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Tinianov - Sobre La Evolución Literaria

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Teoría de la literatura

de los
formalistas rusos
por
Jakobson, Tinianov, Eichenbaum,
Brik, Shklovski, Vinogradov,
Tomashevski, Propp
Antología preparada y presentada
por Tzvetan Todorov

MEXICO
ESPAÑA
ARGENTINA
COLOMBIA
SOBRE LA EVOLUCION LITERARIA

J. TINIANOV
A BORIS EICHENBAUM

l. Entre todas las disciplinas culturales. la historia literaria con-


serva el estatuto de un territorio colonial. Está dominada en gran
medida (sobre todo en Occidente) por un psicologismo individua-
lista que sustituyó los problemas literarios propiamente dichos por
problemas relativos a la psicología del autor: dicho psicologismo
remplaza el problema de la evolución literaria por el de la génesis
de los fenómenos literarios. Además. el enfoque causalista esquema-
tizado aisla la serie literaria del punto donde se coloca el observador:
ese punto puede residir tanto en las series sociales principales como
en las series secundarias. Si estudiamos la evolución limitándonos
a la serie literaria previamente aislada. tropezamos en cada momento
con las series vecinas. culturales. sociales. existenciales en el vasto
sentido del término. y en consecuencia nos condenamos a ser par-
ciales. La teoría de los valores en las ciencias literarias nos conduce
al estudio riesgoso de fenómenos principales pero aislados y reduce
la historia literaria a una "historia de generales". La reacción ciega
a la "historia de generales" ha engendrado interés por el estudio
de la "literatura de masas" pero este estudio no ha logrado una
conciencia teórica clara de sus métodos ni de su significación.
Finalmente. el vínculo de la historia literaria con la literatura
contemporánea viva. vínculo provechoso y necesario para la ciencia,
no se presenta siempre como provechoso y necesario a la literatura
existente. Sus representantes ven en la historia literaria. el esta-
blecimiento de tales o cuales leyes y normas tradicionales y con-
funden la "historicidad" del fenómeno literario con el "histori-
cismo" inherente a su estudio. La tendencia a estudiar los objetos
particulares y las leyes de su construcción sin tomar en cuenta el
aspecto histórico (abolición de la historia literaria) es una secuela
del conflicto precedente.
2. La historia literaria debe responder a las exigencias de la auten-
ticidad si desea transformarse en una ciencia. Todos sus términos.

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y ante todo el término "historia literaria", deben ser examinados
nuevamente. Este último se presenta como extremadamente vago,
cubre tanto la historia de los hechos propiamente literarios como la
historia de toda actividad lingüística; es además pretencioso porque
presenta a la "historia literaria" como una disciplina preparada
para entrar en la "historia cultural" en su calidad de serie científi-
camente inventariada. Sin embargo, hasta ahora no tiene ese derecho.
El punto de vista que se adopta, determina el estudio histórico.
Se distinguen dos tipos principales: el estudio de la génesis de los
fenómenos literarios y el estudio de la variabilidad literaria, o sea
la evolución de la serie.
El punto de vista adoptado para estudiar un fenómeno determina
no sólo su significación, sino también su carácter: en el estudio de
la evolución literaria, la génesis adquiere una significación y un
carácter que seguramente no son los mismos que aparecen en el
estudio de la génesis misma.
El estudio de la evolución o de la variabilidad literaria debe
romper con los criterios ingenuos de estimación resultantes de la
confusión de puntos de vista: se toman los criterios propios de un
sistema (admitiendo que cada época constituye un sistema particu-
lar) para juzgar los fenómenos correspondientes a otro sistema.
Se debe evitar en la estimación todo matiz subjetivo; "el valor"
de tal o cual fenómeno literario debe ser considerado como "signi-
ficación y cualidad evolutiva". Debemos realizar la misma opera-
ción con todos los términos que, por el momento, suponen un
juicio de valor, tales como "epígono", "diletantismo" o "literatura
de melsas" (1).
La "tradición", noción fundamental de la vieja historia literaria,
es apenas la abstracción ilegítima de uno o varios elementos litera-
rios de un sistema en el que se emplean y donde desempeñan deter-
minado papel. Se le otorga valor idéntico a elementos de otro

l. Es suficiente analizar la "literatura de masa" de los añO$ veinte y treinta del


ligio XIX para darse cuenta de la enorme diferencia evolutiva que los separa,
Alrfdfdor del treinta. cuando ~ automatizaban las tradiciones precedentes y se
trabajaba sobre la materia Iiteraria acumulada. el diletantismo adquiere una gran
importancia evolutiva. Al diletantismo, a esa atmósfera de "verso en las márgenes
de un libro", debemos la aparición de un nuevo fenómeno, el de Tiuchev. que
transforma la lengua y los géneros poéticos con sus tonalidades íntimas. La actitud
"intima" hacia la literatura que parece corromper el sistema literario desde el
punto de vista de la teoría de los valores. de hecho lo transforma. Se ha bautizado
con el nombre de "grafomania" al "diletantismo" ., a la "literatura de masa" de la
década del veinte. años de los "maestros", que asistieron a la creación de géneros
poéticos nUfVOS. Los poetas de primera linfa de alrededor del año treinta (desde
el punto de vista de su importancia en la evolución) lucharon contra las normas
preestablecidas con espíritu "diletante" (Tiucbev, Poletaev) o de epígono (Ler-

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sistema donde su empleo es diferente. El resultado es una serie
unida sólo ficticiamente, que tiene la apariencia de entidad.
La noción fundamental de evolución literaria. la de sustitución
de sistemas y el problema de las tradiciones. deben ser reconside-
radas deste otra perspectiva.
3. Para analizar este problema fundamental. es necesario convenir
previamente en que la obra literaria constituye un sistema y que
otro tanto ocurre con la literatura. Únicamente sobre la base de
esta convención se puede construir una ciencia literaria que se
proponga estudiar lo que hasta ahora aparece como imagen caótica
de los fenómenos y de las series heterogéneas. Por este camino.
no se deja de lado el problema del papel de las series vecinas en la
evolución literaria; por el contrario. se lo plantea en forma ver-
dadera.
El trabajo analítico ya realizado sobre los elementos particu-
lares de la obra, sobre el tema y el estilo. el ritmo y la sintaxis en
prosa, el ritmo y la semántica en poesía, es provechoso. Nos dimos
cuenta que podíamos. hasta cierto punto y como hipótesis de tra-
bajo. aislar todos esos elementos en lo abstracto, pero que ellos se
encuentran en correlación mutua y en interacción. El estudio del
ritmo en verso y del ritmo en prosa revelaron que un mismo ele-
mento desempeña papeles distintos en sistemas diferentes.
Llamo Función constructiva de un elemento de la obra literaria
(en tanto que sistema) a su posibilidad de entrar en correlación con
los otros elementos del mismo sistema y. en consecuencia. con el
sistema entero.
Un examen atento permite observar que esta función es una noción
compleja. El elemento entra simultáneamente en relación con la
serie de elementos semejantes que pertenecen a otras obras-sistemas.
incluso con otras series y. además, con los otros elementos del mismo
sistema (función autónoma y función sinónima).
De este modo el léxico de una obra entra simultáneamente en
correlación por un lado con el léxico literario y el léxico general
y por otro con los demás elementos de esas obras. Esos dos com-
ponentes, o más bien esas dos funciones resultantes. no son equi-
valentes.

montov) cuando aún los poetas de segundo orden de alrededor del veinte llevan
1<1 impronta de los maestros de la época. Cf. la "universalidad" y la "grandeza"
que surgen aún en loa poetas de masa como Olin. Se ve claramente que la signi-
ficación evolutiva de fenómenos como el "diletaneismo", la "influencia". etc.•
cambia de una época a otra y la apreciación de esos fenómenos es una herencia
de la antiguo historia 'literaria.

91
La función de los arcaísmos. por ejemplo. depende enteramente
del sistema en que están empleados. En el sistema de Lomonosov
introducen el estilo culto. porque allí el matiz lexical desempeña
un papel dominante (se emplean arcaísmos por asociación lexical
con la lengua eclesiástica). En el sistema de 'Tiuchev, los arcaísmos
tienen otra función y designan a menudo nociones abstractas:
iontan-oodomiot *. Es interesante notar también el empleo de
arcaísmos en función irónica: Pushek yrom i musikija ** en un
poeta que emplea palabras como musikiskij con otra función com-
pletamente distinta. La función autónoma no es decisiva: ofrece
solamente una posibilidad. es una condición de la función sinónima.
Así. durante los siglos XVIII y XIX. hasta la época de T'iuchev, se
desarrolló una vasta literatura paródica en la que los arcaísmos
sostienen la función paródica. Pero naturalmente. en todos estos
ejemplos la decisión pertenece al sistema semántico y estilístico de la
obra que permite colocar esta forma lingüística en correlación con
el uso "irónico" y no con el estilo "elevado" y definir así su función.
Es incorrecto extraer del sistema elementos particulares y relacio-
nados directamente con series similares pertenecientes a otros siste-
mas sin tener en cuenta su función constructiva.
4. ¿Es posible el estudio llamado "inmanente" de la obra conce-
bida como sistema y que ignora sus correlaciones con el sistema
literario? Aislado de la obra este estudio se basa en una abstracción
semejante a la que funda el estudio de los elementos particulares
de la obra. La crítica literaria lo utiliza frecuentemente y con
éxito para las obras contemporáneas. porque las correlaciones de
una obra contemporánea constituye un hecho previamente estable-
cido a modo de presupuesto. (En este caso se considera la corre-
lación de la obra con otras obras del autor. su correlación con el
género. etc.) Pero en realidad. ni aún la literatura contemporánea
puede ya ser estudiada aisladamente.
La existencia de un hecho como hecho literario depende de su
cualidad diferencial (es decir de su correlación. sea con la serie
literaria. sea con una serie extraliteraria) ; en otros términos. depende
de su función. Lo que es "hecho literario" para una época. será un
fenómeno lingüístico dependiente de la vida social para otra y
viceversa. según el sistema literario con referencia al cual se sitúa
este hecho.
Una carta de Deryavin a un amigo. por ejemplo, es un hecho
de la vida social; en la época de Karamzin y de Pushkin la misma

• En ruso: fuente: la srgunda forma rs un arcaísmo .


•• En ruso: c:I trueno y la música de los cañones: la forma muaikija a arcaica.

92
carta amistosa fue un hecho literario. Lo testimonia el carácter
literario de memorias y de diarios en un sistema literario y de su
carácter extra literario en otro.
El estudio aislado de una obra no nos da la certeza de hablar
correctamente de su construcción: ni inclusive la certeza de hablar
tan siquiera de la construcción de la obra. Aquí interviene otra
circunstancia. La función autónoma. o sea la correlación de un ele-
mento con una serie de elementos semejantes que pertenecen a otras
series. es la condición necesaria para la función sínoma, para la
función constructiva de este elemento.
Por tal motivo no es indiferente que un sistema sea "trillado",
"gastado" o que no lo sea. ¿En qué consiste el carácter "trilla-
do", "gastado". de un verso. un metro. un tema. etc.? En otras pa-
labras. ¿en qué consiste "la automatización" de talo cual elemento?
Tomo un ejemplo de la lingüistica: cuando la imagen significa-
tiva se gasta. la palabra que manifiesta la imagen se transforma en
expresión de la relación, se vuelve una palabra herramienta. auxiliar.
Lo mismo ocurre con la automatización. con el "desgaste" de un
elemento literario cualquiera: no desaparece pero su función cambia.
se vuelve auxiliar. Si el metro de un poema está desgastado por el
uso, cede su papel a otros rasgos del verso presente en esa obra y
pasa a cumplir otras funciones.
El folletín en verso del diario. por ejemplo. está construído sobre
un metro envejecido. banal. abandonado desde hace largo tiempo
por la poesía. Nadie lo lee como un "poema" ni lo relaciona con
la "poesía". El metro "desgastado" sirve aquí de medio para rela-
cionar el material social de la actualidad periodística con la serie
literaria. Su función es totalmente diferente a la que tiene en una
obra poética: es meramente auxiliar. La imitación en el folletín
en verso se relaciona con la misma serie de hechos. La imitación
tiene vida literaria en la medida en nue la obra imitada la tiene.
¿Qué significación literaria puede tener ~l milésimo plagio de Cuando
los campos amarillentos ondulen de Lerrnontov o de El Profeta
de Pushkin? Sin embargo. el folletín en verso lo utiliza frecuente-
mente. Aquí se trata de un mismo fenómeno: la función del plagio
se ha vuelto auxiliar. sirve para relacionar los hechos extralite-
rarios con la serie literaria.
Si los procedimientos de la novela de aventuras están "gastados",
la trama adquiere en la obra funciones diferentes de las que hubiera
tenido si estos procedimientos no estuvieran envejecidos dentro del
sistema literario. La trama puede ser sólo una motivación del estilo
o un procedimiento para exponer determinado material.
Las descripciones de la naturaleza en las novelas antiguas, que
desde la perspectiva de un sistema literario estaríamos tentados de

93
reducir a un papel auxiliar de soldadura o retardo de la acción (y
por lo tanto casi a rechazarlas). pueden ser consideradas como un
elemento principal y dominante desde la perspectiva de otro sistema
literario. Puede ocurrir que la trama no sea más que una motivación,
un pretexto para acumular "descripciones estáticas".
5. El problema más difícil y menos estudiado. el de los géneros
literarios. se resuelve de la misma manera. La novela parece un
género homogéneo que se desenvuelve de manera exclusivamente
autónoma durante siglos. En realidad, no es un género constante
sino variable y su material lingüístico. extra-literario, así como la
manera de introducir ese material en literatura, cambian de un
sistema literario a otro. Los rasgo~ del género evolucionan. En el
'sistema de los años veinte al cuarenta los géneros del "relato",
de la "novela corta", se definían por rasgos diferentes de los nues-
tros, como surge con evidencia de sus denominaciones (2). Tendemos
a denominar los géneros según rasgos secundarios; a grandes líneas.
según las dimensiones. Las denominaciones tales como relato, novela

2. Cf, ~t uso de la palabra "relato" en el Moshov,hii Telegraf. en un artículo


sobre Eugenio Onegnin : "¡ Existe un poeta o aún un prosista que conciba como
finalidad de una gran obra ti relato, o sea la interpretcu:ión del poema? En
Tristam Shandq, donde evidentemente todo rstá incluido en el relato. Este no
constituye de ningún modo una finalidad en sí" (Mosh. Tel.• 1825, N9 15.
•upl. esp.• pág. 5). Aquí la palabra "relato" se aproxima sensiblemente a nuestro
término "relato directo". Esta terminología no es ocasional y ha subsistido largo
tiempo. Cf. la definición de los géneros en Druvinin, en 1849: "El mismo
autor [Zagoskin) ha llamado 'relato' a esta obra [Los rusos a principio, del siqlo
XVIII]; en el índice. designa a su obra como 'novela': por el momento es difícil
definirla con más precisión pues la obra no está todavía concluída... A mi juicio
no es ni un relato ni una novela. No es nn relato porque la exposición no viene
de' Dutor o de otro personaje, por el contrario. ella está 'dramatizada' (o más
bien 'dialoguizada') de modo tal que las escenas y las conversaciones se remplazan
sin cesar entre sí. Finalmente, la narración ocupa la menor parte. No es una
novela' porque dicha palabra ímplica una creación poética. una representación
ortlstic« de lo. caractertl y de la. situaciones... Yo la llamaría novela porque
presenta todas sus pretensiones" (Druyinin. t. 6. pág. 41. "Cartas de un abonado
de otra ciudad"). Y aqui se plantea otro problema interesante.
En distintas épocas, lit observa en las literaturas nacionales un tipo de "relato"
cuyas primeras líneas introducen un narrador. Luego, ese narrador no desempeña
papel alguno en el tema, pero la narración es desarrollada en su nombre (Maupas-
sant, Turgueniev). Es dificil explicar la función de este narrador en el argumeneo,
Si se eliminan las primeras líneas que lo presentan. el argumento no cambiaría.
(El "comienzo-clieé" habitual en estos relatos es: "N. N. encendió su cigarrillo y
comenzó el relato"). Pienso que aquí se trata de un fenómeno relativo al
género y no al argumento. La presencia del narrador es una etiqueta destinada a
.nñalar el ¡inero "relato" en un cierto .Í8tema literario.
Esta señalización indica la estabilidad del gEnero con el que el autor corre-
laciona su obra. Por tite motivo el "narrador" no es aquí sino un rudimento del

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corta, novela. corresponden para nosotros a cierto número de hojas
de imprenta. Esto no prueba el carácter "automatizado" de los
géneros en nuestro sistema literario; definimos los géneros a través
de otros rasgos. específicos para nuestro sistema. Las dimensiones
del objeto. la superficie escrita. no son indiferentes puesto que no
estamos en condiciones de definir el género de una obra aislada del
sistema: lo que se denomina "oda", por ejemplo, en la década del
veinte del siglo pasado o aún en tiempos de Fet, también se llamaba
"oda" en la época de Lomonosov, pero por otros rasgos.
Concluyamos entonces: el estudio de los géneros es imposible
fuera del sistema en el cual y con el cual están en correlación. La
novela histórica de Tolstoi entra en correlación. no con la novela
histórica de Zagoskin, sino con la prosa que le es contemporánea.
6. En rigor, no se consideran jamás los fenómenos literarios fuera
de sus correlaciones. Tomemos el ejemplo de la prosa y la poesía.
Partimos del criterio de que la prosa métrica permanece en el domi-
nio de la prosa y que el verso libre privado de metro sigue siendo
poesía. sin darnos cuenta que para ciertos sistemas literarios encon-
traremos dificultades considerables. La prosa y la poesía están en
correlación y existe una función común de la prosa y de los versos
(ef. la relación entre el desenvolvimiento de la prosa y del verso,
según la correlación establecida por Eichenbaum). En determinado
sistema literario, el elemento formal del metro es el que sostiene
la función del verso.
Pero la prosa sufre modificaciones, evoluciona al mismo tiempo
que el verso. Las modificaciones de un tipo, puesto en correlación
con otro, entrañan o más bien están ligadas a las modificaciones
de este otro tipo; aparece una prosa métrica (la de André Bieli}.
Al mismo tiempo la función del verso se transfiere a otros rasgos
del verso. en su mayor parte secundarios. derivados, tales como el
ritmo que delimita las unidades a una sintaxis particular, a un
léxico particular. La función de la prosa en relación al verso
subsiste. pero cambian los elementos formales que la designan.
La evolución posterior de las formas puede aplicar la función
de los versos a la prosa durante siglos y transferirle un cierto
número de otros rasgos, o bien no respetarla, disminuir su impor-
tancia. De la misma manera que la literatura contemporánea no
otorga ninguna importancia a la correlación de los géneros (según

antiguo género. Sólo ea este momento el "relato directo" pudo aparecer COD
Leskov, Condicionado al principio por la "oritntaci6n" hacia un géntro antiguo,
lit lo utiliza como mtdio de "resurreccién", de renovación del antiguo géntro.
Este problema requiere naturalmente un estudio especlal.

95
los rasgos secundarios). puede llegar una época en la que será
indiferente que la obra esté escrita en prosa o e!l ve-rso.
7. La relación evolutiva entre la función y el elemento formal es
un problema completamente inexplorado. He dado un ejemplo
en el que la evolución de las formas entraña la evolución de la
función. Se pueden encontrar numerosos ejemplos en los que una
forma que tiene un-a función indeterminada se apodera de otra
función y la determina. Hay también ejemplos de otro tipo: la
función busca su forma. Doy uno en el que los dos casos se com-
binan. Alrededor del año veinte. la corriente literaria de los arcai-
zantes vuelve a poner de moda una poesía épica cuya función es a la
vez elevada y popular. La correlación de la literatura con la serie
social implica una ampliación de la obra. Pero los elementos formales
no están allí. la "demanda" de la serie social no equivale a la "de-
manda" literaria y ésta queda sin respuesta. Comienza la búsqueda
de los elementos formales. En 1824 Katenin propone la octava
como elemento formal de la epopeya poética. El ardor de las discu-
siones. aparentemente inocentes. sobre el tema de la octava. corres-
ponde al trágico desamparo de una función sin forma. La poesía
épica de los arcaizantes no tuvo ninguna suerte. Seis años más tarde
la misma forma es utilizada por Shevirev y Pushkin con otra fun-
ción: transformar toda la poesía épica utilizando el yambo tetra-
pódico y crear una nueva poesía épica "vulgar" y no culta. prosaica
(La casita de Kolomna).
El vínculo entre la función y la forma no es arbitrario. No es un
azar que el léxico de un cierto tipo se combine primero en Katenin
con cierto metro y veinte años más tarde con el mismo metro en
Nekrasov que. probablemente. no ha tomado ninguna idea de
Katenin.
La variabilidad de la función de tal o cual elemento formal. la
aparición de tal o cual función de un elemento formal. su asocia-
ción con una función. son problemas que por el momento no se
intenta resolver ni estudiar.
Diré solamente que todo el problema de la literatura como serie
o sistema. depende de los estudios futuros sobre ese tema.
8. No tenemos una imagen totalmente correcta de la forma en
que los fenómenos literarios entran en correlación: se cree que la
obra se introduce en un sistema literario sincrónico y que allí
obtiene una función. La noción de un sistema sincrónico en cons-
tante evolución es también centradictoria. El sistema de la serie
literaria es ante todo un sistema de las funciones de la serie literaria.
que a su vez. está en constante correlación con los otras series.
La serie cambia de componentes. pero la diferenciación de las acti-

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vidades humanas permanece. La evolución literaria. como la de otras
series culturales. no coincide ni en su ritmo ni en su carácter con
las series que le son correlativas, debido a la naturaleza específica
del material que maneja. La evolución de la función constructiva
se produce rápidamente; la de la función literaria se realiza de una
época a otra; la de las funciones de toda la serie literaria, reclama
siglos.
9. Dado que el sistema no es una cooperación fundada sobre la
igualdad de todos los elementos. sino que supone la prioridad de
un grupo de elementos ("dominante") y la deformación de otros.
la obra entra en la literatura y adquiere su función literaria gracias
a esta dominante. En consecuencia. el verso se debe vincular, según
algunas de sus particularidades. con la serie poética y no con la
prosaica. Lo mismo ocurre con la correlación de los géneros. Actual-
mente, los factores que relacionan una obra con el género novelís-
tico son la dimensión, la exposición de un argumento; en otra
época, lo que decidia era la presencia de una intriga amorosa en
la obra.
Aquí tropezamos con otro hecho interesante desde el punto de
vista de la evolución. Se coloca una obra en correlación con una
serie literaria determinada para medir la diferencia que existe entre
ella y la serie literaria a la que pertenece. Determinar el género
de los poemas de Pushkin, por ejemplo, era un problema extre-
madamente agudo para los críticos de alrededor del año veinte; el
género de Pushkin era una combinación mixta y nueva para la
que no se disponía una "denominación" establecida. Cuanto más
neta es la diferencia con una serie literaria. el sistema que se separa
se pone más en evidencia. Así, el verso libre ha destacado el carácter
poético de los rasgos extra-métricos y la novela de Sterne acentúa
el carácter novelístico de los rasgos que no conciernen a la trama
(Shklovski). Analogía lingüística: "Puesto que la base sufre varia-
ciones, debemos acordarle el máximo de expresividad y extraerla
del conjunto de prefijos que son invariables" (Vendryes).
10. ¿ En qué consiste la correlación de la literatura con las series
vecinas? ¿Cuáles son esas series vecinas? Siempre una respuesta: la
vida social.
Pero para resolver la cuestión de la correlación de las series lite-
rarias con la vída social. debemos hacer otra pregunta: ¡cómo y
en qué la vida social entra en correlación con la literatura? La vida
social tiene muchos componentes de diversos aspectos y solamente
la función de esos aspectos le es específica. La vida social entra en
correlación con la literatura ante todo por su aspecto verbal. Lo
mismo ocurre con las series literarias puestas en correlación con la

97
vida social. Esta correlación entre la serie literaria y la serie social
'Se establece a través de la actividad lingüística: la literatura tiene
una función verbal en relación con la vida social.
Disponemos de la palabra "orientación" que significa más o
menos: "intención creadora del autor", Sucede a veces, sin embarg-o.
que "las intenciones son buenas pero las realizaciones resultan ma-
las", Agreguemos que la intención del autor puede ser sólo un
fermento, Cuando maneja un material específicamente literario el
autor se somete a él y se aleja de su intención, La desgracia de tener
demasiado ingenio (Griboiedov) debía ser "elevada", "grande"
(según la terminología del propio autor que no se asemeja a la
nuestra), pero resultó una comedia-panfleto político en estilo
"arcaizante": Eugenio Onéguin debía ser, en su origen. un "poema
satírico" en el que el autor "descargaría su bilis", Pero cuando
Pushkin trabajaba en el cuarto capítulo ya escribe: "¿dónde fue
a parar mi sátira? No se ve ese matiz en Eugenio Onéquin",
La función constructiva. la correlación de los elementos en el
interior de la obra. reducen "la intención del autor" a nada más
que un fermento. La "libertad de creación" se presenta como una
consigna optimista. pero que no corresponde a la realidad y cede
su lugar a la "necesidad de creación", La función literaria, la
correlación de la obra con las series literarias perfecciona el proceso
de sumisión.
Si borramos de la palabra "orientación" todo matiz teleológico.
toda idea de destino e "intención", ¿qué se obtiene? La orientación
de la obra (y de la serie) literaria será su función verbal. su corre-
lación con la vida social.
La oda de Lomonosov tiene una orientación (función verbal)
oratoria. La palabra está elegida para ser pronunciada. Las asocia-
ciones sociales más elementales nos sugieren que estas palabras de-
bieron ser pronunciadas en una gran sala, en un palacio. En la
época de Karamzin, la oda era un género literario "gastado", La
orientación. cuya significación ha disminuido, desaparece; es útili-
zada por otras formas que corresponden a la vida social. Las odas
de alabanzas y de cualquier otro tipo se transforman en versos
enfáticos que pertenecen sólo a la vida social. No existe ningún
género literario constituído que pueda remplazarías. Entonces los
fenómenos lingüísticos de la vida social se encargan de esta función.
La función, la orientación verbal. buscan una forma y la encuen-
tran en la romanza, la chanza, el pie forzado, la charada, etc. Aquí,
en el momento de la génesis, la presencia de talo cual forma lin-
güística que antes correspondían sólo a la vida social. adquiere su
significación evolutiva. En la época de Kararnzin, el sabor mundano
desempeña el papel de serie social. el salón se transforma entonces

98
en un hecho literario. Se le atribuyen así formas sociales a la función
literaria.
De la misma manera existe una semántica familiar, íntima, pero
sólo tiene función literaria en el curso de ciertos períodos. Lo mismo
se produce cuando se legitiman algunos resultados que surgen casual-
mente en literatura: los esbozos de versos de Pushkin y los borra-
dores de sus planes, proporcionan la versión definitiva de su prosa.
Ese fenómeno es sólo posible si la serie entera evoluciona y por lo
tanto su orientación.
La literatura contemporánea nos ofrece también un ejemplo de
conflicto de dos orientaciones: la poesía de mitínes, representada
por los versos de Maiakovski (oda), se opone a la poesía "de
cámara", representada por los romances de Esenin (elegía).
11. La expansión inversa de la literousra en la vida social nos
obliga también a considerar la función verbal. La personalidad
literaria. y el personaje de una obra. representan, en ciertas épocas.
la orientación verbal de la literatura y. a partir de allí, penetran
en la vida social. La personalidad literaria de Byron, la que el lector
deduce de sus versos, estaba asociada a la de sus héroes líricos y
penetra así en la vida social. La personalidad de Heine está bastante
alejada del verdadero Heine. En ciertas épocas, la biografía se con-
vierte en una literatura oral apócrifa. Se trata de un fenómeno
legítimo condicionado por el papel de un sistema literario en la vida
social (orientación verbal): recuérdese el mito creado alrededor de
escritores como Pushkin, Tolstoi, Blok, Maiakovski, Esenin. que
puede oponerse a la ausencia de personalidad mística en Leskov,
Turgueniev, Maikov, Fet, Gumilev, etc. Esta ausencia se relaciona
con la falta de orientación verbal del sistema literario de los últimos.
La expansión de la literatura en la vida social reclama. naturalmen-
te. condiciones sociales particulares.
12. Esta es la primera función social de la literatura. Se la puede
determinar y estudiar únicamente a partir del estudio de las series
vecinas, del examen de las condiciones inmediatas, y no a partir de
series causales alejadas aunque importantes.
Cabe observar que el concepto de "orientación" de la función
verbal está referida a la serie literaria o al sistema literario y no a la
obra particular. Es necesario colocar dicha obra en correlación con
la serie literaria antes de hablar de su orientación. La ley de los
grandes números no se aplica a los pequeños números. Si estable-
cemos las series causales vecinas de cada obra y cada autor particular.
no estudiamos la evolución del sistema literario sino su modifica-
ción: tampoco estudiamos los cambios literarios en correlación con
los de otras series. sino la deformación producida en literatura por

99
las series vecinas. Este problema también puede estudiarse. pero desde
otro punto de vista.
El estudio directo de la psicología del autor y el establecimiento
de una relación de causalidad entre los medios. su vida. su clase
social y sus obras. es un trabajo particularmente incierto. La poesía
erótica de Batiushkov es el fruto de su trabajo sobre la lengua
poética (d. su discurso "Acerca de la influencia de la poesía ligera
sobre la lengua") y Viazernski rehusó con razón buscar la génesis
de esta poesia en la psicología del autor. El poeta Polonski, que
nunca fue un teórico. pero que como poeta conocía bien su oficio.
escribe sobre Benediktov: "Es muy probable que la naturaleza auste-
ra. los bosques. los pastizales... hayan influido en el alma sensible
de niño del futuro poeta. Pero ¿cómo? Es una cuestión difícil que
nadie sabrá resolverla en forma satisfactoria. La naturaleza. que es
la misma para todos. no desempeña aquí un papel principal". Se
observan en un artista giros que no pueden explicarse por los rasgos
de su personalidad: por ejemplo en Deryavin, en Nekrasov.
Durante su juventud escriben una poesía "vulgar" y satírica
paralela a la poesía "elevada", pero en condiciones particulares los
dos tipos de poesía van a confundirse para dar nacimiento a fenó-
menos nuevos. Queda claro que se trata de condiciones objetivas
y no individuales y psicológicas. Las funciones de la serie literaria
evol ucionaron en relación con las series sociales vecinas.
13. Por este motivo es necesario reconsiderar uno de los problemas
más complejos de la evolución literaria: el de la ·"influencia".
Existen profundas influencias personales, psicológicas o sociales
que no dejan ninguna huella en el plano literario (Chadaev y Push-
kin). Existen influencias que modifican las obras literarias sin tener
significación evolutiva (Maiakovski y Gleb Uspenski). Pero el caso
más impresionante es aquél en que los índices exteriores parecen
testimoniar una influencia que jamás tuvo lugar. Ya di el ejemplo
da Katenin y de Nekrasov. Esos ejemplos pueden multiplicarse:
las tribus sudamericanas crearon el mito de Prorneteo sin estar influí-
das por la antigüedad. Estos son hechos de convergencia. de coin-
cidencia. Tienen una importancia tal que desbordan la explicación
psicológica de la influencia. La cuestión cronológica acerca de quién
lo dijo primero no es esencial. m momento y la dirección de la
"influencia" depende por completo de la existencia de ciertas condi-
ciones literarias. En el caso de coincidencias funcionales el artista
influído puede encontrar en la obra "imitada" elementos formales
que le sirven para desarrollar y estabilizar la función. Sí esta "in-
fluencia" no existe. una función análoga puede conducirnos a
elementos formales análogos sin aquella ayuda.

100
14. Veamos ahora el problema del principal término del que se
sirve la historia literaria; el de "tradición". Si admitimos que la
evolución es un cambio de la relación entre los términos del sistema.
o sea un cambio de funciones y de elementos formales. ella se presenta
como una "sustitución" de sistemas. Estas sustituciones observan
según las épocas un ritmo lento o brusco y no suponen una reno-
vación y un remplazo repentino y total de los elementos formales.
sino la creación de una nueva Función de dichos elementos Por
este motivo. la confrontación de' un fenómeno literario con cualquier
otro debe hacerse no sólo a partir de las formas. sino también
considerando las funciones. Fenómenos que parecen totalmente dife-
rentes. y que pertenecen a distintos sistemas funcionales. pueden
ser análogos en su función y viceversa. El problema se complica
porque cada corriente literaria busca durante algún tiempo puntos
de apoyo en los sistemas precedentes: es lo que podríamos llamar
"tradicionalismo". Así. en Pushkin las funciones de su prosa están
más cercanas de las de la prosa de Tolstoi, cue las funciones de sus
versos de las de sus epígonos de la década del treinta y de Maikov.
15. Resumiendo, el estudio de la evolución literaria sólo es posible
si la consideramos como una serie, como un sistema puesto en corre-
lación con otras series o sistemas y condicionado por ellos. El
examen debe ir de la función constructiva a la función literaria.
y de ésta a la función verbal. Debe aclarar la interacción evolutiva
de las funciones y de las formas. El estudio evolutivo debe ir de la
serie literaria a las series correlativas vecinas y no a otras más
alejadas. aunque éstas sean importantes. El estudio de la evolución
literaria no excluye la significación dominante de los principales
factores sociales. Por el contrario. sólo en ese marco la significación
puede ser aclarada en su totalidad. El establecimiento directo de una
influencia de los principales factores sociales sustituye el estudio
de la evolución literaria por el de la modificación y deformación de
las obras literarias.

1927

101
PROBLEMAS DE LOS ESTUDIOS
LITERARIOS Y L1NGOISTICOS

J. TINIANOV . R. JAKOSSON

l. Los problemas inmediatos de la ciencia literaria y lingüística en


Rusia reclaman que se los formule sobre una base teórica estable:
exigen que se abandone definitivamente esos montajes mecánicos.
cada vez más frecuentes, que reúnen los procedimientos de la nueva
metodología y los viejos métodos estériles y que introducen hipócri-
tamente el psicologismo ingenuo y otros anacronismos bajo la apa-
riencia de una nueva terminología,
Es necesario apartarse del eclecticismo académico. del "forma-
lismo" escolástico que remplaza el análisis por la enumeración de la
terminología y que no hace otra cosa que elaborar un catálogo de
fenómenos; dejar de transformar los estudios literarios y lingüísticos.
que constituyen una ciencia sistemática. en géneros episódicos y
anecdóticos.

2. La historia de la literatura (o el arte) está íntimamente ligada


a otras series históricas; cada serie involucra un manojo complejo
de leyes estructurales que les son específicas. Es imposible establecer
una correlación rigurosa entre la serie literaria y las otras series
sin haber estudiado previamente esas leyes.

3. No se puede comprender la evolución literaria si está enmas-


carada por problemas que intervienen episódicamente y desde fuera
del sistema; problemas que se vinculan a la génesis literaria (las
llamadas influencias) o extraliteraria. En el campo de la investí-
gación científica se puede introducir el material utilizado en lite-
ratura, ya sea literario o extraliterario. sólo a condición de consi-
derarlo desde un punto de vista funcional.

4. Tanto para la lingüística. como para la historia literaria. la


oposición neta entre el aspecto sincrónico (estático) y el diacrónico,

103
fue una hipótesis de trabajo fecunda puesto que mostraba al carácter
sistemático de la lengua (o de la literatura) en cada período parti-
cular de la vida. Las adquisiciones de la concepción sincrónica nos
obligan a reexaminar hoy los principios de la diacronía. A su vez.
la ciencia sincrónica ha reelaborado la noción de aglomeración me-
cánica de los fenómenos que la ciencia sincrónica remplazó por la
noción de sistema. de estructura. La historia del sistema es a su vez
un sistema. El sincronismo puro se presenta ahora corno una ilu-
sión: cada sistema sincrónico contiene su pasado y su porvenir co-
mo elementos estructurales inseparables del sistema (Por un lado.
el arcaísmo como hecho de estilo: el conjunto lingüístico y litera-
rio se siente como una lengua muerta, pasada de moda. Por otro.
las nuevas tendencias en la lengua y en la literatura, que aparecen
como innovaciones del sistema).
La oposición de sincronía y diacronía había contrapuesto la
noción sistema a la de evolución. Esta oposición pierde su impor-
tancia de base puesto que ahora reconocernos que cada sistema se
nos presenta necesariamente como una evolución y que. por otra
parte. la evolución tiene inevitablemente carácter sistemático.

5 La noción de sistema literario sincrónico no coincide con la


noción ingenua de época literaria. puesto que el sistema está cons-
tituido no sólo por obras de arte próximas en el tiempo, sino
también por obras incluídas en el sistema y que provienen de
literaturas extranjeras o de épocas anteriores. No es suficiente cata-
logar los fenómenos coexistentes y otorgarles iguales derechos; lo
que interesa es su significación jerárquica para una época determinada.

6 El establecimiento de dos nociones diferentes -habla y lengua-


y el análisis de su relación efectuado por la escuela de Ginebra.
fueron extremadamente fecundos para la lingüística. La aplicación
de estas dos categorías (la norma existente y los enunciados indi-
viduales) a la literatura y el estudio de su relación. es un problema
nue se debe examinar a fondo. Aquí tampoco se puede considerar
el enunciado individual sin relacionarlo al complejo de normas
existentes. El investigador que aísla estas dos nociones deforma
inevitablemente el sistema de valores estéticos y pierde la posibilidad
de establecer sus leyes inmanentes.

7. El análisis de las leyes estructurales de la lengua y de la litera-


tura nos lleva indefectiblemente a establecer un número limitado de
tipos de estructuras que existen realmente (o, en el caso de la dia-
cronía. tipos de evolución de las estructuras).

104
8. La revelación de leyes inmanentes a la historia de la literatura
(o de la lengua) nos permite caracterizar cada sustitución efectiva
de sistemas literarios (o lingüísticos) pero no nos permite explicar
el ritmo de la evolución ni la dirección que sigue cuando está en
presencia de varias vías evolutivas teóricamente posibles. Las leyes
inmanentes a la evolución literaria (o lingüística) ofrecen sólo una
ecuación indeterminada que admite varias soluciones. en número
limitado sin duda, pero que no llevan obligatoriamente a una única
solución. El problema concreto de la elección de una dirección. o
al menos de una dominante, no puede resolverse sin analizar la
correlación de la serie literaria con las otras series sociales, Esta
correlación (el sistema de los sistemas) tiene sus leyes estructurales
específicas que deben ser estudiadas. Considerar la correlación de
los sistemas sin tener en cuenta las leyes inmanentes a cada sistema.
es un camino funesto desde el punto de vista metodológico.

1928

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