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PERLS

El documento presenta una monografía sobre Fritz Perls, fundador de la Terapia Gestalt, destacando su vida, formación y contribuciones al campo de la psicología. Se exploran sus teorías sobre la responsabilidad personal y la integración del self, así como técnicas terapéuticas como la 'silla vacía' y el diálogo. La obra enfatiza la importancia de la conciencia en el presente y la conexión con las necesidades internas para lograr una salud psicológica.

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PERLS

El documento presenta una monografía sobre Fritz Perls, fundador de la Terapia Gestalt, destacando su vida, formación y contribuciones al campo de la psicología. Se exploran sus teorías sobre la responsabilidad personal y la integración del self, así como técnicas terapéuticas como la 'silla vacía' y el diálogo. La obra enfatiza la importancia de la conciencia en el presente y la conexión con las necesidades internas para lograr una salud psicológica.

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“Año del Bicentenario, de la consolidación de nuestra Independencia, y de la

conmemoración de las heroicas batallas de Junín y Ayacucho”

UNIVERSIDAD NACIONAL FEDERICO VILLARREAL

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

Monografía

Integrantes:

Benites Villagaray Angeles

Castillo Huamaní Brisa

Leandro Chávez Rodrigo

Asignatura:

Teoría Humanista

Docente:

José Ardiles

Lima – Perú

2024
Biografía:
Friedrich Salomon Perls, conocido como Fritz Perls. Es ampliamente reconocido como el
fundador de la Terapia Gestalt, un enfoque terapéutico que enfatiza la experiencia presente y la
responsabilidad personal. A lo largo de su vida, Perls fue un innovador en el campo de la
psicoterapia y su trabajo ha influido significativamente en diversas áreas de la psicología y la
terapia.
 Contexto histórico y cultural:
Nacido en 1893, es necesario situar el nacimiento de Perls en el contexto de la Alemania del
siglo XIX, una nación recién unificada bajo el liderazgo del Kaiser Guillermo II. Este período
estuvo marcado por un rápido desarrollo industrial, militarismo creciente y tensiones políticas
tanto internas como externas lo cual es víspera para la Primera Guerra Mundial. Tras la guerra,
Alemania entró en un período de inestabilidad política y económica conocido como la
República de Weimar (1919-1933). Este período estuvo caracterizado por hiperinflación,
desempleo masivo y conflictos políticos entre diferentes facciones ideológicas, incluyendo
comunistas y nacionalsocialistas. Fue en este contexto bastante abrumador que Perls comenzó
su formación en medicina y psicoanálisis. Durante la década de 1920, Berlín se convirtió en un
centro vibrante para el desarrollo del psicoanálisis. Sigmund Freud, aunque basado en Viena,
ejerció una gran influencia en la comunidad psicoanalítica de Berlín. Perls se involucró en este
movimiento, trabajando con figuras prominentes como Karen Horney y Wilhelm Reich. En
1933, Adolf Hitler y el Partido Nazi ascendieron al poder en Alemania, estableciendo un
régimen totalitario que promovía la ideología racista y antisemita. La persecución de judíos,
intelectuales y disidentes políticos se intensificó rápidamente. La Segunda Guerra Mundial
(1939-1945) tuvo un impacto profundo y devastador a nivel global, pero especialmente en
Europa. Durante esta época, Perls sirvió en el ejército sudafricano, experiencia que le permitió
observar y reflexionar sobre la naturaleza humana en situaciones extremas. La guerra resultó en
la destrucción de gran parte de Europa, la pérdida de millones de vidas y el Holocausto, que
exterminó a seis millones de judíos, incluyendo a muchos de los colegas y amigos de Perls. La
posguerra en Estados Unidos fue un período de prosperidad económica y crecimiento cultural.
Nueva York, en particular, se convirtió en un crisol de innovación intelectual y artística,
proporcionando el escenario perfecto para que Perls desarrollara y promoviera la terapia Gestalt.

 Vida personal y Formación:


Fritz Perls nació el 8 de Julio de 1893 en Berlín, Alemania, en una familia judía de clase media.
Nathan Perls, su padre, trabajaba como vendedor de vinos, y su madre, Amalia Ruhemman, fue
una de las primeras mujeres en estudiar medicina en Alemania. Fue el menor de sus hermanos,
Else y Grete.

Perls estudió medicina en la Universidad Friedrich Wilhem de Berlín, donde se especializó en


psiquiatría y neurología. Durante sus estudios, fue influenciado por los movimientos artísticos y
filosóficos de la época, incluyendo el expresionismo y el existencialismo. Continuó su
formación en el Instituto Psicoanalítico de Berlín, bajo la supervisión de figuras prominentes
como Karen Horney, con quien tuvo una relación, y Wilhelm Reich. Aquí, se familiarizó con las
ideas de Sigmund Freud, aunque más tarde se alejaría del psicoanálisis tradicional.

En 1929, Perls se casó con Lore Posner, conocida como Laura Perls, una psicoterapeuta y
psicóloga con quien desarrolló gran parte de su trabajo posterior. La pareja tuvo dos hijos,
Renate y Stephen.

 Vida profesional:

Con la creciente amenaza del nazismo, Perls y su familia emigraron a Sudáfrica en 1933. En
Sudáfrica, Fritz Perls trabajó en un hospital militar y en 1934 fundó en Instituto Psicoanalítico.
En 1942, publicó su primer libro, "Ego, Hunger and Aggression", que sentó las bases de su
crítica al psicoanálisis tradicional y comenzó a formular los principios de la terapia Gestalt. La
Terapia Gestalt se desarrolló como una alternativa al psicoanálisis, enfatizando la importancia
de la experiencia inmediata y la responsabilidad personal.

Vivió en Johannesburgo hasta 1946, año en que emigra a Nueva York y en 1950 funda un
Instituto Gestáltico. En su paso por Nueva York conoce a Paul Godman y Ralph Hefferline, con
quienes escribió "Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality", con este
libro consolidó la terapia Gestalt como una modalidad terapéutica y se difundió en todo
América.

Fritz se trasladó a la Costa Oeste, donde estableció el Instituto Gestalt en Cleveland (1953) y
trabajó en el Instituto Esalen en Big Sur, California (1964). Esalen se convirtió en un centro de
encuentro para el desarrollo de nuevas ideas en psicología y espiritualidad, y Perls fue una
figura central en este movimiento.
En sus últimos años, Fritz Perls se trasladó a Canadá. Aquí también funda una comunidad
gestáltica tipo Kihbout (1969). Continuó enseñando y practicando la terapia Gestalt hasta su
muerte el 14 de marzo de 1970 en Chicago, Illinois.

La teoría de Fritz Perls

La teoría de Fritz Perls se basa en la premisa de que cada individuo es responsable de su propia
existencia y tiene el poder de cambiar y crecer. Perls sostenía que una persona está compuesta
por diversas partes, como el cuerpo, la mente y las emociones, y consideraba que el objetivo de
la terapia es integrar estas partes en un todo coherente.

Este enfoque terapéutico enfatiza la importancia de vivir en el presente y de estar plenamente


consciente de lo que sucede en el momento actual, ya que, según Perls, muchas de nuestras
dificultades y conflictos provienen de la falta de conciencia y de la negación de nuestras propias
necesidades y deseos. En la terapia Gestalt, se utilizan técnicas como la "silla vacía", en la que
el cliente dialoga con una representación imaginaria de una persona o una parte de sí mismo,
con el fin de explorar y comprender mejor sus pensamientos, emociones y comportamientos.

Un ejemplo de esta técnica podría ser un cliente que lidia con sentimientos de culpa, quien, al
dialogar con una versión imaginaria de la persona involucrada, puede procesar sus emociones y
obtener una nueva perspectiva sobre su situación. La terapia Gestalt, por lo tanto, busca facilitar
la auto conciencia y la integración interna, permitiendo a los individuos superar sus conflictos y
vivir de manera más plena y auténtica.

La estructura de la personalidad en términos de centro y periferia


Para Fritz Perls, la salud psicológica y emocional de una persona está íntimamente ligada a su
capacidad para mantenerse en contacto con su self auténtico y sus necesidades básicas. Cuando
una persona se desconecta de su self, se produce una disonancia que Perls describe como una
pérdida del centro y una inmersión en la periferia de la personalidad. El centro representa el
núcleo genuino y auténtico del self, donde residen las verdaderas necesidades, deseos y valores
del individuo. Es desde el centro donde una persona puede experimentar y expresar su identidad
más profunda y auténtica. La periferia, por otro lado, abarca los aspectos más superficiales de la
personalidad, incluyendo los roles sociales, las conductas aprendidas y los mecanismos de
defensa. Cuando una persona opera predominantemente desde la periferia, su comportamiento
es más reactivo y menos auténtico, respondiendo más a las expectativas externas que a sus
necesidades internas.
La toma de consciencia disminuye y para volver a su estado natural, tiene que recuperar su
centro. Esto se relaciona en cómo la homeostasis de la persona influye en el entorno.
Dice que no somos seres aislados y que no podemos entendernos como una totalidad sin tener
en cuenta lo que nos rodea. La visión holística del ser humano y la homeostasis están vinculadas
a la percepción de la figura y el fondo de cada persona, la cual es diferente para cada individuo.
Las personas percibimos las cosas como un conjunto, como una totalidad, pero no podemos
percibir todo a la vez, por ejemplo, si estamos sentados en un parque, tendremos un conjunto de
animales, cosas, etc., que componen esa totalidad, pero según cada persona a cada uno le
resaltará, se le hará figura un pájaro, un árbol, una flor, etc., para cada la persona posee un
enfoque diferente.
Adicionando puntualmente tenemos que Es útil mencionar cómo las interrupciones en la toma
de consciencia y en el proceso de contacto, como la proyección, la retroflexión y la deflexión,
pueden llevar a una desconexión del centro y a la neurosis.
Proyección: Atribuir a otros sentimientos, pensamientos o deseos que son propios. Esto puede
distorsionar las relaciones interpersonales y llevar a conflictos.
Ejemplo: Sentir enojo hacia alguien, pero percibir que esa persona es quien está enojada
contigo.
Retroflexión: Dirigir hacia uno mismo sentimientos o impulsos que deberían ser expresados
hacia el exterior. Esto puede resultar en autoagresión y problemas psicosomáticos.
Ejemplo: En lugar de expresar enojo hacia alguien que te ha tratado injustamente, te reprimes y
te autocastigas.
Deflexión: Evitar el contacto directo y genuino con el entorno mediante la distracción o el
desvío de la atención. Esto impide experiencias plenas y auténticas.
Ejemplo: Cambiar de tema constantemente en una conversación para evitar hablar de tus
sentimientos verdaderos.
Confluencia: Pérdida de los límites entre el self y el entorno, donde el individuo no puede
distinguir entre sus propias necesidades y las de los demás. Esto lleva a la falta de identidad y
autonomía.
Ejemplo: Estar tan de acuerdo con los demás que pierdes de vista tus propias opiniones y
deseos.

Técnicas Terapéuticas
La terapia Gestalt utiliza diversas técnicas para ayudar a los individuos a reconectarse con su
centro y resolver interrupciones en su personalidad. Algunas de estas técnicas incluyen:
 Técnica de la Silla Vacía
La técnica de la silla vacía, desarrollada por Fritz Perls en la terapia Gestalt, se basa en el
principio fundamental de que los conflictos internos y las emociones reprimidas pueden
abordarse mediante la experiencia directa y la expresión auténtica. La terapia Gestalt enfatiza el
"aquí y ahora", es decir, la importancia de experimentar y confrontar sentimientos y
pensamientos en el momento presente. La técnica de la silla vacía facilita esta experiencia al
permitir que el individuo se enfrente de manera directa a aspectos de su vida que pueden estar
causando estrés o malestar.

Para su aplicación práctica la técnica se lleva a cabo de la siguiente manera:


En la reparación el terapeuta y el cliente acuerdan el foco del ejercicio. Puede ser una persona
específica con la que el cliente tiene un conflicto, un aspecto de sí mismo (como una parte
reprimida o criticada), o una situación abstracta.
En la configuración el cliente se sienta frente a una silla vacía en el espacio terapéutico. La silla
vacía representa a la persona o al aspecto del self con el que se desea trabajar.
Para el dialogo el cliente se dirige a la silla vacía como si estuviera hablando directamente con
la persona imaginada o el aspecto del self representado. Esta interacción puede incluir expresar
sentimientos reprimidos, hacer preguntas, o confrontar y resolver aspectos no resueltos.
En el cambio de Perspectiva el cliente puede ser invitado a cambiar de lugar y sentarse en la
silla vacía para adoptar la perspectiva de la otra persona o del aspecto del self. Esto permite que
el cliente explore y entienda la situación desde otro punto de vista.
Para la reflexión después de la interacción, el cliente y el terapeuta reflexionan sobre lo
ocurrido, discuten las emociones y pensamientos que surgieron, y exploran cómo estas
experiencias pueden integrarse en la vida diaria.
Entre sus beneficios encontramos:
Expresión Emocional: La técnica de la silla vacía proporciona un espacio seguro para expresar
emociones reprimidas que pueden ser difíciles de abordar en una conversación directa. Esto
ayuda a liberar tensiones emocionales y a facilitar el proceso de curación.
Clarificación de Pensamientos: Al dialogar con la silla vacía, el cliente puede aclarar sus
pensamientos y sentimientos sobre el conflicto o la situación en cuestión. Esta claridad puede
llevar a una mejor comprensión de los problemas y a la formulación de soluciones efectivas.
Resolución de Conflictos: La técnica permite al cliente enfrentar y resolver conflictos internos o
con otras personas de manera más directa. La capacidad de ver la situación desde diferentes
perspectivas puede facilitar la resolución de conflictos y la reconciliación.
Autoconocimiento: Al explorar y expresar diferentes aspectos de sí mismo a través de la
técnica, los individuos pueden obtener una mayor comprensión de sus propias motivaciones,
deseos y temores. Esto fomenta el autodescubrimiento y el crecimiento personal.
Desarrollo de la Empatía: Al adoptar la perspectiva de otra persona, el cliente puede desarrollar
una mayor empatía y comprensión hacia los demás, lo que puede mejorar las relaciones
interpersonales.
Consideraciones Adicionales
Es crucial que la técnica sea facilitada por un terapeuta capacitado, ya que puede despertar
emociones intensas. El terapeuta debe estar preparado para proporcionar apoyo emocional y
guía durante y después del ejercicio.
Aunque la técnica de la silla vacía se utiliza comúnmente en el contexto de terapia individual,
puede adaptarse para su uso en terapia de grupo o en talleres de desarrollo personal.
Para la reflexión posterior, después de la técnica, es importante realizar una reflexión detallada
sobre la experiencia. Esto ayuda a integrar las nuevas percepciones y sentimientos en la vida
diaria y a planificar los pasos a seguir para resolver los conflictos.

 Diálogo y Confrontación:

En la terapia Gestalt, el diálogo es una técnica fundamental que enfatiza la comunicación


auténtica entre el terapeuta y el cliente. Este proceso se centra en la autenticidad y la expresión
genuina de pensamientos y sentimientos, fomentando una relación terapéutica basada en la
confianza y la apertura. En lugar de enfocarse en el pasado o en preocupaciones futuras, el
diálogo en Gestalt se concentra en el momento presente, invitando a los clientes a explorar y
expresar lo que está ocurriendo en su vida actual. Este enfoque promueve la responsabilidad
personal, animando a los clientes a reconocer cómo sus propias acciones contribuyen a sus
experiencias y a asumir la responsabilidad de sus emociones y comportamientos. Además, el
diálogo en Gestalt no solo se basa en las palabras, sino también en cómo los participantes
interactúan, observando las dinámicas de relación que se manifiestan durante la sesión. A
menudo, los terapeutas utilizan técnicas para que los clientes experimenten sus emociones y
pensamientos en tiempo real, como el ejercicio del "diálogo de sillas", donde el cliente se sienta
en diferentes sillas para representar diferentes partes de sí mismo o de otras personas en su vida.

Por otro lado, la confrontación en la terapia Gestalt se entiende como un proceso de destacar y
explorar las incongruencias y contradicciones en el comportamiento o el discurso del cliente, sin
ser confrontativo de manera agresiva. La confrontación se utiliza para desafiar las percepciones
o creencias del cliente de una manera constructiva que fomente la autoexploración y el
crecimiento. Este enfoque ayuda a clarificar pensamientos y sentimientos al hacer preguntas o
señalar inconsistencias en el relato del cliente, facilitando así una mayor comprensión de sí
mismo y de sus problemas. La confrontación también tiene el objetivo de fomentar la
responsabilidad, ayudando a los clientes a tomar conciencia de cómo evitan enfrentar ciertos
aspectos de su vida y a asumir la responsabilidad por sus acciones y decisiones. Aunque la
confrontación desafía las incongruencias, se realiza en un marco de empatía y apoyo, buscando
descubrir y enfrentar verdades personales en lugar de hacer sentir mal al cliente. Este proceso
invita al cliente a explorar sus propias reacciones y sentimientos frente a la confrontación,
ayudando a descubrir patrones de comportamiento y a tomar decisiones más conscientes.

 Trabajar con Sueños:

Trabajar con sueños es una técnica utilizada en la terapia Gestalt para explorar y comprender el
contenido del inconsciente del cliente. En la Gestalt, los sueños se consideran una manifestación
de aspectos no reconocidos de la psique y una oportunidad para acceder a partes profundas del
ser. El trabajo con sueños en esta técnica se enfoca en la experiencia inmediata y la integración
de las emociones y significados asociados con el sueño.

Durante las sesiones, el terapeuta puede invitar al cliente a relatar un sueño reciente y a explorar
los detalles y emociones vinculadas a él. La técnica Gestalt no se limita a interpretar el sueño en
términos simbólicos tradicionales; en cambio, se busca que el cliente reviva y experimente el
sueño en el presente. Esto puede implicar que el cliente actúe las escenas del sueño, hable desde
diferentes personajes o elementos presentes en el sueño, o incluso se ubique en diferentes
posiciones para experimentar el sueño desde distintas perspectivas.

La intención de esta técnica es que el cliente tome conciencia de las partes de sí mismo que
emergen a través del sueño y cómo estas partes se relacionan con su vida cotidiana. Al
experimentar el sueño de manera vivencial, el cliente puede descubrir nuevas perspectivas sobre
sus emociones, conflictos y deseos, facilitando una mayor integración y comprensión de estos
aspectos en su vida consciente. Además, trabajar con sueños puede ayudar a los clientes a
identificar patrones recurrentes, temas o preocupaciones subyacentes que podrían estar
influyendo en su bienestar general.

En resumen, trabajar con sueños en la terapia Gestalt se centra en explorar la experiencia del
sueño en el presente y en integrar los descubrimientos emocionales y personales que surgen de
esta exploración. Esta técnica ofrece una manera de acceder a aspectos más profundos del
inconsciente y de fomentar la autocomprensión y el crecimiento personal.

 Fantasías Dirigidas:

Las fantasías dirigidas son una técnica utilizada en la terapia Gestalt para explorar y trabajar con
el mundo interno del cliente. Esta técnica se basa en la idea de que las fantasías y
visualizaciones pueden ofrecer una ventana hacia aspectos profundos de la psique y facilitar el
acceso a emociones, deseos y conflictos que no siempre están presentes en la conciencia.
En una sesión de terapia, el terapeuta puede guiar al cliente a través de una fantasía o
visualización estructurada, invitándolo a imaginar una situación o escenario específico. El
objetivo es crear un espacio en el que el cliente pueda explorar libremente sus pensamientos y
sentimientos asociados con la fantasía. Por ejemplo, el terapeuta podría pedir al cliente que se
imagine en un lugar seguro y tranquilo o que visualice un encuentro con una figura significativa
en su vida.

Durante el proceso, el terapeuta anima al cliente a prestar atención a los detalles sensoriales y
emocionales de la fantasía, tales como lo que ve, oye, siente y experimenta en el escenario
imaginado. Se puede pedir al cliente que interactúe con los personajes o elementos de la
fantasía, o que explore sus reacciones y sentimientos en relación con la situación. Esta técnica
permite que el cliente acceda a aspectos no expresados de su experiencia interna y que se
enfrente a temas o conflictos subyacentes de una manera creativa y segura.

Las fantasías dirigidas también pueden ser útiles para ayudar a los clientes a visualizar y ensayar
nuevas formas de enfrentar situaciones o desafíos en su vida. Al experimentar diferentes
respuestas y soluciones dentro de la fantasía, el cliente puede ganar una mayor claridad sobre
sus opciones y desarrollar nuevas perspectivas para abordar problemas en la realidad.

En resumen, las fantasías dirigidas en la terapia Gestalt son una herramienta para explorar el
mundo interno del cliente a través de visualizaciones guiadas. Esta técnica facilita el acceso a
emociones y deseos profundos, promueve la autocomprensión y puede ofrecer nuevas
perspectivas y soluciones a los desafíos personales.

 El trabajo con polaridades

En la terapia Gestalt se centra en explorar y reconciliar los aspectos opuestos o contradictorios


dentro de la personalidad del cliente. Fritz Perls utilizaba esta técnica para ayudar a los clientes
a reconocer y aceptar las diversas partes de sí mismos que pueden estar en conflicto o en
tensión. La idea es que, al identificar y trabajar con estas polaridades, los clientes pueden lograr
una mayor integración y equilibrio en su experiencia personal.

En una sesión, el terapeuta puede invitar al cliente a explorar diferentes aspectos opuestos de su
personalidad, como la parte de sí mismo que es segura y la que es insegura, o la parte que es
autoritaria y la que es sumisa. A través de la experiencia directa y el diálogo, el cliente se anima
a expresar y explorar estos aspectos en un entorno seguro y sin juicio. Esto puede implicar que
el cliente asuma diferentes roles o puntos de vista para experimentar y entender mejor estas
polaridades.

El objetivo del trabajo con polaridades es facilitar una mayor comprensión y aceptación de las
partes opuestas del yo, permitiendo al cliente integrar estas experiencias disociadas en una
identidad más cohesiva. Al reconocer y aceptar las polaridades, el cliente puede desarrollar una
mayor flexibilidad y equilibrio en su comportamiento y emociones, lo que contribuye a una
mayor autoaceptación y bienestar general.

Esta técnica también puede ayudar a los clientes a enfrentar y resolver conflictos internos, ya
que, al integrar las polaridades, pueden encontrar nuevas formas de enfrentar y manejar sus
desafíos y emociones. En última instancia, el trabajo con polaridades busca promover una
comprensión más completa y equilibrada de la propia identidad y facilitar el crecimiento
personal.

Integración del Self y el Entorno


La integración del self con el entorno es esencial para una vida equilibrada. Esto se logra
mediante:
 Autoconciencia: Promover una mayor conciencia de los propios pensamientos,
sentimientos y acciones. A medida que las personas se vuelven más conscientes de su
experiencia presente, pueden responder de manera más auténtica a su entorno.
Ejemplo: Ser consciente de una sensación de incomodidad en una situación social y explorar de
dónde proviene esa sensación.
 Contacto Genuino: Fomentar interacciones auténticas y significativas con el entorno.
Esto incluye ser sincero y transparente en las relaciones interpersonales.
Ejemplo: Expresar honestamente tus necesidades y deseos en una conversación en lugar de
ocultarlos.
 Ajuste Creativo: Ayudar a las personas a encontrar formas creativas de adaptarse a las
circunstancias cambiantes de su vida. Esto implica usar recursos internos y externos
para satisfacer sus necesidades de manera efectiva.
Ejemplo: Encontrar nuevas formas de abordar un problema personal utilizando habilidades y
conocimientos previamente no considerados.

Proceso de contactar

Perls, Hefferline y Goodman en 1951, plantean el proceso de contacto dividiéndolo en cuatro


etapas: pre-contacto, toma de contacto, contacto final y post contacto.

En la fase de pre-contacto, “el cuerpo es el fondo, el apetito o el estímulo ambiental es la figura.


Esta figura es algo consciente y se relaciona con lo que el organismo siente como una necesidad
emergente. Conforme esta necesidad se aclara, comienza a forma de figura mental que guía al
organismo hacia acciones que la satisfagan en su entorno. En esta etapa se produce la activación
del self, es el momento donde se inicia el proceso figura/fondo.

Un ejemplo sería cuando sientes sed (figura) mientras paseas por un parque (fondo). La
necesidad de hidratarte se vuelve clara y te enfocas en encontrar una fuente de agua o una tienda
cercana para satisfacer esa necesidad.

En la fase de toma de contacto, el organismo interactúa con su entorno para encontrar lo


necesario para satisfacer una necesidad. Esto implica dos procesos: orientación y manipulación.
Primero, con la orientación, el organismo explora y localiza elementos en su entorno que
pueden satisfacer su necesidad. Luego, con la manipulación, selecciona y rechaza esos
elementos, eligiendo cuáles son útiles y cuáles no para satisfacer la necesidad. “La formación de
formas exige el reencuentro con el entorno, exige elecciones y rechazos de lo que del entorno
será apto para satisfacer el proceso”, esto quiere decir que, este proceso requiere tomar
decisiones sobre qué elementos del entorno son adecuados para completar el proceso de
satisfacción de la necesidad.

Un ejemplo puede ser, en un concierto sientes la necesidad de encontrar el mejor lugar para
disfrutar el show. Primero, observas toda la zona (orientación) y luego eliges un lugar con buena
vista y cómodo (manipulación).

En la etapa de "contacto final", el individuo está completamente inmerso en la experiencia y su


conciencia está en su punto más alto. Aquí, ocurre un intercambio profundo con el entorno,
donde la persona asimila lo que necesita, como información, emociones o experiencias. Si este
intercambio es positivo o "nutritivo", contribuye al crecimiento personal. Durante este proceso,
la distinción entre el individuo y el entorno se difumina, lo que Robine llama "confluencia
sana". Es un momento en el que la persona se siente conectada con lo que experimenta,
logrando una plena realización al satisfacer su necesidad.

Por ejemplo, cuando un músico toca en un concierto y está concentrado en la música. En ese
momento, se siente conectado con los instrumentos y con el público. Esta conexión profunda
alimenta su pasión y crecimiento como artista.

En la fase de post-contacto, el organismo integra y asimila los elementos del entorno que ha
adquirido durante el contacto final. Este proceso es mayormente inconsciente y lleva al
crecimiento y desarrollo del individuo. Según Perls y sus compañeros, después del contacto, el
organismo experimenta un aumento de energía debido a los nuevos elementos asimilados. La
"frontera-contacto", que se había disuelto durante el contacto final, se restablece ahora con esta
nueva energía. Los elementos asimilados se incorporan al organismo, contribuyendo a su
autorregulación, como un nuevo aprendizaje, hábito o reflejo condicionado. Este proceso
permite al organismo adaptarse y mejorar su funcionamiento en respuesta a las experiencias
vividas.

Un ejemplo de esta fase es cuando vas a una clase de cocina y aprendes nuevas recetas y
técnicas culinarias. Después de la clase, aunque no estés pensando constantemente en cada
técnica aprendida, empiezas a aplicarlas de manera natural cuando cocinas en casa. Ahora haces
cortes más precisos de carnes o vegetales y la forma de sazonar también la perfeccionas

Interrupción del contacto

Sin embargo, Perls describe que existen cinco formas en la que se ve interrumpido el contacto,
también llamados mecanismos de defensa, estos son: confluencia, introyección, proyección,
retroflexión y egotismo.

La proyección es un mecanismo en el cual una persona anticipa características o situaciones del


entorno basándose en sus propias experiencias o sentimientos. En una proyección saludable,
esta anticipación, como la intuición, es consciente y puede ayudarnos a prepararnos para lo que
viene. Sin embargo, en una proyección patológica, la persona no se da cuenta de que está
atribuyendo sus propios sentimientos o problemas al entorno, creyendo que estos son externos.
Esto puede llevar a sentirse víctima de las circunstancias, sin reconocer que muchas de las
percepciones negativas provienen de su propia mente, como interpretar críticas inexistentes
debido a inseguridades personales.

Un ejemplo de proyección es cuando alguien se siente inseguro y piensa que otros lo están
criticando, aunque no lo estén haciendo. Cree que las críticas vienen de los demás, cuando en
realidad es su propia inseguridad la que lo hace sentir así.

La introyección es un mecanismo de interrupción por el cual una persona adopta patrones,


actitudes y modos de pensar de otros, sin cuestionarlos ni adaptarlos a su propia identidad. Es
como "tragarse" ideas externas sin masticarlas ni asimilarlas. Esto puede llevar a que una
persona acepte creencias o comportamientos que no le pertenecen o que incluso contradicen sus
propias ideas y valores. A diferencia de la asimilación, donde el individuo decide
conscientemente qué aceptar y qué rechazar, en la introyección no hay un proceso de selección;
se absorbe todo de manera indiscriminada. Esto puede resultar en una pérdida de autenticidad,
donde la persona se siente poco conectada con su verdadero yo, ya que las influencias externas
han invadido tanto su espacio interno que queda poco de su propia identidad.

Por ejemplo, cuando alguien adopta una postura política por las opiniones de su familia y
amigos, se deja llevar por lo que ellos piensan en lugar de investigar o tener su propia opinión.
Tal vez ni siquiera está de acuerdo, pero acepta esas creencias como propias.

La confluencia es un estado en el que una persona no distingue entre lo que es suyo propio y lo
que proviene del entorno. Esto puede llevar a una falta de comunicación o contacto genuino con
el mundo exterior. En el contexto de la terapia Gestalt, durante el "contacto final", una
confluencia temporal es considerada sana, ya que se da un momento de completa integración
con la experiencia o situación presente. Sin embargo, la confluencia se vuelve patológica
cuando la persona no logra separarse de la situación después de este momento, quedando
atrapada y bloqueando el surgimiento de nuevas necesidades o deseos. Esto impide que el
proceso de contacto ocurra de manera espontánea y creativa, lo que es esencial para el
crecimiento personal y la adaptación al entorno.

Un ejemplo de confluencia es cuando una persona se adapta a un grupo de amigos, adopta sus
opiniones y comportamientos. Esto podría ser positivo porque la persona disfruta la compañía y
forma una conexión con su grupo de amigos. Pero, si esto se prolonga puede ser perjudicial, ya
que empieza a ignorar sus propias necesidades.

En algunas situaciones, la retroflexión puede ser sana, como cuando una persona decide
contener su ira para evitar un conflicto en un entorno social, mostrando autocontrol. Sin
embargo, cuando la retroflexión se vuelve patológica, la persona evita el contacto con el entorno
y vuelve su energía contra sí misma. Esto puede manifestarse en comportamientos
autodestructivos, como autoagresiones, desórdenes alimenticios o conductas de riesgo. En estos
casos, en lugar de expresar sentimientos o necesidades hacia el exterior, la persona los
internaliza, lo que puede llevar a problemas emocionales y físicos.

Un ejemplo de retroflexión es cuando alguien se enoja con un amigo, pero no lo expresa. En


lugar de conversar con él sobre su molestia, se autocastiga con pensamientos negativos o se
aísla. Esta energía negativa se dirige hacia sí mismo, causando malestar emocional.
El egotismo, en el contexto de la terapia Gestalt, se refiere a una actitud en la que una persona
busca certezas y seguridad tras tener una experiencia significativa. En su forma saludable, el
egotismo ayuda a una persona a entender y establecer límites entre sí misma y el entorno,
permitiendo una evaluación cuidadosa de lo que ha ocurrido. Esto puede proteger al individuo
de posibles peligros o fracasos y ayudar a asimilar lo útil para su crecimiento personal. El
egotismo sano permite una pausa reflexiva, frenando el proceso de contacto final, pero sin
rechazar la experiencia en sí.

Sin embargo, en su forma patológica, el egotismo se convierte en una deliberación excesiva y


una prudencia extrema, donde la persona se retira de la experiencia antes de que esta pueda ser
completamente asimilada. Esto significa que, aunque la persona parezca involucrada en una
actividad o experiencia, no se entrega completamente a ella, evitando aprender de la situación.
Esta retirada prematura impide que el individuo logre una satisfacción completa y que asimile
plenamente la experiencia en su self, bloqueando el crecimiento personal y la adaptación.

Psicoterapia Gestalt

La terapia Gestalt es un modo de psicoterapia que se enmarca en la psicología humanista, la


cual postula que los individuos poseen la capacidad inherente para resolver sus propios
problemas y alcanzar la autorrealización. En este enfoque terapéutico, el rol del terapeuta es el
de un facilitador que guía al paciente en un viaje de autoconocimiento y autodescubrimiento, en
lugar de proporcionar soluciones directas o prescribir comportamientos específicos
El terapeuta gestaltiano se centra en el "aquí y ahora", enfatizando la experiencia presente del
individuo. Esto significa que, aunque los eventos pasados y las proyecciones futuras pueden
discutirse, se hace para entender cómo influyen en la vida del paciente. La terapia busca que el
paciente se dé cuenta de cómo su pasado y sus expectativas están moldeando su presente, y
cómo pueden estar limitando su potencial (Vásquez, 2003).

La terapia Gestalt utiliza una variedad de técnicas para ayudar a los pacientes a explorar sus
pensamientos, sentimientos y comportamientos. Estas técnicas pueden incluir el diálogo de
sillas, el trabajo con sueños, ejercicios de conciencia corporal y experimentos terapéuticos
diseñados para fomentar la toma de conciencia y la expresión emocional.

El objetivo principal de la terapia Gestalt es promover la integración de los aspectos


fragmentados de la personalidad, permitiendo al individuo experimentar una mayor congruencia
y autenticidad en su vida. Al hacerlo, se busca que el paciente se convierta en un participante
activo en su propio proceso de curación y crecimiento personal.

En la terapia Gestalt, se explora cómo las experiencias pasadas, como un duelo no superado por
una pérdida o una ruptura sentimental, pueden seguir teniendo un impacto en el presente, a
pesar de pertenecer al pasado. Por ejemplo, una película puede evocar recuerdos del pasado,
mientras que las preocupaciones sobre el futuro pueden paralizar al individuo. Esto se ve en
situaciones como los jóvenes que posponen la finalización de sus estudios o la búsqueda de
empleo debido al temor a las responsabilidades de la vida adulta.

La terapia Gestalt pone un gran énfasis en la conciencia, la habilidad de cada persona para
reconocer lo que ocurre en su interior y en el mundo que lo rodea. Establecer contacto con uno
mismo y reconocer genuinamente lo que se siente y desea es fundamental para lograr los
objetivos personales.

Los tres principios fundamentales de la Terapia Gestalt son:

1. El presente: aquí y ahora

En la Terapia Gestalt, se hace hincapié en lo que está ocurriendo en el momento actual,


incluyendo las emociones presentes. Aunque los eventos y sentimientos del pasado no se
ignoran, se consideran en el contexto de cómo influyen en nuestra experiencia actual.

Durante una sesión, un cliente podría estar hablando sobre un conflicto en el trabajo. En lugar
de centrarse únicamente en los detalles del conflicto, el terapeuta gestaltiano invitaría al cliente
a explorar cómo se siente en este momento al hablar del conflicto, qué sensaciones corporales
experimenta y qué emociones surgen en el presente.

Ejemplo: En lugar de hablar de eventos pasados, el terapeuta puede preguntar, "¿Qué estás
sintiendo en este momento mientras hablamos de esto?"

2. Atención y aceptación de la experiencia

Este principio se refiere a la importancia de ser conscientes de cómo las emociones y los
estímulos del entorno impactan en nosotros, y cómo respondemos a ellos. Implica reconocer que
somos parte activa de nuestro entorno, recibiendo influencias y reaccionando a ellas.
Un cliente podría estar describiendo una sensación de tristeza que le embarga. El terapeuta
podría invitarlo a prestar atención a esa tristeza, a observarla sin juzgarla, y a explorar cómo se
manifiesta en su cuerpo y en sus pensamientos. De esta manera, el cliente aprende a aceptar y a
estar presente con sus experiencias emocionales.

El darse cuenta se puede dividir en 3 aspectos:

1. Darse cuenta de sí mismo: Esto se refiere a prestar atención a lo que ocurre en nuestro
interior, como las sensaciones, emociones y sentimientos. Por ejemplo, notar cómo se siente el
corazón cuando estamos contentos o sentir la tensión en el estómago cuando estamos nerviosos.

2. Darse cuenta del mundo exterior: Aquí nos enfocamos en lo que pasa a nuestro alrededor,
utilizando nuestros sentidos para percibir el mundo exterior. Por ejemplo, ver los colores de un
atardecer, escuchar el sonido de la lluvia o sentir la suavidad de una almohada.

3. Darse cuenta de la zona intermedia: Esta parte trata sobre nuestra mente y lo que pasa en ella,
como pensar, imaginar y recordar. Por ejemplo, planear una fiesta en nuestra cabeza, recordar
una película que vimos o imaginar cómo sería ser un astronauta.

Estos tres aspectos del "darse cuenta" son importantes para entender mejor quiénes somos y
cómo interactuamos con el mundo que nos rodea. Al desarrollar una mayor conciencia en estos
tres aspectos, los individuos pueden empezar a entender mejor sus patrones de comportamiento
y las dinámicas emocionales que influyen en su vida diaria, lo que les permite tomar decisiones
más informadas y vivir de manera más auténtica.

3. La responsabilidad de nosotros mismos

Este principio abarca nuestra responsabilidad sobre lo que sentimos, pensamos y decimos. En
relación con el segundo principio, somos parte del entorno y somos responsables de nuestras
emociones y acciones (pensamientos, actos y palabras).

Si un cliente se queja de que su pareja no le presta suficiente atención, el terapeuta podría


ayudarle a identificar cómo él mismo contribuye a la dinámica de la relación. Por ejemplo,
podrían explorar si el cliente ha expresado sus necesidades de manera clara y directa, o si ha
asumido responsabilidades por sus propios sentimientos y reacciones ante la situación.
Estos principios nos permiten trabajar en la Terapia Gestalt para identificar las opciones que
tenemos para modificar aquellos aspectos de nuestra vida que nos causan malestar, como la
angustia, la desesperanza o la depresión. La terapia nos ayuda a reconocer que tenemos un
amplio rango de posibilidades para abordar estos sentimientos y situaciones.

Otro punto importante para Fritz Perls en la terapia Gestalt son las fases del ciclo de las
necesidades. El ciclo de las necesidades en terapia Gestalt se divide en 6 fases que pueden verse
interrumpidas consciente o inconscientemente. Ser capaces de completar el ciclo de nuestras
necesidades puede evitar situaciones que puedan generar un desequilibrio en la persona y sus
relaciones; evitando así, desde discusiones hasta la posible desensibilización de algo que es
importante para nosotros (Zinker 2000).

Se puede decir que una Gestalt está satisfecha cuando satisfacemos nuestra necesidad y
volvemos al punto de equilibrio o reposo.

La fase 1 del ciclo gestáltico, conocida como Sensación, es el primer paso en el proceso de
reconocimiento y satisfacción de una necesidad. En esta fase, una necesidad se manifiesta a
través de una sensación física en el cuerpo. Estas sensaciones pueden ser muy variadas, desde
un hambre leve hasta una sed intensa, desde una sensación de cansancio hasta una emoción
como la tristeza o la alegría.

Cuando una sensación surge, puede ser atendida de manera automática si la necesidad es simple
y no representa un conflicto para la persona. Por ejemplo, si sientes sed, puedes
automáticamente ir a buscar agua sin darle mucha importancia al proceso. En estos casos, la
persona está en sintonía con sus necesidades y responde a ellas de manera natural y eficiente.

Sin embargo, en otras situaciones, las sensaciones corporales pueden pasar desapercibidas o ser
ignoradas. Esto puede ocurrir por varias razones: la persona puede estar distraída, puede haber
aprendido a suprimir ciertas sensaciones, o puede que la necesidad no sea lo suficientemente
urgente como para interrumpir lo que está haciendo en ese momento.
Por ejemplo, alguien que está muy concentrado en una tarea importante puede ignorar las
señales de hambre hasta que se vuelven insoportables. Cuando esto sucede se le llama
desensibilización del ciclo gestáltico por ejemplo imaginemos a una persona que trabaja en un
entorno laboral muy estresante. Al principio, cada vez que su jefe le asignaba una tarea
imposible de cumplir en un plazo corto, esta persona sentía una intensa ansiedad y frustración.
Podía notar cómo su corazón se aceleraba, su respiración se volvía superficial y su estómago se
contraía. Sin embargo, con el paso del tiempo y la repetición constante de estas situaciones esta
persona comenzó a desensibilizarse a estas sensaciones. En vez de reconocer y expresar su
estrés y malestar, aprendió a suprimir sus emociones y a seguir trabajando sin quejarse, aunque
por dentro se sentía abrumada.

Un día, su jefe le pide que termine un proyecto complejo antes del final de la jornada laboral,
sabiendo que es una tarea que normalmente requeriría varios días. En lugar de expresar su
preocupación o negociar una extensión del plazo, simplemente asiente y se dirige a su
escritorio. A medida que trabaja, se da cuenta de que ya no siente la misma intensidad de
ansiedad que antes. En cambio, hay una especie de entumecimiento, como si su cuerpo y sus
emociones se hubieran ajustado para bloquear la sensación de estrés. Esta persona se mantiene
enfocada en su trabajo, pero en el fondo, sabe que esta desensibilización no es saludable. Está
evitando confrontar la fuente de su estrés y, como resultado, puede estar poniendo en peligro su
bienestar emocional y físico a largo plazo. Al no abordar la situación de manera directa y al no
permitir que sus necesidades sean escuchadas, corre el riesgo de que se acumulen más tensiones
y posibles problemas de salud relacionados con el estrés.

Este ejemplo ilustra cómo la desensibilización puede ser una respuesta aprendida a situaciones
estresantes repetitivas, lo que lleva a una disminución de la capacidad para registrar sensaciones
corporales o emocionales. Esto puede ser un mecanismo de afrontamiento a corto plazo, pero a
largo plazo puede impedir la resolución efectiva de problemas y el mantenimiento de la salud
emocional.

La clave en esta fase es la conciencia corporal. Para que el ciclo gestáltico avance, es necesario
que la persona se dé cuenta de la sensación y la reconozca como una señal de una necesidad. Si
la sensación pasa desapercibida, el ciclo se ve interrumpido y la necesidad no se satisface
adecuadamente, lo que puede llevar a tensiones o problemas en el futuro.

La fase 2 del ciclo gestáltico, llamada Consciencia, es el punto en el que la persona se da cuenta
de las sensaciones físicas que experimentó en la fase 1 y les atribuye un significado. Es el
momento en que las sensaciones corporales se conectan con la mente y se identifican como
indicadores de una necesidad específica.

En esta fase, la persona pasa de simplemente sentir una sensación a comprender qué es lo que la
causa. Por ejemplo, si alguien siente un dolor en el pecho, en la fase de consciencia se
preguntaría qué podría estar provocando ese dolor. Podría darse cuenta de que el dolor apareció
después de una discusión con un amigo y, por lo tanto, podría relacionarlo con una emoción
como la tristeza o la ansiedad.

De manera similar, en el contexto del enamoramiento, una persona podría sentir una serie de
sensaciones placenteras cuando piensa en alguien que le gusta. En la fase de consciencia, se
daría cuenta de que estas sensaciones están vinculadas a la presencia o al pensamiento de esa
persona, identificándolas como señales de atracción o deseo.

Otro ejemplo podría ser una persona que nota tensión en la espalda o los hombros. Al prestar
atención a esta sensación, se da cuenta de que esta tensión aparece o se intensifica cuando está
hablando de temas relacionados con el trabajo o pensando en sus responsabilidades laborales.
Esto le permite identificar el estrés laboral como la causa subyacente de su tensión muscular.

La fase de consciencia es crucial porque permite a la persona entender la naturaleza de su


necesidad y prepararse para tomar medidas al respecto. Sin esta comprensión, sería difícil saber
cómo proceder para satisfacer la necesidad o resolver la tensión subyacente.

La fase 3 del ciclo gestáltico, conocida como Energetización, es un momento crucial en el que
la persona se prepara para la acción. Después de haber reconocido y comprendido la naturaleza
de la necesidad durante las fases de Sensación y Consciencia, en esta fase se acumula la energía
necesaria para emprender una acción dirigida a satisfacer esa necesidad.

Es un período de deliberación y motivación interna, donde la persona considera las posibles


formas de abordar la situación. Aunque aún no se ha pasado a la acción física, esta fase es activa
en términos de pensamiento y emoción. La persona está evaluando opciones, planificando y
reuniendo el valor para dar el siguiente paso.

Por ejemplo, si alguien se da cuenta de que está enamorado y desea estar con la persona que le
gusta, en la fase de Energetización pensaría en cómo invitar a esa persona a una cita o cómo
iniciar una conversación significativa. Se imaginaría el escenario, consideraría el mejor
momento y lugar, y se prepararía emocionalmente para el posible rechazo o aceptación.

En el contexto laboral, si una persona está estresada o insatisfecha con su trabajo, en esta fase
podría considerar diferentes cursos de acción. Podría pensar en buscar otro empleo, hablar con
su jefe sobre sus preocupaciones o incluso planificar cómo abordar una conversación difícil
sobre sus condiciones laborales.
La Energetización es como la cuenta regresiva antes del despegue; todo está listo, los planes se
han hecho, y la persona solo espera el momento adecuado para pasar a la acción. Esta fase es
esencial para asegurar que la acción que se tome sea deliberada, considerada y tenga más
probabilidades de éxito en la satisfacción de la necesidad identificada.

La fase 4 del ciclo gestáltico, denominada Acción, es el momento en que la persona pasa de la
planificación y la preparación a la ejecución real de lo que ha ideado en la fase de
Energetización. Es aquí donde se materializan los pensamientos y las intenciones, y donde la
persona toma medidas concretas para satisfacer la necesidad identificada.

En esta fase, la energía acumulada y la motivación se traducen en comportamientos específicos.


Por ejemplo, si alguien decidió invitar a salir a quien le gusta, en la fase de Acción es cuando
descolgarían el teléfono, marcarían el número y pronunciarían las palabras para invitarla. Del
mismo modo, si una persona está insatisfecha en su trabajo y ha considerado buscar otro
empleo, en esta fase es cuando comenzaría a actualizar su currículum, a buscar ofertas de
trabajo y a enviar solicitudes.

La fase de Acción es crucial porque es el punto en el que se produce el cambio tangible. La


persona sale de su zona de confort y se enfrenta a la realidad externa, lo que puede implicar
riesgos y la posibilidad de éxito o fracaso. Sin embargo, independientemente del resultado,
actuar es un avance significativo en el proceso de satisfacción de la necesidad.

Esta fase requiere coraje y compromiso, ya que puede haber consecuencias que enfrentar y
barreras que superar. Pero al mismo tiempo, es en la Acción donde se encuentran las soluciones
y donde se puede experimentar el alivio de haber hecho algo para mejorar una situación.

En resumen, la fase de Acción es el momento de la verdad, donde las intenciones se ponen a


prueba y donde se sientan las bases para el contacto con la realidad externa, que es el siguiente
paso en el ciclo gestáltico.

La fase 5 del ciclo gestáltico, llamada Contacto, es el punto culminante en el que la acción de la
fase anterior resulta en satisfacer la necesidad identificada. Es aquí donde la persona
experimenta el encuentro directo con lo que ha motivado su ciclo de necesidades, ya sea una
persona, una situación o una experiencia específica.
Es importante destacar que no todas las acciones conducen necesariamente al contacto
verdadero. El contacto genuino ocurre cuando la acción es efectiva para resolver la necesidad y
produce un cambio significativo en la experiencia de la persona. Este cambio puede ser
emocional, cognitivo o conductual, y marca la diferencia entre realizar una acción y hacerlo de
una manera satisfactoria y completa.

Por ejemplo, en el contexto del enamoramiento, el contacto se produce cuando la persona que
ha expresado su interés romántico recibe una respuesta de la persona amada. Escuchar su voz o
estar en una cita puede ser profundamente satisfactorio y puede alimentar la conexión
emocional que se estaba buscando.

En el ámbito laboral, si un empleado ha solicitado una reunión con su jefe para discutir un
problema, el contacto se da cuando se lleva a cabo esa reunión y se llega a una solución que
alivia las preocupaciones o las dificultades que el empleado estaba experimentando.

El resultado del contacto es el cambio. Este cambio puede ser la resolución de un conflicto, el
establecimiento de una nueva relación, el alivio de una tensión o la satisfacción de un deseo. El
contacto es el momento en que la persona experimenta la transformación que ha estado
buscando a lo largo del ciclo gestáltico.

La fase de Contacto es el momento de la verdad en el que se pone a prueba la eficacia de las


acciones tomadas. Es aquí donde se sella el éxito del ciclo de necesidades, ya que se
experimenta directamente la satisfacción o resolución de la necesidad, lo que prepara el camino
para el reposo y la preparación para el siguiente ciclo.

La fase 6 del ciclo gestáltico, conocida como Reposo, es un período de descanso y


rejuvenecimiento después de que la necesidad haya sido satisfecha a través del contacto en la
fase anterior. Esta fase es crucial para completar el ciclo y prepararse para enfrentar nuevas
necesidades en el futuro.

Una vez que se ha experimentado el contacto y se ha satisfecho la necesidad, es importante


retirarse y permitir que el sistema se calme y se recupere. El Reposo es un estado de
tranquilidad y equilibrio, donde la persona puede asimilar la experiencia y los cambios
resultantes del contacto.
Durante esta fase, la persona se toma un tiempo para sí misma, alejándose temporalmente de la
búsqueda activa de satisfacer necesidades. Esto permite que la energía se renueve y que la
mente y el cuerpo se preparen para futuros desafíos. El Reposo es tanto el final de un ciclo
como el inicio de otro, ya que desde este estado de calma pueden surgir nuevas sensaciones que
indiquen la presencia de nuevas necesidades.

Entre el contacto y el reposo, existe una fase intermedia llamada Realización. En esta etapa, la
persona se permite disfrutar plenamente de los resultados del contacto. Por ejemplo, después de
una cita exitosa con alguien que le gusta, la persona se tomaría un tiempo para saborear la
experiencia, disfrutar de la conexión y la satisfacción emocional que proviene de ello.

La Realización es importante porque permite a la persona reconocer y valorar el logro de sus


necesidades. Esto contribuye a un sentido de plenitud y satisfacción, lo que a su vez fortalece la
capacidad de la persona para abordar nuevas necesidades con confianza y eficacia.

Entonces, la fase de Reposo es esencial para cerrar el ciclo gestáltico y para la preparación
mental y emocional de la persona. Permite la integración de la experiencia, la recuperación de la
energía y el establecimiento de una base firme para futuras necesidades. La Realización, como
parte de este proceso, asegura que la persona aproveche al máximo la satisfacción de sus
necesidades, lo que contribuye a un sentido de bienestar y crecimiento personal.

Polaridades

El concepto de polaridades es esencial en la terapia Gestalt. Este concepto se refiere a los


aspectos opuestos o complementarios que coexisten dentro de cada individuo. En lugar de ver
estas cualidades como contradicciones, la terapia Gestalt las reconoce como partes integrales de
la experiencia humana. La idea es que la salud y el bienestar se logran cuando se acepta y se
integra la totalidad de estas polaridades en lugar de negar o suprimir alguna de ellas.
Por ejemplo, una polaridad común es la de ser flexible y ser firme. Una persona puede verse a sí
misma como excesivamente flexible, lo que puede llevarla a ser fácilmente influenciable o a no
establecer límites saludables. Por otro lado, si se ve a sí misma como excesivamente firme,
puede tener dificultades para adaptarse a los cambios o para ser empática con los demás. La
terapia Gestalt busca ayudar a la persona a encontrar un equilibrio entre estas dos cualidades, de
modo que pueda ser flexible cuando sea necesario y firme cuando la situación lo requiera.

Otro ejemplo de polaridad es la de ser alegre y ser triste. Es natural experimentar tanto la alegría
como la tristeza como respuestas a las circunstancias de la vida. Sin embargo, algunas personas
pueden reprimir su tristeza por considerarla indeseable o debilitante, lo que puede llevar a una
expresión emocional incompleta y a una falta de autenticidad en las relaciones. La terapia invita
a explorar y aceptar tanto la alegría como la tristeza, permitiendo que cada emoción sea
experimentada y expresada de manera saludable.

La terapia Gestalt también se enfoca en la recuperación de emociones que han sido consideradas
negativas o indeseables, como la agresividad o el deseo sexual. Estas emociones son vistas
como naturales y necesarias para el funcionamiento humano. La terapia anima a los individuos a
reconocer y expresar estas emociones de manera adecuada, liberándolas de las limitaciones
autoimpuestas y permitiéndoles vivir de manera más completa y auténtica.
Opinión critica

Consideramos que la teoría de Fritz Perls y la Terapia Gestalt proporcionan un enfoque humano
en psicoterapia, centrado en la autoconciencia y la integración de diferentes aspectos de la
personalidad a través de técnicas como la "silla vacía". Este énfasis en vivir en el presente y
asumir la responsabilidad personal es útil para la autocomprensión y la resolución de conflictos.

Sin embargo, tenemos algunas críticas. En primer lugar, el enfoque en el "aquí y ahora" puede
no ser suficiente para quienes enfrentan traumas profundos o problemas persistentes que
necesitan explorar el pasado. Además, aunque la idea de integrar cuerpo, mente y emociones es
atractiva, puede resultar demasiado abstracta y no siempre se traduce en prácticas terapéuticas
concretas que sean efectivas para todos.

La clasificación de mecanismos de defensa como proyección, introyección y otros puede ser


útil, pero también puede ser vista como demasiado rígida y no reflejar la complejidad de las
experiencias individuales. La explicación del ciclo de necesidades y el concepto de
desensibilización también pueden parecer simplificados, y la noción de polaridades podría no
capturar toda la riqueza de las emociones humanas.

En resumen, aunque apreciamos el enfoque integral y el énfasis en el presente, creemos que la


Terapia Gestalt podría beneficiarse de una combinación con otros métodos que exploren más a
fondo el pasado y el desarrollo personal. Un análisis más equilibrado y una consideración de las
limitaciones y aplicaciones específicas del enfoque proporcionarían una visión más completa y
práctica para resolver conflictos y fomentar el crecimiento personal.

¿Cómo podría ser útil la técnica en nuestro medio?


La terapia Gestalt fomenta una mayor conciencia de los procesos internos y de las interacciones
con el entorno, lo que puede conducir a un profundo autoconocimiento y a una mejor
comprensión de las dinámicas personales y relacionales. Al prestar atención al "aquí y ahora",
las personas pueden identificar patrones de pensamiento y comportamiento que pueden estar
limitándolas. Al abordar los conflictos internos y las tensiones emocionales, la terapia Gestalt
ayuda a encontrar soluciones más saludables y satisfactorias al proporcionar un espacio seguro y
controlado donde las personas pueden enfrentar y procesar traumas pasados. Esto permite que
las emociones reprimidas salgan a la superficie, permitiendo a los individuos sanar y liberarse
del peso del pasado. A través de esta exploración y procesamiento de emociones, se pueden
resolver conflictos tanto pasados como presentes.

Además, la terapia Gestalt anima a expresar pensamientos y sentimientos de manera abierta y


honesta, mejorando significativamente la comunicación en todas las áreas de la vida, desde las
relaciones personales hasta el ámbito profesional. Al abordar problemas de salud mental como
la ansiedad, la depresión y los trastornos de personalidad, la terapia Gestalt contribuye a mejorar
el bienestar emocional y psicológico al tratar tanto los síntomas como las causas subyacentes.
La eficacia de la terapia Gestalt depende de la disposición del individuo a participar activamente
en el proceso terapéutico.

Un aspecto fundamental de la terapia Gestalt es su énfasis en la responsabilidad personal. Los


individuos son alentados a asumir la responsabilidad de sus pensamientos, sentimientos y
acciones, lo que les permite tener un mayor control sobre sus vidas y tomar decisiones más
conscientes. Esta toma de responsabilidad personal facilita el empoderamiento y la autonomía,
lo que es crucial para el crecimiento y el desarrollo personal. La terapia Gestalt, al centrarse en
la experiencia presente, permite a las personas desarrollar una mayor capacidad para responder
de manera efectiva a las situaciones que enfrentan en su vida diaria.

La aplicación de la terapia Gestalt no se limita solo al entorno terapéutico. Sus principios


pueden ser aplicados en la vida cotidiana para mejorar la autoconciencia y las relaciones
interpersonales. Por ejemplo, en el ámbito laboral, los principios de la terapia Gestalt pueden
ayudar a mejorar la comunicación, la colaboración y la resolución de conflictos, lo que puede
conducir a un ambiente de trabajo más armonioso y productivo. En las relaciones personales, la
práctica de estar presente y ser auténtico puede fortalecer las conexiones y mejorar la intimidad
y la confianza entre las personas. En resumen, la terapia Gestalt ofrece herramientas valiosas
para el desarrollo personal y la mejora de la calidad de vida en diversos contextos.

Referencias
Clarkson, P., & Mackewn, J. (1993). Fritz Perls: Fundador de la terapia Gestalt. Editorial
Cuatro Vientos.

https://www.redalyc.org/pdf/213/21300711.pdf

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PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P. (1951): Gestalt Therapy: Excitement and
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Perls, F. S. (1973). El enfoque Gestáltico: Testimonio de terapia. Editorial Cuatro Vientos.

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Stange I & Lecona O (2014). Conceptos básicos de la psicoterapia Gestalt. https://fi-


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