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¿CÓMO TRATAR LAS LESIONES DE PEZUÑA EN
GANADO BOVINO?
John Remnant*. 2016. PV ALBEITAR 02/2016.
*School of Veterinary Medicine and Science University of Nottingham, Reino Unido.
Traducido por Teresa García Rubio, Albéitar.
www.produccion-animal.com.ar
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INTRODUCCIÓN
La cojera es un problema endémico del vacuno lechero en todo el mundo. La mayoría de las estimaciones de
los países con una industria láctea desarrollada sugieren que alrededor de un cuarto a un tercio de las vacas leche-
ras pueden presentar cojeras en un momento dado. Además de las implicaciones obvias que tienen las cojeras en
el bienestar, se ha mostrado que reducen la producción de leche y el rendimiento reproductivo del ganado afecta-
do.
La mayoría de los casos de cojeras en el ganado se originan en el pie. Las lesiones del pie que causan cojeras
en el ganado vacuno pueden dividirse en dos grandes grupos: enfermedades infecciosas y enfermedades de la
pezuña. Las enfermedades infecciosas generalmente afectan a las estructuras blandas del pie. Las enfermedades
más comunes del tejido blando son las dermatitis digital (infección de la piel de la pezuña asociada a treponemas)
y la necrobacilosis interdigital causada por una infección bacteriana aguda de la piel interdigital. Las lesiones más
comunes de la pezuña son la enfermedad de la línea blanca, la úlcera de suela y hemorragia. Los casos de lesiones
de la pezuña tienden a ser más crónicos y graves que los casos de enfermedades infecciosas, por lo que provocan
mayores pérdidas económicas. Además, cada vez existen más informes sobre las “lesiones no cicatrizantes” que
parecen ser lesiones de la pezuña infectadas con dermatitis digital. Aunque ambos tipos de enfermedades son im-
portantes y es necesario controlarlas, este artículo se centrará en las lesiones de pezuña.
Imagen de microtomografía computarizada que muestra la sección digital del pie bovino. El dedo
está en la derecha de la imagen y la gran estructura blanca en el medio es el hueso podal.
El tendón flexor del hueso podal está identificado con el círculo rojo.
¿QUÉ ES UNA LESIÓN DE PEZUÑA?
El conocimiento de las lesiones de pezuña en ganado vacuno continúa en desarrollo. Estas parecen ser una al-
teración del crecimiento normal del casco como resultado de la presión en el corion. Antes, este aumento de pre-
sión se consideraba debido a los mediadores inflamatorios en el torrente circulatorio de una acidosis ruminal
subaguda que actuaban en las laminillas de la pezuña. Sin embargo, esto parece cada vez menos probable y, en la
actualidad, se piensa que el aumento de la presión está causado por factores físicos, en particular alrededor del
parto, ya que las estructuras de soporte de la pezuña se relajan.
También hay cada vez más evidencias de que la pérdida de puntuación de la condición corporal alrededor del
momento del parto puede contribuir a la enfermedad, reduciendo la capacidad de protección de la almohadilla
digital. La almohadilla digital es una capa grasa que se encuentra entre los huesos de las falanges y la suela del pie
de los bovinos. El resultado del aumento de la presión es una alteración del crecimiento de la suela del casco más
comúnmente en sitio de flexión del hueso de la tercera falange, que puede provocar una hemorragia o una úlcera
en la mitad de la pezuña. Alternativamente, puede tener lugar una debilitación del casco en la unión de la línea
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blanca, que puede dañarse debido a las fuerzas de cizallamiento y resultar en la enfermedad de la línea blanca. Las
lesiones de pezuña parecen ser más prevalentes en ganado de alto rendimiento y en sistemas estabulados.
Hematomas y hemorragias de la suela en la clásica úlcera de suela en el medio de la pezuña, bajo el tendón flexor.
EL TRATAMIENTO DE LAS COJERAS EN LA BIBLIOGRAFÍA
Existe gran cantidad de investigaciones que identifican los factores de riesgo de las cojeras en ganado vacuno
y se están llevando a cabo trabajos para dilucidar la patogénesis de las lesiones de pezuña; sin embargo, hay muy
pocas investigaciones sobre los protocolos de tratamiento de las cojeras. Todo el mundo está de acuerdo en que es
mejor prevenir que curar, pero, teniendo en cuenta la prevalencia, el impacto y la tendencia a la intensificación de
estas lesiones, son precisos tratamientos efectivos para reducir el tiempo que una vaca sufre cojera. En una revi-
sión sistemática de las publicaciones peer-reviewed entre 2000 y 2011, Potterton et al. (2012) encontraron solo
tres artículos que describían el tratamiento de las lesiones de pezuña. De estos tres artículos, dos eran casos clíni-
cos, así que solo en uno se estudiaba el efecto de la suplementación con biotina en el tratamiento de la úlcera de
suelo. Potterton et al. extendieron el periodo de búsqueda de publicaciones a antes del año 2000 y encontraron
muy pocos estudios sobre el tratamiento de las lesiones de pezuña. A pesar de esta falta de evidencias experimen-
tales de los mejores protocolos de tratamiento de lesiones de pezuña, muchos veterinarios, paraprofesionales y
ganaderos los utilizan y defienden. Potterton et al. concluyeron que casi todos los tratamientos que se aplican en
los casos de lesiones de pezuñas en el ganado vacuno no están basados en una evidencia experimental, sino en
informes anecdóticos o en la opinión de expertos. Es muy importante puntualizar que esto no significa que los
tratamientos existentes sean inapropiados, sino que ni se sabe si son buenos ni cuál es el mejor. Cuando se presen-
tan estos hechos, muchas personas señalan que los tratamientos funcionan porque de lo contrario no se usarían.
Uno de los peligros de esta clase de enfoque es pasar por alto el sesgo de confirmación. Este es un principio psico-
lógico que dice que la gente tiende a buscar, interpretar y recordar la información que confirme sus creencias o
hipótesis anteriores. Es decir; si se cree que un tratamiento funciona, se tiene una tendencia inherente a conven-
cerse de que se está en lo correcto. También es probable que la autocuración sea probablemente muy alta, lo que
puede enmascarar el fracaso del tratamiento, y hace importante que se identifiquen los tratamientos que ofrecen
beneficios adicionales. El poder de un ensayo controlado y aleatorio radica en la superación de prejuicios psicoló-
gicos subconscientes como este para evaluar los tratamientos independientemente de los sesgos.
IDENTIFICACIÓN DE LAS VACAS COJAS
Un aspecto que cada vez aparece más claro en la bibliografía es que los tratamientos de las cojeras sean tem-
pranos y efectivos. Se ha demostrado que retrasar el tratamiento de las vacas cojas es un factor de riesgo para que
una unidad presentes altos niveles de cojera. El tratamiento temprano ha reflejado reducir la probabilidad de pro-
cedimientos repetidos, así como reducir el tiempo de recuperación. Los tratamientos tardíos han mostrado lo con-
trario: aumentar el tiempo de recuperación y reducir la probabilidad de cura. Este concepto está establecido para
muchas enfermedades y parece de sentido común también para las cojeras. Sin embargo, mientras nadie conside-
raría apropiado dejar sin tratar un caso de mastitis clínica durante días, muchas vacas ligeramente cojas se quedan
sin tratamiento varias semanas.
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Para ser capaz de tratar rápidamente una enfermedad debe detectarse y reconocerse pronto. En un estudio lle-
vado a cabo por investigadores de la Universidad de Bristol (Leach et al., 2012), el 75 % de los ganaderos dijeron
que trataban a las vacas cojas en las 48 horas posteriores a la aparición de la cojera. Cuando los investigadores
visitaron las explotaciones, vieron que esto se hace en contadas ocasiones. Algunas vacas identificadas como co-
jas permanecían sin tratar durante más de cuatro semanas. Este estudio subrayó la importancia de utilizar la pun-
tuación de cojeras para identificar a los animales cojos. Mediante el uso de un sistema objetivo, y la valoración de
los andares de cada vaca individualmente, la cojera se detecta mucho antes que esperando a reconocer espontá-
neamente a una vaca coja. Sin embargo, existe una barrera adicional para detectar a las vacas pronto y también es
necesario reconocerlas como cojas. Más investigaciones de la Universidad de Bristol (Horeman, 2014) estudiaron
cómo los ganaderos definen a una vaca coja y en muchas ocasiones vieron cómo solo los casos que ellos identifi-
caban como graves eran definidos por los ganaderos como cojeras. Esto no significa que los ganaderos sean inca-
paces de identificar las cojeras, sino que más bien tienden a cambiar el lenguaje que utilizan diciendo cosas como
“simplemente no anda correctamente”. Esto sugeriría que el problema no es necesariamente con la capacidad de
detección de cojeras de los ganaderos, sino que estos no llaman cojas a las vacas ligeramente cojas y no reconocen
que necesiten tratamiento. Esto puede hacer necesario que los veterinarios utilicen diferentes definiciones para
acercarse a los ganaderos que no consideran cojas a sus vacas con una cojera moderada.
UN ENSAYO SOBRE LOS TRATAMIENTOS
Investigadores de la Universidad de Nottingham han publicado recientemente una prueba aleatoria y contro-
lada de tratamientos de cojeras en vacas de leche (Thomas et al., 2015). Teniendo en cuenta que la importancia de
una intervención temprana en el tratamiento de las cojeras, compararon la tasa de éxito de cuatro grupos de trata-
mientos diferentes en casos de cojeras tempranas. Se puntuó la locomoción de las vacas quincenalmente y se eli-
gieron para el estudio las que se identificaron cojas después de dos puntuaciones consecutivas. Se examinó el pie
de la pata coja, y las vacas identificadas con lesiones de pezuña en únicamente la pezuña de la pata coja y con
lesiones no infecciosas se reclutaron para el estudio y se distribuyeron aleatoriamente en uno de los cuatro grupos
experimentales:
♦ Recorte terapéutico de pezuña
♦ Recorte terapéutico y aplicación de bloque ortopédico
♦ Recorte terapéutico y tres días de antiinflamatorios no esteroideos (AINE) (ketoprofeno)
♦ Recorte terapéutico, bloque ortopédico y AINE
El estudio fue muy laborioso, ya que se examinaron más de 500 vacas y se recortaron a un total de 183. Esto
puede explicar por qué se habían realizado previamente pocos estudios de esta naturaleza.
Los resultados indican que el tratamiento de lesiones de pezuñas temprano mediante la aplicación de un blo-
que ortopédico contralateral y la administración de un AINE maximiza las posibilidades de curación 35 días des-
pués del tratamiento. Tanto la adición de un bloque como un AINE por separado al recorte terapéutico parecieron
aumentar la probabilidad de una cura, pero el uso de los dos juntos tuvo un efecto más fuerte.
Fotografía del aspecto plantar de un pie bovino, en la que se muestra el bloque ortopédico
aplicado en una pezuña sana para reducir la carga de peso en la pezuña enferma.
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CONCLUSIONES
En resumen, la cojera es una enfermedad importante del ganado lechero. Actualmente, las evidencias de los
mejores métodos de tratamiento son limitadas. La aplicación de un bloque ortopédico y la administración de
AINE mejora los resultados en las vacas que acaban de quedarse cojas con lesiones de pezuñas. El tratamiento
temprano y eficaz puede ser una de las claves y no parece haber mucho margen para mejorar esto en las granjas
potenciando la detección temprana a través de la puntuación de la locomoción y mejorando el reconocimiento, tal
vez mediante el uso de una terminología diferente. La investigación en curso debería mejorar nuestra comprensión
y capacidad para hacer frente a esta importante enfermedad del ganado lechero.
AGRADECIMIENTOS
El autor quiere agradecer su ayuda a Reuben Newsome y al profesor Jon Huxley de la Universidad de Nottingham por
las imágenes y los consejos para la realización de este artículo
BIBLIOGRAFÍA
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