Geografía Urbana y Urbanización
Geografía Urbana y Urbanización
Introducción
Al describir la urbanización contemporánea Brugmann (2009) recalca que el
mundo en sí mismo está siendo convertido en una ciudad, con la emergencia de un
sistema global de ciudades heterogéneo y jerárquico, entrelazado por complejas re-
des de comunicaciones. Esta caracterización, que evoca la célebre utopía de Corus-
cant, el planeta urbano de la saga de Star Wars, se reafirma en los datos del World
urbanization prospects que muestran cómo el mundo pasó de apenas un 30 % de
población urbana en 1950 al 54 % en el 2015, y un estimado del 66.4 % en el 2050.
Este proceso de rápido movimiento de la población hacia las ciudades ha contribuido
significativamente en hacer de los estudios urbanos una de las áreas temáticas más
dinámicas y de mayor desarrollo en las últimas décadas. Es, además, reconfortante
reconocer que, en la expansión de los estudios de la ciudad, la geografía ha tenido
una contribución capital, tanto teórica como aplicada, incluyendo la planificación
urbana y regional como subcampo desarrollado en conjunto con otras ciencias como
la economía y la sociología.
El capítulo de Montoya (en este volumen), por otra parte, evidencia la magnitud
e importancia del fenómeno urbano contemporáneo extendido a nivel planetario,
el cual plantea importantes retos: desde el estancamiento y la búsqueda por alter-
nativas a la urbanización, propias de aquellos países en los que la mayoría de su
población vive en ciudades; pasando por los retos en términos de empleo y desarrollo
en regiones densa y recientemente urbanizadas, como América Latina —donde, a
pesar de los notorios avances técnicos, políticos y sociales, aún falta un mayor desarrollo
de las economías urbanas y un crecimiento económico que permita la inclusión de
grandes sectores de la población, aún marginados—; hasta los retos que imponen
regiones con ciudades gigantes como Asia y que, a la vez, mantienen un alto poten-
cial de urbanización, dado el significativo número de población rural restante. Este
último reto es aún mayor en África, un continente poco urbanizado y que enfrentará
en las próximas décadas la difícil combinación de altas tasas de crecimiento de sus
ciudades, con el desarrollo de sus economías y la capacidad de gestión de los nuevos
conglomerados urbanos.
Estos retos son no solo para los responsables políticos, también lo son para las co-
munidades científicas encargadas de proveer conocimiento para el desarrollo y gestión
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La idea anterior conduce, entonces, a señalar que comunicaciones;4 hoy las ciudades tienden a reloca-
una ciudad se define también como un punto de re- lizar masivamente su industria en las periferias más
ferencia de cultura y civilización. En ella concurren exteriores de sus anillos metropolitanos, dando lugar
sabios y saberes, como lo atestiguó Atenas en la Edad a una forma urbana posindustrial.
Antigua, Córdoba en la Edad Media, París y Viena en La vida económica de la ciudad es altamente di-
el siglo xix, o Nueva York y Los Ángeles en el presente.1 námica y cambiante, estrechamente ligada a lugares y
Todas estas ciudades, y otras con más o menos poder y contextos históricos. La ciudad europea, por ejemplo,
proyección en diferentes épocas, evidencian aún ricos fue definida hasta el siglo xviii especialmente por su
vestigios de su pasada gloria como cuna de las letras, rol político, concentrando el poder militar y económico 29
de las ciencias, la técnica y la filosofía. Igualmente re- que garantizaba el funcionamiento de los imperios, de
posan en ellas las manifestaciones arquitecturales más los cuales era cabeza o tenía una posición de avanzada.
notorias de cada época, respondiendo a esa estrecha La ciudad norteamericana, por el contrario, se fue mol-
ligazón que existe entre arquitectura y poder, que se deando lentamente en la medida en que la colonización
expresa en los edificios religiosos de la Edad Media, los consolidaba las diferentes economías regionales. En el
palacios de la temprana Edad Moderna o las estaciones siglo xviii ambas fueron modificadas profundamente
ferroviarias y los rascacielos del período industrial.2 por la industrialización, la cual expandió las posibilida-
También la arquitectura más reciente, desde el moder- des de la ciudad más allá de lo que antes alguien pudiese
nismo y sus estrechas relaciones con el industrialismo haber imaginado; la creciente capacidad industrial creó
y los movimientos fascistas de la década de 1930, hasta gigantescas ciudades fabriles como Liverpool o Detroit;
el movimiento posmoderno que, inspirado en una pro- la expansión del comercio permitió el florecimiento de
funda crítica al modernismo, se integra plenamente al ciudades puerto como Manchester o Ámsterdam; y la
capitalismo cultural contemporáneo en sus diseños, alta demanda de materias primas permitió la expansión
materiales y funciones; estas últimas orientadas fre- de ciudades encargadas de coordinar su producción y
cuentemente al marketing del lugar y el diseño de espa- exportación a los centros de transformación como Bue-
cios urbanos dirigidos a los actores dominantes de unas nos Aires o Singapur. Igualmente, los altos excedentes
economías urbanas tercerizadas: turistas, inversores y de riqueza generados por el aumento de la productividad
residentes de elite. 3
de las máquinas favorecieron la efervescencia de cen-
Así, la ciudad se define esencialmente por sus fun- tros financieros tempranos como Hamburgo, Frankfurt
ciones, que son principalmente de comando, control, o París en el siglo xix, y tardío en el periodo entre los
coordinación y consumo, más allá de si se remiten al siglos xix y xx en Chicago, Londres y Nueva York.
sector primario, secundario o terciario. Esta definición En otras regiones, como América Latina, a pesar de
limita evidentemente la interpretación más común la existencia de ciudades precolombinas magnificentes
de la ciudad como espacio de producción, asociado como Tenochtitlán o Cusco, la ciudad renace con la con-
principalmente con la etapa industrial, pero hay que quista como proyecto político-religioso y por muchos
tener en cuenta que ello fue solamente un fragmento años su función principal es la de asiento de las auto-
de tiempo en la larga historia de las ciudades, condi- ridades eclesiásticas —de hecho, Bogotá cambia de ca-
cionado por las limitaciones espaciales de la industria, rácter cuando es elevada en 1564 a la categoría de sede
superadas en menos de un siglo por los avances en las del arzobispado—. Pero, lentamente, su desarrollo se va
asociando a la emergencia de economías de exportación
como el tabaco para el caso colombiano en los siglos
1 Una erudita reflexión sobre las ciudades faro de la xviii y xix; el café para San Pablo (Brasil), Medellín y
civilización es el libro de Peter Hall (2001), Cities in
Civilization.
2 Ilustraciones de dicha relación pueden ser revisados 4 A mediados de siglo, Wirth (1938) señalaba claramente
en Hall (1996), Harvey (2003b), Mumford (1979) y Sudjic la dificultad de confundir urbanismo con industrialismo
(2007). y con capitalismo moderno; una equivocación común en
3 Un ejemplo es mostrado en el texto de Enright (2014) las lecturas desde la economía política y que oscurece la
sobre el simbolismo urbanístico del proyecto del Grand perspectiva de cambio de la ciudad, pero especialmente
Paris. la dimensión histórica de la misma.
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dominantes de una época y también con las ideas sobre urbanos, así como al análisis de los elementos causa-
la ciudad misma, si bien algunos conceptos perviven les que determinan tales patrones en la ciudad (Knox
por largos períodos, como la idea de metrópolis. En y Pinch 2010). Ello permite entender el porqué de la
ese sentido, la ciudad contemporánea trasciende la clá- localización de ciertos barrios populares, las razones
sica dicotomía de lo urbano y lo rural, conjugándose en detrás de la concentración de la criminalidad en ciertos
su naturaleza la compleja relación que se establece entre sectores, la relación entre planificación y la distribución
diferentes espacios: el puramente local, el periurbano, el de los espacios industriales, las altas asimetrías espa-
suburbano, el metropolitano, el metapolitano7 y las es- ciales en los costos de la vivienda y, así sucesivamente,
feras de las interacciones regionales, para llegar a las diversos interrogantes cuya respuesta es esencial para 31
escalas macro de los corredores continentales y la urba- el conocimiento de la ciudad y para la acción sobre esta,
nización planetaria. de parte de los diferentes actores urbanos, pero espe-
cialmente del Estado.
Tabla 1. Obras de referencia en historiografía urbana.
Bairoch (1990); Choay (1996); Hall (1996; Una breve historia del subcampo
2001); Mumford (1979);
General La geografía urbana, como área especializada o
Pirenne ([1925] 2014); Roncayolo (1997);
Vance (1990); Weber (1958).
rama sistemática dentro de la geografía, hace su debut a
Amato (1968); Almandoz (2002); Aprile-
América Latina
Gniset (1991; 1992; 2010); Hardoy (1972); comienzos del siglo xx y cobra auge al final de la Segunda
y Colombia
Romero ([1969] 1999); Zambrano (1993). Guerra Mundial. Esto es un reflejo del propio desarrollo
Fuente: elaboración propia. de la geografía como ciencia, del cambio de paradigmas
y de métodos, pero también de la evolución misma de
La estructura de la geografía urbana las ciudades, ya que estas habían llegado a constituirse
La geografía urbana se organiza como uno de los en parte importante del paisaje de los países occiden-
principales subcampos o ramas sistemáticas de la geo- tales, haciendo imperante el progreso de los estudios
grafía humana. Está dedicada específicamente al estu- urbanos. Otto Schlüter (geógrafo alemán, historiador
dio de las ciudades y de sus relaciones con los espacios y lingüista), con su obra Bemerkungen zur Siedlungs-
en los que se insertan. Este subcampo se asocia direc- geographie (1899), es considerado por muchos como el
tamente con el análisis del espacio urbano, entendido fundador de la geografía urbana (Berdoulay y Soube-
como el ambiente construido por la acción humana, yran 2010; Pertile 2007; Pulido y Amaya 2015; Vilagra-
altamente artificializado y donde el urbanista adopta sa 1991). También destacan la producción de la primera
una nueva psicología basada en la subjetividad, la liber- geografía general urbana, publicada por K. Hassert en
tad y la creatividad (Simmel [1903] 1971). Esta acción 1907 (Die Städte geographisch betrachtet), considerada
del hombre a través de la técnica y el trabajo se traduce por algunos autores como el primer intento serio por
en una disposición particular de los elementos físicos sistematizar los conocimientos existentes sobre el tema
que incluye el mosaico de viviendas del espacio resi- (Santos Preciado 1992); así como la tesis de Raoul Blan-
dencial, el conjunto de infraestructuras que dan forma chard, Grenoble, étude de géographie urbaine (1911)
a los espacios industriales y el resto de equipamientos con la que pretendía explicar el origen y desarrollo de la
y edificios que moldean los espacios institucionales, ciudad como un derivado de las condiciones físicas aso-
financieros, educativos, comerciales, etc., entrelazados ciadas con su localización o el carácter del sitio. Ello lo
por redes de comunicaciones y cuya forma física expre- ilustraría muy bien en su historia urbana de Montreal,
sa también una estructura social claramente diferencia- en la que enfatiza su posición estratégica inicial para el
ble en función de los ingresos, la cultura, la identidad comercio de pieles en América del Norte y luego su papel
y las economías de los grupos humanos allí asentados. de pivote en la comunicación de la zona industrial de los
La geografía urbana se encarga, entonces, del estu- Grandes Lagos con Europa, a través del río San Loren-
dio de todos estos elementos que constituyen el espa- zo como vía de salida al Atlántico (Blanchard 1992). El
cio urbano y, para hacerlo, recurre a la descripción de aporte de Blanchard constituyó un método de estudio
la ciudad, a la cartografía de los eventos y fenómenos de la ciudad de gran difusión en el ámbito francés, pues
ofrecía una serie variada y ordenada de temas de estu-
7 Ver Ascher (1995). dio sobre esta (Carreras y Ballesteros 2007).
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5. Periodo inicial de la crisis actual (1973-1994). Sobre- de la naturaleza del objeto de su estudio (la ciudad), hace
salen los geógrafos David Harvey, William Bunge, que sea este un campo prolífico en cuanto a la produc-
Horacio Capel, J. Beaujeu-Garnier, David Clark y ción de teorías, enfoques, conceptos, ideas, y otro tipo
Edward Soja. También se incluyen algunos geógrafos de aportes, como lo demuestra la profusa literatura que
brasileros, como Milton Santos y Mauricio Abreu. cada día se genera. Igualmente, los temas del subcampo
Cabe señalar que para este período la producción de han variado a lo largo de su evolución, desde las consi-
trabajos en el área de la geografía urbana, en cada deraciones sobre el sitio, las etapas de crecimiento de
uno de los países latinoamericanos ha sido muy pro- las ciudades, la historia de la ciudad, hasta la morfolo-
lífica, aunque con menor difusión, por lo que no son gía y estructura interna de la ciudad, incluidos los usos 33
incluidos en el recuento de Vasconcelos (2015). Los del suelo, los patrones espaciales y las clasificaciones de
trabajos de Luis Fernando Chaves en Venezuela cons- los espacios urbanos (tipologías, funciones regionales,
tituyen un buen ejemplo (Boada Ceres y Delgado de etc.), así como los problemas urbano-ambientales y so-
Bravo 1999). La producción desde otras disciplinas bre la sustentabilidad de los espacios urbanos.
vinculadas al estudio de la ciudad es aportada por De otro lado, para comprender esta evolución de
autores desde la sociología y el urbanismo como P. la geografía urbana, se hace necesario revisar sus an-
Merlin, F. Choay, M. Roncayolo, T. Paquot; Jean Loj- tecedentes como rama formal de la geografía, debido a
kine, Y. Grafmeyer, I. Joseph, Peter Saunders, Saskia que ellos han sido variables, dependiendo de los mar-
Sassen y Gilles Montigny; antropólogos como Ulf cos epistemológicos que predominarán en la ciencia
Hannerz y James Holston; economistas como Alain geográfica, lo cual influyó para que variaran tanto los
Lipietz y Paul Singer; y, de otras ramas de las ciencias temas de estudio, como las metodologías utilizadas. La
sociales, Anatole Kopp, Mikhail Possokhine, Paul Vi- geografía urbana utiliza, por consiguiente, distintos
rilio, Mike Davis, Jean-Pierre Gaudin, Enrico Guido- enfoques que son contextuales a su evolución histórica
ni, Paul Bairoch, P. Ansay y R. Schoonbrodt. como disciplina. De allí su carácter multiparadigmá-
6. Periodo actual (1995-2015). Vasconcelos resalta tico, visión que, de acuerdo con Rodríguez Lestegás
diferentes textos: Métapolis (1995) del urbanista (2000, 39), tiene aceptación en la geografía actual: la
francés François Ascher; La Cidade Pos-Moderna geografía, lejos de aceptar un único modelo explicativo
(1997) de Giandomenico Amendola; Cybercities e interpretativo, ve cohabitar perdurablemente varias
(1996) de Christine Boyer; Diccionario de Geo- concepciones, discursos y enfoques diferentes, unos
grafía Urbana, Urbanismo y Ordenación del complementarios entre sí, pero otros opuestos y radi-
Territorio (2000), editado por Zoildo y otros; Post- calmente enfrentados. Históricamente, estos enfoques
metropolis (2000) de Edward Soja; Dictionnaire pueden resumirse así:
La ville et l´urbain (2006) de la geógrafa francesa • Un primer enfoque, el más antiguo, se centra en las
Denise Pumain; y, finalmente, L’Aventure des mots relaciones que se establecen entre la ciudad, como
de la ville (2010) de Topalov y otros, el cual contie- un hecho social, y las condiciones naturales de su
ne 1493 páginas con 264 artículos, escritos por 160 entorno (su sitio o emplazamiento), haciendo énfa-
autores en ocho lenguas (alemán, árabe, español, sis en las condiciones naturales-relieve, clima, ve-
francés, inglés, italiano, portugués y ruso), datos getación, etc., que limitan o posibilitan el desarrollo
que muestran la riqueza y amplitud de la temática físico y económico de las ciudades. En el estudio de
de la obra. estas relaciones se hacía igualmente hincapié en
el estudio de la situación o posición, como bases
A fin de complementar esta lista, y este recorrido naturales y artificiales del poblamiento urbano, la
temporal de los estudios urbanos, el lector puede remi- morfología resultante, en la cual el plano urbano es
tirse a la tabla 1 y al texto clásico de F. Choay, El urba- la expresión más evidente, y la importancia que la
nismo. Utopías y realidades (1970), en el que hay una técnica y las innovaciones tienen en la superación
compilación selectiva de clásicos de la ciudad. de barreras físico-naturales y en el desarrollo de la
En síntesis, si bien el inicio de la historia de los estu- ciudad. En los estudios iniciales, la ciudad consti-
dios en geografía urbana es relativamente reciente, y su tuía un dato suplementario de las áreas de la super-
trayectoria puede ser plasmada brevemente, la riqueza ficie terrestre. Posteriormente, con el determinismo
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tratamiento a través del modelamiento estadístico y que El listado, por otra parte, evidencia que, en regiones
es ampliamente dominada por economistas y geógrafos con una comunidad académica grande, es posible man-
económicos. La segunda revista, ijurr, es de un alcan- tener un alto nivel de especialización en las publicaciones
ce mucho más amplio y ha hecho un especial énfasis en seriadas. En nuestro contexto la situación es diferente y
temáticas de lo que ahora se denomina el ‘Sur global’, la publicación en geografía urbana se difunde en diferen-
incluyendo un proceso de internacionalización desde el tes medios tanto de geografía, como de ciencias afines,
2009 que apuntó al desarrollo de actividades fuera de los principalmente urbanismo, y de forma secundaria en
circuitos tradicionales como México o Brasil, donde han sociología, historia, literatura, economía y arquitectura.
tenido lugar varias conferencias centrales de la revista Entre las publicaciones de este tenor destacan, a nivel 35
(Boudreau, Gandy y Kaika 2015); los últimos números, latinoamericano, Eure, la revista chilena fundada en
además, fueron orientados a los discursos poscoloniales 1970 por la Pontificia Universidad Católica de Chile; y
sobre la ciudad, tema que recientemente tiene amplio dos revistas colombianas: Bitácora urbano-territorial,
despliegue en la publicación. Finalmente reseñamos de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de
Urban Geography, fundada por Bryan Berry en 1980 y, Colombia fundada en 1997, y Cuadernos de Vivienda
contrario a la heterogeneidad temática y disciplinar de y Urbanismo, de la Pontifica Universidad Javeriana,
las dos publicaciones anteriores, está más concentrada asociada al Injaviu (Instituto Javeriano de Vivienda y
en la agenda del subcampo. Así, la publicación en sus Urbanismo) y nacida como publicación esencialmente
líneas editoriales insiste con frecuencia en el carácter electrónica en el 2008. Aparte de este listado, hay tam-
plural de la publicación, que “ha evitado su identificación bién otras revistas en geografía (y en estudios urbanos)
con alguna corriente filosófica o metodológica particu- que incorporan artículos en estos temas: Revista de Geo-
lar y persigue más bien una apreciación católica de una grafía Norte Grande de Chile (Universidad Católica de
geografía urbana cambiante” (Wheeler 2002, 401; la tra- Chile), Revista Iberoamericana de Estudios Municipales
ducción es nuestra). Las otras publicaciones igualmente (Universidad Autónoma de Chile), Revista Geográfica
tienen sus énfasis en temas como la planificación, educa- Venezolana (Universidad de Los Andes, Mérida), Revis-
ción o la vivienda; o teóricos (en economía urbana, por ta Urbana (Universidad Central de Venezuela), Inves-
ejemplo); aunque también están aquellas revistas hete- tigaciones geográficas (unam, México) y Cuadernos de
róclitas como Urban studies. Geografía (Universidad Nacional de Colombia, Bogotá).
Tabla 2. Primeras revistas en estudios urbanos a nivel mundial y en América Latina a partir del índice Scimago (2015).
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incluso, aquellos de naturaleza histórica. El solape no el corazón o área de convergencia de las distintas ra-
se circunscribe solo a las ramas de la geografía huma- mas sistemáticas de la geografía humana y con algu-
na, sino también a aquellas de la geografía física. Es el nas de la geografía física. Esto es fundamentalmente
caso, por ejemplo, de los estudios sobre sitio o empla- el resultado de que la geografía urbana no es una ma-
zamiento por parte de los geomorfólogos (figura 2); o teria bien definida desde el punto de los hechos que
los aspectos de microclimas urbanos, por parte de los estudia, sino una más bien orientada a un claro objeto
climatólogos. Así como la planificación urbana puede de estudio, como lo es el espacio urbano: la geogra-
ser interpretada como el centro del solapamiento entre fía urbana se ha vuelto relativamente autónoma de la
las distintas disciplinas que estudian las áreas urba- geografía, no por su campo de estudio, sino más bien 37
nas, la geografía urbana puede ser interpretada como por su objeto de estudio.
Geografía
Geografía de la
física vivienda
Geografía Geografía
y planeación del recurso
Condiciones físicas Tenencia, condición,
del sitio, riesgos asignación y
ambientales. diponibilidad de
vivienda. Desarrollo Geografía
Geografía Distribución, forma
sostenible, la
cultural y función de los
ciudad del del bienestar
asentamientos.
futuro
Representación de Calidad de vida,
“otros” en términos provisión de
de género, raza, servicios y consumo
sexo, etc. colectivo.
Geografía Geografía
económica Transformación de la Análisis estadístico,
cuantitativa
base económica urbana, simulación,
mercados de trabajo. modelamiento, etc.
Geografía
Evolución de
patrones y forma de
Urbana Condiciones dentro de
Geografía los asentamientos. diferentes contextos Geografía
histórica ambientales y culturales.
regional
Estructura de la venta Estructura socioespacial;
al por menor, por ejemplo, segregación,
promoción del lugar. gentrificación, etc.
Geografía del
marketing Movilidad y Geografía
Mortalidad, morbilidad,
acceso a atención
accesibilidad social
médica.
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(Hallbawchs, Durkheim, Mauss), un importante trabajo gaciones contemporáneas que buscan clarificar dife-
en morfología social (Levy 2015),13 entendida como la for- rentes problemas urbanos, desde la planificación y las
ma resultante de la distribución espacial de grupos socia- utopías sobre la ciudad (Montoya 2015), el desarrollo
les dentro de la ciudad, estrechamente asociada por demás de las ‘ciudades creativas’ y la concentración geográfica
con la morfología física de la ciudad; esto es, las formas del talento y la innovación (Florida 2002), a otros más
que exhibe el trazado de vías y la disposición de edificios y específicos como la gentrificación, en cuya explicación
demás componentes del espacio urbano: fábricas, centros tiene gran pertinencia el modelo ‘culturalista’ (Hamnett
comerciales, edificios gubernamentales, infraestructura 2003; Mills 1993),14 opuesto explicativamente al modelo
de transporte, etc. de Rent Gap marxista de Neil Smith (1996). 39
La morfología física y social es hoy un sujeto omni-
presente en el análisis urbano con estudios que integran La economía urbana y el análisis
nuevas tecnologías (sensores remotos) en el análisis de espacial en geografía urbana
las dinámicas de expansión metropolitana y de con- El boom de los métodos cuantitativos en las cien-
servación del patrimonio (Lefebvre 2017); y también al cias sociales y, en general, la hegemonía epistemológi-
repensar la morfología a la luz de nuevos discursos y ca del positivismo en la década de 1960, permitiría el
filosofías sobre la ciudad (Mugavin 1999). Un panorama fortalecimiento, en geografía urbana, de una corriente
relativamente completo de la vigencia de la morfología con fuertes influencias de la economía15 que tenía como
urbana puede obtenerse del número especial sobre el elemento principal de explicación la distancia, variable
sujeto de la revista Espace et sociétés (Pellegrino 2005); privilegiada por su carácter neutro y medible que per-
allí el editor resalta la interdisciplinariedad de la inves- mitía el fácil tratamiento matemático de los fenómenos
tigación en el tema, siendo principalmente cultivada por urbanos. Este enfoque de economía urbana abarca un
la geografía, la arquitectura y la planificación. Pero, más amplio conjunto de trabajos y líneas de investigación
allá de la morfología, el énfasis que la ecología urbana urbano-regional e incluyen la llamada nueva economía
puso sobre la espacialidad urbana, también estimuló el urbana (neu) y la nueva geografía económica (nge);16 to-
desarrollo en otros temas de geografía social: el análi- das se desarrollan en estrecha conexión con la geografía
sis de la distribución de los grupos sociales y con ello el y la planificación regional y, metodológicamente, están
examen de la segregación socioespacial y los procesos asociadas al análisis espacial, entendido este último
contemporáneos de gentrificación; los análisis sobre como el modelamiento estadístico de la distancia y del
comunidad, cultura y etnicidad (Harding y Blokland- espacio euclidiano.
Potters 2014); así como los estudios sobre el gueto, su Los estudios de economía urbana, además, dan con-
origen y razón de ser en la ciudad. tinuidad a una larga tradición, principalmente alemana,
Finalmente, es necesario insistir que, para la Es- de análisis locacional que remite al célebre libro de von
cuela de Chicago y la ecología urbana, muy influenciada
por la tradición vidaliana, el motor del cambio social es 14 Un excelente ejemplo de una perspectiva culturalista
la cultura; en ese sentido, parte de su vigencia puede aplicado al proceso de cambio en los centros de las
encontrarse en las perspectivas liberales y humanistas ciudades puede ser examinado en Amato (1968), cuyo
sobre lo urbano como relación cultura-ciudad. Ellas estudio explica la movilidad de las clases medias altas en
la Bogotá de las décadas de 1920 y 1930.
plantean que la ciudad es una manifestación extraordi-
15 Aunque algunos asocian la economía espacial y urbana
naria de la civilización, donde se concentra el ingenio, la
directamente con la economía neoclásica —por ejemplo,
innovación, la cultura “las más grandes y cosmopolitas
Bassett y Short (1989)—, Martin (2011, 53) recalca que
ciudades, con todas sus evidentes desventajas y obvios “en la economía neoclásica estándar el espacio y la
problemas, han sido, a través de la historia, los lugares localización son completamente irrelevantes frente a
en los que prendió la sagrada llama de la inteligencia y las premisas de la competencia perfecta, información
la imaginación humana” (Hall 2001, 7). Además, esta perfecta y mercados perfectos”.
16 La primera referida a un movimiento muy concreto
matriz de ideas dirige un amplio número de investi-
alrededor del trabajo de William Alonso en las décadas de
1960 y 1970 (Richardson 1976) y la segunda a un movimiento
13 Un clásico del estudio de la morfología social es el texto impulsado por la obra de Paul Krugman y Masahisa Fujita
de Halbwachs (1938). en la década de 1990 (Martin 2011).
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y Longley 1994)20, o una ‘nueva ciencia de las ciudades’ mente marxista que frecuentemente se ha etiquetado
(Batty 2013), ocupan un nicho importante en los estu- como neomarxismo o nueva sociología urbana (nsu);
dios urbanos y sintetizan gran parte de las reivindica- ello también significa que presenta diferencias impor-
ciones de las principales variables del ‘análisis espacial’, tantes con respecto al marxismo ortodoxo clásico, entre
en particular, la dimensión geométrica de las redes, la ellas, la concentración en elementos frecuentemente
interacción, el papel de la distancia y la accesibilidad, descartados en este, como la dimensión espacial de los
los flujos y los intercambios, las jerarquías, la aglomera- fenómenos urbanos21 y las variables también propias
ción, etc. —ver, también, Pumain et al. (2001)—. de los modelos neoclásicos como localización, uso del
Por otra parte la nge de la década de 1990, a pesar de suelo, renta urbana y el rol de las finanzas en la transfor- 41
las críticas de los geógrafos como una ‘nueva invención mación de la ciudad, entre otras (Edel 1992). Así mismo,
de la rueda’ y la resistencia frente al renovado interés en presenta un cierto abandono del modelo privilegiado de
los modelos matemáticos deductivos (Martin 2011), sig- desarrollo capitalista industrial, para atender nuevas
nificó un impulso importante a la geografía económica, realidades en la ciudad como el consumo.
la cual ha experimentado un extraordinario desarrollo Esta nsu descansa sobre dos soportes centrales
en la última década, frecuentemente vinculada a la del marxismo: la historicidad de los procesos sociales
exploración con nuevas perspectivas sobre viejos pro- y el modo de producción como determinante de los
blemas de desarrollo económico y regional; las nuevas procesos de organización social y por extensión de la
lógicas de localización industrial; el papel de la innova- ciudad. Así, como señala Edel (citado por Timberlake
ción y su concentración en grandes núcleos metropoli- 1985, 13), desde la perspectiva marxista, el fenómeno
tanos y la emergencia de megaciudades región globales urbano es plenamente dependiente del modo de pro-
(Klein y Guillaume 2014; Scott 2012; Scott et al. 2001). ducción y, por tanto, intrínsecamente está asociado a
Así, la que podríamos llamar ‘perspectiva espacial en tres aspectos fundamentales, la forma en que se usa el
geografía urbana’ goza hoy de una muy buena salud, en trabajo, la manera en que se reproduce la mano de obra
estrecha ligazón con los estudios regionales y la geogra- y el modo en que la plusvalía se materializa en la cir-
fía económica; dos subcampos asociados al estudio de culación de las mercancías. De la aplicación general de
la economía de las ciudades, las metrópolis y las redes estos principios, la nsu deriva un conjunto de elemen-
de ciudades-región. tos distintivos y novedosos como la naturaleza política
del proceso de la urbanización (Castells 1974; Harvey
Geografía urbana marxista 1977); la vinculación de los procesos de transformación
A pesar de que Katznelson (1992) resalta el poder urbana a la cambiante naturaleza del capitalismo; un
teórico del marxismo para explicar lo urbano, la ciudad “énfasis sobre las relaciones de producción, consumo,
como entidad no fue sujeto de los estudios marxistas distribución, intercambio y poder” (Sasha Milicevic
hasta hace pocas décadas y, si bien ella se encuentra 2001, 762). El marxismo, además, parte de la economía
implícita en la teorización marxista —y Engels fue pio- política clásica adicionando dos elementos: clase y lu-
nero al plantear el problema de la vivienda en la ciudad cha de clases; y el proceso de cambio a largo plazo (Edel
industrial—, el mismo autor reconoce que en todo su pe- 1992), lo que le otorga un carácter historicista y lleva a
ríodo de desarrollo el marxismo ha sido parco en el tra- los estudiosos de la ciudad, desde esta perspectiva, a
tamiento del espacio y las ciudades y, por el contrario, examinar la división del trabajo, no necesariamente en
frecuentemente tuvo, y mantiene, un marcado fervor términos verticales como el marxismo clásico, sino ho-
antiurbano (Merrifield 2002). Así, a pesar del desarrollo rizontal, o lo que Santos (1991) etiquetó como división
del marxismo durante el siglo xx, solamente en la déca- espacial del trabajo, donde las ciudades se reconocen
da de 1960 se consolida una teoría urbana consciente- en su morfología y dinámica por el rol o lugar asignado
en dicha organización.
La lectura marxista, por otro lado, igual que otros
20 Una copia digital de este texto ha sido dispuesta de
análisis modernos de la ciudad, vinculó urbanización e
manera gratuita por el autor en: http://www.fractalcities.
industria como indisociables, derivando a una lectura
org/. Además, se puede consultar la página http://www.
complexcity.info/, que cuenta con material adicional
sobre el sujeto. 21 Katznelson lo llama un ‘marxismo reespacializado’.
j h o n w i l l i a m s m o n t oya g . y n u b i s m i r i a n p u l i d o
diferenciadas para el centro, la semiperiferia y la peri- derivados, incluyendo la defensa de la democracia libe-
feria; ella funciona para mantener y reproducir la ac- ral como un régimen altamente correspondiente con los
tual economía-mundo capitalista (Timberlake 1985). 26
principios del humanismo, en tanto garantiza la autono-
Esta jerarquía igualmente es trasladada a las redes de mía individual y colectiva, así como la universalidad de
ciudades, desde las grandes metrópolis, hasta ciudades los derechos; ello muy a pesar de su carácter imperfecto,
medias y pequeñas que articulan las economías locales pero también perfectible (Todorov citado por Entrikin y
y regionales a la economía nacional y global. Tepple 2006, 37). También se incorpora la valorización
En consecuencia, los procesos urbanos están condi- de la historia, no como fuente explicativa del presente,
cionados por complejas interacciones globales/locales propio del materialismo histórico, sino como referente 43
y ligados a los cambios y ciclos de la economía mundo conceptual esencial para ordenar el mundo y darle co-
(Smith y Timberlake 1993), ciclos de largos periodos herencia a dicho presente (Todorov 2002).
vinculados con los desplazamientos del capital financie- En geografía, el humanismo es de vieja data y en
ro y periodos cortos asimilados a los ciclos de Konda- términos modernos puede remitirse a la obra de A. von
trief (Dos Santos 1998). Estas ideas han mostrado gran Humboldt, un promotor avanzado del cosmopolitismo
utilidad en el análisis de ciudades de la periferia y se ha y el universalismo (Cosgrove 2003) e, igualmente, a P.
hecho especialmente valiosas para examinar la progre- Vidal de la Blache y su idea de ‘género de vida’, corres-
siva inserción de ciudades del llamado Sur global en la pondiente a la fusión entre cultura (incluyendo un alto
economía mundial, aparte ser usadas frecuentemente componente técnico) y naturaleza (milieu); esta última
en el análisis en geografía histórica de sistemas urba- propuesta resume el proceso civilizatorio en el ejercicio
nos —ver, por ejemplo, Babones y Chase-Dunn (2012) y de la libertad y el avance técnico, también soportado en
Chase-Dunn y Willard (1993)—. la dirección del Estado (Mercier 2009). Sin embargo, lo
que se conoce como geografía humanística corresponde
Humanismo y el estudio de la geografía a un movimiento intelectual particular de la disciplina
humana en las décadas de 1960 y 1970, que tiene como soporte
Caracterizar el humanismo es una tarea difícil y casi filosófico la fenomenología y el existencialismo; este
siempre queda en enunciados generales, contrario a la recalca, además, la experiencia del mundo vivido como
relativa precisión de la cual gozan otras corrientes como fuente fundamental de conocimiento y plantea una es-
el marxismo o el positivismo.27 El filósofo T. Todorov trecha articulación entre conciencia y mundo sensible
(2002) define el humanismo como aquella corriente de (Di Méo 1991). Así, la perspectiva humanista en geogra-
pensamiento inspirada en el Renacimiento y la Ilustra- fía enfatiza el estudio de significados, metas, valores y
ción, de raíces por demás grecolatinas, de las que deriva propósitos (Entrikin 1976, 616); además, se centra en
el hombre moderno como un proceso paulatino en la el mundo vivido, excluyendo toda división rígida entre
búsqueda de la libertad, para sujetarse exclusivamente mundo objetivo exterior y mundo subjetivo interior, en
a sus propias afecciones y a su razón. El humanista, en- tanto considera que este encuentra su coherencia
tonces, cree en la libertad y en su valor inapreciable, a en nuestra mente y él constituye una extensión de nues-
la vez que tiene en alta estima los valores compartidos, tra conciencia (Di Méo 1991, 57).
la vida en sociedad y la responsabilidad por las accio- Las derivaciones de esta geografía humanística ha-
nes individuales (Todorov 2002, 5), siendo el hombre cia los estudios urbanos se reflejaron en el desarrollo
el punto de partida y de referencia para el examen del de un enfoque comportamental, que enfatiza en el aná-
mundo. A esta libertad se añaden otros componentes lisis de cómo la percepción del mundo determina los
comportamientos espaciales de los individuos y, con
26 Uno de los textos más populares es The global city: New ellos, la forma y estructura de la ciudad. De esto derivó
York, London, Tokyo, por S. Sassen ([1989] 2001) que, sin un conjunto de temas centrados en la geografía social
embargo, no se remite teóricamente al neomarxismo. de la ciudad y la experiencia urbana, incluyendo una
27 Anne Buttimer (1990, 1) señala que: “El humanismo
mirada subjetiva a la elección de vivienda y la forma
difícilmente puede ser visto como un campo autónomo
urbana; la cotidianidad de la vida urbana y los ciclos
de indagación científica. Más bien es una estancia de la
vida y el mundo compartida por personas de diferentes de la experiencia; la forma como los individuos ex-
trayectorias de vida, incluyendo los geógrafos”. perimentan el sentido del lugar; los significados
j h o n w i l l i a m s m o n t oya g . y n u b i s m i r i a n p u l i d o
El posmodernismo, de esta manera, se corresponde a 1998). Estos temas son resumidos por Soja (2000; 2002)
la idea de una superación de la fase moderna y el adentra- en seis discursos para la lectura de la posmetrópolis:
miento en una fase posmoderna ante un rompimiento ra- Flexcity, referido al impacto de la restructuración econó-
dical en la estructuración de la sociedad y particularmente mica y el surgimiento del posindustrialismo; Cosmópo-
en la organización urbana, o un ‘cambio de época’ como lis y el papel de la globalización en la reorganización de
señala Dear (2001). Tal transformación se ilustra en la las redes urbanas; Exópolis y los procesos de expansión
emergencia de la ciudad posindustrial, una variante de la metropolitana; Metropolaridades y las desigualdades
ciudad informacional propuesta por Castells y entendida en la ciudad; Archipiélagos carcerales y las dinámicas
como un sistema estructurado alrededor del uso intensi- de autoexclusión; y, finalmente, Simicities, para ilustrar 45
vo de tecnologías de la información/comunicación (1999, los cambios derivados de la creciente virtualización de la
27); e igualmente asociada con nuevas formas urbanas y sociedad y los impactos de las nuevas tecnologías. Dear y
metropolitanas cuya espacialidad está estrechamente li- Flusty (1998), por su parte, proponen una agenda simi-
gada con la reestructuración económica y depende, ya no lar, donde solo varían los nombres asignados a los temas:
del binario modernidad-industrialización, sino de una re- ciudad mundial, ciudad dual, espacios alterados, ciber-
lación emergente entre globalización, cultura y capitalis- ciudad y, en una versión más reciente (Dear y Dahmann
mo (Soja 1993; 2000). Esta tríada, Scott (2007) la califica 2011), postsuburbanismo, ciudades-región y urbanismo
como capitalismo cognitivo, en tanto que, en su opinión, fragmentado (figura 3). En todo caso, el urbanismo pos-
asume hoy un carácter distintivo que no solo implica una moderno de la Escuela de Los Ángeles corresponde más
nueva manera de organizar la sociedad y la economía, a una invitación a revisar las dinámicas urbanas contem-
sino también una nueva forma para la ciudad. poráneas y cuestionar el desfase de las teorías modernas
Así, resulta útil distinguir tres facetas de lo que se para su explicación, que a una propuesta teórica nueva.
llama posmoderno y que aclaran un poco la ambigüe- Como señalan Dear y Dahmann (2011, 67), el urbanismo
dad que le es consustancial (Dear y Dahmann 2011, 67): posmoderno “ofrece un cuadro especialmente productivo
lo posmoderno como estilo, referido a las manifestacio- para generar teorías urbanas alternativas”.
nes críticas a la modernidad en el arte, la literatura y la Lo anterior, empero, no desconoce que en términos
arquitectura; lo posmoderno como época, que remite al teóricos el posmodernismo ha generado cambios, entre
surgimiento de una sociedad posindustrial y globaliza- ellos la (re)inserción del espacio en la teoría social,32 que
da; y lo posmoderno como filosofía, alusivo a la creciente significó un mayor interés por problemas ligados a la es-
dominancia de epistemologías posestructuralistas, que pacialidad humana, una reivindicación de la diferencia,
rechazan las premisas estructuralistas de conocimien- y también una crítica a cómo la explicación social moder-
to de la realidad y reivindican un mundo construido de na se centró en la idea de la “destrucción del espacio por
coyunturas permanentemente cambiantes.31 el tiempo” (Gregory 1994, 259), privilegiando el último
En geografía urbana estos tres elementos han estado sobre el primero como variable fundamental del cambio
presentes y la narrativa más visible fue el desarrollo de la social. El posmodernismo coloca al tiempo paralelo con
llamada Escuela de los Ángeles, impulsada por un grupo el espacio y reivindica la espacialidad como fundamen-
de investigadores que, posicionando a esta como ciudad tal en la explicación del cambio social, punto central no
paradigmática del ‘nuevo urbanismo’ y bajo la premisa de solo en las geografías posmodernas de Soja (1993), sino
que “todo se resume en Los Ángeles” (Soja 1993), definie- también en el materialismo histórico-geográfico de Har-
ron una agenda a partir de un listado de temas y problemá- vey (2003a; 2006); además, es un elemento central en el
ticas que parten de la identificación de algunos procesos protagonismo de la geografía al interior de las ciencias
derivados de la reestructuración económica y social en sociales en las últimas tres décadas y, evidentemente,
dicha metrópolois (Dear y Dahmann 2011; Dear y Flusty también en los estudios urbanos (Gottdiener 2000).
31 Un excelente ejemplo de análisis posestructuralista en 32 Hay que tener en cuenta que la geografía regional
estudios urbanos es ofrecido por Valderrama Pineda frecuentemente se desarrolló con un alto componente
(2010), quien ‘deconstruye’ o descompone en detalle empírico y poco interés teórico; y las otras geografías
los diferentes factores que dieron lugar al sistema de modernas teóricamente se mantuvieron, según Soja (1993),
Transmilenio en Bogotá. al margen de las principales corrientes de la teoría social.
Ciudades límite
Cemtros de contención
Parques temática
Oportunidades de consumo
Cerrados (Gated communities)
Fuente: Dear y Dahmann (2011, 69; la traducción es nuestra y los íconos fueron redibujados).
Nuevos ismos y los retos de la teoría B. Latour, los cuales postulan la necesidad de centrar el
urbana análisis en las relaciones más que en los objetos; reivin-
El posmodernismo, en todo caso, es tan amplio y sus dican la importancia de la diferenciación; incorporan
límites tan ambiguos que la afirmación de Dear (citado materialidad y representación como conjunto que da
por Parker 2004, 160), respecto a que la Escuela de Los forma a la realidad; e insisten en la necesidad de ver la
Ángeles es una corriente que recurre a los lentes del ciudad como en proceso permanente de ser, enfocan-
posestructuralismo, el poscolonialismo y del análisis do su preocupación sobre los procesos y lo que Thrift
de discurso, es de difícil ratificación. Lo cierto es que el (1996) designa como ‘perfomatividad’.33
posestructuralismo, por ejemplo, ha comenzado en es- La segunda línea de reflexión corresponde a la teo-
tudios urbanos a configurar una identidad propia, exa- ría de acción-red (tar), desarrollada a partir de las ideas
minando los procesos en la ciudad como una confluencia de la geografía posestructuralista y las teorías no re-
de elementos técnicos, culturales/organizacionales,
gubernamentales y económicos (Farías y Bender 2010;
Farías y Stemmler 2012). Allí, dos corrientes, estrecha-
33 Un anglicismo para designar el desempeño de objetos
mente interrelacionadas, tienen especial protagonismo.
y actores en el cambiante proceso de ser del mundo;
En primer lugar, el pensamiento de ensambles, apoyado o, como lo define Cadman (2009, 456), la “procesual y
en los desarrollos filosóficos de G. Deleuze, F. Guattari y transformativa naturaleza de la práctica”.
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presentacionales (Smith 2010).34 La tar se define como preste particular atención a las ciudades de Asia, África
‘fervientemente antiestructuralista’ y fuertemente com- y América Latina, cuya ‘urbanidad’ está a la vez condi-
prometida con lo empírico (Farías 2010, 7), asumiendo cionada por el colonialismo. También emerge con par-
la ciudad no como un objeto espacial, sino como “un ticularidades propias que, de acuerdo a Roy (2014), son
objeto-red que mantiene su forma y posición como poco consideradas en la teoría urbana en general, más
consecuencia de sus relaciones con otros objetos-red” enfocada en las realidades urbanas de Europa y Améri-
(11), llamando a ‘reimaginar la ciudad como un objeto- ca del Norte.35 En todo caso, Roy concluye que el futuro
espacio múltiple’ (Farías y Blok 2016). A su vez, “los urbano se encuentra desde México a Bombay, pasando
estudios urbanos no remiten a ‘la ciudad’ como un ob- por Shanghái, El Cairo, Dakar y Dubái. 47
jeto claramente delimitado, sino más bien como una Pero, más allá de la reivindicación del sur, el urba-
multiplicidad de ensambles cambiantes, coexistiendo y nismo poscolonial se declara antimoderno, en el sentido
mutuamente interfiriendo” (Farías y Blok 2016, 2). En de considerar que la modernidad rechazó como urbanas
ese sentido, la tar interpreta la ciudad como un proceso las ciudades no modernas, reclamando, entonces, “co-
de ensamble que junta conceptualmente aspectos téc- locar sus reflexiones teóricas en un contexto específico
nicos y sociales e integra objetos, herramientas, tecno- y un deseo por abandonar ‘las asunciones occidental-
logías, textos, fórmulas, instituciones y humanos, a los céntricas sobre las ciudades’” (Robinson 2004, 709);
cuales considera ‘mutuamente constitutivos’ (Farías y a su vez, insistiendo en los estudios comparativos, los
Blok 2016, 3). Esta última argumentación va en la línea cuales examinan las dinámicas paralelas de las ciuda-
posestructuralista de colocar en igualdad de importan- des. Este urbanismo poscolonial también promueve un
cia conceptual tanto los actores humanos, como los no ‘urbanismo global’ que incorpore múltiples experien-
humanos (Thrift 2005; 2008), siendo la naturaleza un cias urbanas y otorga un rol central a las ‘imaginacio-
elemento altamente contributivo de las ecologías de la nes geográficas’ como representaciones parciales del
ciudad, al punto de que no es posible considerar ciudad mundo (Roy 2014), especialmente en aquellas ‘ciudades
sin naturaleza, un argumento aún más sólido al evaluar poscoloniales’ donde lo colonial marcó sus procesos de
el impacto del huracán Katrina sobre Nueva Orleáns en urbanización y de planificación —ver, por ejemplo, An-
el 2006 (Farías y Bender 2010). war (2014)—.
En todo caso, las correspondencias entre geografías En conclusión, estos nuevos ismos evidencian una
posestructuralistas y poscoloniales son limitadas. Ri- reflexión dinámica y activa sobre el sujeto urbano, aun-
chard Smith (2013, 2292), por ejemplo, critica vigoro- que, por otra parte, asistimos a cierta proliferación en
samente, desde la tar, lo que denomina la ‘trampa de la la producción de teorías, lo cual plantea una situación
ciudad ordinaria’, cuestionando no solo la equivocada bastante distinta frente a la coherencia que manifestaba
lectura de los discursos de ciudad-global, sino, espe- la teoría urbana en la década de 1980 e, incluso, en la
cialmente, el excesivo particularismo y el retorno a una de 1990. En el presente, por el contrario, se manifiesta
concepción ideográfica de las ciudades, que tacha de una pluralidad de discursos que frecuentemente se de-
irrelevante y políticamente conservadora. finen más por el interés protagónico de establecer una
El poscolonialismo, por otra parte, nacido de la agenda temática que por el cuestionamiento ontológico
crítica literaria y especialmente del cuestionamiento del fenómeno urbano, categoría misma que se diluye en
al orientalismo hecha por E. Said, plantea una agenda los discursos de la ‘urbanización planetaria’ y el ‘urba-
independiente al discurso posmoderno, aunque mante- nismo global’ (Robinson 2014, 61). Ello es claro cuando
niendo de él una fuerte preocupación por la celebración examinamos la Escuela de los Ángeles, los enfoques
de la diferencia y la diversidad. En estudios urbanos, feministas, o los urbanismos poscoloniales. En nuestra
la teoría poscolonial reivindica la especificidad de los
procesos urbanos, especialmente de las ciudades de lo
que ellos denominan Sur global, como reconceptualiza- 35 Un argumento cuestionable si se considera que América
Latina ha sido un laboratorio urbano importante tanto
ción de lo que otrora se denominó Tercer Mundo. Así,
para la ecología urbana desde la década de 1940 —por
el llamado es a producir una ‘teoría descentrada’ que
ejemplo, Violich (1944)—, como para la teoría marxista,
especialmente en la obra de Manuel Castells y otros
34 Ver, también, Doel (1999) y Thrift (2008). neomarxistas.
j h o n w i l l i a m s m o n t oya g . y n u b i s m i r i a n p u l i d o
de los estudios de la geografía urbana, a cuyo abordaje las condiciones más favorables para el emplazamiento y
se abocaron numerosos académicos; pero el concepto desarrollo de las nuevas actividades económicas, junto
y sus argumentaciones también fueron de gran apoyo con las exigencias impuestas por los mercados. En con-
para trabajos aplicados en el campo de la planificación secuencia, estas ciudades “intermedias” ganaron mayor
urbana, asociados a temas como internacionalización, dinamismo, tanto demográfico como funcional, y una
innovación y competitividad, entre otros. mayor capacidad para integrarse en redes más allá del
El concepto de ciudad global implica dar prima- ámbito regional y nacional. Con este reconocimiento se
cía a las redes económicas debido a la naturaleza de consolida un tema que cobra gran interés tanto en la
las actividades económicas que operan en ellas: las academia como en las instituciones públicas encargadas 49
finanzas y los servicios especializados, así como los de la planificación y gestión territorial, lo cual redunda
nuevos sectores multimedia y de las telecomunicacio- en numerosos escritos en forma de artículos e informes
nes (Sassen 2005, 40). Todos estos son aspectos a te- de revistas especializadas y también en encuentros e
ner en cuenta por parte de los planificadores urbanos, intercambios científicos.
quienes acríticamente han incorporado este enfoque
en sus trabajos. Metropolización
Los procesos de ampliación e integración de nuevos
Ciudades y desarrollo regional: espacios más allá de las tradicionales fronteras urba-
ciudades medias y pequeñas, “ciudades nas y, funcionalmente, en conjunción con estas, en un
intermedias” marcado y generalizado proceso de metropolización,
Durante la década de 1970, en el contexto europeo lleva a acuñar una serie de nuevos conceptos, términos
y ante la preocupación por consolidar estructuras ur- y enfoques para diferenciarlos y entenderlos: periferias,
banas que paliaran los desequilibrios emanados por las zonas periurbanas, zonas rururbanas, suburbios, zonas
lógicas de producción, el rol de las ciudades intermedias de transición o interfase, zonas de hibridación, yuxta-
como instrumento de desarrollo y equilibrio territorial posición de espacios, zonas difusas, exurbia, “exópolis”
se constituyó en un tema de estudio de gran interés. Ello o contraurbanización. Cada uno de estos conceptos ha
fue particularmente importante en Francia, donde, en sido adoptado en función de los referentes teóricos bajo
materia de ordenación, hubo una mayor atención hacia los cuales se han analizado los procesos de crecimiento
las ciudades medias, con lo cual se pretendía contraba- de las ciudades. Así, el reconocimiento del proceso de la
lancear el antiguo modelo de desarrollo territorial de metropolización y sus acomodos espaciales se posiciona
“las metrópolis de equilibrio” que se había perseguido como un tema de gran interés para los geógrafos urba-
durante los Treinta Gloriosos (1945-1975). nos y define una agenda concreta de investigación que
Esta preocupación inicial hizo reexaminar el rol de incluye componentes espaciales, económicos, demográ-
las ciudades medias como lugar de interfase entre la ficos y culturales. Montoya et al. (2014, 4) listan cinco
gran ciudad y las de menor tamaño, o el ámbito rural, líneas que se consideran centrales en el examen de las
en el contexto nacional. Esta inquietud fue comparti- metrópolis contemporáneas:
da por otros países europeos, los cuales se abocaron 1. La gobernanza metropolitana, entendida como el
al estudio e intervención de ciudades de este rango en requerimiento de nuevas formas de gestión ante la
las jerarquías urbanas nacionales; labor que privilegió presión de una economía crecientemente globalizada
el desempeño de los geógrafos urbanos y que dio como y unas ciudades que expanden su crecimiento fuera
fruto varios trabajos y monografías. de sus límites administrativos, requiriéndose, en-
No obstante, las constantes mutaciones de la eco- tonces, de esfuerzos mancomunados para resolver la
nomía mundial y sus consecuencias espaciales condu- fragmentación política de las áreas metropolitanas.
jeron, a mediados de la década de 1990, a una revisión 2. La morfología metropolitana, vista como el examen
de las dinámicas urbanas de este tipo de ciudades cor- de las nuevas formas urbanas que emergen como
te medio y, como resultado, al reconocimiento de una resultado de nuevos patrones de urbanización,
emergencia, de lo que se dio a conocer como ‘ciuda- incluyendo un uso cada vez más masivo del auto-
des intermedias’. Se trata de cierto número de ciudades móvil y el aumento de la distancia entre lugar de
medias que, en el nuevo juego de fuerzas, presentaban residencia y lugar de trabajo, así como un creciente
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afán por explicar las diferencias en los usos del suelo demia, como para las autoridades públicas de todos los
urbano renace el interés en teoría de la renta y se re- niveles, ante la creciente demanda en cantidad y cali-
toman ideas y conceptos de la economía clásica: Adam dad de los servicios, especialmente de infraestructura
Smith, Thomas Maltus, David Ricardo, Carlos Marx; así dedicada a la movilidad de personas y de acceso a bie-
como neoclásica, en conjunto con otros aportes más re- nes en el ámbito urbano. Ante este reto han surgido di-
cientes: Jhon Stuart Mill, Alfred Marshall, Richard M. ferentes enfoques, entre otros, el que integra este tema
Hurd, Robert Haig, Marrtin Beckman, London Wingo y a la discusión más general acerca de la relación entre
William Alonso. movilidad, pobreza y exclusión social. Este debate teó-
Asociado al uso y la renta, se encuentran también rico que vincula la accesibilidad y el bienestar social 51
los estudios de la vivienda, o mejor aún, el acceso a la advierte sobre la existencia de una estrecha interrela-
vivienda por parte de grandes sectores de la población ción entre movilidad territorial y movilidad social, y
que habita en las áreas urbanas, constituye una preo- admite el rol significativo que existe entre la movilidad
cupación frecuente en los trabajos de geografía urba- territorial o espacial y la producción y reproducción de
na. Tal como plantea la onu, en su programa Por un las estructuras sociales, en este caso en relación con el
mejor futuro urbano, respecto al tema de viviendas y bienestar social. A título de ejemplo, solo un trabajo,
mejoramiento de asentamientos precarios: “La rápida el de Hernández (2012), sobre el tema de la movilidad,
urbanización actual ejerce presión sobre la vivienda y cita cincuenta referencias recientes sobre este tópi-
el uso del suelo. Para el 2030, cerca de 3 millardos de co, lo que evidencia el gran interés que despierta y la
personas o el 40 % de la población del mundo necesi- profusión de trabajos resultantes.
tarán tener acceso a viviendas, infraestructura básica
y a otros servicios tales como sistemas de acueducto y La planificación de la ciudad
saneamiento. Estas cifras pueden traducirse en la ne- La capacidad de la visión sintética que aporta la geo-
cesidad de construir 96 150 viviendas diarias en suelos grafía urbana para comprender la ciudad, entendiéndola
con servicios y documentos a partir de este momento y como un sistema integrado, interrelacionado e interac-
hasta el 2030” (onu-Habitat 2015). tivo, constituye un valor diferenciador y potenciador
Este tema, de carácter político y socioeconómico, para el estudio, la planificación, el diseño y la gestión
ocupa las administraciones públicas en sus diferentes de la ciudad. Esto es, a diferencia de otros estudiosos de
ámbitos (regional, nacional e internacional). Al análi- la ciudad, el geógrafo urbano es capaz de considerar y
sis de dicha problemática han contribuido de manera anticipar el impacto que cada nueva intervención puede
importante los geógrafos urbanos, como puede apre- tener en los restantes elementos de la ciudad o en el or-
ciarse en la vasta literatura publicada al respecto en ganismo urbano como un todo.
las revistas especializadas que en este capítulo se han De manera general, la ordenación del territorio (de
reseñado. La problemática va íntimamente ligada a la de acuerdo con la influencia francesa, o aménagement),
la pobreza urbana, cuya atención, para su atenuación, o la planificación del territorio (bajo su ascendencia
representa uno de los retos del milenio. anglosajona, planning), es un tópico contenido en las
Si bien segregación y pobreza urbana no son temas diferentes asignaturas de los pénsum de geografía y las
nuevos, durante estos últimos años han sido numerosos referencias relativas a esta temática se han multiplica-
los trabajos que han retomado el estudio los problemas do en los nuevos planes de estudio correspondientes de
sociales de las ciudades, principalmente las desigualda- esta disciplina. Teóricamente, la ordenación del territo-
des y la marginalidad y, recientemente, ante el impacto rio constituye un importante instrumento al servicio de
de los conflictos políticos nacionales y regionales, el objetivos generales para el uso adecuado de los recursos
tema de los nuevos inmigrantes cobra gran relevancia. en busca del desarrollo y mayor bienestar de los ciuda-
Otra de las grandes temáticas de gran actualidad danos. En su carácter de función pública, o política, la
en los estudios de geografía urbana está asociada con ordenación se apoya en instrumentos jurídicos (con-
el transporte y la movilidad urbana, alrededor del venios internacionales, leyes, decretos), prácticas ad-
cual la geografía urbana ha desarrollado una clara y ministrativas y principios consolidados (planificación,
nutrida línea de investigación. El acelerado auge de la participación, etc.); así como diferentes conocimientos
urbanización representa un desafío tanto para la aca- científicos, en aportaciones pluri y multidisciplinares,
j h o n w i l l i a m s m o n t oya g . y n u b i s m i r i a n p u l i d o
Ello, a pesar del debate que suscitan los discursos Anwar, Nausheen H. 2014. “The postcolonial city in
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ma universal de asentamiento —por ejemplo, Brenner Tomo 1. Bogotá: Banco Popular.
y Schmid (2015, 165)—. La ciudad, empero, continúa . 1992. La ciudad colombiana. Tomo 2. Bogotá:
siendo una forma específica de organización social y Banco Popular.
política —con grupos sociales particulares que no es- . 2010. La ciudad colombiana. Tomo 4. Cali: Uni-
tán presentes en otros espacios y procesos exclusivos de versidad del Valle. 53
gobernanza— y también con un carácter territorial mar- Ascher, François. 1995. Métapolis, ou, L’avenir des villes.
cado por la densidad, la dependencia de flujos externos París: Éditions O. Jacob.
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banismo que sea capaz de lidiar con el carácter global org/10.2747/0272-3638.33.4.474.
de la urbanización y la alta movilidad que ello implica: Beavon, Keith S. O. 1981. Geografía de las actividades
“debemos diseñar ciudades y sus distritos como siste- terciarias: una reinterpretación de la teoría de los lu-
mas eficientes y productivos gobernados y manejados gares centrales. Barcelona: Oikos-Tau.
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