Preguntas
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El planeta urbano
En resumen, el planeta urbano describe una realidad donde la mayoría de la población mundial vive en
ciudades, lo que implica una concentración de recursos y actividades, así como desafíos relacionados con la
planificación y la sostenibilidad.
Criterios funcionales: Consideran las actividades que realizan las personas que viven en la ciudad,
así como las relaciones entre localidades de diferente rango demográfico y complejidad funcional . Las
ciudades son lugares centrales que proporcionan empleo y servicios a su población y a otras áreas de
influencia.
Actividades no agrícolas: Las ciudades se caracterizan por una concentración de personas que no
se dedican principalmente al cultivo de la tierra.
Además de estos criterios, la ciudad se define como un espacio con funciones específicas:
Las ciudades se caracterizan por cumplir diversas funciones, entre las que destacan las de dirección y mando.
Estas funciones, que históricamente han estado presentes en las ciudades, se refieren a la concentración
de actividades políticas, económicas y religiosas.
Aquí hay algunos puntos clave sobre las funciones de dirección y mando:
Concentración del poder: Desde sus orígenes, las ciudades han sido lugares donde se concentra el
poder político, económico y religioso. Esta concentración de poder se manifiesta en el paisaje urbano
y es fácilmente identificable.
Huella en el paisaje: Las actividades de dirección y mando dejan una huella en el paisaje urbano,
haciendo que estas funciones sean reconocibles. Por ejemplo, el plano de ciudades como Aranjuez,
Versalles y Washington, con sus vías barrocas y calles en cuadrícula, refleja la organización del poder
político.
Símbolos del poder político: En el pasado, las fortalezas y castillos eran los principales símbolos del
poder político. Hoy en día, esta función está representada por la residencia del jefe de Estado y los
edificios de la administración, como el Parlamento y el Ayuntamiento. En las c apitales de Estado, los
ministerios y embajadas contribuyen a la definición de la morfología, personalidad funcional y ambiente
social de los barrios donde se concentran.
Función religiosa: La función religiosa también deja su huella en la estructura del plano y el paisaje
a través de catedrales, iglesias, mezquitas o sinagogas. Esto es especialmente notable en ciudades
consideradas capitales de grandes religiones o centros de peregrinación, como Roma, Jerusalén, La
Meca o Santiago de Compostela. Las catedrales e iglesias son hitos paisajísticos y elementos
importantes en la organización del espacio.
Evolución de las funciones: Las funciones predominantes en las ciudades no son estáticas, sino que
evolucionan y se modifican a lo largo del tiempo. Estos cambios se deben a factores como
innovaciones tecnológicas, variaciones en los sistemas de producción, y las ideologías y corrientes de
pensamiento que influyen en la organización del territorio.
En resumen, las funciones de dirección y mando son esenciales para comprender el papel de las ciudades
como centros de poder y organización, tanto en el ámbito político como económico y religioso. Estas funciones
se manifiestan en el paisaje urbano y evolucionan con el tiempo.
Las ciudades se caracterizan por una variedad de funciones, entre ellas las funciones productivas y de
servicio. Estas funciones son esenciales para satisfacer las necesidades de la población tanto dentro de la
ciudad como en sus áreas de influencia.
Funciones Productivas:
Las ciudades siempre han atraído a la industria debido a su rol como grandes mercados de consumo,
sus facilidades de comunicación, la abundancia y variedad de mano de obra, la disponibilidad
de capitales, y las oportunidades para el desarrollo de innovaciones tecnológicas.
Antes de la Revolución Industrial, los talleres artesanales se mezclaban con otras funciones urbanas
dentro de la ciudad. Sin embargo, a partir del siglo XIX, la actividad industrial se concentró en fábricas
cerca de instalaciones ferroviarias y frentes de agua.
La industria se convirtió en el principal agente de transformación del paisaje y en motor de flujos de
población, con campesinos llegando masivamente desde el medio rural en busca de trabajo. Esto llevó
a un crecimiento espectacular de las ciudades y, por primera vez, a la separación de los lugares de
trabajo y residencia.
Inicialmente, el hacinamiento en barrios obreros carentes de higiene hizo de las urbes espacios con
condiciones de vida deficientes. Hoy en día, la calidad de estos barrios ha mejorado y la mayoría de
las industrias se han trasladado a las periferias, dando origen a nuevos paisajes industriales.
Funciones de Servicio:
Las ciudades funcionan como mercados que distribuyen mercancías, productos industriales y
agrícolas desde zonas cercanas y lejanas, dependiendo del rango funcional de la ciudad.
Las ciudades facilitan el desarrollo cultural, al ser centros de educación, investigación y arte. Escuelas,
universidades, laboratorios, bibliotecas y museos fomentan la creación científica, literaria y
artística.
También, las ciudades son centros de organización de congresos, seminarios, festivales y
encuentros, a veces de alcance mundial. La edición de libros, periódicos y revistas impulsa la difusión
de ideas e innovaciones.
Adicionalmente, las ciudades concentran servicios asistenciales y hospitalarios.
Algunas ciudades se especializan en actividades de ocio y turismo, aprovechando condiciones
climáticas favorables y situaciones geográficas privilegiadas. La planificación urbana también favorece
el entretenimiento con la creación de parques temáticos.
Las funciones de servicio incluyen también actividades del sector terciario, como el comercio, la
gestión y dirección, servicios y negocios, que se concentran en el centro de las ciudades. Las áreas
centrales son polos de atracción por la naturaleza de sus funciones y la confluencia de redes de
transporte.
En general, las ciudades son centros de empleo a través de las múltiples actividades que realizan. La
mayoría de este empleo corresponde al sector terciario y, en segundo lugar, al sector secundario o
industrial.
En resumen, las funciones productivas se centran en la generación de bienes, mientras que las funciones de
servicio se enfocan en satisfacer las diversas necesidades de la población en áreas como el comercio, la
cultura, la salud y el ocio. Ambas funciones son cruciales para el desarrollo y la complejidad de las ciudades .
Las ciudades son espacios materiales que resultan de la combinación de las condiciones de sus entornos
geográficos y la acción de agentes sociales, fuerzas económicas y componentes culturales y políticos. La
configuración de lo que se denomina morfología o paisaje urbano, es decir, la imagen visual de la ciudad, es
un resultado del espacio físico y su significado, que incluye la sustancia social. El paisaje urbano puede ser
definido como "el lenguaje espacial a través del cual se manifiesta el contenido", donde el plano y los edificios
reflejan estilos de vida, modelos y estructuras socioeconómicas y culturales.
Los factores geográficos que influyen en el paisaje urbano son principalmente dos: el emplazamiento y la
situación.
El emplazamiento se refiere a la topografía concreta del lugar donde se levanta la ciudad. Esto incluye
las características físicas del sitio como colinas, orillas de ríos o promontorios costeros.
Ambos factores son condicionantes de la expansión urbana a lo largo del tiempo. El emplazamiento y la
situación también influyen en la forma del plano, el trazado de las calles, la estructura urbana y la movilidad
interna.
A través del emplazamiento y de la situación, se reconocen los motivos que determinaron la fundación
de la ciudad y las funciones que ha desempeñado a través del tiempo.
Por ejemplo, muchos emplazamientos responden a necesidades defensivas, como las ciudades
ubicadas en colinas, o comerciales, como las situadas en orillas de ríos o frentes marítimos.
La situación puede reflejar preocupaciones estratégicas, como la confluencia de caminos, o
económicas, como zonas de contacto entre áreas complementarias.
Las condiciones naturales del emplazamiento pueden favorecer o dificultar las posibilidades de
desarrollo urbano, influyendo en la evolución física y la estructura de la ciudad. Un ejemplo es el
emplazamiento de Toledo en un meandro del Tajo o el de Vitoria-Gasteiz en lo alto de una colina, que
contribuyen al aislamiento de sus cascos históricos.
En resumen, los factores geográficos como el emplazamiento y la situación son condicionantes fundamentales
en la configuración del paisaje urbano, influyendo en su forma, estructura, desarrollo y fun ciones a lo largo
del tiempo. Estos factores son clave para entender la evolución y las características de cada ciudad .
El plano de una ciudad es un elemento fundamental y de gran permanencia dentro de su paisaje, siendo el
resultado de la combinación de superficies edificadas y no construidas, como calles, plazas y jardines. El
plano refleja las etapas de crecimiento de la ciudad, las corrientes urbanísticas que han predominado en
diferentes periodos, y los factores políticos, económicos y religiosos que han intervenido en su diseño y
en la ocupación del territorio.
A continuación, se detallan algunos aspectos clave sobre el plano como elemento de permanencia del paisaje
urbano:
Reflejo de la historia: Los planos de las ciudades actúan como palimpsestos donde se reconocen diferentes
modelos urbanos que responden a criterios y motivaciones culturales específicos. La complejidad de la historia
y la variedad de factores que influyen en la construcción de la ciudad se manifiestan en el plano.
Elementos estructurales: La lectura e interpretación de los planos se facilita mediante sus elementos
estructurales, como las líneas de fijación y las franjas o cinturones de expansión.
Las líneas de fijación son barreras que limitan la expansión de la ciudad, ya sean obstáculos físicos
como ríos o montañas, o humanos como instalaciones ferroviarias.
Las franjas o cinturones de expansión son las zonas de crecimiento que surgen en áreas periféricas
debido a la presión demográfica y la actividad constructora.
Tipologías de planos: Los planos se ajustan a grandes tipologías como los planos ortogonales, radiocéntricos
e irregulares.
Los planos ortogonales o en cuadrícula, están formados por vías rectilíneas que se cortan
perpendicularmente, utilizados en diversas épocas y lugares.
Los planos radiocéntricos se desarrollan de forma espontánea o planificada, a partir de un punto
central como un castillo o iglesia.
Los planos irregulares no siguen un trazado preconcebido y se encuentran en ciudades islámicas o
medievales con crecimiento espontáneo.
Factores políticos y religiosos: Las grandes vías que confluyen en plazas alrededor de edificios de alto
valor simbólico reflejan factores políticos que destacan el poder, mientras que las formas cuadradas de
ciudades como Roma o Jerusalén se explican por factores religioso-cosmológicos que asocian el cuadrado
con los cuatro puntos cardinales.
Perdurabilidad: El plano es el elemento más conservador del paisaje urbano debido a la inversión económica
en el trazado de calles y edificios, y a la complejidad de las formas de propiedad dentro de la ciudad. A pesar
de que el uso del suelo y los edificios pueden cambiar más rápidamente, el plano tiende a permanecer.
Evolución: Los planos son estructuras complejas en continuo cambio, con zonas diferenciadas internamente.
A través del plano, se pueden apreciar las etapas de crecimiento de la ciudad, las corrientes urbanísticas
dominantes, y los factores políticos, económicos y religiosos que han influido en su trazado.
En resumen, el plano es un elemento fundamental del paisaje urbano que perdura en el tiempo, reflejando la
historia, la cultura y las estructuras socioeconómicas de la ciudad. Su análisis permite comprender la evolución
urbana, las influencias políticas y culturales, y la organización espacial de la ciudad .
La construcción urbana 24F1,24F2
La construcción urbana es un elemento clave del paisaje de la ciudad, que incluye el entramado, las
tipologías edificatorias y el volumen arquitectónico. El análisis de la construcción urbana puede abordarse
desde diversas perspectivas, considerando factores medioambientales, culturales, económicos, sociales,
políticos y tecnológicos.
Entramado Urbano:
El entramado urbano se refiere a la forma en que se disponen las construcciones dentro de la ciudad.
Existen diferencias significativas entre los modelos de urbanización que se han sucedido a lo largo del
tiempo. En los cascos medievales, ensanches decimonónicos y modernos, se impone el entramado u
“orden cerrado”. Los edificios se sitúan unos al lado de otros y ocupan el suelo de forma más o menos
continua y siempre muy intensiva. En los centros medievales, de los que Vitoria-Gasteiz proporciona
un buen ejemplo, los espacios libres se reducen a los del viario público, calles y plazas, y a pequeños
“caños” de separación entre las traseras de las construcciones.
En los barrios de viviendas unifamiliares con jardín y en los polígonos residenciales de la ciudad
funcional, predomina el entramado abierto, donde los edificios se disponen de forma aislada con
espacios libres para zonas verdes y equipamientos. Este modelo buscaba integrar el campo en la
ciudad, como propuso Le Corbusier. Las new towns inglesas, los ensembles franceses y los polígonos
residenciales españoles son ejemplos de este tipo de entramado.
Tipologías Edificatorias:
Volumen Arquitectónico:
Influencias en la Construcción:
Cambios en la Construcción:
Las características edificatorias varían entre el núcleo histórico y los espacios construidos después de
mediados del siglo XX, como la ciudad funcional y la ciudad postindustrial.
Los edificios se adaptan a las condiciones climáticas, con muros gruesos y pocos huecos en climas
mediterráneos y grandes ventanales en climas húmedos.
En resumen, la construcción urbana es un elemento dinámico y complejo del paisaje, influenciado por diversos
factores que determinan su forma, estilo y distribución. Los cambios en el entramado, las tipologías
edificatorias y el volumen arquitectónico reflejan la evolución de las ciudades a lo largo del tiempo y su
adaptación a diferentes contextos socioeconómicos y culturales.
Los usos del suelo, un elemento cambiante del paisaje 25F1,24F1
Los usos del suelo son un elemento dinámico y cambiante del paisaje urbano, influenciado por las
necesidades y actividades de la población. La forma en que se utiliza el suelo en una ciudad contribuye a
configurar su paisaje y a generar diferencias morfológicas internas. La planificación urbana ha asumido la
zonificación funcional como criterio principal de organización del territorio, lo que ha llevado a una mayor
diferenciación de los usos del suelo.
Los usos del suelo son los más dinámicos dentro del paisaje de la ciudad, debido a la acción de
"fuerzas centrífugas" y "fuerzas centrípetas".
- Las fuerzas centrífugas impulsan hacia las periferias a las clases sociales de rentas altas, las
fábricas y las grandes superficies comerciales. Esto se debe a factores como los elevados
precios del terreno, los fuertes impuestos, la congestión del tráfico, los controles legales sobre
la construcción y los procesos de deterioro y degradación social en las áreas centrales .
- Las fuerzas centrípetas actúan en sentido contrario, concentrando ciertas actividades en el
centro de la ciudad debido a su accesibilidad y centralidad.
La densidad de ocupación del suelo varía según el uso, con actividades residenciales y comerciales
generando una intensidad de ocupación del doble que las actividades industriales. Esta densidad no
es estática y cambia con el tiempo y entre diferentes ciudades.
Las modificaciones en la densidad de ocupación se deben a factores como la disponibilidad de suelo
urbano, las modificaciones en los modos de producción de las empresas, los cambios en los estilos
de vida y las preferencias residenciales de los ciudadanos
Viviendas: Los edificios de viviendas son una parte fundamental del uso del suelo. La tipología de
viviendas varía según la época de construcción y la zona de la ciudad, desde viviendas unifamiliares
hasta bloques de apartamentos.
Industria: Las instalaciones industriales, atraídas por los mercados de consumo, las comunicaciones
y la mano de obra, también modelan el paisaje urbano. Tras la revolución industrial, las fábricas se
concentraron en zonas específicas cerca de instalaciones ferroviarias y frentes de agua.
Jardines y Zonas Verdes: Los espacios verdes, como jardines y parques, son importantes para el
equilibrio ambiental y el bienestar de la población.
Equipamientos Colectivos: Incluyen escuelas, hospitales y centros culturales, que son esenciales
para el desarrollo de la vida urbana.
Espacios de Ocio: Zonas destinadas al entretenimiento y el tiempo libre, como parques temáticos,
que complementan la vida urbana.
Superficies Comerciales: Desde pequeños comercios locales hasta grandes centros comerciales,
contribuyen a la actividad económica y al paisaje urbano.
Intercambiadores de Transporte e Infraestructuras Urbanas: Estos elementos son esenciales para
la movilidad y funcionalidad de la ciudad.
Planificación Urbana y Usos del Suelo:
La planificación urbana juega un papel crucial en la organización del territorio, con la zonificación
funcional como criterio principal.
La legislación urbanística refleja intereses económicos, necesidades sociales, ideologías dominantes,
corrientes culturales y planteamientos ambientalistas
La planificación responde a la necesidad de evitar una urbanización descontrolada y a mejorar la
calidad de vida de los ciudadanos.
La distribución de los usos del suelo influye en la morfología interna de las ciudades, generando
diferencias entre áreas centrales, residenciales, industriales y periurbanas.
Las áreas centrales suelen concentrar actividades de dirección y gestión, así como comercios de
mayor calidad, mientras que las periferias tienden a albergar usos más extensivos como industrias y
grandes superficies comerciales.
En resumen, los usos del suelo son un componente dinámico y clave del paisaje urbano, influenciado por
fuerzas centrífugas y centrípetas, la densidad de ocupación, la planificación urb ana y los modelos económicos
de producción. Su análisis es esencial para comprender la evolución y las características de cada ciudad, así
como las dinámicas sociales y económicas que la moldean.
El urbanismo y la planificación urbana son herramientas que los agentes sociales dominantes utilizan para
evitar conflictos derivados de intereses contrapuestos en la construcción de la ciudad y para asegurar la
reproducción de las fuerzas productivas. A través de estas herramientas, se busca resolver problemas como
la escasez de viviendas, la pobreza, la delincuencia, la congestión del tráfico y la contaminación ambiental .
Antes del siglo XIX, el urbanismo se centraba en estrategias de organización y control del territorio por poderes
políticos y religiosos, manifestándose en la creación de ciudades y reformas internas. En el siglo XIX, con la
revolución industrial, surgió la planificación moderna, con propuestas vinculadas a diferentes planteamientos
culturales e ideológicos. Algunos ejemplos de estos planteamientos son:
El urbanismo funcional, influenciado por Le Corbusier y Gropius, propone una ciudad que resuelva las
necesidades de las funciones y actividades que se realizan en ella, con criterios de eficacia inspirados en las
formas de producción industrial. Este modelo segrega el suelo urbano en zonas especializadas (residenciales,
industriales y de servicios), separa la circulación rodada de la peatonal y jerarquiza el viario.
La ciudad orgánica, defendida por Clarence Perry, concibe la ciudad como una superposición jerarquizada de
comunidades, cada una con diferente rango poblacional y una dotación de servicios ajustada a sus
necesidades.
En la práctica, la planificación no siempre ha alcanzado sus objetivos, ya que la realidad espacial se rige por
la lógica del beneficio y del mercado y no por leyes naturales.
La crisis del petróleo de los años setenta y la globalización evidenciaron las deficiencias del urbanismo
funcional y organicista. Se comenzó a apostar por un "urbanismo de la recuperación" y un "urbanismo
integrador", que defienden la realización de actuaciones puntuales en el tejido urbano, la inserción de la toma
de decisiones en la sociedad y la recuperación de elementos de convivencia.
El urbanismo postmoderno busca corregir disfunciones territoriales y las que resultan de la globalización
urbana, a través de la reurbanización de áreas centrales, la reestructuración de periferias y la mejora del
entramado y el tejido social de la ciudad.
El urbanismo de la integración
Legislación urbanística
La planificación urbana se lleva a cabo mediante una legislación que refleja intereses económicos,
necesidades sociales, ideologías, corrientes culturales y planteamientos ambientalistas. En España, las
competencias de urbanismo han sido transferidas a las Comunidades Autónomas, aunque siempre dentro del
marco básico de la legislación estatal.
La legislación urbanística está influenciada por el modelo de producción del suelo capitalista, donde el suelo
se convierte en un bien de cambio y se busca la acumulación de capital. Este modelo, tiene una fuerte
influencia en la forma en que se gestiona y organiza el territorio. Aquí hay algunos puntos clave sobre cómo
el modelo de producción capitalista afecta la legislación urbanística:
1. El suelo como mercancía: El modelo capitalista transforma el suelo, que es un bien escaso y
necesario, en una mercancía que se intercambia en el mercado. La propiedad privada se beneficia del
valor de cambio y de los valores añadidos creados colectivamente en la ciudad.
2. Intereses contrapuestos: La legislación urbanística busca mediar entre los diferentes intereses que
intervienen en la construcción de la ciudad, incluyendo los intereses de los propietarios del suelo, los
promotores inmobiliarios, y los ciudadanos.
3. Planificación urbana: El urbanismo y la planificación son herramientas que los agentes sociales
dominantes usan para resolver problemas como la escasez de vivienda, la pobreza y la congestión del
tráfico, y para asegurar los mecanismos de reproducción de las fuerzas productivas. La planificación
responde a la necesidad de evitar los inconvenientes de una urbanización descontrolada y al deseo
de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
4. Legislación: La legislación urbanística refleja los intereses económicos, las necesidades sociales, las
ideologías dominantes y las corrientes culturales y de pensamiento. En España, las Comunidades
Autónomas tienen la capacidad de legislar en materias de ordenación del territorio, urbanismo y
vivienda, aunque dentro del marco de la legislación estatal.
5. Especulación del suelo: La búsqueda del máximo beneficio transforma el suelo en un bien de cambio,
lo que lleva a la especulación del suelo y al enfrentamiento entre los intereses de los agentes sociales.
Los pequeños propietarios pueden ser despojados por los grandes, y las corporaciones económicas
acaparan los terrenos más valiosos.
6. Intervención de los poderes públicos: Los poderes públicos intervienen como árbitros en los
conflictos de uso del suelo y tratan de poner orden mediante la planificación. Sin su actuación, los
propietarios del suelo y los dueños de los medios de producción desarrollarían solo las localizaciones
más favorables, y el resto de la ciudad se deterioraría por falta de inversiones .
7. Conflictos de clase: Los conflictos de clase por el uso de la ciudad son asumidos por la estructura
política institucional, pero cuando los poderes públicos son incapaces de cubrir las necesidades
básicas, surgen movimientos ciudadanos que pueden subvertir el orden establecido.
8. Impacto en la estructura urbana: El modelo de producción capitalista influye en la distribución de los
usos del suelo en la ciudad, con actividades de dirección y gestión en el centro, y usos más extensivos
en las periferias.
9. Transformaciones del paisaje: La búsqueda del máximo beneficio conduce a constantes cambios en
el paisaje urbano. Los elementos de la ciudad se convierten en mercancías que se intercambian en el
mercado, y la falta de inversión en algunas zonas provoca su deterioro y sustitución por usos más
rentables.
10. Urbanismo y planificación: El urbanismo y la planificación son las herramientas que utiliza el Estado
para ordenar el territorio, resolver problemas urbanos, y asegurar la reproducción de las fuerzas
productivas. Sin embargo, la planificación está condicionada por la ideología y la política, y la realidad
espacial no se rige por leyes naturales sino por la lógica del beneficio y del mercado.
Los actores sociales de la ciudad y de la producción del suelo son diversos y tienen intereses a menudo
contrapuestos, que influyen en la configuración del paisaje urbano. Estos actores, y la intensidad con la que
intervienen, varían en el tiempo y el espacio según los modos de producción dominantes. Los principales
actores sociales involucrados en la producción del suelo y la configuración de la ciudad son:
1. Propietarios del suelo y del capital: Son los mayores beneficiarios del valor de cambio del suelo y
de las plusvalías generadas por la urbanización. Su principal objetivo es rentabilizar al máximo sus
propiedades e inversiones. A menudo, estos actores anteponen sus intereses económicos a otras
consideraciones
2. Grandes empresarios y promotores inmobiliarios: Estos actores también buscan rentabilizar sus
inversiones en el menor tiempo posible, priorizando sus intereses económicos. Participan activamente
en la construcción y transformación de la ciudad, impulsando proyectos y edificaciones que generen
ganancias.
3. Ciudadanos: Los ciudadanos buscan viviendas, equipamientos y servicios al menor coste posible y
con la mayor calidad ambiental. Su interés principal es el valor de uso del suelo, por lo que defienden
el uso colectivo de la ciudad y sus recursos.
4. Poderes públicos: Los poderes públicos actúan como árbitros en los conflictos entre los distintos
actores sociales y tratan de ordenar el territorio mediante la planificación. Su intervención busca
resolver problemas urbanos y asegurar el desarrollo de la actividad económica. Sin embargo, sus
acciones están condicionadas por intereses económicos, necesidades sociales, ideologías y corrientes
de pensamiento.
5. Clases sociales: Las diferentes clases sociales tienen diferentes intereses y capacidades para influir
en la producción del suelo. Las clases altas se benefician de la acumulación de capital, mientras que
las clases bajas a menudo son despojadas y expulsadas a la periferia.
6. Inmigrantes: Los inmigrantes, especialmente aquellos de escasos recursos, suelen ocupar los barrios
deteriorados del centro de la ciudad o los asentamientos informales de la periferia. Su presencia puede
generar tensiones sociales y segregación.
7. Grupos de élite y de poder: Estos grupos refuerzan su autoridad a través del simbolismo del entorno
construido, manifestando su influencia en la ciudad.
8. Movimientos sociales: Los movimientos sociales, como el movimiento "okupa", representan una
cultura urbana alternativa que desafía el modelo vigente de ciudad y busca la apropiación de áreas de
libertad.
Existe una dialéctica de enfrentamiento entre los propietarios del suelo y los promotores urbanísticos, por un
lado, y los vecinos y comerciantes, por otro. En el pasado, los intereses de los primeros solían prevalecer,
pero desde la década de 1970, la participación ciudadana y las políticas locales han dado lugar a un urbanismo
más inclusivo. Los mecanismos del capitalismo son los principales responsables de la construcción, el uso y
los cambios en el paisaje urbano. La búsqueda del máximo beneficio transforma el suelo en un bien de cambio,
lo que lleva a la especulación y al enfrentamiento entre los intereses de los diferentes grupos sociales. La
intervención de los poderes públicos es fundamental para evitar que los intereses de los propietarios del suelo
y de los grandes empresarios sean los únicos que se tengan en cuenta, asegurando el bienestar de todos los
ciudadanos.
Las actividades de dirección y gestión, así como los comercios de mayor calidad, se localizan en el centro de
la ciudad. Los usos extensivos del suelo, como las industrias y las grandes superficies comerciales, se
trasladan a las periferias. Las clases sociales de rentas altas tienden a ocupar los espacios de mayor calidad
medioambiental, mientras que las clases de rentas más bajas y los inmigrantes ocupan las zonas menos
favorables. En resumen, la ciudad es un espacio donde interactúan diversos actores sociales con intereses
contrapuestos, y el resultado de esta interacción es una estructura urbana que refleja las dinámicas del poder,
la economía y la sociedad. La planificación urbana y la legislación buscan mediar entre estos intereses, pero
su efectividad está siempre condicionada por el contexto económico, social y políti co.
Los centros históricos se consideran paisajes culturales de especial valor. Estos espacios, construidos antes
de los años 1950, corresponden a las áreas centrales de las localidades y presentan características
morfológicas bien diferenciadas, así como problemas sociales y funcionales distintos al resto de la ciudad.
Características de los centros históricos:
1. Patrimonio urbanístico: Los centros históricos muestran un patrimonio urbanístico heredado de las
etapas preindustrial e industrial que merece protección.
2. Tipologías: Sus entramados y estructuras arquitectónicas exhiben tipologías cuya originalidad y
personalidad dependen del significado histórico de la ciudad, incluyendo recintos medievales,
expansiones barrocas, ensanches decimonónicos, suburbios industriales y barriadas ciudad jardín.
3. Singularidad: El pasado histórico explica su singularidad paisajística, su riqueza patrimonial y sus
valores simbólicos y educativos.
4. Lugares de encuentro: Los centros históricos también funcionan como lugares de encuentro y
atracción turística.
Valor de centralidad:
1. Los centros históricos tienen valores de centralidad vinculados al poder político y económico.
2. Estos espacios suelen albergar sedes de la administración central, autonómica y municipal, bolsas,
centrales de entidades financieras y multinacionales.
3. Los valores de centralidad generan desplazamientos cotidianos y problemas de congestión de tráfico,
especialmente en grandes aglomeraciones.
Ejemplo de Madrid:
Necesidad de revitalización:
Los centros históricos a menudo presentan problemas como deterioro material, degradación social y p érdida
de mezcla funcional. Las políticas de revitalización buscan mejorar estos espacios mediante la renovación y
la rehabilitación. Las razones para la revitalización son de tipo estructural, económico y político.
En resumen, los centros históricos son espacios complejos y valiosos que representan la historia y la cultura
de las ciudades. Su preservación y revitalización son importantes para mantener su valor patrimonial, social
y económico.
Las políticas de revitalización del centro buscan abordar los problemas que enfrentan las áreas centrales de
las ciudades, como el deterioro material, la degradación social, la pérdida de mezcla funcional, la excesiva
terciarización, la congestión del tráfico, el vaciamiento y el envejecimiento demográfico. Estas políticas son
complejas y buscan adecuar los espacios construidos a las condiciones cambiantes de la vida moderna.
Razones para la revitalización:
1. Renovación urbana: Implica una transformación radical de los centros, con la apertura de grandes
vías interiores y la creación de nuevos espacios de centralidad. Esto conlleva la modificación del
parcelario, la alteración de los volúmenes edificatorios, el incremento de las alturas, la sustitución de
usos del suelo y la expulsión de poblaciones de sus lugares de residencia. La renovación urbana se
ha llevado a cabo en muchas ciudades para adecuar las estructuras urbanas a la vida moderna,
beneficiando a empresas financieras, constructoras y grandes propietarios del suelo. Estas acciones
a menudo resultan en la destrucción de la trama antigua, la edificación de inmuebles nuevos, el
desplazamiento de la población tradicional por otra de mayor poder adquisitivo
2. Rehabilitación urbana: Surge como alternativa a la renovación, proponiendo la reorganización de los
espacios existentes en lugar de la expansión indefinida de la ciudad. Este enfoque busca la
conservación del patrimonio construido, la mezcla social y la diversidad funcional en las áreas
centrales. La rehabilitación integral se enfoca en frenar la despoblación, conservar el entorno y
recuperar el parque residencial de los barrios antiguo. La complejidad de este enfoque requiere la
concertación, el diálogo y la colaboración entre los poderes públicos, los vecinos, los propietarios y los
agentes económicos.
Desafíos y conflictos:
Las operaciones de renovación y reforma pueden ser complicadas y pueden generar conflictos que paralizan
o ralentizan los procesos. La defensa del valor histórico o artístico de los edificios del interior de las ciudades
ha generado resistencia por parte de la opinión pública contra intervenciones consideradas inadecuadas.
La resistencia de los vecinos a ser trasladados y de los comerciantes a cerrar sus locales también ha
impulsado movimientos vecinales. Ha existido una dialéctica de enfrentamiento entre los propietarios del suelo
y los promotores urbanísticos, por un lado, y los vecinos y comerciantes, por otro, que ha llevado a diferentes
modalidades de intervención y revitalización en los centros urbanos.
En resumen, las políticas de revitalización del centro buscan abordar los problemas de las áreas centrales de
las ciudades a través de estrategias de renovación y rehabilitación, teniendo en cuenta las razones
estructurales, económicas y políticas que influyen en estos espacios. Sin embargo, estos procesos también
enfrentan desafíos y conflictos que deben ser considerados para asegurar el éxi to de las políticas
implementadas.
La renovación urbana y la rehabilitación urbana son dos modalidades básicas de intervención y revitalización
en los centros urbanos que surgieron como respuestas a los problemas de las ciudades, especialmente en
sus áreas centrales. Ambas buscan mejorar las condiciones de vida y la funcionalidad de los espacios
urbanos, pero difieren significativamente en sus enfoques y objetivos.
Renovación Urbana
La renovación urbana se caracteriza por una transformación radical de los centros de las ciudades . Este
enfoque, influenciado por una concepción "fordista" de la ciudad, busca la recuperación de los centros como
si fueran un corazón enfermo que necesita revitalización al servicio del gran capital. Implica la apertura de
grandes vías interiores y la creación de nuevos espacios de centralidad, lo que a su vez requiere la
modificación del parcelario, la alteración de los volúmenes de los edificios y el incremento de las alturas .
Frecuentemente conlleva la sustitución de usos del suelo y la expulsión de poblaciones de sus lugares
de residencia. La renovación urbana se promovió bajo el pretexto de adecuar las viejas estructuras urbanas
a la vida moderna, beneficiando a sociedades financieras y empresas de servicios que buscaban las ventajas
de la centralidad.
Las empresas de construcción, las inmobiliarias y los grandes propietarios del suelo también se beneficiaron
de este proceso, mientras que las autoridades actuaron como agentes legitimadores del cambio urbano a
través del planeamiento oficial. Generalmente, la renovación urbana resulta en la destrucción de la trama
antigua, la edificación de inmuebles nuevos, el desplazamiento de la población tradicional por otra de mayor
poder adquisitivo.
Ejemplos de renovaciones urbanas son la transformación del eje de la Castellana y la apertura de la Gran Vía
de San Francisco en Madrid, la terciarización de Montparnasse en París, o del centro de Londres.
La rehabilitación urbana surge como una alternativa a la renovación, proponiendo la reorganización de los
espacios existentes en lugar de la expansión indefinida de la ciudad. Este enfoque busca la conservación del
patrimonio construido, la mezcla social y la diversidad funcional en las áreas centrales.
La rehabilitación reconoce a los centros urbanos como espacios singulares y paisajes frágiles que deben
conservarse para futuras generaciones por sus valores humanos, culturales, estéticos, y por su contribución
al bienestar de los ciudadanos. Este modelo requiere la concertación, el diálogo y la colaboración entre
los poderes públicos, los vecinos, los propietarios y los agentes económicos, debido a la complejidad del
proceso y a su elevado coste económico.
Teorías ecológicas
Las teorías ecológicas interpretan la estructura interna de la ciudad como resultado de la interacción de
fuerzas económicas y sociales, similar a las relaciones entre seres vivos en la naturaleza. Estas teorías,
influenciadas por el Darwinismo social, consideran que la competencia, la dominación, la invasión-sucesión,
la asimilación-segregación y las áreas naturales moldean la distribución de los usos del suelo.
Los ecólogos de Chicago propusieron que los usos del suelo se organizan en áreas naturales, que son
espacios con características funcionales, sociales y morfológicas similares. Estas áreas se distribuyen según
tres modelos principales
Modelo concéntrico: Propuesto por Ernest Burgess en 1920, este modelo plantea que los usos del suelo y
las áreas residenciales se organizan en anillos concéntricos alrededor del centro de la ciudad o CBD (Central
Business District), donde el precio del suelo disminuye del centro a la periferia. Este modelo identifica las
siguientes zonas:
Modelo sectorial: Desarrollado por Hoyt en 1939, este modelo argumenta que los usos del suelo se
distribuyen en forma de cuñas o sectores desde el centro hacia la periferia, siguiendo las vías principales. La
diferenciación interna depende de la localización y crecimiento de las áreas residenciales de mayor nivel
social, alrededor de las cuales se disponen las áreas residenciales de niveles sociales medios y bajos. Los
factores que influyen en la localización de las áreas residenciales de mayor nivel social son la atracción del
CBD, el prestigio de los lugares de residencia de los líderes políticos, la accesibilidad a las líneas de transporte
y la calidad ambiental de ríos y mares.
Modelo polinuclear: Propuesto por Harris y Ullman en 1945, esta teoría sostiene que los diferentes usos del
suelo se organizan alrededor de varios núcleos de crecimiento separados, influenciados por factores como
las necesidades de localización de cada actividad. Así, se forman áreas especializadas funcionalmente: el
CBD o centros secundarios, áreas de venta al por mayor e industrias ligeras, áreas de industrias pesadas y
áreas residenciales de distinto nivel social
En todos estos modelos, el CBD y las áreas residenciales de clases altas son fundamentales para la
organización territorial. La ocupación de espacios más accesibles por el CBD y de mayor calidad ambiental
por las clases altas se explica por principios de competencia, dominación, invasión-sucesión y asimilación-
segregación.
Aunque influyentes, estas teorías han recibido críticas por su falta de universalidad y anacronismo. El modelo
concéntrico, por ejemplo, se considera más aplicable a la sociedad estadounidense de los años 1920 y no
toma en cuenta la intervención posterior del Estado en la planificación urbana.
Las teorías económicas
Las teorías económicas explican la estructura de la ciudad a través de variables económicas como los precios
del suelo, la capacidad de renta de las actividades urbanas y los costos de transporte. Estas teorías se
basan en la idea de que los individuos actúan de manera racional buscando optimizar sus beneficios, lo que
se conoce como "homo oeconomicus", y que la ciudad es un espacio uniforme y monocéntrico.
Los principales conceptos de las teorías económicas son:
Competencia por la localización: Industrias, comercios, servicios y ciudadanos compiten por las
localizaciones que mejor se adapten a sus necesidades.
Distribución concéntrica: Los usos del suelo se organizan en círculos concéntricos alrededor del
centro, con una disminución regular de los precios del suelo desde el centro hacia la periferia. Esta
disposición se explica por las diferentes capacidades de renta para pagar el suelo y los costes de
transporte.
Costos de transporte: Las actividades que no pueden asumir altos costos de transporte se ubican
cerca del centro, mientras que las que pueden pagarlos se establecen más lejos.
Picos de valor del suelo: Aunque la distribución tiende a ser concéntrica, también se observan picos
de altos valores del suelo a lo largo de las vías principales, en los cruces importantes y en núcleos
urbanos secundarios. Estos picos generan componentes sectoriales y polinucleares en la distribución
de los usos del suelo, como se describe en los modelos de Hoyt y Harris y Ullman.
Las teorías económicas se basan en el modelo de distribución de usos agrícolas de Von Thünen (1826), donde
las actividades agrícolas se organizan en círculos concéntricos según su capacidad de pagar los costos del
suelo y transporte. Este modelo es el precedente de las aproximaciones económicas a la diferenciación del
interior de la ciudad
En resumen, las teorías económicas consideran que la distribución de los usos del suelo en l a ciudad es el
resultado de la interacción entre la búsqueda de la máxima utilidad, los precios del suelo, la capacidad de
renta de las actividades y los costos de transporte, dando como resultado una estructura que tiende a ser
concéntrica, aunque con modificaciones debidas a la accesibilidad. Sin embargo, estas teorías asumen un
comportamiento racional de los individuos, ignorando otras variables como las sociales o culturales que
también influyen en la organización de la ciudad.
Las teorías económicas, junto con las teorías ecológicas, sociales, y marxistas, proporcionan diferentes
perspectivas para comprender la complejidad de la estructura urbana, destacando el papel de la economía en
la formación de los patrones espaciales.
La teoría de las áreas sociales se enfoca en la diferenciación social dentro de la ciudad, relacionándola con
tres ejes fundamentales de estructuración social: el estatus económico, el estatus familiar y el estatus étnico.
Esta teoría fue desarrollada a partir de los estudios de Shevky y Williams en Los Ángeles (1949) y de Shevky
y Bell en San Francisco (1955). McElrath (1968) añadió posteriormente el estatus migratorio como otro eje de
diferenciación social.
Según esta teoría, la diferenciación residencial se organiza de la siguiente manera:
1. Estatus socioeconómico: Se distribuye de manera sectorial a lo largo de las vías radiales que se
extienden desde el centro hacia la periferia. Las zonas de mayor riqueza se encuentran en las áreas
centrales, mientras que las de mayor pobreza se ubican en zonas más alejadas del centro.
2. Estatus familiar: Se organiza en círculos concéntricos. Las personas de mayor edad o que viven
solas tienden a residir en el centro, mientras que las familias jóvenes con niños se establecen en la
periferia. Esto se relaciona con el ciclo de vida y las posibilidades económicas de acceso a la vivienda.
3. Estatus étnico y de migración: Da lugar a la formación de agrupaciones de minorías étnicas o de
inmigrantes en núcleos dispersos por la ciudad. Las diferencias culturales, como la lengua, la religión
y las costumbres, actúan como factores de segregación social.
En resumen, la teoría de las áreas sociales propone que la estructura social de la ciudad se refleja en la
distribución espacial de sus habitantes según su estatus socioeconómico, su etapa en el ciclo de vida familiar
y su origen étnico o migratorio. Esta teoría, a diferencia de las teorías ecológicas y económicas, destaca la
importancia de los factores sociales y culturales en la organización de la ciudad. Además, se apoya en el uso
del análisis factorial para definir áreas sociales diferenciadas, lo que permite establecer comparaciones
objetivas entre ellas.
Es importante tener en cuenta que estos tres ejes de diferenciación social no actúan de forma independiente,
sino que se entrelazan para dar forma a la estructura social y espacial de la ciudad.
La teoría del conflicto plantea que la estructura urbana es el resultado de los conflictos entre los diferentes
grupos sociales que conviven dentro de la ciudad. Estos grupos tienen intereses contrapuestos y recursos
desiguales para obtener las localizaciones más favorables para sus necesidades y actividades.
Los principales puntos de la teoría del conflicto son:
Intereses contrapuestos: Los individuos, las familias y los distintos sectores de la sociedad (como
los empresarios, los trabajadores, los propietarios del suelo, etc.) tienen intereses diferentes y, a
menudo, antagónicos. Cada grupo busca maximizar su utilidad y beneficio, lo que genera tensiones y
conflictos en el uso y organización del espacio urbano.
Desigualdad de recursos: Los diferentes grupos sociales tienen una capacidad desigual para influir
en la estructura urbana debido a la diferencia de recursos económicos y de poder. Esto se refleja en
las preferencias residenciales, que están condicionadas por el dinero que las familias destinan a
vivienda y transporte.
Preferencias residenciales: Las familias buscan ubicarse en zonas que se adapten a sus
necesidades, tratando de evitar lugares con instalaciones industriales o zonas valoradas
negativamente, como autopistas o prisiones. Estas decisiones también están influenciadas por los
recursos económicos y sociales disponibles.
Zonas diferenciadas: La teoría del conflicto identifica tres grandes zonas diferenciadas en la ciudad,
relacionadas con la riqueza y el poder de sus habitantes, la ciudad de la muerte, la ciudad de la
necesidad y la ciudad de la abundancia:
- La ciudad de la muerte: Se corresponde con los espacios centrales ocupados por los grupos
de menores ingresos. Estos grupos son explotados por el resto de la ciudad al tener que pagar
precios más altos por vivienda, alimentos y servicios.
- La ciudad de la necesidad: Es donde se ubican las clases trabajadoras, con viviendas más
sencillas y menos acceso a servicios de calidad.
- La ciudad de la abundancia: Se encuentra en las zonas más favorecidas por la calidad
ambiental y los servicios que pueden costear los sectores de ingresos más altos.
En resumen, la teoría del conflicto considera que la estructura urbana es el resultado de una lucha constante
entre diferentes grupos sociales por el control del espacio, los recursos y las oportunidades que ofrece la
ciudad. Las decisiones sobre dónde vivir, trabajar y consumir son, a menudo, el resultado de esta lucha. Esta
perspectiva contrasta con las teorías ecológicas y económicas, que tienden a ver la estructura urbana como
un resultado natural de la competencia y las fuerzas del mercado. A diferencia de esas teorías, la teoría del
conflicto incorpora una dimensión social y política fundamental para comprender las dinámicas de la ciudad .
Teoría marxista
La teoría marxista interpreta la diferenciación interna de la ciudad como un reflejo de las contradicciones del
sistema capitalista y su estructura social. Esta teoría sostiene que la distribución de los usos del suelo y las
áreas residenciales de diferente nivel socioeconómico son una consecuencia directa de la apropiación del
territorio por las clases sociales dominantes y de la naturaleza del suelo como valor de uso y de cambio.
Según la teoría marxista:
El suelo como mercancía: El suelo se convierte en una mercancía que se intercambia en el mercado
para generar beneficios para los propietarios. Los propietarios controlan las rentas y los alquileres
mediante la concentración de la propiedad, la retención de terrenos y la reducción de los gastos de
mantenimiento, llegando incluso a provocar situaciones de deterioro y ruina.
Apropiación del territorio: La estructura de la ciudad está marcada por la apropiación del territorio
por parte de las clases dominantes, quienes buscan maximizar sus ganancias y acumular capital a
través de la especulación del suelo.
Contradicciones del capitalismo: La estructura urbana refleja las contradicciones del modo de
producción capitalista, donde la búsqueda del beneficio económico genera desigualdades sociales y
espaciales. Estas desigualdades se manifiestan en la segregación residencial, el acceso desigual a
servicios y equipamientos, y la formación de áreas deprimidas y marginales.
Conflictos sociales: Los mecanismos del capitalismo son los principales responsables de la
construcción y uso del suelo urbano, así como de sus constantes cambios, generando especulación
y conflictos entre los agentes sociales. La teoría marxista destaca que la búsqueda del máximo
beneficio convierte el suelo en un bien de cambio, dando lugar a una lucha por el control y uso del
espacio urbano.
Ciudades socialistas: Incluso en las ciudades de los antiguos países socialistas, que buscaban
superar el capitalismo, también se observaban contrastes espaciales y áreas deprimidas como
resultado de la desigual distribución y disponibilidad del suelo.
En resumen, la teoría marxista entiende la ciudad como un espacio moldeado por las relaciones de producción
capitalista, donde la búsqueda de la ganancia genera desigualdades sociales y espaciales. Esta teoría, a
diferencia de otras como la ecológica o la económica, pone de manifiesto cómo l a estructura urbana se ve
afectada por la dinámica del sistema capitalista, enfatizando el papel de las relaciones de clase y la propiedad
privada como determinantes de la organización del espacio urbano.
Áreas centrales
Las áreas centrales son espacios complejos dentro de las ciudades, caracterizados por sus funciones, la
dinámica de sus cambios sociales y la riqueza de su patrimonio urbanístico y arquitectónico. Generalmente,
los límites de estas áreas son imprecisos y sus transformaciones están influenciadas por los factores que
determinan el crecimiento urbano.
Dentro de las áreas centrales se pueden distinguir dos componentes principales:
El centro histórico: Generalmente coincide con la ciudad construida hasta mediados del siglo XX, y en él se
encuentran monumentos que representan la memoria colectiva. Los centros históricos son considerados
paisajes culturales de especial valor, con patrimonios urbanísticos heredados de etapas preindustriales e
industriales que requieren protección. Sus entramados y estructuras arquitectónicas muestran tipologías cuya
originalidad y personalidad dependen del significado histórico alcanzado por la ciudad .
El centro de actividad o CBD (Central Business District): Es el corazón funcional de las ciudades, donde
se concentra la mayor parte del empleo terciario y cuaternario. En ciudades más pequeñas, el CBD puede
coincidir con el centro histórico, pero en las de mayor rango, los centros de actividad se ubican en amb ientes
de mayor calidad ambiental heredados del pasado, como los ensanches del siglo XIX o las expansiones
urbanas de principios del siglo XX.
También proliferan nuevos centros de actividad en localizaciones más recientes y periféricas. El CBD es un
polo de atracción para toda la ciudad debido a la naturaleza de sus funciones y la confluencia de redes de
transporte urbano. La población residente es muy escasa y el valor del suelo es alto, lo que conlleva a la
densificación de la edificación y un aprovechamiento intensivo en altura. La actividad industrial es casi
inexistente en esta zona.
Las áreas centrales son consideradas espacios problemáticos debido a la acumulación de dificultades
derivadas de la competencia de numerosas y diversas actividades por un suelo escaso. Los flujos diarios de
personas hacia el centro congestionan el tráfico, especialmente en horas punta, y la excesiva terciarización y
el deterioro del patrimonio residencial favorecen su vaciamiento demográfico y la degradación de los sectores
con peores condiciones.
Los bordes de las áreas centrales configuran los pericentros, cuyos paisajes y usos del suelo revelan un
pasado como periferias urbanas. En estas zonas se pueden encontrar edificios de viviendas populares,
construcciones burguesas degradadas y nuevas construcciones de uso residencial y terciario que buscan las
ventajas de la proximidad al centro. La presencia de grandes solares y "barbechos industriales" debido al
traslado de antiguas fábricas o instalaciones, crea espacios de reserva a la espera de recalificación para usos
más intensivos y rentables.
Las áreas centrales, en general, son el resultado de la acumulación de diferentes etapas de la historia de la
ciudad. Su singularidad paisajística, riqueza patrimonial, valores simbólicos y educativos, así como su papel
como lugares de encuentro y atracción turística, las convierten en espacios singulares y valiosos para las
ciudades. Los núcleos históricos, que generalmente forman parte de estas áreas, tienen una fuerte carga
simbólica para la población, y son la base de la construcción de las imágenes colectivas de la ciudad.
En resumen, las áreas centrales son espacios complejos y dinámicos que concentran actividades económicas,
sociales y culturales, y a la vez son un reflejo del pasado de la ciudad y sus transformaciones a través del
tiempo.
Las áreas residenciales constituyen una parte importante del espacio urbano y presentan contrastes sociales
y de paisaje que se han acentuado por los presupuestos urbanísticos del funcionalismo. Dentro de las
ciudades, las áreas residenciales se diferencian según factores socioeconómicos, étnicos, culturales y la etapa
del ciclo de vida de las personas.
Algunas teorías que buscan explicar la diferenciación residencial son:
Las áreas residenciales también pueden ser descritas en función de su localización dentro de la ciudad :
Alrededor del centro, surgen nuevas áreas residenciales diferenciadas socialmente por los niveles
de renta familiar y la calidad de las edificaciones. Este modelo se difundió tras la Segunda Guerra
Mundial con la "Carta de Atenas" y los "Planes Generales de Ordenación Urbana", que propusieron la
ciudad funcional organizada en zonas especializadas.
En los bordes de las ciudades construidas a mediados de 1950, proliferan zonas industriales y
también las áreas residenciales, apoyándose en carreteras, instalaciones ferroviarias, puertos y
aeropuertos.
Las franjas periurbanas son las zonas de expansión más recientes donde se mezclan usos rurales y
urbanos del suelo.
Además de la localización, las áreas residenciales también se caracterizan por otros factores:
Heterogeneidad social: Las áreas residenciales presentan una gran variedad social, con fuertes
contrastes entre áreas de alto y bajo nivel de renta.
Desplazamientos diarios: Los residentes realizan desplazamientos diarios para ir al trabajo y acceder
a servicios en la ciudad central o dentro de la propia franja periurbana, por lo que el automóvil es una
necesidad común en estas áreas.
Estilo de vida urbano: En las áreas residenciales de las franjas periurbanas, el estilo de vida y el
trabajo son principalmente urbanos, con una valoración del espacio abierto y la na turaleza en
contraposición a la ciudad.
Calidad de vida: Las personas valoran las áreas residenciales por la calidad de vida que ofrecen.
Seguridad: La seguridad es otro factor importante, especialmente durante la noche.
Variables físicas, sociales y de ubicación: Las preferencias residenciales están influenciadas por
aspectos como el paisaje, la limpieza, la seguridad, el ruido ambiental, la accesibilidad y la movilidad.
Estereotipos: Ciertos barrios pueden ser descalificados por estereotipos sociales, limitando su
capacidad de competencia en el mercado de viviendas y asociando a sus habitantes con malas
reputaciones.
Cargas simbólicas: Algunas áreas, como los centros históricos, tienen cargas simbólicas que influyen
en la preferencia residencial de las personas.
En resumen, las áreas residenciales son espacios complejos y dinámicos que reflejan la interacción de
diversos factores sociales, económicos y culturales. La estructura y características de estas áreas varían
según la historia, el modelo de urbanización y las preferencias de sus habitantes.
Áreas industriales
Las áreas industriales en las ciudades han experimentado cambios significativos a lo largo del tiempo,
influenciadas por factores como el proceso de urbanización, la tecnología y las fuentes de energía. Estas
áreas se pueden clasificar como zonas industriales espontáneas o planificadas, y por su localización espacial,
como zonas de borde de agua, asentamientos próximos a instalaciones ferroviarias y zonas industriales de
carretera.
Características y evolución de las áreas industriales:
1. Atracción de la industria a las ciudades: Las ciudades siempre han atraído a la industria por ser los
mayores mercados de consumo, por sus facilidades de comunicación, la abundancia y variedad de su
mano de obra, la disponibilidad de capitales y las posibilidades de desarrollo de innovaciones
tecnológicas.
2. Transformación del paisaje: Antes de la revolución industrial, los talleres artesanales se mezclaban
con las funciones urbanas dentro de la ciudad. A partir del siglo XIX, la actividad industrial se concentró
en fábricas cerca de instalaciones ferroviarias y frentes de agua. La industria se convirtió en el principal
agente de transformación del paisaje y en motor de flujos de población.
3. Separación de trabajo y residencia: Con el crecimiento de las ciudades, se separaron los lugares
de trabajo y residencia, lo que llevó al hacinamiento en barrios obreros insalubres. Hoy en día, la
mayoría de las industrias se han desplazado a las periferias, originando nuevos paisajes industriales
4. Disposición polinuclear: En general, las áreas industriales adoptan una disposición polinuclear en
las grandes aglomeraciones, distribuyéndose de manera lineal a lo largo de las vías de comunicación
o en anillos concéntricos. La proximidad al centro depende de factores como los costes de transporte,
los precios del suelo, las necesidades de espacio y las características de la mano de obra.
5. Zonas industriales planificadas y espontáneas: Se pueden distinguir entre zonas industriales que
surgen de manera espontánea y las que son planificadas por iniciativas públicas o privadas .
6. Barbechos industriales: La revolución tecnológica y las transformaciones productivas del capitalismo
posfordista llevaron a la proliferación de "barbechos industriales" en los años 70 y 80, y a la aparición
de nuevos paisajes industriales en las periferias urbanas más recientes. Muchas industrias antiguas
cerraron o se modernizaron, trasladándose a nuevas localizaciones en las periferias .
7. Transformación de áreas industriales antiguas: Muchas áreas industriales antiguas, como las
portuarias, ferroviarias y de carretera, se han transformado en "barbechos industriales" y han dado
paso a operaciones de renovación urbana en beneficio de usos terciarios y residenciales.
Factores de localización:
Costes de transporte: La repercusión de los costes de transporte sobre el producto final influye en la
localización de las industrias.
Precios del suelo: Los precios del suelo son un factor determinante en la ubicación de las áreas
industriales.
Necesidades de espacio: Las industrias necesitan grandes espacios, lo que influye en su ubicación.
Características de la mano de obra: Las necesidades de mano de obra de cada industria también
influyen en su localización.
Iniciativas públicas o privadas: Las iniciativas públicas o privadas juegan un papel fundamental en
la creación y ubicación de las zonas industriales planificadas.
Urbanismo lineal:
El urbanismo lineal, propuesto por Arturo Soria a finales del siglo XIX y difundido por los desurbanistas
soviéticos, ha influido en la disposición de los usos residenciales, industriales y recreativos en bandas
paralelas, buscando que los trabajadores estén cerca del trabajo y del campo. Un ejemplo de esto es el
polígono industrial de Toledo, donde los usos industriales ocupan la banda más cercana al río, seguidos por
una zona verde, una zona residencial y finalmente el campo.
Impacto de la globalización:
En resumen, las áreas industriales son elementos dinámicos y cambiantes de la ciudad, cuya evolución está
influenciada por múltiples factores económicos, tecnológicos y sociales. Su localización, estructura y
características varían en función del tiempo y el contexto urbano.
Franjas periurbanas
Las franjas periurbanas, también llamadas "rururbanas", son áreas que se extienden más allá del continúo
edificado de una ciudad, donde se mezclan usos del suelo rurales y urbanos. Estas zonas se caracterizan por
cambios rápidos en el paisaje, las funciones y la población.
Características de las franjas periurbanas:
1. Ubicación: Se encuentran más allá de los límites de la ciudad construida, con una anchura variable
dependiendo del tamaño de la ciudad.
2. Usos del suelo: Incluyen infraestructuras de transporte, equipamientos urbanos, industrias y servicios,
junto con áreas rurales y agrícolas.
3. Población: La población de estas zonas tiende a ser joven y en constante cambio debido a los
procesos de urbanización.
4. Expansión: Los límites de estas franjas se renuevan constantemente y se alejan del centro de la
ciudad, especialmente en ciudades con fuerte dinamismo funcional.
5. Estilo de vida: Los residentes suelen tener comportamientos contemplativos de la naturaleza, pero
sus estilos de vida y empleos son predominantemente urbanos.
Componentes del paisaje en las franjas periurbanas:
Suburbios: Agrupaciones de casas y núcleos de población cercanos a la ciudad, que pueden ser pueblos del
mismo municipio o de otros municipios dentro del área metropolitana.
- Satélites: Núcleos con abundantes puestos de trabajo y capacidad para proporcionar bienes
y servicios a su población y a la población externa, con cierta independencia de la ciudad
central.
- Suburbios: Ciudades dormitorio donde residen personas que trabajan en la ciudad central o
en los satélites cercanos, generando un intenso tráfico diario.
- La dinámica urbana transforma los suburbios y los satélites continuamente.
Suelo ocupado por otros usos urbanos: Incluye infraestructuras de transporte, grandes superficies de
servicios y equipamientos urbanos.
1. Estilo de vida urbano: Los modos de vida urbanos se imponen progresivamente, con antiguos
campesinos empleándose en sectores industriales o de servicios, y trabajadores de la ciudad
trasladando su residencia a estas áreas.
2. Movilidad: La población experimenta una fuerte movilidad, con familias jóvenes trasladándose desde
áreas centrales o desde fuera del municipio.
3. Variedad social: Existe una diversidad social creciente, con contrastes entre áreas residenciales de
alto y bajo nivel de renta.
4. Movilidad cotidiana: Los desplazamientos diarios son intensos, con un uso frecuente del automóvil.
5. Comportamientos: Los individuos exhiben comportamientos "rururbanos", valorando la naturaleza,
pero manteniendo estilos de vida y empleos urbanos.
Evolución y tendencias:
1. Durante las décadas de los sesenta, setenta y ochenta del siglo XX, estas franjas se expandieron
paralelamente a la pérdida de población de las áreas centrales de las ciudades de los p aíses
desarrollados.
2. A partir de los noventa, el crecimiento de estas franjas se ha matizado, en el marco de un modelo de
ciudad difusa o dispersa.
3. Actualmente, se observa una tendencia a la homogeneización del paisaje residencial, con modelos
que se repiten en la disposición y organización espacial de las viviendas unifamiliares.
4. Las áreas centrales de las ciudades han experimentado una relativa recuperación demográfica.
5. Los desplazamientos de trabajo y de fin de semana son características de la movilidad de la población
urbana.
El enfoque visual
El enfoque visual es una forma de analizar y entender las ciudades a través de las imágenes mentales que
los ciudadanos construyen sobre ellas. Estas imágenes se basan en cinco elementos principales del paisaje
urbano: sendas, bordes, distritos, nodos e hitos.
1. Sendas: Son las vías o caminos que las personas utilizan para moverse por la ciudad, como calles,
senderos, líneas de tránsito, canales o vías férreas. Estas sendas a menudo sirven como puntos de
referencia principales para las personas al formar sus representaciones mentales de la ciudad.
2. Nodos: Son lugares de confluencia o ruptura de transporte, como plazas, estaciones de ferrocarril o
aeropuertos. Muchos de estos nodos tienen un valor simbólico y de representación colectiva.
3. Distritos: Son áreas que se distinguen mentalmente por los observadores debido a sus rasgos
particulares dentro del conjunto de la ciudad.
4. Hitos: Son elementos del paisaje que son fácilmente visibles y que los ciudadanos utilizan como
puntos de referencia para orientarse en la ciudad. Ejemplos de hitos incluyen la torre de una iglesia,
el edificio del ayuntamiento, un monumento o un accidente de relieve.
5. Bordes: Son elementos lineales que separan espacios diferenciados, ya sea física o socialmente.
Estos bordes pueden ser límites físicos, como líneas de ferrocarril, ríos o zonas de contacto entre
áreas urbanas y rurales, o límites percibidos, como áreas residenciales con características sociales
contrastantes.
La "legibilidad" de una ciudad depende de la naturaleza de estos elementos, su número y la facilidad con la
que son reconocidos. Estos elementos configuran las imágenes mentales de los individuos, actúan como
puntos de referencia para organizar actividades, facilitan la movilidad y proporcionan seguridad emocional a
los habitantes. Además, son la base para la organización cognitiva del espacio y permiten a las personas
orientarse en su entorno.
El urbanismo utiliza estudios de percepción mental como paso previo a la formulación de propuestas concretas
de actuación. Al incorporar elementos nuevos o modificar los existentes, se busca transformar la imagen de
la ciudad e influir en el comportamiento de sus ciudadanos. La necesidad de colocar "hitos" o "marcas" que
permitan la identificación de lugares y faciliten la orientación se destaca como una manera de evitar "ciudades
aburridas".
Las imágenes mentales de los ciudadanos influyen en sus decisiones y comportamientos, por lo que el análisis
espacial se centra en conocer los mapas mentales que las personas elaboran de sus ciudades. La percepción
de estos elementos varía entre individuos, pero también se ven influenciadas por la ubicación de la persona
que realiza el estudio y el barrio en el que reside. La imagen de una ciudad es siempre parcial e incompleta .
La imagen mental colectiva de Toledo se caracteriza por una serie de sendas, nodos, hitos, bordes y barrios,
cuya percepción es similar entre las personas. Sin embargo, las diferencias en la percepción se relacionan
más con la ubicación del lugar donde se realizan los estudios y con el barrio en el que se reside que con
variables socioprofesionales, culturales y de ambiente familiar.
La imagen que tienen las personas de Toledo es siempre parcial e incompleta, donde la mayoría de los
encuestados en 1983 solo percibían con claridad el Casco Antiguo, el Polígono Industrial y los barrios de
Santa Bárbara, Bloques-Reconquista y Palomarejos. Los restantes barrios eran reconocidos de manera
insuficiente y con escasa intensidad. Lo mismo ocurre con los otros elementos que definen visualmente la
imagen de la ciudad, ya que se observa una fuerte concentración en la identificación de unos cuantos rasgos
que sobresalen sobre los demás.
Entre los elementos más destacados en la imagen mental de Toledo se encuentran:
El viejo edificio renacentista del Hospital Tavera. Los puentes de Alcántara y de San Martín.
4. El Ambulatorio y la Residencia de la Seguridad Social.
El enfoque valorativo
El enfoque valorativo en el análisis de la ciudad se centra en cómo las personas sienten e interpretan los
espacios urbanos, y cómo estas valoraciones influyen en sus comportamientos. Este enfoque va más allá de
la simple descripción visual y busca entender la relación entre el comportamiento de las personas y su
percepción del espacio.
A diferencia del enfoque visual que se centra en elementos como sendas, bordes, distritos, nodos e hitos, el
enfoque valorativo considera que los comportamientos de las personas no solo dependen de la percepción y
localización de los elementos del paisaje, sino también de cómo estos son sentidos e interpretados. Así, un
mismo lugar puede generar sentimientos contrapuestos de atracción o rechazo, lo que lleva a
comportamientos distintos.
Las valoraciones de los espacios urbanos son subjetivas y están influenciadas por diversos factores:
1. Experiencia personal: Las vivencias individuales y las actividades que se realizan en la ciudad
influyen en cómo se valoran sus diferentes áreas.
2. Factores socioeconómicos y profesionales: El estatus social, el nivel de ingresos y la ocupación
de las personas afectan su percepción de los espacios.
3. Conocimiento y familiaridad con el entorno: El grado de conocimiento y familiaridad con el medio
urbano influye en cómo se valora.
4. Estereotipos de comportamiento social: Los estereotipos culturales y sociales también juegan un
papel en la valoración de los espacios.
5. Nivel cultural y educativo: El nivel cultural y educativo influye en cómo se percibe y valora el entorno.
6. Información recibida: La información que se recibe sobre la ciudad a través de diferentes fuentes
influye en la valoración.
7. Dimensión espacio-temporal: La forma en que las personas se desplazan en el espacio y en el
tiempo, así como sus roles sociales, también influyen en sus valoraciones.
Las valoraciones de las áreas urbanas se realizan en función de los criterios y fines que impulsan la acción.
Por ejemplo:
Áreas residenciales: Se valoran por la calidad de vida que ofrecen al buscar vivienda, pero también
por su seguridad durante la noche.
Preferencias residenciales: Son influenciadas por factores como el paisaje de los barrios, la limpieza,
la seguridad, el ruido, la accesibilidad y la movilidad.
También influyen las cargas simbólicas que resultan de contextos culturales y que se hacen presentes en el
subconsciente de las personas:
Las áreas urbanas son valoradas de manera diferente por los organismos ofici ales, las empresas y las
instituciones privadas para establecer servicios o efectuar inversiones. Por eso es importante para la
planeación urbana considerar no sólo el aspecto visual de la ciudad, sino también las valoraciones que le dan
sus habitantes.
En el caso de Toledo, la valoración de sus barrios se hace en función de las actividades predominantes y el
rango social con el que se asocian. Así, el Casco Antiguo, Bloques-Reconquista, Santa Teresa y Palomarejos
son considerados barrios comerciales, mientras que la Avenida de Europa, Santa Teresa y Buenavista son
mejor valorados socialmente. Barrios como San Martín, San Antón, Covachuelas y Antequeruela son
asociados a niveles de renta bajos.
El enfoque valorativo considera también la dimensión espacio-temporal, reconociendo que los
desplazamientos diarios de las personas están condicionados por sus roles y actividades, lo que influye en
sus valoraciones del espacio urbano 0. Este enfoque complementa el análisis visual de la ciudad, al incluir
factores subjetivos y emocionales en la comprensión de la realidad urbana.
El enfoque preferencial
El enfoque preferencial en el análisis de la ciudad, según R.M. Downs, está estrechamente relacionado con
el enfoque valorativo, pero se centra específicamente en la estimabilidad que generan los elementos del
paisaje o las áreas urbanas en las personas. Mientras que el enfoque valorativo considera cómo los individuos
perciben y valoran el medio, el enfoque preferencial busca determinar qué lugares son más deseables o
atractivos para ellos.
Dimensiones de la Imagen Mental:
1. Dimensión valorativa: Se refiere a cómo los individuos consideran el medio para adoptar un
comportamiento determinado.
2. Dimensión preferencial: Alude a la mayor o menor estimación que generan los elementos del paisaje
o áreas urbanas en las personas.
Investigación de las Preferencias La investigación de estas dimensiones se lleva a cabo mediante diversas
técnicas:
1. El método del diferencial semántico: Mide la carga valorativa a partir de las asociaciones semánticas
y análisis estadísticos.
2. Mapas topológicos de preferencias: Se elaboran mediante encuestas y análisis estadísticos, donde
se usan escalas ordinales para definir los espacios más valorados. En estos mapas, los espacios más
preferidos reciben puntuaciones más altas.
Elaboración de Mapas de Preferencias Para crear estos mapas, se puede utilizar una escala ordinal, por
ejemplo, del 1 al 10, donde 10 representa la mayor preferencia y 1 la menor. A las personas encuestadas se
les pide que indiquen sus lugares preferidos para vivir u otros fines, y los lugares mencionados en primer lugar
reciben la puntuación más alta. Luego, las puntuaciones de cada lugar se suman y se representan
cartográficamente
Preferencias en Toledo En el caso de Toledo, se elaboró un mapa de preferencias a partir de las respuestas
de estudiantes de bachillerato sobre los barrios donde más les gustaría vivir. Los resultados mostraron que
las diferencias en la estimación de los barrios se debían a:
El estudio también reveló que las personas con comportamiento "localista", que apenas salen de su barrio,
tienen mapas mentales más fragmentados, en comparación con las personas con comportamiento
"cosmopolita".
El "Sentido del Lugar" El "sentido del lugar" es un factor importante que influye en las preferencias:
Sentimientos hacia el Lugar Yi Fu Tuan identificó diferentes sentimientos de las perso nas hacia el lugar de
residencia:
En resumen, el enfoque preferencial, al igual que el valorativo, reconoce que las imágenes mentales de la
ciudad no son solo producto de elementos visuales, sino también de valoraciones y preferencias personales,
así como del "sentido del lugar".
Una "población abierta" se refiere a las características de los habitantes de las ciudades, quienes, a
diferencia de las poblaciones rurales, han mantenido contacto con el exterior en diversos contextos
socioeconómicos, culturales y políticos a lo largo de la historia. Esta apertura influye en la estructura
demográfica de las ciudades, que está marcada por las migraciones. Debido a esta apertura, las diferencias
entre las ciudades, en términos de estructura por grupos de edad, sexo, origen, lugar de nacimiento y
actividad, son significativas.
1. Durante el siglo XIX, tanto las tasas de natalidad como de mortalidad eran más altas en las ciudades
que en el campo.
2. Posteriormente, las tasas de natalidad y mortalidad disminuyeron en las ciudades.
3. En la actualidad, las tasas de mortalidad tienden a ser similares o ligeramente superiores en las
ciudades, debido a las agresiones ambientales como la contaminación, el ruido y el tráfico. En los
países desarrollados, la equiparación de los estilos de vida urbanos y rurales, así como la
disponibilidad de atención médica, eliminan las diferencias de mortalidad entre el campo y la ciudad .
4. En contraste, muchas ciudades de África, Asia y Latinoamérica tienen altas tasas de mortalidad debido
al hacinamiento en tugurios y asentamientos marginales, como resultado del éxodo rural y la migración
entre ciudades. La mortalidad infantil puede alcanzar tasas muy altas en barrios de chabolas.
5. La falta de recursos, incluyendo el acceso a servicios de salud y alimentos suficientes, contribuye a
problemas de subalimentación y al aumento de la mortalidad. Las condiciones climáticas también
influyen en la propagación de enfermedades, especialmente en los estratos sociales de bajos ingresos
que viven en asentamientos marginales.
6. La natalidad es generalmente más baja en las ciudades que en el campo debido al tamaño de la
vivienda, la disponibilidad de información sobre planificación familiar, y la incorporación de la mujer al
mundo laboral. El retraso en la edad de matrimonio y la priorización de la calidad de vida también
reducen el número de hijos.
Desigualdades en las densidades de población: Dentro de las ciudades, la población se distribuye de manera
desigual, tanto en términos de densidad bruta (número de personas por unidad de superficie) como de
densidad neta (personas por unidad de superficie construida con fines residenciales).
1. C. Clark (1951): La población disminuye de forma exponencial a medida que aumenta la distancia al
centro.
2. J. Tanner y G. Sherratt (1961): La densidad desciende lentamente cerca del centro, de forma brusca
más lejos y suavemente junto al exterior.
3. B. Newling (1969): La densidad es baja en el centro, aumenta hasta un máximo en los extremos del
área central y luego disminuye exponencialmente hacia los límites de la ciudad.
4. Estos modelos también pueden relacionarse con la evolución histórica de las ciudades, con el modelo
de Clark reflejando la etapa más joven, el de Tanner y Sherratt la etapa de madurez, y el de Newling
la etapa de vejez.
Variaciones en la densidad:
Tamaño de las aglomeraciones: Las grandes ciudades tienen densidades residenciales más altas
en las áreas interiores y un descenso más suave hacia la periferia en comparación con las ciudades
pequeñas.
Pobres y minorías étnicas: Las ciudades muestran desigualdades significativas en cuanto a los niveles de
ingresos, con distintos grupos sociales ocupando barrios o sectores que se diferencian por la calidad de las
viviendas, el nivel de ingresos y la cultura.
1. Poblaciones de bajos recursos: Las familias jóvenes con hijos que buscan viviendas más grandes y
baratas en las periferias han contribuido al vaciamiento del centro de la ciudad y la ocupación de
viviendas deterioradas por inmigrantes y poblaciones marginales. Solo las áreas centrales de alta
calidad o las que han sido rehabilitadas atraen a personas con ingresos más altos o jóvenes que
buscan su primera vivienda.
2. Los cambios recientes en el sistema productivo, que han causado un aumento del desempleo, han
provocado el empobrecimiento y la marginación en algunos barrios periféricos. En Europa occidental,
entre 1975 y 2000, el número de pobres que no podían satisfacer sus necesidades básicas aumentó
en casi un 60%.
3. En las ciudades del Tercer Mundo, las personas de bajos ingresos se instalan en tugurios en el centro
de la ciudad y en enormes barrios de chabolas en la periferia. Los recursos públicos son limitados y el
fuerte crecimiento demográfico y el éxodo rural impiden que la administración proporcione viviendas
adecuadas. El bajo nivel de ingresos de estas poblaciones tampoco incentiva la construcción de
viviendas sociales por parte de la iniciativa privada, lo que da como resultado la proliferación de
asentamientos informales, a menudo construidos en terrenos peligrosos.
4. Minorías étnicas: El aumento de los desequilibrios económicos y sociales a nivel mundial también ha
provocado un incremento de las minorías étnicas en las grandes metrópolis, así como procesos de
exclusión en su interior.
5. Las minorías étnicas y religiosas tienden a agruparse en zonas o barrios específicos, lo que fomenta
la segregación espacial y la diferenciación residencial dentro de la ciudad. Estas agrupaciones a
menudo se forman porque las personas buscan ayuda mutua, comparten gustos, afici ones y valores
culturales y religiosos similares. Sin embargo, las generaciones posteriores pueden integrarse al resto
de la sociedad.
6. Los métodos utilizados para definir y comparar las diferentes áreas residenciales incluyen el análisis
factorial para dinamizar variables relacionadas con los ejes de segregación, así como métodos más
sencillos basados en el coeficiente de localización o en índices como los de Murphy, Mattila y
Thompson.
7. Coeficiente de localización: El coeficiente de localización se utiliza para determinar el predominio
espacial de ciertos grupos sociales. Este índice se calcula con la siguiente fórmula: C.L. = (a/A) / (p/P),
donde 'a' es el grupo social en un área, 'A' es el total del grupo en la ciudad, 'p' es la población del
área y 'P' es la población total de la ciudad. Un valor alto indica una concentración espacial más fuerte
del grupo en esa área [8]. Por ejemplo, si se aplica este índice a los datos de profesionales y técnicos
en el distrito de Retiro en Madrid, se puede observar una fuerte concentración espacial de este grupo,
lo que permite catalogar el distrito como de alto nivel social.
En resumen, las ciudades muestran una clara segregación residencial y social, donde los pobres y las minorías
étnicas a menudo se encuentran en zonas marginadas o deterioradas, mientras que los grupos de mayores
ingresos ocupan las áreas de mayor calidad.
Desigualdades en las densidades de población: Dentro de las ciudades, la población se distribuye de manera
desigual, tanto en términos de densidad bruta (número de personas por unidad de superficie) como de
densidad neta (personas por unidad de superficie construida con fines residenciales).
1. En general, la densidad de población disminuye progresivamente desde el interior hacia la periferia
urbana. Esta disminución se debe a razones económicas, sociales e históricas que varían según los
contextos culturales.
2. Ciudades norteamericanas: Las mayores densidades residenciales en el centro se deben a que los
grupos sociales más humildes viven en edificios multifamiliares para evitar los gastos de transporte de
vivir en la periferia. Las bajas densidades en las zonas suburbanas se justifican por los menores
precios del suelo a medida que aumenta la distancia al centro.
3. Europa y Latinoamérica: Las áreas centrales mantienen densidades relativamente altas debido a la
herencia de un pasado donde los transportes limitaban los desplazamientos y las clases sociales altas
preferían las localizaciones centrales por prestigio. Además, la cultura latina tradicionalmente ha
favorecido la ciudad concentrada y la vivienda multifamiliar, a diferencia del modelo anglosajón de
ciudad dispersa y vivienda unifamiliar. Sin embargo, la globalización está favoreciendo la expansión
de viviendas unifamiliares en la periferia de las ciudades europeas, acercándose al modelo
norteamericano.
4. Modelos de gradiente de densidad:
C. Clark (1951): La población disminuye de forma exponencial a medida que aumenta la distancia al
centro.
J. Tanner y G. Sherratt (1961): La densidad desciende lentamente cerca del centro, de forma brusca
más lejos y suavemente junto al exterior.
B. Newling (1969): La densidad es baja en el centro, aumenta hasta un máximo en los extremos del
área central y luego disminuye exponencialmente hacia los límites de la ciudad.
Estos modelos también pueden relacionarse con la evolución histórica de las ciudades, con el modelo
de Clark reflejando la etapa más joven, el de Tanner y Sherratt la etapa de madurez, y el de Newling
la etapa de vejez.
5. Variaciones en la densidad:
Conflictos urbanos
Conflictos urbanos: Los conflictos urbanos son el resultado de una variedad de factores complejos y no de
una única causa. Estos conflictos se manifiestan de diversas maneras y a diferentes niveles, afectando la vida
diaria de los ciudadanos.
1. Determinismo del entorno: La influencia del entorno físico y social en el comportamiento de las
personas.
2. Impacto de las multitudes: El efecto de las grandes concentraciones de personas en el comportamiento
individual y social.
3. Diseño arquitectónico y urbanístico: Cómo el diseño de edificios y espacios urbanos puede influir en
las interacciones sociales.
4. Efectos de la alienación: La pérdida de conexión social y el sentimiento de aislamiento en entornos
urbanos.
5. Comportamiento como reflejo de las superestructuras sociales: Las acciones individuales como
manifestación de desigualdades sociales y de poder.
6. Formación de subculturas urbanas: La creación de grupos con valores y comportamientos distintos del
resto de la sociedad.
Consecuencias de la expansión urbana: La expansión indefinida de las ciudades y su forma extensa pueden
generar estrés y agobio psicológico. La vida social se fragmenta y se debilitan los vínculos personales, lo que
puede llevar a la desorganización social, el desinterés y la inseguridad ciudadana. La familia, los amigos y los
vecinos pierden su papel de control social.
Problemas de alojamiento: El reducido tamaño de las viviendas, las grandes concentraciones residenciales
y la contaminación acústica pueden incrementar el estrés personal. El desempleo y la impersonalidad urbana
facilitan las actuaciones egocéntricas y no convencionales.
Conductas patológicas: Desde una perspectiva inspirada en L. Wirth (1938), las conductas patológicas
frecuentes en ambientes urbanos son interpretadas como respuestas a la dureza del entorno social y físico
de la vida urbana. La frialdad e impersonalidad en las ciudades pueden romper los vínculos de las relaciones
interpersonales y el orden social.
Movimientos de protesta: Actitudes críticas al modelo urbano pueden surgir en forma de movimientos como
el "okupa". Estos movimientos pueden proponer una cultura urbana alternativa, basada en el autoempleo, la
autodeterminación y la búsqueda de espacios de libertad.
Conflicto por el uso del suelo: Existe una lucha constante entre aquellos que buscan maximizar el valor del
suelo (propietarios, promotores) y aquellos que defienden su valor de uso (ciudadanos). La especulación del
suelo, la expulsión de las clases bajas a la periferia y la falta de inversión en ciertas zonas generan tensiones
y conflictos. Cuando los poderes públicos no pueden satisfacer las necesidades básicas de infraestructura y
consumo colectivo, pueden surgir movimientos de protesta.
Conflictos en los centros históricos: Las políticas de revitalización de los centros históricos pueden generar
conflictos entre los intereses de los propietarios del suelo y los promotores urbanísticos, por un lado, y los
vecinos y comerciantes, por otro. La resistencia de los vecinos a ser desplazados y la defensa del patrimonio
histórico pueden generar activismo vecinal.
La planificación y los conflictos: La planificación urbana, aunque busca resolver problemas como la
escasez de viviendas y la congestión del tráfico, también puede generar conflictos si no se tienen en cuenta
las necesidades y los deseos de los ciudadanos. La falta de participación ciudada na en las decisiones
urbanísticas puede llevar a la insatisfacción y a la protesta.
La ciudad se considera un espacio complejo debido a la interacción de múltiples factores que la configuran,
incluyendo aspectos físicos, sociales, económicos, culturales y simbólicos. Esta complejidad se manifiesta en
diversas dimensiones:
- Las áreas centrales suelen ser el núcleo fundacional y el ensanche, concentran el empleo
terciario y cuaternario, y son el centro de actividad o CBD.
- Las áreas residenciales se diferencian socialmente por los niveles de renta y la calidad de la
edificación.
- Las zonas industriales se ubican cerca de infraestructuras de transporte.
- Las franjas periurbanas son zonas de expansión reciente donde se mezclan usos rurales y
urbanos.
Dinámicas sociales y económicas: La ciudad es un espacio donde operan dinámicas del modelo de
producción capitalista, donde el suelo se convierte en mercancía y se producen procesos de especulación.
Estas dinámicas generan conflictos entre los diferentes agentes sociales que intervienen en su construcción,
como los propietarios del suelo, los promotores de la construcción y los ciudadanos. Las ciudades reflejan las
relaciones de clase y la acción de los poderes públicos para el mantenimiento y reproducción de la fuerza
laboral.
Espacio percibido y vivido: La ciudad no es solo un espacio objetivo, sino también un espacio de vida y
comportamiento que se percibe a través de representaciones mentales condicionadas por las características
sociales de las personas y del entorno. La imagen colectiva de la ciudad se construye a partir de elementos
históricos, artísticos y simbólicos, como edificios singulares, hitos y barrios. Las personas también valoran la
ciudad a través de sus experiencias personales, actividades y conocimientos del entorno urbano. El "sentido
del lugar" también varía según la etapa del ciclo vital, los componentes psicológicos y las expectativas
vivenciales.
Movilidad y población: La población urbana se caracteriza por su alta movilidad, tanto por razones de trabajo
como de ocio. Los movimientos pendulares y los desplazamientos de fin de semana son característicos de la
vida urbana, lo que genera la necesidad de infraestructuras de transporte. La población urbana es también
diversa en términos de edad, sexo, origen, lugar de nacimiento y actividad, y estas diferencias se acentúan
entre las distintas zonas de la ciudad.
Conflictos urbanos: La expansión de la ciudad, las desigualdades sociales y económicas, y la falta de
planificación adecuada generan conflictos urbanos [31-33]. Los conflictos pueden surgir por el uso del suelo,
la segregación residencial, la falta de acceso a servicios básicos y la pérdida de vínculos sociales. La fri aldad
e impersonalidad de la vida urbana pueden llevar a conductas patológicas y a la ruptura de las relaciones
interpersonales.
En conclusión, la ciudad es un espacio complejo que requiere un análisis desde diferentes enfoques para
comprender su realidad [1]. La geografía urbana, junto con otras ciencias sociales, contribuye a analizar las
estructuras internas, las dinámicas sociales y económicas, las percepciones y los conflictos, así como a buscar
soluciones para mejorar la calidad de vida y el desarrollo sostenible de las ciudades