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Catequesis Del Jubileo para Niños 2025

El documento presenta materiales y actividades para trabajar durante la Cuaresma en el contexto del Año Santo 2025, enfatizando el encuentro personal con Jesús como la puerta de salvación. Se describe el significado del jubileo, el logo y lema 'Peregrinos de Esperanza', así como diversas catequesis que abordan temas como la esperanza, la fe, el amor y el perdón de Dios. Las actividades están diseñadas para ser adaptables por los catequistas y fomentar la reflexión y el compromiso espiritual de los participantes.

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Dario Fernández
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Catequesis Del Jubileo para Niños 2025

El documento presenta materiales y actividades para trabajar durante la Cuaresma en el contexto del Año Santo 2025, enfatizando el encuentro personal con Jesús como la puerta de salvación. Se describe el significado del jubileo, el logo y lema 'Peregrinos de Esperanza', así como diversas catequesis que abordan temas como la esperanza, la fe, el amor y el perdón de Dios. Las actividades están diseñadas para ser adaptables por los catequistas y fomentar la reflexión y el compromiso espiritual de los participantes.

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Año Santo 2025 – Peregrinos de la Esperanza

Material para trabajar durante la Cuaresma


La Iglesia nos propone y regala este tiempo de gracia para que pueda ser para todos
un momento de encuentro vivo y personal con JESÚS que es la PUERTA de Salvación.
El JUBILEO, tiene su origen ya en el Antiguo Testamento, como se menciona en el libro
del Levítico cap. 25. En este pasaje, es posible comprender cómo Dios ya en la formación del
pueblo de Israel invitaba a vivir un año jubilar. La Iglesia retoma esta idea en el 1300 para
dedicar un año al Señor, pidiendo su ayuda y esperando recibir su Gracia. Esta tradición se
sigue practicando hoy día para el bien de todos. Hoy lo llamamos Año Jubilar o Año Santo.
Todo año jubilar tiene su logo y lema que lo acompaña.

Breve explicación del logo


Cuatro figuras estilizadas, de diferentes colores que representan los 4 rincones de la
tierra.
La primera figura se encuentra abrazando la cruz, es decir poniendo su fe en Jesús que
es la puerta de Salvación.
El ancla representa nuestra ESPERANZA puesta en JESÚS.
El Papa es tan realista y sabe que la vida está hecha de alegrías y dolores, pocas veces
se encuentran aguas tranquilas. Las olas son los dolores, sufrimientos y dificultades de
nuestras vidas, ya que en los momentos que se pone a prueba el amor es donde parece
derrumbarse nuestra esperanza.
El lema “PEREGRINOS DE ESPERANZA” procede de una cita bíblica de la Carta de San
Pablo a los Romanos: “La esperanza no defrauda”. (Rm 5,5). Esta cita nos da la certeza del
amor de Dios y su compañía.

1
Aprovechando el tiempo de Cuaresma, que providencialmente lo podremos vivir casi
completamente este año y al haber encontrado un material que nos puede servir, les
proponemos las siguientes actividades para los encuentros que se realizarán durante este
tiempo tan característico de nuestra fe.

Ante cualquier duda, consulten.

PREPARACIÓN:
Es importante tener en cuenta que esta actividad está pensada y preparada para este
tiempo de Cuaresma.
Cada catequista podrá adaptarlo y sentirse cómodo al momento de preparar el
encuentro.

Materiales necesarios (ver en cada encuentro qué necesitan):


➢ Estampa de la oración del año jubilar (ver anexos);
➢ Cartulinas;
➢ Cinta adhesiva;
➢ Piedras pequeñas;
➢ Varas o palos para bastones;
➢ Dibujo del paquete de regalo con la palabra: «Esperanza»;
➢ Pesebre.

2
ACTIVIDAD:
PRIMER ENCUENTRO: Jesús es nuestra Esperanza
CATEQUESIS SOBRE EL REGALO
LUGAR: Frente al Sagrario. No tener miedo de acercarlos debajo del Sagrario en la capilla o parroquia,
pueden sentarse en ronda bien cerquita.

Ambientación: El dibujo del paquete de regalo para cada niño (Ver anexo).
Este texto conviene que sea leído por un catequista a manera de cuenta cuento

Cuando alguien nos ama simplemente por el hecho de amarnos, suele tener detalles o nos hace
regalos y nos cuida. Por ejemplo, es el caso de nuestros padres, nuestros hermanos, abuelos, también
nuestros amigos y demás seres queridos. Incluso nosotros mismos solemos hacer regalos a aquellos que
queremos, porque nos nace del corazón. Así que con un detalle queremos expresar aquello que sentimos en
el corazón, el afecto y el cariño o cualquier otro sentimiento bueno. Pero los detalles o regalos más bonitos,
los que más se valoran, como bien sabemos, no se pueden pagar con dinero, por eso no son materiales, sino
que son los que podemos ofrecer desde nosotros mismos: un abrazo, un beso, la compañía y el compartir,
la ayuda que podemos brindar sin esperar nada a cambio, servir a los demás, enseñar algo nuevo, entre otras
muchas cosas. Todo lo que cada uno de nosotros podamos aportar como regalo.
Del mismo modo, Dios, que nos ama tanto, ha querido que todos nosotros recibiéramos de su mano
el regalo más grande, a su propio Hijo, a Jesús.
Jesús, que es Dios, ha venido para quedarse, para hacernos compañía, para ayudarnos, para
cuidarnos, para alimentarnos, para enseñarnos, para animarnos. Es por eso por lo que, con el poder del
Espíritu Santo, se hace presente en el Santísimo Sacramento, o sea, en el pan y el vino.
Y permanece en el Sagrario, para poder estar siempre cerca de nosotros.
¡Tener a Jesús, tan cerquita, nos llena de alegría, de esperanza!
¡Ah! Pero ¿qué es eso de la esperanza?
Bueno, ¿se acuerdan lo del regalo? Hablamos anteriormente de que cuando se ama, todo es un regalo
para amar a los demás. Pero, también, que se convierte en una promesa.
¡Sí! Lo escucharon bien.
Por ejemplo, cuando empiezan las clases, alguno de tus padres, abuelos, tíos o padrinos,
seguramente te habrán prometido que, si tenés buenas notas, recibirás un premio al final: tal vez un viaje,
un juguete o cualquier cosa que guste, o sea, que te quieren dar una alegría.
Bueno, la ilusión que esa promesa nos causa, ese sentimiento de esperar confiando en quien te ha
hecho una promesa, a eso se le llama dulce espera o esperanza.
Por lo tanto, tenés la esperanza que la promesa se cumplirá. Y simplemente es por amor, porque,
lógicamente, confiás en esa persona.
Por eso Jesús, es nuestra esperanza. Dios que nos ama tanto, nos ha hecho la promesa de la felicidad
para siempre. A esa felicidad le llamamos también vida eterna.
Pero esto será cuando aprobemos el curso de esta vida. Así que, mientras tanto, Jesús viene a estar
con nosotros para acompañarnos, ayudarnos, y todo lo que ya hemos dicho y más. Y su lugar es este: el
Sagrario. Es como su casita.
De modo que cuando quieran renovar la esperanza o la alegría, ¿a dónde tenés que ir? ¡Al sagrario!

Para el catequista:
Si el tiempo lo permite, se pueden hacer algunas preguntas a los chicos sobre el relato para reforzar la comprensión
de la presencia de Jesús en el sagrario y de cómo allí hallamos la esperanza.
Se le entrega a cada niño el dibujo del regalo (ver Anexo) y se les invita a hacer una oración pidiendo a Jesús ser su
esperanza.

3
SEGUNDO ENCUENTRO: La fe y el amor en relación con la
esperanza
CATEQUESIS: EL JARDÍN DE LA MADRE

Realizamos un repaso a modo de recordar lo que comentamos y aprendimos el


encuentro anterior (qué es el jubileo, cuál es el lema, partes del logo, etc.). Hacer foco sobre
la esperanza para vincularlo con este encuentro.
La esperanza encuentra en la Madre de Dios el mejor ejemplo para todos nosotros.
Nos lo dice el papa Francisco en su carta.
Ambientación: Armar un altar mariano y tener tres cartulinas. Estas pueden ser de colores diferentes y deben
estar señaladas cada una con alguna de las tres virtudes teologales, es decir: FE, CARIDAD y ESPERANZA.

Para el catequista:
Los chicos pueden escribir, con la ayuda del catequista, cómo pueden cultivar estos regalos de Dios en su vida. Así
pondrán bajo el cuidado de la Madre estas virtudes para que florezcan.
Estas virtudes que las teologales, son hábitos que Dios infunde en cada uno de nosotros para que podamos vivir en
relación con Dios y con nuestros hermanos.

Fe Amor Esperanza
Son tres ingredientes fundamentales para la felicidad, para la santidad.
Nuestra Madre, la Virgen María, fue llena del Espíritu Santo y esto hizo posible que ella
alcanzara tantas virtudes, tantas cosas buenas. Pero este regalo no fue sólo para ella; por el
nacimiento de Jesús, todos nosotros también hemos recibido el regalo del Espíritu Santo,
pero, al igual que las plantas, se debe cultivar y cuidar, sabiendo que Dios nos da su ayuda
para ello.
El Espíritu Santo mantiene encendida la luz de la esperanza en nosotros, tal como en
nuestra Madre, ayudándonos por la fe y el amor.

4
TERCER ENCUENTRO: El perdón de Dios es la mejor medicina
CATEQUESIS DEL AMOR QUE PERDONA Y LIBERA

Para el catequista:
El Año jubilar se centra en la misericordia de Dios. Así el sacramento de la Confesión cobra un sentido protagónico
dentro de la experiencia del jubileo. En este encuentro explicaremos, por tanto, la importancia de la misericordia de
Dios, que es fruto de su amor infinito por nosotros y de la necesidad que tenemos de recibir su perdón. Por este
motivo hemos recibido de los Apóstoles esta herencia de confesar los pecados, para que Dios, a través de sus
sacerdotes, en el sacramento de la Reconciliación, sane nuestro corazón y nos dé la ayuda para mejorar aquello que
nos aleja de parecernos más a Jesús.

Ambientación: tener las piedras preparadas o pedir que lleven de la casa, también puede ser un rectángulo
de papel.
Se les ofrece una explicación sencilla sobre la misericordia de Dios y su amor que siempre perdona.
Es importante destacar que los pecados o errores son piedras que pesan en el camino y nos pueden hacer
tropezar o caer.
En el lugar donde se haga debe tener la imagen de un crucifijo.

El catequista invita a los chicos a pensar:


Piensa en cualquier situación en la que crees te has equivocado, o piensa en algo en lo que consideras que
has fallado y de lo que te arrepientes.
¿Ya lo pensaron?
Bien, pues como la piedra que llevan en la mano, que pesa un poquito, así pesan las cosas que no hemos
hecho bien. Y lo peor es que, si acumulamos muchas, terminan siendo una carga.
Imaginate que juntamos mil piedras de esas… ¿Sería posible moverse?
Pues eso le pasa a nuestro corazón cuando juntamos muchos pecados. Nos cuesta vivir.
Pero Jesús nos vuelve a dar esperanza aquí. Él nos ofrece quitarnos estas cargas cuando venimos a
confesarnos. Y solo tiene cinco pasos:
▪ Examen de conciencia: reconocer los pesos que llevamos, que son nuestros pecados.
▪ Dolor de los pecados: recordar que Jesús es quien nos los puede quitar, confiar en Él, y, por eso, venir
a la confesión.
▪ Confesar los pecados: soltar esos pesos (pecados), en una conversación con Jesús por medio del
sacerdote y recibir la absolución (una oración que hace el sacerdote para perdonar los pecados y
pedir la ayuda del Espíritu Santo).
▪ Propósito de enmienda: intención firme de no volver a cargarnos de nuevo con esos pesos.
▪ Cumplir la penitencia u ofrecimiento que nos diga el sacerdote por nuestra confesión.

Para el catequista:
Dicho esto, se invita a los chicos a que miren el Crucifijo y dejen en un recipiente previamente colocado al pie de la
cruz, las piedras. Si en vez de piedras se usan los papelitos, se pueden escribir algunos de los fallos/pecados que los
chicos quieran dejar atrás. Se les puede ayudar: desobediencia, mentiras, peleas, malas palabras, fiaca, etc.
También es propicio invitar y organizar que los niños puedan CONFESARSE.

5
CUARTO ENCUENTRO: Razón de nuestra esperanza
CATEQUESIS SOBRE LA ENCARNACIÓN
Ambientación: tener preparado frente al altar un pesebre, para explicarles cómo Jesús llega al mundo y cómo
Jesús se queda con nosotros.
Se pueden utilizar las siguientes citas bíblicas: nacimiento de Jesús (pesebre) Lc 2, 1-20; última cena (altar)
Mt 26, 17-29 o Mc 14, 12-25 o Lc 22, 7-20.

Explicación sugerida:
El nacimiento de Jesús, junto con su resurrección, son las dos buenas nuevas que han llenado de esperanza
a toda la humanidad.
Lo más genial es que justo aquí, en el altar, esta noticia vuelve a ocurrir cada vez que se celebra la Misa.
Jesús nace entre los paños del altar, sobre el paño corporal, para que todos nosotros nos alegremos y
quedemos llenos de su presencia.
Nos dice la Palabra que se llenó de gloria aquel lugar, pues aquí en el presbiterio (el lugar donde se encuentra
el altar de la Misa), sobre este altar, el Espíritu Santo baja en el momento de la consagración (cuando nos
arrodillamos en la Misa) y lo llena de su presencia. Por eso nos ponemos en actitud de adoración, Jesús
vuelve a nacer sacramentalmente. Pero más impresionante aún, cuando los cristianos recibimos la
comunión, así como nuestra madre, la Virgen María, recibió dentro de ella a Jesús en su vientre (a esto se le
llama Encarnación), nosotros recibimos a Jesús y Él se une a nosotros. O sea, después de la comunión los
cristianos llevamos dentro a Jesús, como si naciera nuevamente, pero esta vez en nuestro interior. De
manera que cada vez que comulgamos es Navidad para nosotros. Y no sólo eso, la Palabra dice que los
ángeles cantaron el Gloria. Nosotros los domingos y las fiestas, durante la Misa entonamos el himno del
Gloria. Así recordamos este gran acontecimiento.
Ahora bien, no olvidemos la última parte. Los pastores, una vez que los ángeles desaparecieron y ellos
escucharon aquella gran noticia de la llegada del Hijo de Dios, se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues…».
Nosotros al terminar la Misa, escuchamos al sacerdote decir: «pueden ir en paz…». Esto significa
exactamente lo mismo: después de recibir a Jesús y su Buena Noticia, los cristianos salimos en camino a
anunciar lo que hemos visto y oído y nos comprometemos con Jesús a colaborar en su Iglesia.
El año jubilar es también una forma de renovar e incluso reforzar nuestro compromiso con Jesús. Piensa en
algo en lo que quieras mejorar o en algo en lo que quieras ayudar, tal vez en casa, tal vez en catequesis…
Entonces, ¿a qué te comprometes?

La oración final es la del Jubileo (Anexo) y algún canto conocido por todos (opcional).

6
QUINTO ENCUENTRO: Peregrinación y compromiso
CATEQUESIS DE LOS BASTONES
Ambientación: cada niño debe traer de la casa un palo o bastón de madera (pueden ser los de escoba); con
los bastones de madera (palos), se los invitará a la reflexionar sobre un paseo por el campo, haciendo alusión
a que es importante llevar un apoyo para el camino y a que muchas personas que van de excursión a pie por
el campo suelen llevar bastones para apoyarse. Se puede hacer el gesto caminando alrededor de la capilla o
patio.
El año jubilar es también un camino que la Iglesia nos propone para reforzar el apoyo que recibimos del
Espíritu Santo, fortaleciendo principalmente la esperanza que nos ha dado Jesús por su nacimiento.
Como último gesto se puede caminar desde la entrada del templo hasta el altar, como signo de caminar hacia
Jesús.

El catequista invita a los chicos a pensar:


¿Cuáles son aquellas cosas que pueden ser apoyo para el camino?:
La oración, la Virgen María, el amor, la caridad, la fe, la Palabra de Dios, la familia, los buenos amigos en
Jesús, la catequesis, la parroquia, etc.
Pero estos bastones tienen una razón de ser: ayudarnos a que podamos hacer el camino hasta Jesús.
Desde la puerta hasta el altar se señala un camino simbólico, explicando así que el año jubilar tiene también
ese sentido. Es un camino que nos lleva a Cristo, por eso nos da esperanza, porque es Jesús quien nos da el
gran regalo. Y este año jubilar, además de todo lo que hemos dicho, es también un bastón para conseguir
llegar a la meta final.
Ahora los chicos deben escribir en los bastones aquello que quieren que sea su apoyo (la oración, la Virgen,
etc.) durante el jubileo.

Para el catequista:
Los bastones se llevarán el día de la Misa de Domingo de Ramos, el 13 de abril, para hacer el signo de la peregrinación
y presentarlos a Jesús. Se los utilizarán también para el momento de hacer la peregrinación a Catedral y pasar por la
Puerta Santa.

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ANEXOS

ORACIÓN DEL JUBILEO


Padre que estás en el cielo,
la fe que nos has donado en
tu Hijo Jesucristo, nuestro hermano,
y la llama de caridad
infundida en nuestros corazones por el Espíritu Santo,
despierten en nosotros la bienaventurada esperanza
en la venida de tu Reino.

Tu gracia nos transforme


en dedicados cultivadores de las semillas del Evangelio
que fermenten la humanidad y el cosmos,
en espera confiada
de los cielos nuevos y de la tierra nueva,
cuando vencidas las fuerzas del mal,
se manifestará para siempre tu gloria.

La gracia del Jubileo


reavive en nosotros, Peregrinos de Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz
de nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos.
Amén.

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