Rhemjc Es - Raemjc Especial
Rhemjc Es - Raemjc Especial
Obras publicadas
1. Organizador de Reflexões e nismo, Renascença e protestan-
exemplos de Santos, oportunos tismo (1992).
para nossos dias (1984). 7. Mãe do Bom Conselho
2. Fr. Santiago Ramírez, OP. A (1992-2016).
Champion of the Angelic Doctor 8. Organizador de Despreocupa-
Advances His Work (1984). dos… rumo à guilhotina. A au-
3. Fr. Cabreros de Anta, CMF. A todemolição do Ancien Régime
Firm Pillar of Canon Law in (1993).
Our Century (1986). 9. Victorino Rodríguez y Rodrí-
4. Cardinal Stickler. Salesian, Eru- guez, OP. A Star of Thomism
dite and Librarian of the Holy Shines on Catholic Culture
Catholic Church (1987). Amid the Store of the Contem-
5. Antonio Royo Marín, OP. A porary Crisis (1995).
Master on the Spiritual Life, a 10. Dona Lucilia (1995-2013).
Brilliant Preacher and a Famous 11. Pequeno Ofício da
Writer (1987). Imaculada Conceição co-
6. Organizador de Como ruiu a mentado (1997‑2010), en dos
Cristandade medieval? Huma- volúmenes.
Dotado de un admirable don de oratoria, demostró siempre gran celo en la
propagación de las verdades de la fe, infundiendo valentía en la práctica de
la virtud y certeza en la victoria de la Santa Iglesia Católica. Por ello, en una
proficua actividad intelectual y pastoral, que ejerció desde los comienzos de
su vocación hasta sus últimos días, destacó su faceta de escritor, siendo autor
de casi treinta obras publicadas, algunas de ellas con una tirada superior a los
dos millones de ejemplares y muchas traducidas a otros idiomas.
Fue condecorado en varios países por su actividad evangelizadora, cul-
tural, científica e incluso militar. En el ámbito de las armas, recibió la Me-
dalla Mariscal Hermes, entregada por el 2.º Batallón de Policía del Ejército
Brasileño, y el Diploma Amigo del Regimiento Raposo Tavares, entregado
por el 4.º Batallón de Infantería Ligera – Cuartel Quitaúna, ambos de parte
del Ministerio de Defensa. Instituciones civiles también lo galardonaron con
la Placa de Reconocimiento y el Collar de Honor al Mérito, otorgados por
la Asamblea Legislativa del estado de São Paulo, con la Medalla Anchieta,
la mayor honra de la Cámara Municipal de São Paulo, y con la Medalla Ti-
radentes, la mención más alta de la Asamblea Legislativa del estado de Río
de Janeiro. Entre las distinciones académicas se encuentran la elevación a
miembro de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino, de España, y de la
Academia Mexicana de Ciencias, así como el Premio PROIN y el título de
doctor honoris causa, otorgado por el Centro Universitario Ítalo Brasileño.
En el terreno eclesiástico, fue elegido miembro efectivo de la Pontificia
Academia de la Inmaculada, de la Ciudad Eterna, y de la Academia Marial
de Aparecida, de Brasil. Benedicto XVI lo nombró canónigo honorario de la
basílica papal de Santa María la Mayor, de Roma, y protonotario apostólico,
además de conferirle la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, en reconocimien-
to a su labor en pro de la Santa Iglesia Católica.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 24 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 78
El fundador Víctima expiatoria
Edita: Recorriendo el camino Con Cristo sufrió, para ser
Salvadme Reina de Fátima
de los embajadores de Dios glorificado con Él
Dep. Legal: M-40.836- 1999
Tel. sede operativa 912 770 770
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 30 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 84
www.salvadmereina.org
correo@salvadmereina.org La paternidad de Misión «post mortem»
Mons. João ¿Ocaso o aurora?
«¡Es un padre y una
madre!»
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 36 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 90
Caballero de la Iglesia Solemnes exequias
«¡Eres de la estirpe de los por el alma de Mons. João
Los artículos de esta revista podrán
ser reproducidos, indicando su fuente y héroes y de los santos!»
enviando una copia a la redacción.
El contenido de los artículos es responsabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 42 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 94
de los respectivos autores.
Sumario
bremanera elocuente: «Una columna en
el templo de mi Dios» (Ap 3, 12).
De hecho, en medio de la debacle de
la sociedad hodierna y de una infidelidad
casi endémica en el seno de la Santa Igle-
sia, este varón, como una columna entre
ruinas, mantuvo una adhesión inquebran-
table a la verdadera doctrina católica y a
su indeleble moral, encarnando el ideal
mismo del sacerdote probo; como la co-
lumna de nubes y de fuego que guiaba a Al considerar
los hebreos en el desierto (cf. Éx 13, 21),
condujo por esos mismos caminos a una
los diversos
multitud de hijos espirituales; y como la
columna impertérrita de un ejército, es-
aspectos de la
Leandro Souza
coltado por tropas débiles pero fieles, figura de nuestro
combatió con denuedo y perseverancia
el noble combate que tal fidelidad llevaba padre espiritual
consigo, acabó la carrera que la Providen-
cia le había trazado y conservó su fe hasta
Monseñor João en abril de 2017
presentados en las
el final (cf. 2 Tim 4, 7).
En este sentido Mons. João personifi-
que Mons. João fue un instrumento par-
ticularmente bendito y dócil a la acción
próximas páginas,
có, con admirable precisión, las intuicio-
nes proféticas de San Luis María Grig-
del Paráclito para atraer a la tierra el Rei-
no de María, profetizado por la propia
invitamos
nion de Montfort al delinear el perfil Virgen en Fátima, cuando dijo: «Por fin, al lector a tener
moral de los santos que Dios suscitaría mi Inmaculado Corazón triunfará».
en un futuro no muy lejano a su época, En los escritos de San Luis Grignion, como telón de
para constituir la era histórica en la que ese Reino se identifica con aquel que el
la Santísima Virgen reinaría en todos los Espíritu Santo edificará mediante una fondo el hecho
corazones: «Hombres llenos del Espíritu
Santo y del espíritu de María, por quie-
acción profunda en las almas —en Ma-
ría, por María y con María—, de tal ma-
de que él fue un
nes esta divina Soberana hará grandes
maravillas en la tierra, para destruir el
nera que haga brillar como nunca antes
en la historia los esplendores de la gracia
instrumento
pecado y establecer el Reino de Jesucris- divina ocultos durante siglos en el Cora- dócil a la acción
to, su Hijo, sobre el del mundo corrompi- zón de la Virgen Purísima.
do» (Le secret de Marie, n.º 59). Desde este punto de vista, podemos del Paráclito
Y por su unión con Nuestra Señora, a afirmar que el fundador de los Heraldos
él también se le pueden aplicar estas pala- del Evangelio ha sido un verdadero pre- para atraer a la
bras del santo francés sobre las almas más
particularmente unidas a Ella: «Cuando el
cursor de ese Reino, anticipando en sí
mismo aquello que, de las formas más di-
tierra el Reino
Espíritu Santo, su Esposo, la encuentra en
un alma, allí vuela, entra en ella en pleni-
versas, se realizará en todos los que, per-
maneciendo fieles en medio de tinieblas
de María
tud, y se comunica a esta alma abundante- cada vez más densas que cubren el mun-
mente, tanto como sitio le deje esta alma a do, lleguen a contemplar la aurora radian-
su Esposa» (Traité de la vraie dévotion à te de ese día divino y marial que pronto
la Sainte Vierge, n.º 36). amanecerá sobre la humanidad.
Así pues, al considerar los diversos Si las siguientes páginas contribuyen
aspectos de la figura de nuestro padre de algún modo a despertar en sus lectores
espiritual que serán presentados en las el deseo y la esperanza de formar parte de
próximas páginas, invitamos al lector a esta bendita falange, nuestro esfuerzo se
tomar como telón de fondo el hecho de tendrá por muy exitoso. ²
Sumario
Breves trazos biográficos
oportunidad de formar un
coro o una orquesta, con
vistas al apostolado.
En su trato diario con
el Dr. Plinio —de quien se
convertiría en indiscutible
discípulo fiel—, João también
se empapó del don de sabiduría
tan característico de la espiritualidad
de su maestro, haciendo con ello que aflo-
raran sus cualidades naturales y sobrenaturales,
El Dr. Plinio y Mons. João en 1990 irradiándolas en beneficio de la causa católica a fi-
vista
Fotos: Archivo Re
De izquierda a derecha: el papa Juan Pablo II recibe a los Heraldos del Evangelio con motivo de la aprobación pontificia
de la institución, en febrero de 2001; miembros de la asociación en la plaza de San Pedro y Mons. João rigiendo el coro durante
una misa en la basílica vaticana, en la misma ocasión
nales de la década de 1960, al iniciar la experiencia ble de Pedro y sobre el baluarte de Cristo sacra-
de vida comunitaria bajo un régimen reglado. mentado.
En 1999 decidió fundar la Asociación Inter-
Generosa entrega y fructífero apostolado nacional Privada de Fieles Heraldos del Evange- Tras la muerte
Como consecuencia de su generosa entrega, a lio, que recibió la aprobación pontificia del papa
partir de 1975 se convertiría en mentor de cientos San Juan Pablo II el 22 de febrero de 2001. Según del Dr. Plinio,
de jóvenes pertenecientes a la Sociedad Brasileña lo había intuido, bajo las bendiciones de la cáte-
de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad dra de Pedro es donde la familia de almas empe- Mons. João
—la TFP—, con la tarea de fortalecer en la fe a
numerosas personas; a muchas, liberarlas de las
zada a duras penas por el Dr. Plinio se robusteció
y recobró el aliento necesario para perseverar en
tenía claro el
malas influencias del mundo; a otras, además, in- las vías de la santidad. rumbo que
culcarles ánimo para la práctica de la virtud en la En poco tiempo, la asociación ya desplegaba
vida comunitaria. sus actividades por setenta y ocho países y co- tomaría para
La excelente y proficua acción que Mons. João menzaba a realizar numerosas labores en las pa-
desarrolló con distintos grupos del movimiento rroquias, a través de la animación litúrgica, del perpetuar la
fundado por el Dr. Plinio confiere pleno sentido Apostolado del Oratorio María, Reina de los Co-
a los elogios que éste le dedicó, considerándolo, razones, de las misiones marianas y de las visitas obra funda-
ante todo, un «archihijo».
Sin embargo, con la muerte del Dr. Plinio, el
a prisiones y hospitales, además de contar con los
servicios de correspondencia directa y con la pu-
da por él: la
3 de octubre de 1995, su vida daría un bandazo blicación de esta revista. afianzará en
inesperado: primero, porque casi la totalidad de Una década después del fallecimiento del
la obra cayó en sus manos, dado que la parte más Dr. Plinio, la obra estaba integrada por innumera- la roca inque-
sana de sus miembros sólo encontraba en él al lí- bles jóvenes, de ambos sexos, reunidos en comuni-
der capaz de regir una familia de almas presente dades separadas. Se nutrían de una intensa espiri- brantable
en cinco continentes; en segundo lugar, porque tualidad, fundamentada en la Eucaristía diaria, la
todos sabían que era depositario de los más ínti- adoración al Santísimo Sacramento y el rezo del de Pedro
mos anhelos de su padre, maestro y guía. rosario, y seguían de libre decisión los consejos
Investido por la Providencia con la tarea de evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.
conducir un movimiento de envergadura mun-
dial, Mons. João tenía claro el rumbo que tomaría Vocación sacerdotal
para que aquel legado nunca se viera perjudicado Tal coyuntura de hechos llevó a Mons. João
o extinguido: lo afianzará en la roca inquebranta- a pensar en la conveniencia de fundar una rama
Archivo Revista
sido ordenado
sacerdote,
Mons. João Mons. João durante la celebración de la santa misa en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil)
empezó a ver sacerdotal, capaz de proveer las necesidades es- graron ellas la aprobación de la Santa Sede el 26
pirituales de los miembros de los Heraldos del de abril de 2009.
hecho realidad, Evangelio, así como prestar asistencia a quienes
compartieran este carisma. En efecto, su crecien- Expansión de la obra
por los te amor por la Eucaristía y al servicio del altar le Una vez ampliados los frentes de apostolado en
méritos de la inspiraban, desde hacía mucho, un entrañable de-
seo: seguir el camino sacerdotal.
la Iglesia, con el sacerdocio y la institucionaliza-
ción de la rama femenina, otro blanco se presen-
renovación del El 15 de junio de 2005, junto con otros cator- taba en la mira del fundador: había que plasmar
ce miembros de los Heraldos del Evangelio, el esa realidad espiritual en obras arquitectónicas, a
santo sacrificio diácono João era ordenado sacerdote en aquella través de iglesias, monasterios y otros edificios.
misma basílica de Nuestra Señora del Carmen, Actualmente, más de quince años después de
del Calvario, de São Paulo, donde había conocido al Dr. Plinio. iniciar la construcción de su primer templo, la So-
A partir de la renovación del santo sacrificio del ciedad Clerical Virgo Flos Carmeli cuida de varias
el sueño de Calvario, empezó a ver hecho realidad el sueño de iglesias y oratorios repartidos por el mundo —en-
transformar la transformar la faz de la tierra, conforme se lo había
prometido su padre espiritual, en su interior, cuan-
tre ellas, dos basílicas—, desde las que puede ofre-
cer la curación de las almas y el ministerio sacra-
faz de la tierra do se cruzaron por primera vez décadas antes. mental, por medio de los sacerdotes que la sirven.
Era indispensable, no obstante, solidificar la re- A ojos de Benedicto XVI, la obra del P. João
cién nacida rama sacerdotal mediante la aprobación empezó a ejercer de tal modo una notable in-
de la Santa Sede, la cual tuvo lugar el 21 de abril de fluencia en la Iglesia que, en 2008, lo nombró
2009, por autoridad de su santidad Benedicto XVI: canónigo honorario de la basílica papal de Santa
se erigía bajo los auspicios de Pedro la Sociedad María la Mayor, de Roma, y protonotario apos-
Clerical de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli, tólico supernumerario. En 2009, el mismo Papa
que hoy cuenta con más de doscientos clérigos. le confirió, de manos del cardenal Franc Rodé, la
Como parte de este incremento institucional, insigne medalla Pro Ecclesia et Pontifice.
pari passu a la erección de la sociedad clerical, el La actuación de Mons. João y su obra, supe-
P. João impulsó la fundación de la Sociedad Fe- rando los límites de lo habitual, llegó también a
menina de Vida Apostólica Regina Virginum, en los restringidos y exigentes campos de la inte-
la que entraron candidatas que, desde hacía mu- lectualidad, mediante diversas publicaciones y
cho tiempo, deseaban compartir el carisma de los la erección de institutos académicos, los cuales
Heraldos del Evangelio de manera integral. Lo- imparten cursos de formación filosófica y teoló-
«Ciudades restauradas
y habitadas»
Además de las labores apostó- Monseñor João durante la celebración de
licas llevadas a término con éxito la Pasión del Señor, en 2010
Reproducción
Sumario
Infancia y juventud
La aurora de
una grandiosa vocación
Los primeros años de la vida de Mons. João dan testimonio de
cómo el amanecer de la existencia vivida a la luz de la inocencia
puede determinar el rumbo de una vocación impar.
õ Hna. Patricia Victoria Jorge Villegas, EP
h Dios, tú eres mi Dios, por ti ma- Ahora bien, la vida sobrenatural recibida en
drugo» (Sal 62, 2). Con unción y el Bautismo sigue, de un modo aún más sublime,
poesía, el salmista revela en este el mismo proceso. El alma fiel a la gracia busca
versículo el camino de los inocen- constantemente a Dios, el divino Absoluto que la
tes, que buscan al Altísimo desde la creó y en el que encuentra su paraíso. Todo co-
alborada de sus vidas. mienza entonces a definirse en función de Él y
En efecto, así como el amanecer contie- por eso el inocente es inerrante al discernir el bien
ne los esplendores que el sol manifestará a y el mal, pues tiene al Altísimo como arquetipo. Para conocer
lo largo del día, así también la aurora de la
vida de la gracia en un alma encierra todas
Cabe señalar, no obstante, que este proceso no
se muestra únicamente por un movimiento del
bien a
las luminosidades que brillarán en el futuro. En el intelecto. La razón comprende el bien, pero es la Mons. João
origen de una vocación, en los primeros actos de voluntad la que se inclina hacia él, lo desea y lo
fidelidad a la inocencia, en los movimientos ini- ama.1 Así, en la búsqueda del Absoluto, la caridad necesitaremos
ciales del espíritu a la búsqueda de Dios es donde, se constituye en motor del alma, estableciendo
a menudo, se define el porvenir de una persona. entre Dios y la criatura una amistad divina,2 en la levantar la
Por lo tanto, para conocer a Mons. João nece- cual el Espíritu Santo es el maestro interior.
sitaremos levantar la punta del velo que cubre los En la infancia de Mons. João, esta relación ín- punta del
misterios de la gracia en la etapa primaveral de
su vida, la cual, marcada ya por una predilección
tima con Dios se produjo de una forma tan dis-
creta como profunda. Las mociones de la gracia
velo que cubre
de la Providencia, expresa en germen una dádiva estaban revestidas de una sencillez pueril, de ma- los misterios
que lo distinguirá hasta el final de sus días: el de nera que, desde muy temprana edad, las realida-
ser un enfant gâté de la Santísima Virgen. des espirituales le eran connaturales. de la gracia
Un niño connatural a las realidades espirituales Silenciosa contemplación en la etapa
Cuando la luz de la razón empieza a despuntar Al ser hijo único, sus primeros años transcu-
en el niño, comienzan las primeras percepciones rrieron en el aislamiento, lo que hizo que en su primaveral
del mundo exterior e inmediatamente nace una
inclinación: la búsqueda de su origen, es decir, de
alma naciera una gran propensión a la contem-
plación. Le atraía especialmente la armonía del
de su vida
sus padres. Los progenitores se convierten en el firmamento estrellado, que observaba durante
eje de todos sus análisis y en el término de com- la noche sentado en el alféizar de la ventana de
paración entre el bien y el mal: todo lo que viene su habitación, como él mismo narra, en tercera
de ellos es bueno y lo que se les opone es malo. persona, en una de sus obras: «Todo hablaba de
Reproducción
su pureza, aumentaba su fe, fortalecía su amor y
establecía un vínculo indisoluble con él, sublime
y misterioso, que en un futuro florecería en una
ardiente devoción.
La Virgen Poderosa era, sin duda, la que so-
plaba en el fondo de su alma la certeza interior
de que en algún lugar existía «un hombre ente-
ramente virtuoso, desinteresado, movido por
puro amor a Dios, y que en su camino estaba el
encontrarlo».11
Cuando se retiraba por la noche, absorto en
estos pensamientos, se arrodillaba a los pies de la
cama y, entre lágrimas, rezaba insistentemente a
En su alma Nuestra Señora: «Madre mía, quiero conocerlo,
soplaba la quiero conocerlo. Ayúdame a encontrarlo».12 Y
ofrecía en esa intención hasta cuarenta avemarías.
certeza interior Pedía con tanto ardor que «llegó a vislumbrar en
varias ocasiones la silueta de una persona corpu-
de que existía lenta, fuerte y majestuosa, revestida de un hábito
y con una capa beige. Aunque no distinguiera sus
en algún lugar El joven João en diciembre de 1955
rasgos fisonómicos, comprendía que se trataba del
había contemplado en su infancia] hacia la vida varón esperado por él, que reformaría el mundo».13
del mundo social de sus compañeros […]. Años más tarde an- Así pasaron dos años…
un hombre helaba fundar una asociación de jóvenes para rela-
cionarlos con Dios. Era el soplo del Espíritu Santo
A medida que preveía místicamente a ese
hombre, comenzaba a amarlo y la gracia lo mo-
desinteresado animándolo a servir a los demás».9 De hecho, el vía a buscar su presencia.14 Todos los anhelos que
celo por la salvación del prójimo es una caracte- habían quedado atrapados en su alma desde su
y virtuoso a rística de quienes aman verdaderamente al Señor.10 infancia se realizaban en él.
1
Cf. SANTO TOMÁS DE 4
CLÁ DIAS, EP, João 7
SCHEEBEN, Matthias cho Canónico. Universi-
AQUINO. Suma Teológi- Scognamiglio. Charla. Joseph. As maravilhas da dad Pontificia Santo To-
ca. I-II, q. 10, a. 1. Caieiras, 17/2/2005. graça divina. Petrópolis: más de Aquino. Roma,
Vozes, 1952, p. 318. 2010, p. 171.
2
Cf. Idem, II-II, q. 23, a. 1. 5
CORRÊA DE OLIVEI-
RA, Plinio. Reunión. 8
CLÁ DIAS, EP, João 9
Idem, p. 169.
3
CLÁ DIAS, EP, João
São Paulo, 4/9/1990. Scognamiglio. A gênese
Scognamiglio. ¡Ma- 10
«Si amas a tu prójimo en
e o desenvolvimento do
ría Santísima! El Paraí- 6
SANTO TOMÁS DE Dios y te preocupas de su
movimento dos Arautos
so de Dios revelado a los AQUINO, op. cit., II-II, felicidad, tu primer pen-
do Evangelho e seu re-
hombres. Lima: Heral- q. 23, a. 6. samiento se encaminará
conhecimento canônico.
dos del Evangelio, 2021, a hacerle disfrutar de la
Tesis doctoral en Dere-
t. I, p. 35. dicha en que tú abundas
sus rasgos
Reproducció
especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio 17 Sumario
Mario Shinoda
El Dr. Plinio en diciembre de 1990
Sumario
Discípulo perfecto de Plinio Corrêa de Oliveira
a basílica, profusamente ilumina- joven vio al Dr. Plinio, era como si ya lo cono-
da, está llena de gente y de expec- ciera y en él identificó al hombre prometido por
tación. En el coro alto, la orquesta la gracia, a quien debía entregarse por completo
afina sus instrumentos, entre tanto, para cumplir sus anhelos de conquistar almas
nubes de incienso empiezan a ele- para Dios. Sus ardorosas aspiraciones juveniles
varse entre las columnas de la nave principal. y sus fervorosas oraciones, prolongadas durante
Entonces se hace el silencio. Sentado junto dos años, finalmente eran atendidas, llevándolo
al pasillo central, el joven João se halla envuel- a exclamar interiormente, como comentaría más Al ver por
to en una atmósfera toda sobrenatural. Más allá tarde: «Soy feliz, feliz, porque he encontrado la
de las impresiones religiosas provocadas por el luz de mi vida, el sueño de mis sueños, la fuerza primera vez
ambiente, está siendo preparado por la gracia para el de mi existencia, el camino recto hacia el Cielo».2
acontecimiento que cambiará su vida para siempre. a su padre
Los primeros años de convivencia
Comienza la ceremonia. Mientras el numeroso
coro de frailes holandeses, acompañado por el ór- Al salir de la basílica, después de la ceremonia,
y fundador,
gano y diversos instrumentos de cuerda, henchía
el templo de espléndidos acordes del himno Flos
el Dr. Plinio se cruzó con el joven João y tomó la
iniciativa de saludarlo e intercambiar algunas pa-
Mons. João se
Carmeli, un cortejo de miembros de la Tercera Or- labras con él, mostrando mucha amabilidad y pro- llenó de alegría
den del Carmen avanza en dos filas por el pasillo. funda complacencia. Se iniciaba así una relación
Revestidos con sus hábitos oscuros y cubiertos has- que se intensificaría durante cuatro décadas.3 y exclamó
ta los pies con capas blancas, se parecían —a los Monseñor João comenzó a frecuentar una de
ojos de João— más a ángeles que a hombres. las casas que el «Grupo de Plinio»4 tenía en la ca- interiormente:
Su emoción, sin embargo, alcanza el auge cuan-
do avista, cerrando ese cortejo por el centro de la
lle Martim Francisco, de São Paulo. Allí ejerció
el encargo de auxiliar administrativo, prestando
«¡He
basílica, a un varón fuerte y serio, de paso seguro
y decidido, cuya grandeza de alma se intuye por
posteriormente otros servicios como ser secreta-
rio de la Comisión de Exteriores, que se ocupa-
encontrado
su corpulencia. Interiormente, João exclama de in- ba de los nacientes núcleos de contactos en otros la luz de mi
mediato: «¡Éste es el hombre! A él es a quien yo países; formar parte de la Comisión de Lectores,
quería conocer, a él estoy llamado a seguir. Éste es que traducía, catalogaba y preparaba fichas para vida!»
el varón que reformará la faz de la tierra».1 las reuniones; y asumir los llamados «eventua-
De hecho, el primer encuentro de Mons. João les», pequeñas disposiciones prácticas que eran
con el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira —que tuvo resueltas por algunos de los más jóvenes.
lugar el 7 de julio de 1956, en la basílica de Nues- El desempeño de esas tareas le daba la oportu-
tra Señora del Carmen, de São Paulo— fue fruto nidad de seguir de cerca distintos momentos de la
de una larga y fiel espera. Por eso, cuando aquel rutina del Dr. Plinio, al hacerle consultas o trans-
Thiago Tamura
de Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil)
Sumario
Monseñor João y Dña. Lucilia
Un tesoro escondido
entre las ruinas de la cristiandad
a fueran sus palabras pronunciadas jando atrás, al entrar en el recinto, un mundo feo
al calor de una radiante mañana en y revolucionario. Se sentía ya feliz en un ambien-
Betania o mientras el ocaso teñía te que consideraba sagrado; mientras esperaba a
de tonalidades doradas las agrada- que llegara el ascensor, aparecieron en la entrada
bles aguas del mar de Tiberíades, el Dr. Plinio y su madre, Dña. Lucilia.1
por dondequiera que el suavísimo timbre de Su primera reacción fue la de analizarlos,
la voz del divino Redentor se escuchara, pe- viendo cómo los reflejos de uno repercutían en el
netraba de un modo misterioso en las almas otro. Contempló en un instante la enorme seme- De un modo
y revelaba algo de los secretos de la Sabidu- janza de alma que existía entre ambos y se quedó
ría increada. Como cuando Jesús les dijo a encantado con la venerable figura de Dña. Luci- inusitado, el
sus discípulos: «El Reino de los Cielos se parece
a un tesoro escondido en el campo» (Mt 13, 44).
lia, entendiendo que se trataba de una mujer com-
pletamente fuera de lo común.
joven João
Un tesoro escondido… Bella y poética imagen No era sólo la distinción de quien pertenecía a encontró, en
para tiempos pasados, pero lamentablemente un una de las familias más tradicionales de São Pau-
poco lejana para los conturbados días presentes. lo, ni siquiera la delicadeza con que aceptó su un edificio de
¿Dónde y cómo encontrar un tesoro en «campos» ayuda para subir las escaleras del vestíbulo lo que
sembrados de rascacielos, decorados con asfalto lo impresionaron. Aún necesitaría décadas para la calle Vieira
y alquitrán, ennegrecidos con tanta contamina- decantar el significado y la trascendencia de ese
ción y pecado? primer encuentro que, a pesar de ser sublime, fue de Carvalho, el
El primer encuentro
natural y simple, como lo sería siempre su rela-
ción con aquella señora «hecha de porcelana».
mayor tesoro
En 1956, Mons. João —por entonces un jo-
Reflejo del Sagrado Corazón de Jesús
de su vida
ven de 17 años— estaba lejos de imaginar que
en el vestíbulo de un edificio de la calle Vieira Transcurridos once años después de aque-
de Carvalho, de São Paulo, encontraría de un lla primera mirada —a lo largo de los cuales se
modo inusitado el mayor tesoro de su vida. Tras siguieron otros encuentros, tan fugaces como
una mañana de estudios, se dirigía a la sede del marcantes—, el Dr. Plinio fue acometido de una
grupo Catolicismo —núcleo que más tarde daría fuerte crisis de diabetes. Durante el período en
origen a la TFP— situada en aquel inmueble, de- que estuvo convaleciente en su residencia, João
Archivo Revista
muerte de
Dña. Lucilia, Visita de Mons. João y algunos heraldos a la tumba de Dña. Lucilia en el cementerio de la Consolación, en 2008
Mons. João
do constantemente a la gran familia espiritual las almas era un efecto pacificador sobre el tem-
se convirtió que él difundía por el mundo. peramento, una serenidad que equilibraba e in-
fundía la certeza de encontrar en ella un amparo
en apóstol de Madre de una multitud de hijos seguro, en medio de las incertidumbres y tempes-
Y aquí la epopeya de Mons. João adquiere un tades del mar embravecido del mundo moderno.
sus virtudes, colorido inesperado. Podía considerarse el afor- Y enseguida también comprobaría que sería
permitiéndole tunado hombre de la parábola, porque había en-
contrado un tesoro escondido a los ojos del mun-
sustento y refugio en los días tormentosos que se
avecinaban.
a ella abrazar do…, pero sentía vivamente que no debía ser el
Fiel sustentáculo, ardoroso hijo
único en disfrutar de esta preciosidad.
a una Así pues, tras la muerte de Dña. Lucilia, se Con el fallecimiento del Dr. Plinio en 1995,
convirtió en un verdadero apóstol de sus virtudes, Mons. João veía el comienzo de un nuevo capítulo
multitud difundiendo la devoción a ella entre los jóvenes en su vida, en el que necesitaría el amparo más cer-
miembros de la TFP y sus familias, animándolos cano e intenso de Dña. Lucilia. Durante cuarenta
de hijos que en las vías de la santidad mediante su ejemplo y años había colaborado con su hijo y en muchas si-
recurren a su obteniendo, por su intercesión, numerosos benefi-
cios. Le revelaba a todos este sublime tesoro, per-
tuaciones su auxilio se había hecho notar; estaba
seguro de que tal solicitud no faltaría. ¡Y así fue,
intercesión mitiéndole a Dña. Lucilia —que en vida no había pues se multiplicó! Hubo rupturas, dramas e incer-
podido acoger a tantos hijos bajo su chal mater- tidumbres, decisiones drásticas que tomar, pasos
no— abrazar a miles y miles de ellos, presentándo- audaces que dar, en fin, mil dificultades que, sin la
los en sus brazos a la Divina Misericordia. asistencia sobrenatural de su protectora, no habría
Ante la tumba de Dña. Lucilia crecía el nú- superado.
mero de personas que invocaban su intercesión, En numerosas ocasiones, Mons. João declaró
una señal de haber recibido favores o de esperar que no tenía dudas del papel asumido por Dña. Lu-
alcanzarlos. Y al igual que en la vida, siempre se cilia en la inesperada recuperación de varias enfer-
manifestó solícita en atender a cualquiera que le medades que padeció, en las inexplicables solucio-
pidiera su auxilio, casi ansiosa por ayudar al ne- nes a casos complicadísimos y en la perseverancia
cesitado incluso antes de que éste completara la de los cuantiosos jóvenes, consagrados e incluso
formulación de su petición. sacerdotes que él, con sus oraciones, reunía bajo el
Monseñor João observó en estas intervencio- chal lila de esa maternal señora. Estas intervencio-
nes que una de las gracias más características de nes se revelaban discretas, suaves y eficaces, como
la suave y discreta acción de Dña. Lucilia sobre lo habían sido sus acciones en la tierra.
especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio 29 Sumario
Monseñor João en la plaza de San Pedro (Vaticano),
con motivo de la aprobación pontificia de los
Heraldos del Evangelio en 2001
Archivo Revista
Sumario
El fundador
Recorriendo el camino
de los embajadores de Dios
Además de iniciador de una institución, el fundador es un indiscutible
modelo de conducta, un atento maestro y una «piedra de escándalo»,
dispuesta a contrariar los desvíos y errores de su época. ¿De qué
manera se aplican estos gloriosos epítetos a Mons. João?
õ P. Antonio Guerra de Oliveira Júnior, EP
Leandro Souza
a su maestro, tomaba el rumbo hacia la misma in-
comprensión, pero también consideraba todo lo espiritual,
que su discípulo podría hacer por el movimiento,
al actuar en ámbitos en los que él mismo, por la Mons. João
fuerza de las circunstancias, no tendría la oportu-
nidad de realizarlo.
se revelaría
En las décadas posteriores al encuentro con el
Dr. Plinio, Mons. João se revelaría como un au-
un auténtico
téntico fundador de pequeñas instituciones y de fundador
las más variadas costumbres, siempre en la más
estricta y, por así decirlo, escrupulosa consonancia
Archivo Revista
de pequeñas
con su padre espiritual, que aprobaba de todo cora-
zón sus osadas y, a menudo, brillantes iniciativas. instituciones
«¡João de las buenas sorpresas!», he aquí el
epíteto con el que el Dr. Plinio premiaría en mu-
y de las más
chas circunstancias a su valiente «Eliseo». variadas
Desfiles militares… ¿para religiosos? costumbres
Como veremos detalladamente en uno de
los próximos artículos, tanto el Dr. Plinio como
Mons. João eran entusiastas de la marcialidad y
buscaban imprimir notas de orden y disciplina en
una juventud tan carente de estos atributos, cada vez
Sergio Miyazaki
De izquierda a derecha: Mons. João con miembros de la rama masculina de los Heraldos del Evangelio en el Museo
del Ipiranga, en 2001; con miembros de la rama femenina en la casa Lumen Cœli, Mairiporã (Brasil); y en una ceremonia
de admisión de nuevos cooperadores en 2005. Arriba, durante una actuación del coro internacional en 2010
La obra
Santa misa celebrada por Mons. João en la casa Lumen Prophetæ, Franco da Rocha (Brasil) fundada por
En otras ocasiones, servía de su propia merien- Así pues, la Asociación de Fieles Heraldos del Mons. João
da a los pequeños, que se apiñaban alrededor de su Evangelio, la Sociedad Clerical Virgo Flos Car-
mesa para escucharlo y estar cerca de él. Entonces, meli, la Sociedad Femenina Regina Virginum, es como un
se podía contemplar en aquel varón grandioso las el Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista, el
atenciones de un padre, el cariño de una madre y el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino, el
árbol fecundo
afecto de un amigo. Y eso por no mencionar las ho-
ras dedicadas a consejos privados, conversaciones
Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica
y otras muchas realidades jurídicas en los más
y frondoso que
espirituales, confesiones… diversos ámbitos son algunas de las flores de fue plantado
Es por ello por lo que Mons. João logró ganarse una obra que, cual árbol frondoso, está plantada
la confianza y el afecto de todos, desde los más jó- junto a las aguas de la Santa Iglesia, a su servi- junto a las
venes hasta los mayores. Demostró que la seriedad cio (cf. Sal 1, 3).
y la práctica de la virtud están en perfecta armonía Pero este árbol, creemos y constatamos, es fe- aguas de la
con la alegría y la bondad, y que la verdadera auto- cundísimo. Sus flores, a pesar de hermosas y per-
ridad es merecedora de la estima más sincera. fumadas, son un mero anuncio de los incontables
Santa Iglesia;
Un futuro glorioso se vislumbra en el horizonte
frutos que vendrán, al precio de la fidelidad del
fundador de los heraldos, en un futuro glorioso
sus frutos son
Al concluir estas líneas, el lector seguramente que no se cansará de contemplar, agradecido, el mero anuncio
concordará con la afirmación hecha al principio tesoro que brotó de un corazón apasionado por
del artículo de que la erección de institutos y aso- Jesús y María, que no quiso otra cosa a lo largo de maravillas
ciaciones es únicamente un aspecto de la gracia de su vida que la realización de la súplica repe-
fundacional manifestada en Mons. João. En rea- tida hace dos mil años por la Iglesia: «Venga a aún mayores
lidad, constituyen tan sólo un desdoblamiento de nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra
las maravillas contenidas en su alma. como en el Cielo». ²
que vendrán
en el futuro
1
Cf. FERNÁNDEZ, Au- Madrid: BAC, 2012, t. I, 5
CLÁ DIAS, EP, João 6
CLÁ DIAS, EP, João
relio. Teología Dogmá- p. 949. Scognamiglio. A gênese Scognamiglio. El don
tica. Curso fundamen- e o desenvolvimento do de sabiduría en la men-
3
Cf. SAN JUAN P ABLO II.
Timothy Ring
tal de la fe católica. Ma- movimento dos Arautos te, vida y obra de Plinio
Mensaje a los participan-
drid: BAC, 2009, pp. 211; do Evangelho e seu re- Corrêa de Oliveira. Città
tes en el Congreso Mun-
621-622. conhecimento canônico. del Vaticano-Lima: LEV;
dial de los Movimientos
Tese doctoral en Derecho Heraldos del Evangelio,
2
Cf. SAN JERÓNIMO. Eclesiásticos, n.º 4.
Canónico. Pontificia Uni- 2016, t. IV, p. 416.
«Homilía sobre el evan- 4
CHESTERTON, Gilbert versidad Santo Tomás
gelista Juan (1,1-14)». In: 7
Idem, ibidem.
Keith. São Tomás de de Aquino. Roma, 2010,
Obras completas. 2.ª ed.
Aquino. Porto: Civiliza- pp. 23-24.
ção, 2009, p. 16.
Stephen Nami
Sumario
La paternidad de Mons. João en relación con sus discípulos
ra sábado por la mañana. Nada tancias. «Sabes que soy muy observador, y veo
más bajar a desayunar y encon- en la vida de todos los días que su actitud con vo-
trarse con uno de los veteranos de sotros es precisamente esto: él es un padre y una
la obra del Dr. Plinio en España, madre», concluyó el Dr. Plinio.
Mons. João le preguntó: Había sido definida la actuación de Mons. João
—¿Don Fulano de Tal ha llegado de viaje? junto a los suyos. El verdadero
—No. Anoche fuimos a recogerlo al ae-
ropuerto, pero no venía en el vuelo previsto. La perfecta paternidad amor paterno
Ha tenido que haber algún problema en el
embarque.
¿Cómo definir paternidad? En el orden na-
tural, los padres son aquellos que transmiten la
y materno
—¡Nada de eso! ¡Ha sido secuestrado! vida según su naturaleza específica y como ellos supera
Esta afirmación, seguida de una fuerte apren- mismos la poseen, con sus capacidades, defectos
sión, parecía exagerada a primera vista y, sobre y temperamento. Incluso después del nacimien- cualquier
todo, sin justificación racional. Se hicieron muchas to existe una continuidad en esa transmisión,
conjeturas acerca del paradero de aquel joven, que manifestada en el celo de los progenitores por la obstáculo,
no había regresado de un viaje común y corriente. educación de la prole. El verdadero amor paterno
Monseñor João, que lo conocía muy bien, pues lo y materno supera cualquier obstáculo, practica practica
tenía bajo su autoridad y formación hacía casi una
década, se mantenía en su súbita corazonada y pen-
cualquier heroísmo, consigue hasta lo imposible
para sus hijos, con una total abnegación.
cualquier
saba cómo rescatarlo de esa comprometida situa- El amor materno, en particular, se caracteriza heroísmo,
ción en la que sentía que se hallaba. Asumido por la por «su desinterés completo, su entera gratuidad,
preocupación, llegaba a «verlo» vestido de blanco su ilimitada capacidad para perdonar. La madre consigue hasta
en una construcción de piedra —con claustro y un ama a su hijo cuando es bueno. Sin embargo, no lo
muro alto, de difícil acceso—, pero contento por la ama sólo por ser bueno. También lo ama cuando es lo imposible
asistencia y la protección de la Santísima Virgen. malo. Lo ama simplemente porque es su hijo, carne
En poco tiempo se confirmó esa increíble de su carne y sangre de su sangre. Lo ama genero- para sus hijos,
hipótesis. Monseñor João hizo todo lo posible
para, conforme a la ley, liberarlo de tal aprieto
samente, e incluso sin retribución alguna. Lo ama
en la cuna, cuando no tiene la capacidad de merecer
con una total
y, después de veintiún días, lo recibió de vuelta el amor que se le da. Lo ama a lo largo de su exis- abnegación
con una gran fiesta en una de las casas del Gru- tencia, aunque se eleve al fastigio de la felicidad o
po. Rebosante de gratitud, el joven le contó al de la gloria, o ruede por los abismos del infortunio
Dr. Plinio por teléfono el apoyo inestimable y el e incluso del crimen. Es su hijo y está todo dicho».1
celo paternal del que había sido objeto por parte El Altísimo puso ese instinto natural en su
de Mons. João en aquellas dramáticas circuns- obra y se complace en contemplarlo como un re-
Sumario
tó con saludarlo para que el rumbo de su vida
cambiara y se consagrara para siempre en la
familia de almas de los heraldos.
De visita a Canadá, en 2003, se
encontró con un joven vietnamita.
Conociendo el sentido de ceremo-
nia y del honor de los orientales,
le dijo que tenía una gran voca-
ción y que necesitaba formarse
para luego conquistar Oriente. Es-
peró unos días para recibir su res-
Ar puesta, y después la de sus padres, No hay ni
ch
ivo
Re
vis
ta
aceptando la invitación.
Excepcionalmente, a varias vocacio-
un solo hijo de
nes las recibió en corta edad, dada la clareza Mons. João
del llamamiento, proveyéndolas de todos los
Monseñor João imponiendo el hábito a un heraldo
en julio de 2006. Abajo, escenas de convivencia con
detalles de su educación y rebajándose lite- que no pueda
ralmente para darles de comer (cf. Os 11, 4),
sus hijos espirituales en diferentes años
según la expresión del Señor por los labios dar testimonio
llegaron a amar los altos ideales señalados por el del profeta.
Dr. Plinio, a seguirlo con fervor y a organizarse Los hechos a narrar serían innumerables, pues de su real
en casas de vida comunitaria enteramente volca- todo heraldo del Evangelio de cierta edad tiene un
das en la búsqueda de la santidad. testimonio inequívoco que transmitir al respecto.
paternidad
Desde entonces no ha habido ni un solo hijo al engendrar,
de Mons. João que no pudiera dar testimonio de Celo paternal
su paternidad continua y santificadora, pero tam- Su celo paternal no se limitaba a la aurora de la confirmar y
bién de su real paternidad al engendrar, confir- vocación de sus hijos, sino que se extendía a cada
mar y formar a cada uno para su vocación. instante hasta la hora de la muerte y se prolonga- formar a cada
Muchos recibieron el llamamiento directa- ba más allá de ésta.
mente de sus labios, llegando él mismo a hablar Una vez, visitando una casa dedicada al aposto- uno para su
con la familia, eliminar todo obstáculo, reme- lado con los más jóvenes, preguntó: «¿Dónde está
diar cualquier dificultad. Una mirada cargada de Fulano?». Le respondieron que, lamentablemente,
vocación
afecto, seguida a veces de una afirmación llena no había perseverado en la vocación y había toma-
de unción, como: «¡La Virgen te ha dado una gran do otro rumbo. «No sé cómo ustedes lo resisten…
vocación!», era suficiente para que las personas Para mí, cada uno que se marcha es un trauma»,
João Paulo Rodrigues / Archivo Revista
de las más diversas razas, orígenes y edades lo contestó afligido por la incertidumbre del destino
dejaran todo y se entregaran a él como hijos. de esa alma en un mundo inundado de pecado.
Una joven chilena al final de su carrera univer- En este sentido, antes de verse afectado por la
sitaria asistió a una conferencia de Mons. João en enfermedad que limitaría su comunicación, cui-
1998 en la capital de su país; había ido un poco a re- daba personalmente de la vida espiritual de mu-
gañadientes y más en consideración a su hermano, chos, y aún después, a pesar de las dificultades
que la había invitado. Al terminar la charla, le bas- inherentes a su estado, nunca dejaba de preocu-
Sumario
parse y hacer todo lo que estaba a su alcance por los días?». Nadie lo entendió, excepto cuando más
cada alma confiada a él, respondiendo siempre a tarde le refirieron el hecho a la interesada, quien
cualquier petición de consejo. Por eso, al comen- quedó muy sorprendida porque no le había conta-
tarle lo rebosantemente afectuoso que era con los do a nadie que había adoptado esa costumbre.
suyos, decía: «¡Me gusta ser padre!».
Con verdadero instinto paternal, percibía de Dar con generosidad
entre una multitud la ausencia de tal o cual hijo, o Es propio de un padre darse y mostrar su ca-
bien notaba que otro estaba presente, pero huía de riño, incluso en lo material. Estando a la mesa,
su mirada porque no estaba bien espiritualmente. la primera preocupación de Mons. João era la de
Superando cualquier realidad natural, ver a los demás bien servidos y pasarles siempre
Mons. João llegó a escuchar, numerosas veces, a lo mejor. En un cumpleaños, cuando intentaron
sus hijos a distancia. Como cuando una hermana convencerlo de que no se tomara la molestia de
que estaba en misión en un país lejano trataba de servir él mismo la tarta a los presentes, respon-
Si Mons. João mantener la cercanía con él «conversando» diaria- dió: «¡Soy padre! ¡Soy padre!».
mente con una fotografía suya. En determinada Una gran diversión para él y para sus hijos, como
tenía ocasión, él les preguntó a quienes lo acompaña- ya vimos, era el lanzamiento de chocolates y otras
verdaderos ban: «¿Cómo está la que conversa conmigo todos golosinas por la ventana de su despacho, costumbre
que perduró incluso después de sufrir el ictus, como
arrobos de medio de brindarles a todos una alegre convivencia,
aunque esto le exigiera permanecer de pie mucho
satisfacción al tiempo. Disfrutando al ver felices a sus hijos, excla-
mó un día al cerrar la ventana después de una ani-
demostrar su mada sesión: «¡Cómo los aprecio a todos!».
Su generosidad lo impulsaba no sólo a querer
afecto paternal dar, sino a darse. Una noche de 1979, pasó por la
por sus hijos, sacristía del Éremo de São Bento5 y vio que dos
estadounidenses recién llegados dormían direc-
mayor gozo tamente en el suelo de ese lugar, pues no había
camas libres en la hospedería. Apenado por la
llenaba su situación, enseguida les cedió su celda a ambos,
quedándose él mismo sin cama.
corazón Aun encontrándose enfermo, su desvelo se
Fotos: João Paulo Rodrigues
El perdón paterno
Ahora bien, si le agradaba dar, mucho más le
gustaba perdonar. De hecho, en ciertos casos el
prefijo per indica el grado más alto de algo, por
eso perdonar significa un «súper dar».
Sumario
Es difícil describir el gozo que Mons. João sen-
Daniel Letelier
tía al ejercer esa prerrogativa paterna, que llegaba
hasta la esencia de su alma y de su misión con una
profundidad propiamente mística. Numerosas ve-
ces declaró que la posibilidad de perdonar en el sa-
cramento de la Penitencia era lo que, en particular,
lo había movido al sacerdocio.
Ya antes de ser ordenado, buscaba sin escati-
mar esfuerzos a las ovejas que se descarriaban,
viajando si necesario fuera a otro país para en-
contrarse con ellas. Cuando las traía de vuelta, no
dudaba en demostrar públicamente su satisfac-
ción. Debido a esa sensibilidad, siempre afirmó Él nos
que la parábola del hijo pródigo era la que más le
conmovía de los evangelios, llegando a emocio- engendró en
narse al comentarla.
Una vez, analizando la actitud de una hija suya la fe y dio
que había aceptado bien una corrección, recono-
cido su falta y pedido perdón, le dijo: «¡Me derri-
su sangre por
to cuando alguien pide perdón!». nosotros;
Con sus hijos más débiles, su actitud era con-
tinuamente la que describe el Dr. Plinio en una Monseñor João en junio de 2018 por eso, nunca
reunión, con respecto a él mismo:
«En relación con cada miembro del Grupo debo debo darlo todo para seguirles a ustedes e ir tras los dejaremos
ser padre, pero especialmente debo serlo en rela- pasos de cada uno. Así debo ser y así deseo serlo».6
ción con aquellos que lo dejaron todo para seguir el de reconocer
A los hijos les compete restituir
llamamiento de Nuestra Señora. Para éstos debo ser
padre y madre, y más que eso si lo hubiera. En las El amor de Mons. João por sus hijos se inten-
que todo nos
limitaciones de mis medios, debo personificar toda sificó a lo largo del durísimo vía crucis que reco- viene de él y de
la ternura, toda la bondad, todo el cariño, toda la rrió en los últimos años de su vida y, sin duda, se
misericordia de Nuestra Señora, una misericordia sublimó cuando atravesó el umbral de la eterni- proclamar en
infatigable, que perdona siempre, que no se cansa dad. ¡Cuántas veces afirmó que quería a cada uno
con nada, que quiere siempre, que ama siempre. como si fuera hijo único! todo el mundo
Esto es lo que deseo hacer con cada uno de ustedes. Ahora bien, si es propio de un padre dar, les com-
»Cuando piensen en mí, piensen que estoy pete a los hijos restituir y confiar en ese amor que la grandeza
como un padre al lado de cada uno, tratando de
animar, tratando de reconfortar, aunque no estén
desciende abundantísimo y entero sobre cada uno.
Él nos engendró en la fe, nos formó, nos co-
del padre que
andando bien. Porque reconfortar a alguien cuando municó su vida sobrenatural y dio su sangre por la Providencia
anda bien no significa mucho. Lo bueno es cuando nosotros. Por deber de gratitud, nunca dejaremos
no anda bien y uno trata de estimularlo, apoyarlo, de reconocer que todo nos viene de él y de procla- nos concedió
ampararlo. En esto consiste mi papel. Si ustedes mar en todo el mundo la grandeza del padre súper
lo han dado todo para seguir a Nuestra Señora, yo excelente que la Providencia nos concedió. ²
1
CORRÊA DE OLIVEI- 3
Cf. EMERY, Gilles. La Vida Religiosa. Madrid. remonial, al estudio y a la
RA, Plinio. «Tradição, teología trinitaria de Vol. XXXII (ene-dic, contemplación. A los que
família, propriedade». Santo Tomás de Aqui- 1972); pp. 322; 325. residían allí se les llama-
In: Folha de São Paulo. no. Salamanca: Secreta- ba eremitas.
Año XLVIII. N.º 14.430
5
El término éremo desig-
(18 dic, 1968); p. 4. riado Trinitario, 2008,
naba internamente algu- 6
CORRÊA DE OLIVEI-
pp. 225-226.
2
SANTO TOMÁS DE nas casas en la obra del RA, Plinio. Reunión.
AQUINO. Super Episto-
4
JUBERÍAS, CMF, Fran- Dr. Plinio donde se lleva- São Paulo, 4/1/1972.
lam ad Ephesios lectura, cisco. «La paternidad ba vida comunitaria de-
c. III, lect. 4. de los fundadores». In: dicada a la oración, al ce-
Archivo Revista
Sumario
Caballero de la Santa Iglesia
Sérgio Miyazaki
De izquierda a derecha: ceremonial en el Éremo de São Bento, en la década de 1980;
el Dr. Plinio asiste a un desfile en 1984; desfile en 1992
movieron simposios que pasarían a la historia del acentuada nota caballeresca. Surgiría la capa roja,
Grupo bajo el nombre de «Itaqueras», en referen- el paso de marcha, con su carácter firme y elegan-
cia al barrio de São Paulo donde estaba situada te, el hábito…
la casa en la que se realizaban. La disciplina que En particular, cabe señalar la fundación del Ére-
Mons. João allí regía los horarios y las actividades de los jó- mo de São Bento, en el que debería florecer un ca-
venes comportaba ya algo de militar, inspirada en rácter espiritual, una escuela de pensamiento y una
transfirió a el ejemplo de los Marines2 y en las experiencias mentalidad propias, capaces de formar al esclavo
adquiridas por Mons. João durante el período de de María, guerrero y monje, al apóstol de los últi-
la obra del servicio en la 7.ª Compañía de Guardias. mos tiempos de los que habla San Luis Grignion
Dr. Plinio la «Las “Itaqueras” empezaban con una reunión
en la que se explicaba la importancia de la dispo-
de Montfort. Este pequeño puñado sería la matriz
de algo que esparciría el buen olor de Nuestro Se-
experiencia nibilidad, la prontitud, el desapego de sí mismo ñor Jesucristo por toda la faz de la tierra.
y del egoísmo, y la necesidad de prepararse para Tras el fallecimiento de su maestro y guía,
militar los acontecimientos que el futuro traería. Luego, Mons. João logró hazañas aún mayores: la creación
además de clases de catecismo, la secuencia del de un ejército de doncellas y un batallón de sacer-
que había programa incluía debates doctrinarios y adies- dotes, enriqueciendo la admirable simbiosis entre
tramientos intelectuales o físicos, muchas veces caballería y religión, a través de la cual ambas bri-
adquirido en en momentos inopinados, en los cuales se insistía llan inseparables, ya sea en el esplendor de las cere-
el ejército, a fin especialmente en la incondicionalidad. […] Esta
virtud era presentada como la cumbre del espíri-
monias, ya sea en el calor de los púlpitos, o incluso
en la reservada lealtad de los confesionarios.
de constituir tu militar y la característica esencial del perfecto En resumen, podemos aplicar a Mons. João al-
esclavo de María, que debería estar dispuesto a gunas palabras del Dr. Plinio sobre su obra, pues
la orden de todo, en cualquier momento, sin imponer condi- fue a través de él que ésta se convirtió en «una
ciones a su dedicación y obediencia».3 versión en términos contemporáneos del espíritu
caballería Según el Dr. Plinio, las «Itaqueras» constituye- del caballero cristiano de antaño: en el idealismo,
ron una felicísima prolongación de su sistema coti- ardor; en el trato, cortesía; en la acción, dedica-
tan soñada diano de instruir: «Tenía el valor de la seriedad, en ción sin límites; en presencia del adversario, cir-
por su padre el reconocimiento de la insuficiencia del hombre
y, por tanto, de la necesidad de un método. Y esto
cunspección; en la lucha, altanería y coraje; y, por
el coraje, ¡victoria!».
y fundador ocurre también en la formación de la voluntad: es
La caballería, una maravilla por completar
la resolución de adquirir reflejos, de volverse flexi-
ble, rápido, decidido, de “desembobarse” y de ser ¿Solamente eso? ¿No hablaba el cardenal Rodé,
capaz de sacrificios de toda especie».4 en el discurso mencionado antes, de una caballería
nueva? ¿Qué hay de verdaderamente inédito en la
Instituciones con acentuada nota caballeresca obra de Mons. João para convertirla no en una ree-
De ahí en adelante aparecería dentro del movi- dición de instituciones del pasado, sino en algo que
miento una serie de símbolos e instituciones con apunta al futuro?
«No es bueno que el hombre esté solo» que sólo se realizará en plenitud al final de los
(Gén 2, 18). Este versículo del primer libro de la tiempos, cuando Jesucristo, Caballero divino de
Revelación expresa una regla de la «arquitectura» espada entre los labios, descienda de los Cielos
divina en el universo: Dios quiso que algunas de acompañado por aquellos que el Apocalipsis de-
las realidades más sublimes sólo alcanzaran su nomina, sin distinción entre ángeles y hombres,
plenitud unidas a otras. los «ejércitos celestes» (19, 14). En la milicia
Así, al analizar la historia de la caballería, se Sí, en la milicia de los seguidores del León de
tiene la impresión de estar ante una ojiva que aún Judá, criaturas angélicas y humanas comparten del León de
espera recibir su piedra angular. Eminentes epo- idéntico escenario de batalla, cierran filas a una
peyas como las de San Luis Rey, Balduino IV de misma carga, en definitiva, tienen en común las
Judá, ángeles
Jerusalén o Santa Juana de Arco emergen aquí y
allá como clarinadas prenunciadoras en una me-
armas, el combate y la gloria.
Cómo no ver la coincidencia entre esta realidad
y hombres
lodía en compás de espera, que se alza en el deseo y el deseo de Mons. João por sacralizar en están- comparten
de besar el Cielo. dares militares, hasta el mínimo detalle, el apos-
Por otro lado, los innumerables episodios tolado y la vida de los Heraldos del Evangelio. No idéntico
de apariciones angélicas en las guerras, desde escondamos la lámpara debajo del celemín: se tra-
el misterioso «general del ejército del Señor» ta de una táctica de combate espiritual. Y, gracias escenario de
(Jos 5, 14) visto por Josué en vísperas de la a ella, se configuraron los inicios de una auténtica
invasión de Jericó, o el jinete de blanco blan- caballería angelical.
batalla y
diendo armas de oro colocado al frente de los
Macabeos (cf. 2 Mac 11, 8), hasta las cargas ce-
¿Qué más decir? ¿Con qué condecoración de-
bemos galardonar a este caballero que hizo de su
cierran filas
lestiales narradas en las crónicas medievales, vida entera una epopeya en pro de la fe? El carde- a una misma
sugieren que hay una reciprocidad, una especie nal Franc Rodé, cuyas palabras recordamos una
de afán de lo alto de unirse a la caballería de los vez más, parece haber encontrado una fórmula carga, tienen
hombres. feliz: «Gracias, monseñor, por su noble compro-
Uno de los primeros símbolos de la Orden de miso, gracias por su santa audacia, gracias por su en común
los Templarios —dos caballeros que comparten amor apasionado por la Iglesia, gracias por el es-
la misma montura— parece ser la expresión he- pléndido ejemplo de su vida. ¡Eres de la estirpe de
las armas,
ráldica de ese anhelo del universo de una unión los héroes y de los santos!». el combate
1
SAN BERNARDO DE Fuerzas Armadas esta- portaje acerca de esa tro- Corrêa de Oliveira. Cità y la gloria
CLARAVAL. «De laude dounidenses que actúa pa de élite, que le sirvió del Vaticano-Lima: LEV;
novæ militiæ», n.º 1. In: como estructura anfibia de inspiración para las Heraldos del Evangelio,
Obras completas. 2.ª ed. en operaciones navales. «Itaqueras». 2016, t. IV, p. 364.
Reproducción
i pudiéramos entrevistar a los Após- ta de quien es la raíz de todo lo que hoy constitu-
toles y preguntarles qué les movió a ye el carisma, la mentalidad y las costumbres de
dejarlo todo para seguir a Nuestro los Heraldos del Evangelio: cómo supo convertir
Señor Jesucristo, seguro que las en hechos el ideal contemplado en el Dr. Plinio,
respuestas serían muy diversas. y plasmar su sabiduría en personas, en estilos de
Para uno habría sido la mirada bondadosa y vida, en realidades tangibles. Mons. João
penetrante del Maestro; para otro, el imperio
que expresaba su voz diciendo simplemente: Desde joven, insaciable sed de hacer el bien supo convertir
«Sígueme» (Jn 1, 43; Lc 5, 27); para un ter- Al igual que San Juan Bosco, Mons. João se
cero, como Natanael, su discernimiento mani- sintió llamado desde siempre a guiar a los jóvenes en hechos
fiestamente divino declarando: «Antes de que Feli- por el camino de la virtud y de la moral. Vimos
pe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, cómo ya en su más tierna infancia experimentó el ideal
te vi» (Jn 1, 48); para otro más, una actitud enérgica
al reprender a los fariseos.
abundantemente de qué maldades es capaz el ser
humano, perdiendo así toda ilusión con el mundo,
contemplado
A partir de lo que nos contaran, muy proba- y lo mucho que deseaba formar un grupo de mu- en el
blemente concluiríamos que el primer y principal chachos que buscaran revertir la decadencia de
factor de atracción en Jesús no era su doctrina, nuestra sociedad. Dr. Plinio,
sino su ejemplo vivo, sus gestos, sus disposicio- Tras su primer encuentro con el Dr. Plinio, se
nes, todo lo que constituía su carácter. lanzó de cuerpo y alma al servicio de la causa ca- y plasmar su
En efecto, es una felicidad inmensa encontrar tólica en las filas del movimiento que éste fundó,
un modelo a seguir, una persona por la que dejar- y no mucho después se mudó a una de las casas sabiduría en
se guiar, ¡un maestro! Todo hombre está en cons-
tante búsqueda de arquetipos, pues el instinto de
de la entidad, situada en la calle Aureliano Cou-
tihno, de São Paulo. Un miembro del Grupo que
personas, en
imitación forma parte de la psicología humana, residió allí en ese período recuerda: «Desde el estilos de vida,
como afirma Mons. Luis Civardi: «El ejemplo comienzo Mons. João ya poseía la misma bondad
hace sensible la verdad, la cual, en cierto modo, que constatamos más tarde; quería ayudar a todos, en realidades
se encarna en la persona y en los hechos».1 deseaba el bien de todos. En aquellos primeros
Esta felicidad, Mons. João la tuvo cuando co- tiempos teníamos que preparar el periódico Cato- tangibles
noció al Dr. Plinio, como hemos visto en artículos licismo para enviarlo por correo a los suscriptores,
precedentes, y de ella hizo partícipes a sus pro- y Mons. João participaba en este trabajo, siempre
pios discípulos e hijos espirituales. Por medio de alegre, cantando mientras doblábamos los periódi-
estas líneas, deseamos ahora sacar a luz otra face- cos. Era el alma de la sede2 de la [calle] Aureliano».
Monseñor João impartiendo reuniones de formación a diversos grupos a lo largo de los años
Su amor por la Iglesia Católica y su piedad eran impulso a esta institución, constituyendo un nú-
tan vivos que parecían «contagiar» a los demás, cleo que viviera bajo un régimen casi monacal,
El verdadero como declaró otro de sus coetáneos: «Una mañana, regido por un ordo consuetudinis —orden o regla
maestro es cuando fui a la catedral de la Sé, de São Paulo, para
comulgar, al llegar a la puerta de la capilla del Santí-
de costumbres—, acrecentado por la disciplina
de las «Itaqueras».
aquel que se simo oí que el acólito ya había tocado la campanilla
y había iniciado el Confiteor. Era éste tan profundo,
En los primeros años del éremo hubo grandes
equívocos por parte de sus miembros en relación
revela como tan contrito, tan claro que me emocioné. Inmedia- con el ideal que el Dr. Plinio deseaba realizar allí:
tamente me dirigí a la mesa de la comunión: era el unos pocos anhelaban únicamente una reedición
ejemplo vivo de Sr. João Clá el que estaba acolitando a D. Silvio de —mal concebida— de la Orden de Cluny; peor
Moraes Matos, por entonces párroco de la catedral. aún, muchos no querían abandonar su propia ru-
lo que enseña; Estoy tan agradecido por esa experiencia que no he tina y abrazar la que había sido establecida. La
sabe ser pastor dejado de rezar al menos un Confiteor cuando entro
allí, en recuerdo de aquella ocasión».
experiencia no tardó en desvanecerse. Monseñor
João recordaba muchas ocasiones en las que él,
y oveja, sin Varios otros que lo conocieron en aquella época
son unánimes al describir la pureza y vivacidad de
solo, cantaba el oficio parvo de Nuestra Señora en
la capilla y hacía los cortejos del ceremonial de la
exigirles nunca su fisonomía, su decisión e ímpetu en la acción, y casa, mientras tales actos eran abandonados con
la concordia y comunicatividad que siempre mos- negligencia por la mayoría de los que deberían
a los demás lo traba al interactuar con el Dr. Plinio. Todas estas ser, en todo, sus hermanos.
cualidades, manifestadas con tanta sencillez por Finalmente, tras arduos esfuerzos y muchos
que antes no un novato, brillaban como una antorcha, que poco años de lucha, logró formar un grupo de eremi-
se ha exigido a poco incendió los corazones de los demás y cam-
bió la cara del Grupo.
tas fervorosos, estableciendo el éremo sobre ba-
ses sólidas tal y como había sido el deseo inicial
a sí mismo Enseñando con el ejemplo
de su padre espiritual. En 1988, encontrándose
en São Bento, el Dr. Plinio exclamó: «¡Durante
Así pues, al Dr. Plinio se le abrían las puertas cuántos años hemos procurado realizar lo que
para la tan deseada institucionalización de su obra. aquí está presente! ¡Luchamos en todos los sen-
Ardientemente había esperado que sus seguido- tidos, sin que fuera posible conseguir lo que veo
res se entusiasmaran con el carácter militante del aquí con enorme gusto! Y ustedes saben muy
católico y abrazaran una vida reglada. Poco éxito bien hasta qué punto João ha sido mi instrumento
había obtenido antes de la llegada de Mons. João. bendito para la realización de todo esto».3
De hecho, sólo a partir de las «Itaqueras» que él He aquí al verdadero maestro: aquel que se re-
había organizado es cuando ese anhelo del funda- vela como ejemplo vivo de lo que enseña. Sabe
dor comenzó a echar raíces, como hemos visto en ser pastor y oveja, maestro y discípulo, dando y
el artículo anterior. recibiendo continuamente, porque —nos lo en-
En el año de 1969, el Dr. Plinio le pidió a señó Mons. João— para ser un buen formador,
Mons. João que se mudara al Éremo de São Ben- lo más importante es, primero, formarse, y no
to, antiguo monasterio benedictino adquirido re- exigirles nunca a los demás lo que antes no se ha
cientemente por la TFP. Esperaba darle un nuevo exigido a sí mismo.
¿Cómo formar a las nuevas generaciones? Para ello, a lo largo de la década de 1980 y prin- Al ver cómo
Con el paso de los años, Mons. João compren- cipios de los 90, les fue transmitiendo metódica-
dió que no podía corregir a los jóvenes que ingresa- mente los más importantes asuntos teológicos, es- las nuevas
ban en la obra del Dr. Plinio con el mismo rigor que pirituales e históricos, constituyendo de esa forma,
antiguamente. Los novatos no lo miraban ya como con robustez, las bases del Curso Santo Tomás de
generaciones
un igual, sino que, por la diferencia de edad, expe-
riencia y fidelidad, lo consideraban con el respeto y
Aquino. En este sentido, además del sólido e in-
édito armazón doctrinario recibido de su padre y
carecían de
la admiración debidos a un «hermano mayor». fundador, le fue de enorme auxilio la profundiza- una educación
Al ver cómo las nuevas generaciones carecían ción teológica lograda en los frecuentes contactos
de una educación sólida, incluso en los ámbitos con lumbreras de la escuela tomista del siglo xx, sólida en
cultural, moral y religioso, decidió desarrollar como los sacerdotes dominicos Victorino Rodrí-
un intenso programa de formación. Enseñó a los guez y Rodríguez, Antonio Royo Marín, Fernando los ámbitos
llamados enjolras4 a organizar su propia rutina, Castaño, Esteban Gómez, Arturo Alonso Lobo,
dando siempre prioridad a lo más importante —la Raimondo Spiazzi y Armando Bandera.
cultural,
vida interior—, y luego a lo más urgente, es decir,
las obligaciones cotidianas. «Estos muchachos son más felices que yo» moral y
El método de formación empleado, extraído de Monseñor João era un formador completo, que religioso,
su padre y fundador, destacaba por las conversa- exigía perfección en todos los actos y demandaba
ciones o breves reuniones en las que relataba algún siempre disciplina, pero sabía compensar la rigi- Mons. João
episodio que le había sucedido al Dr. Plinio, y del dez con elementos de distensión, con un equili-
que sacaba una lección para la vida de sus oyentes. brio propio a quien sigue al divino Maestro: «La desarrolló
Transmitía los hechos con tanta admiración y entu- atmósfera de la Iglesia Católica está toda hecha
siasmo que un joven eremita afirmó recientemente: de la unión de estos dos elementos que a la Revo-
un intenso
«Hasta hoy vivo del recuerdo de aquellas reuniones.
Su amor por el Dr. Plinio era tal que nos arrebataba».
lución le gusta separar: la autoridad que se impo-
ne, guía, corrige y, según el caso, es severa; y, por
programa de
Monseñor João percibió cómo los enjolras otro parte, la bondad que sabe proteger, perdonar, formación
tenían el alma muy abierta a las gracias que el acoger, entender, que anima y acerca a sí».6
Dr. Plinio denominaba flashes.5 Cual velas de bar- Ese don, al alcance de pocos, fue rápida-
co al capricho del viento, se dejaban elevar, sin po- mente discernido por el propio Dr. Plinio en su
ner obstáculos, por la maravilla que les causaban discípulo fiel: «Estas cualidades de un general
las verdades sobrenaturales presentadas de mane- son las que he visto en mi João y apreciado so-
ra fulgurante. Sin embargo, advirtió un riesgo en bremanera. El Éremo de São Bento y el Éremo
esta actitud: la superficialidad. Entonces, a medida de Præsto Sum7 son dos sinfonías permanentes
que los jóvenes ascendían llevados por las «alas» de almas que él va regulando, va ajustando. A
de la gracia sensible, trataba de «construir» bajo veces noto que dio un leve apretón, que alguien
sus pies un «andamio» con los principios de la doc- se sintió molesto con algo; yo finjo que no lo he
trina católica. Así pues, cuando llegara el período visto, pongo una fisonomía alegre, pero dándo-
de aridez y de prueba, no caerían desde la altura a me cuenta de que un hijo mío “ha sangrado” un
la que habían sido alzados. poquito; y le doy gracias a la Virgen. Qué bueno
Archivo Revista
Archivo Revista
Archivo Revista
Amish Coelho
Amish Coelho
Outro
relevante
aspecto na Escenas de clases y ceremonias de graduación de las tres instituciones de enseñanza superior fundadas
gracias al incentivo de Mons. João: el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino (ITTA),
formação el Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista (IFAT) y el Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica (IFTE)
que haya manos tan buenas y tan peritas para y no por meras impresiones. También les explicaba
dada por hacer “sangrar”».8 que en el hombre destacan la fuerza, la determina-
El Dr. Plinio, que en su juventud había sufri- ción, el empuje, mientras que la mujer representa
Mons. João do mucha soledad porque no había nadie que lo el lado más delicado, más afectivo, más atento y,
acompañara, manifestaba su contento con la for- por lo tanto, en ella los símbolos resaltan más. Así,
consiste mación impartida a los enjolras: «A veces pienso: después de unos años de dedicada e intensa forma-
“Estos muchachos son más felices que yo; cuando ción, concibió un hábito para ellas similar al de sus
nos estudos dieron sus primeros pasos, tenían un João Clá que hermanos de ideal, observando que esta prenda
acadêmicos, yo no tuve…».9 destacaría más en la mujer que en el hombre.
Posteriormente reveló que, tras el fallecimiento
cuja Guiando a las almas tras la partida del Dr. Plinio, comenzó a tener un discernimiento
del Dr. Plinio más claro sobre las necesidades de cada uno de sus
importância Con la partida del Dr. Plinio hacia la eterni- hijos espirituales. E indicó el alcance de este don
dad, la relación de Mons. João con los que has- con un ejemplo: «Estoy dando una reunión y, de
enquanto ta entonces lo tenían como hermano cambió de repente, mis ojos se fijan en alguien fortuitamente;
perspectiva. Si antes se le permitía cierta intran- y veo: “Éste está en crisis”, o bien: “Ése ha recibido
instrumento sigencia como ejecutor de los designios del fun- una gracia y está cambiado”. Percibo que es un avi-
de apostolado dador y enemigo implacable del mal espíritu, de
ahí en adelante era necesario mostrar más com-
so suyo, del Dr. Plinio: “Ayuda a ése, tira de aquel,
aprieta este otro”».10
ele enfatizou prensión y bondad hacia todos.
Énfasis en los estudios
En esta época fue cuando fundó la rama feme-
inúmeras vezes nina de la obra, en un lance inédito para él, ya que Otro aspecto relevante en la formación impar-
siempre había trabajado sólo con varones. A las tida por Mons. João son los estudios académicos,
aspirantes las formó en la misma escuela de per- cuya importancia como instrumento de apostolado
fección y disciplina establecida para los chicos, enfatizó numerosas veces, como en esta homilía:
pero su sentido psicológico y su discernimiento le «Darlo todo significa estudiar, es decir, preparar-
ayudaron a percibir rápidamente las diferencias se, aprender, para después ser más útil a la causa,
de mentalidad existentes en el hombre y en la mu- ser más útil a la Iglesia. Necesito dedicarme más
jer, y a adaptarse sabiamente. al aprendizaje, entonces debo querer tener una
Les exigía que fueran fuertes, a pesar de su verdadera reserva de conocimientos, para predicar
natural fragilidad, y siempre trataba de ayudarlas mejor, para hacer más apostolado, para llevar a un
a olvidarse de sí mismas a través de actos de ge- mayor número de personas a Dios, nuestro Señor».11
nerosidad y admiración constantes. Ponía mucho Dando continuidad a la labor emprendida en
empeño en que aprendieran a guiarse por la razón vida del Dr. Plinio, promovió cursos sobre doc-
Carlos Moya
a todos biblias y catecismos. Transmitía
siempre las materias con muchos ejemplos,
nunca desligadas de la vida concreta, cons-
tituyendo así las bases del sólido Plan de For-
mación de los Heraldos del Evangelio.
Gracias al empeño de Mons. João a lo largo de
tantos años, se multiplicaron entre los heraldos los
doctores y maestros, graduados en universidades
pontificias, y fueron fundados el Instituto Filosófi- Monseñor João tras recibir el título de doctor
co Aristotélico-Tomista, afiliado a la Universidad
en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia
de Santo Tomás de Aquino, Roma, en 2009
Um arauto
Pontificia Salesiana de Roma, el Instituto Teoló-
gico Santo Tomás de Aquino, afiliado a la Ponti- todo, así como él se entregó por completo y dedi-
do Evangelho
ficia Universidad Bolivariana de Medellín, y el
Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica,
có su vida entera a formar espiritual y moralmen-
te las piedras vivas con que la Santísima Virgen
nunca
de Ciencias Religiosas. construirá su Reino en la tierra. duvidará sobre
El ejemplo de nuestro fundador, sus esfuerzos
«El pueblo que me he formado contará por alcanzar la perfección, sus altísimas metas y como proceder
mis alabanzas» su incansable celo por el progreso individual y co-
«Os he dado ejemplo para que lo que yo he lectivo crearon fundamentos sólidos para la obra y em situação
hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»
(Jn 13, 15), les recomendó el Señor a sus discípu-
un legado de arquetipos en todos los campos. Un
heraldo del Evangelio nunca dudará de qué hacer
alguma pois,
los. Desde la eternidad, Mons. João hace hoy ese
mismo llamamiento a sus hijos espirituales, como
o cómo proceder en determinada situación, por-
que en cualquier dirección que mire encontrará
em qualquer
San Pablo: «Sed imitadores míos como yo lo soy las huellas de su padre, su palabra, su resolución, direção
de Cristo» (1 Cor 11, 1). su sangre. Y podrá cumplir respecto de él lo que
Junto al Sapiencial e Inmaculado Corazón de el Señor esperaba de la nación elegida: «El pue- que olhar,
María, se alegra con el más mínimo progreso de blo que me he formado contará mis alabanzas»
cada uno, pero espera que todos sus hijos lo den (Is 43, 21). encontrará
1
CIVARDI, Luis. Após- 4
Término usado inter- consecuencia, la perso- de acoger a los discípulos
as pegadas
toles en el propio am-
biente, apud ROYO
namente en la obra del
Dr. Plinio para denominar
na desea la santidad más
que si practicara grandes
más jóvenes del Dr. Pli-
nio que se sentían atraídos
de seu pai
MARÍN, OP, Antonio. a los discípulos de las ge- esfuerzos ascéticos, y tie- por las gracias de institu-
Espiritualidad de los se- neraciones más jóvenes. ne su sensibilidad de for- cionalización del Éremo
glares. Madrid: BAC, ma tan ordenada que casi de São Bento.
5
El flash es una gracia ac-
1967, p. 838. se asemeja al estado de
tual que, incidiendo es- 8
CORRÊA DE OLIVEI-
2
En un sentido más amplio pecialmente sobre el don Adán en el paraíso; en
RA, Plinio. Reunión.
del habitual, el término de ciencia, le confiere al suma, se siente angelica-
São Paulo, 16/9/1991.
sede lo utilizaban los dis- alma una particular cla- lizada, porque Dios entró
cípulos del Dr. Plinio para en contacto con ella.
9
CORRÊA DE OLIVEI-
reza para comprender las
referirse a cualquier casa RA, Plinio. Conferencia.
verdades de la fe —con 6
CORRÊA DE OLIVEI-
del movimiento que éste São Paulo, 20/11/1976.
mayor eficacia y profun- RA, Plinio. Conferencia.
había fundado. didad que si se realizara São Paulo, 31/1/1976.
10
CLÁ DIAS, EP, João
3
CORRÊA DE OLIVEI- un prolongado estudio— Scognamiglio. Charla.
7
Éremo situado en una es-
RA, Plinio. Reunión. y, alcanzando también la Madrid, 16/1/1996.
paciosa finca en el barrio
São Paulo, 25/12/1988. voluntad y la sensibilidad, 11
CLÁ DIAS, EP, João
de Santana, de São Pau-
la invita a adherir a lo que Scognamiglio. Homilía.
lo, constituido con el fin
le ha sido mostrado. En Mairiporã, 27/11/2006.
Sumario
Hijo fiel de la Santa Iglesia
uando se homenajea a un padre, suelen hacer con todo lo que no pueden entender.
por muy solemne que sea el acto, Ahora bien, ¿qué tenía de inextricable esta enti-
es natural que haya espacio para dad para sus contemporáneos?
narrar algunos recuerdos —¡al fin Amor desinteresado. Aquellos jóvenes salían a
y al cabo, estamos en familia! Así las calles y enfrentaban los elementos —físicos o
que le pedimos permiso para reconstruir una morales— simplemente por abnegada dedicación
escena particularmente impactante de nuestra a la Santa Iglesia Católica y a todo lo que es con- El Dr. Plinio
juventud. Y decimos «nuestra» no por mera
fidelidad a las reglas de la escritura, sino por
forme a ella. Para el mundo ateo de la segunda
mitad del siglo xx, tal actitud representaba un es-
nutría un
el hecho de que este recuerdo nuestro posible- cándalo, un absurdo o, peor que eso, un milagro. gran amor a la
mente será también suyo, querido lector. ¿Quién fue el responsable de semejante epopeya?
En efecto, entre los años 1960 y 1990, cuántas Santa Iglesia
personas, de norte a sur de Brasil, no habrán pre- El alma detrás del mito
senciado el siguiente episodio: en las principales Alma impulsora del pujante movimiento, el Católica; el
calles, avenidas y plazas de las ciudades, de un Prof. Plinio Corrêa de Oliveira nutría un gran
momento a otro, como un espejismo, surgía un amor a la Santa Iglesia, hasta el punto de afirmar epíteto «varón
revuelo de estandartes rubro-áureos, con su desa-
fiante león rampante. Los portaban unos jóvenes
que el epíteto «varón todo católico y apostólico,
plenamente romano» constituía el único elogio
todo católico
con capas también rojas que, con fisonomía ama- que tocaba profundamente las fibras más sensi- y apostólico,
ble, postura altanera y voz decidida, proclamaban bles de su alma.
eslóganes en defensa de la Iglesia y de su moral, y De hecho, Mons. João a menudo les recorda- plenamente
de sacrificio en pro de la fe. ba a sus hijos una reunión memorable de 1978,
Era la intrépida TFP, Sociedad Brasileña de realizada con motivo del aniversario de bautismo romano»
Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad, de su padre espiritual, en la que, a pesar de la pla-
cuyo nombre aún resuena en nuestros oídos con cidez que lo caracterizaba, el Dr. Plinio se con- tocaba a fondo
nostalgia, en los del público en general, con res-
peto y en los de sus enemigos —porque hasta hoy
movió hasta las lágrimas cuando le recordaron el
don de pertenecer a la Santa Iglesia. Esa vez, tras
su alma
los hay—, con rencor… y a menudo, con miedo. contener su emoción, afirmó:
Hace más de veinte años que la TFP no actúa «Lo que uno ama, lo ama porque lo ha visto, lo
tan visiblemente en Brasil; sin embargo, su me- ama porque lo ha comprendido, lo ama, en defini-
moria sigue viva. Se inmortalizó porque los hom- tiva, porque ha adherido a ello con toda su alma.
bres la convirtieron en leyenda, lo que, por cierto, Pero de tal manera que la palabra adherir es débil;
Sumario
Sacerdote de Nuestro Señor Jesucristo
Procuró
Monseñor João después de una misa concelebrada en la basílica de Nuestra Señora del Rosario,
Caieiras (Brasil), en 2009 formar un
Mons. João se propuso imitar en todo al Sumo y
Eterno Sacerdote, siendo un león valiente en el púl-
en nuestros días y deseando con todas las fuerzas
de su alma el más glorioso desquite de Dios en la
clero íntegro,
pito, un cordero inocente al ofrecer el Cordero en el historia. Por lo tanto, esperaba ver atendidas en combativo
altar y un padre clementísimo en el confesionario. plenitud las súplicas formuladas en el padrenues-
En consecuencia, quiso marcar el ministerio tro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu volun- y generoso,
sacerdotal con ciertos atributos marciales que tad en la tierra como en el Cielo».
servirían para preservar de todo tipo de relaja- Nuestro fundador siempre consideró la predi- recordándoles
miento el celo de sus hijos por el esplendor de la cación de la Palabra de Dios como un arma de in-
liturgia y por el bien de las almas. Combatía en calculable poder para promover el bien y frenar la a sus hijos
ellos cualquier indicio de negligencia o desorden
—desgraciadamente, tan común hoy día— en el
expansión del mal. En el combate al vicio, siguió
el ejemplo de su padre espiritual, el Dr. Plinio, a
sacerdotes la
servicio del altar, en la administración de los sa- quien consideraba un cruzado incansable en con- necesidad de
cramentos, en la predicación de la Palabra divina tinuo estado de lucha. Sus predicaciones eran ri-
e incluso en la vida privada. cas en contenido, de claridad meridiana y adorna- actuar con
Conocedor de lo mucho que los escándalos de das con abundancia de descripciones y ejemplos,
los malos sacerdotes han perjudicado al rebaño para inculcar en su auditorio, de manera accesible pulcritud
del Buen Pastor, procuró, como fundador y padre, a todas las edades y condiciones, el amor a la vir-
formar un clero íntegro, combativo y generoso, tud y la detestación del vicio. durante las
dispuesto a dar la vida por los demás como Jesús
victimizado la entregó por cada hombre. Cuando
Cabe señalar, no obstante, que esta actitud be-
ligerante, que brillaba especialmente en el púlpito,
ceremonias
se trataba del sacramento de la Penitencia, jamás nunca lo distanció de los fieles. Al contrario, per- litúrgicas
rechazaba una petición que se le hiciera, incluso cibiendo la integridad de su corazón paternal y de
fuera de tiempo y de lugar. Y lo mismo les ordenó su inclinación a acoger a los pecadores, personas
a sus hijos: nunca arrogarse el derecho de negar que apenas lo conocían le pedían ser oídas en con-
una confesión, pues en la ordenación habían sido fesión, incluso en ambientes insólitos, como, por
clavados en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo ejemplo, durante los viajes en avión. De suerte que
para siempre. se creó a su alrededor un rebaño ajeno a su obra,
Un vicio temía de manera especial para los que se entusiasmaba con su palabra y no rechazaba
suyos: el de la mediocridad, mezquindad propia el desafío de conformar sus vidas a ella.
de quien se acomoda a una vidita fácil y huye de
los sublimes desafíos que el Crucificado pone Sacralidad de la liturgia
ante sus elegidos. Monseñor João enseñó con la A lo largo de los años de convivencia con el
palabra y con el ejemplo que el ministro de Dios Dr. Plinio, Mons. João extrajo de él un profundo
debe vivir considerando horizontes grandiosos, amor a la sacralidad de la liturgia. Por eso, bus-
comprendiendo el auge al que ha llegado el mal caba que en sus misas resplandeciera el brillo del
Sergio Miyazaki
carácter sagrado del altar. […] Y es necesario tener
siempre creyó un santo afecto en relación con el altar».8
que será Para remarcar en el corazón de sus discípulos
ese carácter espiritual, Mons. João instituyó una
Nuestra inspección de faltas después de las celebraciones, Monseñor João en la basílica de Nuestra Señora del
Rosario, Caieiras (Brasil), en abril de 2010
en la que él mismo, u otro sacerdote experimenta-
Señora quien do, indicaba los errores cometidos en el ceremo- Este fuego ardía en el corazón de Mons. João
nial, con el objetivo de formar sacerdotes llenos de con respecto de la administración de cada sacra-
elevará la santo temor, respeto y celo por los sagrados miste- mento, y especialmente en relación con la Euca-
rios, sin caer en la afectación y el automatismo. Por ristía. Característico de su alma sacerdotal era la
santidad el mismo motivo, también impulsó la elaboración fe en el poder impetratorio y satisfactorio de la
sacerdotal de una minuciosa y actualizada concordancia ilus-
trada de las normas litúrgicas oficiales, enriqueci-
santa misa, hasta el punto de aspirar a la cons-
trucción de una iglesia donde se celebraran misas
y la vida da con la nota peculiar del carisma de los heraldos, continuamente —respetando el ciclo y el tiempo
ya que, según afirmaba, las rúbricas han de seguir- litúrgicos—, una tras otra, para conmover los
sacramental a se con disciplina propiamente militar. Cielos y atraer a la tierra la justicia y la misericor-
dia del Altísimo.
un esplendor Sacerdocio marial y profético En cuanto a las peticiones que se formularan
Como es sabido, Mons. João se consagró, con durante la celebración, afirmaba: «El mismo po-
nuevo, todo profunda seriedad y vivo entusiasmo, como escla- der impetratorio dado a la Virgen lo tiene el sa-
marial y vo de amor a la Santísima Virgen según el méto-
do preconizado por San Luis María Grignion de
cerdote en el momento de la elevación de la hostia
y del cáliz. Debemos aprovechar este momento al
profético Montfort. Sin embargo, su veneración por esta máximo y, por tanto, pedir con convencimiento,
tierna Madre y soberana Señora lo llevó, en algu- piedad, fe, certeza plena del triunfo y de la inter-
nos aspectos, más allá de todo lo que le había pre- vención divina».9
cedido en materia de devoción. A sus hijos presbíteros les recomendaba una
Siguiendo las intuiciones proféticas de ese santo convicción cada vez mayor del acto grandioso que
francés, Mons. João siempre creyó que será Nues- realizan: «El sacerdote necesita, en cada misa, cre-
tra Señora quien elevará la santidad sacerdotal y la cer en la fe; si celebra con la misma fe que el día an-
vida sacramental a un esplendor nuevo, todo ma- terior, ya ha retrocedido. Necesita crecer cada día,
rial y profético, quien ataviará a la Esposa Mística no en sensibilidad, sino en el acto de fe que hace en
de Cristo con el más hermoso traje de gala para las el gran milagro que se obra cuando pronuncia las
nupcias del Cordero (cf. Ap 19, 7-9). Por la parti- palabras de la consagración. […] Debe darse cuen-
cipación en el espíritu y en las gracias mariales, ta de que en sus manos tiene a la segunda persona
se encenderá un fuego nuevo en el corazón de los de la Santísima Trinidad, encarnada […], y que
sacerdotes, transfigurando la Iglesia docente a los está realizando un acto muy serio, elevadísimo,
ojos de los fieles con una luz sumamente atractiva. extraordinario».10
Daniel Letelier
Sumario
Vida mística
Un misterio
sólo entrevisto…
ú no entiendes ahora lo que punta del velo que cubría el santuario interior del
hago, pero, más tarde, lo com- alma de Mons. João.
prenderás» (Jn 13, 7). Esta frase
dirigida por el divino Maestro a «No soy yo el que vive»
San Pedro, durante el lavatorio Muchos han planteado las más variadas hipó- Alguien con
de los pies, bien podría venir a la mente tesis acerca de la misteriosa atracción sobrenatu-
de cualquiera que pretendiese disertar so- ral ejercida por Mons. João —similar a la comu- experiencia en
bre la vida mística de Mons. João. Las im- nicada por San Juan Bosco— sobre quienes se
presiones son tan vivas, las realidades tan acercaban a él. el trato con las
profundas y los hechos aún tan recientes Los estudiosos de la vida mística, sin embar-
que sólo una sabia espera, unida a un cuidadoso go, no tendrían dificultad en dilucidar la cues- almas expresó
estudio, podrá, en el futuro, arrojar una luz más
esmerada sobre el asunto.
tión: en los hombres de Dios —especialmente en
los grandes santos y fundadores— la presencia
este feliz
No obstante, sería una gran omisión silenciar divina es tan sensible que se vuelve irresistible. comentario
este aspecto del alma de nuestro fundador, por San Pablo tuvo suficiente magnanimidad y mo-
dos razones: primero, por haber sido un conven- destia para traducir en palabras esta realidad: sobre
cido predicador de la universalidad de esa vía; en «No soy yo el que vive, es Cristo quien vive en
segundo lugar, porque todos los que disfrutaron mí» (Gál 2, 20). Mons. João:
de su convivencia pudieron constatar cómo, en Los Padres de la Iglesia toman la escalera de
medio de su habitual sencillez y discreción, se Jacob —que, «apoyada en la tierra, con la cima «Detrás de
entreveía en él una intensa e íntima relación con
Dios, con la Virgen y con el Cielo. En efecto, si
tocaba el Cielo» (Gén 28, 12)— como símbolo
del propio Cristo2 y afirman que la vida mística
su sonrisa,
bien es verdad que la mística se presenta accesi- es una ascensión en la unión con Él, en dirección esconde una
ble a todos, es igualmente cierto que posee gra- a la «divinización».3
dos diversos.1 Así, basándonos en la más estricta y pura teo- profunda vida
Con respecto a esto, alguien con un perspicaz logía, podemos asegurar que hemos convivido
tino psicológico y una vasta experiencia en el con un hombre divinizado, en quien lo sobrena- mística»
trato con las almas expresó este feliz comentario tural latía constantemente. Ante él, era imposible
sobre él: «Detrás de su sonrisa, esconde una pro- separar lo humano de lo divino, pues, como bien
funda vida mística». Intentemos aquí, con mucho señala el P. Juan González Arintero, la vía místi-
respeto y sin pretender agotar el tema, levantar la ca es «la íntima vida que experimentan las almas
lo
za
on
un fuerte abrazo.
G
o
nd
A lo largo de los años se sucedieron numero-
na
r
Fe
sos episodios similares a éste. Muchos han sido
los hijos e hijas aconsejados a distancia, las per-
El Dr. Plinio y Mons. João delante del convento de los
sonas que místicamente se aparecían ante él en dominicos de Salamanca (España), en 1988
las más variadas situaciones, pidiendo ayuda, en
peligro o necesitadas de orientación —a veces, Llegó a Quito durante la noche, donde fue reci-
incluso con una «leyenda» en una foto, indicando bido por sus hermanos de vocación de ese país, y
el nombre del interesado— o, al contrario, aque- quiso ir directamente al monasterio de las concep-
llos que estando lejos vieron a Mons. João. Era cionistas. Como era de esperar, la iglesia ya esta-
igualmente frecuente que describiera toda la vida ba cerrada debido a la hora. Sus acompañantes lo
de alguien, su situación familiar, ascendencia y lamentaron mucho y le prometieron que volverían
otros detalles, simplemente analizando una foto- al día siguiente. Conocían poco a nuestro funda-
grafía o escuchando su voz por teléfono. dor… Decidió hacer como Josué ante las murallas
¡Cuántos otros hechos podrían ser narrados en de Jericó, y empezó a dar vueltas alrededor del Era la primera
los que se superaron claramente las barreras entre monasterio rezando varios rosarios. Al terminar el
la fe, lo humano y lo sobrenatural! último, se dirigió a una de las puertas del edificio vez que
y, para sorpresa de todos, la encontró abierta.
Irresistibles y acertados soplos Al día siguiente tuvo que ir a la ciudad de Rio- Mons. João
del Espíritu Santo
La osadía era otra constante en la vida de
bamba para conseguir más información sobre las
misteriosas profecías del convento de las concep-
visitaba aquel
Mons. João. ¡Cuántas decisiones serias, tomadas
con seguridad y de inmediato, presenciaron sus alle-
cionistas de allí. La priora local le dijo que no podía
hacer nada por él sin la autorización escrita de la
monasterio
gados! Algunos podrían considerarlo temeridad, madre superiora, que se encontraba convaleciente en España…
precipitación o incluso presunción; otros, lances en Quito, de donde él había venido… Sin perder
de un temperamento fogoso, dado a lo inesperado. un instante, Mons. João tomó el camino de vuelta físicamente.
¡Pobre del que juzga así a los hombres de Dios! a la capital con un solo acompañante, llegando allí
Quienes entienden de vida mística tienen una hacia las ocho de la tarde. Para asombro de éste, Todo era como
explicación muy diferente para este fenómeno: el
alma que está unida a Dios por entero «suele sen-
dijo que iba a buscar a la madre esa misma noche.
—Pero ¿adónde vamos? ¡No tenemos ninguna
lo «había
tir unos violentos y dulcísimos impulsos, que la
llevan sin saber adónde, pero seguramente a unas
dirección y Quito es una ciudad grande! —repli-
có la persona que lo auxiliaba.
visto» cuando
alturas para las cuales no bastan la luz, la fuerza —Lleve el coche allí arriba, y bajaremos pre- estaba en
ni la dirección ordinarias».7 guntando por las monjas —respondió Mons. João,
Es lo que ocurrió en 1978. Al enterarse de algu- indicando una calle que estaba en una elevación. São Paulo
nas revelaciones privadas hechas por Nuestra Se- Un tanto incrédulo, su compañero accedió,
ñora del Buen Suceso a la madre Mariana de Jesús pero mostrando cierto disgusto ante algo tan mo-
Torres, una religiosa concepcionista de Ecuador, lesto y aparentemente ineficaz. Comenzaron la
el Dr. Plinio mostró bastante interés en tener más búsqueda, yendo casa por casa, recibiendo una
datos sobre el asunto. Monseñor João, incansable, serie de negativas, las cuales parecían darle la
se dispuso a viajar a esa nación para intentar averi- razón a su «sensato» amigo… Sin embargo, esto
guar algo, aun careciendo de indicaciones concre- duró poco. Al entrar en otra calle, Mons. João fue
tas que facilitaran su misión. a un pequeño bar y preguntó por las concepcio-
5
Idem, p. 603.
ginald. Les trois âges de de la Iglesia. Antiguo a Dios» en una «familia-
la vie intérieur: prélude Testamento. Madrid: Ciu-
6
GONZÁLEZ ARINTE- ridad estupenda» es el
de celle du Ciel. dad Nueva, 2005, t. II, RO, OP, Juan. Cuestiones último grado de la vida
Paris: Du Cerf, 1938, p. 273. místicas. 2.ª ed. Salaman- mística (cf. GONZÁLEZ
t. I, pp. 307-336. ca: Calatrava, 1920, p. 58. ARINTERO, La evo-
3
Cf. GONZÁLEZ ARIN-
7
GONZÁLEZ ARINTE- lución mística, op. cit.,
2
Cf. AFRAATES. «Sobre TERO, OP, Juan. La evo-
RO, La evolución místi- p. 603).
la oración». In: ODEN, lución mística. Madrid:
Thomas C; SHERIDAN, BAC, 1959, p. 23. ca, op. cit., p. 204. 9
Cf. Idem, pp. 529-549.
Sumario
Monseñor João da la bendición con el
Santísimo Sacramento en la basílica
de Nuestra Señora del Rosario,
Caieiras (Brasil), en enero de 2009
Sérgio Miyazaki
Sumario
Devoción al Santísimo Sacramento
Un varón eucarístico
Al ser la Eucaristía el ápice y fin de la vida cristiana, en la relación
de Mons. João con el más augusto de los sacramentos podemos
discernir el elevadísimo grado al que llegó su vida sobrenatural.
Monseñor João trabajando en la capilla de la casa madre de los heraldos, en agosto de 2003
sacerdote, lo
que más le Monseñor João en una misa celebrada en enero de 2009
conmovía al Años más tarde, al entrar en la capilla de la Hacer que Dios mismo baje a la tierra
consagrar adoración perpetua de la basílica de Nuestra Se- Cuando recibió la ordenación sacerdotal en 2005,
ñora del Rosario, la primera iglesia erigida por Mons. João, que siempre se había extasiado con el
era el hecho él, Mons. João se emocionaría al ver realizado su Santísimo Sacramento expuesto, no dudó en afirmar
sueño, y como oyendo al Señor decirle: «¡He asu- que la consagración del pan y del vino durante la
de que un mido esta obra!». misa lo arrebataba de una manera aún más sensible.
Al pronunciar las palabras de la consagración,
simple mortal, Dos comuniones diarias… ¿y por qué no? como que constataba, a través de los velos de la
«prestándole» Llevando aún más lejos su devoción eucarís-
tica, a principios de 2004 Mons. João invitó a un
fe, cómo Nuestro Señor Jesucristo realmente se
hacía presente sobre el altar, impresión sobrena-
sus cuerdas sacerdote amigo a celebrar la santa misa después tural que se acentuaba con la especie del vino, por
de su reunión diaria con los miembros de los He- su semejanza con la sangre.
vocales raldos del Evangelio, costumbre que no existía Lo que más le conmovía en esos momentos era
hasta entonces. Esto se repitió durante varios días, el hecho de que un simple mortal, «prestándole»
al Señor, y muchos se preguntaban si no estaría rezando por sus cuerdas vocales al Señor, hiciera bajar a la
una intención especial. tierra al propio Dios encarnado. En sus manos se
hiciera que el En un momento de intimidad, algunos de sus hallaba aquel que había obrado tantos milagros y
propio Dios hijos más cercanos, deseosos de penetrar en el
corazón de su padre espiritual, le preguntaron el
que podía santificar, sanar cualquier dificultad y
resucitar a todos los hombres al final de los tiem-
encarnado motivo de aquella secuencia de misas. Con toda pos. Eran gracias tan sensibles que, en el breve
sencillez, respondió que no buscada una gracia ínterin hasta la comunión, hacía varias comunio-
bajara a específica, sino que deseaba que todos pudieran nes espirituales, movido por una santa avidez de
comulgar una segunda vez, conforme lo permite recibir cuanto antes a Jesús sacramentado.
la tierra el derecho canónico.10 Y explicó que sentía que,
así como el mal avanzaba a pasos agigantados Hacia la plena configuración
con vistas a perder las almas, el bien necesita- con Jesús eucarístico
ba hacer un progreso proporcional, porque de lo Bastaba asistir a una misa celebrada por
contrario los buenos no resistirían estos nuevos Mons. João para constatar su fe ardiente y su amor
embates. apasionado por la Eucaristía. ¡Con cuánta concen-
En una ocasión propicia, expuso lo mismo du- tración pronunciaba las palabras de la consagra-
rante una reunión plenaria, subrayando que a partir ción, consciente de que, a su voz, Jesús «nacía» de
de entonces adoptaría personalmente esta costum- nuevo sobre el altar! ¡Con cuánta piedad levantaba
bre, sin querer imponerla de ningún modo a los la hostia y el cáliz, con la mirada como transfigura-
demás. Sin embargo, enseguida la mayoría de sus da por tener el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
hijos siguieron su ejemplo. del Señor en sus manos! ¡Con cuánto recogimiento
1
Cf. DAURIGNAC, J. M. ría Santísima! El Paraí- 7
BENEDICTO XVI. 11
BEATO COLUMBA
S. Santo Inácio de Loyo- so de Dios revelado a los Audiencia general, MARMION. Jesucristo,
la. 4.ª ed. Porto: Aposto- hombres. Lima: Heraldos 23/6/2010. ideal del sacerdote. Bil-
lado da Imprensa, 1958, del Evangelio, 2021, t. I, bao: Desclée de Brouwer,
8
CORRÊA DE OLIVEI-
p. 334. pp. 37-38. 1953, p. 74.
RA, Plinio. Charla. Am-
2
Cf. JOYAU, OP, Char- 4
Idem, pp. 38-39. paro, 12/10/1965. 12
CLÁ DIAS, Carta a
les-Anatole. Saint Tho- Mons. Lucio Ángelo Ren-
5
Idem, pp. 50-51. 9
SAN PEDRO JULIÁN
mas d’Aquin. Tournai: na, op. cit.
EYMARD. Obras euca-
Desclée; Lefebvre et Cie,
6
CLÁ DIAS, EP, João
rísticas. 4.ª ed. Madrid: 13
BEATO COLUMBA
1886, pp. 162-163. Scognamiglio. Car-
Ediciones Eucaristía, MARMION, op. cit.,
ta a Mons. Lucio Ángelo
3
CLÁ DIAS, EP, João 1963, p. 312. p. 75.
Renna, OCarm. São Pau-
Scognamiglio. ¡Ma-
lo, 25/4/2005. 10
Cf. CIC, canon 917.
Archivo Revista
Sumario
Relación con la Santísima Virgen
ura
am
oT
iag
Th
1
Cf. CLÁ DIAS, EP, João Complètes. Paris: 5
CLÁ DIAS, ¡María San- mediáticos contra su per-
Scognamiglio. ¡Ma- Du Seuil, 1966, p. 685. tísima! El Paraíso de sona y su obra, llevadas a
ría Santísima! El Paraí- Dios revelado a los hom- cabo a lo largo de varias
3
Cf. CLÁ DIAS, op. cit.,
so de Dios revelado a los bres, op. cit., pp. 116-117. décadas.
p. 109.
hombres. Lima: Heraldos 6
La expresión estruendo 7
CLÁ DIAS, ¡María San-
del Evangelio, 2021, t. I,
4
Cf. CLÁ DIAS, EP, João
publicitario era utilizada tísima! El Paraíso de
pp. 25-29. Scognamiglio. Mãe do
entre los miembros de la Dios revelado a los hom-
Bom Conselho. 3.ª ed.
2
SAN LUIS MARÍA institución fundada por bres, op. cit., p. 123.
São Paulo: Lumen Sa-
GRIGNION DE MONT el Dr. Plinio para desig-
pientiæ, 2016. La primera 8
Hoy basílica menor, situa-
FORT. «Prière Embra- nar las feroces campañas
edición de la obra se pu- da en Caieiras, Brasil.
sée», n.º 25. In: Œuvres de calumnias y ataques
blicó en 1992.
Teresita Morazzani
Sumario
Víctima expiatoria por la Santa Iglesia
l seguir atentamente los artícu- Llegados a este punto, nos encontramos ante
los de este número especial de la un problema de difícil solución: ¿cómo narrar con
revista Heraldos del Evangelio detalle las nueve trombosis, las tres embolias, la
y considerar las numerosas con- mononucleosis y la tuberculosis que le afectaron
quistas atribuidas a la persona de en su primera madurez, además de las innumera-
Mons. João, un lector que lo conozca poco bles pruebas que acrisolaron su mente incluso ya
podría imaginar que su vida discurrió en lí- en esa época? Ninguna de ellas nos parece menos Mons. João
nea recta, de triunfo en triunfo hasta su parti- importante o carente de significado; ninguna de
da hacia la eternidad, sin haber sido atravesa- ellas, desvinculada de la perspectiva sobrenatu-
aprendió,
da en ningún momento por la perplejidad, por
la contradicción, por el sufrimiento. Se engaña el
ral que estamos siguiendo en estas páginas. Pero
avancemos un poco más en la vida de Mons. João,
desde su
que así pensara, pues desde su más tierna infancia hasta un período que, bien por su gravedad, bien más tierna
aprendió el lenguaje del dolor, el cual sería el inse- por su carácter parabólico, exige más atención.
parable compañero de su existencia. infancia,
Con tan sólo 8 años, le sobrevino una misterio- «Las cuentas están saldadas y
sa enfermedad —nunca diagnosticada satisfacto- ahora ha llegado tu fin» el lenguaje
riamente— que lo dejó postrado en cama durante El año de 1994 estaba a punto de terminar.
largos meses, hasta el punto de hacerle perder el Monseñor João había promovido una semana de
del dolor, el
año escolar. Más tarde aún recordaría la fuerte car-
ga preternatural que acompañó esa indisposición.
homenajes al Dr. Plinio con motivo de su cum-
pleaños, conmemorado el 13 de diciembre, sin
cual sería el
Si no le faltaron los sufrimientos físicos, poco imaginar que sería el postrero en esta tierra. inseparable
representaron éstos en comparación con los mo- En el último día de las celebraciones, que trans-
rales. Ya hemos visto cómo, al ser hijo único, el currió brillantemente, dirigía el coro y orquesta. compañero de
aislamiento era el sello distintivo del pequeño Cuando en medio de vítores y aplausos se cerraron
João. Y cuando empezó a relacionarse con sus las cortinas del escenario, se inclinó exhausto so- su existencia
compañeros de clase, vecinos e incluso algunos bre el atril de las partituras y dijo: «Ahora, después
familiares, vio abrirse ante él un mundo entera- de este reconocimiento hecho al Dr. Plinio en pú-
mente opuesto a la inocencia, en el que domi- blico, ¡ya puedo morir!». En su devoción filial ha-
naban el interés, el oportunismo y la maldad. bía demostrado, tanto como le era posible en aquel
¿Cómo sería el resto de sus años? momento, toda su admiración y arrobamiento por
1
CLÁ DIAS, EP, João Conferencia. São Paulo, Madrid: Rialp, 1977, 6
GARRIGOU-
Scognamiglio. Carta al 26/4/1995. p. 380. -LAGRANGE, op. cit,
Dr. Plinio, 15/3/1995. p. 492.
4
GARRIGOU- 5
SANTO TOMÁS DE
2
Idem, ibid. -LAGRANGE, OP, AQUINO. Commento 7
ROYO MARÍN, OP,
3
CORRÊA DE Réginald. El Salvador al Libro di Giobbe, Antonio. Jesucristo y la
y su amor por nosotros. c. I. Bologna: Studio vida cristiana. Madrid:
OLIVEIRA, Plinio.
Domenicano, 1995, p. 38. BAC, 1961, pp. 575-576.
¿Ocaso o aurora?
Después de considerar la riquísima personalidad de Mons. João,
surge una pregunta: ¿su partida para la eternidad
significaría el fin de una luz?
õ P. Marcos Faes de Araújo, EP
l lector que haya re- sacerdote, dados los variados matices y representar de manera particular,
corrido con diligencia que presentaba y lo mucho que escon- en la tierra y en el Cielo.
esta edición especial día detrás de un carácter altamente »Ésas son las luces primordiales,
de la revista Heraldos accesible. Parafraseando al santo ita- verdaderas vocaciones específicas,
del Evangelio, home- liano, bien podríamos decir: «Mons. que, en su conjunto y de manera li-
naje póstumo a Mons. João, muy João es un enigma…». ¿Cómo desci- mitada, reflejan las maravillas que
probablemente lo ha hecho im- frarlo? Guiados por los principios de existen en Él en grado infinito. Son
pulsado por un deseo más o me- la doctrina católica, especialmente de llamadas luces por ser modalidades
nos consciente de adquirir una la teología de la historia, arriesguemos peculiares de la luz divina, y pri-
visión completa de su persona. al menos un intento que, como conclu- mordiales porque deben constituir
Sin embargo, al llegar al presente ar- sión de estas páginas, pueda ofrecer- el principal objeto de la atención de
tículo, quizá experimente la impresión nos una imagen más completa de él. quien las recibe. […]
contradictoria de no haber conseguido »Así, para una persona la luz pri-
ese objetivo. Después de todo, ante La luz primordial mordial será la fortaleza en uno de
su polifacética personalidad, surge Entre las muchas explicaciones sus matices, mientras que para otra
la pregunta: ¿quién fue exactamente hechas por el Prof. Plinio Corrêa de podrá ser la suavidad en el trato y,
Mons. João? Oliveira, se halla la que denominaba para una tercera, cierta forma de re-
Esclavo de María, padre, fundador, luz primordial. Acompañemos cómo cogimiento y contemplación».3
caballero, apóstol, formador, sacer- nuestro fundador la describió resu- Dotado de un agudo carisma de
dote… Monseñor João reunía en sí midamente en una de sus principales discernimiento de los espíritus, el
todos estos atributos, es cierto. Pero obras, la que trata de su padre espiri- Dr. Plinio percibía con facilidad el
ninguno de ellos le explica por entero. tual y maestro: llamamiento específico de cada per-
Es más, incluso sumados, uno tiene la «Conforme explicaba él, siguien- sona que se acercaba a él, hasta el
impresión de que no agotan la riqueza do a Santo Tomás de Aquino,2 Dios, punto de que se hizo costumbre entre
de su figura, ni nos proporcionan una al ser infinito, es tan rico en sustancia sus discípulos preguntarle acerca de
síntesis acabada de ésta. Falta algún que no podría reflejarse adecuada- su propia luz primordial en conversa-
elemento, una clave de interpretación mente en una sola criatura, aun cuan- ciones de dirección espiritual.
para conocer el unum de su persona- do ésta fuese favorecida por los dones
lidad. más preciosos. Luego, al considerar «Es la armonía»
Acerca del gran fundador de los desde toda la eternidad la multitud de Como hemos visto, en los años de
salesianos, con quien había convivido ángeles y hombres que crearía a fin su juventud Mons. João experimentó
mucho, San José Cafasso dijo de él con de participar de su felicidad, también abundantes consolaciones sobrenatu-
razón: «Don Bosco es un enigma…».1 determinó los distintos aspectos de sí rales en el contacto con aquel que se
Insinuaba así que nadie había abarca- mismo que cada uno de estos seres constituiría guía de sus pasos. Así pues,
do del todo la fisonomía moral de este inteligentes estaría llamado a adorar en una ocasión en la que conversaba en
Por citar uno entre miles creación entera, para disipar tal im-
de ejemplos, no era raro que presión basta considerar el empeño
Mons. João congregara a su alre- expresado por Mons. João por or-
dedor un vasto auditorio de ambos denarlo todo según los designios
sexos, con una franja de edad que Su vida se caracterizó por el empeño de
divinos. Y cuando hablamos de
abarcaba desde el comienzo de la ordenarlo todo según los designios divinos, todo incluimos minucias como un
adolescencia hasta la sexta o sép- realizando la armonía que debía existir entre manjar culinario, una verja, una
tima década de la vida. Con total los hombres en el paraíso terrenal granja de animales o la decoración
soltura, disertaba sobre elevados Monseñor João en mayo de 2014 de una sala.
conceptos teológicos, presentándo-
los con tal atractivo que la parte más verdad que ella trascendió el mero Aspiración a la armonía universal
joven de la audiencia podía seguirlos ámbito de las criaturas humanas. Un anhelo tan osado no surgió por
con interés, sin que los mayores deja- Leyendo cierta vez un artículo es- casualidad; tiene una génesis sublime.
ran de sacarle provecho para su propia crito por el Dr. Plinio, nuestro funda- Con acuidad profética, el Dr. Pli-
instrucción y progreso espiritual. dor encontró una definición de armo- nio penetró en los arcanos de la San-
Este particular me recuerda la nía que le ayudó mucho a entender su tísima Trinidad y allí discernió la ple-
ocasión en que un ilustre visitante, vocación: «Existe armonía cuando las nitud, nunca realizada, del plan de la
distinguido prócer del mundo acadé- relaciones entre dos seres son acordes creación. Su percepción se reveló de
mico eclesiástico, se pasaba enfática a la naturaleza y el fin de cada uno. La tal manera completa que llegó a abar-
e inconscientemente la mano por el armonía es el obrar de las cosas unas en car, en una visión de conjunto, no sólo
rostro, lleno de estupor, al ver cómo relación con las otras, según el orden».4 el presente, sino toda la historia. Aho-
Mons. João mantenía la atención de Por consiguiente, el concepto de ra bien, al considerar el recorrido de
un público tan diferente, tratando armonía se revelaba extremadamen- la obra divina desde sus comienzos,
— por cierto, de un modo inédito— te profundo. En primer lugar, se re- pudo comprobar, consternado, cuán-
presente edición. Las construcciones, a todas las demás que podríamos plan-
el nuevo estilo de vida, la aprobación tearnos sobre la persona de nuestro fun-
pontificia de tres instituciones, las mil dador— está en Nuestra Señora.
y una formas de apostolado, la doctri-
¡Cuántos «estandartes» de los ideales na inatacable, la absoluta integridad Monseñor João
contrarrevolucionarios, abandonados y el Reino de María
o traicionados a lo largo de la
moral, los innumerables servicios
historia, fueron erguidos de nuevo prestados a la Santa Iglesia: todo nació Primogénita de la creación y espejo
por las realizaciones de Mons. João! de este anhelo de instaurar el orden y cristalino de las perfecciones divinas,
Ceremonia en la basílica de Nuestra la armonía deseados por Dios, cum- María Santísima realiza, en plenitud
Señora del Rosario, Caieiras (Brasil) pliendo su plan para la creación. y en todos sus pormenores, el plan
Tere
reinado de la Virgen, lo ideó en su corazón y, de alguna manera,
lo inició incluso en medio del imperio de la Revolución
Monseñor João en enero de 2022
original de Dios para su obra.10 Ella, En efecto, cuando debido a la cre- Bien podemos decir que, en sus in-
junto con Nuestro Señor Jesucristo, es ciente decadencia generada por este sondables designios, Dios sometió el
el arquetipo no sólo de la humanidad proceso cinco veces secular y en futuro a la límpida correspondencia
sino también de la Santa Iglesia. De avanzado estado de éxito, la huma- de un varón. Cumplida su misión en
estos supuestos se infiere que la his- nidad parecía encaminarse hacia su la tierra, y de alguna manera prolon-
toria constituye el proceso por el cual ocaso, Dios llamó a Mons. João para gada en todos aquellos que lo siguen
el rostro visible de la Esposa Mística que fuera como un istmo mediante sin pretensiones, a pesar de sus mise-
de Cristo se asemejará enteramente a el cual todas las maravillas del pa- rias, Mons. João depositó su decisiva
su sublime modelo, la Virgen Madre, sado que parecían muertas encon- contribución con vistas a la efectiva
«gloriosa, sin mancha ni arruga ni traran, renovadas, una continuidad. realización del plan divino para la
nada semejante, sino santa e inmacu- Aparentemente derrotadas en otro creación, que no es otro sino el Reino
lada» (Ef 5, 27). tiempo, hoy causando asombro a los de María, en el cual se verá atendida
Como parte de este proceso, la Pro- corifeos del falso progreso, se yer- la súplica formulada por el Reden-
videncia hizo que, a través de luces guen ufanas en una obra que durante tor en la oración perfecta: «Hágase
sobrenaturales, que tanto el Dr. Plinio años desafía los tifones del mundo, tu voluntad, así en tierra como en el
como Mons. João previeran el futuro convencida de que al proceder así Cielo».
reinado de Nuestra Señora, lo idearan se convierte en la semilla más fértil De tal convicción, apenas esbo-
en sus corazones y, en el germen que del grandioso porvenir entrevisto no zada en estas pobres líneas, brota un
para ello significaron sus proezas, de sólo por su fundador, sino por tantos himno filial de gratitud a aquel que, a
alguna forma lo empezaran incluso en otros grandes profetas a lo largo de partir del 1 de noviembre de 2024, ini-
medio del imperio de la Revolución. la historia. ció su post misión, en la eternidad. ²
1
AUFFRAY, Augustine. Un del Vaticano-São Paulo: LEV; 6
CORRÊA DE OLIVEIRA, 9
GUÉRANGER, OSB, Prosper.
grand éducateur: Saint Jean Lumen Sapientiæ, 2016, t. IV, Plinio. Reunión. Amparo, El Año Litúrgico. El Tiempo
Bosco. 6.ª ed. Lyon-Paris: Em- pp. 52-53. 16/12/1985. después de Pentecostés. Pri-
manuel Vitte, 1947, p. 485. 4
CORRÊA DE OLIVEIRA, 7
CORRÊA DE OLIVEIRA,
mera Parte. Burgos: Aldecoa,
1955, t. IV, p. 648.
2
Cf. SANTO TOMÁS DE Plinio. «A cruzada do sécu- Plinio. Charla. São Paulo,
AQUINO. Suma Teológica. I, lo XX». In: Catolicismo. Cam- 25/8/1977. 10
Cf. CLÁ DIAS, EP, João
q. 47, a. 1. pos dos Goytacazes. Año I. 8
CORRÊA DE OLIVEIRA,
Scognamiglio. ¡María Santí-
N.º 1 (ene, 1951); p. 1. sima! El Paraíso de Dios re-
3
CLÁ DIAS, EP, João Scogna- Plinio. Reunión. São Paulo,
velado a los hombres. Lima:
miglio. El don de sabiduría en 5
CLÁ DIAS, EP, João Scogna- 5/8/1986.
Heraldos del Evangelio, 2021,
la mente, vida y obra de Pli- miglio. Conferencia. São Pau-
t. II, pp. 36-39.
nio Corrêa de Oliveira. Città lo, 19/2/1998.
Misa y apertura de la
vigilia exequial
Recordando que vivimos como
peregrinos en esta tierra del exilio, y
que la muerte es un paso hacia nues-
tra Patria definitiva, la Jerusalén ce-
lestial, el féretro ingresó procesio-
nalmente en la basílica y fue depo-
sitado a la entrada del presbiterio.
Junto a él permaneció el cirio pas-
cual, signo de la victoria de Cristo
sobre la muerte. Tras la solemne eu-
caristía concelebrada, comenzó la
vigilia exequial.
especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio 95 Sumario
Santa misa exequial
En medio de una afluencia constante de fieles, el 2 de noviembre se ce-
lebró la segunda misa exequial. Finalizada la solemne concelebración, le si-
guió el canto de las letanías ante el féretro por el eterno descanso de Mons.
João. Inspiradas en la Sagrada Escritura, estas oraciones tienen como ob-
jetivo consolar a los fieles mediante la consideración de las alegrías eternas
junto a Dios y a sus ángeles y santos.
especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio 97 Sumario
Sobre la piedra edificaré
mi desafío
Junto a una de las ciudades más grandes del mundo —la São Paulo
de los edificios aplastantes, del hormigón, del asfalto, del
alquitrán, de lo ceniciento, en definitiva— surge un edificio
rebosante de colores, de luz, de vida. ¿De qué se trata?
õ Raúl Eduardo Ríos Portillo
Sumario
esos auges. Por toda Europa, de las de él de nuevo, es verdad; pero ya por el Inmaculado Corazón de Ma-
paredes oscuras de las iglesias bro- no con amor, sino con hostilidad. ría para su Reino— fue capaz de
taron luz y colores: los vitrales. Las No se trataría ya de elevarse para idear y poner en marcha esta obra
arcadas, que adquirían altura y leve- alcanzar el Paraíso, sino para agre- titánica, estando presente a cada
dad, se convirtieron en estructuras dirlo: llegaría la era de los rasca- paso, dirigiendo, perfeccionando,
que apuntaban al cielo. En la arqui- cielos. estimulando, entusiasmando. No
tectura cristiana sucedió lo mismo Si el Renacimiento constituyó hay duda de que las formas, los co-
que con el bastón seco de San José: un crepúsculo, la época contem- lores, los diseños, todo nace de su
un milagroso florecimiento de li- poránea es noche. Si seguimos a audaz corazón.
rios. Por eso Raúl Glaber, contem- este ritmo, ¿qué vendrá después? Como toda causa es mayor que
poráneo de estos hechos, afirmó ad- Se diría que el libro de la humani- su efecto, parece lógico concluir
mirado: «Era como si el mundo se dad sólo podría terminar en trage- que estos maravillosos templos se
sacudiera y, despojado de su vetus- dia; pareciera mejor interrumpir extienden hoy por el orbe porque en
tez, se revistiera de un blanco manto su redacción como mal menor. su origen hay un alma «mayor que
de iglesias».1 Pero no. el templo» (Mt 12, 6). No obstante,
Nacía el gótico, una obra con- De repente, en un continente que tal afirmación constituye única-
jugada de un pueblo. Ahí la escul- no conoció el gótico —o al menos mente una parte de la realidad. Si
tura, la pintura, la música, en fin, no lo conoció vivo— se produce un nos detuviéramos aquí, veríamos a
todas las artes se aliaban al servi- fenómeno aún más admirable que un genio, pero nos olvidaríamos del
cio de la arquitectura, porque ésta el ocurrido en el período medieval. luchador; tendríamos a un visiona-
servía a Dios. Se trataba de un sím- Junto a una de las ciudades más rio, pero se nos escaparía el profeta.
bolo perfecto de la sociedad me- grandes del mundo —la São Paulo «Le ciel est gothique» —el cielo
dieval, una época en que la jerar- de los edificios aplastantes, de las es gótico—, afirmó de manera aná-
quía humana unía esfuerzos para avenidas cacofónicas, del hormi- loga nuestro fundador en 2013, en
dedicarse mejor al Altísimo y «la gón, del asfalto, del alquitrán, de lo una entrevista a determinada revis-
filosofía del Evangelio gobernaba ceniciento, en definitiva— surge un ta francesa, cuando le preguntaron
los Estados».2 La catedral era una edificio rebosante de colores, de luz, acerca de la razón de nuestro estilo.
teocracia plasmada en edificio. de vida. ¿De qué se trata? Mirabile Si el mundo piensa que ha conse-
Parecería entonces que el tejido dictu, de una iglesia. guido enterrar lo sobrenatural, se-
arquitectural de la humanidad ha- A una velocidad sorprendente, llando su victoria con una losa de
bía alcanzado un ápice. Después construcciones similares se multi- hormigón, hay quien proclama lo
de todo, se había establecido allí plican por todo Brasil y más allá: las contrario.
el Reino de Cristo. Sin embargo, el obras aumentan en América y ¡lle- Pero las palabras no bastan. Vue-
curso vital del gótico se interrum- gan hasta África! Se diría que es una lan, y tal vez alguien pueda fingir
pió. A partir del siglo xvi, la arqui- especie de incendio, a modo del fue- no haberlas escuchado. Pues bien,
tectura se volvió un insípido arte go nuevo que se propaga en la cere- que quede escrito en la roca el de-
clásico, inspirado en la Grecia y monia de la Vigilia pascual. ¿Cómo safío: hay un Cielo, y llegará el día
Roma paganas. Comenzaba la fase definir este fenómeno? ¿Un renaci- en que transformará la tierra. Así,
de decadencia que llaman Renaci- miento? No. Una resurrección. la respuesta a la insolencia de este
miento, el ocaso que tantos toman Habría mil maneras de presentar mundo se transforma en el prenun-
por aurora. la génesis del estilo arquitectónico cio de un nuevo orden de cosas.
Sí, ocaso, porque a partir de ahí de los Heraldos del Evangelio. De Y las construcciones ideadas por
la arquitectura religiosa dio paso entrada, sería imposible no men- Mons. João se convierten en gigan-
a la arquitectura profana. Poco a cionar a Mons. João, el cual —cum- tescas profecías de piedra. ²
poco se acabó la fase de los tem- pliendo el deseo de su padre espiri-
plos y empezó la fase de los pala- tual y maestro, el Prof. Plinio Co-
Gustavo Kralj
Sumario
David Ayusso
Juán Tavárez
1 2
Mauricio Reis
Ivano Gavilanes
Mauro Taniguchi
3 4
Vestíbulo d
Triunfo
1. Casa Monte Carmelo, Caieiras (Brasil); 2. Casa Lumen Prophetæ, Franco da Rocha (Brasil);
3. y 4. Vestíbulo y comedor de esta misma casa
Leandro Souza
lj
Kra
Thiago Tamura
st avo
Gu
Daniel Gomes
5 6
João Paulo Rodrigues
Stephen Nami
7 8
del edificio
o Marial
5. Oratorio de Nuestra Señora de la Reconquista, Medellín (Colombia); 6. Basílica de Nuestra Señora del Rosario de
Fátima, Cotia (Brasil); 7. Uno de los salones de la casa de formación Thabor; 8. Pasillos del edificio Triunfo Marial
¡Seréis abrazados como yo lo fui!
L legará el día, y no está lejos, en que María abrazará a sus hijos fieles, como tuvo la bon-
dad de abrazarme a mí. He aquí una promesa que, apoyado en lo que la gracia sopla
en mí, les hago a quienes leen estas líneas: «Si sois verdaderos hijos de Nuestra Señora, es de-
cir, si os dejáis amar por Ella, seréis abrazados como una vez lo fui yo». Y este abrazo nos
preparará para el abrazo eterno que Ella nos dará en el Cielo cuando, no por nuestros méri-
tos sino por su misericordia, lleguemos allí.
Archivo Revista
Monseñor João en el santuario de la Madre del Buen Consejo, Genazzano (Italia), en 2002