Evolución de la Doctrina Social Católica
Evolución de la Doctrina Social Católica
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       - Crisis profundas que se da, por un lado, a partir de la revolución de 1917 en
       Rusia y, por el otro, el “crack” de 1929 en Nueva York. (revueltas sociales, caída
       del consumo y la producción, caída de los precios, etc.).
       - Cobran auge los totalitarismo en Europa como alternativa al capitalismo liberal.
       (Nacismo en Alemania, Fascismo en Italia. En España, Primo de Rivera instaura
       la dictadura en 1923. Entre 1936-1939 tiene lugar la guerra civil).
Contenido de la encíclica:
       - Trata de dar respuesta a una sociedad que atraviesa una crisis profunda entre
       los dos sistemas socioeconómicos vigentes: capitalismo y socialismo.
       - Entre otras cosas comienza a introducir el principio de subsidiariedad y propone
       un orden social, basado en la justicia social, que contemple una mayor y mejor
       distribución de los bienes.
       - Pone el acento en la colaboración entre trabajo y capital.
       - Acusa al capitalismo de no tener en cuenta los aspectos éticos de la economía y,
       al comunismo reitera la propiedad privada y su función social.
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       • Finalización de la descolonización política de países del tercer mundo.
       Continuando otro tipo de colonización de contenido económico.
Mensaje de la encíclica.
       • Analiza e ilumina tres grandes fenómenos de desequilibrio:
          1. Entre la agricultura y otros sectores económicos.
          2. Entre zonas ricas y pobres del mismo país.
          3. Entre naciones económicamente desarrolladas y en vías de desarrollo.
       • Hace un llamado a la aplicación el principio de solidaridad y, cooperación sin
       instaurar nuevas formas de colonización; Instaura a Dios como base del orden
       moral.
“Encíclica Pacem in Terris” (Paz en la tierra 7-12-1963)
Contexto social e histórico.
       • Existían dos grandes bloques enfrentados, por un lado, el neoliberalismo
       capitalista de E.E.U.U., y por el otro, la Unión Soviética y sus países satélites.
       • Carrera armamentística y una posible confrontación de escala mundial.
Contenido de la encíclica.
       • La idea central es el respeto de la dignidad del ser humano, a sus derechos y al
       bien común como base de la paz. Es la “Carta Magna” de la Iglesia respecto de
       los derechos humanos.
       • Llama a la prohibición del uso de armas nucleares, cese de la carrera
       armamentística y desarme gradual de los Estados.
       • Destaca la importancia de una autoridad mundial que proteja los derechos de las
       personas y los pueblos.
       • Invita a los católicos a un compromiso con la vida pública.
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       • El desarrollo se da en dos ámbitos: ha de ser integral (de todo hombre), y
       solidario (de todos los hombres).
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  “SOLLICITUDO REI SOCIALIS” 30-12-1987
“Solicitudo Rei Socialis” (Preocupación Social).
Contexto histórico.
       • Se supera la crisis en países ricos, no así para los pobres.
       • Continúa aumentando en forma alarmante la pobreza en países pobres y las
       desigualdades en países ricos.
       • Aumento desmedido de la deuda externa de países pobres.
Contenido de la encíclica.
       • Es un homenaje a “Pacem in Terris”.
       • Denuncia el abismo que existe entre “Norte” y “Sur”.
       • Propone que exista un comportamiento solidario como alternativa a los “valores”
       del “tener” y “ser”.
       • Plantea que el desarrollo debe estar siempre visto sin perder de vista al hombre
       como “imago Dei”.
  “CENTESIMUS ANNUS”
“Centesimus Annus” (Centenario “Rerum Novarum”1-5-1991).
Contexto histórico y social.
       • Había caído el muro de Berlín, y con esto, el régimen marxista y la confrontación
       militar de los dos bloques.
       • Se comienza a ver la globalización de la economía de mercado.
Contenido de la encíclica.
       • Señala que la caída del socialismo provino de su olvido de la trascendencia de la
       persona y la ineficacia de un sistema económico que no respetó la propiedad
       privada, la libertad y la libre iniciativa.
       • Señala los peligros del “capitalismo” sobre consumo, libertad económica y el
       economicismo, y su consecuencia negativa en los derechos de las personas.
       • La propiedad, debe respetar el destino universal de los bienes.
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       • Las sociedades tienen diversidad étnica, lingüística y religiosa.
       • Ascenso de las injusticias sociales.
       • Dentro de los países con crecimiento económico existen grandes desigualdades
       y bolsas de pobreza y marginación.
 Contenido de la encíclica.
       • El Papa explica que dentro de la dimensión social del amor, el vínculo con Dios y
       el prójimo, se debe dar en especial en el más necesitados.
       • Hace una reflexión acerca de la justicia, y sin quitar participación al Estado y la
       política, no desconoce la participación de la Iglesia en ella.
       • Llama a los cristianos a un compromiso público animados por la “caridad”.
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       • Defensa del planeta como la casa común de todos.
       • Plantea la necesidad de una acción rápida y a nivel mundial para evitar la
       degradación del planeta.
PRINCIPIOS DE LA D.S.I.
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mundo y al hombre, y que ha dado a éste la tierra para que la domine con su trabajo y
goce de sus frutos.
   2. PRINCIPIO DE SUBSIDIARIEDAD.
• La exigencia de tutelar y promover las expresiones originarias de la sociabilidad es
subrayada por la Iglesia en la encíclica “Quadragésimo anno”, en la que el principio de
subsidiaridad se indica como principio importantísimo de la filosofía social. Como no se
puede quitar a los individuos y darlo a la comunidad lo que ellos pueden realizar con sus
propios esfuerzos, e industria, así tampoco es justo, constituyendo un grave perjuicio y
perturbación del recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas
pueden hacer y proporcionar y dárselo a una sociedad, por su propia fuerza y naturaleza,
debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero no destruirlos y absorberlos.
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¿QUÉ ESTABLECE ESTE PRINCIPIO?
 • Conforme a este principio todas las sociedades de orden superior deben ponerse en
una actitud de ayuda, o subsidio, promoción, o desarrollo, respecto de las menores.
• De esta manera, los cuerpos sociales intermedios pueden desarrollar adecuadamente
las funciones que les competen, sin deber cederlas injustamente a otras agregaciones
sociales de nivel superior, de las que terminarían por ser absorbidos y sustituidos y por
ver negada, en definitiva, su dignidad propia y su espacio vital.
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   3. PRINCIPIO DE SOLIDARIDAD.
 • La solidaridad confiere particular relieve a la intrínseca sociabilidad de la persona
humana, a la igualdad de todos en dignidad y derechos, al camino común de los
hombres y de los pueblos hacia una unidad cada vez más convencida.
• La solidaridad responde al fenómeno de la interdependencia.
• De su constante dilatación persisten, por otra parte, en todo el mundo fortísimas
desigualdades entre países en vías de desarrollo, alimentadas también por diversas
formas de explotación, de opresión y de corrupción. Se debe procurar un avance en el
plano ético social.
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LA PERSONA Y LA D. S. I.
 • “Todo hombre abierto sinceramente a la verdad y al bien, aun entre dificultades e
incertidumbres, con la luz de la razón y no sin el influjo secreto de la gracia, puede llegar
a descubrir en la ley natural escrita en su corazón (cf. Rm 2, 14-15) el valor sagrado de
la vida humana desde su inicio hasta su término, y afirmar el derecho de cada ser
humano a ver respetado totalmente este bien primario suyo. En el reconocimiento de
este derecho se fundamenta la convivencia humana y la misma comunidad política.”...
(Carta Encíclica Evangelium Vitae; Juan Pablo II; 25 de Marzo de 1995; pto. 2)
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 ¿POR QUÉ EL HOMBRE Y LA MUJER TIENEN LA MISMA DIGNIDAD?
• El hombre y la mujer tienen la misma dignidad y son de igual valor, no sólo porque
ambos, en su diversidad, son imagen de Dios, sino, más profundamente aún, porque el
dinamismo de reciprocidad que anima el “nosotros” de la pareja humana es imagen de
Dios.
•El hombre y la mujer están en relación con los demás ante todos como custodios de sus
vidas, “a todos y a cada uno reclamaré el alma humana” (Gn. 9,5), confirma Dios a Noé
después del diluvio. Desde esta perspectiva, la relación con Dios exige que se considere
la vida del hombre sagrada e inviolable.
• Además, el hombre está en relación consigo mismo y puede reflexionar sobre sí
mismo.
• Ello lo hace a través de los designios del corazón, el corazón del hombre indica las
facultades espirituales propias del hombre, sus prerrogativas en cuanto creado a imagen
de su Creador.
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•El pecado será social, cuando sea una agresión directa al prójimo. Es social todo
pecado cometido contra la justicia en las relaciones entre persona y persona, entre la
persona y la comunidad, y entre la comunidad y la persona. Es social todo pecado contra
los derechos de la persona humana, como el derecho a la vida, el derecho a la libertad, a
la integridad física, etc.
•Dentro de este tema, se encuentra, la universalidad del pecado y de la salvación. La
doctrina de la universalidad del pecado, no se debe separar de la conciencia de la
universalidad de la salvación. Si se aísla de ésta, genera una falsa angustia por el
pecado y una consideración pesimista del mundo y de la vida. El realismo cristiano ve a
los abismos del pecado, pero lo hace desde la luz de la esperanza, más grande de todo
mal, que es la presencia de Jesús. Dios quiere en él único mediador, Jesucristo su hijo,
la salvación de todos los hombres.
DIMENSIONES DE LA PERSONA.
   1. “La unidad de la persona”: esto significa que el hombre ha sido creado como
       una unidad de alma y cuerpo. A través del alma el hombre existe como un todo,
       en cuanto persona. Mediante su corporeidad, el hombre unifica en sí mismo los
       elementos del mundo material, esta dimensión le permite al hombre su inserción
       en el mundo material, lugar de su realización y de su libertad. Sin embargo, la
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   dimensión del cuerpo le hace experimentar al hombre las rebeliones del cuerpo y
   las inclinaciones perversas del corazón.
   •Por su espiritualidad, el hombre supera a la totalidad de las cosas y penetra en
   la estructura más profunda de la realidad. Cuando se adentra en su corazón, el
   hombre en su interlocución con Dios, reflexiona sobre su destino.
   •A partir de esto, el hombre tiene dos características, es un ser material, vinculado
   al mundo a través de su cuerpo, y un ser espiritual, abierto a la trascendencia.
   •Por su espiritualidad, el hombre supera a la totalidad de las cosas y penetra en
   la estructura más profunda de la realidad. Cuando se adentra en su corazón, el
   hombre en su interlocución con Dios, reflexiona sobre su destino.
   •A partir de esto, el hombre tiene dos características, es un ser material, vinculado
   al mundo a través de su cuerpo, y un ser espiritual, abierto a la trascendencia.
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   En cuanto al hombre y la mujer, ellos son dos individuos de igual dignidad, que,
   sin embargo, no poseen una igualdad estática, porque lo específico femenino es
   diverso de lo específico masculino. Esta diversidad en la igualdad, es
   enriquecedora e indispensable para una armoniosa convivencia humana. Es a
   partir de la relación que se establece entre los dos que les permite, a cada uno,
   experimentar la relación interpersonal y recíproca como un don, y como una
   misión. (a través de la familia, la procreación y la ayuda mutua).
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La Familia y la D.S.I.
  “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días san prolongados en la tierra que el
                            Señor tu Dios te da” (Éxodo 20:12)
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  ¿Qué diferencia hay entre familia y comunidad actual?
La familia se presenta como espacio de comunión que necesariamente en una sociedad
cada vez más individualista, debe contener a las personas. La existencia de familias que
viven con este espíritu pone al descubierto las carencias y contradicciones de una
sociedad que tiende a privilegiar relaciones basadas principalmente, cuando no
exclusivamente, en criterios de eficiencia, eficacia y funcionalidad.
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  ¿Qué relación hay entre trabajo y familia?
 - La relación que se da entre familia y vida económica es particularmente significativa.
Por una parte, en efecto, la “economía” nació del trabajo doméstico: la casa ha sido por
mucho tiempo, y todavía, lo sigue siendo unidad de producción y centro de vida.
- La familia es parte esencial de la vida económica, orientada no por la lógica del
mercado, sino según la lógica del compartir y de la solidaridad entre las generaciones.
- Por su parte, el trabajo esencial en cuanto representa la condición que hace posible la
fundación de una familia, cuyos medios de subsistencia se adquiere mediante el trabajo.
 MISIÓN DE LA FAMILIA.
Los cuatro cometidos básicos de la familia son:
   -   Vivir, crecer y perfeccionarse como comunidad de personas que se caracteriza
       por al unidad y la indisolubilidad.
   -   Ser un “santuario de vida”, servidora del derecho a la vida que es el derecho
       fundamental de todos los derechos humanos (no se restringe sólo a al
       procreación, sino a la transmisión de los valores humanos y cristianos)
   -   Ser “célula primera de la sociedad”, contribuye en la formación de las personas
       que van a formar parte de la sociedad civil.
   -   Ser Iglesia “doméstica”, es decir, recibir, vivir y anunciar el Evangelio.
Derechos Humanos
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MATRIMONIO
“¿No han leído, replicó Jesús, que en el principio el Creador “los hizo hombre y mujer”, y
dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los
dos llegarán a ser un solo cuerpo”? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo
que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
(Mateo 19: 4-6)
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mismo, cuyo fruto son los hijos, que, a su vez, son un don para los padres, para la entera
familia y para toda la sociedad.
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género humano, para el provecho personal de cada miembro de la familia y su suerte eterna,
para la dignidad, estabilidad, paz y prosperidad de la misma familia y de toda la sociedad
humana. Por su índole natural, la institución del matrimonio y el amor conyugal están ordenados
por sí mismos a la procreación y a la educación de la prole, con las que se ciñen como con su
corona propia. De esta manera, el marido y la mujer, que por el pacto conyugal ya no son dos,
sino una sola carne (Mt 19,6), con la unión íntima de sus personas y actividades se ayudan y se
sostienen mutuamente, adquieren conciencia de su unidad y la logran cada vez más plenamente.
Esta íntima unión, como mutua entrega de dos personas, lo mismo que el bien de los hijos,
exigen plena fidelidad conyugal y urgen su indisoluble unidad.
Cristo nuestro Señor bendijo abundantemente este amor multiforme, nacido de la fuente divina
de la caridad y que está formado a semejanza de su unión con la Iglesia. Porque así como Dios
antiguamente se adelantó a unirse a su pueblo por una alianza de amor y de fidelidad, así ahora
el Salvador de los hombres y Esposo de la Iglesia sale al encuentro de los esposos cristianos por
medio del sacramento del matrimonio. Además, permanece con ellos para que los esposos, con
su mutua entrega, se amen con perpetua fidelidad, como El mismo amó a la Iglesia y se entregó
por ella. El genuino amor conyugal es asumido en el amor divino y se rige y enriquece por la
virtud redentora de Cristo y la acción salvífica de la Iglesia para conducir eficazmente a los
cónyuges a Dios y ayudarlos y fortalecerlos en la sublime misión de la paternidad y la
maternidad. Por ello los esposos cristianos, para cumplir dignamente sus deberes de estado,
están fortificados y como consagrados por un sacramento especial, con cuya virtud, al cumplir su
misión conyugal y familiar, imbuidos del espíritu de Cristo, que satura toda su vida de fe,
esperanza y caridad, llegan cada vez más a su propia perfección y a su mutua santificación, y ,
por tanto, conjuntamente, a la glorificación de Dios.
Gracias precisamente a los padres, que precederán con el ejemplo y la oración en familia, los
hijos y aun los demás que viven en el círculo familiar encontrarán más fácilmente el camino del
sentido humano, de la salvación y de la santidad. En cuanto a los esposos, ennoblecidos por la
dignidad y la función de padre y de madre, realizarán concienzudamente el deber de la
educación, principalmente religiosa, que a ellos, sobre todo, compete.
Los hijos, como miembros vivos de la familia, contribuyen, a su manera, a la santificación de los
padres. Pues con el agradecimiento, la piedad filial y la confianza corresponderán a los
beneficios recibidos de sus padres y, como hijos, los asistirán en las dificultades de la existencia
y en la soledad, aceptada con fortaleza de ánimo, será honrada por todos. La familia hará
partícipes a otras familias, generosamente, de sus riquezas espirituales. Así es como la familia
cristiana, cuyo origen está en el matrimonio, que es imagen y participación de la alianza de amor
entre Cristo y la Iglesia, manifestará a todos la presencia viva del Salvador en el mundo y la
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auténtica naturaleza de la Iglesia, ya por el amor, la generosa fecundidad, la unidad y fidelidad de
los esposos, ya por la cooperación amorosa de todos sus miembros.
TRABAJO Y VOCACIÓN
DOCAT (segun trabajo en clase)
138 En el ejercicio de la libertad, el hombre realiza actos moralmente buenos, que
edifican su persona y la sociedad, cuando obedece a la verdad, es decir, cuando no
pretende ser creador y dueño absoluto de ésta y de las normas éticas. La libertad, en
efecto, « no tiene su origen absoluto e incondicionado en sí misma, sino en la existencia
en la que se encuentra y para la cual representa, al mismo tiempo, un límite y una
posibilidad. Es la libertad de una criatura, o sea, una libertad donada, que se ha de
acoger como un germen y hacer madurar con responsabilidad ». En caso contrario,
muere como libertad y destruye al hombre y a la sociedad.
150 La sociabilidad humana no comporta automáticamente la comunión de las personas,
el don de sí. A causa de la soberbia y del egoísmo, el hombre descubre en sí mismo
gérmenes de insociabilidad, de cerrazón individualista y de vejación del otro. Toda
sociedad digna de este nombre, puede considerarse en la verdad cuando cada uno de
sus miembros, gracias a la propia capacidad de conocer el bien, lo busca para sí y para
los demás. Es por amor al bien propio y al de los demás que el hombre se une en grupos
estables, que tienen como fin la consecución de un bien común. También las diversas
sociedades deben entrar en relaciones de solidaridad, de comunicación y de
colaboración, al servicio del hombre y del bien común.
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La D.S.I. y el Trabajo.
  ¿Existe un deber de trabajar?
La conciencia de la transitoriedad de la escena de este mundo no exime de ninguna
tarea histórica, mucho menos del trabajo, que es parte integrante de la condición
humana, sin ser la única razón de la vida.
•Ningún cristiano, por el hecho de pertenecer a una comunidad solidaria y fraterna, debe
sentirse con derecho a no trabajar y vivir a expensas de los demás.
•La Reruma Novarum y su aporte a la cuestión del trabajo. A partir de ella, la Iglesia no
ha dejado de considerar los problemas del trabajo como parte de una cuestión social que
ha adquirido progresivamente dimensiones mundiales.
•La encíclica “Laborem exercens” enriquece la visón personalista característica del
trabajo y pone de relieve las situaciones que de él se desprenden.
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  ¿Qué relación hay entre capital y trabajo?
 El trabajo, por su carácter subjetivo o personal, es superior a cualquier otro factor de
producción. Este principio vale, en particular, con respeto al capital.
La doctrina social ha abordado las relaciones entre trabajo y capital destacando la
prioridad del primero sobre el segundo, así su complementariedad. Entre trabajo y capital
debe existir complementariedad. La misma lógica intrínseca al proceso productivo
demuestra la necesidad de su recíproca compenetración y la urgencia de dar vida a
sistemas económicos en los que la antinomia entre trabajo y capital sea superada.
La Iglesia afirmaba y afirma, que ambos son en sí mismos legítimos. Ni el capital puede
subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital. (Rerum novarum; 11 1891) 109.
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  ¿Qué papel juega el trabajo en la familia?
 ► El trabajo en cuanto a la familia aporta un verdadero y valioso aporte respecto del
núcleo familiar, dado que el mismo asegura los medios de subsistencia y garantiza el
proceso educativo de los hijos.
La familia y el trabajo, deben ser atendidos con consideración en el problema del
desempleo, de modo tal que las empresas, las organizaciones profesionales, los
sindicatos y el Estado se hagan promotores de políticas laborales que no perjudiquen,
sino favorezcan el núcleo familiar desde el punto de vista ocupacional.
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  Los menores y el trabajo.
El trabajo infantil y de menores, en sus formas intolerables, constituye un tipo de
violencia menos visible, más no por ello menos terrible. Una violencia que, más allá de
todas las implicaciones políticas, económicas y jurídicas, sigue siendo esencialmente un
problema moral.
► León XIII ya advertía que se debe evitar que los menores entren en talleres antes de
que la edad haya dado el suficiente desarrollo a su cuerpo, a su inteligencia y a su alma.
► En algunos países los menores deben trabajar para ayudar al presupuesto familiar,
con ello la doctrina social denuncia el aumento de la explotación laboral de los menores
en condiciones de auténtica esclavitud.
Artículo: “Encuentro con el Mundo del Trabajo”; Parque Tunal; 3/07/1986, Colombia.
Dentro del análisis de ellos no podemos perder de vista los siguientes puntos de
análisis:
                                                                                           35
   -   Dignidad de los trabajadores y respeto de sus derechos:
Los derechos de los trabajadores, como todos los demás derechos, se basan en la
naturaleza de la persona humana y en su dignidad trascendente. El magisterio social de
la Iglesia, ha considerado oportuno enunciar algunos de ellos, indicando la conveniencia
de su reconocimiento en los ordenamientos jurídicos.
   -   El derecho a una justa remuneración y distribución de la renta:
La remuneración es el instrumento más importante para practicar la justicia en las
relaciones de trabajo. El salario justo, es el fruto legítimo del trabajo, comete una grave
injusticia quien lo niegue o no lo da a su debido tiempo y en la justa proporción.
El salario le permite al trabajador y a su familia al acceso de los bienes una vida digna en
el plano material, social, cultural, y espiritual, teniendo presentes el puesto de trabajo y la
productividad de cada uno.
El bienestar de un país no solo se mide en la cantidad de bienes y servicios que se
puedan producir, sino también teniendo en cuenta el modo en que son producidos y el
grado de equidad en la distribución de la renta, que debería permitir a todos disponer de
lo necesario para el desarrollo y el perfeccionamiento de la propia persona.
Una justa distribución del rédito debe establecerse no sólo en base a los criterios de
justicia conmutativa, sino también de justicia social, es decir, considerando, no sólo el
valor objetivo de las prestaciones laborales, la dignidad humana de los sujetos que las
realizan.
   -   El derecho de huelga.
La doctrina social reconoce la legitimidad de la huelga cuando constituye un recurso
inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado , después de haber
constatado la ineficacia de todas las demás modalidades para superar los conflictos de
huelga.
La huelga se define como “el rechazo colectivo y concertado, por parte de los
trabajadores, a seguir desarrollando sus actividades, con el fin de obtener, por medio de
la presión así realizada sobre los patrones, sobre el Estado y sobre la opinión pública,
mejoras en sus condiciones de trabajo y en su situación social.”
La huelga, debe ser siempre llevada adelante por medio pacíficos. Es inaceptable
moralmente, cuando es llevada a cabo con violencias o con el fin de obtener beneficios
que no sean directamente vinculados a las condiciones de trabajo y contrarias al bien
común.
                                                                                              36
 Solidaridad entre los trabajadores: “Los sindicatos”.
El Magisterio de la Iglesia reconoce al función fundamental de los sindicatos, cuya razón
de ser consiste en el derecho de los trabajadores a formar asociaciones o uniones para
defender los intereses vitales de los hombres y mujeres empleados/as en las diversas
profesiones. Ellos se han desarrollado sobre la lucha de los trabajadores/as, del mundo
del trabajo y, ante todos, de los trabajadores/as industriales frente a los empresarios y
propietarios de los medios de producción.
Las organizaciones sindicales, buscan un fin específico al servicio del bien común, son
un factor constructivo del orden social y de la solidaridad y, por ello, un elemento
indispensable de la vida social.
La doctrina social enseña que las relaciones en el mundo del trabajo se han de
caracterizar por la colaboración: el “odio” y la “lucha” por eliminar al otro, constituyen
métodos absolutamente inaceptables, porque en todo sistema social son indispensable
al proceso de producción: el “trabajo” y el “capital”
Los sindicatos son la expresión de la lucha por la “justicia social” por los
derechos de los hombres del trabajo, en sus profesiones específicas.
► No representan luchas de clases, ni de una estructura de una clase.
► Al sindicato le corresponde iniciar una acción de defensa normal “en favor del justo
bien”.
► En la actualidad los sindicatos deben apostar a nuevas formas de solidaridad, dado
que el contexto económico-financiero actual, está caracterizado por procesos de
globalización más rápidos. Esto genera que los sindicatos se tengan que renovar,
ampliando su radio de acción de solidaridad sobre la tutela, no sólo de categorías
laborales tradicionales, sino sobre los contratos atípicos, los trabajadores que pueden
perder su trabajo por la fusión de empresas, los trabajadores inmigrantes, los
trabajadores que no tienen una preparación, y por ello no pueden reingresar.
                                                                                             37
No se debe olvidar que el trabajo debe apuntar a su “dimensión subjetiva”, porque la
D.S.I. enseña que, el trabajo procede de personas creadas a imagen y semejanza de
Dios, que son llamadas a participar en la obra de creación dominando la tierra.
El hecho de que cambien las formas históricas de realizar el trabajo, no debe cambiar
sus exigencias permanentes, que son el respeto de los derechos inalienables del hombre
que trabaja. Cuanto mayor y con más profundidad sean los cambios, mayor debe ser la
apuesta de construir formas de solidaridad que tutele la dignidad del trabajo.
                                                                                            38
ejemplo en la educación de los hijos sobre los valores de responsabilidad y solidaridad
(que serán fundamentales para el bien común).
En relación al trabajo infantil, este debe ser considerado como un tipo de violencia y
problema moral ya que impide el correcto desarrollo de una vida digna, afecta el
crecimiento, inteligencia y alma de el niño/adolescente. Por un lado, lo relaciono con el
tema de FAMILIA, dado que esta es el ámbito esencial que se encarga de la
subsistencia de los niños y una “paternidad responsable” va a portar en el ámbito laboral
para la vida económica de la familia y permitir una buena formación de sus hijos
inculcando estos valores morales. Por otro lado, lo relaciono con los DERECHOS ya que
toda persona tiene derecho una vida digna y a la integridad, considerando el trabajo
infantil como un tipo de tortura y que no aporta a las condiciones necesarias para el
crecimiento; y también creo necesario relacionarlo con algunos PRINCIPIOS de la D.S.I:
como es el respeto de la dignidad humana, y quizás la subsidiariedad y el bien común
teniendo en cuenta de que el estado puede actuar otorgando ayuda/subsidio/apoyo
económico a aquellas familias que no cuentan con los medios suficientes para la
subsistencia y deben hacer trabajar a sus hijos, y así “gozar de una vida auténticamente
humana”.\
LOS SINDICATOS
En la encíclica “Centesimus annus”, el Papa Juan Pablo II señalaba, como una de las
consecuencias de la caída de los regímenes marxistas en Europa oriental, “el encuentro
entre la Iglesia y el Movimiento obrero” (N° 26). Esa frase resume dos hechos de gran
importancia: la existencia del movimiento obrero, y su separación con respecto a la
Iglesia durante mucho tiempo.
En el mismo texto se señala que el movimiento obrero, “nacido como una reacción de
orden ético y concretamente cristiano contra una vasta situación de injusticia, durante
casi un siglo (...) en gran parte había caído bajo la hegemonía del marxismo. (...). El
movimiento obrero desemboca en un movimiento más general de los trabajadores y de
los hombres de buena voluntad, orientado a la liberación de la persona humana y a la
consolidación de sus derechos; hoy día está presente en muchos países y, lejos de
contraponerse a la Iglesia Católica, la mira con interés”.
Vale la pena recordar que el movimiento obrero se expresa a través del sindicalismo, es
decir la organización de los trabajadores para la defensa de sus derechos como tales.
Precisamente su nacimiento se produce como consecuencia de la Revolución Industrial,
                                                                                            39
con sus secuelas: el maquinismo y la aparición y la aparición del proletariado explotado
por los propietarios del capital, y sometido a una injusta condición de miseria.
En ese contexto, nace la Doctrina Social de la Iglesia, con la publicación de la encíclica
“Rerum Novarum” de León XIII. En la “Centesimus annus” se afirma al respecto que la
encíclica y el Magisterio social, con ella, relacionado, tuvieron una notable influencia
entre los últimos años del siglo XIX y primeros del siglo XX. Este influjo quedó reflejado
en numerosas reformas introducidas en los sectores de la prevención social, las
pensiones, los seguros de enfermedad y de accidentes, todo ello en el marco de un
mayor respeto de los derechos de los trabajadores.
Las reformas fueron hechas por los Estados, pero en la lucha por conseguirlas tuvo un
papel importante la acción del Movimiento Obrero. Nacido como reacción de la
conciencia moral contra situaciones de injusticia y de daño, desarrolló una vasta
actividad sindical, reformista, lejos de las nieblas de la ideología y más cercana a las
necesidades diarias en los trabajadores.
Desde entonces el movimiento de los trabajadores ha avanzado mucho, y se ha
desarrollado de diferentes maneras según los países y las condiciones, socioeconómicas
y políticas, de cada uno. La Doctrina Social de la Iglesia afirma que “para realizar la
justicia social en las diversas partes del mundos, en los distintos países, y en las
relaciones entre ellos, son siempre necesarios nuevos movimientos de solidaridad de los
hombres del trabajo y de solidaridad con los hombres del trabajo. Esta solidaridad del
sujeto del trabajo, debe estar siempre presente allí donde lo requiere la degradación
social del sujeto del trabajo, la explotación de los trabajadores y las crecientes zonas de
miseria e incluso de hambre” (Juan Pablo II, “Laborem exercens”, N°8).
En cuanto a los sindicatos en reiteradas oportunidades la Iglesia ha proclamado el
derecho de los trabajadores a crear asociaciones profesionales, en defensa de sus
derechos. Así se ha sostenido que: “el derecho de formar tales asociaciones es un
derecho natural al hombre y a la sociedad civil ha sido instituida para defender, no para
aniquilar, el derecho natural” (Rerum novarum”, n°70).
Los sindicatos tienen características determinadas:
   -   Son asociaciones o uniones organizadas;
   -   Están integradas por trabajadores de las diversas profesiones;
   -   Sus finalidades son las de representar a los trabajadores; defender sus intereses
       vitales relacionados con el trabajo; colaborar con el funcionamiento de la
       economía.
                                                                                           40
En la encíclica “Laborem exercens” se afirma que “la experiencia histórica enseña que
las organizaciones de este tipo son un elemento indispensable de la vida social,
especialmente en las sociedades modernas industrializadas. Esto evidentemente no
significa que los trabajadores de la industria puedan instituir asociaciones de este tipo.
Los representantes de cada profesión pueden servirse de ellas para asegurar sus
respectivos derechos” (N°20)
Como toda asociación intermedia que son los sindicatos se transforman en un nexo de
conexión entre el Estado y las personas y las empresas, y participan activamente de las
relaciones que se dan entre ellos.
ECONOMÍA Y D.S.I.
¿PARA QUE SIRVE LA RIQUEZA? Los bienes, aun cuando son poseídos
legítimamente, conservan siempre un destino universal.
                                           BIEN COMÚN
                                       /                \
                 PROPIEDAD PRIVADA —————-FUNCIÓN SOCIAL
                                                                                             41
Los Padres de la Iglesia insisten en la necesidad de la conversión de la transformación
de las conciencias de los creyentes, más que en la exigencia de cambiar las estructuras
sociales y políticas de su tiempo.
Las riquezas son un bien que viene de Dios: quien lo posee lo debe usar y hacer circular,
de manera que también los necesitados puedan gozar de él.
                                                                                            42
   Se debe lograr, que las personas, alcancen un desarrollo cualitativo y desarrollo
                                            cuantitativo.
                                                                                           43
   2. Los precios de los bienes y servicios que ellos deben adquirir, lo cuales son
         necesarios, para poder satisfacer sus necesidades. (sobre todo, las necesidades
         básicas).
   3. La estabilidad monetaria y la inflación.
   4. La existencia de trabajo o su contracara, que sería el desempleo.
                                                                                           44
  ¿Qué opina la D.S.I. sobre la iniciativa particular en la economía?
La iniciativa económica debe gozar de un espacio amplio. El Estado tiene la obligación
moral de imponer vínculos restrictivos sólo en ordena las incompatibilidades entre la
persecución del bien común y el tipo de actividades económicas puesta en marcha, o
sus modalidades de desarrollo.
La actividad inventiva es un elemento esencial en el campo de la economía y, el principal
artífice de esto es el hombre, él descubre el potencial de la tierra y sus recursos a través
de su inteligencia y los hace producir.
(Anexo Cristiano frente la pobreza) Compendio 325: Jesús asume toda la tradición del
Antiguo Testamento, también sobre los bienes económicos, sobre la riqueza y la
pobreza, confiriéndole una definitiva claridad y plenitud (cf. Mt 6,24 y 13,22; Lc 6,20-24 y
12,15-21; Rm 14,6-8 y 1 Tm 4,4). Él, infundiendo su Espíritu y cambiando los corazones,
instaura el « Reino de Dios », que hace posible una nueva convivencia en la justicia, en
la fraternidad, en la solidaridad y en el compartir. El Reino inaugurado por Cristo
perfecciona la bondad originaria de la creación y de la actividad humana, herida por el
pecado. Liberado del mal y reincorporado en la comunión con Dios, todo hombre puede
continuar la obra de Jesús con la ayuda de su Espíritu: hacer justicia a los pobres, liberar
a los oprimidos, consolar a los afligidos, buscar activamente un nuevo orden social, en el
que se ofrezcan soluciones adecuadas a la pobreza material y se contrarresten más
eficazmente las fuerzas que obstaculizan los intentos de los más débiles para liberarse
de una condición de miseria y de esclavitud. Cuando esto sucede, el Reino de Dios se
hace ya presente sobre esta tierra, aun no perteneciendo a ella. En él encontrarán
finalmente cumplimiento las promesas de los Profetas.
                                                                                          45
INICIATIVA PRIVADA.
                                                                                             46
   ●   LA EMPRESA Y SUS FINES.
¿Cuál es la función económica de la empresa?
Según la D.S.I., la empresa debe caracterizarse por la capacidad de servir al bien común
de la sociedad mediante la producción de bienes y servicios útiles. A partir de ello,
las empresas producen bienes y servicios con una lógica de eficiencia y de satisfacción
de los intereses implicados, la empresa crea riqueza para sí y para todo los sujetos
interesados en su actividad.
 ¿Cuál es la función social de la empresa según la D.S.I.?
a empresa desempeña también una función social, creando oportunidades de encuentro,
de colaboración, de valoración de las capacidades de las personas implicadas. Esto
quiere decir que el objetivo de la empresa se debe llevar a cabo en términos y con
criterios económicos, pero sin descuidar el desarrollo de la persona y de la sociedad.
(VISIÓN PERSONALISTA COMUNITARIA).
La Doctrina Social de la Iglesia, menciona que los componentes de la empresa deben
ser conscientes de que la comunidad en la que trabajan representan un bien para todos.
¿Por qué dice esto la D.S.I?: Sólo esta conciencia permite llegar a construir una
economía al servicio del hombre y elaborar un proyecto de cooperación real entre las
partes sociales.  ¿Qué principio de la D.S.I. subyace aquí?.......
                                                                                             49
ni pueden ser simples mercancías »,731 bienes no negociables según la regla del «
intercambio de equivalentes » y la lógica del contrato, típicas del mercado.
350 El mercado asume una función social relevante en las sociedades contemporáneas,
por lo cual es importante identificar sus mejores potencialidades y crear condiciones que
permitan su concreto desarrollo. Los agentes deben ser efectivamente libres para
comparar, evaluar y elegir entre las diversas opciones. Sin embargo la libertad, en
ámbito económico, debe estar regulada por un apropiado marco jurídico, capaz de
ponerla al servicio de la libertad humana integral: « La libertad económica es solamente
un elemento de la libertad humana. Cuando aquélla se vuelve autónoma, es decir,
cuando el hombre es considerado más como un productor o un consumidor de bienes
que como un sujeto que produce y consume para vivir, entonces pierde su necesaria
relación con la persona humana y termina por alienarla y oprimirla ».732
351 La acción del Estado y de los demás poderes públicos debe conformarse al principio
de subsidiaridad y crear situaciones favorables al libre ejercicio de la actividad
económica; debe también inspirarse en el principio de solidaridad y establecer los límites
a la autonomía de las partes para defender a la más débil.733 La solidaridad sin
subsidiaridad puede degenerar fácilmente en asistencialismo, mientras que la
subsidiaridad sin solidaridad corre el peligro de alimentar formas de localismo egoísta.
Para respetar estos dos principios fundamentales, la intervención del Estado en ámbito
económico no debe ser ni ilimitada, ni insuficiente, sino proporcionada a las exigencias
reales de la sociedad: « El Estado tiene el deber de secundar la actividad de las
empresas, creando condiciones que aseguren oportunidades de trabajo, estimulándola
donde sea insuficiente o sosteniéndola en momentos de crisis. El Estado tiene, además,
el derecho a intervenir, cuando situaciones particulares de monopolio creen rémoras u
obstáculos al desarrollo. Pero, aparte de estas incumbencias de armonización y
dirección del desarrollo, el Estado puede ejercer funciones de suplencia en situaciones
excepcionales ».734
352 La tarea fundamental del Estado en ámbito económico es definir un marco jurídico
apto para regular las relaciones económicas, con el fin de « salvaguardar... las
condiciones fundamentales de una economía libre, que presupone una cierta igualdad
entre las partes, no sea que una de ellas supere talmente en poder a la otra que la
pueda reducir prácticamente a esclavitud ».735 La actividad económica, sobre todo en
un contexto de libre mercado, no puede desarrollarse en un vacío institucional, jurídico y
político: « Por el contrario, supone una seguridad que garantiza la libertad individual y la
propiedad, además de un sistema monetario estable y servicios públicos eficientes ».736
                                                                                           50
Para llevar a cabo su tarea, el Estado debe elaborar una oportuna legislación, pero
también dirigir con circunspección las políticas económicas y sociales, sin ocasionar un
menoscabo en las diversas actividades de mercado, cuyo desarrollo debe permanecer
libre de superestructuras y constricciones autoritarias o, peor aún, totalitarias.
353 Es necesario que mercado y Estado actúen concertadamente y sean
complementarios. El libre mercado puede proporcionar efectos benéficos a la
colectividad solamente en presencia de una organización del Estado que defina y oriente
la dirección del desarrollo económico, que haga respetar reglas justas y transparentes,
que intervenga también directamente, durante el tiempo estrictamente necesario,737 en
los casos en que el mercado no alcanza a obtener los resultados de eficiencia deseados
y cuando se trata de poner por obra el principio redistributivo. En efecto, en algunos
ámbitos, el mercado no es capaz, apoyándose en sus propios mecanismos, de
garantizar una distribución equitativa de algunos bienes y servicios esenciales para el
desarrollo humano de los ciudadanos: en este caso, la complementariedad entre Estado
y mercado es más necesaria que nunca.
354 El Estado puede instar a los ciudadanos y a las empresas para que promuevan el
bien común, disponiendo y practicando una política económica que favorezca la
participación de todos sus ciudadanos en las actividades productivas. El respeto del
principio de subsidiaridad debe impulsar a las autoridades públicas a buscar las
condiciones favorables al desarrollo de las capacidades de iniciativa individuales, de la
autonomía y de la responsabilidad personales de los ciudadanos, absteniéndose de
cualquier intervención que pueda constituir un condicionamiento indebido de las fuerzas
empresariales.
En orden al bien común, proponerse con una constante determinación el objetivo del
justo equilibrio entre la libertad privada y la acción pública, entendida como intervención
directa en la economía o como actividad de apoyo al desarrollo económico. En cualquier
caso, la intervención pública deberá atenerse a criterios de equidad, racionalidad y
eficiencia, sin sustituir la acción de los particulares, contrariando su derecho a la libertad
de iniciativa económica. El Estado, en este caso, resulta nocivo para la sociedad: una
intervención directa demasiado amplia termina por anular la responsabilidad de los
ciudadanos y produce un aumento excesivo de los aparatos públicos, guiados más por
lógicas burocráticas que por el objetivo de satisfacer las necesidades de las
personas.738
355 Los ingresos fiscales y el gasto público asumen una importancia económica crucial
para la comunidad civil y política: el objetivo hacia el cual se debe tender es lograr una
                                                                                             51
finanza pública capaz de ser instrumento de desarrollo y de solidaridad. Una Hacienda
pública justa, eficiente y eficaz, produce efectos virtuosos en la economía, porque logra
favorecer el crecimiento de la ocupación, sostener las actividades empresariales y las
iniciativas sin fines de lucro, y contribuye a acrecentar la credibilidad del Estado como
garante de los sistemas de previsión y de protección social, destinados en modo
particular a proteger a los más débiles.
La finanza pública se orienta al bien común cuando se atiene a algunos principios
fundamentales: el pago de impuestos 739 como especificación del deber de solidaridad;
racionalidad y equidad en la imposición de los tributos; 740 rigor e integridad en la
administración y en el destino de los recursos públicos.741 En la redistribución de los
recursos, las finanza pública debe seguir los principios de la solidaridad, de la igualdad,
de la valoración de los talentos, y prestar gran atención al sostenimiento de las familias,
destinando a tal fin una adecuada cantidad de recursos.742
356 El sistema económico-social debe caracterizarse por la presencia conjunta de la
acción pública y privada, incluida la acción privada sin fines de lucro. Se configura así
una pluralidad de centros de decisión y de lógicas de acción. Existen algunas categorías
de bienes, colectivos y de uso común, cuya utilización no puede depender de los
mecanismos del mercado 743 y que tampoco es de competencia exclusiva del Estado.
La tarea del Estado, en relación a estos bienes, es más bien la de valorizar todas las
iniciativas sociales y económicas, promovidas por las formaciones intermedias que
tienen efectos públicos. La sociedad civil, organizada en sus cuerpos intermedios, es
capaz de contribuir al logro del bien común poniéndose en una relación de colaboración
y de eficaz complementariedad respecto al Estado y al mercado, favoreciendo así el
desarrollo de una oportuna democracia económica. En un contexto semejante, la
intervención del Estado debe estructurarse en orden al ejercicio de una verdadera
solidaridad, que como tal nunca debe estar separada de la subsidiaridad.
357 Las organizaciones privadas sin fines de lucro tienen su espacio específico en el
ámbito económico. Estas organizaciones se caracterizan por el valeroso intento de
conjugar armónicamente eficiencia productiva y solidaridad. Normalmente, se
constituyen en base a un pacto asociativo y son expresión de la tensión hacia un ideal
común de los sujetos que libremente deciden su adhesión. El Estado debe respetar la
naturaleza de estas organizaciones y valorar sus características, aplicando
concretamente el principio de subsidiaridad, que postula precisamente el respeto y la
promoción de la dignidad y de la autónoma responsabilidad del sujeto « subsidiado ».
                                                                                            52
IDEOLOGÍAS Y D.S.I
Liberalismo
Vamos a comenzar a desarrollar el tema, a través del cual, nosotros vamos a precisar
que es una ideología. Para ello nos vamos a remitir al Documento de Puebla, según el
cual una ideología “es toda concepción que ofrezca una visión de los distintos aspectos
de la vida, desde el ángulo de un grupo determinado de la sociedad” (N° 535)
Toda ideología manifiesta las aspiraciones de un grupo, que tiene una visión
determinada del hombre, de la sociedad, de las relaciones entre las personas, de la
religión, de la política, de la economía, etc.
Como esa visión corresponde a un sector de la sociedad, siempre será parcial, porque
“ningún grupo particular puede pretender identificar sus aspiraciones con las de las
sociedad global”.
Las ideologías pueden ser legítimas, si defienden intereses legítimos y respetan los
derechos fundamentales de los demás grupos sociales. Entonces, son incluso útiles y
necesarias, ya que sirven para promover acciones que, en este caso, pueden contribuir
al bien común.
Sin embargo, las ideologías llevan en sí mismas las tendencias de absolutizar: los
intereses que defienden, la visión que proponen, y la estrategia que promueven.
Esto es peligrosos, porque cuando ello ocurre, la ideología se convierte un fenómeno
dinámico que puede llegar a ser arrogador y contagioso. Algunas características de las
ideologías, cuando llegan a este punto, son:
   1. se presentan como una explicación última y suficiente de todo;
   2. se convierten en una especie de ídolo, del cual se acepta a veces el carácter
       totalitario y obligatorio;
   3. adquieren una fuerza de conquista, un fervor y una mística especial;
   4. son capaces de traspasar los distintos ambientes (familia, trabajo, universidades,
       instituciones, etc.) con sus “slogans” y sus criterios.
   5. intentan usara a las personas y a las instituciones, poniéndolas al servicio de sus
       propios fines.
Muchas personas llegan a impregnarse con los criterios de una ideología, y terminan
defendiéndolos sin darse cuenta y sin haber adherido voluntariamente a esa doctrina.
Por todo eso, la Doctrina Social de la Iglesia insiste en la necesidad de analizar son
sumo cuidado las ideologías, tanto las que quieren mantener una situación, como las
                                                                                         53
que pretenden cambiarla, para rescatar lo que tenga de positivo, y criticar aspectos
negativos.
Ejemplo de estas ideologías son: el liberalismo, el socialismo, el marxismo, el nacional-
socialismo (nazismo), el fascismo, etc.
¿LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA PUEDE SER CONSIDERADA UNA IDEOLOGÍA?
Es necesario aclarar que ni el Evangelio, ni la Doctrina o Enseñanza Social que de él
proviene son ideologías” (Documento de Puebla N°540.
Al contrario, la Doctrina Social de la Iglesia cuestionan los límites y ambigüedades de las
diferentes ideologías y criticar sus errores.
“La fe cristiana se sitúa por encima y a veces en oposición a las ideologías en la medida
   en que reconoce a Dios, trascedente y creador, que interpela a través de todos los
   niveles de los creado al hombre como libertad responsable” (Pablo VI, “Octogésima
                                      adveniens”, N°27)
La Doctrina Social de la Iglesia es la cuidadosa formulación del resultado de una atenta
reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el
contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial. Su objetivo principal es
interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que el
evangelio enseña acerca del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente,
para orientar en consecuencia la conducta cristiana. Por tanto, no pertenece al ámbito de
la ideología, sin al de la teología, y especialmente de la teología moral” (Juan Pablo II,
“Sollicitudo rei sociales, N°41).
Por ello, vamos a ir analizando ideologías como el liberalismo y el socialismo, a la luz de
la Doctrina Social de la Iglesia. Comenzamos por analizar este vídeo (VER EN
CLASSROOM), a partir de las siguientes preguntas disparadoras: ¿Cómo surge el
liberalismo? ¿Qué dos límites están marcados dentro de esta ideología? ¿Qué es el
liberalismo económico?
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2. El principio de la soberanía popular. Este principio, definido por el Jesuita español
   Francisco Suárez, sostiene que si bien la autoridad proviene de Dios, está
   depositada en el pueblo, y es éste quien de algún modo la delega en los
   gobernantes. Hasta entonces, en cambio, generalmente se aceptaba que la
   autoridad real provenía directamente de Dios. Como se ve, el principio de la
   soberanía popular está basado en la idea del hombre como ser eminentemente
   social.
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Socialismo
Para comenzar ustedes han visto en su materia de filosofía, lo que refiere a socialismo,
por lo que haremos un breve repaso de ello, y luego vamos a introducirnos a lo que
corresponde con la visión de la D.S.I. sobre este tema.
Cuando hablamos de socialismo, vemos que a lo largo del tiempo que se han aplicado a
realidades muy diversas. Muchos estados comunistas se han identificado con el
socialismo, empezando por la U.R.S.S.; al mismo tiempo, existen muchísimos partidos
políticos “socialistas” en países democráticos, integrados al sistema y alejados de sus
principios, como el marxismo- leninismo.
Ya pasando a detallar sobre ello, los fundamentos que tiene se podrían resumir en estos
puntos:
   -   La comprobación de una situación de injusticia: la miseria de los sectores más
       desprotegidos de la sociedad, la explotación de los trabajadores etc.
   -   La crítica al sistema capitalista liberal, al que se considera el responsable de esa
       situación de injusticia e incapaz de solucionarla.
   -   La convicción sobre el valor de la persona humana como ser libre y responsables,
       aunque muchas veces unida a una concepción materialista.
   -   La exaltación de la igualdad como valor fundamental de la vida social.
   -   La concepción del trabajo como el origen de todo valor económico y de la
       sociedad como una comunidad de trabajadores.
   -   El ideal de una sociedad justa e igualitaria en la que lo individual esté subordinado
       a lo comunitario.
   -   El Estado considerado como responsable de la comunidad, para lo cual debe ser
       poderoso, capaz de planificar la vida económica y controlar la educación, los
       servicios de salud, la política, etc.
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Ya más adentrado en el tiempo el Papa Pablo VI, en 1971: Hoy día, los cristianos se
sienten atraídos por las corrientes socialistas y sus diversas evoluciones. Ellos tratan de
reconocer allí un cierto número de aspiraciones que llevan dentro de sí mismos en
nombre de su fe. (...). Ahora bien, esta corriente histórica asume diversas formas, bajo
un mismo vocablo, según los continentes y las culturas, aunque ha sido y sigue inspirada
en muchos casos por ideologías, incompatibles con la fe. Se impone un atento
discernimiento. (...). Esta perspectiva permitirá a los cristianos el grado de compromiso
posible en estos caminos, quedando a salvo los valores en particular de la libertad, de la
responsabilidad, y de apertura a los espiritual, que garantizan el desarrollo integral del
hombre” (“Octogésima adveniens”, N°31).
El Marxismo
El uso continuo y el paso del tiempo han hecho que el término marxismo tenga hoy
diferentes significados, sus usos más frecuentes son:
   -   Como una concepción filosófica;
   -   Como una teoría económica-política;
   -   Como una propuesta de cambio y revolución social.
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otra cosa, por muy espirituales que sean, no son más que reflejo de la materia. Surge
así, el “materialismo dialéctico”.
Pero Marx no es solamente un filósofo; su principal preocupación es la historia y el
destino del hombre. Dicho con sus palabras “hasta ahora los filósofos no hicieron más
que dar interpretaciones del mundo; lo que se necesita es cambiarlo”
Nace entonces el “materialismo histórico”, es decir, la aplicación de las leyes del
materialismo dialéctico al análisis de la historia y la transformación de la realidad
presente y futura.
ESTRUCTURA Y SUPERESTRUCTURA.
Marx afirma que la sociedad humana se encuentra dividida en dos grandes bloques: la
estructura y la superestructura.
La estructura está formada por:
   1. las fuerzas productivas materiales (herramientas, máquinas, conocimiento
       tecnológico);
   2. las relaciones de producción (las relaciones que en función de la producción
       tienen los hombres entre sí y con las cosas).
La estructura es la verdadera y única base real de la sociedad. Todas las demás formas
sociales (arte, derecho, filosofía, religión, Estado, etc.) por muy sólidas e independientes
que parezcan, no son más que una “superestructura”, es decir, un reflejo o un resultado
de aquella base material.
Cada diferente etapa histórica de desarrollo de los medios de producción, es decir cada
diferente estructura o base, tendrá su arte, su derecho, su religión o su filosofía, es decir,
su propia superestructura.
Marxismo como teoría económica – política.
En este aspecto se introduce de lleno en el análisis de la propiedad de los medios de
producción. En este aspecto desarrolla y profundiza el concepto de plusvalía.
En lo referente al Estado, dice que es una creación de una clase para mantener y
acentuar la dominación. El Estado es para él una superestructura que corresponde a una
estructura o base: la propiedad privada de los medios de producción.
Marxismo como propuesta de cambio social.
El paso de la sociedad capitalista a la sociedad comunista se hará, para el
marxismo-leninismo, mediante la producción de algunos fenómenos sociales bien
definidos. Y que se los puede enumerar en los siguientes: la lucha de clases, la
revolución proletaria, la dictadura del proletariado, la sociedad comunista
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CIENCIA y TÉCNICA
Una característica notable de nuestra época ha sido el avance vertiginoso de las ciencias
y de la técnica. Mediante la investigación científica, le hombre ha alcanzado niveles de
conocimiento sobre la naturaleza impensables hace pocos años: la física nuclear, la
genética, la astronomía y, en general, las diferentes disciplinas científicas han dado un
gigantesco salto hacia adelante.
Más espectacular todavía es el progreso de la técnica, realmente explosivo. La invención
de las computadoras, el transistor, los circuitos integrados, etc. Ha dado lugar a
aplicaciones cada vez mayores de la electrónica en la industria, en las comunicaciones,
en las oficinas y hasta en el hogar. En la medicina, los métodos de diagnóstico, las
técnicas quirúrgicas y los medicamentos nuevos permiten tratar enfermedades antes
incurables. El uso de satélites posibilita la comunicación instantánea con cualquier lugar
de la tierra, mediante el teléfono, la televisión, el fax o el correo electrónico: los aviones
pueden transportar personas o cosas en pocas horas a través de mares y continentes....
Este progreso, sin embargo, no ha sido utilizado siempre en beneficio de los hombres.
Subsisten en el planeta el hambre, la miseria y la ignorancia; la vida humana es tratada
irresponsablemente tanto antes como después de su nacimiento, la tecnología genética
plantea nuevos problemas, la energía atómica puede ser utilizada para la destrucción,
los productos químicos contaminan el agua y el aire, etc.
Puede decirse que prácticamente todas las tecnologías pueden ser usadas en favor o
en contra del hombre, para su progreso o para su degradación y destrucción.
Benedicto XVI ha dicho: “Desde los satélites que observan las diversas fases del
universo, el cual paradójicamente resulta cada vez más pequeño, hasta las máquinas
más sofisticadas utilizadas para la ingeniería biomédica, todo muestra la grandeza del
intelecto humano, que, según el mandato bíblico, está llamado a “dominar” toda la
creación (Gn. 2,15). Sin embargo, todas esas conquistas entrañan siempre un riesgo
sutil: que el hombre confíe sólo en la ciencia y se olvide de levantar la mirada más allá
de sí mismo hacia el Ser trascendente, Creador de todo, que en Jesucristo ha revelado
su rostro de Amor” (Mensaje a un congreso sobre “De telescopio de Galileo a la
cosmología evolutiva” 26/11/09). Fuente: Bardinelli, Rodolfo L.y Carlos Luis Galán;
Manual de la Doctrina Social de la Iglesia; 6 ed.; Buenos Aires; Guadalupe; 2012; pág.
312)
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(Anexar actividad)
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vivos, con la posibilidad de consecuencias notables a largo plazo, no es lícito actuar con
irresponsabilidad ni a la ligera.
Por su parte, esta intervención de la ciencia en los campos de la vida humana, podrá
hacer un desarrollo y avance que si son realizados con criterio de solidaridad, pueden
llegar a realizar beneficios a todos los hombres y mujeres a nivel mundial.
Ante esta situación, la D.S.I. hace un llamamiento a todos de trabajar
mancomunadamente con el objetivo de que el conocimientos científicos a todos los
países a nivel internacional.
Se ha de facilitar, en primer lugar, el intercambio comercial equitativo, libre de vínculos
injustos. Sin embargo, la promoción del desarrollo de los pueblos más necesitados no
será auténtica y eficaz si se reduce al mero intercambio de productos. Es indispensable
favorecer también la maduración de una necesaria autonomía científica y tecnológica por
parte de esos mismos pueblos, promoviendo elintercambio de conocimientos científicos
y tecnológicos y la transferencia de tecnologías hacia los países en vías de desarrollo.
Esta situación va a obligar a los países y a sus autoridades a realizar todos los esfuerzos
necesarios en materia de inversiones destinadas a la biotecnología, pero siempre,
respetando las particularidades del propio territorio y de la propia población.
  ¿A qué sectores y agentes se va encaminando el llamado principio de solidaridad en
                                       esta materia?
Este principio, que vale para toda actividad económica, resulta particularmente
importante cuando se trata de actividades relacionadas con la alimentación, la medicina,
la protección del medio ambiente y el cuidado de la salud.
Los empresarios y los responsables de los entes públicos interesados pueden orientar,
con sus decisiones, el sector de las biotecnologías hacia metas con un importante
impacto en lo que se refiere a la lucha contra el hambre, especialmente en los países
más pobres, la lucha contra las enfermedades y la lucha por salvaguardar el ecosistema,
patrimonio de todos.
Ahora bien, existe otro campo en el cual la ciencia avanza y en el cual la D.S.I. hace un
llamado de atención respecto al objeto de su accionar, este es en el caso de que sea la
misma persona la involucrada como objeto de la investigación científica.
La ciencia debe guardar un límite que está dado por la moral. Esto se advierte en casos
como el de la clonación.
Sobre esto se ha pronunciado la D.S.I. con voz fuerte y clara sobre la problemática que
este tema trae aparejado.
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Y la problemática fundamental es la intervención que el hombre hace, arrogándose la
posición de Dios.
Más aún, otra problemática que se cierne sobre este tema son las desconocidas
consecuencias que traerá aparejado este tipo de pretendidas prácticas e intervenciones
científicas.
¿De qué hablamos cuando hablamos de clonación?
   La clonación humana consiste en la creación artificial de embriones humanos, con
                    patrimonio genético idéntico al de otro ser humano.
Es una técnica de reproducción asexual, encaminada a producir individuos
biológicamente iguales a otro que proporciona el patrimonio genético.
Hace muchos años se habla de este tema, y sobre todo cuando apareció la oveja “Dolly”,
obtenida mediante método de clonación.
Esto es un problema que se plantea a la comunidad actual. Mas es de suma gravedad,
cuando se pretende realizar clonaciones humanas sea cual fuera la finalidad perseguida.
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DOCTRINA SOCIAL Y MEDIO AMBIENTE
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► Los Padres Conciliares subrayan también el hecho de que “cuanto más se acrecienta
el poder del hombre, más amplia es su responsabilidad individual y colectiva” (Concilio
Vaticano II, Const. Past. Gaudium et spes, 34: AAS 58 1966). Toda actividad debe en
caminarse, según el designio de Dios y su voluntad, al bien de la humanidad.
► El Magisterio, señala que la Iglesia no se opone en modo alguno al progreso de la
ciencia y técnica, al contrario, lo considera un maravilloso producto de la creatividad
humana donada por Dios, ellas nos han proporcionado estupendas posibilidades y nos
hemos beneficiados de ellas.
► El Magisterio de la Iglesia dice que la aplicación de la técnica y la ciencia deben ser
hechos respetando una “recta aplicación”. Dado que ella pueden ser usadas para
beneficiar al hombre, pero también, para su degradación. Por esta razón, es necesario
mantener una actitud de prudencia y analizar con ojo atento, la naturaleza, la finalidad y
los modos de las diversas formas de tecnologías aplicadas. Los científicos deben utilizar
sus conocimientos sabiendo subordinarlos a la moral que respetan la dignidad del
hombre.
► El punto central de la aplicación de toda ciencia y técnica es, el respeto del hombre,
que debe ir acompañado por una necesaria actitud de respeto hacia las demás criaturas.
Inclusive cuando se plantea una alteración de éstas, conviene tener en cuenta la
naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado. En este sentido,
aún no se ha podido determinar el alcance en la naturaleza provocadas por una
indiscriminada manipulación genética y por el desarrollo irreflexivo de nuevas especies
de plantas y formas de vida animal, inclusive las inaceptables intervenciones sobre el
origen de la misma vida humana.
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► Si en cambio, interviene sobre la naturaleza sin abusar de ella ni dañarla, se puede
decir que interviene no para modificarla, sino para ayudarla en línea de desarrollo, la
querida por Dios.
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