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Tipos de Huesos Según Su Morfología

Los huesos del cuerpo humano se clasifican en largos, cortos, planos, irregulares y sesamoideos, cada uno con funciones específicas como protección, soporte y movimiento. Las articulaciones, que son uniones entre huesos, permiten el movimiento del cuerpo y se dividen en inmóviles, semimóviles y móviles, con subtipos que facilitan diferentes tipos de movimiento. La comprensión de estas clasificaciones es esencial para el estudio de la anatomía y la función del sistema esquelético.
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Tipos de Huesos Según Su Morfología

Los huesos del cuerpo humano se clasifican en largos, cortos, planos, irregulares y sesamoideos, cada uno con funciones específicas como protección, soporte y movimiento. Las articulaciones, que son uniones entre huesos, permiten el movimiento del cuerpo y se dividen en inmóviles, semimóviles y móviles, con subtipos que facilitan diferentes tipos de movimiento. La comprensión de estas clasificaciones es esencial para el estudio de la anatomía y la función del sistema esquelético.
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Tipos de huesos según su morfología

Podemos clasificar los huesos del cuerpo humano en largos, cortos, planos e irregulares según su
morfología. La forma de cada hueso también ayuda a la hora de observarlos y analizarlos a través
de una radiología simple.

1. Los huesos planos protegen órganos internos

Hay huesos planos en la estructura ósea de la cabeza (occipital, parietal, frontal, nasal, lagrimal
y vómer), la caja torácica (esternón y costillas) y la pelvis (ilion, isquion y pubis). La función de los
huesos planos es proteger los órganos internos como el encéfalo, el corazón y los órganos
pelvianos. Los huesos planos son algo aplanados y pueden brindar protección, como un escudo;
los huesos planos también pueden proporcionar áreas grandes para la unión de los músculos.

2. Los huesos largos soportan el peso y facilitan los movimientos

Los huesos largos, más largos que anchos, incluyen el fémur (el hueso más largo del cuerpo), así
como huesos relativamente pequeños en los dedos de las manos. La función de los huesos largos
es soportar el peso del cuerpo y facilitar los movimientos. Los huesos largos se ubican
principalmente en el esqueleto apendicular e incluyen huesos en los miembros inferiores (la tibia,
el peroné, el fémur, los metatarsianos y las falanges) y huesos en los miembros superiores (el
húmero, el radio, el cúbito, los metacarpianos y las falanges).

3. Los huesos cortos tienen forma de cubo


Los huesos cortos tienen aproximadamente la misma longitud que ancho. Los huesos cortos se
ubican en las articulaciones de la muñeca y el tobillo y proporcionan estabilidad y permiten
algunos movimientos. Los huesos carpianos en la muñeca (escafoides, hueso semilunar, piramidal,
hueso ganchoso, pisiforme, hueso grande, trapezoide y trapecio) y los tarsianos en los tobillos
(calcáneo, astrágalo, navicular, cuboides, cuneiforme lateral, cuneiforme intermedio y cuneiforme
medial) son ejemplos de huesos cortos.

4. Los huesos irregulares tienen formas complejas

Los huesos irregulares varían en forma y estructura y, por lo tanto, no caben en ninguna otra
categoría (planos, cortos, largos o sesamoideos). Con frecuencia tienen una forma bastante
compleja, que ayuda a proteger órganos internos. Por ejemplo, las vértebras, huesos irregulares
de la columna vertebral, protegen la médula espinal. Los huesos irregulares de la pelvis (pubis,
ilion e isquion) protegen órganos de la cavidad pelviana.

5. Los huesos sesamoideos refuerzan tendones


Los huesos sesamoideos son huesos que están incluidos en tendones. Estos pequeños huesos
redondos habitualmente se encuentran en los tendones de las manos, rodillas y pies. La función
de los huesos sesamoideos es proteger los tendones del estrés y el deterioro. La rótula,
comúnmente denominada patela, es un ejemplo de hueso sesamoideo.

LAS ARTICULACIONES

Las articulaciones permiten que el cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas de ellas se abren
y se cierran como si fueran bisagras (por ejemplo, las rodillas y los codos), mientras que otras
permiten realizar movimientos más complejos. El hombro o la articulación de la cadera, por
ejemplo, nos permite realizar movimientos hacia adelante, hacia atrás, laterales y rotatorios.

Las articulaciones son las uniones entre huesos. Hacen que el esqueleto sea flexible; sin ellas, el
movimiento sería imposible.

Las articulaciones permiten que nuestro cuerpo se mueva de muchas maneras. Algunas de ellas se
abren y se cierran como si fueran bisagras (por ejemplo, las rodillas y los codos), mientras que
otras permiten hacer movimientos más complejos. El hombro o la articulación de la cadera, por
ejemplo, nos permite hacer movimientos hacia adelante, hacia atrás, laterales y de rotación.

Las articulaciones se clasifican según su amplitud de movimiento:


Las articulaciones inmóviles o fibrosas no se mueven. La bóveda craneal, por ejemplo, está
formada por placas óseas; aunque se muevan ligeramente durante el nacimiento para fusionarse
más adelante cuando el cráneo deje de crecer, luego permanecen inmóviles. Entre los bordes de
estas placas, hay uniones, o articulaciones, de tejido fibroso. Las articulaciones fibrosas también
mantienen los dientes fijos en la mandíbula.

Las articulaciones semimóviles o cartilaginosas se mueven muy poco. Están unidas por
cartílago, como en la columna vertebral. Cada una de las vértebras de la columna se mueve con
respecto a la vértebra superior e inferior y, conjuntamente, estos movimientos dan flexibilidad a la
columna vertebral.

Las articulaciones móviles o sinoviales se mueven en muchas direcciones. Las principales


articulaciones del cuerpo, como las de la cadera, los hombros, los codos, las rodillas, las muñecas y
los tobillos, son móviles. Están llenas de líquido sinovial, que actúa a modo de lubricante para
ayudar a las articulaciones a moverse con facilidad.

Hay tres tipos de articulaciones móviles que desempeñan un papel importante en el movimiento
voluntario:

Las articulaciones en bisagra solo permiten el movimiento en una dirección, como las
rodillas y los codos.

Las articulaciones en pivote (o trocoides) permiten el movimiento giratorio o de rotación,


como cuando la cabeza gira de un lado a otro.

Las articulaciones esféricas son las que permiten la mayor libertad de movimiento. Las
caderas y los hombros tienen este tipo de articulación, donde el extremo redondo de un hueso
largo encaja en el hueco de otro hueso.

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