CONCLUSIÓN
En pocas palabras, el desinterés de los jóvenes hacia la política puede tener varias razones,
como que la ven lejana, complicada o sienten que no los representa. Muchos jóvenes
sienten que la política es solo para adultos o para personas que ya están en posiciones de
poder y que sus decisiones no cambian nada. Además, la imagen que ven de los políticos,
con escándalos de corrupción y promesas que no se cumplen, hace que desconfíen y se
sientan aún menos motivados a involucrarse. A veces, da la impresión de que la política no
tiene nada que ver con su vida diaria o que no afecta en nada su futuro, por lo que prefieren
mantenerse al margen.
Sin embargo, aunque a veces no lo parezca, la política influye directamente en cosas que sí
les afectan, como la educación, el acceso a oportunidades de trabajo, y sus derechos.
Ignorarla puede traer consecuencias, ya que si los jóvenes no se involucran, otros serán
quienes decidan por ellos en temas que son clave para su calidad de vida y sus
oportunidades. Es fácil pensar que, por ser jóvenes, no tienen suficiente poder para cambiar
nada, pero en realidad su voz e ideas pueden marcar la diferencia si se unen y se informan.
Por eso, aunque la política pueda parecer aburrida o difícil de entender, sería positivo que
los jóvenes empiecen a interesarse poco a poco, porque ellos también son parte del
cambio. Su participación puede ser una herramienta para crear una sociedad más justa,
donde realmente se escuchen sus necesidades y preocupaciones. Al final, la política no es
solo cosa de adultos; también es una forma de que los jóvenes tengan el control de su
futuro y contribuyan a construir el tipo de sociedad en la que quieren vivir.