primer piso, un segundo y un que creé.»
lacero.
" Por mi parte, voy a mandar el diluvio, 5 Noé hizo todo lo que Yavé le había orde­
11 sea, las aguas sobre la tierra, para acabar nado. 6 Noé tenía seiscientos años de edad
"Ui todo ser que tiene aliento y vida bajo cuando se produjo el diluvio que inundó la
rl cielo; todo cuanto existe en la tierra pere­ tierra.
cerá. Pero contigo voy a firmar mi pacto,
11 entrarás en el arca tú u tu esposa, tus hi­ 7 Noé, pues, entró en el arca junto
los y las esposas de tus hijos contigo. con su esposa, sus hijos y las espo­
’ Meterás en el arca una pareja de todo ser sas de sus hijos, para salvarse de las
elniente, o sea de todos los animales para aguas del dilu vio.8 Animales puros e
.¡ue puedan sobrevivir contigo; tomarás impuros, aves del cielo y reptiles de
inneno u hembra.20 De cada especie de pá­ la tierra, entraron con Noé en el A r­
bilos, de animales, de cada especie de los
jila se arrastran por el suelo, entrarán con- ca. 9 Entraron de dos en dos, macho
II./o dos para que puedan salvar su vida. y hembra, com o Dios lo había orde­
Procúrate también toda clase de alimen­ nado. 101Y luego, a los siete días, co ­
tos y almacénalos, pues te servirán de co­ menzaron a caer sobre la tierra las
mida a ti y a ellos.» aguas del diluvio.
'' Y Noe hizo todo lo que lo que Dios le
había mandado. " Cuando Noé contaba seiscientos años
de vida, el día diecisiete del segundo mes
del año, brotaron todos los manantiales del
1 Yavé dijo a Noé: «Entra en el
fondo del mar, mientras se abrían las com­
Arca, tú y tu fam ilia, pues tú puertas del cielo. 12 Estuvo lloviendo sobre
••res el único justo que he encontrado la tierra por cuarenta días y cuarenta no­
<n esta generación. 2 De todos los ches. 13Ese mismo día Noé entró en el arca
.mímales puros, tomarás contigo sie- con sus hijos Cam, Sem y Jafet, su esposa
lr parejas de cada especie, cada ma- y sus nueras. 14 También entraron con ellos
en el arca las diversas especies de animales
•ho con su hembra. De los animales salvajes y de los otros animales, de los rep­
Impuros, tomarás un m acho con su tiles que se arrastran por el suelo y de las
lmmbra. 3 Del mism o m odo, de las aves.15De todo ser que respira y vive entra­
uves del cielo tomarás siete parejas, ron con Noé en el arca en fila de a dos. 16 Y
» .ida macho con su hembra, con el los que entraban eran un m acho y una

gn ,i N oé entre toda la descendencia de Adán; dioses. Esta historia se escribió una primera vez
11iiVi larde elegirá a Abrahán entre todos los des- en tiempos del rey Salomón. Mucho más tarde
. .-n.lientes de N oé. Después David entre los hijos los sacerdotes judíos añadieron los párrafos que
il* Abrahán, y por fin, a uno de los descendien- p on em os aquí en letra cursiva mas pequeña.
i . de David, a Cristo, representante y Salvador
ilu luda la humanidad. La Biblia resalta este con- COM PRENSION CRISTIANA
ii. r.lc: mientras el pecado de uno solo, Adán, se DE U N MENSAJE ANTIG UO
«tien d e a toda la humanidad y desvirtúa los pro-
yitixos de la civilización, Dios, al revés, va con- La historia del diluvio se recuerda en varios lu­
. «Mirando su atención en un solo pueblo, una so- gares del Nuevo Testamento (ver 1 P 3 ,20 y 2 P
i.i Inmilia, un solo hom bre que salvará a todos 2,5). Limpieza y salvación: la Iglesia primitiva re­
(Rom 5). conocía estas dos características en el bautismo.
1.1creyente es, com o N oé, el que acepta entrar Y no sin razón los creyentes entendían que toda
. u ios planes de Dios y cooperar con él en la sal­ la cultura del mundo en aue vivían había de pa­
ón lón del mundo. Frente a los negligentes, a los sar, com o ellos, p or un bautismo, revisándose
íi<>|.is y a los corrompidos, N oé, el nombre de fe, hasta los fundamentos de su cultura.
pone a trabajar. Y no duda ni se desanima También la Iglesia aparecía com o el Arca del
inlt'iilras construye su barco ridículo y aparente- nuevo N oé. Seguramente sería un error encerrar­
mi.' mIc inútil. Hasta que Dios elimine a los despre­ nos en la Iglesia com o en el refugio de los salva­
venidos que prefirieron gozar lo inmediato_ antes dos y, desde allí, condenar todo lo que se hace
muí ii abajar por el futuro que Dios les señalaba en el mundo, olvidando que nuestra misión es de
(Mi 1,9-12; S o f 2,1-3; M t 24,38). salvar al mundo (Jn 3,17). Pero también es cierto
1.1 historia de N o é se inspira en leyendas muy que la Iglesia es la única esperanza del mundo y
miHguas. N o por casualidad N o é aterriza en los que nada de lo que producen los hombres puede
montes de Ararat (el Armenia), que según las cre­ entrar al R eino si no pasa por las aguas purifica-
en. Ins del M edio Oriente eran la residencia de los doras y destructoras.
GENESIS 7
16
hembra de cada especie, que iban llegando voloteaba sobre las aguas, yendo y
según la orden de Dios.
viniendo, hasta que se evaporaron
las aguas de la tierra.
Y Yavé cerró la puerta del arca de­
trás de Noé. 17 El diluvio cayó duran­ 8 Entonces N oé soltó a la paloma
te cuarenta días sobre la tierra. Cre­ para ver si las aguas se habían reti­
cieron, pues, las aguas y elevaron el rado de la su p e rficie de la tierra.
arca muy alto sobre la tierra. 9 Pero la paloma no encontró dónde
posarse, y volvió al arca, pues toda­
m Las aguas subieron y crecieron enor­ vía las aauas cubrían toda la super­
memente sobre la tierra, u el arca flotaba fic ie de Ta tierra. N o é extendió su
sobre las aguas. 19 Subió el niuel de las brazo, tom ó a la paloma y la intro­
aguas, y crecieron más y más sobre la tie-
rra, y quedaron cubiertos los montes más
dujo en el arca. Esperó siete días
altos que hay bajo el cielo.20 Las aguas su­ m as y de nuevo soltó a la paloma
bieron todavía quince metros después de fuera del arca. 11 La paloma regresó!
cubiertos los montes más altos.21 Todo ser al atardecer, trayen d o en su pico
mortal que se mueve sobre la tierra pereció: una rama verde de olivo.
aves, bestias, animales, todo lo que tiene
vida y se mueve sobre la tierra y toda la Entonces N oé se dio cuenta que
humanidad. las aguas se habían retirado de la su­
perficie de la tierra. 12 Todavía esperó
22 otros siete días más y soltó a la palo­
Todo ser vivo que existía sobre la
tierra murió. 23 Así perecieron todos ma, que ya no regresó más al arca.
los vivientes que había sobre la tierra,
desde el hombre hasta los animales, 13 El año seiscientos uno de la vida de
los reptiles y las aves del cielo. Todos Noé, en el prim er día del prim er mes, las
aguas desaparecieron de la tierra. Noé
fueron borrados de la superficie de la quitó la cubierta del arca y miró fuera, y
tierra. Sólo sobrevivieron N oé y los vio que la superficie de la tierra estaba
que estaban con él en el arca. seca.
14 El día ventisiete del segundo mes, la
24Las aguas inundaron la tierra durante í/erra estaba ya seca. 15 Entonces Dios ha­
ciento cincuenta días.' Y Dios se acordó bló de esta manera a Noé: '6 «Sal del arca, ■
de Noé y de todas las fieras salvajes y de los tú y tu esposa, tus hijos u tus nueras. 17Sa­
otros animales que estaban.con él en el arca. ca también contigo a todos los seres vivien­
Dios hizo soplar un viento sobre la tierra, u tes que tienes dentro de todas las especies:
las aguas descendieron. aves, animales, bestias y reptiles que se I
arrastran por el suelo. Que pululen, llenen I
2 Entonces se cerraron los manan­ la tierra y se multipliquen.» 18 Salió, pues, I
tiales que brotaban del abismo, c o ­ Noe y con él sus hijos, su esposa y sus
m o también las compuertas del cielo, nueras. Todos los animales salvajes y do- I
mésticos, todas las aves y todos los reptiles I
y la lluvia cesó de caer sobre la tie­
que se arrastran sobre la tierra, salieron por
rra. familias del arca.

3 Ljfs aguas iban bajando sobre la tierra,• 20 N oé construyó un altar a Yavé,


con flujo u reflujo; empezaron a descender
y tomando de todos los animales pu­
después de los ciento cincuenta días. 4 El
ros y de todas las aves puras, los
día diecisiete del séptimo mes, el arca des­
cansó sobre los montes de Ararat. 5 Y lasofreció en sacrificio sobre el altar.
21 Al aspirar el agradable aroma, Ya­
aguas siguieron bajando hasta el mes déci­
mo, hasta que el día primero de ese mes vé decidió: «Nunca más maldeciré la
aparecieron las cumbres de los montes. tierra por causa del hom bre, pues
veo que sus pensamientos están in­
6 Después de cuarenta días, N oéclinados al mal ya desde la infancia.
abrió la ventana que había hecho en Nunca más volveré a castigar a todo
el arca 7 y soltó al cuervo, el cual re­ ser viviente com o acabo de hacerlo.

• 8 .2 0 N u nca más maldeciré la tierra p or N o solam ente el sol dará su calor y la tierra el 1
causa del hombre. Los errores y los crímenes de
pan, sino que, en cada siglo, la humanidad en-1
los hombres no podrán llevar al caos la historia. contrara una solución para sus problemas.
17 GENESIS 9
22 Mientras dure la tierra, 12 Y Dios dijo: «Esta es la señal de la alian­
habrá siembra y cosecha, za que establezco entre ustedes y yo, y con
todo animal viviente que esté con ustedes,
pues nunca cesarán
por todas las generaciones que han de ve­
ni el frío ni el calor, nir: 13 Pongo mi arco en las nubes para que
ni el verano ni el invierno sea una señal de mi alianza con toda la tie­
ni los días ni las noches.» rra. 14 Cuando yo cubra de nubes la tierra y
aparezca el arco en las nubes,15me acorda­
ré de m i alianza con ustedes y con toda
El nuevo orden del mundo criatura que tiene vida, y nunca más habrá
aguas diluviales para acabar con toda car­
• ' Bendijo Dios a Noé y a sus hijos y ne. 16Pues el arco estará en las nubes; yo al
les dijo: «Crezcan, m ultipliqúense y verlo me acordaré de la alianza perpetua en­
pueblen la tierra.2 Teman y tiemblen ante tre Dios y todo ser terrestre, con todo ser ani­
ustedes todos los animales ae la tierra y to­ mado que vive en una carne.»17 Y dijo Dios
das las aves del cielo. Pongo a su disposi­ a Noé: «Esta es la señal de la alianza que yo
ción cuanto se mueue sobre la tierra u to­ he establecido entre m í y todo ser terrestre.»
dos los peces del mar. 3 Todo lo que tiene
movimiento y vida les seruirá de alimento;
se lo entrego lo mismo que hice con las le­ Los hijos de Noé
gumbres y las hierbas. 4 Lo único que no
deben com er es la carne con su alma, es • 18 Los hijos de Noé que salieron del ar­
decir, con su sangre. ca fueron Sem, Cam y Jafet. Cam es el pa­
'' Pero también reclamaré la sangre de us­ dre de Canaán. 19 Esos tres son los hijos de
tedes como si fuera su alma. Pediré cuenta Noé, y de éstos se pobló toda la tierra.
de ella a cualquier animal. Y también el 20 Noé, que era labrador, comenzó a tra­
hombre deberá responder de la sangre de bajar la tierra y plantó una viña. 21 Bebió el
cualquier hombre, hermano s u y o .6 Quien vino, se embriagó y quedó tendido sin ro­
derrame sangre del hombre, su sangre será pas en medio de su tienda. 22 Cam, padre
también derramada por el hombre, porque de Canaán, vio que su padre estaba desnu­
Dios creó al hombre a imagen suya. do y fue a decírselo a sus dos hermanos
' En cuanto a ustedes, tengan hijos y que estaban fuera. 23 Pero Sem y Jafet to­
multipliqúense, dispérsense sobre la tierra maron un manto, se lo echaron al hombro,
II domínenla.» y caminando de espaldas, entraron a tapar
8 Dios dijo a Noé y a sus h ijos :9 «Miren,a su padre. Como habían entrado de espal­
noy a hacer una alianza con ustedes y con das, mirando hacia afuera, no vieron a su
'¡us descendientes después de ustedes;10y padre desnudo.
también con todos los seres vivientes que 24 Cuando despertó Noé de su embria­
están con ustedes: aves, animales domés­ guez, supo lo que había hecho con él su hi­
ticos, y fieras salvajes, en una palabra, jo menor, y dijo: 25 «¡Maldito sea Canaán!
con todas las bestias de la tierra que han ¡Será esclavo ae los esclavos de sus her­
■•olido del arca. " El compromiso que con­ manos!
traigo con ustedes es que, en adelante, 26 ¡Bendito sea Yavé, Dios de Sem, y sea
ningún ser viviente morirá por las aguas Canaán esclavo suyo! 27 Que Dios agrande
de un diluvio, ni habrá nunca más diluvio a Jafet y habite en las tiendas de Sem, y
yue destruya la tierra.» sea Canaán esclavo de ellos.»

• 9.1 La bendición de Dios a N o é y a sus hi­ la ob ra cread ora d e la humanidad le perm ita
los (o sea, a toda la humanidad), es com o un c o­ progresar en conciencia y en responsabilidad y
mentario de la prom esa anterior. N otem os los p re p are su unificación p o r el Espíritu Santo.
puntos siguientes: M ientras los hom bres v iv en en el p e ca d o ,
1:1 hombre es confirmado en su función de ma­ D ios n o puede m anifestarse abiertamente. P e ­
yordomo de la creación (v. 2). ro les da signos d e su P rovidencia y d e su bon­
El hombre puede com er la carne de los anima- dad en los acontecim ientos diarios: es lo que
li-, (v. 3), pero no la sangre (comparar con 1,29). quiere expresar cuando los invita a fijarse en el
Pues la cultura hebrea consideraba que la sangre arco iris para recordar su alianza (12). En ese
11 mtlene el alma, o sea, la vida del ser viviente, y tiem po, adosar su arco al m uro era el sign o de
i omer la carne de animales sin sangrar les pare- tie m p o d e paz: el a r c o iris es e s e a r c o que
i In una profanación de esta cosa tan sagrada que D ios cuelga en el cielo que es su tienda.
i's la vida (ver L e v 17,10-14).
ly com prom iso d e D ios con la humanidad (v. • 18. En las culturas primitivas, el hombre en
M), y con todo lo que ha salido del Arca, significa busca d e experiencias sobrenaturales ha hecho
iin interés d e D ios p o r to d o lo que crean los de la embriaguez un rito sagrado. Y cree recono­
hombres: su cultura, sus invenciones, sus ambi- cer en el vino esas fuerzas vitales que le permiti­
i lunes legítimas. D ios n o es solam ente el Dios rían escapar al correr del tiem po. La Biblia, reco­
«lf los creyentes, sino de todos. D ios no quiere g ie n d o estas ideas, celeb ra a N o é antes que
«i llámente la salvación de las almas: procura que condenarlo.
Las tres palabras
de Dios Creador
En el primer capítulo del Génesis dijo Dios, y es la creación.
En el capítulo 9, de nuevo dijo Dios, y es para dar su bendición a toda la
humanidad.
En el capítulo 12, dijo D ios por tercera vez, y es el comienzo del pueblo de
Dios. Son tres pasos de muy desigual extensión de la Biblia, ya que la revela­
ción hecha al pueblo de Dios va a ocupar gran parte de ésta. L o que en ella lee­
remos interesa en realidad a toda la humanidad, pero será lo que Dios ha dicho
y hecho con su pueblo en particular.
Si nos compenetramos del espíritu de la Biblia, descubriremos que estos tres
aspectos de la obra divina conforman un todo y se armonizan entre sí de mil
maneras. Pero, ¡cuidado! Si no hemos captado bien el sentido de esas tres pala-
bras, llegará un momento en que no podremos aceptar más el testimonio de la
Biblia y Jesús se nos esfumará. Porque esas tres palabras chocan con algunos
prejuicios que marcan profundamente a nuestro tiempo.
Dijo Dios y su palabra creó el universo con sus leyes físicas. La Biblia nos
recordará que esas leyes son estables para siempre. Pero también nos dirá que el
universo está siempre a disposición de Dios y que obedece a su Palabra. Decir
que Dios puso el piloto automático para dirigir al mundo, es en parte verdad,
pues no da golpes de timón a cada momento. Pero nos estaríamos saliendo de la
revelación bíblica si dijéramos que Dios lo determinó todo desde un principio y
que por lo tanto no puede hacer intervenir cuándo quiera fuerzas superiores que
interfieren con aquéllas o las ponen entre paréntesis (desde nuestro punto de
vista). Se dice que Dios descansó de sus obras al séptimo día (Gén 2,4), pero lo
contrario tiene también su verdad: «E l Padre todavía está trabajando» (Jn 5 17)
Dios no cesa de expresarse a sí mismo a través de sus obras, y la creación de
continuar viviendo y existiendo en él. Las leyes de la naturaleza son la sombra
de una justicia superior que está en Dios, pero en la naturaleza hay mucho más
que leyes físicas, comenzando por su riqueza y esplendor. Su constante creativi-
dad que es una de sus más misteriosas capacidades, es un reflejo de la libre crea-
tividad de Dios, que no está nunca encadenada.
Esto es más que suficiente para hacer saltar a todos los que toman por verdad
absoluta a determinados postulados de la razón, como por ejemplo, que las leyes
son inflexibles y que nada existe fuera de lo que puede ser medido. Sin esos pos­
tulados no habría investigación científica, pero eso no significa que expresen
toda la realidad del mundo, ni siquiera lo esencial. Y sin embargo es justamente
ese prejuicio lo que impide a muchos cristianos admitir cualquier tipo de inter­
vención de Dios en el orden habitual del mundo. De entrada se negarán a admitir
en el Evangelio la multiplicación de los panes, la virginidad de María, la Transfi­
guración... o les harán decir a los textos lo contrario de lo que dicen. Rechazarán
todos los testimonios actuales de los que han experimentado semejantes inter­
venciones soberanas de Dios. Luego negarán cualquier intervención directa de
Dios en nuestro mundo interior, y muy lógicamente se negará que la oración
tenga algún sentido. Ese racionalismo inspirará muchos libros y discusiones,
pero al fin y al cabo es estéril. Jamás hará que brote la fe y nunca dará la alegría. ’
21
El «d ijo D io s» de la historia de N oé también tiene un profundo sentido. Dios
actúa en el tiempo después del diluvio haciendo un pacto con todos los pueblos
y con todas las religiones, puesto que todos son hijos de Noé. Si Dios los bendi­
ce, eso quiere decir que les ofrece un camino de salvación: lo hallarán a través
de las mil culturas y religiones (H e 17,27). Cuando la Palabra o Sabiduría de
Dios se hace presente en su búsqueda de la sabiduría, en las palabras de sus
libros sagrados, ésta (la Palabra de D ios) no hace más que continuar su obra
creadora, pues por ella dispuso Dios los tiempos de la creación (H eb 1,2). Pues
bien toda la marcha de la historia prolongará el plan de Dios Creador, y por su
parte las religiones estarán ligadas a un descubrimiento de Dios o «de lo divino»
en la naturaleza.
¿Qué más necesitamos? ¿N o tiene allí la humanidad todo lo que necesita para
terminar la creación? Eso sería olvidar que los «h ijos de N o é » son siempre
«hijos de Adán». M uy pronto se cae de los sueños en una realidad que no es
muy hermosa. Pero no insistamos en los fracasos y en los límites de las sabidu­
rías humanas, porque lo importante está en otra parte. Para Dios la creación es el
medio que tiene para expresarse. Ahora bien, aunque él entregara las riquezas
del universo a una humanidad mucho más razonable de lo que somos, nada haría
traslucir lo que hay de más extraordinario en él: el dinamismo de un amor cuyas
iniciativas sólo él comprende. Si no hubiera más que el hombre frente al Crea­
dor, sólo aparecería como grande y generoso. El no puede decir más sin romper
el círculo de una creación aparentemente perfecta. Por eso, Dios iba a llamar a
personas y a grupos para que emprendieran con él un camino muy singular y a
menudo al revés de lo que enseña la experiencia humana. Y el punto de partida,
o la primera fractura, fue el llamado a Abrahán.
Este tercer «d ijo D ios» marca el comienzo de un pueblo de Dios, diferente a
todos los demás y esta oposición, o mejor esta dualidad entre los que son elegi­
dos para ser pueblo de Dios y los que no lo son, despierta un gran malestar en la
conciencia de muchos cristianos de hoy. ¿Por qué dos pesos, por qué dos medi­
das? ¿Estamos seguros que la revelación bíblica es más que una religión entre
todas las demás? Y a lo mejor hasta nos vemos tentados a renegar de nuestras
riquezas: «¿ P o r qué voy yo a tener la verdad más que los demás?»
Es pues el momento de aceptar o no al Dios de la Biblia, al que es «fa vo r y
fidelidad», él llama al que quiere, y da a uno lo que no da a otro. Da más para
que se produzca más y para que todo el mundo se aproveche; pero da lo que él
quiere. ¿Nos ha llamado Dios para ser su pueblo? Esto no nos concede ningún
derecho especial. Es una riqueza pertenecer al pueblo de Dios, más todavía es
nuestro servicio al mundo. Es Dios quien nos hace surgir de la nada, todos úni­
cos y necesarios. Y al mismo tiempo que nos hace lo que somos, nos pone en un
camino que no forma más que una cosa con nuestras necesidades, nuestras espe­
ranzas y nuestra sed de felicidad.
El lector cristiano tiene pues que aceptar, el carácter único de su vocación.
Querer olvidarla para ser más semejante a los demás no tendría aquí ningún sen-
lidoo, puesto que los demás no nos envidian nuestro lugar. N o sería una muestra
de humildad o de espíritu más abierto sino de miedo: miedo a ser diferente, o tal
vez, este otro terror que es una falta de fe: ¿no son puras ilusiones las grandes
promesas de Dios?
GENESIS 12
22

LO S PRIMEROS PADRES DEL PUEBLO D E DIOS


Dios llama a Abram ‘ Abram tomó a su esposa Saray y a
• 1Yavé dijo a Abram: «Deja tu Lot, hijo de su hermano, con toda la
país, a los de tu raza y a la fa­ fortuna qu e había a cu m u la d o y el
milia de tu padre, y anda a la tierra personal que había adquirido en Ja
rán, y se pusieron en marcha hacia la
que yo te mostraré. 2 Haré de ti una
tierra de Canaán.
gran nación y te bendeciré; voy a en­
6 Entraron en Canaán, y Abram
grandecer tu nombre, y tú serás una atravesó el país hasta llegar al lugar
bendición. 3 Bendeciré a quienes te sagrado de Siquem, al árbol de Moré.
bendigan y m aldeciré a quienes te En aquel tiempo los cananeos ocupa­
maldigan. En ti serán bendecidas to­ ban el país. 1 Y a v é se a p a re ció a
das las razas de la tierra.» Abram y le dijo: «Le daré esta tierra a
4 Partió Abram, tal com o se lo ha­tu descendencia.» A consecuencia de
bía dicho Yavé, y Lot se fue también esto, Abram edificó un altar a Yavé
con él. que se le había aparecido.
8 Desde allí pasó a la montaña, a
Abram tenía setenta y cin co años oriente de Betel, y plantó su tienda
de e d a d c u a n d o s a lió d e J a rá n . • de campaña, teniendo Betel al oeste

• 1 2 .1 Siendo Abrahán ya anciano, numero­ que Dios lo llamó, y con esto lo liberó. Pues 9
sos grupos a su alrededor saíían hacia ei sur en
consecuencia del pecado, todo hombre nace y vi''
busca de tierras mejores. P ero él, ¿por qué los ve com o en tierra extranjera. Su propia realidai
seguiría? Su vida estaba detrás de el, y io peor
se le escapa mientras n o se ha arraigado en D ic»
era que no tenía hijos. ¿C óm o este hombre re­
y no esta en comunión con él. Sus religiones u
haría su vida? P ero Dios lo llama: «Sal, tú tam­
sus ideologías, p or cuanto son unos productos de
bién, algo te espera.» Y Abrahán sale, igual que
su cultura, no le permiten traspasar los límites dd
os numerosos emigrantes de nuestra época, a un mundo que hizo a su propia medida. Para qui
los que los cambios económ icos obligan a irse
tom e con cien cia d e su vocación , es necesarii
de su tierra sin saber a dónde irán ni en qué pa­ que Dios lo llame y que él responda.
rara su vida.
Anda a la tierna que y o te mostraré. Abra- N o habrá fe sin rupturas, y por eso D ios ha
nan solo sabe que Dios quiere concederle lo que dispuesto en la vida de cada uno crisis y rupturas,!
deseo toda su vida, y acoge esa promesa. A p e­ El hombre crece superando las «crisis» de su vida:
sar de su edad sabe todavía esperar lo imposible, sale de su familia, entra al trabajo, se casa... L f
y esa disponibilidad de corazón, o esa capacidad te, luego, nos lleva a enfrentar otras rupturas más
de renacer, agrada más a Dios que cualquier otra dolorosas con las que nos ponem os más entera­
obra buena. m ente al servicio d e Dios. El verdadero creyente
Deja tu país, a los de tu raza y a la familia nunca piensa que ha m erecido el descanso y la
ae tu padre. Estas son unas d e las primeras pala­ seguridad, sino que, hasta el fin de su vida, será
bras de Dios en la Sagrada Escritura. Este llama­ un errante, en busca d e otra justicia y de otrai
d o a Abrahan todavía forma parte de un mundo ? 2 32C H eb ? í ei 3 ) ° 6S hum ana (M t 5 ,2 0 ; Lc
de leyendas, com o los capítulos precedentes del
Uenesis, pero también señala la partida de una i ií 9 y a ,está toda cuando Abrahán responde
historia verdadera que se extenderá p or los siglos al llamado de Dios, y el capítulo 15 del Génesis!
y que esta lejos de acabarse: la historia d e Israel y volverá a expresar lo mismo. Encontramos en la
del pueblo cristiano. Si lo llamamos el padre de KiWia fundadores o reformadores de religión, co-
los creyentes, no es sin razón, pues ese llamado m o es Moisés: encontramos sabios y libros de s a J
que recibió y esa partida suya a tierras desconoci­ biduria. Pero hay antes que nada hombres y mu
das es lo mismo que nos pasa a nosotros cuando jeres que responden a la llamada d e Dios. Y las
com enzam os a creer. prom esas que D ios hizo a Abrahán valen tam­
bién para todos los creyentes: gracias a ellos lai
LA FE salvación de Dios se hace realidad en el mundo. I
L o dice la Biblia: En ti serán benditas todas las
Deja tu país a los de tu raza y a la familia de razas de la tierra.
tu padre... A muchos d e nosotros Dios nos dirá En un mundo dividido, en que cada cual de-
mas bien: «Olvídate de tu sabiduría.» Pues si Dios tiende su predio, D ios ha escogido un hombre
habla, esto no es para decim os lo que ya sabe­ que no tiene tierra propia para em pezar el Reino!
mos. Mas bien nos pone a prueba, nos golpea en en que reunirá a todos. En adelante, Dios e s c o j
el corazón para ver cuál será el eco: ¿seremos ca­ gera a los pobres, a las minorías, y a los que no
paces d e librarnos d e nuestra propia sabiduría tienen asegurada su vida, para dar al mundo lo
para entrar en su proyecto? Pensamos saber lo que el mundo no puede descubrir por sí mism o,I
que valemos y a donde debem os ir, pero ¿y si él A ellos tal com o a Abrahán, les prom ete la Ciu- i
hubiera ya dispuesto de nosotros, si nos conocie­ dad definitiva (H eb 11,8). 1
ra m ejor de lo que nos conocemos? La descendencia de Abrahán: ver Mt 3,7; Jn
Abrahán n o fue el que tom ó la iniciativa, sino 8 -33: H e 3 25 ; 1 3 ,2 6 ; R om 4 ,1 3 ; G áí 3,8.1
Abram y Abrahán: G én 17,5. ■
2.3 GENESIS 12

y Ai al oriente. También aquí edificó ron que la mujer era muy hermosa.
un altar a Yavé e invocó su Nombre. 15 Después que la vieron los oficiales
1Luego A bram avanzó por etapas de Faraón, le hablaron a éste muy
hacia el país de Negueb. bien de ella; por eso Saray fue con­
ducida al palacio de Faraón, 16 y en
• ,0 En el país hubo ham bre, y atención a ella, Faraón trató bien a
Abram bajó a Egipto a pasar allí un Abram, quien recibió ovejas, vacas,
tiempo, pues el hambre abrumaba el burros, siervos y camellos.
país. 11 Estando ya para entrar en 17 Pero Y avé afligió con grandes
Egipto, dijo a Saray, su esposa: «Es­ plagas a Faraón y su gente a causa
toy pensando que eres una mujer de Saray. 18 Entonces Faraón llamó a
hermosa. 12 Los egipcios al verte di- Abram y le dijo: «¡Mira lo que me has
rón: “Es su mujer", y me matarán pa­ hecho! ¿Por qué no me dijiste que era
ra llevarte. 13 Di, pues, que eres mi tu esposa? 18 Y yo la hice mi mujer
hermana; esto sera mucho mejor pa­ porque me dijiste que era tu herma­
ra mí, y me respetarán en considera­ na. ¡Ahí tienes a tu esposa! ¡Tómala y
ción a ti.» márchate!» 20 Y Faraón ordenó a sus
M Efectivam ente, cuando Abram hombres que lo devolvieran a la fron­
entró en Egipto, los egipcios nota­ tera con su mujer y tod o lo suyo.

• 1Q. Di que eres mi hermana para que me Palestina. Y para salvar su vida no dudó en ce ­
Iluten bien en consideración a ti. Algunos se der su mujer al Faraón. P e ro dar la mujer era c o ­
«•••« andalizan al ver el nivel p oc o elevado d e la m o establecer una alianza con el Faraón, con
moralidad de ese tiempo, aun del mismo Abra- E gipto — y el pueblo d e Israel aprenderá más
lión. Cuando D ios lo llam ó para que fuera su tarde a sus expensas que todo anda mal cuando
mnigo, no lo cam bió de repente. Este cam bio en vez de contentarse con la Alianza con Dios se
moral debía hacerse lentamente a través d e los si- busca la de Egipto. P or otra parte, Saray es su
illos: Dios es paciente. verdadera esposa, la «mujer libre», que en el plan
Este incidente sin em bargo no es narrado aquí d e Dios debe dar a luz al heredero de Abrahán.
pon casualidad: nos comunica a través de im áge­ Al querer actuar por su cuenta en vez de esperar
nes cosas importantes. Dios acababa de prom e­ la hora de Dios, Abrahán lo estaba echando to­
tí'lie a Abrahán una tierra, p ero n o le había di­ d o a perder. La bendición de Dios no irá a bus­
cho dónde ni cóm o se la daría. Abrahán pensó car a Abrahán al país de los ricos: para sus des­
Iii Imero en Egipto, tierra rica por excelencia con cendientes Egipto no será más que la tierra de la
mi valle regado tan distinto a las secas colinas de esclavitud.
GENESIS 13 24
h 3 I ' Abram, pues, salió de Egipto con valle, llevando sus tiendas desde allí
1 --1 su mujer y todo lo suyo, subiendo al hasta Sodom a. 13 Los habitantes de
N e g u eb ; tam bién Lot estaba con él. Sodoma eran malos y pecadores an­
2 Abram era muy rico, pues tenía animales,
plata y oro. 3 Viajando por etapas, caminó te Yavé.
desde el Negueb hasta Betel, llegando al 14 Yavé dijo a Abram, después qu
lugar donde anteriormente había levantado Lot se separó de él: «Levanta tus ojos
su tienda, entre Betel y Ai. 4 En aquel sitio
había invocado el Nombre de Yavé y cons­ y mira desde el lugar en que estás
truido un altar. hacia el norte, el sur, el oriente y el
poniente. 15Pues bien, toda la tierra
que ves, te la vo y a dar a ti y a tu
Separación de Abram y Lot descendencia para siempre. 16 Multi­
• 5 T a m b ié n L ot, q u e ib a co n plicaré tu descendencia com o el pol­
Abram, tenía rebaños, vacas y tien­ vo de la tierra, de tal manera, que si
se pudiera contar el polvo de la tie­
das. 6 La tierra ya no Ies permitía vi­
vir en un mismo lugar, pues sus re­ rra, también se podría contar tu des­
baños eran demasiado grandes como cendencia. 17 Levántate, recorre el
para que estuvieran juntos. país a lo largo y a lo ancho, pues te
7 Hubo una pelea entre los pasto­lo voy a dar a ti.»
res del rebaño de Abram y los de Lot. 18 A b ra m e n to n c e s le v a n tó su
(Los cananeos y los ferezeos habita­ tiendas y fue a establecerse junto a
ban en el país en aquel tie m p o ).8 Así los árboles d e Mambré, en Hebrón.j
pues, Abram le dijo a Lot: «Mira, es Allí edificó un altar a Yavé.
mejor que no haya peleas entre no­
sotros, ni entre mis pastores y los tu­ 1 1 a l 1 Y sucedió por aquel tiempo que
yos, ya que somos hermanos. 8 ¿No I----- i Amrafel, rey de Senaar, Arioc, rey
del Ponto, Codorlamor, rey de los elamitas,
tienes todo el país ante ti? Pues bien, y Tadai, rey de los Goyim, 7 declararon la
separémonos. Si tú te vas por la iz­ uerra a Bera, rey de Sodoma, Bersa, rey
quierda, yo me iré por la derecha. Y
si tú te vas por la derecha, yo tomaré ber,
§
e Gomorra, Sineab, rey de Adama, Seme-I
rey de Seboim, y al rey de Bela, (es
la izquierda.» decir, Soar) . 3 Todos estos se reunieron en
10 el
Lot miró y vio toda la llanura del valle de Sidlm, que es ahora el Mar Sala­
do. 4 Durante doce años habían estado ba­
Jordán, que era toda ella de regadío. jo e! dominio de Codorlamor, y e! año de­
Pues antes de que Y avé destruyera cimotercero decidieron rebelarse. 3 El año
S od om a y Gom orra, era co m o un decimocuarto vino Codorlamor con los re­ 5
jardín de Yavé, com o el país de E gip­ yes que estaban de su parte, y derrotaron
to viniendo de Soar. 11 Lot eligió para a los refaítas en Astarotcarnaim, a los zu- ,n

sí todo el valle del Jordán, y se tras­ zíes en Ham, a los emeos en Save-Caria-
taim 6 y a los horitas en los cerros de Seir,
ladó al oriente. A s í se separaron el hasta los Campos de Parán, que estén cer­
uno del otro. 12 Abram se estableció ca del desierto.
en Canaán, y Lot en las ciudades del 7 Luego se volvieron y llegaron hasta la

• 1 3 .5 Se produce una pelea entre los servi­ miel (Núm 13,27), o sea, la tierra que recibió una
dores de Abranán y los de Lot. Abrahán antepo­ bendición de fecundidad. Pero esta tierra todavía jl
ne la paz a sus propios intereses y deja que Lot no la poseerá Abrahán en propiedad; Dios sólo ]|
elija su terreno. le promete que será suya. P or el m om ento se ha­
Si tú te vas p or la izquierda, yo me iré por la lla ocupada por los cananeos.
derecha. Abrahán ya posee las intuiciones de la T o d a la historia d e Israel, y toda su fe se re­
fe. N o sabe todavía que la tierra que va a escoger lacionará con esta tierra. Les fue prom etida,
es sólo una imagen de la tierra misteriosa que es el deberán conquistarla, y D ios les dirá que n o la
reino de Dios en nosotros. Sin embargo, en vez de g u a rd a rá n s in o m a n te n ié n d o s e fie le s a su
escoger él, cede a Lot la primera opción. Sin dar­ alianza. En toda esa prim era etapa de la histo­
se cuenta, hace un acto de caridad. Sin quererlo, ria sagrada, Dios educó a los hom bres con la
ha descubierto la tierra verdadera, esto es, el cora­ rom esa d e una tierra que debían hacer suya.j
zón del hombre, que es donde se realiza el Reino
de Dios. Aparentemente, Lot escoge lo mejor. En
? es que el hom bre n o puede descubrir su cíig-;
nidad d e hijo de D ios si n o tiene esperanzas}
realidad lo pierde. co n cre ta s tales c o m o la tie rra y la casa. El
Toda la tierra que ues, te la voy a dar a ti pa­ hom bre no puede desarrollar su personalidad I
ra siempre. Esta es la tierra de Canaán, hoy lla­ si n o tiene algo que cuidar y que defender, a l-:
mada Palestina. Es la tierra que m ana lecne y g o p or qué luchar.
25 GENESIS 15
fuente de Misfat, o sea Cadés, y arrasaron después de derrotar a Codorlamor y
todo el país de los amalecitas y de los sus aliados, le salió ai encuentro el
amorreos que vivían en Asasontamar. 8 Sa­ rey de Sodom a en el valle de Save
lieron entonces los reyes de Sodoma, Go-
morra, Adama, Seboim y también el rey de (es decir, el valle del Rey).
Bala (o Soar), y se dispusieron en orden de 18 Entonces M elquisedec, rey de
batalla en el valle de Sidlm, 9 contra Co- Salem, trajo pan y vino, pues era sa­
dorlamor, rey de los elamitas, Tadal, rey cerdote del »Dios Altísimo». 19 Melqui­
de Goyim, Amrafel, rey de Senaar, y Arioc, se d e c bendijo a Abram , diciendo:
rey del Ponto. Eran, pues, cuatro reyes «Abram, bendito seas del Dios Altísi­
contra cinco.
10 El valle de Sidlm estaba lleno de pozosmo, Creador del cielo y de la tierra.
de asfalto, y los reyes de Sodoma y Gomo- 20 Y bendito sea el Dios Altísimo, por­
rra, mientras huían, unos cayeron en los que entregó a tus enem igos en tus
pozos y los demás huyeron a los montes. m anos.» Y Abram le dio la décim a
" Los vencedores se adueñaron de las ri­ oarte de todo lo que llevaba.
quezas y las reservas de alimentos de So­ 21 Luego el rey de Sodoma dijo a
doma y Gomorra y se marcharon. 12 Se lle­
varon también con ellos a Lot, hijo del
Abram : «D evu élvem e las personas
hermano de Abram, con todo lo que tenía, que has liberado, y quédate con sus
pues vivía en Sodoma. pertenencias.» 22 Abram le respondió:
13 üno de los que escaparon vino a avi­«Levanto mi mano hacia Yave, crea­
sar a Abram el hebreo, que vivía en el valle dor del cielo y de la tierra, el Dios A l­
de Manobré el amorreo, hermano de Escol tísimo, 23 para jurar que no tomaré
y de Aner, que eran aliados de Abram.
una hebra de hilo, ni el cordón de un
zapato, ni cosa alguna que te perte­
Abram y Melquisedec n e z c a . A s í tú no p o d r á s d e c ir :
“ Abram se hizo rico a costa m ía.”
• 14 En cuanto oyó Abram que los
24 N o quiero nada para mí, sino tan
cuatro jefes habían llevado prisionero
sólo lo que han com id o mis h om ­
a su hermano Lot, escogió trescien­
bres. En cuanto a mis aliados Aner,
tos dieciocho de sus hombres que se
Escol y Mambré, que ellos mismos
habían criado en su casa y los persi­
tomen su parte.»
guió hasta la ciudad de Dan. ,6 Con
sus hom bres ca y ó de noche sobre
ellos, los derroto y persiguió hasta Alianza de Dios con Abram
Jobá, al norte de Damasco. 16 Recu­
• 1 Después de estos sucesos,
peró el botín,, y también a su sobrino
Lot con sus pertenencias, a las muje­
15
Y a v é d ir ig ió su p a la b ra a
res y al resto de la gente. Abram en una visión, y le dijo: «N o
17 Cuando Abram venía de vuelta, temas, Abram, yo soy tu protector.

• 1 4 .1 4 ¿D e d ón de surgió la leyen da que páginas de la Biblia en que las naciones y las reli­
li-limos en el presente capítulo y que se insertó giones extranjeras son presentadas com o los ene­
muy tarde en la historia de Abrahán? V e r el c o­ migos del pueblo de Dios, que debemos valorar
mentario d e H eb 7. estos escasos párrafos de otra inspiración. Tanto
Muchos autores cristianos han visto en el sa­ el pueblo de Dios com o las otras naciones son
ri ificio d e Melquisedec, el único que m enciona parte del mismo plan de salvación.
nan y vino en el Antigu o Testam ento, una pre- P e ro mientras los M agos vienen a adorar al
llijuración de la eucaristía. El autor de la Carta Salvador, aquí Melquisedec es el que da la bendi­
n los H eb reos se fija más bien en la persona de ción a Abrahán. S e dijo a Abrahán que la «bendi­
Melquisedec, pues en la tradición bíblica los re­ ción» prometida a sus descendientes alcanzaría
yes no se confundían con los sacerdotes, y ve todas las naciones; p e ro luego D ios bendice a
en este p erson aje una figu ra d e C ris to (H eb Abrahán por medio de Melquisedec.
5,6; 7). Aqu í tenem os para meditar. ¿Cuántas veces
Pero hay aquí algo más que notar: Melquise- nos nemos sentido avergonzados, o hem os sido
i lee era sacerdote del Dios Altísimo, Creador ayudados por la manera de actuar de familiares y
ilnl cielo y de la tierra. Es decir que conocía a amigos que, a pesar de no ser cristianos, tenían
|)los sin haber recibido su palabra, com o era el una conciencia más recta y más generosa que la
i .iso de Abrahán. El encuentro de Melquisedec m uestra? S ó lo D ios sabe p or qué p o n e a los
ron Abrahán tiene, pues, el mismo significado h o m b res en tan tos y tan d iv ers os cam in os.
i|iie la venida de los Magos al pesebre: esos hom­
ines representan a la inmensa m ayoría d e los • 1 5 .1 Señor Yavé, yo soy un hombre sin
pueblos, que han conocido a Dios y lo han servi­ hijos. A partir de cierta edad el hombre se in­
rlo en las más diversas religiones. Y son tantas las quieta por lo que va a quedar de su vida: su ma-
GENESIS 15
26
,!ecom pensa sera m uy grande.» le dijo: «Debes saber desde ahora que
A b ram resp on d ió: «S eñ or Y a v é
tus descendientes serán forasteros en
¿qué me quieres dar? Soy un hombre una tierra que no es suya. Los esclavi­
sin hijos, y todo lo que poseo pasará zaran y los explotarán durante cuatro­
a Eliezer de Damasco. 3 Ya que no cientos años. M Pero yo vendré a juz­
m e diste descendencia, tendré por gar a la nación que los ha oprimido, y
heredero a uno de mis sirvientes.» después saldrán cargados de riqueza:
4 Entonces le llegó una palabrade t n cuanto a ti, irás a reunirte coi
Yave: « I u heredero no será Eliezer, tus padres en paz, y serás sepultadc
sino un hijo tuyo, nacido de tu propia después de una ancianidad dichosa,!
carne y sangre.» 5 Yavé lo sacó afue­ I us descendientes de la cuarta q
neracion volverán a esta tierra que no
ra y le dijo: «Mira al cielo y cuenta las
estrellas, si puedes. Así será tu des­ te puedo entregar ahora, pues la mal­
cendencia.» dad de los am orreos todavía no ha
Y creyó Abram a Yavé, el que lo merecido que yo se la quite.»
tuvo en adelante por un hombre jus­ Cuando el sol ya se había puestp
to. Yave le dijo: «Yo soy Yavé, que y estaba todo oscuro, algo com o un
te saco de ür de los Caldeos, para calentador humeante y una antorcha
entregarte esta tierra en propiedad.» en cen d id a pasaron por m ed io de
aquellos animales partidos. 18 Aquel
8 Abram le preguntó: «Señor, »en
día Yavé pactó una alianza con Abrar
que conoceré yo que será mía?» 3 Le
diciendo: «A tu descendencia daré est:
contestó: «Tráem e una ternera, una
tierra desde el torrente de Egipto hastí
cabra y un carnero, todos ellos de el gran no Eufrates.
tres anos, y también una paloma v
un p ich ón » 13 Abram trajo todos es­ El país de los queridas, de los ceniceos,\
tos animales, los partió por mitad y y de los cadmoneos,10 de los hititas, de los
puso una mitad frente a la otra- ¡as a í e£?°S y os refajías, 11 de los amorreos\
aves no las partió. " Las aves rapa­ buseoscananeos' de l°s jergeseos y los je-
ces se anzaban sobre la carne, pero
Abram las ahuyentaba.
12 Nacimiento de Ismael
Cuando el sol estaba a punto de
ponerse, Abram cayó en un profundo
sueno y se apodero de él un terror y ' esP osa de Abram, no
una gran oscuridad. 13 Entonces Yave te había dado hijos, pero tenía
una esclava egipcia que se llamaba

trimonio, sus hijos, sus años de trabajo. En ese


p re n so m om en to Abrahán demuestra su fe al to o alianza, les da la oportunidad de entrar er
una vada de fidelidad. Estos conocerán a S o s c ?
U A t a ñ í , r n T Í ? 518 aParentem ente irrealizables m o persona viva y lo tratarán com o tal
t á rec lp S c a D ' ° S “ e com ienzo de una amis- . . \or. ef ° - al em pezar su obra de salvación en la
Yavé lo consideró un hombre justo No- oor- historia humana, D ios quiere que un hombre ñor
¡ £ f lu f e? un h°m b re muy bueno o : porque Ií l f nf S’ com Parta su secreto y se alce a la aítu-
has ayudado mucho a íu prójimo, o: porque me ra i J f ,.sus. P ro yecto s: Abrahán c re y ó a Dios
Mediante esa fe, el decreto eterno de Dios se
m i urmte mu?hps años.,., sPnoTorq™
n o s l o ^ Z S 1“ haS PUeS‘ ° 611 m'8 ™ - te í e l o u í l í m9razán y la mente i e un creyen-
ns'«y Fu J ? as que un montón de obras bue-
A b m m n s f q / h u l p a ctS V a.A lia r a n c o n S lr a Estemn?onte' i K a ck°.mplicidad misteriosa une
o o d p 1li Ribluf ™b a mucho de,M <¡>nza a lo lar- ffiianzá P Abrahan y a Dios: ésta es la

^ Ü e S d a ^ l i T h V X e ^ eS'° de qUe Dios hace con Abrahán una Alianza seqún las
costumbres de aquella época. Cuando los hom-
dol? m iS d p tnHUn pacto’. arrjh°s pasaban entre las
P ^ o tam b^n quiere llevar a su madurez la m 2a 34 1 « 1 A h l i l 6' Un an,n?al sacr¡hcado (ver Jer
humana y, para que esto se haga realidad es ne- n ¡™ T ° ' Ab rahan cum ple c o n e s e rito y por
cesario que en el mundo una minoría, por lo me- Dios, pasa un fuego que lo representa, ya que es
La T 86 fo m p ro m e te y 'h a c e la ’ n 7 o S Í & S
SSnHnao tt| nCOntra<¡ 0 a P ios en forma personal,
siendo este encuentro el principio de las exoe-
nencias mas valiosas. p R o m l^ G ílS A H ^ T ú f D ' ° S: f i a b 2 ’ 4;

ma a a|ocCn ,T b ia k0 Ia,rg? .de la historia. Dios Ila-


ma ,a l?s que El ha elegido según su desionio v
predestinación eterna. A l hacer con ellos un pac­
I

27 GENESIS 16
Agar. 2 Y dijo Saray a Abram : «Ya te parezca.» Y com o Saray la maltra­
que Yavé me ha hecho estéril, toma tara, ella huyó.
a mi esclava y únete a ella, a ver si
yo tendré algún hijo por m edio de • 7 La encontró el Angel de Yavé
ella.» Abram hizo caso a las palabras junto a una fuente de agua en el desier­
de su esposa. to (la fuente que hay en el camino de
Sur), 8 y le dijo: «Agar, esclava de Sa­
3 Abram llevaba diez años viviendo
ray, ¿de dónde vienes y a dónde vas?»
en Canaán, cuando su esposa Saray
5 Ella contestó: «Estoy huyendo de Sa­
lomó a su esclava A g a r y se la dio a
ray, mi señora.» Le replico el Angel del
su esposo Abram por mujer.
Señor: «Regresa donde tu señora y
‘ Abram, pues, se unió a Agar, y ponte a sus órdenes con humildad.»
quedó embarazada. Al notarse Agar “ El Angel de Yavé añadió: «Multiplica­
en ese estado, comenzó a despreciar ré de tal manera tu descendencia, que
a su señora, 5 quien dijo a Abram : no se podrá contar».
«Que esta ofensa recaiga sobre ti. Yo " Y el Angel le dijo: «Mira que es­
te entregué a mi esclava por mujer, y tás embarazada y darás a luz a un hi­
cuando se v e em b arazada, ya no jo, al que pondrás por nombre Isma­
cuento nada para ella. Juzgue Yavé el, porque Y avé ha considerado tu
entre tú y yo.» miseria. 12 El será un hombre feroz,
6 Abram le contestó: «Ahí tienes aque se levantará contra todos y todos
tu esclava, haz con ella com o mejor se levantarán contra él, y plantará su

promete al anciano, ¿acaso no lo podría tener bla por m edio de visiones o palabras y, a veces,
de Agar, su otra esposa? Para que sea conside- com o en el caso de los grandes profetas, en for­
lad oT n jo d e S aray, ¿ n o bastaría que ésta lo ma más directa, en un contacto íntimo y espiri­
adoptara según las costumbres d e ese tiem po? tual.
Dios calla y deja que Abrahán solucione estos P ero no podem os tomar al pie de la letra todo
problemas según se lo dicte su conciencia toda­ lo que se dice de apariciones o palabras recibidas
vía muy primitiva. de Dios, porque los pueblos antiguos no se e x­
presaban com o nosotros. Cuando un hombre se
Pero fracasa el plan de Abrahán: el heredero preguntaba a sí mismo o era tentado por el mal,
que Dios le prom etió no será hijo procreado y ellos expresaban a veces esta meditación interior
nacido «según la carne», o sea, con los recursos por medio de personajes y decían que el dem o­
humanos, sino un hijo del milagro. En esto se no- nio o Dios dialogaban con ese hombre: ver Jos
la la libertad de Dios, que prefiere realizar sus 7 ,10 y 1 R 3,4.
promesas en el m om ento en que parecen im po­ Muy posiblem ente. Dios no actuaba con los
nibles de conseguir. hombres antiguos de la Biblia de la misma mane­
ra que en nuestro tiempo. Ahora, después de la
venida de Cristo, todo lo tenemos en él y en su
APARICIONES Y ANGELES Iglesia, y D ios habitualmente reserva visiones y
apariciones para los que lleva por un camino es­
¿Qué pensar de esas apariciones de ángeles? pecial. En cambio, en los prim eros siglos de la
. Realidad o manera de decir? Precisemos lo si- Biblia, Dios se comunicaba mucho más con estos
(luiente: medios más ostensibles, pero inferiores.
No debem os confundir los ángeles y el Angel
de Yavé. Solam ente en los libros más tardíos del
Antiguo Testamento (y, por supuesto, en el Nue­ • 7. Rearesa donde tu señora. Esta es una
vo) se habla de ángeles con el sentido que les da­ palabra del Señor para tantas personas que c o­
mos: criaturas espirituales que ocupan un lugar nocen una suerte injusta; para las muchachas
en el ordenamiento del mundo y en la salvación que, en una sociedad clasista, deben aceptar tra­
'le los hombres. Así, en Za 1 y 2. Tam bién en bajos humillantes para no morir, de hambre junto
l)n 9,21 y 10,12-21. En cambio, los antiguos is­ con sus padres; para los jóvenes que, después de
raelitas hablaban del An gel de Y avé, o sea, de un estudiar en la universidad, comprenden que, fue­
Mensajero de Y avé para expresar muchas cosas ra de una élite reducida, solamente se necesitan
que no sabían explicar y que denotaban una in- barrenderos y peones.
lervención de Dios. Cuando una epidemia destru­ Ponte a sus órdenes con humildad. N o por-
ye providencialmente el ejército asirio, es el án- ue su tiranía sea justa, sino porque tú también
«{(’/ de Yavé: v e r Is 3 7 ,3 6 y tam bién 2 Sam ebes liberarte de tu soberbia. Tienes la razón al
'Vi,16. Sabiendo que a Dios nadie lo puede ver, pensar que vales más de lo que te ofrece la socie­
■uando alguien tenía una aparición se hablaba dad, pero si el Señor, p or m edio de las circuns­
ilel Angel de Y avé: ver Jue 6,11. tancias, te humilla, confía en él y piensa que esta
Toda la Biblia muestra que Dios se da a cono- humillación te prep ara para una m isión más
( er a los que lo buscan, usando un sinnúmero de grande que aquella en que pensabas. Si te quedas
medios. Habla por medio de los acontecimientos; consciente de que Dios te llama a ser persona li­
Ilumina el corazón del que lee la Palabra; habla bre y que libera a los otros, él te dará la oportuni­
por medio de nuestras intuiciones y sueños; ha­ dad de hacerlo.
GENESIS 16 28
tienda desafiante frente a la de sus za cco n tig o y co n tu descendencia
hermanos.» después de ti: ésta es una alianza eter­
: ' Agar invocó a Yavé que le habla­ na. Yo seré tu Dios y, después de ti,
ba, dándole este nombre: «Tú eres de tu descendencia.
EI-Roí.» Porque pensó: «No hay duda 8 Yo te daré a ti, y después de ti a
ue he visto a Aquel que me ve.» 14 tu posteridad, la tierra en qu e vives
or eso se llamó aquel pozo «el pozo com o peregrino, es decir, toda la tie­
de Lajay-Roi» y está entre Cades y rra de Canaán, en posesión perpetua,
Bered. y seré el Dios de los tuyos.«
15 A gar dio a luz un hijo, y Abram
le puso el nom bre de Ismael al hijo
La circuncisión
que,A gar le había dado. 16 Abram te­
nía ochenta y seis años cuando A gar • 8 D ijo Dios a Abrahán: «Guarda
le dio su hijo Ismael. m i alianza, tú y tus descendientes des­
pués de ti, de generación en genera­
Abram pasa a ser Abrahán ción. 10 Esta es m i alianza con tigo y
con tu raza después de ti, que ustedes '
* 1 Tenía A b ra m n o v e n ta y
deberán guardar: todo varón entre us­
nueve años, cuando se le apa­
tedes será circun cid ad o. " Ustedes
reció Yavé y le dijo: «Yo soy el Dios de
cortarán el prepucio y ésta será la se­
las Alturas. Camina en m i presencia ñal de la alianza entre yo y ustedes.
y sé p e rfe cto . 2 Yo e s ta b le ce ré m i ¡2_En adelante y para siempre, todo va­
alianza entre Yo y tú, y te m ultiplica­ rón entre ustedes deberá ser circunci­
ré más y más.« dado a los och o días después de su
3 A b ra m ca y ó rostro en tierra, y nacimiento, tanto el nacido en tu casa,
Dios le habló así: 4 «Esta es m i alianza com o el extranjero que haya sido com ­
que vou a pactar contigo: tú serás el prado com o esclavo. 13 Sea que hayan
padre de una m ultitud de naciones. nacido en tu casa, o hayan sido com ­
l io te llam arás más A b ra m , sino prados com o esclavos, deberán ser cir­
Abrahán, pues te tengo destinado a cuncidados.
ser padre de una m ultitud de nacio­ Esta alianza mía grabada en la car­
nes. 6 Yo te haré crecer sin límites, de ne de ustedes es una alianza perpe­
ti saldrán naciones y reyes, de gene­ tua. 14 Todo varón no circuncidado, al
ración en generación.7 Pacto m i alian­ que no se le haya cortado el prepu-

• 1 7 .1 Abram significa: Padre venerado, y Es una alianza perpetua (13). En Israel, la


Abrahán: Padre de una muchedumbre. Al cam­ circuncisión revistió una sign ificación nueva:
biar Dios el nombre de su servidor, le concede era considerada c om o la señal distintiva d e los
que em piece una nueva vida y que sea realmente que perten ecen al pueblo escogido. S ó lo p or la
lo que expresa el nombre nuevo. Así procederá circuncisión entraba un extranjero a la com uni­
Jesús con el primer responsable de su Iglesia: Jn dad r elig io s a d e Israel: el n o -circu n ciso era
considerado c om o una persona impura para la
Lahai Roí: el que vive y ve (7). Por cierto es que D ios sipnte repulso. Este rito ob ligatorio
una etim ología popular, pero el texto la refiere expresaba una verdad profunda: p or más que
para indicar l a muy fuerte experiencia que había D ios quiera a todas sus criaturas, y m ucho más
tenido Agar. Haber visto que Dios vive y que nos a los hombres, cada uno de nosotros al nacer
ve, es suficiente para darnos alas. v al crecer, recibe su parte de la ceguera y de
Cuando Mahoma se presente c om o el nuevo la r e b e ld ía d e n u es tro m u n d o r e s p e c to de
profeta, recordará que según las tradiciones bíbli­ Dios. Un corte es siem pre necesario, y esta se­
cas los arabes descienden de Abrahán, por Isma­ paración de muchas cosas que p arecen norm a­
el. Pero, al mismo tiempo, dejará vacías de su con- les a todos los otros nos ap arece a veces com o
tenido las promesas de Dios a Abrahán. Para él una mutilación, a pesar de que nos p on e en un
Abrahán y Moisés serán en primer lugar los encar­ cam ino más exigente.
gados de transmitir las órdenes de Dios y de hacer Sin em bargo, los profetas enseñarán que lo
que se observen las oraciones y los mandamientos. • im portante es la circuncisión del corazón, es de­
cir, el despojarse de sus vicios. Pues el rito exte­
• 9 La circuncisión era una costumbre anti­ rior no tiene ningún valor si uno no vive lo que
gua de los pueblos orientales. Esta operación era expresa este signo. V e r Jer 9,24 : Deut 10,16;
uno de esos «ritos de iniciación» con que en algu­ Gal 5,4; Fil 3,3; Rom 2,25. >
nos pueblos hacen entrar al adolescente en la so­ Para los cristianos ya no im porta «haber sido
ciedad de los adultos. Era un rito religioso desti­ circuncidado o no»: H e 1 1,3-15; 1 C or 7,19-
nado a procurar la fecundidad. Gál 6,15; C ol 2,11 y 2,16-22.
1

29 GENESIS 18

ció, será e lim in a d o de su p u e b lo , p o r del día. 2 Al levantar sus ojos, Abra­


haber roto m i A lia n za ." hán vio a tres hombres que estaban
parados a poca distancia. En cuanto
“ Dijo Dios a Abrahán:«A Saray, tu espo­ los vio, corrió hacia ellos y se postró
sa, ya no la llamarás Sarau, sino Sara. Yo en tierra, 3 diciendo: «Señor mío, si
la bendeciré y te daré de ella un hijo. IS La m e haces el favor, te ruego que no
bendeciré de tal manera, que pueblos y re­
yes saldrán de ella."
pases al lado de tu servidor sin dete­
" Entonces Abrahán, agachándose hasta nerte. 4 Les haré traer un p o co de
locar la tierra con su cara, se puso a reír, agua para que se laven los pies y
pues pensaba: -¿Acaso le ua a nacer un hijo descansen bajo estos árboles. 5 Les
a un hombre de cien años? ¿Ypuede Sara, a haré traer un poco de pan para que
sus nouenta años, dar a luz?" 11 Y dijo a recuperen sus fuerzas, antes de pro­
Dios: -Si al menos aceptaras a Ismael para
servir tus designios. " 19 Pero Dios le respon­ seguir su viaje, pues creo que para
dió: ‘De ninguna manera, pues va a ser Sa­ esto pasaron ustedes por mi casa.»
ra, tu esposa, la que te dara un hijo y le pon­ Ellos respondieron: «Haz com o has
drás p o r nom bre Isaac. E stableceré mi dicho.»
alianza con él, y con su descendencia des­ 6 Abrahán fue rápidam ente a la
pués de él para siempre. 20 En cuanto a Is­
mael, también te he escuchado. Yo lo bende­ tienda, donde estaba Sara, y le dijo:
ciré y le daré una descendencia muy grande «¡De prisa, tres m edidas de harina!
y muy numerosa. Será el padre de doce amásala y haz unas tortas.»7 Luego él
príncipes y haré de él una gran nación. 21 Pe­ mismo corrió al potrero, tomó un ter­
ro mi alianza la estableceré con Isaac, que nero tierno y bueno y se lo entregó a
Sara te dará a luz por este tiempo, el año un muchacho para que lo preparara
que viene." 22 Así terminó Dios de hablar con
in m ed iata m en te. 8 D esp u és tom ó
Abrahán y se alejó.
22 Tomo entonces Abrahán a su hijo Is­mantequilla, leche y el ternero ya co ­
mael, a todos los nacidos en su casa y a to­ cinado y se lo presentó a ellos. El se
dos los que había comprado, en una pala­ quedó de pie a su lado, bajo el árbol,
bra, a iodos los varones que había en la mientras comían. 9 Entonces le pre­
familia y los circuncidó ese mismo día, tal co­ guntaron: «¿Dónde está Sara, tu espo­
mo Dios le había mandado. 21 Abrahán tenía
noventa y nueve años cuando se circuncidó, sa?» El les respondió: «Está dentro, en
n y su hijo Ismael tenía trece años cuando la tienda.» 10 El otro le dijo: «Dentro de
fue circuncidado. 2S En aquel mismo día fue­ un año volveré por aquí, y para enton­
ron circuncidados Abrahán y su hijo Ismael. ces Sara, tu mujer, tendrá un hijo.»
" También todos los varones de su casa, tan­ Sara estaba escuchando a la en­
to los nacidos en ella como los esclavos com­ trada de la tienda, a la espalda del
prados a algún extranjero, fueron igualmente
que hablaba. 11 Abrahán y Sara eran
circuncidados con él.
ancianos, bien entrados en años, y
ella no tenía ya lo que le pasa ordi­
Yavé visita a Abrahán nariamente a las mujeres. 12 Sara se
> o ] • 1Yavé se presentó a Abrahán rió, mientras pensaba: «Ahora que
l o | junto a los árboles de Mambré soy andana, ¿haré el amor con mi
mientras estaba sentado a la entrada marido que es tan viejo?» 13 Pero Y a ­
lie su tienda, a la hora más calurosa vé dijo a Abrahán: «¿Por qué se ha

• 18 .1 Las promesas de Dios eran para los des- Admírese esta narración tan sencilla: Dios, con
i .-ndientes de Abrahán: él mismo nunca vería su sus apariencias humanas, viene a pedirle la hospi­
11 implimiento. Pero Dios da a su amigo una prueba talidad a su amigo antes de colm arlo d e favores.
. |t- lo que va a realizar: Isaac nace en circunstancias Dios no se presenta solo, sino acompañado por
milagrosas. Era de temer que los descendientes de dos ángeles, com o para desvirtuar la imagen del
Abrahán se creyeran superiores a los demás y pen- Dios solitario propia d e aquellos que todavía no
hiti.tn ser salvados por el solo hecho de pertenecer saben del misterio de las Tres Personas divinas.
,« mi raza (Le 3,8). En realidad. Dios reconoció por ¿Por qué se ha reído Sara? (13). L o de la risa
lu-rederos de Abrahán a los puros descendientes de de Sara es otra de esas explicaciones de tipo fol­
Unnc, el hijo del milagro, el hijo d e Sara, y no a sus klórico que la Biblia proporciona respecto de los
nli os hijos nacidos de mujeres esclavas. C on esto nombres de lugares y de personas: pues su hijo
i n>s enseña que nadie tiene derechos sobre el por se llamará Isaac, nombre que suena com o «ha re­
Líber nacido en tal o cual familia. Sus promesas ído» en idioma hebreo
»urán para nosotros si imitamos a Abrahán en su fe ¿Hav algo imposible para Dios? V e r Le 1,3/;
«./ti 4,21-31; Rom 4,13-17). lf f , 2 7 f M e 11,22.
GENESIS 18 30
reído Sara? ¿Por qué ha dicho: Cómo al justo junto con el malvado? 24 Tal
vo y a tener un hijo ahora que soy vez haya cincuenta justos dentro de
vieja? 14 ¿Hay acaso algo imposible la ciudad: ¿es cierto que vas a aca-1.
para Yave? Pues bien, volveré a visi­ bar con todos y no perdonar el lugar I
tarte dentro de un año, y para enton­ en atención a esos cincuenta justos?!
ces Sara tendrá un hijo.» 25 ¡Tú no vas a hacer algo semejante, i
15 Sara trató de defenderse, puesperm itir que el bueno sea tratado
tuvo miedo, y dijo: «Yo no me he reí­ igual que el m alvado! ¿O es que el
do.» Pero él contestó: «Cierto que te juez de toda la tierra no aceptará lo
has reído.» que es justo?» 26 Yavé le dijo: «Si en­
cuentro en Sodoma cincuenta justos
dentro de la ciudad, perdonaré a todo
Abrahán intercede por Sodoma el lugar en atención a ellos.»
27 Abrahán volvió a hablar: «Sé que
• 16 Los hombres se levantaron y
a lo mejor es un atrevimiento hablar
marcharon en dirección de Sodoma,
a mi Señor, y o que soy polvo y ceni­
mientras Abrahán los acom pañaba
za, 28 pero si faltan cinco justos para
para indicarles el camino. 11Y Yavé se
llegar a los cincuenta, ¿destruirás la
preguntó: «¿Ocultaré a Abrahán lo
ciudad por esos cin co que faltan?» |
que voy a hacer, 18 cuando justamen­
Y avé respondió: «N o habrá destruc-¡
te quiero que salga de él una nación
ción si encuentro allí cuarenta y cin­
grande y poderosa, y que a través de
co hombres justos.»
el sean bendecidas todas las naciones
29 Abrahán insistió: «Pero a lo m e
de la tierra?
jor se encuentran allí sólo cuarenta
18 Pues lo he escogido para que ordene a justos.» Yavé contestó: «En atención
sus hijos y a los de su raza después de él, a esos cuarenta, no lo h a ré.»30 Abra­
que guarden el camino de Yavé y vivan se- hán continuó todavía: «N o se enoje
ún la justicia y haciendo el bien, para que mi Señor si sigo hablando, pero tal
avé cumpla con Abrahán todo lo que le vez no se encuentren más que treinta
ha prometido.»
justos.» Yavé contestó: «No lo haré si
encuentro allí treinta ju stos.»31 A b ra-;
20 Dijo entonces Yavé: «Las quejashán insistió: «Sé que es una osadía
contra Sodoma y Gomorra son enor­ por mi parte hablar así a mi Señor;
mes, y su pecado es en verdad muy pero, ¿y si se encuentran allí sola­
rande. 21 Voy a visitarlos, y compro-

g
mente veinte justos?» Yavé contestó:
aré si han actuado según esas que­ «No destruiré el lugar, en atención a
jas que han llegado hasta mí. Si no esos veinte.»
es así, lo sabré.» 32 Abrahán dijo: «Vaya, no se enoje
22 Los hombres partieron y se diri­ mi Señor, y hablaré por última vez.
gieron a Sodoma, mientras Yavé se Puede ser que se encuentren allí sólo
quedaba de pie delante de Abrahán. diez.» Yavé dijo: «En atención a esos
23 Se acercó entonces Abrahán y le diez, no destruiré la ciudad.»
dijo: «¿Es cierto que vas a exterminar 33 Cuando Yavé terminó de hablar

• 16. ¿Ocultaré a Abrahán lo que uoy a ha­ muera, sino que cam bie su mala conducta y vi­
cer? A l hacernos amigos suyos, Dios nos confía va» (Ez 33 ,1 1 ). y
una responsabilidad sobre el mundo. C o m o la Sé aue es una osadía de mi parte hablar así
amistad que existe entre hombres, la amistad con a mi Señor (31). Esta osadía a e Abrahán, que
Dios significa compartir todo. Dios nos enseña a empieza a regatear con mucha discreción y fir-:
pensar com o él y a actuar con él, y nos invita a m eza, demuestra su fe. El anciano discute con
pedir. Dios de la misma manera que lo haría con un
N o pensem os que con m ucho insistir en la am igo al concluir algún negocio. N ótese cóm o
oración con segu irem os d e D ios lo que él no Abrahán sigue sentado mientras el Señ or está de
quiere dam os, porque no nos conviene. P e ro le pie ante él. Este trato tan sencillo pareció falta de
gusta que sepamos luchar e insistir para lograr respeto a los que ulteriormente leyeron la Biblia;
Jo que él mismo quiere dar en su misericordia. entonces cambiaron la frase: «Abrahán estaba de
N o quiere im ponerlo en form a unilateral, sino pie para conversar con Y avé sentado.» Pero tam­
darlo al que sabe desearlo d e la misma manera bién Jesús dijo que atendería a sus fieles servido­
que el lo d esea: « Y o n o qu iero que el im p ío res com o un sirviente a sus señores (Le 12,37).
II GENESIS 19

con Abrahán se fue, mientras Abra- la puerta. 10 Pero los dos hom bres
hán volvió a su casa. desde adentro extendieron sus bra­
zos, tomaron a Lot, lo introdujeron en
Destrucción de Sodoma la casa y cerraron la puerta. " Hirie­
ron de ceguera a los hom bres que
* ' Los dos ángeles llegaron a estaban fuera, desde el m ás joven
Sodoma al atardecer. L o t es ­ hasta el más viejo, de modo que no
tiba sentado a la entrada del pueblo. fueron ya capaces de encontrar la
Apenas los vio, salió a su encuentro,
puerta.
•te arrodilló inclinándose profunda­
12 Los dos hombres dijeron a Lot:
mente, 2 y les dijo: «Señores míos, Ies
«¿A quién más de los tuyos tienes
mego que vengan a la casa de este
aquí? ¿Tus yernos? Tienes que llevar
■tiervo suyo a pasar la noche. Se la­
de este lugar a tus hijos e hijas y to­
varán los pies, descansarán y maña­
do lo que tienes en la ciudad. ú Va­
na, al am anecer, podrán seguir su
mos a destruir esta ciudad, pues son
camino.» Ellos le respondieron: «No,
enormes las quejas en su contra que
pasaremos la noche en la plaza.» Pe­
han llegado hasta Yavé, y él nos ha
lo él insistió tanto, que lo siguieron a
enviado a destruirla.» Salió enton­
«u casa, y les preparó comida. 3 Hizo
ces Lot y dijo a sus yernos, a los que
panes sin levadura y comieron.
iban a casarse con sus hijas: «Leván­
' No estaban a costa d os todavía tense y salgan de aquí, pues Yavé va
cuando los v e c in o s , es d e c ir los a destruir la ciudad.» Pero ellos creían
hombres de Sodom a, jóvenes y an­ que Lot estaba bromeando.
cianos, rodearon la casa: ¡estaba el
,5 Al amanecer los ángeles apura­
pueblo entero! 5 Llamaron, a Lot y le
ron a Lot diciéndole: «Date prisa, to ­
•lljeron: «¿Dónde están esos hombres
ma a tu esposa y a tus dos hijas y
que llegaron a tu casa esta noche?
márchate, no sea que te alcance el
Mándanoslos afuera, para que abuse­
castigo de esta ciudad.» 16 Y com o él
mos de ellos.» aún vacilase, lo tomaron de la mano,
‘ Lot salió de la casa y se dirigió junto a su mujer y a sus dos hijas,
luida ellos, cerrando la puerta detrás porque Yavé había tenido compasión
di: sí, 7 y les dijo: «Les ruego, herma­ de dios, y lo llevaron fuera de la ciu­
nos míos, que no cometan semejante
dad.
maldad. 8 Miren, tengo dos hijas que 17 (Ina vez fuera, le dijeron: «Ponte
todavía son vírgenes. Se las v o y a a salvo. Por tu vida, no mires hacia
tiner para que ustedes hagan con atrás ni te detengas en parte alguna
rilas lo que quieran, pero dejen tran­ de esta llanura, sino que huye a la
quilos a estos hombres que han con- m on tañ a para q u e no p e r e z c a s .»
llndo en mi hospitalidad.»9 Pero ellos
le respondieron: «¡Quítate del medio!
,s Pero Lot replicó: *¡Oh, no, Señor mío!
¡Itres un forastero y ya quieres actuar 11 Veo que me ñas hecho un gran favor y
• orno juez! Ahora te trataremos a ti que has sido muy bueno conmigo conser­
peor que a ellos.» Lo empujaron vio­ vándome la vida. Pero yo no puedo llegar
lentamente y se disponían a romper hasta la montaña sin que me alcance el

• 19 .1 El salar del Mar Muerto y las ruinas de marlos a la ligera. Los profetas recordarán esta
ilm ciudades destruidas por terremotos, Sodoma catástrofe al amenazar a los que se niegan a con­
V <iomorra, proporcionaron tal vez una ocasión vertirse (ver Isaías 1,9: Ez 16,49), y también Jesús
Im ire fle xion ar. N o olvidemos que en ese tiem- en el Evangelio (Mt 10,15; Le Í/,2 9 ).
IMi los hombres veían castigos de Dios en las ca- El p resente relato n o olvida subrayar, en la
lÁntrofes, y su bendición en la prosperidad. De persona de Lot, que Dios nunca olvida ni a uno
ithl nació el presente relato, com o una manera siquiera de sus hijos, aunque se hallen aislados en
ile enseñar algunas verdades: m edio de los malos. ,
El respeto a los huéspedes, que hay que La respuesta de L ot (v. 8) nos parece increí­
m nqcr siempre com o ángeles de Dios. ble. Corresponde, sin embargo, a las ideas de
El horror a la homosexualidad. aquel tiempo. La hospitalidad era un deber sa­
Si «lom a y Gom orra quedarán en la historia sa- grado; en cambio a las mujeres se las conside­
qiflfla com o nombres trágicos, pruebas de que raba como personas de segunda clase. Ver algo
lino no debe burlarse de los juicios de Dios o to­ muy parecido en Jueces IV.
GENESIS 19 32
desastre y la muerte. 20 Mira este pueblito parezca.» 35 Le hicieron beber y lo embria­
que está más cerca y en el que podría re­ garon de nuevo aquella noche, y la hija
fugiarme. Es tan pequeño, y para mí es menor se acostó con él. El padre no se dio
cosa de vida o muerte, ¿no podría estar a cuenta de nada, ni cuando ella se acostó ni
salvo allí?» 21 El otro respondió: «También cuando se levantó. 36 Y así las dos hijas de
este favor te lo concedo, y no destruiré ese Lot quedaron embarazadas de su padre.
pueblo del que has hablado. 22 Pero huye 37 La mayor dio a luz un hijo y lo llamó
rápidamente, ya que no puedo hacer nada Moab: éste fue el padre de los moabitas,
hasta que tú no hayas llegado allá. (Por es­ que todavía existen hoy. 38 La menor tam­
to, aquel pueblo fue llamado Soar, o sea, bién dio a luz un hijo y lo llamó Ben-Ammí,
Pequeño.) y es el padre de 1 os actuales amonitas.

23 El sol ya había salido cuando Lot


Abrahán y Sara en Guerar
entró en Soar. 24 Entonces Yavé hizo
llover del cielo sobre Sodoma y Go- • 1 Abrahán se trasladó de allí al te­
morra azufre ardiendo que venía de rritorio del Negueb y se instaló entre
Cadés y Sur; después fue a vivir un tiempo
Y avé, 25 y que destruyo co m p leta ­
a Guerar. 2 Abrahán decía de su esposa
mente estas ciudades y toda la llanu­ Sara: «Es mi hermana.» Oyendo esto, el
ra con todos sus habitantes y la v e ­ rey de Guerar, llamado Abimelec, mandó a
getación. buscarla para él.
3 Pero en la noche Dios habló a Abimel
Varias leyendas en sueños y le dijo: «Date por muerto a
causa de esa mujer que has tomado, por­
• 26 La mujer de Lot miró hacia atrás, y que es casada.» 4 Abimelec no la había to­
quedó convertida en una estatua de sal. cado aún y dijo: «Pero, Señor mío, ¿vas a
27 Abrahán se levantó muy de madruga­dar muerte a un pagano que es inocente?
da y fue al lugar donde antes había estado 5 El me dijo que era su hermana, y ella
con Yavé. 28 Miró hacia Sodoma y Gomorra también me dijo: “Es mi hermano”. Yo he
y hacia toda la comarca del valle y vio una actuado con corazón sencillo y con manos
gran humareda que subía de la tierra, se­ limpias. » 6 Dios le dijo: «Yo sé que lo hiciste
mejante a la humareda de un horno. con corazón sencillo y por eso te he librado
23 Cuando Dios destruyó las ciudades dede pecar contra mí, y no he permitido que
la llanura, se acordó de Abrahán y libró a la tocases. 7 Ahora devuelve su mujer a ese
Lot de la catástrofe, mientras arrasaba las hombre, porque es un profeta. El rogará
ciudades donde Lot había uiuido. por ti y vivirás. Pero si no se la devuelves,
30 Después Lot salió de Soar con sus dos debes saber que morirás sin remedio, tú y
hijas, pues no se sentía seguro allí, y se fue todos los tuyos.»
a vivir al monte, en una cueva. 31 Entonces 8 Abimelec se levantó muy de mañana,
dijo la hija mayor a la menor: «Nuestro pa­ llamando a todos sus oficiales, les contó
dre está viejo y no ha quedado ni un hom­ privadamente todo esto. Ellos, al oírlo,
bre siquiera en esta región que pueda unir­ quedaron muy asustados. 9 Llamó enton­
se a nosotras com o se hace en todo el ces Abimelec a Abrahán y le dijo: «¡En qué
mundo. 32 Ven y embriaguémoslo con vino lío nos metiste! ¿En que te he ofendido,
y acostémonos con él. Así sobrevivirá la fa­ para que traigas sobre mí y mi país un pe­
milia de nuestro padre. » 33 Y así lo hicieron cado tan grande? Te has portacfo como no
aquella misma noche, y la mayor se acostó debe hacerse.» 10 Y Abimelec le preguntó:
con su padre, quien no se dio cuenta de na­ «¿Por qué has hecho eso?» 11 Respondió
da, ni cuando ella se acostó ni cuando se Abrahán: «Pensé que si no había temor de
levantó. Dios en este lugar, podrían matarme por
34 Al día siguiente dijo la mayor a la m e­ causa de mi esposa. 12 Pero es verdad que
nor: «Ya sabes que me acosté anoche con es mi hermana, pues es hija de mi padre,
mi padre. Hagámosle beber vino otra vez aunque no de mi madre, y na pasado a ser
esta noche y te acuestas tú también con él, mi esposa. 13 Desde que los dioses me han
para que la raza de nuestro padre no desa­ hecho caminar de un lado para otro, lejos

• 26. N o olvidemos que ésas son tradiciones los pueblos entre los cuales vivían. En tres lu­
legendarias del pueblo israelita, referentes al ori­ gares del Génesis encon tram os el presente su­
gen de los puebfos vecinos y su relación con ellos. ceso p rotagon izad o p o r p ersonas d iferentes y
Y a que un odio secular separaba a los israelitas de en diversas circunstancias (ver 1 2 ,1 4 y 2 6 ,7 ).
los amonitas y moabitas, la presente explicación El gue lea esos relatos uno después d e otro
no estaba destinada precisam ente a elogiarlos. • vera un p rogreso: p or una parte, m ayor deli­
cadeza para hablar de la conducta del antepa­
• 2 0 .1 L os israelitas guardaban recuerdos sado; p or otra, un sentido más exacto del p e­
de con flictos entre sus antepasados errantes y cado.
33 GENESIS 21
de mi patria, le dije: «Tú me harás el favor Abrahán despide a Agar
de decir, en cualquier lugar donde llegue­
mos, que soy tu hermano.»
14 Abimelec mandó traer ovejas y bue­ • 8 Creció el niño, y el día en que
yes, esclavos y esclavas y se los dio a dejó de ser amam antado, Abrahán
Abrahán, al mismo tiempo que le devolvía celebró un gran banquete. 9 Sara vio
su esposa Sara. 15 Después A bim elec que el hijo que la egipcia Agar había
agrego: «Ahí tienes a mi tierra, puedes vi­ dado a Abranán, se burlaba de su hi­
vir donde quieras.» 16 Y a Sara le dijo: «Le jo Isaac, 10y dijo a Abrahán: «Despide
he dado a tu hermano mil monedas de
plata, que serán para ti como un velo que a esa esclava y a su hijo, pues el hijo
tiendas ante los ojos de todos los que es­ de esa esclava no debe compartir la
tán contigo, y asi nadie pensará mal de herencia con mi hijo, con Isaac.»
ti.» 17 Entonces Abrahán oró por Abim e­ " Esto desagradó mucho a Abra­
lec, y Dios curó a Abimelec, a su esposa hán, por ser Ismael su hijo. 12 Pero
y a sus esclavos, a fin de que pudieran te­ Dios fe dijo: «No te preocupes por el
ner hijos. 18 Porque Dios había vuelto esté­
riles a todas las mujeres en la casa de muchacho ni por tu sirvienta. Haz to­
A bim elec, a causa de Sara, esposa de do lo que te pide Sara, porque de
Abrahán. Isaac saldrá la descendencia que lle­
ve tu n om b re.13 Pero también ael hijo
de la sierva yo haré una gran nación,
Nacimiento de Isaac por ser descendiente tuyo.»
• 1 Yaué uisitó a Sara tal com o 14 Abrahán se levantó por la m a­
lo había dicho; Yaué hizo con ñana muy temprano, tom ó pan y un
Sara aquello m ism o qu e había pro­ recipiente de cuero lleno de agua y
se los dio a A gar. Le puso su hijo
m etido. 2 Sara qu ed ó embarazada,
sobre el hombro y la despidió. A gar
dio a luz un hijo de Abrahán siendo
se marchó y anduvo errante por el
ya anciana, y en la misma fecha que desierto de Bersebá. 15 Cuando no
Dios había señalado.3 Abrahán le p u ­ uedó nada de agua en el recipiente
so p o r nombre Isaac al hijo qu e le na­ e cuero, dejó tirado al niño bajo un
ció, el hijo que Sara dio a lu z .4 Lo cir­ matorral 16 y fue a sentarse a la dis­
cuncidó a los ocho días, conform e a tancia de un tiro de arco, pues pen­
lo que Dios le había ordenado.5Abra­ só: «Al m enos no veré m orir a mi
hán tenía cien años de edad cuando hijo.»
le nació Isaac. Com o se alejara para sentarse, el
6 Sara dijo: «Dios me ha hecho reír, niño se puso a llorar a gritos. 17 Dios
y todos los que se enteren se reirán oyó los gritos del nino, y el Angel de
también.» 7 Y añadió: «¡Quién hubiera Dios llamó desde el cielo a Agar y le
dicho a Abrahán que yo amamantaría dijo: «¿Qué te pasa, Agar? No temas,
hijos! Y sin embargo, le he dado a luz ue Dios ha oído ál niño gritando
un hijo en su vejez.»
n ande está. 18 Anda a buscar al ni-

• 2 1 .1 Yaué uisitó a Sara tal como lo había lsaac recibirá todos ios cuidados de su padre. El
anunciado. Así, después de muchos años, Dios heredará, no algo material para sí, sino las p ro­
cumple su promesa a Abrahán (cap. 18). Isaac es mesas d e D ios para sus descendientes. Dios eje­
el hijo de la promesa, pues nació contra toda es­ cuta sus proyectos con firmeza, pero no atropella
peranza humana para cumplir una promesa de a nadie: véase c ó m o se com p ad ece d e Agar.
Dios (ver Gál 4 ,22; Rom 9,7). Es fácil ver que este relato es otra versión de lo
Ella, siendo vieja, dio a luz un hijo de Abrahán. que fue contado en el c. 16. P ero en ese capítulo
En la Biblia hay algunos nacimientos fuera de las Dios es llamado por su nombre de Y avé, y se
leyes normales de la naturaleza: Samuel, Sansón, menciona un pozo del desierto del sur; esa tradi­
.Juan Bautista..., todos salvadores. Estos nacimien­ ción. pues viene de la tribu de Judá en el sur. En
tos anuncian y figuran el nacimiento virginal del cambio el capítulo se debe a las tribus de Israel
Salvador Jesús, y anuncian el segundo nacimiento en el norte.
de los que la Iglesia da a luz p or el bautismo.• Abrahán tenía varias mujeres, com o los hom ­
bres importantes de su pueblo. Durante muchos
años los israelitas siguieron considerando normal
• 8. H ay problemas en la familia de Abrahán esta costumbre. Solam ente con el tiem po Dios
como en la de cualquier otro, y Dios se aprove­ les hizo descubrir las exigencias del matrimonio.
cha de ellos para llevar a bien sus planes. Es bue­ El hijo de la esclaua no heredará con el de la
no que se vaya A gar con su hijo, pues con esto mujer libre: Gál 4 ,28; 2 C or 6,14.
GENESIS 21 34
ño, y llévalo bien agarrado, porque excavado yo. » 31 Por eso aquel lugar fue lla­
de éí haré y o un gran pueblo.» mado Bersebá (o sea, pozo del juramentó),
19 Entonces Dios le abrió los ojos y porque allí juraron ambos.
vio un pozo de agua. Llenó el reci­ 32 Después de haber hecho el pacto en
Bersebá, Abimelec y Ficol, general de sus
piente de cuero y dio de beber al ni­ tropas, volvieron al país de los filisteos.
ño. 33 Abrahán plantó un árbol de tamarindo en
20 Dios asistió al niño, que creció y Bersebá y allí invocó el nombre de Yavé,
vivió en el desierto, llegando a ser un Dios Eterno. 34 Abrahán estuvo todavía
experto tirador de arco. 21 Vivió en el mucho tiempo viviendo en el país de los fi­
listeos.
desierto de Paran, donde su madre lo
casó con una mujer egipcia.
El sacrificio de Isaac
22 Por aquel tiempo, Abimelec fue con Fi-
col, general de sus tropas, a hablar a Abra-
hán, y le dijo: «Dios está contigo en todo • 1 Tiem po después, Dios qui­
cuanto emprendes. 23 Por eso júrame ahora so probar a Abrahán y lo lla­
mismo ante Dios que no me harás daño, ni mó: «Abrahán.» Respondió él: «Aquí
a mí, ni a mis hijos, ni a mis descendien­ es to y .»2 Y Dios le dijo: «Toma a tu hi­
tes, sino que usarás conmigo y con esta
tierra en la que habitas, la misma bondad jo, al único que tienes y al que amas,
que yo he usado contigo.» 24 Abrahán le Isaac, y vete a la región de Moriah.
respondió: «Lo juro.» Allí m e lo ofrecerás en holocausto,
21 Y de inmediato Abrahán se quejó ante en un cerro que yo te indicaré.»
Abimelec de que algunos servidores de éste
se habían apoderado por la fuerza de un po­ 3 Se levantó Abrahán de madruga­
zo que le pertenecía. Abimelec le contes­ da, ensilló su burro, llamó a dos mu­
tó: «No sé quién haya hecho tal cosa, pero chachos para que lo acompañaran,
tú no me has dicho nada, y yo me entero de y tom ó consigo a su hijo Isaac. Par­
eso sólo ahora. » 27 Abrahán tomó unas ove­ tió leña para el sacrificio y se puso
jas y vacas y se las dio a Abimelec, e hicie­ en marcha hacia el lugar que Dios le
ron los dos un pacto. 28 Abrahán puso apar­
te siete ovejas de su rebaño, 29 y Abimelec había indicado. 4 A l tercer día levan­
le pregunto: «¿Qué significan estas siete tó los ojos y divisó desde lejos el lu­
ovejas que has separado?» 30 Le respondió gar. 5 Entonces dijo a los m ucha­
Abrahán: «Acepta estas siete ovejas de mi chos: «Quédense aquí con el burro.
mano, como prueba de que ese pozo lo he El niño y yo nos vam os allá arriba a

• 2 2 .1 Dios no deja en paz a sus amigos, sino Si bien estos problemas nos parecen pertene­
que los prueba para que crezcan en la fe. Reser­ cer al pasado, este relato n o ha dejado de instruir
va sus mayores dones a los que se mantienen fir­ la conciencia cristiana:
mes en el m om ento en que él les quita toda espe­
ra n za . A b r a h á n h a v iv id o c o n fia d o en las — Nuestra sensibilidad se rebela al ver cóm o
Dios im pone a Abrahán el sacrificio más costoso
promesas de Dios para su hijo. Ahora, ¿está dis­
puesto a sacrificar a este hijo y estas promesas? para un padre: ¿no habrá otro camino para lie- . 1
Dios lo ha puesto en un camino, ¿qué nará el día vam os al am or perfecto? Pero Abrahán, por cre­
en que el camino esté cerrado? yente y am igo de Dios que sea, es un hombre p e­
Este relato, sin em bargo, nos choca: ¿có m o cad or y s olam en te una o p e ra c ió n quirúrgica
puede purificar su c ora zó n . En este acto, es
puede Dios pedirle a Abrahán que sacrifique a su
hijo? Para com prender este texto, debem os ha­ Abrahán el que muere, no Isaac, y con su sacrifi­
cio alcanza la Vida (ver L e 1 7,33; Rom 4,17;
cer una doble lectura. En un prim er tiempo, este Heb 11,19).
texto quería ser una condenación formal de cual­
quier sacrificio humano. N o olvidemos que en la — Abrahán es aquí el m odelo de otros padres
época en que se redactó, los cananeos practica­ a los que Dios pide sacrificar el tiem po y los cui­
ban con frecuencia sacrificios de niños; y muchos dados que podían dar a sus propios hijos, para
israelitas, al ver el ejem plo de los cananeos, se­ trabajar en la tarea de salvar a sus hermanos. Se­
guían esas costumbres muy antiguas. P or eso los guramente que, para seguir a Jesús, algunos de
profetas lucharon con todas sus Tuerzas en contra ios apóstoles, com o Pedro, dejaron a su mujer y
de ese tipo de sacrificios (véase Jer 19). Aquí, en a sus hijos (Me 10,28).
un prim er m om ento, Abrahán considera que es — Abrahán es tam bién c o m o una figura del
voluntad de Dios que inmole a su hijo Isaac, pero Pad re D ios sacrificando a su p ro p io H ijo para
al final del relato Dios interviene de manera cate­ salvar a los p e c a d o re s (R o m 5 ,8 : 8 ,3 2 ); si
górica para detenerlo en su acción. b ie n lo s té r m in o s s a c r if ic io , s u fr im ie n to ,
Este texto también quiere justificar la ley., del am or, n o tienen para él el m ism o sentido que
rescate de los primogénitos (Ex 13,13). Todas las ara los humanos, n o d ebem os pensar que un J
primicias pertenecen a Dios; pero al revés de los
primogénitos de los animales que deben ser in­
B ios indiferente e inaccesible a la com pasión
nos e x ig e sacrificios d e los que él no tiene ex- j
molados, los del hombre son rescatados. periencia.
35 GENESIS 23

adorar, y lu ego vo lverem o s donde sus muchachos, y juntos emprendie­


ustedes.» ron la marcha hacia Bersebá, donde
6 Abrahán tom ó la leña para el sa­ Abrahán fijó su residencia.
crificio y la cargó sobre su hijo Isaac. 20 A lg ú n tie m p o d e s p u é s , lle g a r o n n o ti­
Tom ó luego en su mano el brasero y c ia s a A b r a h á n d e q u e ta m b ié n M e lc á le
el cuchillo y en seguida partieron los h a b ía d a d o h ijo s a N a jo r , su h e r m a n o :
dos. 7 Entonces Isaac dijo a Abrahán: 21 CJs, el p rim o g é n ito , B u z su h e rm a n o , C a-
«Padre m ío.» Le respond ió: «/Qué m u e l, q u e fu e p a d re d e lo s sirios. 22 C a s e d ,
hay, hljito?» Prosiguió Isaac: «Lleva- A za u , r e íd a s , J e d la f y B a tu e l , 23 (q u e fu e el
a d r e d e R e b e c a . ) É s to s fu e ro n lo s o c h o
mos el fuego y la leña, pero, ¿dónde
ijos q u e M e lc á d io a N a jo r, el h e r m a n o d e
está el cordero para el sacrificio?» A o r a h á n . 24 N a jo r te n ía una c o n c u b in a , lla ­
8 Abrahán le respondió: «Dios mismo m a d a R o m a , q u e ta m b ié n d io a luz a T e -
proveerá el cordero, hijo mío.» Y con­ b aj, Q a ja m , T a ja s y M a a c a .
tinuaron juntos el camino.
9 Al llegar al lugar que Dios le ha­
bía indicado, Abrahán levantó un al­ La tumba de Abrahán y Sara
tar y puso la leña sobre él. Luego ató • ' Sara m urió a la edad de ciento
a su hijo Isaac y lo co locó sobre la ueintisiete a ños2 en la ciudad de Ki-
leña. 10 Extendió después su mano y riat-Arbe —o sea, Hebrón— , en el país de
tom ó el cuchillo para degollar a su Canaán. Abrahán hizo duelo por ella y la
hijo, " pero el Angel de Dios lo llamó lloró.
desde el cielo y le dijo: «Abrahán, 3 Dejando el lugar donde estaba el cuer­
po, Abrahán dijo a los hititas: 4 «Yo no soy
Abrahán.» Contestó él: «Aquí estoy.» más que un forastero en medio de ustedes.
12 «No toques al niño, ni le nagas na­ Denme una tierra en medio de ustedes, p a ­
da, pu es ahora v e o q u e te m e s a ra que sea mía y pueda enterrar a mi difun­
Dios, ya que no me has negado a tu ta.» 5 Los hititas le respondieron: 6 «Escú­
hijo, el único que tienes.» chanos, señor: entre nosotros tú eres un
príncipe de Dios. Sepulta a tu difunta en la
13 Abrahán miró a su alrededor, ymejor de nuestras sepulturas, pues ningu­
vio cerca de él a un carnero que te­ no de nosotros te negará una tumba para
nia los cuernos enredados en un zar­ tu difunta.»
zal. Fue a buscarlo y lo ofreció en sa­ 1 Se levantó Abrahán, e inclinándose an­
crificio en lugar de su hijo. 14 Abrahán te los hititas, 8 les dijo: «Si están de acuerdo
llamó a aquel lugar «Yavé provee». Y en que yo entierre a mi difunta, escúchen­
todavía hoy la gente dice: «En ese me e intercedan por m í ante Efrón, hijo de
Seor, 9 para que me ceda la cueva de Mac-
monte Yavé provee.» pelá, que es suya y está al borde de su fin­
15 Volvió a llamar el Angel de Diosca. Que me la dé por su precio justo, u que
a Abrahán desde el cielo, 6 y le dijo: sea en adelante propiedad mía en medio de
«Juro por mí mismo — palabra de Ya­ ustedes.»
vé— que, ya que has hecho esto y no 10 Entonces Efrón, que estaba sentado en­
me has negado a tu hijo, el único que tre los hititas presentes, le respondió de ma­
nera que todos lo oyeran: 1' «no, señor mío,
tienes, 17 te colmaré de bendiciones y escúchame: yo te regalo el campo y tam­
multiplicaré tanto tus descendientes, bién la cueva que hau en él. En presencia
que serán tan numerosos com o las de los hijos de mi pueblo te la doy. Sepulta
estrellas del cielo o com o la arena allí a tu difunta.»
que hay a orillas del mar. Tus des­ 12 Abrahán se inclinó de nuevo profunda­
cendientes se impondrán a sus ene­ mente ante los hititas, y se dirigió a Efrón,
migos. 18 Y porque has obedecido a de modo que los propietarios presentes lo
oyeran, u le dijo: 33 «A ver si nos entende­
mi voz, todos los pueblos de la tierra mos: yo te pago el precio de la finca. Acép­
serán bendecidos a través de tu des­ tamelo y enterrare en ella a m i difunta.»
cendencia.» 14 Contestó Efrón a Abrahán: «Señor mío,
19 Abrahán regresó a donde estaban escúchame: i5 cuatrocientas monedas de

• 2 3 .1 Abrahán recorrió Palestina sin tener délo de los creyentes. Sin embargo, la muerte de
en ella ni siquiera donde poner el pie (H eb 7,9); Sara le da la oportunidad d e comprar, por lo m e­
todo lo tiene en promesa, siendo en esto el mo- nos, el lugar donde enterrarla.
GENESIS 23 36
plata por un terreno, ¿no seria lo justo para llevarás para allá a mi h ijo .»9 El m a­
ambos? Pues bien, sepulta a tu difunta.< yordomo colocó su mano debajo del
“ Abrahán estuvo de acuerdo y pesó para
Efrón, en presencia de los hititas, la plata
muslo de su patrón Abrahán, y le ju­
que habían acordado: cuatrocientas piezas ró que cumpliría este encargo.
de plata, en monedas de mercader. Luego el servidor es co g ió diez
17 camellos entre los de su patrón y se
Fue asi como la finca de Efrón, que está
en Macpelá, frente a Mambré, con la cueua puso en m archa, llevan do tod o lo
que hay en ella y todos los árboles, tanto mejor que poseía Abrahán. Y caminó
(os que tiene el campo como los que hay en hasta alcanzar la ciudad de Najor, en
su alrededor, 18 pasaron a ser propiedad de
Abrahán, a la vista de todos los hititas re­ el país de Aram. 11 Era ya tarde, la
gistrados en esta ciudad. hora en que las mujeres salen a bus­
19 Después Abrahán sepultó a Sara, su mu­ car agua ai pozo; hizo arrodillar a los
jer, en la cueva que está en el campo de Mac­ camellos junto al pozo, en las afueras
pelá, frente a Mambré, en Canaán. 20 De este de la ciudad.
modo el campo, con la cueva que en él se en­ 12 Entonces el mayordomo oró así
cuentra, fueron vendidos a Abrahán por tos «Yavé, Dios de mi patrón Abrahán,
hititas, para que sirviera de sepultura.
haz que me vaya bien hoy y muestra
tu benevolencia para con mi patrón
Eliezer busca una esposa Abrahán. 13 Voy a quedarme junto a
para Isaac la fuente, mientras las muchachas de
O A ¡ ' ' Abrahán era ya un anciano la ciudad vienen a buscar agua, 14 y a
muy avanzado en edad, y Ya- una de ellas le voy a decir: «Por fa­
v é le h a b ía fa v o r e c id o en to d o . vor, indina tu cántaro para que yo
pueda tom ar agua.» Si ella m e res­
2 Abrahán dijo a su servidor más an­
onde: «Toma y daré también de be-
tiguo, que era su m ayordom o: «Pon
er a tus camellos», haz que sea ella
tu mano bajo mi muslo, 3 y júrame la que tú has destinado para tu servi­
por Yavé, Dios del cielo y de la tierra, dor Isaac. Esta será para mí la señal
que no tomarás para mi hijo una mu­ de que has escuchado a mi patrón.»
jer de raza cananea, pues viv o en 15 N o había term in a d o d e orar,
medio de éstos, 4 sino que irás a mi cuando salió Rebeca con su cántaro
país, a buscar entre mi parentela una al hombro. Era la hija de Batuel, el
mujer para mi hijo Isaac.» hijo de Milcá, esposa de Najor, her­
5 El servidor le respondió: «Y si lam ano de Abrahán. 16 La jo v en era
mujer no quiere venir conmigo a esta muy bella y aún virgen, pues no ha­
tierra, ¿tendré que llevar a tu hijo a la bía tenido contacto con ningún hom­
tierra de donde saliste?» 6 Abrahán le bre. Bajó a la fuente, llenó el cántaro
contestó: «Por ningún motivo llevarás y subió. 17 Entonces el hombre corrió
allá a mi hijo. 7 Pues Yavé, Dios del a su encuentro y le dijo: «Por favor,
cielo y de la tierra, que me sacó de la dame un poco de agua de tu cánta­
familia de mi padre y del país donde ro.» 18 Ella respondió: «Bebe, mi se­
nací, m e p rom etió con ju ram ento ñor.» Y bajando inm ediatam ente el
que entregaría este p a ís a mis des­ cántaro sobre su mano le dio de be­
cendientes. Y enviará a su Angel d e­ ber. 19 Cuando hubo acabado de dar­
lante de ti, para que traigas de allá le agua, le dijo: «T am b ién sacaré
una mujer para mi hijo. 8 Si la mujer agua para tus camellos hasta que se
no quiere seguirte, quedarás libre de sa cien .»20 Vació rápidamente su cán­
este juramento. Pero en ningún caso taro en la pila, corrió de nuevo al po-

• 2 4 .1 N o tomarás para mi hiio una mujer Abrahán y ser madre del pueblo elegido, debe
de raza cananea. Pues Isaac es el «nijo de la P ro ­ abandonar su casa y su tierra.
mesa», y la fidelidad a esta promesa es la gran in­ Haz que sea ella la que tú has destinado pa­
quietud de la vida de Abrahán. El matrimonio de ra Isaac (14). Dios guía a los que al contraer ma­
su hijo con una cananea, acostumbrada a los cul­ trimonio desean antes que nada hacer su volun­
tos paganos, sin duda alguna podría p on er en tad; les hará e n con trar a la p erson a que les
pejigro esta fidelidad. permita realizar m ejor ese deseo. Esta será tam­
También Rebeca, para entrar en la familia de bién la lección del libro de Tobías.
J7 GEMESIS 24

¿o a sacar agua y trajo para todos un h ijo al q u e ha d e ja d o t o d o lo q u e p o s e e .


sus ca m ellos.21 Entretanto el hombre 37 M i p atrón m e h iz o ju rar y m e o r d e n ó : «N o
b u s c a rá s e s p o s a p ara m i h ijo d e e n tre las
la contemplaba en silencio, pregun- m u je re s c a n a n e a s , en c u y o p aís v iv o , 38*si­
lándose si Yavé habría hecho que su n o q u e irás a la tierra d e m i p a d re y b u s c a ­
viaje tuviera éxito o no. rás e n m i fa m ilia una e s p o s a p ara m i hijo.»
22 Cuando acabaron de beber los39 Y o le p re g u n té : «¿ Y si e lla n o q u ie r e s e ­
camellos, él sacó un anillo de oro de g u irm e ? » 40 El m e c o n te s t ó : «Y a v é , al q u e
h e s e r v id o s ie m p r e , m a n d a r á a su A n g e l
seis gramos y se lo puso a la joven ara q u e te a c o m p a ñ e , y resu lte tu v ia je ,
en las narices. Luego tom ó para sus orn a rá s una m u je r p a ra m i h ijo d e e n tre
brazos dos brazaletes de oro de unos m i p a r e n t e la y d e la c a s a d e m i p a d r e .
sesenta gramos. 23 Y le dijo: «Dime, 41 Q u e d a r á s lib re d e tu ju r a m e n to c o n tan
por favor, ¿de quién eres hija? ¿Ha­ s ó lo lle g a r d o n d e m i p a ren te la : si e llo s no
te la q u ie re n dar, q u e d a r á s lib re.»
brá lugar en la casa de tus padres
para pasar la noche?» 24 Ella le res­ 42 A s í, pu es, al lle g a r h o y a la fu e n te h ice
esta sú p lica: «Y a v é , D io s d e m i s e ñ o r A b r a ­
pondió: «Soy hija de Batuel, el hijo hán, si q u ieres q u e el v ia je q u e h e e m p r e n ­
que Milcá le dio a Najor.» 25 Y prosi­ d id o te n g a é x ito , c o n c é d e m e lo s igu ien te :
guió: «T e n e m o s paja y fo rra je en 43 M e v o y a q u e d a r p a r a d o al la d o d e la
abundancia, y también hay lugar pa­ fu ente, y c u a n d o lle g u e a lg u n a jo v e n a s a ­
ra pasar la noche.» c a r a g u a , le diré: “ D a m e un p o c o d e a g u a
d e tu c á n ta ro ”. 44 Y si m e res p o n d e: “T o m a ,
26 Entonces el hombre cayó de ro­y lu e g o s a c a r é m á s a g u a p a ra tus c a m e ­
dillas y adoró a Y a vé, 27 diciendo: llo s ” , q u e é s a s e a la m u je r q u e Y a v é tie n e
«Bendito sea Yavé, Dios de mi señor d e stin ad a p ara el h ijo d e m i p a trón . 45 N i si­
Abrahán, pues ha mostrado una vez qu iera h a bía te rm in a d o d e d e c ir es ta s p a la ­
más su bondad y fidelidad para con b ras en m i interior, c u a n d o a p a r e c ió R e b e ­
c a , c o n su c á n ta ro al h o m b ro , y b a jó a la
mi patrón, y m e ha conducido a la
fu e n te p a ra s a c a r a g u a . 46 Y o le d ije : «P o r
casa d e l h e rm a n o d e m i a m o .» fa v o r, d a m e d e b e b e r .» A l m o m e n to b a jó el
28 Mientras tanto la jo v e n corrió y c á n ta ro d e su h o m b r o y d ijo: «T o m a , y ta m ­
contó a la casa de su madre todo lo b ién v o y a d ar a g u a a tus c a m e llo s .» B ebí,
sucedido. p u e s , y d e s p u é s e lla d io ta m b ié n a g u a a
29 Rebeca tenía un hermano llama­ m is c a m e llo s . 47 E n s e g u id a le p re g u n té :
«¿ D e q u ié n e re s h ija ?» M e res p o n d ió : «S o y
do Labán. 30 Cuando vio el anillo y hija d e B atuel, el hijo d e N a jo r y d e M ilc á.»
los brazaletes que llevaba su herma­ E n to n c e s le p u se el a n illo e n su nariz y los
na, y oyó decir a Rebeca: «Esto me b ra za le te s e n sus b ra zo s , 48 e h in c á n d o m e
lia dich o ese h om b re...», co rrió a d e r o d illa s , a d o r é a Y a v é , b e n d ic ie n d o al
buscar al hombre que estaba de pie D io s d e m i p atrón A b ra h á n , q u e m e h abía
c o n d u c id o p o r el bu en c a m in o p ara c o n s e ­
junto a los camellos, al lado del pozo.
gu ir p ara su h ijo a la hija d e l h e rm a n o d e
" Y le dijo: «¡O h bendito de Y avé! m i p atrón . 49 A h o r a , si u s te d e s tie n e n una
¿Por qué te quedas afuera? Ven. He res p u e s ta b u en a y s in c e ra para m i p atrón ,
despejado un sitio en la casa y hay h á g a n m e lo sab er; y si n o , d íg a n m e lo ta m ­
cabida para tus camellos.» 32 Enton­ b ié n p ara q u e p u e d a to m a r una d e cis ió n .»
ces el hombre entró en la casa y de­
sensilló los camellos. Dieron paja y 50 Labán y Batuel respondieron:
forraje a los cam ellos, y a él y sus «En todo esto está la mano de Yavé,
acompañantes les trajeron agua para y no tenemos nada que añadir.31 Ahí
que se lavaran los pies. 33 Después tienes a R ebeca: tóm ala y llévala
les ofrecieron com ida. Pero él dijo: contigo. Que sea la esposa del hijo
«No com eré hasta que no diga lo que de tu patrón, com o Y avé lo ha dis­
tengo que decir.» Labán le dijo: «Ha­ puesto.» 52 Al oír esto el servidor de
bla.» Abrahán, se echó por tierra adorando
a Yavé. 53 Luego sacó joyas de oro y
34 E n to n c e s e m p e z ó a d e c ir: « Y o s o y s e r ­ plata, y también vestidos, y se los dio
vidor d e A b ra h á n . 4 35
3 Y a v é h a b e n d e c id o y a Rebeca. Hizo también valiosos re­
e n riq u e c id o a m i a m o . L e h a d a d o g a n a d o , galos a su hermano y a su madre.
ovejas, p la ta y o r o , s e rv id o r e s y sirvien tas,
c a m e llo s y b u rro s . 36*A h o r a b ie n , s ie n d o y a
54 Luego él y sus acompañantes co ­
¡nuy a n c ia n o , su e s p o s a S a ra le h a d a d o mieron y bebieron.
GENESIS 24 38
Pasaron allí la noche, y a la maña­ J e s b o c y S u ra j . 3 J e c s á n fu e p a d re d e Saba
na siguiente, apenas se levantaron, él y D e d á n . L o s h ijo s d e D e d a n fu e ro n los
dijo: «Permítanme volver donde mi se­ a s u n ta s , lo s la tu s íe s y lo s le u m íe s . 4 D e
M a d iá n n a cie ron : E fá, E fer, E n o c , A b id á y
ñor.» 55 Entonces el hermano y la m a­
E ld a a . T o d o s e s t o s fu e ro n d e s c e n d ie n t e s
dre de Rebeca contestaron: «Que la d e Q uetu rá.
joven se quede todavía algunos días 5 A b ra h á n d io to d o lo s u y o a Is a a c . 6 A los
más con nosotros y después se irá.» h ijos d e las con cu b in a s q u e te n ía Abrahán,
56 Pero él insistió: «Si Yave hizo que mi en c a m b io , le s hizo r eg a lo s, y e s ta n d o é l v i­
viaje tuviera éxito, ustedes ahora no v o to d a vía , los e n v ió m á s al e ste, a los p aí­
me demoren, y déjenme volver a la s e s d el orien te, le jo s d e Isaac.

casa de mi patrón.»57 Ellos le dijeron: 7 Abrahán uiuió ciento setenta y cinco n


años. 8 Abrahán murió luego de una feliz 1
«Llamemos entonces a la joven y pi­ ancianidad, cargado de años, y fue a reu- 1
dám osle su parecer.» 58 Llamaron a nirse con sus antepasados. 9 Sus dos hijos, I
Rebeca y le preguntaron: «¿Quieres ir­ Isaac e Ismael, lo sepultaron en la cueva de
te con este hombre?» Contestó: «Sí, Macpelá, que está en el campo de Efrón, hi­
me voy.» 59 Entonces dejaroñ partir a j o de Seor el hitita enfrente de Mambré.
su hermana Rebeca y a su nodriza '1° Esta era la finca que Abrahán había com-
prado a los hititas, allí fueron sepultados j
con el se rvid o r de A brah án y sus
Abrahán y su esposa Sara. 11 Después de la
hom bres.60 Y bendijeron a Rebeca, di­ muerte de Abrahán, Dios bendijo a su hijom
ciendo: «Hermana nuestra, ojalá des Isaac, que se fue a vivir cerca del pozo de
vida a multitudes, y que tus descen­ Lajay-Roi.
dientes se impongan a sus enemigos.» j 2 Estos son los descendientes de IsmaelM
61 Entonces se levantó Rebeca con hijo de Abrahán u de Agar la egipcia, es­
sus criadas, montaron en los cam e­ clava de Sara. 13 Y éstos son los nombres de
los hüos de Ismael, u son los nombres de
llos y siguieron a los hombres. Fue sus descendientes: El prim ogénito es /Ve-
así com o el servidor de Abrahán se baiot; después vienen Cedar, Adbeel, Mib-
llevó a Rebeca. sam, 14 Masma, Duma, Massa, 15 Hadar, Te­
62 Isaac acababa de volver del pozo ma, Jetur, Nafis y Cedma. 16 Estos son los .
de Lajay-Roi, pues estaba viviendo hijos de Ismael y éstos son los nombres de
en el Negueb. 83 Al atardecer, com o sus pueblos y campamentos. Fueron doce,
caudillos de sus respectivas tribus. 17 Ismael
salía a dar un paseo por el campo, vivió ciento treinta y siete años. Luego mu­
vio que se acercaban unos camellos. rió y fue a juntarse con sus antepasados.
64 También Rebeca divisó a Isaac, y 18 S u s d e s c e n d ie n t e s p e r m a n e c ie r o n en
al verlo se bajó del camello. 65 Pre­ la r e g ió n q u e s e e x tie n d e d e s d e H e v ilá h a s­
guntó al m a y o rd o m o : «¿Q u ién es ta Sur, fre n te a E g ip to , e n d ir e c c ió n a Asur.
aquel hombre que viene por el cam ­ S e m a n tie n e n a d is ta n c ia d e to d o s sus her-
m anos.
po a nuestro encuentro?» Le respon­
dió: «Es mi patrón.» Ella entonces to­
mó su velo y se cubrió el rostro. 19 Estas son las memorias de Isaac, hijo
de Abrahán.20 Abrahán fue padre de Isaac.
66 El mayordomo contó a Isaac, to­ Cuando Isaac tenía cuarenta años, tomó
do lo que nabía hecho. 67 Isaac llevó por esposa a Rebeca, hija de Betuel, el ara-
a Rebeca a la tienda que había sido meo de Paddán Aram, y hermana de La-
de su madre Sara. La hizo suya y fue bán el arameo.
su esposa. La am ó y así se consoló
por la muerte de su madre. Nacimiento de Esaú y Jacob
Abrahán y sus descendientes • 21 Isaac suplicó a Yavé en favor
• 1 A b r a h á n to m ó a otra m u je r lla m á ­ de su esposa, pues era estéril. Yavé
i s J 1 d a Q u etu rá, 2 d e la q u e tu v o lo s s i­ escuchó su oración y Rebeca, sli es­
g u ie n te s h ijo s : Z a m r a m , J e c s á n , M a d iá n , posa, quedó encinta. 22 Pero com o

• 2 5 .1 Madán, Madián, Saba, Dedán: éstos • 21. A l principio del capítulo 12 vimos cóm o I
son nombres de tribus y pueblos de Arabia. P or­ los autores del Génesis describían a su antepasa- I
que los israelitas los consideraban parientes de d o Abrahán com o el padre y el m odelo de los ¿
ellos p or la raza y el idioma, quisieron que tam ­ creyentes. N o deja entonces d e ser extraño que
bién ellos fueran d escend ientes d e Abrahán. los israelitas se hayan llamado los hijos de Israel I
39 GEMESIS 26

los hijos chocasen entre sí en su se­ 29 En cierta ocasión estaba Jacob


no, ella dijo: «Si esto debe seguir, yo cocin a n do un guiso, cuando llegó
me muero.» Y fue a consultar a Yavé. Esaú del campo, muy agotado. 30 Di­
23 Yavé le dijo: «Dos naciones hay en jo Esaú a Jacob: «Por favor, dame un
tu seno; dos pueblos se separarán poco de ese guiso rojizo, pues estoy
desde tus entrañas. üno será más ham briento» (p o r eso fue llam ado
fuerte que el otro, y el mayor servirá Edom, o sea, rojizo). 31 Jacob le dijo:
al menor.» «Me vendes, pues, ahora mismo tus
24 Llegó el día del nacimiento, y sederechos de primogénito.» 32 Esaú le
comprobó que había m ellizos en su respondió: «E stoy que m e m uero,
vientre. 25 El primero que nació era ¿qué me importan mis derechos de
rojizo y tan peludo que parecía un primogénito?» 33 Jacob insistió: «Jú­
abrigo de pieles, por lo que lo llama­ ramelo ahora mismo.» Y lo juró, ven­
ron Esaú. ** Después salió su herma­ diéndole sus derechos.
no, que agarraba con su mano el ta­ 34 Jacob entonces dio a su herma­
lón de Esaú, y lo llamaron Jacob. no pan y el guiso de lentejas. Esaú
com ió y bebió, y después se marchó.
Isaac tenía sesenta años cuan d o
Ño hizo mayor caso de sus derechos
nacieron.
de primogénito.
27 Los dos m uchachos crecieron.
Esaú llegó a ser un experto cazador y
un hombre de cam po abierto, mien­ Sucesos de la vida de Isaac
tras Jacob era un hombre tranquilo a
P w ^ i * 1 H u b o h a m b r e e n el p a ís — é s ta n o
quien le gustaba estar en la tienda. \¿'°\ s e d e b e c o n fu n d ir c o n la p r im e r a
Isaac quería a Esaú porque le gus­ h a m b ru n a q u e h u b o en tie m p o s d e A b r a -
taba la caza, pero Rebeca prefería a hán— , y fu e Isa a c a G u erar, h a c ia A b im e -
Jacob. le c , r e y d e lo s filis te o s . 2 S e íe a p a r e c ió Y a -

fo hijos de Jacob) en vez de los hijos de Abrahán. considerado antepasado del pueblo de Edom, ve ­
F.n primer lugar, recordemos lo que se dijo en la cino y rival de los israelitas.
Introducción: la secuencia «Abrahán padre de Isa­ Dios se ha com prometido con los descendien­
ac, padre de Jacob» no es más que una construc­ tes de Abrahán, pero se queda libre de escoger
ción de esa historia de los prim eros padres del entre esos descendientes a quien será el benefi­
pueblo d e Dios. Esos tres nombres se conserva­ ciario de sus promesas. Estas no van ál hijo ma­
ban en tradiciones originarias de diferentes regio­ yor de Isaac, que, según la costumbre, hereda ca­
nes, y los personajes correspondientes no habían si todas las prerrogativas del padre.
vivido en la misma época. Abrahán debió haber En estos capítulos se dan tres motivos para el
vivido en el siglo 18 antes de Cristo, Isaac sin du­ rechazo d e Esaú:
da un p oc o más tarde, pero en otro rincón del — Un prim er texto (c. 25) muestra a Esaú co­
sur de Palestina, en Guerar, y Jacob en el siglo m o culpable: él mismo despreció sus derechos
XVI o XV. sagrados de hijo mayor.
Si el nombre de Abrahán fue eclipsado de he­ — Un segundo (26,34) habla de su matrimo­
cho en la historia de Israel p or el de Jacob, se de­ nio con extranjeras.
be probablemente al siguiente m otivo: Abrahán — El tercero (c. 27) muestra cóm o Dios se va­
era el gran patriarca del sur de Palestina; su pun­ le de una trampa de Jacob para lograr sus fines.
to de arraigo era Mambré, cerca de Hebrón: se Los israelitas no tenían tantos escrúpulos respec­
lo consideraba com o el antepasado de David, el to a la mentira. Para ellos, la trampa de Jacob
que había -reinado en Hebrón. En cambio las tra­ demostraba solamente que estaba decidido a con­
diciones populares referidas en la Biblia, y en es­ seguir las promesas de D ios por cualquier medio
pecial aquí, nos muestran a Israel instalado en y, con esto, se hacía m erecedor de dichas p ro­
Palestina central, allí donde, después de la sepa­ mesas.
ración, se instalará el poderoso reino de Israel del En H ebreos 12,16. Esaú es presentado com o
norte. Fue allí donde la figura de Abrahán pasó a un im pío que cambia la bendición de Dios por un
segundo plano y se le dio el primer lugar a Israel- plato de comida. ¡Cuántas ocasiones perdemos
Jacob, para hacer descender de sus d oce hijos a también en nuestra vida: las estupideces de la vi­
las doce tribus. da nos hechizan y nos hacen perder la única cosa
De hecho, representaron a Jacob con trazos que no debe perderse.
más humanos y menos idealizados que Abrahán.
Se reconocían mejor en Jacob, el hombre astuto • 2 6 .1 R especto al párrafo 7 ,11, ver 20.2.
V algo tram poso que en Abrahán, el creyente En los párrafos 12-33 nos topamos con dos
modelo. realidades típicas de la vida de los patriarcas: son
Dos naciones hay en tu seno (23). N o olvide­ errantes que viven bajo las tiendas de campaña;
mos que, en esta historia, cada personaje repre­ van en busca de agua y cavan pozos (ver 2 1 ,2 1 -
senta algún pueblo del mismo nombre. L o mismo 34).
como Jacoo-Israel era el antepasado del pueblo viven bajo tiendas de campaña, es decir, en
de Israel, así también Esaú o Edom (25,31) era lo p ro v iso rio . La B iblia ap rec ia la lab or del
GENESIS 26 40
v é y le d ijo: «N o b a je s a E g ip to , q u é d a te en b ían s id o c a v a d o s e n tie m p o s d e su padre ;
la tierra q u e y o te d ig a . 3 S e r á s fo r a s te ro en A b ra h á n , y q u e h a b ía n ta p a d o lo s filisteos
e s a tierra, p e r o y o e s ta r é c o n tig o y te b e n ­ d e s p u é s d e la m u e r te d e A b r a h á n , y les
d e c ir é . P u e s q u ie r o d a rte a ti y a tus d e s ­ p u s o lo s m is m o s n o m b r e s q u e le s había
c e n d ie n te s to d a s e s ta s tierras, c u m p lie n d o p u e s to su p a d re . 19 D e s p u é s lo s h o m b res
así el ju r a m e n to q u e h ic e a tu p a d re A b ra - d e Is a a c h ic ie ro n e x c a v a c io n e s en el valle
hán. 4 M u ltip lic a ré tu d e s c e n d e n c ia c o m o y d ie ro n c o n una c a p a d e a g u a . 20 P e r o los
las e s tre lla s d el c ie lo y le d a ré to d a s e s a s p a s to re s d e G u e ra r riñ eron c o n lo s p a s to ­
tierras. Y p o r tu d e s c e n d e n c ia s e rá n b e n d e ­ res d e Is a a c d ic ie n d o q u e el a g u a e ra de
c id a s to d a s las n a c io n e s d e la tierra, 5 c o ­ e llo s . P or e s o , Isa a c lla m ó a e s e p o z o E sec,
m o p r e m io a la o b e d ie n c ia d e A b r a h á n , y a q u e s e h a b ía n p e le a d o p o r el. 21 E x c a ­
u e g u a r d ó m is l e y e s y c u m p lió m is m an - v a r o n o t r o p o z o , p e r o ta m b ié n h u b o p e ­
a m ie n to s y p re c e p to s .» le a s , p o r lo q u e lo lla m ó S itn a . 22 S e fu e de
6 Is a a c , p u e s , s e e s t a b le c ió e n G u e ra r. allí a o tra p a rte y m a n d ó c a v a r o tro p o zo , y
7 C u a n d o la g e n te d e a q u el p a ís le p re g u n ­ c o m o e s ta v e z n a d ie s e p e le ó p o r él, le p u­
ta b a q u ié n e ra la m u je r q u e ib a c o n él, les s o el n o m b r e d e R e jo b o t, p u e s d ijo: «P o r fin
d e c ía : «E s m i h e rm a n a .» P o r q u e te n ía m ie ­ Y a v é n o s p o n e a n u estras an ch a s . A h o r a sí
d o a d e c ir q u e e ra su e s p o s a , p ara q u e no q u e p o d r e m o s p r o s p e r a r e n e s ta tie rra .»
lo fu e ra n a m a ta r p o r c a u s a d e R e b e c a ,
23 D e allí s u b ió a B e r s e b á . 24 Y a v é s e
q u e e ra m u y b on ita.
a p a r e c ió a q u e lla m is m a n o c h e y le d ijo: 1
8 L le v a b a y a b a s ta n te tie m p o allí, c u a n d o
«Y o s o y e l D io s d e tu p a d re A b ra h á n . No
A b im e le c , r e y d e lo s filis te os , m ira n d o p o r
te m a s , p o r q u e y o e s to y c o n tig o . T e b e n d e - fl
una v e n ta n a , s o r p re n d ió a Isa a c a c a r ic ia n ­
c ir é , y m u lt ip lic a r é tu d e s c e n d e n c ia por
d o a R e b e c a . 9 E n to n c e s A b im e le c m a n d ó
a m o r d e A b ra h á n , m i s e rv id o r .» 25 L e v a n tó i
lla m a r a Isa a c y le d ijo : «¡N o p u e d e s n e g a r
allí un a lta r e in v o c ó e l n o m b r e d e Y a v é,
q u e e s tu m u je r! ¿ P o r q u é h a s d e c la r a d o
L u e g o p la n tó a llí m is m o su tie n d a , y sus
q u e e s tu h e rm a n a ? » Is a a c le c o n te s t ó : «E s
h o m b r e s c a v a r o n un p o zo .
q u e p e n s é q u e p o r c a lis a d e e lla m e p o d r í­
an m a ta r.» lb A b im e le c re p lic ó : «¡E n q u é lío 26 A b im e le c v in o d e s d e G u e r a r a v erlo ,
n o s m e tiste! P o r p o c o u n o d e a q u í s e a c o s ­ a c o m p a ñ a d o d e su a m ig o A ju z a t, y d e Fi-
ta b a c o n tu e s p o s a y tú n o s c a r g a b a s c o n c o l, j e f e d e su e jé r c it o . 27 Is a a c le s d ijo :
un d e lito .» 11 E n to n c e s A b im e le c d io la s i­ «¿ P o r q u é v ie n e n a v is ita rm e , si u s te d e s m e
g u ie n te o rd e n a to d a su g e n te : «E l q u e t o ­ o d ia n y m e han h e c h o m a rc h a r ? » 28 L e c o n - 1
q u e a e s te h o m b r e o a su e s p o s a , m o rirá .» te s ta ron : «H e m o s v is to c la r a m e n te q u e Y a ­
Isa a c s e m b r ó e n a q u e lla tierra y c o s e ­ v é e s tá c o n tig o , y h e m o s d ic h o : P ro m e ta ­
c h ó a q u e l a ñ o el c ie n to p o r u n o. Y a v é lo m o s c o n ju r a m e n t o , n o s o t r o s y tú , q u e
b e n d ijo 13 d e m a n e r a q u e s e fu e e n r iq u e ­ v iv ir e m o s e n p az. 29 Y h a g a m o s un p a c to: I
c ie n d o d ía a d ía h a sta q u e e l h o m b r e lle g ó tú n o n o s ha ras nin gú n m a l, y a q u e n oso-
a s e r m u y rico . 14 T e n ía r eb a ñ o s d e o v e ja s , tros n o te h e m o s to c a d o n a d a sin o q u e , al
r e b a ñ o s d e v a c a s y n u m e r o s o s c r ia d o s , c o n tra rio , s ó lo te h ic im o s b ie n y te d e ja - H
p o r lo q u e lo s filis te o s e m p e z a r o n a m irarlo m o s partir tra n q u ila m en te . T ú e r e s el p ro ­
c o n e n v id ia . 15 L o s filis te o s ta p a r o n to d o s te g id o d e Y a v é .»
lo s p o z o s q u e h a b ía n c a v a d o lo s s e rv id o r e s 30 Is a a c le s d io un b a n q u e te , y c o m ie ro n 1
d e su p a d re , en tie m p o s d e A b ra h á n , y los y b e b ie r o n . 31 S e le v a n ta ro n m u y te m p r a n o 1
lle n a ron d e tierra. 15 E n to n c e s A b im e le c d i­ y s e h ic ie ro n ju r a m e n to u n os a otro s. L u e ­
j o a Isa a c : «M á r c h a te d e aqu í, p u e s ah ora g o Is a a c lo s d e s p id ió y s e fu e ro n e n paz
e re s m á s p o d e r o s o q u e n o s o tr o s .» 17 Isa a c p o r su c a m in o . 3} E s e m is m o d ía lle g a ro n I
p a rtió d e allí y a c a m p ó en e l v a lle d e G u e ­ u n o s s e r v id o r e s d e Is a a c a c o m u n ic a r le
rar, e n d o n d e s e q u e d ó . q u e h a b ía n a b ie rto un p o z o y q u e habían
18 Isa a c v o lv ió a ab rir lo s p o z o s q u e h a ­ e n c o n tr a d o a g u a . 33 E l lo lla m ó S e b á , y de

hombre para construir en este mundo algo que nosotros). V er Ex 3 3 J ; 4 0 ,3 4 ; 2 Sam 7,7; Sir I
dure: elogia la fundación de un hogar, la planta­ 2 4 ,8; 2 C o r 5,1-4; 1 E e 2 , í l .
ción d e una viña, la edificació n d e una casa Los patriarcas cavan pozos. En el desierto no I
(Deut 20,5-7). Pues todo esto se relaciona con encuentran vertientes de agua viva, sino que de- 1
la m isión creadora del hom bre. P e ro también ben cavar trabajosamente ios p ozos que hacen I
recuerda c om o un ideal que no debe perderse, florecer el desierto y dan de beber a los rebaños. I
la vida errante de los antepasados. El creyente A veces se agota el agua; otras veces los filisteos I
n o se apega a nada de este mundo, ya sea fam i­ los tapan con tierra. T o d o esto representa el es- j
lia, patria o m od o de vida. Levanta su tienda en fuerzo humano por encontrar la sabiduría; a me- 1
cualquier lugar donde pueda am pliar su e x p e ­ nudo los hombres quedan con su sed, y no faltan 1
riencia, p e ro no se fija en ninguno. V ivien d o quienes enturbien las fuentes del saber. P or eso, I
com o forastero en este mundo, le será más fácil estarán corriendo de un p o zo a otro hasta que
encontrar a Dios, que también pasa c om o foras­ Cristo Ies dé el agua viva salida de la Roca que
tero entre nosotros (en Jn 1,14, la traducción es él mismo. V e r Ex 17,1; Jn 4,5-10; 7 ,38; 1
precisa sería: el V erbo levantó su tienda entre C or 10,4; Jer 2,13. 1
.11 GEM ESIS 2 7

las pieles de los cabritos le cubrió las


nquí v ie n e q u e la c iu d a d s e lla m e B e r s e b á
hasta el d ía d e h o y . manos y la parte lampiña del cuello,
34 Cuando Esau tenía cuarenta años, to­17 y luego puso en las manos de Ja­
rnó por esposa a Judit, hija de Berí el heteo,
ii a Basemat, hija de Elon, heteo también.
cob el guiso y el pan que había pre­
11 Pero ellas amargaron la oída a Isaac y a parado.
ílebeca. 18 Jacob entró donde estaba su pa­
dre y le dijo: «¡Padre!» El le preguntó:
«Sí, hijo mío. ¿Quién eres?» 19 Y J a ­
Jacob se roba la bendición cob dijo a su padre: «Soy Esaú, tu
primogénito. Ya hice lo que me man­
1 Siendo Isaac ya anciano, y Levántate, siéntate y com e la
27 con sus ojos tan debilitados
daste.
caza que te he traído. Después me
que no veía nada, llam ó a su hijo b e n d e c ir á s .» 20 D ijo Isa ac: «¡Q u é
mayor Esaú. Com o le dijera: «¡Hijo pronto lo has encontrado, hijo!» Con­
mío!», Esaú respondió: «Aquí estoy.» testó Jacob: «Es que Yavé, tu Dios,
1 Prosiguió Isaac: «Mira que ya estoy m e ha dado buena suerte.»21 Isaac le
viejo e ignoro el día de mi muerte. dijo: «Acércate, pues quiero tocarte y
' Así, pues, toma tus armas, tu arco y comprobar si eres o no mi hijo Esaú.»
la caja de las flechas, sal al cam po y Jacob se acercó a su padre Isaac,
raza alguna pieza para mí. 4 Luego 22 quien lo palpó y dijo: «La voz es la
me preparas un guiso com o a mí me de Jacob, pero las manos son las de
gusta y me lo sirves, y yo te daré la E saú .»23 Y no lo reconoció, pues sus
manos eran velludas com o las de su
bendición antes de que muera.»
hermano Esaú, y lo bendijo.24 Volvió
5 R eb eca estaba escu ch a n d o la
a preguntarle: «¿Eres de verdad mi
con versación de Isa ac co n Esaú.
hijo Esaú?» Contestó Jacob: «Sí, yo
Cuando éste se fue al cam po en bus­
soy.» 25 Isaac continuó: «Acércam e la
ca de caza para su padre, 6 Rebeca
caza que m e has p reparado, hijo
dijo a su hijo Jacob: «Acabo de oír a
mío, para que la com a y te dé mi
iu padre que hablaba con tu herma­
bendición.» Jacob le sirvió y comió.
no Esaú y le dijo: 7 “Vete a cazar y
Ta m b ién le o fre c ió vin o, y bebió.
prepárame un guiso, para que yo lo
26 Entonces Isaac le dijo: «Acércate
coma y te pueda bendecir ante Yavé,
y b é sa m e, h ijo m ío .» 27 J a c o b se
antes de morirme” . 8 Ahora, pues, hi­
acercó y le besó. Al sentir Isaac el
jo, escúchame y haz cuanto te diga.
perfume de su ropa, lo bendijo con
* Anda al corral y tráeme dos cabri­
estas palabras:
tos de los m ejores que haya; con
ellos haré un guiso com o le gusta a
tu padre. 10 Después tú se lo presen­ «¡Oh!, el olor de mi hijo
tas a tu padre para que lo coma y te es el d e un ca m p o al que Y a v é
bendiga antes de su muerte.» bendijo.
" Jacob dijo a su madre Rebeca: 28 Que Dios te dé el rocío del cielo
«Pero mi padre sabe que yo soy lam­ y la fertilidad de la tierra,
piño y mi hermano muy velludo, j 2 Si y abundancia de trigos y mostos.
me toca se dará cuenta del engaño y 29 Que te sirvan los pueblos
recibiré una m aldición en lugar de y las naciones se inclinen ante ti.
una bendición.» 13 Su madre le repli­ Sé señor de tus hermanos,
có: «Tom o para mí la maldición. Pero que los hijos de tu madre se incli­
lú, hijo mio, hazme caso, y ve a bus­ nen ante ti.
car lo que te pedí.» 14 Fue, pues, a Sea m a ld ito quien te m a ld ig a ,
buscarlo y se lo llevó a su madre, que y bendito quien te bendiga.»
preparó para su padre uno de sus
platos preferidos. Después, toman­ 38 Apenas Isaac había term inado
do las mejores ropas del hijo mayor de bendecirle, y Jacob había salido
Esaú, que tenía en casa, vistió con de la pieza de su padre, cuando llegó
ellas a Jacob, su hijo menor. 16 Con Esaú, su hermano, con el producto
GENESIS 27

de su c a z a .31 Preparó también el gui­ p o r m i p a d re , y e n to n c e s m a ta r é a m i her- I


so y se lo llevó a su padre, diciendo: m a n o J a c o b . » 42 C o n ta ro n a R e b e c a las p a ­
421
«Levántate, padre, y co m e la caza la b ra s d e E saú , su h ijo m a y o r, y m a n d ó a
que tu hijo te ha preparado, de m a­ lla m a r a J a c o b , su hijo m en o r, al q u e dijo:
«T u h e rm a n o E saú q u ie r e v e n g a r s e d e ti y
nera que m e puedas dar tu bendi­ m a ta r te . 43 P o r lo ta n to , h ijo m ío , h a zm e
ción.» c a s o y h u y e ah o ra m is m o a J a rá n , a la ca- j
32 Pero Isaac le dijo: «¿Y quién eress a d e m i h e r m a n o L a b á n . 44 T e q u e d a r á s !
tú?» Respondió: «Soy Esaú, tu primo­ c o n él p o r a lg ú n t ie m p o h a sta q u e s e c a l­
génito.» 33 Isaac com enzó a temblar m e el furor d e tu h e r m a n o . 45 C u a n d o y a no
violentamente y dijo: «Pues entonces, e s té e n o ja d o y h a y a o lv id a d o lo q u e le has
h e c h o , y o e n v ia r e a b u s c a rte y v o lv e rá s .
¿quién es el que cazó y me sirvió su P e r o n o q u ie r o p e rd e rlo s a u s te d e s d o s en
caza? Yo comí de todo antes de que un m is m o d ía.»
tú llegaras y le di mi bendición: ¡sí, él 46 Rebeca dijo a Isaac:«Estas mujeres hit
tiene la bendición!» tas me tienen tan aburrida que ya no quiero1
34 A l oír Esaú las palabras de su vivir. Si también Jacob se casa con una mu­
padre, se puso a gritar muy amarga­ je r de esta tierra, yo me muero.»
mente, y dijo a su padre: «Bendíceme
|28| ' Entonces Isaac llamó a su hijo Ja-
tam bién a mí, padre.» 35 Isaac res- 1----- 1 cob, lo bendijo y le dio esta orden:
ondió: «Tu hermano ha venido, me «No te cases con ninguna mujer cananea. B
a engañado y se ha tomado tu ben­ , Ponte en camino y vete a Padán-Aram, a l
dición.» 36 Esaú declaró: «Con razón la casa de Batuel, el padre de tu madre, u
le dieron el nombre de Jacob, pues elige allí una mujer para ti de entre las hi­
jas de Labán, hermano de tu madre.3 Que
m e ha suplantado por segunda vez. el Dios de las Alturas te bendiga, te multi-
Prim ero m e quitó los derech os de P ^ ue U de ti salgan muchas naciones.
primogénito, y ahora m e ha quitado Q ue Dios te conceda la b en d ició n de
la bendición.» Abrahán, a ti y a tu descendencia, para
Esaú preguntó: «¿Y no me has re­ que te hagas dueño de la tierra en que aho­
servado alguna bendición?» 37 Res­ ra vives, y que Dios dio a Abrahán. » 5 Isaac
despidió a Jacob, que se dirigió a Padán-
pondió Isaac: «Lo he hecho tu señor Aram, a la casa de Labán, hijo de Betuel el
y señor de todos tus hermanos. Lo he arameo, hermano de Rebeca.
abastecido de trigo y vino. Después 6 Esaú vio que su padre había bendecid
de esto, ¿qué quieres que haga por a Jacob y lo enviaba a Padán-Aram para
ti, hijo m ío ? »38 Esaú insistió: «¿Acaso que allí se buscara una mujer. Escuchó
no tienes m ás bendición que ésta? también que, después de haberlo bendeci- I
do, le había ordenado: «N o te cases con
Padre, bendícem e a mí también.» Y ninguna m ujer cananea», 7 y que Jacob,
Esaú se puso a llorar. 39 Entonces obedeciendo a su padre y a su madre, se
Isaac le respondió: había ido a Padán-Aram. 8 Comprendió,
«Mira, vivirás lejos de las tierras pues, que las mujeres cananeas no agrada­
fértiles y lejos del rocío del cielo. ban a su padre Isaac. 9 Se dirigió a Ismael
De tu espada vivirás y a tu herma­ y tomó p o r esposa, además de las que te­
nía, a Majalat, hija de Ismael, hijo de Abra­
no servirás; pero cuando así lo quie­ hán, y hermana de Nebayot.
ras, quitarás su yugo de tu cuello.»

Sueño de Jacob
Jacob huye a casa de Labán

41 E s a ú le t o m ó o d io a J a c o b , a c a u s a d e • 10Jacob dejó Bersebá y se dirigió


la b e n d ic ió n q u e le h a b ía d a d o su p a d re , y hacia Jarán. 11 Al llegar a un cierto
s e d e c ía : «S e a c e r c a n y a lo s d ia s d e luto lugar, se dispuso a pasar allí la noche

• 2 8 .1 0 Jacob se dirigió hacia Jarán. Jacob sus d erechos d e p rim ogénito, porque lo había
va a buscar trabajo y esposa a la tierra de sus an­ juzgado y lo consideraba irresponsable; no por
tepasados. En el camino tiene una visión en que eso sabía el precio de la bendición del Dios de
Dios renueva con él su Alianza. sus padres. Luego fue necesario que su madre le
A diferencia de Abrahán, que Dios llamó cuan­ diera an im o para que se arriesgara a robar la
do ya era anciano y conocía lo que vale la vida bendición. El se dejo persuadir y solamente des­
Jacob es el hombre que p oco a p oco toma con­ pués com prendió las consecuencias de su gesto:
ciencia de su vocación. Prim ero com pró a Esaú debía huir para salvar su vida.
43 GENESIS 29

pues el sol se había ya puesto. Esco­ en este lugar y yo no m e di cuenta.»


gió una de las piedras del lugar, la 17 Sintió m iedo y dijo: «¡Cuán digno
usó de cabecera, y se acostó en ese de todo respeto es este lugar! ¡Es na­
lugar. da menos que una Casa ae Dios! ¡Es­
12 Mientras dormía, tuvo un sueño.ta es la Puerta del Cielo!»
Vio una escalera que estaba apoyada 18 Se levantó Jacob muy temprano,
en la tierra, y que tocaba el cielo con tom ó la piedra que había usado de
la otra punta, y por ella subían y ba­ cabecera, la puso de pie y derramó
jaban ángeles de Dios. 13 Yavé estaba a ceite sobre ella. 19 Jacob llam ó a
ese lugar Betel, pues antes aquella
allí a su lado, de pie, y le dijo: «Yo
ciudad era llamada Luz. 20 Entonces
soy Yavé, el Dios de tu padre Abra-
Jacob hizo una promesa: «Si Dios me
hán y de Isaac. Te daré a ti y a tus
acompaña y m e protege durante este
descendientes la tierra en que des­
viaje que estoy naciendo, si me da
cansas. 14 Tus descendientes serán
pan para com er y ropa para vestir­
tan numerosos com o el polvo de la
tierra y te extenderás por oriente y me, ^ y si logro volver sano y salvo a
la casa de mi padre, Y avé será mi
occidente, por el norte y por el sur. Á
través de ti y de tus descendientes D io s .22 Esta piedra que he puesto de
pie com o un pilar será Casa de Dios
serán bendecidas todas las naciones
de la tierra. 15 Y o estoy contigo; te y, de todo lo que me des, yo te de­
protegeré a dondequiera que vayas y volveré la décima parte.»
te haré volver a esta tierra, pues no Jacob en casa de Labán
te abandonaré hasta que no haya
' 1 J a c o b , s ig u ie n d o su v ia je , lle g ó a
cumplido todo lo que te he dicho.» la tie rra d e o r ie n te . 2 E n el c a m in o
16 Se despertó Jacob de su sueño yv i o u n p o z o , y c e r c a d e é l d e s c a n s a b a n
dijo: «Verdaderam ente Y avé estaba tr e s r e b a ñ o s d e o v e ja s , p u e s e ra e n e s te

P ero en el m om ento en que Jacob debe en­ LO S SUEÑOS


frentar la vida azarosa de un forastero y prófugo, A todos nos impresionan los sueños y trata­
encuentra a Dios y por primera vez toma con­ mos de interpretarlos. Las más de las veces no
ciencia de su propia responsabilidad: él es en el anuncian nada, sino que indican lo que está pa­
mundo el único p ortad or d e las prom esas de sando en nuestro interior, en nuestro subcons­
Dios. Responsable es la persona que sabe que ciente, lo que no podemos conocer claramente
debe dar cuentas, y que es capaz de responder de nuestro propio espíritu. La psicología puede
de sus actos. Jacob entiende que deberá respon­ valerse de ¡os sueños para descubrir huellas y
der ante el Dios que lo ha elegido. heridas causadas en el pasado.
Dios está en este lugar (Ib). Jacob se acuesta Los sueños pueden también indicar y expre­
solo e indefenso, próxim o a una ciudad poblada sar presentimientos e intuiciones. Y la Biblia
por extranjeros. Dios, sin embargo, le renueva las nos muestra a Dios (o sus ángeles) que se vale
promesas hechas a sus padres y To asegura con su de los sueños para comunicarse con nosotros.
protección: esta tierra algún día será suya. En eso, Dios toma al hombre tal como es y te­
Esta es la Puerta del Cielo (17). Jacob ha visto niendo en cuenta su manera de pensar. Cuando
el cielo abierto y los ángeles de Dios que hacían un Dios interviene en un sueño, se reconoce por las
uente vivo entre el cielo y la tierra: es la figura de
E i comunión con Dios que los hombres buscan con
sus tan diversas religiones. Estas nos proporcionan
consecuencias. «El árbol se conoce por sus fru­
tos», dice Jesús. En tales casos, Dios mismo da
la interpretación, sin que haya que buscar ni re­
algún conocimiento de Dios; el hombre pecador, currir a nadie y nos deja con una paz total.
sin embargo, por más que interiorice su búsqueda Los hombres que tienen una je purificada e
de Dios, no lo puede encontrar en el fondo de sí instruida no pueden atribuir a los sueños la
mismo, mientras Dios no ponga la escala. importancia que les daban los pueblos primiti­
El único puente entre D ios y los hombres es vos de la Biblia. Y sabemos que el Espíritu de
Cristo, H ijo de Dios hecho hombre, Dios y hom ­ las Tinieblas puede disfrazarse de ángel (2 Cor
bre a la vez. Jesús, aludiendo al presente texto 11,14). Cuando, ahora, amplios sectores de la
(Jn 1,51), afirmará que él mismo es la Puerta del humanidad tienden a dirigir su vida p or los
Cielo, porque, en su Persona, D ios ha estrecha­ sueños, esto no tiene nada que ver con la fe.
do a la humanidad. En la misma Biblia, además de las condenacio­
Llamó a ese lugar Betel (19). Aquí encontra­ nes de Deut 18,10, se puede ver el ataque de
mos. com o en capítulos anteriores, leyendas popu­ Jer 29,8 contra los que provocan los sueños
lares. En Betel estaba desde siglos el templo del que desean. Ver también en Sir 34,1.
dios Betel, y también estaban las piedras levantadas
y consagradas a las que se alude en 28,18 Betel
uede interpretarse: Casa de Dios, y el escritor bí- • 2 9 .1 Los capítulos 29-31 presentan a Ja­
§ lico atribuye a Jacob esta apelación, así com o la
costumbre que hubo un tiempo de pagar el diezmo
cob trabajador esforzado, astuto, confiado en las
promesas de Dios. A l final logra éxito, no por sus
para el templo de Betel. propios recursos sino por la bendición del Dios
GENESIS 29
44
p o z o d o n d e to m a b a n a g u a lo s r e b a ñ o s , c ie r o n d ía s . 21 E n to n c e s J a c o b d ijo a L a ­
u n a g r a n p ie d r a c u b r ía la b o c a d e l p o ­ bán: «D a m e a m i e s p o s a , p u e s s e na c u m ­
z o .3 A llí s e ju n ta b a n to d o s lo s p a s to re s , r e ­ p lid o el p la z o y a h ora q u ie r o v iv ir c o n ella.»
m o v ía n la p ie d ra , s a c a b a n a g u a p a r a lo s L a b á n in v ito a to d o s lo s d e l lu g a r y dio
r e b a ñ o s y v o lv ía n a c o lo c a r la p ie o ra s o b r e un b a n q u e te , 23 y p o r la tard e, to m ó a su
la b o c a d e l p o z o . 4 J a c o b d ijo a lo s p a s to ­ hjja Lía y s e la lle v ó a J a c o b , q u e s e a c o s - 1
res : «H e r m a n o s , ¿ d e d ó n d e s o n u s te d e s ? » to c o n ella.
C o n tes ta ro n : «S o m o s d e J a rá n .» 5 L e s p r e ­ 24 Labán dió a Lía su propia esclava Z
g u n tó J a c o b : «¿ C o n o c e n a L a b á n , e l h ijo pá, para que Juera sirvienta de ella.
d e N a j o r . » C o n t e s t a r o n : «S í, lo c o n o c e ­
23 ^ la m a ñ a n a sigu ien te : ¡C a ra m b a ! ¡Lía! 1
m o s .» «¿ E s tá b ie n ? », p re g u n tó aún. C o n - J a c o b d ijo a Lab án : «¿ Q u é m e h a s h e c h o ?
te s ta ro n : «S í, m u y b ie n . M ira , ju s ta m e n te Y o te h e s e rv id o p o r R a q u e l . 26 ¿ P o r q u é m e
a llí v ie n e su h ija R a q u e l c o n las o v e ja s . » has e n g a ñ a d o ? » L a b á n le re s p o n d ió : « N o se
J a c o b le s d ijo : «V e o q u e el s o l e s ta t o ­ a c o s tu m b r a p o r a q u í d a r la m e n o r a n te s
d a v ía a lto y q u e aún n o e s ho ra p ara g u a r ­ q u e la m a y o r . 27 D e ja q u e s e te r m in e la se - I
d a r el g a n a d o , ¿ p o r q u é n o d an a g u a a sus m a n a d e b o d a s , y te d a ré ta m b ié n a m i h i­
o v e ja s y las lle v a n a p a s ta r . » 8 L o s p a s to re s ja m en o r, p e r o te n d rá s q u e p re s ta r m e ser- |
r e s p o n d iero n : « N o p o d e m o s h a c e r e s o h a s ­ v ic io s p o r o tro s s ie te a ñ o s m á s .» 28 J a c o b i
ta q u e n o s e ¡unten to d o s lo s r e b a ñ o s y se lo a c e p tó , y al te rm in a r la s e m a n a d e b o ­
h a y a s a c a d o la p ied ra d e la b o c a d el p o zo . d as c o n Lía, L a b á n le e n tr e g ó a su hija R a ­
E n to n c e s d a m o s d e b e b e r a las o v e ja s . » q u el.
9 T o d a v í a e s ta b a J a c o b h a b la n d o c o n 29 Labán le dio a Raquel a su esclava Bilá
e llo s , c u a n d o l le g ó R a q u e l c o n las o v e ja s como sierva.
d e su p a d re , p u e s e ra p a s to r a . 10 A p e n a s 30 J a c o b s e u n ió t a m b ié n a R a q u e l, y
J a c o b v io a R a q u e l, hija d e L a b á n , h e r m a ­ a m ó a R a q u e l m á s q u e a Lía. Y s e q u e d ó
n o d e su m a d re , s e a c e r c ó al p o z o , m o v ió
c o n L a b á n a l q u e p r e s t ó s e r v ic io s s ie t e
la p ie d ra d e la b o c a d e l p o z o y d io a g u a a a ñ os m ás.
las o v e ja s d e L a b á n . " J a c o b b e s ó a R a ­
qu e l v e s ta lló en fu erte llan to.
12 J a c o b h iz o s a b e r a R a q u e l q u e e ra h e r ­ Hijos de Jacob
m a n o d e su p a d re e h ijo d e R e b e c a , y e lla
31 A l v e r Y a v é q u e L ía n o e r a q u e r id a , le
f u e c o r r i e n d o a d e c í r s e l o a su p a d r e .
c o n c e d ió s e r fe c u n d a , m ie n tr a s q u e R a ­
^ A p e n a s s u p o L a b á n q u e J a c o b e ra el hijo
q u e l e ra e s té ril. 32 L ía q u e d ó e m b a r a z a d a
d e su h e r m a n a , c o r r ió a su e n c u e n tro , lo
y d io a luz un h ijo , a l q u e lla m ó R u b é n , 1
ab ra zó , lo b e s ó , y lo lle v ó a su c a s a . 14 J a ­
p o r q u e d e c ía : «E n v e r d a d Y a v é h a v is t o
c o b c o n tó a L a b á n t o d o lo o c u rrid o , y L a ­
m i a flic c ió n ; a h o r a m i e s p o s o m e a m a r á .» I
b án le dijo: «E n v e rd a d tú e re s c a r n e y h u e ­
33 D e n u e v o q u e d ó e m b a r a z a d a , y d io a
s o m í o s . » Y J a c o b s e q u e d ó a llí c o n él
luz un h ijo ; e n to n c e s d ijo : « Y a v é h a o íd o .
d u ran te un m es .
q u e y o e ra d e s p r e c ia d a y m e h a d a d o t o ­
d a v ía o t r o h ijo .» P o r e s o le p u s o p o r n o m ­
Doble casamiento de Jacob b re S im e ó n . 34 V o lv ió a q u e d a r e s p e r a n d o
y tu v o o tro h ijo ; y e s ta v e z d ijo : «A h o r a sí
E n to n c e s L a b á n le d ijo : « ¿ A c a s o p o r ­ q u e m e q u e r rá m i m a r id o , p u e s le h e d a ­
q u e e r e s h e rm a n o m ío v a s a trab ajar p ara d o y a tr e s h ijo s .» P o r e s o lo lla m ó L e v í.
m i d e b a ld e ? D im e c u á l v a a s e r tu s a la ­ C o n c ib ió to d a v ía o tra v e z y d io a luz un
rio.»
hijo . Y e x c la m ó : «E s ta v e z a la b a r é a Y a -
15 L a b á n te n ía d o s hijas: la m a y o r s e llav­ e .» P o r e s o le p u s o p o r n o m b r e J u d á , y
m a b a L ía, y la m e n o r R aqu el. 17 Lía n o t e ­ y a d e jó d e te n e r h ijo s . ¡
nia brillo e n sus o jo s , m ien tra s R a q u e l t e ­
nía b u e n a p re s e n c ia y e ra lin d a. 18 J a c o b |3 0 | ‘ R aqu el, v ie n d o q u e n o d a b a h ijos a
s e h a bía e n a m o r a d o d e R a q u e l, así q u e le ------ J a c o b , s e p u s o e n v id io s a d e su h e r­
c o n te s tó : «T e s e rv ir é s ie te a ñ o s p o r R a q u e l m a n a y d ijo a J a c o b : «D a m e h ijos, p o r q u e !
tu hija m e n o r .» 19 L a b á n d ijo : «M e jo r te la si n o , m e m u e r o .» 2 E n t o n c e s J a c o b s e i
d o y a ti y n o a c u a l q u i e r o t r o n o m b r e . e n o jó c o n R a q u e l y le d ijo : «S i D io s te ha
Q u é d a te , p u es, c o n m ig o .»
n e g a d o lo s h ijo s , ¿ q u é p u e d o h a c e r y o ? »
20 J a c o b tr a b a jó s ie te a ñ o s p o r R a q u e l, E na Je c o n te s tó : «A q u í tie n e s a m i e s c la v a
p e r o la a m a b a ta n to, q u e lo s a n o s le p a r e ­ B iIa. U n e te a e lla y q u e d é a luz s o b r e m is *

de su padre. A l respecto hay que recalcar esta exphcan mediante una etim ología bastante discu­
expresión «Dios de su padre» (31,5; 42; 53). En-
tible el sentido de los nombres de personas o lu­
tre los pueblos amoritas (y Jacob lo era al iqual gares. Ese fue el caso para los hijos de Jacob:
que Abrahan), el jefe del clan daba su adhesión nuben: «ha visto mi humillación». Sim eón • «ha
ordinariamente al «Dios de su padre», al que su oído». Leví: «m e amará». Judá: «alabaré a Ya-
padre había adoptado para proteger la familia. ve...» D e hecho, Gad y A ser eran probablemente
Ya hemos dicho cóm o las tradiciones antiguas nombres de dioses que traían suerte.
45 GENESIS 31

rodillas. A s í te n d ré y o ta m b ié n un h ijo p or z o v e r q u e Y a v é m e b e n d e c ía g ra c ia s a ti.»


m ed io d e e lla . » 4 L e d io , p u e s , a su e s c la v a 28 Y a g r e g ó : «D im e c u á n to te d e b o y te lo
Bilá, y J a c o b s e u n ió a e lla . 5 B ilá q u e d ó p a g a re .» * J a c o b re s p o n d ió : «T ú s a b e s c ó ­
e m b a ra za d a , y d io a J a c o b un hijo . En­ m o te h e s e rv id o , y c ó m o le fu e a tu r e b a ­
to n c e s R a q u e l d ijo: «D io s m e h a h e c h o ju s ­ ñ o c o n m ig o . 30 P o c o e ra lo q u e te n ía s an tes
ticia, p u es na o íd o m i v o z y m e h a d a d o un d e q u e y o lle g a ra a q u í; p e r o d e s p u é s c r e ­
h ijo .» P o r e s o le p u s o p o r n o m b r e D a n . c ió e n o rm e m e n te y Y a v e te ha b e n d e c id o .
' O tra v e z c o n c ib ió B ilá, la e s c la v a d e R a ­ ¿ C u á n d o , p u e s , p o d r é t r a b a ja r p a r a m i
qu el, y d io a J a c o b un s e g u n d o h ijo . 8 Y p ro p ia c a s a ? » 3lD ijo L a b á n : «¿ Q u é te p u e d o
R aqu el d ijo : «T u v e una lu ch a tr e m e n d a c o n
mi n e rm a n a y h e v e n c id o .» P o r e s o lo lla ­ J a c o b res p o n d ió : « N o m e d e s nada, p e ro
m ó N efta lí. si h a c e s p o r m í lo q u e v o y a p ed irte, s e g u i­
9 V ie n d o L ía q u e h a b ía d e ja d o d e te n e r ré c u id a n d o tus reb a ñ os . 2 H o y v o y a r e v i­
sar tus reb a ñ o s y p o n d r é a p a rte to d o s los
hijos, to m ó a su s ie rv a Z elfa y s e la d io p or
c o r d e r o s n e g ro s , y ta m b ié n to d o s lo s c a b ri­
m u jer a J a c o b . 10 Y Z e lfa , e s c la v a d e Lía,
to s m a n c h a d o s y ra y a d o s , y é s te s e rá m i
d io un h ijo a J a c o b . " L ía e x c la m ó : «¡Q u é
salario. 33 C o m p r o b a r á s m i h o n rad ez el día
suerte!», y le p u s o p o r n o m b r e G a d . 12 Z e l ­
d e m a ñ a n a c u a n d o qu ie ra s v e rific a r p e r s o ­
fa, la s ie rv a a e L ía, d io un s e g u n d o hijo a
n a lm e n te lo q u e m e lle v o . T o d o lo q u e n o
J a c o b , 13 y d ijo L ía: «¡F e lic id a d ! L a s m u je ­
s e a m a n c h a d o o ra y a d o entre las ca b ra s, ni
res m e fe lic ita rá n .» Y le lla m ó A s e r.
n e g ro e n tre lo s c o r d e r o s , s e rá c o n s id e r a d o
14 E n e l tie m p o d e la s ie g a d e l tr ig o , s alió
c o m o un r o b o d e m i p arte.» 34 D ijo Lab án :
R u b én y e n c o n tr ó u n as m a n z a n a s s ilv e s ­
«E s tá bien, s e a c o m o tú d ic es .»
tres en e l c a m p o ; y s e las lle v ó a su m a d re
35 E s e m is m o día L a b á n p u s o a p a rte t o ­
Lía. L a s v io R a q u e l y d ijo a L ía : «P o r fa v or,
d o s lo s c a b rito s r a y a d o s o c o n m a n c h a s , y
d a m e a lg u n a d e e s a s m a n za n a s s ilv es tre s
a c u a n to c o r d e r o h a bía c o n c o lo r n e g ro , y
q u e h a tra íd o tu h ijo .» 15 L e r e s p o n d ió Lía:
s e lo s d io a sus h ijo s, 36 y lo s m a n d ó le jo s
«¿ N o te b a s ta c o n h a b e r m e q u ita d o el m a ­
d e J a c o b , a una d is ta n c ia d e tre s d ías. Y
rido, q u e ah o ra q u ie re s lle v a rte ta m b ié n las
J a c o b s e q u e d ó c u id a n d o e l r e s to d e l r e b a ­
m an za n a s d e m i h ijo ?» R a q u e l le d ijo : «M uy
ñ o d e Lab an .
b ien , q u e d u e r m a c o n t i g o e s ta n o c h e , a
37 J a c o b se b u s c ó e n to n c e s unas ra m a s
c a m b io d e las m a n za n a s a e tu hijo .»
v e rd e s d e c h o p o , a lm e n d ro y p lá ta n o. P e ló
16 C u a n d o p o r la ta rd e lle g a b a J a c o b d e lla c o r t e z a d e la s r a m a s h a c ie n d o fra n ja s
c a m p o , L ía s a lió a su e n c u e n tro y le d ijo: q u e d e ja b a n al d e s c u b ie rto el b la n c o d e la
«E sta n o c h e d o rm irá s c o n m ig o , p u e s te h e m a d e r a . 30 D e s p u é s las c o lo c ó an te las pilas
a lq u ila d o p o r u n as m a n za n a s d e m i h ijo .» y a b re v a d e ro s , ju s to d e la n te d e e s a s q u e al
17 A q u e lla n o c h e , p u es, d u rm ió J a c o b c o n Deber e n trab an e n c e lo . 39 Y las q u e s e a p a ­
ella. D io s e s c u c h ó las o r a c io n e s d e L ía, la r e a b a n fre n te a las v a r a s p a ría n d e s p u é s
q u e c o n c ib ió y le d io a J a c o b e l q u in to h i­ c r ía s r a y a d a s , m o t e a d a s y m a n c h a d a s .
jo . 18 D ijo L ía: «D io s m e h a p r e m ia d o p or 40 E n to n c e s J a c o b s e p a ra b a lo s c o r d e r o s .
h a b e r e n tr e g a d o m i s ie rv a a m i m a rid o .» L e En una p alab ra, h a cía q u e las o v e ja s d el r e ­
p u so p o r n o m b r e Isa ca r. b a ñ o d e L a b á n m ira ra n t o d o lo q u e te n ía
19 D e n u e v o L ía q u e d ó e m b a r a z a d a , y d io r a y a s o e ra n e g r o . A s í s e fo r m ó re b a ñ o s
a J a c o b el s e x to h ijo. 20 Y d ijo: «M e h a h e ­ q u e le p e rte n e c ía n y q u e a p a rta b a d e lo s d e
c h o D io s un b u e n r e g a lo . A h o r a m i m a rid o L a b á n . 41 C a d a v e z q u e entrab an en c e lo las
c o h a b it a r á c o n m i g o , p o r q u e le h e d a d o o v e ja s m á s rob ustas, J a c o b v o lv ía a p o n er
s e is h ijo s .» Y le lla m ó Z ab u lón . 21 D e s p u é s e n la s p ila s y a b r e v a d e r o s las v a ra s , a la
d io a luz a una niña, y le p u s o e l n o m b re vista d e las o v e ja s , p ara q u e s e ap a re a ra n
d e D ina. ,, , _ a n te e lla s . 42 P e ro si fas o v e ja s e ra n d éb iles,
22 E n to n c e s D io s s e a c o r d o d e R a q u e l, n o p o n ía las va ra s . A s í las d é b ile s q u e d a ­
o y ó sus ru e g o s y le c o n c e d ió s e r fe cu n d a . b an p ara Lab án , y las rob u stas era n p ara
23 C o n c ib ió y d io a luz un hijo, y e x c la m ó : J a c o t ). 43 Y e l h o m b r e s e h iz o m u y r ic o ,
«D io s m e h a q u ita d o d e e n c im a la v e r g ü e n ­ p u e s te n ía g ra n d e s reb a ñ os , m u c h o s s e rv i­
za .» 24 Y le p u s o p o r n o m b r e J o s é , p u e s d e ­ d o r e s y sirvien tas, c a m e llo s y burros.
cía: «¡O ja lá Y a v é m e d é o tro h ijo!»

Jacob vuelve a su país


Otras leyendas
25 D e s p u é s d e q u e R a q u e l h u b o d a d o a j o -i I 1 S u p o J a c o b lo q u e lo s h ijo s d e La-
luz a J o s é , J a c o b d ijo a L a b á n : «D é ja m e L=LLI b á n a n d a b a n d ic ie n d o : «J a c o b s e ha
r e g r e s a r a m i p a tria y m i tie rra . 26 D a m e a p o d e r a d o d e t o d o lo d e n u estro p a d re , y
m is e s p o s a s y m is h ijo s , p o r q u ie n e s te he c o n lo d e n u estro p a d re ha h e c h o to d a e sa
s e rv id o , y d é ja m e partir, p u e s b ie n s a b e s fortu n a .» 2 Y s e d io c u e n ta J a c o b d e q u e
c o n q u é fid e lid a d te h e s e r v id o . » 27 L a b á n le L ab án n o lo m ira b a en la m is m a fo r m a q u e
c o n te s tó : «H a z m e un fa v o r . E l c ie lo m e h i­ an tes.
GENESIS 31 46
3 E n to n c e s Y a v é d ijo a J a c o b : «R e g re s a a c o b . C o m o é s te y a había le v a n ta d o sus tien­
tu p atria, a la tierra d e tus p a d re s , p u e s y o d as en el c e rro d e M ispa, Lab án instaló las
e s ta r é c o n tig o . » 4 J a c o b m a n d ó a lla m a r a su yas en el d e G alaad.
sus e s p o s a s L ía y R a q u e l, las q u e v in ie ron 6 L a b á n d ijo a J a c o b : «¿ Q u é m e h a s h e ­
al c a m p o , d o n d e e s ta b a e l r e b a ñ o 5 y les c h o ? M e h a s e n g a ñ a d o , y te has lle v a d o a *
d ijo: «V e o q u e el p a d re d e u s te d e s n o m e m is h ija s c o m o si fu e r a n p r is io n e r a s de
m ira c o n b u e n o s o jo s c o m o a n te s, p e ro el g u e rr a . 27 ¿ P o r q u é h a s h u id o e n s e c r e to 1
D io s d e m i p a d re ha e s ta d o c o n m ig o . 6 U s ­ e n g a ñ á n d o m e ? ¿ P o r q u é n o m e a v is a s te ? I
te d e s s a b e n m u y b ie n q u e h e s e rv id o a su Y o nabría h e c h o una fie sta para d e s p e d ir t e , «
a d re c o n to d a s m is fu erzas, 7 y q u e él se c o n c a n c io n e s , ta m b o r e s y g u ita rra . 28 Ni
a b u rla d o d e m í, c a m b iá n d o m e d ie z v e ­ s iqu ie ra m e h a s d e ja d o b e s a r a m is h ijos y 1
c e s m i s a la rio. P e ro D io s n o le h a p e rm iti­ a m is h ijas. T e has p o r ta d o c o m o un tonto. I
d o q u e m e p e rju d ic a ra . 8 C u a n d o é l d e c ía : 29 Y o p o d ría h a c e r te m a l, p e r o e l D io s d e tu (
«L a s c ría s m a n c h a d a s s erán p ara ti», to d a s p a d re m e d ijo a n o c h e : «C u íd a te d e n o d is - 1
las o v e ja s p arían c o r d e r ito s m a n c h a d o s . Y cutir c o n J a c o b , b ie n s e a c o n a m e n a za s o l
si d e c ía : «L a s r a y a d a s s e rá n tu s u e ld o », t o ­ sin v io le n c ia .» 30 P e r o si te h a s id o p o rq u e 1
d o e l r e b a ñ o te n ía c o r d e r ito s r a y a d o s . 9 D e e c h a b a s d e m e n o s la c a s a d e tu p a d re , I
e s ta m a n e ra h a id o D io s q u itá n d o le e l r e ­ ¿ p o r q u é m e h a s r o b a d o m is d i o s e s ? » !
b a ñ o a su p a d re p a ra d á r m e lo a m í.
31 R e s p o n d ió J a c o b a L a b á n : « Y o tu v e
10 P u e s m e ocu rrió una v e z , c u a n d o e ra el
m ie d o a q u e m e q u itara s tus h ijas. 32 P e ro I
tie m p o en q u e e n trab an en c e lo las o v e ja s , e s o sí, al q u e d e s c u b r a s q u e tie n e e n su
q u e a lc é los o jo s y v i e n tre su e ñ o s q u e los p o d e r tus d io s e s , é s e m o rirá . En p re s e n c ia I
m a c h o s q u e cubrían a las h e m b ra s e ra n ra ­ d e n u es tros h e r m a n o s , re v is a t o d o lo q u e y
y a d o s , m a n c h a d o s y d e v a rio s c o lo re s . 11 Y v o te n g o , y si r e c o n o c e s a lg o tu y o, llé v a te - I
el A n g e l d e D io s m e d ijo en s u e ñ o s: «¡J a ­ lo .» P e ro J a c o b ig n o r a b a q u e R a q u e l había I
c o b !» Y o resp on d í: «A q u í e s to y .» 12 Y añ ad ió: ro b a d o lo s íd olo s.
«F íja te b ie n c ó m o lo s m a c h o s q u e cu b ren a
33 E n tr ó L a b á n e n la tie n d a d e J a c o b , 1
la s h e m b r a s s o n r a y a d o s , m a n c h a d o s y
d e s p u é s en la d e L ía y e n las d e las d os I
m o te a d o s . E sto e s así p o r q u e h e v is to t o ­
c ria d a s , p e r o n o e n c o n tr ó n a d a . A c o n ti- ?
d a s las c o s a s q u e L a b á n ha h e c h o c o n tig o .
n u a c ión , en tró e n la tie n d a d e R a q u e l , 34 p e ­
13 Y o s o y el D io s d e B etel, e n d o n d e d e rr a ­
ro R a q u e l había to m a d o los íd o lo s fam ilia- í
m a s te a c e ite s o b re una p ied ra y m e hiciste
res y c o lo c á n d o lo s d e b a jo d e la m o n tu ra I
un ju ra m en to . A h o r a , le v á n ta te y v u é lv e te a
d e l c a m e llo s e s e n tó e n c im a m ien tra s L a ­
la tierra en q u e n a cis te .»
bán reg istrab a to d a su tie n d a y n o e n c o n - I
14 R e s p o n d ie r o n R a q u e l y L ía : « ¿ A c a s o trab a nada. ^ E n to n c e s e lla , d irig ié n d o s e a 1
te n e m o s q u e v e r a lg o to d a v ía c o n la c a s a su p a d re le d ijo: «P e rd o n e , m i s e ñ or, si no
d e n u estro p a d re , o s o m o s aún su s h e r e d e ­ m e p o n g o d e p ie a n te su p r e s e n c ia , p e ro 2
ras? 15 ¿ N o h e m o s s id o tra ta d a s c o m o e x ­ m e s u c e d e lo q u e le p a s a a las m u je re s .» I
trañ a s d e s p u é s q u e n os v e n d ió y s e c o m ió R e g is tr ó , p u e s , y n o e n c o n tr ó lo s íd o lo s . 1
n u estra p la ta ? 16 P e r o D io s h a t o m a d o las
36 E n to n c e s J a c o b s e e n o jó y r e p r o c h ó a
r iq u e za s d e nu estro p a d re y n o s las ha d a ­
L a b á n : «¿ C u á l e s m i d e lito ? ¿ C u á l ha s id o i
d o a n o s o tra s y a nu estros hijos. Haz, p u es,
m i p e c a d o , p a r a q u e a s í m e p e r s ig a s ? *
t o d o lo q u e D io s te h a d ic h o .»
37 D e s p u é s d e r e v is a r t o d a s m is c o s a s , *
17 S e le v a n tó J a c o b e hizo m o n ta r en c a¿­ q u é o b je t o d e tu c a s a h a s e n c o n tr a d o ? I
m e llo s a sus m u je re s e hijos. 18 Y s e lle v ó C o ló c a lo aqu í, a la v ista d e tu fa m ilia y de
to d o s sus r e b a ñ o s y to d o s lo s b ie n e s q u e la m ía , y q u e e llo s s e a n ju e c e s e n tre n o s o - I
h a bía a d q u irid o en P a d á n -A ra m , volviendo tros d os.
donde su padre Isaac, a Canaán. 19 A p r o v e ­ 38 En v e in te a ñ o s q u e lle v o c o n tig o , tus !
c h a n d o q u e L ab án h a bía s a lid o a e s q u ila r
o v e ja s y tus c a b r a s n o h a n m a lp a r id o , y
su reb a ñ o , R a q u e l r o b ó lo s íd o lo s fa m ilia re s
n u n ca h e c o m id o ni un c o r d e r o a e tus r e ­
q u e su p a d re te n ía en casa.
b añ o s. 39 L o s a n im a le s d e s tro z a d o s p o r las i
20 J a c o b a c tu ó a e s c o n d id a s d e L a b á n , yfie ra s , n o te lo s traía, s in o q u e y o m is m o I
n o le a v is ó n a d a s o b r e su p a rtid a . 21 T o m o , lo s r e e m p la z a b a , y tú m e e x ig ía s lo q u e
u es, t o d o lo q u e p o s e ía , y e m p r e n d ió la h a b ía s id o r o b a d o d e n o c h e o d e d ía . 40 P e ­
uida. A tr a v e s ó e l río E u fra tes y s e d irig ió ro te n ía q u e s o p o r ta r el c a lo r d u ra n te el día
a las m o n ta ñ a s d e G a la a d . y el frío d u ran te la n o c h e , a v e c e s sin p o ­
22 A l te r c e r día a v is a ro n a L a b á n d e q u e d e r d o rm ir una p e sta ñ a d a .
J a c o b había hu ido . 23 S e hizo a c o m p a ñ a r p or 41 Y a lle v o v e in te a ñ o s e n tu c a s a . C a to r- I
los d e su tribu y, durante s ie te días, lo persi- c e te s e rv í p o r tus d o s hijas y s e is p o r tus
uió, hasta q u e lo a lc a n zó en la m on tañ a d e
§ ¡alaad. 24 P e ro D io s s e a c e r c ó a L a b á n el
reb a ñ os , v tú h a s c a m b ia d o m i s a la rio d iez
v e c e s . 42 S i el D io s d e m i p a d re , el D io s d e
a ra m e o en un su eño, y le d ijo: «C u íd ate d e A b r a h á n y D io s T e r r ib le d e Is a a c , n o m e
n o discutir c o n J a c o b , bien se a c o n a m e n a ­ hu biera a s is tid o, c o n to d a s e g u rid a d q u e tú
zas o sin v io le n c ia .» 28 L ab án a lc a n zó a J a ­ m e h a b ría s d e s p e d id o c o n las m a n o s v a - I
47 GENESIS 32

cías. P e r o D io s h a v is to m is p ru e b a s y el vido con Labán y con él he permane­


tra b a jo d e m is m a n o s y p o r e s o a n o c h e cido hasta hoy. 6 He adquirido bue­
pronun ció su s e n te n c ia .» yes, burros, rebaños, m ozos y sir­
43 R e s p o n d ió L a b á n a J a c o b : «E s ta s hijas
vien tas. Y ahora q u ie ro avisa rte,
son m is hijas y e s to s h ijos s o n m is h ijos, el
g a n a d o ta m b ié n e s m ío y t o d o c u a n to v e s esperando que m e recibirás bien.»
es m ío . ¿ C ó m o p o d ría y o q u e r e r m a l a m is ' Volvieron los mensajeros y dije­
hijas y a su s h ijo s ? 4<r V e n , h a g a m o s un ron a Jacob: «Hemos estado con tu
p a c to e n tre los d o s , y q u e q u e d e una p ru e ­ herm ano Esaú, y él m ism o vie n e
ba d e e llo .» ahora a tu encuentro con cuatrocien­
45 J a c o b to m ó u n a p ie d r a y la p u s o d e
pie. Y d ijo a lo s d e su fa m ilia : «R e c o ja n p ie ­
tos hombres.»
dras.» 46T o d o s s e p u s ie ro n a ju n tar p ie d ra s , 8 Jacob se llenó de miedo y se de­
hicieron c o n e lla s un m o n tó n , y lu e g o c o ­ sesperó. Dividió en dos cam pam en­
m ieron s o b r e é l. 47 L a b á n lo lla m ó Y e a a r- tos a la gente que estaba con él, y lo
S aaduta, p e ro J a c o b lo lla m ó G a le d . 48 L a ­ mismo hizo con el ganado, las ovejas
bán d ijo : « E s t e m o n t ó n d e p ie d r a s v a á los cam ellos, 9 pues pensaba: «Si
qu ed ar a q u í c o m o una p ru eb a d e l a c u e r d o
saú ataca a un ca m p a m en to, el
entre tú y y o . » 49 P o r e s to s e lla m ó G a le d , y
tam b ién M isp á , p o rq u e d ijo: «Q u e Y a v é se otro podrá salvarse.»
fíje e n n o s o tr o s c u a n d o n o s h a y a m o s s e ­ 19 Luego oró así: «Yavé, Dios de
parado. 50 S i tratas m a l a m is hijas o si t o ­ mi padre Abrahán y Dios de mi pa ­
m as o tra s m u je re s fu era d e e lla s , n o serán dre Isaac, tú m e dijiste: Vuelve a tu
los h o m b r e s lo s q u e te ju zg u e n , s in o D io s patria, a la tierra de tus padres que
que e s te s tig o d e n u estro p a c to .» yo seré bueno contigo. '' Y o no soy
51 L ab án a ñ a d ió d irig ié n d o s e a J a c o b : «M i­
ra e s te m o n tó n y e s ta p ied ra q u e h e le v a n ­
digno de todos los favores que me
tado e n tre n o sotros d os : 52 e llo s s erán te s ti­ has h ech o, ni de la gran bondad
g os d e q u e y o n o p a s a ré m á s allá h a cia ti que has tenido conm igo. Porque al
‘ ara h a c e r te d a ñ o , ni tú p a s a rá s m á s a c á partir, cuando atravesé el Jordán,
acia m í para c a u s a rm e m al. 53 E l D io s d e no tenía más que mi bastón. Pero
Abrahán , y el D io s d e N a jo r se a ju e z entre
ahora, al v o lver, ten g o su ficiente
n o s o tr o s .» 54 E n to n c e s J a c o b ju r ó p o r el
Dios T e rrib le d e su p a d re Isaac. J a c o b o fr e ­
co m o para hacer dos ca m p a m en ­
ció un s a c rific io en el m o n te y c o n v id ó a c o ­ tos. 12 Líbrame de las m anos de mi
m er a to d o s sus h erm a n os. C o m ie r o n y p a ­ hermano, de las manos de Esaú; no
saron la n o c h e e n el m on te. sea que que venga y m ate a todos,
a la m adre con sus hijos. 13Pero
1 L a b á n s e le v a n tó m u y te m p r a n o ,
b e s ó a su s h ijo s y a su s h ija s , lo s
eres tú quien m e dijo: Te colm aré
b e n d ijo y s e fu e. A s í v o lv ió L a b á n a su lu­
de bienes y tu d escen d en cia será
gar. co m o la arena del mar, que nadie
2 J a c o b , p o r su p arte, s ig u ió su c a m in o ypuede contar.»
le s a lie ro n al e n c u e n tro A n g e le s d e D io s . 14 Y pasó allí aquella noche.
'A l v e rlo s d ijo J a c o b : «E s te e s un c a m p a ­
m en to d e D io s », y p o r e s o lla m ó a a q u el
E c h ó m a n o a lo q u e traía c o n s ig o p a ra
lugar M a ja n a im .
e n v ia r un r e g a lo a su h e r m a n o E s a ú :
15 d o s c ie n ta s c a b r a s y v e in t e m a c h o s c a ­
b río s , d o s c ie n ta s o v e ja s y v e in te c a rn e ro s ,
Jacob lucha con Dios 16 tre in ta c a m e lla s p a r id a s c o n sus c ría s,
c u a r e n ta v a c a s y d ie z to ro s , v e in te m u ía s
• 4 Jacob mandó a avisar de su lle­ y d ie z b u rro s. ' ' L u e g o lo s d iv id ió e n v a ­
r io s g ru p o s y c o n fió c a d a un o d e e llo s a
nada a su hermano Esaú, en Seír, en un s e r v id o r , c o n e s ta o r d e n : «V a y a n d e ­
los campos de Edom; 5 los mensaje­ la n te d e m í, y m a n te n g a n c ie rta d is ta n c ia
ros recibieron las instrucciones si­ e n tr e un g r u p o y o t r o .» 10 A l d e l p r im e r
guientes: «Digan a mi señor, a Esaú, g ru p o le r e c o m e n d ó : «C u a n d o t e e n c u e n ­
de parte de su servidor Jacob: He vi­ tre m i h e r m a n o E s a ú y t e p re g u n te q u ié n

• 3 2 .4 Las bendiciones de Dios acompañan a qustiado, Jacob eleva una oración a Dios recor­
Jacob prófugo. Después de quince años, vuelve a dándole precisamente su promesa y sus «fidelida­
su patria y se prepara para enfrentarse con Esaú, des», o sea, todo lo que hizo por él y sus padres.
su nermano y rival. Y Dios le responde a su manera, en forma algo
Jacob se llenó de miedo y se desesperó. An- misteriosa, en la visión de la noche.
GENESIS 32 48
e r e s , a d ó n d e v a s , y d e q u ié n e s e l r e b a ñ o tó: «No te dejaré marchar hasta que
q u e v a s g u ia n d o , 15 le c o n te s ta rá s : « T o d o
p e r t e n e c e a tu s ie r v o J a c o b , y t o d o e s un
no me des tu bendición.» 28 El otro,
r e g a lo q u e é l e n v ía a m i s e ñ o r E s a ú . El pues, le preguntó: «¿ C óm o te lla­
m is m o v ie n e d e trá s d e n o s o tr o s .» 20 J a c o b mas?» El respondió: «Jacob.» 29 Y el
d io las m is m a s in s tr u c c io n e s al s e g u n d o , otro le dijo: «En adelante ya no te lla­
al te r c e r o y a to d o s lo s d e m á s q u e g u ia ­ marás Jacob, sino Israel, o sea Fuer­
b an lo s r e b a ñ o s . Y le s d ijo : 21 « A s í han d e za de Dios, porque has luchado con
h a b la r a E s a ú c u a n d o lo e n c u e n t r e n .» Y
ta m b ié n le dirá n : «T u s ie r v o J a c o b y a v i e ­
Dios y con los hombres y has salido
n e d e trá s d e n o s o tr o s .» vencedor.»
P u e s J a c o b p e n s a b a : « L o a p la c a r é c o n 30 Entonces Jacob le hizo la pr
los r e g a lo s q u e le e n v ío d e la n te , y c u a n d o gunta: «Dame a conocer tu nombre»
d e s p u é s m e e n c u e n t r e fr e n te a é l, q u iz á El le contestó: «¿Mi nombre? ¿Para
m e r e c ib a sin e n o jo . » 22 E n v ió , p u es, lo s r e ­ qué esta pregunta?» Y allí mismo lo
g a l o s p o r d e la n te , y é l s e q u e d ó a q u e lla
n o c h e en el c a m p a m e n to .
bendijo. 31 Jacob llamó a aquel lugar
Panuel, o sea Cara de Dios, pues dijo:
«He visto a Dios cara a cara y aún
• 23 Aquella misma noche Jacob estoy vivo.»32 El sol empezaba a dar
se levanto, tomó a sus dos esposas, fuerte cuando cruzó Penuel, y él iba
a sus dos sirvientas y a sus once hi­ cojeando a causa de su cadera.
jos, y los. hizo cruzar el vado de Ya-
boc. 24 A todos los hizo pasar al otro ” P o r esta razón lo s h ijo s d e Israel n o c o ­
lado del torrente, y también hizo pa­ m e n , h a s ta el d ía d e n o y , e l n e r v io d e l
sar todo lo que traía con él. 25 Y Ja­ m u s lo , p o r q u e t o c ó a J a c o b e n la in g le ,
s o b r e e l n e r v io d e l m u slo.
cob se quedo solo.
Entonces alguien luchó con él has­
ta el am anecer.26Este, viendo que no
lo podía vencer, tocó a Jacob en la
Encuentro de Esaú y Jacob
ingle, y se dislocó la cadera de Jacob 1 En cierto m om ento,
mientras luchaba con él. v io a lg o : era Esaú q u e se
27 El otro le dijo: «Déjame ir, pues acercaba con los cuatrocientos hom­
ya está amaneciendo.» Y él le contes­ bres. Distribuyó entonces a los hijos

• 23. Alguien luchó con él hasta el amane­ mismo y de sus caminos. Sea cual sea el golp e o
cer. A l luchar esa noche con Dios. Jacob com ­ el percance o la crisis que nos toca atravesar, nos
prende que sus trabajos y pruebas han sido mu­ deja heridos y ya com o extranjeros en este mun­
cho más que un enfrentamiento con la sociedad do: Jacob entra cojeando en la Tierra Prometida.
y los hombres. Dios le prom etió el éxito, pero no Aquí también, com o en muchos otros relatos
lo dará antes de que Jacob haya llegado al extre­ antiguos d e la Biblia, los descubrimientos moder­
m o de sus fuerzas. nos contribuyen a un nuevo esclarecimiento del
Y porque Jacob com prende m ejor el m otivo texto, lo que nos permite tal vez leerlo de otra
de tantas pruebas y demoras, también se dirige m anera, ap arentem en te más aterrizada, pero
personalm ente al que solo puede cambiar las dis­ también muy rica desde un punto de vista espiri­
posiciones de Esau. Jacob se hace fuerte contra tual. Excavaciones recientes efectuadas en ese lu­
Dios; no le pide un favor, una ayudita, sino que gar nos revelan que el dios de Panuel estaba en­
le exige que cumpla sus promesas: no te dejaré c a rga d o d e p o n e r a los hom bres en el buen
marchar hasta que no me des tu bendición. cam ino y que su p ro feta B alaam (véase Núm
Pues orar no es solamente aceptar la voluntad 2 3 ,2 5 ) transmitía sus amenazas. De hecho, las
de Dios com o cosa escrita de antemano en el cie­ historias más antiguas de Jacob dan a entender
lo, o pedirle fuerzas para aceptarla; también es que Dios lo había corregido (Os 12, 4-5); y así se
presionar a Dios, confiando en sus promesas y a explicaría su nombre de ichrael: «corregido por
sabiendas de que nos atiende. Si no pudiéramos Dios». Pero más tarde ese nombre se transformó
tener alguna parte en las decisiones divinas que a eni Israel, porque en Palestina central había difi­
nosotros se refieren o al gobierno del mundo, la cultad para pronunciar el sonido «ch» (véase Jue
palabra Alianza sería un engaño. En las encruci- 1 2 ,6 ) y se lo in terp retó c o m o «fu erte contra
jadas d e la vida, el creyente, apretado entre la Dios» ío que era mucho más satisfactorio para el
posibilidad de estancarse y la de superarse, sabe orgullo nacional.
que Dios le dará esto último, con tal de que se lo Se puede pues pensar que en la tradición pri­
pida con fe. mitiva, cuando Jacob regresaba, orgulloso de sus
Se dislocó la cadera. Jacob se enfrenta con mujeres, de sus hijos y de lo que había adquirido
Dios cuando, después d e su largo exilio, quiere de manera más o menos honrada, Dios lo había
forzar la entrada de la Tierra Prometida. En reali­ detenido, amenazado y herido. Y él había tenido
dad, entrar en la T ierra no es otra cosa que aden­ que humillarse para recibir las bendiciones pro­
trarse en el misterio d e Dios, y eso no es posible metidas a sus padres: En adelante te llamarás
para el hombre que se siente fuerte, seguro de sí Israel.
49 GENESIS 34

entre Lía, Raquel y las dos siervas. 16 Aguel mismo día regresó Esaú a
’ Situó a las dos siervas con sus hijos Seír, 17 y Jacob se dirigió a Sucot,
por delante; detrás colocó a Lía con donde se construyó una casa e hizo
sus hijos, después a Raquel y a José. chozas para sus rebaños; a esto se
’ El mismo pasó delante de todos, y debió que aquel lugar fuese llamado
Sucot (o sea, chozas).
se inclinó siete veces hasta el suelo
antes de a lca n za r a su herm ano. 18 R e g re sa n d o d e P a d á n -A ra m , J a c o b
1 Esaú corrió al encuentro de sulle g ó s a n o y s a lv o a la c iu d a d d e S iq u e m ,
hermano y lo abrazó; echándose so­ en e l p a ís d e C a n a á n , y a c a m p ó fre n te a la

bre su cuello lo besó, y los dos rom­ c iu d a d . 19 C o m p r ó p o r c ie n m o n e d a s d e


p lata a lo s h ijo s d e H a m o r, q u e e ra p a d re
pieron a llorar. 5 Levantó después la d e S iq u e m , e l p e d a z o d e tierra en q u e h a ­
vista, y al ver a las mujeres y a sus b ía in s ta la d o sus tie n d a s .20 A llí c o n s tru y ó
hijos preguntó: «¿Qué tienen que ver un altar, lla m a n d o a e s te lugar: «E l, el D ios
todos estos contigo?» Jacob le res­ d e Israel.»
pondió: «Son los hijos que Dios ha
dado a tu siervo.»
Rapto de Dina, hija de Jacob
6 Entonces se acercaron las siervas
de Jacob con sus hijos, e hicieron p3T| 1 Dina, la hija que Lía dio a Jacob,
profunda reverencia;7 se acercó tam­ E—L1 salió un día a visitar a las mujeres de
bién Lía con sus hijos, y se postra­ aquel país.2 La vio Siquem, hijo de Hamor
ron; por último se acercaron José y el jeueo. principe de aquella tierra, y la t o ­
m o ; s e a c o s tó c o n e lla y la v io ló . 3 P e r o s e
Raquel y se postraron. q u e d ó p re n d a d o d e D in a , hija d e J a c o b , s e
8 Le preguntó Esaú: «¿Qué signifi­e n a m o r ó d e la jo v e n y le h a b ló d e a m or.
can todos aquellos grupos con los 4 Entonces Siquem dijo a su padre Ha­
que me he encontrado?» Respondió mor: «Toma para mi a esa joven.-
Jacob: «Esos eran para ganarme tu 3 J a c o b se e n te r ó d e q u e su hija D in a h a ­
b ía s id o d e sh o n ra d a , p e r o c o m o s u s h ijo s
favor.» 9 Le dijo Esaú: «Hermano, yo
e s ta b a n en el c a m p o c o n su reb a ñ o , n o d i­
tengo de todo, guarda lo que es tu­ jo n ada h asta q u e r e g r e s a r o n . 6 H a m or, p a ­
yo.» 10 Pero Jacob contestó: «No, por d r e d e S iq u e m , v in o a h a b la r c o n J a c o b .
favor. Si realmente me quieres, acep­ 7 C u a n d o lo s h ijo s d e J a c o b v o lv ie r o n del
ta el regalo que te ofrezco, pues me c a m p o , se e n te ra ro n d e lo q u e h a b ía p a s a ­
he p re sen ta d o ante ti c o m o ante d o . É s to s h o m b r e s s e e n o ja ro n m u c h ís im o
p o r q u e se h a bía c o m e tid o una in fa m ia en
Dios, y tú me has acogido. 11 Acepta,
Israel; a lg u ie n h a bía a b u s a d o d e la hija d e
pues, el regalo que te he traído, ya J a c o b , c o s a qu e n o d e b e h acerse.
que Dios me ha favorecido, y tengo 8 Hamor habló con ellos y les dijo: •Si­
de todo.» Jacob insistió tanto, que quem, mi hijo, está enamorado de la her­
Esaú aceptó. mana de ustedes. Les ruego que se la den
12 «Vamos — dijo después Esaú— por esposa. 9 Sean nuestros parientes, den­
nos sus hijas, y tomen ¡as n u e s tra s .Q u é ­
pongám onos en marcha, que yo iré dense a vivir con nosotros, pues todo el te­
delante de ti.» 13 Jacob le dijo: «Mi rrito rio está a d isp osición de ustedes;
señor sabe bien que los niños son habiten en él, muévanse libremente y ad­
delicados, y ten go ov eja s y vacas quieran propiedades en él.»
paridas, que si las hago andar muy 11 S iq u e m d ijo al p a d re y a lo s h e rm a n o s
apuradas, en un solo día todo el g a ­ d e Dina: «L e s r u e g o q u e m e p e rd on e n . Y o
le s d a r é t o d o lo q u e u s t e d e s m e p id a n .
nado m enor morirá. 14 Vaya mi se­ 12 Im p ó n g a n m e un p re c io y re g a lo s d e v a ­
ñor delante de su siervo, y yo cam i­ lor, y y o le s p a g a r é lo q u e q u ie ra n , p e r o
naré con calm a al paso ael ganado d e n m e a la m u c h a c h a p o r e s p o s a .»
que viene detrás de mí y al paso de 13 Los hijos de Jacob respondieron a Si­
los niños, hasta que nos en contre­ quem y a su padre Hamor. Les hablaron
m os en S eír.» 15 R esp on dió Esaú: con engaño, porque Siquem había deshon­
rado a Dina, su hermana, u les dijeron: 14
«Por lo m enos acepta que se q u e­ « Ñ o podemos dar nuestra hermana a u n
den contigo algunos de los hombres hombre incircunciso, pues entre nosotros
que m e acom pañan.». Jacob repli­ eso es una vergüenza. 15 Daremos nuestro
có: «N o es n ecesario si ten go paz consentimiento con una sola condición:
contigo.» que se hagan iguales a nosotros, y circun­
GENESIS 34 50
ciden a todos los varones que hay entre us­ Jacob en Betel
tedes. 16 Entonces daremos a nuestras hijas
y tomaremos las de ustedes, uiuiremos con • 1 D io s d ijo a J a c o b : «P o n te en c a ­
ustedes u con ustedes formaremos un solo m in o , s u b e a B e te l. A llí te e s ta b le c e ­
pueblo. |YPero si no nos hacen caso y no se rás y le v a n ta rá s un alta r al D io s q u e se te
circuncidan, tomaremos a nuestra herma­ a p a r e c ió c u a n d o ib as h u y e n d o d e tu her-
na y nos iremos. » 18 Estas palabras agrada­ m a n o E s a ú .» 2 L la m ó J a c o b a to d a su fa ­
ron a Hamor y Siquem, su hijo. m ilia y a lo s q u e e s ta b a n c o n él y le s o r d e ­
19 E l jo v e n n o ta rd ó en h a c e r lo q u e s e le n ó : «A rr o je n le jo s a lo s d io s e s extran jeros
p e d ía , p o r q u e e s ta b a e n a m o r a d o d e la hija q u e t ie n e n c o n u s t e d e s . P u r ifiq ú e n s e y
d e J a c o b ; a d e m á s , S iq u e m e ra el d e m a s c á m b ie n s e la ro p a . 3 D e s p u é s s u b ire m o s a
p r e s tig io e in flu e n c ia e n la fa m ilia d e su B etel. A llí e d ific a r é un alta r al D io s q u e me
p a d re . o y ó el día d e m i an gu s tia y q u e m e a c o m - 1
20 Hamor y su hijo Siquem fueron a la p a ñ o d u ran te m i v ia je .»
puerta de su ciudad y hablaron a sus con­ 4 E n tre ga ro n a J a c o b to d o s lo s d io s e s ex-
ciudadanos, reunidos allí. 21 Les dijeron: tr a ñ o s q u e te n ía n c o n s ig o , a s í c o m o los
«Estos hombres son gente pacífica. Deje­ aros d e las ore ja s , y J a c o b lo s en terró bajo
mos que se establezcan aquí u se muevan una en c in a q u e h a y ju n to a S iq u e m ; r’ luego *
libremente p or nuestra tierra. Nuestro país le v a n ta ro n e l c a m p a m e n t o . U n m ie d o s o ­
es extenso, y hay m ucho lugar para ellos. brenatural s e a p o d e r ó d e lo s h a bitantes de
Nosotros nos casaremos con sus hijas y las ciu d a d e s v e cin a s , d e tal m a n e ra q u e na­
les daremos las nuestras com o esposas a d ie s e a tre v ió a p e rs e gu irlo s.
ellos,22pero ellos ponen una condición pa­ 6 J a c o b lle g o c o n to d a su g e n t e a Luz,
ra quedarse con nosotros y formar un solo q u e e s tá e n te rrito rio c a n a n e o y q u e ahora I
pueblo, y es que todos los uarones nos ha­ s e lla m a B e te l; 7 le v a n tó allí un alta r y lla­
gam os circu ncid ar, tal com o lo hacen m ó al lu g ar «E l-B e te l», p o r q u e allí fu e d o n ­
ellos. 23 Si aceptamos, sus rebaños, sus p o­ d e s e le h a b ía a p a r e c id o D io s , c u a n d o iba j
sesiones, sus animales u todo lo que tie­ h u y e n d o d e su h e rm a n o . 8 P o r e s e m ism o
nen, será de nosotros. Hagamos, pues, lo e n to n c e s m u rió D é b o r a , la n o d riza d e R e ­
que nos piden y que uiuan entre noso­ b e c a , y fu e s e p u lta d a c e r c a d e B e te l, bajo
tros.» la e n c in a q u e d e s p u é s s e lla m ó B a c u t q o
24 Todos los que salían por la puerta de la s e a , Llanto).
ciudad se dejaron convencer por Hamor y 9 Dios se apareció de nuevo a Jacob
su hijo Siquem, y todos los varones de la cuando regresaba de Padán-Aram y lo ben­
ciudad se hicieron circuncidar. dijo, 10 diciendo: «Tu nombre es Jacob, pero )
25 A l te r c e r d ía, c u a n d o e s ta b a n m á s d o ­ desde ahora no te llamarás más Jacob, sino
lorid os, d o s h ijo s d e J a c o b , S im e ó n y L eví, que tu nombre será Israel.» Así, pues, le pu­
h e rm a n o s d e D ina, a g a rra ron sus e s p a d a s, so por nombre Israel. 11 Y agrego: «Yo soy el
en traron e n la c iu d a d sin p e lig r o y m a ta ron Dios de las Alturas; sé fecundo y multiplí­
a to d o s lo s v a r o n e s . 26 M ataron a H a m o r y a cate. üna nación, o mejor, un grupo de na­
su h ijo S iq u e m , y to m a n d o a D in a d e la c a ­ ciones nacerá de ti, y reyes saldrán de tu li­
sa d e S iq u e m , s e fueron. naje. 12 Te daré la tierra que di a Abraham e
27 Los demás hijos de Jacob pasaron so­ Isaac, y la daré a tus descendientes des­
bre los muertos y saquearon la ciudad. pués de t i . » 13Después Dios se alejó.
28 Se apoderaron de sus vacas, ovejas, bu­ 14 J a c o b p u s o d e p ie una p ie d r a c o m o
rros u de todo lo que había en la ciudad o m o n u m e n to , e n el lu g a r e n q u e h a bía h a ­
en el campo. 29 Se llevaron como botín to­ b la d o c o n D ios, y d e rr a m ó s o b r e e lla vin o
das las riquezas, a las mujeres y a los ni­ y a c e ite .
ños, y saquearon todo lo que encontraron 15 Jacob llamó Betel al lugar en que ha- i
dentro de las casas. bía hablado con Dios.
30 D ijo e n to n c e s J a c o b a S im e ó n y a L e ­ 16 P a rtie ro n d e B e te l, y fa lta n d o y a p o c o ]
v í: «M e h a n d e ja d o e n m a la s itu a c ió n , y p a ra lle g a r a E fratá, R a q u e l d io a luz. t u v o
p o r c u lp a d e u s te d e s m e o d ia r á n lo s c a - un p a r to m u y d ifícil, 17 y c u a n d o sus d o lo ­
n a n e o s y lo s f e r e c e o s q u e o c u p a n e l p a ís . res e ra n más^ in te n s o s , la p a r te r a le d ijo :
Y o s ó lo t e n g o u n os p o c o s h o m b r e s , y si «A n im o , q u e é s te e s ta m b ié n un h ijo .» 18 Y
e llo s s e u n en p a ra a ta c a r m e , m e e x t e r m i­ d a n d o e l ú ltim o s u s p iro , p u e s s e e s ta b a
n a rá n j u n t o c o n t o d a m i g e n t e . » 31 P e r o m u rie n d o , lo lla m ó B e n -O n í ( o s e a , hijo de
e llo s r e s p o n d ie r o n : «¿ Ib a m o s a d e ja r q u e mi dolor), p e r o su p a d re le d io el n o m b re
n u estra h e r m a n a fu era tra ta d a c o m o una d e B en ja m ín . 19 A s í e s c o m o m u rió R aqu el
p ro s titu ta ? » y fu e s e p u lt a d a e n e l c a m in o d e E fra tá

3 5 .1 U n o no puede vivir su fe quedándose visible, que significa para ellos un sacrificio grande,
solo. Por eso Jacob exiqe de toda su gente que se pasan a ser la primera comunidad capaz de dar al
deshaga de sus ídolos; al dar este paso concreto y mundo el testimonio d e su fe en ei Dios único
GENESIS 36

(que e s B e lé n ). 20 J a c o b p u s o una p ie d ra 6 Tomó después Esaú a sus esposas, a


de p ie s o b r e su tu m b a, e s la P ie d r a d e la sus hijos e hijas, a todos los miembros de
l um ba d e R a q u e l q u e s e v e h o y to d a v ía . su familia, los rebaños, todos los animales
21 P a r t ió d e s p u é s Is r a e l y l e v a n t ó su s y todos los bienes que había logrado en la
llend as m á s allá d e M ig d a l-E d e r. 22 M ie n - Tierra de Canaán, y se fue a la tierra de
lias Israel m o r a b a e n a q u e lla tierra, ocu rrió Seír, lejos de su hermano Jacob, 7 porque
iiue R u b é n s e a c o s t ó c o n B ilá , c o n c u b in a los dos eran muy ricos y no podían vivir
de su p a d re , e Israel lle g ó a s a b e rlo . juntos, ya que no cabían sus rebaños en la
tierra que habitaban. " Fue así que Esaú se
ubicó en los montes de Seír. Esaú es Edom.
9 Estos son los descendientes de Esaú,
Los doce hijos de Jacob
padre de los edomitas, que viven en la re­
gión montañosa de Seír. Y éstos son los
• Jacob tuuo doce hijos: nombres de los hijos de Esaú:10Elifaz, hijo
23 Hijos de Lía: Rubén, el primogénito de de Ada, esposa de Esaú, u Rahuel, hijo de
Jacob, Simeón, Leuí, Judá, Isacar y Zabu­ Basemat, mujer también ae Esaú.
lón. _ . " Los hijos de Elifaz fu eron : Timna,
24 H ijos de Raquel: José y Benjamín. Ornar, Sefo, Gatam y Cenez. '■ Elifaz, hijo
25 Hijos de Bilá, la sirvienta de Raquel: de Esaú, tenía también a Timna como con­
Dan y Neftalí. ^ J cubina, y le dio a luz a Amalee. Estos son
26 Hijos de Zelfa, la sirvienta de Lia: Gad los descendientes de Ada, esposa de Esaú.
i/Aser. 13 Estos son los hijos de Rahuel: Najat,
Estos fueron los hijos de Jacob, que na­ Zaraj, Samma y Meza. Estos son los descen­
cieron en Padán-Aram. dientes de Basemat, esposa de Esaú.
27 Volvió Jacob a la casa de su padre Isa­ 14 Y los hijos de Olibama, esposa de Esaú,
ac, a Mambré, junto a Quiryat-Arbe (es de­ hija de Aná, hijo de Sebeón, fueron éstos:
cir, Hebrón), donde Abraham e Isaac ha­ Jehús, Ihelón y Coré.
bían vivido como forasteros. 28 Isaac vivió 15Estos sonlosjefes de los hijos de Esaú.
ciento ochenta años;29 murió muu anciano De los hijos de Elifaz, prim ogénito de
y fue a reunirse con sus antepasados. Lo se­ Esaú: el jefe Temán, el jefe Ornar, el jefe Se­
pultaron sus hijos Esaú y Jacob. fo, el jefe Cenez, 16 el je fe Coré, el jefe Ga­
tam, el jefe Amalee. Estos son los jefes de
Elifaz en la tierra de Edom. Estos son des­
Esaú, padre de los edomitas cendientes de Ada.
17 Y éstos son los hijos de Rahuel, hijo de
fo c l ' Estos fueron los descendientes de Esaú: Mahat, Zara, Samma, Meza. Estos
I^HJ Esaú, o sea Edom. Esaú tomó por es­ son los jefes de R ahuel en la tierra de
posas a mujeres cananeas: 2a Ada, hija de Edom, y son los descendientes de Basemat,
Melón el hitita, a Olibama, hija de Ana, hijo esposa de Esaú.
de Sebeón el jorita, 3 u a Basemat, hija de '8 Los hijos de Olibama, esposa de Esaú,
Ismael y hermana de Nébayot.4 Ada le dio son: Jehús, Ihelón, Coré. Estos son los jefes
a luz a Elifaz, Basem at fu e m adre de de Olibama, hija de Aná, esposa de Esaú.
Rahuel,5 y Olibama tuvo a Jehús, a Ihelón 19Estos son íos hijos de Esaú y éstos sus
y a Coré. Estos son los hijos que le nacieron jefes. Esaú es Edom.
a Esaú en Canaán. 20Estos son los hijos de Seír, el jorita, que

• 23. Dijimos respecto de Abrahán, Isaac y Ja­ y Leví al pueblo de Siquem (Siquem es una ciu­
cob, que la Biblia conserva algunos recuerdos de dad y no una persona). Asim ism o debem os in­
ellos desarrollados en forma de leyendas (ver en terpretar lo referente a «Labán, el aram eo» (c.
11,26). Pero está com probado que otros nom ­ 31), a Judá y sus hijos (38), y a Esaú, que figura
bres, com o Rubén, Simeón. Judá... no se refieren al p u eb lo d e E d om , v e c in o y rival d e Israel
a personajes reales. Es que las tribus errantes tení­ (2 6,30 y 36,1). J J
an su manera propia de recordar los sucesos del Esto nos explica que, desde tiempos antiguos,
pasado. Creaban relatos en que cada pueblo era los conocedores de la Biblia hayan interpretado
representado por una persona del mismo nom ­ en forma simbólica muchos datos de la historia
bre. Así, por ejemplo, doce tribus se habían unido de los Patriarcas. ,, , , .
en un solo pueblo: lo expresaban diciendo que D oce tribus integraban el pueblo de Israel, que
doce antepasados llevando los nombres de estas siempre quiso recordar esta cifra considerada sa­
tribus, eran hijos de un mismo padre, Jacob. C o ­ grada (ver c. 48). Jesús recordará esta estructura
mo cuatro de estas tribus, las de Rubén, Simeón, antigua del pueblo de Dios cuando funde su Igle­
Leví y Judá, formaban al com ienzo un grupo dife­ sia com o el nuevo pueblo de Dios y escoja a d o­
rente del integrado por las de José y Benjamín, ce apóstoles para dirigirla. .
los del primer grupo eran considerados hijos de D e las d oce tribus predom inaron dos: la de
una madre, Lía, esposa de Jacob, y los otros, hi­ José y la de Judá. V e r al respecto, com entario
jos de otra esposa de Jacob, Raquel. de Josué (c. 13). P o r ello las tradiciones sobre
L o contado en el capítulo 3 4 se refiere a un los «patriarcas», o sea, los padres, nos hablan
episodio violento que opuso las tribus de Sim eón e s p e c ia lm e n te d e es os d os h ijo s d e J a c ob .
GENESIS 36 52
habitaban en aquella tierra: Lotán, Sebal, tural d e B osra . 34 J ob a b m urió y reinó en su lu­
Sebeón, A n a ,21 Disón, Eser y Disán. Estos g a r H u s a m , d e la tie rra d e lo s te m a n ita s.
son los jefes de los joritas, hijos de Seír, en 55 Murió Husam y reinó en su lugar Hadad, hijo
el país de Edom. 22 Los hijos de Lotán fue­ d e .B a da d, el c u al d e rr o tó a M ad ián en los
ron: Hori y Hernán. Tamna era hermana de c a m p o s d e M oab. El n o m b re d e su ciudad era
este mismo Lotán.23 Los hijos de Sebal fue­ A vit. 36 M urió H adad y le su cedió en el reino
ron: Aluán y Manahat, Ebal, Sefe y Onam. S em la d e M asreca. 37 M urió S em la y reinó en
24 Y los hijos de Sebeón: Aia y Aná. Este su lugar Saúl, d e R ejob ot del río . 38 A la m uerte
Aná es el que descubrió las aauas termales d e Saúl subió al tron o Balanán, hijo d e A c o -
en el desierto, mientras andaba pastorean­ ber. 39 M urió Balanán y o c u p ó el reino Adar,
do los burros de su padre Sebeón.25 Estos cu ya ciudad s e llam aba Fau, y su mujer, Me-
son los hijos de Aná: Disón y Olibama, hija table, hija d e M atred, hija d e M ezaab.
de Aná. 26 Estos son los hijos de Disón: 40 E s to s s o n lo s n o m b r e s d e lo s je f e s de
Hamdam, Esebán, Jetrán u Caram. 27 Los E saú , y s o n lo s n o m b r e s d e sus fa m ilia s y
hijos de Eser fu eron : Bálaán, Zauán y territo rio s: el j e f e T im n a , e l je f e A lv a , e l je fe
A c á n .28 Y los hijos de Disán: Hus y Aram. J e fe t, 41 el je f e O lib a m a , el j e f e E ta, el je fe
29 E s to s s o n lo s je fe s jo rita s : el j e f e L o ­ F in ó n , 42 el je f e C e n e z, e l je f e T e m á n , e f j e ­
tán, el j e f e S e b a l, el j e f e S ib ó n , el j e f e A n á , fe M a b a a r, 43 el j e f e M a g d ie l, el j e f e Iram .
el j e f e D is ó n , e l j e f e E s e r , e l j e f e D is á n . E s to s s o n lo s je f e s d e E d o m , y é s to s son
30 E s to s s o n lo s j e f e s jo r ita s , y é s ta s s o n lo s n o m b r e s d e sus c la n e s y d e las tierras
sus tribus, en el p aís d e Seír. q u e o c u p a n . E saú e s el p a d re d e lo s e d o -
31 E s to s s o n lo s r e y e s q u e r e in a r o n en m itas.
E d om , antes d e qu e hubiera rey e s en Israel.
32 En E d om reinó Bela, hijo d e Beor, y el n o m ­ 1 J a c o b , p o r su p arte, s e e s ta b le c ió
bre d e su ciudad era D inaba . 33 A la m uerte d e en C a n a á n , p a ís d o n d e h a bía v iv id o
B ela reinó en su lugar J obab, hijo d e Zara, n a­ su p a d re .

HISTORIA D E JO S E
José y sus hermanos 5 José tuvo un sueño y lo contó
sus hermanos. 6 «Miren, les dijo, el
• 2 Esta es la historia de la familia sueño que he tenido. 7 Estábam os
de Jacob. A los diecisiete años, José nosotros atando gavillas en m edio
se dedicaba a cuidar ovejas. Siendo del campo, cuando sucedió que mi
todavía un adolescente, ayudaba a los avilla se levantaba y perm anecía
hijos de Biiá y de Zelfa, mujeres de su erecha. Entonces las gavillas de us­
padre y por lo tanto, informaba a su tedes la rodearon y se postraron ante
padre sobre la mala reputación que la mía.» 8 Sus hermanos le dijeron:
sus hermanos tenían. 3 Israel quería a «¿Eso quiere decir acaso que tú vas
José más que a sus otros hijos, pues a reinar sobre nosotros, o que vas a
le había nacido en su ancianidad; in­ mandarnos?» Y lo aborrecieron más
cluso le había hecho una túnica con aún, a causa de sus sueños y de sus
mangas. 4 Sus hermanos, viendo que interpretaciones.
su padre le prefería a sus otros hijos, 9 Tuvo José todavía otro sueño,
comenzaron a odiarlo hasta tal punto también se lo contó a sus hermanos:
que no podían conversar con él. «Tuve otro sueño; esta vez el sol, la

• 3 7 .2 L a larga y con m ovedora historia de Israel quería a José más que a sus otros I
José, vendido por su hermano y que sé convierte hijos. El hijo más querido y también el más deli- I
después en su salvador, es una oora maestra de cado. Entre sus hermanos, rudos y p oco escrupu- I
los letrados del tiem po de Salomón, pero se ap o­ losos, José demuestra nobleza: desde su juventud ]
ya en tradiciones más antiguas y se inspira tam­ ese hijo de pastores manifiesta que está hecho I
bién en libros egipcios. P e ro , ¿se daban ellos para grandes cosas.
cuenta de que expresaban todo el plan de reden­ L a envidia llega hasta la locura y el crim en i
ción: Dios nos salva por las pruebas de un justo entre herm anos. D ios ac e p ta que los herm a- 1
perseguido por sus hermanos? La larga historia nos sigan cam in os op u e s to s, un os h acia el I
tan conmovedora de José, vendido por sus her­ bien, otro s hacia el m al, p e r o e s to n o qu iere 1
manos, y salvador de ellos, es en la Biblia la pri­ d ecir que los «b u en os» se ap arten y se olvi- I
mera figura d e la Pasión, de la Muerte y de la R e­ den d e los «m alo s»; J os é salvará a sus her- ]
surrección de Cristo. m anos.
13 GENESIS 38

luna y on ce estrellas se inclinaban mangas que llevaba puesta, 24 lo to­


.inte mí.» 10 Su padre, que también lo maron y lo arrojaron a una cisterna
escuchaba, lo reprendió y le dijo: que estaba seca, sin agua.
«¿Qué sueño es ese que has tenido? 25 Se sentaron para comer, cuando
¿Acaso yo, tu madre y tus hermanos alzando los ojos, vieron una caravana
tendremos que inclinarnos ante ti?» de ismaelitas que venía de Galaad,
1Sus hermanos se pusieron envidio­ con sus camellos cargados de bálsa­
sos con él, mientras que su padre mo, mirra y otras especias que lleva­
conservaba esto en la memoria. ban a E g ip to.26 Entonces Judá dijo a
sus hermanos: «¿Qué ganam os con
matar a nuestro hermano y tapar su
Vendido por sus hermanos
sangre? 27 Mejor vendámoslo a esos
12 Sus hermanos habían ido a apa­ ismaelitas y no pongam os nuestras
centar el rebaño de su padre a Si- manos sobre él, pues es nuestro her­
quem, 13 e Israel dijo a José: «Tus her­ mano y carne nuestra.» Sus herma­
manos están cuidando las ovejas en nos le hicieron caso, 28 y al pasar
los pastos de Siquem; ven, que quie­ unos madianitas, que eran mercade­
ro mandarte donde ellos.» Contestó res, sacaron a José del pozo. Lo ven­
José: «Aquí estoy.» 14 Su padre le dijo: dieron a los m adianitas por veinte
■Anda a ver cóm o está el rebano y monedas de plata, y éstos llevaron a
cómo se encuentran tus hermanos, y José a Egipto.
ven después a contármelo.» Lo envió, 29 Al regresar Rubén al pozo, ya no
pues, desde el valle de Hebrón, y Jo­ encontró a José. Rasgó sus vestidos
sé fue a Siquem. 30 y volviendo donde estaban sus her­
15 Un hom bre lo vio qué andabamanos, les dijo: «El muchacho ya no
perdido por los cam pos y le pregun­ está. ¿Y qué hago ahora?»31 Entonces
tó: «¿Qué buscas?» 16 Le respondió: tomaron la túnica de José y, d e g o ­
■Estoy buscando a mis herm anos. llando un cabrito, la tiñeron con su
Dime, por favor, dónde están con sangre. 32 Enviaron la túnica de man­
sus rebaños.» 17 El hombre le contes­ ga larga a su padre con este mensaje:
tó: «Se han ido de aquí, pues les oí «Esto hemos encontrado. Mira a ver si
decir: Vámonos a Dotan.» Y José sa­ es la túnica de tu h ijo.»33 Jacob la re­
lió en busca de sus hermanos y los conoció y exclamó: «¡Es la túnica de
encontró en Dotán. mi hijo. Algún animal feroz lo ha de­
18 Al verlo desde lejos, y antes devorado! ¡José ha sido despedazado!»
que llegara, se pusieron ae acuerdo 34 Jacob desgarró sus vestidos, se vis­
para matarlo. 19 Se dijeron: «Allí viene tió con un sayal, e hizo duelo por su
el soñador. 20 Este es el m om ento: hijo durante muchos días. 35 Todos
matémoslo y echémoslo en un pozo sus hijos e hijas acudieron a consolar­
cualquiera, y diremos que algún ani­ lo, pero él no quería ser consolado, y
mal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver decía: «Estaré todavía de duelo cuan­
en qué quedan sus sueños!» do descienda donde mi hijo al lugar
21 Al oír esto, Rubén quiso salvarlode las Sombras.» Y su padre lo lloró.
de sus manos y les dijo: «No lo m a­ 36 Entretanto los madianitas llega­
ten.» 22 «No derramen sangre, les dijo ron a Egipto y vendieron a José a
Rubén, échenlo más bien en aquella Putifar, funcionario del palacio de Fa­
cisterna allá en el desierto, pero no raón y capitán de la guardia.
pongan las manos sobre él.» Esto di­
jo para sacarlo de sus manos y de­ Historia de Judá y Tamar
volverlo después a su padre. • 1 P o r a q u e l tie m p o J u d á s e s e p a ró
23 Fue así que cuando José llegó d e s u s h e r m a n o s y b a jó d o n d e un
junto a ellos, le sacaron la túnica con • ta i J irá , q u e e ra d e A d u la m . 2 A llí c o n o c ió

• 3 8 .1 En el suceso que viene a continuación, so, según nuestras ideas cristianas. Sin embargo,
el patriarca Judá no aparece en un papel honro- en ese tiem po de costumbres y de moralidad muy
GENESIS 38
54
a la hija d e un c a n a n e o lla m a d o S u é, a la lle v a s en la m a n o .» E l s e lo s d io y s e acostó
q u e to m ó p o r e s p o s a . 3 E sta q u e d ó e m b a ­ c o n ella, y la d e jó e m b a ra za d a . 19 E lla des
razad a y d io a luz un h ijo al q u e lla m ó Er. p u é s se m a rc h ó a su c a s a y, q u itá n d o s e el
T u v o un s e g u n d o hijo, al q u e lla m ó O ná n , v e lo , s e p u s o sus ro p a s d e viuda.
y , e s ta n d o en Q u é z ib d io a luz un te r c e r 20 J u d á e n v ió e l c a b r it o p o r in term ed
h ijo al q u e p u s o el n o m b r e d e S e la . d e su a m ig o d e A d u la m , c o n el fin d e re c o ­
6 J u d á to m ó c o m o e s p o s a para su p rim o ­ b ra r lo q u e h a b ía d e ja d o a la m u je r, pero
g é n ito Er, a una m u jer lla m a d a T a m a r . 7 Er, n o la e n c o n tr ó . 21 E n to n c e s p re g u n tó a la
p rim o g é n ito d e J u d a, fu e m a lo a los o jo s d e g e n te d e l lu gar: «¿ D ó n d e e s ta la prostituta
Y a v é , y él le quitó la vida. 8 E n to n c e s Ju d á q u e s e s ie n ta en E naín , al b o r d e d e l c a m i­
d ijo a O ná n : «C u m p le c o n tu d e b e r d e c u ñ a ­ n o ? » L e r e s p o n d ie r o n : «N u n c a h a habido
d o, y to m a a la e s p o s a d e tu h e rm a n o p ara p ro stitu ta a lg u n a p o r a llí.» 22 V o lv ió , pues,
d a rle d e s c e n d e n c ia a tu h e rm a n o .» 9 O n á n el h o m b r e d o n d e J u d á y le d ijo : « N o la ho
sab ía q u e aqu ella d e s c e n d e n c ia n o sería su ­ e n c o n tr a d o , e in c lu s o las p e rs o n a s d e l lu­
y a, y así, c u a n d o tenía rela cio n e s c o n su c u ­ g a r d ic e n q u e ja m á s ha h a b id o prostituta
ñada, d e rram ab a en tierra el s e m e n , p ara n o p o r e s o s la d o s . » 23 J u d á r e s p o n d ió : «Q u e se
d a rle un h ijo a su h e r m a n o . 10 E s to n o le q u e d e n o m á s c o n la p re n d a , c o n tal q u e la
g u s tó a Y a v é , y le q u itó ta m b ié n la v id a . g e n te n o s e ría d e n o s o tro s . D e s p u é s d e to ­
E n to n c e s J u d á d ijo a su n u era T a m a r : d o , y o le m a n d é e l c a b rito y si tú n o la has
«V u e lv e c o m o viu d a a la c a s a d e tu p adre, e n c o n tr a d o , y o n o te n g o la c u lp a .»
hasta q u e m i hijo S e la s e h a g a m a y o r.» P o r ­ 24 C o m o tres m e s e s d e s p u é s , le contaron
q u e J u d á tenía m ie d o d e q u e S e la m uriera a J u d á: «T u nu era T a m a r s e ha prostituido,
tam b ién, al igu al q u e sus h erm a n os. T a m a r y ah o ra e s tá e s p e r a n d o un h ijo .» E n ton ces
s e fu e y s e q u e d ó en la ca s a d e su p ad re. d ijo J u d á: «L lé v e n la a fu era y q u e s e a que- •*
12 B a s ta n te tie m p o d e s p u é s , m u rió la e sm­ a d a v iv a .» 25 P e r o c u a n d o y a la llevaban,
p o s a d e J u d á. T e r m in a d o el luto, J u d á s u ­ e lla m a n d ó a d e c ir a su s u e g r o : «M e h a d e ­
b ió c o n su a m ig o J irá d e A d u la m a T im n a , ja d o e m b a r a z a d a el h o m b r e a q u ie n p e rte ­
d o n d e e s ta b a n e s q u ila n d o sus o v e ja s . 13 A l ­ n e c e n e s ta s c o s a s . A v e r ig u a , p u e s , quién
g u ie n in fo rm ó a T a m a r d e q u e su s u e g r o e s e l d u e ñ o d e e s te a n illo , e s te c o r d ó n y
ib a c a m in o d e T im n a , p ara la e s q u ila d e su e s t e b a s tó n .» 26 J u d á r e c o n o c ió q u e eran
reb a ñ o . 14 E lla e n to n c e s s e s a c ó sus ro p a s s u y o s y d ijo: « S o y y o el c u lp a b le , y n o T a ­
d e v iu d a , s e c u b rió c o n un v e lo , y c o n el m a r, p o r q u e n o le h e d a d o a m i h ijo S ela.»
v e lo p u e s to fu e a s e n ta rs e a la e n tra d a d e Y n o tu v o m á s r e la c io n e s c o n ella.
E n a ín , q u e e s tá e n e l c a m in o a T im n a , 27 C u a n d o le lle g ó e l t ie m p o d e d a r a luz,
p u e s v e ía q u e S e la e ra y a m a y o r, y to d a v ía res u ltó q u e te n ía d o s g e m e lo s e n su seno.
n o la h a bía h e c h o su m ujer. A l d a r a luz, u n o d e e llo s s a c ó una m an o
15 A l p a s a r J u d á p o r d ic h o lu gar, p e n s ó y la p a rte ra la a g a r r ó y a tó a e lla un hilo
q u e e ra una p rostitu ta , p u e s te n ía la ca ra r°J?. d ic ie n d o : «E s te h a s id o el p rim e ro en
ta p a d a . 16 S e a c e r c ó a e lla y le d ijo: «D é ja ­ salir.» P e ro el n iñ o retiró la m a n o y salió
m e q u e m e a c u e s te c o n tig o »; p u es n o sabía su h e r m a n o . « ¡C ó m o te h a s a b ie r t o b r e ­
q u e e ra su nuera. E lla le d ijo: «¿ Y q u é m e c h a !» , d ijo la p a r t e r a , y lo lla m ó P e re s .
v a s a d ar p ara e s to ? » 17 E l le d ijo : «T e e n v ia ­ D e trá s s a lió el q u e te m a e l h ilo a ta d o a la
ré un c a b rito d e m i re b a ñ o .» M a s e lla r e s ­ m a n o , y lo lla m ó Z eraj.
p o n d ió : «B ien, p e ro m e v a s a d e ja r a lg o en
p re n d a h a sta q u e lo e n v íe s .» 18 J u d á p r e ­
|o q |* J o s é , p u es, fu e c o n d u c id o a E gip -
g u n tó : «¿ Q u é p re n d a q u ie r e s q u e te d é ? »
L i Z J to , y Putifar, fu n c io n a rio d el p a la c io
E lla c o n te s tó : «E l s e llo q u e lle v a s c o lg a d o
d e F a ra ó n y c a p itá n d e la gu a rd ia , lo c o m ­
d e tu c u e llo , c o n su c o rd o n , y el b a s tó n q u e
p ro a lo s is m a e lita s q u e lo h a b ía n traíd o.

primitivas, la Biblia no insiste tanto en el aspecto


de la moral sexual, sino más bien en el deber de d e ^ e sú ^ l^ 9! 6;})6 ^ *os an^eP3sados
tener hijos para hacer efectivas las promesas de
Dios a los antepasados.
El pecado de Onán consiste en haberse nega­ • 3 9 .1 Después de su desgracia. José se porta
do a engendrar un hijo que después no le perte­ c o m o m od elo d e honradez, d e fidelidad y de
necería (sobre esta obligación de dar un hijo a la constancia. Es el primero de esos justos humilla­
viuda de su hermano véase Rut 3,12). dos de la Biblia que esperan de Dios su premio.
Y la nobleza de Tam ar está en la voluntad de hn la Biblia hubo muchos hombres libertadores 1
buscar por todos los medios un hijo que lleve el y salvadores antes de que llegara el Salvador Hijo i
nombre de su primer esposo, Er, y que, por tanto, de Dios, lod o s fueron probados antes de tener
sea el heredero de Juda. Raras veces intervienen éxito; muchos fueron despreciados por los suyos. |
las mujeres en la Biblia. Cuando aparecen es, muy h! relato de la actitud correcta de José con la
a menudo, para dar a los hombres una lección de esposa de Putifar es una lección sobre la verda-1
humanidad. Aquí, Judá, después del suceso que hi­ dera hombría. La Biblia ve en la fidelidad y el res-1
zo entrar a Tam ar en su vida, se pone a reflexio­ peto al matrimonio una de las virtudes del hom- 1
nar, lo que significa algo nuevo en su conciencia. bre autentico.
55 GENESIS 40

2 Y avé estuvo con José, y le fuedo auxilio, él salió huyendo y dejó su


bien en todo; y se quedó en casa del ropa en mis manos.»
egipcio, su amo. 3 Él egipcio vio que 19 Cuando el patrón oyó lo que le
Yavé estaba con José y hacía pros; decía su esposa: «Mira lo que me ha
perar todo cuanto emprendía; 4 José hecho tu esclavo», se puso furioso.
le cayó en gracia a su amo, quien lo 20 Tom ó preso a José y ío metió en la
retuvo junto a él, lo hizo mayordomo cárcel donde estaban encarcelados
de su casa y le confió todo cuanto los prisioneros del rey.
tenia. 5 D esde ese m om ento, Y avé Y José quedó encarcelado. 21 Pero
bendijo la casa del egipcio, en consi­ Yavé lo asistió y fue muy bueno con
deración a J osé. Dio prosperidad él; hizo que cayera en gracia al jefe
tanto a la casa com o al campo. 6 En de la prisión. 22 Este le confió el cui­
vista de esto, el egipcio dejó que Jo­ dado de todos los que estaban en la
sé administrara todo cuanto poseía, prisión, y todo lo que se hacía en la
y ya no se preocupó más que de su prisión, José lo dirigía.23 El jefe de la
propia comida. cárcel no controlaba absolutamente
7 José era muy varonil y de buenanada de cuanto administraba José,
presencia. Algún tiempo después, la pues decía: «Yavé está con él y hace
esposa de su amo puso sus ojos en que le vaya bien en todo.»
él, y le dijo: «A cu éstate con m igo.»
1 Pero José se negó y le dijo: «Mi se­ José interpreta ios sueños
ñor confía tanto en mí que no se pre­
ocupa para nada de lo que pasa en 1 S u c e d ió tie m p o d e s p u é s , q u e d o s
fu n c io n a r io s , e l q u e p r e p a r a b a las
la casa, y ha puesto en mis manos
b e b id a s p ara el r e y d e E g ip to , y el p a n a d e ­
todo lo que tiene. 9 Aquí tengo tanto r o p r in c ip a l, c o m e t i e r o n a lg u n a s f a lt a s
poder com o él. Nada m e ha prohibi­ c o n tra su s e ñ o r el r e y d e E g ip to . 2 F a ra ó n
do, excepto a ti, porque eres su es­ s e e n o jó c o n tra e l q u e le p re p a r a b a las b e ­
posa. ¿Cóm o, pues, vo y a com eter b id a s y c o n tra su p a n a d e r o , 3 y lo s e n tr e g ó
un mal" tan grande, y pecar contra en c u s to d ia al c a p itá n d e la g u a rd ia e n l a
m is m a c á r c e l en q u e e s ta b a J o s é . 4 El c a ­
Dios?» 10 Y aunque ella insistía día
p itán d e la g u a rd ia e n c a r g ó a J o s é q u e los
tras día, José se negó a acostarse a ate n d ie ra , y q u e d a r o n alg ú n tie m p o a r re s ­
su lado y estar con ella. ta d o s.
11 Cierto día, José entró en la casa 5 Ciña n o c h e , tan to el q u e p re p a ra b a las
para cumplir su oficio, y ninguno del b e b id a s , c o m o el p a n a d e r o p r in c ip a l d e l
r e y d e E g ip to , tu v ie r o n a m b o s u n s u e ñ o
personal de la casa estaba en ella. en la prisión, y c a d a s u e ñ o req u e ría una In ­
72 La mujer lo agarró de la ropa di­ te rp re ta c ió n . e C u a n d o J o s é lo s v in o a v e r
ciendo: «Vam os, acuéstate co n m i­ or la m a ñ a n a , s e d io c u e n ta d e q u e e s ta -
go.» Pero él, dejándole su ropa en la an m u y p r e o c u p a d o s . 7 P re g u n tó e n to n ­
mano, salió afuera corriendo. 13 Ella c e s a e s o s o fic ia le s d e F a ra ó n q u e e s ta b a n
c o n é l e n la p risión : «¿ P o r q u é a m a n e c ie ro n
vio que José había huido, pero que
c o n ta n m a la c a r a ? » 8 Y le c o n t e s t a r o n :
ella tenía en manos su ropa; 14 llamó, «L o s d o s h e m o s te n id o un s u e ñ o y n o s fa l­
pues, a sus sirvientes y les dijo: «Mi­ ta q u ie n lo in terp re te .» J o s é le s d ijo : « ¿ N o
ren, han traído aquí a un hebreo pa­ e s D io s qu ien d a e l in terp reta r lo s s u e ñ o s ?
ra que se burle de nosotros. Ha que­ V a m o s , c u é n te n m e lo q u e s o ñ a ro n .»
rido aprovecharse de mí, pero yo me 9 El q u e p re p a ra b a la b e b id a d e l r e y c o n ­
he puesto a gritar, 15 y al sentir que t ó p r im e r o su s u e ñ o a J o s é a s i: «E n m i
s u e ñ o h a b ía fre n te a m í una parra, 10 y en
yo levantaba la voz y gritaba, salió la p a r r a tr e s s a r m ie n t o s . A p e n a s b r o t ó ,
huyendo y dejó su ropa en mis m a­ a p a r e c ió la flo r y m a d u ra ro n lo s g ra n o s en
nos.» lo s ra c im o s . 11 Y o te n ia en la m a n o la c o p a
16 La mujer depositó la ropa a sud e F a ra ó n , y t o m a n d o a q u e lla s u v a s las
lado, hasta que el patrón de José lle­ e x p rim ía en 1a c o p a d e F a ra ó n , y p o n ía la
c o p a e n sus m a n o s .»
gó a casa, 12 y le repitió las mismas J o s é le d ijo: «E s to e s lo q u e q u ie re d e ­
palabras: «Ese esclavo hebreo que tú c ir tu su e ñ o . L o s tres s a rm ie n to s s ig n ifica n
nos has traído, se m e acercó para tres d ías. 13 D e n tro d e tre s d ías F a ra ó n te
abusar de mí. 18 Cuando grité pidien­ p o n d r á la c a b e z a e n alto , p u e s t e re s ta b le -
GENESIS 4 0 56
c e r á e n tu o f ic io , y v o lv e r á s a c o lo c a r la taron otras siete espigas pequeñas y
c o p a e n m a n o s d e F a ra ón , c o m o lo h a c ía s
a n te s, c u a n d o e ra s j e f e d e lo s q u e p re p a r a ­
quemadas por el viento, 7 y estas es­
b an su b e b id a . 14 A c u é r d a te , p u e s , a e m í pigas pequeñas y quemadas por el
c u a n d o r e c u p e r e s tu p u e s to, y h a bla en m i viento se tragaron a las siete grana­
fa v o r a F a ra ón , p ara q u e m e m a n d e s a c a r das y repletas. Se despertó Faraón, y
d e e s ta c á r c e l. 13 P u e s c o n tra m i vo lu n ta d se dio cuenta que era un sueño.
fui r a p ta d o d e l p a ís d e lo s h e b reo s , y ta m ­
p o c o a q u í h e h e c h o n a d a p o r lo q u e m e ­ _ 8Aquella mañana Faraón se levan­
r e z c a e s ta r en p risió n .» tó muy preocupado, y mandó llamar
16 A l v e r el j e f e d e los p a n a d e r o s q u e J oa­ to d o s los a d iv in o s y sa b io s de
s é h a bía d a d o una in terp reta ció n fa v o ra b le ,
Egipto. Les contó sus sueños, pero
le d ijo: «V o y a c o n ta r ah o ra m i su eñ o : H a ­
bía tre s c a n a s t o s d e p an b la n c o s o b r e m i
ninguno fue capaz de interpretarlos.
c a b e za . 17 En el c a n a s to d e arriba h a bía t o ­ 9 Entonces el jefe de los que prepa­
d a c la s e d e p a s te le s d e lo s q u e c o m e F a ­ ran las bebidas pidió la palabra y dijo
raón , p e r o los p á ja ro s s e lo c o m ía n , d el c a ­ a Faraón: «Me estoy acordando de
n a sto q u e e s ta b a s o b re m i c a b e z a .» una falta mía. 10 Faraón se había eno­
18 R e s p o n d ió J o s é : «E s te e s e l s ig n ific a d o .
jado contra sus siervos, y me dejó
L o s tres c a n a s to s son tres d ías. P asados
tres días, F a ra ó n te p on d rá la c a b e z a en a l­
detenido en la casa del capitán de la
to , p u e s te c o lg a r á d e un árb ol y las a v e s guardia, junto con el panadero del
v e n d rá n a c o m e r tu c a rn e .» palacio. 1 El y y o tuvim os sendos
f A l te r c e r día e ra el c u m p le a ñ o s d e F a ­ sueños en la misma noche, y que re­
raón , y d io un b a n q u e te a to d o s sus s e r v i­ querían una interpretación. 72 Con
d o re s. Y c u a n d o e s tu v o c o n e llo s , s e a c o r ­
nosotros estaba un joven hebreo, un
d ó d e l j e f e d e lo s g u e p r e p a r a b a n la s
b e b id a s y d e l je f e d e lo s p a n a d e ro s . 21 R e ­
servidor del capitán de la guardia. Le
p u s o en su p u e s to al q u e p re p a ra b a las b e ­ contam os nuestros sueños y él los
b id as, q u ie n d e n u e v o p u s o la c o p a e n las interpretó, a cada uno le dio la inter­
m a n o s d e F a ra ó n , 22 m ien tra s al j e f e d e los pretación. 13 Y todo sucedió tal como
p a n a d e r o s lo h iz o c o lg a r , tal c o m o J o s é lo él lo había dicho: yo fui repuesto en
h a b ía in terp reta d o .
mi cargo y el jefe de los panaderos
23 E l q u e p r e p a r a b a la s b e b id a s n o s e
v o lv ió a a c o r d a r d e J o s é : s e n c illa m e n te lo
ahorcado.»
h a bía o lv id a d o .
" Faraón entonces mandó traer a
Los sueños de Faraón José. Fue sacado rápidamente de la
cárcel, lo afeitaron y cambiaron de
Dos años después Faraón
41 tuvo este sueño: Estaba él a
ropa, y lo p re sen ta ron a Faraón.
15 Djjo Faraón a José: «He tenido un
orillas del Nilo, 2 cuando vio que sa sueño, y nadie ha sido capaz de ex­
lían del río siete vacas hermosas y plicarlo, pero he oído decir que a ti te
muy gordas, que se pusieron a pas­ basta con que te cuenten un sueño
tar entre los juncos. 3 Detrás de ellas para que tu lo interpretes.» 16 José
salieron otras siete vacas feas y fla­ respon d ió: «N o s o y y o , sino Dios
cas que se pusieron al lado de las quien te dará una respuesta favora­
primeras a la orilla del río. 3 Pero las ble.» 17 Y Faraón contó su sueño a
José:
siete vacas feas y flacas se comieron
a las siete vacas gordas y hermosas. « E s t a b a y o p a r a d o a la o r illa d e l río,
Entonces Faraón se despertó. " c u a n d o d e p ro n to s u b ie ro n d e l río s ie te
5 Se quedó de nuevo dormido, y c a s h e r m o s a s y m u y g o r d a s q u e s e pu­
v a
s ie ro n a p a s ta r e n tre lo s ju n c o s . h P e ro d e ­
tuvo otro sueño: Vio siete espigas
trás d e e lla s su b iero n otra s s ie te v a c a s tan
granadas y buenas que salían de un fla c a s y fe a s c o m o n o h a b ía v is to n u n c a en
mismo tallo. 6 Después de éstas bro­ t o d o E g ip to . 20 Y la s s ie t e v a c a s fla c a s y

• 4 1 .1 Esos sueños y los sucesos que los insiste en la fidelidad de José y en que Dios nunca
acompañan nos pintan al vivo el drama que vivía le faltó. Pues, en ese tiempo, los creyentes no sa­
Egipto entre lluvias, riegos y sequías. La tradición bían del más allá. Por eso les importaba poner en
hebrea atribuye a José Ta organización estatal que evidencia cóm o el justo José recibió en esta vida
almacena ios excedentes con miras a la sequía. Se el prem io de su constancia.
57 GENESIS 41

raón a sus oficiales: 38 «¿Se podrá en­


leas s e c o m ie r o n a las s ie te v a c a s g o rd a s .
contrar otro hombre com o éste, que
' P ero una v e z q u e las tu v ie ro n e n su v ie n ­
tre, n o s e n o ta b a e n a b s o lu t o , p u e s s e ­
tenga el espíritu de Dios?» 39 Y dijo a
guían ta n fla c a s y fe a s c o m o a n te s. E n to n ­
José: «Puesto que Dios te ha hecho
ces m e d e s p e r té . 22 V i ta m b ié n e n m i s u e ñ o
saber todo esto, no hay hombre más
siete e s p ig a s lle n a s y g ra n a d a s q u e s alían
inteligente ni sabio que tú. 40 Tú esta­
ile un s o lo tallo . 21 P e ro b ro ta ro n d e trá s d e
rás al frente de toda mi casa, y todo
ellas s ie te e s p ig a s p e q u e ñ a s , v a c ía s y q u e ­
m adas p o r el v ie n to . 24 L a s e s p ig a s v a c ía s
mi pueblo obedecerá tus órdenes. So­
se tra g a ro n a las e s p ig a s h e r m o s a s . S e lo
lamente yo estaré por encima de ti.»
he c o n ta d o a lo s a d iv in o s, p e r o n in gu n o d e
41 Faraón dijo a José: «Mira, te he
ellos m e lo ha p o d id o e x p lic a r.-
uesto al frente de todo el país de
25 José dijo a Faraón: «El sueño de gipto.» 42 Y quitándose el anillo de
Faraón es uno solo: Dios ha anuncia­ su dedo, lo puso en el dedo de José;
do a Faraón lo que El va a hacer. lo hizo vestir con ropas de lino fino y
" Las siete vacas hermosas, al igual le puso un collar de oro en el cuello,
que las siete espigas granadas, son 43 Luego lo hizo subir a la segunda
siete años de abundancia.27 Las siete carroza del palacio e iban gritando
vacas feas y raquíticas que salieron delante de él: «¡Abran camino!» Así
detrás, al igual que las siete espigas uedó José al frente de todo el país
vacías y quemadas por el viento del e Egipto.
este, son s ie te años de h a m bre. 44 Dijo Faraón a José: «¡Yo soy Fa­
2‘ Com o dije a Faraón, Dios le está raón! Sin tu consentim iento, nadie
manifestando lo que está para suce­ moverá mano o pie en E gip to.»45 Fa­
der. 25 Vendrán siete años de gran raón llamó a José Safnat-Paneaj v le
abundancia en todo Egipto, 30 pero dio por esposa a Asenat, hija de Poti
en seguida vendrán siete años de es­ Fera, sacerdote del dios On. Después
casez que harán olvidar toda la abun­ de esto José salió a recorrer todo el
dancia anterior, y el país quedará ex­ país de Egipto, 46 José tenía treinta
tenuado por el ham bre.31 Tan terrible años cuando se presentó ante F a ­
será la escasez que sobrevendrá, que raón, rey de Egipto. Se retiró de su
ya nadie volverá a recordar los tiem­ presencia y em pezó a recorrer todo
pos de abundancia. el país de Egipto.
32 Si el sueño se te presentó dos ve ­ 47 Durante los siete años de abun­
ces, esto quiere decir que Dios está dancia hubo grandes cosech as.48 Jo­
muy decidido a realizar estas cosas y sé juntó todos los víveres producidos
que pronto las realizará. 33 A hora, en estos años de abundancia e hizo
pues, aconsejo a Faraón que busque reservas en las ciudades; en cada
un hombre inteligente y sabio para ciudad alm acenó los productos del
ponerlo al frente de E gip to.34 Que Fa­ cam po de sus alrededores. 49 Y así
raón nombre, además, intendentes en José juntó una cantidad de trigo tan
todo el país, para que recauden la enorme com o la arena del mar, hasta
quinta parte de la cosecha durante es­ tal punto que perdieron la cuenta,
tos siete años de abundancia.35 Reco­ pues sobrepasaba todo cálculo.
gerán todos los víveres de estos siete
años de abundancia, y almacenarán 50 Antes de que llegaran los años
el grano en las ciudades, donde los de hambre, José tuvo dos hijos de su
guardarán bajo la autoridad de Fara­ esposa Asenat, hija de Poti Fera, sa­
ón. 36 De esta manera habrá reservas cerdote del dios On. 51 Al primero lo
en el país para los siete años de esca­ llamó Manasés (que significa: «He oi-
sez que van a afectar a Egipto, y el uidado"), pues se dijo: «Dios me ha
pueblo no morirá de hambre.» hecho olvidar mi pena y a la familia
de mi padre.» 52 Al segundo lo llamó
Efraím (que significa: «He fructifica­
José, primer ministro
d o »), pues se dijo: «Dios me ha he­
37 La propuesta de José agradó acho fecundo en el país de mi aflic­
Faraón y a sus servidores, y dijo Fa­ ción.»
GENESIS 41 58
53 Pasados los siete años de abun­ 8 José, pues, había reconocido
dancia en Egipto, 53 llegaron los siete sus hermanos, pero no ellos a él. 9
años de escasez, tal com o José ha­ se acordó José de los sueños que
bía anunciado. H ubo ham bre en to­ había tenido con respecto a ellos
dos los países, pero en todo Egipto Les dijo: «Ustedes son espías y vie.
había pan. 55 Cuando en E gipto se nen a descubrir los secretos del pa
sintió el hambre, el pueblo pidió pan ís.» Respondieron ellos: «No, señor,
a gritos, y Faraón decía a todos los tus siervos han venido a comprar ali­
egipcios: «Vayan a José y hagan lo mentos. " Som os todos hijos de un
que él les diga.» 56 Había escasez por mismo padre y somos honrados. Tus
todo el país, pero José abrió los al­ servidores no son espías.» 12 Pero él
m acenes y vendió trigo a los e g ip ­ les dijo: «N o, ustedes han venido a
cios. descubrir los puntos débiles del país.»
Una aran hambruna asolaba todo 13 Ellos se defendieron diciéndole:
el m undo. 57 Como el hambre se hacía «Eramos doce hermanos, hijos de un
sentir más y más en todos los países, mism o padre, que vive en Canaán.
de todas partes venían a E g ip to a El menor se quedó con nuestro pa­
com prar trigo a José. dre, y el otro ya no vive.» M José in­
sistió todavía: «¡Lo que he dicho: us­
Los hijos de Jacob bajan a Egipto tedes son espías! 15 Y ahora mismo
los pondré a prueba. Por la vida de
1 A l saber Jacob que había
42 trigo en Egipto, dijo a sus hi­
Faraón, que ustedes no dejarán este
país hasta que no llegue aquí su her­
jos: «¿Por qué se están ahí mirando el mano menor. 16 Manden a uno de us­
uno al otro? 2 He oído que se vende tedes a buscar a su hermano, y los
trigo en Egipto. Vayan también uste­ demás quedarán presos. Así sabré si
des allá y compren trigo para noso­ es cierto lo que m e acaban de decir.
tros, “ pu es es co sa d e vid a o de Y si me han mentido, ¡por la vida de
muerte’’ . » 3 Los hermanos de José — Faraón!, que quedará así comproba­
diez de ellos— , bajaron entonces a do que son espías.» 17 Y los metió a
Egipto para com prar trigo; 1 Jacob todos en la cárcel por tres días.
no dejó ir con ellos a Benjamín, her­ 18 Ai tercer día José les dijo: «Les
mano de José, pues pensaba: «N o doy un m edio para que se salven,
ues y o ta m b ién te n g o tem o r de

&
sea que le vaya a pasar algo.»
5 Se fueron los hijos ae Israel a ios. 19 Si han dicho la verdad, que
comprar trigo junto con la otra gente, se quede sólo uno de ustedes como
pues arreciaba el hambre en Canaán. prisionero en la casa de la guardia
6 Siendo José el gobernador del país, donde ahora están, y los demás lle­
vendía el trigo a toda la gente. Al lle­ varán el trigo que tanta falta hace en
gar sus hermanos, se postraron ante sus casas. 20 Pero habrán de traerme
el hasta tocar el suelo con la cara. a su herm ano m enor para que yo
7 José reconoció a sus hermanos, pe­ compruebe que es cierto lo que uste­
ro no se lo dio a entender, sino que des m e han dicho; y así podrán sal­
más bien los trató duramente. Les var su vida.»
preguntó: «¿De dónde vienen uste­ Así se hizo, 21 y ellos comentaban
des?» Respondieron ellos: «Venimos entre sí: «Verdaderam ente estam os
de la tierra de Canaán a com prar pagando lo que hicimos con nuestro
grano para comer.» herm ano, pues a p esa r de v e r su

• 4 2 .1 Empieza el largo relato del encuentro S e notará que en esos capítulos dos tradicio­
de José con sus hermanos. nes diferentes están entretejidas, lo que ha origi­
Nótese cómo José, el Salvador, obliga a sus her­ nado repeticiones. A sí c om o en el capítulo 37
manos a expiar el crimen que cometieron. Uno de Rubén y Judá hacían el mismo esfuerzo para sal­
ellos debe sacrificarse por su hermano, antes de que var a José, aquí Judá vuelve a intervenir después
él se dé a conocer. El perdón no suprime la necesi­ de Rubén.
dad y el deber de reparar el mal que hemos hecho.
19 GENESIS 43

dflicción y de oír sus súplicas, no le les dijo: «Ustedes me van a dejar sin
hicimos caso. Por eso ahora ha veni­ hijos: falta José, falta Sim eón, ¡y
do sobre nosotros esta desgracia.» anora quieren llevarse a Benjamín!
Rubén dijo a los demás: «¿No les ¡Todas estas cosas recaen sobre mí!»
decía y o que no le hicieran mal al 37 P ero Rubén d ijo a su padre:
muchacho? Pero ustedes no me es­ «Quita la vida a mis dos hijos si no te
cucharon y ahora estamos pagando lo devuelvo. Confíamelo a mí, y yo te
por su m uerte.»23 Ellos no sabían que lo traigo de vuelta.» 38 Jacob respon­
José les entendía, pues entre él y dió: «No bajará mi hijo con ustedes.
ellos había un intérprete. 24 Al oír es­ Su herm ano ha m uerto y sólo me
to, José se retiró y lloró. Después queda él. Si le ocurre cualquier des­
volvió, habló a sus hermanos, tom ó a gracia en el viaie, m e moriré de pena
Simeón, lo hizo amarrar en su pre­ en mi ancianidad, y será por culpa
sencia. de ustedes.»
25 José mandó llenar de trigo sus
bolsas, devolverle a cada uno dentro Segundo viaje a Egipto
de su bolsa su dinero, y también que
se les dieran provisiones para el c a ­ a o í 1 La escasez de alimentos se-
mino. Y así se hizo. 26 C arga ro n , **■31 guía muy grande en el país,
pues, el trigo sobre sus burros y se 2 y cuando se acabó el trigo que ha­
Fueron. 27 Cuando acam paron para bían traído de Egipto, su padre les di­
pasar la noche, uno de ellos abrió su jo: «Vuelvan a comprarnos un poco
bolsa para dar forraje a su burro, y de c o m id a .» 3.Juaá le c o n te s tó :
vio su plata: ¡Estaba en la boca de la ■Aquel hom bre nos dijo bien claro
bolsa! 28 Les dijo a sus herm anos: que no nos admitiría en su presencia
«Me han devuelto el dinero: está aqui si no iba con nosotros nuestro her­
en mi bolsa.» Se quedaron sin aliento mano. 4 Si mandas a Benjamín con
y se miraban asustados mientras de­ nosotros, entonces iremos á buscar
cían: «¿Qué es esto que Dios nos ha provisiones, 5 pero si no lo mandas,
hecho?» no bajaremos, porque aquel hombre
29 Al llegar donde su padre Jacob, nos dijo: «No verán mi cara si no está
en la tierrra de Canaán, le contaron con ustedes su hermano el más pe­
todo lo que les había sucedido: queño.» 6 Dijo entonces Israel: «¿Por
qué, para desgracia mía, le dijeron a
30 «E ! h o m b r e q u e g o b ie rn a e s e p a ís n o s ese hombre que tenían otro herma­
habló c o n a s p e re z a y n os to m ó p o r e s p ía s,
no?» 7 Ellos contestaron: «Aquel hom ­
11 p e r o n o s o tr o s le d ijim o s : «N o s o tr o s s o ­
m os g e n te h o n ra d a y n o e s p ía s . 32 E ra m o s
bre nos interrogó con tanta insisten­
d o c e h e r m a n o s , h ijo s d e l m is m o p a d r e , cia sobre nosotros y nuestra familia:
p ero u n o d e n o s o tr o s y a n o 1v iv e , y el h e r ­ ¿Vive todavía el padre de ustedes?
m a n o m á s p e q u e ñ o s e q u e d ó c o n nu estro ¿Tienen algún otro hermano? Y no­
pad re e n e l p a ís d e C a n a á n . » 33 E n to n c e s e l sotros contestamos a esas preguntas.
señ or d e l p a ís , n o s d ijo : «P a ra q u e y o p u e ­ ¿Cóm o Íbamos a imaginar que nos
da c o m p r o b a r si u s te d e s d ic e n la v e rd a d ,
se v a a q u e d a r c o n m ig o u n o d e u s te d e s ;
diría: T rá ig a n m e a su herm ano?»
8 Entonces Judá dijo a su padre Is­
m ien tras ta n to to m e n lo q u e h a c e fa lta en
sus c a s a s y m á rc h e n s e . 34 P e r o tr á ig a n m e
rael: «Deja que el muchacho venga
a su h e r m a n o m e n o r , y as í c o n o c e r é q u e
conm igo, para que podamos partir.
u s te d e s s o n p e r s o n a s h o n r a d a s y n o e s ­
Sólo, así podrem os seguir viviendo
pías. S ó lo e n to n c e s le s d e v o lv e r é a su h e r­
nosotros y nuestros hijos, en vez de
m a n o y p o d rá n m o v e r s e lib re m e n te p o r e s ­
te p aís.» morir. 9 Yo respondo por él, pídeme
cuenta de él. Si no te lo traigo de
35 Ahora bien, cuando vaciaron susvuelta y no te lo muestro de nuevo,
bolsas, cada uno de ellos encontró su no m e perdones ja m á s esta falta.
dinero en la boca de la misma. Este 10 Si no nos hubiéramos dem orado
descubrimiento les produjo tem or a tanto, a estas horas ya hubiéramos
ellos y a su p a d re.36 Jacob, su padre, vuelto dos veces.»
GENESIS 43 60
" Israel, su padre, les dijo: «Ya que 24 El hombre los hizo entrar en la
no queda más remedio, hagan lo si­ casa de José y les dio agua para que
guiente. Echen en sus bolsas algo de se lavaran los pies, y mandó dar fo­
los productos del país: tragacanto, rraje a sus burros. 25Ellos prepararon
miel, gom a, láudano, pistacho y al­ el regalo y esperaron a que José lie-
mendras, y llévenselo com o regalo a ara al mediodía, porque habían oído
ese hombre. 12 Tomen doble cantidad ecir que comería a llí.26 Al entrar Jo­
de plata y devuelvan el dinero que sé en la casa, le ofrecieron el regalo
apareció en la boca de sus bolsas, tal y lo saludaron inclinándose hasta el
vez se deba a una equivocación. 13 Y suelo. 2,.EI les preguntó cóm o esta­
tomen a su hermano menor para vol­ ban; les dijo: «¿Esta bien el padre de
ver donde aquel hombre. 14 Que el ustedes, aquel anciano de quien me
Dios de las Alturas les haga hallar mi­ hablaron? ¿ V ive to d a vía ? » 28 Ellos
sericordia ante ese hombre para que respondieron: «Tu siervo, nuestro pa­
les devuelva a su otro hermano, y a dre, está bien y viv e todavía.» Y se
Benjamín. En cuanto a mí, si pierdo a arrodillaron, inclinándose hasta el
mis hijos, es que tenía que perderlos.» suelo.
15 Tomaron entonces los regalos y 29 En ton ces José, levan tando la
doble cantidad de dinero, y también vista vio a su hermano Benjamín, hi­
a Benjamín, y bajaron a Egipto. Se jo de su misma madre, y dijo: «¿Es
presentaron ante José. éste el hermano menor del cual me
16 Cuando José vio que Benjamín hablaron?» Y le dijo: «¡Dios te bendi­
estaba con ellos, dijo a su m ayordo­ ga, hijo mío!» 30 José tuvo que salir
mo: «Lleva a casa a estos hombres, rápidamente, porque se sintió muy
haz matar algún animal y que se pre­ con m ovid o por la presencia de su
a re un b a n q u e te , p o rq u e es to s hermano y le vinieron ganas de llo­
ombres comerán conm igo a m edio­ rar. Apenas entró en su habitación se
día.» 17 El mayordomo hizo com o J o ­ puso a llorar. 31 Después se lavó la
sé le ordenó, y llevó estos hombres a cara y volvió. Tratando de dominar­
la casa de José. se, ordenó: «Sirvan la comida.» 32 Se
18 Ellos se asustaron porque los lle­ la sirvieron por separado: a él aparte,
vaban a la casa de José, y comenta­ también aparte a ellos, y a los egip­
ban entre sí: «Seguramente nos traen cios que comían con él también les
aquí a causa del dinero que nos fue sirvieron aparte. Es que los egipcios
devuelto la primera vez. Nos están no pueden com er co n los hebreos: de
preparando una trampa y nos van a hacerlo, Egipto se tendría por des­
asaltar; nos tomarán com o esclavos honrado.
y se apoderarán de nuestros burros.» 33 Se sentaron, pues, frente a él, e
49 Por eso, estando ya para pasar la mayor en el primer asiento y el m e­
puerta, se acercaron al m ayordom o nor en el último, mirándose el uno al
de José y le dijeron: 20 «Perdón, mi otro con asombro. 34 Después separó
señor, pero ya vin im os una vez a para ellos partes de lo que se le po­
comprar grano, 21 y cuando en la po­ nía en su mesa, y la porción de Ben­
sada abrimos nuestras bolsas, el di­ jam ín era cinco vece s m ás grande
nero de cada uno estaba en la boca que la de los demás. Bebieron con él
de las bolsas. Contamos bien la plata y se sintieron muy alegres.
y ahora la traemos aquí para devol­
verla. 22 Y traemos además plata para
comprar más comida. N o sabem os La copa de José
quién puso el dinero en nuestras bol­ en la bolsa de Benjamín
sas.» 23 El mayordomo les dijo: «Qué­
dense tranquilos y no tengan miedo. 1 Entonces José ordenó
El Dios de ustedes y el Dios de su m a y o rd o m o : «L le n a de a li­
adre les ha puesto ese tesoro en sus mentos las bolsas de estos hombres,
olsas, pues yo recibí toda su plata.» todo lo que puedan llevar, y coloca el
Y en seguida les devolvió a Simeón. dinero de cada uno en la boca de su
61 GENESIS 45

bolsa. 2 En la bolsa del menor pon­ 18 Entonces se adelantó Judá y le


drás, junto con el dinero de su trigo, dijo: «Permite, señor mío, que pueda
también mi copa, mi copa de plata.» tu siervo decirte algunas palabras sin
El mayordomo hizo tal com o José le que te enojes contra mí, aunque tú
había ordenado. eres com o Faraón. 19 Tú, mi señor,
3 Al am anecer fueron despedidospreguntaste a tus siervos la otra vez:
los hombres con sus burros. * Habían «¿Tienen todavía padre o hermano?»
salido ya de la ciudad y se encontra­ 297y nosotros contestamos: «Tenemos
ban aún a poca distancia, cuando J o­ todavía nuestro padre muy anciano,
sé dijo a su mayordomo: «Corre detrás con un muchachito que le nació en
de esos hombres, y cuando los alcan­ su vejez. Este tenía otro hermano, hi­
ces, les dirás: ¿Por qué han devuelto jo de la misma madre, pero murió y
mal por bien? 5¿No es ésta la copa de le queda sólo, ese hijo de ella. Por es­
plata en que bebe mi señor y con la to su padre lo quiere m u ch o.»21 Des­
que también practica la adivinación? pués nos dijiste: «Que baje aquí con
Han obrado muy mal al hacer eso.» ustedes, y que yo mismo lo v e a .»22 Y
nosotros te respondimos: «El mucha­
6 El los alcanzó y les habló en esacho no puede dejar a su padre, por­
forma. 7 Ellos le respondieron: «¿Por que si lo abandona, éste se morirá.»
qué habla así mi señor? Jamás haría­
mos cosa semejante. 8 Si te trajimos 23 Y tú n o s d ijis te : «S i su h e r m a n o m e n o r
n o b a ja c o n u s te d e s, n o lo s a d m itiré e n m i
desde Canaán la plata que encontra­ p r e s e n c ia . » 24 S u b im o s e n to n c e s a c a s a d e
mos en nuestras bolsas, ¿cóm o íba­ nu estro p a d re y le d ijim o s tus p a la b r a s . 25 Y
mos ahora a robar oro y plata de la c u a n d o n o s p id ió : «V u e lv a n a c o m p r a r a lg o
casa de tu señor? 9 Si a alguno de d e c o m id a », 26 n o s o tr o s re s p o n d im o s : «N o
nosotros, tus siervos, se le encuentra p o d e m o s ir, a m e n o s q u e v a y a c o n n o s o ­
el objeto, que muera, y también no­ tr o s n u e s tr o h e r m a n o m e n o r , p o r q u e n o
n o s r e c ib ir á a q u e l h o m b r e si n u e s tro h e r ­
sotros serem os esclavos de mi se ­ m a n o m e n o r n o e s tá c o n n o s o tr o s .» 27 E n ­
ñor.» 10 «Muy bien — dijo él— , sea co ­ to n c e s n u estro p a d re n o s d ijo : «G s te d e s s a ­
mo ustedes han dicho. Aquel a quien b e n q u e m i e s p o s a m e d io d o s h ijo s . 23 tin o
se le encuentre el objeto será mi es­ s e m e fu e, al q u e n o h e v u e lto a v e r, y c re o
clavo, pero ustedes quedarán libres.» q u e habrá s id o d e s p e d a z a d o p o r las fieras.
11 Rápidamente bajó cada uno su bol­ 29 S i ah o ra lle v a n d e m i la d o ta m b ié n a é s te
y le s u c e d e a lg u n a d e s g r a c ia , m e m o r iré
sa y cada uno la abrió, i2 El m ayor­ d e p e n a e n m i a n c ia n id a d , y s e rá p o r cu lp a
domo los registró empezando por el d e u s te d e s .» 30 A h o r a y o n o p u e d o v o lv e r
mayor y terminando por el más joven d o n d e m i p a d re sin el m u c h a c h o , p u es no
y la copa se encontró en la bolsa de v iv e sin o p o r él, y al v e r q u e e l m u c h a c h o
Benjamín. 13 Entonces rasgaron sus n o e s tá m o rirá . 31 Y p o r c u lp a n u estra n u e s ­
tro p a d re m o rirá d e p e n a en su an cia n id ad .
ropas, y cargando cada uno su burro,
volvieron a la ciudad. 32 Yo, tu servidor, me hice respon­
1,1 Judá y sus hermanos volvieron asable por el joven ante mi padre y le
la casa de José, que todavía estaba dije: «Si no te lo traigo de vuelta, seré
allí, y se postraron con el rostro por tie­ culpable ante mi padre para siem ­
rra delante de él. 15José les dijo: «¿Qué pre.» 33 T e ruego, pues, que yo quede
han hecho? ¿No sabían que un hombre en lugar del joven com o esclavo de
como yo iba a adivinarlo?» 16 Contestó mi señor, para que así el muchacho
Judá: «¿Qué podemos decir a mi se­ suba con sus herm anos.34 Yo no p o ­
ñor, y cóm o podem os justificarnos? dría regresar a la casa de mi padre
Dios na descubierto alguna falta en tus sin el joven; no quiero ver la aflicción
servidores. En adelante seremos escla­ de mi padre.»
vos de mi señor, junto con aquél en cu­
yo poder se encontró la copa.» 17 Pero José se da a conocer
José respondió: «Jamás haría tal cosa.
El hombre a quien se le halló la copa 1 A este punto José no pudo
será mi esclavo, pero ustedes pueden
45 ya contenerse más delante de
volver en paz donde su padre.» toda aquella gente que estaba con él,
GENESIS 45 62
y gritó: «¡Salgan todos de aquí!» No d e sus h e rm a n o s , q u e se p u s ie ro n a con -:
quedaba ninguno cuando José se dio v e rs a r c o n él.
16 L a n o tic ia d e q u e h a b ía n lle g a d o los
a co n ocer a sus herm anos, 2 pero
h e r m a n o s d e J o s é lle g ó h a sta la c a s a de
rompió a llorar tan fuerte que lo o y e ­ F a ra ón . S e d e c ía : «H a n v e n id o lo s h e rm a ­
ron los egipcios y los servidores de n o s d e J o s é .» E sta n o tic ia a g ra d ó a F araón
Faraón. y ta m b ié n a sus o fic ia le s . ' 'F a r a ó n d ijo a
3 José dijo a sus hermanos: «Yo soyo s é : «D ile s e s to a tus h e rm a n o s : «C argu en
J
sus b u rros y r e g r e s e n a C a n a á n . '8 T o m e n
José. ¿Vive aún mi padre?» Ellos que­ a su p a d re y a sus fa m ilia s y v e n g a n aquí.
daban tan aterrados de verlo que no Y o le s d a r é lo m e jo r d e l p a ís d e E g ip to y
podían resp on d erle. 4 El les dijo: c o m e rá n lo m e jo r d e e s ta tierra. 19 Lle v en
«A cérqu ense», y se acercaron. «Yo d e l p a ís d e E g ip to c a rre ta s p ara sus niños
soy José, su hermano, el que ustedes y m u je re s , y tr a ig a n a su p a d re . 20 N o se
vendieron a los egipcios. 5 Pero no se p r e o c u p e n p o r la s c o s a s q u e d e ja n allá,
p u e s lo m e jo r d e E g ip t o s e rá p a ra u s te ­
apenen ni Ies pese por haberme ven­ d e s.»
dido, porqu e Dios m e ha en viado 2' A s í lo h ic ie r o n lo s h ijo s d e Isra e l. J o s é .
aquí delante de ustedes para salvarles le s c o n s ig u ió c a r r e ta s s e g ú n la o r d e n de
la vida. 6 Ya van dos años de hambre F a ra ó n , v lo s p r o v e y ó d e v ív e r e s p a r a el
en la tierra, y aún quedan cinco en c a m in o . 22 A c a d a u n o le r e g a ló un vestí-
que no se podrá arar ni cosechar. d o , p e r o a B e n ja m ín le r e g a ló tre s c ie n ta s j|
7 Dios, pues, me ha enviado por de­ m o n e d a s d e p la ta y c in c o v e s t id o s . 23 Y Jt|
p u s o a d e m á s d ie z b u r r o s c a r g a d o s c o n 3 ]
lante de ustedes, para que nuestra ra­ lo s m e jo r e s p r o d u c to s d e E g ip t o , y d ie z ■
za sobreviva en este país: ustedes vi­ b u r ra s c a r g a d a s d e t r ig o , p a n y v ív e r e s ■
virán aquí hasta que suceda una gran p a ra e l v ia je d e su p a d re . 24 D e s p u é s d e s - ■
liberación.8 No han sido ustedes, sino p id ió a sus h e r m a n o s , q u e s e fu e ro n , p e ro ■
Dios quien me envió aquí; El me ha a n te s le s r e c o m e n d ó q u e n o p e le a ra n p or ■
el c a m in o .
hecho familiar de Faraón, administra­
25 S u b ie r o n d e E g ip t o y lle g a r o n a C a-
dor de su palacio, y gobernador de n a á n , d o n d e e s ta b a J a c o b , su p a d re . 26 L e i|
todo el país de Egipto. d ie ro n la b u e n a n o tic ia : « J o s é v iv e to d a v ía 1
9 Vuelvan pronto donde mi padre y e s e l q u e m a n d a e n t o d o e l p a ís d e I
díganle: «Esto te manda a decir tu hi­ g ip t o .» P e r o J a c o b n o s e c o n m o v ió ,
jo José: Dios me ha hecho dueño de p u e s n o le s c r e y ó . 27 E llo s re p itie r o n to d a s |
las p a la b r a s q u e J o s é le s h a b ía d ic h o y le
todo Egipto. 10 Ven a mí sin demora.
m o s tr a ro n la s c a r r e ta s q u e J o s é le h a bía '
Vivirás en la región de Gosén y esta­ m a n d a d o p a ra q u e s e tra s la d a r a . E n to n ­
rás cerca de mí, tú, tus hijos y tus c e s r e v iv ió el es p íritu d e J a c o b , 28 y e x c la - |
nietos, con tus rebaños, tus animales m ó : «¡M e b a s ta c o n s a b e r q u e m i h ijo J o - I
y todo cuanto posees. " Aquí yo cui­ s é v i v e t o d a v í a ! Iré d o n d e é l y lo v e r é
daré de ti, y nada te faltara a ti, a tu a n te s d e m o rir.»
familia, ni a cuantos dependen de ti, Jacob baja a Egipto
durante estos cinco años de hambre
que aún quedan. 12 Ahora ustedes * ' Isra e l p a r tió c o n t o d o lo q u e t e ­
n ía , y al lle g a r a B e r s e b á , o f r e c ió 1
ven, y su herm ano Benjamín lo ve,
a llí s a c r ific io s al D io s d e su p a d r e Isa a c . I
que soy yo quien les está hablando. 2 D io s h a b ló a Isra e l d u ra n te la n o c h e en 1
13 Cuenten a mi padre la gloria que u n a v i s i ó n y le d i j o : « J a c o b , J a c o b . » I
tengo en Egipto, y todo lo que han 3 «A q u í e s t o y », c o n te s t ó é l. Y D io s p ro s i- I
visto, y lu ego dense prisa de traer g u ió : « Y o s o y D io s , e l D io s d e tu p a d re .
aquí a mi padre.» N o t e m a s b a ja r a E g ip t o , p o r q u e a llí te
c o n v e r t i r é e n u n a g r a n n a c ió n . 4 Y o t e '
a c o m p a ñ a r é a E g ip to , y ta m b ié n te h a ré 1
H D i c h o e s t o , J o s é a b r a z ó llo r a n d o a v o l v e r a q u í. J o s é t e c e r r a r á lo s o j o s . » I
B en ja m ín , q u ie n ta m b ié n lloró. 15 D e s p u é s , 5 J a c o b d e jó B e r s e b á y lo s h ijos d e Israel 1
e n tre lá g rim a s , a b r a z ó y b e s ó a c a d a un os lle v a ro n a su p a d re ju n to c o n s u s h ijo s p e - I

• 4 6 .1 Las aventuras de José tienen aquí una sus rebaños y que Dios les había prometido. En
consecuencia de importancia. Jacob viene a Egip­ Egipto se van a quedar algunos siglos, hasta que
to con toda su familia. Los hebreos vienen a radi­ Dios Ies envíe a Moisés, quien los conducirá de
carse en Egipto y parecen olvidar la tierra de Ca- vuelta a la tierra de las promesas. Esta larga de­
naán que Ábrahán y Jacob habían recorrido con mora formaba parte del plan de Dios.
GENESIS 47

ijileños y sus m u je re s en las carretas qu e J o s é d e q u e e s ta b a p a ra lle g a r a la tierra


Faraón había m andado para transportarlos. d e G o s é n . 29 J o s é e n g a n c h ó su c a rro y fue
* tam bién tom aron sus rebaños y todo lo al e n c u e n tro d e su p a d re a G o s é n . A l v e rlo
iiiie habían adquirido en Canaán, y así en­ lo a b ra zó y llo r ó la r g a m e n te s o b re su c u e ­
traron en E gipto Ja cob u toda su deseen- llo. 30 Y d ijo Israel a J o s é : «A h o r a y a p u e d o
tie n d a ,1 sus hijos y los h ijos de sus hijos, m orir, p o r q u e h e v is to tu ro s tro y p o r q u e
sus hijas y los hijos de sus hijas; en una v iv e s to d a v ía .»
palabra, hizo que entrara co n toda su fam i­ 31 D e s p u é s d ijo J o s é a sus h e r m a n o s y a
lia en Egipto. t o d a la fa m ilia d e su p a d r e : « V o y a h o r a
" Estos son los nom bres d e los d escen ­ m is m o a a n u n c ia r a F a ra ó n q u e m is h e r­
dientes d e Israel q u e entraron en E gip to: m a n o s y la fa m ilia d e m i p a d re , q u e v iv ía n
Jacob y sus hijos. e n tierra d e C a n a á n , a c a b a n d e lle g a r . 32 L e
Rubén, el prim ogén ito de Jacob, 9 y sus d iré ta m b ié n q u e u s te d e s s o n p a s to re s d e
hijos Henoc, Falú, Hesrón y Carmí. o v e ja s , q u e s e d e d ic a n a la cria n za d e a n i­
10 Los hijos de Sim eón: Jam uel y Jamín,m a le s y q u e han tra íd o reb a ñ os , v a c a s , y
Ahod, Juaquín, Sohar y Saúl, cuya madre to d a s sus p e r te n e n c ia s . 33 A s í p u es, c u a n d o
era cananea. F a ra ó n le s lla m e y le s p re g u n te : «¿ C u á l e s
" Los hijos de Leuí: Guersón, Q uehat y su o f ic io ? » , 34 u s t e d e s c o n t e s t a r a n : «T u s
Mcrarí. s e r v i d o r e s h e m o s s id o p a s t o r e s d e s d e
12 Los hijos de Judá: Er, Onán, Sela, Fa- nu estra n iñ ez h asta e l d ía d e h o y , c o m o lo
rós, Zaraj (p ero E r y O nán habían m uerto fu e ro n ta m b ié n n u e s tr o s p a d r e s .» A s í s e
en la tierra de Canaán). Los hijos de Farés: p o d r á n q u e d a r u s te d e s e n e s ta tie r ra d e
Hesrón y Hamul. G o s é n , y a q u e lo s e g ip c io s a b o r r e c e n a t o ­
13 Los h ijos de Isacar: Tola, Fuá, J ob y d o s lo s p a s to r e s d e o v e ja s .»
Sumrón.
14 Los hijos de Zabulón: Sared, Elón y Ja- [ 4 7 I 1 L le g ó , p u es, J o s é d o n d e e s ta b a el
helel. \-LL\ F a ra ón c o n la n o tic ia d e q u e su p a ­
15 Estos son los hijos qu e Lía había dado d re y sus h e r m a n o s h a b ía n lle g a d o d e C a ­
,i Jacob en Padán-Aram, además de su hija na án c o n sus r eb a ñ o s , v a c a s y d e m á s p e r ­
Dina. E l total entre hijos e hijas era de trem­ t e n e n c ia s , y q u e s e e n c o n t r a b a n e n la
ía y tres personas. tierra d e G o s é n . 2 D e s p u é s e s c o g ió a c in c o
* Los hijos de Gad: Sefión, Haggi, Suni, d e sus h e rm a n o s y lo s p re s e n tó a F a ra ón .
I'sebón, Herí, A rod i y Arelí. 3 E s te le s p re g u n tó : « ¿ A q u é s e d e d ic a n ? »
17 Los hijos de Aser: Jamne, Jesua, Jesui,E llo s c o n te s ta ro n : «N o s o tr o s , tus s e r v id o ­
Hería y su hermana Seraj. Los hijos de Be­ r e s , s o m o s p a s t o r e s d e o v e ja s , c o m o lo
lla: Hebel y Melquiel. 10 Estos son los hijos fu e ro n n u es tros p a d re s . 4 H e m o s v e n id o a
de Zelfa, la esclava q u e Labán dio a su hija v iv ir en e s te p a ís p o r q u e y a n o q u e d a b a n
Lía. Zelfa fue la madre y Jacob el padre, en p a s to s p ara n u es tro s r eb a ñ o s , d e b id o a la
total, dieciséis personas. g ran s e q u ía q u e a s ó la el p a ís d e C a n a á n .
19 Los hijos de Raquel, esposa de Jacob: P o r e s o te r o g a m o s q u e n o s p e rm ita s v iv ir
José y Benjamín. 20 A José le nacieron en en la tierra d e G o s é n .» 5 E n to n c e s F a ra ó n
Egipto Manasés u Efraím, cuya m adre era d ijo a J o s é : 6b «Q u e v iv a n en el p a ís d e C o ­
Asenat, hija d e Potifera, sacerdote de On. s e n , y si s a b e s q u e e n tr e e llo s h a y h o m ­
21 Los hijos de B enjam ín: Bela, Beker, A s -b re s c a p a c it a d o s , p o n lo s c o m o p a s to r e s
hel, Gera, tiaam án, Equi, Ros, Mofín, Ofín y p rin c ip a les d e m is g a n a d o s .»
Ared. 22 Estos son los hijos que R aquel dio 5b F a ra ó n , r e y d e E g ip to su p o q u e J a c o b
a Jacob, en total catorce personas. y sus h ijos s e h a b ía n p re s e n ta d o a J o s é en
23 Los hijos de Dan: Husim. E g ip to . E n to n c e s d ijo a J o s é : «T u p a d re y
24 Los hijos de Neftalí: Jasiel, Guni, Jese y tu s h e r m a n o s h a n v e n id o a ti. 6 T o d o el
Sallem . 25 Estos son los hijos de Bilá, la que p a ís d e E g ip to e s tá a tu d is p o s ic ió n . Q u e
Labán dio a su hija Raquel. Bilá fue la m a­ tu p a d re y tus h e r m a n o s s e e s ta b le z c a n en
dre y Jacob el padre. En total, siete perso­ la m e jo r p a rte d e l p a ís .»
nas.
26 El total de personas que entraron con
Jacob en E gipto, todos descendientes s u ­ Los hijos de J acob en Egipto
yos, era de sesenta y seis personas, sin con ­
lar las mujeres de sus h ijo s .27 Los hijos de 7 J o s é tr a jo d e s p u é s a su p a d re J a c o b y
José q u e na cieron en Egipto, fueron dos. s e lo p r e s e n tó a F a ra ó n . D e s p u é s q u e J a ­
Total de personas de la familia de Jacob c o b lo s a l u d ó , 8 F a r a ó n le p r e g u n t ó :
que entraron en Egipto, setenta. «¿ C u á n to s a ñ o s t ie n e s ? » 9 J a c o b r e s p o n ­
d ió : « L o s a ñ o s d e m i p e r e g r in a c ió n s o n
c ie n to trein ta. P o c o s y m a lo s han s id o lo s
Encuentro de Jacob con José d ía s d e m i v id a , y n o han lle g a d o a ig u a ­
28 A n te s d e q u e e n traran e n G o s é n . J a ­lar lo s a ñ o s d e v id a d e m is p a d r e s d u ra n te
c o b m a n d ó d e la n te a J u d á p a r a a v is a r a su p e r e g r in a c ió n .» 10 Después Jacob volvió
GENESIS 47
a b e n d e cir a Faraón y se retiró de su p re­ m a s p a r a F a r a ó n . A q u í t ie n e n s e m illa s :
sencia. s ie m b r e n la tie r ra . 24 C u a n d o lle g u e el tiem -
" José instaló a su padre u a sus herma­ o d e la c o s e c h a , d a rá n la qu in ta p a rte a
nos, y les dio una p ropied a d en la tierra de a ra ó n y las o tra s c u a tr o p a r te s restantes
Egipto, en el m ejor lugar de la com arca de s e r á n p a r a u s t e d e s , c o m o s e m i l l a s de
Ramsés, tal co m o Faraón había ordenado. s ie m b ra , y c o m o a lim e n to p a ra u s te d e s, su
12 Y J o s é p r o v e y ó d e lo n e c e s a rio para v iv ir fa m ilia y lo s q u e e s té n e n su c a s a . » 25 Ellos
a su p a d re , a sus h e rm a n o s y a to d a la fa ­ r e s p o n d iero n : «P u e s to q u e n o s h a s sa lv a d o
m ilia d e su p ad re, te n ie n d o en cu en ta e l nú ­ la v id a , s írv e te a c e p ta r n o s c o m o e s c la v o s
m e r o d e sus d e p en d ien tes. d e F a ra ó n .» 26 A s í J o s é im p u s o c o m o ley,
q u e la qu in ta p a rte d e lo s p ro d u c to s d e la
• 13 La e s c a s e z s e hizo m á s fu erte y n o se
tierra d e E g ip to d e b e s e r e n tr e g a d a a F a ra ­
e n c o n tr a b a n a lim e n to s e n t o d a la tie r ra ;
ó n , y e s a n o r m a p e rd u ra h a sta el d ía de
E g ip to y C a n a á n e s ta b a n a g o ta d o s p o r el
h o y . S ó lo la s tie rra s d e lo s s a c e r d o t e s no
h a m b re. 14 E n to n c e s J o s é a c a p a r ó to d a la
p a s a r o n a p o d e r d e F a ra ó n .
p lata q u e h a bía en la tierra d e E g ip to y d e
C an aá n , a c a m b io d e l trig o q u e c o m p ra b a n , 27 L o s is r a e lit a s v i v ie r o n e n e l p a ís de
y lle v ó to d a e s a plata al p a la c io d e F ara ón . E g ip to , en la tierra d e G o s é n . T o m a r o n po-
15 C u a n d o s e a c a b ó la p lata d e E g ip to y s e s ió n d e e lla , tu v ie ro n m u c h o s h ijo s y se »
d e C a n a á n , to d o s lo s e g ip c io s c o m e n z a r o n m u ltip lic a ro n en n ú m e ro . 28 J a c o b v iv ió en
a lle g a r d o n d e J o s é p a ra d e c ir le : «D a n o s E g ip to d ie c is ie t e a ñ o s d e lo s c ie n t o c u a ­
p an , ¿ a c a s o n o s v a s a d e ja r m o rir p o rq u e renta y s ie te q u e d u ró su v id a . 29 Y cu an do
s e n o s te rm in ó e l d in e r o ? » 16 J o s é le s r e s ­ lo s d ía s d e su v id a s e a c e rc a r o n a su fin, (
p o n d ió : «S i n o tie n e n m á s d in e r o , d e n m e lla m ó a su h ijo J o s é y le d ijo : «S i m e ap re- fl
sus g a n a d o s y y o e n c a m b io le s d a ré p an .» c ia s d e v e r a s , t e r u e g o q u e c o lo q u e s tu
17 T r a je r o n su g a n a d o a J o s é , y J o s é le s m a n o b a jo m i m u s lo , y m e p ro m e ta s qu e 1
d io p an a c a m b io d e sus c a b a llo s , o v e ja s , n o m e se p u lta rá s e n E g ip to ; e n e s to r e c o - I
v a c a s y burros. D e e s ta m a n e r a lo s a b a s te ­ n o c e r é tu a m o r y fid e lid a d . 30 C u a n d o m e
c i ó d e p an d u ra n te e s e a ñ o a c a m b io d e h a y a id o a d e s c a n s a r c o n m is p a d re s , sá- !
to d o s sus g a n a d o s. c a r n e d e E g ip to y e n tié r ra m e en la tum ba
18 d e e llo s .» J o s é r e s p o n d ió : « L o h a ré tal c o ­
A l a ñ o s ig u ie n te v o lv ie ro n d o n d e é l d i­
c ie n d o : « N o p o d e m o s o c u lta r a n u es tro s e ­ m o lo p id e s .» In sistió J a c o b : «¡J ú ra m e lo !» Y .
ñ o r q u e s e n o s ha te r m in a d o e l d in e r o , y J o s é s e lo j u r ó . 3' E n to n c e s Israel s e in clin ó 1
q u e lo s g a n a d o s y a s o n to d o s s u y o s . T a n s o b r e la c a n e c e r á d e su c a m a .
s ó lo n o s q u e d a n n u es tros c u e rp o s y n u e s ­
tra s tierras. 19 T ú n o p u e d e s v e rn o s m o rir a J a cob adopta a los hijos de J o s é ¡
n o s o t r o s y n u e s tr a s tie r r a s ; c ó m p r a n o s ,
p u es, a n o s o tr o s y n u estras tierras, a c a m ­ * 1 A lg ú n tie m p o d e s p u é s , a v is a r o n a
J o s é d e q u e su p a d re e s ta b a e n f e r - 1
b io d e p an , y s e r e m o s n o s o tr o s y nu estras
m o . T o m ó e n to n c e s c o n é l a su s d o s hijos, I
tie rra s p r o p ie d a d d e F a ra ó n . D a n o s tr ig o
M a n a s é s y E fra ím , 2 e h iz o a n u n c ia r a su |
p a r a q u e n o m u r a m o s ; a s í v iv i r e m o s y
n u estra tierra n o q u e d a r á d e s o la d a .» p a d re : «M ira, tu h ijo J o s é ha v e n id o a v e r- I
20 D e e s te m o d o J o s é a d q u irió p a ra F a ­te .» Israel, h a c ie n d o un e s fu e r z o , s e s e n tó
en la c a m a .
raón to d a la tierra d e E g ip to , p u e s lo s e g ip ­
c io s tu v ie r o n q u e v e n d e r su s c a m p o s , y a 3 D ijo Jacob a José: «E l Dios de las A ltu
q u e el h a m b re lo s ap retab a, y la tierra p a s ó ras se m e apareció en Luz, en el país de Ca- ]
a s e r to d a d e F ara ón . 21 En c u a n to al p u e ­
naán, y m e b e n d ijo d icie n d o : 4 «M ira, y o
b lo, lo red u jo a la se rv id u m b re d e s d e un e x ­ haré q u e seas fe cu n d o y q u e te m u ltip li­
tr e m o al o t r o 'd e E g ip to . 22 La ú n ica tierra
ques. Haré d e ti una asamblea de naciones
q u e n o c o m p r ó fu e la d e lo s s a c e r d o t e s , y te daré a ti y a tus descendientes después I
p u e s h a b ía un d e c r e to d e F a ra ó n e n fa v o r
d e t i e s te p a ís , c o m o u n a p r o p ie d a d
eterna .» 5 Desde ahora, pues, los dos hijos
d e e llos, y é l d e b ía p ro cu ra rles e l alim en to .
P or e s o n o ve n d ie ro n sus tierras. qu e te han nacido en E gipto antes de llegar 1
y o a este país, serán míos. Efraím u Mana- I
23 E n to n c e s J o s é d ijo al p u e b lo : «Y a v e n s é s serán hijos míos, a l igu a l q u e R ubén y I
q u e lo s h e c o m p r a d o a u s te d e s y su s tie- Sim eón son hijos m íos, 6 pero ¡os hijos que I

_ • 4 7 .1 3 En Egipto, las tierras pertenecían al maban juntas tribus d e José. Así se logra la ci­
Faraón; una administración muy estricta le per­ fra de d oce. El presente capítulo explica esta
mitía exigir de todos los agricultores parte de su particularidad. Efraím y M anasés serán conside­
cosecha. El presente capítulo atribuye a José di­ rados c o m o d os hijos d e Jacob en reem plazo
cha organización administrativa, que dará expli­ de José. L a bendición d e Jacob va, c o m o la de
cación a tantas cosas posteriores.• Isaac, su padre, n o al m ayor, sino al m en or de
los hermanos. Dios, c o m o se ve, da sus favores
• 4 8 .1 Las d oce tribus de Israel eran en rea­ a quien quiere, y no según el d erecho d e suce­
lidad trece. P e ro las de Efraím y M anasés se lla­ sión ni según el d eseo de los padres.
fl5 GENESIS 49

líos engendrado después serán tuyos, tanto 20 Y lo s b e n d ijo a q u e l d ía c o n e s ta s p a la ­


ritos co m o su patrim onio serán registrados b ra s: « A u s te d e s lo s to m a rá n c o m o e je m ­
ron los n om bres d e Efraím y M anases. 1 p lo c u a n d o q u ie r a n b e n d e c ir a a lg u n o en
También debes saber q u e cuando y o regre- Israel, y d irán: «Q u e D io s te h a g a s e m e ja n ­
snba de Padán, tu madre R aquel se m e m u ­ te a E fra ím y M a n a s é s .»
lló en el cam ino, en el país de Canaán, p o ­ A s í p u s o a E fra ím p o r d e la n te d e M a n a ­
ro antes de llegar a Efratá, y la enterré allí s é s. 21 D e s p u é s d ijo Israel a J o s é : «Y o e s to y
(en el ca m in o d e Efratá, q u e es B e lé n ).» p ara m orir, p e r o D io s e s ta r á c o n u s te d e s y
" A l v e r Israel a lo s d o s h ijos d e J o s é , le lo s h a rá v o lv e r a la tie rra d e s u s p a d re s .
p reguntó: «¿ Q u ié n e s s o n é s to s ? » 9 J o s é le 22 A ti te d e jo a lg o m á s q u e a tus h e r m a ­
m s p o n d ió : «E s t o s s o n m is h ijo s , lo s q u e nos, m e r e fie r o a S iq u e m q u e c o n q u is té al
Dios m e h a d a d o aqu í.» Y le d ijo: «A c é r c a ­ a m o r r e o c o n m i e s p a d a y c o n m i a r c o .»
los, p o r fa v o r, y lo s b e n d e c i r é . » I s r a e l tenía
los o jo s d e b ilita d o s p o r la v e je z y n o p o d ía Las bendiciones de Jacob
ver. C u an d o J o s é s e lo s a c e rc ó , é l lo s a b ra ­
zo y lo s b e s ó . 11 Israel d ijo a J o s é : « N u n ca • 1 J a c o b lla m ó a sus h ijo s y le s dijo:
pensé q u e v o lv e ría a v e rte , y ah ora D io s m e «R e ú n a n s e , q u e le s v o y a a n u n c ia r
i o n c e d e v e r in c lu s o a tu s d e s c e n d ie n te s .» lo q u e s u c e d e r á en e l fu tu ro . 2 J ú n te n s e h i­
1' J o s é retiró a lo s h ijos d e e n tre las rodillas jo s d e J a c o b , o ig a n y e s c u c h e n a Israel, su
de su p a d re y s e p o s tr ó d e la n te d e su p a d re p a d re .
hasta to c a r el s u e lo c o n la cara. 3 R u b én , tú e r e s m i p rim o g é n ito , m i v ig o r
13 C o l o c ó J o s é a E fra ím a su d e r e c h a ,y e l p rim e r fru to d e m i virilid ad , p e r o r e b o ­
q u e d a n d o a la izq u ierd a d e Isra e l, y a M a- s a n te d e o r g u llo y d e ím p e tu . 4 E re s c o m o
nasés a su izq u ierd a , q u e d a n d o a la d e r e ­ las a g u a s e s p u m a n te s : n o te en c u m b ra rá s ,
cha d e su p a d re , y lo s a c e r c ó a é l. 14 Israel tú q u e su b iste al le c h o d e tu p a d re y d e s ­
ex te n d ió su m a n o d e r e c h a y la p u s o s o b r e h o n ra s te m i c a m a .
la c a b e z a d e E fra ím , q u e e r a el m e n o r , y 5 S im e ó n y L e v í s o n h e rm a n o s , su s c u ­
osí, c ru za n d o las m a n o s , p u s o su izq u ierd a c h illo s fu e r o n in s tr u m e n to s d e v io le n c ia .
s o b re la c a b e z a d e M a n a s é s a p e s a r d e 6 Q u e nu nca m i a lm a p a r tic ip e en sus intri­
que e ra e l p r im o g é n ito . 15 L u e g o b e n d ijo a g a s , y q u e m i c o r a z ó n e s t é le jo s d e su
J o s é d ic ie n d o : «Q u e e l D io s a n te e l c u a l c o m p a ñ ía , p o r q u e e n su e n o jo m a ta r o n
c am in aron m is p a d r e s A b r a h a m e Is a a c , el h o m b re s, v e n su fu ror d e sja rre ta ro n to ro s.
Dios q u e h a s id o m i p a s to r d e s d e e l d ía en 7 S e a m a ld ita su c ó le r a p o r q u e e s v io le n ta ,
que n a cí h a sta h o y , 16 e l A n g e l q u e m e ha y su furor, p o r q u e fu e c ru el. L o s d iv id iré en
librado d e t o d o m a l, b e n d ig a a e s to s m u ­ J a c o b , y lo s d ip e r s a r é e n Israel.
ch a c h o s . Q u e e n e llo s s e p e rp e tú e m i 8 A ti, J u d á, te a la b a rá n tus h e rm a n o s , tu
n o m b re y e l n o m b r e d e m is p a d re s A b r a ­ m a n o a g a rra rá d e l c u e llo a tus e n e m ig o s , y
ham e Is a a c . Q u e lle g u e n a s e r m u y n u ­ tus h e r m a n o s s e in clin ará n a n te ti.
m e r o s o s e n e s ta tie rra .» 9 ¡Ju d á e s c a c h o rr o d e le ó n ! V u e lv e s , hijo
17 J o s é v i o q u e su p a d r e te n ía p u e s ta sum ío , d e la c a z a . S e a g a z a p a o s e a b a la n za
m a n o d e r e c h a s o b r e la c a b e z a d e E fra ím , c u al le ó n , o cu al le o n a , ¿ q u ié n lo h a rá l e ­
lo q u e le d is g u s tó . T o m ó , p u e s , la m a n o v a n ta r? 10 E l c e t r o n o s e ra a r re b a ta d o d e
d e su p a d r e p a r a c a m b ia r la d e la c a b e z a J u d á ni e l b a s tó n d e m a n d o d e e n tre sus
d e E fr a ím a la d e M a n a s é s 18 y le d ijo : p ie rn a s h a sta q u e v e n g a a q u e l a q u ie n le
«A s í n o , p a d r e m ío , p o r q u e é s t e e s m i h i­ p e r te n e c e y a q u ie n o b e d e c e r á n lo s p u e ­
jo m a y o r . C o lo c a tu m a n o d e r e c h a s o b r e b los.
su c a b e z a .» 19 Isra e l s e n e g ó y le d ijo : «L o " A m a r ra e n la v id a su b urrito, y a la
sé, h ijo m ío , lo s é . E l t a m b ié n s e h a rá c e p a e l hijito d e su burra. L a v a en el v in o
p u e b lo , ta m b ié n é l lle g a r á a s e r g r a n d e , su tú n ica y en la s a n g r e d e lo s ra c im o s su
p e ro su h e r m a n o m e n o r s e rá m á s g r a n d e m a n to . 12 S u s o jo s e s tá n e n c a n d ila d o s d e
q u e é l y su d e s c e n d e n c ia fo r m a r á u n a f a ­ v in o y sus d ie n te s m á s b la n c o s q u e la le ­
m ilia d e p u e b lo s .» che.

• 4 9 .1 Las bendiciones de Jacob, se dirigen, P ero este texto ha sido maltratado y es dudoso.
no a sus hijos, sino a las doce tribus que llevarán ¿Se quería sólo celebrar la venida del rey David, o
sus nombres. Estas tribus tendrían en lo sucesivo era el anuncio de un gran destino para el reino de
suertes muy desiguales. La bendición d e Jacob Judá, o se trataba de la espera de un R ey Salva­
es com o una manera de afirmar que esos desti­ dor? D e hecho, los reyes del pueblo de Dios, y Je­
nos eran conocidos de Dios desde antemano y sús después de ellos, salieron de esa tribu. Judá es
eran parte d e su plan de salvación, que beneficia pues considerado aquí com o el heredero de las
a todos, p ero no da lo mismo a todos. promesas hechas ^ Aorahán y a Jacob.
Las dos tribus de Judá y de José dominan el re­ A José se le profetizan grandeza y prosperi­
parto. Al parecer esta antigua profecía quería de­ dad: es que el reino d e Israel fue más fuerte que
cir que Judá iba a vivir aparte de los demás hasta el de Judá en el sür, a pesar d e que no debía le­
que viniera aquel a quien los pueblos obedecerían. vantarse de su ruiría.
GENESIS 49 66
13 Z a b u ló n h a b ita a o rilla s d e l m ar, e s tri­
sus
33 Cuando Jacob h u b o term inado de da
p u lan te d e b a r c o s y s e e x tie n d e h a sta Si- estas instrucciones a sus hijos, recogió
dón . pies en la cama y expiró, y fue a reunirse1
,4. Isa ca r e s un burro c o rp u le n to , e c h a d o con sus antepasados.
e n tre d o s e s ta b lo s . 15 E n c o n tró un bu en lu­ :j f l
g a r d e d e s c a n s o , y c o m o v io q u e el p a ís
1 J o s é s e a c e r c ó a la c a m a d e su p a­
e ra a g ra d a b le , in c lin ó su e s p a ld a a la c a r ­
d re , lo a b r a z ó llo r a n d o y lo b e só , I
g a : p a s a rá a s e r e s c la v o .
2 M a n d ó d e s p u é s a los m é d ic o s q u e estaban
\6 D a n ju z g a r á a su p u e b lo c o m o una a su s e rv ic io q u e e m b a ls a m a ra n a su padre
m á s d e las trib u s d e Israel. 17 S e r á c o m o
y e llo s lo e m b a ls a m a r o n . 3 E m p le a r o n en
s e rp ie n te en el c a m in o , c o m o v íb o r a e n el
e llo cu aren ta días, y a q u e é s te e s el tiem po ¡
s e n d e ro , q u e m u e rd e los ta lo n e s d e l c a b a ­
n e c e s a r io p a r a e l e m b a ls a m a m ie n to . Los
llo, y h a c e c a e r d e e s p a ld a s al jin e te .
e g ip c io s lo llo ra ro n d u ra n te s e te n ta días.
18 ¡O h Y a v é , e s p e r o e n tu s a l v a c i ó n ! 4 T ra n s c u rrid o el t ie m p o d e d u e lo, J os
19 A G a d le as a lta n s a lte a d o r e s , p e r o él h a b ló a los p rin c ip a les d e la c a s a d e Faraón
a tra c a a su retagu ard ia.
d e esta m a n e ra : «Si u s te d e s r e a lm e n te me
20 A s e r tie n e r ic o s m a n ja r e s , y p re p a r a a p rec ia n , le s ru e g o h a g a n lle g a r a o íd o s de
c o m id a s d e rey.
F a ra ó n lo s ig u ie n te : 5 A n te s d e m orir, mi
21 N e fta lí e s una c ie r v a s u elta q u e tie n e
c e rv a tillo s h e rm o s o s .
22 J o s é e s e l re to ñ o d e una v id fro n d o s a ,
p a d re m e h iz o p r o m e te r le b a jo ju ra m en to .
q u e y o lo habría d e sep u ltar en el sepu lcro
q u e el m is m o s e h a bía p re p a ra d o en el país
1
d e una parra fro n d o s a ju n to a la fu en te: lo s
d e C a n a á n . A s í p u es, p e rm íte m e ah ora su­
s a r m ie n to s tre p a n s o b r e la m u ralla.
bir a enterra r a m i p a d re , y lu e g o v o lv e r é .»®
23 L o han p r o v o c a d o la n zá n d o le fle ch a s , 6 F a ra ó n le m a n d ó a d ecir: «S u b e y entierra |
lo han p e r s e g u id o lo s a rq u e ro s , 24 p e r o su a tu p a d re , tal c o m o te hizo jurar.»
a r c o s e ha m a n te n id o fir m e y sus b ra zo s
7 S u b ió J o s é a s e p u lta r a su p a d re y su
n o han a flo ja d o , p o r la m a n o d e! F u e rte d e
b ie ro n ta m b ié n c o n é l to d o s lo s o fic ia le s de
J a c o b , p o r el P a s to r y la R o c a d e Isra e l,
F a ra ó n , lo s p rin c ip a le s d e su fa m ilia y to ­
25 p o r e l D io s d e tu p a d re , el q u e te a y u d a , d o s lo s je f e s d e E g ip t o , 8 as í c o m o to d a la
p o r el D io s T o d o p o d e r o s o q u e te b e n d ic e:
fa m ilia a e J o s é , sus h e r m a n o s y la fam ilia i
¡B e n d ic io n e s d e lo s a lto s c ie lo s ! ¡B e n d ic io ­
d e su p a d re . T a n s ó lo d e ja ro n en el p a ís de
n e s d e l a b is m o q u e y a c e a b a jo ! ¡B e n d ic io ­
G o s é n a su s n iñ os , sus re b a ñ o s y d e m á s
n e s d e lo s p e c h o s y lo s s e n o s ! ¡B e n d ic io ­
a n im a le s . 9 L o a c o m p a ñ a b a n a d e m á s ca- J
n e s d e tu c a m p o y cíe tu e s ta b lo !
rros y s o ld a d o s a c a b a llo , lo q u e h a c ía qu e I
26 L a s b e n d ic io n e s d e tu p a d r e h a n s o ­ f u e s e u n a c a r a v a n a m u y c o n s id e r a b le .
b r e p a s a d o a las b e n d ic io n e s d e lo s m o n ­
10 A l lle g a r a G o r é n - A t a d , q u e e s tá a
te s s e c u la re s , y a las v e n tu r a s d e las l o ­
o t r o la d o d e l J o r d á n , c e le b r a r o n u n os fu ­
m a s e te rn a s . T o d a s e lla s d e s c a n s e n s o b r e
n e r a le s m u y g r a n d e s y s o le m n e s ; e s to s I
la c a b e z a d e J o s é s o b r e la fre n te d e l q u e
fu n e r a le s q u e J o s é c e le b r ó p o r su p a d re 1
h a s id o c o n s a g r a d o en m e d io d e sus h e r ­
d u raro n s ie te d ía s . " L o s c a n a n e o s q u e vi- I
m anos.
v ía n a llí, al v e r lo s fu n e r a le s q u e s e h a cía n
27 B en ja m ín e s un lo b o s a n g u in a rio . P or e n G o r é n - A t a d , s e d ije r o n : « E s t o s s o n
la m a ñ a n a d e v o r a su p re s a y p o r la ta rd e
u n os fu n e r a le s m u y s o le m n e s d e lo s e g ip - I
rep a rte lo s d e s p o jo s .
c io s .» P o r e s o a q u e l lu g a r s e lla m ó A b e l- I
M is ra im ( o s e a , d u e lo de los e g ip cio s ) y
e s tá al o t r o la d o d e l J o r d á n . ■
M uerte y funerales de Jacob
'2 Los hijos de Jacob cum plieron a su res- 1
28
p e c i o tocto lo q u e él les había ordenado. I
Estas son las tribus de Israel, doce en Lo trasladaron a l país de Canaán y lo se-
total, u esto fu e lo q u e les d ijo su pad re
pultaron en la cueua q u e hay en el cam po 1
1
cu a n d o los bendijo, dando a cada u n o la de Macpelá, frente a M am bré, ca m po que ,
bend ición qu e le correspondía. 29 Después
Abraham había com prado a Efrón el hitita, I
les dio estas instrucciones: «Yo uoy a reunir­ com o su propiedad para sepulturas.
m e con m i pueblo. Entiérrenme ju n to a mis 14 D e s p u é s d e s e p u lta r a su p a d re , J o s é
padres, en la cueua q u e hau en el cam po de v o lv ió a E g ip t o c o n s u s h e r m a n o s y c o n I
Efrón el h itita ,30 o sea, en la cueua qu e está to d o s lo s q u e lo h a b ía n id o a a c o m p a ñ a r 1
en el cam po de Macpelá, frente a Hambre, en e l funeral d e su p a d re .
en el país de Canaán, el cam po q u e Abra-
ham com pró a Efrón el hitita co m o lugar de
su propiedad para sepulturas. 31 A llí fue se­ U ltim os años de Jo sé
p u lta d o A b ra h a m u su esposa Sara. A llí
también fue sepultado Isaac y su esposa Re­ A l v e r q u e h a bía m u e rto su p a d re , los
beca, y a llí sepulté y o a Lía.'*2 D ich o cam po h e r m a n o s d e J o s é s e d ije ro n : «T a l v e z J o s é
y la cueua q u e hay en él fueron com prados n o s g u a r d e aú n r e n c o r , y a h o r a n o s d e ­
a los hititas.» v u e lv a t o d o e l m a l q u e le h ic im o s .» 16 P or
GENESIS 50
C7

rso le mandaron a decir: «Tu padre antes 22 José permaneció en Egipto junto con
de morir nos encargó que te dijéramos: toda la familia de su padre. Murió a la
«Por favor, perdona el crimen de tus her­ edad de ciento diez años. 23 Alcanzó a ver
manos y el pecado que cometieron cuando a los hijos de Efraím hasta la tercera gene­
ir trataron mal. Ahora debes perdonar su ración. También los hijos de Maquir, hijo
i rimen a los servidores del Dios de tu pa­ de Manasés, nacieron sobre las rodillas de
dre.» José, al oír este mensaje, se puso a José.
llorar. 18 Sus hermanos vinieron y se echa- • 24 José dijo a sus hermanos: «Yo voy a
ion a sus pies, diciendo: «Aquí nos tienes, morir, pero tengan la plena seguridad de
somos tus esclavos.» 19 José les respondió: que Dios los visitará y los hará subir de es­
«No teman. ¿Acaso podría ponerme yo en te país a la tierra gue juró dar a Abraham,
lugar de Dios? 20 Ustedes quisieron hacer­ Isaac y Jacob.»25 Y José hizo jurar a los hi­
me daño, pero Dios quiso convertirlo en jos de Israel, pidiéndoles este favor: «Cuan­
bien para que se realizara lo que hoy ven: do Dios los visite, lleven mis huesos de
i onservar la vida de un pueblo numeroso. aquí junto con ustedes.» 26 José murió en
Nada teman, pues. Yo los mantendré a Egipto, a la edad de ciento diez años. Em­
ustedes y a sus hijos.» Luego los consoló, balsamaron su cuerpo y lo colocaron en un
hablándoles con palabras cariñosas. ataúd en Egipto.

• 5 0 .2 4 N ótese cóm o mueren Jacob y José, junto con sus padres, en un lugar del que Dios
esos creyentes de tiempos antiguos que todavía estaba tan ausente com o las inquietudes y la bulla
no sabían de la Resurrección de los Muertos. H a­ de los vivos. Así, pues, Dios, su am igo y fiel de­
bían vivido plenamente la vida que Dios les daba fensor, ¡dejaba que lo perdieran para siempre!
Seguramente que debían reprimir sus anhelos y
en esta tierra, llevados p or la certeza d e que,
siendo fieles a su misión, trabajaban por un mun­ acallar sus dudas para convencerse de que esto
do mejor que verían sus descendientes. La vejez era lo bueno y lo justo. , ..
larga y dichosa que Dios les concedía al tinal de Sus esfuerzos p or resignarse hacían de ellos
sus pruebas les daba a entender que Dios es justo hombres graves, concienzudos, som etidos a la
voluntad misteriosa de Dios; pero, a cambio de
y generoso con todos.
"Sin embargo, mientras no tenían esperanza de esto, se les escapaban la alegría, la espontanei­
una vida más allá, ¡cuánto les faltaba para ser dad propia d e los niños y el am or apasionado
personas colmadas! Pensaban que, al m orir el por su Salvador. En esto no diferían mucho de
nombre, algo de él iba a vivir debajo de la tierra los que hoy viven sin la fe en la Resurrección.
El Exodo es la salida de Egipto. Esta es, en la Biblia, la gran hazaña de Dios:
la salida de] país de la esclavitud hacia la tierra prometida. Dios libera a su pue­
blo «con gran poder, mano fuerte y brazo extendido», abriendo un camino en el
mar.
El Exodo es el corazón del Antiguo Testamento, y aquello que le da su signi­
ficado al presentarnos a un Dios que liberta a los hombres. Este libro ha dado a
la religión judía, y luego a la fe cristiana, su primera orientación que las hizo
diferentes de todas las demás. Dios no viene primero para que se lo respete o
para indicar caminos espirituales, sino para escoger un pueblo con el cual actua­
ra en el corazón de la historia humana.
Los Evangelios primero, y luego los cristianos, reconocerán en Jesús el nuevo
Moisés de una nueva partida; y buscarán en este libro como figuras de todo lo
que viven en la Iglesia. ¿El paso del mar? Es el bautismo. ¿La roca de la que
sale la fuente? Es Cristo. Y la alianza del Sinaí prepara la Nueva Alianza
Pero no por eso debemos olvidar el punto de partida. El Exodo es antes que nada la
liberación de los esclavos y la elección del pueblo de Israel. Es una liberación auténti­
ca que alcanza toda la realidad humana, individual y social: Dios libera a los que
quiere tomar para sí, y la libertad cristiana estará muy lejos de lo que la cultura occi-
dental entiende con esta palabra.

El Exodo y la historia
Los relatos del Exodo abundan en historias hermosas, pero están muy lejos de
lo que habríamos presenciado si hubiéramos estado allí. A l contemplar las esce­
nas grandiosas que allí se pintan, nos gustaría saber lo que la historia puede
decir al respecto.
Todo se ubica alrededor del año 1240 antes de Cristo, unos cinco siglos des­
pués de Abiahán. En el siglo X V antes de Cristo los egipcios han sido derrota­
dos por invasores venidos de Canaán, los que han dejado que muchos nómadas
del desierto entraran en el país (ver la historia de José). Cuando los egipcios
vuelven a restablecer sus propios reyes, estos nómadas son tratados con menos
consideración y muchos de ellos huyen para evitar impuestos o trabajos obliga­
torios. Unos son expulsados (com o en Ex 12,31), otros se fugan a favor de la
noche (com o en 12,38).
Es en este contexto donde se desarrollan los acontecimientos del Exodo. Uno
IN T R O D U C C IO N

de estos grupos, perseguido por un destacamento de carros egipcios, es protegido


por una intervención extraordinaria de Dios: los israelitas vieron a los egipcios
muertos a la orilla del mar (14,30). Un profeta, Moisés, el guía de estos fugiti­
vos, interpretó para ellos el acontecimiento: Yavé, único Dios, los había escogido
para que fueran su pueblo. Moisés y los suyos quedaron un buen tiempo en los
oasis del Sinaí. A llí Moisés les dio la Ley de Yavé.

FJ libro del Exodo


La historia, pues, se encuentra en el Exodo, pero el Exodo dice muchas más
cosas en las que no lo sigue la historia, en el sentido moderno de esta palabra.
Pues este libro no es la obra de un autor, sino más bien el resultado de una larga
evolución, y en él se juntan maneras muy diversas de entender la historia, pro­
pias de aquellos tiempos.
Está por ejemplo esta clase de historia de la que hablamos respecto de Géne­
sis 35, y es la que se transmite oralmente en los clanes nómadas. A sí fue como
se reunieron en una misma familia: Moisés, su suegro Jetro, Aarón, «hermano
de M o isés», y M iriam «la profetisa hermana de A a ró n »; era una manera de
expresar los lazos que unían a Moisés con jefes o profetas de otros clanes. A si­
mismo se ha identificado el Monte Sinaí con el Monte Horeb y el «M onte de
Dios»; éstos eran a lo mejor lugares sagrados cuyas tradiciones se confundieron.
Muy diferente fue el propósito de los sacerdotes judíos que han dado a este
libro su forma definitiva en el tiempo del exilio a Babilonia. A l desarrollar las
tradiciones antiguas, querían decir, no lo que había sucedido, sino más bien la
visión que el pueblo de Israel debía guardar de su pasado. Haciéndolo, enseña­
ban a sus contemporáneos de qué manera serían ellos mismos pueblo de Dios y
el fermento de la historia. A ellos se debe esta presentación de los israelitas
como un pueblo inmenso ya formado, organizado, que ya tiene un Santuario en
el desierto, con sus sacerdotes y sus talleres de los que saldrá el becerro de oro.
Y ese pueblo inmenso marcha como un solo hombre, es alimentado con el maná
durante cuarenta años, recibe las leyes que serán observadas sólo después de
pasados algunos siglos. Y este pueblo entero sale armado de Egipto para con­
quistar la Tierra prometida.

El Dios verdadero del Exodo


Estamos pues confrontados con dos historias, la científica, y la que ha forma­
do la conciencia de Israel y del pueblo cristiano. La primera reconoce que allí
Dios ha entrado en la Historia; su acción ha sido muy discreta y en esto descu­
brimos su pedagogía: Dios es muy paciente. La otra historia nos enseña quiénes
somos y solamente la entienden bien aquellos que han acogido a Cristo.
Con todo, sería un error oponer la una a la otra, como si todo el relato del
Exodo fuera puro cuento. Bastará leer algunas páginas para entender que no
habrían sido escritas y no habrían tenido peso alguno en la conciencia de un pue­
blo si no fueran verdaderos testimonios. Son el testimonio de aquellos que estu­
vieron con Moisés y que, sin la menor duda, hicieron experiencias excepciona­
les. Son el testimonio de aquellos que las escribieron a lo largo de los siglos, ya
fueran sacerdotes o profetas, los que también tuvieron una experiencia del Dios
Vivo, el libertador de Israel, y a consecuencia de ella nos transmitieron el fuego
del Sinaí.
EXODO 1 70

Los hebreos se multiplican cuanto más los oprimían, tanto máN


en Egipto crecían y se m ultiplicaban, de tai
m odo que la gente ya no soportaba
' 1 Estos son los nombres de los a los israelitas.
hijos de Israel que llegaron con 13 Los egipcios trataron con bruta
Jacob a Egipto, cada uno con su fa­ dad a los Israelitas y los redujeron (
m ilia: 2 Rubén, Sim eón, Leuí, Judá, esclavitud. M Les amargaron la oida
3 Isacar, Zabulón, Benjam ín, 4 Dan, con duros trabajos de arcilla y ladrl-
Neftalí, Gad y Aser. 5 El núm ero de líos, con toda clase de labores campe­
estos descendientes de Jacob era de sinas y toda clase de servidumbre»
setenta personas. Además José, que que les imponían por la fuerza.
estaba ya en Egipto. 15 Luego el rey de Egipto se dirig
6 Murió José, y también sus herma­ a las parteras de las hebreas, una de
n os y to d a a q u e lla g e n e r a c ió n , las cuales se llamaba Sifrá y la otra
7 mientras los hijos de Israel seguían Púa; les dijo: 16 «Cuando asistan ¿i
siendo m uy fecundos. Se m ultiplica­ las hebreas, y ellas se pongan df
ron y crecieron, llegando a ser tan cuclillas sobre las dos piedras, fíjen­
numerosos que los había en todo el se bien: si es niño, háganlo morir; y
país. si es niña, déjenla con vida.» 17 Pero
las parteras temían a Dios, y no hi
Los egipcios someten a esclavitud cieron lo que les había mandado el
a los hebreos rey de Egipto, sino que dejaron con
vida a los niños. 18 Entonces el rey
8 Entró a gobernar en E gipto unllamó a las parteras y les dijo: «¿Por
nuevo rey, que no sabía nada de J o ­ qué han actuado asi, dejando con
sé, v dijo a su pueblo: 9 «Miren que vida a los niños?» 19 Las parteras
los nijos de Israel forman un pueblo respondieron: «Es que las mujeres
más num eroso y fuerte que n oso­ hebreas no son com o las egipcias.
tros. 10 Tom em os precauciones con­ Son más robustas y dan a luz antes
tra él para que no siga multiplicán­ de que llegue la partera.»20 Dios es­
d o se, no v a y a a su ce d e r, q u e si taba c o n la s p a rteras, así que el
estalla una guerra, se una a nuestros p u e b lo c r e c ió y lle g ó a ser muy
enem igos para luchar contra n oso­ fuerte; 21 y a las parteras, por haber
tros y escapar del país.» " Les pu­ tem ido a Dios, les concedió nume­
sieron entonces capataces a los is­ rosa descendencia.
raelitas, para so b rec a rg a rlo s con 22 Entonces Faraón dio esta orden
duros trabajos. Edificaron así para a todo el pueblo: «Echen al río a todo
Faraón las ciudades de a lm acen a­ niño nacido de los hebreos, pero a
m ien to: Pitom y R a m sés. 12 P ero las niñas déjenlas con vida.»

• 1.1 Desde siglos y siglos una gran parte de truir y para defen der una sociedad que a ellos
la humanidad ha vivido bajo la opresión. De su
vida sufrida p oco hablan los historiadores. Esca­ ( 1° 1 )1° S P ro m u e v e n ' *es r e c o n o c e derechos
sas fueron las rebeldías, pues, en su inmensa ma­ — S e juntan explotación y opresión, trabajo« I
yoría, se sometieron y llegaron a pensar que la inhumanos y represión policial, mediante los ca­
esclavitud era para ellos una situación normal. pataces egipcios (5,6).
Pero Dios quiso intervenir una vez por lo menos, — Finalmente, una autoridad extranjera les im­
en una form a manifiesta, para liberar a los he­ pone el control de los nacimientos en la formalj
breos, y éste fue el primer paso de la historia del más drástica (16).
Pueblo de Dios. Situaciones de opresión: 1 M ac 1; 2 M ac 4; 2),
La Biblia caracteriza a grandes rasgos la opre­ M ac 6 - Is 5 ,8; A m 5 ,1 0 ; Ez 34; Mi 2 ,1: Job
sión a la que estaban sometidos los nebreos en 2 4 ,1; ¿5,9 ; Lam 3,31.
Egipto: ¿Quiénes eran Sifrá y Puá? Sus nombres son
— Los dueños egipcios tienen m iedo a un pro­ egipcios. Esas mujeres, pues, burlaron la orden
letariado que, según ellos, crece en forma irres­ del rey por compasión al pueblo oprimido y no
ponsable (10 y 1 2 ). aceptaron ejecutar disposiciones que su c on cie n *
— S e les im ponen duros trabajos para con s­ cia condenaba.
71 EXODO 2

Moisés salvado de las aguas dijo: «Toma este niño y críamelo, que
yo te pagaré.» Y la mujer tomó al ni-
• ' (Jn hombre de ia tribu de Leví ñito para criarlo. 10 Fiabiendo crecido
se c a s ó co n una niña de su el niño, ella lo llevó a la hija de Fa­
misma tribu.2 La mujer quedó espe­ raón, y pasó a ser para ella com o su
tando y dio a luz un hijo, y viendo hijo p rop io. Ella lo llam ó M oisés,
aue era hermoso, lo tuvo escondido pu es, d ijo , «lo he s a c a d o d e las
Jurante tres meses. 3 Com o no podía aguas.»
ocultarlo por más tiempo, tom ó un
i anasto de papiro, lo recubrió con al­ Moisés descubre a su pueblo
quitrán y brea, metió en él al niño y
lo puso entre los juncos, a la orilla • " Tiem po después, siendo Moi­
del río Nilo. 1 La hermana del niño se sés ya mayor, se preocupó por sus
quedó a cierta distancia para ver lo herm anos y en ton ces fue cuando
que le pasaba. com probó sus penosos trabajos. Le
5 En eso bajó la hija de Faraón al tocó ver cóm o un egipcio golpeaba a
Nilo, y se bañó mientras sus sirvien­ un hebreo, a uno de sus hermanos.
tas se paseaban por la orilla del río. 12 Miró a uno y otro lado, y com o no
Al divisar el canasto entre los juncos, viera a nadie, mató al egipcio y lo es­
envió a una criada a buscarlo. 6 Lo condió en la arena.
abrió y vio que era un niño que llora- 13 Al día siguiente salió de nuevo, y
lia. Se compadeció de él y exclamó: esta vez dos hebreos estaban pelean­
«¡Es un niño de los hebreos!»7 Enton­ do. Moisés dijo a! culpable: «¿Por qué
ces la hermana dijo a la hija de Fa- le pegas a tu compañero?» " Y éí le
taón: «Si quieres, yo buscaré entre contestó: «¿Quién te ha puesto de je ­
las hebreas, y m e pondré ai habla fe y juez sobre nosotros? ¿Y por qué
ron una nodriza para que te críe este no me matas com o mataste al egip­
niño.» “ «¡Ve!», le contestó la hija de cio?» Moisés tuvo miedo, pues pensó:
Faraón. «Este asunto ya se sabe.»
5 Así que la joven fue y llamó a la 15 De hecho, le llegó la noticia a
madre del niño. La hija de Faraón le F a r a ó n y b u s c ó a M o is é s p a ra

• 2.1 La liberación del pueblo hebreo empie- que ya no se sienten solidarios de su pueblo: eva­
/.i con un acto sencillo, solitario, el de esta ma­ sión de los capitales, fuga d e los cerebros. N o ce­
dre que para salvar a su hijo arriesga su propia rró los ojos voluntariamente, com o aquellos que
vida. reniegan de su familia humilde o dejan de solida­
Es la manifestación del am or materno. Es el ac- rizarse con sus com pañeros para ser admitidos
lo de rebeldía de una conciencia que no acepta en un ambiente superior.
una ley inhumana. Es el acto de fe de la madre Léase H eb reos 11,25: «P o r la fe Moisés se
que presiente el porvenir maravilloso que Dios negó ct ser llamado hijo de una hija del faraón.
abre a una vida nueva, y que, al mismo tiempo, Prefirió compartir los malos tratamientos con
'.abe que los hijos son la esperanza de su pueblo el pueblo de Dios, antes que conocer el goce
[Heb 11,21). Las mismas certezas y la misma fe pasajero del pecado; pues estimaba la humilla­
Inspiran a las madres que hoy se niegan al aborto. ción de Cristo más preciosa que los tesoros de
Los historiadores explican que los detalles de Egipto.» Asimismo el que, pudiendo compartir la
este relato provienen de la leyenda del rey Sar- suerte d e los privilegiados, prefiere ponerse al
qón, salvado de las aguas cuando era nino. En servicio de los humildes, se hace, aun sin saberlo,
efecto, es muy probable que nada se haya sabido seguidor de Cristo.
de la infancia de Moisés y que la historia de la ca­ Pero al día siguiente Moisés descubre otro as­
nasta encontrada entre los juncos haya sido sólo pecto del mal: sus hermanos no son víctimas ino­
una manera graciosa de decir que la Providencia centes. La opresión que padecen tiene algo que
de Dios había velado por su destino. Moisés ha­ ver con la violencia, la maldad y la irresponsabili­
bía escapado a la suerte asignada a los niños he­ dad que existen entre ellos. N o son respetados
breos y había aterrizado en el mundo muy cerra­ p or los egipcios, p e ro tam p oco se preocupan
do de los privilegiados de la cultura. El que iba a por m erecer que los respeten. Esta vez Moisés
libertar a los esclavos debía saber lo que era la li­ no sabe qué hacer y prefiere huir.
bertad, habiendo gozado de ella; pues ellos ni si­ La Biblia valoriza todo esfuerzo que se haga en
quiera conocían la palabra libertad.• p ro de la dignidad del hombre, tal com o el es­
fuerzo de los jóvenes y trabajadores por una par­
ticipación mas activa en la construcción de su
• 11. Moisés llevaba vida de príncipe. Sin em ­ orvenir. P e ro las liberaciones que vienen de
bargo, sale al encuentro de sus hermanos de con­ g ios, no sólo nos liberan d e las estructuras de
dición inferior. Comprobó sus penosos trabajos. opresión sino que al mismo tiem po despiertan en
No hizo c om o tantos privilegiados de la cultura nosotros la conciencia de nuestro propio pecado.
EXODO 2 7)
matarlo, pero Moisés huyó de la pre­ pues dijo: Soy forastero en tierra ex
sencia de Faraón y se fue a vivir al traña.
país de Madián. Allí se sentó junto a
un pozo.
La hora de Dios
Estadía de Moisés en Madián • j f Durante este larao período
murió el rey de Egipto. Él pueblo i t
• 16 Vinieron una niñas para sacar Israel sufría bajo la esclavitud. Grita­
agua, eran las siete hijas de un sa­ ban, y su grito subía desde los luga;
cerdote de Madián. C om o llenaran res de trabajo hasta Dios.
las piletas para dar de beber a las 24 O y ó D ios sus lam entos, y s(
ovejas de su padre, 17 llegaron unos acordó de su alianza con Abraham,
pastores y las echaron. Entonces Isaac y Jacob.
Moisés salió en su defensa, y dio de 25 Y miró Dios con bondad a los hi­
beber al rebaño. jos de Israel, y los atendió.
18 Al volver ellas donde su padre
Ragüel, éste les dijo: «¿Cóm o es que
hoy han venido tan pronto?» 19 Ellas La zarza ardiendo
contestaron: «ün egipcio nos ha de­
• 1Moisés cuidaba las ovejas d)
fendido de ios pastores y adem ás
nos sacó agua y dio de beber al re­ Jetró, su suegro, sacerdote ds
baño.» 20 Ragüel preguntó: «¿Y dónde M adián. üna vez llev ó las o v e ja !
está? ¿Por qué no han traído aquí a muy lejos en el desierto y llegó al ce*
ese hombre? Díganle que ven ga a rro de Horeb, esto es, el Cerro di
comer.» D io s .2 Entonces fue cuando el Anga!
2!- M o isés a c e p tó q u ed a rse con de Yavé se presentó a él, com o una
aquel hombre, quien le dio por espo­ llama ardiente en medio de una zari
sa a su hija S é fo ra .22 Y com o diera a za. Moisés estuvo observando: la zar­
luz un hijo, Moisés lo llamó Guersón, za ardía, pero no se consumía. 3 Y sa

• 16. Pastor en el desierto. Moisés vuelve a la E l A ngel de Yavé se presentó a él coi.


vida ruda, p ob re y libre que había sido la de una llama ardiente (2). El Angel de Yavé (á
Abraham. Y vive entre los madianitas que son bem os que es una m anera de decir el misrl
más o m enos descendientes del padre de los cre­ Y a v é D ios: v er A pariciones y ángeles, G L
yentes (Gén 25,2). Así, pues, Moisés recibe de 16,1) se presenta c om o el fuego que atrae lal
su suegro Ragüel, que será llamado también Je­ miradas, p ero quem a al que quisiera a c e rc a r á
tró (3,1), las tradiciones sobre Abraham y su fe Este monte era desde ya siglos un lugar sagj
en Dios. do. Moisés hace lo que se hacía al entrar en i _
Tem plo: se quitaban las sandalias para no llevSI
ante Dios el polvo de la existencia común y co­
• 2 3 Gritaban, y su grito subía hasta Dios. A rriente. Pues uno no se puede acercar a Dios sin
veces los hombres no tienen ánim o ni siquiera despojarse de sus preocupaciones y d e sus desJ
para esperar en Dios. Pero, aunque hayan olvi­ os terrenales.
dado sus promesas Dios no las olvida. Pero hay Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaj
com o demoras de Dios (2 Mac 6,12; Ha 1,2; Sir y el Dios de Jacob. El que llama a Moisés es
35,19; Sal 44; M e 4 ,26; Le 18,1; A p 6,11), y mismo que sus antepasados veneraban bajo
no lograrem os cualquier cosa en cualquier m o­ versos nombres.
mento, a pesar de que podemos apresurar la ho­ Yo estoy contigo. Cada vez que Dios llar.,
ra de Dios (He 1,7; 2 P e 3,12). • comienza por tranquilizar, pues de entrada se q
mos gue eso nos va a involucrar totalmente; J<
1,5: Jue 6,12; M t 28,20; Le 1,28.
• 3 .1 Dios ha esperado varios años antes de Ve, pues, yo te envío a Faraón. Esto no M
llamar a Moisés, el que ya es un hombre madu­ más que el punto de partida. Después de sacar*
ro. L o hace en un tiem po en que éste tiene en­ Israel de Egipto, Moisés le impondrá, casi a d
caminada su vida com o padre de familia y pastor fuerza, su destino, que es ser el prop io pueblo do
de ovejas. L o hace en e l desierto, donde aparen­ Dios.
tem ente Moisés se ha marginado de las desgra­ Dios habla de llevar a Israel a la tierra que mcr
cias de sus hermanos, perdiendo día tras día la na leche y miel, la tierra prometida a Abraharrl
esperanza de que pudiera servir a su pueblo. Así, N o fija plazos ni indica detalles, pero, por lo me
muchas veces, Dios nos espera en tal o cual de­ n o s , a n u n c ia un e v e n t o q u e p r o b a r á !■
sierto de nuestra vida. Son esos tiem pos, apa- autenticidad de la misión: algún día Israel, pobj
ren tem en te vacíos, en que Dios prepara a sus pero libre, llegará con Moisés hasta el monte Hj
servidores, con tal de que la generosidad perm a­ reb (o m onte Sinaí) para encontrar a Dios y
nezca intacta. bir sus palabras.
M EXODO 3

dijo: «Voy a dar una vuelta para mirar los jeveos y los jeb u seos.9 El clamor
rsta cosa tan extraordinaria: ¿ por de Tos hijos de Israel ha llegado hasta
i|iié la zarza no se consume?» mí y he visto cóm o los egipcios los
' Yavé vio que Moisés se acercaba oprimen.
pira mirar; Dios lo llamó de en me- 10 Ve, pues, yo te envío a Faraón
illo de la zarza: «¡Moisés, Moisés!», y ara que saques de Egipto a mi pue-
tí respondió: «Aqui estoy.» 5 Yavé le lo, los hijos de Israel.»
dijo: «N o te acerques más. Sácate tus
wndalias porque el lugar que pisas 11 Moisés dijo a Dios: «¿Quién soy
i s tierra sagrada.»6 Luego le dijo: «Yo yo para ir donde Faraón y sacar.de
Egipto a los israelitas?» 19 Dios res­
toy el Dios de tus padres, el Dios de
Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios pondió: «Yo estoy contigo, y ésta se­
ilc Jacob.» Al instante Moisés se tapó rá para ti la señal de que yo te he en­
v ia d o : C u a n d o h a y a s s a c a d o al
l.i cara, porque tuvo miedo de que su
pueblo de Egipto, ustedes vendrán a
mirada se fijara sobre Dios.
este cerro y m e darán culto aquí.»
' Yavé dijo: «He visto la humilla-
i lón de mi pueblo en Egipto, y he es- 13 Moisés contestó a Dios: «Si voy a
los hijos de Israel y les digo que el
i uchado sus gritos cuando lo maltra-
Dios de sus padres me envía a ellos,
inban sus mayordomos. Yo conozco
si me preguntan: ¿Cuál es su nom ­
ais sufrimientos, 8 y por esta razón
bre?, yo ¿qué les voy a responder?»
estoy bajando, para librarlo del poder
iki los egipcios y para hacerlo subir
ile aquí a un país grande y fértil, a • 1*4 Dios dijo a Moisés: «Yo soy:
una tierra que mana leche y miel, al YO-SOY.» «Así dirás al pueblo de Is­
territorio de ios cananeos, de los he- rael: YO-SOY me ha enviado a uste­
icos, de los amorreos, los fereceos, des.. 15 Y también les dirás: YAVE, el

11 NOMBRE DIVINO solamente el o jo del hombre, sino la m ente de


cualquier criatura, ya sea angélica o humana.
• 14. En m edio d e otros pueblos que cono- Todas las criaturas reciben ae Dios el existir,
. i,in a Dios a su manera y que buscaban a tientas pero él tiene en sí la fuente de su propia existen­
•'I sentido de su destino, Israel iba a ser el pueblo cia y n o debe nada a nadie. Dios es el Uno, y
ntie conoce al verdadero Dios y que por esto sa­ ninguno de los que tienen de él su existir, puede
lir d ón de reside la verd ad era sup eración del comparársele o sumarse al Unico.
Iininbre. La revelación del Dios único está libada Dios Es, y hace existir al que lo conoce. Esta
.i una misión liberadora, y allí está el carácter revelación es decisiva para toda la Biblia, y con­
propio de la revelación bíblica. Algunos años an- viene recordarlo cuando fácilmente los creyentes
ItiH, el faraón Akenatón había querido, a su m o­ dicen: Dios es Am or, Dios es Bondad; pues eso
lí q que se reconociera al Dios único, pero todo sería falso si no se afirmara primero: Dios es el
i"M> quedó com o un problema de culto y no m o­ que Es. Si Dios fuera solamente el T od op odero­
llifico la historia. El Dios de Moisés es el D ios so, solamente pensaríamos en agacharnos ante
milito y justo que quiere ser servido por hombres él. Si fuera sólo bondad, no com prenderíamos
lil nes y justos. por qué nos pon e a prueba. Si fuera solamente el
Yo soy: Y O -S O Y . H ay dos maneras de tradu- Bien, obligaríamos a todos a que hagan el bien,
■li estas palabras. L a prim era es la que indica­ sin respetar su libertad.
mos aquí: Dios es el que ES, el único que existe
«lu ninguna lim itación . Este sen tid o está de Pero no, dijo: Y o soy el que Es, Y o Soy. Dios
mwerdo con -el final del versículo 14 y al mismo es Persona que existe en forma sumamente acti­
|timpo otorga su sentido a «Yahvé». P ero tam- va y libre y nos llama a existir de verdad. P or eso.
íiión podría enten derse c o m o « Y o soy el que Dios creó un mundo en que pudiéramos actuar
«i iv", En este caso, Dios no se niega realmente a en form a responsable. D ios no nos im pone el
ilnrle a Moisés su identidad, ya que justamente le bien. M ejor si, a través de nuestras experiencias y
Va <> dar su nombre, sino que da a entender que de nuestros mismos errores, llegamos a descubrir
uní lie puede entrar en el secreto de su persona. dónde está el bien verdadero.
Yavé significa a la vez: El Es y El hace existir, Adorar a Dios no significa, com o creen algu­
bit relaciona c o n lo dicho p or D ios: Y o S oy. nos, estar postrados ante él, sino acercarnos a él
Este es el Dios que V ive y que V e (G én 16,13). cara a cara. El humilde se acerca sin falsos tem o­
( i lando quiere manifestar algo de su misterio, lo res y Dios lo levanta con su mano para que pue­
ñu'ceden el fuego fulgurante (Ez 1,4; Hab 3,4), da entrar en comunión con él. El que con oce a
lo tempestad y los truenos (Ex 19,16; 1 R 19,11; Dios de verdad se hace persona libre y que libera
hnl 18,9-17) y las olas del mar; animales fantásti- a las demás.
II is en los que se reúnen todas las fuerzas de la A l presentarse com o Persona, el U nico Dios
iirtluraleza (Ez 1). P ero ésas no son más que figu- había dicho lo más esencial. N o era posible preci­
ins que esconden, a manera de una nube (1 R sar más en esos com ienzos y dar a conocer el
M, 10) el misterio de Dios, infinitamente más pro- misterio de las Tres Personas Divinas que son el
imido, el que desafía y desafiará eternamente, no m ism o Dios: ésta sería la ob ra d e Jesús (Mt
EXODO 3 EXODO 4
Dios de sus padres, el Dios de Abra- 21 Yo m overé a los egipcios panitinno estaba tan sana com o el resto ya murieron los que querían tu muer­
hán, el Dios de Isaac y el Dios de Ja­ que traten bien a mi gente, y a! salli I; su cuerpo. 8 «Si no te creen — le te.»
cob, m e ha enviado. Este será mi no se irán con las m anos v a c ía i.! illjo Yavé— y no los convence el pri­ 19 Moisés, pues, volvió a casa de su
nom bre para siem pre, y con este 22 Cada mujer pida a su vecina o a I» mer prodigio, te creerán con el se- suegro Jetró y ¡e dijo: «Yo quisiera ir­
nombre me invocaran de generación persona que comparte su casa objt> iiundo.9Y si no creen todavía con los me donde mis hermanos, en Egipto,
en generación.» tos de plata y oro y también vestido# ilns prodigios y no te hacen caso, to­ para saber si están vivos todavía.» Je­
sus hijos e hijas se los pondrán, y a# ma agua del río y d errá m ala ; en tró le respondió: «Que te vaya bien.»
dejarán sin nada a los egipcios,» i uanto toque el suelo, el agua del río 20 Tom ó Moisés a su esposa y a sus
Moisés es enviado como liberador !t! convertirá en sangre.» hijos. Los hizo montar en un burro y
partió para Egipto, llevando en la m a­
16 Ve y reúne a los je fe s de Israel, Moisés
y recibe el don no el bastón divino.
les dirás: «Yavé, el Dios de sus pa ­ de los milagros Mirón, intérprete de Moisés 21 Yavé le dijo, asimismo: «Cuando
dres, se m e a p a re c ió ; el D ios de regreses a Egipto, harás delante de
Abrahán, de Isaac y de Jacob me ha ’ 'Moisés respondió a Yavé: «Mr • 10 Moisés dijo a Yavé; «Mira, S e­ Faraón todos los prodigios para los
dicho: Ahora voy a pedir cuentas por m e van a creer, ni querrán e# fli ir, que yo nunca he tenido facilidad cuales te he dado poder. Pero yo ha­
todo lo que a ustedes les está pasan­ cu charm e, sino que dirán: ¡Cómo jutra hablar, y no m e ha ido m ejor ré que se ponga porfiado y no dejará
do en Egipto. 17 He decidido sacarlos que se te ha aparecido Yavé!» desdé que hablas a tu servidor: mi partir a mi pueblo. 22 Tú entonces le
de esta opresión en Egipto y trasla­ 2 Entonces Y a v é le dijo: «¿Qué aboca y mi lengua no me obedecen.» dirás: Esto dice Yavé: Israel es mi hi­
darlos a una tierra que mana leche y lo que tienes en la mano?» «On bas- " Le respondió Yavé: «¿Quién ha jo p rim ogén ito. 23 Ya te dije: Deja
miel, al país de los cananeos, de los tón», le respondió él. 3 Dijo Yavé: «TI ludo la boca al hombre? ¿Quién hace partir a mi hijo, para que m e rinda
heteos, de los am orreos, los fere- ralo al suelo.» Lo tiró al suelo, y st que uno hable y otro no? 12 ¿Quién culto. Pero tú no lo has dejado que
ceos, los jeveos y los jebuseos. convirtió en una serpiente: Moisél luce que uno vea y que el otro sea salga, y yo voy a quitar la vida a tu
18 Los jefes de Israel te harán caso dio un salto atrás.4 Yavé entonces le riego o sordo? ¿N o soy yo, Y avé? hijo primogénito.»
y, con ellos te presentarás al rey de dijo: «¡Tómala por la cola con tu ma Anda ya, que yo estaré en tu boca 24 Cuando Moisés iba de camino,
Egipto. Tú le dirás: El Dios de los he­ no!» Moisés la agarró, y volvió a sa V te enseñaré lo que has de hablar.» el Angel de Yavé se le presentó en el
breos, Yavé, nos salió al encuentro: un bastón en su mano. 5 «Con esto 14 Pero él insistió: «Por favor, Señor,
lugar donde pasaba la noche, con in­
deja que caminemos tres días por el — le dijo Yavé— podrán creer que se ¿por qué no mandas a otro?» Esta tención de quitarle la vida. 25 Tom ó
desierto, para ofrecer sacrificios a te ha aparecido el Dios de sus pa voz Yavé se enojó con Moisés y le di- entonces Sófora un cuchillo de pie­
Yavé, nuestro Dios. dres, el Dios de Abrahán, el Dios de |0: «¿No tienes a tu hermano Aarón, dra y, cortando el prepucio de su hi­
19Yo ya sé que el rey de los egipcios Isaac y de Jacob.» 1 1 levita? Bien sé yo que a él no le jo, tocó con él los pies de Moisés.
no los dejará ir, si no es obligado por 6 Otra vez Y avé le dijo: «Mete la I,litan ¡as palabras. 15 Y precisamente Luego dijo: «Tú eres para mi un es­
la fuerza. 90 Por esto yo extenderé mi mano en tu pecho.» Lo hizo, y la sacó ha salido de viaje en busca tuya y, al poso de sangre.»
mano y azotaré a Egipto con toda cla­ cubierta de lepra, blanca co m o la verte, se alegrará mucho. Tú le ha­ 26 El Angel lo dejó. Ella había dicho
se de males extraordinarios, de mane­ nieve. 7 «Vuelve a meter tu mano en blarás y se lo enseñarás de memoria, estas palabras, «esposo de sangre», a
ra que él m ism o los echará fuera. el pecho.» Lo hizo y, al sacarla, su " y yo les enseñaré todo lo que han causa de la circuncisión.
de hacer, pu es esta ré en tu b o ca
t uando tú le hables, y en la suya Moisés y Aarón son aceptados
28,19; Jn 1,18-19). Por eso, durante siglos, los mismos deben enfrentar y solucionar los probl» ruando él lo transmita. 17 Aarón ha­ por los israelitas
israelitas se quedarían con la figura de un Dios mas reales, materiales o educativos y políticos do
Soberano que los conducía con autoridad. la vida común a partir de una visión más lúcida blará por ti igual que un profeta ha­
¿Yavé o Jehovah? Unos cuatro siglos antes de d e la realidad, tal c o m o Dios la ve, y con un bla por su Dios, y tú, con este bastón 27 Mientras tanto, Yavé había dicho
Jesús, los israelitas d ejaro n de pronunciar el am or más auténtico, lo cual es espiritual. La sai rn la mano, harás milagros.» a Aarón: «Sal al encuentro de Moisés,
nombre de Y avé por respeto. Entonces cambia­ vación es una sola.
ron en la Biblia la escritura Y avé por Yehovah, Eje decidido sacarlos de esta opresión ¡17)
en el desierto.» Así que partió Aarón,
palabra que no tenía sentido y que tam poco se El Dios que Es se preocupa p or los que toda; a lo encontró en el Monte de Dios y lo
pronunciaba, pero al verla el lector sabía que no no existen de verdad. D ios salva a los hombr Moisés vuelve a Egipto besó. 28 Moisés contó a Aarón todas
debía decir Y avé, sino Edonah, o sea, Señor. La c o m o d ecíam os, p e ro es necesario que hai
palabra Yahveh guardaba las consonantes escri­ hombres y no sólo brazos o bocas que alimei las palabras que Yavé le había dirigi­
tas: Y , H , V , H, y las vocales eran las dé EdO- tar. La salvación de Dios se llevará pues a cali • 18 Yavé dijo a Moisés, en el país do y los prodigios que le había ense­
nAh. en el tiem po y a través de la historia de un pul
Yavé nos salió al encuentro (18). S e habla so­ b o q u e lucha p o r su existencia. Y el misirfl
de Madián: «Regresa a Egipto, pues ñado. 29 Moisés y Aarón, pues, partie-
lamente de hacer una peregrinación, pero lo que M oisés se salvará —-o se realizará a sí mismo-’
se busca es salir del país. T od o esto sucedió en mientras se consagre a sus actividades maten!
un tiem po en que no había problema social o po- les y espirituales al servicio de sus hermano! pasó a ser con el tiem po su hermano sanguíneo.
• 10. ¿Moisés busca aún pretextos? ¿Tem e no
lítico que no se expresara en términos de religión El comparte la autoridad de Moisés e interpreta
(Ex 17,16; Núm 25,16). linseer las cualidades humanas indispensables para
un jefe? Dios que llama dará los medios necesarios. sus palabras: todo esto apunta en realidad a los
P ero ahora varios preguntan: la Biblia, ¿nos • 4 .1 Muchas veces Moisés rio daré cuenta sacerdotes de Israel y consolida su autoridad.
habla de liberación en el sentido humano, políti­
Tu hermano Aarón hablará por ti. Para en­
de su actuación, sino que se valdrá de la mism tender m ejor el papel atribuido a Aarón en estos
co, o bien nos propone una liberación espiritual? autoridad de Dios, y p or eso recibe e! poder □ • 18. En un episodio oscuro, Moisés aparece
acontecimientos, record em os que en tiem pos
En realidad, esta oposición es artificial. La misma hacer milagros que lo acrediten. enfermo de gravedad: su esposa entiende que
posteriores los sacerdotes judíos serían llamados
experiencia nos enseña que, para salvar al próji­ Este párrafo está adaptado al mundo en que vi­ es por no haber sido circuncidado. Entonces,
-descendientes de Aarón». P or esta razón Aarón,
mo, no basta la ayuda material ni los cambios po­ vió Moisés. Encontramos aquí el tipo de portenr sin duda hermano de Moisés en un sentido muy según las ideas de ese tiempo, circuncida a su
líticos, y tam poco las oraciones. Y para eso ellos tos que se atribuían a los brujos egipcios. 3 hijo por él.
vago, al igual que «Miriam hermana d e Aarón»,
EXODO 4 76
ron juntos a Egipto, donde reunieron m os que sacrificar a nuestro D io »
a toaos los jefes de los hijos de Israel, 9 Denles más trabajo y que no fio!
30 Aarón les com unicó todo lo que jeen, y ya no se prestarán para esta!
Yavé había dicho a su hermano Moi­ tonterías.»
sés; y éste hizo los prodigios delante
de todo el pueblo. 31 El pueblo creyó;
comprendieron que Yavé habia visto Primeras dificultades
sus humillaciones y venía a visitar a
10 Los capataces, pues, junto c
los hijos de Israel. Postrados en tie­
rra, adoraron. sus secretarios israelitas, empezarol
a apurar al pueblo: «Así dice Faraón;
No les daremos más paja. 11 Vayan
Moisés habla a Faraón ustedes mismos a buscarla donde I
encuentren. Pero la producción ten«
* 1Después de eso Moisés y A a ­ drá que ser la misma de antes.»
rón fueron a decir a Faraón: 12 El pueblo recorría todo el país
«Así dice Yavé, el Dios de Israel: Deja E gipto en busca de paja para ma-
que mi pueblo salga al desierto para chacar. 13 Tenían encima a sus capa­
celebrar mi fiesta.» taces que les decían: «Cumplan su
2 Respondió Faraón: «¿Quién es Ya­tarea, la misma cantidad diaria que
vé para que yo le haga caso y deje cuando se Ies daba paja.» 14 Los se'
salir a Israel? N o conozco a Yavé y no cretarios israelitas que se habían cO'
dejaré salir a Israel.» 3 Ellos dijeron: locad o al frente del pueblo fueron
«El Dios de los hebreos nos ha salido castigados, pues se les dijo: «¿Poi
al encuentro. Permite que vayamos al qué ni ayer ni hoy han respetado las
desierto a tres días de camino. Allá normas sobre la cantidad de ladri­
ofreceremos sacrificios a Yavé, nues­ llos? Debía ser la misma de antes.i
tro Dios, no sea que nos castigue con 15 Los secretarios israelitas fuero
peste o espada.» a q u ejarse a F araón y le dijeron:
* El rey de Egipto les dijo: «Uste­ «¿Por qué tratas así a tus siervos?
des, Moisés y Aaron, ¿por qué ponen ,irN o nos dan paja y nos piden ladri­
trabas a los que trabajan? Vuelvan a llos. Los tuyos no tienen por qué azo­
sus tareas.» 5 Faraón añadió: «Este tarnos.» 17 El respondió: «¡F lojos y
pueblo ahora es más numeroso que más que flojos! Por esa razón m e pi­
la gente del país y ¿ustedes quieren den ir a sacrificar a Yavé. 18 Vuelvan
que interrumpa sus trabajos?» a sus trabajos. No se les dará paja, y
6 Aquel mism o día Faraón dio latendrán que entregar la cantidad de
siguiente orden a los capataces del ladrillos.»
pueblo y a sus secretarios israelitas: ” Los secretarios israelitas, pues,
«Ya no darán paja al pueblo para tuvieron que enfrentarse con el pue­
hacer ladrillos, com o lo hacían antes. blo y decirle: No se les quitará nada
Que vayan ellos mismos a recoger la de la cantidad diaria. 20 Al salir de la
paja. 8 Pero les exigirán la m ism a casa de Faraón se encontraron con
cantidad de ladrillos que hacían an­ Moisés y Aarón, que los esperaban,
tes, sin disminuir ni uno solo. Son y les dijeron: «Que Yavé examine y
unos flojos, y por eso vienen aquí juzgue. Por culpa de ustedes Faraón
con sus gritos: ¡Déjanos salir! ¡Teñe- y sus c a p a ta c e s nos han tom ado

• 5 .1 La palabra de Dios no se escucha tan no apoyan a los líderes que trabajan por su bien J
fácilmente en los ministerios de la capital com o C om o ya lo notamos en 2,11, las fuerzas que se
en el desierto. La respuesta y las decisiones de oponen a nuestra liberación no conocen la fron­
raraon parecen ser el m odelo al que se refieren tera entre opresores y oprimidos. Nótense de pa­
muchos gerentes y administradores. Moisés y A a ­ so los apuros d e esos secretarios israelitas que
ron reciben una negativa y luego conocen la des­ mandaban al pueblo en nombre de las autorida-1
confianza de sus compañeros. des egipcias.
A lo largo de la historia encontramos la misma A Dios no le faltan los medios para llevar ade*
oposición de los que no quieren m overse para li­ Jante ^su obra libertadora, pero es necesario que
berarse, n o confían en el éxito o no hacen caso y Moisés, y otros con él, tengan fe y p e r s e v e r e n «
EXODO 7

tullo. (Jstedes han puesto la espada A n tep asad os de M oisés y Aarón


- n sus manos para matarnos.» 14Estos son losjefes de Icis tribus:
Se volvió entonces Moisés hacia Hijos de Rubén, prim ogénito de Israel:
Vavé y dijo: «Señor m ío, ¿por qué Janoc y Falu, Jesrón y Carmi. Estas son las
maltratas a tu pueblo?, ¿por qué me familias descendientes de Rubén.
15Hijos de Simeón: Jamuel, Jasmín, Ahod
ims enviado? ¿3 Pues desde que fui y Jaquen, Sojar y Saúl, hijo de una cana-
tlonde Faraón y le hablé en tu nom- nea. Estas son las familias de Simeón.
iiio, está maltratando a tu pueblo, y 16 Estos son los hijos de Leví: Guersón,
lu no haces nada para librarlo.» Quehat y Merari. Leví vivió ciento treinta y
siete años.
i /' | 1Yavé respondió a Moisés: «Aho- 17 Hijos de Guersón: Lobni y Semeí con
sus descendientes.
! ' , l ra verás lo que voy a hacer con 18Hijos de Quehat: Amram y Jishar, He-
I nraón. Yo seré más fuerte que él, y no brón y Oziel. Quehat vivió ciento treinta y
mío los dejará partir, sino que él mis­ tres anos.
mo los echará de su tierra.» 19Hijos de Merari: Majli y M u sí . Estos son
los descendientes de Leví según sus fami­
•Uro relato del llamado de Moisés lias.
20 Amram se casó con su tía Jocabed, la
• ' Dios habló a Moisés, le dijo: «¡Yo soy cual le dio dos hijos: Aarón y Moisés. Am ­
topé/ -! Me di a conocer a Abrahán, a Isaac ram vivió ciento treinta y siete años.
ii n Jacob como Dios de las Alturas, pues 21 Los hijos de Jishar fueron: Coré, Nefeg
lio quise revelarles este nombre mío: Yavé. y Z icrí.22Los de Oziel: Misael, Elisafán y Si-
Tnmbién pacté mi alianza con ellos para tri. . . .
.|,iríes la tierra de Canaán, la tierra en don- 23 Aarón se casó con Elisabet, hija de
je estuvieron como peregrinos.5 Ahora me Aminadab, hermana de Hajasón, de la que
ti iic.rdo de mi alianza a l oír los gemidos de tuvo cuatro hijos: Hadab, Abihú, Eleazar e
luí» lujos de Israel oprimidos por los egip- Itamar.
■los. * Por lo tanto, diles de mi parte: Yo soy 24 Los hijos de Coré: Aser, Elcana y Abia-
Vrtiié, que quitaré de sus espaldas los duros sat. Estas son las familias de los coreítas.
u.ihajos de Egipto y los liberaré de la escla­ 25Eleazar, hijo de Aarón, se casó con una
vitud. Yo les devolveré la libertad con gol­ de las hijas de F'utiel, con quien tuvo un hi­
ees tremendos de mi mano y con interven- jo : Finjas. Estos son los jefes de las familias
>Iones manifiestas. levitas, según sus familias.
' A ustedes los tomaré para pueblo mío, 26 Estos son Aarón y Moisés, a los que se
H seré Dios para ustedes. Y, en adelante, dirigió Yavé para sacar a los hijos de Israel
■miocerán que uo soy Yavé, Dios de uste- de E gipto, ordenados com o un ejército.
i|i\s, que quité de sus espaldas el yugo de 27 Estos son los que hablaron a Faraón,
I fjlpto.8 Yo los introduciré en la tierra que rey de Egipto, para sacar de Egipto a los hi­
'mi juramento prometí darles a Abrahán, a jos de Israel.
(Mac y a Jacob; y se la daré como heren- Estos son Moisés y Aarón.
•i.i. pues uo soy Yavé.« 28 El día que Yavé habló a Moisés en el
" Así habló Moisés a los hijos de Israel, pe­ país de E gipto,29 le dijo: «Yo soy Yavé; dile
umo le hicieron caso, porque estaban desa­ a Faraón todas las cosas que yo te mande.»
nimados u agobiados por sus duras labores. 30 A lo cual respondió Moisés: «¿Cómo me
1,1 Yavé habló a Moisés: «Ve a hablar a Fa-escuchará Faraón, siendo yo tan malo para
1mu, rey de Egipto, " u dile que deje salir hablar?»
■Ir su país a los hijos de Israel.«12Pero Moi-
m‘.s contestó: «Si los hijos de Israel no me Anuncio de las plagas
liaren caso, ¿cómo me escuchará Faraón?
v eso que me cuesta expresarme.»13Eso no [ 7 1 1 Yavé dijo a Moisés: «Mira lo que ha-
nhstante, Yavé habló con Moisés y Aarón y \JJ go: vas a ser com o un dios para Fa­
Jos mandó donde los hijos de Israel, y tam­ raón, y Aarón, tu hermano, será tu profeta.
ban donde Faraón, para sacar a su pueblo 2 Tú le dirás todo lo que yo te mande y Aa­
<leí país de Egipto. rón, tu hermano, hablará a Faraón para

• 6 .2 Dijim os al com ienzo de este libro que gelio. Este párrafo, escrito por los sacerdotes
it1 juntaron varios relatos de los mism os aconte- atribuye a M oisés una vid a d e c ie n to v ein te
Omientos. Aquí em pieza un relato más tardío y años, es decir, de tres generaciones* cifra per­
iii.is resumido del llamado de Moisés. N ótese el fecta:
iU e o de recordar (o de construir) una lista de — Cuarenta años al salir de Egipto.
■iik antepasados: esta preocupación se notará a — Ochenta años al encontrar a Dios.
lu largo d e la historia bíblica, y hasta en el Evan­ — Ciento veinte años al morir.
EXODO 7
que deje salir de su país a los hijos de Is­ dado decirte que dejes salir a su puf
rael. 3 Sin embargo, haré que se mantenga blo, para que le rinda culto en el de
en su negativa y, por más que yo multipli­
sierto. Pero hasta ahora no has escu*
que mis prodigios y milagros a costa de
Egipto,4el no te hara caso. Yo, entonces, sa­ chado. 17 Ahora, pues, Yavé dice: En
caré a m i pueblo del país de Egipto, a fuerza esto conocerás que yo soy Yavé: voy
de golpes y de grandes intervenciones.5Así a golpear el Nilo con mi bastón y lai
entenderán los egipcios que uo soy Yavé, a gu a s se c o n v e rtirá n en sangre,
cuando vean los golpes que les daré para 18 Los peces morirán, el río apestar!
sacar de su país alos hijos de Israel.»
y los egipcios tendrán asco de bebí
6 Moisés y Aarón hicieron tal cual Yavé
les había mandado. 7 Moisés tenía ochenta sus aguas.»
años y Aarón ochenta y tres cuando habla­ *
ron con Faraón. 19 Yavé dijo a Moisés: «Di a Aarón: toma I
8 Yavé advirtió a Moisés y a Aarón: «Sibastón y extiende tu mano sobre las agu<
Faraón les pide algún signo o m ilagro,9 tú de los egipcios, sobre su río, sus canales, sj
dirás a Aarón que tome su bastón y lo lan­ estanques, y sobre todos sus depósitos i
ce delante de Faraón, y se cambiara en ser­ aguas, y éstas se convertirán en sangre. ™
piente.» brá sangre en toda la tierra de Egipto, hasU
10 Se presentaron Moisés u Aarón a Fa­ en las vasijas, tanto de madera como de pie
raón, hicieron lo que Yavé Ies había orde­ dra .»20 Moisés u Aarón hicieron lo que Yavt
nado, y, al echar el bastón delante de Fa­ les había mandado.
raón y de sus ministros, éste se convirtió en
serpiente. " Faraón entonces llamó a sus Aarón levantó su bastón y golpeó
sabios y brujos, los cuales hicieron algo se­ las aguas en presencia de Faraón
mejante con sus fórmulas secretas; arro­ de su gente, y todas las aguas del MI
jando todos ellos sus bastones, también se lo se convirtieron en sanare. 21 Lo»
convirtieron en serpientes; pero el bastón
de Aarón devoró a los de ellos. 13 Eso no peces del río murieron y el río quedh
obstante, Faraón se puso más duro u no es­ contaminado, de tal manera que lo»
cuchó a Moisés y a Aarón, com o Yavé le egipcios no pudieron beber más agua
había predicho. del Nilo.

Y hubo sangre en todo el país de Egipto,


Las plagas de Egipto 22 Los brujos egipcios hicieron cosas semt
jantes con sus fórmulas secretas y Faraí
• 14 Y avé dijo a Moisés: «Faraón se puso más porftado todavía. Como Val
porfía en negarse a que salga el pue­ lo había dicho, se negó a escuchar a Mi
blo. 15Ve a encontrarlo en la mañana, sés y Aarón.
a la hora en que vaya a bañarse. Lo
esperarás a la orilla del río, llevando 23 Faraón volvió a su casa como
en tu mano el bastón que se convirtió no hubiera ocurrido nada importanti
en serpiente. 16 Le dirás esto: «Yavé, 24 Pero, mientras tanto, los egipcio»
el Dios de los hebreos, m e ha man­ tuvieron que cavar pozos en los alrt

• 7 .1 4 Aquí vienen las plagas de Egipto. Los En cuanto a lo primero, sabemos que estos *
párrafos que proceden del relato más antiguo na­ latos fueron narrados y ampliados durante siglo»
rran 7 plagas. El otro relato, el eloísta, trae 9. El p or los israelitas. Quieren decir que p or medio <]•
tercer relato añade lo de las úlceras. desgracias naturales propias de Egipto: lanaosli.
Los escritores bíblicos sabían que el poder del «N ilo rojo», ranas, Dios manifestaba su voluntad
mal obra también milagros para oscurecer las ,in­ al Faraón.
terven ciones d e D ios. N óten se estos detalles: En cuanto al segundo, v er el com entario di
7 ,1 1 -1 2 ; 8 ,3 ; 8 ,1 4 -1 5 ; 9 ,1 1 . T am b ién en el L e 1 3 ,1 . D ios nos ad vierte m ed ian te signo»
c. 1 0 se describen las reacciones d e la gente que Los mism os dirigentes d e una nación, si pudlu
reconoce los signos de Dios, sin por eso llegar a ran abrir los ojos sobre los males que aquejan I
la conversión verdadera. su país, verían que las injusticias se pagan caro
A l leer las plagas o desventuras d e Egipto, el En cuanto a la tercera pregunta, no olvidemóf
lector m oderno se preguntará tres cosas: que los autores sagrados tenían la mentalidad M
¿Existieron realmente esos milagros estupen­ su ambiente. N o se preocupaban por saber si lo»
dos para dañar a los egipcios? egipcios o si el mismo Faraón habían cometido
Si se trata d e fenóm enos naturales, ¿debemos un pecado al oponerse a Moisés. Solamente velan
ensar que cualquier desgracia es un castigo de qué se oponía al designio de Dios y debía ser van
B 'ios?
El cam pesino o ciudadano egip cio, ¿era res­
cido: es lo que expresaban con la palabra castiga
do. N o se preguntaban sobre la suerte del campa
ponsable de la política del Faraón y merecía ser sino egipcio, ra ra ellos, Egipto representaba al
castigado? P o d e r injusto, y Faraón, el E nem igo d e Dio»
EXODO 9

•Mores del río en busca de agua po- 14 Los brujos de Egipto intervinieron tam­
Iflhle, porque no podían beber del río. bién esta vez, y trataron de echar fuera a
los mosquitos por medio de sus fórmulas
secretas, pero no lo pudieron, de manera
•«gunda p la g a : ran as que los mosquitos siguieron persiguiendo a
1 Cuando ya habían transcurrido sietehombres y animales. 15 Entonces los brujos
dijeron a Faraón: «Aquí está el dedo de
I m s después de que Yavé golpeó el río,
Dios.» Pero Faraón se puso más porfiado y
* Yavé dijo a Moisés: «Preséntate a Faraón
no quiso hacerles caso, tal como Yavé lo
> <lile de parte de Yavé: Deja salir a mi
había dicho anteriormente.
mieblo para que me rinda culto. 27 Si te
Mingas a dejarlos salir, castigaré a tu país
Mii plaga de ranas. 28 El río pululará de ra- Cuarta plaga: los tábanos
ilrtH, que subirán y penetraran en tu casa,
•ii tu dormitorio, en tu cama, en la casa de ,6 De nuevo Yavé dijo a Moisés: «Leván­
tilN servidores y de tu pueblo, en tus hor- tate temprano, preséntate a Faraón cuando
llim y en tus provisiones. 29 Las ranas subi- vaya al río, y due: Esto dice Yavé: Deja sa­
fán contra ti, contra tu pueblo y contra to­ lir a mi pueblo para que me ofrezca sacrifi­
do# tus servidores.» cios. 17 Si tú no lo envías, enviaré yo tába­
nos contra ti, tus servidores y tu pueblo; e
N 'Yavé dijo a Moisés: «Dile a Aarón que invadirán las habitaciones de los egipcios y
extienda el bastón que tiene en su todos los lugares donde viven. 18 Pondré a
innno hacia los ríos, los esteros y las lagu- salvo, sin embargo, la región de Gósén,
i.n de Egipto, para que salgan ranas por porque mi pueblo vive en ella; allí no habrá
Indo el país de Egipto. » 2 A silo hizo Aarón, tábanos, a fin de que entiendas que yo, Ya­
, wjlieron tantas ranas que cubrieron todo vé, estoy en aquella tierra. 19 Yo haré dis­
k\país de Egipto. 3 Los brujos de Egipto hi- tinción entre mi pueblo y el tuyo, y esto
l iiTon lo mismo, y también hicieron salir sucederá mañana.»
Minas por todo Egipto. 20 Y así lo hizo Yavé. Densas nubes de tá­
' Entonces llam ó Faraón a M oisés y a banos invadieron la casa de Faraón y las
Afilón y les dijo: «Pidan a Yavé que aleje de de toda su gente en toda la tierra de Egip­
ni y de mi país estas ranas, y y o dejaré to. El país quedó infestado de ellos.
•liu1 su pueblo salga para ofrecer sacrificios 21 Entonces Faraón mandó llamar a Moi­
4 Yavé.» 5 M oisés le contestó: «Indícam e, sés y a Aarón para decirles: «Vayan a ofre­
ni ir favor, cuándo tendré que rogar por ti, cer sacrificios a Yavé, pero háganlo en este
¡•mi tus servidores y tu pueblo, para que se país.» 22 Moisés le contestó: «Esto no se
ülnjen las ranas y que solamente haya en el puede, porque los egipcios no toleran es­
Hilo.» 6 Faraón respondió: «Mañana.» «Bien tos sacrificios que ofrecemos a Yavé, nues­
•lijo Moisés— , lo haré co m o tú pides, pa­ tro Dios. Si le sacrificamos estos animales
ñi i|ue sepas que no hay nadie com o Yavé, delante de ellos, nos tirarán piedras. 23 Así
nuestro Dios. 7 Se alejarán las ranas de ti, que caminaremos tres días por el desierto
tus casas, de tu gente y de tu pueblo, y y, allí, ofreceremos el sacrificio a nuestro
•m|o quedarán en el río.» 8 Dicho esto, se Dios, de la manera que él nos ordene.»
iiM'ron M oisés y Aarón. Moisés llamó a Y a ­ 24 Faraón respondió: «Yo los dejaré ir a
vé por el asunto de las ranas, ya que se ha- ofrecer sacrificios a su Dios en el desierto
lilfl com prom etido con Faraón, 9 y Y a v é con la condición de que no vayan muy le­
•ntnplió la prom esa de M oisés: todas las jos. Pero ustedes rueguen por mí.» 25 Morí
tonas salieron de las casas, d e las granjas y sés le dijo: «En cuanto salga, rogaré a Yavé
tí* los cam pos, y murieron. 10 Las juntaron por ti y, mañana, los tábanos se alejarán
•n inmensos m ontones, quedando el país de ti, de tus servidores y de tu pueblo, pero
•ipcstado de mal olor. " Faraón, sin embar- no nos vayas a engañar después y te nie­
00 , al ver que se le daba alivio, se puso gues a que salgamos al desierto.» 28 Ape­
m m s porfiado; no quiso escuchar a Moisés y nas salió Moisés de la casa de Faraón, ro­
n Aarón, tal c o m o Y a v é les había dicho. gó a Yavé, 27 y Yavé cumplió la promesa
de Moisés: liberó de los tábanos a Faraón,
a sus servidores y su pueblo, sin que que­
Inrcera plaga: los mosquitos dara uno solo. 28 Pero Faraón se puso por­
fiado una vez más y se negó a que Israel
11 Nuevamente habló Yavé a Moisés: «Di
•i Aurón que golpee con su bastón el polvo saliera de su país.
lie la tierra, y saldrán mosquitos por todo
p| país.» 13 Así lo hizo Aarón; golpeó el pol- Quinta plaga: la peste
V0 de la tierra, que se volvió mosquitos,
l'risiguiendo a hombres y animales. Todo 'Yavé dijo a Moisés: «Anda donde Fa­
l polvo de la tierra se volvió mosquitos raón y aile: Esto dice Yavé, el Dios de
por todo el país de Egipto. los hebreos: Deja salir a mi pueblo para
EXODO 9
que m e rinda cu lto .2 Si te niegas otra vez y desde el día en que fue fundado hasta hoy
te pones duro con ellos, 3 volveré mi mano
Desde ahora, pues, manda recoger (i-
contra los animales de tus cam pos, de m a ­
ganado y todo lo que tengas en el campo
nera que habrá una m ortandad trem enda porque el granizo caerá sobre todos lo*
de los caballos, de los burros, de los cam e-
hombres y animales que se hallen fuera, y
llos, de las vacas y ovejas. 4 Tam bién haré
distinción entre el ganaao d e los egipcios y CU2onAOS P'^e a' descubierto perecerán,-
Aquellos servidores de Faraón qur
el de mi pueblo, de manera que no se per­ creyeron en la palabra de Yavé pusieron
derá nada de lo que pertenece a los hijos bajo techo a su gente y su ganado, 21 pero
d e Israel.»
aquellos que no hicieron caso a la palabri
5Yavé fijó el plazo, dijo: «Esto lo hará Yavé
de Yavé los dejaron en el campo. *
mañana por todo el país.»6 Y Yavé lo hizo al
2 Yavé, pues, dijo a Moisés: «Extiende
día siguiente: murieron todos los animales mano hacia el cielo, para que caiga el gi
pertenecientes a los egipcios, mientras que nizo en toda la tierra de Egipto soore hoj
no murió ni uno siquiera de los que pertene­
bres, ganados y sembrados.» 23 Así lo hi
cían a los israelitas. 7 Faraón se informó al
Moisés. Extendió su bastón hacia el cielo,
respecto: ¡ninguno había muerto de los que
Yave mandó truenos y granizos, e hizo cal
pertenecían a Israel! Pero siguió en su c e ­
fuego sobre la tierra. Yavé hizo llover gran
guera y no dejó salir al pueblo.
zos sobre el país de Egipto. 24 Caía el gram
zo y, junto a él, caía fuego; cayó tan fuertt
comp jamas se había visto desde que sí
S exta plaga: las úlceras tundo aquel país.
8 Entonces Yavé dijo a Moisés y a Aarón: 25 El granizo dañó todo cuanto había en
«lo m e n unos puñados de cenizas, que campo, en todo el país de Egipto, desde Ifl
Moisés tirará hacia el cielo en presencia de hombres hasta los animales; el grani?
Faraón. El polvo se esparcirá por todo el te­ echó a perder todas las verduras del carne
rritorio de Egipto, provocando úlceras u tu­ y aun quebró todos los árboles del camf
mores en hombres u animales por todo el P e r o n o h u b o g r a n iz a d a en la tierra
país de Egipto.» 10 Tomaron, pues, cenizas G o s e n d o n d e ha bitab an lo s israelitas.
de un horno, se presentaron a Faraón, u Por fin, Faraón mandó llamar a Moisé»
Moisés las lanzó hacia el cielo. Luego apa­ Y a Aarón y les dijo: «¡Ahora sí que tenqo ||
recieron úlceras y tumores infecciosos en culpa! Yavé es el justo; yo y mi pueblo so
hombres y animales. mos los culpables. 28 Pidan a Yavé que ce
" Esta vez los brujos no pudieron presen­ sen esos truenos tremendos y esa graniza­
tarse delante de Faraón, pues tenían úlce­ da, y ya no los detendré sino que lo»
ras, como todos los demás egipcios. 12 Pero dejare que se vayan.» 29 Moisés le respon*
Yavé mantuvo a Faraón en su cequera, u d|0: «En cuanto salga de tu presencia ex-
este no quiso escuchar a Moisés q a Aarón tendere mis manos hacia Yavé, y cesarán
tal como él lo había advertido. los truenos y no caerá más granizo; con
eso comprenderás que Yavé es dueño de
la tierra. 30 Pero yo sé que ni tú ni tus mí
Séptima plaga: el granizo n,f f ros querrán todavía obedecer a Dios.*
El lino y la cebada se perdieron: la ce­
13 De nuevo Yavé dijo a Moisés: «Levánta­bada estaba espigada y el lino granaba;
te tem prano, preséntate a Faraón y dile: pero el trigo y la escanda no fueron des
Esto dice Yave, Dios de los hebreos: Deja truidos, por ser tardíos.
salir a mi pueblo para que m e rinda culto.
33 En cuanto Moisés entró en la ciudad,
Porque esta vez enviaré todas mis plaqas volviendo de la casa de Faraón, alzó sus
sobre ti, tus servidores y tu pueblo, para brazos hacia Yavé; y cesaron los truenos ¡I
que entiendas de una vez que no hay nadie
com o y o en toda la tierra. e gr^ nizo y no caY ° mas ,,uvia sobre la tif
fra- Pero, al ver Faraón que habían cesad
15 Yo podría haber vuelto mi m ano contra
la lluvia y el granizo, volvió a pecar, 35 puk
ti y tu pueblo, y habrían perdido la vida
siguió negándose a que salieran los hijos de
con sem eja n te peste. 16 Pero no, preferí Israel, tal como Yavé lo había dicho. 1
mantenerte de pie, para que veas mi fuerza
v para que se celebre mi Mombre por toda
la tierra. ¿Y todavía te opones a que sal­ Octava plaga: las langostas
ga mi pueblo? 18 Pues bien, mañana a esta
misma hora, haré llover una granizada tan [10| * ' Yavé diJ° a Moisés: «Ve donde Fa
— raon, porque he endurecido su cora­
fuerte co m o no ha habido otra en Egipto
zón y el de sus ministros con el fin de real!-

• 10.1 H e e n d u r e c id o su c o r a z ó n . Aquí
guardamos un modismo hebraico que debería en­ aera.» Pero para los hebreos el corazón es el lu­
tenderse como.- «Dejé que su corazón se endure- gar donde se decide, como para nosotros lo es la
cabeza, Esto, pues, no quiere decir que Dios vofl
III EXODO 11
mi mis prodigios en medio de ellos. 2 Así fueron devorados; no quedó nada verde en
podrás contar a tus hijos y a tus nietos todo Egipto, ni de los arboles, ni de la hier­
*uántas veces he destrozado a los egipcios ba del campo.
y cuántos prodigios he obrado contra ellos; 16 Inmediatamente Faraón llamó a Moisés
«sí conocerán ustedes que yo soy Yavé.» y a Aarón. Les dijo: «He pecado contra Ya­
' Moisés y Aarón fueron al palacio de vé, el Dios de ustedes, y contra ustedes.
I nraón, al que le dijeron: «Esto dice Yavé, 17 Ahora perdónenme mi pecado esta última
l)los de los hebreos: ¿Hasta cuándo te ne- vez, e intercedan por mí ante Dios para que
Brás a humillarte ante mí? Deja que mi aparte de nosotros esta plaga.»
pueblo salga para ofrecerme sacrificios. 18 En vista de esto, apenas salió Moisés
I .n caso contrario, si te niegas a que sal­de la presencia de Faraón, rogó a Yavé,
lan, mañana mandaré langostas a tu país. 19 el cual hizo soplar un viento muy fuerte
r Cubrirán toda la superficie del país, de del mar, que arrastró todas las langostas
•uerte que ya no se vea la tierra, y devora- hasta el mar Rojo. Mi una sola quedó en
lán todo lo que a ustedes les queda, todo todo el territorio de Egipto. 20 Pero Yavé hi­
I» que no destrozó el granizo; y además zo que Faraón continuara en su porfía y no
Muirán todos los árboles que tienen en el dejara salir a Israel.
• iimpo. 6 Llenarán tu casa, las de tus mi­
nistros y las de todo tu pueblo, en tal can-
llilad como no vieron tus padres ni los pa­ Novena plaga: las tinieblas
dres de tus p a d re s , d e s d e lo s m ás 21 Yavé dijo a Moisés: «Extiende tu mano
•mtiguos hasta el día de hoy.» Dicho esto, hacia el cielo y cubrirán las tinieblas el país
volvió las espaldas y dejó a Faraón. de Egipto, tan densas que la gente cami­
Los servidores de Faraón le dijeron: nará a tientas.» 22 Así lo hizo Moisés, y al
Hasta cuándo va a ser nuestra ruina este instante densas tinieblas cubrieron Egipto
hombre? Deja salir a esa gente para que por espacio de tres días. 23 No podían verse
ofrezca sacrificios a su Dios. ¿No te das unos a otros, ni nadie pudo moverse du­
i lienta cómo está arruinado el país?» rante los tres días; pero había luz para los
" Así que llamaron a Moisés y a Aarón hijos de Israel en todos sus poblados.
(inte Faraón, el cual les dijo: «Vayan y 124 Faraón llamó a Moisés y le dijo: «Sal­
ofrezcan sacrificios a Yavé, el Dios de uste­ gan ustedes a rendir culto a Yavé, pero que
des. Mas ¿quiénes van a ir?» 9 Respondió se queden sus ovejas y sus vacunos. Uste­
Moisés: «Saldremos con nuestros niños y des llevarán a sus niños.»
Ancianos, hijos e hijas, con nuestras ovejas 25 Moisés le respondió: «¿Y tú mismo nos
y nuestros vacunos, porque para nosotros proporcionarás animales para los sacrifi­
p s la fiesta de Yavé.» lrf Faraón replicó: cios y holocaustos? 26 También nuestros
■|Que Yavé los ayude! ¡Espérense que los animales estarán con nosotros, hasta la úl­
voy a dejar partir con sus niños! ¡Se ve tima uña, pues sacamos de entre ellos lo
<uáles son sus malas intenciones! " De que sacrificamos a Yavé, nuestro Dios, 27 y
ninguna manera. Son los hombres los que ni siquiera sabemos cuáles animales hemos
Irán para rendir culto a Yavé, si eso es lo de ofrecer hasta que lleguemos al lugar.»
i|tie buscan.» 28 Faraón dijo a Moisés: «Retírate de mi
En seguida fueron echados de la presen- presencia y ya no vuelvas; si te presentas
Ha de Faraón. otra vez, será para morir.» 29 Y Moisés res­
12 Yavé, entonces, dijo a Moisés: «Extien­pondió: «Así será como tú dices: ya no me
do tu mano sobre la tierra de Egipto para presentaré delante de ti.»
que venga la langosta y devore toda la
hierba del campo, todo lo que quedó des­
pués del granizo.» 13 Al extender Moisés su Anuncio de la décima plaga
bastón sobre el país de Egipto, Yavé hizo
que un viento del oriente soplara todo Y a v é d ijo a M o isés : «N o
aquel día y aquella noche. Al amanecer, el n mandaré más que esta última
viento del oriente había traído la langosta.
" Invadieron Egipto y se desparramaron plaga sobre Faraón y sobre su pue­
por todas las tierras en tal cantidad que blo. Después dejará que salgan, o
nunca se habían visto tantas, ni jamás vol­ más bien él mismo los echará fuera a
verán a verse. Ocultaron la luz del sol y. cu­ todos ustedes.2 No olvides de decir a
brieron todas las tierras; 15 devoraron toda
la hierba del campo, y todos los frutos de todo mi pueblo que cada uno pida a
los árboles que el granizo había dejado *I su amigo, y cada mujer a su vecina,

vló malo el corazón del Faraón, sino que el Fa- que se le oponen. El autor ciertamente no quería
Món se empecina, y eso es lo que quería Dios, decir que Dios había llevado al Faraón a que pe-
I ii íes su plan saca partido aun de los obstáculos cara.
EXODO 11 8J
objetos de oro y plata.» 3 Yavé hizo dos estos prodigios delante de Fa
que los egipcios acogieran esta peti­ raón, Yavé lo mantenía en su negatl'
ción; además, Moisés era un perso­ va, y seguía negándose a que Israel
naje en todo Egipto, y lo considera­ saliera de su país.
ban ta n to lo s m in istro s c o m o la
gente del pueblo.
4 Moisés dijo: «Esto dice Yavé: AEl cordero pascual
media noche saldré a recorrer Egipto
5 y en Egipto morirán todos los pri­ • ' Y a v é d ijo a M o is é s y a A i
mogénitos, desde el primogénito de ró n , e n e l p a ís d e E g ip t o : 3 «£j
Faraón que se sienta en el trono, te m e s se rá p a r a u s te d e s e l co m ie ra n
hasta el de la esclava que mueve la d e lo s m e s e s , e l p r im e r o d e lo s m e s a
piedra del molino, y todos los prim e­ d e l a ñ o .
ros nacidos de los animales. 6 Y se 3 H a b le n a la c o m u n i d a d d e Isra
escuchará un clamor tan grande en y d í g a n l e : E l d í a d é c i m o d e estí
todo Egipto com o nunca lo hubo ni m e s t o m e c a d a u n o u n c o r d e r o poi
lo habra ja m á s .7 Pero entre los hijos fa m ilia , u n c o r d e r o p o r c a s a . 1 Pero ,
de Israel, ni siquiera un perro llorará s i la fa m ilia es d e m a s ia d o p e q u e M
por la muerte de un hombre o por la p a r a c o n s u m i r e l c o r d e r o , s e p o n d it
muerte de animales, y ustedes sa ­ d e a c u e r d o c o n e l v e c in o m á s c e r c a
brán que Yavé hace distinción entre n o, s e g ú n e l n ú m e ro d e p e rs o n a s 2
egipcios e israelitas. c o n f o r m e a l o q u e c a d a c u a l pueatt
8 T o dos tus ministros vendrán ac o m e r .
mí, se postrarán delante de mi y me 5 U s t e d e s e s c o g e r á n u n c o r d e r lto
pedirán por favor que nos vayamos, s in d e fe c to , m a c h o , n a c id o e n e l arto,
yo y todo el pueblo de Israel. D es­ E n l u g a r d e u n c o r d e r o p o d r á n tomai
pués de esto, nos iremos.» ta m b ié n u n c a b rito .
Moisés volvió muy enojado de la 6 U s te d e s lo re s e rv a rá n h a s ta e l din
presencia de Faraón. c a to r c e d e e s te m e s . E n to n c e s to d a lt
3 Yavé dijo a Moisés: «A ustedes no c o m u n id a d d e Is ra e l lo s a c r ific a r á i l
los escuchará Faraón, y gracias a es­ a n o c h e c e r . 7 E n c a d a c a s a e n q u e fa
to serán todavía mayores mis prodi­ c o m a n u s te d e s to m a r á n d e s u sa n grr
gios en la tierra de Egipto.» 10 Pues, p a r a u n t a r lo s p o s te s y la p a r t e supe'
mientras Moisés y Aaron Obraban to­ r io r d e la p u e r ta .

• 1 Morirán todo s ios primogénitos de querido la Pascua en el m om ento de la salida d|


Egipto- Se acerca la décima plaga: el ángel de Ya- Egipto, cuando él castigaba a los egipcios.
ve Fiará morir a los hijos de los egipcios. Muy posi­ A l perdonar a los prim ogénitos ae Israel, Dio»
blemente este «ángel de Yavé» designa, com o en 2 recuerda una vez mas su oposición formal a loa
R 19,35, una epidemia de peste. Entonces se cele­ sacrificios humanos (Gén). Es verdad que los prl
bra la comida del cordero pascual. m oaén itos d e su pueblo le perten ecen (13.1)
igual com o las primicias de la tierra y de los aul
• 1 2 .3 Tome cada uno un cordero p or fami­ males (Dt 26,2), p ero ya que Dios mismo perdO'
lia. Los antepasados d e los hebreos, cuando pe­ n o a los prim ogénitos de Israel cuando salieron
regrinaban con sus rebañ os an tes d e bajar a de Egipto, todo prim ogénito de Israel será perdí"
Egipto, celebraban cada año la Pascua del C orde­ nado; pero tendrá que ser rescatado (Ex 13,L
ro. L o sacrificaban en la prim era luna de la pri­ Es la Pascua para Yavé (1 2 ,2 7 ). La sang
mavera ( 1 2 ,2 ), período especialmente crítico pa­ del C ordero sella el pacto de Y avé con el pu<
ra las ovejas recién paridas, en vísperas d e las blo al que viene a e sco ger en m edio de todoi
migraciones primaverales. Y se mataba a uno pa­ os demás pueblos. En adelante, la Pascua serA
ra salvar a todos. El cord ero escogid o para la la fiesta de la independencia de ísrael, y Dio»
fiesta se guardaba algunos días en la misma habi­ dispondrá que Jesús m uera y resucite en loi
tación ( 1 2 ,6 ), para que se identificara m ejor con días de la Pascua. Pues la m uerte de Jesús selln
la familia y llevara sobre sí los malos espíntus, las
malas suertes, los microbios y otras faltas de to­ ja ^ 262 0 ) ^ ' anZa ^ * o s c o n ^os hom bro»
dos sus integrantes. Luego, con su sangre se ro­ Cada una de nuestras misas se arraiga en l|
ciaban las tiendas de campaña, alejando de este muerte y en la resurrección de Cristo, «el cordero
m odo a los espíritus exterminadores listos para de Dios»; pero, ¿nos ayuda eso a penetrar mA»
atacar a hombres y animales. profundamente en nuestra vocación al servicio de
A l ver esta sangre yo pasaré de largo (13). V e ­ un mundo que Dios continúa liberando? C on eso
mos aquí cóm o se cambia el sentido de la antigua estamos muy lejos de la idea de una obligación
fiesta: Dios, se dice y se repetirá durante siglos, ha religiosa que hay que cumplir.
113 EXODO 12

8 E sa m is m a n o c h e c o m e r á n la c a r ­ ' Durante siete días no habrá levadura


ne a s a d a a l fu e g o ; la c o m e r á n c o n p a ­ en las casas de ustedes. El que coma cosa
fermentada será borrado de la comunidad
nes s in le v a d u r a y c o n v e r d u r a s
de Israel, sea extranjero o nativo. 20 No co­
.im a r g a s . 9 N o c o m e r á n n a d a d e é l merán nada fermentado, sino que, en todas
n u d o o h e r v id o s in o q u e lo c o m e r á n sus casas, comerán panes ázimos.’
lod o a s a d o c o n s u ca b e z a , s u s p a ta s
H s u s e n tra ñ a s . ’° U s te d e s n o g u a r d a ­ • 21 Moisés, pues, llamó a los jefes
rán n a d a p a r a e l d ía s i g u i e n t e . L o de Israel y les dijo: «N o demoren en
q u e s o b r e a l a m a n e c e r , q u é m e n lo e n buscar una res para cada una de sus
el fu e g o .
familias e inmolen la Pascua. 22 T o ­
" Y c o m e r á n a s í: c o n e l tra je p u e s ­ men un m anojo de hisopo m ojado
to, las s a n d a lia s e n lo s p ie s y e l b a s ­ con la sangre y m arquen los dos
tón e n la m a n o . U s te d e s n o s e d e m o ­ postes y la parte superior de la puer­
rarán e n c o m e r lo : e s u n a p a s c u a e n ta. Y luego ninguno de ustedes saldrá
h o n o r d e Yavé. de su casa hasta la mañana. 23 Pues
12 D u r a n te esa n o c h e , y o r e c o rre ré eYavé,
l con su plaga, va a recorrer to­
país d e E g ip t o y d a ré m u e r t e a to d o s do Egipto y, al ver la sangre en la en­
los p r im o g é n it o s d e E g ip t o , ta n to d e trada, pasará de largo y no permitirá
los e g ip c io s c o m o d e s u s a n im a le s ; y que el Exterminador entre en sus ca­
d e m o s tra ré a to d o s lo s d io s e s d e E g ip ­ sas y los mate.
to q u ié n s o y y o , Yavé. 13 E n las c a sa s 24 Ustedes observarán este rito, y
d o n d e e s tá n u s te d e s la s a n g r e te n d rá también lo observarán sus hijos para
v a lo r d e s e ñ a l: a l v e r e s ta s a n g re , y o siem pre.25 Estas mismas ceremonias
pasaré d e la rg o , y la p la g a n o lo s a l­ las harán cuando entren en la tierra
c a n z a r á m ie n t r a s g o l p e o a E g i p t o . que Y avé les dará, com o les tiene
14 U s te d e s h a r á n r e c u e r d o d e e s teprometido. 26 Y cuando sus hijos les
día a ñ o tra s a ñ o , y lo c e le b r a r á n c o n pregu nten qué sig n ifica este rito,
una fie s ta e n h o n o r a Y a v é . E s te r ito 27 les responderán: Este es el sacrifi­
es p a r a s ie m p r e : lo s d e s c e n d ie n t e s cio de la Pascua para Yavé, que pasó
de u s te d e s n o d e ja r á n d e c e le b r a r e s ­ de largo por las casas de los hijos de
te d ía . Israel en Egipto, cuando mató a los
egipcios, dejando a salvo nuestras
La fiesta de los Panes sin levadura casas.» Al oír esto, todo el pueblo se
postró y adoró.
• 15 Durante siete días comerán pan sin 28 L o s is ra e lita s s e fu e r o n e h ic ie r o n
Imadura. Desde el primer dia no habrá fer­ lo q u e Y a v é h a b ía m a n d a d o a M o is é s
mento en las casas, pues cualquiera que
i oma pan fermentado desde el primer día y A a ró n .
hasta el séptimo será borrado de la comuni­
dad de Israel. “ El primer dia tendrán una
n'unión sagrada, así como el séptimo. n in ­ Muerte de los primogénitos
gún trabajo se hará estos dias, salvo lo que
se prepara para la comida de cada cual. 29 Sucedió que, a media noche, Ya­
" Ustedes celebrarán la fiesta de tos Azi­ vé hirió de muerte a todo primogénito
mos, pues éste es el dia en que los hice sa­ del país de Egipto, desde el primogé­
lir de Egipto. Ustedes celebrarán ese día de nito de Faraón que está sentado en el
generación en generación: este rito es para trono, hasta el del preso que está en
siempre. m Desde la tarde del día catorce la cárcel, y a todos los primeros naci­
iId primer mes hasta la tarde del ueintiuno
del mismo mes ustedes comerán pan sin le­ dos de los animales. 39 Faraón se le­
vadura. vantó de noche, y con él toda su gen-

• 15. Cuando, siglos más tarde, Israel pasó a ficación, relacionándola con la salida de Egipto:
•,,-r un pueblo de agricultores, se acostumbraron ■este pan no fermentado tenía que recordar la sa­
.i celebrar cada añ o en la prim avera una fiesta lida apresurada en que faltó tiem po para hacer
que duraba una semana y durante la cual se co­ fermentar el pan!
mía pan sin levadura. Esta fiesta era de origen
lugano. Los sacerdotes judíos, en vez de luchar • 21. Aquí encontram os otras instrucciones
contra este uso, prefirieron juntar esta semana más antiguas sobre la manera de celebrar la Pas­
11 in la fiesta de la Pascua y darle una nueva signi- cua.
EXODO 12 84
te y todos los egipcios. Se oyó un cla­ m o día, todos los ejércitos de Yaué sa­
mor grande por todo Egipto, pues no lieron de Egipto.
había casa donde no hubiera algún 42 Esta es la noche y la vigilia e
muerto. hon or de Yavé que sacó a Israel del
31 A qu ella m ism a noche Faraónpaís de Egipto. Esta n och e es para
llamó a M oisés y Aarón y les dijo: Yavé, y los hijos de Israel la pasarán
«Levántense y salgan de este pueblo, v e la n d o , a ñ o tras año, p e rp e tu a ­
ustedes y los hijos de Israel. Vayan mente.
para servir a Yavé, com o ustedes di­
cen. 32 Llévense sus rebaños de o v e ­
Cóm o celebrar la Pascua
jas y vacunos, com o ustedes piden.
¡Salgan, pero denm e la bendición!» 43 Yaué dijo a Moisés y a Aarón: «Estos
33 Los e g ip c io s los presionaban son los ritos para la celebración de la Pas­
para que se fueran inmediatamente, cua. N ingún extranjero comerá de ella,
pues decían: «Si no se van ésos, m o­ 44 excepto el esclavo, comprado con dinero,
riremos todos.» 34 Así que los israeli­ con tal de que haya sido circuncidado.45El
extranjero que reside en Israel o que trabaja
tas llevaron la masa antes de poner­ a tu serüicio no la com erá.46 El cordero se
le levadura; la en volvieron en sus comerá dentro de la casa; no se sacará
mantas y se la cargaron al hombro. afuera ni un solo pedazo, ni le quebraráni
35 Los israelitas hicieron lo que les ningún hueso.
había dicho Moisés: pidieron a los ,r Toda la comunidad de Israel observara
este rito. 48 Si algún extranjero residente
e g ip c io s ob jeto s de oro y plata y
quiere celebrarla, tienen que circuncidarse
muchos vestidos, 36 y los egipcios se los varones de su casa; entonces podrá í
lo dieron prestado, porque Yavé hizo participar com o cualquier persona del pa­
que estuvieran dispuestos para escu­ ís. El que no esté circuncidado no puede
charlos. A sí fue cóm o despojaron a com erla:49 esta ley vale para ustedes y pa­
los egipcios. ra los extranjeros que vivan entre uste­
des. »
50 Los hijos de Israel hicieron tal como Ya­
Los israelitas salen de Egipto vé lo había mandado a Moisés y a Aarón,.\
51 y aquel mismo día Yavé los hizo salir de
• 37 Los hijos de Israel partieron de Egipto, bien ordenados com o un ejército. ,
Ramsés a Sucot en número de unos
seiscientos m il hombres, sin contar a
los niños. Los primeros nacidos
38 También salió con ellos un m on­pertenecerán a Dios
tón de gente, con grandes rebaños de
r T o ] ' Yavé dijo a Moisés: «Conságrame
ovejas y v a c a s .39 Comieron panes sin todo primogénito. 2 Todos los primo-1
levadura, tom ando de la masa que aénitos de los hijos de Israel son míos, tanto
habían sacado de Egipto. Pues ha­ de hombre como de animales.»
bían salido con tanta prisa que no les 3 Moisés dijo al pueblo: «Ustedes celebra-1
alcanzó el tiempo para echarle leva­ rán este día en que salieron de Egipto, de
dura y hacer panes. la casa de la esclavitud, al sacarlos Yavé
de ese lugar con mano fuerte. Este día no
40 La estadía de los israelitas en comerán pan fermentado. 4 El día en que
Egipto fue de 430 a ñ o s .41 Cuando se ustedes salieron está en el mes de Aviv, i
cum plieron estos 430 años, ese mis­ mes de la primavera.»

• 37 . Salió con ellos un montón de gente vivir con m enos d e diez animales por personajH
(38). La caravana no tenía cara de pueblo santo. Una tropa de doscientas personas iba con unas
Ahí estaban los que, p or razones muy diversas, dos mil ovejas y burros; los p ozos del Sinaí y sus
se habían decidido a salir con los hom bres de oasis no permitían el tránsito de rebaños más im­
Moisés: a todos los recoge el Salvador en su red portantes.
y sólo con el tiem po y las pruebas en el desierto Tal vez estas exageraciones se deban a que se
se reconocerá a los fieles. trata de un relato popular; más probablemente la
Seiscientos m il hombres. Esta cifra fabulosa amplificación es intencional, pues esto lo escrib ie-l
solamente quiere expresar la importancia religio­ ron los sacerdotes para quienes la tropa de M oisés'*
sa de esta salida. En realidad, los que salieron protagonizaba las marchas de Israel a lo largo de
con Moisés no debían de ser más que unos dos­ su historia. Y éste es le mensaje que nos quisieron A
cientos hombres con sus mujeres y sus hijos. N o dejar: esa partida de la gente de Moisés era el co­
olvidemos que éstos eran pastores y no podían mienzo de una inmensa aventura.
85 EXODO 14
• 5 Cuando Yavé te haya introducido en teos, que era más corto. Pues Dios pensaba:
In tierra del cananeo, del heteo, del amo- «Si hay que combatir, tal vez el pueblo se
neo, del jeveo y del jebuseo, la que prome­ asuste y vuelva a Egipto.» 18 Por eso los lle­
tió con juramento a tus padres que te daría vó rodeando por el camino del desierto ha­
n ti, tierra que mana leche y miel, tú cele­ cia el Mar Rojo. Todo el pueblo salió de
brarás este rito sagrado en este mes. Egipto bien ordenado. '9 Moisés llevó consi­
6 Durante siete días comerás pan sin le­ go también los huesos de José, conforme
vadura, y el día séptimo será también una este había hecho prometer con juramento a
liesta de Yavé. 7 En estos días comerás los hijos de Israel; pues les dijo: «Con toda
l>an sin levadura; no se verá pan fermenta­ seguridad Dios los visitará; entonces se lle­
do en todo tu territorio. 8 En aquel día dirás varán con ustedes mis huesos.»
n tus hijos: Esto lo hacemos recordando lo 20 Partieron de Sucot y acamparon en
que hizo Yavé conm igo cuando salí de Etam, que está en la proximidad del desier­
Egipto. to. 21 Yavé iba delante de ellos señalándoles
^ Será como una señal en tu mano, y co­ el camino: de día iba en una columna de
mo un recuerdo delante de tus ojos, a fin nube; de noche, en una columna de fuego,
lie que la enseñanza de Yavé este siempre iluminándolos para que anduvieran de no­
rn tu boca; porque con mano fuerte te sa­ che como de día. 22 La columna de nube no
có Yavé de Egipto. ,0 Este precepto lo se apartaba de ellos durante el día, ni la co­
íiuardarás todos los años, a su debido lumna de fuego de noche.
ilempo.
11 Cuando Yavé te haya introducido en la
Perseguidos por los egipcios
tierra del cananeo y te la haya dado en po­
sesión, 12 consagrarás a Yavé todos los pri­ ' Yaué dijo a Moisés:2 «Ordena a los
mogénitos. Todo primer nacido de tus ga­ hijos de Israel que cambien de rum­
nados, si es macho, pertenece a Yavé. bo y acampen frente a Pi-Hajirot, que está
Todo primer nacido de burro ha de ser
entre Migaal y el mar, delante de Baal-
cambiado por un cordero; si no, lo mata­ Sefón. A l llegar a este lugar levantarán el
rás. Tratándose de personas, todo hijo pri­
campamento ju n to al mar. J Así, pues, Fa­
mogénito será rescatado. raón pensará que los hijos de Israel andan
14 Y cuando tu hijo te pregunte el día de
errantes en el país y que no pueden atrave­
mañana: ¿Qué significa esto? Le dirás: Ya­
sar el desierto. 4 Yo, entonces, haré que se
vé nos ha sacado de Egipto, de la casa de
ponga duro y los persiga a ustedes; y luego,
la esclavitud, con mano fuerte; 15 y como
me haré famoso a costa de Faraón y de todo
faraón porfiaba en no dejarnos salir, Yavé su ejército, u sabrá Egipto que yo soy Ya­
mató a todos los primogénitos de Egipto,
ué.» Ellos lo hicieron así.
tanto de hombres como de animales. Por
esta razón sacrifico a Yavé todo primogéni­
to macho, y rescato al primer nacido de
mis hijos. Paso del Mar Rojo
16 Estas normas serán como una señal
impresa en tu mano, y como un recuerdo • 5 Anunciaron al rey de Egipto
pendiente ante tus ojos, que te recuerde que el p u eb lo de Israel se había
cómo Yavé nos sacó de Egipto con mano marchado. De repente, Faraón y su
luerte. gente cambiaron de parecer respec­
to al pueblo. Dijeron: «¿Qué hemos
La partida hecho? Dejam os que se fueran los
17 Cuando Faraón despidió al pueblo, Dios israelitas, y ya no estarán para ser­
no lo llevó por el camino del país de los filis­ virnos.»

• 1 3 .5 Será com o una señal en tu mano invisible (H eb 11,27) y su fe pone en movimiento


(ver 9 y 16). Los otros pueblos usaban tatuajes y ía intervención de Dios.
objetos religiosos para afirmar su identidad reh- Yavé hizo soplar un fuerte viento del oriente
iliosa. Los israelitas, en cambio, se reconocerán (21). ¿Qué imagen más grandiosa es la de los he­
por la celebración del día en que su Dios Liberta­ b reos cruzando el mar entre dos murallas de
dor los salvó de Egipto.• agua! En realidad, el relato más antiguo (el que
ponem os con letra grande) es p oco preciso. N o
• 1 4 .5 En la misma noche en que sacrificaron dice que los israelitas atravesaron el mar, sino
,i| Cordero Pascual, los hebreos se marchan. Los que vieron a sus perseguidores muertos en la
egipcios los persiguen y los alcanzan cuando lle­ orilla (14,30).
gan a los pantanos que prolongan el Mar R ojo La intervención d e Dios fue tal vez muy discre­
..
No se asusten, permanezcan firmes. Moisés
.... ta: ¿un derrumbe?, ¿una subida repentina de las
aguas? Fue suficiente para salvar a los persegui­
cree que Dios no abandonará a los que lanzó por dos. P ero esta sola intervención de la Providen­
<>Í camino de la libertad; contesta c om o si viera lo cia, com o ha habido tantas en el mundo, no ha-
EXODO 14 86
6 Faraón hizo preparar su carro y 17 Yo, mientras tanto, endureceré el cor
llevó consigo su gente. 7 Tom ó seis­ zón de los egipcios para que salgan en per
cientos carros escogidos, ¡todos los secución de ustedes, y me haré famoso |
costa de Faraón y de todo su ejército, de
carros de Egipto!, cada uno con sus sus carros y de su caballería. '8*Entonces
guerreros. Egipto conocerá que yo soy Yavé.»

8 Yaué había endurecido el corazón del 19 El Angel de Dios que iba delan
rey y, mientras los israelitas se marchaban
de los israelitas pasó detrás de ellos;
seguros, él los persiguió.9 Los egipcios, es
decir, todos los carros, los caballos, los jin e ­ también la nube en forma de colum­
tes y el ejército de Faraón, se lanzaron en na vino a colocarse d etrás,20 ponién­
su persecución y les dieron alcance mien­ dose entre el cam po de los israelitas
tras acampaban junto al mar, cerca de Pi- y el de los egipcios. Esta nube era
Hajirot, frente a Baal-Sefón. para unos tinieblas y para otros ilu­
minaba la noche; y no se acercaron
10 Al aproximarse Faraón, los isra­ los unos a los otros durante la noche,
elitas pudieron ver que los egipios los 21 Moisés extendió su mano sobre
estaban persiguiendo. Sintieron mu­ el mar y Yavé hizo soplar durante to
cho miedo y clamaron a Yavé; 11 dije­ da la n o c h e un fu erte v ie n to del
ron a Moisés: «¿Acaso no había tum­ oriente que secó el mar.
bas en Egipto para que nos hayas
traído a morir al desierto?, ¿gué has Se dividieron las aguas. 22 Los israelitas
g a n a d o con sa ca rn os de E g ip to ? pasaron en seco, p o r medio del mar; /d|
12 T e dijimos claramente en Egipto: aguas les hacían de murallas a izquierda U
Déjanos en paz, y mejor servimos a a derecha.23 Los egipcios se lanzaron a per
seguirlos, u todo él ejército de Faraón entró
los egipcios, porque más no convie­ en medio del mar con sus carros y caballos,
ne servir a los egipcios que morir en
el desierto.»»
13 Moisés contestó al pueblo: «¡No 24 Llegada la madrugada, Yavé mi­
se asusten, p erm a n e zc a n firm es! ró a los egipcios desde el fuego y b
Vean la obra de Yavé y cóm o él los nube, y p rov ocó el desorden en el
salva hoy. Miren a esos egip cios a ejército de Faraón. 25 Atascó las rue­
los que nunca más volverán a ver. das de sus carros, que no podían
14 Yavé peleará por ustedes, y uste­ avanzar sino con gran dificultad. En­
des solamente mirarán.» tonces los egip cios dijeron: «Huya­
mos de Israel, porque Yavé pelea con
15 Yaué dijo a Moisés: «¿Por qué clamas a ellos contra nosotros.»
mí? Di a los hüos de Israel que se pongan
en marcha. 1 56*Luego levanta tu bastón, ex­ 26 Pero Yavé dijo a Moisés: «Extiende tu m
tiende tu mano sobre el mar y divídelo, pa­ no sobre el mar, y las aguas volverán sobre
ra que los hijos de Israel pasen en seco por los egipcios, sus carros y sus caballos.»27Mol
medio del mar. sés extendió su mano sobre el mar.

bría cam biado la historia si no hubiera estado L o s que p isaron la otra orilla n o eran lot
presente Moisés, el profeta de Dios, capaz de dar m ism os d e antes: había e m p ezad o la exis te n c í
la significación del acontecimiento: Y avé libera a del P ueblo d e Dios. P or lo que P ab lo escribirá
Israel para que sea en adelante pueblo suyo. más tarde: «N uestros antepasados fueron h a ll
Es lo que nos enseña a su manera el otro rela­ tizados en la Nube y en el M ar» (1 C o r 10,2),
to, más tardío, que pusimos en letra más peque­ es d ecir, atravesaron el agua que da muerte
ña, el que cuenta este paso del mar en forma tan gracias a Dios p resente en la Nube. Esta Nube
triunfalista. ¿Una tropa de fugitivos? ¡En absolu­ significa que Y a v é acom paña a los suyos y es
to! Eran los ejércitos d e Y avé (12,41), pueblo in­ tá, en form a misteriosa, en m ed io del pueblo
contable (1 2 ,3 7 ) que llevaba adelante la libera­ «bautizado».
ción del mundo. Con ellos, el Dios d e los pobres Tam bién nosotros debem os pasar el mar. Co­
empezaba a rehacer el mundo. munidades cristianas, recién convertidos, deje
La salida de Israel tiene valor de modelo para la m os atrás una existencia alienada (Ef 2,3; 1 FV
historia cristiana: en ella encontramos otras victorias, 4 ,3 ) y em pecem os de nuevo. P ero no podemol
pequeñas y grandes, que hicieron progresar el Reino hacerlo solos, pues esto le corresponde a todo d
de Dios y su Justicia. Ahí también estuvieron grupos pueblo de Dios.
comprometidos en una obra libertadora, hombres y Paso del mar: fe, bautismo y liberación: ver
mujeres que se enfrentaron sin armas con Faraón y H e b r 1 1 ,2 3 -4 0 ; 1 P 1 ,13 -1 5 ; A p 7 ,13 -1 7 y
sus carros, sus oficiales y sus burócratas. 12 , 10 - 12 . 1
87 EXODO 15
Al amanecer, el mar volvió a su lu- pasado en medio del mar; las aguas les ha­
ar. Mientras los egipcios trataban de cían de murallas a derecha e izquierda.
uir, Yavé arrojó a los egipcios en el 30 Aquel día, Y avé liberó a Israel
mar. del poder de los egip cios; e Israel
vio a los egipcios muertos en la ori­
11 Las aguas al uoluer cubrieron los ca­lla del mar. 31 Israel vio los prodigios
rros, los caballos y su gente, o sea, todo el
ejército de Faraón quenabla entrado en el que Y avé había obrado contra E gip­
mar persiguiéndolos: no se escapó ni uno to, y el pueblo tem ió a Yavé. Creyó
solo. 25 Los israelitas, en cambio, habían en Y avé y en Moisés, su siervo.

' 1 En ton ces M oisés y los hijos de Israel cantaron este cá n tico
a Yavé:
«Cantaré a Yavé, que se hizo famoso;
arrojó en el mar al caballo y su jinete.
2 ¡Yavé, mi fortaleza!, a él le cantaré,
él fue mi salvación,
él es mi Dios y lo alabaré,
el Dios de mi padre, lo ensalzaré.

3 Yavé es un guerrero, Yavé es su nombre.


4 Los carros de Faraón y su ejército:
¡los precipitó en el mar!
Los mejores de sus oficiales,
¡hundidos en el Mar Rojo!

5 Las aguas profundas ios han sepultado,


hasta el fondo cayeron com o piedra.
6 Tu diestra, Yavé, de tremendo poder,
tu diestra, Yavé, aplasta al enemigo.
7Tu Gloria derriba a tus adversarios,
despachas tu furor y los devora com o paja.
8 Al soplo de tus narices retroceden las aguas,
las olas se paran com o murallas;
los torbellinos cuajan en medio del mar.

9 Dijo el enemigo: «Los perseguiré y los alcanzaré,


los tendré a merced, llevaré sus despojos;
sacaré mi espada y mi mano los matará.»
10Mandaste tu soplo y el mar los cubrió,
y se hundieron com o plom o en las aguas majestuosas.

11 ¿Quién com o Tú, Yavé, entre los dioses?


¿Quién com o Tú, glorioso y santo,
terrible en tus hazañas, autor de maravillas?
12 ¡Extiendes tu mano y se los traga la tierra!

• 1 5 .1 El prim er «cántico de M oisés» (habrá Las religiones antiguas celebraban sus fiestas
otro en Dt 32) es el grito de gozo agradecido. Es al al ritmo de la naturaleza: fiesta de la luna, del
mismo tiempo una profesión de fe. Un salmo dice: verano, d e la lluvia, del nacimiento. Porque las
»Feliz el pueblo que sabe aclamar.» El pueblo libera­ religiones celebran y quieren m antener un or­
do no tiene por qué gloriarse de esta victoria, que d en en el mundo. L a Biblia, en cam bio, crea
fue de Dios y de Moisés, el hombre de fe. Sola­ una historia y celebra las intervenciones de Dios
mente le corresponde dar gracias a Dios. que la han marcado. Si es bueno alabar a Dios
El Apocalipsis recordara este cántico (A p 15,3) p or las maravillas de la naturaleza, es m ejor aún
cuando presente el canto de los elegidos y de los reco n ocerlo en los acontecim ientos grandes y
mártires de Cristo, al verse salvados de su debili­ pequeños que demuestran que su reino ha llega­
dad y coronados de gloria. d o a nosotros.
EXODO 15 88
13 Guiaste con amor al pueblo que rescataste,
lo llevaste con poder a tu santa morada.
" Lo oyeron los pueblos y se turbaron,
se asustaron los filisteos;
15 los jefes de Edom vacilan
y los generales de Moab se asustan,
se angustian los pobladores de Canaán:

16 ¡pavor y espanto cayó sobre ellos!


Diste golpes, y quedan mudos com o piedra
hasta que pase tu pueblo, Yavé,
hasta que pase el pueblo que compraste.
17 Tú lo llevarás y lo plantarás en el monte que es tuyo,
el lugar en que habitas, oh Yavé;
el Santuario del Señor, obra de sus manos.
18 ¡Que Yavé reine eternamente!»

19 Como Faraón entrara en el mar, ron beber de sus aguas porque eran
con sus carros y sus caballos, Yavé amargas. Por esto se llamó aquel lu- ¡
hizo volver sobre ellos las aguas del gar Mará, esto es, Am argura. 24 El
mar, mientras los israelitas pasaban pueblo murmuró contra Moisés, di­
en seco por medio del mar. ciendo: «¿Qué. beberem os?»25 Y como j
20 Entonces Miriam, la profetisa, her­ M oisés invocara a Yavé, le enseñó
mana de Aarón, tomó en sus manos un cierto madero; Moisés lo echó en las
instrumento, un pandero, y todas las aguas, y se endulzaron.
mujeres la seguían con tímpanos, dan­ Fue allí donde Y avé dio al pueblo
zando en coro.21 Y Miriam les entonaba sus decisiones y sus decretos. Allí
las palabras: «Cantemos a Yavé, que se lo puso a prueba, 26 y le dijo: «Si de
hizo famoso; arrojó en el mar al caballo veras escuchas a Y avé, tu Dios, y
y su jinete.» haces lo que es justo a sus ojos,
d a n d o o íd o s a sus m a n d a to s y
practicando sus normas, no descar­
Marcha hacia el desierto garé sobre ti ninguna plaga de las
que he descargado sobre los eg ip ­
cios; porqu e y o so y Y avé, que te
• 22 Moisés hizo partir a los israeli­ doy la salud.»
tas del Mar Rojo y fueron al desierto 27 De allí pasaron a Elim, donde
de Sur. Allí anduvieron tres días por había doce manantiales de agua y
el desierto sin encontrar agua. setenta palm eras. Allí acam paron
23 Llegaron a Mará, pero no pudie­ junto a las aguas.

• 22. L os israelitas dejaron definitivam ente tantes del d e sie rto . Las págin as que siguei
atrás la civilización más brillante del tiem po, con evocan esos peligros y recuerdan algunas in­
sus hortalizas, sus campos de riego y su presti­ tervenciones d e la Providencia. Es fácil v er que
giosa cultura. Quedándose allá habrían desapa­ a m ed id a qu e transcurre el tie m p o los que
recido com o pueblo. P ero ahora Moisés los hizo cuentan lo sucedido se tom an algunas liberta 4
tom ar el cam ino de la libertad. C om o cualquier des. Después d e m ucho tiem p o d e los aconte:
nación o clase social que logra su independen­ cim ientos, quieren instruir a un pueblo siempre
cia, tienen que hacerse responsables d e su pro­ tentado p o r la vida fácil, atraído p or las p ro­
p io destino. La libertad no es lo mismo que las m esas d e países extranjeros, con el riesgo de
vacaciones; es el principio de un cam ino difícil y perder su p rop ia identidad y el sentido d e su
sacrificado. En este camino, sin em bargo, se ma­ misión.
nifiesta la Providencia de Dios, que perm ite an­
dar confiado. S e producen maravillas inespera­ Yo soy Yavé, que te d oy la salud (261 Cada L
das, pero Dios no multiplica sus milagros para dios tenía su especialidad, pero Y avé, el Dios de
que tengam os una vida más cómoda. los padres, no es sólo liberador; también sabe ver
N o faltan los p e lig ro s en los territorios d e­ nuestras enfermedades y su palabra es poderosa
sérticos del Sinai: e llia m b r e y la sed, los habi­ para sanamos y m antenem os sanos.
89

Cuando, la Biblia nos presenta el cuadro her­ tiempo, hasta que pasó el otro grupo. Integraban
moso del Exodo de todo un pueblo, está simplifi­ esta caravana los ae Rubén,' Sim eón, Levi y Ju-
cando la realidad. Los historiadores tienen ahora dáj_éstos entrarían a Palestina por el sur.
por demostrado que varios grupos nómadas en- El segundo grupo salió con Moisés, huyendo
Iraron o salieron de Egipto en aquellos años: el d e nocne, en los años 1260. Estos tomaron el
que se liberó con Moisés fue uno d e ellos. Más camino de los esclavos fugitivos, por el sur del Si-
aún, el relato bíblico parece mezclar los recuer­ naí. Fueron testigos del milagro del Mar R ojo y,
dos de dos grupos diferentes. luego, llegaron ál H oreb pasando por el sector
Uno habría sido expulsado de Egipto con oca­ donde crecen los tamariscos que producen el ma­
sión de una peste (la décima plaga) en los años ná (Ex 16,14; Núm. 11,7). Después de la estadía
1400, saliendo p or la «ruta ae las fortalezas y en Cadés, este grupo, integrado por las tribus de
.itravesando ese lugar de la costa al que llegan las Efraím, Manasés y Benjamín, debía entrar a Pa­
codornices» (Ex 16,13; Núm. 11,31). Luego vi­ lestina por el este, atravesando con Josué el Jor­
nieron al oasis de Cadés, donde quedaron largo dán (Jos 3).
EXODO 16 90
El maná 10 Y m ientras A arón hablaba al
pueblo, miraron hacia el desierto: la
• ' Los israelitas se marcharon
Gloria de Yavé se apareció en medio J
de Elim y llegaron al desierto
de la nube. 11 Yavé habló a Moisés di­
de Sin, entre Elim y el Sinaí, el día ciendo: ,2 «He oído las quejas de mi
quince del segundo mes después de pueblo. Diles: por la tarde comerán
la salida de Egipto. carne y por la mañana se saciarán de
2 Toda la comunidad de los israeli­ an; asi sabrán que yo soy Yavé, el
tas empezó a murmurar contra Moisés
y Aaron en el desierto. 3 Les decían:
B
ios de ustedes.»
13Aquella misma tarde llegaron co­
«¡Ojalá Yavé nos hubiera hecho morir dornices, qu e c u b riero n e l cam pa- '
en Egipto! A llí nos sentábamos ju n to mentó.
a las ollas de carne y comíamos pan Y, por la manana, en torno al c a m - .
en abundancia. Ustedes, en cambio, pamento, había una capa de rocío.
nos han traído a este desierto en que 4 Al evaporarse el rocío, apareció so­
todo ese gentío morirá de ham bre.» bre el suelo del desierto una cosa
‘ Pero Yavé dijo a Moisés: «Ahora menuda, com o granos, parecida a la
les hago llover pan del cielo; salga el escarcha. 15 Cuando los israelitas vie­
pueblo y recoja lo que necesita para ron esto, se dijeron unos a otros:
cada día. Y yo voy a probar si se ajus­ «Manha», o sea: «¿Qué es esto?» Pues
ta o no a mi enseñanza...5 El día sexto no sabían lo que era. Y Moisés les di­
prepararán lo que les envíe, y será el jo: «Este es el pan que Yavé les da
doble de la ración diaria.» para comer.
6 Entonces Moisés y A.arón dijeron
a toda la gente de Israel: «Esta tarde 16 Yavé m anda que cada uno recoja
ustedes reconocerán qu e Yavé es el cuanto necesite para comer, alrededor de
unos cinco litros por persona: y cada uno
que los ha sacado de Egipto, 1 y por recogerá lo necesario para la gente de su
la mañana sus ojos verán la Gloría de tienda de campana.»
Yavé. Yavé ha escuchado cuando us­ n Así lo hicieron los israelitas. Unos reco­
tedes murmuraron contra él. Pues sus gieron mucho y otros menos. “ Pero cuan-,
quejas no se dirigían a nosotros, ¿qué ao lo midieron con el medio decalitro, ni los
somos nosotros? que recogieron m ucho tenían m is, ni los
que recogieron p oco tenían menos: cada
s Esta tarde, Yavé les dará carne uno tenía su ración.
para qu e com an, y p o r la mañana,
pan a saciedad. Esa es la manera co­
m o les contestará porque le han criti­
Danos hoy nuestro pan del día
cado a él y no a nosotros. Pues noso­ 19 Moisés les dijo: «Que nadie guar­
tros, ¿qué somos?» de nada para m añ ana.»20 Algunos no
9 Moisés dijo a Aarón: «Di a todosle hicieron caso, sino que guardaron)
los hijos de Israel: Vengan, presén­ para el día siguiente. Pero se llenó de
ten se a Y a vé, p o rq u eT ia o íd o las gusanos y se pudrió. Moisés se enojó
quejas de ustedes.» con ellos.

• 1 6 .1 Toda la comunidad empezó a mur­ C on este hecho entendemos que el pan de cada
murar contra Moisés y Aarón. En varias partes día es un don de Dios. Un don hecho a su puebla
se encontrará en seguida esa «murmuración», esa al que conduce por un camino difícil, un don a
crítica que tiene miedo a com prometerse dema­ Moisés, quien ha corrido todos los riesgos.
siado. N o se está contento, pero tam poco se tie­ C o n el tie m p o , se a m p lió la narración del
ne algo que proponer. S e critica a los que quie­ asunto, dando a entender que Dios había manda­
ren hacer algo, pero es que en el fon do no se d o el maná diariamente durante cuarenta años:
quiere tener problemas. Ex 1 6 ,3 5 ; Jos 5 ,1 2 ; Sal 7 8 ,2 4 ; Sab 16,20.
Esta tarde, les dará carne... (8 ) Numerosas Este don del pan del cielo se prestó para dos
bandadas de aves, agotadas por un largo vuelo, comentarios diferentes en páginas posteriores de
cayeron al lado del campamento. Tam bién se en­ la Biblia. En Deut 8,3: «T e dio a com er el maná
contró otra com ida inesperada, el maná. A lo para mostrarte que no sólo de pan vive el homi
m g o r se trata de la resina que a veces sale muy bre, sino que todo lo que sale de la boca de DicJ
abundantemente de zarzas de dicho desierto. En es vida para el hombre.» Luego, en el Evangelii
el m om ento más desesperado, esta ayuda fue pa­ el mana es figura del verdadero pan del c ie lL
ra Israel la prueba de que Dios no lo abandona­ Cristo, que se da com o alimento de vida en la eu­
ba. Este hecho se relata también en Núm 11,4, caristía: ver comentarios de Jn 6 .
91 EXODO 17

21Cada cual recogía


día tras día lo lo depositó delante de las tablas de las De­
claraciones divinas.35 Los hijos de Israel co­
que necesitaba para el día, y luego,
mieron maná durante cuarenta años, hasta
al calentar el sol se derretía lo que que llegaron a una tierra poblada;36•comie­
quedaba. ron el maná hasta que llegaron a la tierra
de Canaán.
22 El día sexto, cada uno recogió doble ra­
dón: dos medio-decalitros por persona. To­
dos los jefes de la comunidad fueron a de­
El agua salida de la piedra
círselo a Moisés.23 El les dijo: «Esto es lo que
tiene ordenado Yaué: Manana es día sába­
do, un descanso sagrado que le es dedica­ * ' A l salir la com unidad de Is­
do. Hagan hoy todo lo que tengan que ha­ 17 rael del desierto de Sin, dispu-
cer, cuezcan lo que haya que cocer, hiervan sieron sus etapas según Yavé les or­
lo que han de hervir y guarden lo que sobre
para el día siguiente.» d e n a b a . A c a m p a r o n en R e fid im
24 Ellos guardaron el maná tal como Moi­donde el pueblo, sediento, no encon­
sés lo había mandado u el maná no se pu­ tró agua.
drió. Entonces Moisés les d ijo :25 «Esta será 2 Le reclamaron a Moisés, dicien­
la comida para hoy. Hoy es el día de des­
canso para Yavé y no encontrarán maná en
do: «Danos agua para beber.» Moisés
el campo. 26 Durante seis días saldrán a les contestó: «¿Por qué me reclaman
buscarlo, pero el séptimo día, que es el des­ ustedes a mí?, ¿por qué tientan a
canso, no habrá.» Yavé?»
27 Cuando llegó el séptimo día, algunos 3 Allí el pueblo, atormentado por
salieron a buscar maná, pero no hallaron la sed , m u rm u ró co n tra M o is é s :
nada. P o r lo cu a l Yave d ijo a Moisés:
1,1 «¿Hasta cuándo se negaran a observar «¿P o r qué nos has h ech o salir de
mis mandamientos y mi L eu ?29 Acuérden­ Egipto? ¿Para que ahora muramos
se de que Yavé les ha dado el sábado, y de sed con nuestros hijos y nuestros
por esto el día sexto les ha doblado la ra­ animales?»
ción. Quédense cada uno en su casa y que 4 Entonces Moisés llamó a Yavé y
nadie se mueva el día séptimo.» le dijo: «¿Qué puedo hacer con este
30El pueblo, entonces, observó el descan­
pu eblo?; por p o c o m e aped rean.»
so el día séptimo.
3 Yavé respondió a Moisés: «Presénta­
te al pueblo, lleva contigo algunos je ­
31Lagente de Israel llamó a este fes de Israel, lleva también en tu m a­
alimento: maná. Era como la semilla no el bastón con que golpeaste el río
del cilantro, blanco, y su gusto se pa­ N ilo .6 Yo estaré allá delante de ti, so­
recía al de una torta de miel. bre la roca. Golpearás la roca y de
32 Moisés dijo: «Yavé ha dado esta orden: ella saldrá agua, y el pueblo tendrá
ijuarden una medida de maná para sus para beber.» M oisés lo hizo asi, en
descendientes, para que vean el alimento presencia de los jefes de Israel.
(¡lie les di de comer en el desierto cuando 7 A q u el lugar se llam ó Masá (o
los hice salir de E gipto.»3
33 Moisés dijo a Aa-
2 sea, tentación) y Meribá (o sea, que­
lón: «Toma un tiesto y échale una medida
jas), a causa de las quejas de los is­
de maná; la depositarás ante la presencia
de Yavé u la conservarás para los descen­ raelitas que allí tentaron a Yavé, di­
dientes de ustedes.»34Aarón, pues, llevó el cien d o : «¿E stá Y a v é en m ed io de
naso conforme Moisés se lo había dicho, y nosotros, o no?»

• 1 7 .1 En el desierto, D ios pon e a Israel a sente en m edio d e su pueblo, R oca milagrosa


prueba: ¿hasta cuándo esta gente común acepta- que los acompañaba en sus andanzas (ver 1 C or
rA seguir un destino que sale de lo común? ¿Has- 10,4). Dios es la R oca impenetrable que retiene
l.\ dónde alcanzará su fe? Tam bién Israel tienta a su secreto hasta que acepte ser herido y de su
)los, o sea. le pide pruebas porque no tiene con- misma herida mana la vida. Dios es quien se ano­
llnnza en él. Exige milagros: «Si estás con noso­ nada en la persona de Jesús para que se nos re­
tros, muéstralo, y sin demora.» vele el secreto de su am or — o m ejor habría que
1.a Biblia recuerda este enfrentam iento en el decir— el secreto de Dios mismo, tan capaz de
«uceso del agua salida de la roca. Tam bién Moi- hacerse débil entre nosotros aun cuando se da el
M-s fue puesto a prueba en dicho lugar; ver el lujo de lanzar al aire varios millones de soles. El
mismo hecho relatado en Núm 20. Evangelio enfatiza que del corazón de Jesús, heri­
En tiempos posteriores la tradición judía vio en do por la lanzada, salió sangre y agua, que figura
« l a roca una figura de Dios, fuente de vida, pre­ al Espíritu Santo: Jn 7 ,37 y 19.34.
EXODO 17 92
La victoria sobre Amalee de Israel, su pueblo, y cómo lo había saca- I
do de Egipto.
• 8 En Refidim los amalecitas v i­ 2 Jetro, el suegro de Moisés, había acogi-
nieron a atacar a Israel.9 Moisés dijo do a Séfora, esposa de Moisés, después de
a Josué: «Elígete algunos hombres y que Moisés la había despedido, 3 y con ella
marcha a pelear contra los amaleci­ sus dos hijos. (Jno de esos hijos se llamaba
tas. Yo, por mi parte, estaré mañana Guersón (pues su padre dijo: He estado
peregrino en tierra extraña); 4 y el otro se
en lo alto de la loma, con el bastón llamaba Eliezer (porque dijo: El Dios de mi
de Dios en mi mano.» padre vino en mi ayuda y me libró de la
19 Josué hizo com o se lo ordenaba espada de Faraón).
Moisés, y salió a pelear contra los 5 Jetró, pues, el suegro de Moisés, le tra­
amalecitas. Mientras tanto, Moisés, jo sus hijos y su esposa mientras acampa- |
Aarón y Jur subieron a la cumbre de ba en el desierto, junto al monte de Dios. ]
6 Mandó decir a Moisés: «Yo, Jetró, sue­
la loma. 11 Y sucedió que mientras ro tuyo, vengo a ti con tu esposa y tus
Moisés tenía las manos arriba, se im ­ os hijos.»' Moisés salió al encuentro de su
ponía Israel, pero cuando las bajaba, suegro, le hizo una profunda reverencia y
se imponían los amalecitas. lo besó. Se preguntaron el uno al otro
12 be le cansaron los brazos a Moi­ acerca de su salud y entraron en la tienda. ;
sés; entonces tomaron una piedra y 8 Moisés le contó a su suegro todo lo que
Yavé había hecho a Faraón y a los eqip- :
sentaron a Moisés sobre ella, mientras cios para bien de Israel, todas las dificulta-1
Aarón y Jur le sostenían los brazos, des que encontraron en el camino y cómo
uno a cada lado. Así, Moisés mantuvo Yavé los había librado.
sus brazos alzados hasta la puesta del 9 Jetró se alegró mucho al oír todos los
s o l13y Josué hizo una enorme matan­ beneficios que Yavé había hecho a Israel
za entre la gente de Amalee. cuando lo sacó del poder de los egipcios.
10 Y dijo: «¡Bendito sea Yavé, que los ha li­
berado a ustedes de los egipcios y de Fa­
14 Entonces Yavé dijo a Moisés: «Escribe raón! " Ahora reconozco que Yavé es el
todo esto en un libro para que sirva de re­ más grande de los Dioses; lo demostró en
cuerdo, y dile a Josué que yo no dejaré ni el el momento en que oprimían a su pueblo.» j
recuerdo de Amalee debajo de los cielos.» 12 Jetró, suegro de Moisés, ofreció un sa- •
15 Luego Moisés edificó allí un altar a crificio y presentó a Dios ofrendas. Vinie-1
Yavé, al que puso por nombre: Yavé es mi ron entonces Aarón y todos los jefes de Is­
triunfo. Y declaró: 16 «La bandera de Yavé rael para compartir una comida con el
en la mano: Y avé está en guerra con suegro de Moisés en la presencia de Dios.
A m alee de generación en generación.»
Institución de los jueces
Llega Jetró, suegro de Moisés
1 Jetró, sacerdote de Madián y sue­ • 13Al día siguiente, Moisés se sen­
gro de Moisés, se enteró de todo lo tó para hacer de juez y hubo gente
que Dios había hecho en favor de Moisés y en torno a él desde la mañana hasta

• 8 . La victoria sobre Am alee viene a com ple­ y atravesando ese lugar de la costa al que lleqan
tar estas experiencias referentes a la Providencia las codornices» (Ex 16.13; Núm 11,31). L u e g o !
divina. Josué dirige el combate pero Moisés tie­ vinieron al oasis de Cadés, donde quedaron largo
ne levantado su bastón, con el cual obra prodi­ tiempo, hasta que pasó el otro grupo. Integraban L_
gios. D e Dios viene la victoria. esta caravana los de Rubén, Sim eón, Lew y Ju- ■
En este relato la tradición cristiana ha recono­ dá: éstos entrarían a Palestina por el sur. ■
cido siempre una imagen de la oración que obtie­ Un segundo grupo habría salido con M o is é s ,*
ne de Dios las victorias. La misión de los profetas huyendo de noche, en los años 1260. Estos to- -
no es solamente de hablar, sino de interceder an­ marón el camino de los esclavos fugitivos, por el
te Dios: 1 Sam 7.7; Jer 7,16; Ez 22,30. sur del Sinaí. Fueron testigos del milagro del Mar
Cuando la Biblia nos presenta el cuadro her­ R ojo y, luego, llegaron al H oreb pasando por el
m oso del Exodo de todo un pueblo, está simplifi­ sector donde crecen los tamariscos que producen I
cando la realidad. Los historiadores tienen ahora el maná (Ex 16,14; Núm 11,7). Después de la
por demostrado que varios grupos nómadas en­ estadía en Cadés, este grupo, integrado por las
traron o salieron de Egipto en aquellos años: el tribus de Efraím, Manases y Benjamín, debía en­
que se liberó con Moisés fue uno de ellos. Más trar a Palestina por el este, atravesando con Jo­
aún, el relato bíblico parece mezclar los recuer­ sué el Jordán (Jos 3).
dos de dos grupos diferentes.
U n o habría sido expulsado d e Egipto con oca­
sión de una peste (la décima plaga), tal vez en los • 1 8 .1 3 Los hebreos y otros fugitivos que f
años 1400, saliendo por la «ruta de las fortalezas bían salido de E gipto con M oisés tuvieron q
03 EXODO 19

la tarde. 14 El suegro de Moisés vio el y los pondrás al frente del pueblo c o ­


trabajo que su yerno se imponía por mo jefes de mil, de cien, de cincuen­
el pueblo y le elijo: «¡Cóm o te sacrifi­ ta o de diez.
cas por el pueblo! ¿Por qué estás ahí 22 Ellos harán de ju ece s para tu
tú solo y todo este pueblo queda de pueblo a cualquier hora; te presenta­
pie a tu lado desde la mañana hasta rán los asuntos más graves, pero d e­
la tarde?» cidirán ellos mismos en los asuntos de
15 Moisés contestó a su suegro: «El menos importancia. Así se aliviará tu
pueblo viene a mi para consultar a carga pues ellos la llevarán contigo.
Dios.16 Cuando tienen un pleito v ie ­ 23 Si procedes com o te digo, Dios
nen a mí, yo juzgo entre unos y otros, te com unicará sus decisiones y tú
y les doy a conocer las decisiones de podrás hacerles frente, y toda esa
Dios y sus normas.» gente llegará felizmente a su tierra.»
17 Entonces su suegro le dijo: «No 24 Moisés escuchó a su suegro e hi­
es lo mejor com o tú lo estás nacien­ zo todo lo que le había d ich o.25 Eligió
do. 18 Acabarás por agotarte tú y este hombres capaces de todo Israel y los
pueblo que está contigo; pues la car­ puso al frente del pueblo com o jefes
ga es demasiado pesada para ti y no de mil, de cien, de cincuenta y de
jiuedes llevarla tú solo. lS Ahora es­ d ie z.26 Ellos atendían al pueblo a toda
cúchame, te voy a dar un consejo, y hora para arreglar los problemas de
Dios estará contigo. menor importancia, y llevaban a Moi­
Tú serás para el pueblo el repre­ sés los asuntos más delicados.
sentante de Dios, y le llevarás sus 27 Luego Moisés despidió a su sue­
problemas. 20 Les explicarás las nor­ gro y lo encam inó hacia su tierra.
mas y las instrucciones de Dios, les
darás a conocer el camino que deben
seguir y las obras que tienen que Preparación de la Alianza
realizar. 21 Pero elige entre los hom ­
bres del pueblo algunos que sean va­ • ' El m ism o día en que empe­
liosos y que teman a Dios, hombres
19
zaba el tercer mes después de
Íntegros y que no se dejen sobornar, la salida de Egipto, los israelitas llega-

organizarse. Dios no les dictó lo que debían ha- El mundo es todo mío (5). Dios es el Dios de
cer. En parte inventaron las instituciones que ne- todos los hombres y el salvador de todos, va sean
t (-sitaban. En parte adoptaron las de otros pue­ moros o cristianos. Sin embargo, ha decidido re­
blos. En el caso presente toman ejem plo d e los orientar la historia y hacerla madurar desde den­
madianitas (el suegro de M oisés era sacerdote tro, mediante un pueblo suyo al que hará pasar
madianita). por experiencias decisivas.
Moisés, com o los demás jefes indiscutidos, ne­ Una nación que me es consagrada (6 ). Israel
cesitó tiem po para darse cuenta que todo andaría será el reino cuyo único rey es Y avé. Los hom ­
mejor com partiendo con otros sus responsabili­ bres que manden en Israel solam ente deberán
dades. Felizmente se había acostumbrado a escu­ procurar su justicia. Los israelitas son hombres li­
char a Dios, por lo que supo también escuchar a bres que pertenecen únicamente a Dios; por eso
sus familiares. no se dejarán contaminar por los ídolos, las cos­
El discurso de Jetró nos muestra la doble misión tumbres impuras y los falsos valores de los demás
de Moisés: profeta de Dios para guiar a la comuni­ pueblos.
dad, y juez entre las personas en los casos de liti­ Los tendré a ustedes com o un reino de sa­
gio. En realidad ambas cosas eran distintas sólo en cerdotes. En toda religión el sacerdote es el que
parte, pues él resolvía sus conflictos y aceptaba que se acerca a Dios y recibe sus comunicaciones. Is­
l( i consultaran sobre lo que debían hacer o no y así rael, en su conjunto, tiene este privilegio de c o­
•ais proyectos serían bendecidos por Dios y les iría nocer a Dios y acercarse a él en una forma com o
bien. Los jefes que él elige son el modelo de esos no pueden hacerlo los demás. Recibe las prom e­
•«icerdotes y «ancianos», o sea, notables, que regi­ sas de Dios para la humanidad y es allí donde
rán el pueblo de Israel.• aparecerán con mayor claridad las exigencias de
la justicia y de la fraternidad.
Esta alianza se concreta al pie del Sinaí, en
• 1 9 .1 Los israelitas han aprendido á conocer uno d e los lugares más im presionantes que se
o Dios, tanto en las circunstancias d e su salida puedan imaginar. Moisés y los ancianos, o sea,
com o en las pruebas del desierto. Entonces se representantes del pueblo, suben en m edio de
presentan a la cita que fijó Y avé cuando llamó a una tempestad eléctrica, mientras retumban los
Moisés en ese mismo lugar llamado H oreb o Si- truenos entre las quebradas. La lim pieza d e la
naí (Ex 3,12). H a llegado el m om ento d e tomar ropa, la prohibición de acercarse, las abstinen­
el com promiso que hará de ellos, para siempre, cias preparan los espíritus para sentir el «peso-
el pueblo de Dios. de Dios: es lo que significa en hebreo la palabra
EXODO 17
V
La victoria sobre Amalee de Israel, su pueblo, y cómo lo había saca*
do de Egipto.
• ‘ En Refidim los amalecitas v i­
2 Jetro, el suegro de Moisés, había acó
nieron a atacar a Israel. 9 Moisés dijo
d0 a »7 . ,ra\ esPosa de Moisés, después a l
a Josué: «Elígete algunos hombres y que Moisés la había despedido, 3 y con ella
marcha a pelear contra los amaleci­ sus dos hij'os. (Jno de esos hijos se llamaba
tas. Yo por mi parte, estaré mañana Guerson (pues su padre dijo: He estado
en lo alto de la loma, con el bastón peregrino en tierra extraña); 4 y el otro |l
de Dios en mi mano.» llamaba Eliezer (porque dijo: El Dios de mi
padre vino en mi ayuda y me libró de i
° ^OSLJé hizo com o se lo ordenaba espada de Faraón).
Moisés, y salió a pelear contra los Jetró, pues, el suegro de Moisés, le trn
amalecitas. Mientras tanto, Moisés, ¡o sus hijos y su espósa mientras acampa*
Aaron y Jur subieron a la cumbre de ba' « i el desierto, junto al monte de Dioi.
I? . F 19- '! Y sucedió que mientras Mando decir a Moisés: «Yo, Jetró, sue
Moisés tenía las manos arriba, se im­ gro tuyo, vengo a ti con tu esposa y tuí
dos hijos.» Moisés salió al encuentro de su
ponía Israel, pero cuando las bajaba, suegro, le hizo una profunda reverencia y
se imponían los amalecitas. lo beso. Se preguntaron el uno al otro
12 Se le cansaron los brazos a Moi­ acerca de su salud y entraron en la tienda,
sés; entonces tomaron una piedra y Moisés le contó a su suegro todo lo quo
sentaron a Moisés sobre ella, mientras Yave había hecho a Faraón y a los e q ia j
Aaron y Jur le sostenían los brazos, cios para bien de Israel, todas las dificulta­
des que encontraron en el camino y cómo
uno a cada lado. Así, Moisés mantuvo Yave los había librado. 1
sus brazos alzados hasta la puesta del 9 Jetró se alegró, mucho al oír todos los
sol y Josué hizo una enorme matan­ beneficios que Yavé había hecho a Israel
za entre la gente de Amalee. cuando lo sacó del poder de los egipcios,
Y dijo: «¡Bendito sea Yavé, que los ha li
berado a ustedes de los egipcios y de Fa
'I ^ nt°nces Yavé dijo a Moisés: «Escribe raon! Ahora reconozco que Yavé es el
todo esto en un libro para que sirva de re­ mas grande de los Dioses; lo demostró en
cuerdo y dile a Josué que yo no dejaré ni el el momento en que oprimían a su pueblo.»
recuerdo de Amalee debajo de los cielos.» Jetro, suegro de Moisés, ofreció un sa­
Luego Moisés edificó allí un altar a crificio y presentó a Dios ofrendas. Vinie­
Yave, al que puso por nombre: Yavé es mi ron entonces Aarón y todos los jefes de Is­
triunfo. Y declaró: 16 «La bandera de Yavé rael para compartir una comida con el
en la mano: Y avé está en guerra con suegro de Moisés en la presencia de Dios,
A m alee de generación en generación.»

Llega Jetró, suegro de Moisés


Institución de los jueces
Í18I ' Jetj ó- sacerdote de Madián y sue- • 13 AI día siguiente, Moisés se sen­
1-----L.9ro, de Moisés, se enteró de todo lo tó para hacer de juez y hubo gente
que Dios había hecho en favor de Moisés y en torno a él desde la mañana hasta

• 8 . La victoria sobre Am alee viene a comple-


¡ i ^ ? asi e xPe >,iencias, referentes a la Providencia
dwina. Josué dinae el combate pero Moisés tie-
U í o-aaes, aonde quedaron larqo
^ i e r?n n ^ ° sa iton’ con cual °b ra prodi­ tiempo, hasta que paso el otro grupo. Integraban !
gio^. D e Dios viene la victoria.
t n este relato la tradición cristiana ha recono- esta caravana los de Rubén, Sim eón, Lew y Ju-
cido siempre una imagen de la oración que obtie- da: estos entrarían a Palestina por el sur.
Dl.os ¡as victorias. La misión d e los profetas K , , „ " Í esY ndo ^rupo h,a bn'a salido con Moisés, 1
no es solamente de hablar sino de interceder an­ huyendo de noche en los años 1260. Estos to - 1
te Dios: 1 Sam 7 7; Jer 7,16; Ez 22,30. mar?n |¡. camino de los esclavos fugitivos, por el
sur del Sinai. Fueron testigos del milagro del Mar
ip r ,bi ia P°,s P ^ s en ta el cuadro her­ F °L ° luego, llegaron al Horeb pasando por el
moso del Exodo de todo un pueblo, está simplifi­
cando la realidad. Los historiadores tienen X m sector donde crecen los tamariscos que producen I
el mana (Ex 16,14; Núm 11,7). Después d e la '
P ° h l emosti- ° qYe ^arios grupos nómadas en-
n X e o ?.,sall.eron de Egipto en aquellos años: el « t e Srup 9,’ integrado por las
que se libero con Moisés fue uno de ellos. Más Ü ! D ,Efraim ’ Manases y Benjamín, debía en-
j relato b é lico parece mezclar los recuer­ *(f.r 3 y a>estina por el este, atravesando con Jo­
dos de dos grupos diferentes. sué el Jordán (Jos 3).
Uno habría sido expulsado de Egipto con oca-
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anos 1400, saliendo por la «ruta de las fortalezas , , * 1®.: Los hebreos y otros fugitivos que ha- j
bian salido d e E gipto con M oisés tuvieron que
EXODO 19
In Inrde. 14 El suegro de Moisés vio el y los pondrás al frente del pueblo c o ­
Imbajo que su yerno se imponía por mo jefes de mil, de cien, de cincuen­
■■I pueblo y le dijo: «¡Cómo te sacrifi- ta o de diez.
i ns por el pueblo! ¿Por qué estás ahí 22 Ellos harán de ju eces para tu
lii solo y todo este pueblo queda de pueblo a cualquier hora; te presenta­
i'ir a tu lado desde la mañana hasta rán los asuntos más graves, pero de­
Li larde?» cidirán ellos mismos en los asuntos de
' Moisés contestó a su suegro: «El menos importancia. Así se aliviará tu
pueblo viene a mí para consultar a carga pues ellos la llevarán contigo.
huís.16 Cuando tienen un pleito vie- 23 Si procedes com o te digo, Dios
iirn a mí, yo juzgo entre unos y otros, te com unicará sus decisiones y tú
v les doy a conocer las decisiones de podrás hacerles frente, y toda esa
(líos y sus normas.» gente llegará felizmente a su tierra.»
11 Entonces su suegro le dijo: «No 24 Moisés escuchó a su suegro e hi­
•« lo mejor com o tú lo estás nacien- zo todo lo que le había d ich o.25 Eligió
I". 18Acabarás por agotarte tú y este hombres capaces de todo Israel y Tos
pueblo que está contigo; pues la car­ puso al frente del pueblo com o jefes
pa es demasiado pesada para ti y no de mil, de cien, de cincuenta y de
puedes llevarla tu solo. 16 Ahora es- d ie z.26 Ellos atendían al pueblo a toda
■fíchame, te voy a dar un consejo, y hora para arreglar los problemas de
I líos estará contigo. menor importancia, y llevaban a Moi­
Tú serás para el pueblo el repre­ sés los asuntos más delicados.
guntante de Dios, y le llevarás sus
21 Luego Moisés despidió a su sue­
problemas. 20 Les explicarás las nor­
gro y lo encam inó hacia su tierra.
mas y las instrucciones de Dios, les
darás a conocer el camino que deben
uguir y las obras que tienen que Preparación de la Alianza
matizar. 21 Pero elige entre los hom ­
bres del pueblo algunos que sean va­ • ' El m ism o día en que empe­
liosos y que teman a Dios, hombres zaba el tercer mes después de
íntegros y que no se dejen sobornar, la salida de Egipto, los israelitas llega-

■n^artizarse. D ios n o les dictó lo que debían ha- El mundo es todo mío (5). Dios es el Dios de
i i'i. En parte inventaron las instituciones que ne- todos los hombres y el salvador de todos, ya sean
■i"iitaban. En parte adoptaron las d e otros pue­ m oros o cristianos. Sin embargo, ha decidido re­
blos. En el caso presente toman ejem plo d e los orientar la historia y hacerla madurar desde den­
iii.ulianitas (el suegro d e M oisés e ra sacerdote tro, mediante un pueblo suyo al que hará pasar
mndianita). p or experiencias decisivas. ,
Moisés, com o los demás jefes indiscutidos, ne- Una nación que me es consagrada (6 ). Israel
■«sitó tiem po para darse cuenta que todo andaría será el reino cuyo único rey es Yavé. Los hom ­
mejor com partiendo con otros sus responsabili- bres que manden en Israel solam ente deberán
i ludes. Felizmente se había.acostumbrado a escu- procurar su justicia. Los israelitas són hombres li­
i liar a Dios, por lo que supo también escuchar a bres que pertenecen únicamente a Dios; por eso
m i s familiares. no se dejarán contaminar por los ídolos, las cos­
El discurso de Jetró nos muestra la doble misión tumbres impuras y los falsos valores de los demás
di- Moisés: profeta de Dios para guiar a la comuni­ pueblos.
dad, y juez entre las personas en los casos de liti- L o s tendré a ustedes com o un reino de sa­
lllo. En realidad ambas cosas eran distintas sólo en cerdotes. En toda religión el sacerdote es el que
liarte, pues él resolvía sus conflictos y aceptaba que se acerca a Dios y recibe sus comunicaciones. Is­
l<i consultaran sobre lo que debían hacer o no y así rael, en su conjunto, tiene este privilegio de c o­
m i s proyectos serían bendecidos por Dios y les iría nocer a Dios y acercarse a él en una forma com o
bien. Los jefes que él elige son el modelo de esos n o pueden hacerlo los demás. Recibe las prom e­
sacerdotes y «ancianos», o sea, notables, que regi­ sas de Dios para la humanidad, y es allí donde
rán el pueblo de Israel.• aparecerán con m ayor claridad las exigencias de
la justicia y d e la fraternidad.
Esta alianza se concreta al pie del Sinaí, en
• 1 9 .1 Los israelitas han aprendido á conocer uno d e los lugares más im presionantes que se
n Dios, tanto en las circunstancias d e su salida puedan imaginar. Moisés y los ancianos, o sea,
como en las pruebas del desierto. Entonces se representantes del pueblo, suben en m edio de
presentan a la cita que fijó Y avé cuando llamó a una tempestad eléctrica, mientras retumban los
Moisés en ese mismo lugar llamado H oreb o Si- truenos entre las quebradas. L a lim pieza d e la
uaí (Ex 3,12). H a llegado el m om ento de tomar ropa, la prohibición d e acercarse, las abstinen­
•I com promiso que hará d e ellos, para siempre, cias preparan los espíritus para sentir el «peso»
el pueblo de Dios. d e Dios: es lo que significa en hebreo la palabra
EXODO 19 94
ron al desierto de Sinaí. 2 Habían sali­ que sea apedreado o flechado; sea
do de Refidim, y llegaban al desierto hombre o animal, no debe vivir más.
de Sinaí donde acamparon. Solam ente cuando se oiga el toque
L o s isra elita s e s ta b le c ie ro n su de cu erno algu nos podrán subir.»
ca m p a m en to fren te al m on te, 3 y 14 Moisés bajó del monte y lo con
Moisés subió hacia Dios, Yavé lo lla­ sagró; lavaron sus ropas, 15 y Moisés
m ó del cerro y le dijo: «Esto es lo que dijo: «N o tengan relaciones sexuales
dirás a los hijos de Jacob, lo que ex ­ y estén listos para pasado mañana.»
plicarás a los hijos de Israel: 16 Al tercer día, al amanecer, hub
4 (Jstedes han visto cómo he tratado sobre el monte truenos, relámpagos
a los egipcios y que a ustedes los he y una espesa nube; se oía un sonido
llevado sobre las alas del águila para muy fuerte de cuerno. En el campa­
traerlos hacia m í.5 Ahora, pues, si us­ mento todo el pueblo se puso a tem­
tedes m e escuchan atentam ente y blar. 17 Entonces Moisés los hizo salir
respetan mi alianza, los tendré por mi del campamento para ir al encuentro
propio pueblo entre todos los pueblos. de Dios, y se detuvieron al pie del
Pues el mundo es todo m ío ,6 pero los monte. 18 El monte Sinaí entero hu­
tendré a ustedes com o un reino de sa­ meaba, porque Yavé había bajado en
cerdotes, y una nación que me es medio del fuego. Subía aquel humo
consagrada.» com o de un horno, y todo el monte
1 Entonces Moisés bajó del cerro ytemblaba muy fuerte.19El sonido del
llamó a los jefes del pueblo, y les. ex­ cuerno iba creciendo: Moisés hablaba
puso todas estas instrucciones que y Dios le contestaba con el trueno.
Yavé le había da d o .8 Todo el pueblo a 20 Yavé bajó a la cumbre del monte
una voz contestó: «Haremos todo lo Sinaí y, desde allí, llamó a Moisés. Y
que Yavé ha mandado.» Luego Moisés Moisés subió.
llevó a Yavé la respuesta del pueblo. 21 Yavé dijo a Moisés: «Baja del mon­
9 Yavé dijo a Moisés: «Yo vendré a te para advertir al pueblo que no tras­
ti en medio de una espesa nube para pase los límites para acercarse a Yavé
que el pueblo oiga cuando yo hable y para ver algo, no sea que perezcan
contigo y tenga fe en ti también para muchos.22 Que también los sacerdotes
siempre.» que se acercan a Yavé se santifiquen, i
10 Yavé dijo a Moisés: «Vuelve don­ no sea que Yavé los deje tendidos en el
de el pueblo y mándales que se puri­ suelo.» 23 Moisés contestó: «El pueblo
fiquen hoy y mañana; que laven sus no puede subir al monte, pues se lo
ropas " y estén listos para pasado prohibiste y me dijiste: Pon un cerco al
mañana, porque pasado mañana Ya­ pie del monte y tenlo por lugar sagra­
vé bajará a vista de todos sobre el do.» 24 Y Yavé prosiguió: «Anda, baja
monte Sinaí. 12 Señala al pueblo un lí­ del cerro y sube luego con Aarón; pero
mite alrededor del monte, y diles que que los sacerdotes y el pueblo no in­
no traten de subir al monte o de al­ tenten traspasar el límite para subir ha­
canzarlo. Todo aquel que traspase el cia Yavé, no sea que él los deje tendi­
límite deberá morir. 13 Que nadie pon­ dos en el suelo.» 23 Moisés, pues, bajó
ga las manos sobre el culpable, sino hasta el pueblo y les dijo...

«gloria» (24,16). Tam bién dan a entender a este heb reos han soltado el yu go d e la escla vitu d ,!
pueblo que ha de ser santo, en el sentido de se­ p e ro n o pueden p rogresar sin una Ley. A l ni­
parado de los demás y consagrado para Dios. ñ o , sus educadores le im ponen una disciplina ]
Jesús record ó esta alianza durante la última para form a r su voluntad, dom ar sus caprichos, |
Cena con sus apóstoles (Me 14,24). En la ora­ end erezar su gen erosidad. L o m ism o el pueblo 1
ción que siguió, pidió p or que los creyentes fue­ de Israel necesitaba ser som etido a la L e y du­
ran el nuevo pueblo santo, (Sal 22 ,3 2 ) consagra­ rante siglos antes d e que fuera m aduro para
do a Dios, sacerdotes de D ios para todas las recibir el Espíritu. Estando som etidos a la Ley,
n aciones: Jn 17; 1 P e 2 ,5 ; A p 1,6 y 5 ,1 0 . d escu b rirán que o fe n d e n a D io s co n sta n te ­
En la Biblia se usará la palabra ¡a Ley para de­ m ente.
signar el conjunto de leyes que se originaban en N o olviden que aquí se habla de la preparación
la Alianza pactada entre Y avé e Israel en el m on­ d e la Alianza. Esta se concluye en el cap. 24,
te Sinaí. después del paréntesis que constituyen las leyes
La Ley indica, de p o r sí, algo pesado. Los d e los cc. 20-23. I
•)5 EXODO 20
El Decálogo guna de lo que hay arriba, en el cie­
lo, abajo, en la tierra, y en las aguas
• 1 Entonces Dios dijo todas debajo de la tierra. 5 N o te postres
estas palabras: ante esos dioses, ni les sirvas, por­
2 «Yo soy Yavé, tu Dios, el que teque yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios
sacó de Egipto, país de ia esclavitud. celoso. Yo pido cuentas a hijos, nie­
1No tendrás otros dioses fuera de mí. tos y biznietos por la maldaá de sus
4 No te harás estatua ni imagen al­ padres que no m e quisieron. 6 Pero

• 2 0 .1 Moisés sube al m onte Sinaí para reci­ dos querubines, o ángeles, que la cubren con sus
bir las leyes de Dios... y la Biblia pon e a conti­ alas (1 R 6,23-28). En esto no hay contradicción:
nuación dos conjuntos de leyes. El primero, más los querubines n o eran considerados dioses y no
breve, contiene los diez mandamientos. Lu ego exigían un culto aparte, sino que eran espíritus
viene otro código, del tiem po en que los israelitas servidores de Dios. D el m ism o m od o la Iglesia
se establecieron en Canaán, llamado C ód igo de aprueba las estatuas de M aría y de los santos
la Alianza (20,22-23,33). porque no son dioses, sino servidores del Unico,
Yo soy Yavé, tu Dios. P or importantes que y no les pedimos algo que Dios no quiere dar.
sean los diez mandamientos que integran el D e­ Sólo él es bueno (Le 1 8 ,1 9 ) y de él procede todo
cálogo, más todavía im porta la manera de pre­ bien (Stgo 1,17). Para dar un ejemplo, no servi­
sentarlos. Pues esto de no matar de no robar, se mos a María con otra manera de vivir que no sea
enseña en cualquier sociedad civilizada. Pero aquí la imitación de Cristo; no esperamos de ella sino
habla Y avé, Dios vivo y único, con la autoridad lo que el Padre decidió dam os por su intermedio.
del que liberó a Israel d e la esclavitud y ahora Pero también se prohíbe hacer representacio­
quiere ponerlo a su p ro p io servicio. Y porque nes de Y avé. Y la razón de esto es que Dios su­
quiere nacer de ellos hombres libres en un pueblo pera todo lo que nosotros podem os imaginar o
libre, les im pone las leyes fundamentales sin las pensar a su respecto. La Biblia nos prohíbe ade­
i nales volverán a ser esclavos: más de que nos formem os un Dios según nuestra
Para empezar. Dios debe ser reconocido com o manera de pensar. Fácilmente querríamos que
Unico, Santo y Celoso: w . 3-11. Dios pensara com o nosotros, y la fe de mucha
N o tendrás otros dioses fuera de mí. Y a v é es g en te se desvan ece cuando D ios n o dirige los
i>l Dios Celoso, a diferencia de los dioses de otros acontecimientos com o ellos piensan que debería
pueblos qu e a c e p ta n qu e d ivinid ad es riva les haberlo hecho.
abran tiendas a su lado y den satisfacción a peti­ ¿Por qué, pues, representamos a Jesús? Senci­
ciones que ellos mismos no pueden atender: si llamente porque, siglos después de estas prim e­
Dios no m e escucha en tal Iglesia, iré a pedir en ras enseñanzas cíe D ios a Moisés, Dios vino a no­
otra... Y con esto tenemos un dios para la gue­ sotros en la persona de su Hijo. El es la imagen
rra, otro para ¡a lluvia, otro para las mujeres em ­ d e Dios (Col 1,15) y en él vieron los apóstoles al
barazadas. Son dioses útiles para aquella gente Dios hecno hombre (1 Jn 1,1). El violento recha­
que ve en la religión el medio de conseguir sana- zo a cualquier imagen que se venere era una eta­
dones y beneficios. Y avé, en cambio, no está al pa necesaria en ia educación de la fe de Israel.
servicio de Israel, sino que som os nosotros los P ero Moisés nada sabía de la venida de Cristo,
que le servimos, y sus mandamientos pasan antes por lo tanto nada podía decir del misterio del H i­
que nuestras voluntades. jo y del Padre, ni menos aún sobre las imágenes
Y o pido cuentas a hijos, nietos... La oposición de Jesús.
que se establece entre hijos y nietos por una parte Idolos e idolatría. Ver com. 2 R 17; Is 30,22;
V mil generaciones por otra, es una manera de de­ Ez 23,5.
cir que Dios, ciertamente, no deja el pecado sin Los hebreos llamaron sabat, o sea, Descanso,
castigo, que corrige al pecador, pero que a pesar al último día de la semana (de ahí viene sábado).
de esto su misericordia es sin límites. V er al respecto G én 2,2-3 y comentario. Pues el
Esta frase precisa al mismo tiem po lo que sig­ séptimo aía Yavé descansó: en Dt 5 ,1 5 se da
nifica «Dios celoso». Este término, frecuente enTa un motivo algo diferente.
Biblia, significa que Dios no cierra los ojos, que Puesto que sabaí significa descanso, puede ser
siempre restaurará la justicia, que no aceptará sabat cualquier día de la semana que se haya con­
que los que le pertenecen traicionen su vocación. sagrado a Dios, y no necesariamente el día que se
N o tenarás estatua ni imagen alguna de lo que llamó «sábado». Los apóstoles de Jesús entendie­
liay en la tierra. Se prohíbe cualquier imagen de ron que Jesús había inaugurado los «tiempos nue­
criaturas que pasarán a ser dioses rivales del Unico y vos» por su muerte y su resurrección, el día si­
que exigirán un culto (o sea, una forma d e vivir) guiente al sábado. P or esta razón escogieron este
prohibida por la Ley de Dios. En aquel tiempo se «primer día de la semana» (He 20,7; 1 C or 16,2;
honraba a los dioses cananeos con la prostitución Ápoc. 1,10) com o día santo de los cristianos, y lo
sagrada; ídolos e inmoralidad iban a la par. llamaron domingo, es decir, día del Señor. Pues
N o te postres ante esos dioses: ante esas cria- no dudaban que tenían más autoridad que el mis­
luras del cielo y de la tierra. N o es que se prohíba m o Moisés (2 C or 3,7-12).
d arte sino la imagen que ayuda a servir a la cria­ En los tiempos m odernos, los trabajadores tu­
tura en vez de a Dios. vieron que luchar para que se reconociera el do­
Las cosas que hay arriba en el cielo: es de­ mingo com o día festivo. Quizá no ven la im por­
cir, el sol y la luna que en la antigüedad eran tan cia d e l d e sc a n s o p a ra la vid a hum ana y
consideradas com o poderes divinos. Las cosas cristiana los que fácilmente trabajan aun el d o­
que están en la tierra o en las aguas: esto se m ingo. A pesar d e que Jesús reaccionó ep el
refería a los animales sagrados que se adoraban Evangelio contra la observancia demasiado rigu­
en Egipto. rosa del sábado (Mt 12; Jn 5). el descanso sema­
Eso no obstante, la misma Biblia dispone que nal corresponde a una necesidad para la familia y
el Arca de Dios descansará entre imágenes: los para las personas.
EXODO 20 96 97 EXODO 22
me muestro favorable hasta mil g e ­ No codicies su mujer, ni sus servido­ nión, tus ovejas y vacas; vendré a ti y te 22 Si unos hombres, en el curso de una
neraciones con los que m e aman y bendeciré en todo lugar en que yo haya re­ pelea, dan un golpe a una mujer embara­
res, su buey o su burro. No codicies zada provocán dole un aborto, sin que
observan mis mandamientos. nada de lo que le pertenece.» velado mi Nombre.
25Si me haces un altar de piedra, no se­ muera la mujer, serán multados conforme
7 No tomes en vano el nombre de 18 Mientras tanto, todo el pueblo a lo que imponga el marido ante los jue­
Yavé, tu Dios, porque Yavé no dejará rán piedras labradas, porque al trabajarlas
estaba mirando: todo era truenos, re­ con el hierro quedarían profanadas. ces. 23 Pero si la mujer muere, pagarán vi­
sin c a s tig o a a qu el que tom a su lámpagos y sonido de trompeta en el ' Tampoco subirás por gradas a mi altar, da por vid a ,242 *ojo por ojo, diente por dien­
5
nombre en vano. cerro que humeaba. Al verlo el pue­ para que no se descubra tu desnudez. te, m ano por m a n o, p ie por pie,
8 A cu érdate del día del Sábado, 25 quemadura por quemadura, herida por
blo temblaba de miedo, y se mante­
para santificarlo. 9 Trabaja seis días, Fy T ] 'Les dictarás estas leyes: herida, golpe por golpe.
nían a distancia. 26 Si un hombre na herido el ojo de su es­
y en ellos haz todas tus faenas. 10 Pe­ 1^* I 2 Si compras un esclavo hebreo, te
19 Entonces dijeron a Moisés: «Ha­ servirá seis años: el séptimo saldrá libre sin clavo o esclava, dejándolo tuerto, le dará
ro el día séptimo es día de descanso, bla tú con nosotros, que te escucha­ la libertad a cambio del ojo que le sacó.
pagar rescate. 3 Si entró solo, saldrá solo.
consagrado a Yavé, tu Dios. Que na­ remos; pero que no hable Dios, no Si tenía esposa, ella también quedará libre 27 Si le hace saltar un diente, lo dejará libre
die trabaje: ni tú, ni tus hijos, ni tus sea que muramos.» 20 Moisés les res­ lo mismo que él. 4 Si su patrón le dio la también a cambio de su diente.
hijas, ni tus siervos, ni tus siervas, ni pondió: «No teman, pues Dios ha ve­ mujer de la que tiene hijos, éstos y la ma­ 28 Si un buey cornea a un hombre o a
tus animales, ni los forasteros que vi­ nido para probarlos; él quiere que su dre serán del patrón y él saldrá solo. una mujer y los mata, será muerto a pe­
5 Si el esclavo dice: «Estoy feliz con mi dradas. Su carne no podrá comerse, pero
ven en tu país. " Pues en seis días temor permanezca en ustedes y así el dueño del buey quedará libre.29*Mas si el
Yavé hizo el cielo y la tierra, el mar y no pequen.» patrón, con mi esposa V mis hijos, no quie­
ro salir libre solo»,6el dueño lo llevará ante buey corneaba de tiempo atrás, y su dueño
cuanto hay en ellos, y el séptimo día 2 El pueblo, pues, se mantuvo a Dios y acercándolo a los postes de la puer­ aun advertido no lo vigiló, y ese puey mata
descansó. Por eso bendijo el Sábado distancia mientras Moisés se acerca­ ta de su casa le horadará la oreja con su a un hombre o a una mujer, será muerto a
y lo hizo sagrado. punzón y este hombre quedará a su servi­ pedradas, y su dueño también morirá. Si
ba a la densa nube donde estaba los jueces le imponen solamente una mul­
12 Respeta a tu padre y a tu madre, Dios. cio para siempre.
7Si un hombre vende a su hija como es­ ta, dará a cambio de su vida todo cuanto le
para que se prolongue tu vida sobre la
clava, ésta no recuperará su libertad como impongan.
tierra que Yavé, tu Dios, te da. El código de la Alianza 31 Si cornea a un muchacho o a una mu­
hace cualquier esclavo. 8 Si la joven no
13 No mates. .igrada a su dueño que debía tomarla por chacha, se seguirá la misma norma. 32*Si lo
,‘l No cometas adulterio. • 22 Yavé habló a Moisés: «Esto dirás a esposa, el dueño aceptará que otro la res­ hace a un esclavo o a una esclava, se pa­
15 No robes. los hijos de Israel: ya han visto cómo yo cate; pero no la puede vender a un extran­ garán treinta sidos de plata al dueño de
les he hablado desde el cielo. 23 No pon­ jero, en vista de que la ha traicionado. 9 Si ellos, y el buey morirá apedreado.
16 No atestigües en falso contra tu
drán junto a mí dioses de plata ni de oro la casa con su hijo, le dará el trato de una 33 Si uno deja abierto un pozo, o si no ta­
prójimo.
24 A mí me harás un altar de tierra y so joven libre. 10 Si se casa con ella y, des­ pa el pozo que está cavando, y luego cae
17 No codicies la casa de tu prójimo. bre él ofrecerás tus sacrificios de comu en él un buey o un burro, 34* el propietario
pués, con otra, no le disminuirá a la prime­
ra ni el vestido ni los derechos conyugales. del pozo pagará al dueño de los animales
" Fuera de estos tres casos, la joven saldra el precio en dinero, pero el animal muerto
N o tomes en vano el nombre de Yavé. Hay vida del hombre. Cuando los israelitas se insta*
cuatro maneras de invocar en falso el nombre de libre, sin pagar nada. . , será suyo.
laron en Palestina y pasaron de la vida nóma­ 35 Si el buey de uno cornea al buey de
Yavé: 12 El que hiera a otro y lo mate, morirá.
da a la de agricultores, se redactó un conjunto otro, causándole la muerte, venderán el vi­
Usarlo, com o se hacía entonces, para fórmulas %% leyes que encontram os a continuación 11Si causó la muerte del otro sin intención
mágicas, com o queriendo sacar el poder de Dios 20,22-23,19. Fue llamado «Código de la Alian1 de matarlo, solamente porque Yavé dispu­ vo, repartiéndose el precio; del mismo mo­
a la tuerza. do se repartirán el buey muerto. 38 Mas si
za» y posiblemente, fue adoptado soiemnemen • so así el accidente, tendrá que refugiarse
MtJ5 3 3 f ° r SU nombre y no cumP,ir (Sir 23 ,9 y po j j d o c e tribus cuando se reunieron a¡ en el lugar que yo te señalaré. era notorio que el buey corneaba desde
llamado de Josué para renovar la Alianza con tiempo atrás, y su dueño no lo vigiló, pa­
Blasfemar, o sea, insultar el nombre de Y avé, Yave (ver Jos 8,30). 14 Pero si alguien ataca a su prójimo y lo
gará buey por buey, y el muerto sera suyo.
25 T ü ) acarreaba *a condenación a muerte (Lev N o vamos a pensar que Dios dictó a su pueblo mata por traición, hasta de mi altar lo
todo lo que esta en la Biblia. Una prueba de esto 37 Si uno roba un buey o una oveja y los
pronunciar o invocar el nombre de Y avé sin arrancarás para matarlo.
es el presente código de leyes. Una parte la for­ mata o vende, pagará cinco bueyes por un
razón importante. Por esta razón, en los últimos man leyes de los pueblos d e Canaán, que los is­
15El que le pegue a su padre o a su ma­ buey y cuatro ovejas por una.
siglos del Antiguo Testamento los judíos se acos­ raelitas adoptaron tales cuales eran, porque les dre, muera sin remedio.
tumbraron a no pronunciar el nombre de Yavé
reemplazándolo por el de «el Señor», o «el N om ­
parecieron justas y buenas. Otra parte son las le­ 16El que rapte a una persona, la haya r~ ~ i 'Si un ladrón, sorprendido de noche
yes propias de Israel, dictadas por Moisés o con­ vendido o este en su posesión, muera sin
bre», o «los Cielos».
secuentes con su enseñanza. Estas últimas se re­
forzando una casa, es herido mortal­
Respeta a tu padre y a tu madre: ver Sir 3,2. con ocen porque dicen «tú» o «ustedes», o bien remedio. mente, el que lo mató no será culpado.
N o robes. Para que haya confianza y unión empiezan con «el que». 17El que maldiga o trate sin respeto a su 2 Mas si lo nace ya salido el sol, se le cul­
dentro de una comunidad, es preciso que cada
uno tenga sumo respeto a las pertenencias de su
N óte s e que Israel ag ra vó las p en as contra padre o su madre morirá. pará. , . .
quien m ata a su p ró jim o (G én 4 ,1 5 y 9,15 ): la 3 Si alguien no tiene para devolver lo que
prójimo, que pague sus deudas y no haga suyo lo te en D ios lleva a respetar y a p ro te ge r la vida 18Si dos hombres se pelean y uno hiere al
que encuentre a mano. Sin embargo, este manda­ humana. H o y todavía juzga nuestra sociedad otro con una piedra o con el puño, pero no robó será vendido él mismo para pagar. Si
miento no debe ser invocado para justificar cual­ llamada liberal, que bien p o c o respeta la vida muere, sino que, después de guardar cama, lo robado se encuentra vivo en su poder,
quier tipo de propiedad privada. Para la Biblia, la
tierra pertenece a Dios y quien la ocupa es sola­
c u an d o fa lta e l d in e r o ; y n o h a b le m o s del lupuede levantarse y andar por la calle apo­ sea buey, burro u oveja, debe restituir el
aborto. yado en un bastón, el que le hirió no sera doble.
mente su administrador. La Biblia no acepta que Al presentar este código adaptado a una socie-
algunos se ap od eren de la riqueza nacional y culpado, pero pagará sus jornales perdidos 4 Si uno deja suelto su ganado para que
dad primitiva, la Biblia nos invita a prom over una
otro s queden faltos d e to d o (ver L e v 2 5 ,1 3 ). legislación adaptada a nuestra sociedad industrial, hasta que su recuperación sea completa. paste en su chacra o en su viña, y el gana­
En e í N uevo Testamento se comentan los diez pero inspirada por el mismo espíritu solidario. La 20 Si un hombre golpea a su esclavo o do pasta en campo ajeno, devolverá con lo
mandamientos: Mt 5 22; 5 33; 5 ,27; M e 7,10;
L e 18,20; R om 7,7; 13,Ó; ¿ tg o 2,11.
Iglesia no tiene que resolver los problemas com ­ esclava con un palo, si mueren en sus ma­ mejor de su propio campo o de su propia
plejos de nuestro tiem po, pero puede, eso sí, re­ viña. , .
tomar los principios generales de una vida con­
nos, será reo de crimen. 21Mas si sobrevi­
5 Si se prende fuego a los matorrales y
• 22. £/ Decálogo (o sea, los diez manda­
form e a la voluntad ae Dios, adaptándolos a la ven uno o dos días no se le culpará, por­
mientos) necesita concretarse para que dirija la sociedad actual. que le pertenecían. éste pasa a los árboles frutales o a los
EXODO 22
sembrados que están en el campo, el que
prendió el fuego pagará e! daño. te manto cubre el cuerpo de tu próll
Cuando uno dé a otro dinero o ¡ovas en m o y protege su piel; si no, ¿cóm«
deposito, para que se los guarde, y son ro­ podra dormir? Si no se lo devuelve»
bados de la casa de éste, el ladrón, si es el clamará a mí, y yo lo escuchaw
hallado restituirá el doble. ' Si no es halla­ porque soy compasivo.
do el ladrón, el dueño de la casa será pre-
sentado ante los jueces y jurará no haber 27 N o blasfem arás el Nom bre d»
echado mano de las cosas de su prójimo ni Dios ni maldecirás al que es jefe en
haber tenido parte en el robo. » Cualquier tu pueblo. ■
pleito en que se sospeche que uno de los N o tardarás en o fre ce rm e rn
dos estafo al otro, ya se haya perdido buey parte de tus frutos y de tu cosecha
burro, cordero o manta, será llevado ante Me daras el primogénito de tus hijos
Dios, V al que Dios declare culpable resti-
tuira el doble a su prójimo. Lo mism o harás con los primero» I
9 Si alguien pasa a su prójimo, para quenacidos de tus vacas y ovejas; sietr
se lo guarde, un burro, buey u oveja o días estarán con su madre, y al octa
cualquier otro animal, y éste muere, sufre vo me los ofrecerás.
algún daño o es robaao sin que nadie lo Sean para mí c o m o persona»
vea, el asunto se decidirá por un jura­ consagradas: ustedes no comerán df I
mento. El que lo guardaba jurará que no la carne aue haya sido destrozad»'
tomo nada de lo de su prójimo. El dueño
se dara por satisfecho y el otro no tendrá por animales en el campo, sino que
que devolver. se la darán a los perros.
Si el animal fue robado por descuido
del depositario, este pagará el daño. 12Si el
anim i i 19 Sl° ° destrozado por una fiera 23 N o a te stig ü es en fa lso ni
ayudes al malvado dando un
que el depositario traiga como prueba los
restos, y no habra restitución. testimonio injusto.
13 Si uno pide a otro que le preste un ani­ 2 No sigas a la mayoría para obrai
mal, y este sufre un daño o muere en au- mal; no desviarás de la justicia pam
?4e<?.clf .d e~su dueño, pagará restitución. decir lo que todos dicen. 3 Tratando
, b.],el dueño estuvo presente, no hay resti-
tucion. Si e animal es alquilado, el dueño se de justicia, no favorecerás ni si
recibirá el alquiler, quiera al pobre.
s El que-----seduce
- ua unu
unajuvcii
joven nú
no Lasada
casada Vv 4 Cuando en cu entres perdido el
a f l IPCta o n n o lí-. 1^ QQl ___ <
se acuesta con ella, la dotará y se casará
con ella. Si el padre de la niña no se la llevarás6 bUrr° de tU enemi90 - se 1(1
quiere dar, el otro pagará en dinero la dote 3 Si ves caído con la carga al burro
qui7 ^.uelen recibir las esposas. del que te quiere mal, no pases de
vidaA los hechiceros no los dejarán con
*ar9 °¡ sino ayúdalo a levantarlo.
18 El que tenga relación sexual con una N o tuerzas el derecho del pobre
bestia morirá. en su pleito. 1
19 El que ofrezca sacrificios a otros dio- 7 A léjate de la mentira. No harás
sef0>fuera de Yave, será muerto. morir al inocente ni al justo, porque
No maltratarás, ni oprimirás a los ex­
tranjeros, ya que también ustedes fueron yo8do perdonaré al culpable.
extranjeros en tierra de Egipto. No recibas regalos, porque los re­
galos deslumbran a los prudentes v
perjudican los derechos de los justos
, , P ° h?,r£,n daño a la viuda ni al N o oprim an a ios extranjeros,
huérfano. Si ustedes lo hacen, ellos pues ustedes saben lo que es ser ex­
clam aran a mí, y y o escucharé su tranjero. Lo fueron ustedes en la tie
clamor, se despertará mi enojo y a rra de Egipto.
ustedes los mataré a espada; viudas
quedarán sus esposas y huérfanos Seis años sembrarás tus campos v sa
caras sus frutos; " al séptimo no los culti
sus hijos. Si prestas dinero a uno varas y los dejarás descansar. Los pobre!
de mi pueblo, al pobre, que tú cono­ de tu pueblo comerán lo que encuentrer
ces, no serás com o el usurero, no le allí, y si sobra algo, lo comerán los anima-
exigirás interés. 25 Si tomas en pren­ Ies del campo. Haras lo mismo con tu viña
da el manto de tu prójimo, se lo d e­ y tu olivar.
volverás al ponerse el sol, 26 pues es­ Seis días trabajarás, y al séptimo des­
cansaras; tu buey y tu burro reposarán, y
'19 EXODO 24
rl hijo de tu esclava podrá respirar, tal co­ antes bien destruirás sus dioses y ha­
mo el extranjero. rás pedazos sus estatuas.
13Cumplan todas estas cosas que les he
dicho. No invoquen a dioses extranjeros, ni 25 (Jstedes sólo servirán a Yavé, y
•liauiera los nombren. yo b e n d eciré tu pan y tu agu a, y
4 Tres veces al año me celebrarán conapartaré de ti todas las enferm eda­
una fiesta: des. 26 N o habrá en tu país mujer que
15 La celebración de la fiesta de los Azi­ aborte o sea estéril; y prolongaré los
mos será de siete días. Comerás panes sin
días de tu vida. 27 Sembraré el terror
levadura, como te tengo mandado, en el
mes de Aviv (de la primavera), el mes en delante de ti y exterminaré todos los
i|ue saliste de Egipto. Ustedes no se presen­ pueblos del país en que tú entrarás;
tirán delante de mí con las manos vacías. haré que todos tus enem igos huyan
16Luego la fiesta de la siega de los prime­ ante ti.
ros frutos de tus trabajos, de todo aquello
que hayas sembrado en el campo. 28 Enviaré avispas delante de ti que ha­
Luego la fiesta de la recolección a fin de rán huir de tu presencia al jeveo, al cana-
uño, cuando recoges todos los frutos del neo y al heteo. 29 No te los quitaré de tu
campo. paso en un solo año, no sea que la tierra
17Con eso, todos tus varones se presen­ quede desierta y se multipliquen las fieras
tirán tres veces al año delante de Yavé, tu en perjuicio de ustedes. 30 Los expulsaré
Señor. 18 No ofrecerás con pan fermentado poco a poco, mientras te hagas fuerte y te
In sanare de mis víctimas, ni guardarás apoderes de la tierra.
hasta el día siguiente su grasa. w Llevarás 31 Fijaré tus fronteras desde el Mar Rojo
o la casa de Yavé los primeros y mejores hasta el mar de los filisteos (Mediterráneo)
frutos de tus tierras. No cocerás el cordero y desde el desierto hasta el río Eufrates.
rn la leche de su madre. Pondré en tus manos a los que ocupan el
país y tú los echarás fuera.
• 20 Ya estoy enviando a mi Angel 32 No hagas pacto alguno ni con ellos ni
delante de ti para que te proteja en el con sus dioses.33No habitarán en tu tierra,
viaje, hasta introducirte en el lugar que no sea que te lleven a servir sus dioses y a
le ne preparado.21 Anda derecho en su
pecar contra mí: eso sería tu ruina.
presencia y hazle caso: no le seas re­ FjTl ' A M oisés, e n ton ces, D ios le d ijo :
belde. Sepas que no perdonará tus fal­ 1——I «Sube donde Yaué, tú, Aarón, Naaab
las, pues en él está mi Nombre. y A b ih ú , con setenta de los ancianos de Is­
rael. Ellos adorarán desde le jo s ,2 y Moisés
22 Si le escuchas y haces todo lose acercará solo a Yaué; ellos no se acerca­
que yo te diga, seré enem igo de tus rán, y tam poco el pu eb lo subirá con ellos.»
enemigos y adversario de tus adver­
sarios. 23 Mi Angel irá delante de ti y
le introducirá en el país del amorreo, Conclusión de la Alianza
del heteo, del fereceo, del cananeo, • 3 Moisés bajó del monte y contó
del jeveo y del jebuseo, a los cuales al pueblo todas estas palabras de Ya­
yo exterminaré. vé y todas sus leyes. Contestaron de
24 No adorarás a sus dioses; no los una sola voz: «Nosotros cumpliremos
servirás ni harás lo que allá se hace; con todo lo que Yavé ha dicho.» 4 Y

• 2 3 .2 0 Estoy enviando a mi Angel delante que Pablo dice en 1 C o r 8 respecto de las car­
iIr ti. Es muy difícil hablar bien de la Providencia nes sacrificadas a los ídolos vale también en el
iic Dios con nosotros. ¿V oy a decir a cada m o­ presente caso.
mento: «Esto es obra de Dios»? Aquí se habla del
«ángel» que Dios envía delante de Israel. Es una • 2 4 .3 Los acontecimientos más importantes
numera de decir que Dios protege y guía a los su­ de la Biblia son a veces los más brevemente rela­
yos valiéndose de innumerables intermediarios, tados. A l pie del m onte Sinaí se firma la Alianza
visibles e invisibles. que regirá la vida de Israel, pueblo de Dios. Sola­
Harás pedazos sus estatuas (24). Esta des- mente seis siglos después, fos profetas, al ver la
IMicción d e los ídolos ha sido entendida muchas continua violación de dicho pacto por parte de su
vrces en siglos pasados d e tal form a que se nación, empezaron a anhelar y a anunciar una
■li'struyeron muchos te m p lo s y obras d e arte de nueva Alianza, en la cual Dios cambiaría la m en­
InK religiones no cristianas. T al vez era imposi- te y el corazón de sus fieles para que lo sirvieran
lili’. que- fuera d e otra m anera, si se tom a en sin faltas ni infidelidades (Jer 31,31).
i lienta la mentalidad d e dichos tiem pos. P ero Dos escenas se juntan en la celebración de la
hoy com prendem os que dicha palabra se refie- Alianza. Prim ero Moisés y los notables de Israel
r« a la adoración y al culto d e falsos dioses. L o presencian la Gloria de Y avé sobre el Sinaí. Lúe-
EXODO 24
lón |
Moisés escribió todas las palabras de bia elegido, sino que vieron a Dio»
Yave.
luego comieron y bebieron.
Al despuntar el día, Moisés levantó
un altar al pie del monte y, al lado Dios da las Tablas de la ley
del altar, doce piedras por las doce
tribus de Israel. 3 Luego mandó algu­ 12 Y avé dijo a Moisés: «Sube a lo
nos jóvenes para que ofrecieran vícti­ mas alto def cerro y detente allí. Yo
mas consumidas por el fuego y sacri­ te daré unas tablas de piedra con ln
ficaran novillos com o sacrificios de enseñanza y los mandamientos qur
comunión. tengo escritos en ellas, a fin de qu.
los enseñes al pueblo.»
6 Moisés tomó la mitad de la san­
13 Partió, pues, Moisés con Josu¿,
gre y la echó en vasijas; con la otra
su ayudante, y a scendió el moni«
mitad roció el altar. 7 Después tomó
de Dios. 14 Había dicho a los ancia
el libro de la Alianza y lo leyó en pre­
nos: «Aguarden aquí hasta que re
sen cia del pu eblo. Respondieron-
gresem os. Ahí quedan con ustedes
«O b edecerem os a Y avé y harem os
Aaron y Jur, de m anera que si sr 1
todo lo que él pide.» “ Entonces Moi­
presenta alguna dificultad recurran
sés tomo la sangre con la que roció a ellos.»
el pueblo, diciendo: «Esta es la san­
gre de la Alianza que Yavé ha hecho Moisés, pues, subió al monte, al qur
con ustedes, conforme a todos estos cubrió en seguida una nube. “ La Gloria di
compromisos.» Yaue estaba bajando sobre el Slnaí, u li ¡
nube lo envolvió durante seis días. Al sepa
9 Moisés subió con Aarón, Nadab rnoy día, El llamó a Moisés de en medio (li­
Abmu, y setenta de los ancianos de la nube.
sra, k Contemplaron al Dios de Is­ " La Gloria de Yaué estaba en la cumbn
rael. Debajo de sus pies había algo del monte y los hijos de Israel la veían sr
parecido a un pavim ento de zafiro melante a un fuego ardiente; " Moisés entró
en la nube mientras subía al monte.
transparente y tan esplendoroso c o ­
mo el m ism o cielo. Dios no dejó
que su poder aplastara a los que ha­ M oisés p erm a n eció en el monte
cuarenta días y cuarenta noches,

s o, a su vuelta, el pueblo Arma la Alianza me-


chante un sacrificio solemne. Con el desgaste del tiem po, los hijos de Israal
Moisés subió con setenta de los ancianos (9). van a olvidar el com prom iso que originó las Ta­
La Alianza es cosa tan inaudita y de tanta trascen­ blas de la Ley. Considerarán el Arca com o un ob*
dencia que no conviene que el com prom iso del le o milagroso que debe traerles la protección d i
Dios (1 Sam 4,4). Entonces perderá su razón d i
ívfr^icóc Sc aP °V e ? ° ?•en la experiencia espiritual de ser y D ios permitirá que desaparezca en medio
w & f i Sefenta testigos podrán decir lo que han de la catástrofe nacional.
y1? 0 ; La subida del monte, impresionante en su so-
ledad, el azul transparente del cielo en la cumbre, la S.e SÚn el relato más antiguo, Moisés escribid
irradiación del sol los prepararon para ver la Gloria en las labias p or m andato de D ios (Ex 34,28),
de Dios. Y ave se hizo presente y lo «vieron» de al- L o s relatos mas tardíos amplían el asunto, se-
guna manera en una experiencia misteriosa, en la S i n í « G?S la ef crií ura era la de b io i
medida en que hombres pueden encontrar al Dios id i , i » ; 32 , I b ): Esta contradicción no nos d e b a
vivo «al que nadie ha visto jamás» (Jn 1,18) preocupar, sino que, al contrarió ella r¡os ayuda
¡=.sta es la sangre de la Alianza... Según la a com prender lo que es la «inspiración» de Dios
costumbre d e aquel tiem po, se rocían ambas par­ i u j liaA.Sabedios que la Biblia es a la vez
tes del contrato con la sangre de las víctimas. C o- palabra de D ios y palabra d e los que la escribie- í
m o el altar representa a Y avé, recibe la aspersión ron, d e cada uno según su estilo, su nivel c u ltu l
W , , su tem P ejam en to . H em os ya visto m uchos!
® h i bra que rec.°rdar estos detalles cuando
Jesús declare, en su ultima Cena: «Esta es la san- detalles extraños, ideas primitivas, que son la I
marca de un siglo y de una cultura. A firm a d o *!
L c h l d u m b ^ l f e T í l i r derramada P° r Una nes en un lugar deben ser equilibradas por otras
C on las Tablas de piedra, el pueblo guardará en otro libro. Enseñanzas validas para un tiem-
p o serán corregidas cuando el pueblo haya pro­
w ; 3 cita <¥ ,. Sj naí- Estarán, con otros gresado. Dios es e responsable del libro com o I
recuerdos del tiem po del desierto, en un mueble
de madera preciosa llamado Arca de la Alianza dam ente PCr° n° de ° S delalles tomados aísla- f
101 EXODO 25
SEGUNDA PARTE DEL EXODO:
LA CONSTRUCCION DE LA MORADA

* ' Yavé habló a Moisés para decirle: sus dos lados. 20 Los querubines extende­
2«Pide a los israelitas que me ofrez- rán sus alas hacia arriba y sus alas cubri­
rnn una contribución. Tú recibirás todas rán el Lugar del Perdón. Estarán de frente
mis ofrendas voluntarias. el uno al otro y sus caras mirarán hacia el
1Estas son las cosas que aceptarás co- Lugar del Perdón. Lo pondrás sobre el Ar­
...contribución: oro, plata y cobre; 4 ro- ca, 21 y pondrás dentro de ella el Testimo­
pns de color jacinto, morado y rojo; lino fi­ nio que yo te daré.
no y pelos de cabra; 5 pieles de carnero 22 Allí me encontraré contigo para darte
unidas de rojo y pieles moradas; madera mis órdenes referentes a los hijos de Israel.
ilf* acacia 6 y aceite para mantener las Te hablaré de encima del Lugar del Per­
lamparás; aromas para componer el óleo dón, de en medio de los dos querubines
(Ir la unción y perfumes de buen olor; puestos sobre el Arca del Testim onio.
piedras de ónice y piedras de engaste pa­
ñi adornar el Efod y el Pectoral.8Me van a La mesa y el candelabro
iincer un santuario para que yo habite en 23 Harás también una mesa de madera
medio de ellos,9y lo harán, como también de acacia, de dos codos de largo, uno de
todas las cosas necesarias para mi culto, ancho y uno y medio de alto.24 La cubrirás
i' ijún el modelo que yo te enseñaré. de oro puro y le pondrás alrededor una
moldura de oro. 23 Le harás un borde de
I I Arca cuatro dedos de alto con una moldura de
oro. 25 Formarás, también, cuatro anillos
111 Harás un Arca de madera de acacia,de oro y los pondrás en las cuatro esqui­
iIr dos codos y medio de largo, codo y nas de la mesa, uno para cada pata.27 Los
medio de ancho y otro codo y medio de anillos estarán debajo de la cornisa y en
dito. " La revestirás de oro fino por dentro ellos se colocarán las varas para el trans­
Vpor fuera y labrarás una cornisa de oro porte de la mesa. 28 Harás estas varas de
iliodedor. 12Le pondrás cuatro anillos, uno madera de acacia cubierta de oro y servi­
'•n cada ángulo del Arca, dos a un lado y rán para transportar la mesa.
ilus al otro. 3Harás también unas varas de 29 Harás también de oro las fuentes, los
madera de acacia y las cubrirás igualmen­ vasos, los jarros y las tazas para las ofren­
te con oro. 14 Las pasarás por los anillos das líquidas. 30 Y sobre la mesa tendrás
i|iie están a los lados del Arca para llevar­ siempre puestos ante mi presencia los pa­
la 15Estas varas estarán siempre metidas nes de la ofrenda.
in los anillos y no se sacaran de ellos. 31 Labrarás igualmente un candelabro de
En el Arca pondrás el Testimonio que yo oro puro. Su pie y su tallo serán de oro ma­
te daré. 17Le harás una cubierta, el Tugar cizo; sus capullos y flores formarán cuerpo
del Perdón”, de oro puro, de dos codos y con él. 32 Saldrán seis brazos de sus lados:
medio dé largo y codo y medio de ancho. tres de uno y tres del otro. 33 Cada brazo
Asimismo, harás dos querubines de oro tendrá tres cálices en forma de almendro,
macizo, y los pondrás en las extremidades con capullo y flor. 34 En el mismo candela­
'le la cubierta. 19 Pondrás un querubín a bro habrá cuatro cálices en forma de flor
una extremidad, y el otro en la otra; for- de almendro con capullos y flores;35 un ca­
mnrán un solo cuerpo con la cubierta, a pullo debajo de los dos primeros brazos

• 2 5 .1 L a continuación del relato se encuen- g os capítulos 25- 31 y 3 5 -40 para indicar que
|rn en 31,18. Los capítulos 3 2 -34 fueron pues- ese culto ya estaba en el núcleo d e la revelación
lim artificialmente en el lugar que ahora ocupan d e Dios a Moisés.
en la Biblia, con el fin de separar los capítulos T odavía recordaban c óm o en el desierto una
31 en que Y a v é ordena la construcción del tienda guardaba el A rc a d e Dios. El A rca era
‘ iiiitiuario y los capítulos 3 5 -40 en que Moisés una caja de m adera preciosa que contenía las
"instruye el Santuario. Tablas de Piedra, en las que se había grabado la
1,1 libro del Exodo presenta un desorden apa- Ley, junto con un p o c o de maná y otros recuer­
iim i Ic , pero eso se debe al hecho d e que quiso or- dos d e las maravillas que D ios hizo en el d e­
ilmiar elem entos de épocas muy distintas. Las sierto.
Imi liciones antiguas dicen claramente lo que eran Cuando los sacerdotes de Israel redactaron los
I"'. mandamientos de la Alianza (cc. 2 0 y 34,10): presentes capítulos, el A rca se guardaba en el
Uitlcia y servicio del D ios único. P e ro mucho T em p lo de Jerusalén, y les agrado pensar que la
nMs larde, cuando los judíos volvieron del Destie- Tienda del desierto había tenido alguna semejan­
im >, consideraron que el culto celebrado en el za con el Tem plo. Pensaban que Moisés había fa­
I m inio de Jerusalén era el prim er d eber d e la bricado esa tienda, siguiendo al detalle las instruc­
»wdon. Fue entonces cuando insertaron esos lar- ciones del mismo Dios.
EXODO 25 102
ue forman cuerpo con el candelabro; otro,
3ebajo de los siguientes, y un tercero debajo
de los dos últimos brazos: seis brazos sal­
drán en el lado meridional, 19para los cua-
les harás cuarenta basas de plata, de suer­
te que dos basas sustenten los dos ángulos
drán del candelabro. 36 Los capullos y los de cada tablón. 20 En la misma forma se
brazos formarán un cuerpo con el candela­ pondrán veinte tablones al otro lado de In
bro: todo ello será de oro puro macizo.37 Ha­ Morada que mira al norte,21 los cuales ten­
rás siete lámparas que colocarás encima, de drán cuarenta basas de plata: dos basas
manera que den luz al frente.30 Sus despabi­ debajo de cada tablón. 22 Harás seis tablo­
laderas y ceniceros serán de oro puro. 39 Se nes para la parte occidental de la Morada,
empleará un talento de oro para hacer el 23Harás otros dos que se fijarán en las es
candelabro con todos estos utensilios. quinas, a la espalda de la Morada,24donde
40 Cuida, pues, de hacerlo todo conforme estarán trabados de abajo arriba a la altura
al modelo que te he enseñado en el monte. de la primera argolla; esto se hará para las
dos esquinas.25Así serán en total ocho ta
La Morada blones con sus basas de plata, o sea dieci­
séis basas de plata, dos basas por cada ta
[2 6 ] ' La Morada tendrá que ser hecha de blón. 26 También harás travesaños de
L=^=-l diez cortinas de lino fino de color ja­ madera de acacia, cinco travesaños para
cinto morado y rojo, adornadas con queru­ los tablones del primer lado de la Morada,
bines. 2 Cada cortina tendrá catorce metros 27 y otros cinco para los tablones del otro
de largo y dos de ancho. Todas serán de lado; y además, cinco travesaños para los
una misma medida.3 Cinco cortinas se uni­ tablones de la parte atrás de la Morada, al
rán entre sí, y lo mismo las otras cinco. occidente. 28El travesaño atravesará los ta
4 Pondrás lazos de color morado en los la­ blones de un extremo a otro.29Cubrirás do
dos v extremos de cada conjunto, para que oro los tablones y los travesaños y harás
puedan unirse uno con otro. 5 Cada conjun­ para ellos argollas de oro, por las cuales
to tendrá por ambas partes cincuenta lazos, pasarán los travesaños.
dispuestos de tal modo que uno correspon­ 30Así construirás la Morada, conforme al
da a otro y se puedan aiustar entre s í.0 Ha­ modelo que se te ha mostrado en el monte,
rás asimismo cincuenta broches de oro, con
los que se han de trabar los dos conjuntos, 31Para el velo necesitarás lino fino retor*
de manera que formen una sola tienda. cido color jacinto, púrpura, y de grana dos
7 También harás una cubierta de pelo de veces teñida, decorada en hermosa tapice­
cabra para cubrir la Morada. Habrá once
ría de querubines. 32Lo colgarás ante cua­
piezas, 8 cada una de ellas tendrá quince tro columnas de madera de acacia, que es­
metros de largo y dos de ancho. Todas se­
tarán cubiertas de oro y tendrán ganchos
rán de la misma medida. 9 Reunirás las
de oro. Las columnas serán puestas sobre
cinco primeras, y lo mismo las otras seis,
pedestales de plata. El velo quedará pen­
de modo que la sexta se doble por delante
diente por medio de sortijas, y detrás de él
de la entrada. 10 Harás también en la orilla
pondrás el Arca del Testimonio. 33 El velo
de cada pieza de la cubierta cincuenta pre­
servirá para separar el Lugar Santo del Lu-
gar Santísimo.
sillas, para que se pueda unir con la ante­
rior, y cincuenta presillas en la otra orilla 3 4 Pondrás también el “Lugar del Perdón
para unirla a la siguiente. 11 Harás asimis­ sobre el Arca del Testimonio en el Lugar
mo cincuenta hebillas de bronce, mediante Santísimo.3 5 Fuera del velo pondrás la me­
las cuales se traben las presillas para que sa de los panes, y enfrente de Ja mesa, el
se forme un solo toldo. 12 Sobrará la mitad candelabro. Estará en el lado meridional
de una de las cubiertas que sirven para tol­ de la Morada, mientras que la mesa estará
do: dejarás caer esta mitad sobre la parte en la parte septentrional.
posterior y anterior de la Morada. 13 El me­ 36Harás una cortina para la entrada de la
dio metro que sobre en el largo de estas Morada. Será de lino fino color jacinto, y
piezas caera sobre los lados de la Morada púrpura, de grana dos veces teñida, con
para protegerla. labores de tapicería. 37 Luego harás cinco
14 Harás también otra cubierta de pielescolumnas de madera de acacia, de las que
de carnero teñidas de rojo para cubrir la cuelgue esta cortina. Serán cubiertas con
Morada, y sobre ésta pondrás otra cubierta láminas de oro y puestas sobre basas de
de cuero fino. bronce.
15 Harás asimismo tablones de madera
de acacia para la Morada, cada uno de los El altar para los sacrificios
cuales estará derecho; 16 tendrá cinco m e­ totalmente quem ados
tros de largo y setenta y cinco centímetros
de ancho. 7 En un lado de cada tablón se 27 naras ramDien un altar ae madera
harán dos muescas para encajar un tablón I----- 1 de acacia, que tendrá dos m etros y
con otro, y de este modo se dispondrán to­ m edio d e largo y otros tantos de ancho,
dos los tablones. 18 Veinte de éstos se pon­ esto es, cuadrado, y m etro y m edio de al­
103 EXODO 28
lura. 2 De sus cuatro esquinas saldrán Las vestiduras de los sacerdotes
cuatro cuernos que harán un cuerpo con
él, y los cubrirás con láminas de bronce. 1 Pide a tu hermano Aarón que se
' Para el servicio del altar fabricarás unas acerque a ti con sus hijos Nadab y
calderas donde recoger las cenizas, tena­ Abihú, Eleazar e ltamar; sepáralos de los
zas, tridentes y braseros. Todos estos otros hijos de Israel para que sean mis sa­
utensilios serán de bronce. 4 Harás tam­ cerdotes.
2 Harás a tu hermano Aarón vestiduras
bién un enrejado de bronce en forma de sagradas para que no le falte gloria ni be­
red en cuyos cuatro ángulos habrá cuatro lleza. 3 Propondrás este trabajo a todos
anillos de bronce, 5 y lo pondrás debajo esos hombres expertos a los cuales he lle­
del plano o fogón del altar: este enrejado
nado yo del espíritu de inteligencia. Harán
llegará hasta el medio del altar. 6 Harás las vestiduras ae Aarón para que sea con­
también dos varas de madera de acacia sagrado como sacerdote mío. 4 Estas son
cubiertas con láminas de bronce para las vestiduras que han de hacerse: el Pec­
transportar el altar: 7 las meterás por los
anillos a los lados del altar cuando haya toral, el Efod, el manto, la túnica de malla,
(|ue transportarlo.8 Harás el altar con pa­ la tiara y el cinturón. Estas serán las vesti­
neles huecos de madera como te lo he duras sagradas que harán a tu hermano
Aarón y a sus hijos para que ejerzan delan­
mostrado en el monte.
9Dispondrás un atrio en torno a la Mora­ te de mí las funciones del sacerdocio. 5 Pa­
da. Por el lado sur será cerrado por corti­ ra eso se emplearán oro, jacinto, púrpura,
nas de lino fino de un largo de cincuenta y grana 8
dos veces teñida y lino fino.
Harán el Efod de oro, ae jacinto, de púr­
metros. 10 Colgarán de veinte columnas
pura, de
con otras tantas basas de bronce, cuyos fino retorcido, grana dos veces teñida, y de lino
((anchos y varillas serán de plata. " Harás 7 El Efod tendráobra tejida artísticamente.
lo mismo para el lado del norte. Las corti­ sus dos partes. 8 dos hombreras para reunir
El cinturón que llevará en­
nas tendrán cincuenta metros de largo; las cima para sujetarlo será del mismo estilo y
veinte columnas con sus veinte basas se- hará un cuerpo con él, de oro, de jacinto,
i.in de bronce, pero los ganchos y las vari­
llas serán de plata. 12 Por el lado del mar, de púrpura y grana dos veces teñida, y de
esto es al oeste, lo ancho, unas cortinas de lino fino retorcido. 9 Tomarás también dos
veinticinco metros marcarán su anchura; piedras de ónix y grabarás en ellas los
habrá diez columnas con otras tantas ba­ nombres de los hiios de Israel; 10 seis nom­
sas. 13La anchura del atrio será también de bres en cada piedra, según el orden de su
nacimiento. 11 Esculpirás en ellas los nom­
veinticinco metros al oriente. 14 A un lado bres
de la entrada se pondrán cortinas de siete nera de los hijos de Israel de la .misma ma­
que se graba un sello; las engastarás y
metros y medio, con tres columnas y otras las guarnecerás de oro. 12 Luego las pon­
tuntas basas. 15Lo mismo al otro lado de la drás sobre las hombreras del Efod, para re­
entrada. 16Ante la entrada del atrio se pon­ presentar a los hijos de Israel. Aarón llevará
drá una cortina de diez metros hecha de li­
no fino retorcido y bordado de color jacin­ sus nombres delante de Yavé sobre sus dos
to, púrpura y de grana dos veces teñida. hombros para recordárselos. 13 Harás asi­
Se sostendrá en cuatro columnas con otras mismo unos engastes de oro, 14 y dos cade­
nillas de oro puro labradas como cordeles
tuntas basas.
17 Todas las columnas que cercan el atriotrenzados, y las sujetarás de los engastes.
llevarán varillas de plata, con ganchos de 15 ün artista realizará el Pectoral de las
plata y basas de bronce. 18El atrio tendrá Sentencias bajo tu dirección. Lo harás co­
una extensión de cincuenta metros de lar­ mo el Efod de hilos de oro, de jacinto o
go por veinticinco de ancho. La altura de azul celeste, de púrpura y de grana dos ve­
los cortinas será de dos metros y medio; se ces teñida, y de lino fino retorcido. 16 Será
harán de lino fino retorcido y tendrán ba­ cuadrado y doble; tendrá de medida treinta
sas de bronce. 19Todos los utensilios de la centímetros, tanto a lo largo como a lo an­
Morada, para cualquier uso, serán de bron­ cho. 17 Colocarás en él cuatro filas de pie­
ce, y lo mismo las estacas, tanto de la mis­ dras preciosas. En la primera estarán la
ma Morada como del atrio. piedra sárdica, el topacio y la esmeralda.
20 Da orden a los hijos de Israel que te18 En la segunda estarán el carbucio, el za­
traigan aceite de oliva puro y exprim ido en firo y el jaspe; 19 en la tercera, el rubí, el
mortero para las lámparas, de tal manera ágata y la amatista; 20 en la cuarta, el cri­
que nunca se apague la luz. 2' Aarón y sus sólito, el ónix y el berilo. Estarán engasta­
hijos dispondrán esta lámpara en la Tienda das en oro. 21 Estas piedras llevaran los
(leí T es tim on io , fuera del v e lo q u e está nombres de los hijos ae Israel; doce nom­
pendiente delante del T es tim on io , 22y esta- bres estarán grabados en ellas, según las
iú ardiendo en presencia de Y a vé desde la doce tribus: en cada piedra, un nombre.
mañana hasta la tarde. Será esto un rito 22 Harás para el pectoral dos cadenitas de
perpetuo para los hijos de Israel. oro puro, trenzadas a manera de un cordón
EXODO 28 104
23 y dos sortijas o anillos de oro que pon­ los harás sacerdotes y los consagrarás a
drás en las dos puntas. 24Fijarás las cade­ mi servicio. 42 Les harás calzoncillos de li­
nas de oro en los anillos que están en di­ no, con los que cubrirán la desnudez de su
chas puntas 25y la otra extremidad de las carne desde la cintura hasta las rodillas.
cadenas se fijará en la parte delantera del 43 Aarón y sus hijos los usarán siempre que
Efod. entren en la Tienda de las Citas divinas o
26 Harás también dos anillos de oro, quese acerquen al altar para cumplir con su
pondrás en las puntas del Pectoral, a las ministerio en el Lugar Santo. De lo contra­
orillas, frente del Efod, por la parte de den­ rio incurrirían en falta y morirían. Es éste
tro. 27 Igualmente otros dos anillos de oro, un precepto perpetuo para Aarón y su pos­
para las dos hombreras del Efod, debajo teridad.
de la parte que se ve, cerca de la juntura
del cinturón que pasa sobre el Efod. 28 CIn Consagración de los sacerdotes
cordón de jacinto unirá los anillos del Pec­
toral y los del Efod, de manera que el Pec­ [2 9 ] ' Esta es la manera como consagra--
toral se quede por encima del cinturón del 1 --1 rás a los sacerdotes. Tomarás un no­
Efod y no se pueda separar de él. 29Y así villo y dos carneros sin defecto alguno,
Aarón, siempre que entre en el Santuario, 2 panes ázimos y una torta sin levadura,
llevará sobre su pecho, en el Pectoral del amasada con aceite, como también buñue-
Juicio, los nombres de los doce hijos de Is­ los ázimos, untados con aceite; todo lo ha­
rael, para recordarlos siempre en presencia rás con la flor de la harina de trigo. 3 Puesto
de Yavé. en un canastillo lo ofrecerás junto con el
30En el mismo Pectoral de las Sentencias novillo y los dos carneros.
pondrás el ürim y el Tumin para que estén 4 Luego pedirás a Aarón y sus hijos que
sobre el corazón de Aarón cuando se pre­ se acerquen a la entrada de la Tienda de
sente delante de Yavé, y sobre su corazón las Citas y los lavarás con agua. 5 Luego re­
llevará el Pectoral de las Sentencias de los vestirás a Aarón de sus ornamentos, esto
hijos de Israel en la presencia de Yavé. es, de la túnica de lino, el manto del Efod,
31 Harás también el manto del Efod, todo el Efod y el Pectoral, que ceñirás con el cin­
de color jacinto, 32 en medio del cual, por turón del Efod. 0 Pondrás sobre su cabeza el
arriba, habrá una abertura para la cabeza. turbante, y sobre éste, la lámina sagrada.
Esta abertura tendrá una orla de tejido co­ 7 Entonces tomarás el óleo de la unción, lo
mo se suele hacer en la abertura de los derramarás sobre su cabeza y así quedará
corseletes para que no se rompan. 33 En consagrado. 8 También pedirás a sus hijos
los lados habrá en todo el derredor unas que se acerquen, y los revestirás con las tú-.
arañadas de jacinto, de púrpura y de grana nicas de lino; 9 ceñirás a Aarón y a sus hijos ,
dos veces teñida, y, entre las granadas, las fajas y les pondrás las mitras. Así es co­
unas campanillas de oro. 34 El manto ten­ mo consagrarás a Aarón y sus hijos como; ;
drá granadas y campanillas de oro en todo sacerdotes míos: éste será un rito perpetuo.,
el derredor. 10 Entonces traerás el novillo delante de
35 Aarón vestirá dicho m anto cuando d e ­ la Tienda de las Citas; allí Aarón y sus hi­
sem peñe su ministerio, y se oirá el sonido jos le pondrán las manos sobre la cabeza
de las campanillas cuando entre al santua­ 1 y lo degollarás en presencia de Yavé,
rio para presen tarse d elan te d e Y a v é , y junto a la entrada de la Tienda de las Citas.
también cuando salga del santuario; de lo 12 Tomando de la sangre del novillo con tu
contrario moriría. dedo, la pondrás sobre los cuernos del al­
36Harás también una lámina de oro fino, tar; el resto lo derramarás al pie del altar.
en la cual mandarás grabar como se graba 13 Sacarás todo el sebo que cubre las en­
en los sellos: “Consagrado a Yavé.” ” Y la trañas, el que queda junto al hígado y los
sujetarás a la tiara por delante con un cor­ dos riñones con el sebo que los envuelve,
dón de color jacinto, de modo que esté en­ para quemarlo en el altar. 14 Quemarás fue­
cima. 38 Estará sobre la frente de Aarón ra def campamento la carne del novillo,
siempre que deba cargar con los pecados con su piel y excrementos, por cuanto es
cometidos por los hijos de Israel en todas sacrificio por el pecado.
sus oblaciones y sacrificios. Tendrá siem­
pre esta lámina en su frente para atraerles 15 Tomarás después el primero de los car­
la benevolencia de Yavé. neros. Aarón y sus hijos pondrán las manos
39Tejerás la túnica de lino fino; y de lino sobre la cabeza del carnero. 16 Lo sacrifica­
también harás el turbante y el cinturón, ar­ rás, tomarás su sangre y la derramarás so- I
tísticamente recamados. bre el altar, por todos lados. 17 Luego despe­
40Las túnicas y los cinturones de los hijos dazarás el carnero en trozos; lavarás sus
de Aarón se harán en la misma forma. Con intestinos y sus patas, los pondrás sobre su
esto les darás majestad y belleza. cabeza 18 y lo quemarás todo en el altar. Es
41 Vestirás a tu hermano Aarón y a sus el holocausto, esto es, el sacrificio de cal­
hijos, los consagrarás con la unción santa, mante olor para Yavé.
105 EXODO 30
19 Tomarás asimismo el otro carnero, so­por el pecado, y luego ungirás el altar para
bre cuya cabeza Aarón y sus hijos pondrán consagrarlo. 37"La expiación por el altar, y
las manos. 20 Lo degollarás, tomaras de su luego su consagración durará siete días.
sangre y teñirás con ella la extremidad de la En adelante el altar será cosa muy sagrada
oreja derecha de Aarón y de sus hijos, y los y todo cuanto toque el altar quedará con­
pulgares de su mano y pie derechos, derra­ sagrado.
mando la sangre sobre el altar por todos la­ 38 Cada día, y para siempre, prepararás
dos. 21 Y tomando de la sangre vertida sobre sobre el altar dos corderos nacidos durante
(‘I altar y del óleo de la consagración, rocia­ el año, 39un cordero por la mañana y otro
rás a Aarón y sus ropas, y con él, a sus hijos por la tarde. 40Con el primer cordero ofre­
y las ropas de ellos. Así será consagrado con cerás una décima de medida de flor de ha­
sus ropas, y lo mismo sus hijos y la s ropas rina amasada con un cuarto de sextario de
de sus hijos. aceite de oliva, y como libación, un cuarto
22 Tomarás la grasa y la cola del carnero,de sextario de vino.
el sebo que cubre los intestinos, la telilla 4' Ofrecerás el otro cordero por la tarde
del hígado, los dos riñones y la enjundia de con los mismos ritos de la mañana; será
encima, y la espaldilla derecha, porque es un sacrificio por el fuego de calmante olor.
un cordero para consagración de sacerdo­ 42 Este es el holocausto perpetuo que se
tes. 23 Además, una torta de pan y otra de ofrecerá a Yavé de generación en genera­
masa amasada con aceite y una torta del ción a la entrada de la Tienda de las Citas,
canasto de los ázimos presentados a Yavé, allí mismo donde me encuentro contigo
•'* y después de poner todas estas cosas ara hablarte.43Allí me encontraré con los
sobre las manos de Aarón y de sus hijos, ijos de Israel; mi propia Gloria santificará
las m ecerás en la presencia de Yavé. este lugar.
Después recibirás de sus manos todo lo 44 Así santificaré la Tienda de las Citas
dicho y lo quemarás sobre el altar encima con el altar; así santificaré a Aarón y a sus
de la víctima quemada. Será un sacrificio hijos para que sean sacerdotes míos.45Ha­
por el fuego de calmante olor para Yavé. bitare entre los hijos de Israel y seré su
1 Luego tomarás el pecho del carnero sa­ Dios,46y sabrán que yo soy Yavé, su Dios,
crificado para la consagración de Aarón y que los saqué de la tierra de Egipto para
lo ofrecerás llevándolo ante Yavé: ésta será morar entre ellos. Yo, Yavé, sere su Dios.
lu parte. 27 Consagrarás el pecho que ha sh
do mecido y la espaldilla que ha sido pues- El incienso, el agua y el perfume
ta aparte —todo lo que ha sido mecido o
separado del carnero para la consagración ' Harás también un altar para que­
de Aarón y de sus hijos. 28 Con esto Aarón mar el incienso. Lo harás ae madera
y sus hijos recibirán para siempre el dere­ de acacia 2y tendrá medio metro de largo
cho a cobrar este tributo de los hijos de Is­ de ancho; es decir, que será cuadrado,
rael. Es el tributo que les presentarán los endrá un metro de altura, y de sus cuatro
hijos de Israel en todos los sacrificios de ángulos saldrán sus cuernos, haciendo un
comunión que presenten a Yavé. cuerpo con él. 3 Lo revestirás de oro puro,
29 Las ropas santas de Aarón pasarán atanto su parte superior como sus costados,
sus hijos después de su muerte: pasarán a así como sus cuernos. Pondrás en su de­
ser suyas el día que sean ungidos y consa­ rredor una moldura de oro,4y debajo de la
grados. 30 El sacerdote que se tome de los moldura, a los costados, harás dos anillos
liijos de Aarón para sucederle las vestirá de oro. Los harás a ambos lados para me­
durante siete días cuando lo consagren pa- ter por ellos las varas con que transportar­
m entrar en la Tiénda de las Citas y para lo. i Estas serán de madera de acacia y las
oficiar en el Santuario. 31 Cocerás en un lu­ revestirás de oro. 6 Colocarás el altar de­
gar sagrado la carne del carnero ofrecido lante de la cortina que abriga el Arca del
para esta consagración, 32 y la comerán Testimonio y ante el Lugar del Perdón que
Aarón y sus hijos, junto con el pan del ca­ cubre el Testimonio, allí mismo donde yo
nastillo, a la entrada de la Tienda de las Ci- te hablo.
tus. 33 La comerán, ya que fue santificada 7 Aarón quemará cada mañana sobre él
para hacer expiación por ellos y consa­ incienso aromático, al preparar las lámpa­
grarlos. Mingún extraño comerá de estas ras, 8 y hará lo mismo al atardecer cuando
cosas, porque son sagradas. 34 Si algo de alimente las lámparas. Este será el Incienso
In carne o del pan sobra hasta el día si­ ante Yavé, de generación en generación.
guiente, no lo comerán sino que lo quéma­ 9 No se ofrecerá sobre este altar incienso
las, porque es cosa sagrada. 35 Harás, profano, ni holocausto, ni víctima, ni se de­
pues, con Aarón y sus hijos todo lo que te rramará sobre él vino alguno. 10Úna vez al
mando. La consagración durará siete días. año Aarón hará la expiación sobre los cuer­
16 Cuando se haga la expiación para lanos del altar. Hará la expiación sobre el altar
purificación del altar, se ofrecerá cada día una vez al año con la sangre del sacrificio
un novillo para la expiación, un sacrificio por el pecado, y esto, de generación en ge-
EXODO 30 106
neración. Será, pues, un lugar muy saqrado tidades iguales los siguientes aromas: resi­
para Yavé.» na, espinos y gálbano, especias aromáti­
" Yavé habló a Moisés: 12«Cuando hagas cas e incienso puro. 35 Prepara con ellos
el censo de los hijos de Israel, cada uno según el arte del perfumista un incienso
hara una ofrenda a Yavé, para que ninguna Perfarnado, sazonado con sal, puro y san­
plaga los alcance con motivo del empadro­ to; molerás una parte, que pondrás de­
namiento; cada uno pagará a Yavé por sí lante del Testimonio, en la Tienda de las
mismo. 13Cada uno de los que sean empa­ Citas, donde yo m e reúno contigo. Será
dronados pagará medio siclo, según el pe­ para ustedes cosa sacratísima. 37 No harán
so del templo (es decir, un sido de veinte perfume de semejante composición para
O b o lo s ). Este medio sido será la ofrenda
uso personal; lo tendrán por cosa reserva--
para Yavé. 14Todos los comprendidos en el da a Yavé. 38 Cualquiera que haga otro
censo, de veinte años para adelante, paqa- igual para recrearse con su fragancia será
ran este rescate. 15El rico no dará más de exterminado de entre los suyos.»
medio sido ni el pobre dará menos, pues
es una contribución para Yavé, para resca­
te de su vida. ,6 Recibirás el dinero de esta [3 T I ' Yavé dijo a Moisés: 2 «Acabo de 11a-
L-—J mar por su nombre a Bezaleel, hijo
expiación de mano de los hijos de Israel y de üri hijo de Jur, de la tribu de Judá, 3 y
lo destinarás para el servicio de la Tienda lo he llenado del espíritu de Dios, de saber,
de las Citas. Con este medio los israelitas de inteligencia, de ciencia y de capacidad
haran que Yavé se acuerde de ellos y res­ en toda ciase de trabajo, 4 para crear obras
catarán sus vidas.»
l7Yavé se dirigió a Moisés y le dijo: de arte. Este hombre sabe trabajar el oro,
plata y bronce, 5 y tallar tanto las piedras
«Haras una pila de bronce con un pie de preciosas com o la madera: es entendido
bronce ¡para el lavatorio. La colocaras en­ en toda clase de trabajos.
tre la Tienda de las Citas y el altar y se
echará agua en ella '9 para que Aarón y 6 También le doy por ayudante a Oholiab
hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan; y ade­
sus hijos se laven las manos y los pies. mas, he puesto sabiduría en el corazón de
Que se laven con esta agua cuando entren
todos los hombres hábiles que deberán ha­
a aI1 1 a • ias Citas, no sea que mue­
ran. Lo mismo cuando se presenten al cer todo lo que he mandado: 7 la Tienda de
altar para cumplir su ministerio y ofrecer Ifs Citas, el Arca del Testimonio, el Lugar
del Perdón que la cubre, y todos los utensi­
un sacrificio por el fuego a Yavé, 21que se lios de la Tienda; 8 la mesa y sus vasos, el
laven las manos y los pies, no sea que
mueran; éste será un rito perpetuo para candelabro de oro macizo con todos sus
Aarón y su descendencia de generación en utensilios, el altar de los perfumes 9 y el de
generación.» los holocaustos con todos sus utensilios, la
pila con su base; 10 las vestiduras sagradas
22 Yavé dijo a Moisés: «Tom a aromas es­
cogidos: de mirra pura, quinientos s id o s; Y *as ,Tae han de servir para la consagra­
ción del sacerdote Aarón y las de sus hijos ¡
de cinamomo, doscientos cincuenta; de cuando ejerzan sus funciones sacerdotales;
caña aromática, doscientos cincuenta;24de el oleo de la unción y el incienso aromáti­
canela, quinientos, en sidos del santuario, co para el santuario. Ellos lo harán confor- i
y un sextario de aceite de oliva. 25Prepara- me a todo lo que he ordenado.»
rás con ello el óleo para la unción sagrada,
perfume aromático como lo prepara el per­
fumista. 28 Con él ungirás la Tienda de las Otra vez la ley del sábado
Citas y el Arca del Testimonio, 27 la mesa
con todos sus vasos, el candelabro con to­ 12 Yavé dijo a Moisés: «Habla a los hijos de
dos sus utensilios, el altar del incienso,28elIsrael v diles: No dejen de guardar mis sába­
altar de los holocaustos con todos sus uten­ dos; porque son una señal entre ustedes y
silios y la pila con su base.29Así los consa­ yo de generación en generación, para que
graras y serán cosas muy santas. Todo lo sepan gue yo, Yavé, soy el que los santifica.
que las toque quedará santificado. 30tlnqi- Cuarden el sábado porque es sagrado pa­
ras también a Aarón y a sus hijos y los con­ ra ustedes. El gue lo profane morirá; el que
sagrarás para que sean mis sacerdotes. 31 trabaje en ese día sera borrado de en medio
Luego diras a los hijos de Israel:32Este seráde su pueblo. 15 Seis días se trabajará, pero
para ustedes el óleo de la unción sagrada el día séptimo será un día de descanso com-
de generación en generación. Nadie se un­ pleto consagrado a Yavé. El que trabaje el
girá con él, ni tampoco harán otro óleo de día sabado morirá. 16 Los hijos de Israel ob­
semejante composición. Es santo y lo ten­ servarán el sábado de generación en genera­
drán por cosa sagrada.33Cualquier hombre ción y lo celebrarán: éste ha de ser un com­
que prepare otro semejante o derrame de él promiso perpetuo conmigo. 17 El sábado
sobre un extraño será exterminado de entre sera entre yo y los hijos de Israel una señal
los suyos.»
perpetua, pues Yavé hizo los cielos y la tierra
34 Y a vé dijo a Moisés: «Procúrate en can- en seis días, y el séptimo descansó y respiró.
107 EXODO 32
• 18 Cuando Dios terminó de hablar Entonces exclamaron: «Israel, aquí
con Moisés en el monte Sinai, le dio están tus dioses que te han sacado
las dos tablas del Testimonio, escri­ de Egipto.» 5 Se lo mostraron a A a ­
tas por el dedo de Dios. rón, el que edificó un altar delante de
la imagen y luego anunció: «Mañana
habrá fiesta en honor de Yavé.»
El ternero de oro 6 Al día siguiente, se levantaron
temprano, ofrecieron víctimas consu­
• 1 Moisés no bajaba del cerro midas por el fuego, y también pre­
y le p a r e c ió al p u e b lo un sentaron sacrificios de comunión. El
tiempo largo. Se reunieron en torno a pueblo se sentó para comer y beber;
Aarón, al que dijeron: «Fabrícanos un luego se levantaron para divertirse.
Dios que nos lleve adelante, ya que 7 Entonces Yavé dijo a Moisés en el
no sabemos qué ha sido de Moisés, cerro: «Vuelve y baja, porque tu pue­
que nos sacó de Egipto.» blo ha pecado. 8 Bien pronto se han
2 Aarón les contestó: «Saquen losapartado del camino que yo les había
aros de oro que sus mujeres, y sus hi­ indicado. Se han hecho un ternero de
jos e hijas llevan en sus orejas, y trái­ metal fundido y se han postrado ante
ganmelos.» 3 Todos se los sacaron y él. Le han ofrecido sacrificios y han
los entregaron a A arón .8 El los recibió dicho: Israel, aquí están tus dioses
y fabricó un ternero de metal batido. que te han sacado de Egipto.»

• 3 2 .1 Así com o Adán d esobedece desde el nombre d e su pueblo. Después de él, será el Su­
principio, tam bién Israel después d e recibir la m o Sacerdote, por su consagración, el defensor
Ley. Y a em pieza la convivencia difícil de Israel del pueblo ante Dios (Núm 17,12; H e 7). P ero
con su Dios. El amenaza, castiga, y luego per­ con los grandes profetas tendremos otro tipo de
dona. intercesores; ellos no lo serán por una consagra­
Pero, aunque pasen los años, el pueblo n o de­ ción o un título d e sacerdote, sino sencillamente
jará de pecar. Entonces los profetas se convence­ porque son poderosos ante Dios, al haber sido
rán, que al hombre en la tierra no le basta una conquistados y purificados p o r su Espíritu (Ez
Ley, sino que necesita un corazón nuevo. V e r lo 22.30).
de la nueva alianza en Jer 31,31. A l bajar Moisés se escuchan las excusas de A a ­
Fabrícanos un dios. L o s israelitas n o han rón, que echa la culpa al pueblo. Aarón ha actua­
aceptado realmente a Y avé, el Dios exigente y lu­ do com o sacerdote oportunista, que bien pronto
chador que los manda a conquistar la tierra pro­ se olvida de la misión que recibió de Dios, no del
metida. Y quieren volver a su religión pasada, pueblo. N o se olvide que Aarón era el patrono y
que solam ente pedía fiestas y ritos. El becerro m odelo d e los sacerdotes judíos. Los sacerdotes
que fabrican, con m adera cubierta d e o r o (por que escribieron estas páginas reivindicaban para sí
eso Moisés lo quemará) es la figura tradicional del la misma autoridad de Moisés, del que guardaban
dios cananeo El, un dios bonachón que tranquili­ las enseñanzas. Pero no por eso se creían m ejo­
za a mucha gente. res de lo que eran, y fueron bastante honrados
ara presentar a Aarón, su antepasado, com o un
El pecado de ellos, pues, n o es solamente ha­
cer una imagen de Dios, sino, más todavía, ha­ K ombre cuyos actos no estaban a la altura de su
dignidad eminente.
cerse un dios según a ellos les conviene. Es el
mismo pecado que com eten muchos de los cre­ t n cuanto al pueblo, no logrará borrar tan fá­
yentes de nuestros días cuando buscan una reli­ cilmente sus pecados. Los relatos que se mezclan
gión o una espiritualidad relajada, sin las contra­ en este capítulo n o concuerdan. El ver. 3 5 hace
dicciones con que uno se topa cuando se hace el ensar en un castigo com o la peste. El trozo 25-
trabajo d e Dios en el mundo. 9 da a entender que n o todos habían participa­
V oy a exterminarlos, mientras que de ti yo d o en la rebeldía. Las familias de sacerdotes, los
haré nacer un aran pueblo (10). En el momento levitas, son más fieles y ayudan a Moisés a resta­
en que falla la fidelidad del pueblo, Y avé pide a blecer su autoridad: empiezan matando a los cul­
Moisés una prueba excepcional de su propia fideli­ pables.
dad. L e supiere que sus propios descendientes p o­ P or eso hoy él les da la bendición (29). N o
drían muy oien formar un nuevo pueblo de Dios pensem os que D ios bendice la violencia, pero
en reemplazo de estos irresponsables. Pero Moisés ¿qué es la violencia? Este antiguo texto elogia a
ha comprendido que esto no puede ni debe ser: los que optaron p or Dios totalmente; ellos lo de­
Dios nunca desmentirá sus promesas a Israel. A él m ostraron c om o se podía y se debía hacer en
le corresponde sacrificarse hasta el final para sal­ esos tiempos primitivos. Si hubieran actuado en­
var a estos pecadores. N o buscará para los suyos, tonces com o se debe hacer en el siglo X X , la his­
ni salvación, ni dones espirituales, en perjuicio del toria santa habría muerto en la cuna.
pueblo que recibió la Alianza. Muchos detalles de este relato se deben a que
Moisés sale vencedor de esta prueba y merece los que escribieron esta página, siglos después, se
conseguir el perdón para Israel. «M oisés se puso inspiraron en lo que ocurría en los santuarios de
en la brecha frente a El para im pedir que su ira Betel y de Dan, en que el rey Jeroboam había
los destruyera» (Sal 106,23). Aquí com o en otras hecho pon er becerros para representar a Y avé (1
ocasiones, M oisés intercede con autoridad en R e 12,26).
EXODO 32 108
9 Y avé dijo también: «Ya veo queque ha pasado con Moisés, el que
es e pu eblo es un pu eb lo reb elde. nos ha sacado de Egipto, asi que fa­
10Ahora, pues, deja que estalle mi fu­ brícanos dioses que nos lleven ade­
ror contra ellos. Voy a exterminarlos, lante. 24 Yo les dije: ¿Quiénes son los
mientras que de ti yo haré nacer un de ustedes que tienen oro? Ellos se
gran pueblo.» lo sacaron al instante de sus orejas y
11 Moisés suplicó a Yavé, su Dios,me lo dieron; yo lo fundi y salió este
con estas palabras: «Oh Yavé, ¿cóm o ternero.»
podrías enojarte con tu pueblo, des­ 25 Moisés vio que el pueblo esta
pués de todos los prodigios que hicis­ sin freno, porque Aarón se lo había
te para sacarlo de Egipto? 12 ¿O quie­ quitado, y que sus enem igos habrían
res que los egipcios digan: «Yave los tenido toda la razón al despreciarlo,
ha sacado con mala intención, para 26 Se colocó, pues, a la entrada del
matarlos en los cerros y suprimirlos ca m p a m en to y lla m ó en vo z alta:
de la tierra»? Aplaca tu ira y renuncia «¡Vengan a mí los que estén por Ya­
a castigar a tu pueblo. 13 Acuérdate vé!» Todos los de la tribu de Leví se
de tus servidores Abrahán, Isaac y juntaron en torno a él. 27 El les dijo:
Jacob, y de las promesas que les hi­ «Esta es orden de Yavé, el Dios de Is­
ciste. Pues juraste por tu propio Nom ­ rael: Coloqúense cada uno su espada
bre: «Multiplicaré tu descendencia co­ al costado y pasen y repasen por el
mo las estrellas del cielo, y daré a tu cam pam ento, de una entrada a la
raza la tierra que te prometí, para que otra; y no vacilen en matar a sus her­
sea de ellos para siempre.» m anos, com p añ eros y fam iliares.»
14 Así, pues, Yavé renunció a des­ 28 Los de la tribu de Leví cumpli
truir a su pu eb lo, c o m o lo había ron la orden de Moisés, y perecieron,
anunciado. aquel día, unos tres mil hombres del
15 A l bajar de vu elta del cerro, pueblo. 29 Entonces Moisés dijo a los
M oisés traía las dos tablas de las levitas: «Ustedes hoy acaban de ser
Declaraciones divinas en que las le ­ consagrados a Y avé con sangre, tal
yes estaban escritas y grabadas por vez con la sangre de un hijo o de un
ambos lados. 16 Las tablas eran obra herm ano. Por eso hoy él les da la
de Dios, com o también la escritura bendición.»
era la escritura de Dios, grabada so ­
bre ellas. Moisés ruega por el pueblo
17 Josué estaba con Moisés, y al oír 30 Al día siguiente Moisés dijo al pueblo
el griterío del pueblo dijo: «¡Hay gritos «Ustedes han cometido un gran pecado,
de guerra en el campamento!» l f Moi- pero voy a subir donde Yavé. Ojalá pueda
s é s le contestó: «No son gritos de v ic­ obtener por ustedes el perdón de este pe­
toria, ni lamentos de derrota; lo que cado.» 31 Al volver Moisés donde Yavé le di­
oigo son cantos a coros.» jo: «Este pueblo ha cometido un gran pe­
cado con estos d ioses de oro que se
19 Al acercarse Moisés al cam pa­ hicieron. 32 Con todo, dígnate perdonar su
mento, vio el ternero y las danzas. Se pecado..., pero si no, bórrame del libro que
llenó de furor y arrojó las tablas, que se has escrito.»
h icieron p eda zos al p ie del cerro. 33 Yavé respondió a Moisés: «Al que pec
20 Después tomó el ternero que habían contra mí, a éste borraré yo de mi libro.
fabricado, lo quemó y lo machacó has­ 34 Pero tú, sigue, y conduce al pueblo al lu­
gar que te indiqué. Mi Angel irá delante de
ta reducirlo a polvo. Y dio de beber al ti, pero algún día los visitaré y les pediré
pueblo agua con este polvo mezclado. cuentas de su pecado. » 35 Y, en efecto, Ya­
21 Moisés dijo a Aarón: «¿Qué te hi­ vé castigó al pueblo por el ternero que se
zo e s e p u eb lo para que lo hayas fabricaron, el ternero qüe les hizo Aarón.
arrastrado a un pecado tan grave?»
22 Aarón le contestó: «¡N o te enojes El perdón de Yavé a su pueblo
conmigo, mi señor! Tú mismo sabes
1 Yavé dijo a Moisés: «Márchate de
que este pueblo es inclinado al mal. ese lugar tú y tu pueblo que saqué
23 Ellos m e dijeron: N o sabem os lo de Egipto; sube a la tierra que yo prometí
109 EXODO 33

ion juramento a Abraham, a Isaac y a Ja- da junto a la entrada de la Tienda, to­


<ob cuando les dije: Se la daré a tu des- dos se ponían de pie y luego se pos­
i ondencia. 2 Enviaré delante de ti un ángel traban cada uno ante su carpa.
|mra que eche del país al cananeo, al amo-
•ico, al heteo, al fereceo, al jeveo y al jebu- • 11 Yavé hablaba con Moisés, cara
ico.3 Pero no subiré con ustedes a esa tie-
iin que mana leche y miel, no sea que los a cara, com o habla un hombre con
■Ifstruya en el camino, por ser un pueblo su prójimo. Después Moisés volvía al
rebelde.» cam pam ento, pero su ayudante, el
' El pueblo escuchó esta advertencia; joven Josué, hijo de Nun, no se ale­
ninguno se puso su traje de fiesta; más jaba de la Tienda.
lijen hicieron duelo.
Yavé dijo a Moisés: «Di a los hijos de ls- 12 Moisés dijo a Yavé: «Tú me mandas
mel: Ustedes son un pueblo rebelde; si es- que encabece a este pueblo, y no me das a
luviera en medio de ustedes, aunque fuera conocer a quién enviarás conm igo. Sin
|ior un momento, los exterminaría. Ahora, embargo, me has dicho: Te conozco por tu
quítense sus ropas de fiesta, y veré lo que nombre, y te he mirado con buenos ojos.
imedo hacer con ustedes.» 6 Y los hijos de 13 Ahora, si realmente me miras con bue­
Iwael se quitaron sus trajes de fiesta al pie nos ojos, dame a conocer caminos para
del monte Horeb. que te conozca, y me sigas mirando bien:
no olvides que esa gente es tu pueblo.»
14 Yavé respondió: «Ve y haz lo que te di­
l a Tienda de las Citas ga, que yo te llevaré al descanso.» 15 Moi­
sés contestó: «Si tu Rostro no nos acompa­
• 7 Entonces Moisés tom ó la Tien­ ña, no nos hagas salir de aquí. 16 ¿Cómo
da de campaña y la plantó a cierta podrá verse que nos das tu preferencia a
distancia, fuera del campamento. La mí y a tu pueblo? ¿No será, acaso, en que
tú nos acompañaras? Esto nos distinguirá,
llamó Tienda de las Citas divinas, y
yo y tu pueblo, de todos los pueblos de la
lodo el que quería consultar a Yavé tierra.»
tenía que ir a la Tienda de la Citas, 17 Yavé contestó a Moisés: «También esto
litera del cam pam ento. 8 Cada vez que me acabas de pedir, lo haré, pues te di
que Moisés iba a la Tienda de las Ci­ mi preferencia y te conozco por tu nom­
tas, todo el pueblo se ponía de pie a bre.»
In entrada ele sus carpas, y los ojos
do todos lo seguían, hasta que entra­ Yavé pasa ante Moisés
ba en ella.
9 Y al entrar Moisés en la Tienda, la • 18 Moisés dijo a Yavé: «Por favor,
nube en forma de columna bajaba y déjame ver tu Gloria.» 19 Y El le con­
»e detenía a la entrada de la Tienda, testó: «Toda mi bondad va a pasar
mientras Y a v é hablaba a M oisés. delante de ti, y yo mismo pronuncia­
1Cuando el pueblo veía la nube para­ ré ante ti el Nom bre de Yavé. Pues

• 3 3 .7 La tienda de campaña llamada Tienda sed d e otra presencia, pues su papel de jefe y
ib las Citas divinas fue el primer tem plo de Dios profeta lo ha apartado d e sus hermanos y coloca­
an medio d e su pueblo. Nótese que se puso fuera d o en una soledad muy grande. Quiere que lo
i ImI campamento, a alguna distancia, y que se ha- acom pañe el Rostro de Dios, o sea. una presen­
i n de ella solamente después que p ecó el pue- cia personal mediante la cual Dios le da a cono­
lilo. Dios ya no conduce directamente a Israel, si­ cer sus intenciones.
no que lo h a ce p o r in term ed io d e su A n g e l L u e g o M oisés insiste: S i tu Rostro no nos
l 12,34 y 33,32). acompaña... O sea, que Dios se dé a conocer a
su pueblo también, para que éste no sea sola­
m ente un pueblo protegid o p or Dios, sino un
• 11. Dios ha bajado en el Sinaí para hablar a pueblo santo y que con oce a Dios. La respuesta
«o pueblo. Sin embargo, no se ha comunicado en es positiva, p e ro solam ente con el correr del
forma personal con estos hombres que todavía tiem po Dios se dará a conocer. Jesús pedirá este
witán en la primera etapa. Bien es cierto que cre- conocimiento para todos aquellos que integren su
•ii, pero es una fe en que predomina la obedien- Iglesia (Jn 17).
i In a la ley. C on Moisés en cambio. Dios se c o­
munica cara a cara ( 1 1 ), o sea, d e espíritu a
•»plritu (a diferencia de estas comunicaciones in- • 18. El párrafo que em pieza es uno d e los
Imlores que son los sueños, visiones y aparicio- más profundos de la Biblia y nos habla en forma
fwi: Núm 12,6). figurada d e cóm o Dios acepta darse a conocer en
líl pueblo se con form a con ser acom pañado forma personal y directa.
11. *r el Angel de Yavé, o sea, con contar con su Déjame ver tu gloria. En realidad Dios no se
Ayuda y providencia. Moisés, en cam bio, tiene dejará ver, sino que él m ism o pronunciará su
EXODO 33 ll< >11 EXODO 35
tengo piedad de quien quiero, y doy rodillas, adorando a Dios, 9 y dijo: «Señot — 19 Todo primogénito es mío: todo pri­ Moisés les com un icó todo lo que Ya­
mi preferencia a quien la quiero dar.» si realmente me miras con buenos oji mer nacido ae tus ovejas y de tus vacas vé le había mandado en el m onte S i­
20 Y agregó Yavé: «Pero mi cara no y camina en medio de nosotros; ai
ven que sea macho. 20 El burro primerizo lo naí. 33 Cuando Moisés terminó de ha­
la podrás ver, porque no puede ver­ que sea un pueblo rebelde, perdona nuj "•scatarás con un corderito; en caso de no
blar con ellos, se cubrió la cara con
tras faltas y pecados, y recítenos por I *rr rescatado, será muerto. Rescatarás el
m e el h om b re y se g u ir v iv ie n d o . rencia tuya.» iiiimero de tus hijos. No te presentarás an- un velo.
21 Mira este lugar junto a mí. T e vas a lr mí con las manos vacías.
quedar de pie sobre la roca y, 22 al — 21 Trabajarás seis días y al séptimo día • 34 Cada vez que Moisés volvía don­
La ley de la Alianza
pasar mi Gloria, te pondré en el hue­ descansarás, incluso en tiempo de aradura de Yavé para hablar con él, se quitaba
co de la roca y te cubriré con mi m a­ • 10Yavé dijo: Ahora mismo quiero y de siega. el velo hasta que salía. Una vez fuera,
no hasta que yo haya p a sa do.23 Des­ mar una alianza: voy a realizar, delante_ — 22 Celebrarás la fiesta de las Semanas comunicaba al pueblo lo que Yavé le
todo este pueblo, prodigios como no ' ron las primeras siegas de tu trigo, y otra había ordenado.35 A l ver los israelitas
pués sacaré mi mano y tú entonces
verás mis espaldas; pero mi cara no
hubo jamás en ningún país y para ninj in
sta a fin de año al recoger todos los fru­ la cara de Moisés, notaban que su piel
pueblo. Y todo este pueblo que te roe tos. 23 Se presentarán tres veces al año to­
se puede ver.» verá las obras de Yavé, pues serán eos los tus varones ante Yavé, el Señor y Dios era radiante; pero Moisés volvía a po­
asombrosas las que haré contigo. (ir Israel. 24 Pues yo arrojaré de tu presen- nerse el velo, hasta que entraba a ha­
I0 4 1 ' Yavé dijo a Moisés: «Labra dos ta- " Observa lo que te ordeno en este día, i lo a los pueblos y agrandaré tus fronteras blar con Yavé.
ÍJ blas de piedra parecidas a las pri­ yo, por mi parte, arrojaré delante de tif v nadie codiciará tu país, mientras tú su-
meras y yo escribiré las palabras que había amorreo, al cananeo, al heteo, al ferec | tns tres veces al año a presentarte ante 1 Moisés reunió a toda la comunidad
en las primeras que tú rompiste. al jeveo y al jebuseo. Ynvé, tu Dios. de los hijos de Israel y les dijo: «Esto
2 Prepárate para subir mañana temprano — 12No hagas ningún pacto con el hal — 25 No ofrecerás con pan fermentado la es lo que Yavé ha mandado hacer: 2 Traba­
al monte Sinai, ahí esperarás en la cumbre. tante del país en que vas a entrar, no a «migre de mis víctimas y no quedará hasta jarás durante seis días, pero el día séptimo
3 Pero que ninguno suba contigo, ni apa­ que se transforme en una trampa para el otro día la víctima de la fiesta de Pascua. será sagrado para ustedes, día de descan­
rezca nadie en todo el monte: ni siquiera 13Más bien destruye sus altares, quieí — 26 Llevarás los primeros frutos de tu so completo en honor a Yavé. Cualquiera
oveja ni buey paste en los alrededores.» sus piedras levantadas y corta sus tront llrrra a la Casa de Yavé, tu Dios. que trabaje en ese día morirá. 3 En ninguna
4 Moisés labró dos tablas de piedra se­ sagrados. -N o cocerás el cabrito con la leche de ae sus casas encenderán fuego el día sá­
mejantes a las anteriores, como lo había — 14 No te arrodillarás ante otro dii «ii madre.» bado.»
ordenado Yavé, y de madrugada subió al pues Yavé lleva por nombre Celoso: él ' Yavé terminó diciendo a Moisés: «Pon
monte Sinaí llevando en sus manos las dos un Dios celoso. No sea que te comprort ñor escrito estas palabras, pues éste es el
tas con la gente de aquellos países, que ¡ i omprorriiso de la Alianza que he pactado Se construye el Santuario
tablas de piedra. 5 Yavé bajó en una nube y
se quedó allí junto a él. prostituyen tras sus dioses y les ofrei i mitigo y con los hijos de Israel.» 4 Moisés dijo a toda la comunidad de Is­
Moisés entonces invocó el Nombre de sacrificios. 15 Pues te convidarán a cor. " Estuvo allí con Yavé por espacio de rael: 5 «Esta es la orden de Yavé: Que cada
Yavé, 6 y El pasó delante de Moisés dicien­ de sus cosas sacrificadas, 16y luego cal •nurenta días y cuarenta noches, sin co­ uno ofrezca algo de lo suyo a Yavé. Que
do con voz fuerte: «Yavé, Yavé es un Dios rás a tus hijos con las hijas de ellos n mer ni tomar agua. Y escribió en las tablas todos los de corazón generoso le ofrezcan
misericordioso y clemente, tardo a la cóle­ puesto que se prostituyen ellas por 9] >r. palabras de la Alianza, los diez manda­ oro, plata y cobre, 6 púrpura violeta y es­
ra y rico en amor y en fidelidad. 7 El man­ dioses, arrastraran a tus nijos a prostituí mientos. carlata, lino fino, pelo de cabra, 7 pieles de
tiene su benevolencia por mil generaciones también a sus dioses. carnero teñidas de rojo, cueros finos y ma­
y soporta la falta, la rebeldía y el pecado, — 17No te harás dioses de metal fundí dera de acacia, 8 aceite para el alumbrado,
pero nunca los deja sin castigo; pues por la — 18Respetarás la fiesta de los ázim Moisés desciende del monte aromas para el óleo de la unción y para el
falta de los padres pide cuentas a sus hijos Comerás pan sin levadura durante si incienso aromático, 9 piedras de ónice y
y nietos hasta la tercera y la cuarta gene­ días, como te lo he ordenado, en el mes • 29 Cuando Moisés bajó del monte piedras de engaste para el Efod y el Pecto­
ración.» la primavera, porque fue en ese mes Sinaí, tenía en las manos las dos ta- ral.
8 Al momento Moisés cayó al suelo de Aviv cuando saliste de Egipto. 10 Que se presenten los artífices más há­
M.is de las D e cla ra cio n e s d iv in a s
•Iñude estaban escritas las leyes de la biles de entre ustedes para hacer lo que
Yavé ha ordenado: " la Morada, su Tienda
Nom bre, o sea, dejará impreso su Poder y Gloria realice el p ro ye c to de D ios de e ntregar a Alianza, y no sabía que la piel de su y su cubierta, sus broches y tablones, sus
en aquellos que lo quieren ver. hombres la herencia divina. ■.ira se había vuelto radiante, p or ha­ travesaños, sus postes y sus basas; 12 el
Te vas a quedar de pie sobre la roca. O sea,
m e esperaras ahí en la soledad, desprendido, • 3 4 .1 0 En las primeras generaciones dfli
ber hablado con Yavé. Arca y sus varas, el Lugar del Perdón y el
despierto y disponible para el m om ento en que pués de Moisés, no había «un» decálogo sino 10 Aarón y los hijos de Israel vieron velo que lo cubre; 13 la mesa y sus varas y
yo quiera, pues mis favores los d oy a quien los rios formularios redactados en momentos y lu •¡m sorpresa ese resplandor de la ca- todos los utensilios necesarios, el pan de la
quiero dar. res diferentes. Su fin era mostrar las exigen ofrenda, 14 el candelabro para el alumbrado
Te cubriré con mi mano. Cuando Dios quiere d e a A lia n za y las reglas dadas p o r Mois m de Moisés, u sin tieron m ied o de
con sus utensilios y sus lamparas y el acei­
favorecer a alguien con la unión mística, se adueña El prim ero y más conocido es el del capítulo m ercarse a él. Pero Moisés los lla- te para la luz; 15 el altar del incienso con
más o menos de su mente y por un tiempo más o Pero aquí tenemos otro más antiguo. A diíeren
menos largo. Entonces le quita toda palabra, toda de «nuestro» Decálogo, más reciente y domina
ffl<5 y volvieron A arón y los jefes de sus varas; el óleo de la unción, el incienso
idea y todo recuerdo, y lo mantiene a la fuerza en por una exigencia de justicia, estos Diez Maní l,i com un id a d; y Moisés les habló. aromático, la cortina para la entrada de la
el vacío, suspenso a su sola presencia, c om o mientos del capítulo 34 insistían antes que na ' l 'l p u e b lo a su vez se a ce rcó , y Morada, 16 el altar de los holocaustos con
muerto a todo lo exterior: te pondré en el hueco en obligaciones, fiestas y ritos que mantenían en#
de la roca. Y así se queda hasta que el Señor haya israelita el sentido de su identidad religiosa en 0
pasado. Después sacaré mi mano: entonces sa­ ambiente peligroso para su fe.
brás que has estado en Dios. También en los tiempos antiguos se guarda • 29. L a piel de su cara se había vuelto La nube es el signo de la presencia de Dios.
Y avé, pues, pronunció su Nom bre, dejándolo por lo menos dos relatos de la ascensión de Moí enllante, p or haber hablado con Yavé. Este Cuando se inaugure el Tem plo, siglos más tarde,
grabado en lo más profundo del espíritu, y este al Sinaí. Esto nos explica tal vez por qué Moisés iluno e xte rior delata la tran sform ación p ro- también lo llenará la nube f l R e 8,10). La nube
N om bre no es otro que el conocimiento y la ex­ be y recibe la Ley, baja y rom pe las tablas, y vue filuda ob rad a p o r D io s en aqu ello s qu e se cubrirá a Jesús en su Transfiguración y lo oculta­
periencia de su misericordia infinita. Moisés, al a subir. Este artificio literario permitía salvar los ( llIiiHcntan ante él a cara descubierta. Este de- rá en su Ascensión.
terminarse este encuentro, no tiene ya ambición relatos de la ascensión de Moisés y ubicar en Itille será re-in terpretado en M e 9 ,2 y 2 C o r La nube acom paña al Pueblo en el desierto.
o d eseo personal: solamente le im porta que se dos encuentros los dos decálogos más importan! I 12 18. Dios está con ellos en form a velada, pero real.
EXODO 35
su rejilla de bronce, sus varas y todos sus [ 3 6 ] 1 A s í, p u es, B e z a le e l, O h o lia b y
utensilios; la pila con su base; 17 los cortina­ I— -J d o s lo s h o m b r e s p e r ito s a los f
jes del atrio con sus postes y sus basas; la Y a v é ha d a d o h a b ilid a d y p e ric ia para
cortina de la entrada del atrio;18 todos los b e r re a liza r to d o s lo s tr a b a jo s e n sei
clavos necesarios para la Morada y para el d e l S a n tu a rio , e je c u ta r á n t o d o c o n fo r
atrio como también las cuerdas; 19 los orna­ ha m a n d a d o Y a v é .»
mentos de ceremonia para oficiar en el San­ 2 M o is é s lla m ó a B e z a le e l y a O holia
tuario; las vestiduras de la consagración del to d o s lo s h o m b r e s h á b ile s a lo s qu e Yl
sacerdote Aarón y las vestiduras de sus hi­ h a bía d a d o p e ric ia , y a to d a s las persa'
jos para las funciones sacerdotales.» d e s e o s a s d e tra b a ja r p ara e l Santuarioi
20 Entonces todo el pueblo de Israel se re­le s e n tr e g ó to d a s fas o fr e n d a s q u e los I
tiró de la presencia de Moisés; 21 todos d e Isra e l h a b ía n r e s e r v a d o p a ra la eji
aquellos a quienes su corazón movía, hom­ c ió n d e las o b r a s d e l S a n tu a rio . Míen
bres de corazón generoso, vinieron a dejar tan to, lo s h ijo s d e Israel s e g u ía n entrej
su ofrenda para Yavé, para la construcción d o a M o is é s , c a d a m a ñ a n a , ofre n d a s
de la Tienda de las Citas, para todo su ser­ lu n ta r ia s . 4 P o r e s o , t o d o s lo s artesi
vicio y para las vestiduras sagradas. q u e tr a b a ja b a n en la c o n s tru c c ió n del
22 Venían hombres y mujeres: todos los tu ario, a d e m á s d e su p ro p io tra b a jo, '■
de corazón generoso traían joyas, aros, ro n a d e c ir a M o is é s : «EÜ p u e b lo entl
anillos, collares y toda clase de objetos de m á s d e lo q u e s e n e c e s ita p a ra la ci
oro, el oro que cada uno presentaba como tru c c ió n d e fas o b r a s q u e Y a v é ha mal
ofrenda a Yavé. 23 Los que tenían púrpura d o h a c e r . » 6 E n to n c e s M o is é s m a n d ó ci
violeta y escarlata y carmesí, lino fino, pelo la v o z p o r t o d o e l p u e b lo : «N i hom bp
de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo m u je r r e s e r v e y a m á s o f r e n d a s parí
y cueros finos, lo traían también. 24 Quie­ S a n tu a rio . » 7 E l p u e b lo , p u es, d e jó d e ti
nes pudieron reservar una ofrenda de plata o fre n d a s , p u e s h a b ía m a te ria l d e sobra
y bronce la llevaron también como ofrenda ra c on stru ir to d a la ob ra.
para Yavé. Lo mismo hicieron los que po­ 8 E n to n c e s lo s a r te s a n o s m á s exp e
seían madera de acacia para los trabajos d e e n tre lo s q u e e je c u ta b a n el trabaja
de la obra. 25 Todas las mujeres hábiles en c ie ro n la M o ra d a . H ic ie ro n d ie z cortinal
el oficio hilaron con sus manos la púrpura lin o fin o re to r c id o d e c o lo r ja c in to , m ol
violeta, escarlata y carmesí y el lino fino, y y ro jo , a d o r n a d a s c o n q u e ru b in e s . 9 C
después lo ofrecieron a Yavé. 26 Las que c o rtin a te n ía c a to r c e m e tro s d e la r g o y i
sabían hilar el pelo de cabra lo hicieron. d e a n c h o . T o d a s e ra n d e una m ism a mi
27 Los jefes trajeron piedras ágatas y en­ d a. 10 R eu nieron las p rim e ra s c in c o cortil
gaste para el Efod y el Pectoral, 28 aromas y lo m is m o las otra s c in c o . 11 Pusieron L
y aceite para el alumbrado, para el óleo de d o n es d e c o lo r m o r a d o en lo s b o rd es do
la unción y para el incienso aromático. cortin a g u e te rm in a b a e l p rim e r coniunt,
29 Todos los hijos de Israel, hombres y h icieron lo m is m o c o n lo s b o rd es d e la c<
mujeres, a quienes su generosidad había n a q u e t e r m in a b a e l s e g u n d o c o n ju i
impulsado a llevar algo para cualquiera de 12 C a d a c o n ju n to te n ía p o r a m b a s par
los trabajos que Yave, por medio de Moi­ cin cu en ta c o rd o n e s , d isp u esto s d e tal mt
sés, les había encomendado, trajeron sus q u e el un o c o rre s p o n d ía al otro, y s e po<
ofrendas voluntarias a Yavé. a ju s ta r e n tre sí. 13 H ic ie ro n a s im is m o (
c u e n ta b ro c h e s d e o ro, c o n lo s q u e se r
Los artífices del Santuario n ieron las cprtin as. A s í la tien d a fu e una
la. 14 T a m b ié n h ic ie ron una cu b ierta d e p
30 Moisés dijo entonces a los hijos de Is­ d e c a b ra para el te c h o d e la M orad a. Ha
rael: «Miren, Yavé ha designado a Bezaleel, o n c e p ie za s . 15 C a d a una d e e lla s ten ía q|
hijo de CIrí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, 31 c e m etro s d e la r g o y d o s d e an ch o. 16 T o ,
y lo ha llenado del espíritu de Dios, y de sa­ era n d e la m is m a m ed id a . Jun taron las c
ber, de inteligencia, de ciencia y de capaci­ c o p rim e ra s y lo m is m o las otra s seis. '7¡"
dad en toda clase de trabajo 32 para crear c ie ro n ta m b ié n en la orilla d e c a d a cubiL
obras de arte. Este hombre sabe trabajar cin c u e n ta p resillas, para q u e s e pudiera d
oro, plata y bronce 33 y tallar tanto las pie­ c o n la otra, y cin cu en ta p resillas en la or'
dras preciosas como la madera. Es entendi­ d e ésta p ara unirla a la c on tigu a . 18 Hiciei
do en toda clase de trabajos. 34 A él y a Oho- a s im is m o cin c u e n ta h eb illas d e b ro n c e , n
liab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, d ia n te las c u a le s s e fo r m ó un s o lo t o l l _
Yavé les ha infundido el don de enseñar. 19 H ic ie ro n ta m b ié n a la M o ra d a otra e l
35 Les ha llenado de habilidad para todabierta d e p ie le s d e c a rn e ro , te ñ id a s d e rojo
clase de labores de artesanos o artistas, y s o b r e é s ta otra cu b ierta d e c u e ro s finí“
para bordar la púrpura violeta y escarlata, 20 H ic ie ro n a s im is m o ta b lo n e s d e m ad i
el carmesí y el lino fino, y para todo tipo de d e a c a c ia d e re c h o s , 21 c a d a un o d e los ci
tejido. Son muy capaces para ejecutar to­ le s ten ía c in c o m e tro s d e la r g o p o r setenL
da clase de trabajos y obras de arte. y c in c o c e n tím e tro s d e an ch o . 2Í En los l#|
1
111 EXODO 38

■n de c a d a ta b ló n s e h ic ie ro n d o s m u e s- dón. 9 Los dos querubines tenían las alas


4» para e n c a ja r un ta b ló n c o n otro , y d e extendidas y cubrían con sus alas el Lugar
Mir m o d o s e d is p u sie ron to d o s lo s ta b lo - del Perdón. Estaban uno frente al otro y sus
..m Veinte d e é s to s s e p u siero n en e l la d o caras miraban al Lugar del Perdón.
in lilio n a l, 23 para lo s c u a le s s e fu n d ieron 10 Hizo también una mesa de madera de
¿Menta b a s a s d e p lata, d e su e rte q u e d os acacia, de dos codos de largo, uno de an­
Lons sostenían lo s d o s á n g u lo s d e c a d a ta- cho y uno y medio de alto. ir La cubrió con
Um . 24 E n la m is m a f o r m a s e p u s ie r o n láminas de oro puro y le puso alrededor
iiinle ta b lo n e s al o tro la d o d e la M o ra d a una moldura de oro, 12 le hizo un borde de
ijin mira al n o rte , 25 lo s c u a le s te n ía n cua- cuatro dedos de alto y encima de éste pu­
Hmlii b asas d e p la ta : 26 d o s b a s a s d e b a jo d e so una moldura de oro. 13 Formó asimismo
M'l'i tablón. cuatro anillos de oro y los puso en las cua­
l -.n la p arte o c c id e n ta l d e la M ora d a se tro esquinas de la mesa, uno para cada pa­
MHii'ion seis ta b lo n e s 28 a d e m á s d e otros d o s ta. 14 Los anillos estaban debajo de la cor­
mi" hubo qu e fijar a la es p a ld a d e l T a b e m á - nisa para meter las varas por ellos a fin de
¡ Sili i en las esqu in a s , 29 y estu vieron trab ad os que pudiera transportarse la mesa. 15 Hizo
b mriba a b a jo y a s e gu ra d o s to d o s c o n un también de madera de acacia estas varas y
M im o en caje. E l m is m o trab ajo se hizo para las cubrió con planchas de oro, pues sir­
L dos tab lones q u e s e h u bo d e c o lo c a r en vieron para transportar la mesa.
L nsquinas. 30 A s í fu eron e n total o c h o ta- 18 Hizo también los utensilios que están
E lin s los qu e había en el fo n d o c o n d ieciséis en la mesa; las fuentes, los vasos, los ja­
Kkns de plata, d an d o a c a d a tablón d os ba- rros y las tazas para las libaciones; todo
i " T a m b ié n hizo c in c o tra v e sa n os d e m a ­ era de oro.
Í lí de a c a c ia en un la d o d e la M orad a, qu e 17 Labró igualmente de oro puro el can­
mi/.aron lo s ta b lo n e s , 32 y o tro s c in c o al delabro. Era de oro macizo su pie y su ta­
pin ludo, y al o c c id e n te otro s tan tos, 33 los llo. Sus cálices y nudos y flores formaban
unir, atravesaban lo s tab lo n es d e un extre- un cuerpo con el. 18 Salían seis brazos de
i n otro . 34 C ubrió a s im ism o c o n p lanch as sus lados: tres de uno y tres de otro. 19 Ca­
I mo los tablones, y para e llo hizo argollas da brazo tenía tres cálices en forma de flor
-no, por las cu ales p asab an los travesa n os de almendro, con capullos y flores. 20 En el
, li i-i euDrió c o n lám inas d e oro. mismo candelabro había cuatro cálices en
' A d e m á s d e e s to h iz o un v e l o d e lin o fi- forma de flor de almendro con capullos y
ic lo r c id o d e c o lo r m o r a d o , p ú rpu ra, y flores; 21 un capullo debajo de los dos pri­
d" pruna d o s v e c e s t e ñ id a , b o r d a d o d e meros brazos que formaban cuerpo con el
■tiniubines, o b ra d e artista ; 35 el cu al c o lg ó candelabro; otro, debajo de los siguientes y
lu í" cu atro c o lu m n a s d e m a d e r a d e a c a - un tercero debajo de los dos últimos bra­
l|l que e s ta b a n ta m b ié n c u b ie rta s d e o r o , zos; se hizo lo mismo para los seis brazos
i lemán g a n c h o s d e oro , e s ta n d o p u e s ta s que salían del candelabro. 22 Los capullos y
U iit : b asas d e plata. 37 H izo p ara la entra- los brazos formaban un cuerpo con el can­
•!n de la M o r a d a u n a c o r tin a d e lin o fin o delabro. Todo ello era de oro puro macizo.
|ii|in m orad o, pú rpu ra y d e g ra n a d o s v e - 23 Hizo sus siete lámparas; sus despabila­
in « teñida, c o n la b o r e s d e ta p ic e r ía . 38 H izo deras y ceniceros eran de oro puro. 24 Se
| l i« - inco c o lu m n a s c o n sus g a n c h o s . C u ­ empleó un talento de oro para hacer el
ín ln d e o r o lo s c a p ite le s y las v a rilla s . L a s candelabro con todos estos utensilios.
l l l d s eran d e b ro n c e . 25 Hizo también el Altar del Incienso. Lo
hizo de madera de acacia. Tenía medio
1 B e z a le e l hizo el A r c a d e m a d e r a d e metro de largo y de ancho: era cuadrado.
j a c a c ia , c o n una lon gitu d d e d o s c o -
Tenía un metro de altura. Sus cuernos for­
iim y m ed io , c o d o y m e d io d e an ch u ra y maban un cuerpo con él. 26 Cubrió de oro la
ffro c o d o y m e d io d e altu ra. 2 L a re v is tió mesa, los costados y los cuernos; también
in dentro y p o r fu era c o n lá m in a s d e oro ;

S IIo a d e m a s una m o ld u r a d e o r o a lr e d e -
I» ' L e p u s ie ro n c u a tr o a n illo s d e o r o ,
i« en c a d a á n g u lo d e l A r c a , d o s en un la-
hizo una moldura de oro alrededor. 27 Deba­
jo de dicha moldura hizo dos anillos de oro
a ambos lados para meter en ellos las varas
con que lo transportarían. 28 Hizo las varas
r y dos e n otro . de madera de acacia y las cubrió de oro.
' H icieron ta m b ié n la s v a r a s d e m a d era 29 Hizo el óleo de la consagración y el in­
(ln acacia y las c u b rió c o n lá m in a s d e o ro. cienso arom ático, obra de perfumista.
10 n p asaron p o r lo s a n illos q u e e s ta b a n a
|.m Indos d e l A r c a y s irv ie ro n p a ra lle v a rla .
Hizo el L u g ar d el P e rd ón d e o r o p u ro, d e [5771 1 Hizo también el Altar de los Holo-
i c o d o s y m e d io d e la r g o y c o d o y m e d io 1 caustos de madera de acacia. Tenía
■ micho. ^ A s im is m o hizo d o s qu eru b in es dos metros y medio de largo y otros tantos
t » m o m a c izo y lo s p u s o e n las e x tre m id a - de ancho, esto es, cuadrado, y metro y
I un del Lu gar d el P e rd ó n , 8 u n o a c a d a lad o, medio de altura. 2 De sus cuatro esquinas
ln" leudo un c u e r p o c o n e l L u g a r d e l P er- salían cuatro cuernos que formaban un
EXODO 38 II' 15 EXODO 40
cuerpo con él. Los cubrió con láminas de c a d e la A lia n z a c o n su s v a r a s y e l L u g a r
en todo el trabajo del Santuario, el oro M Jo uno d e e llo s c o n fo r m e a las d o c e tribus. d e l P e rd ó n ; 36 la m e s a c o n to d o s sus u te n ­
bronce. ofreció el pueblo, fue de veintinueve talf) H ic ie ro n p a ra e l P e c t o r a l c a d e n illa s d e
3 Para el servicio del altar fabricó las cal­ mo puro, tre n za d a s a m a n e ra d e c o r d o n e s . s ilio s y e l p a n d e la o fr e n d a , 37 e l c a n d e la ­
tos v setecientos treinta sidos, en slcl» b ro d e o r o p u ro c o n sus lá m p a ra s , to d o s
deras, tenazas, tridentes y braseros. Todos del Santuario; 25 la plata entregada por |i* Hicieron d o s e n g a s te s d e o r o y d o s a n i­
estos instrumentos los hizo de bronce. llos d e o r o y fijaron lo s d o s a n illos e n los lo s u te n s ilio s y e l a c e it e d e l a lu m b r a d o ;
hombres incluidos en el censo de la comu 38 el a lta r d e o r o , e l ó le o d e la u n ció n , el
4 Además un enrejado de bronce en forma nidad fue de cien talentos y mil seteciento .los e x tre m o s .
de red, que se ponía debajo del plano del 17 P a s a ron d e s p u é s las d o s c a d e n illa s d e in c ie n s o a r o m á tic o y la c o rtin a p a ra la e n ­
sesenta y cinco sidos, según el peso i tra d a d e la t ie n d a ; 3# e l a lta r d e b ro n c e c o n
altar y llegaba a media altura.r’ En los cua­ Santuario. 26 Pues se contaba medio slclu uro p or lo s d o s a n illo s d e lo s e x tr e m o s del
. 18 su e n r e ja d o , sus v a r a s y sus u ten silio s, la
tro ángulos le hizo anillos de bronce para en sidos del Santuario, por cabeza. ivctoral (Jnieron lo s d o s e x tr e m o s d e las
sus varas. los c a d e n illa s a lo s d o s e n g a s te s q u e fija- p ile ta c o n su b a s e ; 40 e l c o r tin a je d el atrio,
27 Los cien talentos de plata se emplean» lo s p o s te s c o n sus b a s a s , la c o rtin a p a ra la
6 Hizo también dos varas de madera de en fundir las basas del Santuario y las baw' ion en la p a rte in fe rio r d e lo s h o m b r o s d e l
acacia, cubiertas con láminas de bronce, e n tra d a d e l a trio, sus c u e rd a s , c la v o s y t o ­
de las columnas que sostenían el velo; cS I lod. 19 S e h ic ie r o n o t r o s d o s a n illo s d e d o s lo s d e m á s u te n silio s d el s e r v ic io d e la
7 y las pasó por los anillos: estaban a jo s basas correspondientes a los cien talento» mo, q u e s e p u siero n en lo s e x tr e m o s in fe-
dos lados del altar para transportarlo. Hizo M o ra d a , la T ie n d a d e las C ita s ; 41 las v e s t i­
un talento por basa. 28 De los mil setecierfi nores d e l P e c t o r a l, e n la p a r te b a ja d e l du ras d e c e r e m o n ia p a r a e l s e r v ic io en el
el altar hueco, de paneles. setenta y cinco sidos hizo ganchos para Ir I lod p o r fu e ra . 20 S e h ic ie ro n o tro s d o s a n i­
8 Hizo también la pileta y la basa de S a n tu a rio ; lo s o r n a m e n t o s s a g r a d o s p ara
postes, revistió sus capiteles y los unió c# llos a e o r o , q u e s e p u s ie r o n e n la s d o s e l s a c e r d o t e A a r ó n y las v e s tid u ra s d e sus
bronce, con los espejos de bronce pulido varillas. 29 El bronce que ofrecieron fue & hombreras d el E fo d a b a jo , en la p a rte d e ­
de las mujeres que servían a la entrada de h ijo s p a ra e je r c e r e l s a c e r d o c io . 42 L o s h i­
setenta talentos y dos mil cuatrocientos® lantera, c e r c a d e la ju n tu ra p o r e n c im a del jo s d e Israel h ic ie r o n to d a la o b ra c o n fo r ­
la Tienda de las Citas. d o s. 30 Con él hizo las basas para la entra# .inturón d e l E fo d , 21 y fija r o n e l P e c t o r a l
9 Hizo asimismo el atrio de la Morada, en m e a c u a n to Y a v é h a b ía o r d e n a d o a M o i­
de la Tienda de las Citas, el altar de bronn uniéndolo p o r sus a n illos a lo s a n illo s d el s é s . 43 M o i s é s v i o t o d o e l t r a b a j o y
cuya parte meridional había cortinas de li­ con su rejilla de bronce también y todos R I lod p a r a s o s te n e r lo e n c im a d e l cin tu ró n
no fino retorcido de cincuenta metros de c o m p r o b ó q u e lo h a b ía n h e c h o c o n fo r m e
utensilios del altar, 31 las basas del reclnk tlrl E tod , c o n un c o r d ó n d e pú rpu ra v io le - a lo q u e h a b ía m a n d a d o Y a v é . E n to n c e s
largo, 10 con veinte columnas puestas en del atrio y las basas de la entrada del atrl* i,i, p ara q u e q u e d a r a e l P e c t o r a l s o b r e el
otras tantas basas de bronce, cuyos gan­ M o is é s lo s b e n d ijo .
todos los clavos que se ocuparon en la Me . Inturón d e l E fo d y n o s e d e s p r e n d ie ra , c o ­
chos y varillas eran de plata. " Igualmente rada y en el atrio que la rodeaba. mo Y a v é h a b ía m a n d a d o a M o is é s .
en el lado septentrional había a lo largo 72 Tejieron el manto del Efod todo de Consagración de la Morada
cortinas de cincuenta metros con veinte purpura violeta. 23 Había una abertura en el
3 9 H ic ie ro n p a ra el s e r v ic io d e l San 1 Y a v é h a b ló as í a M o is é s : 2 «E l día
columnas y otras tantas basas de bronce, y .entro del manto, semejante al cuello de
I----- 1 tuario vestiduras de ceremonia di p r im e r o d e l p r im e r m e s a lz a rá s la
sus ganchos y varillas de plata. púrpura violeta y escarlata, de carmesí y í un corselete, con una orla alrededor de la M o ra d a , la T ie n d a a e las C itas. 3 A llí p o n ­
12 Además, en lo ancho del atrio que mi­ no fino. Hicieron asimismo las vestiduf# obertura, para que no se rompiera. 24 En el d rá s e l A r c a d e la A lia n za y cu b rirás e l A r ­
ra al oeste había cortinas por espacio de sagradas de Aarón, como Yavé había man niedo inferior del manto hicieron granadas c a c o n la c ortin a . 4 L le v a r á s la m e s a y la
veinticinco metros, con diez columnas y dado a Moisés. 2 Hicieron el Efod de oro .le púrpura violeta y escarlata, de carmesí d is p o n d r á s . L le v a r á s ta m b ié n e l c a n d e la ­
otras tantas basas de bronce. 13 Del mismo de púrpura violeta y escarlata, de carme» y lino fino retorcido. 25 Hicieron campani­ b ro y p re p a ra rá s las lá m p a ra s . 5 C o lo c a r á s
modo, en lo ancho del atrio que cae al y lino fino retorcido. 3 Batieron oro en lamí llas de oro puro, que resonaran cuando ofi-
e l alta r d e o r o p a ra e l in c ie n s o d e la n te del
oriente se contaron veinticinco metros; ñas y las cortaron en hilos para bordar juR i lara el sacerdote, colocadas entre las gra­ A r c a d e la A lia n z a y c o lg a r á s la c o rtin a a
14 se pusieron cortinas de siete metros y to con la púrpura violeta y escarlata, conr nadas, en todo el ruedo, 26 alternando una
medio por cada lado, 15 con tres columnas i ampanilla y una granada en la parte infe- la e n tra d a d e la M o r a d a .^ C o lo c a r á s el a l­
carmesí y el lino fino. 4 El Efod tenía doi tar d e lo s h o lo c a u s to s an te la e n tra d a d e la
y otras tantas basas por cada lado. 16 To­ hombreras que se juntaban y estaban uní ilor del manto, como Yavé había ordenado
das las cortinas del atrio alrededor eran de n Moisés. T ie n d a d e las C itas. P o n d rá s la p ila e n tre la
das por sus extremos. 5 El cinturón e l T ie n d a d e la s C ita s y e l A lt a r y e c h a r á s
fino lino retorcido. 17 Las basas de las co­ ' 27 T e jie r o n ta m b ié n las tú n ic a s d e lin o fi­
que se ciñe el Efod era de la misma hechn a g u a en ella.
lumnas eran de bronce. Los ganchos y las ra y de los mismos materiales y formato no p ara A a r ó n y su s h ijo s; la tiara d e lino
varillas eran de plata; los capiteles estaban lino, lo s a d o rn o s d e las m itra s d e lin o fin o 7 E n d e rr e d o r le v a n ta rá s el atrio y te n d e ­
con él una sola pieza, tal como Yavé se li rás la c ortin a a la e n tra d a d el atrio. 8 E n ­
cubiertos de plata. había mandado a Moisés. " y ta m b ié n lo s c a lz o n c illo s d e lin o fin o re-
18 Pero a la entrada del atrio se puso una 6 Prepararon igualmente las piedras óhl lorcido, 29 lo m is m o q u e las fa ja s d e lin o fi­ to n c e s to m a r á s e l ó le o d e la u n ció n y u n g i­
cortina de diez metros de lino fino retorcido no retorcid o , d e púrpu ra v io le ta y e s c a rla ta rás la M o r a d a y t o d o lo q u e h a y en e lla .
ces engastadas en oro y grabadas, comí' 9 L a c o n s a g r a r a s c o n t o d o su m o b ilia rio y
color morado, púrpura y de grana dos ve­ se graban los sellos, con los nombres 2 y de c a r m e s í, tal c o m o Y a v é h a b ía o r d e n a ­
ces teñida: una obra de bordador. Tenía do a M o is é s . s e rá c o s a s a g ra d a . 10 U n g irá s a d e m á s el al­
los hijos de Israel; 7 las colocaron sobre I#
diez metros de largo y dos y medio de altu­ 30 E h ic ie ro n d e o r o p u ro una lá m in a , latar d e lo s h o lo c a u s to s c o n to d o s sus u te n ­
hombreras del Efod, como piedras que slf s ilio s . C o n s a g r a r á s e l a lta r y e n a d e la n te
ra, como las cortinas del atrio. 19 Sus cua­ vieran para recordar a los hijos de Israel, diadem a s a g ra d a , e n la q u e g ra b a ro n , c o ­
tro columnas y basas eran de bronce, sus mo s e g r a b a n lo s s e llo s : «C o n s a g r a d o a s e rá c o s a s a c ra tís im a . 11 A s im is m o u n girás
según había ordenado a Moisés. la p ila y su b a s e y la c o n sa g ra rá s .
ganchos y varillas de plata. Sus capiteles r Bordaron también el Pectoral, del mil Yavé». 3? L a fija ron c o n un c o r d ó n d e p ú r­
estaban cubiertos de plata. 20 Las estacas y pura v io le ta para sujetarla en la p a rte s u ­ 72 D e s p u é s m a n d a r á s q u e A a r ó n v sus
mo estilo que el Efod, de oro, púrpura vil h ijo s s e a c e rq u e n a la e n tra d a d e la T ie n d a
clavos, tanto de la Morada como del atrio, Ieta y escarlata, carmesí y lino fino retorcí perior d e la tiara, c o m o Y a v é h a b ía m a n ­
eran de bronce. dado a M o is é s . d e las C itas y lo s la v a rá s c o n a g u a . 13 V e s ­
do. 9 Era cuadrado y doble: tenía un palme tirás a A a r ó n c o n las vestid u ra s s a g ra d a s ,
21 Este era el inventario de la Morada de 32 A s í fu e te r m in a d a to d a la o b r a d e la
de largo por uno de ancho. ,0 Llevaba cua 10 u n girás y lo c o n s a g r a r á s p ara q u e s e a
la Alianza, realizado por orden de Moisés y tro filas de piedras; en la primera fila hablo Morada, e s d e cir, d e la T ie n d a d e las C itas;
hecho por los levitas bajo la dirección de los h ijo s d e Is r a e l h ic ie r o n t o d a la o b r a m i s a c e rd o te . 14 M a n d a rá s ta m b ié n q u e se
un sardio, un topacio y una esmeralda a c e r q u e n sus h ijo s , lo s v e s t ir á s c o n tú n i­
Itamar, hijo del sacerdote Aarón. " en la segunda fila, un rubí, un zafiro y un i on form e a lo q u e Y a v é h a b ía m a n d a d o a
22 Bezafeel, hijo de (Jrí, hijo de Jur, de la Moisés. cas, lo s u n girás c o m o u n g is te a su p a ­
diamante; 12 en la tercera, un ópalo, H d re, p ara q u e s e a n m is s a c e rd o te s . A s í p o r
tribu de Judá, hizo todo cuanto Yavé había 33 E n to n c e s p re s e n ta ro n a M o is é s la M o-
ágata y una amatista; 13 y en la cuarta, UR su u n c ió n s e r á n s a c e r d o t e s m í o s p a r a
mandado a Moisés, 23 juntamente con Oho- crisólito, un ónice y un jaspe. Todas ella» mda, e s d e c ir , la T ie n d a y to d o s su s u te n ­
liab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, silios; lo s b ro c h e s , lo s ta b lo n e s , lo s tra v e - s ie m p r e , d e g e n e r a c ió n e n g e n e r a c ió n . »
engastadas en oro. ,6 M o is é s hizo to d o s e g ú n lo q u e Y a v é le
que era artesano, bordador en púrpura, 14 Las piedras eran doce, correspondieri1•..iños, lo s p o s te s y las b a s a s ; 34 e l to ld o d e
violeta y escarlata, en carmesí y lino fino. pieles d e c a r n e ro te ñ id a s d e r o jo , e l to ld o h a bía m a n d a d o . A s í lo h izo. 17 E n e l p rim e r
tes a los nombres de los hijos de Israel, V m e s d e l a ñ o s e g u n d o , e l d ía p rim e r o d e l
24 El total de oro empleado en el trabajo, grabada cada piedra con el nombre de de c u e ro s fin o s y e l v e lo p r o te c to r ; 35 e l A r ­
EXODO 40 11$
mes, alzaron la Morada. 18 Moisés alzó la da, como Yavé le había mandado. 30 Puli
Morada, asentó las basas, colocó sus ta­ la pileta entre la Tienda de las Citas y el ni
blones, puso los travesanos y erigió sus tar y echó agua en ella para las ablución!#
columnas. 19 Después desplegó la Tienda 31 Aarón y sus hijos se lavaron en ella lat
por encima de la Morada y puso además manos y los pies. 32 Siempre que entraban
por encima el toldo de la Tienda, como Ya- en la Tienda de las Citas y siempre que if
vé había mandado a Moisés. 20 Luego tomó acercaban al altar se lavaban, como Yaví
el Testimonio y lo puso en el Arca, puso al había mandado a Moisés. 33 Por fin, dispti
Arca las varas y sobre ella colocó el Lugar so el atrio que rodeaba el Santuario y el al>
del Perdón en la parte superior. 21 Llevó en­ tar y colgó la cortina a la entrada del atrio
tonces el Arca a la Morada, colgó la corti­ Así Moisés terminó todas las obras.
na y cubrió así el Arca de la Alianza, como
Yavé había mandado a Moisés. 22 Colocó
también la mesa en la Tienda de las Citas, Yavé toma posesión del Santuario
al lado septentrional de la Morada, fuera
del velo. 23 Dispuso sobre ella las filas de • 34 Entonces la Nube vino a cubrir ||
los panes de la Presencia delante de Yavé, Tienda de las Citas y la Gloria de Yavé llfr
como él había ordenado a Moisés. 24 Luego nó la Morada. 35 Moisés ya no podía entrm
instaló el candelabro en la Tienda de las en la Tienda de las Citas, pues la Nuil
Citas, frente a la mesa, en el lado meridio­ descansaba sobre ella y la Gloria de Yavé
nal de la Morada, 25 y colocó encima las llenaba la Morada.
lámparas delante de Yavé, como él había 35 A lo largo de su trayecto, los hijos di
ordenado a Moisés.- Israel se ponían en marcha en cuanto lj|
26 Asimismo puso el altar de oro en laNube se elevaba de encima de la Morada,
Tienda de las Citas, delante del velo, 27 y 37 Pero mientras la Nube no se elevaba,
uemó sobre él incienso aromático, como ellos no se movían y esperaban el día M
avé había mandado a Moisés. 28 A la en­ ue de nuevo se elevara. 38 Porque la Nub»
trada de la Morada colocó la cortina, y en e Yavé descansaba sobre la Morada du
la misma entrada de la Morada colocó rante el día a la vista de todo el pueblo di
también el altar de los holocaustos, 29 so­ Israel, y durante la noche había fuego. Ail
bre el cual ofreció el holocausto y la ofren-• sucedió a lo largo de su trayecto.

• 4 0 .3 4 La continuación de los recuerdos re- están en los capítulos 11 al 16 y 20 al 24 del 1.1


terentes a la vida d e los israelitas en el desierto bro de los Números.
El Levítico está en el centro de los cinco libros que conforman la « L e y » , el
corazón del Antiguo Testamento; debe su nombre al hecho de que se explaya muy
especialmente sobre el ministerio de los sacerdotes levitas. L o medular del libro es
la L ey de Santidad, la cual nos dice lo que el Dios Santo exige de su pueblo que
tiene el honor de pertenecerle, tanto con respecto al culto como a su vida diaria.
Esto basta para situarlo. Y también mostraremos más comprensión para estas
leyes y reglas litúrgicas, propias de tiempos pasados, si recordamos que la santi­
dad — en el sentido en que la entiende la Biblia— es siempre actual para noso­
tros. Es una de las claves del conocimiento de Dios y nos ayuda a comprender
nuestra vocación com o pueblo santo.
Nunca se dirá demasiado que Dios abraza con su amor a toda su creación, que
está en ella presente al igual que en la vida de los pueblos y que está muy cerca
de nosotros «en el secreto» (M t 6 ,6 ). Pero tampoco hay que olvidar que él es
•<santo», es decir, totalmente distinto a su creación, y que su personalidad miste­
riosa está terriblemente por encima de todo lo que podemos imaginar. Y nuestra
misión, si hemos sido llamados a creer en su Hijo único, no puede confundirse
con ninguno de los caminos de sabiduría que han conocido los hombres: Dios
nos eligió para su obra «tan sorprendente y misteriosa».
Aunque actualmente ya no estamos obligados a los numerosos preceptos litúr­
gicos o sociológicos de la Ley, estas páginas, sin embargo, nos recordarán que
luimos separados para que seamos fermento.
El espíritu de la Ley no ha cambiado después de la revelación hecha a Moisés,
la que fue su fundamento. Pero ha habido, eso sí, muchas evoluciones y adapta­
ciones. Los «libros de M oisés», como se los llama, han llegado hasta nosotros en
el estado en que fueron fijados por los sacerdotes judíos del siglo V antes de
Cristo, luego de su regreso del Destierro.
En tiempos anteriores la influencia de los profetas se había hecho sentir. Pedían
una fe más dinámica, una toma de conciencia de las exigencias de justicia que esta­
ban inscritas en la Alianza, una lucha contra las influencias extranjeras alienantes.
I lablaban de tiempos futuros que se debían preparar. Pero después del cautiverio en
Babilonia, la necesidad de afirmar su identidad para hacer frente a las pruebas
nacionales, dio lugar en Israel a una corriente conservadora que se fue consolidando
cada vez. Muchos judíos se replegaron entonces en un conservantismo religioso
hecho de ritos y tradiciones, las que Jesús iba a condenar severamente (M t 23).
Pablo en sus cartas culpa a los que querían seguir con las costumbres y fiestas
de los judíos (C o l 2,16) y también a los que en primer lugar ven en la palabra de
Dios leyes que hay que observar (Gál 3,1-7). Pero Jesús nos invita a no perder el
espíritu que inspiró esas leyes (M t 5, 17-19).
El Levítico contiene tres grandes partes:
— Ley de los sacrificios, caps. 1-8.
— L ey referente a lo puro y lo impuro, caps. 11-15.
— L ey de la santidad, caps. 17-26.
LEVITICO 1
II" 119 LEVITICO 4
que D io s s e a c u e r d e d e a q u e l q u e o fr e c e . de la víctima y la degollará a la entrada de
I.s un s a c rific io p o r el fu e g o d e c a lm a n te la Tienda de las Citas; y los hijos de Aarón,
Sacrificios: el holocausto lado norte del altar; los sacerdotes derrama iiroma p a ra Y a v é . los sacerdotes, derramarán la sangre en el
ran la sangre en el altar y en todo su derrn 3 El r e s to d e la o fr e n d a q u e d a rá p ara A a - altar y en su derredor. 3 Se tomará una
* 1 Yavé llamó a Moisés y le habló así,
S desde la Tienda de las Citas divinas:
«Esto tienes que decir a los hijos de Israel:
dor. Luego lo despedazarán en porciorn»
y el sacerdote lo dispondrá con la cabeza y
rón y sus h ijos; e s c o s a m u y s a g ra d a p o r ­
gue p ro v ie n e d e l s a c rific io p o r el fu e g o pa-
parte del sacrificio de comunión y se ofre­
cerá por el fuego para Yavé: el sebo que
el sebo encima de la leña colocada sobre pi ra Y a v é. cubre las entrañas y todo lo que hay sobre
Cuando alguno de ustedes presente a Ya­ fuego del altar. 13 Lavarán con agua las en 4 C u a n d o q u ie r a s o f r e c e r a lg u n a m a s a ellas; 4 los dos riñones y el sebo adherido a
vé una ofrenda de animales, esta ofrenda trañas y las patas y el sacerdote lo ofrecer* cocida al h o rn o, s e rá d e flor d e h arin a en ellos y a los lomos, y la telilla del hígado
podrá ser de ganado m ayor o menor. y lo quemara en el altar. Así es el holocaui panes sin le v a d u ra a m a s a d o s c o n a c e ite , o ue se separará de los riñones. 5 Los hijos
Si quiere ofrecer un holocausto, es decir to, y es un sacrificio por el fuego cuyo sun '•n to rta s sin le v a d u ra u n ta d a s d e a c e ite . e Aarón quemarán todo esto en el altar
una víctima totalmente quemada, presenta­ ve olor apacigua a Yavé. 5 S i o fr e c e s alg u n a m a s a p re p a r a d a en la encima del holocausto que está sobre la
ra a la entrada de la Tienda de las Citas el 14 Si se ofrece a Yavé un holocausto di parrilla, é s ta d e b e r á s e r d e flo r d e h arin a leña puesta al fuego. Sera un sacrificio por
macho sin defecto que haya escogido, y así aves, presentarán tórtolas o pichones. 151 mnasada c o n a c e ite , sin le v a d u ra . 6 L a p a r ­ el fuego de calmante olor para Yavé.
su sacrificio será agradable a Yavé. 4 Pon­ tirás en tro zo s y le e c h a r á s a c e ite , p u e s es 6 Si lo que se ofrece como sacrificio de
sacerdote presentará la víctima en el altai
drá su mano sobre la cabeza de la víctima, le retorcerá la cabeza y la quemará sobn una o fren d a. comunión ante Yavé es de ganado menor,
para que Yavé se la reciba para perdón dé el altar; la sangre la exprimirá sobre la pa 7 Si p re s e n ta s una o fre n d a p re p a r a d a ense ofrecerá un animal sin defecto, macho o
sus pecados. 5 Sacrificará el novillo delante red del altar. n Le quitará el buche y lai sartén, é s ta s e rá d e flo r d e harina c o n a c e i- hembra. 7 Si alguien ofrece un cordero, lo
de Yavé y los sacerdotes, hijos de Aarón, t e . 8 P re s e n ta rá s a l s a c e r d o t e d ic h a s o fr e n ­ presentará ante Yavé, 8 pondrá su mano
plumas y los arrojara a las cenizas, al lado
ofrecerán la sangre derramándola sobre el oriental del altar. 17 Se abrirá el ave entre das q u e lle v a s a Y a v é , p a ra q u e las p r é s e n ­ sobre la cabeza de su víctima, y luego la
altar que está a la entrada de la Tienda de las alas, sin partirla. El sacerdote la que le al a lta r . 9 El s a c e r d o t e r e s e r v a rá p a rte d e degollará a la entrada de la Tienda de las
las Citas, y todo en derredor. la o fr e n d a p a r a q u e D io s s e a c u e r d e d e Citas. Los hijos de Aarón derramarán su
mará en el altar encima de la leña coloca
6 Entonces desollarán la víctima y la des­ da sobre el fuego. Así es el holocausto, y nquel q u e o fr e c e , y la q u e m a r á en el altar: sangre en el altar y en su derredor. 9 Parte
pedazarán; 7 luego los hijos del sacerdote es un sacrificio por el fuego cuyo suav» rs un s a c r ific io p o r el f u e g o d e c a lm a n te de este sacrificio de comunión será que­
Aaron pondrán fuego en el altar y colocarán olor apacigua a Yavé." olor p a r a Y a v é . 10 E l r e s to d e la o fr e n d a mada para Yavé: la gordura y la cola ente­
leña sobre el fuego; 8 acomodarán los trozos quedará p ara A a r ó n y sus h ijos, c o m o p o r ­ ra 10 con los riñones y el sebo adherido a
con la cabeza y las grasas encima de la leña r ó n m u y s a g ra d a d e l s a c rific io p o r el fu e ­ ellos y a los lomos, junto con la telilla del
colocada sobre el fuego del altar. 9 Lavarán La ofrenda llo p ara Y a v é . hígado que se separará de los riñones. " El
con agua las entrañas y las patas, y el sa­
cerdote lo quemará todo en el altar. Así es 2
[ ] 1 «Cuando alguien ofrezca a Yavé un»
13 N o s e p r e s e n t a r á a Y a v é n in g u n a
ofrenda d e m a s a fe rm e n ta d a . N o ha brá ni
sacerdote quemará todo esto sobre el altar
como sacrificio para Yavé.
el holocausto, y es un sacrificio por el fuego l— I ofrenda, ésta consistirá en flor de hail levad u ra ni m ie l e n lo s s a c r ific io s p o r el 12 Si su ofrenda es una cabra, la presenta­
cuyo suave olor apacigua a Yave. na, sobre la que derramará aceite y pondrA luego q u e o fr e z c a n a Y a v é . 12 S e p o d r á n rá ante Yavé, 13 impondrá la mano sobre su
incienso. 2 La llevará a los hijos de Aarón ofrecer a Y a v é c o m o p rim ic ia s , p e r o n o s e cabeza y la sacrificará ante la Tienda de las
10 Si alguien ofrece ganado menor, corde­
a los sacerdotes; el sacerdote tomará jjn
ros o cabras, también ofrecerá un macho pondrán en el a lta r c o m o s a c rific io s d e c a l­ Citas; los hijos de Aarón derramarán su
puñado de harina con aceite y todo el In mante a ro m a . sangre en el altar y alrededor. 14 Presentará
sin defecto. " Lo sacrificarán ante Yavé, al cienso; luego lo quemará en el altar par« En to d a o fre n d a q u e p re s e n te s , p on d rá s parte de ella como sacrificio por el fuego
iíil, 13 p u e s así c o m o la alian za c o n tu D ios para Yavé: 15 el sebo que cubre las entrañas
os alianza d e sal, ta m b ié n estará la s al en y el que está encima, con el sebo adherido
* * i M " Yaué habl° a Moisés». Cada ley es in­ principal había un altar grande, hecho de piedra
troducida por esta expresión, com o si Moisés hu­ tus ofren d as: to d a s serán salad as. a ellos y a los lomos, junto con la telilla del
macizas, el Altar de los Holocaustos, o sea, de II 14 S i o fr e c e s a Y a v é las p rim ic ia s d e tus hígado. 16 El sacerdote quemará todo esto
biera dictado todas las leyes que debían ponerse
victimas totalmente quemadas. En ciertas ocaslq
en practica siglos después. P ero ésa es una for­ nes, parte de la sangre de la víctima se derramad M-mbrados, p re s e n ta rá s las e s p ig a s to s t a ­ en el altar, como alimento pasado por el
ma literaria y significa que la L ey guarda el espíri­ sobre otro altar mucho más pequeño, dentro dos al fu e g o , o g ra n o s n u e v o s p artid os. A s í fuego, de calmante olor para Yavé.
tu d e lo que Dios enseñó a Moisés en el Sinaí a 1 emplo.
pesar de que corresponde a tiempos muy poste­
«orá tu o fre n d a d e p rim ic ia s . 15 E c h a rá s p or 17 Toda la grasa pertenece a Yavé. Este
riores. 1 Había varias clases de sacrificios. En la mayo e n c im a a c e i t e e i n c i e n s o , p o r s e r u n a es un decreto perpetuo de generación en
na de ellos, los sacerdotes recibían com o suelcfi o fr e n d a . 16 E l s a c e r d o t e q u e m a r á e n tu generación, dondequiera que vivan. No co­
Los hebreos, Abraham y los suyos, practicaban una p arte de la víctima; la otra parte se la comí?
los ntos y costumbres de sus antepasados. Siendo los donantes en un banquete de comunión. P l nom bre p a rte d e l g ra n o m o lid o y d e l a c e i­ merán grasa ni sangre.
pastores ofrecían sus animales en sacrificio. ¿Esta­ to, c o n t o d o el in c ie n s o . E s un s a c r ific io
el contrario, en el holocausto nada se comía, sin
bleció Moisés algunas prescripciones religiosas? Es­ que todo se ofrecía a Dios en señal de p e rfe r por el fu e g o p a ra Y a v é .
to es muy probable, pero en ningún caso edicto to­ sumisión. L
do lo que este libro le atribuye. Luego, al entrar en El sacrificio «por el pecado»
Los israelitas, c om o otros pueblos antigua!
Canaan, los israelitas tuvieron un culto centrado en consideraban que la vida de cada ser está en í I I sacrificio de comunión
varios santuarios, tomando por modelo lo que los * 1 Yavé habló así a Moisés: 2 «Dirás a
cananeos hacían en sus templos. En el tiempo de
los reyes, los descendientes de David organizaron el
sangre (ver Gén 9.5). P or eso, la sangre pertenl
cía a Dios y nadie la podía com er o beber.
La vida y la sangre del animal inmolado tenía
1 C u a n d o a lg u ie n o fr e z c a v a c u n o c o ­
m o s a c r if ic io d e c o m u n ió n , y a s e a
0 los hijos de Israel: Estas son las nor­
mas para las personas que pecan por igno­
c ero en tom o al templo de Jerusalén. Algunos de valor para el que lo ofrecía, quien era liberado h
ellos se preocuparon por la pureza del culto y codi­ tod<p lo que en él disgustaba a Dios y podía c o l
m ach o o h e m b ra , o fr e c e r á un a n im a l sin rancia contra uno de los mandamientos de
ficaron la liturgia. En todo esto la revelación que se
ducirlo a la m uerte (L ev 17,11). P or esa razón defecto. 2 P o n d rá su m a n o s o b r e la c a b e z a Yavé, haciendo algo que no debe hacerse.
le hizo a Moisés en el Sinaí Ies dio criterios para Jesús debía m orir derram ando su sangre, par»
adoptar y adaptar formas nuevas de culto sin dejar expresar que daba su vida para lavar a su pueblo
de permanecer fieles a la Alianza.
de sus culpas. La Carta a los Hebreos saca de Id
Cuando se redactó el Levítico, el pueblo judío • 4.1 Vienen, a continuación, los sacrificios que exigen un sacrificio de reparación y que son
sacrificios judíos la enseñanza siguiente, que f
terna un solo santuario, el Tem p lo de Jerusalén. por el pecado. N o se trata del pecado verdadero, verdaderos pecados.
cumplió en la Pasión de Jesús: «Sin sangre derrí
Alu acudían de todos los lugares para ofrecer sus ■•I pecado interior (Mt 5 ,22 ) que sale del hombre Pablo nos dice que el fin de la ley es dejar el
m ada no se borran los p eca d o s» (H e b 9 . 22 )
sa9n‘ 1.(-igs. El Tem plo, construido por el rey Salo- H ay que resaltar la repetida expresión «sin cfl
(Mi 7,20), sino de las faltas contra las leyes del pecado en evidencia (R om 4 ,1 5 ; 7,7). Es cierto
mon (I R e 6 ), era un edificio no muy grande (de mito. Incluso leemos en los versículos 22 y 27: si ue los textos antiguos no distinguen casi el ver-
unos 2 5 metros de largo por 15 de ancho) y sólo
entraban en él los sacerdotes. El pueblo se reunía
tecto». Los profetas reprocharán al pueblo p¡T
no cumplir con este mandato (Mal 18,13). Se J
lino peca por inadvertencia. Se trata en realidad
ilc descuidos, de los que encontramos ejemplos
3 adero pecado: indiferencia a D ios o rebelión
contra el orden que estableció, errores o igno­
a Dios cualquier cosa, lo que sobra, y no lo mejol
alrededor, en los patios pavimentados. En el patio de lo que tenemos. •n 5,1-13. rancias. S e necesitará tiem po para que se naga
En cambio, en 5,20-26 se habla de otras faltas la luz, p ero esta preocupación por limpiarse de
LEVITICO 4 120
3 S i el q u e p e c a e s e l s u m o s a c e rd o t e , el un d e lito . 23 En c u a n to s e d é c u e n ta d e su
u n g i d o , su p e c a d o m a n c h a a l p u e b lo . p e c a d o , tr a e r á c o m o o fr e n d a un m acho
O fr e c e r á a Y a v é , p o r el p e c a d o q u e c o m e ­ c a b r ío sin d e fe c t o , 24 le p o n d r á su m a n '
tió, un n o v illo sin d e fe c to . 4 L o trae rá a la s o b r e la c a b e z a y lo d e g o lla r á e n el lugi
T ie n d a d e las C ita s a la p re s e n c ia d e Y a v é ; d o n d e s e s a c rific a el h o lo c a u s to en preseí
p o n d rá la m a n o s o b r e la c a b e z a d e l n o v i­ c ia d e Y a v é . 25 E s un s a c rific io p o r e l peci
llo, y lu e g o lo s a c rific a rá d e la n te d e Y a v é . d o . El s a c e r d o t e m o ja rá su d e d o e n la saj
5 E n to n c e s el s a c e r d o t e u n g id o to m a r ág r e d e la v íc tim a y d e rra m a rá la s an g re
p a rte d e su s a n g re , q u e lle v a rá a la T ie n d a p ie d e e s te altar. 28 El s e b o lo q u e m a r á en
d e las C itas, 6 y h a b ie n d o m o ja d o el d e d o c im a , c o m o s e h a c e en lo s s a c rific io s dr
e n la s a n g re r o c ia rá c o n e lla s ie te v e c e s h a ­ c o m u n ió n . D e e s ta fo r m a el s a c e r d o t e haré
c ia el v e lo del s an tu ario . 7 E l s a c e rd o te te ñ i­ la e x p ia c ió n p o r la p e rs o n a y p o r su p e e r
rá c o n la s a n g re lo s c u e rn os d el altar d e l in ­ d o , y s e rá p e rd o n a d a . .)
c ie n s o a r o m á tic o p ara Y a v é q u e e s tá en la 27 S i u n o d e l p u e b lo ha p e c a d o p o r ina
T ie n d a d e las C itas, y v a c ia rá el res to d e la v e rte n c ia , h a c ie n d o a lg o p ro h ib id o p o r Yi
s a n g re al p ie d el altar d e los h o lo c a u s to s , a v é , s e e n c u e n tra c o n un d e lito . 28 E n cual
la en trad a d e la T ie n d a d e las C itas. 8 D e s ­ t o s e d é c u e n t a d e l p e c a d o c o m e tid u ,
p u é s qu itará la g ra s a d e l n o v illo s a c rific a d o p re s e n ta rá c o m o o fr e n d a una c a b ra sin de
p o r el p e c a d o , ta n to la q u e c u b re las e n tra ­ r e c to , 29 p o n d rá la m a n o s o b r e la c a b e z a d
ñas, c o m o la q u e e s tá e n c im a , 9 lo s riñ on es la v íc tim a y la d e g o lla rá en el lu g a r d e lo|
y e l s e b o a d h e r id o a é s to s y a lo s lo m o s , h o lo c a u s to s . 30 El s a c e r d o t e m o ja r á su de
ju n to c o n la telilla del h íg a d o . 10 H ará c o m o d o en la s a n g r e , teñ irá c o n e lla lo s cuernj
s e h a c e e n los s a c rific io s d e c o m u n ió n : lo d e l alta r d e lo s h o lo c a u s to s , y d erram ará
q u e m a rá s o b re el altar d e lo s h o loc a u s to s . r e s t o ju n to a su b a s e . 31 Q u ita r á to d a
1,12 T o d o lo resta n te d el an im al, la p iel, to d a g r a s a c o m o s u e le q u ita rs e d e lo s s a c rlL
la c arn e, la c a b e z a , p atas e intestin os y el c io s d e c o m u n ió n , la q u e m a r á s o b r e el al
e x c r e m e n t o , lo lle v a r á fu e ra d e l c a m p a ­ tar c o m o c a lm a n te o lo r p ara Y a v é . A s í ha­
m e n to , a un lu g ar lim p io d o n d e s e su e le n rá la e x p ia c ió n p o r la p e r s o n a y p o r su
e c h a r las c e n iz a s d e la s v íc tim a s . A llí lo p e c a d o , y s e rá p e rd o n a d a .
q u e m a rá n s o b r e un m o n tó n d e leña. 32 S i o fr e c e p o r el p e c a d o una o v e jita ,
13 S i to d a la c o m u n id a d d e Israel ha p em ­ a r á u n a o v e ja s in d e fe c t o , 33 p o n d r á fl
c a d o p o r ig n o r a n c ia , sin d a r s e c u e n ta d e m a n o s o b r e la c a b e z a d e la v íc tim a y la de
q u e h iz o a lg u n a c o s a p ro h ib id a p o r Y a v é , g o lla rá en el lu g a r d o n d e s e d e g ü e lla n lai
14 en c u a n to la c o m u n id a d s e d é c u e n ta del v íc tim a s d e lo s h o lo c a u s to s . 34 El s a c e rd o ti
p e c a d o , o fr e c e r á un n o v illo c o m o s a c rific io m o ja r á su d e d o en la s a n g re y te ñ irá c<
p o r el p e c a d o . L o lle v a rá n a la en tra d a d e e lla lo s c u e rn o s d e l alta r d e lo s h olocaü
la T ie n d a d e las C itas, 15 y lo s a n c ia n o s d el to s, lu e g o d e rra m a rá el res to d e la sangre
p u e b lo p on d rá n las m a n o s s o b r e la c a b e z a p ie d e l alta r . 35 T a m b ié n qu itará to d a la gr
d e l te rn e ro , en la p r e s e n c ia d e Y a v é . A llí sa, así c o m o s e qu ita d e l te rn e ro sacrifica<
s a c rific a rá n el n o v illo . 16 El s a c e r d o t e u n g i­ en s a c rific io d e c o m u n ió n , la q u e m a r á si
d o lle v a rá p a rte d e la s a n g r e a la T ie n d a d e b re e l alta r e n c im a d e lo s s a c rific io s h a d e
las C ita s ; 17 allí m o ja rá su d e d o e n s a n g r e y d o la e x p ia c ió n p o r el q u e o fr e c e y p o r i
h ará s ie te a s p e rs io n e s h a c ia e l v e lo . 18 T e ­ p e c a d o , y le s e rá p e rd o n a d o .
ñirá ta m b ié n c o n s a n g r e lo s c u e rn o s d e l a l­
tar q u e e s tá an te Y a v é e n la T ie n d a d e las
C ita s , y d e rra m a rá la s a n g r e res ta n te al p ie
Sacrificios por varios delitos
d e l a lta r d e lo s s a c rific io s q u e e s tá a la e n ­ [ 5 ] ' L o q u e s ig u e v a le p a r a la p erson
tra d a d e la T ie n d a d e las C ita s . 19 L u e g o L=-l q u e s e en c u e n tra c u lp a b le p o r q u e po
qu itará to d a la g ra s a y la q u e m a r á s o b r e el d ía te s tific a r r e s p e c to d e alg ú n c rim e n di
altar, 20 h a c ie n d o e n t o d o c o n e s te n o v illo q u e fu e te s tig o o c u la r o d e l q u e s u p o y, si
lo m is m o q u e s e h a c e al o fr e c e r el s a c rifi­ e m b a r g o , al o ír las p a la b r a s d e la m ald
c io p o r el p e c a d o d el s a c e rd o te . A s í h ará la c ió n c o n tra q u ie n n o d e n u n cia ra n o quis
e x p ia c ió n p o r e llo s y s e rá n p e r d o n a d o s . d e n u n cia r al c u lp a b le . 2 V a le ta m b ié n par
21 S a c a rá n el te r n e ro fu e ra d el c a m p a m e n ­ la p e rs o n a q u e to c a p o r in a d v e r te n c ia co
to y lo q u e m a r á n ta m b ié n c o m o el p r im e ­ s a s im p u ra s , y a s e a el c u e r p o d e una bes
ro, p o r s e r s a c rific io p o r e l p e c a d o cíe to da tía im pu ra, o d e un a n im a l im pu ro , o bie
la a s a m b le a . d e a lg ú n rep til im p u ro , p e r o d e s p u é s s e d
22 S i un j e f e h a p e c a d o , h a c ie n d o sin d a r ­ c u e n ta y e n to n c e s s e e n c u e n tra c o n un de
s e cu e n ta alg u n a d e las m u c h a s c o s a s q u e lito. 3 L o m is m o p a ra q u ie n to c a p o r inac
p ro h íb e la le y d e Y a v é , s e e n c u e n tra c o n v e r t e n c ia c u a lq u ie r a d e la s in m u n d ic ia i
¡a»

todo pecado nos recuerda que la fuerza del mal que es el am or d e Dios y cóm o nos aguard a,.
está actuando en nosotros, aun cuando no este­ con ocerem os que som os profundam ente pe<
m os conscientes de ello. Un día, al descubrir lo dores.
I2 i LEV1T1CO 6

humanas c o n q u e p u e d e c o n ta m in a r s e , y cuenta, y carga con un pecado. 18 Si lo juz­


después s e d a c u e n ta y e n to n c e s s e en - gas conveniente, traerá al sacerdote un
( uentra c o n un d e lito . 4 O b ien la p e rs o n a carnero sin defecto, una res de ganado
f i e p o r in a d v e rte n c ia ju ra y p ro n u n cia un menor. El sacerdote hará la expiación por
|iiramento in s e n s a t o d e c u a lq u ie r c la s e , él, pues lo hizo sin advertencia, y quedará
pero d e s p u é s s e d a c u e n ta y a s í s e e n - perdonado. 19 Pues no hay duela de que
( uentra c o n un d e lito . com etió un delito a los ojos de Yavé.»
I En to d o s e s to s c a s o s e l q u e c o m e t ió el
delito c o n fe s a r á p rim e ro su p e c a d o . 6 L u e -
ijo, c o m o s a c r ific io d e r e p a r a c ió n p o r el Sacrificios por pecados de malicia
pecado c o m e tid o , lle v a rá a Y a v é una h e m -
luci, o v e ja o c a b ra , y el s a c e r d o t e h ará la 20 Yavé habló a M oisés para decirle:
r x p ia c io n p o r d i c h o p e c a d o y p e r s o n a . 21 «Aquí viene el caso del que cometió un
' Si a d ic h a p e rs o n a n o le a lc a n z a p ara pecado de infidelidad a Yavé en la forma
tina res, ofre ce rá a Y a v é d o s tórtolas o d os siguiente: Defraudó a su prójimo respecto
pichones, uno p or el p e c a d o y o tro en h olo- a algún depósito que éste le había confia­
i misto. 8 L os en tregará al sa c e rd ote, el cual, do, o le quitó una cosa por la fuerza, o lo
•ilrociendo un o p or el p e c a d o , le retorcerá la explotó, *■ o mintió respecto de una cosa
i nbeza h acia las alitas, d e m an era q u e que- perdida que encontró, o hizo falso jura­
iIr p egad a al c u e llo y n o e n teram en te s é p a ­ mento en cualquier asunto en que los nom­
mela. 9 R ociará c o n su san g re la pared del al- bres suelen pecar. 23 El que pecó y que co­
im y derram ará el resto a e la sangre al pie metió un delito, tendrá que devolver lo que
■M altar: e s un sacrificio p or el p e c a d o . 10 El robó o quitó a la fuerza o lo que guardó del
otro pájaro lo qu em ará en sacrificio d e h olo- depósito o de la cosa perdida que encontró
■misto, c o m o se a c os tu m b ra h a cer. A s í es 24 y por la que hizo falso juramento. Añadi­
11 >mo el sa c e rd ote hará la e x p ia c ió n p or esta rá además la quinta parte.
persona, p or su p e c a d o , y será p erd on ad a. 25 Si lo juzgas conveniente, traerá a Yavé
II Si a e s ta p e rs o n a t a m p o c o le alc a n za su sacrificio por el pecado: un carnero sin
pura o fr e c e r d o s tó rto la s o d o s p ic h o n e s ,
defecto, una res de ganado menor, y lo
•drecera p o r su p e c a d o , p ara q u e s e le p e r ­
dará al sacerdote. 26 El sacerdote hará la
done, una d é c im a p arte d e flo r d e harina,
expiación por esta persona en presencia
l io le p on d rá a c e ite , ni p on d rá e n c im a in-
de Yavé, y le será perdonado el pecado
• Itmso, p u e s e s ofre n d a p o r el p e c a d o . 12 La
que haya cometido.»
entregará al s a c e rd o te , e l c u al, to m a n d o un
i'nilado en te ro d e harin a, la q u e m a r á s o b re Leyes referentes a los sacrificios
• I altar e n c im a d e lo s h o lo c a u s to s p ara Y a -
vr p ara q u e s e a c u e r d e d e l q u e o f r e c e . * 1 Yavé habló a Moisés para decirle:
1 Así el s a c e rd o te hará la e x p ia c ió n p o r e s- 2 «Da esta orden a Aarón y a sus hi­
In persona y p o r su p e c a d o , y le s e rá p e r ­ jos: Esta será la ley del holocausto, es de­
donado. El res to d e la o fr e n d a s e rá p ara el cir de la víctima totalmente quemada. La
M cerd ote.» dejarán en el altar durante todo la noche
" Y a v é h a b ló a M o is é s p ara d e c ir le : 15 «S i hasta el amanecer; el fuego del altar no se
plguno ha p e c a d o p o r error, al n o d a r to d o apagará.
lo que d e b ía c o n s a g r a r a Y a v é , o f r e c e r á 3 A la mañana después de ponerse su
uní su p e c a d o un c a r n e ro sin d e fe c to , una túnica de lino y sus calzoncillos de lino, el
[mi d e g a n a d o m e n o r q u e tú a p r e c ia r á s s e- sacerdote recogerá las cenizas que el fue­
yun lo q u e v a le en s i d o s d e plata, s e g ú n el go dejó al quemar la víctima, y las pondrá
m b o d el santu ario. 16 E s te n o m b r e a e v o l- junto al altar. 4 Luego cambiará sus vesti­
V»ró lo q u e n o d io p a ra el sa n tu a rio y lo duras por otras antes de llevar las cenizas
dm.i al s a c e r d o t e , a g r e g a n d o u n a qu in ta fuera del campamento, y las echará en un
im ite. El s a c e r d o t e h ara la e x p ia c ió n p or lugar puro.
<1, o fr e c ie n d o e l c a r n e ro p o r e l p e c a d o , y 3 El fuego del altar habrá de ser alimen­
quedará p e rd o n a d o . tado de manera que nunca se apague; el
11 Si a lg u n o h a p e c a d o , h a c ie n d o alg u n asacerdote echará leña cada día por la ma­
i imo d e las p ro h ib id a s p o r la le y d e D ios, ñana, y pondrá encima las víctimas de ho­
luí c o m e t id o u n d e lit o a u n q u e n o s e d é locausto así como la grasa de las víctimas

• í». l E n t r e t a n t a s r e g l a s d e t i p o c u l i n a r i o s e 2 8 -3 6 . P a ra qu e el s a c rific io c o n sig a su


m ia r á n a lg u n o s d e t a lle s : e fec to , es necesario que se com a la carne que,
'< I I fuego que nunca se debía apagar. Diaria- p or el sacrificio, paso a ser santa. Aquí se ga­
tiuMil«1, en la mañana y en la tarde, se ofrecía un rantiza aí sacerd ote un m ed io d e existencia,
Mil] ero en holocausto. p e ro tam bién se garantiza la eficacia del sacri­
JdO l.o sacrificado a Dios le pertenece y está ficio.
•finio im p re gn a d o p o r la santidad d e D ios.
LEVIT1CO 6 12?
d e c o m u n ió n . 6 E l fu e g o ard erá p e rp e tu a ­ fic a la v íc tim a d e l h o lo c a u s to y su sangff
m e n te en el altar: n o d e b e a p a g a r s e . será d e rr a m a d a e n e l alta r y en su d é r ij
7 E s te e s la le y d e las o fre n d a s . L o s hijosd or. 3 O fr e c e r á n la c o la y la g ra s a q u e cW
d e A a r ó n las o fr e c e r á n en p re s e n c ia d e Ya- b re la s e n tr a ñ a s , 4 lo s d o s r iñ o n e s junto
v é fren te al altar. 8 E l s a c e rd o te to m a rá d e c o n el s e b o a d h e r id o a e llo s y a lo s lo m o l
la o fre n d a un p u ñ a d o d e flor d e harina m e z ­ y la te lilla d e l h íg a d o q u e s e s e p a ra rá djj
c la d a c o n a c e ite y t o d o el in c ie n s o q u e h a ­ lo s riñ o n e s . 5 E l s a c e r d o t e q u e m a r á todo
y a p u e s to e n c im a , y lo q u e m a rá en el altar e s t o s o b r e el a lta r c o m o s a c r ific io por m
p a ra Y a v é e n n o m b r e d e l q u e la o fr e c ió . f u e g o p a ra Y a v é . E s te e s e l s a c rific io por il
4 L o q u e q u e d e s e rá p ara A a r ó n y sus hijos: d e lito . 6 T o d o v a r ó n d e e n tre lo s sacerdotal
lo c o m e rá n sin p o n e r le le v a d u ra en un lu­ p o d rá c o m e r lo ; s e c o m e r á en lu g ar sagr®
g a r s a n to d e n tro d e la M orad a. 10 N o le p o n ­ d o , p u e s e s c o s a m u y santa.
drán levad u ra , p u es é s ta e s la p arte q u e le s 7 E l ritual s e rá e l m is m o p a ra la vícti
d o y en m is s a c rific io s p o r e l fu e g o , y será p o r el p e c a d o y p ara la v íc tim a p o r el dell
c o s a m u y s a g ra d a , lo m is m o q u e l a v íc tim a to . L a v íc tim a p e r te n e c e al s a c e rd o te qu<
p o r el p e c a d o o p o r a lg ú n d e lito . 11 T o d o h a c e la e x p ia c ió n . 8 E l s a c e rd o te q u e ofre­
v a r ó n d e la d e s c e n d e n c ia d e A a r ó n p od rá c e un h o lo c a u s to s e q u e d a c o n la p ie l de l|
c o m e rla . E stá será para sus d e s c e n d ie n te s v íc tim a . 9 T o d a o fr e n d a d e flo r d e harinl
una le y p e rp e tu a : t o d o lo q u e to q u e e s a s q u e fu e c o c id a en h o rn o o to s ta d a en sai
c o s a s s a c rific a d a s p o r el fu e g o p ara Y a v é té n s e r á d e l s a c e r d o t e q u e la p r e s e n t í
p a s a rá a s e r s a n to ta m b ié n .» 10 e n c a m b io , t o d a o f r e n d a a m a s a d a n i
12 Y a v é h a b ló a M o is é s p a ra d e c ir le : 13 «E sa­c e ite o s e c a , s e d ará a to d o s lo s h ijos f l l
ta es la ofre n d a q u e A a r ó n y sus h ijos o fr e ­ A a r ó n , e n p r o p o r c io n e s ig u a le s . I
c erán a Y a v é en el d ía d e su c o n sa gra c ió n :
una d é c im a d e flor d e harina -lo m is m o c o ­
m o p ara la o fren d a p erp etu a- la m itad p o r la El sacrificio de comunión
m a ñ a n a y la otra p o r la tard e. 14 La freirán
en a c e ite , en una sartén, y la o fr e c e r á s c a ­ 11 E s ta e s la le y d e l s a c rific io domue coi
liente; p resen ta rás los p e d a c ito s fritos c o m o nión q u e s e o f r e c e a Y a v é . 12 S i s e ofrec
ofre n d a d e c a lm a n te o lo r p ara Y a v é . 15 G no e n a c c ió n d e g ra c ia s , lo a c o m p a ñ a n pan
d e lo s h ijos d el s a c e rd o te q u e ha s id o u n g i­ sin le v a d u ra a m a s a d o s c o n a c e ite , tort
d o p od ra o fr e c e r la e n su lugar. E sta ofren d a sin le v a d u ra u n ta d a s c o n a c e ite , y flor i
sera q u e m a d a e n te ra e n el altar: e s to será h a r in a a m a s a d a y s o b a d a c o n a c e it
un rito p e rp e tu o . 16 T o d a ofre n d a q u e p r e ­ 13 E s ta o fr e n d a s e añ ad irá a lo s buñuel
s e n te un o a e lo s s a c e rd o te s será c on su m id a d e m a s a fe rm e n ta d a y a lo q u e se ofre
to t a lm e n t e ; n o s e c o m e r á n a d a d e e lla .» c o m o s a c rific io d e c o m u n ió n p ara d a r gr
17 Y a v é h a b l ó a M o is é s p a r a d e c i r l e : c ia s . 14 D e c a d a u n a d e e s a s o fre n d a s
18 «D iie a A a r ó n y a sus hijos: E sta e s la le y a p artará la p o r c ió n d e Y a v é , y será del
d e la v íc tim a o fr e c id a p o r el p e c a d o . S e rá c e r d o t e q u e d e rr a m a la s a n g re d e las víct
s a c r ific a d a a n te Y a v é e n e l m is m o lu g a r m a s d e c o m u n ió n . 15 La c a r n e d e la v í c t i r *
d o n d e s e o fr e c e el sa c rific io d e l h o lo c a u s ­ d e c o m u n ió n s e c o m e r á el m is m o día:
to . E s una c o s a m u y s a g ra d a . 19 E l s a c e r ­ q u e d a r á n a d a h a sta la m añ an a.
d o te q u e la o fr e c e la c o m e r á en un lu g ar 16 La v íc t im a o fr e c id a e n c u m p lim ie
san to, a la e n tra d a d e la T ie n d a d e las ta i­ d e un v o to , o c o m o o fre n d a v olu n taria,
tas. 20 C u a lq u ie r c o s a q u e to q u e las c a rn e s c o m e r á e l m is m o d ía , p e r o lo q u e sobi
s a c r ific a d a s s e r á s a n t ific a d a ; s i c a e una p o d rá c o m e r s e al o tro d ía. 17 Si al te r c e r r
g o ta d e su s a n g r e s o b r e alg ú n v e s tid o , se q u e d a a lg o d e la c a r n e d e la v íc tim a ,
la v a rá en lu gar s a n to ; 21 la v a s ija d e barro q u e m a r á . 18 E l q u e al t e r c e r d ía c o m ie l
en q u e fu e c o c id a , s e rá q u e b ra d a ; la d e c o ­ c a r n e d e l s a c rific io d e c o m u n ió n , su sací
b re , e n c a m b io , s e f r e g a r á y la v a r á c o n fic io n o s e ría r e c ib id o p o r D io s , y n o ser
a g u a . 22 T o d o v a r ó n d e e n tre lo s s a c e rd o te s d e n in gú n p r o v e c h o p ara el q u e l o ofrecí
p o d r á c o m e r la c a r n e d e e s ta v íc tim a , la s ería una c o s a fe a y el q ú e la c o m ie r e ca|
c u al e s c o s a m u y s a g ra d a . 23 En c a m b io , g a ría c o n un p e c a d o .
s ie m p r e q u e la s a n g r e d e la v íc tim a _ p o r el 19 N o s e c o m e r á la c a rn e q u e ha to c
p e c a d o h a y a s id o in tro d u cid a e n la T ie n d a a lg u n a c o s a im p u ra , s in o q u e la q u e m a ra
d e las C ita s p ara h a c e r la e x p ia c ió n , n o se En c u a n to a la c a r n e d e l s a c rific io d e <3
c o m e r á , sin o q u e s e e c h a rá al fu e g o . m u n ió n , c u a lq u ie r p e rs o n a q u e e s té pura|
p o d rá c o m e r , 20 p e r o si a lg u ie n c o m e can
d e l s a c r if ic io d e c o m u n ió n p r e s e n ta d o
El sacrificio de reparación Y a v é , a p e s a r d e q u e e s té e n e s ta d o d e id
p u reza , é s e s e rá b o r ra d o d e e n tr e lo s s i
' E sta e s la le y d e la v íc tim a o fr e c id a y o s . 21 E l q u e h a y a t o c a d o c u a lq u ie r cos|
0 p o r un el d e lito : e s ta v íc tim a e s c o s a im p u r a , s e a d e n o m b r e o d e a n im a l, |
m u y s a n ta . 2 L a v íc tim a p o r e l d e lito s e s a ­ c u a lq u ie r o tra a b o m in a c ió n im p u ra , y |
c rific a r á e n e l m is m o lu g a r d o n d e s e s a c r i­ p e s a r d e e s o c o m a d e la c a r n e a e l s a c r if
123 LEV1TICO 8
ilo d e c o m u n ió n o fr e c id a a Y a v é , s e rá h o ­ Consagración de los sacerdotes
rnillo d e e n tre lo s s u y o s .»
Y a v é h a b ló a M o is é s p a r a d e c ir le : * 1 Yavé habló a Moisés para decirle:
d ia b la a lo s h ijo s d e Israel y d ile s: N o c o ­ 2 «Toma contigo a Aarón y a sus hijos,
merán s e b o d e b u e y , ni d e c o r d e r o ni d e y también sus vestiduras, el óleo de la un­
• nbra. 24 L a g ra s a d e a n im a l m u e rto o d e s- ción, el novillo para el sacrificio por el pe­
Irozado p o d r á s e r v ir p a r a c u a lq u ie r u s o, cado, los dos carneros y el canastillo de
|inro no la c o m e r á n . " El q u e c o m a g ra s a los panes sin levadura. 3 Luego reúne a to­
•le algún a n im a l q u e s u e le o fr e c e r s e e n sa- da la comunidad a la entrada de la Tienda
rrlflcio p o r e l f u e g o p ara Y a v é , s e rá b orra- de las Citas.»
ilo d e e n tre lo s s u y os . 4 Moisés hizo lo que Yavé le había man­
C u a lq u ie ra fu e re e l lu g a r d o n d e v iv a n , dado, y la comunidad se reunió a la entra­
un c o m e rá n s a n g r e , b ie n s e a d e a n im a l, o da de la Tienda de las Citas. 5 Y Moisés dijo
ile a v e . 27 C u a lq u ie r p e r s o n a q u e c o m a a la comunidad: «Esto es lo que Yavé na
•tingre s e rá b o r ra d a d e e n tr e lo s s u y o s .» mandado hacer.»
" Y a v é d ijo a M o is é s : 29 ««H ab la a lo s 5 Moisés, entonces, pidió que Aarón y
lii|os d e Is r a e l y d ile s : E l q u e p r e s e n t e a sus hijos se acercaran, y los lavó con
Ynvé un s a c r if ic io d e c o m u n ió n le r e g a ­ agua. 1 Puso sobre Aarón la túnica y se la
lará u n a p o r c i ó n d e l s a c r i f i c i o . 30 C o n ajustó con el cinturón, luego lo vistió con el
i i s p r o p ia s m a n o s lle v a r á lo s a c r ific a d o manto; le puso encima el «Efod» y se lo
l"U el r u e g o p a r a Y a v é , o s e a , la g r a s a ajustó con el cinturón del Efod. 8 Luego le
imito c o n el p e c h o , y el p e c h o s e ra m e - puso el escapulario llamado Pectoral, en el
i.lo a n te Y a v é . 31 E l s a c e r d o t e q u e m a r á gue despositó el ürim y el Tumin (o sea,
la g ra s a s o b r e e l a lta r; e l p e c h o s e r á p a - dados para consultar a Yavé). 9 Le colocó
m A a r ó n y s u s h ijo s . 32 U s t e d e s d a r á n también el turbante en la cabeza, y puso
Im n bién al s a c e r d o t e e l p e m i l d e r e c h o en su parte delantera la lámina de oro: ésta
«li‘ la v íc t im a d e c o m u n ió n . 33 E l p e m i l era la corona de santidad que Yavé había
linrecho s e r á d e a q u e l h ijo d e A a r ó n q u e mandado a Moisés.
huya o f r e c i d o la s a n g r e y la g r a s a d e l 10 Después Moisés tomó el óleo de la un­
•n c rific io d e c o m u n ió n . ción y ungió la morada de Yavé y la consa­
14 Y o q u ito a lo s h ijo s d e Israel, d e sus gró con cuanto había dentro de ella. 11 Ro­
•ncrificios d e c o m u n ió n , el p e c h o q u e fue ció con el óleo siete veces el altar y lo
m ecido y e l p e m il q u e fu e p u e s to a p arte, ungió con todos los utensilios, así como
imia d á r s e lo s al s a c e r d o t e A a r ó n y a sus también la pila y su base, para que queda­
hijos. E s te s e rá p a ra s ie m p r e d e r e c h o s u y o ran consagrados.
mitre lo s h ijo s d e Israel. 35 E sta e s la por- 12 Moisés derramó oleo sobre la cabeza
i Ion d e A a r ó n y d e sus h ijo s e n lo s sacrifi- de Aarón y lo ungió para consagrarlo.
• los p or e l f u e g o p ara Y a v é , d e s d e e l día 13 Luego mandó gue se acercaran los hijos
en gu e s e a n c o n s a g r a d o s c o m o s a c e rd o te s de Aarón, los vistió con las túnicas y se las
l«' Y a v é . 36 E s to e s lo q u e m a n d ó Y a v é q u e ajustó con el cinturón; les puso las mitras
l<". dieran lo s h ijo s d e Israel, el d ía en q u e como Yavé se lo había mandado. 14 Des­
Imsron c o n s a g r a d o s : e s un d e c r e to p e r p e ­ pués hizo traer el novillo para el sacrificio
tuo d e g e n e r a c ió n e n g e n e ra c ió n . por el pecado, y Aarón y sus hijos pusieron
w E ste e s el ritual d el h o lo c a u s to , d e la las manos sobre la cabeza del novillo.
•honda, d e l s a c rific io p o r e l p e c a d o y p or 15 Moisés lo sacrificó. Mojando sus dedos
11 d e lito , y d e l s a c r i f i c i o d e c o m u n ió n . en la sangre, untó con ella las esquinas del
" listo e s lo g u e Y a v é o r d e n ó a M o is é s en altar, para consagrarlo. Después derramó
•>l m onte, e l d ía e n q u e m a n d ó a lo s hijos el resto de la sangre al pie del altar; de esta
tic Israel q u e p re s e n ta ra n su s o fr e n d a s a manera lo consagró, haciendo por él la ex­
Ynvé e n el d e s ie r to d e S in a í.» piación. 16 Moisés tomó luego toda la grasa

• 8.1 Al describir detalladamente la consagra- do», que solamente significa que no pueden ser­
•lón de Aarón por su hermano Moisés, el Levíti- vir para el culto.
••• nos enseña el m odo de proceder para la con- Dios hizo progresar su pueblo a partir de su cul­
Mgración del Sumo Sacerdote. tura primitiva. Con el tiempo, descubrieron gue el
vestidos, ornamentos, purificaciones, expresan pecado no era una mancha exterior o algún defec­
al carácter sagrado del hombre, «tom ado de entre to, sino una culpa del hombre. Los profetas prime­
1«•» hombres para representarlos ante Dios y ofre- ro y, luego Jesús enseñarán que solamente lo que
•« i sacrificios por ellos» (H eb 5,1). sale del hombre puede ser pecado.
listos ritos no cayeron del cielo, sino que refle- Los sacerdotes son consagrados por una unción de
|nii la mentalidad religiosa de un tiem po. S e ha- aceite. Asimismo se consagrará a los reyes. Sacerdo­
•v una distinción fundamental entre dos clases tes o reyes serán así los u n g id o s de Dios, lo que se di­
jju personas y de cosas: las que perten ecen a ce M e s ía s en idioma hebreo, y en griego, C r is t o . 0
Dios, o sea, sagradas, y las que no le pertene- Sumo Sacerdote es llamado Cristo de Dios; es ima­
gin, o sea, profanas. Unas son puras; otras, im­ gen de Jesús, sacerdote de la Nueva Alianza, cosa
puras; unas son «santas»; otras «llevan un peca- que explicará la Carta a los Hebreos (5-8).
LEVITICO 8 124 |
q u e c u b re las entrañ as, el h íg a d o y lo s d o s 34 Moisés añadió: Acabamos de hacer
ríñ on es c o n su g ra s a y la q u e m ó s o b re e l a l­ que Yavé ordenó: hicimos la expiación pfl
tar. 17 E n cu an to al n o v illo c o n su p iel, c arn e ustedes. 35 Ustedes quedarán día y noche l
y e x c r e m e n to s , lo s q u e m ó fu era cfel c a m p a ­ la entrada de la Tienda de las Citas durantj
m e n t o , c o m o Y a v é l o h a b ía o r d e n a d o . siete días. Ustedes deberán observar estm
18 H izo q u e a c e rc a r a n el c a r n e ro d e l h o normas
­ no sea que mueran, pues él mismij
lo c a u s to , y A a r ó n y s u s h ijo s le p u s ie ro n lo ordenó así.»
las m a n o s s o b r e la c a b e z a . 19 M o is é s lo s a ­ 36 Aarón y sus hijos hicieron todo com
c r ific ó y r o c ió c o n la s a n g r e el alta r y sus Yavé ordeno por boca de Moisés.
a lr e d e d o r e s . 20 E l c a r n e r o fu e p a r tid o en
tr o z o s y M o is é s q u e m ó la c a b e z a , lo s tr o ­
zo s y las e n trañ as. 21 D e s p u é s d e la v a r en
Los sacerdotes inauguran su
ministerio
a g u a la s e n tr a ñ a s y la s p a t a s , y M o is é s
q u e m ó t o d o e l c a r n e r o e n e l a lta r, c o m o
1 El día octavo, Moisés llamó a Aarón
h o lo c a u s to d e c a lm a n te o lo r, s a c rific io p o r
y a sus hijos, y a los ancianos de Id
e l fu e g o p a r a Y a v é , c o m o Y a v é h a b ía m a n ­
rael. Entonces dijo a Aarón: 2 «Trae un ter
d a d o a M o is é s .
ñero para el sacrificio por el pecado y un
22 H izo lu e g o tra e r el s e g u n d o c a r n e ro , el carnero para el holocausto, ambos sin dfj
c a r n e r o p a r a la c o n s a g r a c ió n , y A a r ó n y fecto, para ofrécérlos ante Yavé. 3 Luego
su s h ijo s im p u s ie r o n las m a n o s s o b r e su hablaras a los hijos de Israel para decirleit
c a b e z a . 23 M o is é s lo s a c r ific ó y , to m a n d o Tomen un macho cabrío para el sacrificio
su s a n g re , m o jó e l ló b u lo d e la o r e ja d e r e ­ por el pecado y un ternero y un cordero,
c h a d e A a r ó n , e l p u lg a r d e su m a n o d e r e ­ ambos de un año y sin defecto, para el ho
c h a y el p ie d e re c h o . 24 D e s p u é s p id ió q u e locausto; 4 para el sacrificio de comunión,
s e a c e rc a r a n lo s h ijo s d e A a r ó n , le s u n tó un ternero y un carnero que se sacrificar™
c o n la s a n a re el ló b u lo d e la o r e ja d e re c h a , ante Yavé; y además una ofrenda amasado
e l p u lg a r d e su m a n o d e re c h a y e l p ie d e ­ con aceite, pues hoy Yavé se manifestar!
r e c h o . Y d e rr a m ó la s a n g r e e n e l a lta r y en delante de ustedes.»
su d e rr e d o r. 25 L u e g o to m ó la g ra s a , el ra ­ 5 Trajeron ante la Tienda lo que Moisé
b o , la g ra s a q u e c u b re las e n trañ as, la q u e había mandado, y toda la comunidad si
q u e d a ju n to al h íg a d o , lo s d o s riñ o n e s c o n acercó, quedándose de pie delante de Ya-
su g ra s a y e l p e m il d e r e c h o . 26 S a c ó d e l c a ­ vé. Entonces Moisés dijo: 6 «Esto es lo que
n a stillo d e lo s p a n e s sin le v a d u ra q u e e s ta ­ Yavé les manda hacer para que se les apa
b a a n te Y a v é un p an á z im o , una torta d e rezca la Gloria de Yave.» 7 Y Moisés dijo o
p a n a m a s a d a e n a c e ite y otra torta, y las Aarón: «Acércate al altar y ofrece tu sacrifl*
p u s o s o b r e la g r a s a y e l p e m il d e r e c h o . ció por el pecado y tu holocausto, haden
■E n tr e g ó t o d o e s to e n m a n o s d e A a r ó n y do así la expiación por ti mismo y por loi
en m a n o s d e su s h ijos, h a c ié n d o la s m e c e r tuyos. También presenta la ofrenda del
c o m o o fr e n d a m e c id a an te Y a v é . 28 M o is é s ueblo y haz la expiación por ellos, como
la r e c ib ió lu e g o d e sus m a n o s y la q u e m ó avé lo na ordenado.»
e n e l a lta r p o r e n c im a d el h o lo c a u s to . E s te
8 Acercándose Aarón al altar sacrificó
fu e el s a c r if ic io d e c o n s a g r a c ió n d e c a l ­ ternero por su propio pecado. 9 Los hijo»
m a n te o lo r, s a c rific io p o r e l fu e g o p ara Y a ­
de Aarón le presentaron la sangre, y él,
v é . 29 M o is é s to m ó e n to n c e s e l p e c h o y lo mojando su dedo en la sangre, untó cofl
m e c i ó c o m o o fr e n d a m e c id a a n te Y a v é ; ella los cuernos del altar y derramó el resto
e s ta p o r c ió n d e l c a r n e r o d e la c o n s a g r a ­ de la sangre al pie del altar. '° Quemó lue­
c ió n fu e la p a rte d e M o is é s , c o m o Y a v e s e go la grasa sobre el altar junto con los r|l
lo h a b ía m a n d a d o .
ñones y la telilla del hígado de la víctiml
30 D e s p u é s M o is é s to m ó el ó le o d e la u n ­ por el pecado, como Yavé había mandado
c ió n y s a n g r e d e la q u e h a b ía e n c im a d el a Moisés, " pero quemó la carne y la piel
alta r y r o c ío a A a r ó n y sus ve stid u ra s , c o ­ fuera del campamento.
m o ta m b ié n a s u s h ijo s y su s v e s tid u ra s . 12 Después sacrificó la víctima del hol
A s í, p u e s , lo s c o n s a g r ó . causto y los hijos de Aarón le presentaron
31 E n to n c e s , M o is é s d ijo a A a r ó n y a sus la sangre, que derramó en el altar y alrede-
h ijo s : « A s e n la c a r n e e n la p u e r t a d e la dor. 13 Le presentaron la víctima del holo­
T ie n d a d e las C ita s y c ó m a n la a llí m is m o . causto en trozos, juntamente con la cabe­
C o m a n ta m b ié n el p a n c o n s a g r a d o q u e e s ­ za, y lo quemó todo sobre el altar. 14 Lavó
tá e n su c a n a s to tal c o m o lo n e m a n d a d o , Jes entrañas y las patas y las quemó enci­
d ic ie n d o : A a r ó n y s u s h ijo s lo c o m e r á n ; ma del holocausto sobre el altar.
32 las s o b r a s d e la c a r n e y d e l p an las q u e ­ 15 Después presentó la ofrenda del pue
m ará n . 33 U s te d e s n o s e ap a rta rá n d e la e n ­ blo. Tomó el macho cabrío por la expiación
trad a d e la T ie n d a d e las C ita s d u ran te s ie ­ por el pueblo. Lo sacrificó como el primero
t e d ía s , p u e s h a s t a e l s é p t i m o d ía s u s e hizo la expiación. 16 Ofreció el holocausto
m a n o s q u e d a rá n c o n s a g r a d a s . como ordena el ritual. 17 Además presentó
LEVITICO 11
125
la ob lac ió n : to m a n d o un p u ñ a d o d e e lla , la u n c ió n d e Y a v é . » E llo s a c tu a ro n e n t o d o
iinem ó en e l altar, e n c im a d e l h o lo c a u s to c o n fo r m e a l p r e c e p to d e M o is é s .
dn la m a ñ a n a . 18 S a c r ific ó a s im is m o el te r­ 8 Y a v é d ijo a A a r ó n : 9 «N i tú ni tus h ijos
nero y e l c a r n e ro c o m o s a c r ific io s d e c o ­ t o m e n v in o n i b e b id a a lc o h ó lic a c u a n d o
munión p o r e l p u e b lo . L o s h ijo s d e A a r ó n le e n tre n a la T ie n d a d e las C ita s , n o s e a q u e
entregaron la s a n g re , q u e é l d e rr a m ó e n el m u e ran . E s to s e rá un d e c r e to p e rp e tu o p a ­
altar y en su d e rr e d o r. 19 E n c u a n to a las ra sus d e s c e n d ie n te s . 10 A s í s erán c a p a c e s
grasas d e l te rn e ro y d e l c a rn e ro , e l rab o, la d e d is tin g u ir e n tr e lo s a n to y lo p ro fa n o ,
musa q u e c u b re las e n trañ as, lo s riñ on es y e n tre lo im p u ro y lo p u ro, 11 y e n s e ñ a r a los
"n telilla d e l h íg a d o , 20 las p u s ie ro n s o b r e el h ijo s d e Israel to d a s lo s ritos q u e Y a v é le s
«e c h o d e las v ic tim a s , y é l las q u e m ó s o b re h a d a d o p o r m e d io d e M o is é s .»
i'l altar . 21 A a r ó n m e c ió lo s p e c h o s y e l p er- 12 M o is é s d ijo a A a r ó n , y ta m b ié n a E le a ­
nil d e re c h o c o m o o fre n d a m e c id a a n te Y a - za r e Itam ar, lo s d o s h ijo s q u e le q u e d a b a n :
v<\ c o n fo rm e M o is é s h a b ía o rd e n a d o . «T o m e n lo q u e q u e d a d e la o fre n d a d e l s a ­
' A a ró n , le v a n ta n d o las m a n o s h a c ia el c r if ic io d e Y a v e y c ó m a n la s in le v a d u r a
Iniobio, lo b en d ijo, y lu e g o d e sc e n d ió , pu es ju n to al a lta r p o r s e r c o s a m u y s an ta. 13 U s ­
W m inaba d e o fre ce r el sacrificio p or e l p e ca - te d e s lo c o m e r á n e n lu g a r s an to, y a q u e e s
iti i el h o locau sto y el s acrificio d e com u nión. la p a rte q u e te c o r r e s p o n d e a ti y tus h ijo s
» E n to n c e s M o is é s y A a r ó n e n traron e n la en lo s s a c r ific io s p o r e l f u e g o p ara Y a v e ,
Honda d e las C itas y , c u a n d o saliero n , ben- s e g ú n s e m e h a o r d e n a d o . ,4T ú , y c o n tig o
illjeron al p u eb lo. E n e s e instante la G loria tus h ijo s e h ijas, c o m e r á n ta m b ié n en lu gar
jjt Y a v é s e a p a r e c ió a t o d o e l p u e b lo : 24 s a ­ p u ro el p e c h o q u e ha s id o m e c id o y el p e r-
lín fu e go d e la p re s e n c ia d e Y a v é , q u e c o n ­ nil q u e na s id o s e p a ra d o , p u e s s o n la p arte
sumió e l h o lo c a u s to y la s g r a s a s p u e s ta s q u e te c o r r e s p o n d e a ti y tus h ijo s en lo s
m bre el altar. T o d o el p u eb lo, al v e rlo , d io s a c rific io s d e c o m u n ió n q u e lo s h ijo s d e Is­
gritos d e jú b ilo y c a y ó rostro e n tierra. r a e l m e p re s e n ta n . 15 L o s h ijo s d e Isra e l
tra e rá n a d e m á s d e las g ra s a s q u e v a n a s e r
q u e m a d a s , e l p e m il q u e fu e s e p a ra d o y el
I n historia de Nadab y Abihú p e c h o q u e fu e m e c id o . L o s m e c e r á n a n te
I IÓ 1 * ' N a d a b y A b ih ú , h ijo s d e A a r ó n , Y a v é , y lu e g o s e rá n p ara ti y tus h ijo s para
I t o m a r o n c a d a u n o su i n c e n s a r io , s ie m p re, s e g ú n lo ha o r d e n a d o Y a v é .»
Musieron f u e g o en e llo s y , s o b r e e s te fu e g o , 16 E n tr e ta n to M o is é s q u is o c e r c io r a r s e
Incienso q u e o fr e c ie r o n a Y a v é . P e r o e s te a c e r c a d e l m a c h o c a b r ío d e l s a c r i f i c i o
luego n o c o r r e s p o n d ía a sus ó r d e n e s . Y p o r e l p e c a d o ; p e r o v i o q u e h a b ía s id o
iMi e s o , un fu e g o s a lió d e la p re s e n c ia d e q u e m a d o . S e e n o jó c o n E le a z a r e Ita m a r,
Ynvé q u e lo s d e v o r ó , y m u rie ron allí d e la n - lo s h ijo s q u e le h a b ía n q u e d a d o a A a r ó n ,
\v de Y a v é . 3 E n to n c e s M o is é s d ijo a A a ró n : 17 y d ijo : «¿ P o r q u é n o c o m ie r o n e n lu g a r
il-.sto e s lo q u e Y a v é h a b ía d e c la ra d o : D aré s a g r a d o la v íc t im a d e l s a c r ific io d e e x p ia ­
n c o n o c e r m i sa n tid a d a tr a v é s d e lo s q u e c ió n ? P u e s e r a c o s a m u y s a n ta q u e s e le s
nr «¡llegan a m í, y a v is ta d e t o d o e l p u e b lo d a b a a u s te d e s p a r a q u it a r la fa lta d e la
inré g lo r ific a d o .'' A a r ó n n o a g r e g ó p alab ra. c o m u n id a d y p a r a c o n s e g u ir d e Y a v é su
I M oisés lla m ó a M is a e l y E lis a fa m , hijos p e rd ó n . 18 D e b ía n h a b e r la c p m id o e n lu ­
dn O ziel, tío p a te r n o d e A a r ó n , y le s dúo: g a r s a g r a d o , s e g ú n le s h a b ía o r d e n a d o ,
-Acérquense y n o d e je n a sus h e r m a n o s d e- p u e s to q u e su s a n g r e n o h a b ía s id o l le v a ­
imite a e l santuario, sin o q u e llé v e n s e lo s fue- d a a l in te r io r d e l s a n tu a r io .»
M del c a m p a m e n to .» 5 E llo s fu e ro n al m o ­ 19 A a ró n resp on d ió a M oisés: «E s c ierto qu e
mento y lle v á n d o lo s v e s tid o s c o m o e stab an han p resen ta do h o y d elan te d e Y a v é su s acri­
io n las tú n ic a s d e lino, lo s s a c a r o n fu era , ficio p or el p e c a d o y su h olocau sto; p e ro d e s ­
II inform e M o is é s le s m a n d ó . pu és d e lo qu e m e na su cedid o, si y o hubiera
II E n to n c e s M o is é s d ijo a A a r ó n y a sus c o m id o h o y d e la v íc t im a p o r e l p e c a d o ,
hijos E le a z a r e Ita m a r: « N o lle v e n la c a b e - 20 ¿ a c a s o hubiera s id o e s to g ra to a Y a v é ? » A l
/ii c u b ie rta n i r a s g u e n s u s v e s t id u r a s en escu ch a r e s to M o is é s s e d io p o r satisfech o.
«n ia l d e d u e lo , n o s e a q u e m u e ra n u s te ­
des y e l c a s t ig o s e e x tie n d a a to d a la c o ­
m unidad. M á s b ie n s o n su s h e r m a n o s , t o ­ Animales «puros» e «impuros»
da la g e n te d e Isra e l, q u ie n e s h a rá n d u e lo
por el f u e g o d e Y a v é . 7 U s te d e s n o sald rá n * 1 Y a v é h a b ló a M o is é s y a A a ró n , di-
iln la T ie n d a d e la s C ita s si n o q u ie r e n m o - c ié n d o le s : 2 «H a b le n a lo s h ijos d e Is­
rlr, p u e s e s tá s o b r e u s te d e s e l ó l e o d e la rael y d íg a n le s : E s to s s o n lo s a n im a le s te-

• 1 0 .1 L a historia que ocupa este capítulo • 11.1 El israelita tiene por misión celebrar el
(muerte de los hijos d e Aarón) es una manera de culto del Dios único. Sin embargo, para presen­
¿Hponer, en form a más viva, algunas leyes que tarse en el T e m p lo a to m ar p arte en alguna
. i ii respondían a los sacerdotes d e Israel. asamblea religiosa debe cumplir varios requisitos
LEV1TICO 11
120
rrestres q u e p u e d en c o m e r . 3 U s te d e s c o m e ­ 21 P e ro , tr a tá n d o s e d e lo s in s e c to s alad oi
rán el an im al d e p ezu ña partida, h en did a en q u e an da n s o b r e c u a tr o p atas, p o d rá n co-
d o s uñas y q u e ru m ia . 4 P e ro n o c o m e rá n el m e r a q u e llo s q u e , a d e m á s d e su s cuatro
c a m e llo q u e rum ia y n o tie n e d ivid id a la p e ­ p a ta s , tie n e n p ie rn a s p a ra s a lta r s o b re a
zu ñ a, s in o q u e s e rá p a ra u s te d e s im p u ro . s u e lo . 22 D e e llo s p o d r á n c o m e r : la lan go stl
El c o n e jo q u e rum ia, p e ro n o tien e d ividid a e n sus d iv e r s a s e s p e c ie s y to d a c la s e d i
la p e zu ñ a , s e rá im p u ro p ara u s te d e s. 6 Lo s o la m , d e ja r g o l y d e ja g a b . 23 C ualquier I
m is m o la liebre. 7 El c e rd o , q u e tie n e la p e ­ o tro in s e c to a la d o d e c u a tr o p a ta s s e rá pa- I
zuña p artida, hen did a en d o s uñas, p e ro no ra u s te d e s im pu ro .
rum ia, será im p u ro para usted es. 8 U sted es
24 C o n s ó lo to c a r e s to s a n im a le s , usted e
n o c o m e rá n su c a r n e y ta m p o c o to ca rá n su
c o n tra e rá n im p u re za . E l q u e to q u e su ca<
c a d á v e r: serán im pu ro s para u stedes.
9 E stos son los q u e h a y en el agu a y qu e
d á v e r q u e d a rá im p u ro h asta la tard e. 25 9
u e le v a n te a lg u n o d e sus c a d á v e r e s ten*
p u e d en c o m e r. U sted es c o m e rá n los q u e tie ­
ra q u e la v a r sus v e s t id o s y q u e d a r á im pu*‘‘
nen aletas y e s c a m a s bien v ivan en el m a r o
ro h a sta la tard e.
en los ríos. 10 P e ro usted es tendrán a s c o a los
b ich os y los a n im a le s q u e v iv e n en el m a r o 26 U s te d e s te n d rá n p o r im p u ro s a to d o i
en los ríos, y q u e n o tien en a le ta s ni e s c a ­ lo s a n im a le s q u e tie n e n p e zu ñ a n o partida
en d o s uñas y n o ru m ia n ; t o d o a q u e l qur
m as. 11 U sted es le s tendrán as c o , n o c o m e ­
rán d e su c a rn e y tendrán sus c a d á v e re s por lo s to q u e q u e d a rá im p u ro . 27 U s te d e s ten*
in m un dos. 12 U s te d e s ten d rán a s c o a to d o s d rán p o r im p u ro s a to d o s los c u a d rú p e d o i
q u e a n d a n s o b r e las p la n ta s d e sus patas,
lo s se re s q u e v iv e n en las a g u a s y n o tienen
aletas y e s ca m a s . E l q u e to q u e sus c a d á v e r e s q u e d a r á im ­
p u ro h a sta la tard e. El q u e le v a n te e l c a d á ­
13 E s ta s s o n las a v e s q u e ten d rán p o r im ­
v e r d e u n o d e e llo s te n d rá q u e la v a r sus
pu ras y q u e n o c o m e r á n p o r s e r in m u n da s:
v e s tid o s , y a u e d a r á im p u ro h asta la tarde,
e l á g u ila , e l q u e b r a n ta h u e s o s en to d a s
E s to s a n im a le s s o n im p u ro s p ara ustedes,
sus e s p e c ie s , '5 to d a c la s e d e c u e rv o s , 15 el
a vestru z, la lech u za , la g a v io ta , el g a v ilá n 29 E s to s s o n lo s re p tile s q u e a n da n arras*
en to d a s sus e s p e c ie s , 17 el b ú h o, el s o m o r ­ tr a n d o s e p o r e l s u e lo y q u e s erán im pu ros *
m u jo , e l ibis, 18 el c is n e , e l p e líc a n o , el b u i­ p a ra u s te d e s: la c o m a d re ja , el ratón , el la­
tre, la c ig ü e ñ a , la g a rz a e n to d a s sus e s ­ g a rto en sus d iv e r s a s e s p e c ie s , 30 la m u sa­
p e c ie s , la a b u b illa y e l m u rc ié la g o . raña, el c a m a le ó n , la s a la m a n d ra , la lagar­
t ija y e l t o p o . 31 U s t e d e s t e n d r á n p o r
20 U s te d e s te n d rá n p o r in m u n d o a t o d oim p u ro s a to d o s e s o s rep tile s . E l q u e toque
in s e c to a la d o q u e a n d a s o b r e c u a tr o p atas. sus c a d á v e r e s q u e d a r á im p u ro h a sta la tar-

que lo hacen «puro», com o lo notamos respecto e x t e r i o r e s (Rom 2 ,28 ) se queden en el nivel da
al capitulo 8. Estar puro o impuro no significaba la c a r n e (Fil 3,3).
que uno era culpable o no: estas palabras sola­ Muchas leyes cuya razón se nos escapa, serví­
mente expresan que estaba listo o no para acer­ an, mas que todo, para hacer al pueblo de Dios
carse al altar.
diferente de los otros pueblos en sus comidas, en
Estas leyes ayudaban a Israel a descubrir el ca­ sus tiestas y en sus costumbres. El israelita, esta­
m ino de la santidad verdadera:
blecido muchas veces en m edio de otros pueblos
Son declarados impuros algunos animales no podía mezclarse con sus vecinos paganos: la
eKo ° S Pa^anos honraban. H ay que apartarse de Ley al disponer todos los detalles de su vida, le
prohibía adoptar p oc o a p oc o los usos de los de­
Varias leyes y «tabúes» (o sea, prohibiciones mas y, con esto, llegar a pensar com o ellos. Aun­
de origen sagrado) referentes a la sexualidad ayu­ que la actitud interior es fa que debe hacer al cre­
dan a respetar el carácter sagrado de la vida. Es­ y e n te d ife r e n te d e lo s d em ás, la d isciplin a
pontáneam ente, en cualquier pueblo primitivo, exterior le ayuda a uno a que tom e conciencia de
varias reglas rigen el sexo y rodean el nacimien­ su prop io espíritu. Asim ism o ahora, varios gru­
to. Igualmente entre los judíos. V er 12,1-8 y ca­ pos im ponen a sus integrantes normas, absten­
pitulo 15.
ciones y oraciones para ayudarles a que preser­
— Algunas leyes corresponden a normas de ven su identidad cristiana, aun a sabiendas de que
higiene, aunque se indiquen otros motivos. Por estas no son obligatorias para todos los cristia-,
eje m p lo , la pro h ib ición d e la carne d e cerd o nos.
11,7), que acarrea enferm edades don de falta Estas leyes em pezaron a ser observadas muy
im pieza. L o m ism o en lo referen te a la lepra estrictamente a partir del tiem po de Esdras, y di­
(c. i d ) , e n fe rm e d a d creíd a m uy c o n ta g ios a . rigieron a la comunidad judía ue los últimos siglos
1oda vida re igiosa o cristiana es imposible sin antes de Cristo. Notam os en N eh 13 el peligro
una educación humana y sin una estabilidad de la que entrañaba para ellos el mantenerse separa­
lamí ha. N o basta con el am or para construir una dos de los demás hombres.
familia si está ausente la fuerza de carácter, o si
En el tiem po de Jesús los judíos se aferraban
se han casado sin haber aprendido a soportarse y demasiado a estas prescripciones que, en un co­
a mantener sus compromisos: de allí la importan­ mienzo, solamente exigían ciertas disposiciones
cia de la educación recibida en la familia. La Ley, externas para participar en actos religiosos. Y Je­
con sus miles de preceptos muchos de los cuales sús denunció esta confusión d e la pureza legal ■
solo apuntan a un p oc o más de dignidad y de hu­ con la pureza d e la conciencia: M e 7 ,15. ■
manidad, prepara un pueblo para servir a Dios 6. La Biblia no es un libro de enseñanza cientí- ■
en verdad, aunque sus instrucciones y sus ritos
LEV1TIC0 13
1/7
.Ir a Q u e d a rá im p u ro c u a lq u ie r o b je to so- d e las a v e s , y d e to d o s lo s s e re s v iv ie n te s
p tf el q u e c a ig a u n o d e sus c a d á v e r e s , y a q u e s e m u e v e n en e l a g u a , y d e to d o s lo s
q u e a n d a n a r r a s t r á n d o s e s o b r e la tie rra .
mn un a r te fa c to d e m a d e r a , o un v e s tid o ,
imn piel, un s a c o o c u a lq u ie r u ten silio . S e - 41 S e p a n d istin g u ir e n tre lo im p u ro y lo p u ­
mi m etid o en a g u a y q u e d a r á im p u ro hasta
ro, e n tre e l a n im a l q u e p u e d e c o m e r s e y el
in tarde; d e s p u é s q u e d a r á p u ro. Si ca e q u e n o .»
uno d e e s to s c a d á v e r e s en una v a s ija d e
Im ito , c u a n to h a y a d e n tro d e e lla q u e d a ra Ley referente a la mujer
impuro y ha brá q u e r o m p e r la v a s ija . To- que acaba de dar a luz
^ i c o s a c o m e s t ib le p re p a r a d a c o n d ic h a r r ó l * 1 Y a v é h a b ló a M o is é s p a ra d e cirle :
«i iua será im pu ra y to d a b e b id a q u e s e to- L L £ J ' „H ab la a lo s h ijo s d e Israel y d iles:
m r en una a e e s a s v a s ija s s e r á im p u ra . C u a n d o una m u je r c o n c ib a y te n g a un hijo
C ualquier o b je to s o b re e l q u e c a ig a algu- v a r ó n , q u e d a r á im p u ra d u ra n te s ie te d ía s
iii i d e e s o s c a d á v e r e s q u e d a r á im p u ro : el igu al q u e en el tie m p o d e sus re g la s . El
in.ino y e l d o b le fo g ó n s e rá n d e rr ib a d o s ; n iñ o s e rá c irc u n c id a d o en su c a r n e a l o c t a ­
.un im p u r o s y lo s t e n d r á n p o r im p u r o s v o d ía , 4 p e r o e lla e s p e r a r á tre in ta y tre s
" (s o la m e n te las fu e n te s y p o z o s d o n d e se d ía s p ara s e r p u rific a d a d e su s a n g re . N o
iim o g e n la s a g u a s p e r m a n e c e r á n p u r a s ), to c a rá nin gu n a c o s a san ta, ni en trará e n el
pnio el q u e to q u e sus c a d á v e r e s q u e d a ra s a n tu a rio, h a sta q u e s e c u m p la n lo s d ía s
Impuro. * S i a lg u n o d e e s o s c a d á v e r e s c a e d e su p u rific a c ió n .
mihre s e m illa s q u e han d e s e m b ra rs e , q u e - 5 S i d io a luz u n a niña, e s ta rá im pu ra d o s
ilrtlán p u ras; 38 p e r o si c a e s o b r e s e m illa s e m a n a s , y lo m is m o s e rá d o b le el tie m p o
ni.ijada, la ten d rán p o r im pu ra. d e su p u rific a c ió n : e s p e r a r á s e s e n ta y s e is
'' C u a n d o m u e ra un o d e e s o s a n im a le s d ías la p u r ific a c ió n d e su s a n g re. ’ A l c u m ­
i|rt los q u e p u e d a n c o m e r , el q u e to q u e sus p lirs e lo s d ía s d e su p u r ific a c ió n s e a p or
i íid á v e re s q u e d a r á im p u ro h a sta la tard e. n iñ o o niña, p re s e n ta rá a l s a c e r d o t e , a la
1 I I qu e c o m a d e su c a d á v e r d e b e r á la v a r e n tra d a d e la T ie n d a d e la s C itas, un c o r ­
mis v e stid o s y q u e d a r á im p u ro h a sta la tar- d e ro d e un a ñ o c o m o h o lo c a u s to , y un p i­
,|r; el q u e le v a n te un c a d á v e r ha brá d e la- c h ó n o una tó rto la c o m o s a c r ific io p o r el
vnr sus v e s tid o s y q u e d a r á im p u ro h a sta la p e c a d o . 7 E l s a c e r d o t e lo o fr e c e r á an te Y a ­
larde. , . v é h a c ie n d o e x p ia c ió n p o r e lla , y q u e d a ra
41 T e n d rá n p o r in m u n d o t o d o rep til q u e p u rific a d a d e l flu jo d e su s a n g re . E sta e s la
mida a rra strá n d os e s o b r e la tierra; e s c o s a le y r e fe r e n te a la m u je r q u e d a a luz a un
inmunda; n o s e p o d rá c o m e r . 42 N o c o m e - n iñ o o una niña.
mu a q u ello s q u e c a m in a n s o b r e su v ie n tre 8 S i la m u je r n o p u e d e o f r e c e r u n a res
ii que s e arrastran p o r e l s u e lo s o b r e c u a- m e n o r , o fr e c e r á d o s tó rto la s o d o s p ic h o ­
|K) p atas o s o b r e m u c h a s p a ta s ; u s te d e s n es, un o c o m o h o lo c a u s to y o tro c o m o s a ­
Idh tendrán p o r in m u n d o s. 43 N o s e h a g a n c rific io p o r el p e c a d o ; e l s a c e r d o t e h ará e x ­
Inm u nd os c o n n in g u n o d e e s t o s r e p tile s p ia c ió n p o r e lfa y q u e d a r á pura.»
que se arrastran: n o s e h a g a n im p u ro s c o n
nllos ni d e je n q u e a u s te d e s lo s h a g a n im ­
puros. 44 P o r q u e y o s o y Y a v é , D io s d e u s te ­
des; s a n tifíq u e n s e y s e a n sa n to s , p u e s y o Ley referente a la lepra
«o y Sa n to. N o s e h a g a n im p u ro s c o n n in­
guno d e e s o s r ep tile s q u e s e arrastran p or * 1 Y a v é h a b ló a M o is é s y a A a r ó n ,
d ic ie n d o : 2 «C u a n d o u n o te n g a en su
ni su e lo , 45 p u e s y o s o y Y a v é , el q u e lo s ha
«m iad o d e l p a ís d e E g ip to p a ra s er su D ios, p ie l tu m or, e ru p c ió n o m a n c h a b la n c a y se
•irán, p u es, s a n to s p o r q u e y o s o y S a n to . fo r m e en su p ie l c o m o una lla g a d e lep ra,
E sta e s la le y a c e r c a d e lo s a n im a le s , s e rá lle v a d o al s a c e r d o t e A a r ó n o a u n o d e

• 1 3 .1 En caso d e lepra, el en ferm o debía


• 12.1 Los pueblos primitivos oponen a menu-
apartarse d e la comunidad. El leproso era consi­
,|,) |,i sangre del varón, derramada en la guerra, a
derado «impuro», es decir, no podía participar de
11 mi es noble y pura, y la que pierde la mujer, la
la vida pública y religiosa (ver lo dicho en los c.
i uol es impura. Por tanto, el parto y las reglas de
8 1 y 11,1). En un tiem po en que las desgracias
ln mujer no dejan de inquietar a los varones (son
eran reputadas castigo de Dios, la lepra pasaba
.•Íl< los que imponen sus criterios y hacen las le­
ves) y requieren ritos de purificación. p or ser signo d e m aldición divina. Y todos se
tranquilizaban al pensar que el leproso excluido
Vem os en esto c óm o las leyes d e la tsiblia,
de la comunidad era realmente impuro a los ojos
AUnque sean, palabra de Dios, se adaptan a tiem-
iii m antiguos y a los criterios propios del pueblo d e Dios. ... . ,
Los sacerdotes tenían entre sus obligaciones la
.le Israel. El pueblo creyente era consciente de
de diagnosticar la lepra y prescribir la reclusión
m«| o y lo expresaba a su manera al decir que la
del leproso. Eran ellos también los que debían
I «ty fue concertada por ángeles: H e / , 3 « ; ual
averiguar la curación del leproso y concederle
l.ló ; Heb 2,2. que volviera a su familia. L o recuerda Jesús cuan­
Jesús y su madre se sometieron a estos ritos.
d o sana leprosos (Me 1,43).
1, 2 , 21 .
L E V IT I C O 1 3 128

sus hijos, los sacerdotes. 3 El sacerdote h a s e c a d o , r e c lu ir á la p e r s o n a p o r siete


examinará la llaga; si el pelo en la llaga se d ías. 22 S i e n to n c e s la m a n c h a s e e x tie n d l |
ha vuelto blanco, y la llaga parece hundida p o r la p ie l, el s a c e r d o t e d e c la ra rá la perso*
en la piel, es llaga de lepra; cuando el sa­ na im p u ra ; e s un c a s o d e le p ra . 23 Si, en
cerdote lo haya comprobado, lo declarará c a m b io , la m a n c h a n o s e h a e x te n d id o , e»
impuro. la c ic a triz d e la ú lc e ra ; e l s a c e r d o t e d e cla ­
4 Pero si hay en la piel una mancha blan­ rará la p e rs o n a pura.
ca que no parezca hundida en la piel, y si 24 C u a n d o a lg u ie n h a y a te n id o una que­
el pelo no se ha vuelto blanco, el sacerdote m a d u ra d e la p ie l, y é s ta s e h a y a curado
recluirá durante siete días al afectado. 5 Al fo r m á n d o s e una m a n c h a d e c o lo r b la n c o 0 1
séptimo día lo examinará y, si comprueba r o jiz o , 25 e l s a c e r d o t e la e x a m in a r á ; si el I
que la llaga subsiste pero no se ha extendi­ p e lo s e ha v u e lto b la n c o , y la m a n c h a p a ­
do por la piel, el sacerdote lo recluirá otros r e c e h u ndida e n la p ie l, e s q u e s e ha pro­
siete días. 6 Pasados estos días lo volverá a d u c id o lep ra en la q u e m a d u ra . El s a c e rd o * J
examinar; si ve que la llaga ha perdido su te d e c la ra rá la p e rs o n a im pu ra: e s un caso
color y no se ha extendido en la piel, el sa­ d e le p ra . 26 S i, en c a m b io , v e q u e n o a p a re ­
cerdote lo declarará puro; no se trata más c e p e lo b la n c o e n la m a n c h a , q u e n o está
que de una erupción. El afectado lavará h u n d id a la p ie l, r e c lu ir á la p e r s o n a siete I
sus vestidos y será puro. 7 Pero si sigue la d ías. 27 A l s é p t im o d ía la e x a m in a rá , y, si I
erupción y se extiende por la piel, el sacer­ s e h a e x t e n d id o p o r la p ie l, la d e cla ra rá
dote lo examinará de nuevo. 8 El sacerdo­ im pu ra; e s lep ra. ™ P e ro , si la m a n c h a no
te, al comprobar que la erupción se extien­ s e na e x te n d id o y ha p e r d id o c o lo r, s e trata
de por la piel, lo declarará impuro. Es un d e la c o s tra d e la q u e m a d u ra ; el sa c e rd ote f
caso de lepra. d e c la ra rá la p e rs o n a p ura, p u e s e s la c ic a ­
9 En cuanto una persona tenga una llagatriz d e la q u e m a d u ra .
de lepra, la llevaran al sacerdote. 10 E lla 29 C u a n d o un h o m b r e o una m u je r ten ­
examinará y, si observa un tumor blanco g a n una lla g a e n la c a b e z a o en la barbilla,
en la piel, si el pelo se ha vuelto blanco y 30 el s a c e r d o t e e x a m in a rá la lla g a , y si ésta ,
se nota una úlcera en la hinchazón, " se p a r e c e h u ndida e n la p ie l, y si h a y en ella
trata de lepra arraigada en su piel; el sa­ p e lo a m a r ille n to y m á s ralo, el s a c e rd o te lo
cerdote lo declarará impuro sin esperar d e cla ra rá im p u ro ; e s tiñ a, o s e a , le p ra d e la
más, porque es impuro. c a b e z a o d e la b a rb illa . 31 P e ro , si el sacer- I
12 Si la lepra se ha desarrollado sobre la
d o te v e q u e la lla g a n o p a r e c e h u ndida en
piel hasta cubrirla de la cabeza hasta los la p ie l y n o h a y en e lla p e lo a m a rillo , re­
pies, por cuanto el sacerdote alcance a cluirá la p e rs o n a p o r s ie te d ías. 32 A l sépti- I
verlo, 13 éste lo examinará. A pesar de que m o d ía e l s a c e r d o t e e x a m in a rá el m a l, y, si
esa lepra cubra todo el cuerpo, declarará n o s e ha e x te n d id o la tiñ a y n o h a y pelo
pura la persona. Con tal de que todo sea a m a rillen to , ni la lla g a p a r e c e m á s hundida 1
blanco, la persona es pura. 14 Pero en q u e la p ie l, 33 a q u e lla p e rs o n a s e afeitará
cuanto se vea una llaga, será impura. 15 Si m e n o s en el lu g a r d e la tiña, y e l sa c e rd ote I
el sacerdote ve una llaga la declarará im­ la reclu irá otra v e z p o r s ie te d ía s . 34 A l s é p ­
pura. La llaga significa impureza y lepra. tim o d ía la e x a m in a rá y, si n o s e ha e x te n ­
16 Pero si la llaga cambia, volvién dose d id o la lla g a p o r la p ie l, ni a p a r e c e m ás
blanca, el afectado ha de presentarse al h u ndida q u e la p ie l, la d e c la ra rá p ura. 35 SI
sacerdote. 17 Este lo examinará y, si la lla­ e s a tiñ a, d e s p u é s d e e s ta d e c la r a c ió n , se
ga se ha vuelto blanca, lo declarará puro: v a e x te n d ie n d o p o r la p ie l, 36 el s a c e rd o te,
porque es puro. al c o m p r o b a r q u e la tiña s e ha e x te n d id o , 1
18 Cuando alguien lleva en la carne o eny a n o te n d rá q u e b u s c a r p e lo am arillen to;
la piel una úlcera, puede ser que sane la a q u e lla p e r s o n a e s im p u ra . 37 P e r o , si le
úlcera; 19 pero si en su lugar aparece un tu­ a r e c e q u e la tiña n o s e h a e x te n d id o y ha
mor blanco, o una mancha blanca y rojiza, r o ta d o e n e lla p e lo n e g ro , e s a p e rs o n a ha
entonces la persona tendrá que presentar­ s a n a d o d e la tiña: e s pura, y así lo d e cla ra - I
se al sacerdote. 20 Este la examinará y, si la rá el s a c e rd o te .
mancha parece hundida en la piel y su pe­ 38 C u a n d o un h o m b r e o una m u je r ten- I
lo se ha vuelto blanco, el sacerdote la de­ g a n en su p ie l m a n c h a s b rilla n te s b lan cas, I
clarará impura: una llaga de lepra se ha 35 el s a c e r d o t e las e x a m in a rá ; si c o m p ru e - |
desarrollado en la úlcera. 21 Pero, si el sa­ b a q u e las m a n c h a s d e la p ie l s o n d e c o lo r ;
cerdote ve que no hay pelo blanco en la b la n c o , s e trata d e una e c z e m a q u e ha bro- I
mancha ni está hundida en la piel, y que se ta d o en la p iel; e s ta p e rs o n a e s pura.

Los sacrificios para la purificación del leproso re­ matado, para que así, junto con él desapareciera el
flejan la creencia del pueblo. El «pecado» misterioso pecado. Y , para más seguridad, el otro se soltaba
que, según ellos, había ocasionado la lepra, se tras­ para llevar lejos ese mismo pecado ahora disuelto
pasaba a los dos pájaros (14,5). Uno de ellos era en la sangre del pájaro muerto (14,6-7).
LEVITICO 14
129
40 Si a alguno se le cae el pelode la ca-q u ie r o b je to h e c h o d e c u e ro , p a ra d e c la ra r ­
lif/.a y queda calvo, es puro. 41 Si se le cae lo s p u ros e im p u ro s.»
r| pelo por la parte delantera de la cabeza,
un calvo por delante; queda puro. 42 Pe­ La purificación del leproso
ni si en la calva, por detrás o por delante,
«parece una llaga de color blanco rojizo, es 1 Y a v é h a b l ó a M o i s é s y le d ijo :
lepra que se ha producido en la calva, sea 2 «E s ta e s la le y p ara el d ía d e la p u ­
por detrás o por delante. 43 El sacerdote lo r ific a c ió n d e l le p r o s o , c u a n d o lo lle v e n al
examinará y, si la hinchazón de la llaga en s a c e rd o te .
Id parte calva es de color blanco rojizo, con 3 E l s a c e r d o t e s a ld rá fu e ra d e l c a m p a ­
nspecto de lepra en la piel, 44 se trata de un m e n to p a ra e x a m in a r lo y c o m p r o b a r q u e
leproso, es impuro. El sacerdote lo decla- la lla g a d e la lep ra ha s id o s a n a d a . 4 El s a ­
inrá impuro: tiene lepra en la cabeza. c e r d o t e m a n d a r á tr a e r p a r a el q u e ha d e
s e r p u r ific a d o d o s p á ja r o s v iv o s y p u ros,
''' El leproso que tiene llaga de lepra lle- m a a e r a d e c e d r o , e s c a r la t a e h is o p o .
v.irá los vestidos rasgados e irá despeina­ 5 D e s p u é s m a n d a r á s a c r ific a r u n o d e lo s
rlo; se cubrirá hasta el bigote y tendrá que p á ja r o s s o b r e una v a s ija d e b a rro c o n a g u a
diitar: «¡Impuro, impuro!» 40 Todo el tiempo fr e s c a . G T o m a r á lu e g o e l p á ja r o v iv o , la
que dure la llaga, quedará impuro y, sien- m a d e r a d e c e d r o , la e s c a rla ta y e l h is o p o ,
jo impuro, vivirá solo; se quedará fuera del y lo s m o ja rá , in c lu s o el p á ja r o v iv o , e n la
i ampamento. s a n g r e d e l p á ja r o in m o la d o s o b r e el a g u a
fre s c a . 7 R o c ia rá s ie te v e c e s al q u e ha d e
|,n «lepra» de los objetos s e r p u rific a d o d e la le p ra , y tras d e c la ra r lo
p u ro, s o lta rá e n e l c a m p o e l p á ja r o v iv o .
w Cuando aparezca una llaga de lepra 8 E l q u e h a s id o p u r ific a d o la v a r á s u s
ni un vestido ae lana o de lino, 48 sea en la v e s tid o s , s e a fe ita rá t o d o su p e lo , s e b a ñ a ­
urdimbre o en la trama del lino o lana, o rá en a g u a y q u e d a r á p u ro, y lu e g o v o lv e rá
■•ii una piel o en cualquier objeto de cuero, al c a m p a m e n t o . P e r o tie n e q u e q u e d a r s e
" si la mancha en el vestido o en la piel, p rim e ro s ie te d ía s fu era d e su tie n d a , 9 y es
nn la urdimbre o en la trama, o en cual­ al d ía s é p t im o c u a n d o s e a fe ita rá t o d o el
quier objeto hecho de cuero tiene color p e lo , la c a b e lle r a , la b a rb a y las c e ja s , es
verdoso o rojizo, es llaga de lepra y debe d e cir, se a fe ita rá t o d o su p e lo ; la v a rá ta m ­
«•r mostrada al sacerdote. 50 El sacerdote b ié n s u s v e s t id o s , b a ñ a r á su c u e r p o en
examinará la mancha y encerrará el objeto a g u a y q u e d a rá lim pio.
manchado durante siete días. 51 Al sépti­ 10 E l d ía o c t a v o to m a r á d o s c o r d e r o s sin
mo, el sacerdote examinará la mancha y, d e fe c to y una o v e ja d e un a ñ o sin d e fe c to ;
«| se ha extendido por el vestido, sea en la y c o m o o b la c ió n tr e s d é c im a s d e flo r d e
urdimbre o en la trama, por la piel o por h a rin a a m a s a d a c o n a c e it e y un c u a rtillo
un objeto de cuero, es un caso de lepra d e a c e ite . " El s a c e r d o t e q u e h a c e la p u ri­
maligna; 52 será quemado. f ic a c ió n p r e s e n ta r á a la p e r s o n a q u e s e
MSi el sacerdote ve que la mancha no se p u rific a , ju n to c o n to d a s e s a s c o s a s , a la
lia extendido por el vestido, en la urdimbre e n tra d a d e la T ie n d a d e la s C ita s , d e la n te
o en la trama o por el objeto de cuero, de Y avé.
' hará lavar el objeto manchado y lo ence­ 12 El s a c e r d o t e to m a r á u n o d e lo s c o r d e ­
llará otros siete días. 55 Si el sacerdote ve ros p a ra o f r e c e r lo c o m o s a c r ific io p o r el
que la mancha, después de haber sido la­ d e lito, a d e m á s d e l c u a rtillo d e a c e ite , y lo
vada, no ha cambiado de aspecto, el obje- m e c e r á c o m o o fre n d a an te Y a v é . 13 L u e g o
lu es impuro, aun en caso de que la man- s a c rific a rá el c o r d e r o e n e l lu g ar d o n d e se
•lia no se haya extendido. Lo entregarás al s a c rific a e l s a c rific io p o r el p e c a d o y el h o ­
luego: es una corrosión por la cara o por lo c a u sto , en lu g ar p u ro; p o r q u e la v íc tim a
detrás. 56 En cambio, si el sacerdote ve que p o r e l p e c a d o , ta n to c o m o la v íc tim a p o r el
¡n parte manchada, después de lavada, ha d e lito , p e r te n e c e a l s a c e rd o t e : e s una c o s a
perdido color, la rasgará del vestido, del m u y santa. 14 D e s p u é s e l s a c e rd o te to m a rá
•uero, de la urdimbre o de la trama. 57 Pero s a n g re d e la v íc tim a d e r e p a r a c ió n y m o ja ­
ni vuelve a aparecer en el vestido, en la ur­ rá el ló b u lo d e la o r e ja d e re c h a d e l q u e s e
dimbre o en la trama, en el objeto de cue­ e s tá p u rific a n d o, e l p u lg a r d e su m a n o d e ­
lo, ha vuelto la lepra, por lo que quemarás rec h a y el d e su p ie d e re c h o . 15 Y , to m a n d o
••I objeto que está afectado. 58 El vestido, la e l c u a rtillo d e a c e ite , e l s a c e r d o t e e c h a ra
urdimbre o la trama o el objeto de cuero p a rte d el a c e ite en la p a lm a d e su m a n o iz ­
que después de ser lavados pierdan la q u ie rd a . 16 D e s p u é s u n tará el d e d o d e su
nuincha, serán lavados por segunda vez y m a n o d e re c h a e n el a c e ite q u e tie n e en su
quedarán puros.- m a n o izqu ierd a, y c o n su d e d o h ará s ie te
Esta es la ley para la mancha de lepra a s p e r s io n e s d e a c e i t e d e la n t e d e Y a v e .
que se halla en los vestidos de lana o de li­ 17 C o n el a c e it e r e s ta n te q u e tie n e e n su
no, en la urdimbre o en la trama o en cual- m a n o , el s a c e r d o t e untará el ló b u lo d e la
LEVITICO 14 i;
o r e ja d e re c h a d e l q u e se p urifica, el p u lg ar rio de la casa irá a avisarle al sacerdote
d e su m a n o d e re c h a y el d e su p ie d e re c h o , ciendo: «He visto en mi casa algo que pi
s o b re la s a n g r e d e la v íc tim a d e rep arac ión . rece lepra.» 36 Antes de ir para examim
18 Y el a c e ite q u e q u e d e en la m a n o d e l s a ­ esa plaga, el sacerdote ordenará que des
c e rd o te , lo e c h a rá s o b r e la c a b e z a d el qu e cupen la casa, no sea que lo que hay .
s e p u rifica h a c ie n d o en esta fo rm a la e x p ia ­ ella pase a ser impuro. Después irá a exi
c ió n p o r él a n te Y a v é . 19 El s a c e rd o te o fr e ­ minar la casa. 37 Si ve que la llaga está <
c e rá el s a c rific io p o r el p e c a d o y h ará su r e ­ las paredes de la casa en forma de cavicfl
p a r a c i ó n p o r e l q u e s e p u r i f i c a d e su des verdosas y rojizas que parecen hunf
im p u reza; d e s p u é s in m ola ra el h o lo c a u s to , das en la pared, 30 el sacerdote saldrá a
20 y o fr e c e r á s o b r e e l alta r el h o lo c a u s to y la puerta de la casa y la cerrará durante si<
o b la c ió n . D e e s ta m a n e ra el s a c e rd o te hará días.
la s ú p lica p o r él y q u e d a r á lim pio. 39 Volverá al día séptimo y si compruebi
21 S i e l le p r o s o e s d e m a s ia d o p o b r e p ara
que la mancha se ha extendido por las pa'
p a g a r t o d o e s o , to m a r á un s o lo c o r d e r o
redes, 40 mandará arrancar las piedrr^
c o m o s a c r ific io d e r e p a r a c ió n , c o m o
manchadas y arrojarlas fuera de la ciudi
o fr e n d a m e c id a p a ra h a c e r r e p a r a c ió n p o r
en un lugar impuro. 41 Hará raspar todo
é l, y a d e m á s c o m o o b la c ió n una d é c im a
interior ae la casa, y echará fuera de
d e flo r d e h a rin a a m a s a d a c o n a c e ite , un
ciudad, en un lugar impuro, el polvo q|
c u a rtillo d e a c e it e 22 y d o s tó rto la s o d o s
hayan quitado. 42 Luego tomarán piedras
p ic h o n e s , s e g ú n sus re c u r s o s , u n o c o m o
las colocarán en el lugar de las primera]
s a c rific io p o r e l p e c a d o y o tro c o m o h o lo ­
y también mezcla nueva para revocar
casa.
c a u s to . 23 A l o c t a v o d ía, lo s lle v a rá al s a ­
c e r d o t e , a la e n tr a d a d e la T ie n d a d e las
43 Si la mancha vu elve a extender!
C ita s , p a ra su p u r ific a c ió n d e la n te d e Y a ­
por la casa después de haber arrancai
v é . 24 E l s a c e r d o t e to m a r á el c o r d e r o d e l
las piedras y de haberlas raspado y revi
s a c r i f i c i o p o r e l d e l i t o y e l c u a r t illo d e
cado, 44 el sacerdote entrará de nuevo;
a c e it e , y lo s m e c e r á c o m o o fr e n d a an te
si comprueba que la mancha se ha ex>
Y a v é . 25 D e s p u é s d e h a b e r s a c r ific a d o el
tendido por la casa, hay un caso de lepra
c o r d e r o d e l s a c r ific io p o r e l d e lito , e l s a ­
maligna en la casa y está impura. 45 En
c e r d o t e to m a r á s a n g r e d e la v íc tim a d e r e ­
este caso se derribará la casa. Sus pie­
p a r a c ió n y m o ja r á é l ló b u lo d e la o r e ja d e ­
dras, sus maderas y todo el material di
re c h a d e l q u e s e p u rific a y el p u lg a r d e su
la casa serán sacados fuera de la ciuda
m a n o d e r e c h a y e l d e su p ie d e r e c h o .
a un lugar impuro. 46 Quien entre en es
26 L u e g o d e rr a m a rá p a rte d e l a c e ite s o b r e casa durante el tiempo que esté clausi
la p a lm a d e su m a n o izq u ierd a ; 27 c o n un
rada quedará impuro hasta la tarde. 47 El
d e d o d e su m a n o d e r e c h a h ará a n te Y a v é
que duerma en ella habrá de lavar sus
s ie te a s p e r s io n e s c o n el a c e it e q u e tie n e
vestidos, com o también el que coma en
en la p a lm a d e la m a n o iz q u ie r d a ; 20 untará
ella.
c o n el a c e it e q u e tie n e en su m a n o e l l ó ­
48 Pero si el sacerdote comprueba al en
b u lo d e la o r e ja d e r e c h a d e l q u e s e p u rifi­
trar que, después de revocada la casa, la
c a , e l p u lg a r a e su m a n o d e r e c h a y el d el
mancha no se ha extendido por ella, la de
p ie d e r e c h o , e n e l lu g a r d o n d e p u s o la
clarará pura, pues ha sanado del ma
s a n g r e d e la v íc tim a p o r el d e lito . 29 D e rr a ­
49 Entonces ofrecerá por la casa un sacrif
m a rá e l r e s to d e l a c e ite q u e le q u e d e en la
ció por el pecado; tomará dos pájaros,
m a n o s o b r e la c a b e z a d e l q u e s e p u rifica,
maclera de cedro, escarlata e hisopo; 50 sa'
h a c ie n d o r e p a r a c ió n p o r él a n te Y a v é .
orificará uno de los pájaros sobre una va^
30 L u e g o s a c r ific a r á una d e las tó r to la s o sija de barro con agua fresca, 51 y tomandi
p ic h o n e s , 31 s e g ú n lo s r e c u r s o s d e l q u e
la madera de cedro, el hisopo y escarlata
o f r e c e , u n o c o m o s a c r ific io d e l p e c a d o y
con el pájaro vivo, los mojará en la sangrj
o tro c o m o h o lo c a u s to , a d e m á s d e la o b la ­
del pájaro sacrificado y en el agua fresca
c ió n . D e e s t e m o d o e l s a c e r d o t e h a rá la
luego rociará la casa siete veces. 52 Así ha
e x p ia c ió n a n te Y a v é p o r a q u e l q u e s e p u ri­
rá la expiación por la casa con la sangro
fica. del pájaro, el agua fresca, el pájaro v i v í
32 E s ta e s la le y d e p u r ific a c ió n p a ra el
la madera de cedro, el hisopo y la escaria
le p r o s o d e e s c a s o s rec u rs o s .»
ta. 53 Luego soltará el pájaro vivo fuera de
la ciudad, en el campo. De este modo ha'
rá reparación por la casa, la cual quedar
La «lepra» de las casas pura.
54 Esta es la ley para todo tipo de lepra
33 Y a v é h a b ló a M o is é s y a A a r ó n y les o tiña, 55 para la lepra del vestido y de la
d ijo: 34 «C u a n d o h a y a n e n tra d o e n la tierra casa, 56 para los tumores, erupciones y
d e C a n a á n q u e y o le s d a ré en p o s e s ió n , si manchas. 57 Con esto se sabrá cuándo
y o c a s tig o c o n la lep ra a lg u n a d e las c a s a s uno es puro o impuro. Esta es la ley de la
d e la tierra q u e v a n a p o s e e r , 35 e l p ro p ie t a ­ lepra.»
131 LEVIT1CO 15

Impurezas» sexuales d o una m u je r ha te n id o r e la c io n e s s e x u a le s


c o n un h o m b re , a m b o s d e b e n la v a r s e c o n
' 1 Yavé habló a Moisés y a Aarón a g u a y q u e d a n im p u r o s h a s t a la ta r d e .
para decirles: 2 «Hablen a los hijos 19 L a m u jer q u e h a te n id o sus r e g la s será
tli- Israel y díganles: Cualquier persona que im p u ra p o r e s p a c io d e s ie te d ía s , p o r s e r
iindezca un derrame es impura por este un d e rr a m e d e s a n g r e d e su c u e rp o . Q u ien
límame. 3 Y ésta es la ley de la impureza la to q u e s e rá im p u ro h a sta la ta r d e . 20 T o d o
por algún derrame: sea que su cuerpo deje a q u e llo en q u e s e a c u e s te d u ran te su im ­
■Instilar el derrame o lo retenga, es impuro. p u reza q u e d a r á im pu ro , lo m is m o q u e to d o
1 l oda cama en que duerma el que padece a q u e llo s o b r e lo q u e s e s ie n te . 21 Q u ie n t o ­
drrrame será impura. 5 Quien toque esta q u e su c a m a d e b e r á la v a r su s v e s tid o s y
i ,una deberá lavar sus vestidos y luego ba­ lu e g o b a ñ a rs e , y p e rm a n e c e r á im p u ro h a s ­
larse, y quedará impuro hasta la tarde. ta la ta r d e . 22 Q u ie n to q u e un a s ie n to s o b re
( Juien se siente en un mueble donde se el q u e s e h a s e n ta d o d e b e r á la v a r sus v e s ­
huya sentado cualquiera que padezca de- tid o s y lu e g o b a ñ a rs e , y q u e d a r á im p u ro
mime, deberá lavar sus vestidos y luego h asta la tard e.
ímñarse en agua, y será impuro hasta la 23 Q u ie n to q u e a lg o q u e s e p u s o s o b re el
Inide. 7 Quien toque el cuerpo del que pa­ le c h o o s o b r e e l m u e b le d o n d e e lla se ha
dree derrame lavará sus vestidos, se baña- s e n t a d o q u e d a r á im p u r o h a s ta la ta r d e .
m y será impuro hasta la tarde.8 Si el que 24 S i un h o m b r e s e a c u e s ta c o n e lla a p e sa r
llene derrame escupe sobre un hombre pu­ d e su im p u re za , c o m p a r t e su im p u re za y
ní, éste deberá lavar sus vestidos y luego q u e d a im p u ro s ie te d ías; to d a c a m a en q u e
lindarse, y quedará impuro hasta la tarde. él s e a c u e s te s e rá im pu ra.
11 T o d o a p a r e jo s o b r e el q u e h a y a m o n ta - 25 S i una m u jer tie n e d e rr a m e d e s a n g re
iln el q u e p a d e c e d e r r a m e s e r á im p u ro . d u ran te m u c h o s d ía s , fu e ra d e l tie m p o d e
Si otra persona toca un objeto que ha es- sus reg la s , o si é s ta s s e p ro lo n g a n , q u e d a rá
lado debajo de él, quedará impura hasta la im pu ra d urante t o d o e s te tie m p o , c o m o en
linde; si lleva este objeto, tendrá que lavar lo s d ías d e l d e rra m e m en stru al. 2é T o d a c a ­
«lis vestidos y luego bañarse y sera impura m a en q u e s e a c u e s te m ien tras dure su d e ­
hasta la tarde. " Todo aquel a quien toque rra m e s e rá im pu ra, c o m o la c a m a en la qu e
ni que padece derrame, si no se lava las e s tu v o en tie m p o d e sus reg la s , y cu alqu ier
manos, deberá lavar sus vestidos y luego m u e b le s o b re e l q u e s e s ien te q u e d a rá im ­
hanarse, y quedará impuro hasta la tarde. p u ro igual. 27 Q u ie n lo s to q u e q u e d a rá im ­
T o d a v a s ija d e b a rro t o c a d a p o r e l q u e puro; d e b e rá la v a r sus v e s tid o s y b añ a rse, y
p ad ece d e rr a m e s e rá rota y t o d o u ten silio q u e d a rá im p u ro h asta la tarde.
da m ad era s e rá la v a d o en a g u a . 28 ü n a v e z q u e s a n e d e su d e rr a m e , c o n ­
" Para ser purificada de su derrame, esta ta r á s ie t e d ía s , q u e d a n d o d e s p u é s p u ra.
persona deberá contar siete días; después 29 A l o c t a v o d ía to m a r á p ara sí d o s tó rto la s
lavará sus vestidos, se bañará en agua o d o s p ic h o n e s y lo s p re s e n ta rá al s a c e r ­
liesca y quedará pura. ,4 Al octavo día to­ d o te a la e n tra d a d e la T ie n d a d e las C itas.
mará dos tórtolas o dos pichones y se pre­ 30 E s te lo s o f r e c e r á , u n o c o m o s a c r ific io
sentará ante Yavé a la entrada de la Tienda o r e l p e c a d o y e l o tro c o m o h o lo c a u s to , y
de las Citas para entregarlos al sacerdote. ará la e x p ia c ió n p o r e lla an te Y a v é , p o r el
1 Este los ofrecerá, uno com o sacrificio d e rra m e q u e la h a c ía im pu ra.
por el pecado, el otro como holocausto; así 31 (J s te d es p o n d rá n s o b r e a v is o a los h i­
« I sacerdote hará la expiación ante Yavé jo s d e Israel r e s p e c to d e sus im p u re za s , n o
por esa persona y por su derrame. s e a q u e m u e ra n d e b id o a e lla s , e n el c a s o
" El hombre que tenga derrame seminal d e q u e c o n ta m in e n m i M o ra d a , q u e está en
luvará con agua todo su cuerpo y quedará m e o io d e e llos.
impuro hasta la tarde. 17 Toda ropa y todo 32 E sta e s la le y r e fe r e n te al h o m b r e q u e
•uerpo sobre los cuales se haya derrama­ p a d e c e d e rr a m e o q u e e s im p u ro d e b id o a
do el semen serán lavados con agua y un d e rr a m e s e m in a l, 33 a la m u jer q u e ha
quedarán impuros hasta la tarde. 18 Cuan­ te n id o su d e rr a m e m en stru al, a a q u e l q u e

• 15.1 En los pueblos primitivos se reconoce Los cananeos, entre los que se instalaron los is­
mi carácter sagrado a todo lo que se relaciona raelitas, se sometían a las fuerzas de la naturaleza
■im el sexo y el nacimiento. D e ahí proceden, de p or considerarlas divinas, y las orgías sexuales
fllliuna manera, estas prescripciones sobre p u r e - acompañaban todas sus fiestas religiosas. Para los
f n c i m p u r e z a sexuales. Sería un error entender­ israelitas, en cambio, las numerosas purificaciones
l o como si las relaciones sexuales fueran de por referentes a la vida sexual recordaban que el sexo
«I impuras: una tal condenación nunca existió en es parte de una naturaleza creada por Dios y que
|*ineL Pero sí deben respetarse las exigencias del sus impulsos deben someterse a la ley de Dios. El
Amor auténtico y de nuestra propia dignidad c o ­ bautizado tendrá una visión renovada de la sexua­
lín > pueblo, o com o personas consagradas a Dios lidad a partir de su consagración e integración a
mío. Cristo: i C o 6 y 7.
LEVIT1CO 16 132
p a d e c e d e d e rr a m e , s e a v a r ó n o m u je r, y a d e la n te ra d e l L u g a r d e l P e rd ó n . H ará siete
a q u e l q u e s e a c u e s te c o n una m u je r e n p e ­ a s p e rs io n e s d e s a n g r e c o n su d e d o delant#
río d o d e im p u re za .» d e ! lu g a r d e l P erd ón .
15 D e s p u é s s a c r ific a r á e l m a c h o c ab rio
q u e fu e r e s e r v a d o p ara el s a c rific io p or e
El gran día del perdón p e c a d o d e l p u e b lo , y lle v a rá su s a n g re de
ir á s d e l v e lo . H a c ie n d o c o n su s a n g r e l<
| l 6 |* 1 Y a v é h a b ló a M o is é s d e s p u é s d e m is m o q u e h iz o c o n la s a n g re d e l novillo,
1------ 1 la m u e rte d e lo s d o s h ijo s d e A a r ó n , roc ia rá el L u g a r d el P e rd ó n en su p a rte an­
lo s q u e m u rie ron al a c e rc a r s e a Y a v é . 2 L e terior. 'G A s í h a rá la e x p ia c ió n p o r el San­
d ijo: «D i a tu h e r m a n o A a r ó n q u e n o entre tu ario, d e b id o a las im p u re za s d e lo s hijos
en c u a lq u ie r t ie m p o e n e l S a n tu a rio q u e d e Israel, a sus fa lta s _y a to d o s sus p e c a ­
e s tá d e trá s d e l v e lo , ni s e p re s e n te an te el d o s . A s í h a rá p o r la T ie n d a d e las Citas,
lu g a r d e l P e rd ó n q u e e s tá e n c im a d e l A r c a , q u e m o r a c o n e llo s en m e d io d e sus im pu ­
n o s e a q u e m u e ra , p u e s e s a llí d o n d e y o rezas.
m e m a n ifie s to e n m e d io d e la nu be, e n c i­ 17 M o h a brá n a d ie en la T ie n d a d e las Ci
m a d el L u g a r d e l P e rd ón . ta s c u a n d o A a r ó n e n tre en el S a n tu a rio pa­
3 Para q u e p u e d a e n trar e n el S a n tu a rio , ra h a c e r la e x p ia c ió n , h a s t a q u e s a lg a ,
A a r ó n d e b e r á p ro c u ra rs e un n o v illo p a ra el D e s p u é s d e h a c e r la e x p ia c ió n p o r sí, por
s a c rific io p o r el p e c a d o y un c a r n e ro p ara lo s d e su fa m ilia y p o r to d a la com u nid ad
e l h o lo c a u s to . 4 S e v e stirá c o n la tú n ica s a ­ d e Israel, 18 s a ld ra n a d a e l a lta r q u e está
g ra d a d e lino, s e p o n d rá lo s c a lz o n c illo s d e a n te Y a v é y h ará s o b r e é l la e x p ia c ió n . T o ­
lin o, s e c e ñ irá la fa ja d e lin o y s e cubrirá m a rá s a n g r e d e l n o v illo y d e l m a c h o cabrío
c o n el turb an te d e lino. E s ta s son las v e s t i­ q u e e s p a r c ir á e n su d e r r e d o r d e s p u é s de
d u ras s a g ra d a s q u e v e s tirá d e s p u é s d e h a ­ untar lo s c u e rn o s d e l altar. 19 H ara c o n su
b e rs e la v a d o c o n agu a. d e d o s ie te a s p e rs io n e s d e s a n g re s o b r e el
5 R e c ib ir á d e la c o m u n id a d d e lo s h ijo s a lta r, y a s í lo p u r ific a r á d e las im pu rezas
d e Israel d o s m a c h o s c a b río s p ara el s a c ri­ d e lo s n ijo s d e Israel y lo san tificará.
fic io p o r e l p e c a d o y un c a r n e ro p ara el h o ­ 20 A c a b a d a la e x p ia c ió n d el San tu a rio , de
lo c a u s to . 6 A l o fr e c e r su n o v illo p o r el p e ­ la T ie n d a d e la s C ita s y d e l a lta r, A a ró n
c a d o , h ará la e x p ia c ió n p o r sí m is m o y p o r p re s e n ta rá e l m a c h o c a b r ío v iv o . 21 Im p o ­
lo s d e su fa m ilia . 7 L u e g o to m a r á lo s d o s n ie n d o a m b a s m a n o s s o b r e la c a b e z a del
m a c h o s c a b río s y lo s p re s e n ta rá a n te Y a v é m a c h o c a b río v iv o , hará c o n fe s ió n s o b r e él
a la en tra d a d e la T ie n d a d e las C ita s . 8 A a ­ d e to d o s lo s p e c a d o s d e lo s h ijo s d e Israel,
rón e c h a r á s u e rte s s o b r e lo s d o s m a c h o s ta n to d e sus m a ld a d e s c o m o d e sus faltas.
c a b río s , u n o p a ra Y a v é y o tro p ara A z a z e l. Y d e s p u é s d e c a r g a r la s s o b r e la c a b e z a del
9 P re s e n ta rá el m a c h o c a b río s o b r e el c u al m a c h o c a b r ío , lo e n v ia r á al d e s ie r t o por
h a y a c a íd o la s u e rte p ara Y a v é y lo o f r e c e ­ m e d io d e un a y u d a n te . 22 A s í el m a c h o c a ­
rá c o m o s a c rific io p o r e l p e c a d o . 10 El m a ­ b río lle v a rá s o b r e sí to d a s las m a ld a d e s de
c h o c a b r í o s o b r e e l c u a l h a y a c a í d o la e llo s h a c ia un lu g a r árid o, y e l q u e lo lleve I
su e rte p a r a A z a z e l, s e rá lle v a d o v iv o d e la n ­ lo s o lta rá en el d e s ie r to .
te d e Y a v é , h arán s o b r e él el rito d e e x p ia ­ 23 L u e g o e n tra rá A a r ó n en la T ie n d a de
c ió n y lo e c h a rá n al d e s ie r to , h a c ia A za ze l. las C ita s y, d e s p o já n d o s e d e las vestidu ras
" A a r ó n p re s e n ta rá e l n o v illo q u e tr a jo d e lin o c o n q u e s e h a bía v e s t id o al entrar
p a ra el s a c r ific io p o r el p e c a d o , h a c ie n d o e n el S a n tu a rio , las d e ja rá allí. 24 E n to n ces
la e x p ia c ió n p o r sí m is m o y p o r lo s d e su la v a rá su c u e r p o c o n a g u a en un lu g a r sa­
c a s a . L u e g o lo s a c r ific a r á . 12 T o m a r á d e l g r a d o y s e p o n d r á sus v e stid u ra s . Y^saldrá
alta r q u e e s tá a n te Y a v é un in c e n s a r io lle ­ p ara o fr e c e r su h o lo c a u s to y el h o lo c a u s to
n o d e b ra s a s y d o s p u ñ a d o s d e in c ie n s o d e l p u e b lo ; lu e g o h ará la e x p ia c ió n p o r sí
a r o m á tic o en p o lv o y lo lle v a rá t o d o d e ­ m is m o y p o r el p u e b lo 25 y q u e m a r á sob re
trás d e l v e lo . P o n d rá el in c ie n s o s o b r e el el alta r el s e b o d e la v íc tim a p o r e l p e c a d o .
f u e g o d e la n te d e Y a v é d e m a n e r a q u e la 26 E l h o m b r e e n c a r g a d o d e s o lta r e l m a-
n u b e d e l in c ie n s o e n v u e lv a e l L u g a r d e l c h o c a b río p a ra A z a z e l s e b a ñ a rá y lavará
P e rd ó n q u e e s tá e n c im a d e l A r c a , n o s e a sus v e s t id o s e n a g u a ; d e s p u é s v o lv e r á al
q u e m u e ra . 14 L u e g o , to m a n d o la s a n g r e c a m p a m e n t o . 27 E n c u a n to a l n o v illo del
d e l n o v illo , r o c ia r a c o n su d e d o la p a r te s a c rific io p o r el p e c a d o y el m a c h o c a b río

• 16.1 L a fiesta del Perdón era muy expresi­ cuerda estas cerem onias judías cuando habla del
va: uno de los machos cabríos soportaba el casti­ perdón d e los pecados que C risto nos alcanzó
g o del pecado, y por eso debía morir; el otro era por su muerte y resurrección.
arrojado fuera hacia Azazel, es decir, al demonio. E n 1 6 ,2 9 -3 4 s e r e p ite q u e e s to s m a n d a to s
El macho cabrío llevaba simbólicamente los peca­ s e r á n le u d e f i n i t i v a : ¿ c ó m o e x p l i c a r e n t o n c e s
dos del pueblo. a u e la I g l e s i a l o s s u p r i m i e r a c o n l a v e n i d a d e
La Carta a los Hebreos, capítulos 9 y 10, re- C r is t o ? P a b lo lo e x p lic a e n G á l 3 ,5 .
133 LEV1TICO 17

inmolado por el pecado, cuya sangre fue muy solemne en el que ayunarán. Esta es
introducida en el Santuario para hacer la una ley perpetua.
expiación, serán sacados fuera del campa- 32 El sacerdote al que hayan ungido y con­
monto y quemarán con fuego sus pieles, sagrado para ser sacerdote en lugar de su
xn carne y sus excrementos. 28 El que los padre, hará la expiación. Se vestirá con las
.|iinme deberá lavar sus vestidos y bañar- vestiduras de lino, las vestiduras sagradas, y
entonces vo lverá al cam pam ento. hará el rito de expiación por el Santuario Sa­
' Este será para ustedes un rito perpe­ grado, por la Tienda de las Citas y el altar.
tuo. En el mes séptimo, el día décimo, us- s Lo hará también por los sacerdotes y por
imles ayunarán y no harán trabajo alguno, toda la comunidad del pueblo. 34 Esta será
imito el israelita como el forastero que viva para ustedes una ley perpetua. Ciña vez al
mil ustedes. 30 En este día se hara expía- año harán el rito de expiación por todos los
don por ustedes; así serán purificados y pecados de los Israelitas.»
•liiodarán limpios de todos sus pecados Y lo hicieron como Yavé había mandado
mili: Yavé. 31 Será para ustedes un sábado a Moisés.

L E Y DE LA SANTIDAD
' 1Yavé dijo a Moisés:2 «Habla a Aa- Citas para ofrecerlo a Yavé, ése será bo­
rón y a sus hijos y a todos los hijos rrado de entre los suyos.
.Ir Israel y diles: Esta es la orden que ha
lindo Yave: N o com erá n sa n gre
' Cualquier hombre del pueblo de Israel 10 Si un hombre de Israel o de los foras­
i|iie sacrifique un ternero, una oveja o una teros que viven en medio de ustedes come
i obra dentro del campamento o fuera del cualquier clase de sangre, aborreceré a es­
mismo, 4 y no lo lleve a la entrada de la ta persona que come sangre y la extermi­
Monda de las Citas para presentarlo como naré. " Porque el alma de todo ser viviente
'•tienda a Yavé ante su Morada, será con- está en su sangre, y yo les di la sangre pa­
'tlderado como reo de sangre. Y por haber ra que la lleven al altar para el rescate de
•lerramado sangre, será borrado de su sus almas, pues esta sangre paga la deuda
pueblo.5 Los hijos de Israel no sacrificarán del alma. 12 Por eso he dicho a Tos hijos de
más sus víctimas en el campo, sino que Israel: “Ninguno de ustedes comerá san­
Ifl traerán al sacerdote, a la entrada de la gre, ni tampoco el forastero que viva entre
I leuda de las Citas. Allí las ofrecerán a Ya­ ustedes.”
ve como sacrificios de comunión. 6 El sa- 13 Si un hombre de Israel, o alguno de
•nrdote derramará la sangre sobre el altar los extranjeros que viven en medio de us­
•le Yavé a la entrada de la Tienda de las tedes, caza un animal o ave que está per­
i Itos y quemará las grasas como calman­ mitido comer, derramará su sangre y la
te olor para Yavé. 7 De este modo ellos ya cubrirá con tierra. 14 Porque la sangre de
no seguirán ofreciendo sacrificios a esos todo ser viviente es su mismaalma. Por
• lilvos a los que servían y tras los cuales eso mandé a los hijos de Israel: “No come­
*»e prostituían. rán la sangre de ningún animal, pues la
Este será un decreto perpetuo para sangre es su alma misma.” El que la coma
ellos, de generación en generación.8 Y les sera eliminado.
dirás también: Si un israelita o uno de los 15 Toda persona nacida en el país, o todo
lumsteros que viven en medio de ustedes forastero que haya comido carne de ani­
••trece un holocausto u otro sacrificio, 9 y mal muerto o destrozado deberá lavar sus
no lo lleva a la entrada de la Tienda de las vestidos y bañarse en agua, y quedará im-

• L7.1 C on este capítulo empieza la llamada Aun en tiem pos d e Cristo, los judíos sentían
I «y de santidad, o sea, ley d e un pueblo consa- tal repulsión por la sangre que, durante algu­
tlimlo a Dios. nos anos, se ord en ó a los cristianos p roven ien­
I ley sobre la sangre es una manera de edu- tes de otras naciones que respetaran esta ley
. .ii, de inculcar el sentido del carácter sagrado de para n o escand alizar a sus herm anos judíos
ln oída. Está resumida en 17,11. (H e 15).
( ’orno la mayoría de los pueblos prim itivos, los
Imbreos creían que la vida está en la sangre. Por El m ism o versículo 11 nos explica p or qué
.....I.) sangre es sagrada, aun la del animal, y so- C risto escogió una m uerte en que derram ó su
(pimmte puede ser ofrecida a Dios (ver G én 9,5). sangre. Cada vez que leemos: «Cristo nos salvó
‘ .I no se sacrifica en el altar, debe ser derramada por su sangre», tenemos que entender «p o r el sa­
fu i*| suelo, pero no se puede comer. crificio de su vida».
LEVITICO 17
puro hasta la tarde; después será puro. hermana, hija de tu padre aunque di
16Si no los lava ni se baña, carqará con su otra madre. Respeta a tu hermann
falta.»
no tendrás relaciones con ella.
12 No tendrás relaciones con la ho
La «ley de la santidad» mana de tu padre: respeta en ella l
tu padre. 13 No tendrás relaciones con
* ! Yavé dijo a M oisés:2 «Habla la hermana de tu madre: respeta j|f
a los hijos de Israel; les dirás: ella a tu madre. 14 Respeta al hermi».
Yo soy Yavé, tu Dios. 3 No hagan lo no de tu padre, y no tengas relacío*
que se hace en la tierra de Egipto, nes con su m ujer, pues es tu tía
donde ustedes han vivido, ni hagan lo 15 No tendrás relaciones con la mu
que se hace en la tierra de Canaán, jer de tu hijo. Respeta a tu propio hijo
hacia donde los llevo. Ustedes no se­ y no tengas relaciones con ella.
guirán sus tradiciones. 4 Son mis de­ 16 No tendrás relaciones con la mu*
cisiones las que seguirán, y mis tradi­ jer de tu hermano: respeta a tu her
ciones las que guardarán, viviendo de mano.
acuerdo a ellas, pues Yo soy Yavé. 12 No tendrás relaciones con un
mujer y su hija, y tam poco tomarás J
5 Guarden mis tradiciones y mis deci­
su nieta, pues te respetarás a ti mis
siones, pues el que las cumpla vivirá mo.
gradas a ellas: ¡Yo soy Yavé! 18 Teniendo ya mujer, no tomarás |
6 Ninguno de ustedes se acercará a su hermana para ponerla celosa, te
una pariente directa para tener rela­ niendo relaciones con su hermann
ciones con ella: ¡Yo soy Yavé! mientras viva ella.
7 No tendrás relaciones con tu pa­
dre ni con tu madre. ¡Piensa que es 19 No tendrás relaciones con una mujaf
tu madre!: no tendrás relaciones con durante el período de sus reglas.
ella. 20 No te acostarás con la mujer de tu pró
8 N o tendrás relaciones con la mu­ jimo, pues es una maldad.
21 No entregarás a tu hijo, quemándolo
jer de tu padre. ¡Respeta a tu padre!
según el rito de Moloc, pues sería deshon*
No tengas relaciones con ella. rar el nombre de tu Dios. ¡Yo soy Yavfl
3 No tendrás relaciones con tu her­ 22 No te acostarás con un hombre como
mana, hija de tu padre o de tu m a­ se hace con una mujer: esto es una cosí
dre, nacida en casa o fuera de ella. abominable.
10 No tendrás relaciones con las hi­ 23 No te acostarás con un animal: 1«
mancha te quedaría. Tampoco la mujer Ifl
jas de tu hijo o de tu hija, pues son
dejará cubrir por un animal: esto es unn
de tu misma sangre. cosa abominable.
11 N o tendrás rela cion es con tu 24 No se manchen haciendo estas cosai,

• 1 8 .1 La Ley de la santidad se extiende más lenguaje. A nivel social se manifiesta en parejal


sobre las prohibiciones sexuales. Estas prohibi­ estériles, individuos hastiados y, finalmente, en Ía
ciones, ahora consideradas por tanta gente com o muerte de un pueblo, com o ocurrió con ¡os cana-
prejuicios anticuados, son en realidad las que neos.
asientan la dignidad del hombre, por cuanto so­ N o entregarás a tu hijo, quemándolo (21),
meten sus caprichos a una ley. Y son la base de Esto también se hacía com únm ente en CanaánJ
la fidelidad conyugal y del respeto mutuo entre A llí d on de los instintos mandan, n o se respetij
miembros de una misma familia. la vida. Es un hecho que el pueblo d e Dios fuá
C om o dijimos en el capítulo 15, los cananeos en el que se descubrió el valor de la p e rs o n j
desconocían estas bases de una cultura humana humana. El canibalism o se p ra cticó en todo
(ni hagan lo que se hace en tierra de Canaán tie m p o en lo s a m b ien te s m ás re fin a d o s du
[2 ]), y lo s israelitas veían en ellas una obligación C hina. En la gran m ayoría de los pueblos añil
moral estrechamente relacionada con la Alianza guos el padre tenía el d erech o d e suprimir d
de Y avé, que hacía de ellos un pueblo santo dife­
rente a los demás.
recién nacido. Sin hablar de los sacrificios h|i
m anos.
Los israelitas al comparar su vida con la de los Para que la tierra no los arroje fuera (27). En
cananeos comprendían ya lo que Pablo declarará la tierra de las Promesas, los israelitas tienen qui
abiertamente: «El que siembra en la carne, cose­ vivir según las leyes de Y avé. Y si no las obsei
chará de la carne la muerte» (Gal 6 ,8 ). El liberti­ van, serán desterrados. Esta permanencia en |n
naje sexual tiene muchos encantos mientras uno tierra prometida tiene en la Biblia valor de signo,
no se haya experimentado por su culpa el envile­ V e r en especial Dt capítulo 8 . Pablo se acuercl*
cimiento del corazón y la mentira instalada en el de esto en Gál 5,21.
|3 S LEVITICO 19

pues así es como se han manchado las na- lia del campo, ni recojas las espigas
i lunes que yo desalojé ante ustedes. 25 El caídas. 10 Tam poco rebusques en tus
(mis estaba manchado, por lo que yo inter­ viñas, ni recojas de tus huertos las
vine; y la tierra echó fuera a sus habitantes.
frutas caídas. Las dejarás al pobre y
' Ustedes guarden mis leyes y mis nor-
mns y no cometan ninguna de estas abo- al forastero: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!
mmaciones ni tampoco los forasteros que 11 No hurtarán, no mentirán, ni se
vivan entre ustedes. 27 No cometan estos engañarán mutuamente.
mismos pecados para que la tierra no los ^ No jurarán en falso por mi N om ­
.moje fuera, 28 del mismo modo que vomi­ bre porque esto sería deshonrar el
tó a las naciones anteriores a ustedes que
nom bre de tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
...metieron todos estos pecados. 29 Cual­
quiera que cometa estas abominaciones, 13 No oprimirás ni despojarás a tu
|inías esas personas serán eliminadas de prójimo. N o retendrás el salario del
<m pueblo. 3,5 Observen, pues, mis normas, jornalero hasta el día siguiente.
y no practiquen ninguna de las costumbres 14 No gritarás maldiciones al sordo,
Imrribles que se practicaron antes de uste- ni pondrás obstáculos al ciego, sino
.lr".; no se manchen con ellas, pues Yo soy que temerás a tu Dios. ¡Yo soy Yavé!
Ynvé, Dios de ustedes.»
15 No dictarás sentencias injustas.
No harás favores al pobre, no te in­
11 q l ' Yavé dijo a Moisés: 2 «Habla a toda
11 ^1 la comunidad de los hijos de Israel y clinarás ante el rico, sino que juzga­
illlrs: Sean santos, porque yo, Yavé, Dios rás con justicia a tu prójimo.
.Ir ustedes, soy Santo. 3 Todos ustedes res- 16 No calumniarás a tu prójimo ni
untarán a su padre y a su madre y guarda- buscarás medios legales para nacerlo
mu mis sábados. ¡Yo soy Yavé, su Dios! desaparecer. 17 No odies en tu cora­
1 No se vuelvan hacia los ídolos ni se ha- zón a tu hermano; pero corrígelo, no
.l.m dioses de metal fundido. ¡Yo soy Yavé,
sea que te hagas có m p lice de sus
Pilos de ustedes!
' Cuando sacrifiquen a Yavé un sacrificio faltas.
.!•• comunión, háganlo de manera gue le 18 No te vengarás ni guardarás ren­
inn grato. 6 Ustedes comerán de la victima cor contra tus paisanos, sino que
rl mismo día en que la inmolen y al día si­ más bien amarás a tu prójimo com o
gílente, y lo que sobre hasta el tercer día a ti mismo, pues Yo soy Yavé.
f«rá quemado. 7 Es una cosa muy fea co­
merla el día tercero: la víctima deja de ser • 19 Guarden mis tradiciones. No aparea­
gruía.8 El que la coma cargará con su pe- rás en tu ganado dos bestias de diferente
. .ido por haber profanado la santidad de especie; no sembrarás tu campo con dos
Yavé. Esta persona será borrada de entre clases distintas de grano; no usarás ropa
loa suyos.» tejida con hilos de dos clases.
20 Si un hombre tiene relaciones con una
Humanidad de la vida diaria esclava ya entregada a otro, sin que haya
sido rescatada niliberada, serán castigados
• 9 «Cuando sea tiem po de cose- los dos, pero no con pena de muerte, pues
>har, no siegues hasta la misma ori- ella no era mujer libre. 21 El ofrecerá su sa-

• 19.9 Dentro de tantas leyes que manifiestan Tal solidaridad con los de su pueblo existe en
ül nivel todavía primitivo del pueblo de Dios, uno todas las religiones, p e ro tiene siem pre c om o
«i> maravilla cuando descubre prescripciones en- contrapartida la agresividad u hostilidad con el
«».liando actitudes de humanidad que a nosotros extranjero. Cuando Jesús nos hable de un amor
ue traspasa las fro n te ra s d e un p u eb lo (Le
mui lias veces nos faltan.
I slas prescripciones, que se dirigen a un pueblo f 0,25; Mt 5,43), eso no será una simple amplia­
ción del término «prójim o» sino que será el descu­
.1.' pequeños agricultores, hace falta interpretarlas
I mui adaptarlas a las circunstancias de nuestra vida brimiento d e otra relación, más allá de la solidari­
.i. In.il. Ellas nos enseñan que el «derecho de pro­ dad p racticada naturalm en te p o r hom b res e
piedad» no es absoluto y que de ninguna manera incluso p or algunos animales.
(nulifica la opresión de ios pobres ni dispensa de
■ivndarlos. Se ordena la atención a nuestros her­
manos. asegurándoles a cualquiera de ellos lo que • 19. Se prohíben varias costumbres propias
.«111. >inbre necesita para vivir. de las religiones paganas. También se prohíbe el
No te vengarás..., sino que más bien amarás e s p iritis m o y la a d iv in a c ió n , c o m o en Deut
.i/n prójimo como a ti mismo. Aquí el prójimo
iM q n a al hermano d e la misma raza. H ay que Állorastero... lo mirarán como a uno de uste­
Mninrlo y ser solidario con él, porque Dios abarca des (34). Se notará que la Biblia, a pesar de que
kii vi mismo am or a todos los miembros de su prohíbe la convivencia con los extranjeros paganos,
pni'hlo. ordena también que se respete al extranjero que vi-
LEVITICO 19 136
crificio de reparación para Yavé a la entra­ Israel sacrifica a alguno de sus hijos según
da de la Tienda de las Citas; será un carne­ el rito de Moloc morirá: la gente ael pueblfl
ro de reparación. 22Con este carnero el sa­ lo apedreará. 3 Yo mismo volveré mi rostrq •stro
cerdote hará reparación por él ante Yavé, contra ese hombre y lo eliminaré dei su,
por el pecado que cometió, y se le perdo­ pueblo. Pues al sacrificar su descendencii
nará el pecado. para Moloc, contaminó mi Santuario y pro­
23 Cuando entren en el país y planten to­fanó mi santo Nombre. 4 Si la gente de
da clase de árboles frutales, consideren pueblo cierra sus ojos respecto de ese
impuros sus frutos por tres años; durante hombre cuando entrega su descendencij
este período no se podrán comer. 24 Al para Moloc y no lo hace morir, 5 volveré y(
cuarto año todos sus frutos serán consa­ mi rostro contra ese hombre y contra toda
grados a Yavé. 25El quinto año podrán co­ su familia y borraré de en medio de su pue­
mer y almacenar los frutos para guardar­ blo a él y a todos los que se venden como
los. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes! él a Moloc.
26 Mo coman nada encima de la sangre. ’ Si alguno se dirige a los que consultar
No practiquen la hechicería ni la astrolo- a los espíritus, o a Tos brujos para prostj
gía. 27 No rapen en redondo su cabeza ni ftu l llr p o A rtn /,!!/%«> ■r—.I.
irse con ellos, volveré ---! mi _---- L_____ _1___ i f l
rostro contra i
corten los bordes de su barba.28No se ha­ y lo eliminaré de su pueblo.
gan cortes en su cuerpo por los muertos; 7 Santifíquense, pues, y sean santos, por­
no lleven inscripciones o tatuajes en su que yo soy Ya ve, el Dios de ustedes.
cuerpo: ¡Yo soy Yavé! 8 Guarden mis preceptos y practíquenlosa
29No profanarás a tu hija, prostituyéndo­ ¡Yo soy Yavé, y a ustedes les hago santoslj
la; no sea que tu país se vuelva una tierra 9 Cualquiera que maldiga a su padre o a
de prostitutas, un nido de víboras. su madre morirá. El que maldice a su pa­
30 Guarden mis sábados y respeten mi dre o a su madre, quiere su propia muerte,
Santuario: ¡Yo soy Yavé! 10 Si alguno comete adulterio con una mu-
31 No se dirijan a los brujos ni a los que jer casada, con la mujer de su prójimol
llaman a los espíritus; no los consulten no morirán los dos, el adúltero y la mujer
sea que con ellos se manchen: ¡Yo soy Ya­ adúltera. " El hombre que se acueste con
vé! la mujer de su padre ha descubierto la desl
32 Ponte en pie ante un anciano y honra a nudez de su padre; los dos morirán, y se-,
las personas mayores; esto es tem er a tu rán responsables de su propia muerte. 12 Si
Dios: ¡Yo soy Yavé! un hombre se acuesta con su nuera, los
33 Cuando un forastero viva junto a ti, en dos morirán: han cometido una infamia y
tu tierra, no lo molestes. 34 A l forastero que son responsables de su propia muerte, e.
viva con ustedes lo mirarán co m o a uno de 13 Si un hombre se acuesta con un varón
u sted es y lo a m arás c o m o a ti m ism o , como se acuesta con una mujer, ambo!
pues ustedes también fueron forasteros en han cometido una infamia; los dos morirá!
y serán responsables de su muerte. 14 E¡
:
Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios!
35 No cometan injusticia en los juicios, nihombre que tome a una mujer y a su ma- -
en medidas de longitud, de peso o capaci­ dre comete una infamia. Se les quemará a
él y a ellas para que no haya infamia entre
dad; 36usen balanzas justas, peso, medida ustedes.
y sextuario justos: ¡Yo soy Yavé, el Dios de
ustedes, que los saqué del país de Egipto! un15animal, Si un hombre tiene relación sexual con
morirán él y el animal. 16 Y si
37 Guarden todas mis normas y mis man­una mujer la tiene con un animal, los dos
damientos. Ustedes los pondrán en prácti­ morirán también. Son responsables de su
ca: ¡Yo soy Yavé!» propia muerte.
,r El hombre que tiene relaciones con su
hermana, hija de su padre o de su madre y
Algunas leyes penales ve su desnudez y ella la de él, es una igno- 1
minia; serán exterminados en presencia de
|2 0 |\ ' Yavé habló a Moisés para decirle: los hijos de su pueblo. Ha descubierto la
.----- «Di a los hijos de Israel: Si un israe­ desnudez de su hermana: cargará con su
lita o uno de los extranjeros que habitan en maldad.

ve en Israel. A l igual que la viuda, el huérfano y el humana, en otros se amenaza con una maldición 1
bre, el extranjero no es protegido por una fami-
E y más fácilmente se abusa de él. Los capítulos 21 y 22 se refieren a los debe- ]
res y privilegios d e los sacerdotes. Tal vez todas
• 2 0 .1 Este capítulo enumera los castigos que estas consideraciones nos parezcan detalles ma­
corresponden a las faltas anteriorm ente denun­ teriales y extraños a la verdadera santidad del I
ciadas. La fórmula será eliminado de su pueblo sacerdote. Tenían sin em b argo un valor peda - 1
es ambigua: en algunos casos castiga la justicia g o g ico en aquel tiem po, y también hoy nos en­
sen an cuán s a n to es e í s e rv ic io d e l S eñ or.
LEVITICO 22

111 Si un hombre se acuesta con una mu-se profana a sí misma y a su padre: será
Ipi durante su derrame menstrual y descu- quemada viva.
1111* su desnudez, ha descubierto, y ella 10 El sacerdote que ha sido puesto mas
Inmbién, la fuente de su sangre; ambos se- alto que sus hermanos, sobre cuya cabeza
i.ni borrados de en medio de su pueblo. se ha derramado el óleo de unción, y que
" No tendrás relaciones sexuales con la ha sido consagrado para revestir las vesti­
lu-imana de tu madre, ni con la de tu pa- duras, en ningún caso tendrá su cabellera
■lie, porque son tu propia carne; de hacer­ suelta ni rasgará sus vestidos. " No se hará
lo, cargarás con tu maldad. 20 Si un hom- impuro por haberse acercado a un muerto,
|i i c se acuesta con su tía, descubre la aun por un padre o una madre. 12 No puede
desnudez de su tío; de hacerlo, cargará salir del Lugar Santo sin profanar el orden
mu su pecado y morirá sin hijos. 21 Si un del Lugar Santo, porque el óleo que lo con­
hombre toma la mujer de su hermano, co­ sagró a su Dios permanece sobre él como
mete una maldad: ha descubierto la desnu­ una diadema sobre su cabeza: ¡Yo soy Ya­
de/. de su hermano. Estos no tendrán hijos. vé!
Guarden, pues, todas mis tradiciones y 13 El sumo sacerdote tomará mujer vir­
mandamientos y pónganlos en práctica. gen. No tomará una viuda o una mujer
Así no los vomitará esa tierra a donde los despedida, o deshonrada o prostituta.
«mtoy llevando para que vivan en ella. 23 No 14 Solamente tomará una mujer virgen de
»cguirán las costumbres de la gente que su pueblo. 15 No profanará a su posteridad
voy a arrojar delante de ustedes, pues a en medio de su pueblo, porque yo soy Ya­
. misa de esas mismas prácticas les tomé vé, que a él lo hago santo.»
Millo.24 Por esto les he dicho a ustedes: Po­ 16 Yavé dijo a Moisés: 17 «Habla a Aarón y
nerán su tierra; y soy quien se la doy, de dile: Ninguno de tu descendencia, ahora o
niiinera que sea de ustedes esa tierra que en el futuro, que tenga una deformidad
muña leche y miel: Yo soy Yavé, el Dios de ofrecerá el alimento de su Dios. 18 Ningún
inlcdes, que los ha separado de entre los varón que tenga un defecto presentará las
pueblos. ofrendas: ya sea ciego o cojo, desfigurado
Distingan bien, pues, entre el animal o desproporcionado, 19 o un hombre que
l>uro y el impuro y entre ave pura e impura, tenga fracturado un pie o una mano, o
v no se contaminen comiendo algún ani- que sea jorobado, enano o bisojo, sarnoso
mul, o ave, o cualquier ser que se mueva y tinoso, o con los testículos aplastados.
mi la tierra, que yo haya separado como 21 Ningún descendiente del sacerdote
Impuro. 26 Sean santos para mí, porque yo Aarón que tenga un defecto, se acercará
«oy Santo, yo Yavé, que los he separado de para ofrecer a Yavé los sacrificios por el
los demás pueblos para que sean míos. fuego.
■' Todo hombre o mujer que llame a los Él que tiene alguna deformidad no ofrece­
.••ipíritus o practique hechicerías morirá. rá el alimento de su Dios; 22 eso sí, lo podrá
I os apedrearán y su sangre caerá sobre comer y se alimentará de las cosas santas.
«líos.» 23 Pero, debido a su defecto corporal, no irá
hasta el velo ni se acercará al altar; así no
I'5TI 1 Yavé dijo a Moisés: «Habla a los sa- profanará mi santuario, porque yo soy Yavé,
K Ll cerdotes, hijos de Aarón, y diles: que a ellos los santifico.»
Une ninguno de ustedes se haga impuro 24 Y Moisés repitió todo esto a Aarón y a
por un muerto 2 excepto por sus parientes sus hijos y a todos los hijos de Israel.
más próximos, por su madre, su padre, sus
Iil|os, sus hijas o sus hermanos. También rgPTj 1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Enseña a Aa-
podrá contraer impureza por el duelo de rón y a sus hijos cuándo se deben
una hermana que vivía con él y no tenía abstener de las cosas santas que los hijos
m.irido. 4 Siendo señor en medio de su pue­ de Israel me consagren, para que no profa­
blo, toda mancha suya profana su pueblo. nen mi santo Nombre: ¡Yo soy Yavé!
' No raparán su cabeza ni rasurarán los 3 Diles: Cualquier descendiente de uste­
hdos de su barba, ni se harán cortes en su des en las generaciones venideras que, es­
. uerpo. 6 Serán santos para su Dios y no tando impuro, se acerque a las cosas sa­
profanarán su Nombre porque son ellos los gradas que los hijos de Israel consagran a
que ofrecen los sacrificios por el fuego, ali­ Yavé, ése será exterminado de mi presen­
mento de su Dios; por esto han de ser san­ cia: ¡Yo soy Yavé!
ios. 7 No tomarán una mujer prostituta o 4 Todo descendiente de Aarón que sea le­
deshonrada, ni tampoco una mujer despe­ proso, o padezca derrame, no comerá de
dida por su marido, porque el sacerdote las cosas sagradas hasta que se purifique.
está consagrado a Dios. 8 Al sacerdote lo Si tocó un cadáver o si ha tenido un derra­
lendrás por santo, pues él ofrece el pan de me seminal; 5 si tocó un reptil cualquiera o a
lu Dios; será santo para ti porque yo soy un hombre que lo contamine, haciéndolo
Santo, yo Yavé, que les santifico a ustedes. impuro, 6 en ese caso será impuro hasta la
" Si se prostituye la hija de un sacerdote, tarde y no comerá de las cosas santas hasta
LEVITICO 19
orificio de reparación para Yavé a la entra- Israel sacrifica a alguno de sus hijos seq
da de la Tienda de las Citas; será un carne­
el rito de Moloc morirá: la gente del puei,
ro de reparación. 22 Con este carnero el sa­
lo apedreará. 3 Yo mismo volveré mi rostí
cerdote hará reparación por él ante Yavé,
contra ese hombre v lo eliminaré de
por el pecado que cometió, y se le perdo­
nara el pecado. PuebIo. Pues al sacrificar su descendem
para Moloc, contaminó mi Santuario y pi
23 Cuando entren en el país y planten to­ fano mi santo Nombre. 4 Si la gente J
da clase de árboles frutales, consideren pueblo cierra sus ojos respecto de e
impuros sus frutos por tres años; durante hombre cuando entrega su descendem
este periodo no se podrán comer. 24 Al para Moloc y no lo hace morir, 5 volveré v¡
cuarto año todos sus frutos serán consa­ mi rostro contra ese hombre y contra todi
grados a Yavé. 25 El quinto año podrán co­ su familia y borraré de en medio de su pm
mer y almacenar los frutos para guardar­ ? 0 e e y a todos los que se venden co
los. ¡Yo soy Yavé, Dios de ustedes.' el a Moloc.
No coman nada encima de la sanqre. 8 Si alguno se dirige a los que consulto
No practiquen la hechicería ni la astrolo- a los espíritus, o a Tos brujos para prosl
gia. No rapen en redondo su cabeza ni tuirse con ellos, volveré mi rostro contra
corten los bordes de su barba. 28 No se ha­ y lo eliminaré de su pueblo.
gan cortes en su cuerpo por los muertos- 7 Santifíquense, pues, y sean santos, po
no lleven inscripciones o tatuajes en su que yo soy Yave, el D ios de usteae
cuerpo: ¡Yo soy Yavé! üuarden mis preceptos y practíquenl?
29 No profanarás a tu hija, prostituyéndo­ ¡Yo soy Yave, y a ustedes les hago santc
la; no sea que tu país se vuelva una tierra Cualquiera que maldiga a su padre o i
d e p s t'tu ta s , un nido de víboras. su madre morirá. El que maldice a su p.i
30 Guarden mis sábados y respeten mi dre o a su madre, quiere su propia muerta
Santuario: ¡Yo soy Yavé! oí alguno comete adulterio con una mu
31 No se dirijan a los brujos ni a los que jer casada, con la mujer de su prójiirr
llaman a ios espíritus; no los consulten no morirán los dos, el adúltero y la muja
sea que con ellos se manchen: ¡Yo soy Ya- adultera. 11 El hombre que se acueste coi
la mujer de su padre ha descubierto la des
3- Ponte en pie ante un anciano y honra a nudez de su padre; los dos morirán, y se­
tes personas mayores; esto es temer a tu rán responsables de su propia muerte. 12 Si
Dios: ¡Yo soy Yavé! un hombre se acuesta con su nuera, lo**
31 Cuando un forastero viva junto a ti, en dos morirán: han cometido una infamia y|
tu tierra, no lo molestes. 34 Al forastero que son responsables de su propia muerte
viva con ustedes lo mirarán como a uno de oí un hombre se acuesta con un varón,
ustedes y lo amarás com o a ti mismo, com o se acuesta con una mujer, amboil
pues ustedes también fueron forasteros en han cometido una infamia; los aos moriránl
Egipto: ¡Yo soy Yavé, tu Dios! y serán responsables de su muerte. 14 El
35 Mo cometan injusticia en los juicios, ni nombre que tome a una mujer y a su ma­
en medidas de longitud, de peso o capaci­ dre comete una infamia. S eles quemará m
dad; usen balanzas justas, peso, medida el y a ellas para que no haya infamia entrel
y sextuano justos: ¡Yo soy Yavé, el Dios de ustedes. M
ustedes, que ios saqué cfel país de Egipto! 15 Si un hombre tiene relación sexual co
Guarden todas mis normas y mis man­ un animal, morirán él y el animal. 16 Y si
damientos. üstedes los pondrán en prácti­ una mujer la tiene con un animal, los dos
ca: ¡Yo soy Yavé!» morirán también. Son responsables de su
propia muerte.
' El hombre que tiene relaciones con su
A lgu n as leyes penales hermana, hija de su padre o de su madre v I
ve su desnudez y ella la de él, es una igno* i
[20] * ' Yavé habló a Moisés para decirle:
minia; serán exterminados en presencia de
los hijos de su pueblo. Ha descubierto la
— «Di a los hijos de Israel: Si un israe­
desnudez de su hermana: cargará con su
lita o uno de los extranjeros que habitan en maldad. m

ve en Israel. A l igual que la viuda, el huérfano y el


pobre, el extranjero no es protegido por una fami­ d e D?os ’ 60 ° tr° S Se amenaza con una maldición
lia, y mas fácilmente se abusa de él.
Los capítulos 21 y 2 2 se refieren a los debe­
res y privilegios d e los sacerdotes. Tal v e z todas
• 2 0 .1 Este capítulo enumera los castigos que estas consideraciones nos parezcan detalles ma
corresponden a las faltas anteriorm ente denun­ tenales y extraños a la verdadera santidad del
ciadas La formula será eliminado de su pueblo sacerdote. Tenían sin em bargo un valor peda­
es ambigua: en algunos casos castiga la justicia g ó g ico en aquel tiem po, y también hoy nos en
sen an cuan s a n to es e l s e r v ic io d e l Señor,
M LEVITICO 22
S¡ un hombre se acuesta con una mu- se profana a sí misma y a su padre: será
ih durante su derrame menstrual y descu- quemada viva.
Imp su desnudez, ha descubierto, y ella 10 El sacerdote que ha sido puesto más
iitmhién, la fuente de su sangre; ambos se- alto que sus hermanos, sobre cuya cabeza
"tii borrados de en medio de su pueblo. se ha derramado el óleo de unción, y que
" No tendrás relaciones sexuales con la ha sido consagrado para revestir las vesti­
i« imana de tu madre, ni con la de tu pa- duras, en ningún caso tendrá su cabellera
Hfp, porque son tu propia carne; de hacer- suelta ni rasgará sus vestidos. 11 No se hará
i" cargarás con tu maldad. 20 Si un hom- impuro por haberse acercado a un muerto,
Min se acuesta con su tía, descubre la aun por un padre o una madre. 12*No puede
l> -mudez de su tío; de hacerlo, cargará salir del Lugar Santo sin profanar el orden
"ii su pecado y morirá sin hijos. 21 Si un del Lugar Santo, porque ei óleo que lo con­
i" -mbre toma la mujer de su hermano, co- sagró a su Dios permanece sobre él como
Ijinte una maldad: ha descubierto la desnu- una diadema sobre su cabeza: ¡Yo soy Ya­
■Ir/ de su hermano. Estos no tendrán hijos. vé!
" Guarden, pues, todas mis tradiciones y 13 El sumo sacerdote tomará mujer vir­
mandamientos y pónganlos en práctica. gen. No tomará una viuda o una mujer
Á#¡ no los vomitará esa tierra a donde los despedida, o deshonrada o prostituta.
•ntny llevando para que vivan en ella. 23 No 14 Solamente tomará una mujer virgen de
W(|ulrán las costumbres de la gente que su pueblo. 15*No profanará a su posteridad
V iy a arrojar delante de ustedes, pues a en medio de su pueblo, porque yo soy Ya­
■misa de esas mismas prácticas les tomé vé, que a él lo hago santo.»
uillo. 2,1 Por esto les he dicho a ustedes: Po- ,6 Yavé dijo a Moisés: 17 «Habla a Aarón y
iwrén su tierra; y soy quien se la doy, de dile: Ninguno de tu descendencia, ahora o
mi inera que sea de ustedes esa tierra que en el futuro, que tenga una deformidad
nimia leche y miel: Yo soy Yavé, el Dios de ofrecerá el alimento de su Dios. 18 Ningún
•Milüdes, que los ha separado de entre los varón que tenga un defecto presentará las
imeblos. ofrendas: ya sea ciego o cojo, desfigurado
'* Distingan bien, pues, entre el animal o desproporcionado, 19 o un hombre que
miro y el impuro y entre ave pura e impura, tenga fracturado un pie o una mano, * o
v no se contaminen comiendo algún ani- que sea jorobado, enano o bisojo, sarnoso
ii mi, o ave, o cualquier ser que se mueva y tinoso, o con los testículos aplastados.
•n la tierra, que yo haya separado como 21 Ningún descendiente del sacerdote
Impuro. 26 Sean santos para mí, porque yo Aarón que tenga un defecto, se acercará
•"V Santo, yo Yavé, que los he separado de para ofrecer a Yavé los sacrificios por el
lUN demás pueblos para que sean míos. fuego.
iodo hombre o mujer que llame a los Él que tiene alguna deformidad no ofrece­
•upiritus o practique hechicerías morirá. rá el alimento de su Dios; 22 eso sí, lo podrá
Lo» apedrearán y su sangre caerá sobre comer y se alimentará de las cosas santas.
»líos.ii 23 Pero, debido a su defecto corporal, no irá
hasta el velo ni se acercará al altar; así no
i > i ] 1 Yavé dijo a Moisés: «Habla a los sa- profanará mi santuario, porque yo soy Yavé,
r ‘± l cerdotes, hijos de Aarón, y diles: que a ellos los santifico.»
•Jilo ninguno de ustedes se haga impuro 24 Y Moisés repitió todo esto a Aarón y a
ikir un muerto 2 excepto por sus parientes sus hijos y a todos los hijos de Israel.
más próximos, por su madre, su padre, sus
lii|ns, sus hijas o sus hermanos. 5 También 1 Yavé dijo a Moisés: i2*«Enseña a A a ­
podrá contraer impureza por el duelo de rón y a sus hijos cuándo se deben
una hermana que vivía con él y no tenía abstener de las cosas santas que los hijos
iimi ido. 4 Siendo señor en medio de su pue- de Israel me consagren, para que no profa­
lilo, toda mancha suya profana su pueblo. nen mi santo Nombre: ¡Yo soy Yavé!
No raparán su cabeza ni rasurarán los 3 Diles: Cualquier descendiente de uste­
Indos de su barba, ni se harán cortes en su des en las generaciones venideras que, es­
morpo. 6 Serán santos para su Dios y no tando impuro, se acerque a las cosas sa-
Inufanarán su Nombre porque son ellos los radas que los hijos de Israel consagran a
que ofrecen los sacrificios por el fuego, ali- avé, ése será exterminado de mi presen­
nmnto de su Dios; pór esto han de ser san­ cia: ¡Yo soy Yavé!
io». ' No tomarán una mujer prostituta o 4 Todo descendiente de Aarón que sea le­
•l«‘shonrada, ni tampoco una mujer despe­ proso, o padezca derrame, no comerá de
dida por su marido, porque el sacerdote las cosas sagradas hasta que se purifique.
unté consagrado a Dios. 8*Al sacerdote lo Si tocó un cadáver o si ha tenido un derra­
Inndrás por santo, pues él ofrece el pan de me seminal; 5 si tocó un reptil cualquiera o a
in Dios; será santo para ti porque yo soy un hombre que lo contamine, haciéndolo
•unto, yo Yavé, que les santifico a ustedes. impuro, 6*en ese caso será impuro hasta la
“ Si se prostituye la hija de un sacerdote, tarde y no comerá de las cosas santas hasta
LEVITICO 22 1311
después de haber bañado su cuerpo en podrán presentarlo como ofrenda volunta
agua. 7 Pero, cuando se haya puesto el sol, ria, pero no será aceptado en cumplimiento
será puro y podrá comer de las cosas san­ de voto. 24 No ofrezcan a Yavé animal algu­
tas Dorque son su alimento. no que tenga los testículos aplastados, hun
8 No comerán animal muerto o destroza­ didos, cortados o arrancados. No harán esln
do, pues con él se harían impuros: ¡Yo soy en el país de ustedes, 25 ni tampoco recibí
Yave! rán de mano de extranjeros alguna de estai
9 Ustedes guardarán estos preceptos víctimas para ofrecerla como alimento drl
míos, no sea que carguen con un pecado y Dios de ustedes, porque dicha mutilación o l
mueran a consecuencia de esta profana­ un defecto, y con esto no será aceptada.»
ción: ¡Yo soy Yave, y a ustedes los hago 26 Yavé dijo a Moisés: 27 «Cuando naz
santos! un ternero, cordero o cabrito, quedará c o l
10 Ningún extraño comerá de las cosas su madre siete días; desde el día octavo
sagradas; el que viva en casa del sacerdo­ será aceptado como ofrenda por el fuego
te o que trabaje a su servicio, no comerá para Yavé. 28 No degüellen en el mismo día
de las cosas sagradas. 11 Pero si un sacer­ una vaca o una oveja con su cría. 29 Cuan*¿
dote adquiere un esclavo comprándolo, és­ do ofrezcan un sacrificio de acción de gra­
te podra comer de las cosas sagradas y cias a Yavé, háganlo de manera que 1«
también los que han nacido en su casa co­ agrade. 30 Comerán la víctima en el misma
merán de su alimento. día y no dejarán nada para el día siquientfll
12 La hija de un sacerdote, si está casada soy Yavé!
¡Ye
con un extraño, no podrá comer de las co­ 31 Guarden mis mandamientos y pongan
sas sagradas. 13 Pero, si queda viuda o es los en práctica: ¡Yo soy Yavé! 32 No profa­
despedida por su esposo sin tener hijos y nen mi santo Nombre, para que yo sea re­
vuelve a la casa de su padre, podrá comer conocido santo en medio de los hijos de
el pan de su padre, como cuando era joven. Israel. 33 Yo soy Yavé, que los santificóla
Pero ningún extraño comerá de él. ustedes y que los hice salir de Egipto para
14 Quien sin darse cuenta coma algo sa­ser su Dios, Yo, Yavé.»
grado, lo restituirá al sacerdote, añadiendo
un quinto de más. 15 No profanen, pues, las Las fies ta s del año
cosas sagradas de los hijos de Israel, reser­
vadas para Yavé, 16 porque al comerlas 1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Habla a los
cargarían con un pecado: ¡Yo soy Yavé, hijos de Israel y diles: Estas son las
que los santifica a ustedes!» fiestas de Yavé para las cuales se convoca­
17 Yavé habló a Moisés y le dijo: 18 «Hablará una asamblea santa:
a Aarón y a sus hijos y a todos los hijos de 3 Habrá seis días trabajados, y el séptimo
Israel y ailes: Cuando un israelita, o un fo­ día será sábado de descanso con una
rastero en Israel, presente una ofrenda en asamblea santa: no se hará ningún trabajo,
cumplimiento de un voto o como ofrenda El sábado será para Yavé en todos los lu­
voluntaria a Yavé, 19 la víctima sólo será gares donde vivan.
aceptada si es macho, sin defecto, buey, 4 Luego están las fiestas de Yavé cele­
oveja o cabra. 20 No ofrezcan nada defec­ bradas con una asamblea santa, que uste­
tuoso, pues no será aceptado. des convocarán a su debido tiempo.
21 Si alguien ofrece a Yavé ganado mayor 5 El día catorce del mes primero, al ano­
o menor como sacrificio de comunión, sea checer, es la Pascua de Yavé. 6 El quine«
en cumplimiento de un voto o como ofrenda del mismo mes es la fiesta de los ázimo*
voluntaria, el animal será aceptado si es sin en honor a Yavé: durante siete días come-J
mancha ni defecto. 22 Nunca ofrezcan a Ya­ rán panes sin levadura. 7 El día primero
vé ni pongan en el altar como sacrificio por convocarán una asamblea santa; no harán
el fuego para Yavé, un animal ciego, que­ trabajo de trabajador. 8 Durante siete día*
brado, mutilado, con llagas o sarna. 23 Si es seguidos ofrecerán a Yavé un sacrificio por
buey u oveja desproporcionado o enano, el ruego; el séptimo día convocarán una

• 2 3 .1 Aquí se habla de las fiestas o «citas» de — Fiesta d e las S ie te Sem anas, o sea, d«
Y avé. El pueblo de Dios no se reúne solamente P entecostés (que significa Día Cincuenta), a s o l
para celebrar sus alegrías y duelos: Dios es el que ciada al recuerdo a e la L e y dada en el Sinali
convoca para sus fiestas, mediante los responsa­ ( 15- 21).
bles de su Iglesia (recordemos que Iglesia signifi­ — Fiesta de los Tabernáculos, o de las chozas,!
ca: Asam blea convocada). que recuerda los años en el d esierto (33-44),
El día del descanso semanal (en hebreo, sába­ — En cuanto al día de la Expiación, en que
do significa descanso) es el prim ero d e estos en­ anualmente se pedía perdón por los pecados del
cuentros sagrados con Dios (v. 3). pueblo (26-32), se celebró durante algún t ie m p «
Luego vienen las tres grandes fiestas de Israel: junto con el A ñ o N uevo, o con la fiesta de los
— Semana de los Panes^ Azim os, que empieza Tabernáculos, antes que se le asignara una fe c h a
con la Pascua y recuerda la Salida de Egipto (9-14). especial.
119 LEVITICO 23
Mnmblea santa, y no harán ningún trabajo un año en sacrificio de comunión. 20 El sa­
i l trabajador.» cerdote los ofrecerá como ofrenda mecida
ante Yavé junto con el pan de las primicias y
los dos corderos; serán cosa consagrada a
i )(renda de la primera gavilla Yavé y pertenecerán al sacerdote. 21 Este
mismo día convocarán una asamblea santa;
• 9 Yavé dijo a Moisés: ,0 «Di a los no harán ningún trabajo de trabajador. Es
Israelitas: Cuando hayan entrado en la ley perpetua para sus descendientes, donde­
iierra que yo les doy, y va hagan co ­ quiera que habiten.
lchas, llevarán al sacerdote la prime­ 22 Cuando cosechen los productos de sus
ra gavilla, o sea, las primicias de su campos, no segarán hasta el límite de los
campos ni recogerán las espigas perdidas,
msecha; 11 y el sacerdote la mecerá sino que las dejarán para el pobre y para el
unie Yavé para que a ustedes los ben­ forastero: ¡Yo soy Yavé, el Dios de ustedes.»
diga. El gesto de mecerla se hará el 23 Yavé habló a Moisés y le dijo: 24 «Habla
«lili después del sábado. a los hijos de Israel y diles: El día primero
El mismo día en que ofrezcan la del séptimo mes sera para ustedes el Gran
ijíivilla, ustedes sacrificarán en honor Sábado, proclamado con sonar de trompe­
ilc* Yavé un cordero de un año, sin ta, con una reunión sagrada. 25 No harán
ningún trabajo de trabajador y ofrecerán a
iInfecto, com o víctima quemada para Yavé un sacrificio por el fuego.»
Viivé. 13 Junto con esto, ofrecerán 26 Yavé dijo a Moisés: 27 «El día décimo
líos décimas de flor de harina am a­ de este séptimo mes es el día del Perdón.
nilla con aceite, y com o sacrificio de Este día ustedes tendrán una reunión sa­
nueve aroma para Y avé. Al mism o grada; ayunarán y ofrecerán a Yavé un sa­
llnmpo ofrecerán vino, unas dos bo- crificio por el fuego. 28 No harán ningún tra­
jrllas. 14 Ustedes no comerán pan ni bajo porque ése es el día del Perdón, en
que se hace la expiación por ustedes de­
iiianos, tostados o tiernos, hasta el lante de Yavé.
•lia en que presenten la ofrenda a su 29 Cualquier persona que no ayune este
Dios. Este será un rito perpetuo, de día será exterminada de en medio de los su­
uuneración en gen e ra c ión d o n d e­ yos. 30 Al que haga algún trabajo, yo lo ex­
quiera que vivan. terminaré de en medio de su pueblo. 31 No
harán, pues, trabajo alguno, es un decreto
" A partir del día que sigue al sábado en perpetuo, de generación en generación,
iiili: habrán traído la gavilla para ser meci- dondequiera que habiten. 32 Este será para
OB ante Yavé, ustedes contarán siete sema- ustedes el más grande de los sábados, en el
mis completas. 16 Al día siguiente del sépti­ que harán penitencia. El día nueve del mes
mo sábado serán cincuenta días y entonces por la tarde y hasta la tarde del día siguiente
••luicerán una nueva ofrenda a Yavé. 17 Trae- observarán el sábado.»
rán de sus casas, para ofrecerlos, dos pa­ 33 Yavé habló a Moisés y le dijo: 34 «Habla
nos de dos décimas de flor de harina coci- a los hijos de Israel y diles: El día quince del
dos con levadura: éstas serán sus primicias séptimo mes ustedes celebrarán durante
pora Yavé. 18 Junto con estos panes, uste- siete días la fiesta de las Chozas en honor
ilrs ofrecerán siete corderos de un año, sin de Yavé. 35 El día primero habrá reunión sa­
•i'lfecto, un novillo y dos carneros como grada y no harán ningún trabajo de trabaja­
virlimas quemadas para Yavé; añadirán la dor. 36 Durante siete días ustedes ofrecerán
ulfenda y la libación correspondientes y se­ cada día a Yavé sacrificios por el fuego. El
ra un sacrificio por el fuego de suave aroma día octavo tendrán reunión sagrada y ofre­
pnra Yavé. cerán a Yavé sacrificios por el fuego. Uste­
111 Sacrificarán también un macho cabríodes tendrán una asamblea solemne y no ha­
in sacrificio por el pecado y dos corderos de rán ningún trabajo.

• 2 3 .9 A continuación, destacamos la ofrenda espiritual. En numerosas iglesias o grupos cristia­


i|i> Ib primera gavilla, que se hace en la fiesta de nos, los miembros de la comunidad dan la déci­
|i ázimos, iniciando así el tiem po de la cosecha. ma parte de sus entradas, y nadie, ni siquiera en
I )los no necesita nada. Si nos pide algo es por- un país pobre, se ha em pobrecido más por ello.
i|iiii necesitamos dar algo de nosotros para ser L a p rim era gavilla ofrecid a a D ios significa
.mlánticamente hombres. N o hay fiesta, alegría también el primer minuto de la jornada que se le
■mnpartida, si no se sacrifica algo: banquetes y da, es el prim er descuento del mes que se hace
iic i n o bastarán para que el corazón esté de para ayudar al com pañero necesitado, el primer
lliíhla. m om ento del descanso que los esposos reunidos
I I diezmo, o sea, la décim a parte de los frutos dan al Señor, la coperación de cada creyente a
l»lr«cidos a Dios y de que van a vivir el levita y el su Iglesia para que sea libre frente a los podero­
pobre, es para él pueblo d e la Biblia su riqueza sos.
LEV1TICO 23 140
37 Estas son las solemnidades de Yavé ensagrado. Y los tendrán por cosa muy santa
que ustedes convocarán a una reunión sa­ entre todos los sacrificios por el fuego para
grada para ofrecer a Yavé sacrificios por el Yavé. Es una ley para siempre.
ruego, holocaustos y ofrendas, víctimas y
libaciones, cada cosa en su día. Además La blasfem ia, o sea,
están los sábados de Yavé; 38 además tam­ el insulto contra Dios
bién todo lo que le regalan: lo prometido
por voto y las oblacion es voluntarias. 10 (Jn día, en el campamento, hubo un al
39 El día quince del séptimo mes, cuando tercado entre un hombre de madre israelita
cosechen los productos de la tierra, ustedes y de padre egipcio, y un israelita. 11 El hijo
celebrarán la Fiesta en honor a Yavé duran­ de la israelita (ella se llamaba Selomit, hija
te siete días. El primer día será un sábado de Dibrí, de la tribu de Gad) blasfemó y
solemne igual que el octavo. 40 El primer día maldijo el nombre de Yavé, por lo que lo
tomarán frutos del árbol hermoso, ramos de llevaron ante Moisés. 12 Y lo tuvieron preso
palmera, de árboles frondosos y de sauces hasta que Yavé dispusiera lo que había que
de río, y durante siete días se alegrarán en hacer con él.
presencia de Yavé, el Dios de ustedes. 41 Es­ 13 Y Yavé dijo a Moisés: «Saca fuera de
ta es una ley para siempre, de generación campamento al que blasfemó. 14 Todos los
en generación: en el séptimo mes ustedes lo que lo oyeron pondrán las manos sobre su
celebrarán. 42 Durante siete días ustedes vi­ cabeza, v luego toda la comunidad lo ape
virán en chozas; todos los hijos de Israel vi­ dreará. * Entonces dirás a los hijos de I
virán en chozas, 43 para que ios descendien­ rael: Cualquier persona que maldiga a su
tes de ustedes sepan que yo hice vivir en Dios cargará con su pecado; 16 el que blas­
chozas a los hijos de Israel cuando los sa- feme el nombre de Yavé será castigado de
ué de la tierra de Egipto: ¡Yo soy Yavé, su muerte: toda la comunidad lo apedreará.
S ios!» Sea israelita o extranjero, si blasfema el
nombre de Yavé, morirá.
44 Estas fueron las palabras de Moisés a
los hijos de Israel respecto de las fiestas de
Yavé. La ley del talión
• 17 El que hiera de muerte a cualquier
12 4 1 Y a vé habló a M oisés diciendo: persona morirá.
I— —1 2 «Manda a los hijos de Israel que te 18 El que hiera de muerte a un animal pa
traigan aceite puro de oliva molida, para el gará con otro; vida por vida. 19 El que cau­
candelero, para mantener continuamente se alguna lesión a su prójimo, como él hi­
la luz encendida. 3 Aarón mantendrá la zo, así se le hará: 20 fractura por fractura,
lámpara de la mañana hasta la tarde en ojo por ojo, diente por diente; se hará la
presencia de Yavé, fuera de la cortina que misma lesión que el ha causado al otro.
está delante del Testimonio en la Tienda 21 El que mate a un animal, dará otro por
de las Citas: es una ley perpetua de gene­ él, pero el que mate a una persona huma­
ración en generación. 4 El colocará las na, morirá. 22 La ley será la misma para el
lámparas sobre el candelabro puro que forastero y para el nativo, porque yo soy
permanece ante Yavé. Yavé, su Dios.»
5 Tomarás flor de harina y cocerás con 23 Moisés, pues, habló a los hijos de Is­
ella doce tortas, dos décimas de harina pa­ rael, que sacaron al blasfemo fuera del
ra cada una. 6 Las colocarás en dos filas, campamento y lo apedrearon. Lo hicieron
seis en cada fila, sobre la mesa pura en tal como Yavé lo había mandado a Moisés.
presencia de Yavé. 7 Pondrás sobre cada fi­
la incienso puro para que el pan sea un
memorial, un sacrificio por el fuego para El año sabático y el jubileo
Yavé.
• 1 Y a v é dijo a M oisés en el
8 Cada sábado, de generación en genera­
ción, dispondrán esos panes ante Yavé de
25
monte Sinaí: 2 «Di a los hijos
parte de los hijos de Israel, como signo de de Israel: Cuando hayan entrado en
alianza perpetua. 9 Estos panes serán para el país que les vo y a dar, la tierra
Aarón y sus hijos, que los comerán en lugar tendrá su descanso el año séptimo

• 2 4 .2 0 Ojo p o r ojo. En 2 4 ,1 9 se expresa la física de cada cual. Esa justicia, sin embargo, di­
llamada «L ey del Talión». Esta ley buscaba limitar fiere mucho d e la d e Dios, y Jesús nos enseñará
un impulso tan violento com o es el rencor y el el perdón.
deseo de represalias. Establece que no se podrá
dañar al adversario sino en proporción al perjui­
cio sufrido: ojo por ojo, diente por diente; al no * 2 5 . 1 Dios ordena que la tierra descanse. Las
hacer distinción entre pobre y rico, entre débil y tierras se agotan cuando son cultivadas en dema­
fuerte, hace que se respete la vida y la integridad sía. El año sabático (o de descanso) ocurre cada
NI LEVIT1CO 25
■•i) honor a Yavé. 3 Durante seis años ustedes un año santo, un año en que
wmbrarás tu campo, podarás tu vina proclamarán una amnistía para todos
V cosecharás sus frutos, 4* pero el los habitantes del país. Será para us­
ó ptimo año será un sábado, un des- tedes el jubileo. Los que habían teni­
{ ,inso solemne para la tierra, un sá­ do que empeñar su propiedad, la re­
bado en honor de Yavé. No sembra- cobrarán. Los esclavos regresarán a
ms tu ca m p o ni p o d a rá s tu viña; su familia. 11 Este año cincuenta será
1tampoco segarás los rebrotes de la para ustedes el jubileo. N o sembra­
ultima cosecha, ni vendim iarás los rán ni segarán los rebrotes, ni vendi­
lucimos de tu vina sin cultivar; será miarán la viña sin cultivar, 12* pues es
un año de descanso completo para la año jubilar. Será para ustedes un año
tierra.6 Lo que produzca naturalmen- santo en que comerán de lo que el
lr la tierra durante su descanso, ser­ campo produce por sí solo.
virá de comida a ti, a tu siervo y a tu 13 Este año jubilar, cada uno volve­
Hierva, a tu jornalero y al extranjero rá a su propiedad. 14 Por eso, si ven­
i|iie vive junto a t i . 7*También tus ani­ den o compran algo a su prójimo, no
males comerán lo gue produce natu- lo engañen; 15 Pagarás a tu prójimo
i,límente la tierra, igual que las bes- de acuerdo al número de años trans­
lias del campo. curridos después del jubileo y, según
• Después de pasadas siete sem a­ el número de años de cosecha, él te
nas de años, es decir, cuarenta y fijará el precio de venta: 16 cuantos
nueve años, 9 al llegar el día diez del más años quedan, mayor será el pre­
núptimo mes, harás resonar el cuer­ cio; cuantos m enos años queden,
no. Será entonces el día del Perdón, tanto m enor será, porque lo que él
V harás resonar el cuerno en todo el ven d e es el núm ero de cosech as.
país. 10i El año cincuenta será para 17 Ninguno de ustedes dañe a su pró-

líale años. Esta costumbre cobra un significado la Biblia: todo derecho de propiedad tiene limites
iiit'ciso en el Levítico: es una oportunidad para de­ ante Dios. ¿Cóm o no pensaríamos en los estra­
mostrar confianza a Dios, el que no permitirá que gos causados por el liberalismo salvaje, los que
ai pueblo perezca de hambre. Si tal año cae en han ido creciendo a lo largo de este siglo? Los
Ilempos de miseria, o después de una invasión, se- países más fuertes, que siempre tenían algunos
iA un gran sacrificio el observar dicha prescripción años de ventaja sobre los demás, les han predica­
(ver 1 Mac 6,49). Sin embargo, Dios mismo pro- do e impuesto el libre mercado; Esto les permitía,
incte ayudar a los que la observen con fe (23,30), im poner por todas partes sus 'propios productos
v éste es uno d e los tem as del libro d e Judit. mientras que la producción local se venía abajo.
( !ada cincuenta años se celebra el Año dejubi- Y antes de mucho, con la ayuda de a corrup­
Ico, que tiene valor aún más sagrado. La palabra ción, se adueñaban de los recursos del país: mi­
luhlleo no viene d e júbilo, sino que ambas pala- nas, mercados agropecuarios, y, al final, del p o­
liiiis provienen de yobe/, o sea, cuerno con que der,real. , , f . . .
u proclamaba dicho año santo. En ese año, to- Los dos últimos siglos han justificado a nivel de
«os los esclavos tienen que conseguir su libertad; la econom ía mundial el lenguje d e los profetas
|.i*, campos y las casas empeñadas vuelven a sus que no hablan de pobres y de ricos, sino de p o­
Iiii ipietarios sin que medie pago. bres y de opresores. j
Ustedes están en mi tierra como forasteros y En el siglo pasaado la Iglesia no ceso d e de­
huéspedes. En los largos capítulos del Deuterono- nunciar los males del liberalismo. Debem os reco­
ii ilo y de Josué que relatan la conquista y la repar- nocer que al hacerlo, no tuvo siempre una com ­
n. lón de la Tierra Santa, siempre se habla de he- prensión clara del mundo m od ern o y muchas
H'iicia. Es la herencia que Y avé da a las tribus de veces no supo identificar al adversario. P ero la
ui pueblo. La tierra, pues, es de esas tribus; y al condenación es más que nunca justificada en un
U lo de la propiedad privada existen los terrenos m om ento en que el liberalismo dispone de un ca­
iii-rtenecientes a la comunidad, los cuales se re­ si m onopolio de los medios de comunicación y
pinten p eriódicam ente. El añ o del jubileo es, no se enfrenta más que a escasas oposiciones de­
iiics, muy santo porque quiere reconciliar a los is- claradas. Así que debem os esperar el m om ento
pielitas, no sólo entre ellos, sino que también con en que los cristianos proclamarán abiertamente
|>los. A él también se le invita a que perdone las las exigencias de la Biblia.
lleudas. Este año santo celebrado p o r el pueblo Habrá que recordar que cada pueblo tiene una
villero mantiene viva la esperanza de un ano san- herencia inalienable, la cual no es sólo la tierra pela­
|i. expensas de Dios, que será el tiem po de la da; que nadie puede obligarles a dejar sin trabajo a
•nlvación: véase en Is 6 1 ,2 un texto que Jesús c o ­ todos sus trabajadores, o a tirar a las cacharros sus
mentará en Le 4.19. herramientas de producción; que nadie puede im­
lisa garantía de una heredad inalienable otor­ ponerles el rescate al precio fuerte, o el bloqueo
gada a los pobres y a los desafortunados se ex- económico, o las invasiones disfrazadas, cuando
inesa en el marco de una sociedad aún rural, p e­ quieren recuperar bienes cuyos propietarios extran­
ni el espíritu que la anima está en el corazón de jeros ya repatriaron varias veces el valor.
LEVITICO 25 14.'
jim o ; antes bien, tem e a tu Dios, su derecho de rescate no vale más que un
pues yo soy Yavé tu Dios. tiempo. 29
30 De no ser rescatada dentro dol ]
año, una casa ubicada en una ciudad con i
18 Si ponen mis leyes en práctica y murallas quedará para siempre para || I
comprador y sus descendientes: no se lo
observan mis mandamientos, vivirán quitarán en el jubileo. 31•Pero las casas di I
seguros en esta tierra. 19 La tierra da­ las aldeas sin murallas serán tratadas co
rá su fruto para que coman hasta sa­ mo los campos; hay derecho de resentí I
ciarse; y vivirán seguros en ella. para ellas y en el año del jubileo volverán I
al vendedor.
20 Tal vez preguntes: "¿Qué com e­ 32 En cuanto a las ciudades de los levl
remos el séptimo año, ya que no po­ tas, éstos tendrán siempre derecho dé res j
dremos sembrar ni cosechar?” 21 Pien­ cate sobre las casas que posean en estni
sa que yo les mandaré mi bendición ciudades. 33 Aun cuando no se rescate uní
en el sexto año, de m odo que éste casa ubicada en una ciudad de los levitai,
produzca para tres años. 22 Y cuando lo vendido quedará libre en el jubileo; poi
que las casas de las ciudades de ios levl
siembren en el año octavo, seguirán tas son su propiedad en medio de los hijos
comiendo de la cosecha pasada, y la de Israel. 32 Tampoco pueden venderse los
seguirán comiendo hasta que venga campos que rodean sus ciudades, puní
la cosecha del año noveno. son su propiedad para siempre. 1

23 Las tierras no se venderán paraCómo se debe ayudar al prójimo


siempre, porque la tierra es mía y us­
tedes están en mi tierra como foraste­ • 35 Si tu hermano pasa necesidad
ros y huéspedes. 28 Por tanto, en todo y ves que no puede salir del apuro,
el territorio que ustedes ocupan, las a yú d a lo , aunqu e sea fo ra s te ro o
tierras conservarán el derecho de res­ huésped, para que pueda vivir junlu
cate. 25 Si tu hermano pasa necesidad a ti. 36 N o tom arás de él interés ni
y se ve obligado a venderte su propie­ usura; antes bien, tem e a tu Dios y
dad, su pariente más cercano podrá haz que tu hermano pueda vivir junto
rescatar lo vendido por su pariente. a ti. 37 No le prestaras dinero a inte
26 Si alguno no tiene quién le rescate rés; no le facilitarás víveres para des
su propiedad, pero tiene por sí solo pués aprovecharte de él, 38 pues yo
recursos suficientes para rescatarla, soy Yavé, el Dios de ustedes, que los
27 ustedes contarán los años pasados saqué de la tierra de Egipto para dar
desde la venta y se dará al comprador les la tierra de Canaán y ser su Dios,
la cantidad correspondiente al tiempo 39 Si tu prójimo se hace tu deudor
que falta; y volverá a su propiedad. se vende a ti, no le impondrás traba
28 Si no halla lo suficiente para recupe­ jo de esclavo; 40 estará contigo como
rarla, lo vendido quedará en poder del jornalero o com o huésped y trabajará
comprador hasta el año del jubileo; junto a ti hasta el año del jubileo.
entonces la tierra quedará libre y vol­ 41 Entonces saldrá de tu casa con sus
verá al que la vendió. hijos y volverá a su familia recobran­
do la propiedad de sus padres.42 Por­
29 En cambio, el que venda una casa ubi­ que todos son mis siervos, que yo
cada en una ciudad con murallas, tendrá saqué de la tierra de Egipto, y no de
un año para rescatarla a partir de su venta; ben ser vendidos com o se vende un

• 35. Estos párrafos fueron escritos por sacer- prestaran fondos necesarios? Aquí com o en mu­
dotes judíos animados de un gran celo, pero en el chas otras realidades humanas, debem os com
contexto de una econom ía primitiva que ya no prender que toda ley está ligada a un tiem po y o
existe Provocaron muchos escrúpulos y negativas, un m od o de vida particulares. Cada generación!
entre los siglos XIII y X V de nuestra era, cuando la debe «inventar» su manera de vivir la fidelidad a la
extensión del c om e rc io n ecesitó de capitales. Palabra de Dios. Es por eso que cuando estudia­
N o le prestarás dinero a interés (36). Tal es m os en la Biblia las leyes relativas a un problema
a ley de la solidaridad y del am or fraterno. Pero en particular, observam os una evolución de • ~
la aparición del gran com ercio y de la industria texto a otro, y por lo tanto de una época a otra
lanteó un nuevo problem a: ¿hasta qué punto
K abía que «interesar» a los inversionistas para que
(c o m p á re s e E x 2 1 ,2 -1 1 ; L e v 2 5 ,3 9 -4 3 ; Di
15,12-18).
1*13 LEVIT1CO 26

esclavo.43 Así que no te pondrás du- Prom esas de Dios


(0 con tu hermano, sino que temerás • 3 Si caminan según mis tradicio­
A tu Dios. nes y guardan mis normas poniéndo­
las en práctica, 4*• les enviaré las llu­
" Si quieres adquirir esclavos y esclavas, vias a su tiempo para que la tierra dé
los tomarás de las naciones vecinas: de allí sus productos y los árboles del cam ­
i omprarás esclavos y esclavas. 45 También po sus frutos. 3 El tiempo de trilla al­
podrán comprarlos entre los extranjeros
que viven con ustedes y de sus familias canzará hasta la vendimia y la vendi­
•pie están entre ustedes, es decir, de los m ia d u ra rá h a s ta la s ie m b r a ;
i lie hayan nacido entre ustedes. Esos pue- comerán su pan hasta saciarse y vi­
«Irn ser propiedad de ustedes, 46 y los deja- virán seguros en su tierra.
iíim en herencia a sus hijos después de us- 6 Yo estableceré la paz en su país y
mdes como propiedad para siempre. Pero
dormirán sin que nadie los moleste;
notándose de tus hermanos israelitas, no
Actuarás en forma tiránica, sino que los haré desaparecer del país los anima­
notarás como a tus hermanos. les feroces, y la espada no pasará
47 Si el extranjero o el forastero que vive por su tierra. ^ Perseguirán a sus ene­
iontigo adquiere bienes, y en cambio tu migos, que caerán ante ustedes a filo
hermano se empobrece al lado de él y se de espada. 8 Cinco de ustedes perse-
vende al extranjero o al forastero, o al des-
uirán a cien de ellos, y cien de uste-
i endiente de la familia del extranjero,
después de haberse vendido le quedará ei es a diez mil de ellos: los enemigos
ilerecno de rescate; uno de sus hermanos caerán ante ustedes a filo de espada.
podrá rescatarlo. 49 Lo rescatará su tío pa- 9 Yo me inclinaré hacia ustedes y
lerno, o el hijo de su tío, o algún otro pa­ mi alianza con ustedes cobrará pleno
líente cercano suyo dentro de su familia, o, vigor; tendrán familias numerosas y
*1 le alcanzan sus recursos, él mismo podrá llegarán a ser un gran pueblo; 10 to­
iescatarse. 50 Contará con su comprador los
unos desde que se vendió hasta el año del davía no habrán terminado de comer
jubileo, y el precio se calculará en propor- la cosecha añeja cuando tendrán que
i lón de los años, valorando sus días de tra­ tirarla para dar cabida a la nueva.
bajo como los de un jornalero. 51 Si faltan 11 Tendré mi Morada entre ustedes
loaavía muchos, devolverá en proporción a y ya no los miraré mal. 12 Me pasearé
ellos, tomando como base el precio de ven­
en medio de ustedes y seré Dios de
ia. 52 Si faltan pocos años para el jubileo, se
le calculará en proporción a ellos. ustedes mientras ustedes serán mi
53 Estará en casa de su patrón, año tras pueblo. 13 Pues yo soy Yavé, Dios de
mío, como quien trabaja a jornal. No per­ ustedes, que los saqué del país de
mitas que se le trate con dureza ante tus Egipto para que no fueran más es ­
ojos. 54 Si nadie lo rescata, quedará libre el clavos ae ellos, y rompí el bastón de
nño del jubileo, y sus hijos con él. 55 Por­ sus vigilantes para que salieran uste­
que es a mí a guien sirven los hijos de Is-
rael, siervos míos son a quienes yo he sa­ des con la cabeza alta.
cado del país de Egipto. Yo soy Yavé, el
Dios de ustedes. M aldiciones

1 No se hagan ídolos, ni levanten 14 Pero si no me escuchan, si no cumplen


estatuas o monumentos, ni c o lo ­ todo eso; 15 si desprecian mis normas y re­
quen en su tierra piedras grabadas para chazan mis leyes; si no hacen caso de to­
postrarse ante ellas, porque yo soy Yavé, dos mis mandamientos y rompen mi alian­
í'l Dios de ustedes. i * Ustedes guardarán za, 16 entonces miren lo que haré yo con
mis sábados y respetarán mi santuario: ustedes.
|Yo soy Yavé! Mandaré sobre ustedes el terror, la peste

• 2 6 .3 La Ley de Dios es una ley de vida. Al dío, que acaba de producirse esos años. Esta rui­
no hacerle caso el hombre, se arruina a sí mis­ na era «castigo de Dios» en algún sentido; pero
mo. Aquí Dios pide a su pueblo justicia, bondad, también era la consecuencia de sus faltas. Pues
respeto de la vida; puede exigirlo, pues los he­ cualquier sociedad que descuida las bases de una
chos se encargarán de justificar sus palabras: p ro­ vida moral está cavando su propia tumba.
mete sin equivocarse tiem pos d e cosas buenas o Este capítulo opone paz y fecundidad, por una
desastres. parte, e inseguridad, derroche y división donde no
El final del presente capítulo, escrito durante el se escucha a Dios. Así es com o un pueblo llega a
Destierro, describe la decadencia del pueblo ju­ com er la carne de sus propios hijos.
LEVITICO 26 14-1
y la fiebre; sus ojos se debilitarán y su sa­ da y caerán sin que nadie los persiga. 37 Si
lud irá en desmedro. (Jstedes sembrarán atropellarán unos a otros como delante df
en vano la semilla, pues se la comerán los la espada, aunque nadie los persiga. Ño ss i
enemigos. 17 Me volveré contra ustedes y podrán tener en pie ante el enemigo.
serán derrotados ante el enemigo; ustedes 38 Perecerán en tierra de paganos y des
no resistirán a sus adversarios y huirán sin parecerán en el país de sus enemigo»
que nadie los persiga.
9 Los que de ustedes sobrevivan se pudrí
18 Si ni aun así me obedecen, les devol­ rán en país enemigo por causa de su mal
veré siete veces más por sus pecados. dad y por las maldades de sus padres uní
19 Quebrantaré su orgullosa fuerza; haré das qu e se les p e g a ro n . 40 Entonce»
que el cielo sea de hierro para ustedes y la confesarán su maldad y la de sus padre»
tierra de bronce. 20 Sus esfuerzos se perde­ reconocerán que me han traicionado y w
rán, su tierra no dará sus productos ni los han enfrentado conmigo, 41 y que yo tam
árboles darán sus frutos. 2f Y si siguen en­ bien me enfrenté con ellos y los desterré ll
frentándose conmigo en vez de escuchar­ ais de sus enemigos. ¡Ojalá que se huml
me, les devolveré siete veces más por sus en los corazones incircuncisos y acepten
pecados. 22 Soltaré contra ustedes la fiera el castigo de su maldad!
salvaje, que les devorará sus hijos, exter­
minará los ganados y los reducirá a unos 42 Yo, en ton ces, m e acordaré de mi
alianza con Jacob y de mi alianza con Isa*
pocos, de modo que nadie ya ande por los
caminos de su país. ac y de mi alianza con Abraham. 42 Yo mr
acordaré y recordaré su país.
23 Si aun con esto no cambian su actitud
respecto a mí y siguen desafiándom e, 43 Así, pues, la tierra será abandonad!
24 también yo me enfrentaré con ustedes y or ellos para que goce sus descansos sa*
les devolveré yo mismo siete veces más áticos mientras quede desolada y ello»
por sus pecados; 25 traeré sobre ustedes la estén lejos; ellos también pagarán su mal
espada vengadora de mi alianza. Se refu­ dad, porque desecharon mis mandamien­
giarán entonces en sus ciudades, pero yo tos y se cansaron de mis preceptos. 44 A
enviaré la peste en medio de ustedes y se­ pesar de todo, no los despreciaré cuando
rán entregados en manos del enemigo. estén en tierra enemiga; no los aborreceré
26 Yo les quitaré el pan, hasta el punto que hasta su total exterminio ni anularé mi
diez mujeres cocerán todo su pan en un aljanza con ellos, porque yo soy Yavé, si)
solo horno, y se lo darán tan medido que Dios. 45 Me acordaré en su favor de l|
no se podrán saciar. alianza hecha con sus padres a quiene»
27 Si con esto no me obedecen y siguen saqué de la tierra de Egipto ante los ojo»
haciéndome la contra, 28 yo me enfrentaré de las naciones, para ser su Dios: ¡Yo soy
Yavé!»
con ustedes con ira y Ies devolveré siete
veces más por sus pecados: 29 ¡ustedes lle­ 46 Estas son las normas, leyes e instruc­
garán a comer la carne de sus hijos e hijas! ciones que Yavé estableció entre El y lo»
30 Destruiré sus santuarios altos, demoleré hijos de Israel en el monte Sinaí, por medio
sus monumentos, amontonaré sus cadáve­ de Moisés.
res sobre los ca dáveres de sus sucios
ídolos y les tendré asco. 3' Reduciré a es­ Algo referente a los votos
combros sus ciudades y devastaré sus san­
tuarios, no me agradará más el perfume de |27| ' Yavé dijo a Moisés: 2 «Habla a lo*
sus sacrificios. 3r Yo devastaré la tierra de I-----1 hijos de Israel y diles: Esta es la ma­
tal modo que sus mismos enemigos que­ nera de valorar las personas que han sido
darán admirados y asombrados cuando consagradas a Yavé por voto.
vengan a ocuparla. 33 A ustedes los despa­ 3 Para un hombre de veinte a sesentn
rramaré entre las ciudades y naciones; y años, el valor será de cincuenta sidos dr
los perseguiré con la espada. Sus tierras plata, según el sido del santuario. 4 El va*
serán arruinadas y quedarán desiertas sus lor de una mujer será de treinta sidos,
ciudades. 5 De los cinco a los veinte años, el valoi
34 Entonces la tierra gozará de sus des­será: para el varón veinte sidos, para la
cansos sabáticos durante todo el tiempo mujer diez sidos. 6 De un mes hasta los
que sea arruinada, mientras estén ustedes cinco años: para un niño cinco sidos dr
en tierra de enemigos. La tierra descansará plata, para una niña tres sidos. 7 De los
y gozará sus sábados; 35 y mientras esté sesenta años en adelante, el valor será:
abandonada, descansará por lo que no pu­ para un hombre quince sidos; para una
do descansar en sus sábados, cuando us­ mujer diez sidos.
tedes habitaban en ella. 8 Si uno es tan pobre que no puede pa­
36 A los que queden de ustedes les infun­gar este precio, lo presentarán al sacerdo­
diré pánico en sus corazones en el país de te, el cual le pondrá precio; el sacerdott
sus enemigos; el ruido de una hoja que cae lo evaluará según los recursos del que hi­
los hará huir como quien huye de la espa­ zo el voto.
LEV1T1CO 27
145
11 Si has ofrecido un animal a Yavé, le hapropiedad, 23 el sacerdote calculará el precio
nido regalado y es cosa consagrada: 10 no hasta el año del jubileo, y el otro pagará ese
ne le cambiara. Mo se reemplazará bueno mismo día el valor indicado: este dinero es
por malo o malo por bueno. Si se reempla­ cosa consagrada a Yavé. 24 El año del jubi­
za uno por otro, uno y otro serán cosa sa­ leo, el campo volverá al que lo había vendi­
grada. fl Si el animal es impuro y no se do y al patrimonio del que era parte. 25 Toda
puede hacer ofrenda de él a Yavé, se pre­ tasación se hará con sidos del santuario:
sentará el animal al sacerdote. 12 El sacer­ veinte óbolos por un sido.
dote le pondrá precio según a él le parece 26 Nadie podrá consagrar los primogéni­
bueno o malo, y según lo que el sacerdote tos de su ganado, porque éstos ya pertene­
diga, así se hará. 13 Y si lo quieren rescatar, cen a Yavé. Sean de ganadq mayor o me­
añadirán un quinto de la valoración. nor, pertenecen a Yavé. 27 Si se trata de un
14 Si uno consagra su casa como cosa animal impuro, lo rescatarán según el pre­
santa a Yavé, el sacerdote le pondrá pre­ cio que tú fijes y añadirán la quinta parte
rio. Según lo que él diga, así será. 19 Si el del precio: si no es rescatado será vendido
ime la lia consagrado la quiere rescatar, según el precio.
añadirá una quinta parte del precio fijado y ® En cambio, lo que uno consagre a Ya­
vé por anatema, cualquier cosa que le per­
será suya. , ,
16 Si uno consagra a Yave un campo detenece, hombre, animal o campo de su he­
nu propiedad, su valor se medirá según la rencia, no podrá venderse o rescatarse.
- «»ntidad de semilla que se le echa, a ra­ Todo anatema es cosa muy sagrada para
zón de cincuenta sidos de plata por cada Yavé. 29 Por esto ningún ser humano con­
( ,irga de cebada de sembrado. 17 Si uno ha sagrado como anatema será rescatado: se­
consagrado el campo durante el año de rá muerto.
jubileo, se mantendrá íntegra la valora- 30 El diezmo entero de la tierra, tanto de
- ión. 18 Pero, si consagra su campo des­ las semillas como de los frutos de los árbo­
pués del jubileo, el sacerdote calculará su les, es de Yavé, es cosa sagrada para él;
precio a razón de los años que quedan 31 si alguien quiere rescatar parte de su
Lista el jubileo, y la estimación será infe- diezmo, añadirá la quinta parte de su valor.
ilor. 19 Si el que consagró el cam po lo 32 El diezmo del ganado mayor o menor,
quiere rescatar, añadirá ta quinta parte al de todo lo que pasa bajo el cayado, será
precio fijado y será suyo. 20 Si no rescata consagrado a Yavé como diezmo. 33 No se
rl campo y lo vende a otro, este campo no distinguirá entre bueno o malo, ni se cam­
podrá ser rescatado en adelante, 21 y, biará uno por otro, y si se hace un reem­
- uando quede libre en el jubileo, será con- plazo, el animal sustituido y el que lo susti­
■i.igrado a Yavé tal como si fuera consa­ tuye serán cosa sagrada y no podrán ser
grado por maldición y será propiedad del rescatados.» ,
itncerdote. 34 Estos son los mandatos que Yave dio
72 Si alguien consagra a Yave un campo a Moisés para los hijos de Israel en el
que compró y que no forma parte de su monte Sinaí.
A continuación de la salida de Egipto, el Lévitico se presentaba com o un con­
junto de leyes dadas por Moisés en el desierto de Sinaí. Ahora, con el libro de
los Números, el pueblo de Israel vuelve a marchar por el desierto, y en el trans­
curso de este caminar el pueblo va acumulando experiencias que marcarán todo
su porvenir. Este libro se llama «Nú m eros» porque empieza dando las cifras de
un censo del pueblo hebreo.
En realidad, es válido para este libro lo que se dijo en la Introducción al Leví-
tico: los censos, sucesos y declaraciones de Y a vé a Moisés son solamente una
manera de presentar leyes que reunieron o que redactaron después de él los
sacerdotes de Israel.
N o todo, sin embargo, es artificial en esta historia, ya que se apoya en anti­
guas tradiciones relativas a la estadía en el desierto. Las hallaremos, de un modo
especial, en los capítulos 11 a 14 y 20 a 25 que a veces repiten de manera dife-
rente los acontecimientos del Exodo.
147 NUM EROS 1

El cen so de las doce tribus seiscientos cincuenta hombres aptos para


la guerra.
* 1 Yavé habló a Moisés en el desierto
26 De la tribu de Judá, contando los nom­
del Sinaí, en la Tienda de las Citas di­
bres de todos los varones de veinte años
vinas, el primer día del mes segundo, el
para arriba, según sus linajes y familias,
segundo año después de la salida de Egip­
27 fueron alistados setenta y cuatro mil
to. 2 Le dijo: «Registren a toda la comuni­
seiscientos hombres aptos para la guerra.
dad de los hijos ae Israel por casas pater­
nas. 3 Tú y Aarón alistarán a todos los de 28 De la tribu de Isacar, contando los
más de veinte años, útiles para la guerra. nombres de todos los varones de veinte
4 Tendrán con ustedes, para <que les ayu­ años para arriba, según sus linajes y fami­
den, un hombre de cada tribu, jefe de fami­ lias, 2§ fueron alistados cincuenta y cuatro
lia. 5 Estos son sus nombres: mil cuatrocientos hombres aptos para la
De la tribu de Rubén: Elisur, hijo de Se- guerra.
deur. 6 De la de Simeón, Selumiel, hijo de 30 De la tribu de Zabulón, contando los
Suridday. 7 De la de Judá, Naiasón, hijo de nombres de todos los varones de veinte
Aminadab. 8 De la de Isacar, Nataneel, hijo años para arriba, según sus linajes y fami­
de Suar. 9 De la de Zabulón, Eliab, hijo de lias, 31 fueron alistados cincuenta y siete
Elón. 10 De los hijos de José, por Efraím: mil cuatrocientos hombres aptos para la
Elisana, hijo de Amiud; por Manasés: guerra.
Gamliel, hijo de Padasur. 11 De la de Benja­ 32 De los descendientes de José, por la lí­
mín: Abidam, hijo de Guedeoní. 12 De la de nea de Efraím, contando los nombres de
Dan: Abiezer, hijo de Ammisaddav. 13 De la todos los varones de veinte años para arri­
de Aser: Paguiel, hijo de Ocrón. 14 De la de ba, según sus linajes y familias, 33 fueron
Gad: Elisaf, nijo de Duel. 15 De la de Nefta­ alistados cuarenta mil quinientos hombres
lí, Ajira, hijo de Enán. aptos para la guerra. 34 Por la línea de Ma­
16 Estos son los que fueron escogidos en nasés, según sus linajes y familias, 35 se
la asamblea; eran jefes en la tribu de su alistaron treinta y dos mil doscientos hom­
padre y eran los jefes de los clanes de Is­ bres aptos para la guerra.
rael. 36 De la tribu de Benjamín, contando los
17 Moisés y Aarón tomaron como ayu­ nombres de todos los varones de veinte
dantes a esos hombres que habían sido de­ años para arriba, según sus linajes y fami­
signados por sus nombres 18 y convocaron lias, 37 se alistaron treinta y cinco mil cua­
a toda la asamblea el día primero del se­ trocientos hombres aptos para la guerra.
gundo mes, haciendo su alistamiento por 38 De la tribu de Dan, contando los nom­
familias y linajes, tomando el nombre de bres de todos los varones de veinte años
cada uno de los hombres de veinte años para arriba, según sus familias y linajes,
para arriba, 19 como Yavé había mandado a •9 fueron alistados sesenta y dos mil sete­
Moisés. Así se hizo el censo en el desierto cientos hombres aptos para la guerra.
de Sinaí. 40 De la tribu de Aser, contando los nom­
20 De la tribu de Rubén, primogénito de bres de todos los varones de veinte años
Israel, contando los nombres de todos los para arriba, según sus familias y linajes,
varones de veinte años para arriba, según 41 fueron alistados cuarenta y un mil qui­
sus familias y linajes, 24 fueron alistados nientos hombres aptos para la guerra.
cuarenta y seis mil quinientos hombres ap­ 42 De la tribu de Neftalí, contando los
tos para la guerra. nombres de todos los varones de veinte
22 De la tribu de Simeón, contando losaños para arriba, según sus familias y li­
nombres de todos los varones de veinte najes, 43 fueron alistados cincuenta y tres
años para arriba, según sus linajes y fami­ mu cuatrocientos hombres aptos para la
lias; 23 fueron alistados cincuenta y nueve guerra.
mil trescientos hombres aptos para la 44 Estos son los hijos de Israel aptos para
guerra. la guerra contados por Moisés y Aarón,
24 De la tribu de Gad, contando los nom­ayudados por los doce jefes de Israel, uno
bres de todos los varones de veinte años de cada tribu. 45 Fueron contados según
para arriba, según sus familias y linajes, sus linajes y familias 46 y resultaron en total
" fueron alistados cuarenta y cinco mil seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

• 1.1¿Qué significa este censo de Israel, con de Y avé en marcha para conquistar la tierra pro­
sus numerosas repeticiones, y esta disposición metida. Ocupan el prim er lugar los hombres de
ordenada de los campamentos de las doce tribus? la tribu de Leví. o sea, los levitas, dedicados al
Es algo semejante a un juego escénico: Israel se culto: así entendemos que ese pueblo es un pue­
presenta com o un pueblo ordenado, los ejércitos blo «santo», consagrado a Dios.
NUMEROS 1
Mil
47 Los levitas no fueron contados ni según el censo, de cuarenta y cinco mil
alistados, 48 pues Yavé habló a Moisés y seiscientos cincuenta hombres.
le dijo: 49 «No contarás a los de la tribu 16 El total del campamento de Rubén
de Leví junto con los hijos de Israel, 50 si­ es, según el censo, de ciento cincuenl*
no que tú pondrás a los levitas al servi­ cuatro mil cu atrocien tos cincuenl*
cio y cuidado de la Morada del Testim o­ ombres; éstos marcharán en sequndOi
nio, de todos sus utensilios y de todo lugar.
cuanto le pertenece. Ellos llevarán la
17 Partirá entonces la Tienda de las Cita*,
Morada y todos sus utensilios, servirán
y el campamento de los levitas estará
en ella y acam parán en torno a ella.
medio de los demás campamentos. En oí
Cuando la Morada haya de trasladarse,
mismo orden que llegaron partirán, cadi
los levitas la desarmarán; cuando tenga
uno por el lado que le corresponda y balo
que pararse, ellos la montarán. Cualquier su propia bandera.
extraño que se acerque, será castigado
de muerte. 18 A l occidente acampará la tribu di
Efraím, por cuerpos de ejército. Elisamo,
j2 Los hijos de Israel acamparán cada
hijo de Ammiud, será el jefe de los hijos do
uno en su campamento y bajo su bandera,
Efraím. 19 Su ejército es, según el censo, do
por cuerpos de ejército, 33 mientras que los
cuarenta mil quinientos hombres.
levitas acamparán alrededor de la Morada
del Testimonio, y cuidarán de ella, para 20 Junto a él estará la tribu de Manasés,
que así no venga la cólera contra la comu­ su jefe será Gamaliel, hijo de Pedasur.2' Su
nidad de los hijos de Israel.» ejército es, según el censo, de treinta y do*
mil doscientos hombres.
54 Los hijos de Israel lo hicieron tal como
se lo había mandado Yavé a Moisés. 22 Luego estará la tribu de Benjamín, cu­
yo jefe es Abidam, hijo de Guedeoní. 23 Su
ejército es, según el censo, de treinta y cin­
Los «Ejércitos de Israel» co mil cuatrocientos hombres
' Yavé dijo a Moisés y a Aarón: 2 «Los 24 El total del campamento de Efraím
hijos de Israel acamparán cada uno es, según el censo, de ciento ocho mil
bajo su bandera, bajo las enseñas de sus cien hombres; éstos marcharán en tercer
familias, en torno a la Tienda de las Citas lugar.
divinas, y frente a ella. 25 Al norte, la tribu de Dan bajo su ban­
3 La tribu de Judá acampará hacia el dera y con sus diversos cuerpos de ejér-
oriente, por donde sale el sol, con su ban­ cito. El jefe será Abiezer, hijo de Amml-
dera y los diversos cuerpos de su ejército. sadday. 26 Su ejército es, según el censo,
Najasón, hijo de Aminadab, será el jefe de de sesenta y dos mil setecientos hom­
los hijos de Judá. 4 Su ejército es, según el bres.
censo, de setenta y cuatro mil seiscientos 27 Junto a él acampará la tribu de Aser, r
hombres. cuyo jefe será Paguiel, hijo de Ocrón. 28 Su
Junto a él acampará la tribu de Isacar: ejercito es, según el censo, de cuarenta y
Natanel, hijo de Suar, será el jefe de los hi­ un mil quinientos hombres.
jos de Isacar. 6 Su ejército es, según el cen­ 29 Luego estará la tribu de Neftalí; Ajira, ¡
so, de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos hijo de Enan, será el jefe. 30 Su ejército es,
hombres. según el censo, de cincuenta y tres mil ¡
7 Luego estará la tribu de Zabulón: Eliab, cuatrocientos hombres.
hijo de Jelón, será el jefe de los hijos de 31 El total del campamento de Dan es,
Zabulón. 8 Su ejército es, según el censo, según el censo, de ciento cincuenta y sie­
de cincuenta y siete mil cuatrocientos te mil seiscientos hombres. Estos mar­
hombres. charán en retaguardia, cada uno bajo su
9 El total del campamento de Judá es, bandera.
según el censo, de ciento ochenta y seis 32 Estos fueron los hijos de Israel conta­
mil cuatrocientos hombres; éstos marcha­ dos según sus familias paternas. El total
rán a la vanguardia. de los nombres alistados para la guerra
10 Al sur acampará la tribu de Rubén, con en los diversos campamentos y reparti­
sus cuerpos de ejército. El jefe será Elisur, dos en diferentes cuerpos de ejército era
hijo de Sedeur. 13 Su ejército es, según el de seiscientos tres mil quinientos cin­
censo, de cuarenta y seis mil quinientos cuenta.
hombres.
33 Pero los de la tribu de Leví no fueron |
12 Junto a él acampará la tribu de Si­ alistados como los demás, pues así se lo
meón; Selumiel, hijo de Surisadday, será el había mandado Yavé a Moisés.
jefe de los hijos de Simeón. 13 Su ejército 34 Los hijos de Israel hicieron todo, tal
es, según el censo, de cincuenta y nueve como Yavé lo había ordenado a Moisés: así
mil trescientos hombres.
acampaban y así emprendían la marcha, ,
'4 Luego estará la tribu de Gad, cuyo jefe cada uno con su tribu, bajo su bandera y
será Elysaf, hijo de Duel. 15 Su ejército es, con los de su familia.
|4U NCIMEROS 3
11
i . 1 ¡bu de Leví lias y por clanes: alistarás a todo varón de
un mes para arriba.» '6Moisés los alistó se­
iil* ' Estos son los descendientes de Aa- gún la orden de Yavé, tal como se lo había
l*J rón y de Moisés en el tiempo que Ya- mandado. '7 Los nombres de los hijos de
• habló a Moisés en el monte Sinaí. 2 Es- Leví son: Guersón, Quehat y Merarí.
>■•■■i non los nombres de los hijos de Aarón: 18 Estos son los nombres de los hijos de
Nwlnb, el primogénito; Abinú, Eleazar e Guersón, por familias: Libní y Semeí. 19Los
iMiiuir. 3 Estos son los nombres de los hi- hijos de Quehat, por familias: Amram, Yis-
M de Aarón que fueron ungidos sacerdo­ har, Hebrón y Clziel. 20Los hijos de Merarí,
tal y que fueron consagrados para ejercer por clanes: Majlí y Musí. Estos son los cla­
■ i uncerdocio. 4 Nadab y Abihú murieron nes de Leví y sus familias paternas.
I*Imite de Yavé cuando ofrecieron a Yavé 21 De Guersón procedían la familia libnita
•n luego profano, en el desierto del Sinaí, y la familia semeíta: ésas son las familias
I <orno no tenían hijos, Eleazar e Itamar guersonitas . 22Los varones de un mes para
Cmion los que ejercieron el sacerdocio jun- arriba, eran siete mil quinientos. 23 Las fa­
Itn on su padre Aarón. milias de los guersonitas acam paban de­
* Yavé dijo a Moisés: 6 «Manda que se trás de la Morada, al poniente. 2i El jefe de
ii <i<]uen los de la tribu de Leví. Estarán al la casa de G uersón era Eliasaf, hijo de
•mvicio de Aarón, el sacerdote, 7 y com- Sael. 25 Los hijos de Guersón estaban en­
I niIIrán la responsabilidad de Aarón y de cargados de la tienda, de su toldo y de la
|iiiln la comunidad en todo lo referente a la cortina de entrada a la Tienda de las Citas,
lli nda de las Citas; estarán a cargo del 26del cortinaje del atrio y de la cortina de
-• ivicio de la Morada. 8Los Levitas cuida- entrada al atrio que rodea la Morada, del
iAn de todos los utensilios de la Tienda de altar y de las cuerdas necesarias para todo
Mi Citas, de todo lo que ha sido encargado su servicio.
a los hijos de Israel: estarán a cargo del 27 De Quehat procedían la familia amra-
mi vicio de la Morada. 9 Darás los levitas a mita, la yisharita, la hebronita y la uzielita:
Aarón y a sus hijos en concepto de «dona- ésas son las familias quehatitas . 28Contan­
!•••••: son tomados de entre los hijos de Is- do todos los varones ae un mes para arri­
wnl y le son donados. 10Pero reservarás a ba, eran ocho mil seiscientos al servicio
Anión y sus hijos las funciones sacerdota- del santuario. 29 Las fam ilias quehatitas
Im El que no sea levita y se acerque, mo- acampaban al lado meridional de la Mora­
ilin.» da. 30El jefe de la familia quehatita era Eli-
11 Yavé dijo a Moisés: 12 «He elegido a los safán, hijo de üziel.
Invitas de entre los demás hijos de Israel, 31 A su cargo estaban el Arca, la mesa, el
•n lugar de todos los primogénitos de Is- candelabro, Tos altares, los objetos sagra­
inH, de los que abren el seno materno: los dos que se usan en el culto, el velo y todo
i »vitas serán, pues, para mí. 13 Porque to- su servicio. 32 El jefe de los levitas era
ln primogénito me pertenece desde el día Eleazar, hijo del sacerdote Aarón. Ejercía
• n que hice morir a todos los primogénitos la supervisión de todos los que guardaban
Ir Egipto; entonces consagré para mí a to­ el Santuario.
llón los primogénitos de Israel; tanto de 33 De Merarí procedían la familia majlita
hombre como de ganado son para mí: ¡Yo y la musita: ésas eran las familias merari-
•oy Yavé!» tas. 34 Contando todos los varones de un
" Yavé dijo a Moisés en el desierto de Si- mes para arriba, eran seis mil doscientos.
nol: 15 «Alista a los hijos de Leví por fami- 35 El jefe de la familia merarita era Suriel,

• 3.1 Los capítulos 3, 4 y 8 se refieren a los Josías es cuando se hizo una diferencia entre los
HMrdotes y levitas. mismos levitas. Los de grado más alto fueron lla­
I u tiempos d e Abraham, cada jefe de familia mados sacerdotes, y los de grado inferior, levitas
••ni «sacerdote» d e su prop io grupo: él mismo sa- (ver 2 R e 22,8). Los que volvieron a Jerusalén
•iillcaba (G én 1 5 ,1 0 ), cum plía ritos sagrados por orden de Josías, con prohibición de celebrar
( ( » n 28,18) y bendecía de parte d e D ios (Gén en el Tem plo, fueron posiblemente los primeros
17.27). «levitas» de rango inferior, mientras el clero de
Posiblemente Moisés estableció hombres en­ Jerusalén veía confirmados sus privilegios. Ellos,
melados d e celebrar el culto y de enseñar las le- «sacerdotes» del T em p lo, form aron en adelante
de Y avé a Israel. Fue destinado a esta misión una casta superior, y para diferenciarlos dentro
•I urupo llamado tribu de Leví, que al com ienzo de la misma tribu de Leví, fueron considerados
>rn tal vez una tribu de guerreros. En el asunto descendientes de A a rón , herm ano d e Moisés.
Mttl Becerro de O ro fueron ellos los que se pusie- El libro de los Números atribuye a Moisés mis­
iim de parte de Moisés, restableciendo la situa- m o, de manera ficticia, toda esa organización.
■ion. Los jefes de familia, sin embargo, siguieron Los levitas representan a los prim ogénitos de
•illclando sin leyes ni control (ver Jueces 17). Israel que Y avé había salvado en la primera pas­
David y Salom ón crearon el clero judío: en cua, cuando morían los prim ogénitos de Egipto.
«•li'lante, solamente los hombres de la tribu de Y a que fueron salvados por Y avé, le pertenecen
i i’ví serían sacerdotes. Quizá en la reform a de en adelante.
NCIMEROS 3 1311
hijo de Abiiayil. Acampaban al lado sep­ los levitas en lugar de su ganado; así los li
tentrional de la Morada. 36 A los hijos de vitas serán míos: ¡Yo soy Yavé!
Merarí Ies estaba encomendado el cuidado 46 Pero has de rescatar los doscientos
de los tablones de la Morada , 37de sus tra­ tenta y tres primogénitos que exceden di
vesanos, columnas y bases, de todos sus número de los levitas ; 47 toma, pues, cinco
utensilios; y de las columnas que rodea­ sidos por cabeza, en sidos del santuarll
ban el atrio con sus basas, clavos y cuer­ a razón de veinte granos por sido. 481«
das. plata se la entregaras a Aarón y a sus hijoi
38Al este, frente a la Morada, delante de como rescate de los que sobrepasan el nu
la Tienda de las Citas hacia oriente, acam ­ mero.»
paban Moisés y Aarón con sus hijos, que 49 Moisés tomó la plata del rescate de
estaban encargados del Santuario en nom­ que sobraban después de rescatar a lo
bre de los hijos de Israel. Cualquier laico otros con los levitas. 50Esta plata que pidkV
que se acercara, sería muerto. a los primogénitos de Israel era de mil tre»
39El total de los levitas, de todos los va­ cientos sesenta y cinco sidos, en sidos cfl
rones de un mes para arriba era de veinti­ Santuario; 51 Moisés la entregó a Aarón y #
dós mil; Moisés y Aarón los habían regis­ sus hijos según Yavé le había ordenado,
trado por familias, siguiendo la orden de
Yavé.
40Entonces Yavé dijo a Moisés: «Registra Las familias de los levitas:
a todos los primogénitos varones de los hi­ los quehatitas
jos de Israel, de un mes para arriba, y ano­
ta su número. 41 Luego, toma a los levitas [4 ]* 1 Yavé dijo a M oisés y a Aaróni
para mí, Yavé, en lugar de todos los pri­ 1—1 2 «Dentro de los levitas, haz el cen®
mogénitos de íos israelitas; y toma el ga­ de los hijos de Quehat, por clanes y fami­
nado de los levitas en lugar de todos Tos lias, 3 de todos los de más de treinta añol
primogénitos del ganado de los hijos de Is­ hasta los cincuenta, aptos para entrar al
rael.» servicio de la Tienda de las Citas.
42 Moisés registró, según le había orde­ 4 Este será el servicio de los hijos di
nado Yavé, a todos los primogénitos de los Quehat en la Tienda de las Citas, y es un
hijos de Israel, 43y el total de los primogé­ servicio muy santo . 5Cuando se levante ||
nitos varones, contando los hombres des­ campamento, Aarón y sus hijos descolgal
de la edad de un mes para arriba, según el rán la cortina y cubrirán con ella el Arel
censo, resultó ser veintidós mil doscientos del Testimonio. 6 Pondrán sobre ella una
setenta y tres. cubierta de cuero fino y extenderán encl*
44Entonces Yavé dijo a Moisés: 45«Toma ma un paño todo de púrpura; luego li
a los levitas en lugar de todos los primogé­ pondrán las varas.
nitos de los hijos de Israel, y el ganado de 7 Sobre la mesa de los panes ofrecidQp

• 4 .1 En Israel, todos los varones de la tribu a jas antiguas creencias. Así, en un régim en d|
de Leví eran destinados al culto, y cada clan de cristiandad, la Iglesia pasó a ser lo que había 0
dicha tribu estaba destinado a un determ inado d o el antiguo Israel: un pueblo religioso anima
servicio. Es lo que enseña el presente censo de la d o por una red invisible de creyentes. Las c f l
tribu de Leví. Los levitas, consagrados al servicio m unidades cristianas crecían en núm ero y f l
de Dios para toda su vida, recordaban con su so­ culto en las iglesias reem plazaba las reunión®
la presencia que la misión d e Israel era el servicio en las casas particulares. Esto m ism o prepatfl
divino. ba el terreno para ministerios más acaparad®
Ese clero de Israel existía tal cual en tiempos res; la nu eva situación o b lig ó a v o lv e r a Ini
de Cristo. P ero desde el principio, la Iglesia na­ perspectivas del A n tigu o Testam ento. En adí
ciente se desprendió de esa visión de las cosas: lante se iba a necesitar «sacerdotes» y un «clerd
en adelante para ella-ya no habrá más templo, ya para guiar a los «fieles», a los que «sólo estaba®
no habrá más una «Casa de Dios» en m edio de bautizados» y quien es m uchas ve ce s no iban
las casas de los hombres (Jn 2,19 ; A p 21.22): más allá de la religiosidad popular.
Jesús es el Nuevo T em p lo en el que reside la ple­ Habrá que esperar hasta el siglo X X para que
nitud de la divinidad (Col 2,9). La Iglesia por tan­ sea revalorizado el bautismo. S e comenzará en
to ya no necesita de un clero que asegure el ser­ tonces a com prender que la Iglesia necesita n f l
vicio del T e m p lo, ni necesita más de «levitas». nisterios, p ero que no todos los ministerios supo-
Necesita, eso sí, «ministros» que por sus diferen­ nen la p erten en cia a un c le ro d e célibes, d#
tes servicios aseguren el crecim iento de todo el hombres reclutados desde su juventud y formad®
Cuerpo (Ef 4,11-12). de antemano en seminarios. Se eligirán a otros |
P ero la Iglesia se desarrolló a lo largo de los partir de los dones que hayan manifestado dentro
siglos: pueblos enteros se fueron adhiriendo a de la comunidad cristiana, y con la aprobación d»
la nueva religión a la siga d e su rey o d e sus esa comunidad.
p rín cip es. L a gran m a yo ría d e los hom b res 5.1 Echen del campamento. N o olvídeme®
siente la necesidad d e una religión, a pesar de que todo esto se escribió en forma figurada. I I
que tal vez no hayan com prendido el llam ado a cam pamento representa el lugar santo, el Tem
la fe. La m ayoría, pues, era cristiana sim ple­ pío. Es una manera d e decir quiénes no pueden
m ente porque el cristianismo había destronado entrar en el Tem plo.
151
NUMEROS 4
atenderán un paño de púrpura y pondrán de cuero fino que la cubre por encima y la
lobre ella las fuentes, copas, vasos y jarros cortina de la entrada de la Tienda de las
iIií libación, y el pan que está siempre en- Citas, 25 los cortinajes del atrio y la cortina
. Ima. 8Extenderán sobre ella un paño car­ de la entrada de la puerta anterior al atrio
mesí, que cubrirán con una cubierta de que rodea la Morada y el altar. También
i nero fino, y después le pondrán las varas. las cuerdas y todos los utensilios que usan
’ Tomarán entonces un paño de púrpura en su servicio. Todo lo que se necesita pa­
y cubrirán el candelabro del alum brado ra su trabajo. 27 Los hijos de Guersón pres­
ion sus lámparas, despabiladeras y ceni- tarán su servicio y desempeñarán sus fun­
i eros, y todos los vasos de aceite que se ciones y obligaciones a las órdenes de
utilizan en el servicio del candelabro. 10Lo Aarón y de sus hijos. 28 Este será el servi­
pondrán con todos sus utensilios en una cio de las familias guersonitas en la Tienda
i ubierta de cuero fino y lo colocarán sobre de las Citas, bajo las órdenes de ltamar, hi­
los angarillas. jo del sacerdote Aarón.
11 Sobre el altar de oro extenderán un pa­
ño de púrpura. Lo cubrirán con una cubier­
to de cuero fino, y le pondrán las varas. los meraritas
Tomarán luego todos los vasos que se 29 Harás el censo de los hijos de Merarí,
empleen en el servicio del Santuario, los por clanes y familias, 30 de todos los de
pondrán en un paño de púrpura, los cubri- treinta años hasta los cincuenta, aptos pa­
mn con una cubierta de cuero fino y los ra prestar servicio en la Tienda de las Ci­
i olocarán sobre las angarillas. tas. 31 Esto es lo que han de transportar y
11 Quitarán las cenizas del altar y exten- éste es el servicio que ellos prestarán en la
derán sobre él un paño escarlata. 14 Pon­ Tienda de las Citas: los tablones de la Mo­
drán encima todos los utensilios para su rada, sus travesaños, columnas y basas;
-mrvicio: los braseros, tenedores, palas y 32las columnas que rodean el atrio con sus
platos; extenderán sobre él una cubierta de basas, clavos y cuerdas: todos sus utensi­
«uero fino y le pondrán las varas. lios y todo lo necesario para su servicio.
15 Después que Aarón y sus hijos hayan Señalarán con nombre cada uno de los ob­
torminaao de envolver las cosas sagradas jetos que han de transportar.
urn todos los utensilios y puesto en mar- 33 Este es el servicio de los clanes mera­
cha el campamento, los nijos de Quehat se ritas. En todo lo referente al servicio de la
ocercarán para transportarlas; pero que no Tienda de las Citas, estarán a las órdenes
loquen lo que es sagrado, no sea que mue- de ltamar, hijo de Aarón.»
rnn. Este es el papel de los hijos de Quehat
rn la Tienda de las Citas.
16 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, es- Censo de los levitas
l.irá al cuidado del aceite del alumbrado, 34 Moisés, Aarón y los jefes de la comuni­
ilel incienso aromático, de los panes de dad hicieron el censo de los hijos de Que­
ofrenda perpetua y del óleo de unción; cui- hat, por clanes y familias, 35 de todos los
.hará de toda la Morada y de cuanto hay en de más de treinta años hasta los cincuenta,
••lia, sean cosas sagradas o sus utensilios.» aptos para prestar servicio en la Tienda de
17 Yavé dijo a Moisés y a Aarón: 18 «No las Citas. 36Fueron registrados por clanes:
dejen que los quehatitas mueran y desapa- eran dos mil setecientos treinta . 37 Así fue­
rezca su familia de entre los demás hijos ron registrados en las familias quehatitas
de Leví. 19Hagan con ellos de esta manera, todos los que tenían que servir en la Tien­
para que vivan y no m ueran cuando se da de las Litas. Los alistaron Moisés y Aa­
ncercan a las cosas muy sagradas. Aarón rón, según lo ordenado por Yavé.
Vsus hijos se adelantarán para poner a ca­ 38Se hizo el censo de los hijos de Guer­
da uno en su servicio y darle su carga, són, por clanes y familias, 39 de todos los
pero no entrarán, ni por un instante, a de treinta años hasta los cincuenta, aptos
ver las cosas sagradas; de lo contrario, para el servicio en la Tienda de las Citas.
morirán.» 40Fueron registrados por clanes y familias:
eran dos mil seiscientos treinta. 41 Así fue­
ron registrados los hijos de Guersón que
Los guersonitas
habían de servir en la Tienda de las Citas.
21 Yavé dijo a Moisés: 22 «Haz también el Los alistaron Moisés y Aarón según la or­
censo de los hijos de Guersón por familias den de Yavé.
y clanes. 23 Alistarás a los de treinta, años 42 Se hizo el censo de los clanes de los
para arriba hasta cincuenta, aptos para hijos de Merarí, por clanes y familias, 43de
prestar servicio en la Tienda de las Citas. todos los de treinta años para arriba hasta
24Estas serán las obligaciones de su ser­ los cincuenta, aptos para servir en la Tien­
vicio: 25llevarán las cortinas de la Morada y da de las Citas. 44 Fueron registrados por
de la Tienda de las Citas, el toldo y la capa clanes: eran tres mil doscientos . 45Los alis-
NUMEROS 4 192
taron Moisés y Aarón, según lo había orde­ sea, ofrenda para recordar y descubrir utV I
nado Yavé a Moisés. culpa.
46 El total de los levitas que Moisés, Aa­ 16 El sacerdote hará que se acerque
rón y los jefes de Israel registraron por cla­ mujer ante Yavé, 17tomará luego agua san­
nes y familias, 47 de todos los de treinta ta en un vaso de barro y, recogiendo polvo
años hasta los cincuenta aptos para servir y del suelo de la Morada, lo esparcirá en
transportar las cosas de la Tienda de las Ci­ agua. 18Así, puesta la mujer delante de Yo- I
tas 48fue, según el censo, de ocho mil qui­ ve, el sacerdote le descubrirá la cabeza y I
nientos ochenta . 49Por orden de Yavé cada pondrá en sus manos la ofrenda para r d l
uno fue registrado señalándole su servicio y cordar la culpa, m ientras que él mismo
lo que debía transportar. El censo se hizo tendrá en sus manos el agua de amargura
tal y como Yavé había mandado a Moisés. que trae la maldición.
19 Entonces el sacerdote pedirá a la muj
Leyes diversas que repita esta maldición: «Si nadie más qui I
1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Manda a los hi­ tu mando se ha acostado contigo y no te no»
jos de Israel que echen del cam pa­ descarriado con otro hombre, esta aguo
mento a todos los leprosos, a los que están inocencia.que20trae
amarga la maldición manifestara t¡p.
impuros por flujo seminal y a todos los que no es tu marido, ysitetehas
Pero has ido con otro quf
manchado tenien*
están im puros por haber tocado algún do relaciones con otro hombre... 1 Y el so
muerto. 3 Ya sean hombres o mujeres, los cerdote proseguirá con la fórmula 2de maldl
echarán fuera del campamento para que no ción: Que Yavé te convierta en maldición
lo hagan impuro, pues yo habito en medio abominación en medio de tu pueblo; que sow |I
de ustedes .»4Así lo hicieron los hijos de Is­
rael: los echaron fuera del campamento, tal marchiten tus senos y que se te hinche A I
com o Yavé lo había mandado a Moisés. vientre. ue traen
22 Entren en tus entrañas las aguai
la maldición, haciendo que se pu
5 Yavé dijo a Moisés: 6«Di a los hijos de Is­ ran tus muslos y reviente tu vientre.» Y la :
rael: El hombre o la mujer que cometa al­ mujer responderá: ¡Así sea, así sea!
gún pecado en perjuicio de otro, ofendiendo 2 3 Después, el sacerdote escribirá en u
a Yavé, será reo de delito . 7Confesará el pe­ hoja estas imprecaciones
cado que ha cometido y restituirá exacta­ agua amarga. 24Y dará a ybeber las lavará en el I
a la mujoi
mente el objeto del delito, añadirá una quin­ estas aguas que traen la maldición. 23El
ta parte m as y se la devolverá al que fue sacerdote tomará de manos de la mujer M
perjudicado.8Y si no hay personas a quien ofrenda por los celos, la llevará a la pro»
devolver la cosa, se la daran a Yavé. El cul­ sencia de Yavé y la pondrá sobre el altar,
pable se la dará al sacerdote, además del 25 Luego tom ara un puñado de la harini
carnero de reparación que se ofrece por él. ofrecida en sacrificio y la quemará sobre ||
9 Asimismo, la mejor parte de todas las
primicias que ofrecen los hijos de Israel altar; finalm ente, dará a beber el agua
pertenece al sacerdote. 10 Los sacrificios amarga a la mujer.
27 Si la mujer fue infiel a su marido y
que cada cual ofrece le pertenecen, a ex­ hizo impura, el agua que bebió se volver!
cepción de lo que entrega en m anos del amarga en ella, se le hinchará el vientre y
sacerdote.» se le marchitarán los senos y será mujflf
11 Yavé' dijo a Moisés: 12 «Habla a los hijos maldita en medio de su pueblo . 28Pero sili
de Israel respecto del caso siguiente. Un mujer no se hizo impura, sino que ha sido
hombre tiene una mujer que se porta mal y fiel, no sufrirá y podrá tener hijos.
lo engaña; 13otro hombre ha tenido relacio­ 29 Este es el rito de los celos, para cuand
nes con ellas en secreto y ella supo disimu­ una mujer peca con otro hombre y se hact»
lar este acto impuro de tal manera que nadie impura ; 30o para cuando a un hombre le en­
lo ha visto y no hay testigos. 14 Puede ser tren celos y se ponga celoso de su esposo,
que un espíritu de celos entre en el marido y Entonces llevará a su esposa en presencie
que tiene sospechas porque, de hecho, se de Yavé y el sacerdote cumplirá todos esto»
hizo impura. Pero también puede ser que un ritos. 31 Con esto el marido estará exento di
espíritu de celos le haya entrado y tenga culpa y ella pagará la pena de su pecado,«
sospechas, siendo que ella le ha sido fiel.
15 En estos casos, el hombre llevará a su
mujer ante el sacerdote y presentará por Los nazireos
ella la ofrenda correspondiente: una deci­
ma de medida de harina de cebada. No de­ 1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Di a los hijo»
rramará aceite sobre la ofrenda, ni le pon­ de Israel: Si un hombre o una mujci
drá incienso, pues es ofrenda de Celos, o se consagra a Yavé mediante el voto de

• 6 .1 L o s n a zire o s eran h o m b res qu e se tiv a m e n te . S a n són e ra n a zire o (Jue 13,51'^


c on sa gra b a n a D io s p o r un tie m p o o d e fin i- Juan B au tista lo fu e p o s ib le m e n te (v e r IB
iw NUMEROS 7
nozireato, 3 no beberá ni vino ni bebida al­ ces el nazireo se rapará su cabellera a la
bina que pueda embriagar, ni vinagre he- entrada de la Tienda de las Citas; tomará
i lio de vino o de otra bebida embriagante su cabellera de nazireo y la echará al fue­
•Malquiera, ni tampoco jugo alguno expri­ go que arde debajo del sacrificio de comu­
mido de uvas; no comerá uvas frescas ni nión. 19 En cuanto la espaldilla del carnero
pasas. esté cocida, el sacerdote la tomará; toma­
1 Todo el tiempo que sea nazireo, no co­ rá también un pan y una torta sin levadu­
mpra fruto alguno de la vid, desde los gra­ ra, y lo pondrá todo en manos del nazireo
nos hasta el hollejo. 5 Todo el tiempo de su que acaba de rapar su cabeza. 20 El sacer­
I onsagración como nazireo, no se pasará la dote lo mecerá todo delante de Yavé como
navaja por su cabeza; hasta que pasen los se hace con las ofrendas. Son cosas con­
tilos de su consagración, será persona con- sagradas y pertenecen al sacerdote, lo
»nqrada y se dejará crecer la cabellera. mismo que el pecho que fue mecido y el
' Durante el tiempo de su consagración no pemil que fue ofrecido. Hecho esto, el na­
<•• acercará a ningún cadáver, 7 aunque sea zireo ya podrá beber vino.
•le su padre o madre, de su hermano o her­ 21 Esta es la ley referente al nazireo que
mana; en pocas palabras, si a ésos les toca viene a presentar su ofrenda a Yavé con
morir, no se hará impuro por cuanto tiene ocasión de su voto, aparte de lo que sus
•mi su cabeza la consagración a su Dios. posibilidades le permitan. Si prometió algo
' l odo el tiempo de su voto está consagra- más al hacer su voto, lo cumplirá después
.lnaYavé. de cumplido lo previsto por la ley del nazi-
I Si alguien muere de repente junto a él, reato.»
v con esto su cabeza consagrada ha que­
dado impura, se rapará la cabeza el día 22 Yavé dijo también a M oisés:23 «Di
i|iie se purifique, y se la rapará otra vez al a Aarón y a sus hijos: Así bendecirán
n ptimo día. 30 El octavo día ofrecerá dos a los hijos de Israel. Dirán:
initolas o dos pichones al sacerdote a la
Mitrada de la Tienda de las Citas. 11 El sa-
i i-rdote ofrecerá uno en sacrificio por el • 24 “ ¡Yavé te bendiga y te guarde!
I'fcado y el otro en holocausto; así expiará 25 ¡Yavé haga resplandecer su ros­
por aquel hombre la impureza contraída a tro sobre ti y te m ire con buenos
i nusa del muerto. Consagrará de nuevo su ojos!
' nbeza el mismo día: 12 se consagrará a 26 ¡Yavé vuelva hacia ti su rostro y
Ynvé por toda la duración de su voto de te dé la paz.”
mizireo y ofrecerá un cordero de un año
i umo sacrificio por el delito. Los días ante- 27 Es así co m o ellos pondrán mi
|lores son nulos, pues su voto de nazireo Nom bre sobre los hijos de Israel, y
fin sido interrumpido. yo los bendeciré.»
II Esta es la ley referente a los nazireos.
< liando se cumpla el plazo de su consa­ 1 El día en que Moisés terminó la Mo­
gración, el nazireo será conducido a la en- rada, la ungió y la santificó con todo
íinda de la Tienda de las Citas 14 y presen- su mobiliario. Después de la consagración
lina su ofrenda a Yavé: un cordero de un del altar y de todos sus utensilios, Mos je ­
mío sin defecto en holocausto; una oveja fes de Israel, jefes de los clanes y de las tri­
de un año sin defecto en sacrificio por el bus que habían presidido el censo, hicieron
pecado; un carnero sin defecto como sa- una ofrenda. 3 Ofrecieron a Yavé seis ca­
II Ificio de comunión; 15 un canastillo de pa- rretas cubiertas y doce bueyes: una carreta
ijes ázimos de flor de harina amasada con por cada dos jefes y un buey por cada uno,
aceite, y tortas sin levadura untadas en y los presentaron delante cíe la Morada.
aceite con sus correspondientes oblaciones 4 Entonces Yavé habló a Moisés y le dijo:
V libaciones. 5 «Recibe todo esto de su mano para el ser­
16 El sacerdote presentará todo esto avicio de la Tienda de las Citas. Dáselo a los
Ynvé y ofrecerá el sacrificio por el pecado levitas, a cada uno según su servicio.»
y el holocausto. 17 Ofrecerá a Yavé el car­ 6 Moisés recibió las carretas y los bueyes y
buro del sacrificio de comunión junto con se los dio a los levitas: 7 dos carretas y
r*l canastillo de panes sin levadura y, lue- cuatro bueyes a los hijos de Guersón, para
t|u, hará la ofrenda y la libación. '8 Enton­ su trabajo; 8 cuatro carretas y ocho bueyes

1,15). T a m b ié n h a b ía n a z ir e o s e n t r e lo s bre los nazireos nos muestra cóm o ciertos cre­


n r im e r o s c r i s t i a n o s d e r a z a j u d í a ( H e yentes se consagraban a Dios.
!'1 ,2 3 ). V e r tam b ién el v o t o d e P a b lo (H e
í K, 18).
hn Israel no se conocían vocaciones religiosas • 24. Bendición de Moisés que usaba siempre
i umo existen ahora en la Iglesia, pero la ley so­ San Francisco de Asís.
MCIMEROS 7 154
a los hijos de Merarí, para el trabajo que para el holocausto; 34 un chivo para el sn
cumplían a las órdenes de Itamar, hijo del crificio por el pecado; 35 y para el sacrificio
sacerdote Aarón. 9 Pero no dio ni buey ni de comunión, dos bueyes, cinco carneroif
carreta a los hijos de Quehat, porque esta­ cinco machos cabríos y cinco corderos A
ban a cargo del servicio del santuario y lle­ un año. Esa fue la ofrenda de Elisur, hijo
vaban su carga al hombro. 10 Los jefes hi­ de Sedeur.
c ie ro n su o fren d a en es e día de la 36 El quinto día, Selumiel, hijo de Suri-
dedicación del altar, y presentaron su sadday, de la tribu de Simeón, hizo sil
ofrenda delante del altar que acababa de ofrenda. 37 Ofreció una fuente de plata d|
ser consagrado. " Y Yavé dijo a Moisés: ciento treinta sidos de peso, un platillo 0|
«Cada día uno de los jefes vendrá para ha­ plata de setenta sidos, en sidos del San
cer su ofrenda por la dedicación del altar.» tuario, ambos llenos con flor de harini
12 Najasón, hijo de Aminadab, de la tribu amasada con aceite, para la oblación;
de Juda, hizo su ofrenda el primer día. 13 38 una naveta de oro de diez sidos llena df
O freció una fuente de plata de ciento incienso; 39 un novillo, un carnero y un cor*
treinta sidos de peso, un platillo de plata dero de un año para el holocausto; 40 un
de setenta sidos, en sidos del Santuario, chivo para el sacrificio por el pecado; 4I7 M
ambos llenos de flor de harina amasada para el sacrificio de comunión, dos bueyeljl [
con aceite, para la oblación; 14 una naveta cinco carneros, cinco machos cabríos y
de oro de diez sidos, llena de incienso; cinco corderos de un año. Esa fue la ofren­
15 un novillo, un carnero, un cordero de un da de Selumiel, hijo de Surisadday.
año, para el holocausto; 16 un chivo para el 42 El día sexto, Elyasaf, hijo de Duel, tif­
sacrificio por el pecado; 17 y para el sacrifi­ ia tribu de Gad, hizo su ofrenda. 43 Ofreció
cio de comunión, dos bueyes, cinco car­ una fuente de plata de ciento treinta sidos,
neros, cinco machos cabríos y cinco cor­ un platillo de plata de setenta sidos, en si­
deros de un año. Esa fue la ofrenda de d o s del Santuario, ambos llenos con floi
Naiasón, hijo de Aminadab. de harina amasada con aceite para la obla'
'8 El segundo día, Natanael, hijo de Suar, ción; 44 una naveta de oro de diez sidos lio
de la tribu de Isacar, hizo su ofrenda. na de incienso; 45 un novillo, un carnero V
19 Ofreció en una fuente de plata de ciento un cordero de un año, para el holocausto)
treinta sidos de peso, un platillo de plata 46 un chivo para el sacrificio por el pecado;
de setenta sidos en sidos del Santuario, 47 y para ei sacrificio de comunión, dos
ambos llenos de flor de harina amasada bueyes, cinco carneros, cinco machos ca<|
con aceite, para la oblación; 20 una naveta bríos y cinco corderos de un año. Esa fue
de oro de diez sidos llena de incienso; 21 un la ofrenda de Elyasaf, hijo de Duel.
novillo, un carnero, un cordero de un año 48 El día séptimo, Elisama, hijo de Am
para el holocausto; 22 un chivo para el sa­ mihud, de la tribu de Efraím, hizo su ofren­
crificio por el pecado; 23 y para el sacrificio da. 49 Ofreció una fuente de plata de ciento
de comunión, dos bueyes, cinco carneros, treinta sidos, un platillo de setenta sicloi
cinco machos cabríos y cinco corderos de de peso, en sidos del Santuario, amboi
un año. Esa fue la ofrenda de Natanae!, hi­ llenos de flor de harina amasada con acei­
jo de Suar. te para la oblación; 50 una naveta de oro de
24 El tercer día, Eliab, hijo de Helón, de ladiez sidos de peso, llena de incienso; 51 un
tribu de Zabulón, hizo su ofrenda. 25 Ofreció novillo, un carnero y un cordero de un año
una fuente de plata de ciento treinta sidos para el holocausto; 52 un chivo para el sa­
de peso, un platillo de plata de setenta si­ crificio por el pecado, 53 y para el sacrificio
dos, en sidos del Santuario, ambos llenos de comunión, dos bueyes, cinco carneros
de flor de harina amasada con aceite para cinco machos cabríos y cinco corderos do
la oblación, 26 una naveta de oro de diez si­ un año. Esa fue la ofrenda de Elisama, hijo
dos llena de incienso; 27 un novillo, un car­ de Ammihud.
nero, un cordero de un año para el holo­ 54 El día octavo, Gamaliel, hijo de Peda-
causto; 28 un chivo para el sacrificio por el sur, de la tribu de Manasés, hizo su ofren­
pecado; 29 y para el sacrificio de comunión, da. 55 Ofreció una fuente de plata de ciento
dos bueyes, cinco carneros, cinco machos treinta sidos de peso, un platillo de plata
cabríos y cinco corderos de un año. Esa de setenta sidos, en sidos del Santuario,
fue la ofrenda de Eliab, hijo de Helón. ambos llenos de flor de harina amasada
30 E! cuarto día, Elisur, hijo de Sedeur, decon aceite para la oblación; 56 una naveta
la tribu de Rubén, hizo su ofrenda. 31 Ofre­ de oro de diez sidos de peso, llena de in­
ció una fuente de plata de ciento treinta si­ cienso; 57 un novillo, un carnero y un cor­
dos de peso, un platillo de plata de setenta dero de un año para el holocausto; 58 un
sidos de peso, en sidos def Santuario, am­
bos llenos de flor de harina amasada con
chivo para el sacrificio por el pecado; 59 y
para el sacrificio de comunión, dos bueyes,
aceite para la oblación; 32 una naveta de cinco carneros, cinco machos cabríos y
diez sidos de oro llena de incienso; 33 un cinco corderos de un año. Esa fue la ofren­
novillo, un carnero, un cordero de un año, da de Gamaliel, hijo de Pedasur.
IS5 NUMEROS 8

w El día nono, Abidam, hijo de Guedeoní, cada platillo de setenta sidos. Los sidos
•Ir la tribu de Benjamín, hizo su ofrenda. de plata de todos estos objetos eran en to­
1 Ofreció una fuente de plata de ciento tal dos mil cuatrocientos, en s id o s del
ncinta sidos de peso, un platillo de plata de Santuario. 86 Las navetas de oro eran doce,
.•lenta sidos, en sidos ael Santuario, am- llenas de incienso. Cada naveta era de diez
Ims llenos de flor de harina amasada con sidos, en sidos del santuario. Los sidos de
aceite para la oblación; 62 una naveta de oro oro de las navetas sumaban en total ciento
•Ir diez sidos, llena de incienso, 63 un novi­ veinte.
llo, un carnero, un cordero de un año para 87 El total del ganado: para el holocausto,
n| holocausto; 64 un chivo para el sacrificio doce novillos, aoce carneros, doce corde­
por el pecado; 65 y para el sacrificio de co­ ros de un año, con sus oblaciones corres­
munión, dos bueyes, cinco carneros, cinco pondientes; para el sacrificio por el peca­
mochos cabríos y cinco corderos de un do, doce chivos. 88 El total del ganado para
mío. Esa fue la ofrenda de Abidam, hijo de los sacrificios de comunión: veinticuatro
(luedeoní. novillos, sesenta carneros, sesenta machos
" El décimo día, Abiezer, hijo de Ammi- cabríos y sesenta corderos de un año. Es­
•uulday, de la tribu de Dan, hizo su ofrenda. tas fueron las ofrendas de la dedicación del
Ofreció una fuente de plata de ciento altar una vez que fue consagrado.
ucinta sidos de peso, un platillo de plata 89 Cuando Moisés entraba en la Tienda
■le setenta sidos de peso, en sidos del de las Citas para hablar con El, oía la voz
■ontuario, ambos llenos de flor de harina ue le hablaba de lo alto del Lugar del Per­
mnasada con a ceite para la oblación; ón que está sobre el Arca del Testimonio,
' una naveta de oro de diez sidos, llena de de entre los dos querubines. Entonces Moi­
incienso; 69 un novillo, un carnero, un cor- sés hablaba con El.
■Icio de un año para el holocausto; 70 un
. Iiivo para el sacrificio por el pecado; 71 y [o í 1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Di a Aarón:
pura el sacrificio de comunión, dos bueyes, L~J Cuando dispongas las lámparas, las
. Inco carneros, cinco machos cabríos y colocarás de manera que las siete lámparas
. luco corderos de un año. Esto fue lo que alumbren hacia la parte delantera del can­
..Ireció A biezer, hijo de Am m isadday. delabro.» 3 Así lo nizo Aarón: colocó las
' El día undécimo, Pagiel, hijo de Ocrón, lámparas en la parte delantera del candela­
•le la tribu de Aser, hizo su ofrenda. 73 Ofre- bro, tal como Yavé lo había mandado a
. lo una fuente de plata de ciento treinta si- Moisés. 4 Este candelabro era de oro maci­
. los de peso, un platillo de plata de setenta zo; desde el pie hasta las flores eran de oro
«lelos de peso, en sidos del Santuario, am­ macizo. Hicieron el candelabro según el
bos llenos de flor de harina amasada con modelo que Yavé había mostrado a Moisés.
Aceite, para la oblación; 74 una naveta de
oro de diez sidos llena de incienso; 75 un Los levitas son consagrados a Yavé
novillo, un carnero y un cordero de un año
pnra el holocausto; 76 un chivo para el sa- 5 Yavé dijo a Moisés: 6 «Aparta a los levi­
11IIicio por el pecado; 77 y para el sacrificio tas de entre los demás hijos de Israel y pu­
.I.* comunión, dos bueyes, cinco carneros, rifícalos. 7 Lo harás de la siguiente manera:
• loco machos cabríos y cinco corderos de los rociarás con agua bendita; se rasurarán
un año. Esa fue la ofrenda de Pagiel, hijo todo el cuerpo, se pondrán ropa limpia y
.le Ocrón. así quedarán purificados. 8 Tomarán luego
El día duodécimo, Aiirá, hijo de Enan, un novillo, con su correspondiente obla­
.1«- la tribu de Neftalí, nizo su ofrenda. ción de flor de harina amasada con aceite,
’ Ofreció una fuente de plata de ciento y tú tomarás otro novillo como sacrificio
iicinta sidos de peso, un platillo de plata por el pecado. 9 Mandarás que se acerquen
•Ir setenta sidos de peso, en sidos del los levitas a la Tienda de las Citas y convo­
'.nntuario, los dos llenos de flor de harina carás a toda la comunidad de los hijos de
nmasada en aceite para la oblación; 80 una Israel. 10 Harás que los levitas se acerquen
nnveta de oro de diez sidos de peso, llena a Yavé, y los hijos de Israel les impondrán
-le incienso; 81 un novillo, un carnero y un las manos.
• ordero de un año para el holocausto; 82 un 11 Entonces Aarón ofrecerá a los levitas,
■tuvo para el sacrificio por el pecado; y pa- com o se presenta una ofrenda mecida,
iA el sacrificio de comunión, á3 dos bueyes, pues son ellos los que estarán a cargo del
. Inco carneros, cinco machos cabríos y servicio de Yavé. 12 Los levitas impondrán
•Inco corderos de un año. Esa fue la ofren- sus manos sobre la cabeza de los novillos,
•ln de Ajirá, hijo de Enan. y tú sacrificarás el primero como sacrificio
or el pecado, y el otro en holocausto a
Esa fue la ofrenda de los iefes de Israel
m la dedicación del altar, el día en que fue ? avé: así harás la expiación por los levitas.
13 Pondrás luego a los levitas delante de
Minsagrado: doce fuentes de plata, doce
nlntillos de plata y doce navetas de oro. Aarón y de sus hijos y los presentarás co­
( !ada fuente era de ciento treinta sidos, y mo se presenta una ofrenda mecida. 14 De
NUMEROS 8
15(i
este modo los separarás de los hijos de Is­
humano, ¡qué lástima que no podamo*
rael, para que sean míos. 15 Desde ese mo­
presentar la ofrenda a Yavé cuando los hl
mento cuidarán del servicio en la Tienda
de las Citas. jos de Israel la están celebrando!» 8 Moisé»
les contestó: «Esperen que yo escuche lo
Los purificarás y los presentarás como
se presenta una ofrenda mecida, 16 porque qUoewm ? nda Yavé respecto a ustedes.-
Yave dijo a Moisés: 10 «Di a los hijos dr
me son consagrados: ellos son la parte de
Israel: Si uno de ustedes o de los deseen
^ue me Pa sido dada. y yo los he re­ dientes de ustedes está impuro por haboi
cibido a cambio de todos los primogénitos
tocado un cadáver, o está de viaje en tic
es decir de los que salen primeros del seno
materno en Israel. rra lejana, esto no le impedirá que celebre
la Pascua de Yavé. 11 La celebrará el din
17 Porque míos son todos los primogéni­ catorce del segundo mes al atardecer. Co
tos de los hijos de Israel, tanto de hombres
meran el cordero con panes ázimos y hier
como de ganado: los consagré a mí el día
bas amargas, 12 y no dejarán nada de él
que di muerte a todos los primoqénitos en
para el otro día ni le quebrarán hueso al
la tierra de Egipto. 18 Pero ahora ne escoqi-
guno. Observarán todas las ceremonias dr
do a los levitas en lugar de todos los primo- la Pascua.
aenitos de Israel. 19 Los he tomado de entre
los israelitas y se los he dado a Aarón y a M En cambio el que, encontrándose puro
y no estando de viaje deje de celebrar l|
sus hijos, para que sirvan en la Tienda de
Pascua, será eliminado de entre los suyos
as Citas y atraigan la misericordia sobre
los hijos de Israel. Si éstos se acercaran por no haber ofrecido a su tiempo la ofren
da de Yave. Así pagará la pena de su pi­
^ 62oSiSn-a - ente aJ Santuario morirían.» cado. r
Moisés y Aarón y toda la comunidad
de los hijos de Israel hicieron con los levi­ 14 Si un extranjero que vive entre usted
quiere celebrar la Pascua de Yavé, la cele­
tas conforme Yavé había mandado a Moi­
brara según los preceptos y costumbres di­
sés. Los levitas fueron purificados y se ta Pascua. El rito será el mismo para to
pusieron ropa limpia, y Aarón los presentó
dos, tanto para el extranjero como para us­
ante Yave como se presenta una ofrenda, y tedes. j
luego hizo la expiación por ellos para que
fueran purificados. 22 A partir de este mo­
mento los levitas se hicieron cargo del ser­
vicio en la Tienda de las Citas, a las órde­ Por medio de la nube Dios da la
nes de Aarón y sus hijos. Como Yavé lo señal de levantar el cam pam ento
había mandado a Moisés, así se hizo con
los levitas.
El día aue se erigió la Morada, o
...” Yavé dijo a Moisés: 24 .Esta ley tam- sea, la Tienda de las Declaraciones di­
bien se refiere a los levitas. Los de veinti­
cinco años para arriba servirán en la Tien­ vinas, la nube la cubrió. 16 Y desde la
da de las Cjtas. 25 Pero, cumplidos los hasta la mañana, se vio sobre líi
cincuenta años, dejarán de servir. 26 En Morada algo com o un resplandor de
adelante podrán ayudar a sus hermanos en fuego. Y fue siempre así: de día la cu­
la 1 lenda de las Citas, pero ya no tendrán bría la nube y, de noche, com o un
funciones. Asi harás con los levitas en lo resplandor de ruego.
que se refiere a sus funciones.»
1 Cuando la nube se levantaba por
encima de la Tienda, los hijos de Is­
En qué fecha celebrar la Pascua
rael levantaban el campamento, y en
[o ] 1 En el mes primero del segundo año el lugar donde se detenía la nube, allí
mL—J de la sa ida ut de i—Egipto,
yipiu, Yavé habló a
idve naDio acampaban de nuevo. 18 Los hijos de
Moisés, en el desierto ele Sinaí, y le dijo:
‘ «(.in
«Queo los
Ino hijos
küno de
J « Israel _1
I-- ---1 __ I ___"1 Igla^Pascua
celebren J Israel partían a la orden de Yavé, y
a su tiempo. 3 La celebrarán por la noche acam paban a la orden de Y avé; y
del día catorce de este mes, con todos sus quedaban acampados todo el tiempo
ritos y ceremonias.» 4 Moisés, pues, dijo a que la nube se detenía sobre la Tien­
los hijos de Israel que celebraran la Pascua da. Si la nube se detenía mucho
y ellos la celebraron el día catorce del tiempo, los hijos de Israel respetaban
mes, al atardecer, en el desierto del Sinaí la orden de Yavé y no partían. 20 Lo
eS? 1110 Yav^ .*? había ordenado a Moisés! mismo si la nube se detenía sólo al­
Pero sucedió que algunos hombres es­
taban impuros por haber tocado un cadá­ gunos días sobre la Morada: a la or­
ver humano y no pudieron celebrar la Pas­ den de Y avé levantaban el campa-
cua aquel día. Se presentaron a Moisés y m e n t o , y a la o r d e n d e Y a v é
Aarón el mismo día, 7 y les dijeron: «Esta­ acampaban.
mos impuros por haber tocado un cadáver 21 Si la Nube estaba sobre la Tien- i
157 NUMEROS 10
da sólo desde el anochecer hasta la Orden de marcha de los
mañana siguiente y por la mañana «Ejércitos de Israel»
se alzaba, ellos partían. Si estaba un " El día veinte del segundo mes del año
día y una noche y luego se elevaba, segundo se levantó la Nube de encima de
partían. 22 Si, en cambio, se detenía la Morada del Testimonio, 12 y los hijos de
Israel partieron del desierto de Sinaí cami­
sobre la Tienda dos días, o un mes o nando por etapas. La Nube se detuvo en el
un año, reposando sobre ella, los hi­ desierto de Parán.
jos de Israel se quedaban en el cam ­ 13 Partieron entonces por primera vez se­
p a m en to y no p a rtía n ; p e r o , en gún la orden de Yavé transmitida por Moi­
cuanto se elevaba la nube, ellos par­ sés. 14 La bandera del campamento de la tri­
tían. bu de Judá partió en primer lugar, por
cuerpos de ejército. 15 AI frente de la tropa
23 A la orden de Yavé partían y a su
de Judá iba Najasón, hijo de Aminadab; al
orden acampaban, observando la de­ frente de la tribu de los hijos de Isacar (en
cisión de Yavé, tal com o la daba a formación) Natanael, hijo de Suar; 16 al fren­
Moisés. te de la tribu de los hijos de Zabulón (en for­
mación) Eliab, hijo de Helón.
1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Hazte dos 17 Entonces fue desmontada la Morada y
trompetas de plata: las harás de pla­ partieron los hijos de Guersón y los de Me-
ta batida. Te servirán para convocar a la rarí, llevándola. 18 Partió luego la bandera
comunidad y para dar la señal de levantar del campamento de Rubén, por cuerpos de
el campamento. ejército. Al frente de la tropa de Rubén iba
3 Cuando suenen las dos, se reunirá junto □isur, hijo de Sedeur; 19 al frente de la tribu
a ti toda la comunidad, a la entrada de la de los hijos de Simeón (en formación) Sele-
Tienda de las Citas. 4 En cambio, si se toca miel, hijo de Surisaddav; 20 al frente de la
una sola, será para que los responsables, tribu de los hijos de Gad (en formación) El-
los jefes de mil, se reúnan contigo. yasaf, hijo de Duel. 21 Tras éstos caminaron
5 Cuando se toque con estrépito, partirán los quehatitas, llevando en hombros las co­
los que acampan al oriente. 8 Cuando se sas santas; así se armaba la Morada antes
toque con estrépito por segunda vez, parti­ de que ellos llegaran. 22 Partió luego la ban­
rán los que acampan al mediodía. Se toca­ dera del campamento de la tribu de Efraím
rá con estrépito para dar la señal de partir; por cuerpos de ejército; al frente de la tropa
7 en cambio cuando quieras congregar aí de Efraím iba Elisama, hijo de Ammiud.
pueblo, el sonido de las trompetas será 23 Al frente de los hijos de Manasés (en for­
sencillo y sin redoble. mación) Gamaliel, hijo de Pedasur; 24 al
8 Los sacerdotes, hijos de Aarón, tocarán frente de la tribu de los hijos de Benjamín
las trompetas: ésta es una ley para ustedes (en formación) Abidán, hijo de Guedeoní.
y para sus descendientes. 9 Cuando ya es­ 25 Luego, cerrando la marcha de todos
tén en su tierra y salgan a combatir al ene­ los campamentos, partió la bandera del
migo que les trae la guerra, ustedes toca­ campamento de los hijos de Dan, por cuer­
rán las trompetas con estrépito; así se pos de ejército. Al frente de la tropa de
acordará Yave, Dios de ustedes, y los libra­ Dan iba Abiezer, hijo de Amisadday; 26 al
rá de sus enemigos. frente de la tribu de los hijos-de Aser (en
10 En los días de alegría, en las fiestas formación)
y Pagiel, hijo de Ocrón; 27 al fren­
en las lunas nuevas, ustedes tocarán las te de la tribu de los hijos de Neftalí (en for­
trompetas durante el ofrecimiento de los mación) Ajirá, hijo de Enan.
holocaustos y sacrificios de comunión. Así 28 Este fue el orden de marcha de los hi­
harán que su Dios se acuerde de ustedes. jos de Israel repartidos en cuerpos de ejér­
Yo soy Yavé, Dios de ustedes.» cito. Y así partieron.

RECUERDOS DEL DESIERTO: PRIMERA PARTE


• 29 Moisés dijo a Jobab, hijo de Raguel le haría el bien a Israel.» 30 Jobab le res­
el madianita, su suegro: «Nosotros parti­ pondió: «No iré con ustedes sino que vol­
mos para el lugar que Yavé nos prometió veré a mi país donde mi familia. » 31 Moisés
que nos daría: ¡ven pues con nosotros! Te le replicó: «¡Por favor, no nos dejes. Tú co­
trataremos bien porque Yavé prometió que• noces los lugares donde tendremos que

• Aquí em pieza una serie d e tradiciones anti- rrientes estos relatos antiguos y reservamos la le­
guas que formarán lo esencial d e los capítulos tra cursiva para las partes que se deben a los sa-
11-14. En esta sección imprimimos en letras co- cerdotes redactores del libro de los Números.
NUMEROS 10
lMj
a c a m p a r e n e l d e s ie r to , tú s e r á s n u e s tro
10 Moisés oyó que el pueblo llor
o jo ! 32 S i v ie n e s c o n n o s o tr o s , te n d r á s tu
p a r te e n to d o s lo s f a v o r e s q u e D io s n o s
ba, cada familia a la entrada de su
h a g a .» tienda, mientras ardía la cólera de
Yavé. M oisés se a fectó m ucho poi
33 Saliendo de la montaña de Yavé, eso. 11 Le dijo a Yavé: «¿Por qué tra­
caminaron tres días, y durante esos tas tan mal a tu servidor? ¡No me ha»
tres días de marcha, el A rca de la hecho ningún favor al imponerme li
Alianza iba delante de ellos para ubi­ carga de todo este pueblo! 12*¿Soy yo
carles un lugar donde descansar. acaso quien lo dio a luz para que mr
34 La Nube de Y avé estaba encima digas: Llévalo en tu seno, com o l.i
de ellos durante el día, cuando le ­ nodriza lleva a su bebé, al país que
vantaban el campamento. 35 Cuando prometiste bajo juramento a nuestroll
el A rca partía, M oisés decía: «¡L e ­ padres?
vántate, Yavé! ¡Que se dispersen tus 13 Todo el pueblo viene a mí para
enemigos, que huyan ante ti los que decirm e: ¡Danos carne, queremos
te od ia n !»36 Y cuando se detenía, d e­ comerla! Pero, ¿de dónde voy a sa
cía: «¡Vuélvete Y avé a las miríadas car carne para dársela? 14* ¡No puedo
de Israel!» conducir solo a todo este pueblo, es
demasiado peso para mí! 5 Si así es
■ 1 El pueblo murmuró malva-
11
------ damente a los oídos de Yavé.
com o me quieres tratar, mejor máta­
me, te lo ruego; con eso m e harías
Yavé lo oyó y se enojó: se encendió un favor y me vería libre de esta des­
el fuego de Yavé contra el pueblo y gracia!» 36 Y avé le respondió a Moi­
devoro las primeras tiendas del cam ­ sés: «Júntame setenta ancianos d«
pamento. 2 Entonces el pueblo le su­ Israel, hombres de los que sabes que
plicó a Moisés. Moisés intercedió an­ son ancianos y escribas de su pue­
te Yavé y el fuego se apagó. 3 A ese blo, y llévalos a la Tienda de las Ci­
lugar se le dio el nombre de Tabera tas. Que se paren a tu lado. 17 Bajaré
porque se había encendido contra y hablaré contigo; luego tom aré de
ellos el fuego de Yavé. 4 El montón mi espíritu que está en ti y se lo pon­
de gente extraña que se encontraba dré a ellos. Llevarán contigo la carga
en medio de los Israelitas sólo pensa­ del pueblo y ya no tendrás que lle­
ba en comer, y hasta los mismos is­ varla solo.
raelitas se pusieron a quejarse. D e­
18 Dirás al pueblo: Santifíquense
cían: «¿Quién nos dara carne para
para mañana, comerán carne ya que
comer?» 3 ¡Cómo echamos de menos
vinieron a llorar a los oídos de Yavé.
el pescado que gratuitamente com ía­
Pues ustedes dijeron: ¿Quién nos da­
mos en Egipto, los pepinos, melones,
rá carne para comer? ¡Estábamos tan
puerros, cebollas y ajos. 6 Ahora te­
bien en Egipto! Yavé les dará carne y
nem os la garganta seca, y no hay
la com erán. 19 La com erán no sólo
nada, absolutamente nada más que
uno o dos, o siquiera cinco, diez o
ese maná en el horizonte!
veinte d ía s,20 sino todo un mes, hasta
7 E l m a n á e ra c o m o la s e m illa d e l c ila n ­ que les salga por las narices y sientan
tro, s e p a r e c ía a un m a n o jo d e m a lv a v is c o . asco de ella. Porque m enospreciaron«
L a g e n t e d el p u e b lo s e d is p e r s a b a p a ra a Yavé que está en medio de ustedes
r e c o g e r lo , lu e g o lo m o lía n e n tre d o s DÍe-
cuando vinieron a llorar ante él, di-
d ras o lo m a c h a c a b a n en un m o rte ro . D e s ­
p u é s lo c o c ía n en una o lla y h a cía n c o n él
ciéndole: ¿Por qué salimos de Egip­
to rtilla s. Su s a b o r e ra p a r e c id o al d e una to?» 21 Moisés dijo: «El pueblo al que
tortilla c o n a c e ite . 7 *9* P o r la n o c h e , a p e n a s pertenezco consta de seiscientos mil
c a ía e l r o c ío s o b r e e l c a m p a m e n t o , c a ía hombres de a pie, y tú dices: ¿¡Les
ta m b ié n el m a n á . voy a dar carne y la comerán todo un

* 11-1 En este capitulo se juntan dos tradiciones: Otra, sobre el don del «Espíritu de Yavé» a
Una referente a las codornices y al maná los ancianos, o sea, a los jefes de Israel.
parecida a la de Exodo 16.
NÜMEROS 12
mes!? 22 Si se mataran para ellos re- palabra: «¡Mi señor Moisés, prohíbe­
Imiios de ovejas y de bueyes, ¿ten­ selo!» 29 Pero M oisés le respondió:
ción bastante? Si se recogieran para «¿Así que te pones celoso por mí?
«IIijs todos los pescados del mar, ¿se- ¡Ojalá que todo el pueblo de Y avé
lln suficiente?» 23 Yavé le dijo a Moi- fuera profeta, que Yavé les diera a to­
<ns: «¡Así que la m ano de Y avé es dos su espíritu!» 30 Después de eso,
muy corta! Ahora verás si mi palabra Moisés regresó al campamento junto
Mcumple o no.» con los ancianos de Israel.

31 E m p e z ó a s o p la r un v ie n to : v e n ía d e
Viivé da su espíritu Y a v é . E l v ie n to v e n ía d e l m a r y arrastraba
c o d o r n ic e s , las q u e d is p e r s ó p o r el c a m p a ­
a los je fe s de Israel
m e n to y su s a lr e d e d o r e s h a sta un d ía d e
• 24Moisés salió y transmitió al pue- c a m in o . L a s h a b ía p o r t o d o e l d e rre d o r del
lilu las palabras de Yavé: Reunió a se- c a m p a m e n t o fo r m a n d o u n a c a p a d e d o s
c o d o s . 32 El p u e b lo s e le v a n tó , y to d a e sa
Imita hombres de entre los ancianos n o c h e y t o d o el d ía s ig u ie n te s e d e d ic ó a
,|nl pueblo, que se pusieron de pie al- r e c o g e r c o d o r n ic e s . El q u e m e n o s terne h a ­
mdedor de la Tienda. 25 Entonces Ya- bía ju n ta d o d iez g ra n d e s m ed id a s . Las p u ­
«• bajó en la nube y habló, luego to- s ie ro n a s e c a r a lr e d e d o r d e l c a m p a m e n to .
mó del espíritu que estaba en Moisés 33 P e ro aún tenían la c a rn e entre los d ien ­
y lo puso en los setenta hombres an- tes, y to d a v ía n o term in ab an d e m asticarla,
cu a n d o la c ó le ra d e Y a v é s e e n c e n d ió con tra
1 1,mos. Cuando el espíritu se posó so­ e l p u eb lo. Y a v é le a s e s tó a! p u e b lo un g o lp e
lac ellos, se pusieron a profetizar, pe­ tr e m e n d o .34 A e s e lu gar s e le d io el n o m b re
ni después no lo hicieron más. d e Q u ib rot-h a-taava, p o r q u e allí fu ero n e n te ­
Dos hombres se habían quedado rrad os los q u e se habían la n za d o c o m o h a m ­
oí el campamento, el primero se lla­ brien tos s ob re la c o m id a . 35 D e Q uib rot-h a-
maba Eldad y el otro, Medad; el espi­ ta a v a partió el p u eb lo p ara Jaserot.
lla se posó sobre ellos. Pertenecían
i los inscritos, pero no habían ido a
fu t ienda, y profetizaron en el cam ­ Miriam y Aarón se ponen celosos de
pamento. 22 Un muchacho corrió pa- Moisés
iii anunciárselo a Moisés: «Eldad y
Mudad están profetizando en el cam ­ • *1 Miriam y Aarón murmura-
pamento».
12
_____ ban contra Moisés porque ha­
Josué, hijo de Nun, servidor de bía tomado com o mujer a una Cuchi­
Moisés desde su juventud, tom ó la ta (del territorio de Cuch). 2 «¿Acaso

• 24. El primer conocimiento que los israelitas píritu se com unica a veces allí donde ellos no
lnuil'ron del Espíritu de Dios, lo sacaron de la ac- están o sin pedirles perm iso: éste será el caso
U c lón de los profetas. Estos eran hombres que d e C orn elio (H e 10) y d e Pab lo (H e 9).
«dlil.ín algo de los secretos de Dios, hombres a Ojalá que todo el pueblo fuera profeta... íes
UUlcnes D ios participaba algo de su sabiduría, diera a todos su espíritu (29) (ver J1 3,1 y H e
!lumbres que en ciertas ocasiones disponían de 2,17).
iiin\ fuerza irresistible. P or su actuación, los israeli-
Ui i ( imprendieron que Dios comunicaba su espíri-
• 1 2 .1 En el E vangelio, Jesús asegura que
lu i\ manera de un viento violento e imprevisto (en ninqún profeta es reconocido por su propia fami­
iMflfrco la misma palabra significa espíritu y vien- lia (ver M e 6,4). Miriam y Aarón, «hermanos» de
i..) Ver al respecto 1 Sam 10,1-13 y 19.18-24. M oisés, critican su actuación, y posiblem ente
I.nte relato nos enseña que son muy diversas
ellos tienen la razón. Pero es para ellos una ma­
l.tn actuaciones del Espíritu (ver 1 C or_12 y 14).
nera de igualarse a Moisés, y Dios intewiene pa­
I'lin cosa es decir y hacer cosas extrañas, hablar
ra defender a su profeta. L a respuesta d e Dios da
¡■i i lenguas, etc. Otra cosa, más importante, es e
linliei recibido el cargo de dirigir y de enseñar al a entender dos cosas:
Moisés ocupa un lugar especial en la revelación:
i.neblo de Dios. D e M oisés, representante de
él ha puesto las bases de la fe en Dios Liberador,
I n. i« (que no hablaba en lenguas ni profetizaba Justo. Santo y Misericordioso, que ningún proteta
mu frunces), el Espíritu se derrama sobre los ins- en adelante podrá cambiar. Más aún, los profetas
deberán ser reconocidos por las autoridades del
*' U suceso de Eldad y M edad muestra que no pueblo de Dios, que son los sucesores de Moisés.
•Ivmpre Dios com unica su espíritu a través de
Y le hablo cara a cara (8). V er el comentario
lie. i únales oficiales. B ien es cierto que Eldad y
Mi'ilud estaban en la lista, p e ro no estaban de Ex 33.18.
Moisés era un hombre muy humilde: signo
{mito ,» Moisés. Así. p u es,'las autoridades del
distintivo del que ha encontrado a Dios.
innji|<> de Dios no deberán extrañarse si el Es­
NUMEROS 12
160
Yavé, decían, sólo hablará por medio biera escupido en la cara, habría te­
de Moisés? ¿N o habló también por nido que esconderse de vergüenza
nuestro intermedio? Y Y avé lo oyó. durante siete días. Que sea pues ex­
3 Ahora bien, Moisés era un hombre cluida del ca m p a m en to por siete
muy humilde. N o había nadie más días, después de lo cual se reintegra­
humilde que él en la faz de la tierra. rá.» 15 Miriam quedó pues fuera del
4 De repente Yavé les dijo a Moisés, campamento por siete días, y mien­
Aarón y Miriam: «¡Salgan los tres del tras ella no regresara el pueblo no se
campamento y vayan a la Tienda de m ovió. 16 Entonces el pueblo partió
las C itas!» Salieron pues los tres. de Jaserot y acam pó en el desierto
5 Entonces Yavé bajó en la columna de Parán.
de nube y se puso a la entrada de la
Tienda. Llamo a Aarón y a Miriam, Moisés envía espías para explorar
quienes se acercaron. 6 Yavé les dijo la tierra prometida
entonces: «Oigan bien mis palabras:
Si hay en m ed io de ustedes un r i 3 l u Yaü¿ dijo a M oisés:2 «Envía hom>
profeta h— y rej> adelante para que exploren esa
tierra de Canaán que uoy a darles a los is­
m e manifiesto a él por m edio de raelitas. Cada tribu elija como representan
visiones te a uno de susjefes.»
v sólo le hablo en sueños. 3 Moisés los enuió pues desde el desier
Pero no ocurre lo mismo con mi de Parán según la orden de Yaué. Todos
servidor Moisés; esos hombres eran jefes de Israel. 4 Estos
le he confiado toda mi Casa eran sus nombres: Por la tribu de Rubén,
Chamma, hijo de Zacur;5por la tribu de Si-
8 y le hablo cara a cara. meón, Chafat, hijo de H urí;6por la tribu de
Es una visión clara, no son eniq- duda, Caleb, hijo de Jefoné; 1 por la tribu
mas; de Isacar Igal, hijo de José;e por la tribu de
él contem pla la im agen de Yavé. Efraim, Oseas, hijo de H u n ;9por la tribu de
¿Cómo, pues, no tienen miedo de Benjamín, Palti, hijo de R a fu ;10por la tribu
hablar en contra de mi servidor, en de Zabulón, Gadiel, hijo de Sodi; 11 por la
tribu de José, por la estirpe de Manasés, I
contra de Moisés?» Gadi, h j o de Susi; 12 p or la tribu de Dan, ■
9 La cólera de Y avé se encendió Ammiel, hijo de Gemali; 13 por la tribu de
contra ellos, y se retiró. 10 Cuando se Aser, Setur hijo de Micael; por la tribu de
disipó la nube que estaba encima de Neftah, Hahah, hijo de Vafsi; '5 por la tribu
la Tienda, Miriam había contraído la de Gad, Geuel, hijo de Maqui.
lepra: su piel estaba blanca com o la • 16 Estos son los nom bres de los
nieve. ¡Aarón se volvió hacia ella y hombres que Moisés mandó para que
se dio cuenta de que estaba leprosa! ex p lo ra ra n la tierra de Canaán (a
Aarón le dijo entonces a Moisés: Osea, Moisés le dio el nombre de Jo­
«Te lo suplico, Señor, no nos hagas sué).
pagar este pecado, esta locura de la Moisés los mandó pues a explo­
que estábamos poseídos. 12 Que no rar la tierra de Canaán. Les dijo: «Su­
sea com o el aborto cuyo cuerpo ya ban por el Negueb, luego pasen a la
está m edio destrozado cuando sale montaña. 18 Miren bien cóm o es esa
del vientre de su madre». 13 Entonces tierra y qué tipo de gente vive allí; si
Moisés le suplicó a Yavé: «¡Por favor, es fuerte o débil, escasa o numerosa, *
detente! ¡Sánala!» 14 Pero Yavé le res­ Observen cóm o es ese país donde
pondió a Moisés: «Si su padre la hu­ viven, si es bueno o malo. Cóm o son

• 1 3 .1 6 La tierra prometida a los hebreos se La Biblia nos pinta en este lugar uno de los gran­
llama en este tiem po Canaán y la ocupan los ca-
des pecados de Israel, igual que en Ex 32. A Israel
naneos. Más tarde se llamará Israel, por ser los
no se le habna hecho muy difícil creer en Yavé si El
israelitas sus dueños. S e llamará también Palesti­
no les hubiera impuesto una conquista que les daba
na. esta tierra la veían en sueños com o un paraí­
miedo. Asimismo, hoy son muchísimos los cristia­
so. Cortaron un sarmiento con un racimo de nos que se sienten llenos de fervor espiritual, pero
uva que transportaron con un palo entre dos. Es­ se asustan cuando la Iglesia les pide emprender la
te detalle fabuloso expresa la tierra hermosa «que
mana leche y miel». obra de ordenar su vida y de poner justicia en todas
las esteras del mundo actual.
NUMEROS 14
161

las ciudades donde viven: ¿son cam ­ muraba contra M oisés. «Subam os,
pamentos o ciudades fortificadas? 20 les dijo, y conqu istem os ese país,
fíjense en cóm o es la tierra, si es ri­ que somos capaces de más.» 31 Pero
ca o pobre, si hay o no árboles. Y no los hombres que habían subido junto
tengan m iedo en traernos algunos con él le replicaron: «N o podem os
productos del país». Porque era la es­ atacar a ese pueblo porque es dem a­
tación de las primeras uvas. siado poderoso para nosotros.» 32 Y
se pusieron a desacreditar la tierra
21 Partieron pues a explorar ese país
que habían visitado. Les decían a los
desde el desierto de Sin hasta Rehob,
Israelitas: «La tierra que hem os e x ­
,i la entrada de Emat. 22 Subieron por
plorado es una tierra que devora a
el Negueb y llegaron a Hebrón, don­
de se encontraban Ahimán, Chechai sus habitantes. Los hombres que allí
viven son muy altos. 33 Si hasta v i­
y Talmai, de la raza de los anaquim.
mos gigantes. A su lado teníamos la
I lebrón había sido fundada siete años
impresión de que éramos langostas y
antes que la ciu dad de Ta n is, en
Egipto. 23 Llegaron al valle de Escol, asi nos veían ellos.»
donde cortaron un sarmiento con un
racimo de uva que transportaron en La rebelión del pueblo en Cadés
un palo entre dos, junto con grana­
Toda la comunidad se puso
das e higos. 21 Ese lugar se llamó el
valle del Racimo, por el racimo que
14
___ a lanzar aritos lastimeros, y el
habían cortado allí los israelitas. pueblo pasó toda la noche llorando.
2 Los israelitas se enojaron con Moisés
" 25 A i cabo de cuarenta días volvie­
y Aarón y toda la comunidad les dijo:
ron de su inspección a ese país. 26 A
«¿Por que no morimos mejor en Egip­
su regreso se presentaron a Moisés,
to? ¿Por qué no morimos m ejor en el
Aarón y a toda la com unidad de los
desierto? 3 ¿Por qué Yavé nos lleva a
israelitas, en Cades, en el desierto de
esa tierra? ¿Para que allí nos maten a
Paran. Dieron cuenta de su recorrido espada y para que nuestras mujeres y
unte toda la comunidad y les mostra­
nuestros niños sean esclavos? ¿No se­
ron los productos del país. ría mejor para nosotros volver a Egip­
27 Esto fue lo que contaron: «Entra­ to?» 4 Y se decían unos a otros: «Elijá­
mos al país a donde nos enviaron. monos un jefe y volvamos a Egipto.»
(Realmente es una tierra que mana
leche y miel: ¡aquí están sus produc­ 3 M oisés y A a ró n se ech aron de
tos! 28 Pero el pueblo que vive en ese bruces al suelo en presencia de toda
país es muy poderoso. Las ciudades la com unidad de los israelitas. 6 Jo­
son muy grandes y fortificadas, he­ sué, hijo de Nun, u Caleb, hijo de Je-
mos visto incluso a los descendientes foné, que habían formado parte de los
de E n ac.29 Los amalecitas viven en el espías, rasgaron sus ropas. ' Luego se
Neguev; los hititas, jebuseos y am ó­ dirigieron a toda la comunidad de los
lleos viven en la montaña; los cana- israelitas: «¡El país p o r donde hemos
neos están instalados en la costa del pasado y que exploramos es bueno!
inar y en las riberas del Jordán». ¡Es una tierra excelenteIa Si Yavé nos
30 Caleb calmó al pueblo que mur­ favorece, nos llevará a ese país y nos

• 1 4 .1 Tenem os a la vista experiencias bien Perdona, pues, el pecado de este pueblo


parecidas a esta rebelión. El m iedo es un mal (19). Otra vez aparece Moisés en su papel de in­
con sejero y vu elve v io le n to s a los cobardes. tercesor. Pues aprendió de Yahvé que Dios es ri­
Los mediocres matan a los profetas para con­ co en bondad y lleno de misericordia.
servar su tranquilidad o para volver atras, «a la Dios perdona. Esto no im pide que el pueblo
esclavitud de Egipto». Sin embargo, Dios socorre deba pagar el precio de sus errores. La rebelión
al que por orden suya se enfrenta a la muche­ de Cadés y la derrota que la sigue son presenta­
dos com o la causa de la larga permanencia de
dumbre. los hebreos en el desierto. De hecho pasaron un
¿Hasta cuándo van a tener poca confianza
en mí? (11) Un pueblo de Dios paralizado por tiem po muy largo, cuarenta años en los alrede­
sus temores y que desconfía de las promesas de dores de Cadés. La palabra es dura: todos los
Dios. «H om b res d e p oca fe », dirá Jesús a sus que se negaron a participar en la conquista m o­
rirán a las puertas de la Tierra Prometida.
npóstoles.
NUMEROS 14
H»;
dara esa tierra que m ana lec h e y desgracia caerá sobre esa gente. Por
miel. Pero no se rebelen contra Ya- que vieron mi Gloria y mis maravl
ve! No teman a la población de esa Has, vieron lo que hice en Egipto y
tierra, porque nos la servirem os en en el desierto, y a pesar de eso me
bandeja. No tienen esperanza porque tentaron más de diez veces y no me
Yave está con nosotros. No les ten­ escucharon. 23 Por eso no verán l|
gan miedo.»
tierra que prometí a sus padres con
. La com unidad entera hablaba de juramento; ninguno de los que mi
tirarles piedras, pero apareció la Glo­ menospreciaron la verá. 24 Pero a mi
ria de Yaué en la Tienda de las Citas servidor Caleb lo haré entrar a esa
ante los israelitas. tierra a la que ya entró, y se la dar<‘<
'! Y a v é d ijo a M o is é s : «¿ H a sta a su posteridad, porque tuvo un es­
cuando m e va a seguir m en ospre­ píritu distinto y m e siguió sin vaci­
ciando este pueblo? ¿Hasta cuándo ar. ’ Ahora, com o los amalecitas y
va a tener poca confianza en mí des- los cananeos ocupan el valle, den
pues de todos los prodigios que he mañana media vuelta y partan para
hecho en medio de el? 12Quiero man­ el desierto, cam ino del m ar de loi
darles la peste y exterminarlos; luego Juncos.»
haré salir de ti una nación más gran­
de y más poderosa que él.» 26 Yavé dijo a Moisés u a Aarón: 27 «¿Hat
ta cuando esta comunidad malvada y esta
13 Moisés le dijo a Yavé: «Los egip ­ aente van a seguir murmurando contra mí)
cios saben muy bien con qué fuerza ro rq u e he oído las m urm uraciones, las
hiciste salir a este pueblo a e en m e­ quejas de los israelitas en mi contra.28 DI
dio de ellos. 14 Se lo han contado a les: Tan cierto como que Yaué es uiuo que
los habitan tes d e e s te país. Esta les voy a tomar la palabra, y así como uslc•
des acaban de decirlo a mis oídos,29sus ca-
gente sabe que tú estás en medio de daueres caerán en este desierto. Ustedes
tu pueblo, tu Yavé que se le apare­ lo han ido toda la vida murmurando contra
ciste cara a cara, tú Yavé que estás mi: pues bien, todos los que fueron censa­
en m edio de ellos en la nube, que dos de los veinte años para arriba,30 no en
caminas delante de ellos en una c o ­ traran en la tierra que ju ré darles. Sólo ha­
lumna de nube de día y en una c o ­ brá una excep ción para Caleb, h ijo de
Jefone y para Josué, hijo de Nun. 1
lumna de fuego de noche. 15 ¿Y aho­ Quienes entrarán serán sus nietos, de
ra quieres que muera este pueblo los que decían que serían reducidos a la
com o un solo hombre? esclavitud; ellos conocerán la tierra que
Pero en ton ces las naciones que ustedes menospreciaron. 32 Los cadáveretl
oyeron hablar de ti van a decir: 16 Ya­ de ustedes caerán en el desierto, 33 u sus
hijos serán nómadas en el desierto duran-
vé no fue capaz de llevar a ese pue­
te cuarenta años. Cargarán con el peso de
blo a la tierra que había jurado dar­ la infidelidad de ustedes hasta que el de­
les, por eso es que los m ató en el sierto haya acogido a la totalidad de sus
desierto. 17 ¡Demuestra más bien tu cadáveres.
fuerza, mi Señor! Tú has dicho muy 34 Ustedes emplearon cuarenta días en re­
bien: Y avé es paciente y rico en correr el país; pues bien, cada día equival­
drá a un año. Cargarán con el peso de su
m isericordia. Soportas la falta y el
pecado durante cuarenta años u sabrán lo
pecado, pero no dejas pasar la falta, que es mi cólera.35A sí es como trataré a es­
porque el peca d o de los padres lo ta comunidad malvada que se ha confabu•*'
castigas en los hijos, en los nietos y lado contra mí. Yo Yavé lo digo: en el de­
en los bisnietos. 13.Perdona pues el sierto desaparecerán, allí morirán.»
pecado de este pueblo con esa gran Esos hombres a los que Moisés había
misericordia y esa paciencia que has enviado para que exploraran la tierra u que,
a su regreso, habían alzado a toda la comu-
tenido para con él, desde su salida didad en contra de él hablando m al del
de Egipto hasta el día de hoy.» país,37 esos hombres que habían criticado a
. j° ^avé respondió: «Ya que tú m e lo
pides, lo voy a perdonar. 21 Pero tan
cierto c o m o que y o viv o y que la - y Caleb, hijo de Jefoné, fueron los úni­
cos que sobrevivieron de todos los que ha­
Cjlona de Yavé llena la tierra 22 que la bían ido a explorar el país.
l()3 NUMEROS 15

Cuando Moisés transmitió a los israelitas enemigos. 43 Los amalecitas y los cananeos
indo eso, el pueblo quedó consternado. están frente a ustedes y perecerán a espada
" Muy temprano decidieron subir la monta- porque se han apartado de Yavé, y Yavé nos
ili, pues decían: «¡Hemos pecado! Tenemos los acompañará.»44 Pero ellos insistieron en
i¡ue subir a ese lugar que Yavé nos prome­ subir a la cumbre de la montaña, si bien el
lló.» 41 Pero Moisés les dijo: «¿Quieren deso­ Arca de la Alianza y Moisés permanecieron
bedecer de nuevo las órdenes de Yavé?42No en el campamento.45 Pero los amalecitas y
tendrán éxito, porque Yavé no está con uste­ los cananeos bajaron de sus montañas, los
des; no se expongan pues a los golpes de los derrotaron y los persiguieron hasta Jorma.

MAS LEYES
1 Yavé dijo a Moisés 2 para que se viva con ustedes: seguirá esta norma
lo repitiera a los Israelitas: Esto se­ igual que ustedes cuando ofrezca a Yavé
rá para cuando hayan llegad o al país un sacrificio por el fuego de agradable
donde van a vivir, el país que les daré. olor, y esto será de generación en gene­
I Entonces le ofrecerán a Yavé sacrificios ración.
por el fuego, holocaustos o sacrificios de 15 La norma será la misma para toda la
comunión, le ofrecerán sacrificios de comunidad, tanto para ustedes com o
agradable olor, de ganado mayor o m e­ para el extranjero que vive con ustedes:
nor, con ocasión de un voto o de una será una ley perpetua para sus descen­
liesta, o como ofrendas voluntarias. 4 El dientes. Yavé no hará diferencias entre
que ofrezca un sacrificio a Yavé presen- el extranjero y ustedes. 16 Habrá sólo una
lará una ofrenda de un décimo de flor de ley y una norma tanto para ustedes co­
harina amasada con un cuarto de medi­ mo para el extranjero que vive con uste­
da de aceite, 5 y un cuarto de medida de des.
vino para la libación; añadirás esto al ho­
locausto o al sacrificio de cada cordero. • 17 Yavé dijo a Moisés: 18 «Diles esto a
II Si es un chivo, la ofrenda será de dos los israelitas: Cuando hayan llegado al
décimos de flor de harina amasada con país a donde los llevo, 19 y estén ya co­
un tercio de medida de aceite, 7 y un ter­ miendo del pan de esa tierra, separarán
cio de medida de vino para la libación. una parte para Yavé. 20 Reservarán una
Ese será un sacrificio de agradable olor torta que pondrán aparte, como primicia
para Yavé. por la masa, igual como lo hacen cuando
8 Cuando ofrezcas en sacrificio un novi­dejan aparte una porción de la cosecha en
llo, ya sea como holocausto, ya sea como la era.21 Le darán una parte a Yavé de ge­
sacrificio de comunión o para cumplir un neración en generación; serán las primi­
voto o com o ofrenda pacífica a Yavé, cias de la masa de ustedes.
'presentarás, además del novillo, una 22 Supongan que alguien haya pecado
ofrenda de tres medidas de flor de harina por error no obedeciendo a todas las ór­
amasada con media medida de aceite, 10y denes que Yavé le dio a Moisés; 23 (a to­
ofrecerás media medida de vino para la li­ das esas órdenes que Yavé dio para que
bación. Ese será un sacrificio por el fuego se observaran en el transcurso del tiempo,
de agradable olor para Yavé. y que entregó por boca de Moisés). zi Si
" Tendrán que seguir esta norma por alguien hizo algo por inadvertencia y la
cada toro, por cada chivo, por cada cor­ comunidad no se dio cuenta de ello, en­
dero o por cada cabrito. 12 Esto será para tonces toda la comunidad presentará a
cada una de las víctimas, no importando Yavé como sacrificio un novillo, para un
su número. 13 Toda persona nacida en el holocausto de agradable olor, con una
país observará esta norma cuando ofrez­ oblación y una libación como lo prevé la
ca a Yavé un sacrificio por el fuego de norma. En seguida presentará un chivo
agradable olor. 14 Lo mismo vale para el para la expiación.25 El sacerdote hará en­
extranjero y para cualquier persona que tonces la expiación por toda la comunidad

• 1 5 .1 En los capítulos 15-19 encontramos vita o al p o b r e la p rim e ra p arte, lo que es


de nuevo leyes y costumbres d e Israel.• o fre ce rla a Dios.
37. El hilo de color púrpura violeta se podría
asemejar a las insignias que mucha gente hoy lle­
• 17. L a invitación a o fr e c e r las prim icias va. Signo exterior que vale en la medida en que
del pan, o sea, los p rim eros panes d e la c o ­ corresponde a una disposición interior. Jesús se
secha. El p u e b lo d e D io s será p u e b lo bien conform ó con esta prescripción (Mt 9,20), pero
educado y cortés, que no c o m e sin dar gra­ critica a los que llevan grandes flecos para apa­
cias ni se sirve p rim ero , sino que o fr e c e al le­ rentar (Mt 23,5).
NUMEROS 15 164

de los israelitas y quedará perdonada. Coré reivindica los privilegios


Pues habían actuado sin darse cuenta, y
por su falta presentaron una ofrenda, un
de Aarón. Datan y Abirón
sacrificio por el fuego en honor de Yavé, se rebelan contra Moisés
así como también un sacrificio expiatorio
delante de Yavé. 26 De esta manera queda­ ' ' Coré, hijo de Isar, hijo de
rá perdonada tanto la comunidad de los
Quehat, hijo de Leví u tam­
israelitas como el extranjero que vive en
medio de ellos, ya que el pueblo pecó por bién Datan y Abirón, hijos de Etiab, y
inadvertencia. On, hijo de Pelet, de la tribu de Ru
27 Si una persona peca sin darse cuenta, bén, 2 se rebelaron contra Moisés,
ofrecerá como reparación una cabrita de Les siguieron doscientos cincuenta
un año. 28 El sacerdote hará la expiación israelitas, todos jefes de la comuni­
ante Yavé por esa persona, y gracias a esa dad, miembros del consejo y perso­
expiación, quedará perdonada. 29 Ya sea
que se trate de un israelita o de un extran­ n ajes co n o cid o s. 3 S e amotinaron !
jero que viva con ustedes, la ley será la con tra M o isés y A arón y dijeron: I
misma por el pecado por inadvertencia. «Basta ya, ¿acaso no están consagra­
30 Pero si alguien, israelita o extranjero,dos todos los miembros de la comu­
peca conscientemente, como con eso in­ nidad? ¿Y no está Yavé en medio de
sulta a Yavé, será eliminado de su pueblo. nosotros? ¿ Por qué entonces se cre­
31 Si desprecia la palabra de Yavé y viola su
mandamiento, tendrá que ser eliminado, en ustedes superiores a la comuni
llevando consigo el peso de su pecado.» dad de Yavé?»
1 Al oír eso, Moisés se echó de bru- I
Castigo para el que trabaja ces al suelo. 5 Luego, dirigiéndose a
un día sabado Coré y a toda su banda, les dijo: «Ma­
32 Cuando los israelitas estaban en el de­ ñana temprano Yavé dará a conocer
sierto, vieron a un hombre recogiendo leña quién es suyo y quién le está consa­
un día sábado. 33 Los que lo encontraron grado y puede acercarse a él. El mis­
recogiendo leña lo llevaron a Moisés, a mo hará que se aproxime el que eligió.
Aarón y a toda la comunidad. 34 Lo deja­
ron preso mientras tanto, porque no se sa­
6 Así que mañana tomen sus incensa- í
bía lo que se haría con él. 35 Entonces Ya­ rios, tu Coré y toda tu banda; y al lle­
vé dijo a Moisés: «A ese hombre hay que gar ante Yavé 7 les pondrán fuego y
darle muerte. Toda la comunidad le lanza­ luego les echarán incienso. Aquel a
rá piedras fuera del campamento. » 36 Toda quien Yavé designe, ése será el consa­
la comunidad lo llevó fuera del campa­ grado. ¡Se han pasado, hijos de Leví!»
mento y le dieron muerte lanzándole pie­
dras. Murió tal como Yavé se lo había or­ 8 M oisés le dijo a C oré: «¡Oigan
denado a Moisés. bien, hijos de Leví! 9 ¿Les parece po­
37 Yavé dijo a Moisés: 38 «Dirás esto a losco que el Dios de Israel los haya se­
israelitas: Háganse flecos en los bordes de parado de la comunidad de los israe- >
sus vestidos, y esto de generación en ge­
litas, y que los haya hecho acercarse
neración. Pongan en los flecos un hilo de
púrpura violeta. 39 Así será sus flecos y a El para que sirvan en la Morada de
cuando los vean, se acordarán de todos los Yavé y así aseguren el culto en nom­
mandamientos de Yavé. De esta manera bre de la comunidad? ,0 Les permitió
los pondrán en práctica y no seguirán las que se le acercaran a ti y a tus her­
malas inclinaciones de su corazón o de sus manos, los hijos de Leví, y ¿todavía
ojos que los arrastran a la infidelidad. 40 De
reclaman el sacerdocio? " Esto es el
ese modo se acordarán de todos mis man­
damientos, los pondrán en práctica y serán colm o, pues tú y tu banda se han
santos delante de su Dios: 41 Yo soy Yavé a m otin a do contra Y a v é. Y Aarón,
su Dios, yo los hice salir de Egipto para ser ¿qué tienen en su contra para que
su Dios. ¡Yo soy Yavé su Dios!» murmuren de él?» -

• 1 6 .1 Todo el pueblo es sagrado uYavé es­ -— En el primero, el levita C oré reclamaba pa-
tá en medio de él (3). Es verdacC pero D ios esco­ ra sí los privilegios de los sacerdotes, hijos de Aa­
ge y llama a los que confía una misión particular rón, y lo devoró el fuego del cielo, junto con sus
en su pueblo, com o más tarde lo recordará el au­ doscientos partidarios.
tor de la carta a los Hebreos. — En el segundo, Datán y Abirón, de la tribu
Esta página se escribió mezclando dos relatos de Rubén, se rebelaban contra Moisés, hasta que
diferentes: la tierra los tragó.
Ill1) NUMEROS 17

Moisés mandó buscar a Datan y uan a m orir debido a sus pecados.»


Miirón, hijos de Eliab. Pero ellos res­ 21 Se apartaron entonces (de las tien­
i d i e r o n : «¡No iremos! 13 ¿Te parece das de Coré, Datán y Abirón;) m ien­
rneo habernos sacado de una tierra tras tanto Datán y Abirón habían sali­
i/iie manaba leche y m iel para hacer­ do a la entrada de su tienda ju n t o
nos morir en este desierto? ¿Y tú quie- con sus mujeres, sus hijos y sus pe-
na hacer de jefe? 11 ¿Piensas qu e nos queñuelos.
llnjlste a una tierra que mana leche y
miel? ¡S i ni siquiera nos has dado • 28 Moisés dijo: «Ahora sabrán que
i ,impos ni viñas! ¿Crees que toda esa Yavé me envió para que realice toaos
¡/unte está ciega? ¡N o iremos, pues!" esos prodigios y que eso no viene de
I! Moisés se enojó m u ch o y dijo a m í. 28 S i esos n o m b re s m ueren de
V,iué: «N o mires su ofrenda, no les he m u e rte na tural y corren la m ism a
¡Hitado nada, ni siquiera un burro, ni suerte qu e cualqu iera, es señal de
h he hecho daño a ninguno de ellos.« que Yavé no m e e n v ió .30 Pero si Yavé
" Moisés dijo a Coré: «Tú y toda tu hace un milagro, si la tierra se abre
Imnda preséntense mañana ante Yavé, en un gran tram o para tragárselos
Imito con Aarón. 17 Que cada uno to­ ju n to con todo lo que tienen, si des­
me su incensario y le ponga incienso, cienden vivos al Lugar de los m uer­
luego cada uno hará sus incensacio­ tos, entonces sabrán qu e esos h om ­
nes en presencia de Yavé (¡doscientos bres despreciaron a Yavé.»
, Incuenta incensarios!). Tú y Aarón 37 A ú n n o term ina ba de hablar,
tendrán cada uno su incensario.» cuando la tierra se abrió a sus pies.
Tom ó pues cada uno su incensa- 32 Se abrió una garganta u se los tra-
tlo, le puso fuego e incienso y se pre­ ó con toda su familia (a todos los
mió a la entrada de la Tienda de las ombres de la banda de Coré) ju n to
i lias, ju n to co n M o isés y A a ró n . con todo lo qu e les pertenecía. 33 Ba­
1Como Coré sublevara a toda la c o ­ ja ro n vivos al L u ga r de los muertos,
munidad contra ellos a la entrada de ju n to con todos los que estaban con
In Tienda de las Citas, se manifestó ellos. La tierra los tapó y , desapare­
le Gloria de Yavé a toda la comuni- cieron de la vista de la comunidad.
,l,id.20 Entonces dijo Yavé a Moisés y 34 Todos los israelitas que estaban en
A.irón: 21 «Apártense de esta comuni­ los alrededores salieron huyendo y
dad porque fa voy a exterminar en to­ decían: «¡No vaya a tragamos tam ­
do el cam pam ento.»22 Ellos se pusie­ bién la tierra/»
ron con el rostro en tierra y dijeron: 35 Entonces brotó un fuego de Dios
•¡Oh Dios, Dios de los espíritus de to­ que devoró a los doscientos cincuen­
jos los hombres! Si un solo hombre ta hombres que ofrecían el incienso.
luí pecado, ¿vas a enojarte con toda
l.i comunidad?» ' *
1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Comunícale
' Yavé le respondió a M oisés:34 «Dí- esto al sacerdote Eleazar, hijo de
¡,inle a la com unidad que se aleje de Aarón: Saca los incensarlos de entre las
lis tiendas de Coré, Datan y A birón.« cenizas y arroja lejos el fuego que había en
' Moisés fue entonces donde Datan ellos, porque están consagrados. 3 Los in­
censarios de esos hombres que pecaron y
il Abirón; los ancianos de Israel lo si­ que murieron te servirán para hacer las
guieron. 26 Se dirigió a la comunidad: placas para revestir el altar. Esos incensa­
•¡Apártense de tas tiendas de esos rios son santos porque estuvieron en con­
hombres perversos! N o toquen nada tacto con Yavé. Serán una señal para los
•Ir lo que les pertenece, porque si no israelitas.»

• 28. Comparar con Jn 5 ,1 9 y 5,36. to de los Levitas, no tiene tierra en Israel. Y sin em­
bargo su ramo seco e improductivo es el que flore­
• 1 7 .1 Varios prodigios muestran lá autoridad ce. Esta leyenda será conservada en la tradición bi­
llg Aarón. la eficacia d e su oración, p or ser el sa- zantina y aplicada a san José: según la leyenda, el
hecho de que su ramo hubiera florecido hizo que se
«rdote elegido por Dios.
l a varilla de Aarón había florecido. Aarón es lo eligiera entre doce pretendientes com o el esposo
,,|lepreserrtante de los sacerdotes que, com o el res- de María, la Virgen fecunda.
NUMEROS 17 16t>

4 El sacerdote Eleazar tomó entonces losllevada por su jefe, o sea, en total doce vn
incensarios de cobre que pertenecieron a rillas. La varilla de Aarón estaba junto con
los que habían sido quemados e hizo con las demás. 22Moisés depositó esas varillm
ellos placas para revestir el altar. 5 Allí es­ delante de Yavé en la Tienda del Testimo ¡
tán para recordarles a los israelitas que nio. 23Al día siguiente, cuando Moisés a i I
cualquiera que no pertenezca a la raza de tró en la Tienda del Testimonio, la varillo
Aarón no puede acercarse para hacer in­ de la tribu de Leví presentada por Aarón
censaciones a Yavé. De lo contrario, corre­ había florecido: le habían aparecido yo ¡
rá la misma suerte que Coré y su banda a mas, había botones de flores y las almerv
los que Yavé se lo había advertido por me­ dras habían madurado. 24Moisés retiró ero I
dio ae Moisés. tonces todas las demás varillas de In
presencia de Yavé y se las mostró a los Ix
Lo que puede la oración del sacerdote raelitas. Estos las vieron y cada uno reco
gió la suya.
6 Al día siguiente, toda la comunidad de 25 Yave dijo entonces a Moisés: «Vuelve
los israelitas se puso a murmurar contra poner la varilla de Aarón delante del Tesll
Moisés y Aarón: «¡Ustedes, decían, son los monio; allí permanecerá como una adver’
que han dado muerte al pueblo de Yavé!» tencia para los rebeldes. Así alejarás de mi
7 Mientras la comunidad se amotinaba con­ sus murmuraciones y no morirán.» 26Mol
tra Moisés y Aarón, estos se dirigieron a la sés hizo como Yavé se lo había ordenado,
Tienda de las Citas: la nube la había cu­
bierto y apareció la Gloria de Yavé.
8 Entonces Moisés y Aarón se acercaron Sacerdotes para el pueblo
a la Tienda 9 y Yavé le dijo a Moisés: 10 «¡Re­ 27 Los israelitas le dijeron a Moisés: «¡No*
tírate de en medio de esta comunidad, por­ morimos, estamos perdidos. Nos estamol
que la voy a exterminar en el campamento!» muriendo todos!28Porque cualquiera que »
Ellos cayeron con el rostro en tierra. 11 Moi­ acerque a la Morada ae Yave muere. ¿Va
sés le dijo entonces a Aarón: «Toma tu in­ mos pues a perecer todos así?»
censario, pon en él fuego del altar, échale
luego incienso y corre hacia la comunidad 1Yavé dijo a Aarón: «Tú, tus hijos y
con tu incensario. Harás la expiación por tu tribu contigo, serán responsabll¡
ellos, porque se ha desencadenado la cólera del Santuario. Tú y tus hijos contigo, ten
de Yavé y ha comenzado el castigo.» drán la responsabilidad del sacerdocio
12 Aarón hizo como Moisés se lo había2También harás que participen en el culli
dicho, y corrió hacia la comunidad. El fla­ los levitas: son tus hermanos, de la tribu <j|
gelo ya estaba azotando al pueblo. Aarón tu padre. Te ayudarán y te asistirán cuan
puso el incienso e hizo la expiación por el do tú y tus hijos tengan que servir en li
pueblo; 13 se paró en medio ae los muertos Tienda del Testimonio. 3 Serán socios j|
y de los vivos, y el flagelo se detuvo. 14 Los ustedes en todo el servicio de la Tienda
que murieron víctimas del castigo llegaron pero no se aproximarán a los objetos si
a la cifra de catorce mil setecientos, sin grados, ni al altar, pues de lo contrario seré
contar a los que habían muerto por culpa la muerte para ellos y ustedes.
de Coré. 15 Cuando Aarón vo lvió donde 4Los acompañarán a ustedes en el serví
Moisés, a la entrada de la Tienda de las Ci­ ció de la Tienda de las Citas, en todo lo que
tas, el flagelo había cesado. concierne al servicio de la Tienda, pero nllV
gún profano se unirá a ustedes. 5 Usted*
La rama de Aarón asegurarán el servicio del Santuario y el di
altar. De ese modo no se desencadena!!
16 sobre los israelitas la cólera de Dios.
Yavé dijo a Moisés: 17 «Diles a los israe­
litas que te traigan una varilla por tribu, 6 Yo mismo escogí a sus hermanos
una varilla por cada uno de los jefes de tri­ Levitas de en medio de los israelitas par*
bu. Serán pues doce varillas; y tú escribi­ dárselos. Son donados de Dios para serví'
rás en la varilla respectiva el nombre de en la Tienda de las Citas. 7Tú, y tus hijo»
cada uno. 18 En la varilla de Leví escribirás contigo, desempeñarán su ministerio n
el nombre de Aarón, porque sólo habrá todo fo que se refiere al altar y a lo que pfl
una varilla por tribu. 19 Las depositarás en sa detrás de la cortina. Ustedes asegurará
la Tienda delante del Testimonio, allí don­ su servicio y ese sacerdocio es un don qui
de los cito a ustedes, 20 y aquel cuya varilla les hago; el extraño que quisiere meter*
florezca, ese será el que he elegido. Así en eso, morirá.»
acabaré con todas esas quejas de los is­
raelitas contra mí —me refiero a las quejas L o s derech os de lo s s a cerd o te s
contra ustedes.»
21 Moisés transmitió esas palabras a los 8Yavé dijo a Aarón: «Te doy la parte qui
israelitas y cada uno de los jefes le dio una se reserva para mí de todas las ofrendas $
varilla. Cada tribu tenía su varilla, que era los israelitas. Te la doy debido a la conl
167 NUMEROS 19
Oración que recibieron tú y tus hijos: es en medio de los israelitas. 21 A los hijos de
una ley perpetua. 9 Esto es lo que te co­ Leví les doy como herencia todos los diez­
rresponderá de todo lo que se ofrece o se mos de Israel, a cambio del servicio que
consagra: todas las ofrendas, es decir, to­ presten, es decir, del servicio de la Tienda
das las oblaciones, todos los sacrificios por de las Citas.
II pecado y todos los sacrificios de repara- 22 Los israelitas no se acercarán a la Tien­
don que se ofrezcan, todo eso será cosa da so pena de cometer una falta grave.
nontísima y será para ti y para tus hijos. 23 Los levitas son quienes asegurarán el ser­
III Lo comerás en un lugar santísimo. Cual- vicio de la Tienda de las Citas y cargarán
i|iiier varón lo podrá comer; la considéra­ con la falta si existiese: es una regla perpe­
las como una cosa santa. tua de generación en generación. Por eso
11 Tuyo será también lo que se reserva no tendrán heredad entre los israelitas. 24 El
de las ofrendas de los israelitas, de cual­ diezmo que los israelitas separan en honor
quier ofrenda mecida; te lo doy a ti, a tus de Yavé, se lo doy a los levitas como parte
hijos y a tus hijas como ley perpetua. Cual­ de su herencia. Por eso les he dicho que no
quiera que esté puro en tu casa, lo podrá tendrán heredad entre los israelitas.»
comer. '2 Te doy además las primicias que 25 Yavé dijo a Moisés: 26 «Transmitirás es­
los israelitas presentan a Yavé, lo mejor del to a los levitas: Cuando perciban de los is­
aceite, del vino nuevo y del trigo. 13 Te doy raelitas el diezmo que les otorgo en heren­
los primeros productos de la tierra que cia, reservarán una parte para Yavé: será
pilos lleven a Yavé. Cualquiera que esté el diezmo del diezmo. 27 Esa parte que us­
l»uro en tu casa los podrá comer. tedes reservarán, les será contada como se
14 Todo lo aue esté consagrado por ana-cuenta el trigo en la era o el vino en la cu­
luna en Israel será para ti. 19 Te pertenece- ba. 28 Así pues reservarán una ofrenda para
m el primogénito de cualquier ser viviente, Yavé de todos los diezmos que reciban de
«na de hombre o de animal, ofrecido a Ya­ los israelitas y entregarán esa parte al sa­
vé. Tú harás solamente el rescate del pri­ cerdote Aarón. 29 De todos los dones que
mogénito de hombre, así como del prime- reciban reservarán una parte para Yavé,
¡l/.o de un animal impuro. 16 El rescate se que será lo mejor de todo lo consagrado.
liará a partir de un mes de edad, lo estíma­ 30 Les dirás además: Cuando ustedes
las en cinco sidos de plata calculados se- aparten lo mejor, el resto del diezmo será
iliin el sido del Santuario, es decir veinte para los levitas como el trigo en la era o
nueras. 17 Pero no harás el rescate del pri­ como el vino en la cuba. 31 Pondrán comér­
merizo de vaca, de oveja ni de cabra, por­ selo en cualquier parte, ustedes y su fami­
que están consagrados. Derramarás más lias: es su salario por el servicio que pres­
bien su sangre sobre el altar, y harás que­ tarán en la Tienda de las Citas. i2 Si han
mar su grasa como sacrificio por el fuego apartado lo mejor, no cometerán por ello
dn agradable aroma para Yavé. 18 Para ti ningún pecado. Cuiden pues de no profa­
lerá su carne com o asimismo el pecho nar las ofrendas santas de los israelitas y
que se haya mecido y la espaldilla dere- no morirán.»
■lia. 19 Todo lo que se haya reservado de
|BBofrendas aue hagan los israelitas a Ya- El sacrificio de la vaca colorada
Vé será considerado como partes santas; te
[bií doy a ti, a tus hijos y a tus hijas: es una * 1 Y avé dijo a Moisés y a Aarón:
ley perpetua. Es una alianza eterna por la 2 «Esta es una disposición de la Ley
«ni ante Yavé para ti y para toda tu des- que les ordena Yavé. Diles a los israelitas
' rndencia contigo.» que te traigan una vaca colorada sin de­
fecto y sin mancha, y a la cual no se la
los derechos de lo s levitas haya enyugado. 3 Se la pasarán al sacer­
dote Eleazar, quien la sacará fuera del
w Yavé dijo además a Aarón: «Tú no ten- campamento y ía inmolará frente a éste.
•li 6s territorio alguno en el país ni habrá 4 El sacerdote Eleazar untará su dedo en
ünrte alguna para ti en medio de tu pueblo. la sangre y rociará siete veces volviéndose
Porque yo mismo soy tu parte y tu heredad hacia la entrada de la Tienda de las Citas.

• 19.1 La Carta a los H ebreos se refiere es- La Iglesia, después de lavarnos por el bautismo,
|m'i lilimente a este capítulo, cuando habla d e los usa también el agua bendita. N o le reconoce un
M( rlficios del Antiguo Testam ento que no podían poder mágico, pero sabe que los signos materiales
ilninos la pureza interior y solamente anunciaban nos ayudan a ponernos en cierta actitud: el signo
t'l «íicrificio perfecto de Cristo (ver H eb 9 ,1 3 y de la cruz con agua bendita, si se hace con aten­
I 1,11). ción y fe, ayuda a dejar el polvo de las preocupa­
Ln los versículos 17-21 se habla del agua de ciones diarias a la entrada del templo.
i«ti Ideación. Numerosos pueblos usaron agua pa- C on los capítulos 2 0 -25 volvem os a las tradi­
ii mis ritos religiosos. Aquí vem os cóm o la usa- ciones antiguas sobre los acontecimientos del de­
Iwi i los judíos. sierto.
NUMEROS 1 9 lfll
5 Luego se quemará la vaca a la vista de de purificación está impuro y su impureu
todos. Quemará su piel, su carne, su san- sigue sobre él. 14 Esta es la ley cuando «
re y sus excrementos. 6 Después el sacer- hombre muera en una tienda: Quienquier!
ote tomará leña de cedro, cíe hisopo y de que entre en la tienda quedará impuro du»
granado y la echará a la hoguera donde se rante siete días igual que todo lo que hay
queme la vaca. 7 En seguida el sacerdote en la tienda. 15 Cualquier tiesto abierto qu|
lavará sus ropas, se bañará en agua, y re- no tenga una tapa amarrada, quedará irif
resará al campamento; el sacerdote que- puro. 18 El que en el campo toque a alguien
ará impuro hasta la tarde. que haya muerto, o huesos humanos o uní
8 El que haya quemado la vaca lavará tumba, quedará impuro durante siete dial
sus ropas en el agua y se bañará, quedará 17 Para la purificación de esa p e r s o n a ,«
impuro hasta la tarde. 9 Un hombre puro tomará un poco de ceniza de la hogue(|
recogerá las cenizas de la vaca y las pon­ donde se hizo el sacrificio de expiaciónif
drá fuera del campamento en un lugar pu­ se la vaciará en un vaso de agua. 18 Luego
ro. Allí se las conservará para hacer el un hombre puro tomará una ramita de ni»
agua de purificación que usará la comuni­ sopo, la sumergerá en el agua y rociará •
dad de los israelitas para hacer la expia­ tienda y a todos los objetos y personas q X
ción. 10 El que haya recogido las cenizas de haya en ella; se hará lo mismo con el qua
la vaca lavará sus ropas y quedará impuro tocó los huesos, al muerto o la tumbo,
hasta la tarde: es una ley perpetua tanto 19 El hombre puro rociará al que está im
para los israelitas como para el extranjero puro al tercero y séptimo día; el séptimo
que vive con ustedes. día este último nará la expiación. Lavará
sus ropas y se bañará en agua, y a la tardf
Casos de impureza quedará puro. 20 Pero, el hombre que esté
impuro y que no hace el rito de expiación
" El que toque a un muerto, a cualquier será eliminado de la comunidad por habof
cadáver humano, quedará impuro durante vuelto impuro el Santuario de Yavé. Si rX
siete días. 12 Se purificará con esa agua el se derrama sobre él el agua que purifica,
tercero y séptimo día, después de lo cual es un impuro.
quedará puro. Pero si no se purifica al ter­ 21 Este será un rito perpetuo. El qua
cero y séptimo día, seguirá impuro. 13 Si al­ rocíe con el agua de purificación tendré
guien toca a un muerto, al cadáver de un que lavar sus ropas, y el que haya sidn
hombre que haya muerto, y no se purifica, tocad o por esa agua quedará impuro
vuelve impura a la Morada de Yavé. Ese hasta la tarde. 22 Todo lo que toque tt
hombre debe ser eliminado de Israel. Mien­ impuro quedará impuro, y el que toqui
tras no se haya derramado sobre él el agua eso qu edará im puro hasta la tarde.i

RECUERDOS DEL DESIERTO: SEGUNDA PARTE


Ustedes no han confiado en mí 2 /Vo había agua para la com un
dad y los israelitas le echaron la cul­
' 1 Toda la comunidad de Israel pa a Moisés y a Aarón. 3 Se encara­
llegó el prim er mes al desierto ron con Moisés y le dijeron: «¿Por qui
de Sin. El pueblo se instaló en Cadés, no m orim os m ejo r en presencia de
allí murió y fue enterrada Miriam. Yaué c o m o n u e s tro s h e rm a n o s ?

• 2 0 .1 Este relato forma parte de los textos re­ sías, el rey justo (2 Re 2 2 ,2 y 2 3 ,2 9 , c o m p a ra ®
dactados por los sacerdotes al regreso del cautive­ con 2 Cron 35,19-25).
rio. Retoma el episodio narrado en Ex 17,1-7 pe­ ¿De qué otro m odo iban a entender los sacqif
ro introduce en él un «pecado de Moisés». ¿Por dotes la «muerte del justo»? Unicamente el cum­
qué? Un problema se les planteaba a esos sacerdo­ plimiento de las Escrituras podía esclarecer ple­
tes: ¿cóm o era posible que Moisés, ese «hombre el n a m en te la m isión d e M oisés. M ois é s hábil
más humilde que haya producido la tierra» (Núm recibido la misión de guiar al pueblo d e Dios ha-»
12,3), ese profeta con quien «Dios hablaba cara a ta las puertas d e la tierra prometida; habiendo lle­
cara» (Ex 33.11) hubiera sido excluido de la tierra gado allá, podía retirarse y decir com o Juan Bau­
prometida? Pues Moisés había muerto misteriosa­ tista, el último profeta del Antiguo T e stam en ta
mente sobre el monte Nebo. «Es necesario que él crezca y que yo dism inuyM
N o se podía dudar de que Dios es justo, y si En ese m om ento comenzaba la misión de Josuii
Moisés no había entrado en la tierra prometida, abrir al pueblo de Dios las puertas d e la tierra
esto se debía seguramente a alguna falta suya. Se rometida para «tom ar posesión de ella». La do­
había entonces vuelto a escribir el relato del Exo­
do, pero achacándole a Moisés un pecado: que
É lé vocación de Moisés y de Josué p r e fig u r a *
aclara la misión del Antiguo Testamento y la do
había dudado de Dios. Un caso semejante se ve ­ Jesús (en hebreo Josué y Jesús se dicen de I.-
rá al com parar los dos relatos de la muerte d e Jo- misma manera).
169 NCIMEROS 21

' ¿Por qué han traído a la com unidad Ahora estam os en Cadés, el oasis que
conlinda con tu país. 17 Déjanos atravesar tu
tic Yavé a este desierto para que mu-
territorio; no atravesaremos por tus campos
mmos ju n to con nuestros animales? ni por tus viñas, ni beberemos el agua de tus
¡Nos sacaron de Egipto para traer­ pozos. Iremos por el camino real sin apartar­
nos a este lugar horrible! ¡N o hay nos ni a la derecha ni a la izquierda, hasta el
dónde sembrar, ni tam poco hay hi- día en que hayam os atravesado tu país.»
Hiieras, viñas ni granados y m enos '8 Edom respondió: «No pasarás por mi
territorio, si lo haces saldré a tu encuentro
ligua potable!» con la espada en la mano.» 19 Los israelitas
‘ 6 Moisés u A arón se escaparon de le dijeron: «Iremos por el camino y si bebe­
(7i medio de la com unidad u se pre­ mos de tu agua, nosotros y nuestros reba­
sentaron a la entrada de la Tienda de ños, te la pagarem os. Sólo dejaremos la
las Citas. A llí se pusieron con el rostro huella de nuestros pies.»
(7i tierra u se les apareció la Gloria de 20 Edom respondió: «¡No pasarás!» Y
avanzó contra Israel con mucha gente y un
Yavé.7 Yavé le dijo a M oisés:8 «Toma
gran ejército. 21 Como Edom le impidió a
In varilla y ju n to con tu hermano Aa- Israel que atravesara por su territorio, Is­
ión reúne a toda la comunidad. Y a la rael tuvo que dar un rodeo.
vista de todos le dirás a la roca aue
ile agua. Harás que brote para ellos La muerte de Aarón
.iqua de la roca y se la darás a beber 22 Partió de Cadés toda la comunidad de
.¡la com unidad y a su ganado». los israelitas u llegaron al monte H or.23 Ya­
vé le dijo a Moisés y Aarón cuando estaban
9 Moisés sacó la varilla que estabaen el monte Hor, en la frontera con Edom:
unte Yaué tal com o se le había orde­ 24 «Aarón tiene gue ir a reunirse con sus pa­
nado. 10Luego Moisés y Aarón reunie- dres, no entrará en el país que les daré a los
ion a la com unidad frente a la roca y israelitas, porque ustedes no siguieron mis
Moisés dijo: «¡Oigan, pues, rebeldes! órdenes en el oasis de Meriba. 25 Llévate
contigo a Aarón y a su hijo Eleazar, y sube
/Así que nosotros vamos a hacer bro- al monte H or.26A llí le quitarás a Aarón sus
Inr para ustedes agua de esta roca?» vestiduras y se las pondrás a su hijo Elea­
" Moisés levantó su m ano y go lp eó zar, puesto que Aarón irá a reunirse con
ilos veces la roca con su varilla. En­ sus padres, allí morirá.»
tonces brotó agua en abundancia y 27 Moisés hizo lo que Yavé le había orde­
tuvieron para beber la com unidad y nado. Subieron el monte Hor a la vista de
toda la com unidad.28 Moisés le quitó sus
‘,u ganado. vestiduras a Aarón y se las puso a Eleazar.
v Pero Yavé dijo a Moisés u Aarón: Luego murió Aarón en la cumbre del monte
«¡Ustedes no han tenido confianza en y Moisés bajó del monte con Eleazar.29 To­
mí! Ya que no m e glorificaron ante los da la comunidad se informó que Aarón ha­
Maelitas, no harán entrar a esta co­ bía muerto; todo el pueblo de Israel lloró a
munidad en la tierra que les daré.» Aarón por treinta días.
13Esto pasó en las agua de Meriba; 1 El rey de Arad, un cananeo que vi­
los israelitas protestaron contra Yavé vía en el Negueb, supo que Israel
¡I él les manifestó su santidad. venía por el camino de Atarim. Atacó a Is­
rael y tomó algunos prisioneros.2 Entonces
I'.dom le cierra el camino a Israel Israel hizo un voto a Yavé: «Si me entregas
a ese pueblo, condenaré sus ciudades al
11 Desde Cadés, M oisés mandó a decirle
anatema.» 3 Yavé escuchó a Israel y le en­
ni rey de Edom: «Así habla tu hermano Is-
tregó a los cananeos. Los condenaron a
mel. Tu sabes de todas las dificultades con
ellos y a sus ciudades al anatema y le die­
t|ue nos hemos topado. 15 Nuestros padres
Imjaron a Egipto y allí permanecieron por
ron a ese lugar el nombre de Jorma.
mucho tiempo, pero los egipcios nos mal-
lhitaron a nosotros y a nuestros padres. La serpiente de bronce
" Entonces clam am os a Yavé y él escuchó
nuestro clamor: envió a un ángel que nos • 4 Dejaron el m onte Hor por el ca­
«acó de Egipto.• m ino del m ar de S u f para rodear el te-

• 2 1 .4 A propósito de la serpiente de bronce ese relato? La respuesta es fácil: cerca d e ja s mi-


pueden plantear dos interrogantes bien distin- ñas del Sinaí se honraba a un dios curandero, y
¡ oh . La primera: ¿cuál es el origen histórico de en agradecim iento se le ofrecían pequeñas ser-
NUMEROS 21 170
rrito rio de E dom . En el ca m in o el heb cerca de Sufá y el torrente de Arnón,
pueblo perdió la paciencia 5 y mur­ 15 y la pendiente de la quebrada que bajo
muró contra Dios y Moisés: «¿Por qué hacia Ár, pegada a la frontera de Moab.«
16 De allí partieron para Beer. A propósi­
nos hicieron subir de Egipto para que
to de ese pozo Yavé le dijo a Moisés: «Reú
muramos en el desierto sin pan y sin ne al pueblo y le daré agua.» 17 Entone«
agua? ¡Ya estamos aburridos de esta Israel entonó este cántico: «¡Oh pozo! ¡Lo
comida sin gracia!» yántate y canta! 18 ¡Pozo que cavaron lo»
6 Entonces Dios mandó contra el jefes, pozo que perforaron los príncipes del
pueblo serpientes-ardientes. Muchos pueblo con su cetro y su bastón!»
Del desierto subieron a Matana, 19 de Maia
de los israelitas m urieron por sus
tana a Nahaliel, de Nahaliel a Bamot, 20
mordeduras. 7 El pueblo fue a ver a de Bamot al arroyo que está en la campii
Moisés y le dijo: «Hemos pecado, he­ de Moab, hacia el monte Pisgá, frente
mos murmurado contra Yavé y con­ desierto. 'i
tra ti. Ruega a Yavé por nosotros, pa­
ra q u e a le je d e n o s o t r o s la s
serpientes.» Moisés oró por el pueblo, Los israelitas conquistan territorios
8 y Yavé le dijo a Moisés: «Hazte una al este del Jordán

serpiente-ardiente y colócala en un
• 21 Israel le mandó decir a Sijón, rey <1-
poste. El que haya sido mordido, al los amoritas. 22 «Déjame pasar por tu terri­
verla, sanará.» torio. No atravesaremos por tus campos ni
9 M o isés hizo una s e rp ie n te de por tus viñas, ni beberemos el agua de tu»
bronce y la puso en un poste. Cuan­ pozos. Iremos por el cam ino real, hasta
do alguien era mordido por una ser­ que hayamos atravesado tu país.»
23 Pero Sijón no dejó a Israel que atrave­
piente, miraba la serpiente de bronde
sara por su territorio, reunió a todo su pue­
y se sanaba. blo y salió al encuentro de Israel en el de
sierto. C uando llegó a Yahas, atacó |
Las etapas a la Transjordania Israel.
24 Israel lo derrotó a espada y conquistó
10 Los israelitas partieron y acamparon en su territorio desde el Arnón hasta el Yaboc,
Obot. " Partieron de allí y acamparon en hasta la frontera de Arnón, pues la frontera
las Ruinas de los Abarim, en el desierto, al de Arnón estaba bien defendida.25 Israel s i
este de Moab, hacia el lado del sol nacien­ apoderó de todas sus ciudades, los israeli­
te. 12 Salieron de allí y acamparon a orillas tas se instalaron en todas las ciudades de
del torrente de Zered. los amoritas, en Jesbón y en sus alrededo­
13 Subieron de allí y acamparon m ás alláres.
del Arnón. Ese torrente en el desierto era el Jesbón era la ciudad de Sijón, rey d
límite del territorio de los amoritas, pues el los amoritas. Este había vencido al anterior
26

Arnón es la frontera de Moab, entre los rey de Moab y se había apoderado de su


moabitas y los amoritas. 14 Por eso se dice tierra hasta el:1 AAmóíi.
................... r ' ,27
7 rDe
' ahí
’ ' que dicen
en el Libro de las Guerras de Yavé: «... Va- los poetas:

pientes d e bronce. Los relatos de los viajeros d e­ día en que Cristo les diera significado, lo misn
bieron haber inspirado ese relato. P e ro la pre­ que el suceso d e M elquisedec(Gén 14) o la his
gunta importante es la segunda: ¿qué quiere de­ ría de José. Así en nuestra vida, en nuestro p a ~ j
cir esta página del libro sagrado? do, hay varios acontecimientos que no tienen ex
El pueblo murmuró contra Dios (5). Los is­ plicación o sentido inmediato. ¿Por qué me to<™
raelitas vuelven a quejarse: es la rebelión interior esto? Algún día, la luz de Cristo vendrá a darle ¡
del que no acepta el sacrificio y echa la culpa a significación.
los demás.
Haz una serpiente-ardiente (8 ). Orden extra­
ña para los israelitas. Pero es un gesto profètico: • 21. Cuando se cumplieron los años de su
Dios quiere sanar el pecado por ¿I mismo instru­ clusión en Cadés, los israelitas volvieron a eni
m ento del pecado. render con Moisés su marcha hacia la tierra QH
Miraba la serpiente y se sanaba (9). Otro gesto
profètico. El pecador no tendrá que cumplir pres­
P anaán.
Rodearon el país por el sur y el este, y se esta
cripciones rigurosas: que empiece más bien por mi­ blecieron provisionalm ente en los territorios y
rar con fe la señal que Dios le otorga para su cura­ este del Jordán. Aquí tuvieron lugar dos grandf
ción. Jesús dirá: «C om o Moisés erigió la serpiente victorias y los israelitas com probaron otra vL
en el desierto, así el H ijo del Hom bre tiene que ser que Dios salva a su pueblo. En el salm o 136
elevado de la tierra (en cruz) a fin de que quien después de alabar a Dios, «que hizo atravesar I
cree en él tenga vida eterna» (Jn 3,14). Mar Rojo, porque eterno es su amor», se recuer
El relato de la serpiente es en la Biblia una de da que «hirió de muerte a grandes reyes: SijónJ
esas im ágenes de sentido oculto que esperaban el rey de los amorreos, y O g , rey de Basán».
171 NUMEROS 22

« Vengan a Jesbón, com o el buey se com e la hierba del


que sea reconstruida y fortificada, campo!»
la ciudad de Sijón. En ese entonces era rey de Moab
'BPorque ha salido un fuego de Jesbón,
Balac, hijo de Sipor. 5 Mandó buscar
una llama de la ciudad de Sijón.
¡Devoró Ar Moab a Balaam, hijo de Ber, a Petor junto
y los Baales de los lugares altos del Amón! al río, en el territorio de los amonitas.
' ¡Ay de ti, Moab! Lo invitó a venir diciéndole: «ün pue­
¡Estas perdido, pueblo de Camón! blo que salió de Egipto acaba de ex­
Hizo huir a tus hijos tenderse por toda la región y se esta­
y tus hijas fueron llevadas cautivas
bleció frente a mí. 6 ven pues, por
por Sijón, rey de los amontas.
“ Jesbón sembró la ruina, favor, y maldice a ese pueblo porque
sus flechas llegaron hasta Dibón; es más poderoso que yo. A lo mejor
hemos incendiado así puedo vencerlo y expulsarlo del
de Nofa a Medba.» país, porque sé que lo que tú bendi­
ces queda bendito y lo que maldices,
11 Cuando Israel se instaló en el territorio
de los amoritas, 32 Moisés envió espías a maldito está.»
Ynzer. Los israelitas se apoderaron de esa 7 Los ancianos de Moab partieron
*ludad y de sus aldeas y expulsaron a los pues junto con los de Madián, con las
nmoritas que estaban allí. 33 Dando un ro- manos llenas de regalos para el adi­
ileo, tomaron el camino de Basán. Og, rey vino, y llegaron a la casa de Balaam.
dr Basán, se lanzó en su contra junto con
indo su pueblo y les presentó batalla en
Cuando le transmitieron las palabras
I drei.‘ 34 Yavé le dijo a Moisés: «No temas: de B a la c,6 Balaam les dijo: «Alójense
I o he puesto en tus manos junto con todo en mi casa por esta noche, y les res-
tu pueblo y todo su territorio. Lo tratarás onderé según lo que me diga Yavé.»
Mimo a Sijón, rey de los amoritas, que vi­ os jefes de Moab se quedaron pues
vió en Jesbón.» ^Efectivamente los israeli-
en casa de Balaam.
ins lo masacraron ¡unto con sus hijos y to­
do su pueblo, a tal punto que nadie quedó 9 Dios visitó a Balaam y le dijo:
ron vida, y se instalaron en su territorio. «¿Quiénes son esos hombres que es-
tan en tu casa?» 10 Balaam le respon­
' Los israelitas salieron de allí y dió a Dios: «Balac, hijo de Sipor, rey
a c a m p a ro n en las e s te p a s de de M oab, m e m anda este recad o:
Moab, al otro lado del Jordán a la altura
11 Ese pueblo que salió de Egipto cu­
'lo Jericó.
bre toda la región. Ven pues y maldí­
celo, a lo mejor asi puedo oponerle
Historia de Balaam resistencia y expulsarlo.» 12 Pero Dios
• 2 Balac, hijo de Sipor, se enteró dijo a Balaam: «N o irás con ellos ni
10 todo lo que Israel les había hecho maldecirás a ese pueblo, porque está
n los amoritas. 3 Se apoderó de los bendito.»
moabitas un gran terror al ver cuán 13 Balaam se levantó muy de m a­
numeroso era ese pueblo: cundió el drugada y les dijo a los jefes envia­
pavor en Moab por tem or a Israel. dos por Balac: «Regresen a su país,
11.os moabitas dijeron entonces a los porque Yavé no quiso que fuera con
iincianos de Maaián: «¡Esa m uche­ ustedes.» 14 Se levantaron entonces
dumbre va a devorar toda la región, los jefes de Moab y retomaron donde

• 2 2 .2 Aquí empieza la muy significativa his- flictos, rehusar el riesgo, y otro s pecados en
imin de Balaam. cuya narración es desarrollada contra de la vida.
mi forma de leyenda. En la continuación de la Biblia, Dios recuerda a Is­
Al tomar el cam ino de la libertad, el pueblo rael cómo lo protegió en el asunto de Balaam: no
i|e Dios se enfrentó a varios enem igos, también solamente lo amparó contra los enemigos visibles,
¡i mi propia cobardía ante los sacrificios que se de carne y de sangre, sino también contra los invisi­
I. exigían. P e ro ahora un p eligro más grande bles, que ni el hombre ni los gobernantes pueden
Imlnvfa lo amenaza sin que lo sepa él: Balaam, prever o detener (ver Josué 24,9 y Miqueas 6,5).
ni Inuio, ha sido pagado para que le lance un A lo mejor pequé, pero no sabía que tú esta­
iiinli'fício. T o d o s sabem os, aunque utilicem os bas impidiéndome el paso (34). ¡Que brujo más
' i minos más m odernos para expresar esta mal- simpático es ese Balaam, porfiado en sus proyec­
1 lili'm, que nuestros propios dem onios pueden
i'vnmos al desastre: radicalización d e los con-
tos torcidos hasta que descubre que Dios mismo
le cierra el paso!
NCIMEROS 22 1/
Balac: «Balaam, dijeron, se niega a 28 Esta vez Yavé abrió el hocico
venir con nosotros.» la burra, la que le dijo a Balaam
15 Balac envió de nuevo a otros jefes «¿Qué te he hecho para que m e pi­
más numerosos y más ilustres que los ques tres v e c e s ? »29 Balaam le respon­
primeros. 16 Llegaron donde Balaam y dió a su burra: «¿Y hasta te burlas dr
le dijeron: «Esto dice Balac, hijo de Si­ mí? Ojalá hubiera tenido una espada n
pón ¡Por favor, no te niegues a venir a mano porque te habría dado muerlr
mi casa, 17 te trataré como rey y haré inmediatamente.» 30 La burra le dijo a
todo lo que me digas; ven pues y mal­ Balaam: «¿No soy acaso tu burra en la
dice a ese pueblo!» ue montas desde que viniste al mun-
18 Balaam respondió a los servido­ o hasta el día de noy? ¿Tengo cos
res de Balac: «Aunque Balac me diera tumbre de actuar contigo de esta ma­
su casa llena de plata y de oro, no de­ n e ra ? » «E v id e n te m e n te q u e no-,
so b ed ec ería la orden de Y a vé, mi respondió él.
Dios, no importa que fuera para una 37 Entonces Yavé abrió los ojos de
cosa pequeña o grande. ,5 Sin embar­ Balaam: vio al ángel de Yavé de pil­
go, afojen aquí esta noche, por favor, en medio del camino, con su espadl
para que sepa lo que Yavé m e quiere desenvainada en la mano. Se arrodillo
aún decir.» 70 Esa noche se apareció y se postró con su nariz en tierra.321
Dios a Balaam y le dijo: «¿Así que ángel de Yavé le dijo: «¿Por qué le pe
esos hom bres vinieron a invitarte? gaste tres veces a tu burra? Yo vin»
¡Muy bien, parte con ellos, pero sólo para impedirte el paso, porque esti
haras lo que te diga!» viaje no me gusta. 33 La burra me vio
21 Balaam se levantó muy de m a­ y trató de esquivarme tres veces. j|
ñana, ensilló su burra y se fue con no m e hubiera esquivado, te habría
los jefes de Moab. dado muerte al instante y a ella la ha­
bría dejado con vida.»
La burra de Balaam 34 Balaam le dijo al ángel de Yav
«A lo mejor pequé, pero no sabía qui­
22 Estalló la cólera de Dios contra tó estabas impidiéndome el paso, a
B alaam cuando todavía estaba en esto no te gusta, me vuelvo a mi ca-
camino. El ángel de Yavé se paró en
s a .»35 El ángel de Yavé le dijo enton­
m ed io del cam ino para cerrarle el ces a Balaam: «Anda con esos seño­
paso, m ientras venía en su burra res, pero sólo dirás las palabras que
acompañado de dos sirvientes. 23 La yo te trasmita.» Balaam siguió pue»
burra vio al ángel de Yavé que le im ­
su camino junto con los jefes envia­
pedía el paso, con su espada desen­ dos por Balac.
vainada en la mano derecha. La bu­
rra dio un r o d e o por el c a m p o y Balaam y Balac
Balaam le pegó a la burra para ha­
cerla volver al camino. 36 Cuando Balac supo que venía Ba
24 Luego el ángel de Yavé se fue alaam, salió a su encuentro en Ar-Moab,
en la frontera del Arnón en los límites di
parar en un sendero abierto en medio su territorio. 37 Balac dijo a Balaam: «¿No
de las parras: había un cerco a cada te había mandado gente para ¡nvitartl?
la d o .25 La burra vio al ángel de Yavé; ¿Por qué no viniste? ¿Pensabas acaso
pasó a rozar el muro, aplastando el que no te iba a pagar como es debido?!
pie de Balaam contra la cerca, y Bala­ 38 Balaam respondió a Balac: «Tú ves bien
am le pegó de nuevo. que he llegado, pero ¿qué puedo decir
ahora? ¡Sólo las palabras que Dios pon
26 El ángel de Y avé se fue a ponerdrá en mi boca!»
más adelante y se paró en un lugar 39 Balaam se fue luego con Balac y llega
tan estrecho que no se podía esqui­ ron a Quirlat-Jusot. 40 Balac sacrificó bu«
va rlo ni a derech a ni a izquierda. yes y ovejas y envió parte del sacrificio J
27 Cuando la burra vio al ángel de Balaam y a ios jefes que habían venido
Yavé, se echó con Balaam a cu es­ con éste. 41 De mañana Balac vino a bus
car a Balaam e hizo que subiera a Bamot-
tas. Balaam furioso, le pegó con su Baai, porque desde allí podía ver una parto
palo. del pueblo.
173 NUMEROS 24

ipol 1 Balaam le dijo a Balac: «¡Levanta 20 ¡Mira! Me trajo para bendecir;


l " J aquí siete altares y prepárame siete si él bendice, ¿cómo voy a decir otra cosa?
novillos y siete chivos!» ^ Balac hizo lo que 21 El no vio culpa alguna en Jacob
H.ilaam le había dicho, y Balac y Balaam ni percibió mal alguno en Israel.
•wicrificaron un novillo y un chivo en cada Yavé su Dios está con él,
«litar. 3 Balaam le dijo a Balac: «Quédate en su campamento se oye que aclaman
ni|uí cerca de tu holocausto mientras voy a a su rey.
dnr una vuelta. A lo mejor Yavé viene a vi­ 22 ¡Dios lo hizo salir de Egipto,
olarme para que yo te revele entonces lo y le dio cuernos de búfalo!
que me dé a conocer.» Y Balaam se fue a 23 No necesitan magia en Jacob
una cumbre. ni brujerías en Israel,
I Dios se presentó a Balaam y éste Je di- porque a su debido tiempo se le predeci­
|n: «¡Prepare siete altares y en cada altar rá a Jacob,
«ncrifiqué un novillo y un chivo!» 5 Enton- a Israel, lo que Dios prepara.
' es Yavé puso una palabra en la boca de 24 Ese pueblo se alza como una leona,
llnlaam y le dijo: «Regresa donde Balac y se yergue como un león.
imnsmítele esta palabra.» 6 Volvió pues No volverá sin que haya devorado su presa,
donde Balac que seguía de pie junto a su sin que haya bebido la sangre de sus
holocausto con todos los jefes de Moab. víctimas.
Y Balaam proclamó su poema:
25 Balac le dijo a Balaam: «¡Si no maldi­
«De Aram me dice que venga Balac, ces, por lo menos no lo bendigas!» 26 Pero
de los montes del oriente me llama el Balaam le respondió a Balac: «Te lo advertí
try de Moab: muy bien: lo que diga Yavé, e£o haré».
«¡Ven y maldice a Jacob! 27 Balac le dijo a Balaam: «Ven, t<Sllevaré a
iven y amenaza a Israel!” otra parte, y a lo mejor allí tu Dios estará de
h ¿Como maldecir si Dios no maldice, acuerdo en que me lo maldigas!»
como amenazar si Dios no amenaza? 28 Balaam condujo entonces a Balaam a
’ ¡Lo veo de lo alto de los riscos la cima del monte rogor, frente al desierto.
y lo contemplo de lo alto de las colinas: 29 Balaam le dijo a Balac: «Haz siete altares
ese pueblo vive aparte en este lugar, y prepara siete novillos y sie­
no se lo puede contar entre las naciones! te chivos». 30 Balac hizo como Balaam le
¿Quién podrá calcular el polvo de Jacob había dicho y sacrificó un novillo y un chi­
y contar aunque sea una cuarta parte de vo en cada altar.
liinel?
¡Que muera yo con la muerte de los justos La bendición de Balaam
y que mi fin sea como él de ellos!»
1 Balaam vio que a Dios le gustaba
L=_*l bendecir a Israel, de manera que no
II Balac le dijo a Balaam: «¿Qué me hicis­ fue como las otras veces en busca de se­
te? ¡Te traje para que maldijeras a mis ene­ ñales, sino que se volvió de cara al desier­
migos y tu los bendices!» 12 Respondió: «¿No to. 2 Cuando Balaam levantó la vista, vio a
•l«’l»o acaso decir lo que Yavé puso en mi bo- Israel agrupado por tribus; entonces el es­
•n.’« 13 Entonces Balac le dijo: «Ven pues con­ píritu de Dios se apoderó de él. 3 Y procla­
migo a otro lugar. Desde allí verás al pueblo, mó así su poema:
mmque no todo, y tú me lo maldecirás.»
" Lo llevó pues al Campo de los Centinelas «Palabra de Balaam, hijo de Beor,
mi la cumbre del Pisga. Allí hizo siete altares palabra del hombre que traspasa el mis­
y ni iso en cada altar un novillo y un chivo, terio,
llnlaam le dijo entonces a Balac: «Quédate 4 oráculo del que escucha las palabras
i.|in junto a tu holocausto, que yo iré un po- de Dios,
in más lejos.» 16 Yavé se presentó a Balaam y que ve lo que el Dios de la Estepa le da
Mino una palabra en su boca, luego le dijo: a ver,
h'n|iesa donde está Balac y transmítele esta que se postra,
Mimbra.» 17 Balaam volvió entonces donde y Dios le abre los ojos.
aquél, que seguía de pie al lado de su holo- 8 ¡Qué hermosas son tus tiendas, oh Jacob,
( iimto con los jefes ae Moab. Balac le pre- tus moradas, oh Israel!
ii ilo a Balaam: «¿Qué dijo Yavé?» 18 Y Ba­ 6 Se estiran como valles,
S lín proclamó su poema: como jardines a orillas de un río,
como áloes que ha plantado Yavé,
-il evántate Balac, escucha! como cedros a orillas de un curso de agua.
¡Pon atención, hijo de Sipor! 7 ¡Se rebalsa el agua de sus dos baldes,
Dios no es un nombre para que mienta, su simiente está bien regada,
ni es un hijo de hombre para volver atrás. su rey es más poderoso que Agag,
,-Dlce él algo sin que lo naga? y su reino crece todavía!
, <) habla sin que actúe? 8 ¡Dios lo hace salir de Egipto,
NUMEROS 24 15 NUMEROS 26
y le da cuernos de búfalo! le quita Seír a sus enemigos, * Justo a ese mom ento, un Israelita m e c o m p ro m e to a re com p en sa rlo.
Devora a las naciones enemigas, introducía en su tienda a una moa- 13 Me com prom eto a darle el sacerdo­
les quiebra los huesos,
Israel hace grandes cosas,
las atraviesa con sus flechas. 19Jacob impone su fuerza hifa, a la uista de Moisés y de toda la cio para siempre, a él y a su descen­
9 Se agacha, se acuesta como un león, y hace que perezcan los sobrevl inmunidad que lloraba a la entrada dencia, porque se mostró lleno de ce­
como una leona: ¿quién lo hará levantarse? vientes de Ar.» tic la Tienda de las Citas. 1 A l ver lo p o r su Dios y lo reparó en nombre
Benditos sean los que te bendicen, «o , Finjas, hijo de Eleazar, h ijo del de los Israelitas.»
malditos sean los que te m aldicen.» 20 Balaam uio a Amalee y dijo su poen\ w cerdoíe A arón , to m ó una lanza,
10 Se enojó Balac con Balaam; golpeó las «¡Amalee, la primera de las naciones, 1 •■iguió al israelita al interior de su • 14 El israelita que fue muerto, al ser he­
manos, y le dijo: «¡Te hice venir para que mal­ tu posteridad desaparecerá!» rido junto con la madianita, se llamaba Zi-
21A l vera los cenitas, dijo su poema: IIenda y los traspasó a los dos, al
dijeras a mis enemigos, y tú, en cambio, los miri, hijo de Saló: era uno de los jefes de la
«¡Sólida es tu morada, /lumbre y a la mujer, en pleno vien- tribu de Simeón. 15 El nombre de la madia­
has bendecido tres veces! " Ahora lárgate a
tu nido está instalado en una roca! Ire, In m ed iatam ente cesó la p laga
tu tierra. Yo había prometido colmarte ae ho­
nores, pero Yavé te dejó sin nada.» 22 Sin embargo, el fuego devorará a f ■Iun se cernía sobre Israel: 9 p orque
nita que fue muerta era Cozbi, hija de Sur,
jefe cíe una familia de Madián.
12 Balaam respondió a Balac: «Dije algo ayin, un h a b ía n m u e r to p o r esa p la g a " Yavé le dijo entonces a Moisés: " «Ata­
los hombres que tú me mandaste; les dije: u al final el asirio lo llevará cautivo.» minticuatro m il de ellos. ca a los maaianitas y acaba con ellos,
13 Aunque Balac me dé su casa llena de 25 Y proclamó además este poema: ía porque los atacaron a ustedes con su ido­
«¡Ay! ¿quién estará allí cuando Diol Yavé dijo a Moisés: " «Finjas, hijo
plata y de oro, no desobedeceré la orden latría. Los enganaron a ustedes en el asun­
decida? Ir Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, to de Fogor y en el de Cozbi, su hermana,
de Yavé. Bien o mal, no haré nada por mi
mismo, sino que diré lo que diga Yavé. 24 Vienen naves desde Quitim, ilejó mi cólera de los israelitas cuan- hija de un príncipe de Madián, la que fue
14 Ahora me regreso a mi tierra. Pero déja­ someten al asirio, someten al hebreo, <¡n se mostró lleno de celo p o r m í en muerta en el día de la plaga, cuando fue el
me decirte lo que ese pueblo hará a tu pero ellos también correrán a la ruina medio de ellos. 12 Por eso le dirás que asunto de Fogor.’
pueblo en los días venideros.» 25 Balaam se puso en camino para volF
a su casa, y Balac se fue también por
camino.
• 15 Entonces proclamó su poema:
«Palabra de Balaam, hijo de Beor,
LEYES Y FIESTAS
palabra del hombre que atraviesa Los israelitas se prostituyen
el misterio, fir hace otro censo de Israel el clan nemuelita; Yamín y el clan yaminita;
al Baal de Fogor Yakín y el clan yakinita; 13 Socar y el clan
16 oráculo del que escucha las pa­ socarita; Saúl y el clan saulita. 14 Estos eran
labras de Dios ‘ 1 Israel se instaló en Sitim j * ’ Yavé dijo a Moisés y a Eleazar, hi­ los clanes simeonitas. Según el censo, eran
y que posee la ciencia del Altísimo, 25
pueblo se entregó a la prosflt jo del sacerdote Aarón: 2 «Registren a veintidós mil doscientos.
que ve lo que el Dios de la Estepa ción con las hijas de M oab.2 Ellas ini ludo la comunidad de los hijos de Israel por 15 Hijos de Gad; por clanes: Sefón y el
le deja ver, dios paternas, y hagan el recuento de to- clan sefonita; Jaaguí y el clan jaguita; Suní
taron al pueblo a sacrificar a sus diosei u)K los de más de veinte años, útiles para
que se postra, el pueblo com ió y se postró ante li y el clan sunita; ^ Ozní y el clan oznita; Erí
1« querrá.» 3 Moisés y el sacerdote Eleazar y el clan erita; Arod y el clan arodita;
y Dios le abre los ojos. dioses de ellas.3 Israel se apegó al Ba U hablaron en las estepas de Moab, cerca '7 Arelí y el clan arelita. í8 Esos eran los cla­
Í7 Lo veo; pero no por ahora, de Fogor y se encendió la cólera de Yi i- l .Jordán, a la altura de Jéricó, 4 y les die- nes de los hijos de Gad. Según el censo
lo contem plo, pero no de cerca: vé contra Israel. 4 Yavé dijo entonces! |nnesta precisión: «A los que tenían más de eran cuarenta mil quinientos.
un astro se levanta desde Jacob, Moisés: «Apresa a todos los cabecilla vi'lute años.»
19 Hijos de Judá: Er y Onán, que murie­
un cetro se yergue en Israel. los hijos de Israel salidos de Egipto eran:
del pueblo y empálalos de cara al sol ron en la tierra de Canaán. 20 Después, los
Rubén, primogénito de Israel. Hijos de
Le p e g a a M oab en las sien es, ante Yavé; de ese modo se apartará 2 Kubén: Henoc y el clan henoquita; Paiú y el
hijos de Judá, por clanes, fueron: Selá y el
y en el cráneo a todos los hijos de Israel la cólera de Y avé.»5 Moisés dijo I clan selanita; Peres y el clan peresita; Ze-
•|nn paluita; 6 Jersón y el clan jersonita;
Set. raj y el clan zerajita. 21 Hijos de Peres fue­
los jefes de Israel: «Que cada uno ma# Mi mí y el clan karmita. 7 Esos eran los
ron: Jesrón y el clan jesronita; Jamul y el
18 Edom se convierte en su c o n ­ a aquellos de sus hombres que se pros ■Iones rubenitas. Según el censo, eran cua-
clan jamulita. 22 Estos eran los clanes de
quista, tituyeron con el Baal de Fogor», 1 " 111,1 y tres mil setecientos treinta. 8 Hijos
Judá. Según el censo eran setenta y seis
ir Polú: Eliab. Hijos de Eliab: Nemuel, Da-
1 mi y Abirón. 9 Estos Datán y Abirón fueron mil quinientos.
univocados por la comunidad y se rebela- 23 Hijos de Isacar, por clanes: Tolá y el
• 2 4 .1 5 Esta profecía nos muestra cóm o Dios Cuando los israelitas se apoderaron de la
quiere proclamar a todo el mundo el destino mara­ mu contra Moisés y Aarón con los partida- clan tolaíta; Puvá y el clan puvita; 24 Yasub
rra de Canaán. los cultos paganos de este
villoso de su pueblo, incluso por boca de Balaam. fueron para ellos una continua tentación, finí de Coré, cuando éste se rebelo contra y el clan yasubita; Simrón y el clan simro-
Destacamos el más famoso de los poemas, o pro­ d e las prácticas más com unes de dichos cul wvé. 10 La tierra abrió su boca y los tragó a nita. 25 Esos eran los clanes de Isacar. Se­
fecías, de Balaam (24,15-19), que anuncia la estre­ era la de relacionarse con prostitutas cons¡ élton (y a Coré, cuando pereció su grupo) gún el censo eran sesenta y cuatro mil tres
lla de Jacob. Esta estrella se refería al rey David, das al dios Baal. Aquí nos cuentan, a manei cientos.
elegido de Dios e iniciador del Reino de Dios en Is­ lección, que ya en el tiem po de Moisés, el -
i iinnclo el fuego devoró a doscientos cin-
rael. Pero, a través de su persona, reconocemos al blo habia com etido semejante pecado, y nos¡ ■Uftnta hombres: sirvió de escarmiento. 26 Hijos de Zabulón, por clanes: Sared y
otro y verdadero elegido de Dios, que es Cristo, el cen cuál fue el castigo. Unirse a la prostituta! ' m o los hijos de Coré no murieron. el clan saredita; Elón y el clan elonita; Yaj-
que permanece para siempre. unirse al dios Baal, y el D ios único no tolera " Hijos de Simeón; por clanes: Nemuel y leel y el clan yajleelita. 27 Esos eran los
m ejante traición. Doble es la prostitución, lal
• 2 5 .1 0 libertinaje sexual no es cosa indiferente se c o m e te m ateria lm en te y la infidelidad
para la vida de un pueblo. N o es algo de moral pri­ hombre que traiciona a su Salvador.
vada, sino que pesa fuertemente en el desarrollo so­ Se mostró Heno de celo por su Dios (13). ]■ • 26.1 Aquí finalizan las tradiciones antiguas to. no son más históricas que las del primer capí­
cial, por cuanto se relaciona con el nivel de respon­ tuvo m iedo de que lo tachasen de puritano, nc jsl»Muntes al tiem po de Moisés. En el capítulo 34 tulo. Tam poco son pura fantasía. Estas cifras, to­
sabilidad y la capacidad de sacrificarse. En la Biblia, bre de prejuicios anticuados, persona de carée ,M 11,'iiteronomio, sin em bargo, se encuentran madas individualmente y en su conjunto, tenían
la lucha contra la inmoralidad sexual va constante­ intolerante. N o se conform ó con reír y pasar L* •<*< i lerdos de la muerte de Moisés. un valor simbólico y daban pretexto a enseñan­
mente unida con la fidelidad a Dios. diferente. I A» i ilras del presente censo, al salir del desier- zas religiosas.
NÜMEROS 26
clanes de Zabulón. Según el censo, eran 57 Estos son los levitas, alistados seguí'
sesenta mil quinientos. sus clanes: Guersón y el clan guersonlli :
28 Hijos de José, por clanes: Manasés y Quehat y el clan quehatita; Merarí y el clan
Efraím. merarita.
29 Hijos de Manasés: Makir y el clan ma- 58 Estos son los clanes de Leví: Lobní, H*
kirita. Makir engendró a Galaad. De Ga- broní, Mahalí, Musí, Coré. Quehat fue padu
laad, el clan galaadita. 30 Los hijos de Ga­ de Amram, 59 el cual tuvo por esposa a Jo
laad eran: Yezer y el clan yezerita: Yéleq y cabed, descendiente de Leví, que nació «n
el clan yelequita; 31 Asriel y el clan asrielita; Egipto. Amram tuvo de ella a Aarón, Mois^
Sekem y el clan sekemita; 32 Semidá y el V María, su hermana. 60 Aarón fue padre d»
clan semidaíta; Jéfer y el clan jeferita; Se­ Nadab y Abihú, Eleazar e Itamar, 61 pero
lofjad, hijo de Jéfer. Selofjad no tuvo hijos, Nadab y Abihú murieron al ofrecer fuefp
solamente hijas. 33 Se llamaban las hijas de profano delante de Yavé.
Selofjad: Mojlá, Noaá, Jogiá, Milcá y Tirsá. 82 Se contaron en total en la tribu de Leví
34 Esos eran los clanes de Manasés, según veintitrés mil varones de un mes para aril
el censo, eran cincuenta y dos mil sete­ ba. No fueron alistados con los demás hi
cientos. jos de Israel, pues no debían compartir coi'
35 Estos eran los hijos de Efraím, por cla­ellos la herencia. 63 Estos fueron alistado*
nes: Sutelaj y e! clan sutelajita; Beker y el por Moisés y el sacerdote Eleazar, cuando
clan bekerita; Taján y el clan tajanita. alistaron a los hijos de Israel en las estepí
36 Estos son los hijos de Sutelaj: Erán y el de Moab, cerca del Jordán, a la altura d*
clan eranita. 37 Esos eran los clanes de los Jericó.
hijos de Efraím. Según el censo eran trein­ 64 Entre ellos no había nadie de los qui
ta y dos mil quinientos. habían sido alistados por Moisés y por fl
Esos eran los hijos de José por clanes. sacerdote Aarón, cuando hicieron el cenio
38 Hijos de Benjamín, por clanes: Belá yde los hijos de Israel en el desierto de SI
el clan belaíta; Asbel y el clan asbelita; Ají- naí. 65 Es que Yavé había dicho que morlrl
ram y el clan ajiramita; 39 Sefufam y el clan an en el desierto y no quedó ninguno di
sefufamita; Juran y el clan jufanita. 40 Los ellos, excepto Caleb, hijo de Jefoné, y Jo
hijos de Belá fueron Ard y Naamán: de sué, hijo de Nun.
Ard, el clan ardita; de Naamán, el clan na-
amanita. 41 Esos eran los hijos de Benja­ 1 Entonces se acercaron las hijas d»
mín, por clanes. Según el censo eran cua­ Selofjad, hijo de Jefer, hijo de Galo
renta y cinco mil seiscientos. ad, hijo de Maguir, hijo de Manasés, qui
42 Estos eran los hijos de Dan, por cla­ fue hijo de José. Sus nombres eran: Majlrt
nes: Sujam y el clan sujamita. Estos eran Noá, Jogiá, Milcá y Tirsá. 2 Se presentaron
los clanes de Dan, por clanes. 43 Todos los a Moisés y al sacerdote Eleazar, a los jeto*
clanes sujamitas. Según el censo, eran se­ y a toda la comunidad a la entrada de 1«
senta y cuatro mil cuatrocientos. Tienda de las Citas, y dijeron: 3 «Nuestro
44 Hijos de Aser, por clanes: Yimná y el padre murió en el desierto. No tuvo parir
en la amotinación contra Yavé, con lo»
clan yimnita; Yisví y el clan yisvita; Bería y
el clan berita. 45 De los hijos de Bería: Jé- partidarios de Coré, sino que murió como
ber y el clan jeberita; Malkiel y el clan mal- todos por su pecado, y no dejó hijos varo
kielita. La hija de Aser se llamaba Sáraja. nes. 4 ¿Será posible que su nombre sea bo>
46 Esos eran ios clanes de los hijos de Aser. rrado de entre los ae su familia? Puesto
47 Según el censo eran cincuenta y tres mil que no tuvo hijos, dennos a nosotros un«
cuatrocientos. herencia entre los hermanos de nuestro
padre.»
48 Hijos de Neftalí, por clanes: Yajseel y
5 Moisés fue a consultar a Yavé por est*
el clan yajseelita; Guní y el clan gunita; Yé- caso, 6 y Yavé dijo a Moisés: «La petición
ser y el clan yeserita; *9 Sil-Lem y el clan de las hijas de Selofjad es justa; 7 dale»,
silemita. 50 Esos eran los clanes de Neftalí. pues, la herencia de su padre, y que ten
Según el censo eran cuarenta y cinco mil
gan una herencia entre los hermanos di
quinientos.
su padre. 8 Y dirás a los hijos de Israel: $
51 Así que pasaron revista a seiscientos un hombre muere sin tener hijos, su hr
un mil setecientos treinta israelitas. rencia se traspasará a su hija. 9 Si tampo
52 Yavé dijo a Moisés: 53 «Tú les repartirás co tiene hijas, darán su herencia a su|
la tierra en herencia, conforme al número hermanos. r° Si tampoco los hay, darán ln
de alistados; 54 darás mayor herencia a los herencia al hermano de su padre. 11 Y ni
que son más numerosos, y menor a los su padre no tenía hermanos, darán la he­
que son menos. 55 Pero el reparto se hará a rencia al pariente más próximo de su fn
la suerte; según los nombres de cada tribu milia, el cual tomará posesión de elln
paterna recibirán la herencia. 56 La suerte Esta será norma de derecho para los h]
decidirá la repartición, haciendo distinción jos de Israel, pues así lo mandó Yavé a
entre los grandes y los pequeños.» Moisés.»
177 NUMEROS 28

Josué, sucesor de Moisés sacrificio por el fuego para Yavé. 7 Harás


la libación de vino puro, delante de Yavé
12 Yavé dijo a Moisés: «Sube a esa monta-en el lugar santo: un cuarto de sextario
mi de los montes de Abarim, y contempla por cada cordero. 8 El segundo cordero lo
lifisde allí la tierra que yo daré a los hijos de ofrecerás por la tarde: lo ofrecerás con la
Inrael. 13 Cuando la hayas visto, irás a reu- misma oblación y libación que el de la
nlrte tú también a tu pueblo, como tu her­ mañana, como sacrificio por el fuego de
mano Aarón. 14 Recuerda que ustedes se re­ calmante aroma para Yavé.
lujaron contra mis órdenes en el desierto de
/ln, cuando la comunidad murmuró por el
Sacrificios del sábado
miunto del agua, y a ustedes les mandé que
manifestaran mi santidad delante de ellos.» 9 El día sábado, ofrecerás dos corderos
li stas son las aguas de Meribá en Cadés en de un año, sin tacha, y como oblación, dos
Hdesierto de Zin.) décimas de flor de harina amasada con
,r>Moisés, pues, dijo a Yavé: 16 «Que Yavé, aceite, ¡unto con su correspondiente liba­
Dios de los espíritus de todos los mortales, ción. 10 Es el holocausto del sábado que se
•Insigne un hombre para estar al frente de añadirá cada sábado al holocausto perpe­
yuta comunidad, 17 para que salga y entre al tuo y a su libación.
líente de ellos. El (os hará salir y entrar, y
con esto el pueblo de Yavé no se parecerá
ii un rebaño sin pastor.» Sacrificios de la luna nueva
Yavé respondió a Moisés: «Llama a Jo- 11 El primer día del mes, ustedes ofrece­
yué, hijo de Nun, hombre en que está el rán un holocausto a Yavé: dos novillos, un
I spíritu, y pon tu mano sobre él. 19 Lo pre­ carnero y siete corderos de un año, sin
notarás al sacerdote Eleazar y a toda la defecto. 12 Como oblación, tres décimas
inmunidad, y allí le darás instrucciones en de flor de harina amasada con aceite por
|Hesencia de ellos. 20 Le transmitirás una cada novillo; y dos décimas de flor de ha­
imrte de tu autoridad con el fin de que toda rina amasada con aceite por el carnero;
ln comunidad de los hijos de Israel le obe­ 13 y una décima de flor de harina amasada
dezca. con aceite por cada cordero: es un holo­
11 En adelante se presentará ante el sa-causto de calmante aroma, sacrificio por
crdote Eleazar y éste consultará a Yavé el fuego para Yavé. 14 Las libaciones co­
por medio del tlrim para darle una res­ rrespondientes serán: medio sextario de
puesta. A sus órdenes saldrán y a sus ór­ vino por novillo, un tercio de sextario por
denes entrarán todos los hijos de Israel, to­ el carnero y un cuarto de sextario por cor­
do la comunidad.» dero. Este será el holocausto mensual, to­
" Moisés hizo como le había mandado dos los meses del año. 15 Ofrecerás tam­
Ynvé; tomó a Josué y lo puso delante del bién a Yavé, como sacrificio por el pecado,
••icerdote Eleazar y delante de todo el pue­ un macho cabrío con su libación, además
blo. 23 Le impuso su mano y lo estableció del holocausto perpetuo.
uimo Yavé había dicho por intermedio de
Moisés.
La fiesta de los Azimos

I I calendario de los sacrificios 16 El mes primero, el día catorce del


mes, es la Pascua de Yavé, 17 y el día quin­
1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Da esta or­ ce del mismo mes es día de fiesta. Duran­
den a los hijos de Israel: Tendrán te siete días comerán panes sin levadura.
•uldado de traerme a su debido tiempo la 18 El día primero habrá reunión sagrada, y
•ilrenda de alimentos que me corresponde no harán ningún trabajo de trabajador.
mi los sacrificios por el fuego de suave 19 Ofrecerán un sacrificio de holocausto a
moma. Yavé: dos novillos, un carnero, y siete cor­
deros de un año, sin defecto. '20 La obla­
ción correspondiente de flor de harina
Sacrificios cotidianos amasada con aceite será de tres décimas
1 Les dirás: Este será el sacrificio por el por novillo, dos décimas por el carnero 21 y
tungo que ustedes ofrecerán a Yavé cada una décima por cada uno de los siete cor­
•lln: 4 dos corderos de un año sin defecto. deros. 22 Ofrecerán además un macho ca­
I -i el holocausto perpetuo. Ofrecerán uno brio como sacrificio por el pecado, para
•Ir los corderos por la mañana, y el otro al expiar por ustedes. 23 Esto, además del
■iinidecer, 5 con una décima de medida de holocausto de la mañana que ofrecerán
flor de harina, amasada con un cuarto de como holocausto perpetuo. 24 Así harán
.«•xtario de aceite virgen, como oblación. durante los siete días de la fiesta. Es un
I s el holocausto perpetuo que se ofreció alimento, un sacrificio por el fuego de cal­
•n el monte Sinaí como calmante aroma, mante aroma para Yavé; lo ofrecerán ade-
NUMEROS 28
I// 1/9 NUMEROS 31
más del holocausto perpetuo y de su liba­ La fiesta de las Tiendas da y todos los compromisos contraídos por
iln defecto, 33 con las oblaciones y libacio­
ción. 25 El séptimo día, ustedes tendrán ella serán válidos.
nes correspondientes al número y según
reunión sagrada y no harán ningún trabaio 12 El día quince del mes séptimo tendréi " Está también el caso de la mujer que
de trabajador. Ins normas por los novillos, los carneros y
una reunión sagrada; no haran ningún til ha hecho un voto estando en casa de su
los corderos. 34 Ofrecerán un macho cabrío
bajo de trabajador y celebrarán duranl' marido, o se ha comprometido con jura­
Mimo sacrificio por el pecado; todo esto,
f e t e días una fiesta en honor de Yavf mento. 12 Si su marido al enterarse no íe di­
La fiesta de las Sem anas mlemás del holocausto perpetuo, de su
Ofrecerán trece novillos, dos carneros} ce nada, ni lo desaprueba, serán válidos.
(Pentecostés) «»Nación y su libación.
catorce corderos sin defecto como holo 13 Pero si su marido se lo anula el mismo
El día octavo será para ustedes de reu­
f .^ s t o de calmante aroma para Yavf día en que se entera, está desligada de su
26 El día de las primicias, cuando ofrez­ Ofrecerán además la oblación de flor d< nión solemne; no harán ningún trabajo de
can a Yave los frutos nuevos, en la fiesta Imbajador. 36 Ofrecerán un novillo, un car­ palabra o juramento, de su voto y de sus
harina amasada con aceite; será de trt» compromisos. Yavé no se lo tomará en
de las Semanas, tendrán reunión sagrada décimas por cada uno de los novillos, d| nero y siete corderos de un año sin tacha,
y no haran ningún trabajo de trabajador. en holocausto, como sacrificio por el fuego cuenta, pues su marido lo ha desaprobado.
decimas por cada uno de los carneros Ab 14 Cualquier voto o compromiso con el
Ofrecerán en holocausto de calmante «le calmante aroma para Yave, 37 con las
f na décima por cada uno de los cordera! que la mujer se quiere mortificar, lo ratifica
aroma para Yavé dos novillos, un carnero oblaciones y libaciones conforme al núme-
Ofrecerán también un macho cabrío di
y siete corderos de un año. 28 La oblación ro y según las normas por el novillo, el car­ y anula el marido. 15 Si su marido no le dice
m? sacrificio por el pecado; todo esto adr nada hasta el día siguiente, es que confirma
correspondiente será de tres décimas de mas del holocausto perpetuo, de su obla nero y Tos corderos. 38 Ofrecerán un macho
cion y libación. i nbrío como sacrificio por el pecado; todo el voto o el compromiso de su esposa; lo
Mir j harina amasada con aceite por no­
villo, dos décimas por carnero 29 y una dé- ■".lo además del holocausto perpetuo, de confirma con no expresar su desaprobación
,7 El día segundo ofrecerán doce no' en el momento en que ella se lo dio a cono­
cima por cada uno de los siete corderos. ni oblación y libación.
líos, dos carneros, catorce corderos de 19 Estos son los sacrificios que ofreceráncer. 16 Y si, más tarde, quiere anularlo, car­
Ofrecerán además un macho cabrío para ano sin defecto, 18 con las oblaciones y
expiar por ustedes. 31 Ustedes lo ofrecerán n Yavé en las solemnidades. Se les añadi- gará con la falta de su esposa.»
baciones correspondientes al número y m mn sus ofrendas de votos y espontáneas, 17 Estos son los mandatos que Yavé dio a
con sus libaciones además del holocausto gun las normas por los novillos, carneros >
perpetuo y su oblación. Ustedes escogerán mis holocaustos, oblaciones, libaciones y Moisés referente a la esposa y su marido, y
corderos. 19 Ofrecerán un macho cabrio q|J al padre con su hija que, siendo joven to­
animales sin defecto. tncrificios de comunión.»
m 9 sacrificio por el pecado; todo esto ado davía, está en la casa de su padre.
mas del holocausto perpetuo, de su obí i »rvl 1 Moisés habló a los hijos de Israel
La fiesta de las Aclamaciones cion y sus libaciones.
conforme a todo lo que Yavé le ha- Guerra santa contra Madián
20 El día tercero, ofrcerán once novilli hlii ordenado.
|29| ' ^ mes séptim o, el prim ero del .o s carneros, catorce corderos de un á
— —I mes, tendrán una reunión sagrada- sm defecto, 21 con las oblaciones y libacl Í3 Y I * 1 Yavé dijo a Moisés: 2 «Que los hi-
no haran ningún trabaio de trabajador. Será I eyes acerca de los votos •-----' jos de Israel tomen ahora desquite
nes correspondientes al número y segi
para ustedes el día de las Aclamaciones. las normas por los novillos, carneros y c de los madianitas, y luego irás a reunirte
Ofrecerán un novillo, un carnero, y siete deros. 22 Ofrecerán un macho cabrío cor ' Moisés dijo a los jefes de las tribus de con tu pueblo.»
corderos de un año sin defecto, como holo­ sacrificio por el pecado; todo esto aderí l'trael: 3 «Esto es lo que ha ordenado Yavé: 3 Moisés, pues, dijo al pueblo: «Que se
causto de calmante aroma para Yavé. 3 La del holocausto perpetuo, de su oblaciói SI un hombre hace un voto a Yavé o se armen algunos de ustedes para la guerra.
Oblación correspondiente de flor de harina su libación. ' ompromete con juramento, no faltará a su Que vayan a pelear contra Madián y sean
amasada con aceite será de tres décimas imlaDra, sino que cumplirá todo lo que ha los instrumentos de la venganza de Yavé
23 El cuarto día ofrecerán diez novilh
por el novillo, dos décimas por el carnero l'i ometido. contra él. 4 Enviarán a la guerra mil hom­
dos carneros y catorce corderos de un a
y juna 9¡ma P °r cada uno de los siete * Pero está el caso de una mujer que ha- bres de cada tribu de Israel.»
sm defecto, 24 con las oblaciones y libac
corderos. Ustedes ofrecerán un macho ca­ ••■ un voto a Yavé o toma un compromiso 5 Reclutaron, pues, entre los israelitas,
nes correspondientes al número y seg
brio como sacrificio por el pecado, para ha­ « ii su juventud, cuando está en casa de su mil hombres por cada tribu, doce mil hom­
las normas por los novillos, carneros y cí
cer la expiación por ustedes. 6 Ustedes ha­ imdre. 5 Si su padre, al enterarse de su voto bres armados para la guerra. 6 Moisés
dero.f: . Ofrecerán un macho cabrío cor mandó al combate mil por cada tribu, y
ran esto además del holocausto mensual y sacrificio por el pecado; todo esto adei 0 del compromiso que ha contraído, no le
de su oblación, del holocausto perpetuo y •Iloe nada, serán válidos. 6 Pero si su padre, con ellos a Finjas, hijo del sacerdote Elea-
del holocausto perpetuo, con su oblad
de su oblación y sus libaciones, según la su libación. •’I mismo día en que se entera de cualquie- zar, que llevaba los objetos sagrados, y las
norma establecida; ésos son sacrificios por m de sus votos o de los compromisos que trompetas para los toques. 7 Pelearon con­
26 El quinto día ofrecerán nueve novillo tra Madián, como Yavé había mandado a
el fuego de calmante aroma para Yavé. liri contraído, lo desaprueba, no serán vali-
dos carneros y catorce corderos de un a| Moisés, y mataron a todos los varones.
«1«>s. Yavé no se lo tomará en cuenta, pues
sin defecto, 27 con las oblaciones y libac.' 8 Mataron también a los reyes de Madián:
La fiesta del Perdón 'ni padre lo ha desaprobado.
nes correspondientes al número y seg Eví, Requem, Sur, Jur y Rebá; eran los cin­
' Está también el caso de una mujer
las normas por los novillos, carneros y c¡ co reyes madianitas. Mataron también a
7 El día décimo del mismo mes séptimo,deros. •Ule se casa cuando todavía está ligada
Ofrecerán un macho cabrío coi espada a Balaam, hijo de Beor.
ustedes tendrán una reunión sagrada: ayu- por un voto o por una promesa que ha
sacrificio por el pecado; todo esto aden 9 Los hijos de Israel trajeron cautivas a las
Paran Y no harán ningún trabajo de traba­ lircho imprudentemente. 8 Si su marido,
del holocausto perpetuo, de su oblado mujeres de Madián y a sus niños y recogie­
jador. Ofrecerán un novillo, un carnero y su libación. ni enterarse, no le dice nada, los votos y
siete corderos de un año sin defecto como 1 ompromisos que ha contraído serán váli­ ron sus animales, sus rebaños y todas sus
29 El día sexto ofrecerán ocho novilll dos. 9 Pero si su marido, el mismo día en pertenencias. 10 Prendieron fuego a todos los
holocausto de calmante aroma para Yavé. dos carneros y catorce corderos de un a
La oblación de flor de harina amasada «lile se entera, desaprueba los votos o pueblos en que vivían y a todos sus campa­
sin defecto, 30 con las oblaciones y libacl mentos. 11 Habiendo reunido todo el botín y
con aceite será de tres décimas por el no­ l'iomesas que hizo y los anula, Yavé no
nes correspondientes al número y segi <««' lo tomara en cuenta. los despojos, hombres y bestias, 12 llevaron
villo, dos décimas por el carnero, 10 una as normas por los novillos, los carneros 10 El voto de una mujer viuda o despedí - los cautivos y el botín ante Moisés, el sacer-
n r^ ma Ror cada, uno de los corderos. los corderos. 31 Ofrecerán un macho cab
Ofrecerán también un macho cabrío có- como sacrificio por el pecado; todo esí
m? sacrificio por el pecado; todo esto ade­ ademas del holocausto perpetuo, de
mas del sacrificio de la fiesta de la expia­ oblación y su libación. • 31 .1 El presente capítulo se refiere a la «gue- gún otro pueblo (leer al respecto el comentario de
r o n y del holocausto perpetuo, de su . 1,1 •„«nta». Es importante recordar que todo eso fue Jos 6 ). El autor del relato quería recalcar lo peligro­
32 El día séptimo ofrecerán siete novilla < •rilo en los siglos VI-VII antes de Cristo, cuando so que era para los israelitas casarse o acercarse a
oblación y sus libaciones. dos carneros y catorce corderos de un añi Uraiil ya no tenia medios com o para atacar a nin­ mujeres de pueblos paganos.
ISOMEROS 31 180
dote Eleazar y toda la comunidad de los hi­ botín, lo que quedaba de lo que la gente <!•
jos de Israel, en las estepas de Moab, que guerra había saqueado, era de seiscientai
están cerca del Jordán, a la altura de Jericó. setenta y cinco mil cabezas de ganado mr
ñor, 33 setenta y dos mil de vacuno 34 y so
Las leyes de la guerra santa senta y un mil burros. 35 En cuanto a In»
ersonas, las mujeres que todavía no ha
13
jefes de la comunidad salieron a su encuen­
P
Moisés, el sacerdote Eleazar y todos losían tenido relaciones eran en total treinta
y dos mil. 36 La mitad que correspondió I I
tro hasta fuera del campamento. 14 Moisés los que fueron al combate fue de trescierv
se enojó contra los jefes de las tropas, jefes tas treinta y siete mil quinientas cabeza«
de mil y jefes de cien que volvían del com­ de ganado menor, 37 siendo la parte de Ya*
bate. 15 Moisés les dijo: «¿Así, pues, han de­ vé seiscientas sesenta y cinco cabezas;
jado con vida a las mujeres? 18 Precisamen­ 38 además, treinta y seis mil cabezas de va'
te ellas fueron las que, siguiendo el consejo cuno, siendo la parte de Yavé setenta y
de Balaam, indujeron a los hijos de Israel a dos; además, 39 treinta mil quinientos bu ,
que desobedecieran a Yavé (en el asunto rros, siendo la parte de Yavé sesenta y
de Baal-Peor); y una plaga azotó a la co­ uno. 40 Personas: dieciséis mil, siendo la ¡
munidad de Yavé. 17 Maten, pues, a todos parte de Yavé treinta y dos.
los niños hombres, y a toda mujer que haya 41 M oisés dio al sacerdote Eleazar la
tenido relaciones con un hombre. 18 Pero ofrenda reservada para Yavé, como Yayí-
dejen con vida y tomen para ustedes todas había ordenado a Moisés.
las niñas que todavía no nan tenido relacio­ 42 La otra mitad del botín, perteneciente I I
nes. 19 Toaos los de ustedes que derrama­ los hijos de Israel, 43 era de trescientas trein
ron sangre o que tocaron a algún muerto, ta y siete mil cabezas de ganado menor. I
quedaran fuera del campamento durante 44 treinta y seis mil de vacuno, 45 treinta mil
siete días, y se purificarán el tercer y el quinientas de burros 46 y dieciséis mil per
séptimo día. Ustedes harán lo mismo con sonas. 47 Moisés tomó de esta mitad perte­
las cautivas. 20 Asimismo purificarán todos neciente a los hijos de Israel a razón cíe uno
los vestidos, objetos de cuero, tejidos de por cincuenta hombres y animales y se lo«
pelo de cabra y objetos de madera.» dio a los levitas que cuidan la Morada íin
21 El sacerdote Eleazar dijo a los hombresYavé, como Yavé había ordenado a Moisés,
que habían ido a la querrá: «Esta es la Ley 48 Los jefes de las tropas de Israel que
que Yavé ordenó a Moisés: 22 el oro, la pla­ habían ido a la guerra, jefes de mil y eli­
ta, el cobre, el hierro, el estaño y el plomo, den, se acercaron a Moisés 49 y le dijeron;
todo lo que puede pasar por el fuego, lo pu­ «Hemos sacado la cuenta de los comba­
rificarán con el fuego y el agua de purifica­ tientes que teníamos a nuestras órdenes y
ción. 23 Y todo lo que no pueda pasar por el no falta ni uno. 50 Por eso venimos a ofre­
fuego lo pasarán por agua. 24 Después de cer a Yavé lo que cada uno de nosotros hn
lavar sus vestidos el día séptimo, quedarán encontrado, en objetos de oro, brazaletes,
puros y podrán volver al campamento.» cadenitas, anillos y collares para hacer ex
25 Yavé dijo a Moisés: 26 «Saca la cuenta,piación por nosotros delante de Yavé,«
tú, el sacerdote Eleazar y los jefes de las fa­ 51 Moisés y el sacerdote Eleazar recibieron
milias de la comunidad, de lo que fue traído de ellos el oro y las joyas. 52 El total de oro
como botín, hombres y ganado. 27 Lo parti­ que los jefes de millar y cien presentaron a
rás en dos; la mitad, para los combatientes Yavé fue de dieciséis mil setecientos cin­
que fueron a la guerra, y la otra mitad, para cuenta sidos.
toda la comunidad. 28 Reserva como ofren­ 53 Los combatientes habían saqueado ca­
da para Yavé, de la parte de los combatien­ da uno por cuenta propia. 54 Entonces Moi­
tes que fueron a la guerra, uno por cada sés y el sacerdote Eleazar recibieron el oro
quinientos, sean hombres, bueyes, burros y de los jefes de millar y de cien y lo llevaron
ovejas. 29 Lo tomarás de la mitad del botín a la Tienda de .las Citas para que quedara
que les corresponde y se lo darás al sacer­ ante Yavé y para que é l se acordara de Ion
dote Eleazar como contribución para Yavé. hijos de Israel,
30 Y, de la mitad del botín correspondiente a
los hijos de Israel, separarás uno por cada
cincuenta, sean hombres, bueyes, burros y Los israelitas se establecen
ovejas, cualquier d a se de animales, y se lo al otro lado del Jordán
darás a los levitas que están encargados
del ministerio de la Morada de Yavé.» |32|* ' Los hijos,de Rubén y los hijos do
31 Moisés y el sacerdote Eleazar hicieron1----- 1 Gad, que tenían muy grandes reba­
como Yavé había mandado a Moisés. 32 El ños, vieron que el país de Yazer y el de Ga-

• 3 2 .1 N o todos los israelitas partieron juntos «cuarenta años». La imagen tradicional del pueblo
d e C adés, oasis del desierto d on de estuvieron israelita partiendo c o m o un solo hom bre paro
1(11 NÜMEROS 32
Inad eran tierras buenas para la ganadería. de Yavé, 21 y pasen armados el Jordán de­
Y fueron a decir a Moisés, al sacerdote lante de Yavé, hasta que arroje a sus ene­
I leazar y a los jefes de la comunidad: migos ante él. 22 Cuando el país esté some­
' «Miren cóm o son Atarot, Dibón, Yaser, tido a Yavé, volverán a su tierra, y ni Yavé
Nlmrá, Jesbón, Elalé, Seban, N eb o y ni Israel los podrán reprochar: esta tierra
(león, 4 este país que Yavé entregó a la co­ será de ustedes a los ojos de Yavé. 23 Pero,
munidad de Israel. Esta es tierra de ganado si no lo hacen, sepan que será un pecado
y nosotros tenemos ganado.» Y agregaron: contra Yavé y este pecado los seguirá.
' «Si quieres hacernos ese favor, que se 24 Construyan, pues, ciudades para sus hi­
nos dé esta tierra en propiedad, no nos ha- jos y corrales para sus rebaños, pero cum­
(ins pasar el Jordán.» plan sus promesas.»
11 Moisés contestó a los hijos de Gad y a 25 Los hijos de Gad y los hijos de Rubén
los de Rubén: «¿Acaso nuestros hermanos contestaron: «Tus siervos harán como mi
viin a ir al combate mientras ustedes se señor manda; 26 nuestros hijos, nuestras
puedan aquí? 7 Están desalentando a los hi­ mujeres, nuestros rebaños y todo nuestro
los de Israel, que ya no querrán pasar a la ganado se quedarán aquí, en las ciudades
iNrra que Yavé les ha dado. 8 Así hicieron de Galaad, ^7 pero tus siervos, todos los
«us padres cuando los mandé de Cadés- que llevan armas, pasarán delante de Yavé
Horné a explorar la tierra. 9 Entraron hasta para ir a la guerra, como dice mi señor.»
rl valle de Escol y vieron la tierra, pero lue- 28 Moisés entonces dio orden al sacerdote
i|o desanimaron a los israelitas, que ya no Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los jefes
•luisieron entrar en la tierra que Yavé les de las casas paternas de las tribus de los
hnbía dado. 10 Por eso Yavé se enojó ese día hijos de Israel respecto a ellos. 29 Moisés di­
n hizo este juramento: " “Los hombres que jo: «Si los hijos de Gad y de Rubén pasan
«olieron de Egipto, los de veinte años para con ustedes el Jordán y van armados de­
arriba, no verán la tierra que prometí a lante de Yavé, cuando ustedes hayan con­
Miraham, a Isaac y a Jacob, porque no quistado el país les darán esta tierra de Ga­
ion sido fieles. 112 Solamente lo haran Ca- laad en propiedad. 30 Pero si no pasan
M), hijo de Jefoné, el queniceo, y Josué, armados con ustedes, tendrán su herencia
hijo de.Nun, que siguieron a Yavé sin fallar­ entre ustedes en el país de Canaán.»
le'.’’ 13 Yavé se enojó y durante cuarenta 31 Los hijos de Gad y de Rubén contesta­
míos los hizo andar por el desierto, hasta ron: «Lo que Yavé ha dicho a tus siervos lo
•jiie se acabó toda aquella generación que haremos. 32 Pasaremos armados delante de
ilflbía obrado mal a los ojos de Yavé. 14 ¡Ra­ Yavé al país de Canaán, pero nuestra parte
in de pecadores! Ustedes ahora imitan a de la herencia será a este lado del Jordán.»
nuestros padres y quieren que el furor de la 33 Moisés dio a los hijos de Gad, a los de
un de Yavé se encienda contra Israel. 15*Si Rubén y a la media tribu de Manasés, hijo
ii'.ledes dejan de obedecerle, él prolongará de José, el reino de Sijón, rey de los amo-
lo estadía en el desierto y por culpa de us­ rreos, y el reino de Og, rey de Basán. Les
uales se perderá todo este pueblo.» dio el país con las ciudades comprendidas
Entonces se acercaron a Moisés y le d¡- en sus fronteras y las ciudades vecinas.
toron: «Vamos a construir aquí corrales para 34 Los hijos de Gad construyeron las pla­
nuestras ovejas y ciudades para nuestros zas fuertes de Dibón, 35 Atarot y Aaroer,
iunos. 17 Pero nosotros tomaremos las ar­ Atrot-Sofán, Yazer, Yogbohá, 36 Bet-Ninrá,
mas y estaremos a la vanguardia de los hi- Bet-Harán, y rediles para los rebaños.
jüN de Israel hasta que los introduzcamos 37 Los hijos de Rubén construyeron Jes­
un la parte que les corresponde, mientras bón, Elale, Quiryatayim, 38 Nebo, Baal-
lile nuestros hijos se quedarán en las pla- Meón, que cambiaron de nombre, y Sibmá.
MS fuertes, al abrigo de los habitantes del Y pusieron nombres a las ciudades que
país. 18 Ño volveremos a nuestras casas construyeron.
Imsta que los hijos de Israel no hayan reci­ 39 Los hijos de Makir, hijo de Manasés,
bido cada uno su herencia. 19 No pediremos fueron a Galaad, lo conquistaron y expul­
ijue se nos dé parte de la herencia con ellos saron a los amorreos que vivían allí. 40 Moi­
ni otro lado del Jordán, ya que tendremos sés dio Galaad a Makir, hijo de Manasés,
nuestra herencia por el lado oriental.» que se estableció allí. 41 Yaír, hijo de Mana­
10 Moisés les dijo: «Hagan lo que acabansés, se apoderó de las aldeas de ellos y las
di' decir, ármense para combatir delante llamó Aldeas de Jaír. 42 Nobaj se apoderó

11 •iK.juistar la tierra d e Canaán es más poética Moisés: el grupo más importante fue el que p e­
IjUti histórica. Estos hombres eran de carácter in­ netró en Galaad, al otro lado del Jordán, donde
di' pendiente y cada grupo andaba libremente tras se instalaron pacíficam ente en m edio de otros
hl« rebaños fuera d e los momentos más difíciles pueblos.
i ¡i que se reunían, c o m o sucedió con Moisés. El párrafo 3 2 ,20-22 recalca la solidaridad en­
Vnrlos partieron d e C adés antes o después de tre los israelitas.
NUMEROS 33 1H,
de Quenat y de sus aldeas y les puso su dés, 37 y habiendo salido de Cadés acampi
propio nombre de Nobaj. ron en la falda de Hor del Monte en los ulll
mos confines del país de Edom. 38 Allí subí
Las etapas del Exodo el sumo sacerdote Aarón al Monte Hor pQI
mandato de Yavé; y allí murió a los cuaren
[2 3 ] 1 Estas son las etapas de los hijos de ta años de la salida de los hijos de Israel di
I-----1 Israel, cuando salieron de Egipto por Egipto, el mes quinto, el primero del me»
cuerpos de ejército a las órdenes de Moisés 39 Aarón tenía ciento veintitrés años cuando
y Aarón. 2 Moisés anotó por escrito los murió en la montaña de Hor.
puntos de partida de cada etapa, como Ya- (40 El rey cananeo de Arad, que vivía i)
vé se les ordenaba. Estos fueron los puntos el Negueb, en el país de Canaán, se entero
de partida: de que llegaban los hijos de Israel.) 41 Pal
3 Partieron de Ramsés el mes primero, el tieron de Hor del Monte y acamparon ||t
día quince del mes primero. Al día siguien­ Salmoná. 42 Partieron de Salmoná y acaffl
te de la Pascua, los hijos de Israel salieron paron en Punón. 43 Partieron de PunónI
con mucha seguridad a la vista de todos acamparon en Abot. 44 De Abot pasaron!
los egipcios, mientras éstos enterraban a las ruinas de Abarim, que están en los con 1
sus muertos. 4 Pues Yavé había dado muer­ fines de los moabitas. 45 Partieron de Itt
te a sus primogénitos, haciendo justicia de ruinas de Abarim y acamparon en Dibóo
sus dioses. de Gad. 46 De allí partieron a Helmon-di
blataim, donde acamparon. 47 Partiendo á
5 Los hijos de Israel partieron de Ramsés
Helmon-deblataim vinieron a los monto«
y acamparon en Sucot. 6 Partieron de Su-
de Abarim, enfrente del Nebo. 48 Dejaroi
cot y acamparon en Etam, que está en el
los montes de Abarim, pasaron a las estr
extremo del desierto. 7 Partieron de Etam,
pas de Moab, a orillas ael Jordán, enfrenli ¡
pero volvieron hacia Pi-hajirot y pasaron
de Jericó. 49 Allí fijaron sus tiendas desii» 1
por medio del mar hacia el desierto. 8 An­
Betjesimot hasta Abel-hasitim, en las estl
duvieron tres días de camino por el desier­ pas de los moabitas.
to de Etam y acamparon en Mará. 9 Partie­
ron de Mará y llegaron a Elim, donde había
doce fuentes de agua y setenta palmeras. C óm o s e repartirá la tierra de Canaán
10 Partieron de Elim y acamparon cerca
del Mar de las Cañas. 11 Partieron del Mar 50 Yavé habló a Moisés en las estepas
de las Cañas y acamparon en el desierto de Moab, cerca del Jordán, a la altura de Jo
Sin. 12 Partieron del desierto de Sin y acam­ rico, y le dijo: 51 «Habla a los hijos de Isral
paron en Dofcá. 13 Partieron de Dofcá y y diles: Cuando hayan pasado el Jordán y
acamparon en Alus. 14 Partieron de Alus y entren en el país de Canaán, 52 eliminarÉ
acamparon en Refidim, pero allí la gente no delante de ustedes a todos los habitantí
encontró agua para beber. 15 Partieron de del país. Destruirán sus estatuas de metí
Refidim y acamparon en el desierto del Si- fundido, y arrasarán todos los santuario
naí. 16 Partieron del desierto del Sinaí y altos. 53 Entonces serán los dueños dfl
acamparon en Quibrot-hat-Taavá. 17 Partie­ país, pues yo se lo he dado todo en pos«
ron de Quibrot-hat-Taavá y acamparon en sión. 54 Lo repartirán entre las familial,
Jaserot. 18 Partieron de Jaserot y acampa­ echando suertes. A los más numerosol
ron en Ritmá. 19 Partieron de Ritmá y acam­ darán una parte mayor de la herencia, y »
paron en Rimmón-Perés. 20 Partieron de los menos numerosos, una parte menor
Rim món-Perés y acamparon en Libná. Donde le caiga a cada uno la suerte, u
21 Partieron de Libná y acamparon en Rissá. será su propiedad. Harán el reparto por mí
22 Partieron de Rissá y acamparon en Que- bus paternas.
halatá. 23 Partieron de Quehaíatá y acampa­ 55 Pero si no expulsan delante de ustedn
ron en el monte Séfer. 24 Partieron del mon­ a los habitantes del país, los que qued«(i
te S é fe r y a ca m p a ron en J a ra d á . serán para ustedes com o espinas en lm
25 Partieron de Jaradá y acamparon en Ma- ojos y aguijones en los costados. A usted«»
celot. 26 Partieron de Macelot y acamparon los hostigarán en el país en que van a vivli
en Tajat. 27 De Tajat partieron al campo de 56 y yo los trataré a ustedes en la forma «j|
Taraj. 28 De Taraj fueron a parar a Meteá. que pensaba tratarlos a ellos.
29 De Meteá pasaron a Hesmona. 30 De Hes-
mona acamparon en Moserot. 31 Partieron Las fron teras de Canaán
de Moserot y acamparon en Benejaacán.
32 De Benejaacán se fueron al monte de I3 4 I ' Yavé habló a Moisés y le dijo: 2 «11
Gadgad, 33 de donde partieron y fueron a esta orden a los hijos de Israel
Jotbata. 34 De Jotbata pasaron a Hebrona. Cuando entren en el país de Canaán, él
35 Dejando Hebrona acamparon en Asion- será el territorio que les caerá en herenc
gaber. 36 Marchando de Asiongaber fueron el país de Canaán, entre las fronteras
a parar al desierto de Zin, es decir, en Ca- guientes:
183 NUMEROS 35
1 Ustedes tendrán por frontera meridional de Israel que cedan a los levitas, algunas
rl desierto de Zin junto a Edom. La fronte- ciudades de la herencia que Ies pertenece,
ui partirá del Mar Salado al este, 4 torcerá con lugares de pastoreo alrededor, para
por el sur hacia la Subida de los Escorpio­ que puedan habitarlas. 3 Los levitas vivirán
nes, pasará por Zin, pasando al sur de Ca- en esas ciudades y sus pastos serán para
ilos-Barné. Luego irá hacia Jasar-Adar pa- todos sus animales y sus pertenencias.
inndo por Asemona. 5 Torcerá de Asemona 4 Los pastos se extenderán hasta quinien­
Inicia el Torrente de Egipto y terminará en tos metros alrededor de las ciudades que
rl Mar Grande (o Mediterráneo). entreguen a los levitas, a contar desde las
4 El Mar Grande será su frontera occi- murallas.
dcntal. 5 Estos pastos formarán un cuadrado de
La frontera norte partirá de este mar, mil metros: mil metros al occidente, mil al
yudo en línea derecha hasta Hor del Mon- sur, mil al oeste y mil metros al norte; la
ír, 8 Desde Hor del Monte irá en línea dere- ciudad estará al centro. Estos serán los pas­
>ha hacia la entrada de Hamat, pasando tos propios de las ciudades de los levitas.
por Sedad, 9 seguirá después hasta Zepro- 6 Ustedes les darán cuarenta y dos ciu­
nn y se terminará en la aldea de Enan. Es- dades además de las seis ciudades de asi­
los serán los límites al norte. lo, en las que se podrá refugiar el que haya
10 La frontera oriente partirá de la aldea ocasionado la muerte de una persona.
•lt- Enan, yendo hasta Sefama; I11 desde Sé- 7 Las ciudades que darán a los levitas será
Mina bajará a Ribla, al este de Ain; bajará cuarenta y ocho en total, todas ellas con
nuevamente hasta la ribera oriente del Mar sus lugares de pastoreo. 8 Estas ciudades
l>' Kineret. 12 Seguirá el Jordán llegando al se tomarán de la herencia de los hijos de
Mnr Salado. Estas son las fronteras entre Israel, tomando más del que tiene más, y
Ins cuales se extenderá su tierra.» menos del que tiene menos; cada tribu da­
n Moisés dio entonces esta orden a los rá ciudades a los levitas en proporción a la
hijos de Israel: «Este es el país que han de herencia que le haya tocado.»
..•partirse a suerte, el que Yavé mandó dar
n las nueve tribus y media, 14 pues los cla­ Las ciudades de asilo para
nes de las tribus de Rubén y de Gad, y la los hom icidas involuntarios
modia tribu de Manasés, han recibido ya su
herencia. 15 Estas dos tribus y media ya la • 9 Yavé dijo a Moisés: 10 «Di a los hijos
llenen al otro lado del Jordán, al oriente.» delsrael: Cuando pasen el Jordán hacia la
14 Yavé dijo a Moisés: «Estos son los quetierra deCanaán, 11 elegirán ciudades de las
les han de repartir la tierra: 17 el sacerdote que harán ciudades de refugio. En ellas se
I Inazar y Josué, hijo de Nun. 18 Ustedes es- refugiará el que dio muerte a una persona
"icrán también un responsable de cada sin intención. 12 Esas ciudades le servirán
lilbu, para esa repartición del país; 19 éstos de refugio contra el vengador de la sangre,
lerón: por la tribu de Judá, Caleb, hijo de para que no sea muerto antes de haber si­
Inloné; 20 por la tribu de Simeón, Samuel, do juzgado por la comunidad. 13 Ustedes se
hilo de Ammiud; 21 por la tribu de Benja­ reservarán seis ciudades de asilo: 14 tres al
mín, Elidad, hijo de Caselón; 22 por la tribu otro lado del Jordán y tres en el país de
■le los hijos de Dan, el jefe Buqui, hijo de Canaán, que pasarán a ser ciudades de
Jogal; 23 por los hijos de José, por la tribu asilo 15 tanto para los hijos de Israel como
•le'los hijos de Manasés, el jefe Hanniel, hijo para el forastero y para el que está en me­
de Efod; 24 y por la tribu de los hijos de dio de ustedes, para que todo aquel que
I Iraím, el jefe Camuel, hijode Seftán; 25 por haya dado muerte involuntariamente a una
l.i Iribú de los hijos de Zabulón, Elisafán, hi- persona se pueda refugiar en ellas.
I'. de Farnac; 26 por la tribu de los hijos de 16 Si alguno ha herido a otro con un ins­
linear, el jefe Paltiel, hijo de Ozán; 27 por la trumento de hierro, y éste muere, es un
lilbu de los hijos de Aser, el ¡efe Ahiua, hijo asesino y debe morir. 17 Si lo ha herido con
•le* Salomi; 28 por la tribu de los hijos de un arma de piedra que tenía en la mano, y
Neftalí, el jefe Pedael, hijo de Ammiud.» el otro muere, es un asesino y debe morir.
* Estos son los que Yavé designó para 18 Si lo hiere con un arma de madera, y el
i|iie repartieran a los israelitas su nerencia otro muere, es un asesino y debe morir.
mi el país de Canaán. '9 El mismo vengador de la sangre dará
muerte al asesino en cuanto lo encuentre.
I n parte de los levitas 20 Si alguien ha herido a su víctima por
odio, o le ha lanzado algo con maldad,
1 Habló Yavé a Moisés en las estepas causándole la muerte, 21 o si, por maldad,
de Moab, cerca del Jordán, a la altu- lo ha golpeado con las manos causándole
m de Jericó, y le dijo: 2 «Manda a los hijos la muerte, es un asesino y debe morir. El

• 3 5 .9 Estas leyes sobre las ciudades de refugio se parecen a las comentadas en Deut 19,1.
NUMEROS 35 ni.

vengador de la sangre dará muerte al ase­ ron v dijeron a Moisés ante los jefes de || I
sino en cuanto lo encuentre. familias israelitas.
22 Pero si lo hirió por inadvertencia y sin 2 «Yavé te mandó que dieras la tierra
enemistad, o si le lanzó cualquier objeto sin herencia por suertes a los hijos de Israwl i
mala intención, 23 o si le tiró sin verlo una recibiste orden de Yavé de dar la hereníl
piedra, sin tenerle enemistad ni querer da­ de Selofjad, nuestro hermano, a sus hljaj
ñarlo, y el otro muere, 24 la comunidad juz­ 3 Resulta que, si se casan con alguno A
gará entre el homicida y el vengador de la otra tribu de Israel, su parte se restará i
sangre según estas normas. 25 Salvará a es­ la herencia de nuestras familias y se anfí
te hombre de la mano del vengador de la dirá a la herencia de la tribu a la que vtfj
sangre y lo hará volver a la ciudad de asilo a pertenecer. Esta herencia se quitará A
en la que se refugió. Allí vivirá hasta la lo que nos tocó en suerte y, 4 cuando llf
muerte del sumo sacerdote ungido con el gue el año del jubileo para los hijos de li
óleo santo. 26 Pero si el hombre ha salido de rael, la herencia de ellas se añadirá a I
los límites de la ciudad de asilo en la que se de la tribu a la que van a pertenecer y m
ha refugiado, 27 y el vengador de la sangre restará de la herencia de la tribu de num
lo encuentra fuera del limite de su ciudad tros padres.»
de asilo, podrá matar al homicida, sin que 5 Moisés, según la orden de Yavé, manilo
le pidan cuenta por esa sangre. 28 Porque 10 siguiente a los hijos de Israel: «Los hijo*
aquél debía permanecer en su ciudad de de la tribu de José tienen la razón. 6 Enf
asilo hasta la muerte del sumo sacerdote. es la respuesta de Yavé referente a las hl
El homicida no volverá a su propiedad an­ jas de Selofjad: Tomarán por esposos a ■
tes de que haya muerto el sumo sacerdote. que bien les parezcan, con tal de que éstA
29 Estas serán normas de derecho para pertenezcan a un clan de la tribu de su n|
ustedes y para sus descendientes, donde­ dre. 7 Con eso la herencia de los israellti
quiera que vivan. no pasará de una tribu a otra, sino que ctf
30 En cualquier caso de homicidio, se da­ da uno estará vinculado a la herencia de li
rá muerte al asesino, según declaración de tribu de sus padres.
los testigos, pero un solo testigo no bastará 8 Toda hija que tenga una herencia
para condenar a muerte a una persona. una de las tribus de Israel se casará Cfl
31 No aceptarán rescate por un asesino, uno de la tribu de su padre. Con eso cadl
pues debe morir. 32 Tam poco aceptarán uno de los israelitas conservará la herencjl I
rescate del que se ha refugiado en una ciu­ de sus padres; 9 la herencia no pasará (|
dad de asilo y quiere volver a vivir en su una tribu a otra, sino que cada una de Iai
tierra antes de que muera el sumo sacer­ tribus de Israel quedará ligada a su herí
dote. 33 Cuídense de no profanar la tierra dad.»
en que están; sepan que la sangre es lo 10 Las hijas de Selofjad, pues, hicieron
que profana la tierra, y la tierra no queda tal como Yavé había mandado a Moisélj
expiada de la sangre derramada más que 11 Majlá, Tirsá, Joglá, Milcá y Noá tomi*
con la sangre del que la derramó. 34 No ha­ ron como esposos gente de su paren! ci
gan impura la tierra en que viven, y en me­ co. 12 Se casaron con los hijos de sus lio
dio de la cual moraré, pues yo, Yavé, ten­ paternos, de la familia de Manasés, hilo
go mi morada entre los hijos de Israel.» de José, y la posesión que se les habí«
adjudicado se conservó en la tribu de mi
La herencia de la m ujer casada padre.
13 Estas son las leyes y los mandatos q
1 Los jefes de familia del clan de Ga- Yavé dio, por medio de Moisés, a los hijo»
laad, hijo de Maquir, hijo de Mana- de Israel en las estepas de Moab, en las ori­
sés, uno de los clanes de José, se acerca­ llas del Jordán, enfrente de Jericó.
Deuteronomio significa «Segunda L e y », y fue llamado así por estar ubic^ 0
rn nuestra Biblia después del conjunto de leyes que ocupan los libros del Levíti
t o y de los Números. Sin embargo, fue escrito antes que éstos. Fue el primer
Intento para unificar mandamientos y costumbres y para dar a Israel la L ey en
i|iie encontraría la vida.
La primera redacción del Deuteronomio tuvo lugar cuando más de quinientos
años habían transcurrido desde el encuentro de Moisés con Dios. La tierra de
( lanaán había sido conquistada, el Reino de David y Salomón se había levantado
V, luego, dividido y debilitado. La provincia más grande y próspera, la del norte,
llamada Reino de Israel, había dejado de existir, y la misma suerte amenazaba al
Reino de Judá, la provincia del sur, en esos años del siglo V II antes de Cristo.
Fue entonces cuando llegó a ser pública esta L ey de Yavé, que denunciaba a
su pueblo la causa de sus reveses y le ofrecía una oportunidad para salvarse.
( Mvidada en el Tem plo durante la persecución de Manasés, su descubrimiento,
en el año 622 (2 R 22), originó la reforma de Josías.

Moisés y el Deuteronomio
El Deuteronomio fue recibido por el pueblo de Israel como palabra de Dios y
enseñanza de Moisés, pero quienes lo escribieron fueron sacerdotes y profetas,
resumiendo en estas páginas la experiencia adquirida a lo largo de su historia.
En forma ficticia, imaginan que Moisés, poco antes de su muerte, ve de ante­
mano la suerte trágica de su pueblo después de él. Y le atribuyen las adverten­
cias y las leyes que todavía podían salvar a Israel. En realidad, el Deuteronomio
aprovecha la predicación de los profetas referente a la justicia y el amor: es el
primer esfuerzo que se haya hecho en el mundo para crear una sociedad solida­
ria y fraternal.

El amor de Dios y la tierra de las promesas


Moisés había exigido la conquista de la tierra de Canaán. El Deuteronomio
dice que, siendo esta tierra un don de Dios, Israel, para conservarla, debe obser­
var la Ley.
Moisés había hablado de servir sólo a Yavé. El Deuteronomio, ahora, recuer­
da insistentemente a Israel que Y a vé lo ha amado. Israel deberá responder á
Dios con un amor de corazón (lo que no estaba en los diez mandamientos). Ver
l)t 6,1-9.
Am or a Dios, y fidelidad en servirlo: en esto está todo el libro. Desde el
liempo en que los hebreos recorrían con sus rebaños tierras que no eran suyas,
NUMEROS 35 la
vengador de la sangre dará muerte al ase­ ron y dijeron a Moisés ante los jefes de l«|
sino en cuanto lo encuentre. familias israelitas.
22 Pero si lo hirió por inadvertencia y sin 2 «Yavé te mandó que dieras la tierra
enemistad, o si le lanzó cualquier objeto sin herencia por suertes a los hijos de Israel l
mala intención, 23 o si le tiró sin verlo una recibiste orden de Yavé de dar la herencli
piedra, sin tenerle enemistad ni querer da­ de Selofjad, nuestro hermano, a sus hija»
ñarlo, y el otro muere, 24 la comunidad juz­ 3 Resulta que, si se casan con alguno £
gará entre el homicida y el vengador de la otra tribu ae Israel, su parte se restará di
sangre según estas normas. 25 Salvará a es­ la herencia de nuestras familias y se arti
te hombre de la mano del vengador de la dirá a la herencia de la tribu a la que vaQ
sangre y lo hará volver a la ciudad de asilo a pertenecer. Esta herencia se quitará &
en la que se refugió. Allí vivirá hasta la lo que nos tocó en suerte y, 4 cuando II*
muerte del sumo sacerdote ungido con el gue el año del jubileo para los hijos de li>
óleo santo. 26 Pero si el hombre ha salido de rael, la herencia de ellas se añadirá a l
los límites de la ciudad de asilo en la que se de la tribu a la que van a pertenecer y «
ha refugiado, 27 y el vengador de la sangre restará de la herencia de la tribu de nuei
lo encuentra fuera del limite de su ciudad tros padres.»
de asilo, podrá matar al homicida, sin que 5 Moisés, según la orden de Yavé, manT
le pidan cuenta por esa sangre. 28 Porque lo siguiente a los hijos de Israel: «Los hlji
aquél debía permanecer en su ciudad de de la tribu de José tienen la razón. 6 En
asilo hasta la muerte del sumo sacerdote. es la respuesta de Yavé referente a las
El homicida no volverá a su propiedad an­ jas de Selofjad: Tomarán por esposos a
tes de que haya muerto el sumo sacerdote. que bien les parezcan, con tal de gue éstOl
29 Estas serán normas de derecho para pertenezcan a un clan de la tribu ae su pl
ustedes y para sus descendientes, donde­ dre. 7 Con eso la herencia de los israelíti
quiera que vivan. no pasará de una tribu a otra, sino que q
30 En cualquier caso de homicidio, se da­ da uno estará vinculado a la herencia de
rá muerte al asesino, según declaración de tribu de sus padres.
los testigos, pero un solo testigo no bastará 8 Toda hija que tenga una herencia
para condenar a muerte a una persona. una de las tribus de Israel se casará c
31 No aceptarán rescate por un asesino, uno de la tribu de su padre. Con eso caj
pues debe morir. 32 Tam poco aceptarán uno de los israelitas conservará la herenl
rescate del que se ha refugiado en una ciu­ de sus padres; 9 la herencia no pasará
dad de asilo y quiere volver a vivir en su una tribu a otra, sino que cada una de l|
tierra antes de que muera el sumo sacer­ tribus de Israel quedará ligada a su her
dote. 33 Cuídense de no profanar la tierra dad.»
en que están; sepan que la sangre es lo 10 Las hijas de Selofjad, pues, hiciei
que profana la tierra, y la tierra no queda tal como Yavé había mandado a Moir
expiada de la sangre derramada más que " Majlá, Tirsá, Joglá, Milcá y Noá toi
con la sangre del que la derramó. 34 No ha­ ron como esposos gente de su parent«]
gan impura la tierra en que viven, y en me­ co. 12 Se casaron con los hijos de sus tíí
dio de la cual moraré, pues yo, Yavé, ten­ paternos, de la familia de Manasés, hll
go mi morada entre los hijos de Israel.» de José, y la posesión que se les habí
adjudicado se conservó en la tribu de 3
La herencia de la mujer casada padre.
13 Estas son las leyes y los mandatos q
E »g ] 1 Los jefes de familia del clan de Ga- Yavé dio, por medio de Moisés, a los hijl
L — I laad, hijo de Maguir, hijo de Mana- de Israel en las estepas de Moab, en las oj
sés, uno de los clanes de José, se acérca­ lias del Jordán, enfrente de Jericó.
Deuteronomio significa «Segunda L e y », y fue llamado así por estar ubic«i0
en nuestra Biblia después del conjunto de leyes que ocupan los libros del Levíti
eo y de los Números. Sin embargo, fue escrito antes que éstos. Fue el primer
miento para unificar mandamientos y costumbres y para dar a Israel la L ey en
que encontraría la vida.
La primera redacción del Deuteronomio tuvo lugar cuando más de quinientos
años habían transcurrido desde el encuentro de Moisés con Dios. La tierra de
( anaán había sido conquistada, el Reino de David y Salomón se había levantado
V, luego, dividido y debilitado. La provincia más grande y próspera, la del norte,
llamada Reino de Israel, había dejado de existir, y la misma suerte amenazaba al
Reino de Judá, la provincia del sur, en esos años del siglo V II antes de Cristo.
Fue entonces cuando llegó a ser pública esta L ey de Yavé, que denunciaba a
nu pueblo la causa de sus reveses y le ofrecía una oportunidad para salvarse.
( ílvidada en el Tem plo durante la persecución de Manasés, su descubrimiento,
en el año 622 (2 R 22), originó la reforma de Josías.

Moisés y el Deuteronomio
F1 Deuteronomio fue recibido por el pueblo de Israel como palabra de Dios y
enseñanza de Moisés, pero quienes lo escribieron fueron sacerdotes y profetas,
resumiendo en estas páginas la experiencia adquirida a lo largo de su historia.
En forma ficticia, imaginan que Moisés, poco antes de su muerte, ve de ante­
mano la suerte trágica de su pueblo después de él. Y le atribuyen las adverten-
t ias y las leyes que todavía podían salvar a Israel. En realidad, el Deuteronomio
aprovecha la predicación de los profetas referente a la justicia y el amor: es el
primer esfuerzo que se haya hecho en el mundo para crear una sociedad solida-
lia y fraternal.

I I amor de Dios y la tierra de las promesas


Moisés había exigido la conquista de la tierra de Canaán. El Deuteronomio
lllce que, siendo esta tierra un don de Dios, Israel, para conservarla, debe obser­
var la Ley.
Moisés había hablado de servir sólo a Yavé. El Deuteronomio, ahora, recuer-
iln insistentemente a Israel que Y a vé lo ha amado. Israel deberá responder a
I >íos con un amor de corazón (lo que no estaba en los diez mandamientos). Ver
1)16,1-9.
Amor a Dios, y fidelidad en servirlo: en esto está todo el libro. Desde el
(lempo en que los hebreos recorrían con sus rebaños tierras que no eran suyas,
DEUTERONOMIO 1 lili

Israel había experimentado cambios y progresos, tanto en lo económico como en 1«


cultural. Ahora eran una nación y trataban de hacer buena figura entre los grandesB sib¡
su tiempo. Siendo dueños de su/uerra, dotados de un poder central, con un ejérdj.lio
con templos y un clero respetfao, pagaban un tributo a su Dios, pero en realidad,
vivían más que para sí miamos. El libro les recuerda que si bien han olvidado
misión, Dios no se fijó w ellos más que para ponerlos a su servicio. Y les quii r
todo lo que ahora consideran suyo, si ésta es la condición para que vuelvan a amaili
por encima de todo.

' Estas solías palabras que dijo Moi­ ha multiplicado y son ahora tan numei
E sés a Israel, al otro lado del Jor­ sos como las estrellas del cielo. " ¡Yavi
dán, en oPaesierto. Estaba en la Araba Dios de sus padres, los haga crecer 3
frente a/uf, entre Parán y Tofel, entre La- veces más y los bendiga como se lo pro
bam, ¿óserot y Dishab. 2 Desde el Horeb metió! 12 Pero ¿cómo los atenderé yo solo » i■
h ast/'^dés Barné, habían corrido once y me haré cargo de sus pleitos? 13 Buií in»
día/ae camino por los montes de Seír. 3 El quen, pues, entre ustedes hombres
¿ io 40 después de la salida de Egipto, el bios, perspicaces y experimentados ,
/día primero del undécimo mes, Moisés co­
municó a los hijos de Israel todo cuanto
cada una de sus tribus, y yo los pondré
frente del pueblo.
i
Yavé le había ordenado respecto a ellos. 14 Ustedes me respondieron: “Está bi
4 Esto sucedió después de derrotar a Si-lo que tú nos propones hacer”. 15 Tomé 4
jón, rey de los amorreos, que habitaba en tonces de entre los jefes de sus tribl
Jesbón, y a Og, rey de Basán, que reinaba hombres sabios y experimentados y ||
en Astarot y en Edreí, 5 pues estaban en el puse al frente de ustedes como jefes
país de Moab, al otro lado del Jordán, millar, de cien, de cincuenta y de diez, .
cuando Moisés comenzó a exponer esta como también secretarios para cada m
ley. Y les dijo: de las tribus.
16 Entonces di a los jueces las siguientli
Primer discurso de Moisés: los jueces instrucciones: ‘Ustedes atenderán las qua iip
jas de sus hermanos, y decidirán, sea qir
• 6 “Yavé, nuestro Dios, nos habló así en
el monte Horeb: “Ustedes han demorado
bastante tiempo en esta montaña. 7 En
marcha, partan. Ustedes entrarán en el te­
el pleito oponga un israelita a su hermanl
o bien un israelita a uno de los extranjei
que viven en medio de nosotros.
17 Cuando juzguen, no se dejarán influeHj]
3
rritorio de los amorreos y en los territorios ciar por persona alguna, sino que escucffl
vecinos: la Arabá, la Montaña, la Tierra rán lo mismo al pobre que al rico, al podi»
Baja, el Negueb y la costa del mar, es de­ roso que al débil, y no tendrán miedo
cir todo el país de Canaán y el Líbano, nadie, pues el juicio es cosa de Dios. Si
hasta el gran río Eufrates.
problema les resulta demasiado difícil, fl
8 Miren: ésta es la tierra que les he re­ lo pasarán a mí, y yo lo veré.
servado; vayan y tomen posesión de la f8 Así, pues, en aquel entonces les ordi
tierra que Yavé juró dar a sus padres,
a ustedes todo lo que tenían que hacei
Abrahán, Isaac y Jacob y a todos sus des­
cendientes.”
9 Fue entonces cuando les dije: ‘ NoRecuerda la rebeldía de Cadés
puedo hacerme carao yo solo de todos 19 AI fin, habiendo partido del Horeb, an
ustedes. 10 Yavé, el Dios de ustedes, los frentamos aquel enorme y temible desierto

• 1 .6 Cada nación tiene sus leyes, fruto tan­ sobre los acontecimientos del desierto, espeí
to de una larga experiencia del pueblo com o de mente sobre lo sucedido en Cadés, oasis del
una reflexión de sus dirigentes. Del m ism o m o­
do se form aron las leyes de Israel. P ero la exp e­
riencia de Israel fue diferente de la de cualquier
otro pueblo.
de Palestina en que los israelitas estuvieron “
renta años.” S
El prim er capítulo recuerda la institución de 1(1
jueces, pues Moisés fue el primer legislador de «>
D esde el com ien zo Israel experim entó, a la pueblo, y los que vinieron después de él se refll
vez, el orgullo de ser un pueblo libre y la obliga­ ron siempre a su autoridad. También recuerd
ción d e portarse com o el pueblo de Dios. C om o rebeldía de Cadés: desde los principios de su .._
se puede ver en el Exodo, Dios los libertó para toria, Israel com probó lo caro que costaba o ]fl
ue lo sirvieran. P o r lo tanto, los autores del
S 'euteronomio colocan com o introducción a las
leyes d e Israel un largo discurso puesto en boca
nerse a la sabia dirección de su Dios.
Los capítulos dos y tres cuentan la llegada a I
tierra prometida: Y avé es quien los llevó a su ill
de Moisés, en el que se recuerda esa experiencia rra y deben hacerle caso si quieren seguir vivlufr
inicial de Israel. Estos prim eros capítulos vuelven d o libres en su país.
w/ DEUTERONOMIO 2
|UI vieron, cam ino de la montaña del enemigos; ellos sí entrarán, pues no cono­
•«morreo, como Yavé nos lo mandaba, y cen todavía el bien y el mal. A ellos se la
H.immos a Cadés Barné. daré, y ellos la poseerán. 40 Pero ustedes
* Entonces les dije: “Hemos llegado a vuelvan atrás y partan hacia el desierto del
"•i.i montaña del am orreo, que Yavé, Mar Rojo.”
MiwHtro Dios, nos da. 2' Mira, Israel, Yavé 41 Ustedes me respondieron: “Hemos pe­
|miin* a tu disposición todo este territorio; cado contra Yavé, nuestro Dios. Iremos y
wlic, pues, y toma posesión de él como combatiremos como él nos ha ordenado.
*.iv»*, el Dios de tus padres te ha dicho. Mo Y tomaron cada uno sus armas y les pare­
iin||.is miedo ni te desanimes.” ció fácil escalar los cerros. 42 Pero Yavé me
IEntonces todos ustedes se acercaron a dijo: “Adviérteles que no vayan a pelear,
ful y me dijeron: “Manda mejor algunos pues yo no estoy con ellos, no sea que se­
mimbres delante de nosotros para que ex- an derrotados por el enemigo.”
l«l<iren el país y nos enseñen los caminos 43 Yo se lo dije, pero ustedes no escucha­
■Ul llevan a las ciudades que podremos ron; desobedecieron la orden de Yavé y su­
•«nllar". bieron a los cerros. 44 Entonces los amo-
' Me pareció bien esa propuesta y tomé rreos, habitantes de aquellos cerros, les
entre ustedes doce hombres, uno por tri- salieron al encuentro, los persiguieron co­
t , H los cuales partieron, subieron a los ce­
llo» y llegaron hasta el Valle del Racimo,
mo hacen las abejas y los acuchillaron
desde Seír hasta Jorma. 45 Ustedes al vol­
f ir recorrieron a pie. 25 Allí tomaron de las ver lloraron en presencia de Yavé, pero él
Rutas del valle y, al volver, nos contaron có­ no quiso escucharlos ni atender sus rue­
mo les había ido. Nos dijeron: “Buena es la gos. 46 Ustedes entonces se establecieron
•irn,i que Yavé nos da.” por largos años en Cadés; ustedes saben
* Ustedes, sin embargo, no quisieron cuánto tiempo estuvimos allá.
-ulilr, sino que se rebelaron contra las ór-
li'iirs de Yavé. 27 Y empezaron a murmu- El camino por el desierto
lai en sus tiendas: “Yavé no nos quiere;
fililí hizo salir de Egipto para entregarnos a ' Luego volvimos al desierto por el ca­
U umorreos, que acabarán con todos no- mino del Mar Rojo, como Yavé me ha­
bía ordenado, y anduvimos largo tiempo
»nlros. 28 ¿A dónde nos están llevando?
Un mensajeros dicen que la gente de allá rodeando los cerros de Seír.
2 Entonces Yavé me habló: 3 “Ustedes
N más fuerte y más numerosa que noso-
lloii; las ciudades son grandes y con mu- llevan mucho tiempo rodeando estos ce­
Millos que llegan al cielo; incluso se han rros; vayan hacia el norte. 4 Pero tú darás
»lulo allí gigantes. Con esto se nos ha ido esta orden al pueblo: ‘Van a pasar por el
territorio de sus hermanos, los hijos de
inojo el ánimo.”
Entonces yo les dije: 30 “No teman ni Esaú, aue habitan en Seír. Ellos los temen
a ustedes, pero, mucho cuidado, 5 no los
iniiiiun miedo de ellos. Yavé, nuestro Dios,
hur los conduce a ustedes,peleará por us-
ataquen, porque yo no les daré nada de su
ii'.li-s como ya lo hizo en Egipto 3' y en el tierra, ni siquiera donde poner el pie. Se­
•I«ulerto. Han visto cómo los llevó durante pan que los cerros de Seír se los ne dado
|nilo el camino, como un padre lleva a su en posesión a Esaú, 6 y ustedes les com­
filjn, hasta que llegam os a este lugar.” prarán con plata los alimentos que coman,
' Pero ni aun así creyeron a Yavé, nues- e incluso el agua. 7 Piensen que Yavé nos
|tn Dios. 33 El, sin embargo, era quien ha- ha bendecido en todas nuestras obras; él
k|n Ido delante de ustedes durante todo el había previsto nuestro camino por el de­
vi(t|i*, enseñándoles los sitios donde debían sierto y hace ya cuarenta años que Yavé
lnvnntar su campamento, señalándoles el está con ustedes, sin que nada les haya
i «mino, de noche con la columna de fuego faltado.”
, de día con la nube. 8 Pasamos, pues, por el lado de nuestros
HAl escuchar Yavé sus quejas, se indig- hermanos, los hijos de Esaú que habitan
ii" y juró: 35 “Ningún hombre de esta gene- en Seír. Dejamos el camino qué lleva a la
••Híún perversa verá la espléndida tierra Arabá desde Elat y Asión Gaber y avanza­
•|iu- yo juré dar a sus padres, 36 excepto mos por el camino del desierto de Moab.
' nleb. hijo de Jefoné; él la verá y yo le da­ 9 Yavé me dijo entonces: “No ataques a
té n él y a sus hijos la tierra que ha pisado, Moab ni lo provoques al combate, pues
i"iu|ue ha seguido fielm en te a Y a v é ” . yo no te daré nada de su país. Quise que
' Por culpa de ustedes.Yavé se enojó la ciudad de Ar perteneciera a los hijos
lumbién conmigo y me dijo: “Tampoco tú de Lot.”
mirarás allí; 38 sera tu ayudante Josué, hijo 10 (Antiguamente habitaban allí los emíos,
•li Nun, el que entrará. Dale autoridad, pueblo grande, numeroso y de alta estatu­
mitin él ha de entregar a Israel su herencia. ra, como los enaceos. 11 Tanto a ellos co­
Allí entrarán los pequeños de ustedes, de mo a los enaceos se los tenía por gigantes,
lii» que dijeron que iban a ser presa de sus pero los moabitas los llamaban emíos.
DECITERONOMIO 2 li

'2 Asimismo en Seír habitaron antigua­ 30 Pero Sijón, rey de Jesbón, no quiso dr
mente los horeos, pero los hijos de Esaú jarnos pasar por allí, pues aquel día Yavé,
los echaron, los exterminaron y se esta­ nuestro Dios, quiso que se pusiera duro1
blecieron en su lugar, como lo hizo Israel cerrado, para que así cayera en nuestri
en la tierra que Yavé le dio como posesión manos.
suya.) 31 Entonces Yavé me habló: “Ya ves qui
13 “Y ahora ¡pasen el torrente de Zared!” he comenzado a entregarte Sijón y su tío
14 Pasamos, pues, el torrente de Zared. El rra; ustedes empezarán la conquista co f
tiempo que estuvimos caminando desde quistando su tierra.” 32 Salió, pues, Sijó
Cades Barné hasta el paso del torrente fue con toda su gente a presentarnos batall
de treinta y ocho años, hasta que hubo de­ en Yahas, 33 y Yavé, nuestro Dios, nos 1
saparecido del pueblo toda la generación entregó y lo derrotamos junto con sus hiji
de los hombres/aptos para la guerra, como y toda su gente. 34 En ese tiempo tomamj
les había dicho Yavé. 15 La mano de Yavé todas sus ciudades y las consagramos I
hizo lo necesario para eliminarlos del cam­ anatema, matando a sus habitantes, hon
pamento hasta que desaparecieran todos. bres, mujeres y niños, sin perdonar vida a
16 Mqertos, finalmente, todos aquellos guna, 35 salvo la de los animales, que fui
guerreros, 17 Yavé me dijo: 18 “Tú vas a pa­ ron parte del botín como los despojos
sar hoy por las fronteras de Moab, frente a las ciudades que ocupamos.
tafciudad de Ar, 19 y te encontrarás con los 36 Desde Aroer, ciudad situada sobre
ámonitas. No los ataques ni los provo­ pendiente del torrente Arnón, y la ciudai
ue está abajo, hasta Galaad, no hubo i
ques, pues yo no te daré nada de la tierra
de los amonitas: sepan que se la di a los 3ea ni ciudad que no tomáramos: Yav
nuestro Dios, nos las entregó todas. 37 P
hijos de Lot.”
20 (Esta tierra también fue considerada ro, com o Yavé, nuestro Dios nos habí
como país de gigantes, pues en ella habi­ prohibido la tierra de los amonitas, no t<>
taban antiguamente unos refaítas, o gigan­ camos las ciudades de la pendiente del "
tes, que los amonitas llaman zamzumitas, boc ni las ciudades de los cerros.
21 pueblo grande, numeroso y de altura
descomunal, a semejanza de los enaceos. ro ] 1 Dando una larga vuelta, tomamos >s rl
Yavé los exterminó por mano de los amo­ camino de Basan. Og, rey de Bas(. s.u
nitas e hizo que éstos poblaran la tierra en vino a nuestro encuentro con todo su pun >ur
su lugar. 22 Lo mismo había hecho con los blo y nos presentó batalla en Edreí. 2 Ya'
horitas que fueron exterminados en Seír me dijo: “No le tengas miedo porque yo
por los hijos de Esaú. Y los amonitas habi­ he entregado en tus manos con toda
taron la tierra de los refaítas hasta el día de gente y con su misma tierra, para que h
hoy. 23 En aquel tiempo los avitas también gas con él lo mismo que hiciste con Sijó
vivían en campamentos extendiéndose ha­ el rey amorreo que habitaba en Jesbón
cia Gaza, pero fueron exterminados por los 3 YYavé entrego en nuestras manos a 0
caftoreos que habían salidos de Caftor, los rey de Basán, con todo su pueblo; los derro
cuales ocuparon su lugar.) tamos en tal forma que no quedó nadie cc~
24 “Marchen, pues, y pasen el torrente devida. 4 Nos adueñamos de todas sus ciudi
Arnón. Miren, yo pongo en manos de uste­ des, no hubo población que se nos escapl
des a Sijón, rey ae Jesbón, el amorreo, y ra; nos apoderamos de sesenta ciudaae
todo su país. Empieza, pues, desde ahora, toda la comarca de Argob, del reino de 0¡
a ocupar su tierra y a hacerle la guerra, 25 y en Basán. 5 Todas eran ciudades fortificad
yo, por mi parte, comienzo a infundir terror con muros altos, con puertas y trancas, 3
y miedo de ti entre todos los pueblos que contar los pueblos del campo, que eran ii
hay debajo del cielo. Al oír tu nombre tem­ numerables.
blarán y se desmayarán ante ti.” 6 Los consagramos en anatema, exterm
nando a aquella gente, como lo habíami
La victoria sobre Sijón y Og hecho con Sijón, rey de Jesbón: acabami
con todas las ciudades, hombres, mujeri.
26 Del desierto de Quedemot envié men­y niños. 7 Solamente guardamos los despi
sajeros a Sijón, rey de Jesbón, con estas jos de las ciudades y todo el ganado.
palabras de paz: 27 “Quiero pasar por tu 8 Nos hicimos, pues, dueños de la tier
país, pero seguiré el camino sin desviarme de los dos reyes amorreos, el país de Tra
ni a la derecha ni a la izquierda. 28 Vénde­ Jordania, desde el torrente de Arnón has
nos los alimentos que consumamos, lo el monte Hermón 9 (los sidonios llama
mismo que el agua que bebamos, 29 y dé­ Siryón al Hermón y los amorreos lo llami
janos pasar tan sólo como lo hicieron los Senir). 10 Y tomamos todas las ciudades
nijos ae Esaú que habitan en Seír y los la meseta y toda la tierra de Galaad y
moabitas que moran en Ar, hasta que lle­ Basán hasta Selca y Edreí, ciudades d
guemos al Jordán y entremos en la tierra reino de Og, en Basán. 11 Og, rey de Bfl
que nos da Yavé, nuestro Dios.” sán, era el último superviviente ‘ ; de la ra*
189 DEÜTERONOMIO 4

de los gigantes. En Rabba, ciudad de los ciones a Josué. Le dije: “Con tus propios
amonitas, se muestra su cama de hierro, ojos has visto lo que Yavé ha hecho con
la cual tiene cuatro metros cincuenta de estos dos reyes: así lo harás con todos los
largo y dos de ancho. reinos donde has de pasar; 22 no los te­
12 Nos adueñamos, pues, en aquel tiem­man, porque Yavé combate por ustedes.”
po de ese país. Yo di a las tribus de Rubén 23 Entonces supliqué así a Yavé: 24 “Ya­
y de Gad la mitad de los cerros de Galaad vé, mi señor, tú has comenzado a manifes­
con sus ciudades, desde Aroer, situada a tar tu grandeza y tu mano fuerte; pues
la orilla del torrente de Arnón. 13 Y entre­ ¿qué Dios hay en los cielos o en la tierra
gué a la media tribu de Manasés la otra que pueda hacer obras y hazañas como
mitad de Galaad y el Basán, el reino de las tuyas? 25 Déjame, por Favor, pasar y ver
Og, o sea toda la comarca de Argob y el esta espléndida tierra del otro lado del Jor­
Basán. Era llamado tierra de los refaitas. dán, aquellos espléndidos cerros y tam­
14 Yair, hijo de Manasés, se adueñó debién el Líbano.”
toda la comarca de Argob hasta los tér­ 26 Pero Yavé se había enojado conmigo
minos de los gesuritas y de los macad­ por culpa de ustedes y no me escuchó,
las. Dio su nombre a estos pueblos que antes bien me dijo: “Basta ya, no me ha­
todavía hoy se llaman aldeas de Yair. bles más de eso, 27 pero sube a la cumbre
14 Lo que es a Maquir, le di parte de Ga­ del Pisga y desde allí mira al oeste y al
norte, al sur y al oriente. Tú verás la tierra,
laad.
pero no pasarás ese Jordán. 28 Da tus ór­
16 A las tribus de Rubén y de Gad les di denes a Josué, dale autoridad y dale áni­
parte de Galaad hasta el torrente de Ar­ mo, pues él es quien ha de encabezar a
nón. Sus fronteras pasaban por el medio ese pueblo y le distribuirá la tierra que vas
del torrente y, por el lado de los amonitas, a ver.” 29 Nos quedamos, pues, en el valle
el torrente de Yabok servía de frontera.
frente a Bet-Peor.
|; También les di la Arabá, siendo el Jor­
dán su frontera desde Kineret hasta el mar
de la Arabá, llamado Mar Salado, al pie Observen la ley
del monte Pisga, al oriente.
18 Entonces yo les di estas órdenes: • 1 Y ahora, Israel, escucha las
"Yavé, nuestro Dios, les ha dado esta tie­ norm as y los m an dam ientos
rra en propiedad. Y mientras los guerre­ que yo te enseño, para que los pon­
ros, toaos los hombres valientes, irán ar­ gas en práctica. Así vivirás, y entra­
m ados al fren te de sus h erm an os
Israelitas, 19 sus mujeres, sus hijos y sus rás al país que te da Yavé, Dios de
rebaños, sus numerosos rebaños, se que­ tus padres, y tomarás posesión de él.
darán en los pueblos que yo les he dado. 2 rio añadirás nada a lo que yo te
En cuanto Yavé haya dado a sus her­ mando, y no le quitarás nada, sino
manos un lugar de descanso, como ya hi­ ue guardarás los mandamientos de
zo para ustedes, y se hayan adueñado de avé, tu Dios, tal com o yo se lo or­
la tierra que les daré al otro lado del Jor­
dán, entonces cada uno de ustedes volve­ deno. 3 Has visto con tus propios
rá aquí a la heredad que les he dado. ojos lo que hizo Yavé en Baal-Feor,
21 En aquel tiempo di también instruc­ pues acabó con todos aquellos que

• 4.1 Moisés saca lección de las experiencias nuestro alcance. A pesar de que no lo vemos, con
pasadas y, para persuadimos de que observemos toda certeza lo reconocem os y, siempre que se
la Ley de Dios, nos invita a abrir los ojos: Ustedes, acerca, nos deja seguros.
inte fueron fíeles a Yavé, su Dios, están hoy to­ T od a la Biblia insiste en la realidad, en el va­
llos vivos, mientras que los demás han muerto. lor histórico de dichas intervenciones: Ten m u­
I ntre los muchos “muertos” que se agitan y pe- cho cuidado de no olvidarte de estas cosas
ii-an entre sí en nuestro mundo, el creyente vive. Y que tus ojos han visto (9). Bien es cierto que
también, pregunta Moisés: ¿Qué nación hay tan la historia de M oisés se escribió siglos después
mande que tenga normas y mandamientos tan y que los recuerdos de dicha peregrinación por
justos como esta ley? el desierto se transform aron en leyendas. P e ro
Sin embargo, hay m om entos en la vida en que no se habrían forjado las leyendas referentes al
líos asaltan (as tentaciones y nos parece que, al maná, la nube y el paso del mar, si la com uni­
dejar a un lado la orden divina, encontraríamos la dad de Israel no hubiera experim entado la P ro ­
felicidad; es entonces cuando debem os recordar videncia de Dios y su m ano firm e en muchas
que ésta es ley divina y no necesita nuestra apro­ ocasiones.
bación: no añadirás ni quitarás nada. El que lea la Biblia sin compartir la fe que la
¿Qué nación hay tan grande, cuyos dioses se anima, piensa que todo lo sobrenatural fue pura
merquen como Yavé? (7). Los dioses, falsos ami­ imaginación y procede de mentalidad primitiva.
nas, proyección de nuestros fantasmas; jugamos En cambio, el que ha reconocido la presencia de
i <>n ellos y tratamos de ganarles para que se reali- Dios en el mundo, entiende que también a Israel
n*ii nuestros planes. Dios, en cambio, está con el le sobraron m otivos para reconocer que Dios lo
peso de su misterio tan presente com o fuera de había elegido.
DEÜTERONOMIO 4 190
se fueron tras el baal. 4 En cam bio 12 Yavé les habló entonces en medio
ustedes, que fueron fieles a Yavé, su del fuego. Ustedes oyeron el rumor
Dios, están hoy todos vivos. de las palabras, pero no vieron figuro
5 Mira: com o Yavé, mi Dios, m e haalguna, sólo oían una voz.
ordenado, te he enseñado normas y 13 Y Y a v é les d io a c o n o c e r s
leyes para que las pongas en prácti­ Alianza, en la que les ordenó obser­
ca en la tierra en que vas a entrar y var sus diez mandamientos, y los es
ue pasará a ser tuya. 6 Si las guar­ cribió en las dos tablas de piedra.
an y las practican, pasarán por sa­ M En aquel día a mí me ordenó ense­
bios e inteligentes a los ojos de los ñarles las normas y los mandamien­
pueblos que tengan conocimiento de tos que ustedes pondrán en práctico
todas estas leyes; y dirán: “¡Qué pue­ en la tierra donde van a entrar y que
blo tan grande! Solo él tiene sabidu­ pasará a ser suya.
ría e inteligencia.” 15 Mediten bien lo que van a hacer,
7 En verdad, ¿qué nación hay tanU stedes no vieron figura alguna el
grande, cuyos aloses se acerquen a día en que Yavé les habló en el mon­
ella c o m o lo h ace para nosotros, te Horeb en medio del fuego. 16 Por
siem p re que lo in v oca m os, Y a vé, tanto no vayan a corromperse: no se
nuestro Dios? 8 ¿Y qué nación hay hagan un ídolo, o sea, cualquier coso
tan grande que tenga normas y man­ esculpida con forma de hombre o de-
damientos tan justos com o esta ley mujer; 17 ni con forma de algún ani
que yo te entrego hoy? mal de los que viven en la tierra, o de
9 Pero ¡fíjate bien! Ten mucho cui­algún ave que vuela en el cielo; 18 ni
dado de no olvidarte de estas cosas de algún reptil de los que se arras­
que tus ojos han visto. Guárdalas en tran sobre la tierra, ni ae algún pez
tu interior todos los días de tu vida, y de los que viven en el agua debajo
repíteselas a tus hijos y a tus nietos. de la tierra. 19 Cuando mires al cielo y
veas el sol, la luna, las estrellas y to­
• 10 Me refiero al día en que uste­ dos los astros del firmamento, no te
des estuvieron en presencia de Yavé dejes arrastrar a adorarlos com o dio­
en el m o n te H oreb y él m e d ijo : ses y a servirlos, pues Yavé, tu Dios,
“ Reúneme al pueblo para que oiga dejó que fueran la parte de los demás
mis palabras. Así me temerán mien­ pueblos, 20 pero a ustedes los tomó y
tras vivan en esa tierra y enseñarán los sacó del horno que es Egipto, pa­
estas palabras a sus hijos.” 11 Enton­ ra que fueran su propio pueblo como
ces ustedes se acercaron y permane­ lo son ahora.
cieron al pie del monte. Este ardió en 21 Por culpa de ustedes Y a v é se
llamas hasta el mismo cielo entre ti­ enojó contra mi y juró que yo no pa­
n iebla s de nube y e s p e sa niebla. saría el Jordán ni entraría en la es-

• 10. Moisés recuerda la experiencia del Sinaí labra escuchada: ver R om 10, 14-17. ¡Felices los
(llamado aquí monte Horeb), porque la fe se fun­ que creen sin haber visto! C reem os en una ver­
ver-
da sobre una experiencia. Cuando Pablo trate de dad que nos transmite el pueblo de Dios, la Igle­
confirmar en su fe a los cristianos tentados de e x ­ sia. Para un ^cristiano ninguna revelación partícul
traviarse, les recordará la experiencia mística que lar, ningún “ mensaje divino” recibidos por tal o]
tuvieron al ingresar a la Iglesia (G ál 3 ,1 ; H eb cual puede tener algún valor si no está en primr*
mer
12,18). lugar en perfecta armonía y en total depeaenc ncia'
Ustedes no vieron figura alguna, sólo oían d e la Palabra de D ios así c om o también dee m lai 9
una voz (12). N ótese la oposición entre ver y oír. Iglesia, a la que Dios ha escogido para que sea
En ella está toda la oposición entre los falsos cul­ testigo y garantía de aquélla (H e 10,41). r
tos y la fe verdadera. No se hagan un ídolo, o sea, cualquier cosí
El hombre crea sus dioses (dioses antiguos o esculpida (16). Vuelve la prohibición d e haca]
m odernos), de acuerdo con su p rop ia m anera cuakjuier imagen de Dios. V er el com entario dt
de ver y de entender el sentido de la existencia.
El hombre es el que pinta sus dioses y se fabrica N o te dejes arrastrar a adorarlos com o dio• i
su verdad a la medida de su propia mente, que ses y a servirlos. En nuestros días nadie habla de
solam ente se fija en lo visible, en lo inmediata­ adorar algo o a alguien. P ero adorar no es más
m ente eficaz, en lo que se pueda gozar y ap ro­ que entregar a otro mi libertad, y asi es com o I
vechar. muchos actualmente sirven a los ídolos de la so- 1
La fe verdadera, en cambio, se apoya en la pa­ ciedad y del consumismo.
191 DEÜTEROMOMIO 4

pléndida tierra que él les da en he- un pequeño número, repartidos entre


irncia. 22 Pero aunque yo muera en las naciones a las que Yavé los lleva­
i’ste país y no pase el Jordán, uste­ rá. 28 Allí tendrán que servir a dioses
des lo pasarán y poseerán esa e s ­ fabricados, que no son más que m a­
pléndida tierra. 2* Guárdate, pues, de dera y piedra, que ni ven, ni oyen, ni
olvidar la Alianza que Yavé ha pacta­ comen, ni sienten. 29 Allí buscarás a
do contigo y no te hagas ídolos, o Yavé, tu Dios, y lo encontrarás si lo
Mia imágenes de todo lo que Yavé tu buscas con todo tu corazón y toda tu
Dios te na prohibido. 24 Sepas gue alma.
Y.ivé, tu Dios, es un fuegadevorador, 30 Cuando estas desgracias te ha­
un Dios celoso. * yan venido encima, volverás por fin a
Yavé en medio de tu angustia y harás
• 25 Cuando tengas hijos y nietos y caso a sus palabras. 31 Pues Yavé, tu
hoyan envejecido en el país, no va- Dios, es un Dios misericordioso, que
yon a corromperse teniendo ídolos y no te rechaza ni te destruye del todo,
nociendo lo que desagrada a Yave. ni olvida la Alianza que juró a tus pa­
1 Pues si lo irritan, desaparecerán de dres.
lii tierra que va a ser de ustedes, al
pasar el Jordán; el cielo y la tierra Has sido elegido por Dios
ion testigos de mis advertencias: us­
tedes serán reducidos a nada. • 32 Pregunta a los tiempos pasa­
27 Y a v é los dispersará entre losdos. Investiga desde el día en que
pueblos y sólo quedará de ustedes Dios creó al hombre sobre la tierra.

• 25. Estas líneas nos hacen pensar en la turalmente a sus relatos de los orígenes prescrip­
Comparación del hijo pródigo (Le 15). Israel, por ciones de orden moral.
«•i pueblo elegido, tenía m ayor responsabilidad, El Dios de la religión (o los dioses, pues el poli­
'.ii tierra era don de Y avé y la perderían al alejar- teísmo está muy difundido) es servido por un cle­
io «le él. Israel vivía entonces según el régim en de ro que, en nombre del pueblo, le agradece los
la Primera Alianza en el Sinaí. Esperaba de Dios bienes que da a los hombres y le ruega para que
•|<mes materiales, prosperidad, tierras y tranquili- renueve sus beneficios a lo largo del año que vie­
ilml. Y Y avé no le mostraba otro castigo que un ne. Así es com o las fiestas religiosas están consti­
oventual destierro: perder esa tierra maravillosa. tuidas principalmente por acciones de gracias y
Pero también viene la promesa: A llí buscarás primicias, com o lo vemos también en los textos
n Yaué, tu Dios (29). rituales del Antiguo Testamento. La religión es
p or naturaleza con servadora, pues asegura la
buena marcha del mundo; sin “ esperanza ’ pues
• 32. Jamás hubo una cosa tan extraordina- el hombre nada tiene de nuevo que esperar, sino
. i.i (34). V e r el comentario de 4,9. sólo aguardar que el mañana le dé com o el hoy
Muchas personas piensan que, para la Biblia, lo que necesita en este mundo.
Ir» importante es “ creer en D ios.' Esta expresión A l abrir la Biblia y al hacer nuestra “profesión
io presta mucho a confusión. La fe de la Biblia de fe ” , reconocem os que también som os un pue­
ñu está en creer que Dios existe, o que Dios es blo religioso; ¿no decimos acaso: “ C reo en Dios
Poderoso, o que Dios puede ayudamos. L o im­ T od op odero, Creador del cielo y de la tierra” ?
portante, para la Biblia, era que Dios hubiera ele- P ero esta religión que confesamos ha sido total­
ijlilo a Israel para una misión única en el mundo, m ente transfigurada por la fe: el Dios Creador se
i|iii! Dios fuera el único Dios y que Israel fuera di­ ha “ revelado , se ha manifestado al pueblo de Is­
luíante de todos los demás pueblos. rael al que escogió desde toda la eternidad para
que fuera su “ testigo en m edio de las naciones.”
A lo largo de los siglos Dios se ha “ revelado” in­
1(1 L IG IO N Y F E cluso en la historia ae Israel: condujo a su pueblo,
Estos dos términos aparecen constantemente com o un padre guía a su hijo (Dt 1,31) a una ple­
. liando hablamos de nuestra relación con Dios. nitud que el hombre no puede concebir ni siquie­
I '.•iremos sin embargo saber lo que entendemos ra im aginar (Ef 1,15-23; 3 ,14-21; C ol 1,9-14;
i h>i "religión” y lo que queremos decir cuando 1,25-27).
lint llamos de la fe. Dios se da a conocer tal cual es y lleva al hom ­
I .os pueblos de la antigüedad y muchos hom- bre a una comunión de am or eterno con él (Jn
Itrns de hoy en día son “religiosos” : creen que el 17,21). De ahí que la esperanza, al menos tal cual
mundo en que viven es obra d e un Dios creador nos la define Pablo (Rom 8,24-25) está en el c o­
que hizo el cielo y la tierra y todo lo que ellos razón mismo de nuestra fe, y si nuestra acción de
••mlienen.” Es por eso que encontramos en to- gracias se eleva siempre a Dios por los bienes que
|)nn las religiones de la antigüedad, igual com o en recibimos de él, se eleva mucho más, infinitamen­
(t i primeras páginas de la Biblia, relatos de la te más, hacia él Padre “que nos ha autorizado a
articipar de la herencia con los santos en la luz” ,
|l unción que explican el origen del mundo y del
(lumbre. Siendo Dios el autor de la Creación, só- R acia aquel “que nos arrancó del poder de las ti­
nieblas y nos nizo pasar al R eino ae su Hijo muy
í.. (>\ puede dar las reglas de su funcionamiento:
Indas las religiones, pues, han asociado muy na­ amado” (Col 1,12-13).
DEUTERONOMIO 4
19;
Pregunta desde un extremo a otro del 44 Esta es la Ley que Moisés dio a los lii
mundo: ¿Hubo jam ás una cosa tan jos de Israel. 45 Estos son los preceptos, de
extraordinaria com o ésta? ¿Se ha oí­ cretos y leyes que Moisés dictó a los hijo»
do cosa semejante? 33 ¿Ha quedado de Israel a su salida de Egipto, 46 al otro la-
do del Jordán, en el valle fronterizo a Bel
con vida algún pueblo después de
Peor, en el país de Sijón, rey de los amorro
haber oído com o tú a Dios vivo ha­ os. A este Sijón, que vivía en Jesbón,
blando en medio del fuego? Moisés y los hijos de Israel lo habían derro
33 ¿Acaso algún dios ha intentado tado a su salida de Egipto 47 y se habían
tom arse un pueblo y sacarlo de en apoderado de su país, así como del de Ofl,
m ed io de otro pu eblo a fuerza de rey de Basán. Los territorios de estos reye»
pruebas y de señales, de milagros y amorreos estaban al oriente del Jordán,
48 Se extendían desde Aroer, situada en li
de combates, actuando con mano fir­ orilla del torrente Arnón, hasta el monte SI
m e y dando grandes golpes, realizan­ rión, llamado también Hermón, 49 y abarca-
do esas cosas grandes que Yavé hizo ban toda la llanura al oriente del Jordán
por ustedes en Egipto y que tú viste hasta el Mar Muerto, al pie del monte Pisga,
con tus propios ojos?
35 Y porque lo has visto, ahora sa­
Otra formulación del Decálogo
bes que Yavé es Dios y que no hay
otro fuera de él. 36 Desde el cielo te 1 Moisés convocó a todo Israel y le di
jo: “Escucha, Israel, las normas y loi
hizo oir su voz, para que lo temas, y mandamientos que te enseño en este día:
sobre la tierra viste su gran fuego: ustedes los aprenderán y cuidarán de po
desde en medio del fuego oíste sus nerlos en práctica. 2 Nuestra es la alianza
palabras,37 y quedaste con vida. Por- que nos dio Yavé, nuestro Dios, en el Ho
ue amaba a tus padres, eligió a su reb. 3 Pues su alianza, no la tiene pactado
con nuestros padres, sino más bien con
escendencia después de ellos; él
nosotros que noy estamos aquí todos vi­
mismo vino a sacarte de Egipto con vos. 4 Yavé nos habló cara a cara en el ,
mucho p o d er.38 Expulsó delante de ti monte, desde en medio del fuego. 5 Enton­
pueblos más numerosos y más fuer­ ces yo estaba entre Yavé y ustedes y lo»
tes que tú, y te hizo entrar en su tie­ tuve informados, pues aquel fuego los
rra: noy te la dio en herencia. mantenía a distancia, y ustedes no subie­
39 Por tanto, reconoce ahora y trata ron ^! monte. Estas fueron sus palabras!,
b “Yo soy Yavé, tu Dios, que te saqué de
de con ven certe de que Y avé es el la tierra de Egipto, de la casa de la esclavi­
único Dios del cielo y de la tierra, y tud. 7 No tendrás otro dios delante de mí,
que no hay otro. 40 Guarda sus leyes 8 No te harás ídolos, no te harás figura al­
y sus mandamientos que yo te orde­ guna de las cosas que hay arriba en el cielo I
no hoy, y te irá bien a ti y a tus hijos o aquí debajo en la tierra, ni de lo que hay
en las aguas debajo de la tierra. 9 Ante ellas
después de ti. Así vivirás largos años
no te hincarás ni íes rendirás culto; porque
en la tierra que Yavé, tu Dios, te da.» yo, Yavé, tu Dios, soy un Dios celoso, que
castigo la maldad de los padres en los hnojl
Segundo “ discurso de Moisés” hasta la tercera y cuarta generación de los
que me odian. 19 Pero mantengo mi favor
• 41 Moisés designó tres ciudades al otro por mil generaciones a los que me aman y j
lado del Jordán, nacía el oriente, 47 para guardan mis mandamientos.
que allí se refugiara el que involuntaria­ 11 No harás mal uso del nombre de Yavé,
mente diera muerte a su prójimo, siempre tu Dios, porque Yavé no dejará sin castigo a
que no hubiese sido antes su enemigo. Con quien se aproveche de su nombre. J
refugiarse en una de esas ciudades estaría 12 Cuida de santificar el día sábado, co­
a salvo.
mo Yavé, tu Dios, te lo manda. 13 Seis días
43 Estas fueron las ciudades: Basar, en la tienes para trabajar y hacer tus quehace­
meseta del desierto, para la tribu de Rubén: res. 14 Pero el día séptimo es el Descanso!
Ramot, en Galaad, para la tribu de dad, u en honor de Yavé, tu Dios. No harás nin­
Golán, en Basan, para la tribu de Manases. gún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu

• 41. Empieza el segundo “Discurso de Moi- El p árrafo 5 ,2 3 -3 1 : D ios está esperando al


ses.
un hom b re que pueda p resentarse an te él a
, E lp árrafo 5.1-22 es una segunda presentación nom bre d e todos. La gloria d e M oisés consistió
del D ecálogo (los diez mandamientos) en una for­ en ser c o m o el m ed iad or o representante do
ma muy semejante a la del Exodo 20,2. Israel.
DEUTERONOMIO 6

icrvidor, ni tu sirvienta, ni tu buey, ni tu quedamos escuchando la voz de Yavé,


burro u otro de tus animales. Tampoco tra­ nuestro Dios, pues nos va a consumir este
bajará el extranjero que está en tu país. Tu fuego terrible ¿Qué hombre quedará con
Hervidor y tu sirvienta descansarán así co­ vida después de escuchar la voz de Dios
mo tú, 15 pues no olvides que fuiste esclavo vivo hablando de en medio del fuego, co­
ni la tierra de Egipto, de la que Yavé, tu mo lo hace ahora con nosotros? 27 Mejor
Dios, te sacó actuando con mano firme y acércate tú para oír todo lo que diga Yave,
dnndo grandes golpes; por eso Yavé, tu nuestro Dios, y luego tú nos las dices para
Dios, te manda guardar el día sábado. que las pongamos en práctica.”
" Honra a tu padre y a tu madre, como 28 Yavé oyó estas palabras mientras uste­
Ynvé, Dios tuyo, te lo tiene mandado, y tus des me hablaban, y me dijo: “He oído lo
ilius se prolongarán por mucho tiempo y te que dice este pueblo; en todo han hablado
ii.i bien en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. bien. 29 ¡Ojalá que siempre tengan el mis­
''N o matarás. J mo espíritu, me teman y guarden todos
18 No cometerás adulterio. mis preceptos!, pues entonces les iría bien
19 No robarás. a ellos y a sus hijos eternamente.
" No darás falso testimonio contra tu 30 Ahora les vas a decir que vuelvan a
prójimo. sus tiendas de campaña. 31 Pero tú te
11 No desearás la mujer de tu prójimo, quedarás conmigo, para que yo te diga
lio codiciarás la casa de tu prójimo, ni su todos los mandamientos, preceptos y le­
i .impo, ni su servidor, ni su sirvienta, ni su yes que habrás de enseñarles y así los
Imey, ni su burro, ni cosa alguna suya.’ pongan en práctica^en la tierra que yo
" Estas son las palabras que dijo Yavé a quiero que sea suya.” ,
inda la asamblea que estaba en el monte, 32 Ustedes guardarán y cumplirán lo que
desde en medio del fuego y la espesa nu­ Yavé les tiene ordenado. No se desvíen ni
be. Dichas palabras resonaron con es- a la derecha ni a la izquierda, 33 sino que
liuendo y no se les añadió nada. Y luego sigan en todo el camino que Yavé les ha
Yavé las escribió en dos tablas de piedra marcado; así vivirán y tendrán éxito, y sus
i|iie me entregó. días se prolongarán en la tierra que pasará
' Cuando oyeron aquella voz en medio a ser suya.
.!(• las tinieblas, mientras que el monte ar­
dí.i, se acercaron a mí toaos los jefes de Escucha, Israel: Yavé es el único
mis tribus y los ancianos. 24 Y dijeron: “Ya-
vr, Dios nuestro, acaba de mostrarnos su 1 1 Estos son los preceptos, las
gloria y su grandeza y hemos oído su voz norm as y los m an dam ientos
fin medio del fuego. Hoy hemos visto a ue Yavé, Dios de ustedes, me man-
()los hablando al hombre sin que éste mu­
llera; 25 pero nosotros vamos a morir si nos ó, para que yo se los enseñe y uste-

• 5 .2 9 La finalidad de la Ley de Dios es hacer- Esta expresión les choca a muchas personas. P e ­
iii)'. felices. Así se revela el am or paternal de Dios. ro, ¿puede haber am or verdadero sin una cierta
especie de celo,'n o de aquel que tem e siempre la
infidelidad del ser am ado? Esta expresión Dios
• 6 .1 Escucha, Israel: Yaué, nuestro Dios, celoso” nos revela, en un lenguaje pobre y primi­
im el único. Estos versículos son el C redo de jos tivo, un rasgo esencial de nuestro Dios tan miste­
|mlíos, lo suelen rezar diariamente. Jesús se refie- rioso. El no es sólo Am or, com o le gusta llamarlo
11•* o este texto cuando le preguntan sob re el a mucha gente, sino también Amante. N o agota
.iMudamiento más importante. V er M e 12,28 y el tema hablar d e un Dios que ama a los hom ­
bres, a todos los hombres con una mirada de
•iii i omentario. , ,
Amarás a Yavé con todo tu corazón. El amor bondad universal, pues él elige a los que ama y
•In Dios no puede ser totalmente desinteresado. cada uno de ellos pasa a serlo to d o para el.
I.I.U-I sabe que, al responder al amor de Dios que Esa expresión nos dice desde ya lo que hara ma­
1.. iillgió, va por buen camino y Dios lo premiara ravillarse a Pablo cuando hable de la predestinación,
.. ni la paz y la prosperidad material. es decir, del amor de Dios que nos ha escogido des­
(¡raba en tu corazón estos mandármenos: de antes de la creación del mundo: Rom 8,21-oV;
laníos presentes en tu m ente para ordenar tus Ef 1,1. Hablar de su celo es spstener que el no pue­
|.i'iisamientos y juzgar de todo conform e a estos de renunciar al amor y a la fidelidad recíproca que
espera de sus amados. La historia de Israel mostrara
lllt'rios.
bV¡ríteselos a tus hijos: sabiendo que eres res- este celo de Dios a través de las terribles pruebas
que envía a su pueblo: si hasta las cosas más amar­
1.. .i isable de la fe de ellos.
i liábalos en tu mano: para que sean la guia gas a que nos som ete en esta vida son nada en
comparación con lo que está creando en nosotros.
ilii bis actos. , . ,
l'nntelos en la frente, para no acordarte de N o te olvides de Yavé cuando hayas comido
nll.m cuando ya sea tarde de m od o que solo pue- (11) Toda la civilización moderna ha entrado en
.l.ti. i (-conocer tus errores. este olvido. El hombre se siente dueño de la cien­
I \<ribelos a la entrada de tus ciudades, o cia, de la técnica y del mundo. Más grave toda­
...a, que rijan la vida económ ica y social. vía: se conform a con dom inar el universo y se
Y,wé es un Dios celoso (15): ver en Ex 2U,b. pierde a sí mismo.
DEÜTERONOMIO 6
ItN
des ios cumplan en la tierra que va a m e d io d e ti, es un D io s celo so . ■
ser de ustedes. 2 Tem erás a Yavé, tu sea q u e e s ta lle el fu ror d e Y a vé |
Dios, y guardarás todos los días de tu Dios, y te h aga d es a p a recer de la i
vida sus m andam ientos y sus nor­ perficie de la tierra.
m as que te en señ o h oy. Q u e los 16 U stedes no pondrán a prueba T
guarden tus hijos y los hijos de tus Y a v é , su D ios, c o m o lo hicieron
nijos, para que vivan largos años. M asá. 17 M ás bien hagan em peñ o {
3 Escucha, pues, Israel, y cuida de g u a rd a r lo s p r e c e p to s , lo s mantl
poner en práctica lo que ha de traer­ m ie n t o s y la s n o r m a s q u e l e s ]
te felicidad y prosperidad en esta tie­ m a n d a d o . 18 H az lo q u e e s recto
rra que mana leche y miel, com o lo bu en o a los o jo s d e Ya vé, para ciWi
prom etió Yavé, Dios de tus padres. seas feliz y llegu es a tom a r p o s e s ®
4 Escucha, Israel: Y avé, nuestro d e la espléndida tierra qu e prom etí
Dios, es Yavé-único. 5 Y tú amarás a co n ju ram en to a tus padres, 19 puw
Yavé, tu Dios, con todo tu corazón, él destruirá delan te d e ti a todos t i l
con toda tu alma y con todas tus en em igos.
fuerzas. 6 Graba en tu corazón los
m an da m ien tos que yo te en treg o • 20 Tal vez un día tu hijo te pregui
“¿Qué son estos preceptos, mandamiei'i
hoy, 7 repíteselos a tus hijos, habla
y normas que Yavé, nuestro Dios, les
de ellos tanto en casa com o cuando ordenado? 2' Tú responderás a tu h
estés de viaje, cuando te acuestes y ‘Nosotros éramos esclavos de Faraón
cuando te levantes. 8 Grábalos en tu Egipto, y Yavé nos hizo salir de Egipto
mano com o una señal y póntelos en mano firme. 22 Y lo vimos hacer milagrfll
la frente com o tu distintivo;9 escríbe­ grandes, y terribles prodigios contra T i
los en los postes de tu puerta y a la raón y toda su gente, 23 y a nosotros ni
sacó de allí para conducirnos a la tiei
entrada de tus ciudades. que prometió a nuestros padres.
10 Y cuando Yavé te haya llevado a 24 Entonces fue cuando Yavé nos ord*»
la tierra que juró darte — pues se lo poner en práctica todos estos preceptos
dijo a tus padres, Abrahán, Isaac y temerle a él, nuestro Dios, pues por eiq
J a c o b — , con ciu dades gran d es y camino nos iría bien y él nos daría vid«,
como hoy es el caso. 25 El camino recto
prósperas que tú no edificaste, " con para nosotros consiste en guardar y practl* |
casas abastecidas de todo lo que tú car estos mandamientos como él lo ha or<
no llenaste, con pozos que tú no ca ­ denado.”
va ste, viñ as y o liv a res que tú no
‘ Yavé, tu Dios, te introducirá en la tln
plantaste; cuando hayas comido y te
hayas saciado, 12 no te o lvid es de 0
rra adonde vas y que pasará a ser tu]
ya; arrojará delante de ti a muchos pueblos,
Y avé que te sacó de Egipto, donde
al heteo y al guergaseo, al amorreo y al ca
eras esclavo. naneo, al fereceo, al jeveo y al jebuseo, si«*
13 Tem erás a Y avé, tu Dios; a él te naciones mucho más numerosas y podo
servirás, e invocarás su nom bre si rosas que tú. 2 Cuando las entregue en tus
debes hacer algún juramento. 14 No manos y tú las derrotes, los exterminaré!
vayas tras dioses extraños, tras ios según la ley del anatema. No harás alianza
con ellas ni les tendrás compasión. 3 Ño ti
dioses de los pueblos que te rodean, emparentarás con ellas, dando tus hijas |
15 porque Yave, tu Dios, que está en sus hijos, ni tomando sus hijas para tus hl

• 20. Todos los años los israelitas celebraban — dad. El centro d e la oración en la Iglesia es la mi­
y todavía celebran— la Pascua. Cada familia enton­ sa, en que se da gracias a Dios por la salvación
ces cumplía los ritos de esta fiesta en un banquete que dieron al mundo la muerte y la resurrecció™
religioso. Cuando estaban reunidos en torno a la de Cristo.
mesa, uno de los niños preguntaba al padre: “ Pa­ Las promesas materiales a Israel son figura du
dre, ¿que es esto que vamos a hacer?" Entonces el las promesas de Dios a su Iglesia, la cual no el
padre contestaba: “Nuestros antepasados estaban pera ya cosechas y ovejas, sino que se multipL
en Egipto com o esclavos de Faraón..." Este credo, quen los creyentes y que .crezcan en ellos las vli
esta proclamación de la fe de Israel, la encontra­ tudes de Cristo.
mos en las líneas que siguen.
Así, también, el cristiano mira constantemente
al pasado para reconocer las atenciones del Pa­ • 7 .2 Sobre esa práctica del anatema,
dre para con él, y, además, con toda la humani- comentario a Jos 6 y 7.
DEÜTERONOMIO 8

i*» ' |jorque seducirían a tus hijos para que medad, no dejará caer sobre ti ningu­
Üw mmnaonen y adoren a dioses extranje- na de las plagas de Egipto gue tú c o ­
nú 11 m lo que ía ira de Yavé se encendería noces. En cambio, las hará caer so­
Hijim ustedes y luego los eliminaría. bre a qu ellos que te od ien. 16 A sí,
1 l'ur el contrario, esto es lo que deben
pues, exterm ina todos los pueblos
..... i: derriben sus altares y hagan peda-
... lun imágenes, arrasen sus bosques sa- que Yavé, tu Dios, pondrá en tus m a­
K(|| m y quemen sus ídolos. nos. Ñ o tengas piedad de ellos, ni
sirvas a sus dioses: éstos serían una
trampa para ti.
' Amo premia Dios a sus fieles
17 Tal vez dirás en tu corazón: Estos pue­
I res un pueblo consagrado a Ya- blos son más numerosos que yo, ¿cómo los
., lu Dios. Yavé te ha elegido de en- voy a desalojar? 18Mas no temas, acuérdate
lm indos los pueblos que hay sobre de lo que hizo Yavé, tu Dios, con Faraón y
l„ 1,1/ de la tierra, para que seas su con todos los egipcios; 19 de aquellas terri­
(implo pueblo. 7 Yavé se na ligado a bles pruebas que vieron tus ojos, y de los
prodigios y señales, de la mano fuerte y de
li y lo na elegido, no por ser el más los grandes golpes con que te libertó Yavé,
numeroso de todos los pueblos (al tu Dios.20 Lo mismo hará con todos los pue:
,mirarlo, eres el menos numeroso). blos a quienes temes. Incluso enviará Yave
Mns bien te ha elegido por el amor avispas para destruir a los que hayan queda­
iiit te tiene y para cumplir el jura- do y se nayan escondido para escapar de ti.
...... hecho a tus padres. Por eso 2'N o les tengas miedo, porque Yavé, tu
Dios, Dios grande y terrible, está en medio
i iwe, con mano firme) te sacó de la de ti. 22 El mismo irá achicando a tu vista
■ ii l.ivitud y dei poder de Faraón, rey estas naciones poco a poco y por partes,
.le I gipto. pues no te conviene acabar con ellas de
' R econ oce, pues, que Y a v é, tu una sola vez, no sea que se multipliquen
|)|im, es “el” Dios. Es el Dios fiel, que contra ti las fieras salvajes.23 Pero Yave, tu
Munida su Alianza y su misericordia Dios, los pondrá en tus manos y los llenara
de espanto hasta que desaparezcan del to­
hmila mil generaciones a los gue lo do. 24 Entregará sus reyes en tus manos
iiii.m y cumplen sus mandamientos, para que borres sus nombres de debajo del
pero castiga en su propia persona cielo; nadie podrá resistir ante ti hasta que
i . piien lo odia, y lo sanciona sin d e­ los hayas destruido. ,
mura. 25 Ustedes quemarán las imágenes de
II Guarda, pues, los mandamien- sus dioses y no codiciarán el oro ni la plata
que los recubre. No lo tomes para ti, no
tim, normas y ordenanzas que yo te sea que te quedes atrapado: debes saber
mando hoy poner en práctica. 12 Si te que Yavé lo odia. Nada de esto entrará en
i||a:i en estas normas, las guardas y tu casa, no sea que te vuelvas maldición,
|á« practicas, Y avé te mantendrá la como ello es maldición. 26 Los tendrás por
alianza y la benevolencia que prome- cosa abominable, porque, de hecho, son
Ue a tus padres. 13 T e amará, te ben­ “anatema” , o sea, maldición.
decirá y te multiplicará. T e concede-
l a n u m e ro s o s h ijo s y c o s e c h a s No olvides a Dios
abundantes: trigo, vino y aceite; mul- cuando lo tengas todo
¡Iplicará las crias de tus vacas y de
lie. ovejas en la tierra que prometió a r o l • *1 Cuiden de cumplir con todos
liiu padres para ti. 1Q I los mandamientos que hoy les
" Serás favorecido más que todos ordeno. Si lo hacen, vivirán y se mul­
Iiih pueblos; no habrá macho o hem- tiplicarán y serán dueños de la tierra
lim estéril entre tu gente ni en tu g a ­ que prometió Y avé con juramento a
nado, 15Yavé alejara de ti toda enfer­ sus padres.

'» Nos recuerda que los santuarios cananeos • 8.1 El párrafo 8,1-5 indica cuál es el signifi­
en Ins colinas eran sólo sitios arreglados en los cado de las marchas en el desierto. Este fue un
tiem po de prueba. Israel vivía pobre; sin embar­
l(ilililíes que tenían en el centro un poste sagra-
,|.i {-I "ashérah" o “astarté” , la divinidad femem- go, no le faltó la ayuda de Dios.
l M k ideada de piedras paradas que representa- Te dio a comer maná para enseñarte que no
leu i ,i los “baales ' o dioses masculinos.
sólo de pan vive el hombre, (3). El maná que re-
DECITERONOMIO 8 19(1
2 Acuérdate del camino que Yavé, cesidad y te puso a prueba, para colmartl
tu Dios, te hizo recorrer en el desierto mejor después.
por espacio de cuarenta años. T e hi­ 17 ¿No podría ser que digas: “Con mi
zo pasar necesidad para probarte y propio esfuerzo me conseguí esta buena si­
tuación”? 18 Más bien acuérdate de Yavé, til
conocer lo que había en tu corazón, Dios, que te dio fuerzas para conseguir es­
si ibas o no a guardar sus m anda­ te bienestar, cumpliendo así la alianza qut
mientos. 3 T e hizo pasar necesidad, bajo juramento prometió a tus padres, co­
te hizo pasar hambre, y luego te dio mo en este día sucede.
a com er maná que ni tu ni tus padres 19 Pero, si olvidas a Yavé y sigues a ot
habían conocido. Quería enseñarte dioses, si les das culto y te postras antr
ellos, te advierto desde ahora que perecí«
que no sólo de pan vive el" hombre, rás sin remedio. 20 Del mismo modo q u f
sino que todo lo que sale de la boca Yavé destruyó las naciones que les cerra*
de Dios es vida para el hombre. 4 Ñi ban el camino, así también perecerán uste­
tu vestido se ha gastado, ni tu pie se des si desobedecen a Yavé, su Dios.
ha lastimado a lo largo de estos cua­
renta años. 5, Comprende, pues, que [ g l ' Escucha, Israel: Hoy vas a pasar íl
1— I Jordán para desalojar naciones mái
del mismo modo que un padre educa grandes y más fuertes que tú, con ciuda­
a su hijo, así Yavé te ha educado a ti. des grandes cuyas murallas llegan hasta
cielo. 2 Es un pueblo grande, de alta ésti
6 Guardarás los mandamientos de Yavé,tura, los enaceos, que tú mismo has visto
tu Dios y seguirás sus caminos; a él habrás de quienes se dice que nadie puede veí
de respetar.^ Pues Yavé, tu Dios, es el que cerlos.
te introduce a esa tierra buena, tierra de 3 Pero debes saber que Yavé, tu Dios, p
arroyos y de vertientes, de aguas subterrá­ sará el Jordán delante de ti; él los externí
neas que brotan en los valles y en las mon­ nará y te los someterá para que les quites 1
tañas, 8 tierra de trigo y de cebada, de vi­ tierra y los hagas desaparecer rápidamente
ñas e higueras, de granados y olivos, tierra como él te lo dijo. 4 Cuando Yavé, tu Dios,
de aceite y miel; 9 tierra donde el pan que los haya deshecho en tu presencia, no pien­
comas no será racionado y donde nada te ses así: “Yo merecía que Yavé me lleve r
faltará; tierra donde las piedras tienen hie­ esta tierra y me la dé.” Más bien desaloji
rro y de cuyas montañas extraerás el co ­ Yavé a esas naciones a causa de su mal
bre. 10 Comerás hasta satisfacerte y bende­ dad. 5 No por tus méritos ni porque seai
cirás a Yavé por el buen país que te dio. bueno conquistarás su tierra, sino que Yavt
" Por eso, guárdate de olvidar a Yavé, se la quita porque ellos han obrado mal, y
tu Dios, descuidando los mandamientos, también para cumplir lo que prometió con
los preceptos y .la s normas que yo te juramento a tus padres, Ábrahán, Isaac ]
prescribo hoy. -P- No sea que cuando c o ­ Jacob.
mas y quedes satisfecho, cuando hayas
construido casas cóm odas y vivas en Tú eres un pueblo rebelde J
ellas, 13 cuando se multipliquen tus g a ­
nados, cuando ten gas plata y oro en • 6 Sepas, pues, que no por tus méritos
abundancia y se acrecienten tus bienes te ha dado Yavé tu herencia, esta tierra ex
de toda clase, 14 tu corazón se ponqa or­ celente, ya que tú eres un pueblo rebelde,
gulloso. 7 Acuérdate y no olvides que por tu culpa
No olvides a Yavé, tu Dios, que te sacó se enojó Yavé en el desierto. Has sido re­
del país de Egipto, de la Casa de la escla­ belde a Yavé desde el día en que saliste do
vitud, 15 y que te ha conducido a través de Egipto hasta que llegaste aquí.
este desierto grande y terrible, lleno de ser­ ^ Ya en el Horeb despertaron su enojo,
pientes-abrasadoras y escorpiones, tierra él los quiso destruir. 9 Yo había subido a
árida donde no hay agua. Pero para ti la hi­ monte para recibir las tablas de piedra, las
zo brotar de una roca dura, 16 y te alimentó tablas de la Alianza que Yavé había pacta­
en el desierto con el maná, que no cono­ do con ustedes, permaneciendo en el mon­
cían tus padres. Así que te hizo pasar ne­ te cuarenta días y cuarenta noches, sin co-

cibieron era el signo de otro alimento que necesi­ o sea, difícil de conducir. ¿Acaso será solamena
ta el hombre y que viene de la boca de Dios: su un reproche? Israel fue desde el com ien zo un
palabra (ver comentario del Ex 16,16). Esta pala­ pueblo, independiente, apasionado p or su liber­
bra será citada por Jesús: (Mt 4,4). tad, que nunca adoró a sus jefes, sino que siem­
pre estuvo discutiendo y peleando con todos, in
cluso con Dios. A eso tal vez se debe que Dios li >
• 9 .6 Israel es un pueblo rebelde. Así traduci­ quiso tanto, y sigue siendo el “hijo p rim o g é n ito *
m os la expresión bíblica: “ pueblo de dura cerviz” , d e D ios entre todas las naciones.
IU7
DEGTERONOMIO 10

mnr ni beber. 10 Entonces me dio Yavé las naste con tu poderío, a los que sacaste de
W tablas de piedra escritas por el dedo de Egipto con mano firme. 27 Acuérdate de tus
Dios. Todas sus palabras estaban ahí es­ siervos Abrahán, Isaac y Jacob y olvida
tillas, todas las palabras que les dijo en el ue este pueblo es pesado, malo y peca-
uninte, desde en medio del fuego, en el día or. 28 De otra manera dirían en el país de
(|t la asamblea. " Y Yavé me dio las dos donde los sacaste: ‘Yavé no fue capaz de
mhlas de piedra, las tablas de la Alianza, al llevarlos a la tierra que les había prometi­
umminarse los cuarenta días y las cuarenta do; le dieron tanto asco que, después de
nuches. sacarlos de Egipto, los hizo morir en el de­
'' Pero luego me dijo: “Vete, baja a toda sierto.’ 29 Ellos son tu pueblo y tu pertenen­
luisa porque tu pueblo que tú sacaste de cia, a los que sacaste de Egipto con mano
I iiípto se na corrompido; han abandonado firme y a fuerza de golpes.”
ítlcn pronto el camino que yo les enseñé y
mi han hecho un ídolo de metal.” 1 En ese tiempo Yavé me dijo: “La­
1Y Yavé me dijo: “Ya veo que éste es un bra dos tablas de piedra semejantes
Inublo rebelde. 14 Déjame que lo destruya y a las primeras y sube hacia mí en el mon­
lniire su nombre de debajo del cielo. De ti, te; harás también un Arca de madera. 2 Yo
escribiré en las tablas las palabras que ha­
■ii cambio, haré nacer otra nación más nu-
ftinrosa y más grande que ésta.” 15 Bajé, bía en las primeras que rompiste y las pon­
■ues, de la cumbre ardiente, teniendo en drás en el Arca.” 3 Hice, pues, un arca de
lililí manos las dos tablas de la Alianza, 16 y madera de acacia, labré dos tablas de pie­
Vi i|ue habían pecado contra Yavé, su Dios, dra como las primeras y subí al cerro lle­
■ se habían hecho un ternero de metal.
|iie vándolas.
Muy rápido se habían desviado del camino 4 Yavé escribió en las tablas eso mismo
iuu Yavé les había enseñado. 17 Arrojé, en­ que había en las primeras, las diez pala­
luces, con ambas manos las tablas que lle- bras que les dijo en el monte desde en me­
vnhu y las hice pedazos a la vista de todos. dio del fuego, en el día de la Asamblea, y
me las dio. 5 A la vuelta, bajando del mon­
" Luego me postré ante Yavé y, como la
■luí vez, estuve cuarenta días y cuarenta te, puse las tablas en el Arca que había he­
finches sin comer pan ni beber agua, por cho , y quedaron allí como me lo mandó
•I pecado que habían cometido; pues ha- Yavé. ^
itlnn hecho lo que es malo a los ojos de 6 (Los hijos de Israel partieron de los po­
Vivé hasta irritarlo. 19 Yo estaba espantado zos de Jacán, caminando hacia Mosera.
I cousa de la cólera y furor de Yavé contra Allí murió Aarón y fue sepultado, y su hijo
mtedes, ya que quería destruirlos. Pero Eleazar lo sucedió. 7 De allí pasaron a Gua-
uno vez m ás Yavé me escuchó.20 Yavé es- goda, y de Gudgoda a Yotbata, tierra de
Ifilm también muy enojado con Aarón y aguas y arroyos. 8 Fue entonces cuando
Bueña hacerlo perecer. Del mismo modo Yavé puso aparte la tribu de Leví para que
intercedí por Aarón. llevaran el Arca de la Alianza, para que
1 En cuanto al pecado, ese ternero que fueran sus servidores y sus adoradores, y
Ultedes se habían hecho, lo eché al fuego, para que bendijeran invocando su nombre,
(o hice pedazos y lo molí hasta reducirlo a como lo hacen hasta el día de hoy. 9 Por
(«ñivo. Luego tiré el polvo al arroyo que ba- eso Leví no ha compartido la herencia con
1« ile la montaña. sus hermanos; Yave es su heredad, como
u Del mismo modo despertaron ja ira de Yavé, tu Dios, se lo dijo.)
Tuve en Taberá, en Masá, y en Quibrot-ha- ,0 Yo, pues, estuve en el monte cuarenta
Mvíi. días y cuarenta noches, como la primera
1Y cuando Yavé les mandó que salieran vez, y también esa vez escuchó Yavé mi
f | Cadés-Bamé, diciendo: “Suban a tomar súplica y renunció a destruirte.
I»tursión de la tierra que les di”, ustedes se *’ Luego Yavé me dijo: “Levántate y pon­
Mirlaron otra vez contra las órdenes de te al frente de este pueblo para que vayan
Vnvr, su Dios; no creyeron a Yavé ni le hh a tomar posesión de la tierra que juré dar a
■ leiun caso. 24 Han sido rebeldes a Yavé sus padres.”
ilumle el día en que yo los conozco.
Me postré, pues, delante de Yavé. Lo Servir y amar a Dios
lih n mil veces en esos cuarenta días y
II Mienta noches porque hablaba de acabar
■ mii ustedes. 26 Supliqué a Yavé y le dije: • 12 Ahora, pues, Israel, ¿qué es lo
Ah, Señor Dios, no destruyas a ese pue­ que pide Yave, tu Dios, sino que te­
blo que es tu propio pueblo, y que te ga­• mas a Yavé, tu Dios, que sigas todos

• 10.12 Aquí se relacionan los dos manda- da tu alma. A m or que es'la respuesta al am or de
llantos que Jesús reunió en uno. Dios: “ Porque Y a v e se alió con tus padres. Los
Amu y sirve a Dios con todo tu corazón y to- am ó y, después de ellos, a ustedes. Mótese este
DEÜTERONOMIO 10 19* j
sus caminos y que lo ames y lo sir­
vas con todo tu corazón y con toda
tu alma? 13 Guarda los mandamientos
11
• 1 Am arás, pues, a Yavé, §
Dios, y cum plirás todos loi
días cuanto te tiene ordenado: su»
de Yavé y sus leyes que hoy te orde­ ordenanzas, sus mandamientos y sin
no para tu bien. preceptos. 2 Ustedes a quienes mi
14 Mira: a Yavé, tu Dios, pertenecen dirijo me entienden; tal vez sea mi*
los cielos visibles e invisibles, la tie­ difícil para sus hijos aue no habré*
rra y cuanto hay en ella. 15 Pero sólo conocido ni visto las lecciones qu|
con tus padres estableció Yavé lazos dio Y avé con su m ano firme y sin
de amor, y después de ellos eligió a grandes golpes, 3 ni sus milagros I
su descendencia, a ustedes mismos, intervenciones en Egipto contra Fu
con preferencia a todos los pueblos, raón y contra todo el país. 4 Recuw
com o hoy puedes ver. den lo que hizo con el ejército eglp
16 U stedes, pues, necesitan otra ció, con sus caballos y sus carrol
circuncisión, que es la del corazón, cuando los sepultó bajo las aguas dn
para que ya no le presen ten una Mar Rojo, destruyéndolos cuando no»
frente desafiante. 17 Porque Y avé es perseguían.
el Dios de los dioses y el Señor de
5 Acuérdate también de cuanto ha he
los señores, el Dios grande, el Dios Yavé por ustedes en el desierto, hasta qij|
fuerte y terrible, el que da un trato llegaron a este lugar, 6 lo que hizo con D|i
igual a todos y no se deja comprar tán y Abirón, hijos de Eliab, de la tribu w
con regalos. 18 Hace justicia al huér­ Rubén, cuando la tierra abrió su boca y lo»
fano y a la viuda, y ama al forastero tragó en medio de todo Israel, con toda iii I
d á n d o le pan y v e s t id o . 13 A m a , familia, sus tiendas y sus seguidores.7 (Ji I
tedes han visto con sus propios ojos tocia»
pues, al forastero, porque forastero
estas grandes intervenciones de Yavé
f u is t e tú m is m o en e l p a ís d e 8 Por eso, guardarán todos estos manda
Egipto. mientos que yo les doy, para que sean
20 A Yavé, tu Dios, tem erás, a élfuertes y tomen posesión de la tierra»
servirás, a él seguirás e invocarás su donde van a pasar para apoderarse de ella
nom bre si debes hacer algún jura­ 9 Y prolongarán sus días en el país que Ya
vé juró dar a sus padres y a su descendflll
m ento. 21 A él irán tus alabanzas, cia, tierra que mana leche y miel.
pues El es tu Dios, que ha hecho por 10 Porque la tierra que van a poseer no
ti las cosas asombrosas que has vis­ como el país de Egipto de donde salieron,
to. 22 Cuando bajaron a Egipto, tus en el cual después cíe haber sembrado h|i
antepasados no eran más de setenta bía que regar a fuerza de brazos, como m
las huertas, " sino que es tierra de monto»
personas, y ahora Yavé, tu Dios, te y valles, que bebe el agua de la lluvia d |
ha hecho un pueblo numeroso como cielo. 12 De esta tierra cuida Yavé, tu Dloi
las estrellas del cielo. y sus ojos están constantemente puestoi

orden: Dios ama prim ero y elige; luego respon­ Dios se reserva hacer justicia en form a más radl
demos a su am or y tratamos de expresárselo con cal.
nuestra obediencia. L a misericordia de D ios es
prim ero y, c om o lo recordará Pablo, nadie puede • 1 1 .2 U s t e d e s a q u i e n e s m e d i r i j o . . . f l
h a cer valer ante D ios sus m éritos y derechos Se repiten las mismas enseñanzas,'«
c u e r d e n ....
(Rom 3,20-24).
rael seguirá seguro en su tierra si las generaclf
P u r i f i q u e n s u s c o r a z o n e s . El texto dice más nes futuras no olvidan lo que Y avé hizo por lili
exactamente: Practiquen la circuncisión del cora­ padres P or eso los que presenciaron los heclioj
zón (ver Gén 17).
maravillosos de Dios tienen la obligación de enn
L a v i u d a , e l h u é r f a n o , e l f o r a s t e r o (18). La fiárselos a sus hijos.
respuesta al am or d e Dios es el am or a los d e­ La fe está arraigada no tanto en una doctrlii*
samparados. En ese tiem po, éstos eran casos in­ c om o en el descubrimiento de Dios que actúa, ■
dividuales, de una sociedad sin clases sociales Dios liberador. L o vem os en nuestra vida, en w
muy marcadas. P ero en el mundo d e hoy hay cla­ vida d e una comunidad cristiana que transforfli
ses y pueblos enteros que viven en la situación de a los que la rodean.
la viuda, del huérfano y del forastero de esos
tiempos. En tiempos actuales, este am or a los d e­ En cualquier siglo, la manera d e los padres p»
samparados significa, a menudo, com prometerse ra educar la fe a e sus hijos es participarles ■
con las clases marginadas de la sociedad. Si n o ­ propia experiencia religiosa y mostrarles cón3
sotros no sabemos lograr esta justicia espontánea­ encontraron al Dios vivo. L a fe se transmite ■ |
m ente y con los medios que enseña el Evangelio, persona a persona.
IU9 DEUTERONOMIO 12
pii ella, desde que comienza el año hasta ción. 27 Bendición, si obedecen los manda­
•|iití termina. mientos de Yavé que yo les prescribo hoy;
" Si obedeces puntualmente los manda­ 28 maldición, si desobedecen dichos man­
mientos que te entrego hoy, si amas a Ya- damientos y se desvían del camino que yo
Vé, tu Dios, y me sirves con todo tu cora- ahora les muestro, para seguir a dioses ex­
íúii y toda tu alma, 14 yo daré a tus tierras traños que no son suyos. Cuando Yavé,
In lluvia a su tiempo, en otoño y en prima- Dios de ustedes, los haya introducido en la
vnra, y podrás cosechar tu trigo, tus uvas y tierra que van a conquistar, pondrán la
in aceite fresco. 15 Tu campo te dará hierba bendición sobre el monte Garizim, y la
pora tu ganado y comerás hasta saciarte. maldición sobre el monte Ebal. 30 (Estos
Pero no te dejes seducir. No sea que montes están al otro lado del Jordán, de­
•miodes sirvan a dioses extraños y se pos- trás del camino del oeste, en el país de los
linn ante ellos, pues la ira de Yavé se en- cananeos que habitan en la Arabá, frente a
•••ndería contra ustedes. 17 Cerraría los cie- Guilqal, cerca de la encina de Moré.)
Iun y no habría más lluvia; la tierra no daría 31 ustedes ahora van a pasar el Jordán
ir. frutos y pronto desaparecerías en esta para tomar posesión de la tierra que Yavé
•amléndida tierra que Yavé te da. tes da; ustedes la tomarán y se establecerán
Pon estas palabras mías en tu corazón y en ella. 32 Pero cuiden de cumplir todas las
•ii tu alma, que sean para ti como una señal leyes y preceptos que les propongo ahora.
liiinda a tu mano, un signo puesto en medio
.Ir tu frente. 19 Enséñaselas a tus hijos. Ha-
I*Imde ellas, sea que estés sentado en tu ca- H abrá un s o lo santuario
-ii o que vayas de viaje, cuando te acuestas
ti mando te levantas; 20 las grabarás en tus • 1 Estos son los preceptos, y
uiiertas y a la entrada de tus ciudades. los mandamientos que procu­
Entonces tus días y los de tus hijos se rarás poner en práctica todos los días
inalongarán en la tierra que Yavé juró dar a de tu vida en la tierra que te da Yavé,
(til padres, y permanecerás en ella mientras Dios de tus padres.
r imanezca el cielo sobre la tierra.
u Si ustedes guardan estos mandamien-
2 Ustedes destruirán totalmente to­
üir que yo les mando practicar, si aman a dos los sitios en donde los pueblos
ynvé y siguen sus caminos, abrazándose a que van a desalojar han dado culto a
él, ■" Yave echará fuera a todas esas nacio- sus dioses.3 Ustedes lo harán tanto en
•<•'i delante de ustedes y, por más que sean los altos cerros com o en las lomas y
ymndes y poderosas, ustedes les quitarán bajo los árboles frondosos. Demuelan,
m tierra. i4 Todo lugar donde pongan el pie
mió de ustedes, desde el desierto hasta el
pues, sus altares, rompan sus pedes­
I llmno y desde el río Eufrates hasta el mar tales, quemen sus troncos sagrados y
"i cldental: éstas serán sus fronteras. 23 Ña- hagan pedazos las esculturas de sus
din podrá resistirles; en toda la extensión de dioses. Procuren borrar, en dichos lu­
(l tierra que han de pisar, Yavé hará que, al gares, hasta el nombre de sus dioses.
mu hablar de ustedes, los pueblos teman y 4 Yavé no les pide nada semejante.
i* ligan miedo, como él les na dicho.
5 Ustedes irán a buscar a Yavé al lu-
• " Miren que en este día yo pongo de- ar que él escoja entre todas las tri-
Imitc de ustedes la bendición y la maldi­ us para poner allí su Nombre y ha-

• 26. A qu í se habla en form a alusiva d e la nos. Esta unificación del culto formaba parte del
Alianza celebrada por Josué (Josué 8,30). gran proyecto del rey Josías: reunir el antiguo rei­
no del norte con el reino d e Judá (1 R e 23, 8-9).
¿Por qué quiso Dios un solo Tem plo? Aparen­
• 12.1 C on el capítulo 12 empiezan las leyes temente, por las mismas razones por las que qui­
A l« deben regir a Israel para que sea realmente so hacer sus promesas a una sola familia d e re­
al pueblo d e Dios. yes, la de David. Es que Israel prim ero y la Iglesia
I n primera es la de destruir los lugares sagra- después tienen que ser en el mundo un signo de
iliii de los paganos. Eran emplazamientos arre- unidad. Si bien es cierto que el creyente puede
yUlin en medio de bosques, en la cumbre d e los dirigirse a Dios en cada m om ento y de cualquier
p r o » . Ahí se ponía un palo derecho entre pie- manera que le dicte su fe, sin em bargo tendrá
dina verticales. que respetar la voluntad de Dios de que un solo
I o segunda prescripción es la de no tener otro pueblo lo sirva en su U n ica Casa, su Iglesia.
Ininplo que el de Jerusalén. A raíz de los abusos El párrafo 1 2 ,1 3 -1 9 establece la distinción
■ 1« surgieron de la multiplicación d e los lugares entre matar animales para ofrecerlos en sacrifi­
I i ulto, los sacerdotes judíos procuraron realizar cio, que estaba perm itido sólo en el T em p lo de
.. unidad religiosa en tom o al T e m p lo de Jerusa- Jerusalén, y matarlos para aprovechar la carne,
Bn Sin autoridad y vigilancia, era imposible im- cosa que se p uede h acer en cualquier lugar.
pi'illt gue los santuarios de Y avé se prestaran a 29. Nueva advertencia contra el peligro de la
muH11. >s abusos e influencias d e los cultos paga- idolatría.
DEÜTERONOMIO 12
200
bitar en él. 6 Allí llevarán sus víctimas bajo. 19 Cuando estés en tu tierra, cuidará»
consumidas por el fuego y sus sacri­ úe no abandonar al levita mientras vivas
ficios, los diezmos y las ofrendas. Allí Cuando Yavé haya ensanchado tu»
presentarán lo que prom etieron a fronteras, com o te tiene prom etido, y
Dios, lo que ofrecen voluntariamente quieras com er carne, podrás hacerlo
siempre que quieras. 21 Si el lugar elegido
y los primeros nacidos de sus vacas por Yave para su morada está muy lejos. ¡
y de sus ovejas. 7 Allí com erán en podras matar del ganado mayor o menoi
presencia de Yavé y se alegrarán jun­ que Yavé te ha concedido del modo qui
to con sus familias, disfrutando de yo te prescribo; lo podrás com er en tu»
todo lo que hayan cosechado por la ciudades a la medida de tus deseos, 22 pe
bendición de Yavé. ro lo comerás como se come la gacela o
el ciervo: de él comerán igualmente ol
8 No actuarán cada cual según leque se encuentre puro y el que no.
de la gana; así lo hacemos hoy noso­ 23 Cuidarás tan sólo de no comer la san
tros en este lugar, 9 porque todavía gre, porque la sangre es la vida y no debes
no hemos llegado al lugar del des­ comer la vida con la carne. 24 No la come*
canso, al país que Yavé nos da. ras, sino que la verterás como agua sobir 1
a tierra; 2 así harás lo que es correcto I I
Cuando pasen el Jordán y habiten en los ojos de Yavé, y te irá bien a ti y a tu»
a *Mr[.a ^ue ’ avé les da en herencia, cuan­ hijos después de ti.
do el haya asegurado todas sus fronteras y 25 En cambio, las cosas que Hayas con
vivan con tranquilidad, "entonces llevarán sagrado y ofrecido por voto a Yavé, las to
al lugar elegido por Yavé para morada de maras contigo y vendrás al lugar que havn
su Nombre, todo lo que yo les prescribo: elegido Yave. * Allí sacrificarás tus hoío
las victimas consumidas por el Fuego, los caustos, tanto la carne como la sangre, sc>'
sacrificios, los diezmos y las primicias del bre el altar de Yavé, tu Dios. La sangre dr
trabajo de sus manos, y lo que hayan pro­ tus sacrificios se derramará también sobri
metido por voto a Yavé, pues querrás ofre­ este altar, y luego comerás la carne.
cerle lo mejor. 20 Escucha y observa todas las cosas que
12 Allí estarán de fiesta delante de Yavéte mando, y siempre te irá bien a ti y a tu»
con sus hijos e hijas, sus servidores y sus hijos después de ti, por hacer lo que el
sirvientas, sin olvidar a los levitas que viven bueno y correcto a los ojos de Yavé.
entre ustedes, ya que ellos no tienen pro­ 29 Cuando Yavé, tu Dios, haya extermi­
piedad ni herencia como la tienen ustedes. nado las naciones del país en que vas o
entrar y las hayas desalojado, te establece'
• 13 Tengan cuidado de no ofrecer holo­ ras en su tierra. 30 Pero ten cuidado, no sen
causto en cualquier lugar; 14 sólo en el lu­ que esa gente siga siendo para ti una tram
gar elegido por Yavé en una de tus tribus pa después que la hayas destruido. No mi
podras ofrecer tus holocaustos y sólo allí res a sus dioses ni preguntes por ellos; no
haras todo lo que Ordeno. l5'N o obstante, d'gas^cCóm o servia esta gente a sus dio­
podrás sacrificar y comer carne en todas ses? /No debo yo hacer lo mismo?"
tus ciudades, siempre que lo desees y que ' No puedes honrar a Yavé, tu Dios, con
no te falte por el favor de Yavé; pero ésta las mismas prácticas que esas naciones,
sera carne de la que todos podran comer, ya que hicieron para sus dioses todo lo que*
esten puros o impuros, como si se tratara Yave aborrece, e incluso quemaron a sus
de gacela o de ciervo. 16 Cuiden tan sólo de hijos e hijas en honor de ellos.
no comer la sangre sino que la derramarán
en ,a tierra com o se derrama el agua.
No podrás comer en tus ciudades el N o dejen que lo s a parten de la fe
diezmo de tu trigo, vino y aceite, ni los pri­
meros nacidos de tu ganado, ya sean vacas 1 Tú observarás todo lo que
u ovejas, ni tampoco de todas aquellas co­ 13
yo te prescribo, sin quitar ni
sas que por voto y espontáneamente ha­
yas ofrecido a Yave. 18 Solamente lo com e­ añadir nada.
rás delante de Yavé, en el lugar que Yavé 2 Tal vez se presente en tu pueblo
haya elegido, y contigo tus hijos, tus sier­ algún profeta o soñador profesional y
vos y siervas; estarás de fiesta delante de pronostique alguna señal o prodigio.
Yave, tu Dios, comiendo el fruto de tu tra- Si ocurre esta señal o este prodigio,

* 1 3 . 6 H a rá s d e s a p a re c e r e l m a l d e ei
se m ega a reform ar su vida. C o m o se dijo ral*-
m e d io d e ti. Pablo recordará estas palabras ei
p e cto de Josué 6, esta ord en de matar a lo»
i C o r o , l o , cuando pida que la com unidai
que inducen a la idolatría vie n e d e la certezi
cristiana eche fuera al que da m alos ejem plos -
que Israel tiene la fe más preciosa del mundo:7!
201 DECJTEROMOMIO 14

y él te dice: Vamos, sigamos a otros dio de la plaza y prenderás fuego a la ciu­


dioses, dioses que no son de noso­ dad con todos sus despojos para cumplir
la maldición de Yavé. Esta ciudad quedará
tros, y sirvám osles,4 no hagas caso a convertida en un montón de ruinas para
las palabras de aquel profeta o soña­ siempre, y jamás volverá a ser edificada.
dor; porque Yavé, tu Dios, te prueba 10 No guardarás en tu poder ni la cosa
para saber si realmente lo amas con más pequeña de esta ciudad, para que Ya­
todo tu corazón y con toda tu alma. vé aplaque su cólera y sea misericordioso
A Yavé, tu Dios, seguirás y a él te­ contigo y te bendiga como tiene jurado a
tus padres que lo nará, 19 a condición de
merás, guardarás sus mandamientos que escuches la voz de Yavé, guardando
y escucharás su voz, a él servirás y a todos sus mandamientos que yo te prescri­
el te abrazarás. bo hoy, y haciendo lo que es correcto a los
6 Ese profeta o soñador debe morir ojos de Yavé, tu Dios.
porque habló de traicionar a Yavé, tu
Dios, que te sacó del país de Egipto 1 Yavé, Dios de ustedes, los tiene por
y te rescató de la casa de la esclavi­ sus hijos.
tud. Debe morir porque quiso d es­ No se hagan incisiones ni se corten el
viarte del camino que Yave te ha or­ pelo en la frente por un difunto. 2 Pues tú
eres un pueblo santo y consagrado a Yavé,
denado seguir. Así harás desaparecer tu Dios. Yavé te ha elegido de entre todos
<:l mal de en medio de ti. los pueblos que hay sobre la faz de la tie­
rra, para que seas su propio pueblo.
7 Si tu hermano, hijo de tu padre, si tu hijo
0 tu hija, o la mujer que descansa en tu re- Animales “puros” e “ impuros”
uazo o el amigo a quien amas tanto como a
ií mismo, trata de seducirte en secreto, di- • 3 No comerán nada que sea impuro.
1iéndote: “Vamos a servir a otros dioses", Estos son los animales que podrán comer:
dioses que no conociste ni tú ni tus padres, 4 el buey, la oveja y la cabra, 5 el ciervo, la
ndioses de los pueblos próximos o lejanos gacela y el gamo, la cabra montés, el antí­
(¡ue te rodean de un extremo a otro de la lope, el búfalo y la gamuza. 6 O sea, que
tierra, 9 no le harás caso ni lo escucharás. pueden comer cualquier animal rumiante
No tendrás piedad de él, no lo perdonarás ni de pezuña partida en dos mitades.
10encubrirás, 10 sino que lo matarás. Tu ma­ 7 Pero no comerán de los que solamente
no será la primera en caer sobre él, y des­ rumian, o que solamente tienen la pezuña
pués lo hará todo el pueblo. 11 Lo apedrea­ partida: el camello, la liebre y el conejo
rán hasta que muera, porque trató de que, si bien rumian, no tienen la pezuña
npartarte de Yavé, tu Dios, el que te sacó partida; los tendrán por impuros. 8 Tampo­
del país de Egipto, de la casa de la esclavi­ co comerán carne de cerdo, que tiene la
tud. 12 Al oír esto todos temerán en Israel, y pezuña partida, pero no rumia. (Jstedes lo
ya no se atreverán a hacer semejante cosa. tendrán por impuro: no comerán su carne
13 Si te dicen respecto de alguna de lasni tocarán su cadáver.
i iudades que Yave te dará para habitar: 9 De todos los animales que viven en el
11 “Allí se han manifestado unos desgracia­ agua, comerán todo lo que tiene aletas y
dos, y han pervertido a sus conciudadanos, escamas. 10 Pero no los que no tienen ale­
Invitándolos a servir a dioses extranjeros tas y escamas: a éstos los considerarán
(|ue no son nada para ustedes” , 15 infórma­ impuros. " Pueden comer toda ave pura.
lo con cuidado, averigua bien la verdad del 12 No coman las siguientes: el águila, el
hecho. Si es cierto el asunto y se comprue­ quebrantahuesos, 13 el águila marina, el
ba que esta abominación se ha cometido, buitre, las diferentes especies de halcón
" pasarás a cuchillo a todos los habitantes 14 todas las especies de cuervos, 15 el aves­
do aquella ciudad. Echarás la maldición truz, la lechuza, la gaviota y las diferentes
nobre la ciudad y todo lo que hay en ella; especies de gavilanes, 16 el búho, el ibis, el
pasarás a cuchillo a todos los animales y, cisne, 17 el pelícano, el calamón, el somor­
' luego, amontonarás los despojos en me­ mujo, la cigüeña, 18 las diferentes especies

ningún p recio y p or ningún m otivo el pueblo v o z y sus m andam ientos, son el único funda­
elegido p or Dios puede dejar que su fe se con- m ento de nuestra fe: no creem os porque hemos
Inmine con los errores de la humanidad. visto señales o prodigios (Jn 4 ,48 ) sino porque
Algún profeta podrá hacer signos y prodigios: Dios habló.
»1 es para apartar de Y a v é, es un embustero.

14.3
. (Quiere Dios que nos cambiemos de Iglesia para
!i nllí donde creem os que están los milagros? El • Otra lista de animales “puros” e “ im­
li'xto nos recuerda que la Palabra d e Dios, su puros” (ver L e v 11).
DEUTERONOMIO 14
20.;
de garza real, la abubilla y el murciélago. nará a éste, y dejará de exigírselo en c in
Todo insecto que tiene alas será impuro to se proclame la remisión de Yavé.
para ustedes: no lo coman. 20 En cambio extranjero podrás exigir que te pague I
comerán toda ave pura. deudas; en cambio perdonarás la deuda i
21 No comerán de ningún animal hallado tu hermano, 4 pues no debe haber po,
muerto. Se lo darás al forastero que resi­ en medio de ti mientras Yavé te dé pro¡
de en tu ciudad o bien lo venderás a un ridad en la tierra que es tu herencia y
extranjero, sabiendo que tú eres un pue­

3
ha pasado a ser tuya. 5 Si escuchas la l
blo consagrado a Yave, tu Dios. No coce­ de Yavé, tu Dios, y observas todas las $
rás el cabrito en la leche de su madre. sas que yo te recuerdo ahora, 6 él te b|
decirá como te tiene prometido; prestí
Los diezmos a muchas naciones y de nadie pedí
prestado, dominarás sobre muchas naw
• 22 Cada año separarás el diezmo de to­
do lo que hayas sembrado y que haya cre­
cido en tus tierras. 23 Comerás en presencia
nes y ninguna tendrá dominio sobre

Pobres y esclavos
*
de Yavé, en el lugar que El haya escogido
para morada de su Nombre, el diezmo de
tu trigo, de tu aceite y de tu vino, así como • 7 Si se encuentra algún pobre a
los primeros nacidos de tu ganado mayor y tre tus hermanos, que viven en t||
menor. Con eso aprenderás a honrar a Ya­ ciudades, en la tierra que Yavé te '
vé, tu Dios, todos los días de tu vida. de dar, no endurezcas el corazón
24 Pero, cuando Yavé los haya multiplica­ le cierres tu m ano, 8 sino ábrela
do, podría ser que el camino sea demasiado préstale todo lo que necesita. 9 No
largo y, por eso, no puedas llevar ese diez­
mo al lugar que Yavé ha elegido para mora­ dejes llevar por consideraciones
da de su Nombre. 25 En ese caso, cambiarás dignas com o de ser ésta: “Ya pro;
todo por dinero, e irás al lugar elegido por llega el año séptimo, el año de la .
Yave llevando el dinero. 26 Allí comprarás to­ misión”, y mires entonces con mal
do lo que desees, sean vacas u ovejas, así o jo s a tu h erm a n o p o b re y no
como también vino o bebida fermentada, prestes nada. N o sea que llame co;
todo lo que gustes y lo comerás allí en pre­
sencia de Yavé. Estarás de fiesta, tú y los de
ira ti a Yavé y cargues tú con un pi
tu casa, 27 sin olvidar al levita que habita en cado. 10 Debes darle, y de buena gi
tus ciudades, ya que él no tiene propiedades na, p o rq u e por e s to te bendecll
ni herencia como tú tienes. Yave, tu Dios, en todas tus obras
28 Cada tres años separarás el diezmo de empresas. U
todas las cosechas del año, pero lo guar­ , Nunca faltarán pobres en estl
darás en tu ciudad. 29 Vendrá entonces a
comer el levita, que no tiene herencia pro­
país, por esto te doy yo este mandil
pia entre ustedes, y el extranjero, el huérfa­ to: debes abrir tu mano a tu herm l
no y la viuda, que habitan tus ciudades, y no, a aquel de los tuyos que es indi'
comerán hasta saciarse. Así Yavé bendeci­ gente y pobre en tu tierra.
rá todas las obras de tus manos, todo lo 19 Si tu hermano hebreo, varón
que hayas emprendido. mujer, se vende a ti, te servirá dura!
dura!
t o o o .V „¿ „ 4 .:____ I - J • - 1
te seis años y al séptimo lo dejarás 11
El año de la remisión
bre. 13 Al dejarlo libre, no lo despedí
[T E ] Cada siete años ustedes perdoná­ rás con las manos vacías, ” sino q
is— -I rán las deudas. 2 Esta remisión se le darás algo de tus rebaños, de
hara de la siguiente manera: Aquel a quien trigo y de tu bodega, algo de los bl«
su prójimo o su hermano deba algo perdo­
nes con que Y ave te ha bendecid!

* 22; Este párrafo habla de los diezmos, o sea, di • 1 5 .7 A l autor d el lib ro le cuesta c o n
esa decima parte de las cosechas que se ofrece ; p ro b ar que se encuentran p ob res en la tierii
U!Os. Eü Deuteronomio hace de la ofrenda una bas. q u e D io s ha r e g a la d o a sus h ijo s , p o r q B
de la vida del creyente. En otras partes de la Biblia s< ¿acaso n o d io lo necesario para todos? Perl
recalcara que el justo tiene compasión, da y presta; i los hay, y p o r e s o p id e al cre y e n te que 1 ( 1
que, por fin, p o p e la tierra”, mientras “el impío pidi ayu d e a salir d e su situ ació n infrahu m ana
prestado y no devuelve, y al final es arrancado de 1< N o se trata d e darles un p e d a zo d e pan parí
tierra (bal 37). -El que sabe dar, no derrocha; se con el día d e h oy, sino prestarles lo que necaM
torma con lo que tiene y no le falta nada; mientra; tan para restablecer su situación, trabajar ■
que el que se niega a dar nunca tiene bastante ni s< tie rra d e sus p ad re s y g a n a rs e la vid a c f l
siente feliz (Prov 11,24). (Ver también 2 C or 9.6. dignidad. El israelita sabe que cada séptirin
t [ mismo espíritu inspira el capítulo 15 sobre a n o se cancelan las deudas. Eso n o o b s t a n n
el ano sabatico (ver L ev 25,1). prestará lo n ecesario.
DEÜTERONOMIO 16

Acuérdate de que tú también fuiste que saliste de Egipto. La asarás y la co­


merás en el lugar elegido por Yavé, tu
ii lavo en la tierra de Egipto y que Dios, y luego, por la mañana te volverás a
fuvé, tu Dios, te dio la libertad: por tu casa. 8 Comerás panes ázimos durante
•uin hoy te doy este mandato. seis días; el día séptimo celebrarás una
" Tal vez tu esclavo te diga: “ No reunión solemne en honor a Yavé y no
lulero irme” , porque te ama a ti y tu trabajarás.
Ana y reconoce que le va bien conti- 9 Luego contarás siete semanas; las con­
iu '' En ese caso tomarás un pun- tarás desde el día en que comiences a cor­
tar el trigo. '° Entonces celebrarás la fiesta
fi'm y le horadarás la oreja en uno de de las Siete Semanas a Yavé, tu Dios, ha­
n postes de tu puerta, y él te servirá ciéndole ofrendas voluntarias según lo que
i-ma siempre. Lo mismo harás con tu hayas cosechado por la gracia de Yavé, tu
ii lava. '® No se te haga demasiado Dios. 11* i En el lugar que Yavé haya elegido
luto el darle la libertad, porque du- para morada de su Nombre, estarás de
fiesta, y contigo tu hijo y tu hija, tu siervo y
i(tute seis años ganaste con él dos
tu sierva, el levita que vive en tus ciuda­
vim es más que con un asalariado. des, el forastero, el huérfano y la viuda que
viven entre ustedes. 12 Te acordarás de que
lodo primer nacido, ya sea de tus va- fuiste esclavo en Egipto y cuidarás de po­
|«i a ovejas, si es macho, lo consagrarás a ner en práctica estos preceptos.
. iv.v No harás trabajar al primerizo de la 13 Celebrarás también la fiesta de las
«i n, ni esquilarás los primerizos de las Tiendas durante siete días, después de re­
Mvp|ns. 20 tod os los años los comerás en coger el producto de tu era y ae tu lagar.
Minícncia de Yavé con toda tu familia, en 14 Durante esta fiesta te alegrarás, tú, tu hi­
l| lugar que haya elegido Yavé. 21 Si tiene jo y tu hija, tu siervo y tu sierva, el levita, el
hIiiiim defecto, si es cojo o ciego, no lo sa- forastero, el huérfano y la viuda que viven
i librarás a Yavé, 22 sino que lo comerás en en tu ciudad. 15 Siete días durará esta fiesta
fu . osa y tanto el hombre puro como el en honor a Yavé, en el lugar elegido por él;
impuro podrán comer de él, com o si se pues Yavé te bendecirá en todas tus cose­
iMilma de una gacela o de un ciervo. 23 So- chas y en toda obra de tus manos, así que
Imnnnte te cuidarás de no comer la sangre, te darás todo a la alegría.
fUi derramarás en el suelo, como el agua.
16 Tres veces al año se presentarán todos
tus varones ante Yavé, tu Dios, en el lugar
I mu Ircs fiestas de Israel elegido por él: en la fiesta de los Azimos, en
la fiesta de las Semanas y en la fiesta de los
II (.1 * 1 Nota el mes de Abib para celebrar Tabernáculos. Y no se presentarán con las
1 1 en él la Pascua en honor de Yavé, ya manos vacías, 17 sino que cada uno ofrece­
ni» en ese mes te sacó de Egipto, durante rá en proporción a lo que tenga, según la
tu noche. 2 En la Pascua sacrificarás a Ya­ bendición que Y a vé le haya otorgado.
yí bueyes y ovejas en el lugar que El haya
►lt!Ul<lo para morada de su nombre. 3 En la
■•■mi de Pascua no comerás pan con leva- Referente a la justicia
•luiii, sino qüe, durante siete días, comerás
Mtn .i/.imo, pan de miseria; porque la sali- 18 Establecerás jueces y magistrados para
I* tlr Egipto se hizo en forma precipitada. tus tribus en cada una de las ciudades que
M| le acordarás todos los días de tu vida Yavé te dé, para que juzguen al pueblo se­
i|p|illa en que saliste de Egipto. gún la justicia. 19 No torcerás el derecho ni
'Por siete días no se verá la levadura en te fijaras en la condición de las personas.
iiiilii tu territorio; y de la carne que hayas No aceptarás regalos, porque los regalos
mi illlcado la tarde del primer día no que- ciegan los ojos de los sabios y se hacen en
Mirt nada para el día siguiente. perjuicio de los justos. ¡Justicia! 20 Busca la
‘ No podrás sacrificar la Pascua en nin- justicia si quieres vivir y conservar la tierra
■Ulio de las ciudades que Yavé te dará, que te da Yavé, tu Dios.
«loo sólo en el lugar elegido por él para 21 No plantarás tronco sagrado ni árbol
Unnnda de su Nombre. alguno cerca del altar que levantes para
'.aerificarás la víctima de la Pascua tu Dios. 22 Tam poco levantarás piedras,
i".i In tarde, a la puesta del sol, a la hora porque Yavé aborrece estas cosas.

• 16.1 L o que se r e fie r e a las fiestas se m en os con ocasió n de la Pascua. Jesús m is­
m i'ii' <i lo e x p resad o en L e v 23 . N ó te s e la m o ob servará esa L e y que ob liga a to do s los
||UI«ncia sobre la ob lig ación d e celeb rar es- va ro n e s , a p artir d e lo s d o c e añ os (v e r L e
i ||*iMu "en el lugar que Y a v é haya escogi- 2 ,4 1 ). En v a rio s lu gares del E v a n g e lio le e :
H , i” ; decir, en Jerusalén. D e ahí la p ere- m os: “Jesús subió a Jerusalén para la Fiesta
llnu clón d e lo s ju d ío s a J e r u s a lé n , a lo (Jn 2 ,1 3 ; 5 ,1 ).
DEÜTERONOMIO 17 2CX

Vyj\ 1 No sacrificarás a Yavé, tu Dios, 16 Que tu rey no tenga muchos caballo»


LLÍJ buey u oveja que tenga alguna tara no sea que traiga de vuelta a Egipto íi m
o defecto, porque Yavé aoorrece esto. pueblo con el fin de tener más caballo
2 Si, en medio de ti, en alguna de las ciu­
Pues Yavé te ordenó que no volvieras j|
dades que Yavé te dará, un hombre o una más por aquel camino. 17 Tampoco se bu
mujer hacen lo que desagrada a Yavé, has­ cará muchas mujeres, no sea que se p*>*
ta quebrantar su alianza, 3 si van a servir a vierta su corazón. Y que tampoco se hogi
otros dioses y se postran ante ellos, sean el rico en oro y plata.
sol, o la luna, o las estrellas del cielo, res­ 18 Cuando suba al trono, deberá cop
pecto a los cuales no te di ningún manda­ para su uso esta ley, del libro de los sacw
to, 4 en cuanto te lo denuncien o en cuanto dotes levitas. 19 La llevará consigo, la lew»
lo sepas, empezarás por investigar bien to­ todos los días de su vida, para que aproo
do. Si compruebas que esta abominación da a temer a Yavé, guardando todas I»
se ha cometido en Israel, 5 sacarás a las palabras de la Ley y poniendo en práct
puertas de la ciudad al hombre o a la mu­ sus preceptos.
jer que cometieron esta fechoría, y los ape­ 20 Así no mirará en menos a sus hern
drearás hasta que mueran. nos, y no se apartará de estos mandan!
6 Exigirás las declaraciones de dos o trestos ni a la derecha ni a la izquierda, y
testigos para condenarlos a muerte. Nadie sus hijos prolongarán los días de su rein
será condenado a muerte por la acusación do en medio de Israel.
de un solo testigo. 7 La mano de los testigos
será la primera en tirar piedras para matarlo. Los sacerdotes de la tribu de Leví
Después, todo el pueblo lo apedreará. Así
nTo] ' Los sacerdotes levitas, toda la tr
haras desaparecer el mal de en medio de ti.
LiH I de Leví, no compartirán con los
8 Si se te presenta un caso demasiado di­
más la herencia de Israel, sino que se
fícil, ya sea un asunto de sangre, un litigio
mentarán con las víctimas consumidas
o una querella por heridas, o una disensión
el fuego en honor de Yavé, y las cosas i
entre las autoridades de la ciudad, subirás
le fueron consagradas. 2 El levita no ten
al lugar elegido por Yavé, tu Dios, 9 irás a
parte en la herencia que reciben sus
los sacerdotes levitas y al juez que enton­
manos, porque Yavé es su herencia, co
ces esté en funciones. Los consultarás y
él se lo tiene dicho.
ellos te indicarán el fallo de la causa. 10 Te
3 Este será el derecho de los sacerdi
ajustarás al fallo que te hayan indicado en
respecto del pueblo. Cuando se ofrezcí
este lugar elegido por Yavé, y procurarás
sea buey u oveja, se le dará al sacerdoL
actuar conforme a lo que te hayan enseña­
espaldilla, las quijadas y el vientre. 4 Le da
do. " Seguirás las instrucciones que te ha­
también las primicias de tu trigo, de tus vi
yan dado y la sentencia que te dicten, sin
y de tu aceite, así como las primicias de
desviarte ni a la derecha ni a la izquierda
esquila de tus ovejas. 5 Porque a él lo el
del fallo que te señalen.
Yavé de entre todas las tribus para oficial
12 El hombre que se atreva a actuar en
su nombre, él y sus hijos para siemf
otra forma y no escuche al sacerdote que
6 Si un levita llega de otra parte, sea c
se encuentra allí al servicio de Yavé, ni al
fuere la ciudad de Israel donde reside* p
morirá. Harás desaparecer el mal de
S . 13 Así todo el pueblo, al saberlo, te­
merá y ya no propasará el derecho.
que tiene un deseo sincero de estar en
Lugar elegido por Yavé, 7 podrá oficiar
el nombre de Yavé, su Dios, como toi
sus hermanos levitas que están allí al
Los reyes vicio de Yavé; 8 comerá una porción igil
la de los demás, aparte de lo que saqui
• 14 Cuando llegues a la tierra que Yavé,
sus bienes patrimoniales.
tu Dios, te da, cuando la conquistes y ha­
bites en ella, tal vez digas: “Quiero tener
un rey como todas las naciones vecinas." L o s p ro fe ta s y “ e l” p rofeta
15 En todo caso pondrás a tu cabeza un rey
elegido por Yavé de entre tus hermanos. • 9 Cuando hayas entrado en la I
No pondrás a tu cabeza un rey extranjero rra aue Yavé, tu Dios, te da, no ii
que no sea hermano tuyo. tes las co stu m b re s p e rvers a s

• 1 7 .1 4 A continuación, se habla d e las tres reciben sus hermanos. Respecto de los saccrdH
autoridades reconocidas por los judíos: reyes, sa­ tes de la tribu de Leví, ver comentario de Núm»
cerdotes y profetas. ros 3 y 4.
Los reyes (17,14-20). Los reyes de Israel nego­
ciaban con Egipto. A cambio ae los caballos que
deseaban adquirir, enviaban allá a jóvenes israelitas • 1 8 .9 Este texto condena a los m agos y adl
que debían servir en el ejército del faraón. nos y luego ensalza a los verdaderos profútal
El levita no tendrá parte en la herencia que El pueblo de Dios vive de la palabra de Dio»
wmm

Durante siglos, los incas subieron a este monte sa­


grado de Machu-Pichu para adorar al Sol, imagen
de Dios. En el Sinaí, otro monte sagrado, D ios
bajó para dar a Israel su palabra y sus mandatos.
N o se trata tanto de dar a los pobres, com o de ha­
cem os pobres con ellos. Aprender de ellos y com ­
prometerse con ellos es el único y el m ejor camino
para solucionar los problemas de la humanidad.
05 DEÜTERONOMIO 19
quellos pueblos. ,0 Que no haya en 20 Pero si un profeta pretende hablar
edio de ti nadie que haga pasar a en mi nombre sin que lo haya man­
u hijo o a su hija por el fuego; que dado, o si habla en nombre de otros
adié practique encantam ientos o dioses, morirá.”
onsulte a los astros; que no haya 21 A ca so preguntas: “ /C óm o v a ­
brujos ni hechiceros; 11 que no se ha­ mos a saber que una palabra no v ie­
lle a nadie que se dedique a supersti- ne de Yavé?” 22 Si algún profeta ha­
iones o consulte los espíritus; que bla en nombre de Yavé y lo que dice
no se halle ningún adivino o quien no sucede, tú sabrás que esta pala­
regunte a los muertos. 12 Porque Ya- bra no viene de Yavé. El profeta ha­
¿é aborrece a los que se dedican a brá hablado para jactarse y no le ha­
todo esto, y los expulsa delante de ti rás caso.
i causa de estas a b om in a cion es.
'Tú, en cambio, te portarás bien en Las ciudades de refugio
lodo con Yavé, tu Dios. 14 Esos pue­
blos que vas a desalojar escuchan a h 9 ! * 1 Cuando Yavé, tu Dios, haya exter-
hechiceros y adivinos, pero a ti, Ya­ 1 --' minado a las naciones cuyo país te
va a dar, cuando las hayas desalojado y vi­
vé, tu Dios, te dio a lg o diferen te. vas en sus ciudades, ocupando sus casas,
5 Yavé hará que se levante para ti,
2 reservarás tres ciudades del país que Ya­
de en m edio de tus herm anos, un vé, tu Dios, te da. 3 Tendrás líbre y franco
profeta com o yo: a él habrán de es­ el camino de acceso a ellas y dividirás en
cuchar. 16 Acuérdate de lo que pedis­ tres partes el territorio que Yavé, tu Dios,
te da en posesión: esto para que todo el
te a Yavé, tu Dios, en el Horeb, el día que haya dado muerte a un hombre pueda
de la Asamblea; tú dijiste: “ N o puedo refugiarse en esas ciudades.
Beguir más oyendo la voz de Yavé, ni 4 Mira en qué caso el que dio muerte a
soportar este gran fu eg o , y si me un hombre podrá refugiarse allí para sal­
quedo mirando, voy a morir.” 17 En­ varse: si hirió involuntariamente a su her­
tonces Y a v é m e dijo: “ Dicen bien, mano al que no tenía odio. 5 Por ejemplo,
si alguno va al bosque con un compañero
i Y o haré que se levante de en m e­ a cortar leña y mientras maneja el hacha
dio de sus herm anos un profeta, lo para cortar el árbol, se sale el hierro del
mismo que hice contigo. Yo pondré mango y va a herir mortalmente a su com­
mis palabras en su boca y él les dirá pañero; éste puede huir a una de estas ciu­
lodo lo que yo mande. dades y así salvarse. 6 No sea que el ven­
gador de la sangre se deje llevar por la
1Si alguno no escucha mis pala­ cólera, persiga al que causó la muerte, lo
bras, cuando habla el profeta de par­ alcance si es muy largo el camino, y lo
te mía, yo mismo le pediré cuentas. mate, cuando en realidad éste no es reo de

iiero no sólo de la que se encuentra escrita en un rior a todos y que dirigiera eficazmente a todo el
libro, sino de lo que dice hoy por m edio de los pueblo com o lo había hecho Moisés. Cuando se
profetas. Son hombres que reciben del Espíritu presentó Juan Bautista, muchos le preguntaron:
un don especial para orientar a las personas y a ‘ ¿Eres el profeta?” (Jn 1,21), y desde el principio
Ins naciones hacia las verdaderas metas que Dios d e la Iglesia los cristianos com prendieron que
nos propone. Cristo era “el P rofeta” (ver H e 3,22).
Que no haya en medio de ti... adivinos (10).
Se condenan en igual forma los sacrificios huma­
nos y la m agia o el espiritism o. L o s hombres • 1 9 .1 Los israelitas tenían un sentido muy
ilempre han estado tentados a traspasar el miste- fuerte de la solidaridad familiar y de la venganza.
¡lo de su porvenir: muchos adivinos y falsos pro- Cuando uno había dado muerte a otro, aunque
pitas respondían, com o lo hacen los autores de fuera sin intención, la familia del muerto debía
horóscopo actualmente, a ese deseo de arrancar quitarle la vida.
ius secretos a un Dios del cual no se está seguro. Aquí vemos cóm o actúa Dios para educar a su
I'n cambio, los profetas tienen p or misión, no pueblo. N o se podía atacar de frente una menta­
mntar lo que pasará, sino indicar con valentía lidad tan arraigada. Designando ciudades de re­
1uál es la voluntad de Dios y qué es lo que debe­ fugio para el que m ató sin intención, se limitaba
mos reformar (ver Jer 28,1; Ez 13,1). p rim ero el d e re c h o d e hacerse justicia p or sí
Yavé hará que se levante para ti de en me­ mismo, derecho que iba a ser suprimido con el
dio de tus hermanos un profeta (15). Este “ pro- tiempo.
lita” significa toda la serie de los profetas que se- Un solo testigo no es suficiente para conde­
iiuirán hablando en Israel, com o lo demuestra el nar (15). En varios lugares del Nuevo Testamen­
ünal del párrafo (20-22). Sin embargo, Israel es­ to, por ejemplo en la condena d e Jesús, se re-
peraba para los tiempos futuros un profeta supe­ . cuerda este principio.
DEÜTERONOMIO 19 2(n
muerte, ya que no odiaba anteriormente a no desmaye tu corazón, no tengas minl.
su compañero. ni te turbes, ni tiembles delante de ello»
7 Por esto, te mando yo que separes es­4 porque Yavé, tu Dios, está contigo. El pe
tas tres ciudades. 8 Pero si Yavé ensancha leará en favor tuyo contra tus enemigo* >
tus fronteras, como lo tiene jurado a tus te salvará.”
padres, y te da todo el país que te prome­ 5 Entonces los oficiales dirán al pueb
tió, 9 con la condición ae que guardes sus “¿Hay alguno de ustedes que tenga su C|
mandamientos y hagas lo que hoy te digo, sa nueva recién terminada y no la haya o|
esto es, que ames a Yavé, tu Dios, y sigas trenado todavía? Vaya y regrese a su ca»|
sus caminos en todo tiempo, entonces no sea que muera en la batalla y otro la n
añadirás otras tres ciudades a las antedi­ trene. 6 ¿Hay alguien entre ustedes que hl
chas, duplicando así el número de ciuda­ ya plantado una viña nueva y que todcivíi
des de refugio. 10 Así, no se derramará san­ no ha podido disfrutar de ella? Vaya y rl
gre inocente en medio de la tierra que grese a su casa, no sea que muera en 1«
Yavé, tu Dios, te da en herencia; y no serás guerra y otro pase a ser dueño de ella
culpable de este derramamiento. r ¿Hay alguno que esté prometido en mi
11 Pero si un hombre, por odio a su próji­ trimonio y que todavía no se haya casado)
mo, le tiende una emboscada, se lanza so­ Regrese en seguida a su casa, no sea qui
bre él y lo hiere de muerte, si luego el muera en el combate y otro se case con fl|
agresor huye a una de estas ciudades, prometida.”
12 los jefes de su ciudad mandarán prender­ 8 Dicho esto, añadirán todavía: “¿H
lo allí, al lugar de asilo, y lo entregarán en aquí algún hombre que tenga miedo o i
manos del pariente del muerto para que le que falte el ánimo? Regrese inmediali
quiten la vida. 13 No tendrás piedad de él, mente a su casa para que no contagie cm
sino que harás desaparecer de en medio su miedo a sus hermanos.” 9 Cuando hf
de Israel el derramamiento de sangre ino­ yan terminado de hablar, los oficiales u
cente y así tendrás prosperidad. pondrán al frente del pueblo.
14 No moverás los deslindes de tu vecino ,0 Cuando te acerques a una ciudad pu
del lugar en que los pusieron tus padres ra sitiarla, le propondrás la paz. " Si ell«
para delimitar la herencia familiar, en el te la acepta y te abre las puertas, toda lo
país que Yavé, tu Dios, te dará. gente que en ella se encuentre salvará ty
15 (Jn solo testigo no es suficiente para vida. Te pagarán impuestos y te servirán
condenar a un hombre, sea cual fuere el 12 Si no acepta la paz que tú le proponoi
delito o falta de que se le acusa; sólo por y te declara la guerra, la sitiarás. I31
el testimonio de dos o tres testigos se de­ cuando Yavé, tu Dios, la entregue en til
cidirá la causa. 16 Si un solo testigo se le­ manos pasarás a cuchillo a todos los v*
vanta contra un hombre y lo acusa de al­ roñes, 14 pero las mujeres y niños, el g|
gún delito, 17 los dos hombres cuyo pleito nado y las demás cosas que en ella en>
se trata comparecerán ante Yavé, en pre­ cuentres, serán tu botín y comerás de Icj
sencia de los sacerdotes y jueces que ha­ despojos de tus enem igos que Yavé ||
ya en aquel tiempo. 18 Los jueces exami­ haya entregado.
narán minuciosamente, y si resulta que el ñ Así harás con todas las ciudades qJ
testigo ha dicho una mentira, acusando estén muy distantes de ti, y que no sean I
falsamente a su hermano, 19 le impondrán aquellas ae las cuales has de tomar pos*
a él la pena que pretendía imponer a su sion. 16 En cambio, no dejarás a nadie coi)
hermano. Así arrancarás el mal de en m e­ vida en las ciudades que Yavé te da en h*
dio de ti, 20 porque los demás al saberlo rencia, 17 sino que las destruirás conforn*
temerán y no cometerán cosas semejan­ a la ley del anatema, ya sean heteos, amo
tes. 21 No te compadecerás de él, sino que rreos, cananeos, fereceos, jeveos y jebu
le harás pagar vida por vida, ojo por ojo, seos. Así te lo tiene mandado Yavé, tu
diente por diente, mano por mano, pie Dios, 18 para que no te enseñen a imitar t i
por pie. das esas cosas malas que ellos hacían f l
honor de sus dioses, con lo cual tú pec|i
rías cpntra Yavé, tu Dios.
El estado de guerra 19 Si, al atacar una ciudad, tienes que
tiarla por mucho tiempo para tomarla, i l
|2 0 |* ' Cuando vayas a la guerra contra destruirás lós árboles frutales que estén ■
1----- 1 tus enemigos y veas caballos, carros rededor ni les meterás el hacha, ya que de­
y un ejército mas numeroso que el tuyo, ben ser tu alimento. No los cortarás, puei,
no les tengas miedo, porque está contigo ¿son acaso hombres los árboles del camw
Yavé, tu Dios, aquel que te sacó de Egipto. ara que los trates como a sitiados? 201
2 Cuando se acerque la hora del comba­ ay árboles que no son frutales, córtalo^
te, se adelantará el sacerdote y dirigirá es­ haz con ellos escaleras e instrumentos qyj
tas palabras al pueblo: 3 “Escucha, Israel, te sirvan para tomar la ciudad que te opo
estás para enfrentar a tus enemigos; que ne resistencia.
|07 DEÜTERONOMIO 22
Algunos puntos de derecho dirán: “Este hijo nuestro es rebelde y des­
vergonzado, no nos hace caso, es un vicio­
i-jT] 1 Cuando encuentres en el campo, so y un borracho.” 21 Entonces todo el pue­
l£iJ en el país que Yavé, tu Dios, te da, blo le tirará piedras hasta que muera. Así
«I cadáver de una persona asesinada, sin harás desaparecer el mal de en medio de
Ijlie se sepa quién la mató, 2 tus jueces y ti, y todo Israel, al saberlo, temerá.
tus jefes irán a medir la distancia entre la 22 Si un hombre, culpable de algún delito
victima y los pueblos vecinos. 3 Entonces que merece la muerte, ha sido ajusticiado y
lus jefes del pueblo más cercano traerán colgado de un árbol, 23 su cuerpo no pasará
nini ternera que no haya trabajado ni lleva­ la noche colgado, sino que lo enterrarás el
do yugo, 4 la bajarán a un arroyo que corre mismo día, porque un colgado es maldición
ludo el año, donde no se haya arado ni se de Dios. Así no harás impura la tierra que
líembre, y allí le romperán la nuca. 5 Esta- Yavé, tu Dios, te da por herencia.
iiin presentes los sacerdotes, hijos de Leví,
pues fueron elegidos por Yavé para que le
ilivan y den la bendición en su nombre, y Si encuentras algún objeto perdido
non ellos los que deciden todo litigio o
Si encuentras extraviado el
B'tiinto criminal.
' Entonces todos los ancianos del pueblo
22 buey o la oveja de tu herma-
unís próximo al crimen se lavarán las ma­ no, no te harás el desentendido, sino
ní>s en el arroyo sobre la ternera desnucada, que se lo llevarás a tu hermano. 2 Si
' y pronunciarán estas palabras: “Nuestras este hermano no es vecino tuyo y no
monos no han derramado esa sangre y sabes a quién pertenece el animal, lo
nuestros ojos no han visto nada. 8 Perdona, guardarás en tu casa hasta que su
nli Yavé, a tu pueblo de Israel al que resca-
Innte, y no le imputes la sangre inocente de- dueño vaya a buscarlo. Entonces se
iinmada en medio de él.” 9 Así se les perdo- lo devolverás. 3 Lo mismo harás con
nmá esta sangre; así quitarás de en medio su burro, y lo mismo con su vestido,
■Ir ti la sangre inocente y obrarás rectamen- y lo mismo con cualquier objeto que
ir a los ojos de Yavé. se le extravió a tu hermano, el día
1,1 Cuando vayas a la guerra contra tusque lo encuentres. N o puedes hacer
nnemigos, y Yavé, tu Dios, te los entregue,
V verás tal vez entre las cautivas a una mu-
com o si no supieras.4 Si ves el burro
|ni hermosa, te enamoras de ella y querrás de tu hermano o su buey que caen
Imcerla tu esposa. 12 Entonces la llevarás a en el camino, no puedes desenten­
lu casa, donde se rapará la cabeza y se derte, sino que ayudarás a levantarlo.
untará las uñas. 13 Dejará el vestido que
llevaba cuando fue tomada, y quedará en 5 La mujer no llevará vestido de hombre,
lu casa durante un mes, haciendo duelo ni el hombre vestido de mujer, porque Ya­
por su padre y su madre. Después te junta- vé aborrece al que hace tal cosa.
ios con ella y tú serás su marido y ella tu 6 Si encuentras en tu camino un nido de
coposa. 14 Si con el tiempo ya no te agrada, pájaros en un árbol o en el suelo, y la ma­
ln despedirás; pero no podrás vendería por dre está echada sobre los polluelos o sobre
dinero, ni hacerla tu esclava, ya que la to­ los huevos, no te llevarás a la madre con
maste. las crías, 7 sino que dejarás que ella se vaya
Cuando un hombre tiene dos mujeres, y tomarás para ti sólo las crias. Así tendrás
dft las cuales a una quiere y a la otra, no, prosperidad y larga vida.
puede ser que las dos le den hijos y que el 8 Cuando construyas una casa nueva, ha­
l'iimogénito sea hijo de la mujer menos rás alrededor de la azotea un pequeño mu­
Binada. 16 El día que reparta la herencia ro, no sea que alguien se caiga desde arri­
«mire sus hijos, no podrá dar los derechos ba y tu casa quede manchada con sangre.
de primogenitura al hijo de la mujer a la 9 No sembrarás en tu viña ninguna otra
•pie quiere, en perjuicio del primogénito semilla, porque de hacerlo, tanto los pro­
•me le dio la mujer no amada. 17 Al contra- ductos de esta siembra como las uvas de
ilii, deberá reconocer como primogénito al tu viña quedarían prohibidos. 10 No ararás
li!|o de la mujer menos amada y darle una con un buey y un burro juntos. 11 No te
l«nrte doble de toda su herencia. Al que en- vestirás con un paño tejido mitad de lana y
iiendró primero, a éste le corresponden los mitad de lino.
derechos de primogénito. 12 Te harás una borla en las cuatro pun­
'* Si un hombre* tiene un hijo rebelde y tas del manto con que te cubras.
desvergonzado, que no atiende lo que 13 Aquí viene el caso de un hombre que
mondan su padre o su madre, ni los escu- se ha casado con una mujer y después de­
•lio cuando lo corrigen, 19 sus padres lo ja de quererla. 14 Este hombre empieza a
minrrarán y llevarán ante los jefes de la reprocharla por su conducta y a difamarla,
•iudad, a la puerta donde se juzga, 20 y les y se le ocurre decir: “Me casé con esta mu-
DECJTERONOMIO 22
20l' 1/09 DEÜTERONOMIO 2 4
ier, y al acostarme con ella, no le encontré
las senas de su virginidad.” 15 En ese caso mitido en la asamblea de Yavé. 3 Tampon 11ado alguno. 24 Cumplirás tus promesas y, tas; cum ple lo que yo les mandé.
el padre y la madre de la joven tomarán el el mestizo será admitido en la asamblea d. I «i haces algún voto, ofrecerás según hayas 9 Acuérdate de lo que Yavé, tu Dios,
paño en que están las señas de su virqini- Yave, ni aun en la décima generación. 4 ¡¡i I prometido a Yavé. hizo con Miriam, cuando el pueblo
amonita y el moabita no se admitirán Jo I 25 Si entras en la viña de tu prójimo, po-
a a X6’o mostrarán a los jueces de la ciu- estaba en camino, al salir de Egipto.
mas en la asamblea de Yavé, ni aun de» I drás comer las uvas que quieras, pero no
dad‘ «u Pa,dre de la joven dirá a los jue­ pues de la décima generación. 5 Porqur I podrás llevarte ninguna. 26 Si pasas por los 10 Si prestas algo a ,tu prójimo, no
ces: He dado a mi hija por esposa a este
nombre, pero ya no la quiere, y ahora pre- cuando ustedes venían de Egipto, no Ir* I Mimbrados de tu prójimo, podrás arrancar entrarás en su casa para tomar algu­
tende que no la tomó virgen. 17 Vean, pues salieron al encuentro con pan y aqua sin - I rspigas con tu mano, pero no meterás la na prenda. 11 Esperarás afuera, y el
ahí las pruebas de la virginidad de mi hija.” que, trfjerqn a Balaam, hijo de Beor de I, I hoz en las mieses de tu prójimo. deudor saldrá de la casa para entre­
ciudad de Petar en Mesopotamia, para d i
Y extenderán el paño delante de los jueces
los maldijera. 6 Pero Yavé, tu Dios, no e» I IÓ4 ] 1 S* un hombre toma una mujer y se
garte la prenda. 12 Si has tomado c o ­
de la ciudad. 18 Si el hombre es culpable mo prenda el manto de un pobre, no
los jueces lo tomarán preso y lo azotarán! cucho a Balaam y cambió la maldición pm I l^_i] casa con ella, puede ser que le en-
bendición, porque Yavé te ama. 7 A esto* I ujentre algún defecto y ya no la quiera. En
te acostarás guardándolo, 18 sino que
Lo multaran además en cien monedas de
pueblos nunca les proporcionarás prospr I r-se caso, escribirá un certificado de divor- se lo devolverás a la puesta del sol y
p at u’ 2 ue ?Ptregarán al padre de la joven ndad ni bienestar.
por haber difamado a una virgen de Israel! I »:lo que le entregará antes de despedirla de así él se acostará en su manto. El
t i mando tendrá que tomarla como esposa 8 Pero no aborrecerás al edomita, pur* I itucasa. pobre te bendecirá y tú tendrás méri­
es hermano tuyo. No aborrecerás al eqip 2 Habiendo salido de su casa, puede ser
y no podra repudiarla en toda su vida tos a los ojos de Yavé, tu Dios.
a o porque fuiste peregrino en su tierra la mujer de otro. 3 Pero si éste también ya
Pero si es verdad lo que el hombre di- 14 No explotarás al jornalero humil­
A la tercera generación, sus descendien no la quiere y la despide con un certificado
ce y no aparecen las pruebas de su virqini- de y pobre, ya sea uno de tus herma­
tes podran ser admitidos en la asamblen ile divorcio, o bien si llega a morir este otro
dad,2' entonces la sacarás a la puerta de la de Yave.
hombre que la tomó como mujer suya, 4 el nos o un forastero que se encuentre
casa de su padre y morirá apedreada por el
10 Cuando salgas de campaña contra tu »
primer marido que la repudió no podrá vol­ en tu tierra, en algunas de tus ciuda­
pueblo, por haber cometido una infamia en
enemigos, te guardarás de toda acción mi ver a tomarla por esposa, ya que pasó a ser des. 15 Le pagarás cada día, antes de
Israel, prostituyéndose mientras todavía es­
,a- hay entre los tuyos un hombre qup para él como impura. Sería una abomina­ la puesta d e f sol, porque es pobre y
taba en la casa de su padre. Así harás de-
no este puro por causa de una polución ción a los ojos de Yavé que la volviera a te­
saparecer el mal de en medio de ti. está pendiente de su salario. No sea
nocturna, saldra fuera del campamento v no ner. No manches la tierra que Yavé te dará
2 Si se sorprende a un hombre acostado volverá a entrar. 12 Al llegar la tarde se lavn que clame a Yavé contra ti, pues tú
con una mujer casada, morirán los dos, el en herencia.
ra y a la puesta del sol podrá entrar de nue cargarías con un pecado.
adultero v la adúltera. Así harás desapare­ vo al campamento.
cer el mal de Israel. 18 No se matara a los padres por la
Habra un lugar afuera del campamento Por una sociedad solidaria culpa de sus hijos, ni a los hijos por
23 Si una joven está prometida en matri­ JJ®ra satisfacer Tas necesidades naturales
monio a un hombre, y otro hombre la en- la ae sus padres. Cada cual pagará
Llevaras una estaquita al cinturón, con ln
cuentra en la ciudad y se acuesta con ella, cua! haras un hoyo antes de ponerte en cu • 5 Si un hombre está recién casa­ por su propio pecado.
los llevaran a los dos y los apedrearán cintas, y luego taparás do, no irá a la guerra ni se le m oles­ 17 No violaras el derecho del foras­
'— el excremento
— '- / .v .v m u iiiu con
'."i
nasta que mueran: la joven porque no qritó la tierra sacada. 35 Pornnp Yav¿ tu h i m tará con otro servicio. Que esté exen- tero, ni del huérfano, ni tomarás en
--------------- Porque Yavé, tu Dio»
y no pidió ayuda, estando en la ciudad, y recorre el campamento para protegerte i lo de todo durante un año para así prenda las ropas de la viuda. 18 Re­
el nombre, porgue deshonró a la mujer de entregar en tus manos al enemigo. Por ese
su prójimo. Así harás desaparecer el mal quedar en su casa y hacer feliz a su cuerda que fuiste esclavo en Egipto y
tu campamento debe ser cosa limpia y sa esposa.
de en medio de ti. que Yavé, tu Dios, te rescató. Por eso
grada, en que Yavé no vea nada indecenlr
25 Pero si el hombre encuentra en el cam­ d ejo contrario se apartaría de ti. 8 No se tomará en prenda el m oli­te mando hacer esto.
po a una joven prometida en matrimonio, y No entregarás a su amo al esclavo qiu no, ni la muela de piedra del molino, 19 C uando c o rtes el trig o en tu
a la fuerza la viola, sólo el hombre que la huyo de su casa y se acogió a ti. ,7 Se qu« j liorque ello sería tomar en prenda la cam po, si se te cae alguna gavilla,
violo morirá. 20 No harás nada a la joven- dara contigo entre los tuyos, en el luqarifu» i vida misma. no vo lverá s a recogerla, sino que
ella no merece la muerte, porque así como el elija en una de tus ciudades, donde meloi
un salteador se arroja sobre un hombre y lo 7 Si se descubre a un hombre que quedará para el forastero, el huérfano
le parezca; np lo molestarás.
asesina de la misma manera fue asaltada la haya raptado a un israelita, es decir, y la viuda. Así Yavé te bendecirá en
... . N ° habrá entre las hijas de Israel proi
joven. Estaba sola en el campo, qritó v tituta sagrada, ni prostituto sagrado entu .i uno a e sus hermanos, y lo haya todos tus trabajos. 20 Cuando co se­
nadie le presto ayuda. a 3 los hijos de Israel. 19 Sea cual fuere el volt, vendido com o esclavo, el raptor debe ches tus olivos, no pasarás otra vez
. 28 Sl un hombre encuentra a una ¡oven que hayas hecho, no llevarás a la casa dr morir. A sí cortarás el mal entre tu para sacudirlos: el resto será para el
virgen, no prometida en matrimonio a otro Yave, tu Dios, regalo de prostitutas, ni sa Oente. fo ra stero, el hu érfano y la viuda.
hombre y a la fuerza la viola y luego son laño de perro, o sea, prostituto, porque*
sorprendidos, 9 el hombre que se acostó
8 Cuídate de las lepras con tagio­ 21 Cuando vendimies tu viña, no vol­
ambas cosas son abominables a los otoi sas. O bserva y pon en práctica lo verás a buscar lo que haya quedado.
con ella dara al padre de la joven cincuen­ de Yave.
ta monedas de plata, y la tomará por espo­ 20 No prestarás con interés a tus herma que te enseñen los sacerdotes levi- Esto será la parte del forastero, del
sa. Y no podra repudiarla en toda su vida nos, ni dinero, ni alimentos, ni cualquin
ya que la deshonró. otra cosa por la que se cobran interese!,
, Al extranjero podrás prestarle con into • 2 4 .5 Encontramos aquí una serie de leyes que Viene a continuación la atención a los desam­
Leyes aue resaltan el carácter saqrado promueven relaciones más humanas. A esto llega parados. U n o no puede considerar com o exclusi­
res, pero a tu hermano, no. Con esto con vamente suyo todo lo que ha ganado. Es un de­
del pueblo de Israel n predicación de los profetas: crear entre los hom-
seguirás que Yavé, tu Dios, te bendiga en ! I»res, en todos los sectores de la vida social, una ac­ b er ob servar las leyes d e solidaridad social y
todas tus empresas, en la tierra que vas n titud de cooperación y de bondad semejante a la pagar lo que exigen. Y ahora no podem os limi­
[2 3 ] 1 Ninguno tomará por esposa a la de poseer. tarnos sólo a una solidaridad en el plano nacio­
nctitud misericordiosa ae Dios mismo.
L---- 1 su padre; que no se atreva a des- Todo esto fue planeado por un pueblo de agri- nal: los países ricos deben compartir con las na­
honrar a su padre. 22 Si haces algún voto a Yavé, no tarden
i nitores, con una economía bastante primitiva, y c io n e s m e n o s d e s a r r o lla d a s , a m e n u d o
en cumplirlo, porque sin duda Yavé te lo
\ E¡ hombre que tenga los testículos necesitaría una adaptación para nuestra sociedad, arruinadas por el desarrollo de aquéllos y por el
aplastados o el pene mutilado no será ad- reclamara y tu cargarías con un pecado más organizada. Aquí están las bases para una le- libre mercado que les han impuesto los más desa­
rero si no haces votos, no cometes pe lllslación de seguro y de prevención socal. rrollados.
DECITERONOMIO 24
2\
huérfano y d e la viuda. 22 A cu érd ate estabas cansado y extenuado; no tuvo fe
de q u e fuiste esc la v o en E gipto. Por mor a Dios. 19 Por eso, cuando Yavé,|
e so te m an do h acer esto. Dios, después de someter a todos tus «l|
migos alrededor, te dé descanso en la tlo|»
' Cuando haya pleito o contienda en­ que él te da, borrarás el recuerdo de An»
tre dos hombres, se recurrirá a los lee de debajo de los cielos. No lo olvljl
jueces para que juzguen. Se declarará justo
al que lo es y se condenará al culpable. 2 Si
este merece azotes, el juez le hará echarse El israelita proclama su fe
al suelo en su presencia y hará que lo azo­
ten con un número de golpes proporciona­ 1 Cuando llegues a la tieift
do a su culpa. 3 Podrán darle cuarenta azo­ que Y avé, tu Dios, te d a #
tes, no más, no sea que al golpearlo más, herencia, cuando haya pasado a u
sea mucho el castigo y tu hermano quede tuya y habites en ella, 2 tomarás I#
deshonrado a tus ojos. primeros productos de la tierra d i
4 No pondrás bozal al buey que trilla. Yavé, tu Dios, te da, los pondrás■
Si dos hermanos viven juntos y uno de
ellos muere sin tener hijos, la mujer del di­ un canasto y los llevarás al lugar el#
funto no irá a casa de un extraño, sino que gido por Yavé, tu Dios, para mora#
a ,tonTara su cuñado para cumplir el “deber de su Nombre.
del cuñado.” 6 El primer hijo que de ella ten­ 3 Te presentarás al sacerdote q
ga retomará el lugar y el nombre del muer- esté en Funciones en aquellos días y l
to, v así su nombre no se borrará de Israel.
dirás: “En este día yo reconozco 9
En el caso de que el hombre se niegue
a cumplir su deber de cuñado, ella se pre­ Yavé, mi Dios, me hizo entrar a la tlti
sentara a la puerta de la ciudad y dirá a los rra que prom etió a nuestros padfll
ancianos: “Mi cuñado se niega a perpetuar que nos daría.” 4 Y el sacerdote tomj
el nombre de su hermano en Israel, no ra de tus manos el canasto y lo depí ¡
quiere ejercer en mi favor su deber de cu- sitará ante el altar de Yave, tu Dioí
ñado 8 Entonces los ancianos lo llamarán
5 Entonces tú dirás estas palabr#
y le hablarán. Si él porfía en decir: “No
quiero tomarla por mujer”, 9 su cuñada se ante Y a v é :6 “Mi padre era un aramj
acercará a él y en presencia de los jueces errante, que bajó a Egipto y fue a i>
le sacara la sandalia de su pie, le escupirá fugiarse allí, siendo pocos aún;'peí
a la cara y le dirá estas palabras: “Asi se en ese país se hizo una nación gran!
trata al hombre que no hace revivir el y poderosa. Los egipcios nos maltfl*
nombre de su hermano.” 10 Su casa será taron, nos oprimieron y nos impuslf
llamada en Israel “la casa del descalzo."
Si dos hombres pelean entre sí y la ron dura servidumbre.
mujer de uno de ellos se acerca para librar 7 Llamamos pues a Yavé, Dios J
a su marido de los golpes del otro, alarga nuestros padres, y Y avé nos escil
a rnoIL° X a9arra 3 éste por las vergüen­ chó, vio nuestra humillación, nue»
zas, harás cortar la mano de la mujer sin tros duros trabajos y nuestra opr#
piedad.
sión. 8 Yavé nos sacó de Egipto col
13 No tendrás en tu bolsa diferentes pe­
sas, unas mayores y otras menores, 14 ni mano firme, demostrando su pod#
habra en tu casa una medida grande y otra con señales y milagros que sembr# j
menor. 15 Tendrás un peso justo y exacto, e ron el terror. 9 Y nos trajo aquí pan
igualmente una medida justa y exacta, pa­ darnos esta tierra que mana lecnc y
ra que se prolonguen tus días en la tierra miel. 10 Y ahora vengo a ofrecer IqI
que Yave, tu Dios, te da. 16 Porque Yavé
primeros productos de la tierra quj
aborrece al que hace tales cosas y a toda
injusticia. tú, Yavé, me has dado.”
17 Acuérdate de lo que hizo Amalee con Los depositarás ante Yavé, te pon>
ustedes cuando estaban en camino, al salir trarás y adorarás a Y avé, tu Dio»,
de Egipto. 18 Vino a tu encuentro en el ca­ Después comerás y celebrarás unn
mino y atacó por la espalda a todos los que fiesta, tú y tu familia, con todos loi !
iban agotados en la retaguardia, cuando tú
bienes que Y avé te ha dado. Tam

• 2 6 . 5 M i padre era un arameo errante.


D e l m is m o m o d o , las v a r ia s fó rm u la s <jdl
hste párrafo es c o m o una d ecla ración d e fe
C re d o , que usa la Iglesia actualm ente, p o n «
del israelita. El sabe que fue e le g id o e n tre los
en el c en tro la ob ra lib erad ora que Dios,
áram eo s pagan o s y que Y a v é , después de li­
dre, H ijo y Espíritu S a n to , rea lizan a f a v f f
b e ra rlo, le d io la p ro sp erid ad d e que g o za nuestro.
DEÜTERONOMIO 27
III
2 Cuando pasen el Jordán para ir a la tie­
I H'ii com erán y estarán de fiesta rra que Yave, tu Dios, te da, erigirás gran-
•.■litigo, tanto el levita com o el foras- des piedras y las blanquearás con cal. Y
que viven junto a ti. al pasar escribirás en ellas todas las pala­
bras de esta Ley, con el fin de asegurar tu
" I-I tercer año, año del diezmo, cuando entrada a la tierra que Yavé, tu Dios, te da
hflyns acabado de separar el diezmo de to- com o lo tiene dicho a tus padres, tierra
m i tus cosechas y se lo hayas dado al levi- que mana leche y miel.
II ni forastero, a la viuda y al huérfano, pa­ 4 Cuando hayas pasado el Jordán, levan­
jil iine lo coman en tu misma ciudad hasta tarás estas piedras en el monte Ebal, como
lUlarse, ,3 dirás en presencia de Yavé: hoy te mando, y las blanquearás con cal.
lie sacado de mi casa lo que pertenece 5 Levantarás allí en honor ae Yavé un altar
* Vnvé: se lo he dado al levita, al forastero, de piedras, sin labrarlas con hierro. 6 Con
.1 huérfano y a la viuda, según los manda- piedras sin labrar harás el altar de Yave y
.nimios que me has dado, no he traspasa- sobre este altar ofrecerás holocaustos a
i" ninguno de ellos ni los he olvidado. Yavé, tu Dios. 7 Allí también inmolarás sa­
I l)r lo que quedaba no he comido nada crificios de comunión, los comerás y te
t|iunnte mi duelo, nada hay impuro en él, alegrarás en presencia de Yavé, tu Dios.
i,nln he ofrecido a los ídolos, sino que he 8 Escribirás en estas piedras todas las pala;
.hnlecido la voz de Yavé, mi Dios, y he bras de esta Ley. Dejalas bien grabadas.
■I'indo en todo como me lo habías manda- 9 Después, Moisés y los sacerdotes de la
i " Desde tu Santuario, desde lo alto de tribu de Leví hablaron así al pueblo de Isra­
liih i idos, mira a tu pueblo Israel y bendí- el: “Atiende y escucha, Israel. Hoy has pa­
lílit, así como a la tierra que nos has dado sado a ser el pueblo de Yavé, tu Dios; es­
lo tenías dicho a nuestros padres, cucharás, pues, su vo z y pondrás en
. ifn tierra que mana leche y miel.’ , práctica los mandamientos y normas que
" Has de saber que ese mismo día Yave, yo hoy te prescribo.”
ln |)ios, te manda cumplir sus normas y sus 11 Aquel día Moisés dio esta orden al
..mudamientos. Tú los guardarás y los pon- pueblo: 12 “Cuando hayan pasado el río
|M| <>n práctica con todo tu corazón y toda Jordán, las tribus de Simeón, Leví, Juda,
ln olma. 17 Pues acabas de decir a Yavé que lsacar, José y Benjamín se pondrán en el
<1 «nrá tu Dios y tú seguirás sus caminos, monte Garizim para repetir las bendiciones
nUrrvarás sus normas, sus mandamientos sobre el pueblo, 13 mientras que las de Ru­
y nm leyes y escucharás su voz. 18 Yavé, a bén, Gad, Aser, Zabulón, Dan y Neftalí es­
ln ve/., te manda decir hoy que serás el tarán en el monte Ebal para repetir las
Mirtilo que le pertenece, como él te lo tiene maldiciones. ,4 Entonces los levitas toma­
lio, y tú guardarás todos sus manda- rán la palabra y dirán en voz alta para que
inlmtos. 19 H, por su parte, te dará honor, lo oigan todos ios israelitas:
■nombre y gloria y te pondrá por encima 15 Maldito sea el que hace un ídolo de me­
.h l.xias las naciones que hizo, mientras tu tal, cosa odiosa a Yavé, obra de manos de
pumis a ser un pueblo consagrado a Yave, artífice, y lo coloca en un lugar oculto. Todo
(j hlos, como él te ha dicho.» el pueblo responderá: ¡Amén!
>6 Maldito aquel que desprecia a su padre
i (inclusión del “discurso de Moisés” o a su madre. Y responderá todo el pueblo:
* 1 Moisés y los ancianos de Israel ¡Amén! „ . , .
dieron al pueblo esta orden: «Guar- 17 Maldito el que corre los limites de la
¿•n lodos los mandamientos que yo les heredad de su prójimo. Todo el pueblo res­
inscribo hoy. ponderá: ¡Amén!

• /7.1 Viene a continuación, en los capítulos por encima de todas las naciones (2 8 ,1 ). El
presente libro ha multiplicado las invitaciones
41 IIH, la conclusión del “discurso de Moisés , a ob ed ecer a Dios. El autor está convencido de
■¡•ocu p a los capítulos 5-11. , ... que la g en te podría observar todo esto y en ­
Húl.'se la ceremonia de renovación de la Aiian-
contrar la felicidad. Sin em bargo, la conclusión
... '/ 4 36. Es la que tuvo lugar en Siquem, en
bm pos de Josué (Jos 8,32). El pueblo entero se es negativa; d e hecho, Israel no escucho y d e­
sobedecerá hasta perderse. En el tiem po que
.... . mnete a observar los diez mandamientos
se escribían las p resentes páginas, el proteta
■ureindos aquí en forma d e doce maldiciones.
Jerem ías era m ucho más pesimista al decir que
filiem os que este “ discurso d e M oisés , en
la prim era Alianza, con sus promesas de una
MrtlliUl, fue escrito en los últimos tiem pos del
U.HH, de Judá. Entonces bastaba recordar la his- felicid ad m aterial, ya n o valía. D ecía que al
hom bre le es tan difícil salir del p ecado c om o
Imli. i mí a ver cuántas desgracias habían ocurrido
......... haber vivido c om o Y a v é lo exigía. Las cambiar el color d e su piel (Jer 13,23).
Así, pues, la presente ley era muy buena pero
..mili Iones no habían sido numerosas, ni habían
Israel no la podía observar antes que Dios hubie­
riiiiln larga duración. En cambio, se habían ven-
ra dado a los creyentes un corazón y un espíritu
), „.ln ¡as situaciones más crueles descritas aquí.
\l obedeces a la voz de Yavé te levantara nuevos (ver Jer 31,31).
DEUTERONOMIO 27
21; ,
18 Maldito el que desvía a un ciego en el blos de la tierra verán que te protege 1 1
cam in o. T o d o el p u eblo re sp o n d e rá - Mombre de Yavé, y te respetarán. H
¡Amen!
" Yavé te colmará de toda clase de l>i<
19 Maldito el que no respeta el derecho
nes, multiplicando el fruto de tu vientre,!
del forastero, del huérfano y de la viuda.
fruto de tus ganados y el fruto de tu tierra
Todo el pueblo responderá: ¡Amén!
la cual prometió Yave con juramento a f l l
Maldito el que se acueste con la mujer padres que te la daría.
de su padre y deshonre así su cama. Todo
el pueblo responderá: ¡Amén! 12 Yave abrirá para ti los cielos, su rico
soro, para dar a su tiempo la lluvia que ni
' Maldito el que peca con cualquier animal
cesiten tus campos, y para mandar la bendl
qu2f sea Responderá el pueblo: ¡Amén!
cion sobre todo cuanto emprendas, 7s I
Maldito el que se acuesta con su her­
mana, hija de su padre o de su madre. To- prestarás a naciones numerosas y no pedí I
ao el pueblo responderá: ¡Amén! ras prestado a ninguna. 13 Yavé te pondré i
(a cabeza de los pueblos y no a la coli
Maldito el que se acuesta con su sue­
gra. Todo el pueblo dirá: ¡Amén! siempre estarás encima y nunca debajo || I
cumples los mandamientos de Yave, tu
Maldjto aquel que mata a traición a su
prójimo. Todo el pueblo dirá: ¡Amén! Dios, que yo hoy te prescribo, guardándola I
y poniéndolos en practica, 14 sin apartarte1 1
Maldito el que acepta soborno para
a la derecha ni a la izquierda, para sequlr 5 I
matar a un inocente. Todo el pueblo dirá- adorar a otros dioses.
¡Amén!
26 Maldito el que no sigue fiel a las pala­ 15Pero si no obedeces la voz de Yavé, tu i
bras de esta ley poniéndolas en práctica y Dios, y no pones en práctica todos sui
todo el pueblo dirá: ¡Amén! mandamientos y normas que hoy te pr||
cribo, vendrán sobre ti todas estas maMl
ciones:
16 serás en la ciudad y en el cam
Las bendiciones y las maldiciones po. Maldita será tu canasta de frutos y tu
reserva de pan. 18 Maldito el fruto de tUI
|28| ' Ahora bien, si tú obedeces de ver- entrañas y el fruto de tus tierras, los parto»
— - 1 dad a la voz de Yavé, tu Dios, practi­ H®*1 us vacas y las crías de tus ovejal! I
cando y guardando todos los mandamien­ Maldito seras cuando salgas y maldito
tos que te prescribo hoy, Yavé, tu Dios, te también cuando vuelvas.
levantara por encima de todas las naciones 20 Yavé mandará la desgracia, la derro
de Ja tierra. 2 Entonces vendrán sobre ti y y el susto sobre todo lo que tus manos m I
te alcanzarán todas las bendiciones si­ quen, hasta que seas exterminado, y per#«
guientes, por haber obedecido a la voz de ceras en poco tiempo por las malas acclfli
Yave, tu Dios: nes que cometiste, traicionando a Yavl
3 ? ! ndit0 serás en la ciudad y en el cam- El hara que se te pegue la peste hasta
po. Bendito será el fruto de tus entrañas y que desaparezcas de este país que, hoy,
e fruto de tu tierra, las crías de tus burras pasa a ^er tuyo. 22 Yavé te castigará con I
el parto de tus vacas y ovejas. 3* 5*Benditos tuberculosis, fiebre, inflamación, quemado
tu canasta de frutos y tu reserva de pan ras, tizón y roya del trigo, que te persequi I
Bendito serás cuando salgas y bendito ran hasta que mueras. »
también cuando vuelvas. 78 9Yavé hará huir 23 El cielo que te cubre se volverá d
ante ti a los enemigos que te ataquen; por bronce, y la tierra que pisas, de hierro,
un camino saldrán a tu encuentro y por t n vez de lluvia, Yavé te mandará cení
siete huirán de ti. zas y polvo, que caerán del cielo hasta qj|
8 Yavé ordenará a la bendición que esté te hayan barrido.
contigo en tus graneros y en tus empresas 25 Yavé hará que seas derrotado por tul
para que seas bendecido en la tierra que enemigos. Por un camino irás a pelear f l l
Yave, tu Dios, te da.
Sn coní ra Y Por siete caminos huirás di ¡
9 Yavé hará de ti su pueblo santo, como ellos Al verte se horrorizarán todos lol
te ha jurado si tú guardas sus mandamien­ pueblos de la tierra. 26 Tu cadáver servirá 1
tos y sigues sus caminos. 10* •Todos los pue- de comida a todas las aves del cielo y a to*

• 2 8 .1 A menudo pedim os que un sacerdote


bendiga o bautice casa, barco, máquina, nuevo Pedir al Señ or que usemos las cosas según MI
equipo colectivo. La palabra “ bendecir" o sea voluntad, ya que es el único m edio para que nal
decir-bien, reúne varios significados: c o n s ta n todo el bien que se puede esperar 9
Darle las gracias a Dios, de quien nos viene todo.
D ecir el bien que Dios piensa de tal o cual ad­ Ycrvé te construirá, Yavé te colmará Poi
supuesto que todo esto se realiza p or el buen
quisición o adelanto; decir todo el fruto que se
uso que hacem os nosotros de las cosas: no a l
puede sacar de esa casa, de ese centro deportivo,
etc., para el desarrollo humano y espiritual de perem os m ilagros. P e r o sí sabemos que de la
una persona o de una colectividad. mas pobres instrumentos pueden salir maravft
lias.
l|.) DEUTERONOMIO 28
M'. las bestias de la tierra, sin que nadie los enemigos que Yavé enviará contra ti.
*•>corra. 27 Te herirá Yavé con las úlceras Ellos pondrán sobre tu cuello un yugo de
i plagas de Egipto, con tumores, sarna y hierro hasta que te destruyan del todo.
<ln, de las que no podrás sanar. 49 Yavé hará venir contra ti ae un país re­
Te castigará Yavé con la locura, la ce- moto, como un vuelo de águila, a un pue­
firra y la perdida de los sentidos. 29 Anda- blo cuya lengua no entenderás. 50 Ese pue­
11 a tientas en pleno mediodía, como an- blo cruel no tendrá respeto por el anciano
fecl ciego en la oscuridad, y fracasarás en ni compasión del niño. 81 Devorará las crías
n empresas. Siempre serás un hombre de tus ganados y los frutos de tus cose­
«iilmiao y despojado, sin que nadie salga chas, para que así perezcas, pues no te de­
•Mu defensa. jará trigo, ni vino, ni aceite, ni las crías de
Tendrás una prometida y otro hombre tus vacas y de tus ovejas, hasta acabar
* liará suya. Edificarás una casa y no la contigo.
•«Irás habitar. Plantarás una viña y no co­ 52 Te asediarán en todas tus ciudades,
fia s sus uvas. 31 Tu buey será sacrificado hasta que caigan en todo tu país las mura­
Monte de ti y no comerás de él. Ante tus llas mas altas y fortificadas en las que tú
'-, te robarán tu burro y no te lo devolve- ponías tu confianza. Quedarás sitiado den­
I n, tus ovejas serán entregadas a tus ene-
Ülnos y nadie te defenderá.
tro de tus ciudades en todo el país que te
da Yavé, tu Dios. 53 Te comerás el fruto de
Tus hijos y tus hijas serán entregados tus entrañas, la carne de tus hijas e hijos
» pueblos extranjeros y enfermerás con que te haya dado Yavé, en el asedio y an­
nulo mirar hacia ellos, pero no podrás ha- gustia a que te reducirá tu enemigo.
"i nada. 33 El fruto de tus campos, todos 54 El hombre más refinado de tu pueblo
»• esfuerzos, los comerá un pueblo que no se esconderá de su hermano e incluso de
•minees y tú no serás más que un explota- su esposa y de los hijos que le queden,
Ai y oprimido toda la vida. 34 Te volverás 55 negándose a compartir con ellos la carne
Iro por lo que veas. 35 Yavé te herirá con de los hijos que se estará comiendo, por­
n eras malignísimas en las rodillas y en que nada le quedará durante el asedio y la
« piernas, de las que no podrás sanar, angustia a que tu enemigo te reducirá en
••de la planta de los pies hasta la coroni­ todas tus ciudades. 56 La mujer más tierna
c e tu cabeza. y delicada de tu pueblo, tan delicada y tier­
' Yavé te llevará a ti y al rey que tú ha- na que hacía ademanes para posar en tie­
H» elegido a una nación que ni tú ni tus rra la planta de su pie, se esconderá del
|*ilres conocían, y allí servirás a otros dio- hombre que se acuesta con ella, e incluso
de piedra y de madera. 37 Andarás per- de su hijo o de su hija, 57 mientras come la
Mi>, siendo el juguete y la burla de todos placenta salida de su seno y a los hijos que
*•» pueblos donde Yavé te llevará. dio a luz, por falta de todo otro alimento,
* Echarás en tus campos mucha semilla cuando tu énemigo te sitie en tus ciudades
será muy poco lo que coseches, porque y te reduzca a la más extrema miseria.
I langosta lo devorará. 39 Plantarás una vi-
fe y ía cultivarás, pero no beberás vino ni
58 Si no guardas ni pones en práctica las
palabras de esta Ley tales como están es­
femerás uvas, porque los gusanos la roe- critas en este libro, y no temes a ese Nom­
'4n 40 Tendrás olivos por todo tu territorio, bre glorioso y terrible, a Yavé, tu Dios, 59 él
rm no te darán ni siquiera aceite con que te castigará, a ti y a tus descendientes, con
•muirte, porque se caerán las aceitunas y se plagas asombrosas, plagas grandes y du­
nlrirán. 41 Tendrás hijos e hijas, pero no raderas, enfermedades malignas e incura­
C mn para ti, porque se los llevarán cauti-
”is. 42 Todos los árboles y frutos de tu tierra
bles. 60 Hará caer sobre ti todas las plagas
de Egipto, a las que tanto miedo tenías; y
«•inn atacados por los insectos. 43 El foras- se apegarán a ti. 61 Más todavía, todas las
•»m que vive contigo se hará cada día más enfermedades y plagas que no se mencio­
•i*o. y tú cada día serás más pobre. 44 El te nan en este libro de ía Ley, te las mandará
nitará y tú tendrás que pedir prestado; él Yavé hasta aniquilarte. 62 Por no haber obe­
C Inrá a la cabeza y tú a la cola.
Todas estas maldiciones caerán sobre
decido a la voz de Yavé, tu Dios, no queda­
rán más que unos pocos de ustedes, que
" ll perseguirán y oprimirán hasta que ha- eran tan numerosos como las estrellas del
» sido eliminado, borque no escuchaste cielo.
voz de Yavé, tu Dios, ni guardaste sus 63 Sucederá, pues, que de la misma ma­
"mudamientos ni las normas que te orde- nera que Yavé se complacía en hacerles el
| Se apegarán a ti y a tus aescendien- bien y en multiplicarlos, así se complacerá
» [jara siempre y serán una señal asom- en perseguirlos y destruirlos. Serán arran­
t ••na a la vista de todos.
' Por no haber servido con gozo y ale­
cados de la tierra en la que entran para
conquistarla. 64 Yavé te dispersará entre to­
pín de corazón a Yavé, tu Dios, cuando dos los pueblos, de un extremo a otro de la
••••la te faltaba, 48 servirás con hambre, tierra, y allí servirás a otros dioses, de ma­
*nl, falta de ropa y toda clase de miseria a dera y de piedra, que ni tú ni tus padres
DEÜTERONOMIO 28 21* ¿15 DEÜTERONOMIO 30
han conocido. 65 En aquellas naciones no 13 Y no sólo con ustedes hago yo lio 1 Cuando te sucedan todas estas co­ bra, lo que está escrito en el libro de
encontrarás paz ni estabilidad. Yavé te da­ esta alianza y este juramento, sino qut sas acerca de la bendición o maldi-
rá allí un corazón cobarde, atemorizado e esta Ley.
lo hago también con los que están ai|> •ión que te he propuesto, te acordarás de
inquieto de día y de noche. 66 Tu vida esta­ junto a nosotros en presencia de Yavé i pilas en medio de las naciones donde Ya- " Este m an dam ien to que y o te
rá ante ti como pendiente de un hilo y an­ con los ausentes. 15 Bien saben ustedes <1* f(\ tu Dios, te haya arrojado. 2 Volverás a doy no es superior a tus tuerzas ni
darás asustado ae noche y de día. 67 Por la ué manera hemos vivido en el país d< •I, tú y tus hijos; escucharás su voz con to­ está fuera de tu alcance. 12 No está
mañana dirás: “¡Ojalá fuera ya de noche!”, gipto y cómo hemos atravesado por ñu lo tu corazón y con toda ,tu alma, obede­ en el cielo, para que puedas decir:
y por la noche dirás: “¡Ojala estuviéramos dio de otras naciones. 16 Ustedes han vini ciendo todo lo que hoy te mando. “¿Quién subirá al cielo y nos lo trae­
ya a la mañana!” , a causa del miedo que las abominaciones y los sucios ídolos aut I Entonces Yavé, tu Dios, hará que vuel­
estremecerá tu corazón, al contemplar lo
rá? E n ton ces e s cu ch a rem o s y lo
guardan ellas: piedra, madera, oro y pl van los cautivos de tu pueblo, tendrá pie-
que verán tus ojos. ta. 17 Ojalá no haya, pues, entre usted*' lid de ti y te reunirá de nuevo de en me­ pondremos en práctica.” 13 Tam poco
68 Yavé te volverá a llevar a Egipto por hombre o mujer, familia o tribu, cuyo o* ló de toaos los pueblos donde Yavé te está al otro lado del mar, para que
tierra y por mar, a pesar de que te dijo: razón se aparte hoy de Yavé para ir a || Ihnya dispersado. 4 Aunque tus desterrados ten gas que decir: “ ¿Q uién pasará
“No volverás a verlos.” Allí ustedes que­ vir a los dioses de esas naciones. Ojalá iv •ntén en el otro extremo de la tierra, de allí hasta el otro lado y nos lo traerá?
rrán venderse a sus enemigos como escla­ broten entre ustedes plantas venenosa», lt sacará Yavé, 5 y te llevará de nuevo a la Entonces escu charem os y lo po n ­
vo y como sirvientas, pero no habrá com­ amargas. iii'rra que era de tus padres, para que tam-
prador. dremos en práctica.” 14 Todo lo con­
18 Si alguien cree que estas maldición**
tilén sea tuya; te hara feliz y te multiplicará
69 Estas son las palabras de la Alianza no lo alcanzarán y se dice a sí mism" más que a tus padres. trario, mi palabra ha llega d o bien
que Yavé mandó a Moisés ratificar con los “ Haré lo que quiera y no tendré prolili cerca de ti; ya la tienes en la boca y
hijos de Israel en el país de Moab, además mas: justos y pecadores perecen junto» la sabes de m em oria, y sólo hace
de la que hizo con ellos en el Horeb.» 19 Yavé no lo perdonará. Su furor y sus <»Dios no pide cosas imposibles falta ponerla en práctica.
los se encenderán contra este hombre, »i • 6 Yavé, tu Dios, circuncidará tu
Otra conclusión que acecharán todas las maldiciones n
critas en este libro. Yavé borrará su non> horazón y el corazón de tus descen­ ¡Escoge el camino de la vida!
|29|* ' Moisés convocó a todo el pueblo bre de debajo de los cielos 20 y lo separu* dientes para que am es a Y avé con
1 --1 de Israel. Les dijo: «Han visto todo lo de todas las tribus de Israel para su dtl iodo tu corazón y con toda tu alma y • 15 Mira que te he ofrecido en este
que Yavé hizo ante sus propios ojos con Fa­ gracia, conforme a todas las maldición* pira que vivas. 7 Entonces Yavé, tu día el bien y la vida, por una parte, y
raón, con sus ministros y con todo su país, ae la Alianza expresadas en este libro § Oíos, hará caer todas estas maldicio­ por la otra, el mal y la muerte. Lo
2 aquellas grandes plagas que ustedes mis­ la Ley. ue hoy te mando es que tú ames a
mos presenciaron, aquellos prodigios y se­ nes sobre tus enem igos, contra los
21 Las generaciones futuras, los que nac* avé, tu Dios, y sigas sus caminos.
ñales. 3 Pero hasta el día de noy Yavé no les rán después de ustedes, el extranjero lleg» que te hayan perseguido porque te
16 Observa sus preceptos, sus normas
ha dado corazón para entender, ojos para do de un país lejano, verán las plagas it> odian.
ver ni oídos para oír. esta tierra y las enfermedades con que Y» II Tú volverás a escuchar a Yavé y y sus mandamientos, y vivirás y te
4 Durante cuarenta años, Yavé los ha he­vé la castigará, 22 y dirán: “Azufre, saín pondrás en práctica todos sus man- multiplicarás, y Yavé te dará su ben­
cho caminar por el desierto, sin que se les tierra quemada, eso es su tierra entera; * l.imientos, que yo te prescribo hoy. dición en la tierra que vas a poseer.
hayan gastado los vestidos, ni se naya roto volverá a ser sembrada, ni germinará rn§ ' Yavé, tu Dios, te dará abundante 17 Pero, Si tu corazón se desvia y no
de puro viejo el calzado de sus pies. 5 No ninguna hierba volverá a crecer en ella, tu
¡nosperidad en todo lo que hagas, escuchas, sino que te dejas arrastrar
teman pan que comer, ni vino o licor fer­ mo en la catástrofe de Sodoma y Gomoru
y te postras ante otros dioses para
mentado que beber, y así fue como descu­ Adama y Seboyim, que Yavé asoló en » multiplicará a tus hijos y las crías de
brieron que yo, Yavé, soy el Dios de uste­ cólera y en su furor.” |li$ ganados; tu tierra será fecunda y servirlos, 18 yo declaro hoy que pere­
des. 6 Llegamos luego a este lugar, donde 23 Todas las naciones preguntarán: Alonarás de todo en abundancia. De cerás sin remedio. N o durarás largo
nos salieron al encuentro Sijón, rey de Jes- qué Yavé ha tratado así a este país? ¿Cué nuevo se complacerá Yavé en tratar- tiempo en el país que vas a ocupar al
bón, y Og, rey de Basán, para pelear con­ es la causa de tanto enojo? 24 Y conteWf lr bien, com o hizo con tus padres, otro lado del Jordán.
tra nosotros, 7 pero los derrotamos a todos rán: Esto sucedió porque abandonaron!»
porque tú habrás vuelto a Yavé, tu 19 Que los cielos y la tierra escu­
y nos apoderamos de sus tierras, que di­ Alianza que Yavé, Dios de sus padres, pM
mos a Rubén, a Qad y a la media tribu de l)los, con todo tu corazón y con toda chen y recuerden lo que acabo de
tó con ellos al sacarlos de Egipto; 25 poi*i>
Manasés. se han ido a servir a otros dioses y los h* |ii alma, y guardarás sus m a n d a ­ decir; te puse delante la vida o la
8 Guarden, pues, las condiciones de esta adorado, dioses que no eran suyos Vi mientos y sus normas, en una pala- muerte, la bendición o la maldición.
Alianza y pónganlas en práctica, para que quienes Yavé no había encargado. 26 [V
tengan éxito en todas sus empresas. 9 Aquí eso se ha encendido la ira de Yavé eolito
están todos hoy, en presencia de Yavé, su ese país hasta traer sobre él toda la mnlil • 3 0 .6 Este mandamiento no es superior sin nosotros. T od a nuestra suerte se juega en la
Dios: sus jefes, sus tribus, sus ancianos, ción escrita en este libro. 27 Yavé los arrio i fus fuerzas (11). La obediencia a la voluntad vida presente: soñar con otras existencias en las
sus oficiales, todos los hombres de Israel, que uno podría rescatarse es huir de su responsa­
có de su suelo con cólera, furor y gran lo li> Dios es de por sí el cam ino más llano para bilidad (vease también Sir 15,11).
10 con sus hijos, hijas y esposas. También ||hombre sincero. La palabra está cerca ae ti,
dignación, y los arrojó a otro país, coHV Mro que la pongas en práctica (3 0 ,1 4 ); sin A lo largo del Deuteronomio la fidelidad a Dios
el forastero que vive en tu campo para cor­ hoy se puede ver. Riborao, el nombre no la pondrá en práctica se afirma con el recuerdo de sus promesas y de
tar la leña o para acarrear agua. 31 Ha lle­ 28 Las cosas secretas pertenecen a Ynv* Mus ae haber recibido la “circuncisión del co- sus recompensas acá en la tierra. Esto no debe
gado la hora de entrar en la Alianza de Ya­ nuestro Dios, pero las que nos dio a con»* nuón.” Yavé circuncidará tu corazón (6), o extrañarnos. En aquellos tiem pos lejanos el pue­
vé, tu Dios, mediante el juramento. 12 El cer nos comprometen, a nosotros y niÜ i»p, ¡o hará santo y puro. V e r Ez 3 6 ,2 6 -2 7 . blo de Dios todavía no entendía de la otra vida.
Solamente se fijaban en la vida presente y en el
uiere hacer de ti su pueblo y ser, él, tu tros hijos para siempre, y tenemos que M tíI'ocas páginas d e la Biblia recalcan tan insis­
S ios, como te lo dijo y como lo juró a tus
padres, Abrahán, Isaac y Jacob.
ner en practica todas las disposiciones
ilf mente y con voz tan persuasiva el am or de
amor celoso que proviene de su deseo de
destino nacional, más importante a sus oios que
el de las personas. Para ellos la justicia de Dios
esta Ley. p finos felices. debía verificarse en el tiem po presente.
Más tarde, el Evangelio no prometerá campos
• 3 0 .1 5 Este párrafo de “los dos caminos" es ni casas sino en estilo figurado (Me 10,28). Y no
»tiIV célebre: ha sido retom ado y desarrollado en se hablará más de prosperidad sino para este día
• 2 9 .1 Este nuevo discurso fue escrito a la a reconstruir su país, decididos a ser, en adllf «iiii líos escritos. R eafirm a la im portancia de final en que Dios recreará el mundo (H e 3 ,21 y
vuelta del destierro, cuando los judíos empezaban te, fieles a la ley a e Y avé. •»«".Iras libres decisiones: Dios no nos construye A p 21,3).
DEUTERONOMIO 3 0 117 DEUTERONOMIO 3 2
Escoge, pues, la vida para que vivas las palabras de esta Ley. 13 Tus hijos, qi» 1 Cuando terminó de escribir en un libro 12 Sólo Yavé lo guiaba,
tú y tu descendencia. io Am a a Yavé, todavía no la conocen, la oirán y aprení» 11 palabras de esta Ley, 25 Moisés dio esta no estaba con el ningún dios ajeno.
escucha su voz, uniéndote a él, para rán a temer a Yavé, tu Dios, todos los di« •ulen a los levitas que llevaban el Arca de 13 Lo estableció en las tierras altas,
que vivas y se prolonguen tus días, ue vivan en el país que vas a conqulnl* a Alianza de Yavé: 26 “Tomen el libro de lo alimentó de los frutos del campo,
espués de pasar el Jordán. Mía Ley y pónganlo al lado del Arca de la le dio a gustar la miel de una peña
mientras habites en la tierra que Y a ­ gue sale como aceite del hueco de la roca,
14 Yavé dijo a Moisés: “Ya se acerca M.inza I de Yave, nuestro Dios. Allí quedará
vé juró dar a tus padres, Abrahán, día en que vas a juntarte con tus padim •nmo testimonio contra ustedes. 27 Porque 14 la crema de la vaca y la leche de las ovejas,
Isaac y Jacob.» Llama a Josué y preséntense los dos ani ,'• conozco su espíritu rebelde y su cabeza la grasa de los corderos,
Tienda de las Citas, para que yo le dé mu lina. Si hoy, gue vivo yo entre ustedes, y la flor de los granos de trigo;
Josué sucesor de Moisés órdenes.” Moisés fue con Josué y se pff mn rebeldes a Yavé, ¿cuánto más lo serán tuvo por bebida el jugo de la uva.
sentaron en la Tienda de las Citas. 15 Ymi Icspués de mi muerteV 15 Comió el Regalón y se sació,
' Moisés fue a decir estas palabras se les apareció en la Tienda, en la column* " Reúnan junto a mí a todos los ancia- engordó Israel y dio coces,
a todo Israel. Luego les dijo: 2 “Ten­ de nube; la columna estaba a la entradn Dus y los oficiales de todas las tribus, que rechazó a Dios, que lo formó,
go ya ciento veinte años. Ya se me van las la Tienda. Y Yavé dijo a Moisés: yoy a pronunciar en sus oídos estas pala- despreció a su Roca, que lo salvó.
fuerzas y Yavé me advirtió gue no pasaría 16 “Apenas hayas ido a descansar coi '•ins, y pediré al cielo y la tierra que sean 16 Despertaron sus celos con dioses ajenos,
el río Jordán. 3 Pero ahora Yavé, tu Dios, tus padres, este pueblo empezará a rol)» irstigos contra ellos. 29 Porque sé que des- lo irritaron con sus ídolos.
irá delante de ti; él destruirá a tu vista estas larse y se prostituirá siguiendo a dioses # mies de mi muerte obrarán perversamente 17 Sacrificaron, no a Dios, sino a demonios,
naciones y tú las desalojarás. Es Josué traños. Me abandonarán y romperán i* •mí apartarán del camino gue les he seña- a dioses que no eran suyos,
quien estará al frente de ustedes, como ya A lianza gue ten go pactada con ello lulo, y la desgracia vendrá sobre ustedes dioses nuevos, recién llegados,
lo tiene dicho Yavé. 17 Aquel día me enojaré contra ellos, |j| mi el futuro por haber hecho lo gue es ma- a los que nunca veneraron sus padres.
4 Yavé tratará a estas ciudades tal como abandonaré y les ocultaré mi rostro; enlon 1» •) los ojos de Yavé, enojándolo con sus 18 ¿Cómo? Olvidas a la Roca que te creó,
trató a Sjjón y a Og, los reyes amorreos, y ces no les quedará más que ser devorado» inras.” ignoras al Dios que te engendró?
a su país, a los cuales destruyó. 5 Asi, y los alcanzarán muchos males y advci»' Luego, ante toda la asamblea de Israel, 19 Yavé lo ha visto, y desprecia
pues, cuando les haya entregado estas na­ dades. Aquel día dirán: ¿No me habrán lili Moisés recitó este cántico hasta el fin: a sus hijos e hijas que lo han ofendido.
ciones ustedes harán lo mismo, según les gado estos males porque mi Dios ya no 01 20 Les voy a esconder mi rostro,
tengo mandado. 6 Sean valientes y firmes, tá en m ed io de n oso tro s? 18 Pero y» ' mítico de Moisés a ver que será de ellos.
no teman ni se asusten ante ellos, porque ocultaré mi rostro aquel día a causa de (o Estos son una generación perversa,
Yavé, tu Dios, está contigo; no te dejará ni do el mal que habran hecho yéndose di1 ' “Cielos, presten oídos, que voy a hijos de los que uno no se puede fiar.
te abandonará.” trás de otros dioses. hablar, y la tierra toda escuche las 21 Me pusieron celoso con lo que no es Dios,
7 Después de esto, Moisés llamó a Josué 19 Escribe, pues, este libro y enséñaselo« 1'nlabras de mi boca. me molestaron con cosas que no sirven.
y le dijo en presencia de todo Israel: “Sé los hijos de Israel para que lo recen de m» (lomo lluvia se derrame mi doctrina, Por eso yo los pondré celosos
valiente y firme, tú entrarás con este pue­ mona. Este cántico me servirá de testin» •nlga como rocío mi palabra, de una gente que no es pueblo,
blo en la tierra que Yavé, hablando a sus nio contra los hijos de Israel. 20 Pues los m •uno suave lluvia sobre la verde hierba, y los molestará una nación gue no sirve.
padres, juró darles; y sortearás la parte que toy lle v a n d o a la tierra que bajo un •uno aguacero sobre el césped. 22 ¡Miren que saltó fuego de mi cólera
le corresponderá a cada uno. 8 Yavé irá de­ juramento prometí a sus padres, tierra d|j| Voy a proclam ar el nombre de Yavé: y la llama consume hasta el mundo de abajo,
lante de ti. El estará contigo; no te dejará mana leche y miel, y ellos, después de S I ..ilaben a nuestro Dios! devora la tierra y sus frutos,
ni te abandonará. No temas, pues, ni te de­ mer hasta saciarse y engordar bien, se V(Ü I I es la Roca, cuya obra es perfecta, abrasa los cimientos de los cerros!
sanimes.” verán hacia otros dioses, les darán culto y| ylodos sus caminos son justicia. 23 Descargaré mis plagas sobre ellos
9 Moisés puso esta Ley por escrito y se la mí me despreciarán y romperán mi Alianil I» Dios leal, enemigo del mal, y agotaré en ellos mis dardos.
entregó a los sacerdotes, hijos de Leví, que 21 Y cuando les sucedan males y calaml "■•recto y justo. 24 Los consumirán el hambre, la peste
llevaban el Arca de la Alianza de Yavé, así dades sinnúmero, este cántico dara testimo Se portaron mal con él, ¡hijos indignos! las fiebres mortales.
como también a todos los jefes de Israel, nio contra ellos, ya que sus descendieni« imeración perversa y depravada. ¡entes de fiera mandaré contra ellos,
10 dándoles esta orden: “Cada siete años, no lo olvidarán. Pues conozco esa geni* \ /Así pagas a Yavé, y el veneno de los reptiles.
en el año de la Remisión, en el tiempo fija­ no se me escapan sus malas disposición® i-iiiíblo tonto y estúpido? 25 Por fuera la espada hará estragos
do que es la fiesta de las Tiendas, "c u a n ­ cuando todavía no han entrado en la tioff* /No es él tu Padre, el gue te creó, y dentro reinará el espanto.
do todo Israel se junte para presentarse an­ que les tengo prometida.” •I (¡ue te hizo y te estableció? Caerán sobre el joven y la doncella,
te Yavé en el lugar elegido por él, ustedes Acuérdate de los días pasados, el niño de pecho y el viejo encanecido.
22 Moisés, pues, escribió aquel día q||i
leerán esta Ley en presencia de todo Israel. cántico y se lo enseñó a los hijos de Isrnrl n'cuerda las gen eracion es anteriores, 26 ¿Acaso diré: A polvo los reduciré,
^2 Reúne al pueblo, hombres, mujeres y lulerroga a tu padre, que te cuente, borraré su recuerdo de en medio de los
23 Luego dio orden a Josué, hijo de Nuil
niños, y al forastero que vive en tus ciuda­ “Sé valiente y firme, porque tú llevará» * ii lus ancianos, que te expliquen. hombres?
des, para que escuchen, aprendan a temer los hijos de Israel a la tierra que les tenyi' ■ Luando el Altísimo dio a cada pueblo su 27 Temo que se jacten sus enemigos,
a Yavé y cuiden de poner en práctica todas prometida, y yo estaré contigo.” tierra, ya gue no entenderían
•u.indo repartió a los hijos de Adán, y dirían: “Les ganamos nosotros,
lljií las fronteras de los pueblos no es Yavé quien lo hizo.”
imjún el número de los Hijos de Dios. 28 Israel no sabe conducirse
• 3 1 .1 Los últimos capítulos contienen varios — El pueblo, humillado y desterrado, <leí.
recuerdos referentes a Moisés. ' Pero la parte de Y avé fue su pueblo, y no hay en ellos sensatez.
contar con la com pasión de Y av é, que al f i n
El cántico del capítulo 32 es el canto al am or lo^liberará y lo hará triunfar de los malos (J¡| lucob fue su propio dominio. 29 Si fueran inteligentes, lo entenderían,
incesante de Y avé, que conduce toda la historia " l.o encontró en el desierto, y sabrían en qué van a parar:
de Israel. hja las fronteras de ¡os pueblos según el no | • m i la soledad rugiente, 30 Un solo enemigo persigue a mil de ellos
— Y avé elige a Israel (7-9). mero de los hijos de Dios. N o siempre los is i# I v lo cubrió, lo alimentó, y dos ponen en fuga a diez mil,
— L o conduce por el desierto hacia la tierra itas veían en forma negativa a los pueblos qjal I [ncuidó como a la niña de sus ojos.
prometida (10-14). ¿no será porque su Roca los ha vendido,
los rodeaban. Sus dioses no eran Dios, comnl-i
— Israel satisfecho rechaza a Dios y se hace era Y avé. Solamente eran hijos de Dios, o ■ " (’orno un águila cubre a sus polluelos, porque Yavé los ha entregado?
ídolos (15,18). seres divinos, o ángeles de Y avé. El les habla III I ylevolotea sobre ellos, 5| El enemigo, su roca no es como nuestra
— Y a v é se convierte en adversario d e Israel cargado a cada uno su pueblo, reservándose til él extendió sus alas y lo tomó Roca,
sí mismo a Israel. y lo llevó sobre sus plumas. no hay sabiduría en nuestros adversarios.
DEÜTERONOMIO 32
?lí
32 Porque su viña es viña de Sodoma al que uas a subir, 50 u te reunirás con (li>
í y de las plantaciones de Gomorra padres, igual que tu hermano Aarón, Afc
uvas venenosas son sus uvas, murió en el cerro de Hor y fue a reuní*
racimos amargos sus racimos. con los suyos. 51 Bien sabes que han aü
3 Su vino es veneno de serpiente, confiado de m í en las aguas de M e rib i,i
mortal ponzoña de áspid. el desierto de Zin, cuando no me proclanM
34 /Qué suerte les tengo reservada, ron frente al p u e b lo .52 Por eso no entrad
sellada y guardada junto a mí? en la Tierra; sólo la contemplarás de lejoi
35 ¡A mí la venganza y la sanción
en el momento que su pie vacile!
Pues se acerca el día de su ruina, Las bendiciones de Moisés
y pronto llega su fin.
6 Porque Yavé hará justicia a su pueblo ¡ 3 3 1 J Estas son las bendiciones (D>
y se apiadará de sus siervos, ^---- Moisés dio a los hijos de Israel anfl ¡
de morir. Dijo:
cuando vea que su fuerza se agota,
2 “Yavé ha salido del Sinaí; para ellos $
c^ue no queda ya ni hombre libre ni esclavo. ha levantado sobre el horizonte de Seír; ( •
Y les dirá: ¿Dónde están sus dioses,
plandeció desde el monte Parán; para e ll
a ,roca en *a que buscaban su refugio, llegó a Meriba de Cadés acompañado il*
los que comían la grasa de sus sacrificios sus angeles.
y bebían el vino de sus ofrendas?
3 Yavé ama a todos los pueblos, pero n
¡Que se levanten y los salven a ustedes!, su mano está el pueblo de sus santos. M
¡sean ellos su amparo y refugio!
están, postrados a sus pies, esperando ■ I
39 Vean ahora que Yo, sólo Yo soy, instrucciones.
V que no hay más Dios que yo.
4 Moisés nos dio la Ley que es la heifl
Yo doy la muerte y la vida,
cia de la asamblea de Jacob; 5 Israel M
yo hiero, y soy yo mismo el que sano, un rev cuando estaban reunidos los jefni \
y no hay quién se libre de mi mano. las tribus de Israel eran unidas. j
“ Si, yo alzo al cielo mi mano y digo: 6 Viva Rubén y no muera, a pesar de t|m
4lTarO c )e,rt0 como vivo yo para siempre, sus hijos son tan escasos.
afilare la punta de mi espada,
7 Aquí está lo que dijo para Judá: E»t u í
y mi mano empuñará el Juicio; cha, Yave, la voz de Judá y haz que se jiin
me vengaré de mis adversarios, te a su pueblo. Sus manos lucharán y tú V
X daré el pago a quienes me aborrecen. ayudaras contra sus adversarios. V
Embriagaré de sangre mis saetas, 8 Dijo para Leví: Tus Tumim y tus (Jrlm
y mi espada se hartará de carne:
oh Yavé, están en manos del que te es finí, •
sangre de muertps y cautivos, quien probaste en Masa y al que reprochaj>
cabezas de caudillos enemigos. en Meribá. 9 El que fue capaz de decir a H
rjQ u e los cielos festejen a su pueblo! padres: “A ustedes no los conozco”; y no jfl
¡H ijos de Dios, póstrense ante él!
hizo caso a sus hermanos e hijos. Estéli»
Porque él venga la sangre de sus siervos carao de tus palabras y cuidan de tu AlianM
y devuelve la venganza a sus adversarios, Ellos enseñan a Jacob tus decisiones, n
mientras purifica la tierra de su pueblo.” rael tu Ley. Hacen subir hacia ti el olor (üf
Moisés pronunció las palabras de este incienso y ponen las ofrendas en tu alUH
cántico ante el pueblo que lo escuchaba, y Bendice, ¡oh, Yavé!, su valentía y acnpH
Josué, hijo de Mun, estaba con él.
su servicio. Hiere en el dorso a los que cu»
4j Cuando Moisés acabó de pronunciar tra él se alcen y que sus enemigos no se |i I
estas palabras a todo Israel, les dijo: 46 “Es­ vanten jamás.
ten bien atentos a todas estas palabras que 12 Dijo para Benjamín: Amado de Ynv»
contienen mi declaración contra ustedes, y descansa confiado en el que lo prolAut
digan a sus hijos que cuiden de ponerlas desde las lomas en que tiene su santumlí'
todas en práctica. 47 Porque no es cosa de Dijo para José: ¡Que Yavé bendiga W
poca importancia: esta palabra es su vida tierra con el rocío del cielo y las aguas oui
y, por ella, ustedes prolongarán sus días en surgen del abismo, 14 los frutos que madu|»
el país que van a conquistar después de el sol y lo que hace germinar la luna, '*■
pasar el Jordán.”
mejor de los viejos montes y de las antlgufi
48 Yaué habló a Moisés en aquel mismo lomas, 16 la tierra generosa y las cosecSÍ I
día y le dijo: “Sube a los cerros de los abundantes! ¡Descienda sobre la cabezn ij.
Abarim, en el país de Moab, frente a Jericó, José la bendición del que se apareció efl| I
u contempla la tierra de Canaán que uo zarza, pues es el elegido entre sus herma
doy a los hijos de Israel. Morirás en el cerro nos! José es su toro primogénito: ¡glorlA»

• 3 3 . 1 L as ben d icion es d e M oisés deben


s er com p aradas con las d e J a c ob (G én 4 9 ). d e K , d o c e tribus, p e r o qu e es m ás tnrdíl I
probablem ente fue escrito p o c o antes del I
le ñ e m o s aquí un anuncio p oé tic o del destino tiverio.
19 DECJTERONOMIO 34
»11Son sus cuernos, cuernos de búfalo, con Yavé le mostró toda la Tierra: de Ga-
id que hiere a todos los pueblos hasta los laad hasta Dan, 2 todo Neftalí, la tie­
fcnfmes de la tierra. ¡Miren las muchedum-
rra de Efraím y de Manasés, toda la
hrt*s de Efraím y los millares de Manasés!
111 Dijo para Zabulón: Sé feliz, Zabulón, tierra de Judá, hasta el mar occiden­
ihindo viajes, y tú, Isacar, en tus tiendas. tal, 3 el Negueb, la llanura, el valle de
Ellos llamarán a los pueblos a la monta- Jericó, ciudad de las Palmeras, hasta
flfl sagrada, ahí ofrecerán sacrificios justos, Soar.
pues gozan de las riquezas del mar y los 4 Y le dijo Y avé: “ Esta es la tierra
' .oros escondidos en la arena.
ue prom etí a Abrahán, a Isaac y a
" Dijo para Gad: ¡Bendito el que ensan-
lit: a Gaa. Como leona se halla tumbado y acob, y juré que se la daría a su
i' ¡garra el brazo y la cabeza! 21 El escogió d e s c e n d e n c ia . D e jo q u e la v e a s
Mparte mejor, la parte que fue reservada con tus propios ojos, pero no en ­
••ota el jefe. Encabeza el pueblo, pues ha trarás en ella .” 5 Allí murió Moisés,
•miiplido la justicia de Yavé y sus decisio- siervo de Yavé, en el país de Moab,
IWBrespecto a Israel.
Dijo para Dan: Dan es un cachorro de
conform e Y a v é lo había dispuesto.
'■un que salta de Basán. 6 Lo sepu ltaron en el va lle, en el
' Dijo para Neftalí: Neftalí es colmado país de M oab frente a Baal Peor,
!■’ favores, lleno de la bendición de Yavé. pero nadie hasta hoy ha conocido
I Ktiéndete hacia el sur y hacia el mar! su tumba.
1 Dijo para Aser: Bendito sea Aser entre 7 Tenía Moisés ciento veinte años
Ion hijos. 25 Sea él preferido entre sus her­
im os y meta sus pies en el aceite. Sean
cuando m urió. N o había perdido su
•le hierro y bronce tus cerrojos. Seas fuerte v ig or y sus ojos veían aún claramen­
■•ilrntras vivas. te. 8 Los hijos de Israel hicieron duelo
1 Nadie hay com o Dios ¡oh, Israel!, el p o r él en los cam pos de M oab; d u ­
i|ii(! atraviesa los cielos para socorrerte, rante treinta días estuvieron en due­
nhalgando majestuoso sobre las nubes. lo. 9 P e ro te n ía n a Josu é, h ijo de
I I Dios eterno es tu refugio, te protegen
Nun, el cual quedó lleno del espíritu
k)| brazos para siempre. Arroja ante ti al
iM-migo y te dice: Acaba con el. de sabid uría p o rq u e M oisés había
" Israel habita seguro. La fuente de Ja- puesto sus manos sobre él. Los hijos
uh corre aparte en una tierra de trigo y de de Israel le obedecieron y actuaron
*ino, y le llega rocío del cielo. 29 Feliz eres, en todo según Yavé había ordenado
inh, Israel! ¿Quién semejante a ti, pueblo a Moisés.
dvado por Yavé? El es el escudo que te
10 N o ha vuelto a surgir en Israel
impara, la espada que te da la victoria.
Iim enemigos quisieran apaciguarte, pero profeta semejante a Moisés. Con él,
■■i. al fin, les pisas el cuello.” Y a v é había tra ta d o ca ra a ca ra .
11 ¡Cuántos milagros y maravillas hizo
en Egipto contra Faraón, contra su
i ¡i muerte de Moisés
gente y todo su país! 12 ¡Qué mano
* 1 Moisés subió del llano esté­ tan poderosa y qué autoridad para
ril de Moab al cerro de Nebo, a obrar estos prodigios a los ojos de to­
I i cumbre de Fisga, frente a Jericó, y do Israel!

• 3 4 .1 El libro con clu ye con la m uerte de n o por eso se ha cerrado la revelación. Israel
KnMs. H ay a lg o gran d ioso en este fin solita- sabe que no ha vuelto a surgir un profeta com o
!■■ ilel je fe y fundador d e Israel que D ios ha- Moisés, p e ro se sigue esperando un profeta se­
i'i apartado, d e alguna m anera, d e sus her- mejante a él (1 8 ,1 8 ). O sea, que la fe n o se en­
tifliios, al c o n fia rle sus s e c r e to s y darle su cierra en la fidelidad a un libro, sino que el pue­
imilla autoridad. M oisés ha te n id o qu e so- blo d e Dios sigue descubriendo los caminos de
*•'llevar s olo an te D ios la responsabilidad y Dios. Los contem poráneos de Jesús reconocie­
« i niga de Israel, hasta identificarse con éf. ron en él al Profeta esperado, p ero también no­
Nn na vuelto a surgir en ¡srale profeta se­ sotros seguimos d e cara al porvenir pues nues­
lla n te a Moisés (10). T od a la fe nuestra se tra fe se arraiga en el sentir de la Iglesia y, con
■illlie en la revelación del D ios único a Moisés ella, descubrimos perm anentemente la enseñan­
I Irt elección de Israel bajo su patrocinio. P ero za del Espíritu.

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