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Geografía Urbana y Urbanización

El documento analiza la urbanización contemporánea, destacando el crecimiento de la población urbana y su impacto en los estudios urbanos, donde la geografía juega un papel crucial. Se abordan los retos que enfrentan las ciudades en diferentes regiones, especialmente en América Latina y África, y se reflexiona sobre la evolución de la definición de lo urbano y su relación con ideologías y utopías a lo largo de la historia. Finalmente, se enfatiza que la ciudad es un fenómeno complejo influenciado por relaciones geopolíticas, económicas y sociales, así como por ideales de sociedad en cada época.

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Geografía Urbana y Urbanización

El documento analiza la urbanización contemporánea, destacando el crecimiento de la población urbana y su impacto en los estudios urbanos, donde la geografía juega un papel crucial. Se abordan los retos que enfrentan las ciudades en diferentes regiones, especialmente en América Latina y África, y se reflexiona sobre la evolución de la definición de lo urbano y su relación con ideologías y utopías a lo largo de la historia. Finalmente, se enfatiza que la ciudad es un fenómeno complejo influenciado por relaciones geopolíticas, económicas y sociales, así como por ideales de sociedad en cada época.

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Introducción
Al describir la urbanización contemporánea Brugmann (2009) recalca que el
mundo en sí mismo está siendo convertido en una ciudad, con la emergencia de un
sistema global de ciudades heterogéneo y jerárquico, entrelazado por complejas re-
des de comunicaciones. Esta caracterización, que evoca la célebre utopía de Corus-
cant, el planeta urbano de la saga de Star Wars, se reafirma en los datos del World
urbanization prospects que muestran cómo el mundo pasó de apenas un 30 % de
población urbana en 1950 al 54 % en el 2015, y un estimado del 66.4 % en el 2050.
Este proceso de rápido movimiento de la población hacia las ciudades ha contribuido
significativamente en hacer de los estudios urbanos una de las áreas temáticas más
dinámicas y de mayor desarrollo en las últimas décadas. Es, además, reconfortante
reconocer que, en la expansión de los estudios de la ciudad, la geografía ha tenido
una contribución capital, tanto teórica como aplicada, incluyendo la planificación
urbana y regional como subcampo desarrollado en conjunto con otras ciencias como
la economía y la sociología.
El capítulo de Montoya (en este volumen), por otra parte, evidencia la magnitud
e importancia del fenómeno urbano contemporáneo extendido a nivel planetario,
el cual plantea importantes retos: desde el estancamiento y la búsqueda por alter-
nativas a la urbanización, propias de aquellos países en los que la mayoría de su
población vive en ciudades; pasando por los retos en términos de empleo y desarrollo
en regiones densa y recientemente urbanizadas, como América Latina —donde, a
pesar de los notorios avances técnicos, políticos y sociales, aún falta un mayor desarrollo
de las economías urbanas y un crecimiento económico que permita la inclusión de
grandes sectores de la población, aún marginados—; hasta los retos que imponen
regiones con ciudades gigantes como Asia y que, a la vez, mantienen un alto poten-
cial de urbanización, dado el significativo número de población rural restante. Este
último reto es aún mayor en África, un continente poco urbanizado y que enfrentará
en las próximas décadas la difícil combinación de altas tasas de crecimiento de sus
ciudades, con el desarrollo de sus economías y la capacidad de gestión de los nuevos
conglomerados urbanos.
Estos retos son no solo para los responsables políticos, también lo son para las co-
munidades científicas encargadas de proveer conocimiento para el desarrollo y gestión

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de las ciudades. En este capítulo nos concentraremos, Sobre lo urbano y el origen de la
entonces, en mostrar cómo la geografía urbana contri- ciudad
buye a un mejor conocimiento y gestión de las aglome- La definición de lo urbano puede tener como punto
raciones. Para ello indagaremos sobre la naturaleza del de partida esta imagen de La Alhambra, tomada desde
subcampo, su historia y desarrollo reciente. El primer los jardines del Sultán y con la ciudad contemporánea
apartado remite a la discusión sobre la naturaleza de lo de Granada al fondo (figura 1). Ella permite enfatizar
urbano definido, no sin cuestionamiento, como opuesto varios elementos que hacen que un asentamiento tenga
a lo rural. Luego examinamos los discursos de la geo- el carácter de ciudad, empezando por su larga historia,
28 grafía urbana, teniendo como idea central que la teoría durante la cual va mutando lentamente sus funciones,
marca o define tanto la reflexión, como la acción sobre adaptándose a las nuevas demandas de sus pobladores
la ciudad; y también que este subcampo es, en términos y articulando económicamente un espacio cada vez más
teóricos, uno de los más ricos en geografía humana. vasto. Granada es una más de la densa red de ciuda-
Finalmente, el capítulo cierra con una revisión de los des que desde hace más de dos milenios han moldeado
principales temas y sujetos de la subdisciplina, inclu- Occidente a través de la cuenca mediterránea, aquella
yendo la muy necesaria reflexión sobre la relación entre donde, en palabras de Braudel, confluyen desde tiempos
geografía y planeamiento urbano-regional, asunto que inmemoriales seres, objetos, ideas, bestias, mercancías,
en nuestro contexto remite tanto al ordenamiento terri- de todo el mundo (1999, 9), entrando y saliendo para
torial, como a la planificación regional. Asia, África, Europa del Norte y América.

Figura 1. La Alhambra en Granada (España).

Fuente: Jhon Montoya.

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La idea anterior conduce, entonces, a señalar que comunicaciones;4 hoy las ciudades tienden a reloca-
una ciudad se define también como un punto de re- lizar masivamente su industria en las periferias más
ferencia de cultura y civilización. En ella concurren exteriores de sus anillos metropolitanos, dando lugar
sabios y saberes, como lo atestiguó Atenas en la Edad a una forma urbana posindustrial.
Antigua, Córdoba en la Edad Media, París y Viena en La vida económica de la ciudad es altamente di-
el siglo xix, o Nueva York y Los Ángeles en el presente.1 námica y cambiante, estrechamente ligada a lugares y
Todas estas ciudades, y otras con más o menos poder y contextos históricos. La ciudad europea, por ejemplo,
proyección en diferentes épocas, evidencian aún ricos fue definida hasta el siglo xviii especialmente por su
vestigios de su pasada gloria como cuna de las letras, rol político, concentrando el poder militar y económico 29
de las ciencias, la técnica y la filosofía. Igualmente re- que garantizaba el funcionamiento de los imperios, de
posan en ellas las manifestaciones arquitecturales más los cuales era cabeza o tenía una posición de avanzada.
notorias de cada época, respondiendo a esa estrecha La ciudad norteamericana, por el contrario, se fue mol-
ligazón que existe entre arquitectura y poder, que se deando lentamente en la medida en que la colonización
expresa en los edificios religiosos de la Edad Media, los consolidaba las diferentes economías regionales. En el
palacios de la temprana Edad Moderna o las estaciones siglo xviii ambas fueron modificadas profundamente
ferroviarias y los rascacielos del período industrial.2 por la industrialización, la cual expandió las posibilida-
También la arquitectura más reciente, desde el moder- des de la ciudad más allá de lo que antes alguien pudiese
nismo y sus estrechas relaciones con el industrialismo haber imaginado; la creciente capacidad industrial creó
y los movimientos fascistas de la década de 1930, hasta gigantescas ciudades fabriles como Liverpool o Detroit;
el movimiento posmoderno que, inspirado en una pro- la expansión del comercio permitió el florecimiento de
funda crítica al modernismo, se integra plenamente al ciudades puerto como Manchester o Ámsterdam; y la
capitalismo cultural contemporáneo en sus diseños, alta demanda de materias primas permitió la expansión
materiales y funciones; estas últimas orientadas fre- de ciudades encargadas de coordinar su producción y
cuentemente al marketing del lugar y el diseño de espa- exportación a los centros de transformación como Bue-
cios urbanos dirigidos a los actores dominantes de unas nos Aires o Singapur. Igualmente, los altos excedentes
economías urbanas tercerizadas: turistas, inversores y de riqueza generados por el aumento de la productividad
residentes de elite. 3
de las máquinas favorecieron la efervescencia de cen-
Así, la ciudad se define esencialmente por sus fun- tros financieros tempranos como Hamburgo, Frankfurt
ciones, que son principalmente de comando, control, o París en el siglo xix, y tardío en el periodo entre los
coordinación y consumo, más allá de si se remiten al siglos xix y xx en Chicago, Londres y Nueva York.
sector primario, secundario o terciario. Esta definición En otras regiones, como América Latina, a pesar de
limita evidentemente la interpretación más común la existencia de ciudades precolombinas magnificentes
de la ciudad como espacio de producción, asociado como Tenochtitlán o Cusco, la ciudad renace con la con-
principalmente con la etapa industrial, pero hay que quista como proyecto político-religioso y por muchos
tener en cuenta que ello fue solamente un fragmento años su función principal es la de asiento de las auto-
de tiempo en la larga historia de las ciudades, condi- ridades eclesiásticas —de hecho, Bogotá cambia de ca-
cionado por las limitaciones espaciales de la industria, rácter cuando es elevada en 1564 a la categoría de sede
superadas en menos de un siglo por los avances en las del arzobispado—. Pero, lentamente, su desarrollo se va
asociando a la emergencia de economías de exportación
como el tabaco para el caso colombiano en los siglos
1 Una erudita reflexión sobre las ciudades faro de la xviii y xix; el café para San Pablo (Brasil), Medellín y
civilización es el libro de Peter Hall (2001), Cities in
Civilization.
2 Ilustraciones de dicha relación pueden ser revisados 4 A mediados de siglo, Wirth (1938) señalaba claramente
en Hall (1996), Harvey (2003b), Mumford (1979) y Sudjic la dificultad de confundir urbanismo con industrialismo
(2007). y con capitalismo moderno; una equivocación común en
3 Un ejemplo es mostrado en el texto de Enright (2014) las lecturas desde la economía política y que oscurece la
sobre el simbolismo urbanístico del proyecto del Grand perspectiva de cambio de la ciudad, pero especialmente
Paris. la dimensión histórica de la misma.

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Bogotá en los siglos xix y xx; la carne y los cereales en el Frank Lloyd Wrigth (1919), la cual sintetizaba el ideal
caso de Buenos Aires a comienzos del siglo xx; los hidro- suburbano de democracia y de retorno a la naturaleza,
carburos para Venezuela desde mediados del siglo xx, y apoyado en la obsolescencia del espacio por el desarrollo
con ellos el posicionamiento internacional de Caracas. tecnológico.5
En fin, la urbanización responde simultáneamente a Hoy, como en el pasado, los ideales de lo urbano si-
un contexto socioeconómico que la moldea y define en guen dirigiendo la planificación y la política urbana. Si
cada período histórico, pero que, en su constante muta- bien algunos como Baeten (2002) critican la ausencia
ción, cambia también los ideales de ciudad. Por ello es de un proyecto utópico convincente, probablemente las
30 importante considerar que la ciudad no es solo su mate- utopías anteriores tampoco lo fueron y la influencia que
rialidad y que tampoco está moldeada exclusivamente ejercieron sobre la dinámica urbana no provino de su
por los factores económicos, demográficos o sociopolíti- aplicación directa, sino de su imagen idealizada de lo
cos, conclusión fácil a la que llegan todo tipo de determi- urbano y su aplicación puntual en algunas políticas.
nismos; las ideas y particularmente la ideología urbana, En todo caso, es claro que hoy la política urbana y el
cambiante para cada contexto y para cada época, juegan hacer ciudad, en general, son empujados por algunas
un rol fundamental. Estos ideales de ciudad, plasmados ideologías dominantes que definen un ideal: para algu-
en planes urbanísticos o directamente en la arquitec- nos es la utopía neoliberal la que da forma a la ciudad
tura, han tenido como inspiración ideales o utopías ur- contemporánea (Hackworth 2007; Janoschka y Hidal-
banas. Ello al menos desde la Ciudad de Dios, obra en go 2014). Otros encuentran tal utopía en el ideal subur-
la que San Agustín, reaccionando a la destrucción de bano, marcado por el individualismo, la reivindicación
Roma en el año 410, contrapuso dos ideales de ciudad: de estilos de vida no urbanos propiamente dichos y la
la terrenal y la de Dios, entendida esta última como una extensión significativa de la red urbana en vastos espa-
comunidad de almas unida por su amor a la divinidad. cios metropolitanos (Baeten 2002; Fishman 1987; Soja
Desde entonces se formularon diferentes utopías inclu- 2000); o la imaginación de la urbanización globalizada
yendo la de Tomás Moro que, por primera vez ofrece un y centrada en el mercado (Madden 2012); y también las
soporte espacial al ideal de ciudad, hecho que Choay utopías derivables de las ideologías hegemónicas hoy:6
(1996) establece como condición para reconocer una la ciudad sostenible; la Smart City; el nuevo urbanismo
verdadera utopía. (Falconer Al-Hindi y Till 2001); o las narrativas sobre
Luego vendrían otros ejercicios de idealización la gobernanza urbana como alternativas al poder del
urbana, como el de Campanella, quien en el siglo xvii, Estado (Blakeley 2010).
basado en Platón, planteó un ideal de ciudad teniendo a En síntesis, la ciudad aparece como un complejo
la comunidad como elemento alrededor del cual habría moldeado por las relaciones geopolíticas, económicas y
de orientarse todo proyecto político, independiente de también por los ideales de sociedad que en cada época
su escala; o la propuesta de los socialistas utópicos en el dirigen la acción de los grupos sociales. Así, la defini-
siglo xix y en particular Robert Owen, quien diseñó una ción de lo urbano escapa a los conceptos simples como
utopía moralista opuesta al consumo y al lujo, y reivin- el de solamente una aglomeración de seres humanos, o
dicativa de la regencia comunitaria de las actividades un cuerpo económico para la reproducción del capital,
humanas y de la ‘educación del deseo’, para contrarres- o el espacio de la innovación y la cultura. La definición
tar el individualismo y el consumismo. Igualmente, en de la ciudad se torna entonces contextual, esto es, que
el siglo xx tres grandes utopías dirigirían la discusión siempre estará asociada con las actividades económicas
sobre el ideal de ciudad: la ciudad jardín de Ebenezer
Howard (1910), concebida bajo el propósito de “sustituir 5 Un examen de algunas de estas utopías, especialmente
el capitalismo y crear una civilización basada en la coo- contraponiendo el ideal liberal y el ideal socialista, se
peración” (Fishman 1996, 25); la ciudad radiosa de Le encuentra en Montoya (2015). Igualmente, la tabla 1
Corbusier (1923), en la que se demandaba la imposición enlista un conjunto de obras básicas para acercarse a la
historiografía urbana, incluida la historia del urbanismo y
de un nuevo orden urbano racional, autoritario y jerár-
de las utopías urbanas.
quico, incluyendo la estricta zonificación de las activi-
6 Un excelente especial del asunto se encuentra en la
dades urbanas y la colectivización de los servicios de la revista Sciences Humaines: Idéologies le retour de flamme,
ciudad; y, finalmente, la Broadacre City propuesta por N.° 14, 2009.

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dominantes de una época y también con las ideas sobre urbanos, así como al análisis de los elementos causa-
la ciudad misma, si bien algunos conceptos perviven les que determinan tales patrones en la ciudad (Knox
por largos períodos, como la idea de metrópolis. En y Pinch 2010). Ello permite entender el porqué de la
ese sentido, la ciudad contemporánea trasciende la clá- localización de ciertos barrios populares, las razones
sica dicotomía de lo urbano y lo rural, conjugándose en detrás de la concentración de la criminalidad en ciertos
su naturaleza la compleja relación que se establece entre sectores, la relación entre planificación y la distribución
diferentes espacios: el puramente local, el periurbano, el de los espacios industriales, las altas asimetrías espa-
suburbano, el metropolitano, el metapolitano7 y las es- ciales en los costos de la vivienda y, así sucesivamente,
feras de las interacciones regionales, para llegar a las diversos interrogantes cuya respuesta es esencial para 31
escalas macro de los corredores continentales y la urba- el conocimiento de la ciudad y para la acción sobre esta,
nización planetaria. de parte de los diferentes actores urbanos, pero espe-
cialmente del Estado.
Tabla 1. Obras de referencia en historiografía urbana.

Bairoch (1990); Choay (1996); Hall (1996; Una breve historia del subcampo
2001); Mumford (1979);
General La geografía urbana, como área especializada o
Pirenne ([1925] 2014); Roncayolo (1997);
Vance (1990); Weber (1958).
rama sistemática dentro de la geografía, hace su debut a
Amato (1968); Almandoz (2002); Aprile-
América Latina
Gniset (1991; 1992; 2010); Hardoy (1972); comienzos del siglo xx y cobra auge al final de la Segunda
y Colombia
Romero ([1969] 1999); Zambrano (1993). Guerra Mundial. Esto es un reflejo del propio desarrollo
Fuente: elaboración propia. de la geografía como ciencia, del cambio de paradigmas
y de métodos, pero también de la evolución misma de
La estructura de la geografía urbana las ciudades, ya que estas habían llegado a constituirse
La geografía urbana se organiza como uno de los en parte importante del paisaje de los países occiden-
principales subcampos o ramas sistemáticas de la geo- tales, haciendo imperante el progreso de los estudios
grafía humana. Está dedicada específicamente al estu- urbanos. Otto Schlüter (geógrafo alemán, historiador
dio de las ciudades y de sus relaciones con los espacios y lingüista), con su obra Bemerkungen zur Siedlungs-
en los que se insertan. Este subcampo se asocia direc- geographie (1899), es considerado por muchos como el
tamente con el análisis del espacio urbano, entendido fundador de la geografía urbana (Berdoulay y Soube-
como el ambiente construido por la acción humana, yran 2010; Pertile 2007; Pulido y Amaya 2015; Vilagra-
altamente artificializado y donde el urbanista adopta sa 1991). También destacan la producción de la primera
una nueva psicología basada en la subjetividad, la liber- geografía general urbana, publicada por K. Hassert en
tad y la creatividad (Simmel [1903] 1971). Esta acción 1907 (Die Städte geographisch betrachtet), considerada
del hombre a través de la técnica y el trabajo se traduce por algunos autores como el primer intento serio por
en una disposición particular de los elementos físicos sistematizar los conocimientos existentes sobre el tema
que incluye el mosaico de viviendas del espacio resi- (Santos Preciado 1992); así como la tesis de Raoul Blan-
dencial, el conjunto de infraestructuras que dan forma chard, Grenoble, étude de géographie urbaine (1911)
a los espacios industriales y el resto de equipamientos con la que pretendía explicar el origen y desarrollo de la
y edificios que moldean los espacios institucionales, ciudad como un derivado de las condiciones físicas aso-
financieros, educativos, comerciales, etc., entrelazados ciadas con su localización o el carácter del sitio. Ello lo
por redes de comunicaciones y cuya forma física expre- ilustraría muy bien en su historia urbana de Montreal,
sa también una estructura social claramente diferencia- en la que enfatiza su posición estratégica inicial para el
ble en función de los ingresos, la cultura, la identidad comercio de pieles en América del Norte y luego su papel
y las economías de los grupos humanos allí asentados. de pivote en la comunicación de la zona industrial de los
La geografía urbana se encarga, entonces, del estu- Grandes Lagos con Europa, a través del río San Loren-
dio de todos estos elementos que constituyen el espa- zo como vía de salida al Atlántico (Blanchard 1992). El
cio urbano y, para hacerlo, recurre a la descripción de aporte de Blanchard constituyó un método de estudio
la ciudad, a la cartografía de los eventos y fenómenos de la ciudad de gran difusión en el ámbito francés, pues
ofrecía una serie variada y ordenada de temas de estu-
7 Ver Ascher (1995). dio sobre esta (Carreras y Ballesteros 2007).

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Por otro lado, Vasconcelos (1999) examina el desarrollo 3. Periodo entre guerras mundiales (1913-1944), “Pe-
de los estudios urbanos en un período de dos siglos, desde riodo comprendido entre la Primera y la Segunda
los trabajos pioneros de comienzos del siglo xix, hasta los Guerra Mundial”. Destacan, por el número de pu-
trabajos más recientes, producidos tanto por geógrafos blicaciones, Marcel Aurosseau, Raoul Blanchard,
como por otros científicos sociales, en áreas como socio- Maximilien Sorre, Albert Demangeon, Preston Ja-
logía, economía, antropología, arquitectura y urbanis- mes y Pierre Monbeig. Otras disciplinas ejercieron
mo. El autor enumera, entonces, los principales aportes gran influencia sobre el pensamiento geográfico, en
de la geografía urbana al mundo académico y resalta la particular la escuela de sociología de Chicago con
32 importancia que todos esos textos tuvieron en su época Robert Park, Ernest Burgess, Roderick Mckenzie,
y el legado dejado para la reflexión contemporánea sobre Louis Wirth, N. Gist, L. Halbert y Donald Pierson; la
las ciudades. Este trabajo constituye un esfuerzo intere- escuela sociológica francesa con Oswald Spengler,
sante que merece ser referenciado, pues en él se reúnen Max Weber y Maurice Halbwachs; y la escuela de
los nombres de los principales autores en el campo de los economía urbana, liderada por Homer Hoyt. Tam-
estudios urbanos, diferenciado por etapas —inicialmen- bién son importantes arquitectos y urbanistas como
te cinco períodos y, en un trabajo más reciente, amplia- Patrick Geddes, Le Corbusier, Lewis Mumford,
do a seis (Vasconcelos 2015)—, cada una de las cuales se Gaston Bardet; historiadores como Paul Meuriot,
vinculan al contexto político, económico, y social de la Lucien Febvre, Marcel Poëte, Henri Pirenne, Caio
época. Estos son (Vasconcelos 1999): Prado Junior y Pierre Lavedan; y filósofos, en parti-
1. Periodo preacadémico (1810-1869), desarrollado en cular, Walter Benjamin.
el capítulo “Los precursores del pensamiento geo- 4. Los Treinta Gloriosos (1945-1972), correspondiente
gráfico sobre la ciudad”. En este periodo destacan al capítulo “La producción sobre la ciudad en el pe-
los geógrafos Conrad Malte-Brun y Alexandre von ríodo de posguerra hasta inicio de los años 1970”.
Humboldt; los “socialistas revolucionarios” Frie- Etapa de ampliación de la participación de los pro-
drich Engels, Karl Marx; y otros intelectuales como fesionales de la geografía en los estudios urbanos.
Michel Perreymond, Fustel de Coulanges e Ildefon- Como representativos de este período se encuentran
so Cerdá. Cabría agregar en este grupo el trabajo C. Harris y Ullman, Georges Chabot, Pierre George,
del historiador Paul Meuriot (Des agglomérations Jean Tricart, Jean Gottmann, Yves Lacoste, Brian
de l’Europe contemporaine), tesis presentada en Berry y Harold Carter; también, Josué de Castro,
la Sorbona (París, 1897) y en la que aborda el es- Aroldo de Azevedo, Milton Santos, Antonio Penteado
tudio del crecimiento cada vez mayor de las regiones y Juergen Langenbuch. Los aportes de otras discipli-
suburbanas (Noiriel 1997). También, la primera edi- nas de gran apoyo a los estudios de geografía urbana
ción del trabajo de Adna Ferrin Weber, The Growth fueron esencialmente los producidos por Georges
of Cities in the Nineteenth Century (1899) (Choay Friedmann, P. Hauser y L. Schnore, P. H. Chombart
[1965] 1970). de Lauwe, Gideon Sjoberg, Jean Rémy, Henri Coing,
2. Periodo de institucionalización de las ciencias socia- Henri Lefebvre, Manuel Castells, Gilberto Velho,
les (1870-1913), en “Pensamiento sobre la ciudad en William Alonso, Louis Chevalier, Fernand Braudel
el período de institucionalización de la geografía”. y Arnold Toynbee; más recientemente, Kevin Lynch,
Los representantes más reconocidos son Friedrich Jane Jacobs, Colin Buchanan, Françoise Choay,
Ratzel, Élisée Reclus, Émile Levasseur, Lucien Ga- Nestor Goulart Reis Filho, entre otros. Cabe incluir
llois, Désiré Pasquet, Pyotr Kropotkin, R. Dupuy, en este grupo a uno de los pioneros de la enseñanza
Paul de Rousiers, Antoine Vacher, Frederick Emer- de la geografía urbana a nivel universitario, Griffith
son, Étienne Clouzot, Mark Jefferson, Pierre Clerget Taylor, fundador del departamento de Geografía de
y Jean Brunhes. También, arquitectos y urbanistas la Universidad de Toronto, quien publicó el texto Ur-
como Camillo Sitte, Ebenezer Howard y Tony Gar- ban Geography (1949), posiblemente el primer libro
nier; así como sociólogos, historiadores y ‘estadísti- sobre el tema editado en inglés (traducido al español
cos sociales’, como Ferdinand Tonnies, Paul Meuriot, en 1954). El texto centra su análisis en las categorías
Adna Weber, Georg Simmel, Maurice Halbwachs y de evolución, forma y clasificación de pueblos, villas
René Maunier. y ciudades (Pulido y Amaya 2015).

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5. Periodo inicial de la crisis actual (1973-1994). Sobre- de la naturaleza del objeto de su estudio (la ciudad), hace
salen los geógrafos David Harvey, William Bunge, que sea este un campo prolífico en cuanto a la produc-
Horacio Capel, J. Beaujeu-Garnier, David Clark y ción de teorías, enfoques, conceptos, ideas, y otro tipo
Edward Soja. También se incluyen algunos geógrafos de aportes, como lo demuestra la profusa literatura que
brasileros, como Milton Santos y Mauricio Abreu. cada día se genera. Igualmente, los temas del subcampo
Cabe señalar que para este período la producción de han variado a lo largo de su evolución, desde las consi-
trabajos en el área de la geografía urbana, en cada deraciones sobre el sitio, las etapas de crecimiento de
uno de los países latinoamericanos ha sido muy pro- las ciudades, la historia de la ciudad, hasta la morfolo-
lífica, aunque con menor difusión, por lo que no son gía y estructura interna de la ciudad, incluidos los usos 33
incluidos en el recuento de Vasconcelos (2015). Los del suelo, los patrones espaciales y las clasificaciones de
trabajos de Luis Fernando Chaves en Venezuela cons- los espacios urbanos (tipologías, funciones regionales,
tituyen un buen ejemplo (Boada Ceres y Delgado de etc.), así como los problemas urbano-ambientales y so-
Bravo 1999). La producción desde otras disciplinas bre la sustentabilidad de los espacios urbanos.
vinculadas al estudio de la ciudad es aportada por De otro lado, para comprender esta evolución de
autores desde la sociología y el urbanismo como P. la geografía urbana, se hace necesario revisar sus an-
Merlin, F. Choay, M. Roncayolo, T. Paquot; Jean Loj- tecedentes como rama formal de la geografía, debido a
kine, Y. Grafmeyer, I. Joseph, Peter Saunders, Saskia que ellos han sido variables, dependiendo de los mar-
Sassen y Gilles Montigny; antropólogos como Ulf cos epistemológicos que predominarán en la ciencia
Hannerz y James Holston; economistas como Alain geográfica, lo cual influyó para que variaran tanto los
Lipietz y Paul Singer; y, de otras ramas de las ciencias temas de estudio, como las metodologías utilizadas. La
sociales, Anatole Kopp, Mikhail Possokhine, Paul Vi- geografía urbana utiliza, por consiguiente, distintos
rilio, Mike Davis, Jean-Pierre Gaudin, Enrico Guido- enfoques que son contextuales a su evolución histórica
ni, Paul Bairoch, P. Ansay y R. Schoonbrodt. como disciplina. De allí su carácter multiparadigmá-
6. Periodo actual (1995-2015). Vasconcelos resalta tico, visión que, de acuerdo con Rodríguez Lestegás
diferentes textos: Métapolis (1995) del urbanista (2000, 39), tiene aceptación en la geografía actual: la
francés François Ascher; La Cidade Pos-Moderna geografía, lejos de aceptar un único modelo explicativo
(1997) de Giandomenico Amendola; Cybercities e interpretativo, ve cohabitar perdurablemente varias
(1996) de Christine Boyer; Diccionario de Geo- concepciones, discursos y enfoques diferentes, unos
grafía Urbana, Urbanismo y Ordenación del complementarios entre sí, pero otros opuestos y radi-
Territorio (2000), editado por Zoildo y otros; Post- calmente enfrentados. Históricamente, estos enfoques
metropolis (2000) de Edward Soja; Dictionnaire pueden resumirse así:
La ville et l´urbain (2006) de la geógrafa francesa • Un primer enfoque, el más antiguo, se centra en las
Denise Pumain; y, finalmente, L’Aventure des mots relaciones que se establecen entre la ciudad, como
de la ville (2010) de Topalov y otros, el cual contie- un hecho social, y las condiciones naturales de su
ne 1493 páginas con 264 artículos, escritos por 160 entorno (su sitio o emplazamiento), haciendo énfa-
autores en ocho lenguas (alemán, árabe, español, sis en las condiciones naturales-relieve, clima, ve-
francés, inglés, italiano, portugués y ruso), datos getación, etc., que limitan o posibilitan el desarrollo
que muestran la riqueza y amplitud de la temática físico y económico de las ciudades. En el estudio de
de la obra. estas relaciones se hacía igualmente hincapié en
el estudio de la situación o posición, como bases
A fin de complementar esta lista, y este recorrido naturales y artificiales del poblamiento urbano, la
temporal de los estudios urbanos, el lector puede remi- morfología resultante, en la cual el plano urbano es
tirse a la tabla 1 y al texto clásico de F. Choay, El urba- la expresión más evidente, y la importancia que la
nismo. Utopías y realidades (1970), en el que hay una técnica y las innovaciones tienen en la superación
compilación selectiva de clásicos de la ciudad. de barreras físico-naturales y en el desarrollo de la
En síntesis, si bien el inicio de la historia de los estu- ciudad. En los estudios iniciales, la ciudad consti-
dios en geografía urbana es relativamente reciente, y su tuía un dato suplementario de las áreas de la super-
trayectoria puede ser plasmada brevemente, la riqueza ficie terrestre. Posteriormente, con el determinismo

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ambiental se puso particular énfasis en las relaciones en este sentido, es entendido como un complejo pro-
entre el medio físico, el entorno y la ciudad (Taylor ceso de aprendizaje, en el que el sistema de valores
1954). Más adelante cobra importancia el intento de individuales permite su interpretación.
regionalizar las características de las ciudades aten- • El último enfoque se centra en las relaciones entre
diendo a varios de los aspectos relacionados con el el proceso urbano y el medio ambiente, surgido
marco geográfico en que se desenvuelven (Beaujeu- principalmente con la Agenda 21, en la ‘Cumbre de
Garnier y Chabot 1970; George 1974). la Tierra’ realizada en Río de Janeiro (1992). El én-
• Un segundo enfoque surge de la necesidad de secto- fasis es puesto en el estudio de la ciudad como un
34 rizar la ciudad para fines de análisis. La tendencia ecosistema, especialmente el estudio de las impli-
conduce a considerar algunos elementos particula- caciones que la expansión de las ciudades tiene en
res de la ciudad para lo cual es necesario su diferen- el medio natural, ello introduce el tema la gestión
ciación areal. Los estudios de uso de la tierra son los como mecanismo para asegurar la sustentabilidad
más comunes dentro de este enfoque en los que se de los espacios urbanos.
intenta relacionar las actividades o funciones de las
ciudades con su marco espacial. La geografía urbana y el mundo
• Un tercer enfoque enfatiza los elementos del espa- académico
cio social o ecología humana. Esta corriente hace Una ciencia se define esencialmente por su objeto,
hincapié en los procesos de segregación del espa- el cual individualiza la manera como aborda los dife-
cio residencial, los procesos formadores del espacio rentes problemas de la actividad humana. Así, ha sido
social y los patrones resultantes. El estudio de las recurrente señalar que la geografía tiene como objeto
áreas sociales se convierte en la herramienta técni- el espacio, esto es la forma como los seres humanos or-
ca, conceptual y metodológica para dicho análisis ganizan sus actividades sobre la superficie de la tierra,
(Robson 1975). creando patrones de distribución para diferentes fe-
• Un cuarto enfoque se centra en la búsqueda de regu- nómenos, pero también conexiones particulares entre
laridades espaciales y el orden espacial. Esta corriente lugares y sociedades. Pero las ciencias, y sus subcam-
está fuertemente asociada al desarrollo de la geo- pos, también requieren ser institucionalizadas y ello
grafía cuantitativa, a partir de los años cincuenta se realiza a través de una comunidad académica que
del siglo xx, en la cual la modelización de los proce- tiene alcance global y que ejecuta un conjunto de ac-
sos y patrones espaciales ocupa especial atención. ciones orientadas a guiar el desarrollo del subcampo.
La jerarquía urbana, el tamaño, el número y la Así, consideramos que para quien se adentra en los es-
distribución de los asentamientos, las leyes que de- tudios urbanos es importante reconocer al menos tres
terminan esta distribución, las fuerzas gravitatorias dimensiones de la comunidad académica: las publi-
entre la ciudad y el espacio próximo, son los temas caciones periódicas, los encuentros académicos y los
dominantes, en pleno apogeo de la geografía urbana sitios de formación. En este apartado los revisaremos
anglosajona (Beavon 1981; Berry 1962; Carter 1983; muy someramente.
Haggett 1976; Johnson 1975; Yeates y Garner 1980). Podemos empezar, entonces, con las publicaciones
• El proceso de producción y reproducción del espacio científicas seriadas, que son el referente inmediato so-
urbano, en el marco de la concepción radical de la bre la actividad de punta en cualquier ciencia. La tabla
geografía, se convierte en el quinto enfoque en im- 2 enlista las revistas mejor clasificadas en Scimago8
portancia. A través de un enfoque sociohistórico se para estudios urbanos. La primera es Journal of Urban
busca construir el desarrollo temporal de los espa- Economics, fundada en 1974, en pleno apogeo de la re-
cios urbanos en el cual la inserción en un determi- volución cuantitativa y de los estudios sobre la econo-
nado momento se convierte en el elemento crucial mía de la ciudad,9 componente de más fácil y eficiente
para entender el funcionamiento y organización de
los espacios (Santos 1973).
8 Junto con el factor de impacto de Web of Science,
• Un sexto enfoque enfatiza el rol de la percepción
constituyen los dos indicadores más usados para la
en el análisis de los espacios urbanos a través de la clasificación de la producción científica.
construcción de mapas mentales. El espacio urbano, 9 Un manual reciente sobre el sujeto es el de Camagni (2005).

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tratamiento a través del modelamiento estadístico y que El listado, por otra parte, evidencia que, en regiones
es ampliamente dominada por economistas y geógrafos con una comunidad académica grande, es posible man-
económicos. La segunda revista, ijurr, es de un alcan- tener un alto nivel de especialización en las publicaciones
ce mucho más amplio y ha hecho un especial énfasis en seriadas. En nuestro contexto la situación es diferente y
temáticas de lo que ahora se denomina el ‘Sur global’, la publicación en geografía urbana se difunde en diferen-
incluyendo un proceso de internacionalización desde el tes medios tanto de geografía, como de ciencias afines,
2009 que apuntó al desarrollo de actividades fuera de los principalmente urbanismo, y de forma secundaria en
circuitos tradicionales como México o Brasil, donde han sociología, historia, literatura, economía y arquitectura.
tenido lugar varias conferencias centrales de la revista Entre las publicaciones de este tenor destacan, a nivel 35
(Boudreau, Gandy y Kaika 2015); los últimos números, latinoamericano, Eure, la revista chilena fundada en
además, fueron orientados a los discursos poscoloniales 1970 por la Pontificia Universidad Católica de Chile; y
sobre la ciudad, tema que recientemente tiene amplio dos revistas colombianas: Bitácora urbano-territorial,
despliegue en la publicación. Finalmente reseñamos de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de
Urban Geography, fundada por Bryan Berry en 1980 y, Colombia fundada en 1997, y Cuadernos de Vivienda
contrario a la heterogeneidad temática y disciplinar de y Urbanismo, de la Pontifica Universidad Javeriana,
las dos publicaciones anteriores, está más concentrada asociada al Injaviu (Instituto Javeriano de Vivienda y
en la agenda del subcampo. Así, la publicación en sus Urbanismo) y nacida como publicación esencialmente
líneas editoriales insiste con frecuencia en el carácter electrónica en el 2008. Aparte de este listado, hay tam-
plural de la publicación, que “ha evitado su identificación bién otras revistas en geografía (y en estudios urbanos)
con alguna corriente filosófica o metodológica particu- que incorporan artículos en estos temas: Revista de Geo-
lar y persigue más bien una apreciación católica de una grafía Norte Grande de Chile (Universidad Católica de
geografía urbana cambiante” (Wheeler 2002, 401; la tra- Chile), Revista Iberoamericana de Estudios Municipales
ducción es nuestra). Las otras publicaciones igualmente (Universidad Autónoma de Chile), Revista Geográfica
tienen sus énfasis en temas como la planificación, educa- Venezolana (Universidad de Los Andes, Mérida), Revis-
ción o la vivienda; o teóricos (en economía urbana, por ta Urbana (Universidad Central de Venezuela), Inves-
ejemplo); aunque también están aquellas revistas hete- tigaciones geográficas (unam, México) y Cuadernos de
róclitas como Urban studies. Geografía (Universidad Nacional de Colombia, Bogotá).

Tabla 2. Primeras revistas en estudios urbanos a nivel mundial y en América Latina a partir del índice Scimago (2015).

Rango Nombre País Sitio web


1. Journal of Urban Economics Estados Unidos https://www.journals.elsevier.com/journal-of-urban-economics
International Journal of Urban
2. Reino Unido http://www.ijurr.org/
and Regional Research
3. Urban Geography Estados Unidos http://www.tandfonline.com/toc/rurb20/current
4. Urban Studies Reino Unido http://journals.sagepub.com/home/usj
5. Journal of the American Planning Association Reino Unido https://www.planning.org/japa/
6. Urban Education Estados Unidos http://journals.sagepub.com/home/uex
7. Cities Reino Unido https://www.journals.elsevier.com/cities/
8. Journal of Planning Education and Research Estados Unidos http://journals.sagepub.com/home/jpe
https://www.journals.elsevier.com/regional-science-
9. Regional Science and Urban Economics Holanda
and-urban-economics/
10. Housing Policy Debate Estados Unidos http://www.tandfonline.com/loi/rhpd20
67. Eure Chile http://www.eure.cl/index.php/eure
70. Revista INVI Chile http://revistainvi.uchile.cl/index.php/INVI
Journal of Urban and Environmental
77. Brasil http://www.journal-uee.org/
Engineering
80. Cuadernos de Vivienda y Urbanismo Colombia http://revistas.javeriana.edu.co/index.php/cvyu/
85. Bitácora Urbano Territorial Colombia http://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/
Fuente: elaboración propia.

l a g e og ra f ía u r bana y el estu d io d e la urb aniz ac ió n


En cuanto a las actividades académicas, la primera pocos.10 El punto a recalcar aquí es que la elección de
mirada se dirige en general a los congresos de geogra- un geógrafo por la línea de estudios urbanos puede
fía, en los que la geografía urbana tiene siempre un rol comenzar con la profundización en este tipo de suje-
protagónico. Así, por ejemplo, el congreso de la Aso- tos en el pregrado y su complementación posgradua-
ciación Americana de Geógrafos, que se llevó a cabo da con un programa específico en urbanismo o áreas
en Boston, en abril de 2017, registra 1277 resúmenes asociadas como teoría del arte y la arquitectura, por
para el tópico de geografía urbana y 675 para planea- ejemplo; con un máster o doctorado en planificación;
ción urbana y regional; lejos de temas como ciencia o con el desarrollo de líneas más específicas como
36 espacial (que abarca sistemas de información geográ- economía urbana desde la ciencia económica, o am-
fica-sig, 813), geografía económica (688), geografía biente urbano desde una ingeniería. Evidentemente,
política (563) o riesgos naturales (346). Igualmente, la gama de posibilidades no termina aquí y el geógrafo
están los eventos de orientación más interdisciplinar, puede especializarse en geografía urbana también en
como lasa (Latin American Studies Association) que conexión con otros subcampos de la geografía: cambio
incluye un área temática de ciudades y estudios urba- climático y urbanización; ambiente urbano; aplicacio-
nos; la conferencia de la iphs (International Planning nes en sig y sensores remotos para la planificación de
History Society), orientada al examen de las políticas las ciudades; uso del suelo y planificación urbana; etc.
de planificación y su marca sobre las ciudades; el Foro
mundial urbano, que en el 2014 se celebró en Medellín Relaciones interdisciplinares
(Quito 2016, Kuala Lumpur 2018) y congrega princi- de la geografía urbana
palmente tomadores de decisión y políticos, aunque el Las áreas urbanas pueden ser consideradas como un
componente académico es sustantivo con una sección laboratorio en el cual convergen estudios por investi-
de ‘Urban talks’ en la que intervienen renombrados gadores de diferentes disciplinas. Por consiguiente, la
urbanistas. Finalmente, hay varios eventos altamente geografía urbana se integra y se solapa con otras cien-
especializados, como el Seminario Internacional sobre cias que también estudian el espacio urbano (Yeates y
Forma Urbana (isuf), orientado al análisis de proble- Garner 1980), aunque cada una de ellas con su propio
máticas sobre la forma física y social de las ciudades aporte teórico y metodológico (Pulido y Amaya 2015).
—ver, por ejemplo, Vance (1990) y Whitehand (2001)—; De esta manera, se genera un solapamiento entre las
y el coloquio anual de la Association de Science Ré- diferentes disciplinas que estudian lo urbano a partir
gionale de Langue Française, con énfasis en análisis de los elementos parciales que cada una aborda para la
urbano-regional y en economía urbana y regional. consecución de sus objetivos.
Por último, la formación en estudios urbanos es Igualmente, hay sobreposición con las diferentes
diversa y completa. Evidentemente los programas de ramas sistemáticas de la geografía, tal como lo ilustra
geografía generalmente tienen como una de sus prin- la figura 2, y en especial con aquellas correspondientes
cipales áreas de profundización los estudios urbanos; a la geografía humana, cada una de las cuales puede
igualmente, existen los programas de urbanismo estudiar aspectos vinculados de manera parcial con
(Universidad Central de Venezuela, por ejemplo); las las áreas urbanas. Así, por ejemplo, un geógrafo eco-
líneas de urbanismo en los programas de arquitectu- nómico puede centrarse en el estudio de aspectos de
ra y especialmente la formación posgraduada, donde localización industrial, mientras que un geógrafo de la
se identifican muchos programas a nivel de maestría población puede abordar problemas relacionados con
y doctorado: Maestría en Estudios Urbanos del Uni- las estructuras demográficas. De igual forma, pueden
versity College London; Maestría en Estudios urba- ser abordados los problemas sociales y políticos e,
nos y planificación de la Universidad de Helsinki; o
el Doctorado en Gobernanza Urbana y Regional de la
10 El estudiante puede acceder a un listado muy completo
Universidad de Cardiff; y el novísimo Doctorado en de programas en ‘Geografía en las Américas’ publicado
Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad por la Asociación Americana de Geógrafos, en
Nacional de Colombia, Medellín, para citar solo unos http://www.aag.org/cs/guide

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incluso, aquellos de naturaleza histórica. El solape no el corazón o área de convergencia de las distintas ra-
se circunscribe solo a las ramas de la geografía huma- mas sistemáticas de la geografía humana y con algu-
na, sino también a aquellas de la geografía física. Es el nas de la geografía física. Esto es fundamentalmente
caso, por ejemplo, de los estudios sobre sitio o empla- el resultado de que la geografía urbana no es una ma-
zamiento por parte de los geomorfólogos (figura 2); o teria bien definida desde el punto de los hechos que
los aspectos de microclimas urbanos, por parte de los estudia, sino una más bien orientada a un claro objeto
climatólogos. Así como la planificación urbana puede de estudio, como lo es el espacio urbano: la geogra-
ser interpretada como el centro del solapamiento entre fía urbana se ha vuelto relativamente autónoma de la
las distintas disciplinas que estudian las áreas urba- geografía, no por su campo de estudio, sino más bien 37
nas, la geografía urbana puede ser interpretada como por su objeto de estudio.

Geografía
Geografía de la
física vivienda
Geografía Geografía
y planeación del recurso
Condiciones físicas Tenencia, condición,
del sitio, riesgos asignación y
ambientales. diponibilidad de
vivienda. Desarrollo Geografía
Geografía Distribución, forma
sostenible, la
cultural y función de los
ciudad del del bienestar
asentamientos.
futuro
Representación de Calidad de vida,
“otros” en términos provisión de
de género, raza, servicios y consumo
sexo, etc. colectivo.
Geografía Geografía
económica Transformación de la Análisis estadístico,
cuantitativa
base económica urbana, simulación,
mercados de trabajo. modelamiento, etc.
Geografía
Evolución de
patrones y forma de
Urbana Condiciones dentro de
Geografía los asentamientos. diferentes contextos Geografía
histórica ambientales y culturales.
regional
Estructura de la venta Estructura socioespacial;
al por menor, por ejemplo, segregación,
promoción del lugar. gentrificación, etc.

Geografía del
marketing Movilidad y Geografía
Mortalidad, morbilidad,
acceso a atención
accesibilidad social
médica.

Geografía electoral, Estructura Turismo


Geografía poder, ciudadanía. demográfica, Geografía
médica migración. del
transporte
Geografía
Geografía de la
política Geografía de recreación
la población

Figura 2. Relaciones de la geografía urbana con otras ramas sistemáticas de la geografía.

Fuente: Pacione (2009, 19). Traducción de Jimena Murillo.

l a g e og ra f ía u r bana y el estu d io d e la urb aniz ac ió n


Los discursos de la geografía urbana tado haremos un sucinto examen de las principales
Uno de los rasgos distintivos de la geografía humana corrientes de la geografía urbana, especialmente de
respecto a la geografía física, por lo general, aplicada, es aquellas que mantienen mayor actualidad. Así mis-
su énfasis marcado en la teoría, entendida esta no es- mo, invitamos a ampliar el sujeto con la revisión de
trictamente como los supuestos bajo los que se diseña la Castells (1974; 2005), Fainstein y Campbell (2011;
explicación de un problema, como se entiende desde una 2012), Gottdiener (1994), Gottdiener y Hutchison
perspectiva positivista, sino como el conjunto de ideas (2006), Harding y Blokland-Potters (2014), Harvey
desarrolladas alrededor de un fenómeno; una definición (1977; 1998), Lezama (2010), Parker (2004), Soja
38 más genérica que permite, sin embargo, englobar un gran (2008) y Saunders (1981).
número de corrientes altamente independientes y contra-
dictorias, que constituyen el universo teórico de la geo- La ecología urbana
grafía y también de la geografía urbana. Así, el geógrafo La ecología urbana no es solamente la epistemo-
humano tiene la obligación de reflexionar ampliamente logía fundacional de la geografía urbana contem-
sobre los productos teóricos que alimentan los fenóme- poránea, que mantuvo una hegemonía por más de
nos bajo su órbita de estudio; y, retomando la frase de cuarenta años (desde 1920), sino que también es un
Harvey —‘por sus teorías los conoceréis’—, se considera discurso de una incuestionable vigencia a pesar de las
que las elecciones teóricas son fundamentales en la de- críticas y el relativo abandono que tuvo desde la déca-
riva que toma cualquier investigación o acercamiento, en da de 1970. Ello se refleja en la presencia de la cultura
este caso al fenómeno urbano. Esta característica es bien como variable esencial de las dinámicas sociales y el
definida por Beauregard (2012, 476), cuando señala: “Con fortalecimiento de las preocupaciones por las relacio-
algunas excepciones, lo que hoy se conoce como teoría nes hombre-naturaleza desde una perspectiva huma-
urbana, es teoría como una manera fluida y contingente nística (para diferenciar de la naturalista dominante
de explorar las lógicas y significados de la realidad, no la en los discursos contemporáneos), lo cual ha signifi-
teoría como un conjunto de proposiciones formales”. cado una resurgencia del discurso que se evidencia en
Además, la teoría urbana ha sido central en la evo- los estudios de paisaje (Berdoulay y Soubeyran 2002;
lución no solo del subcampo, sino de la disciplina en Mercier y Bethemont 1998; Morisset y Noppen 2003;
general. Efectivamente, desde la década de 1960, la Paquet y Mercier 2013), en la idea de ciudad sosteni-
revolución cuantitativa estuvo no solo liderada por ble (Emelianoff 2007) e, incluso, podría extenderse
meteorólogos formados en la Segunda Guerra Mundial también a las conflictuales relaciones entre urbaniza-
en el modelamiento de teatro de operaciones, como lo ción y cambio climático y su manejo a través de la pla-
señalan Gould y Strohmayer (2003), sino también por nificación y el ordenamiento territorial (Berdoulay y
geógrafos urbanos que incluso desde la década de 1940 Soubeyran 2014; Emelianoff 2007). Así, la ecología
buscaron inspiración en von Thünen, A. Weber y W. urbana es un discurso fuertemente influenciado por
Christaller,11 desarrollando lo que en la década de 1960 la geografía vidaliana, con una perspectiva humanis-
sería conocido como ‘nueva economía urbana’ y que in- ta (Ley 1976) donde la región y los otros conceptos
cluía el análisis de sistemas urbanos (Berry 1964); los centrales de la geografía como lugar y paisaje derivan
modelos de localización residencial; y el estudio de la su naturaleza de las decisiones del hombre sobre el
localización de la vivienda y la renta del suelo urbano, ambiente; una premisa que hoy se hace necesario re-
entre otros temas (Bassett y Short 1989). En este apar-
12
pensar con el fin de contrarrestar los determinismos,
tanto naturalistas como tecnológicos, que pululan en
11 Los lugares centrales en el sur de Alemania, obra de las ciencias sociales.
referencia de Christaller (1933), fue publicada en Estados Por otro lado, la ecología urbana clásica dio un especial
Unidos en 1966 y le permitió una tardía notoriedad a énfasis a la dimensión espacial de los procesos urbanos;
su autor, incluyendo la asignación de un premio por buscando describir la ecología de las ciudades como un
contribuciones mayores por parte de la Asociación de
fenómeno a través del cual diferentes grupos se posicio-
Geógrafos Americanos y dos doctorados honorarios de la
naban en lugares específicos de la ciudad y desde allí inte-
Universidad de Lund y de Bochum (Hottes 1983).
12 Una discusión ampliada sobre las principales ractuaban con otros. Así, la Escuela de Chicago desarrolló,
epistemologías se encuentra en Montoya (2009). en paralelo a su desarrollo por los sociólogos franceses

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(Hallbawchs, Durkheim, Mauss), un importante trabajo gaciones contemporáneas que buscan clarificar dife-
en morfología social (Levy 2015),13 entendida como la for- rentes problemas urbanos, desde la planificación y las
ma resultante de la distribución espacial de grupos socia- utopías sobre la ciudad (Montoya 2015), el desarrollo
les dentro de la ciudad, estrechamente asociada por demás de las ‘ciudades creativas’ y la concentración geográfica
con la morfología física de la ciudad; esto es, las formas del talento y la innovación (Florida 2002), a otros más
que exhibe el trazado de vías y la disposición de edificios y específicos como la gentrificación, en cuya explicación
demás componentes del espacio urbano: fábricas, centros tiene gran pertinencia el modelo ‘culturalista’ (Hamnett
comerciales, edificios gubernamentales, infraestructura 2003; Mills 1993),14 opuesto explicativamente al modelo
de transporte, etc. de Rent Gap marxista de Neil Smith (1996). 39
La morfología física y social es hoy un sujeto omni-
presente en el análisis urbano con estudios que integran La economía urbana y el análisis
nuevas tecnologías (sensores remotos) en el análisis de espacial en geografía urbana
las dinámicas de expansión metropolitana y de con- El boom de los métodos cuantitativos en las cien-
servación del patrimonio (Lefebvre 2017); y también al cias sociales y, en general, la hegemonía epistemológi-
repensar la morfología a la luz de nuevos discursos y ca del positivismo en la década de 1960, permitiría el
filosofías sobre la ciudad (Mugavin 1999). Un panorama fortalecimiento, en geografía urbana, de una corriente
relativamente completo de la vigencia de la morfología con fuertes influencias de la economía15 que tenía como
urbana puede obtenerse del número especial sobre el elemento principal de explicación la distancia, variable
sujeto de la revista Espace et sociétés (Pellegrino 2005); privilegiada por su carácter neutro y medible que per-
allí el editor resalta la interdisciplinariedad de la inves- mitía el fácil tratamiento matemático de los fenómenos
tigación en el tema, siendo principalmente cultivada por urbanos. Este enfoque de economía urbana abarca un
la geografía, la arquitectura y la planificación. Pero, más amplio conjunto de trabajos y líneas de investigación
allá de la morfología, el énfasis que la ecología urbana urbano-regional e incluyen la llamada nueva economía
puso sobre la espacialidad urbana, también estimuló el urbana (neu) y la nueva geografía económica (nge);16 to-
desarrollo en otros temas de geografía social: el análi- das se desarrollan en estrecha conexión con la geografía
sis de la distribución de los grupos sociales y con ello el y la planificación regional y, metodológicamente, están
examen de la segregación socioespacial y los procesos asociadas al análisis espacial, entendido este último
contemporáneos de gentrificación; los análisis sobre como el modelamiento estadístico de la distancia y del
comunidad, cultura y etnicidad (Harding y Blokland- espacio euclidiano.
Potters 2014); así como los estudios sobre el gueto, su Los estudios de economía urbana, además, dan con-
origen y razón de ser en la ciudad. tinuidad a una larga tradición, principalmente alemana,
Finalmente, es necesario insistir que, para la Es- de análisis locacional que remite al célebre libro de von
cuela de Chicago y la ecología urbana, muy influenciada
por la tradición vidaliana, el motor del cambio social es 14 Un excelente ejemplo de una perspectiva culturalista
la cultura; en ese sentido, parte de su vigencia puede aplicado al proceso de cambio en los centros de las
encontrarse en las perspectivas liberales y humanistas ciudades puede ser examinado en Amato (1968), cuyo
sobre lo urbano como relación cultura-ciudad. Ellas estudio explica la movilidad de las clases medias altas en
la Bogotá de las décadas de 1920 y 1930.
plantean que la ciudad es una manifestación extraordi-
15 Aunque algunos asocian la economía espacial y urbana
naria de la civilización, donde se concentra el ingenio, la
directamente con la economía neoclásica —por ejemplo,
innovación, la cultura “las más grandes y cosmopolitas
Bassett y Short (1989)—, Martin (2011, 53) recalca que
ciudades, con todas sus evidentes desventajas y obvios “en la economía neoclásica estándar el espacio y la
problemas, han sido, a través de la historia, los lugares localización son completamente irrelevantes frente a
en los que prendió la sagrada llama de la inteligencia y las premisas de la competencia perfecta, información
la imaginación humana” (Hall 2001, 7). Además, esta perfecta y mercados perfectos”.
16 La primera referida a un movimiento muy concreto
matriz de ideas dirige un amplio número de investi-
alrededor del trabajo de William Alonso en las décadas de
1960 y 1970 (Richardson 1976) y la segunda a un movimiento
13 Un clásico del estudio de la morfología social es el texto impulsado por la obra de Paul Krugman y Masahisa Fujita
de Halbwachs (1938). en la década de 1990 (Martin 2011).

l a g e og ra f ía u r bana y el estu d io d e la urb aniz ac ió n


Thünen Der Isolierte Staat17 e incluye las contribucio- uso de la tierra urbana teniendo como premisas funda-
nes de Alfred Weber (1909), Walter Christaller (1933), mentales la utilidad y el equilibrio espacial. Lo anterior
August Lösch, Walter Isard (1956) y otros economistas quiere decir que se estabiliza la estructura de la ciudad
y científicos regionales (Essletzbichler 2011).18 Por otro a partir de la utilización óptima del suelo, derivada a su
lado, gran parte de este trabajo se inició en la Univer- vez de una distribución equilibrada de sus rentas (Ward
sidad de Chicago y no generó una ruptura total con las y Aalbers 2016). El trabajo de Alonso tuvo un amplio
ideas previas de la Escuela de Chicago en ecología ur- desarrollo en el análisis de la estructura de las ciudades
bana, sino que, por el contrario, la revigorizó al punto y también un importante impacto en los estudios de uso
40 de que cuando se habla de la Escuela no se hace distin- del suelo, frecuentemente ligado a la planificación urba-
ción entre esta oleada de investigación en las décadas na, así como en el análisis de la diferenciación social de
de 1960 y 1970, y la tradición previa enraizada en Park, las áreas residenciales —ver, por ejemplo, los capítulos
Burguess o McKenzie, que se desarrolló desde la década 7 y 12 de Carter (1995)—.
de 1920, con un énfasis culturalista y muy alejada de Además de la renta urbana, Camagni (2005, 19)
la obsesión cuantitativa dominante en los sesenta. Pre- identifica cinco grandes principios de la organización
cisamente en esta década, las propuestas más exitosas del espacio urbano desde un punto de vista económi-
fueron aquellas asociadas con la ecología factorial, un co: (1) la aglomeración, no solo de la ciudad en sí, sino
híbrido entre el análisis social propio de la ecología ur- también en sectores de la misma que lleva a una mayor
bana y el uso de análisis estadístico multivariado para eficiencia en la producción y el consumo, creando las
evaluar la estructura de la ciudad y, específicamente, la llamadas ‘economías de aglomeración’; (2) la accesibi-
disposición de los diferentes grupos sociales en la ciu- lidad o competencia espacial, donde los diferentes ac-
dad, obteniéndose una clasificación social de la misma. tores luchan por acceder a los espacios más favorables;
Esta perspectiva, además, tiene como variable fun- (3) la interacción espacial, referida a la relación entre
damental la localización, que deriva de la idea de una los diferentes elementos en la ciudad; (4) la jerarquía
desigualdad espacial inevitable en la distribución geo- y el orden en la disposición de las ciudades y de los
gráfica de las actividades económicas; esta define la or- diferentes elementos dentro de ella que garantizan el
ganización y estructura de la ciudad, pero también de la equilibrio y permitieron también desarrollar la idea
red de asentamientos en cualquier organización social. de ‘sistema urbano’ (Berry 1964); y (5) el principio de
De esta premisa se tiene que uno de los componentes competitividad o base de exportación, que permite
más teorizados y estudiados sea la renta del suelo urba- diferenciar en la ciudad entre actividades no básicas
no y su valor diferencial desde el centro, en función de la (aquellas que garantizan su funcionamiento) y activi-
oferta y la demanda en un contexto de libre mercado. 19
dades básicas (de exportación) que hacen crecer la ciu-
El desarrollo principal fue el trabajo de William Alonso, dad al permitirle la acumulación de excedentes —ver el
Location and Land Use: Toward a General Theory of capítulo 6 de Carter (1995)—.
Land Rent (1964), quien, a partir de la idea de von Thü- En general, los enfoques de economía urbana han
nen de gradación de actividades en función al precio recibido fuertes críticas, especialmente por su perspec-
de la renta, desarrolló un modelo equivalente para el tiva de una ciudad monocéntrica, unidimensional, con
excesivo énfasis en la vivienda y el transporte, carente
de interés por el contexto y la historia, por su descono-
17 Publicado en 1825 y editado en inglés, en 1966, como The
cimiento del rol de la producción y por su desconexión
Isolated State (El Estado aislado) en plena efervescencia
de la neu y el análisis espacial/locacional. de la economía política nacional concreta (Martin et al.
18 Algunos de los textos clásicos de esta tradición, 2015; Richardson 1976). Sin embargo, ello no ha sido
incluyendo varios producidos en las décadas de 1950 y una dificultad para su desarrollo y ha recibido un im-
1960, son compilados en el texto de Friedmann y Alonso portante impulso a través de la aplicación de sig para
(1964), Regional development and planning; a reader. modelamiento de diferentes aspectos: uso del suelo, ex-
19 El hecho de que tuviese tanta importancia en los estudios
pansión urbana, dinámicas demográficas, cuencas de
de economía urbana no significa, empero, que fuese
empleo, localización industrial o residencial, o patrones
un sujeto reciente. Por el contrario, el estudio de la
renta remite a los trabajos pioneros de los fisiócratas espaciales en el comercio al por menor. En ese sentido,
franceses y de Adam Smith a finales del siglo XVIII. nuevas propuestas como la de ciudades fractales (Batty

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y Longley 1994)20, o una ‘nueva ciencia de las ciudades’ mente marxista que frecuentemente se ha etiquetado
(Batty 2013), ocupan un nicho importante en los estu- como neomarxismo o nueva sociología urbana (nsu);
dios urbanos y sintetizan gran parte de las reivindica- ello también significa que presenta diferencias impor-
ciones de las principales variables del ‘análisis espacial’, tantes con respecto al marxismo ortodoxo clásico, entre
en particular, la dimensión geométrica de las redes, la ellas, la concentración en elementos frecuentemente
interacción, el papel de la distancia y la accesibilidad, descartados en este, como la dimensión espacial de los
los flujos y los intercambios, las jerarquías, la aglomera- fenómenos urbanos21 y las variables también propias
ción, etc. —ver, también, Pumain et al. (2001)—. de los modelos neoclásicos como localización, uso del
Por otra parte la nge de la década de 1990, a pesar de suelo, renta urbana y el rol de las finanzas en la transfor- 41
las críticas de los geógrafos como una ‘nueva invención mación de la ciudad, entre otras (Edel 1992). Así mismo,
de la rueda’ y la resistencia frente al renovado interés en presenta un cierto abandono del modelo privilegiado de
los modelos matemáticos deductivos (Martin 2011), sig- desarrollo capitalista industrial, para atender nuevas
nificó un impulso importante a la geografía económica, realidades en la ciudad como el consumo.
la cual ha experimentado un extraordinario desarrollo Esta nsu descansa sobre dos soportes centrales
en la última década, frecuentemente vinculada a la del marxismo: la historicidad de los procesos sociales
exploración con nuevas perspectivas sobre viejos pro- y el modo de producción como determinante de los
blemas de desarrollo económico y regional; las nuevas procesos de organización social y por extensión de la
lógicas de localización industrial; el papel de la innova- ciudad. Así, como señala Edel (citado por Timberlake
ción y su concentración en grandes núcleos metropoli- 1985, 13), desde la perspectiva marxista, el fenómeno
tanos y la emergencia de megaciudades región globales urbano es plenamente dependiente del modo de pro-
(Klein y Guillaume 2014; Scott 2012; Scott et al. 2001). ducción y, por tanto, intrínsecamente está asociado a
Así, la que podríamos llamar ‘perspectiva espacial en tres aspectos fundamentales, la forma en que se usa el
geografía urbana’ goza hoy de una muy buena salud, en trabajo, la manera en que se reproduce la mano de obra
estrecha ligazón con los estudios regionales y la geogra- y el modo en que la plusvalía se materializa en la cir-
fía económica; dos subcampos asociados al estudio de culación de las mercancías. De la aplicación general de
la economía de las ciudades, las metrópolis y las redes estos principios, la nsu deriva un conjunto de elemen-
de ciudades-región. tos distintivos y novedosos como la naturaleza política
del proceso de la urbanización (Castells 1974; Harvey
Geografía urbana marxista 1977); la vinculación de los procesos de transformación
A pesar de que Katznelson (1992) resalta el poder urbana a la cambiante naturaleza del capitalismo; un
teórico del marxismo para explicar lo urbano, la ciudad “énfasis sobre las relaciones de producción, consumo,
como entidad no fue sujeto de los estudios marxistas distribución, intercambio y poder” (Sasha Milicevic
hasta hace pocas décadas y, si bien ella se encuentra 2001, 762). El marxismo, además, parte de la economía
implícita en la teorización marxista —y Engels fue pio- política clásica adicionando dos elementos: clase y lu-
nero al plantear el problema de la vivienda en la ciudad cha de clases; y el proceso de cambio a largo plazo (Edel
industrial—, el mismo autor reconoce que en todo su pe- 1992), lo que le otorga un carácter historicista y lleva a
ríodo de desarrollo el marxismo ha sido parco en el tra- los estudiosos de la ciudad, desde esta perspectiva, a
tamiento del espacio y las ciudades y, por el contrario, examinar la división del trabajo, no necesariamente en
frecuentemente tuvo, y mantiene, un marcado fervor términos verticales como el marxismo clásico, sino ho-
antiurbano (Merrifield 2002). Así, a pesar del desarrollo rizontal, o lo que Santos (1991) etiquetó como división
del marxismo durante el siglo xx, solamente en la déca- espacial del trabajo, donde las ciudades se reconocen
da de 1960 se consolida una teoría urbana consciente- en su morfología y dinámica por el rol o lugar asignado
en dicha organización.
La lectura marxista, por otro lado, igual que otros
20 Una copia digital de este texto ha sido dispuesta de
análisis modernos de la ciudad, vinculó urbanización e
manera gratuita por el autor en: http://www.fractalcities.
industria como indisociables, derivando a una lectura
org/. Además, se puede consultar la página http://www.
complexcity.info/, que cuenta con material adicional
sobre el sujeto. 21 Katznelson lo llama un ‘marxismo reespacializado’.

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de la sociabilidad urbana como fruto de las relaciones al perspectiva global del desarrollo metropolitano, por lo
interior de una sociedad industrial, en la que la dinámica que reconoce que las ciudades hoy están siendo profun-
urbana derivaba de la lucha de clases, la reproducción de damente marcadas por procesos globales de transforma-
la mano de obra y las relaciones laborales, con el ejército ción económica y su suerte y dinámicas están definidas
de reserva laboral como razón fundamental de la políti- por los cambios a escala global que frecuentemente so-
ca económica y laboral en la ciudad (Topalov 1979). Los meten a estrés muchas regiones, o por el contrario pri-
discursos de la nsu, sin embargo, en gran medida se ale- vilegian otras, impulsando rápidamente su desarrollo.23
jaron de esta tradición y exploraron nuevas vías sobre Igualmente, los adherentes a la nsu insisten también
42 lo urbano. De esta manera, construyeron un enfoque en la idea de una dialéctica socioespacial, que implica
socioespacial, caracterizado por una mirada global del que el espacio juega un papel central, no exclusivamente
capitalismo y las metrópolis; al igual que el tratamiento como un medio para el despliegue de la acción humana
de problemas como el racismo, el género y el espacio en y, por tanto, para la expresión de los procesos sociales y
el desarrollo metropolitano. Además, presta una espe- económicos, sino simultáneamente como un determi-
cial atención a la incidencia de la inversión inmobiliaria nante en la forma como se organizan y articulan las
y una mirada a la ciudad multicéntrica y espacialmente redes sociales, económicas y familiares que dan forma
fragmentada, con expansión acelerada de los suburbios a la ciudad. Espacio, distancia y territorio son conceptos
(Gottdiener y Hutchison 2006, 85). centrales en esta perspectiva (Knox y Pinch 2010).24
Para estos autores (capítulo 4) la perspectiva so- Por último, es pertinente señalar que una variante
cioespacial es un proyecto que mezcla las ventajas de la importante de los discursos urbanos sobre la ciudad ha
ecología urbana y la economía política marxista, recha- sido la teoría de sistema mundo, desarrollada a partir
zando los reduccionismos culturalistas y economicistas del trabajo del historiador Fernand Braudel por Imma-
de ambas vertientes. Así, la nsu se construye alrededor nuel Wallerstein y otros teóricos, muchos de ellos prove-
de cuatro sujetos principales: 1) el análisis del rol del nientes de la teoría de la dependencia, un discurso de la
sector inmobiliario como un segundo circuito de la eco- década de 1960, elaborado y difundido principalmente
nomía (el industrial o de transformación es el primero) en América Latina.25 El núcleo argumental de la teo-
y considerado el líder en los procesos de cambio urbano ría de sistema mundo es que existe una estructura
y metropolitano; 2) el reconocimiento del rol guberna- político-económica a nivel planetario que determina
mental en el desempeño de los actores, incluyendo un parcialmente las relaciones de producción, intercambio
no despreciable componente de la ideología urbana ma- y consumo tanto al interior, como entre las naciones
terializada, entre otros, en las propuestas y prácticas de (Wallerstein 1983). Esta estructura se sostiene en una
la planificación (Harvey 1996) —para la nsu la metrópoli división jerárquica espacial del trabajo, con funciones
es un resultado de interacciones y negociaciones entre
múltiples grupos, lo cual confiere al espacio urbano una
Londres, París, Dubái, Johannesburgo, Yakarta,
característica especial, socialmente construida—; 3) la Singapur, entre otros.
nsu reivindica la importancia de una orientación cultu- 23 Fácilmente podemos reconocer un amplio listado de
ral en el análisis de la vida metropolitana, teniendo en ciudades que son tales en gran medida por que se
cuenta que esta se modifica constantemente por nuevos articulan a circuitos globales de alguna actividad:
finanzas (Londres, Zúrich, Shanghái), turismo (Barcelona,
patrones de movilidad, nuevos hábitos residenciales,
Madrid), servicios especializados (Nueva York, Tokio,
nuevas tecnologías para el habitar, una alta diversidad y
París), entretenimiento (Los Ángeles, Lagos, Berlín),
frecuentemente un marcado cosmopolitismo, así como el manufacturas (Ulsan, Shenzhen, Bangalore), nodos
movimiento constante de los seres humanos, incluyendo aéreos (Atlanta, Pekín, Chicago, Frankfurt), puertos (Hong
la migración en diferentes escalas22; y 4) la nsu tiene una Kong, Singapur) y actividades inmobiliarias (Dubái, Doha).
24 Aunque, para ser justos, lo son en todas las ‘geografías’;
sin embargo, se resalta aquí su novedad porque la
22 En varios pasajes del artículo de Montoya (en este nsu frecuentemente habla a sociólogos más que a
volumen) se pone de presente el peso de la migración geógrafos, los cuales no requieren ser convencidos de su
internacional en la configuración social y física de las importancia.
ciudades contemporáneas. Casos emblemáticos son 25 Un estudio relativamente detallado de ella se encuentra
Vancouver, Nueva York, Los Ángeles, Toronto, en Montoya (2006).

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diferenciadas para el centro, la semiperiferia y la peri- derivados, incluyendo la defensa de la democracia libe-
feria; ella funciona para mantener y reproducir la ac- ral como un régimen altamente correspondiente con los
tual economía-mundo capitalista (Timberlake 1985). 26
principios del humanismo, en tanto garantiza la autono-
Esta jerarquía igualmente es trasladada a las redes de mía individual y colectiva, así como la universalidad de
ciudades, desde las grandes metrópolis, hasta ciudades los derechos; ello muy a pesar de su carácter imperfecto,
medias y pequeñas que articulan las economías locales pero también perfectible (Todorov citado por Entrikin y
y regionales a la economía nacional y global. Tepple 2006, 37). También se incorpora la valorización
En consecuencia, los procesos urbanos están condi- de la historia, no como fuente explicativa del presente,
cionados por complejas interacciones globales/locales propio del materialismo histórico, sino como referente 43
y ligados a los cambios y ciclos de la economía mundo conceptual esencial para ordenar el mundo y darle co-
(Smith y Timberlake 1993), ciclos de largos periodos herencia a dicho presente (Todorov 2002).
vinculados con los desplazamientos del capital financie- En geografía, el humanismo es de vieja data y en
ro y periodos cortos asimilados a los ciclos de Konda- términos modernos puede remitirse a la obra de A. von
trief (Dos Santos 1998). Estas ideas han mostrado gran Humboldt, un promotor avanzado del cosmopolitismo
utilidad en el análisis de ciudades de la periferia y se ha y el universalismo (Cosgrove 2003) e, igualmente, a P.
hecho especialmente valiosas para examinar la progre- Vidal de la Blache y su idea de ‘género de vida’, corres-
siva inserción de ciudades del llamado Sur global en la pondiente a la fusión entre cultura (incluyendo un alto
economía mundial, aparte ser usadas frecuentemente componente técnico) y naturaleza (milieu); esta última
en el análisis en geografía histórica de sistemas urba- propuesta resume el proceso civilizatorio en el ejercicio
nos —ver, por ejemplo, Babones y Chase-Dunn (2012) y de la libertad y el avance técnico, también soportado en
Chase-Dunn y Willard (1993)—. la dirección del Estado (Mercier 2009). Sin embargo, lo
que se conoce como geografía humanística corresponde
Humanismo y el estudio de la geografía a un movimiento intelectual particular de la disciplina
humana en las décadas de 1960 y 1970, que tiene como soporte
Caracterizar el humanismo es una tarea difícil y casi filosófico la fenomenología y el existencialismo; este
siempre queda en enunciados generales, contrario a la recalca, además, la experiencia del mundo vivido como
relativa precisión de la cual gozan otras corrientes como fuente fundamental de conocimiento y plantea una es-
el marxismo o el positivismo.27 El filósofo T. Todorov trecha articulación entre conciencia y mundo sensible
(2002) define el humanismo como aquella corriente de (Di Méo 1991). Así, la perspectiva humanista en geogra-
pensamiento inspirada en el Renacimiento y la Ilustra- fía enfatiza el estudio de significados, metas, valores y
ción, de raíces por demás grecolatinas, de las que deriva propósitos (Entrikin 1976, 616); además, se centra en
el hombre moderno como un proceso paulatino en la el mundo vivido, excluyendo toda división rígida entre
búsqueda de la libertad, para sujetarse exclusivamente mundo objetivo exterior y mundo subjetivo interior, en
a sus propias afecciones y a su razón. El humanista, en- tanto considera que este encuentra su coherencia
tonces, cree en la libertad y en su valor inapreciable, a en nuestra mente y él constituye una extensión de nues-
la vez que tiene en alta estima los valores compartidos, tra conciencia (Di Méo 1991, 57).
la vida en sociedad y la responsabilidad por las accio- Las derivaciones de esta geografía humanística ha-
nes individuales (Todorov 2002, 5), siendo el hombre cia los estudios urbanos se reflejaron en el desarrollo
el punto de partida y de referencia para el examen del de un enfoque comportamental, que enfatiza en el aná-
mundo. A esta libertad se añaden otros componentes lisis de cómo la percepción del mundo determina los
comportamientos espaciales de los individuos y, con
26 Uno de los textos más populares es The global city: New ellos, la forma y estructura de la ciudad. De esto derivó
York, London, Tokyo, por S. Sassen ([1989] 2001) que, sin un conjunto de temas centrados en la geografía social
embargo, no se remite teóricamente al neomarxismo. de la ciudad y la experiencia urbana, incluyendo una
27 Anne Buttimer (1990, 1) señala que: “El humanismo
mirada subjetiva a la elección de vivienda y la forma
difícilmente puede ser visto como un campo autónomo
urbana; la cotidianidad de la vida urbana y los ciclos
de indagación científica. Más bien es una estancia de la
vida y el mundo compartida por personas de diferentes de la experiencia; la forma como los individuos ex-
trayectorias de vida, incluyendo los geógrafos”. perimentan el sentido del lugar; los significados

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otorgados a los barrios y los espacios urbanos; la oposición acompañada del interés por hacer hegemónica
naturaleza esencialmente social de la vida urbana y una nueva narrativa. La última de tales experiencias es la
el fuerte lazo identitario de la comunidad; los hábitos revolución posmoderna, surgida, según sus promotores,
de consumo y la geografía de la venta al por menor; el de su insatisfacción con las perspectivas modernas: el
acceso diferencial a recursos urbanos por los hogares; positivismo, el marxismo y el humanismo.
y la evaluación de la ciudad ‘como hogar del hombre’, El posmodernismo tuvo su desarrollo, en gran me-
incluidos el análisis de indicadores de bienestar y de dida, al interior del urbanismo y la arquitectura como
calidad de vida en la ciudad; riesgos naturales; y ma- una crítica al movimiento moderno, acusado de dar un
44 pas cognitivos (Gold 2009; Ley 1983). 28
giro hacia el positivismo, que le significó la pérdida de
Pero, más allá de la fenomenología, hoy una pers- su capacidad de cumplir las metas redentoras que se
pectiva humanista en geografía urbana sigue siendo había propuesto (Berman 1991; Harvey 1998). Esta fase
importante, no solo por la influencia que ejerce en otros ‘positivista, tecnocéntrica y racionalista’ tuvo su mayor
discursos, sino también a cuenta propia. Así, por ejemplo, expresión en el urbanismo moderno que, a partir del ciam
una parte importante de los estudios urbanos privilegian (Congrès International d’Architecture Moderne, 1928),
conceptos centrales de esta perspectiva como imagina- extendió a todo el mundo (Suramérica especialmente) las
rios y representación (ver el capítulo de Johan Avendaño, ideas de la renovación y urbanización funcional en la cual
también en este libro); la idea de paisaje, definido como lo nuevo y lo moderno arrollaba las viejas estructuras
“la ciencia práctica del Renacimiento italiano” (Cosgro- urbanas. Ese modernismo arquitectónico se caracterizó
ve 1985, 46); el universalismo traducido en cosmopoli- por un marcado autoritarismo, amparado en la búsqueda
tismo, muy presente en la iconografía geográfica desde de una ciudad ideal que reflejara ciertas ideas de justi-
finales del siglo xvi, y con un poderoso impulso derivado cia social de la ilustración y desplegara, a su vez, todo el
de los procesos recientes de globalización cultural; el lu- poder de la tecnología moderna (Fishman 1996), susten-
gar, definido como un espacio socialmente construido y tado en un discurso científico y racional que permitió la
fuertemente cargado de identidad, en el que se considera realización de ambiciosos proyectos urbanísticos como
a los seres humanos como los principales ‘hacedores de la renovación de Nueva York —adelantada por Robert
lugar’ (Entrikin y Tepple 2006, 35); y la ideología,29 con- Moses en la década de 1950—, la construcción de Brasi-
siderada como variable de la misma importancia que el lia en 1958, la construcción de Chandigardh —capital del
medio físico, la cultura y la historia al dirigir la acción de estado de Punjab y símbolo de modernización del nacien-
sus dirigentes e instituciones (Carrière 1983, 742), que se te Estado indio— en 1953 y ‘nuevas ciudades’ francesas
traduce en la ciudad en estilos y patrones arquitecturales inspiradas en los ‘new towns’ británicos (Choay 1975).30
específicos y que moldean también el ideal de ciudad y En la década de 1960 se verá una fuerte reacción
con él la planificación urbana —ver, por ejemplo, el exce- contra el modernismo, comenzando por la aguda críti-
lente tratado de Sudjic (2007)—. ca de Jane Jacobs (1961), a la que se unen luego arqui-
tectos como Charles Jencks (1981) y teóricos literarios
Posmodernismo y geografía urbana como Fredric Jameson (2008); este último identificará
Las llamadas revoluciones en geografía (Gaile y Will- el posmodernismo como una transformación cultural
mott 2003) han sido, en general, el resultado de la re- estrechamente ligada al cambio a un capitalismo cultu-
vuelta frente a las epistemologías dominantes, pero una ral y globalizado. El posmodernismo se erige, entonces,
como un movimiento de rechazo a la pretensión uni-
versalista de la epistemología modernista; prestando
28 El libro de Ley (1983) es considerado uno de los manuales
de geografía urbana humanística más completo y la especial atención a las representaciones, las relaciones
mayor parte de los sujetos listados son desarrollados allí objeto-sujeto y la naturaleza necesariamente selectiva,
prolijamente. incluso exclusiva, del conocimiento (Cooke 1990, 335).
29 Entendida como el conjunto de ideas y valores que
subyacen al orden social y que guían una sociedad en un
momento dado; lejos del concepto marxista de ideología
como ‘falsa conciencia’ que, según Marx, falla en dar 30 Allí puede incluirse allí la renovación del can, inspirado
cuenta de las condiciones efectivas de la existencia de los en el Plan Director, formulado por Le Corbusier para
hombres (Marx y Engels 1974). Bogotá en 1953.

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El posmodernismo, de esta manera, se corresponde a 1998). Estos temas son resumidos por Soja (2000; 2002)
la idea de una superación de la fase moderna y el adentra- en seis discursos para la lectura de la posmetrópolis:
miento en una fase posmoderna ante un rompimiento ra- Flexcity, referido al impacto de la restructuración econó-
dical en la estructuración de la sociedad y particularmente mica y el surgimiento del posindustrialismo; Cosmópo-
en la organización urbana, o un ‘cambio de época’ como lis y el papel de la globalización en la reorganización de
señala Dear (2001). Tal transformación se ilustra en la las redes urbanas; Exópolis y los procesos de expansión
emergencia de la ciudad posindustrial, una variante de la metropolitana; Metropolaridades y las desigualdades
ciudad informacional propuesta por Castells y entendida en la ciudad; Archipiélagos carcerales y las dinámicas
como un sistema estructurado alrededor del uso intensi- de autoexclusión; y, finalmente, Simicities, para ilustrar 45
vo de tecnologías de la información/comunicación (1999, los cambios derivados de la creciente virtualización de la
27); e igualmente asociada con nuevas formas urbanas y sociedad y los impactos de las nuevas tecnologías. Dear y
metropolitanas cuya espacialidad está estrechamente li- Flusty (1998), por su parte, proponen una agenda simi-
gada con la reestructuración económica y depende, ya no lar, donde solo varían los nombres asignados a los temas:
del binario modernidad-industrialización, sino de una re- ciudad mundial, ciudad dual, espacios alterados, ciber-
lación emergente entre globalización, cultura y capitalis- ciudad y, en una versión más reciente (Dear y Dahmann
mo (Soja 1993; 2000). Esta tríada, Scott (2007) la califica 2011), postsuburbanismo, ciudades-región y urbanismo
como capitalismo cognitivo, en tanto que, en su opinión, fragmentado (figura 3). En todo caso, el urbanismo pos-
asume hoy un carácter distintivo que no solo implica una moderno de la Escuela de Los Ángeles corresponde más
nueva manera de organizar la sociedad y la economía, a una invitación a revisar las dinámicas urbanas contem-
sino también una nueva forma para la ciudad. poráneas y cuestionar el desfase de las teorías modernas
Así, resulta útil distinguir tres facetas de lo que se para su explicación, que a una propuesta teórica nueva.
llama posmoderno y que aclaran un poco la ambigüe- Como señalan Dear y Dahmann (2011, 67), el urbanismo
dad que le es consustancial (Dear y Dahmann 2011, 67): posmoderno “ofrece un cuadro especialmente productivo
lo posmoderno como estilo, referido a las manifestacio- para generar teorías urbanas alternativas”.
nes críticas a la modernidad en el arte, la literatura y la Lo anterior, empero, no desconoce que en términos
arquitectura; lo posmoderno como época, que remite al teóricos el posmodernismo ha generado cambios, entre
surgimiento de una sociedad posindustrial y globaliza- ellos la (re)inserción del espacio en la teoría social,32 que
da; y lo posmoderno como filosofía, alusivo a la creciente significó un mayor interés por problemas ligados a la es-
dominancia de epistemologías posestructuralistas, que pacialidad humana, una reivindicación de la diferencia,
rechazan las premisas estructuralistas de conocimien- y también una crítica a cómo la explicación social moder-
to de la realidad y reivindican un mundo construido de na se centró en la idea de la “destrucción del espacio por
coyunturas permanentemente cambiantes.31 el tiempo” (Gregory 1994, 259), privilegiando el último
En geografía urbana estos tres elementos han estado sobre el primero como variable fundamental del cambio
presentes y la narrativa más visible fue el desarrollo de la social. El posmodernismo coloca al tiempo paralelo con
llamada Escuela de los Ángeles, impulsada por un grupo el espacio y reivindica la espacialidad como fundamen-
de investigadores que, posicionando a esta como ciudad tal en la explicación del cambio social, punto central no
paradigmática del ‘nuevo urbanismo’ y bajo la premisa de solo en las geografías posmodernas de Soja (1993), sino
que “todo se resume en Los Ángeles” (Soja 1993), definie- también en el materialismo histórico-geográfico de Har-
ron una agenda a partir de un listado de temas y problemá- vey (2003a; 2006); además, es un elemento central en el
ticas que parten de la identificación de algunos procesos protagonismo de la geografía al interior de las ciencias
derivados de la reestructuración económica y social en sociales en las últimas tres décadas y, evidentemente,
dicha metrópolois (Dear y Dahmann 2011; Dear y Flusty también en los estudios urbanos (Gottdiener 2000).

31 Un excelente ejemplo de análisis posestructuralista en 32 Hay que tener en cuenta que la geografía regional
estudios urbanos es ofrecido por Valderrama Pineda frecuentemente se desarrolló con un alto componente
(2010), quien ‘deconstruye’ o descompone en detalle empírico y poco interés teórico; y las otras geografías
los diferentes factores que dieron lugar al sistema de modernas teóricamente se mantuvieron, según Soja (1993),
Transmilenio en Bogotá. al margen de las principales corrientes de la teoría social.

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46

DSH/Espacios de interdicción Etnosuburbios

Ciudades límite
Cemtros de contención

Parques temática
Oportunidades de consumo
Cerrados (Gated communities)

Centros de comando y control


Guerra callejera

Citadelas corporativas Espectáculo

Figura 3. Elementos centrales del ‘urbanismo posmoderno’.

Fuente: Dear y Dahmann (2011, 69; la traducción es nuestra y los íconos fueron redibujados).

Nuevos ismos y los retos de la teoría B. Latour, los cuales postulan la necesidad de centrar el
urbana análisis en las relaciones más que en los objetos; reivin-
El posmodernismo, en todo caso, es tan amplio y sus dican la importancia de la diferenciación; incorporan
límites tan ambiguos que la afirmación de Dear (citado materialidad y representación como conjunto que da
por Parker 2004, 160), respecto a que la Escuela de Los forma a la realidad; e insisten en la necesidad de ver la
Ángeles es una corriente que recurre a los lentes del ciudad como en proceso permanente de ser, enfocan-
posestructuralismo, el poscolonialismo y del análisis do su preocupación sobre los procesos y lo que Thrift
de discurso, es de difícil ratificación. Lo cierto es que el (1996) designa como ‘perfomatividad’.33
posestructuralismo, por ejemplo, ha comenzado en es- La segunda línea de reflexión corresponde a la teo-
tudios urbanos a configurar una identidad propia, exa- ría de acción-red (tar), desarrollada a partir de las ideas
minando los procesos en la ciudad como una confluencia de la geografía posestructuralista y las teorías no re-
de elementos técnicos, culturales/organizacionales,
gubernamentales y económicos (Farías y Bender 2010;
Farías y Stemmler 2012). Allí, dos corrientes, estrecha-
33 Un anglicismo para designar el desempeño de objetos
mente interrelacionadas, tienen especial protagonismo.
y actores en el cambiante proceso de ser del mundo;
En primer lugar, el pensamiento de ensambles, apoyado o, como lo define Cadman (2009, 456), la “procesual y
en los desarrollos filosóficos de G. Deleuze, F. Guattari y transformativa naturaleza de la práctica”.

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presentacionales (Smith 2010).34 La tar se define como preste particular atención a las ciudades de Asia, África
‘fervientemente antiestructuralista’ y fuertemente com- y América Latina, cuya ‘urbanidad’ está a la vez condi-
prometida con lo empírico (Farías 2010, 7), asumiendo cionada por el colonialismo. También emerge con par-
la ciudad no como un objeto espacial, sino como “un ticularidades propias que, de acuerdo a Roy (2014), son
objeto-red que mantiene su forma y posición como poco consideradas en la teoría urbana en general, más
consecuencia de sus relaciones con otros objetos-red” enfocada en las realidades urbanas de Europa y Améri-
(11), llamando a ‘reimaginar la ciudad como un objeto- ca del Norte.35 En todo caso, Roy concluye que el futuro
espacio múltiple’ (Farías y Blok 2016). A su vez, “los urbano se encuentra desde México a Bombay, pasando
estudios urbanos no remiten a ‘la ciudad’ como un ob- por Shanghái, El Cairo, Dakar y Dubái. 47
jeto claramente delimitado, sino más bien como una Pero, más allá de la reivindicación del sur, el urba-
multiplicidad de ensambles cambiantes, coexistiendo y nismo poscolonial se declara antimoderno, en el sentido
mutuamente interfiriendo” (Farías y Blok 2016, 2). En de considerar que la modernidad rechazó como urbanas
ese sentido, la tar interpreta la ciudad como un proceso las ciudades no modernas, reclamando, entonces, “co-
de ensamble que junta conceptualmente aspectos téc- locar sus reflexiones teóricas en un contexto específico
nicos y sociales e integra objetos, herramientas, tecno- y un deseo por abandonar ‘las asunciones occidental-
logías, textos, fórmulas, instituciones y humanos, a los céntricas sobre las ciudades’” (Robinson 2004, 709);
cuales considera ‘mutuamente constitutivos’ (Farías y a su vez, insistiendo en los estudios comparativos, los
Blok 2016, 3). Esta última argumentación va en la línea cuales examinan las dinámicas paralelas de las ciuda-
posestructuralista de colocar en igualdad de importan- des. Este urbanismo poscolonial también promueve un
cia conceptual tanto los actores humanos, como los no ‘urbanismo global’ que incorpore múltiples experien-
humanos (Thrift 2005; 2008), siendo la naturaleza un cias urbanas y otorga un rol central a las ‘imaginacio-
elemento altamente contributivo de las ecologías de la nes geográficas’ como representaciones parciales del
ciudad, al punto de que no es posible considerar ciudad mundo (Roy 2014), especialmente en aquellas ‘ciudades
sin naturaleza, un argumento aún más sólido al evaluar poscoloniales’ donde lo colonial marcó sus procesos de
el impacto del huracán Katrina sobre Nueva Orleáns en urbanización y de planificación —ver, por ejemplo, An-
el 2006 (Farías y Bender 2010). war (2014)—.
En todo caso, las correspondencias entre geografías En conclusión, estos nuevos ismos evidencian una
posestructuralistas y poscoloniales son limitadas. Ri- reflexión dinámica y activa sobre el sujeto urbano, aun-
chard Smith (2013, 2292), por ejemplo, critica vigoro- que, por otra parte, asistimos a cierta proliferación en
samente, desde la tar, lo que denomina la ‘trampa de la la producción de teorías, lo cual plantea una situación
ciudad ordinaria’, cuestionando no solo la equivocada bastante distinta frente a la coherencia que manifestaba
lectura de los discursos de ciudad-global, sino, espe- la teoría urbana en la década de 1980 e, incluso, en la
cialmente, el excesivo particularismo y el retorno a una de 1990. En el presente, por el contrario, se manifiesta
concepción ideográfica de las ciudades, que tacha de una pluralidad de discursos que frecuentemente se de-
irrelevante y políticamente conservadora. finen más por el interés protagónico de establecer una
El poscolonialismo, por otra parte, nacido de la agenda temática que por el cuestionamiento ontológico
crítica literaria y especialmente del cuestionamiento del fenómeno urbano, categoría misma que se diluye en
al orientalismo hecha por E. Said, plantea una agenda los discursos de la ‘urbanización planetaria’ y el ‘urba-
independiente al discurso posmoderno, aunque mante- nismo global’ (Robinson 2014, 61). Ello es claro cuando
niendo de él una fuerte preocupación por la celebración examinamos la Escuela de los Ángeles, los enfoques
de la diferencia y la diversidad. En estudios urbanos, feministas, o los urbanismos poscoloniales. En nuestra
la teoría poscolonial reivindica la especificidad de los
procesos urbanos, especialmente de las ciudades de lo
que ellos denominan Sur global, como reconceptualiza- 35 Un argumento cuestionable si se considera que América
Latina ha sido un laboratorio urbano importante tanto
ción de lo que otrora se denominó Tercer Mundo. Así,
para la ecología urbana desde la década de 1940 —por
el llamado es a producir una ‘teoría descentrada’ que
ejemplo, Violich (1944)—, como para la teoría marxista,
especialmente en la obra de Manuel Castells y otros
34 Ver, también, Doel (1999) y Thrift (2008). neomarxistas.

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opinión, solamente en los discursos posestructuralistas vidad de las ciudades constituyen componentes bá-
se retoma la senda de la discusión sobre la naturaleza sicos, unidos a otros valores y trasversales como la
de lo urbano, que fue central a las narrativas modernas. sostenibilidad.
Así, el papel de los geógrafos urbanos en el estudio de
Grandes temas de los estudios los sistemas urbano-regionales, con fines de ordenación
urbanos territorial, ha sido fundamental en todos los contextos
Este apartado pretende exponer los grandes temas nacionales y regionales. Para constatar esta aseveración
que, bajo una orientación fundamentalmente aplicada podemos revisar al menos un ejemplo el estudio reali-
48 —en aras de contribuir a la resolución de muchos de los zado por el Banco Mundial y el Departamento Nacional
problemas sociales de la comunidad—, son desarrolla- de Planeación en “Sistema de ciudades-Una aproxima-
dos por los geógrafos urbanos en la actualidad. ción visual al caso colombiano” (Samad et al. 2012).

El estudio de los sistemas urbanos Gobernanza urbana


y la planificación Así mismo, ante el fracaso en el logro de los prin-
El impacto producido por las nuevas tecnologías cipales objetivos de unas formas de planificación y
permitió revisitar los instrumentos de análisis y de ordenación tradicionales, se ha impuesto una revisión
planificación de los espacios urbanos y conllevó a una crítica de los fundamentos mismos del proceso de
gran renovación metodológica e instrumental. De planificación urbano-territorial. Temas como la go-
manera generalizada, sucedió que —tal como para el bernanza urbana aparecen en el tapete, defendiendo
caso español nos lo recuerda Precedo Ledo (1990)—, una forma más democrática, inclusiva, integrada, con
el análisis sistémico en geografía urbana aportó una objetivos a largo plazo, multiescalar y de multinivel
perspectiva más integradora del espacio, así como una territorial, que sustituya las antiguas y rígidas formas
nueva conceptualización del sistema territorial desde de gestión territorial.
un enfoque dinámico. Conceptos como red urbana, Este ha sido un tema de amplio debate en el que
jerarquía urbana y sistema de ciudades, han sido la la incursión de los geógrafos urbanos, por su enfoque
base de una importante renovación epistemológica. particular, ha sido de gran provecho. Mientras otros
El concepto de red urbana se constituyó como objeto profesionales tienen una visión fragmentada de la ciu-
especifico de estudio y soporte de unos estudios regio- dad, el geógrafo es capaz de aportar una visión sinté-
nales renovados. tica que permite anticipar el impacto que cada nueva
Con el enfoque sistémico, la geografía urbana intervención puede tener en los restantes elementos de
desarrolló tres grandes sistemas: uno intraurbano la ciudad, pues se la concibe como un sistema integrado
para el estudio de la ciudad, otro interurbano para interrelacionado e interactivo; tanto en el plano funcio-
estudiar la red urbana y uno urbano como síntesis de nal, como en el morfológico.
los dos anteriores, desde una perspectiva más amplia,
enmarcada en el contexto socioeconómico, político y Ciudades globales
tecnológico en el que se desarrolla el proceso de urba- Para una escala más abarcadora, la mundial, bajo el
nización. Bajo esta perspectiva, la geografía urbana contexto actual de la globalización de la economía, el en-
adquirió un papel predominante en la ordenación del foque propuesto por Sassen (2001) supone que, bajo un
territorio, por cuanto el sistema de ciudades pasó a intenso proceso de concentración del poder económico
ser el armazón de los planes nacionales y regionales. unas cuantas áreas metropolitanas ejercen el control y
Con el aporte sistémico, tal como insiste Precedo la dirección de la economía mundial. Esas áreas son las
(1990), se dispuso de un desarrollo teórico de elevado llamadas ciudades globales, en las que convergen los
valor para la planificación de las ciudades en el actual nodos de las principales redes de telecomunicaciones,
contexto de la globalización; dado que la nueva for- las sedes de las principales instituciones financieras y se
mulación de las variables que conforman los sistemas genera una información privilegiada, vital para la toma
urbanos significaron un importante punto de apoyo de decisiones de alto nivel. Así, las ciudades se confi-
para los estudios y planes estratégicos en los cuales guran como los principales centros del poder mundial.
la internacionalización, la innovación y la competiti- Este planteamiento cobró gran relevancia en el campo

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de los estudios de la geografía urbana, a cuyo abordaje las condiciones más favorables para el emplazamiento y
se abocaron numerosos académicos; pero el concepto desarrollo de las nuevas actividades económicas, junto
y sus argumentaciones también fueron de gran apoyo con las exigencias impuestas por los mercados. En con-
para trabajos aplicados en el campo de la planificación secuencia, estas ciudades “intermedias” ganaron mayor
urbana, asociados a temas como internacionalización, dinamismo, tanto demográfico como funcional, y una
innovación y competitividad, entre otros. mayor capacidad para integrarse en redes más allá del
El concepto de ciudad global implica dar prima- ámbito regional y nacional. Con este reconocimiento se
cía a las redes económicas debido a la naturaleza de consolida un tema que cobra gran interés tanto en la
las actividades económicas que operan en ellas: las academia como en las instituciones públicas encargadas 49
finanzas y los servicios especializados, así como los de la planificación y gestión territorial, lo cual redunda
nuevos sectores multimedia y de las telecomunicacio- en numerosos escritos en forma de artículos e informes
nes (Sassen 2005, 40). Todos estos son aspectos a te- de revistas especializadas y también en encuentros e
ner en cuenta por parte de los planificadores urbanos, intercambios científicos.
quienes acríticamente han incorporado este enfoque
en sus trabajos. Metropolización
Los procesos de ampliación e integración de nuevos
Ciudades y desarrollo regional: espacios más allá de las tradicionales fronteras urba-
ciudades medias y pequeñas, “ciudades nas y, funcionalmente, en conjunción con estas, en un
intermedias” marcado y generalizado proceso de metropolización,
Durante la década de 1970, en el contexto europeo lleva a acuñar una serie de nuevos conceptos, términos
y ante la preocupación por consolidar estructuras ur- y enfoques para diferenciarlos y entenderlos: periferias,
banas que paliaran los desequilibrios emanados por las zonas periurbanas, zonas rururbanas, suburbios, zonas
lógicas de producción, el rol de las ciudades intermedias de transición o interfase, zonas de hibridación, yuxta-
como instrumento de desarrollo y equilibrio territorial posición de espacios, zonas difusas, exurbia, “exópolis”
se constituyó en un tema de estudio de gran interés. Ello o contraurbanización. Cada uno de estos conceptos ha
fue particularmente importante en Francia, donde, en sido adoptado en función de los referentes teóricos bajo
materia de ordenación, hubo una mayor atención hacia los cuales se han analizado los procesos de crecimiento
las ciudades medias, con lo cual se pretendía contraba- de las ciudades. Así, el reconocimiento del proceso de la
lancear el antiguo modelo de desarrollo territorial de metropolización y sus acomodos espaciales se posiciona
“las metrópolis de equilibrio” que se había perseguido como un tema de gran interés para los geógrafos urba-
durante los Treinta Gloriosos (1945-1975). nos y define una agenda concreta de investigación que
Esta preocupación inicial hizo reexaminar el rol de incluye componentes espaciales, económicos, demográ-
las ciudades medias como lugar de interfase entre la ficos y culturales. Montoya et al. (2014, 4) listan cinco
gran ciudad y las de menor tamaño, o el ámbito rural, líneas que se consideran centrales en el examen de las
en el contexto nacional. Esta inquietud fue comparti- metrópolis contemporáneas:
da por otros países europeos, los cuales se abocaron 1. La gobernanza metropolitana, entendida como el
al estudio e intervención de ciudades de este rango en requerimiento de nuevas formas de gestión ante la
las jerarquías urbanas nacionales; labor que privilegió presión de una economía crecientemente globalizada
el desempeño de los geógrafos urbanos y que dio como y unas ciudades que expanden su crecimiento fuera
fruto varios trabajos y monografías. de sus límites administrativos, requiriéndose, en-
No obstante, las constantes mutaciones de la eco- tonces, de esfuerzos mancomunados para resolver la
nomía mundial y sus consecuencias espaciales condu- fragmentación política de las áreas metropolitanas.
jeron, a mediados de la década de 1990, a una revisión 2. La morfología metropolitana, vista como el examen
de las dinámicas urbanas de este tipo de ciudades cor- de las nuevas formas urbanas que emergen como
te medio y, como resultado, al reconocimiento de una resultado de nuevos patrones de urbanización,
emergencia, de lo que se dio a conocer como ‘ciuda- incluyendo un uso cada vez más masivo del auto-
des intermedias’. Se trata de cierto número de ciudades móvil y el aumento de la distancia entre lugar de
medias que, en el nuevo juego de fuerzas, presentaban residencia y lugar de trabajo, así como un creciente

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desplazamiento de las funciones residenciales, in- en la función regional de las ciudades. En los lugares
dustriales y de servicios a periferias cada vez más centrales, por ejemplo, tienden a predominar, ade-
alejadas. más de los usos residenciales, aquellos asociados al
3. Las dinámicas demográficas, referidas a cambios en comercio y los servicios. En los nodos o encrucijadas
la estructura de la población, con una ralentización tiene gran peso el uso relacionado con el transporte
de las tasas de crecimiento; el envejecimiento de va- y el comercio mayorista. En las ciudades industriales
rias zonas de las ciudades y una nueva composición dominan los usos de factorías y bodegas, mientras que
etaria para los nacientes barrios de clases medias y en las ciudades diversificadas es común distinguir
50 populares. Ello incluye un creciente cosmopolitis- un mosaico de usos. Igualmente, los usos también se
mo derivado de los flujos migratorios y la creciente asocian con el rol de la ciudad y, en ese sentido, aque-
interconexión entre ciudades. llos asociados con funciones de coordinación regional
4. Las relaciones regionales, con una reestructuración (administración, finanzas, seguridad), coexisten con
de las relaciones de la ciudad central con su perife- otros relacionados a otras necesidades de la sociedad,
ria inmediata y extendida. La geopolítica regional especialmente recreación y ocio, así como de la preser-
alcanza un nivel importante en la medida en que se vación del medio natural.
enriquecen nuevas ciudades dentro del área metro- El análisis de los usos del suelo en el medio urba-
politana y se compite regionalmente por recursos, no constituye un gran aporte al estudio de la geografía
inversiones, población, impuestos y empleos. urbana, siendo importante porque, a través de la clasi-
5. Una dimensión ambiental, pues la creciente me- ficación de dichos usos y de su sectorización en el ám-
tropolización implica la necesidad de una nueva bito urbano, es posible valorar su naturaleza funcional
mirada a las problemáticas ambientales, que no y morfológica. Efectivamente, en el proceso de creci-
se limitan ya únicamente al ámbito de la ciudad, miento de una ciudad se observan, a través del tiempo,
en tanto la provisión de recursos valiosos como el distintos cambios en el uso del suelo, tanto al interior
agua o la recreación, dependen, frecuentemente, de la ciudad como en su periferia. La consideración de
de territorios fuera de la jurisdicción de la ciudad estos patrones ilustra el proceso de crecimiento de la
y cada vez más politizados ante el empoderamiento ciudad y la relación con su entorno geográfico: urbano-
derivado de los procesos de descentralización. Cada urbano, rural-urbano, rural-rural. Estas sustituciones y
vez con más frecuencia las comunidades exigen la cambios de uso no son espontáneas, sino progresivas
renegociación de la provisión de recursos como el y se inician con la existencia de áreas con usos mixtos
agua, energía o minerales; además de las dificulta- que lentamente pasan a ser dominadas por un uso es-
des de las ciudades para deshacerse a bajo costo de pecífico. En las primeras etapas de crecimiento de la
sus externalidades negativas: residuos, aguas con- ciudad tiende a ocurrir un proceso de sustitución de
taminadas, polución del aire, entre otros. bosques o vegetación natural por cultivos (rural-rural),
con el fin de abastecer de alimentos a la ciudad. En las
Dinámicas intraurbanas etapas de expansión suburbana y periurbana se inten-
En relación con el funcionamiento interno de la ciu- sifica la sustitución de vegetación natural y cultivos por
dad, varios temas han ocupado de forma importante usos urbanos en la medida en que se amplía el polígono
la investigación en geografía urbana: el uso del suelo y de la ciudad; mientras que, en las etapas de densifica-
su dinámica —espacios residenciales, comerciales, in- ción urbana, renovación y rehabilitación, se intensifican
dustriales, institucionales y de consumo—; la renta del los cambios dentro del propio uso urbano (urbano-ur-
suelo urbano; y la provisión de vivienda. bano). En este último caso es común la sustitución de
Comenzando con los usos del suelo, estos constitu- viviendas por comercios o servicios.
yen la expresión concreta del conjunto de actividades Los estudios de uso del suelo han sido tradicionales
que se desarrollan en la ciudad. La naturaleza de los en geografía urbana, desde los aportes clásicos de la
usos urbanos responde tanto a factores económicos, ecología urbana: Burguess, Hoyt, Harris y Ullman; los
como sociales, culturales y políticos, los que, conjuga- modelos cuantitativos de las décadas de 1960 y 1970; y
dos, moldean y definen el mosaico urbano; estos usos los modelos más recientes apoyados en teledetección
evolucionan a medida que ocurren transformaciones y Sistemas de información geográfica. Así mismo, en el

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afán por explicar las diferencias en los usos del suelo demia, como para las autoridades públicas de todos los
urbano renace el interés en teoría de la renta y se re- niveles, ante la creciente demanda en cantidad y cali-
toman ideas y conceptos de la economía clásica: Adam dad de los servicios, especialmente de infraestructura
Smith, Thomas Maltus, David Ricardo, Carlos Marx; así dedicada a la movilidad de personas y de acceso a bie-
como neoclásica, en conjunto con otros aportes más re- nes en el ámbito urbano. Ante este reto han surgido di-
cientes: Jhon Stuart Mill, Alfred Marshall, Richard M. ferentes enfoques, entre otros, el que integra este tema
Hurd, Robert Haig, Marrtin Beckman, London Wingo y a la discusión más general acerca de la relación entre
William Alonso. movilidad, pobreza y exclusión social. Este debate teó-
Asociado al uso y la renta, se encuentran también rico que vincula la accesibilidad y el bienestar social 51
los estudios de la vivienda, o mejor aún, el acceso a la advierte sobre la existencia de una estrecha interrela-
vivienda por parte de grandes sectores de la población ción entre movilidad territorial y movilidad social, y
que habita en las áreas urbanas, constituye una preo- admite el rol significativo que existe entre la movilidad
cupación frecuente en los trabajos de geografía urba- territorial o espacial y la producción y reproducción de
na. Tal como plantea la onu, en su programa Por un las estructuras sociales, en este caso en relación con el
mejor futuro urbano, respecto al tema de viviendas y bienestar social. A título de ejemplo, solo un trabajo,
mejoramiento de asentamientos precarios: “La rápida el de Hernández (2012), sobre el tema de la movilidad,
urbanización actual ejerce presión sobre la vivienda y cita cincuenta referencias recientes sobre este tópi-
el uso del suelo. Para el 2030, cerca de 3 millardos de co, lo que evidencia el gran interés que despierta y la
personas o el 40 % de la población del mundo necesi- profusión de trabajos resultantes.
tarán tener acceso a viviendas, infraestructura básica
y a otros servicios tales como sistemas de acueducto y La planificación de la ciudad
saneamiento. Estas cifras pueden traducirse en la ne- La capacidad de la visión sintética que aporta la geo-
cesidad de construir 96 150 viviendas diarias en suelos grafía urbana para comprender la ciudad, entendiéndola
con servicios y documentos a partir de este momento y como un sistema integrado, interrelacionado e interac-
hasta el 2030” (onu-Habitat 2015). tivo, constituye un valor diferenciador y potenciador
Este tema, de carácter político y socioeconómico, para el estudio, la planificación, el diseño y la gestión
ocupa las administraciones públicas en sus diferentes de la ciudad. Esto es, a diferencia de otros estudiosos de
ámbitos (regional, nacional e internacional). Al análi- la ciudad, el geógrafo urbano es capaz de considerar y
sis de dicha problemática han contribuido de manera anticipar el impacto que cada nueva intervención puede
importante los geógrafos urbanos, como puede apre- tener en los restantes elementos de la ciudad o en el or-
ciarse en la vasta literatura publicada al respecto en ganismo urbano como un todo.
las revistas especializadas que en este capítulo se han De manera general, la ordenación del territorio (de
reseñado. La problemática va íntimamente ligada a la de acuerdo con la influencia francesa, o aménagement),
la pobreza urbana, cuya atención, para su atenuación, o la planificación del territorio (bajo su ascendencia
representa uno de los retos del milenio. anglosajona, planning), es un tópico contenido en las
Si bien segregación y pobreza urbana no son temas diferentes asignaturas de los pénsum de geografía y las
nuevos, durante estos últimos años han sido numerosos referencias relativas a esta temática se han multiplica-
los trabajos que han retomado el estudio los problemas do en los nuevos planes de estudio correspondientes de
sociales de las ciudades, principalmente las desigualda- esta disciplina. Teóricamente, la ordenación del territo-
des y la marginalidad y, recientemente, ante el impacto rio constituye un importante instrumento al servicio de
de los conflictos políticos nacionales y regionales, el objetivos generales para el uso adecuado de los recursos
tema de los nuevos inmigrantes cobra gran relevancia. en busca del desarrollo y mayor bienestar de los ciuda-
Otra de las grandes temáticas de gran actualidad danos. En su carácter de función pública, o política, la
en los estudios de geografía urbana está asociada con ordenación se apoya en instrumentos jurídicos (con-
el transporte y la movilidad urbana, alrededor del venios internacionales, leyes, decretos), prácticas ad-
cual la geografía urbana ha desarrollado una clara y ministrativas y principios consolidados (planificación,
nutrida línea de investigación. El acelerado auge de la participación, etc.); así como diferentes conocimientos
urbanización representa un desafío tanto para la aca- científicos, en aportaciones pluri y multidisciplinares,

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así como multiparadigmáticas, entre las que cabe desta- bién la mayoría de ellas ha logrado mejoras sustanciales
car el papel relevante de la geografía y, específicamente, en términos de cobertura de servicios para sus ciudada-
en materia de planificación urbanística u ordenamiento nos36 y en descenso de los índices de criminalidad; en
urbano-regional, de la geografía urbana. otras palabras, han logrado elevar significativamente
Una de las razones para este destacado rol de la geo- los estándares de calidad de vida de sus habitantes y
grafía en el tema del ordenamiento territorial, radica han ofrecido a muchos de ellos la posibilidad de superar
en la riqueza de las aportaciones que surgen del de- difíciles condiciones de pobreza que en décadas pasadas
bate sobre los diferentes aspectos del territorio, que fueron mucho más agobiantes (Storper y Scott 2016).37
52 desde hace varias décadas nutre las mesas de traba- Este triunfo de lo urbano, por otra parte, está estre-
jo. Queremos hacer alusión a uno de estos enfoques chamente ligado a un cambio profundo de la economía
en particular, bajo el cual los territorios son concebi- desde la década de 1980 y la emergencia de una nueva
dos como una construcción sociohistórica en proceso economía, de la que se beneficiaron, luego de un período
(Rojas López y Pulido Pulido 2013). De acuerdo con de crisis, ampliamente las ciudades. Esta ‘tercera ola’ de
ello, las distintas formas de apropiación, habitación, la industrialización, basada en un capitalismo cogniti-
producción, circulación y gestión, que desarrollan vo, una creciente automatización y el uso intensivo de
los distintos actores sociales en el espacio geográfico, información (Scott 2011), está en proceso de reconfigu-
determinan la variabilidad de los territorios, no solo rar la estructura de las sociedades urbanas y, con ello,
espacial, sino también temporal. Si bien la apropia- su espacio social; al igual que la relación de los asen-
ción es considerada como la reguladora de las otras tamientos con sus periferias inmediatas, con los espa-
actuaciones sociales (Raffestin 1980; Sack 1986), to- cios metropolitanos y con las redes de ciudades. Estos
das esas actuaciones cumplen un papel modelador de cambios imponen nuevos retos para los estudiosos de lo
los territorios mediante relaciones de conflicto, coo- urbano: nuevas geografías del desarrollo espacial desi-
peración, competitividad, reciprocidad y complemen- gual; una realidad urbana más diferenciada, polimórfi-
tariedad. De esta manera, los territorios se articulan ca y multiescalar; rápidas mutaciones en las geografías
internamente mediante las acciones involucradas en regulatorias de la urbanización capitalista; entre otros
tales propósitos y externamente, es decir, en su rela- (Brenner y Schmid 2015).
ción con otros territorios, a través de flujos e intercam-
bios de variada composición y alcance espacial.
Las premisas planteadas bajo este enfoque permiten 36 Bogotá, por ejemplo, alcanzó una cobertura del 100 % en
entender los roles diferenciados que, en distintos mo- acueducto en el 2003, cuando en 1993 esta alcanzaba
mentos históricos y muy particularmente bajo la actual el 83 %. Incluso en ciudades de escaso desarrollo y
lógica de la globalización, juegan los territorios. Hacien- durísimas condiciones de vida, como Kinshasa, estas son
mejores que las de las zonas rurales (en esta ciudad, por
do referencia específica a los territorios urbanos, ello
ejemplo, el agua corriente llega al 53 % de los hogares,
explicaría el rol, así como también los cambios y ajustes
frente a solo el 11 % en el país; la electricidad al 60 %, con
en el posicionamiento de las ciudades en las redes en las respecto al 10 % nacional; la recolección de basuras del
cuales se insertan. Esta compleja y rica comprensión del 15 % en proporción al 2 %; pnud 2009).
territorio y sus procesos hace de la geografía la discipli- 37 En las ciudades norteamericanas, por ejemplo, las tasas
na por excelencia para el tratamiento de la temática de generales de crimen han caído casi a la mitad desde
1990 y ciudades como Washington pasaron de un pico
la ordenación territorial y urbana
de 12 crímenes por cada 100 000 habitantes a mediados
de la década de 1990 a 6 en el 2015; Nueva York, de
Conclusiones cerca de 10 a 2, similar a Los Ángeles; Chicago de 11 a
Como ha sido recurrente en la historia de la huma- 4 (Friedman, Grawert y Cullen 2017). En otras regiones
nidad, y de la urbanización, los períodos difíciles, como del mundo también se ha experimentado una tendencia
la crisis urbana de la década de 1980, ceden su lugar a similar: Bogotá pasó de una tasa de 24 homicidios por
cada 10 000 habitantes en 2005 a 16.5 en 2012; San
períodos de florecimiento de la vida en las ciudades. El
Pablo de 24.7 a 14.2; Bangkok de 4.3 a 2.7 (2010); Nairobi
período actual, tal como lo señala Glaeser (2011, 9), es
de 7 a 6.1. Aunque, evidentemente, algunas ciudades
una nueva edad dorada para las ciudades, que no solo subieron esos indicadores, especialmente en América
crecen y expanden su poder económico, sino que tam- Central (unodc 2013).

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Ello, a pesar del debate que suscitan los discursos Anwar, Nausheen H. 2014. “The postcolonial city in
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ma universal de asentamiento —por ejemplo, Brenner Tomo 1. Bogotá: Banco Popular.
y Schmid (2015, 165)—. La ciudad, empero, continúa . 1992. La ciudad colombiana. Tomo 2. Bogotá:
siendo una forma específica de organización social y Banco Popular.
política —con grupos sociales particulares que no es- . 2010. La ciudad colombiana. Tomo 4. Cali: Uni-
tán presentes en otros espacios y procesos exclusivos de versidad del Valle. 53
gobernanza— y también con un carácter territorial mar- Ascher, François. 1995. Métapolis, ou, L’avenir des villes.
cado por la densidad, la dependencia de flujos externos París: Éditions O. Jacob.
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