[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
19 vistas3 páginas

Lección Nº31

La lección se centra en el mandato de Jesús de 'amar a tus enemigos', resaltando la diferencia entre las normas del Reino de Dios y las de la autojustificación. Jesús desafía a sus oyentes a reconocer su insuficiencia y la necesidad de un Salvador, enfatizando que el amor verdadero busca el bienestar de los demás, incluso de aquellos que nos hacen daño. Finalmente, se concluye que la madurez espiritual se refleja en la capacidad de amar de manera imparcial, imitando el amor de Dios hacia todos.

Cargado por

lbbmantenimiento
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
19 vistas3 páginas

Lección Nº31

La lección se centra en el mandato de Jesús de 'amar a tus enemigos', resaltando la diferencia entre las normas del Reino de Dios y las de la autojustificación. Jesús desafía a sus oyentes a reconocer su insuficiencia y la necesidad de un Salvador, enfatizando que el amor verdadero busca el bienestar de los demás, incluso de aquellos que nos hacen daño. Finalmente, se concluye que la madurez espiritual se refleja en la capacidad de amar de manera imparcial, imitando el amor de Dios hacia todos.

Cargado por

lbbmantenimiento
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 3

Lección Nº: 31 - “La imposibilidad de amar a

nuestros enemigos”
Mateo 5:43-48
Llegamos a un pasaje de la Escritura en Mateo 5 que merece nuestra mayor atención, nuestro
más profundo compromiso, porque quizás ningún otro pasaje en todo el Nuevo Testamento
resume el corazón y la actitud de un cristiano tan bien como éste: "Ama a tus enemigos". Creo
que si hay una declaración hecha por Jesús que resume cómo debería ser el cristianismo,
probablemente sea esta. Algo que no hemos dicho en estudios anteriores pero que también nos
ayuda a comprender mejor el mensaje de este extenso sermón, es que Mateo presenta a
Jesucristo como Rey. Cada uno de los evangelios se enfoca en un elemento diferente de la vida
de Cristo. Y el punto de Mateo es que Él es el Rey. El Rey del universo, el Rey de Israel, el Ungido
de Dios. Y Mateo está escribiendo a una audiencia judía, principalmente, porque quiere que se
den cuenta de que el mismo Jesús de Nazaret, a quien rechazaron, no es otro que su Mesías. El
propósito de Mateo es presentar la realeza de Cristo. Y si Jesús es verdaderamente el Rey,
anuncia que su reino se ha acercado, y como tal este reino tiene reglas y parámetros. ¿Cuáles
son estas reglas? ¿Cuáles son las normas por las que viven los que están en Su Reino? Eso es lo
que estamos analizando en el Sermón del Monte, normas mucho más altas de lo que todos
creían. Como dijimos en el estudio anterior, el Sermón del Monte tiene, ante todo, una intención
negativa, y es mostrar a la gente que no cumplen con el estándar de Dios, y esto genera una
abrumadora sensación de insuficiencia. La intención de Jesús es destruir el sistema de auto
justificación en el que sentían seguridad. Él les muestra el estándar para empezar y luego les
dice que no llegarán nunca por sí solos, es decir, está tratando de destruir su confianza en sí
mismos y luego impulsarlos al hecho de que necesitan desesperadamente una justicia que no
pueden alcanzar; por lo tanto, necesitan un Salvador.

En estos versículos, que hoy analizaremos, estamos en la cúspide de este sermón tan particular.
Jesús se guarda esto para el máximo contraste, para la declaración final. La disparidad entre las
normas de Su reino y las normas de la auto justificación, se puede ver en la diferencia entre la
naturaleza de los amores de los dos, de cómo se relacionan con aquellos que no les caen bien.
Ese es el contraste final. “Oísteis que fue dicho” los judíos rabínicos habían tergiversado y
agregado a la expresión de Dios en el Antiguo Pacto: “amarás a tu prójimo y odiarás a tu
enemigo”. Esa no era la frase correcta, dejaron afuera; “como a ti mismo” por orgullo, y
agregaron “odia a tu enemigo” por prejuicio.
Es increíble notar que nunca en El Antiguo Testamento, Dios enseñó a odiar a tu enemigo. Pero
eso era lo que habían aprendido. Habían aprendido que existe una justificación para el odio.
Habían aprendido que hay lugar para la difamación, la animosidad, la amargura, la venganza y
el resentimiento. Les habían dicho que su orgullo está justificado. Pero Jesús en el versículo 44
dice: "Yo os digo, amad aun a vuestros enemigos". La gente a la que le habló Jesús pensó que
era lo suficientemente buena, pero Jesús les dice: “No eres lo suficientemente bueno y tu amor
no alcanza, no es el adecuado. Jesús está expresando un claro propósito: ¿Cuál sería su reacción
de alguien que escucha estas palabras de Jesús? Su reacción es saber que no cumplen con el
estándar de Dios. Su reacción es saber que no aman de la manera que Dios espera que amemos,
y que tampoco pueden amar así en su propia naturaleza. Por lo tanto, son declarados pecadores,
porque esto es un requisito, y si no amas así, no puedes ser aceptado por Dios, por lo tanto
necesitas un Salvador. Y luego, por supuesto, Él es quien se ofrece a Sí mismo como ese Salvador
para que Él viva a través mío, la vida que nunca podría vivir yo.
Ahora bien ¿Qué quiere decir Jesús con AMAR a nuestros enemigos? Dios no espera que los
ames como un amigo. El no espera que lo ames como si fuera alguien de tu familia. Lo que sí
dice es que lo ames (losagapaō), con un amor que busca su mayor bien y busca satisfacer sus
necesidades. Cuando Jesús dijo en Juan 13: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”,
acababa de lavarles los pies. En ese momento, no estaba diciendo: "Estos discípulos son tan
maravillosos, son dignos de ser servidos, son simplemente irresistibles". NO, ellos eran
cascarrabias, egoístas, discutiendo sobre quién sería el más grande del Reino, actuaban de
manera pecaminosa, estaban motivados y centrados en sí mismos. Por el contario, el Amor de
DIOS, es un acto de servicio a quien lo necesita, sin mirar sus condiciones. Por eso dice: "Ama a
tus enemigos"; Y luego: "Bendice a los que te maldicen, haz bien a los que te odian".

En segundo lugar, subiendo por esta escalera ascendente de la verdad sobre el amor, Jesús
declara: “Oren por sus perseguidores”. En el vs. 44 agrega: "…por los que te maltratan y te
persiguen". Simplemente la idea es; suplicar a Dios por ellos y bendecirlos. Cuando viene alguien
y te hace mal, o te daña, te hiere, ¿Cuál será tu reacción? El nacido de nuevo, intercede por ellos
y los beneficia. Eso es lo que hizo Jesús en la cruz, eso es lo que hizo Esteban en Hechos 7. Pero
lo explicamos mejor en detalle.
¿Por qué Jesús vincula persecución con enemigos? Cuando predicas el evangelio y le dices a
una persona: “Tu condición actual, te separa de Dios. Por tu rechazo al Creador, necesitas ser
redimido para volver al Padre, no puedes salvarte a ti mismo, no eres tu propio dios”, estás
golpeando a ese individuo en el centro de su orgullo. Es muy probable que si no acepta el
evangelio, su reacción sea perseguirte, herirte y dañarte. Y es por esto que la persecución se
vuelve más y más severa, porque la Biblia desenmascara a las personas en su punto más
vulnerable. Desnuda sus debilidades y fracasos.

¿Qué quieres decir con orar por nuestros enemigos? Según las palabras originales usadas en el
contexto, quiere decir, suplicar a Dios por su mayor bien. No está hablando de orar para invocar
fuego del cielo y consumirlos. Al contrario la oración es en la dirección de su salvación. Dietrich
Bonhoeffer, que sufrió tanto en la Alemania nazi, dijo: “Este es el mando supremo. Por medio
de la oración, asistimos a nuestro enemigo, estamos a su lado y suplicamos a Dios por él. Oh,
qué cosa tan hermosa es eso. La cruel tortura de la crucifixión no pudo silenciar la oración de
Jesús. Las piedras aplastantes no pudieron silenciar la oración de Esteban.

Ahora ascendemos otro nivel: "para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos".
Esto significa que de la manera en cómo nos relacionamos, reaccionamos y amamos a aquellos
que no pueden darme nada en una relación, estoy de alguna manera expresando mi nueva
naturaleza, la naturaleza de Dios. El versículo 45 comienza con la palabra “para” (hopōs en
griego), que indica propósito. ¿Por qué amar a tus enemigos? ¿Por qué orar por tus
perseguidores? "Con el propósito de que seáis hijos de vuestro Padre". La Biblia dice que Dios es
amor. Si Dios es amor, y yo soy Su hijo, entonces debería caracterizarme por el amor, 1 Juan
dice: "Si no le muestras amor a tu hermano, ¿cómo puedes afirmar que eres un hijo de Dios?"
No afirme que pertenece a Dios si no manifiesta amor. Y Jesús no está diciendo: "Si amas, te
convertirás en hijo de Dios". Él está diciendo: "Probarás la validez de la afirmación de que eres
un hijo cuando el amor se manifieste en tu vida". Por eso Jesús identifica al Padre como el que
está en el cielo, haciendo la diferencia entre el amor humano y el Divino.

“…hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” Así es Dios,
es un Ser que no mira a quien está beneficiando, no especula a quien bendecir y favorecer. Hace
que su sol salga sobre malos y buenos. Él envía la lluvia sobre justos e injustos. Jesús intenta
mostrar que Dios ama a todos, beneficia y bendice a todos, inclusive a aquellos que rechazan Su
Amor. Cuando sale el sol y brilla en su belleza y difunde su calor, es para todos, y cuando cae la
lluvia, también. El sol sale y da luz, y crece tu hierba, y crece mi hierba, y crece la hierba de la
gente de nuestra cuadra que ni siquiera sabe que Dios existe. ¿Por qué? Porque Dios es Bueno.
El amor y la providencia divina, tocan a todos, y esto es lo que Él está diciendo. “La manera en
cómo amas expresa si has nacido de nuevo. Si tu amor es tan indiscriminado, que tu sol brilla
sobre todos y tu lluvia cae sobre justos e injustos, entonces será obvio que eres hijo de tu Padre
Celestial”. La idea de Jesús es que puedas ver que el punto aquí es la imparcialidad de un Dios
extremadamente amoroso. Y los que han nacido de nuevo en este reino celestial, manifiestan la
misma imparcialidad y el mismo amor por aquellos que son sus “enemigos”.

El versículo 48 es lo máximo de Su declaración; “Por lo tanto” (es decir; todo conduce a) “Sed
perfectos como tu Padre que está en los cielos es perfecto”. La palabra perfecto significa
maduro ¿Cuán maduro? “Tan perfecto y maduro como tu Padre que está en los cielos”. El punto
es este: debes ser como Dios. Dices: "Ese estándar es demasiado alto", y tienes razón, eso es
exactamente lo que Él quería que supieran sus oyentes. No puedes hacerlo. Creo que esto está
bellamente ilustrado en Mateo 19, lo veremos muy brevemente. Mateo 19:23 dice; “Jesús dijo
a sus discípulos: 'De cierto os digo, que un rico con dificultad entrará en el reino de los cielos.’”
Ahora, esta es una declaración muy difícil de escuchar ¿Por qué? Porque en el tiempo de Jesús,
la gente creía que los ricos entraban en el reino más fácilmente que los demás. La auto
justificación les enseñó a “entrar” al Reino de los cielos por obras. Cuanto más rico eres, mayores
son tus obras. Ya que puedes comprar más corderos y bueyes para sacrificar. Puede aportar más
dinero a la tesorería del templo. Puedes comprar tu entrada al reino, cuanto más rico seas, más
facilidad tendrás para entrar al Reino. Pero Él invierte todo: "Un hombre rico con dificultad entra
en el reino". ¿Qué tan difícil? “Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un
rico entre en el reino de los cielos”. Ahora, hemos escuchado decir todo tipo de cosas sobre este
pasaje, pero la verdadera razón de la declaración de Jesús es: ES IMPOSIBLE QUE ALGUIEN EN
ESAS CONDICIONES ENTRE AL REINO DE LOS CIELOS.
Lo que Jesús está diciendo en el Sermón del Monte lleva la misma idea: "Sed perfectos (maduros)
como Dios es perfecto (maduro)". Se supone que deben decir: "Pero no puedo ser perfecto y
maduro". Y ahí es cuando Él dice: “Correcto; y si no alcanzas la perfección, necesitas un
Salvador". Y ahí es donde entra Jesús, y te hace un participante de Su Naturaleza. Entonces Dios,
en un milagro de salvación, hace por ti lo que nunca podrías hacer solo: NACER DE NUEVO, VIVIR
UNA VIDA PERFECTA, MADURA Y AMAR A TODOS.

También podría gustarte