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H

abiéndose destacado como líder universitario católico en su


juventud, período en que ya había consagrado enteramente su
vida a la Santísima Virgen, João Scognamiglio Clá Dias orga-
nizó el Curso de Formación Santo Tomás de Aquino, que más
tarde daría origen al Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista
y al Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino, afiliados a la Universidad
Pontificia Salesiana – Salesianum, de Roma, y a la Universidad Pontificia
Bolivariana, de Medellín (Colombia), respectivamente.
Profundizó sus estudios teológicos con renombrados catedráticos de la
Universidad de Salamanca, como el P. Marcelino Cabreros de Anta, CMF,
y grandes maestros de la Orden de Predicadores, de entre los cuales se des-
tacan el P. Arturo Alonso Lobo, el P. Esteban Gómez, el P. Victorino Rodrí-
guez y Rodríguez y el P. Antonio Royo Marín. De algunos de ellos publicó
breves biografías en inglés y en español, como gratitud por su sincera amis-
tad y por la formación recibida.
En el desarrollo de su currículo académico obtuvo titulaciones de varias
universidades: diplomatura en Teología por el Centro Universitario Ítalo
Brasileño, de São Paulo; licenciatura en Humanidades por la Pontificia Uni-
versidad Católica Madre y Maestra, de República Dominicana; maestría en
Psicología por la Universidad Católica de Colombia; doctorado en Derecho
Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino – Ange-
licum, de Roma; doctorado en Teología por la Universidad Pontificia Boli-
variana.
Además, fundó esta revista mensual Heraldos del Evangelio, publicada
en portugués, español, inglés e italiano, con una tirada de cientos de miles de
ejemplares, así como la revista científica Lumen Veritatis, habiendo colabo-
rado asiduamente en ambas.

Obras publicadas
1. Organizador de Reflexões e nismo, Renascença e protestan-
exemplos de Santos, oportunos tismo (1992).
para nossos dias (1984). 7. Mãe do Bom Conselho
2. Fr. Santiago Ramírez, OP. A (1992-2016).
Champion of the Angelic Doctor 8. Organizador de Despreocupa-
Advances His Work (1984). dos… rumo à guilhotina. A au-
3. Fr. Cabreros de Anta, CMF. A todemolição do Ancien Régime
Firm Pillar of Canon Law in (1993).
Our Century (1986). 9. Victorino Rodríguez y Rodrí-
4. Cardinal Stickler. Salesian, Eru- guez, OP. A Star of Thomism
dite and Librarian of the Holy Shines on Catholic Culture
Catholic Church (1987). Amid the Store of the Contem-
5. Antonio Royo Marín, OP. A porary Crisis (1995).
Master on the Spiritual Life, a 10. Dona Lucilia (1995-2013).
­Brilliant Preacher and a Famous 11. Pequeno Ofício da
Writer (1987). ­Imaculada Conceição co-
6. Organizador de Como ruiu a mentado (1997‑2010), en dos
Cristandade medieval? Huma- volúmenes.
Dotado de un admirable don de oratoria, demostró siempre gran celo en la
propagación de las verdades de la fe, infundiendo valentía en la práctica de
la virtud y certeza en la victoria de la Santa Iglesia Católica. Por ello, en una
proficua actividad intelectual y pastoral, que ejerció desde los comienzos de
su vocación hasta sus últimos días, destacó su faceta de escritor, siendo autor
de casi treinta obras publicadas, algunas de ellas con una tirada superior a los
dos millones de ejemplares y muchas traducidas a otros idiomas.
Fue condecorado en varios países por su actividad evangelizadora, cul-
tural, científica e incluso militar. En el ámbito de las armas, recibió la Me-
dalla Mariscal Hermes, entregada por el 2.º Batallón de Policía del Ejército
Brasileño, y el Diploma Amigo del Regimiento Raposo Tavares, entregado
por el 4.º Batallón de Infantería Ligera – Cuartel Quitaúna, ambos de parte
del Ministerio de Defensa. Instituciones civiles también lo galardonaron con
la Placa de Reconocimiento y el Collar de Honor al Mérito, otorgados por
la Asamblea Legislativa del estado de São Paulo, con la Medalla Anchieta,
la mayor honra de la Cámara Municipal de São Paulo, y con la Medalla Ti-
radentes, la mención más alta de la Asamblea Legislativa del estado de Río
de Janeiro. Entre las distinciones académicas se encuentran la elevación a
miembro de la Sociedad Internacional Tomás de Aquino, de España, y de la
Academia Mexicana de Ciencias, así como el Premio PROIN y el título de
doctor honoris causa, otorgado por el Centro Universitario Ítalo Brasileño.
En el terreno eclesiástico, fue elegido miembro efectivo de la Pontificia
Academia de la Inmaculada, de la Ciudad Eterna, y de la Academia Marial
de Aparecida, de Brasil. Benedicto XVI lo nombró canónigo honorario de la
basílica papal de Santa María la Mayor, de Roma, y protonotario apostólico,
además de conferirle la medalla Pro Ecclesia et Pontifice, en reconocimien-
to a su labor en pro de la Santa Iglesia Católica.

por Mons. João


12. Fátima, aurora do terceiro 22. O inédito sobre os Evangelhos.
­milênio (1998-2007). Comentários aos Evangelhos
13. Rosário, escudo e força dos dominicais (2012-2014), colec-
­católicos (1999). ción en siete volúmenes.
14. Jacinta e Francisco, prediletos 23. O dom de sabedoria na m ­ ente,
de Maria (2000). vida e obra de Plinio Corrêa de
15. Orações do dia a dia (2001). Oliveira (2016), colección en
16. Sagrado Coração de ­Jesus, te- ­cinco volúmenes.
souro de bondade e amor (2002). 24. Por fim, o meu Imaculado
17. Via-Sacra (2002). ­Coração triunfará (2017).
18. Os mistérios luminosos do 25. Plinio Corrêa de Oliveira. Um
­Rosário (2003). profeta para os nossos dias (2017).
19. A medalha milagrosa. História 26. São José: quem o conhece?
e celestiais promessas (2003). (2017).
20. Rosário, oração de paz (2003). 27. Maria Santíssima! O ­Paraíso
21. ¿Una hora no pudiste velar de Deus revelado aos homens
conmigo? Reflexiones para el (2019-2020), colección en tres
tiempo cuaresmal (2010). volúmenes.
Amor que traspone
el umbral de la
eternidad

Q ue Dios asumiera nuestra naturaleza pa-


ra que a través de un corazón humano
derramara sobre nosotros su amor divino
es para conmover hasta las piedras. ¡Cómo desea,
desde toda la eternidad, entrar en contacto con
nosotros! Es un corazón que nos ama sin límites y
que infunde en nosotros la bondad, los dones, las
virtudes.
Tengo una vaga idea de la intensidad de ese
amor considerando lo mucho que amo a cada
uno de ustedes, como no se imaginan. Si tuviera
la posibilidad, les infundiría en el alma gracias
de santidad como nunca hubo en la historia. Pues
el amor que desciende de un superior a un infe-
rior ansía con hacer el bien, con llevar al que está
abajo al auge de la perfección y a la máxima di-
vinización.
En esta fiesta del amor, cómo me gustaría abra-
zar a cada uno y manifestarle toda la bienque-
rencia que les tengo. Ésa es una de las razones por
las que deberíamos ansiar muchísimo la eterni-
dad, donde no existen problemas de tiempo ni de
espacio. Entonces comprenderemos lo mucho que
nos queremos mutuamente.

Palabras de Mons. João a sus hijos


espirituales con ocasión de la solemnidad del
David Ayusso

Sagrado Corazón de Jesús, el 19/6/2009.


Revista Heraldos del Evangelio
SumariO
Editorial Hijo fiel de la Iglesia
Año XXII, 1 de noviembre de 2024
Heraldo del Reino del «Con la Iglesia,
Espíritu Santo ¡venceremos!»
Director Responsable:
Mario Luiz Valerio Kühl . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 4 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 54
Breves trazos biográficos Sacerdote de Jesucristo
Consejo de Redacción: Misión iniciada en el tiempo Consumido de celo por la
Severiano Antonio de Oliveira;
y perpetuada en la renovación de la faz de la
Silvia Gabriela Panez;
eternidad tierra
Marcos Aurelio Chacaliaza C.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 6 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 60
Infancia y juventud Vida mística
La aurora de Un misterio
Administración: una grandiosa vocación sólo entrevisto…
Calle Balbina Valverde, 23
28002 Madrid
R.N.A., N°. 164.671
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 12 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 66
Discípulo perfecto de Devoción al Santísimo
Plinio Corrêa de Oliveira Sacramento
Un solo corazón, Un varón eucarístico
una sola alma
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 18 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 72
Impreso en España
Mons. João y Dña. Lucilia Relación con la
Un tesoro escondido entre las Santísima Virgen
ruinas de la cristiandad En los brazos de María

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 24 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 78
El fundador Víctima expiatoria
Edita: Recorriendo el camino Con Cristo sufrió, para ser
Salvadme Reina de Fátima
de los embajadores de Dios glorificado con Él
Dep. Legal: M-40.836- 1999
Tel. sede operativa 912 770 770
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 30 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 84
www.salvadmereina.org
correo@salvadmereina.org La paternidad de Misión «post mortem»
Mons. João ¿Ocaso o aurora?
«¡Es un padre y una
madre!»
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 36 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 90
Caballero de la Iglesia Solemnes exequias
«¡Eres de la estirpe de los por el alma de Mons. João
Los artículos de esta revista podrán
ser reproducidos, indicando su fuente y héroes y de los santos!»
enviando una copia a la redacción.
El contenido de los artículos es responsabilidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 42 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 94
de los respectivos autores.

El formador Sobre la piedra edificaré


«Sed imitadores míos mi desafío
como yo lo soy de
Cristo»
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 48 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.. 98
Editorial

Heraldo del Reino del


Espíritu Santo

N unca ha sido tan grato y, al mis-


mo tiempo, tan arduo escribir un
editorial para la revista Heraldos
del Evangelio… Y tanto la satisfacción
el Espíritu del Señor? ¿Qué consejero lo
ha instruido?» (40, 13). Invirtiendo los
términos de la estupefacción del profeta,
nosotros, que conocimos a Mons. João y
como la dificultad de la tarea se deben al disfrutamos de su convivencia, ejemplo
mismo motivo: en este número especial, y enseñanzas, bien podríamos afirmar:
nos cabe rendirle un digno homenaje a «¿Quién puede describir adecuadamen-
nuestro fundador, Mons. João Scognami- te todo lo que el Espíritu Santo depositó
glio Clá Dias, que partió para la eternidad. e hizo florecer en el alma de este hombre
Nos explicamos. Seguramente el lec- providencial?».
tor posee alguna relación con nuestra En efecto, a pesar de tal embarazo, de
institución que le ha llevado a tener en algo estamos completamente seguros:
sus manos las presentes páginas y, por en la riqueza de matices de su alma y
lo tanto, alguna vez habrá oído hablar o en la multiplicidad de sus realizaciones,
leído acerca de nuestro padre espiritual. nuestro fundador fue un varón guiado
Es muy probable que incluso albergue por el Paráclito.
cierta admiración por su persona y su Efectivamente, en las obras del Con-
obra, propensión de la que nos congratu- solador hay una profusión de aspectos y
lamos. Pero el anhelo que late en el cora- una siempre actualizada novedad que,
zón de sus hijos, en estos momentos que a menudo, confunden a los observado-
siguen a su partida de esta vida, supera res más naturalistas, que son incapaces
con creces tales disposiciones. de concebir la variedad de caminos y
Nuestro empeño es que el lector ad- acciones que la tercera Persona de la
quiera, respecto de Mons. João, una no- Santísima Trinidad puede conjugar en
ción lo suficientemente profunda como una sola alma justa. La Revelación des-
para, de alguna manera, experimentar cribe así el espíritu que se encuentra en
Monseñor João los mismos sentimientos que nos invaden la Sabiduría: «Inteligente, santo, único,
Scognamiglio desde el día que tuvimos la dicha de co- múltiple, sutil, ágil, penetrante, inma-
Clá Dias, EP, nocerlo en persona, de oír sus sermones, culado, diáfano, invulnerable, amante
el 22/10/2014 de recibir un consejo de sus labios o, al del bien, agudo, incoercible, benéfico,
Foto: Teresita Morazzani
menos, de ser observados por su mirada amigo de los hombres, firme, seguro,
y admirar, finalmente, algunas de las nu- sin inquietudes, que todo lo puede, todo
merosas realizaciones que llevó a cabo lo observa, y penetra todos los espíri-
para la exaltación de la Santa Iglesia. tus» (Sab 7, 22-23).
Sin embargo, como decíamos, tal in- Esta plétora de atributos hace aún
tento resulta extremadamente difícil, ya más complejo elegir uno que sintetice
que «las cosas de Dios nadie las conoce, la esencia de Mons. João, como hemos
sino el Espíritu de Dios» (1 Cor 2, 11). aventurado en el versículo que abre esta
Isaías, horrorizado ante la infinita gran- edición. Es cierto que no se puede decir
deza del Creador y la magnificencia de todo en las pocas palabras de un título,
sus obras, exclamó: «¿Quién ha medido pero la imagen escogida nos parece so-

 Sumario
bremanera elocuente: «Una columna en
el templo de mi Dios» (Ap 3, 12).
De hecho, en medio de la debacle de
la sociedad hodierna y de una infidelidad
casi endémica en el seno de la Santa Igle-
sia, este varón, como una columna entre
ruinas, mantuvo una adhesión inquebran-
table a la verdadera doctrina católica y a
su indeleble moral, encarnando el ideal
mismo del sacerdote probo; como la co-
lumna de nubes y de fuego que guiaba a Al considerar
los hebreos en el desierto (cf. Éx 13, 21),
condujo por esos mismos caminos a una
los diversos
multitud de hijos espirituales; y como la
columna impertérrita de un ejército, es-
aspectos de la

Leandro Souza
coltado por tropas débiles pero fieles, figura de nuestro
combatió con denuedo y perseverancia
el noble combate que tal fidelidad llevaba padre espiritual
consigo, acabó la carrera que la Providen-
cia le había trazado y conservó su fe hasta
Monseñor João en abril de 2017
presentados en las
el final (cf. 2 Tim 4, 7).
En este sentido Mons. João personifi-
que Mons. João fue un instrumento par-
ticularmente bendito y dócil a la acción
próximas páginas,
có, con admirable precisión, las intuicio-
nes proféticas de San Luis María Grig-
del Paráclito para atraer a la tierra el Rei-
no de María, profetizado por la propia
invitamos
nion de Montfort al delinear el perfil Virgen en Fátima, cuando dijo: «Por fin, al lector a tener
moral de los santos que Dios suscitaría mi Inmaculado Corazón triunfará».
en un futuro no muy lejano a su época, En los escritos de San Luis Grignion, como telón de
para constituir la era histórica en la que ese Reino se identifica con aquel que el
la Santísima Virgen reinaría en todos los Espíritu Santo edificará mediante una fondo el hecho
corazones: «Hombres llenos del Espíritu
Santo y del espíritu de María, por quie-
acción profunda en las almas —en Ma-
ría, por María y con María—, de tal ma-
de que él fue un
nes esta divina Soberana hará grandes
maravillas en la tierra, para destruir el
nera que haga brillar como nunca antes
en la historia los esplendores de la gracia
instrumento
pecado y establecer el Reino de Jesucris- divina ocultos durante siglos en el Cora- dócil a la acción
to, su Hijo, sobre el del mundo corrompi- zón de la Virgen Purísima.
do» (Le secret de Marie, n.º 59). Desde este punto de vista, podemos del Paráclito
Y por su unión con Nuestra Señora, a afirmar que el fundador de los Heraldos
él también se le pueden aplicar estas pala- del Evangelio ha sido un verdadero pre- para atraer a la
bras del santo francés sobre las almas más
particularmente unidas a Ella: «Cuando el
cursor de ese Reino, anticipando en sí
mismo aquello que, de las formas más di-
tierra el Reino
Espíritu Santo, su Esposo, la encuentra en
un alma, allí vuela, entra en ella en pleni-
versas, se realizará en todos los que, per-
maneciendo fieles en medio de tinieblas
de María
tud, y se comunica a esta alma abundante- cada vez más densas que cubren el mun-
mente, tanto como sitio le deje esta alma a do, lleguen a contemplar la aurora radian-
su Esposa» (Traité de la vraie dévotion à te de ese día divino y marial que pronto
la Sainte Vierge, n.º 36). amanecerá sobre la humanidad.
Así pues, al considerar los diversos Si las siguientes páginas contribuyen
aspectos de la figura de nuestro padre de algún modo a despertar en sus lectores
espiritual que serán presentados en las el deseo y la esperanza de formar parte de
próximas páginas, invitamos al lector a esta bendita falange, nuestro esfuerzo se
tomar como telón de fondo el hecho de tendrá por muy exitoso. ²

Edición especial · Heraldos del Evangelio      5 Sumario 


Monseñor João en agosto de 2013
Thiago Tamura

 Sumario
Breves trazos biográficos

Misión iniciada en el tiempo


y perpetuada en la eternidad

«Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda


infecundo; pero si muere, da mucho fruto».

õ Humberto Luis Goedert

uando pretendemos conocer una lo caracterizaría. Acometido por frecuentes


obra arquitectónica notable, una insomnios desde tierna edad, su pasatiempo
laudable entidad de apostolado preferido consistía en admirar el cielo y las es-
o incluso un personaje ilustre es trellas durante la noche a través de la ventana
necesario que de antemano pre- de su dormitorio. El choque
paremos una síntesis de los acontecimientos Un hecho destacable de su vida sucedió cuan-
cumbres relacionados con ellos, que los haga do tenía 5 años, al entrar en una capilla y encon- entre el bien y
más accesibles a nuestro entendimiento. En
efecto, todo lo que trasciende los límites de
trarse por primera vez con el Santísimo Sacra-
mento expuesto, en el preciso instante de la ben-
el mal reinante
lo común, o es visto con ojos bien enfilados, dición. Aun siendo desconocedor de aquella rea- en la sociedad
en adecuada conjunción de hechos y principios, o lidad trascendente, su fe le inspiró que se trataba
acabará siendo comprendido de un modo unilate- de un misterio central de la religión, sintiéndose se acentuaba
ral o insuficiente. inmediatamente cautivado por lo imponderable
Por lo tanto, las presentes líneas, que abren del entorno, asaz recogido y sacral, que de la hos- cada día más
una secuencia de artículos sobre distintas face- tia se desprendía y penetraba en lo más hondo del
tas de la personalidad, vida y obra de Mons. João alma de los fieles. en el alma del
Scognamiglio Clá Dias, servirán para situar al
lector en los aspectos generales de una materia
Embargado y atraído por la Eucaristía, su de-
voción a Jesús Sacramentado constituiría el fun-
joven João,
tan amplia, los cuales, en las páginas siguientes, damento sobre el cual edificaría, en un futuro, el despertando
serán tratados en profundidad. sólido baluarte de su piedad.
Luego, en su etapa estudiantil, se distinguió en él el deseo
Primeros pasos por ser el primero de la clase, especialmente en
Hijo de Antonio Clá Díaz, español, y de An- Arte y Matemáticas. A pesar de ello, las narracio- de amparar
nitta Scognamiglio, italiana, el pequeño João nes de la historia sagrada y las clases de catecis-
recibió el Bautismo el 15 de junio de 1940, diez mo eran lo que le encantaba. a las almas
meses exactos después de su nacimiento, ocurri-
do en la solemnidad de la Asunción de la Virgen
El 26 de enero de 1948 recibió el sacramento
de la Confirmación, seguido meses más tarde por
en el camino
del año anterior. la Primera Comunión. Impregnado de una vida de la virtud
De índole analítica y reservada, le gustaba sobrenatural más intensa, empezó a discernir
más observar a los circunstantes que conver- cómo la conducta de no pocas personas con las
sar y exteriorizar sus pensamientos, signo del que convivía —compañeros y familiares— des-
singular sentido contemplativo que siempre entonaba con la verdadera moralidad.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      7 Sumario 


El choque entre el bien y el mal se acentua- Desde ese momento en adelante, el Dr. Plinio
ba cada día más en su alma, despertando en él pasó a ser el formador de la mentalidad del jo-
el deseo de revertir de alguna manera, pese a los ven João, animándolo en la práctica de la virtud,
insuficientes medios de los que disponía, aquella motivándolo en el servicio de la religión y seña-
angustiante situación y de amparar a sus coetá- lándole la dirección a seguir. Entre ambos hubo
En su trato neos para que siguieran el camino de la virtud.
Como resultado de su preocupación por difun-
la más sincera permuta de ideales y entrega de
voluntades en pro de la Santa Iglesia.
diario con el dir el bien, nació en él el gusto por la psicología
Formación del carácter
y la medicina, a las que empezó a dedicarse con
Dr. Plinio, ahínco, al constatar el número de personas que se Como primicias de su adhesión al movimiento
dejaban esclavizar por el egoísmo, actuando úni- católico, en 1957 ingresó en las Congregaciones
de quien se camente por sus propios intereses. Marianas, fue admitido en la Tercera Orden Car-
Así, una certeza inquebrantable, nacida de la melita y se consagró como esclavo de amor a la
convertiría en fe, se solidificó en su interior: «En el mundo tiene Santísima Virgen, según el método de San Luis
indiscutible que haber un hombre enteramente bueno y desin-
teresado. Y un día conoceré a ese hombre».
María Grignion de Montfort.
En 1958 fue llamado a filas para hacer el ser-
discípulo fiel, Encuentro providencial
vicio militar. Si bien este hecho en un primer mo-
mento le suponía una prueba, ya que necesaria-
João también La esperanza, nos enseña San Pablo, nunca mente lo alejaría de los círculos de relaciones del
defrauda (cf. Rom 5, 5). Los años fueron pasan- Dr. Plinio, del trato con él y de su asidua asisten-
se empapó do y, mientras participaba en la novena a Nuestra cia a los actos de la Tercera Orden Carmelita, no
Señora del Carmen, el 7 de julio de 1956 ocurrió obstante, tendrá una relevante importancia en la
del don de el tan anhelado encuentro que marcaría los sub- formación de su carácter. La disciplina, asociada
sabiduría tan siguientes pasos de su trayectoria. Al divisar al
final del cortejo de terciarios carmelitas que abría
a las exigencias de los horarios y de la compostu-
ra, forjó en su alma el gusto por el orden, dándole
característico la ceremonia a un hombre corpulento, seguro y la convicción de que sólo la integridad es capaz
decidido, discernió en él, en una mirada confir- de arrastrar a los demás tras de sí por una causa
de la mada por una certeza interior, al varón providen- justa.
cial que cambiaría el rumbo de los acontecimien- Próximo a alcanzar la edad madura, João ya
espiritualidad tos: Plinio Corrêa de Oliveira. había pasado por una serie de situaciones que
habían ido labrando su carácter, a las cuales se
de su maestro sumaría otro elemento de no menor importan-
cia, en virtud del gran fruto que sacaría
de esto: la música. Consciente de su
eficacia en la evangelización, per-
feccionó sus conocimientos en
este arte con el reconocido
maestro español Miguel Ar-
queróns. A partir de enton-
ces no dejaría escapar la
Mário Shinoda

oportunidad de formar un
coro o una orquesta, con
vistas al apostolado.
En su trato diario con
el Dr. Plinio —de quien se
convertiría en indiscutible
discípulo fiel—, João también
se empapó del don de sabiduría
tan característico de la espiritualidad
de su maestro, haciendo con ello que aflo-
raran sus cualidades naturales y sobrenaturales,
El Dr. Plinio y Mons. João en 1990 irradiándolas en beneficio de la causa católica a fi-

 Sumario 8      Heraldos del Evangelio · Edición especial


João Paulo Rodrigues

vista
Fotos: Archivo Re
De izquierda a derecha: el papa Juan Pablo II recibe a los Heraldos del Evangelio con motivo de la aprobación pontificia
de la institución, en febrero de 2001; miembros de la asociación en la plaza de San Pedro y Mons. João rigiendo el coro durante
una misa en la basílica vaticana, en la misma ocasión

nales de la década de 1960, al iniciar la experiencia ble de Pedro y sobre el baluarte de Cristo sacra-
de vida comunitaria bajo un régimen reglado. mentado.
En 1999 decidió fundar la Asociación Inter-
Generosa entrega y fructífero apostolado nacional Privada de Fieles Heraldos del Evange- Tras la muerte
Como consecuencia de su generosa entrega, a lio, que recibió la aprobación pontificia del papa
partir de 1975 se convertiría en mentor de cientos San Juan Pablo II el 22 de febrero de 2001. Según del Dr. Plinio,
de jóvenes pertenecientes a la Sociedad Brasileña lo había intuido, bajo las bendiciones de la cáte-
de Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad dra de Pedro es donde la familia de almas empe- Mons. João
—la TFP—, con la tarea de fortalecer en la fe a
numerosas personas; a muchas, liberarlas de las
zada a duras penas por el Dr. Plinio se robusteció
y recobró el aliento necesario para perseverar en
tenía claro el
malas influencias del mundo; a otras, además, in- las vías de la santidad. rumbo que
culcarles ánimo para la práctica de la virtud en la En poco tiempo, la asociación ya desplegaba
vida comunitaria. sus actividades por setenta y ocho países y co- tomaría para
La excelente y proficua acción que Mons. João menzaba a realizar numerosas labores en las pa-
desarrolló con distintos grupos del movimiento rroquias, a través de la animación litúrgica, del perpetuar la
fundado por el Dr. Plinio confiere pleno sentido Apostolado del Oratorio María, Reina de los Co-
a los elogios que éste le dedicó, considerándolo, razones, de las misiones marianas y de las visitas obra funda-
ante todo, un «archihijo».
Sin embargo, con la muerte del Dr. Plinio, el
a prisiones y hospitales, además de contar con los
servicios de correspondencia directa y con la pu-
da por él: la
3 de octubre de 1995, su vida daría un bandazo blicación de esta revista. afianzará en
inesperado: primero, porque casi la totalidad de Una década después del fallecimiento del
la obra cayó en sus manos, dado que la parte más Dr. Plinio, la obra estaba integrada por innumera- la roca inque-
sana de sus miembros sólo encontraba en él al lí- bles jóvenes, de ambos sexos, reunidos en comuni-
der capaz de regir una familia de almas presente dades separadas. Se nutrían de una intensa espiri- brantable
en cinco continentes; en segundo lugar, porque tualidad, fundamentada en la Eucaristía diaria, la
todos sabían que era depositario de los más ínti- adoración al Santísimo Sacramento y el rezo del de Pedro
mos anhelos de su padre, maestro y guía. rosario, y seguían de libre decisión los consejos
Investido por la Providencia con la tarea de evangélicos de pobreza, castidad y obediencia.
conducir un movimiento de envergadura mun-
dial, Mons. João tenía claro el rumbo que tomaría Vocación sacerdotal
para que aquel legado nunca se viera perjudicado Tal coyuntura de hechos llevó a Mons. João
o extinguido: lo afianzará en la roca inquebranta- a pensar en la conveniencia de fundar una rama

Edición especial · Heraldos del Evangelio      9 Sumario 


Tras haber

Archivo Revista
sido ordenado
sacerdote,
Mons. João Mons. João durante la celebración de la santa misa en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil)

empezó a ver sacerdotal, capaz de proveer las necesidades es- graron ellas la aprobación de la Santa Sede el 26
pirituales de los miembros de los Heraldos del de abril de 2009.
hecho realidad, Evangelio, así como prestar asistencia a quienes
compartieran este carisma. En efecto, su crecien- Expansión de la obra
por los te amor por la Eucaristía y al servicio del altar le Una vez ampliados los frentes de apostolado en
méritos de la inspiraban, desde hacía mucho, un entrañable de-
seo: seguir el camino sacerdotal.
la Iglesia, con el sacerdocio y la institucionaliza-
ción de la rama femenina, otro blanco se presen-
renovación del El 15 de junio de 2005, junto con otros cator- taba en la mira del fundador: había que plasmar
ce miembros de los Heraldos del Evangelio, el esa realidad espiritual en obras arquitectónicas, a
santo sacrificio diácono João era ordenado sacerdote en aquella través de iglesias, monasterios y otros edificios.
misma basílica de Nuestra Señora del Carmen, Actualmente, más de quince años después de
del Calvario, de São Paulo, donde había conocido al Dr. Plinio. iniciar la construcción de su primer templo, la So-
A partir de la renovación del santo sacrificio del ciedad Clerical Virgo Flos Carmeli cuida de varias
el sueño de Calvario, empezó a ver hecho realidad el sueño de iglesias y oratorios repartidos por el mundo —en-
transformar la transformar la faz de la tierra, conforme se lo había
prometido su padre espiritual, en su interior, cuan-
tre ellas, dos basílicas—, desde las que puede ofre-
cer la curación de las almas y el ministerio sacra-
faz de la tierra do se cruzaron por primera vez décadas antes. mental, por medio de los sacerdotes que la sirven.
Era indispensable, no obstante, solidificar la re- A ojos de Benedicto XVI, la obra del P. João
cién nacida rama sacerdotal mediante la aprobación empezó a ejercer de tal modo una notable in-
de la Santa Sede, la cual tuvo lugar el 21 de abril de fluencia en la Iglesia que, en 2008, lo nombró
2009, por autoridad de su santidad Benedicto XVI: canónigo honorario de la basílica papal de Santa
se erigía bajo los auspicios de Pedro la Sociedad María la Mayor, de Roma, y protonotario apos-
Clerical de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli, tólico supernumerario. En 2009, el mismo Papa
que hoy cuenta con más de doscientos clérigos. le confirió, de manos del cardenal Franc Rodé, la
Como parte de este incremento institucional, insigne medalla Pro Ecclesia et Pontifice.
pari passu a la erección de la sociedad clerical, el La actuación de Mons. João y su obra, supe-
P. João impulsó la fundación de la Sociedad Fe- rando los límites de lo habitual, llegó también a
menina de Vida Apostólica Regina Virginum, en los restringidos y exigentes campos de la inte-
la que entraron candidatas que, desde hacía mu- lectualidad, mediante diversas publicaciones y
cho tiempo, deseaban compartir el carisma de los la erección de institutos académicos, los cuales
Heraldos del Evangelio de manera integral. Lo- imparten cursos de formación filosófica y teoló-

 Sumario 10      Heraldos del Evangelio · Edición especial


gica a los candidatos al sacerdocio de la sociedad durante más de ocho décadas y de las enferme-
clerical y a los miembros de la sociedad femeni- dades sufridas con heroica firmeza, llegó la hora
na, además de editar la revista académica Lumen de la victoria final, que le costaría el admirable
Veritatis, que goza de renombre internacional. precio que sólo podía ser pagado con la entrega
de su propia vida, pues «si el grano de trigo no
Varón que debe ser visto con ojos cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si
sobrenaturales muere, da mucho fruto» (Jn 12, 24).
Hechas estas consideraciones, poco entende- Habiendo Mons. João cruzado el umbral de la
ríamos de la persona de Mons. João si la contem- eternidad y sido acogido en el regazo materno de la
pláramos más con ojos humanos que sobrena- Santísima Virgen, todo lo que plantó, regó y cose-
turales, pues cuando Dios dota a alguien de un chó es hoy una mies que tiende a extenderse, cons-
llamamiento tan providencial, nunca lo hace sólo tituyéndose cada vez más en el inmenso e íntegro
para su propio provecho, sino, al contrario, para el campo en el que la Iglesia producirá renovados fru- La batalla
bien de la Iglesia y de los que vengan a compartir tos. Entonces se podrá decir: «Esta tierra que estaba
esa misión, cercana o remotamente. desolada se ha convertido en un jardín de Edén, y más dura de
De suerte que la mayor dádiva otorgada por las ciudades arrasadas, desiertas y destruidas, son
el Cielo a Mons. João no se cifra en todo lo que plazas fuertes habitadas» (Ez 36, 35).  Mons. João
aquí hemos expuesto, es decir, en
conquistas materiales e incluso es-
tuvo lugar en
pirituales. El don supremo que se le lo más íntimo
ha concedido fue el de ser un hom-
bre amado con predilección por el de su corazón,
Espíritu Santo y por la Santísima
Virgen, que en todo lo quisieron donde recogió
configurar con Nuestro Señor Je-
sucristo. los frutos de
Por lo tanto, la lucha más penosa
de Mons. João no consistió en abrir
décadas de
casas de vida comunitaria, fundar dedicación,
una asociación de fieles, erigir so-
ciedades de vida apostólica o regir se silenció y,
coros y orquestas; ni en establecer
los sólidos fundamentos de una privado de sus
obra que, como él siempre soñó, de-
bía estar cimentada en la preciosísi- movimientos,
ma sangre de Cristo, siendo una con
la Iglesia. La batalla más ardua y
lo ofreció todo
gloriosa tuvo lugar en lo más íntimo en holocausto
de su corazón, donde él —a solas
con Dios— necesitó recoger todos a Dios
los frutos de largas décadas de de-
dicación integral y entregárselos al
Creador, silenciarse, verse privado
de sus movimientos y ofrecerlo todo
en holocausto a Dios, como conse-
cuencia de un accidente cerebrovas-
Sergio Miyazaki

cular que lo acometió en 2010.

«Ciudades restauradas
y habitadas»
Además de las labores apostó- Monseñor João durante la celebración de
licas llevadas a término con éxito la Pasión del Señor, en 2010

Edición especial · Heraldos del Evangelio      11 Sumario 


João en el parque del Museo del Ipiranga,
con 3 años aproximadamente

Reproducción

 Sumario
Infancia y juventud

La aurora de
una grandiosa vocación
Los primeros años de la vida de Mons. João dan testimonio de
cómo el amanecer de la existencia vivida a la luz de la inocencia
puede determinar el rumbo de una vocación impar.
õ Hna. Patricia Victoria Jorge Villegas, EP

h Dios, tú eres mi Dios, por ti ma- Ahora bien, la vida sobrenatural recibida en
drugo» (Sal 62, 2). Con unción y el Bautismo sigue, de un modo aún más sublime,
poesía, el salmista revela en este el mismo proceso. El alma fiel a la gracia busca
versículo el camino de los inocen- constantemente a Dios, el divino Absoluto que la
tes, que buscan al Altísimo desde la creó y en el que encuentra su paraíso. Todo co-
alborada de sus vidas. mienza entonces a definirse en función de Él y
En efecto, así como el amanecer contie- por eso el inocente es inerrante al discernir el bien
ne los esplendores que el sol manifestará a y el mal, pues tiene al Altísimo como arquetipo. Para conocer
lo largo del día, así también la aurora de la
vida de la gracia en un alma encierra todas
Cabe señalar, no obstante, que este proceso no
se muestra únicamente por un movimiento del
bien a
las luminosidades que brillarán en el futuro. En el intelecto. La razón comprende el bien, pero es la Mons. João
origen de una vocación, en los primeros actos de voluntad la que se inclina hacia él, lo desea y lo
fidelidad a la inocencia, en los movimientos ini- ama.1 Así, en la búsqueda del Absoluto, la caridad necesitaremos
ciales del espíritu a la búsqueda de Dios es donde, se constituye en motor del alma, estableciendo
a menudo, se define el porvenir de una persona. entre Dios y la criatura una amistad divina,2 en la levantar la
Por lo tanto, para conocer a Mons. João nece- cual el Espíritu Santo es el maestro interior.
sitaremos levantar la punta del velo que cubre los En la infancia de Mons. João, esta relación ín- punta del
misterios de la gracia en la etapa primaveral de
su vida, la cual, marcada ya por una predilección
tima con Dios se produjo de una forma tan dis-
creta como profunda. Las mociones de la gracia
velo que cubre
de la Providencia, expresa en germen una dádiva estaban revestidas de una sencillez pueril, de ma- los misterios
que lo distinguirá hasta el final de sus días: el de nera que, desde muy temprana edad, las realida-
ser un enfant gâté de la Santísima Virgen. des espirituales le eran connaturales. de la gracia
Un niño connatural a las realidades espirituales Silenciosa contemplación en la etapa
Cuando la luz de la razón empieza a despuntar Al ser hijo único, sus primeros años transcu-
en el niño, comienzan las primeras percepciones rrieron en el aislamiento, lo que hizo que en su primaveral
del mundo exterior e inmediatamente nace una
inclinación: la búsqueda de su origen, es decir, de
alma naciera una gran propensión a la contem-
plación. Le atraía especialmente la armonía del
de su vida
sus padres. Los progenitores se convierten en el firmamento estrellado, que observaba durante
eje de todos sus análisis y en el término de com- la noche sentado en el alféizar de la ventana de
paración entre el bien y el mal: todo lo que viene su habitación, como él mismo narra, en tercera
de ellos es bueno y lo que se les opone es malo. persona, en una de sus obras: «Todo hablaba de

Edición especial · Heraldos del Evangelio      13 Sumario 


misterio… Más aún para un niño. La silenciosa La fuerza del mundo espiritual es tan superior
contemplación se extendía durante una, dos, tres que el pequeño João se sentía atraído y obligado
horas… Y con el tiempo, las constelaciones cam- a caminar hacia ellas. Cuando llegaba al final del
biaban de posición, alterando la configuración de pasillo las almas se marchaban por la ventana y
la bóveda celeste. Como todavía desconocía el el niño, recuperando el dominio de sí mismo, ex-
movimiento de rotación de la Tierra, imaginaba perimentaba miedo y salía corriendo de allí. Este
que las estrellas habían “caminado” […]. Des- peculiar hecho se repitió dos o tres años, siempre
pués se preguntaba impresionado: “¿Cómo fun- durante la noche, afianzando desde temprana edad
ciona todo esto? ¿Cómo se ordena? ¡Qué poder en su alma la convicción de la existencia de las rea-
habrá detrás de ese ‘caminar’ de las estrellas!”».3 lidades invisibles que la fe nos enseña.
Era la semilla de la fe la que se manifestaba
en su inocente corazón, ayudándolo a escudri- Enérgica oposición al mal: una añadidura
João ñar el misterio del orden del universo, al temperamento contemplativo
comprendió pues, por esa virtud, «sabemos que
el universo fue configurado por
A medida que su contacto con el
mundo sobrenatural iba crecien-
que debía la palabra de Dios, de manera do, florecía en el alma de João
que lo visible procede de lo la necesidad de identificarse
renunciar invisible» (Heb 11, 3). La con Dios, a la vez que una
gracia abría de esa manera aguda perspicacia, naci-
enérgicamente los horizontes de su alma, da de los dones del Es-
acostumbrándolo a des- píritu Santo, lo llevaba
a todo lo que
Reproducción

cubrir al divino Artífice a discernir el mal que


se opusiera en su obra: «Aprendí a
vivir relacionándome
existía en el mundo. La
Revolución comenzaba a
al Bien con lo que Dios creó, sin amenazar el paraíso que
conversar por medio de la inocencia primaveral
Supremo, que palabras, sino de alma, había edificado en él y se
con todas las bellezas pues- hacía necesario oponer-
vislumbraba al tas por Él en el mundo».4 le resistencia radicalmente
Estas largas horas de sole- para optar por el camino del
contemplar el dad constituyeron una circuns- bien. Fue entonces cuando ocu-
cielo estrellado tancia providencial, que le sirvió
de preparación para el desempe-
rrió uno de los episodios más
impactantes de su infancia.
João con 9 años
ño de la misión a la que Dios lo Cuando tenía alrededor de 6
llamaba, según se lo afirmó el Dr. Plinio: «Todo años, se encontraba jugando tranquila e inocente-
hombre, para realizar grandes obras, necesita pa- mente debajo de una mesa, durante una reunión
sar por un período en el que permanece totalmen- familiar en su casa. Estaban allí dos tíos, hermanos
te aislado, se recoge y, a solas, puede reflexionar menores de su padre, que representaban bien el es-
sobre el problema de la vida. Tuviste una ventaja tado de espíritu agitado que comenzaba a caracte-
enorme: estuviste muy aislado en tu infancia. Si rizar a la humanidad desde principios del siglo xx.
no hubieras pasado por ese aislamiento, no serías Ambos se acercaron al niño y, quitándole el sosiego
hoy quien eres».5 brutalmente, empezaron una serie de juegos vio-
Hubo otro factor que contribuyó profunda- lentos, dándole golpecitos en la oreja y diciéndole
mente en su formación. Con tan sólo 4 o 5 años, todo tipo de groserías.
mientras jugaba en la sala de visitas de su casa Indignado al percibir que el bien siempre era
veía, a menudo, cómo dos almas en forma de considerado débil y que el mal siempre ganaba,
nube se le aparecían, en la puerta que daba al pa- decidió invertir esa situación y le dijo con firme-
sillo, por donde entraban. za a uno de sus tíos: «Mira, ¡o paras o le daré una

 Sumario 14      Heraldos del Evangelio · Edición especial


patada a la vitrina!». De hecho, en la sala había un marcó de modo especial el inicio de su juventud,
mueble antiguo con algunos objetos valiosos de cuando tenía aproximadamente 14 años.
la familia. Como su tío no detenía sus agresiones, Un día andaba por las calles del barrio Ipiran-
el pequeño no dudó en cumplir su amenaza y los ga, de São Paulo, cuando se cruzó con un conoci-
cristales se esparcieron con estrépito por el suelo. do suyo, de tan sólo 7 años, que estaba fumando.
Al ver lo sucedido, los familiares se volvieron La escena hirió su sentido moral y no dudó en in-
contra el tío, quien a partir de ese episodio nunca terpelar al culpable, manifestándole su asombro.
más se atrevió a provocar al niño. Sin embargo, El niño se limitó a hacer un gesto desafiante con
éste entendió que si conservaba una manera de el humo que salía del cigarrillo. Entonces el joven
ser tranquila y pacífica de cara al mal el mundo João le dijo: «¡Se lo voy a contar a tu padre!», a lo
entero se precipitaría sobre él. Entonces, tomó la que el muchacho respondió intentando meterle la Al toparse con
decisión de asumir un carácter más activo. punta encendida del cigarrillo en el ojo. A pesar
En realidad, no hubo propiamente un cambio de haber desviado rápidamente la cara, no pudo la fuerza de
en su temperamento contemplativo y sereno,
sino una añadidura. En el alma en estado de gra-
evitar que la brasa le quemara el párpado infe-
rior izquierdo. Este hecho le hizo comprender el
penetración
cia, Dios es «la regla primera, que debe regular poder penetrante del mal y confirmó aún más su del mal y con
la razón humana»6 y, por tanto, el pequeño João disposición de ser un gran luchador por el bien.
comprendió que debía renunciar enérgicamente a En ese mismo período, «constató de cerca la la crisis moral
todo lo que se opusiera a ese Bien Supremo. Y crisis moral que ya afectaba por entonces a la ju-
tal era su integridad de espíritu que esta decisión ventud y al mundo. En conversaciones con sus del mundo,
marcó un camino recto para toda su vida, del que primos, le chocó profundamente la afirmación
nunca se desviaría. que hicieron ellos de que la gente sólo se movía concibió el
La búsqueda del Absoluto se
por su propio interés»,8 lo que le daba la imagen
de una sociedad decadente y corrompida, en con-
ideal de luchar
transforma en un ideal traposición a una sociedad ideal y virtuosa que por una
El Padre celestial quiere para cada alma un aún no conocía.
constante crecimiento en las virtudes, pues, Nació entonces en su alma un ideal: «Desde sociedad en
como enseña un eminente teólogo del siglo xx, joven deseó ardientemente proyectar, de algún
«la vida de la gracia nunca puede agotarse; no es modo, aquella encantadora armonía sideral [que donde vigorara
posible que la vida que ha echado
sus raíces en el seno de Dios se la virtud y la
marchite por falta de alimento, sino
que va creciendo constantemente,
armonía en la
como reflejo de la naturaleza di- convivencia
vina, hasta el momento de salir de
la sucesión del tiempo y entrar en
el descanso de la eternidad».7 Para
ello, permite que el justo encuentre
obstáculos y sufrimientos, que no
harán más que aumentar sus méri-
tos y fortalecer su voluntad hacia la
perfección.
En la caminata de Mons. João
Reproducción

no faltaron pruebas mediante las


cuales la Providencia quiso robuste-
cerle sus virtudes y, para tal, su ino-
cencia tuvo que ser puesta en estado João en el liceo Centro Independencia, en 1953; en su párpado
de pugnacidad. Una de esas pruebas inferior izquierdo se ve la marca de la quemadura recibida

Edición especial · Heraldos del Evangelio      15 Sumario 


lo envolvía con su manto virginal, preservaba

Reproducción
su pureza, aumentaba su fe, fortalecía su amor y
establecía un vínculo indisoluble con él, sublime
y misterioso, que en un futuro florecería en una
ardiente devoción.
La Virgen Poderosa era, sin duda, la que so-
plaba en el fondo de su alma la certeza interior
de que en algún lugar existía «un hombre ente-
ramente virtuoso, desinteresado, movido por
puro amor a Dios, y que en su camino estaba el
encontrarlo».11
Cuando se retiraba por la noche, absorto en
estos pensamientos, se arrodillaba a los pies de la
cama y, entre lágrimas, rezaba insistentemente a
En su alma Nuestra Señora: «Madre mía, quiero conocerlo,
soplaba la quiero conocerlo. Ayúdame a encontrarlo».12 Y
ofrecía en esa intención hasta cuarenta avemarías.
certeza interior Pedía con tanto ardor que «llegó a vislumbrar en
varias ocasiones la silueta de una persona corpu-
de que existía lenta, fuerte y majestuosa, revestida de un hábito
y con una capa beige. Aunque no distinguiera sus
en algún lugar El joven João en diciembre de 1955
rasgos fisonómicos, comprendía que se trataba del
había contemplado en su infancia] hacia la vida varón esperado por él, que reformaría el mundo».13
del mundo social de sus compañeros […]. Años más tarde an- Así pasaron dos años…
un hombre helaba fundar una asociación de jóvenes para rela-
cionarlos con Dios. Era el soplo del Espíritu Santo
A medida que preveía místicamente a ese
hombre, comenzaba a amarlo y la gracia lo mo-
desinteresado animándolo a servir a los demás».9 De hecho, el vía a buscar su presencia.14 Todos los anhelos que
celo por la salvación del prójimo es una caracte- habían quedado atrapados en su alma desde su
y virtuoso a rística de quienes aman verdaderamente al Señor.10 infancia se realizaban en él.

quien deseaba Maternal preparación La vocación despunta en el horizonte


Sin darse cuenta, el joven João estaba siendo En 1956, cuando tenía 16 años, uno de sus pro-
ardientemente preparado por María Santísima para que algún fesores del Colegio Estatal Presidente Roosevelt
encontrar día se entregara a Ella totalmente como hijo y
esclavo. Con mucha suavidad, Nuestra Señora
sorprendió a los alumnos con una pregunta insó-
lita: «¿Quién de los presentes no cree en el infier-

1
Cf. SANTO TOMÁS DE 4
CLÁ DIAS, EP, João 7
SCHEEBEN, Matthias cho Canónico. Universi-
AQUINO. Suma Teológi- Scognamiglio. Charla. Joseph. As maravilhas da dad Pontificia Santo To-
ca. I-II, q. 10, a. 1. Caieiras, 17/2/2005. graça divina. Petrópolis: más de Aquino. Roma,
Vozes, 1952, p. 318. 2010, p. 171.
2
Cf. Idem, II-II, q. 23, a. 1. 5
CORRÊA DE OLIVEI-
RA, Plinio. Reunión. 8
CLÁ DIAS, EP, João 9
Idem, p. 169.
3
CLÁ DIAS, EP, João
São Paulo, 4/9/1990. Scognamiglio. A gênese
Scognamiglio. ¡Ma- 10
«Si amas a tu prójimo en
e o desenvolvimento do
ría Santísima! El Paraí- 6
SANTO TOMÁS DE Dios y te preocupas de su
movimento dos Arautos
so de Dios revelado a los AQUINO, op. cit., II-II, felicidad, tu primer pen-
do Evangelho e seu re-
hombres. Lima: Heral- q. 23, a. 6. samiento se encaminará
conhecimento canônico.
dos del Evangelio, 2021, a hacerle disfrutar de la
Tesis doctoral en Dere-
t. I, p. 35. dicha en que tú abundas

 Sumario 16      Heraldos del Evangelio · Edición especial


especial
no?». Algunos asintieron. Entonces les pidió que asistió a misa y recitó el rosario completo. Desde
lo buscaran al finalizar la clase. El joven João no aquella ocasión nunca dejó de comulgar ni de rezar
dudaba de la existencia de ese lugar de tormento, la corona de la Santísima Virgen diariamente.
pero quería saber cómo demostrarlo, pues entre Transcurridos dos meses frecuentando la casa
sus familiares con frecuencia surgían discusiones de aquel profesor suyo, éste lo invitó a que cono-
al respecto. Así que decidió escuchar la explica- ciera a su mentor, el fundador del grupo católico
ción. al que pertenecía. El encuentro fue fijado para el
El docente presentó la prueba clásica de que la 7 de julio de 1956, en la basílica de Nuestra Seño-
pena debe ser proporcionada no sólo a la ofensa, ra del Carmen. ²
sino también a la dignidad del ofendido. Ahora
bien, cuando se trata de una afrenta hecha a Dios,
ser infinito, como lo es el pecado, se hace inevita-
ble que el castigo sea eterno.
Impresionado con tan claro y sutil argumen- Rezaba con
to, João aprovechó la oportunidad para exponerle
al profesor su aspiración de fundar una sociedad tanto ardor
juvenil. Éste lo invitó a su casa a fin de discutir
el proyecto. El día fijado, sin embargo, la conver-
para conocerlo
sación versó acerca del protestantismo, los des-
enfrenos de Lutero y, especialmente, en la inma-
que llegó a
culada santidad de la Iglesia fundada por Nuestro ver la silueta
Señor Jesucristo… Mientras el profesor estaba
hablando, una gracia incidió en su alma como un de un varón
flash, llevándole a concluir: «La Iglesia Católica
es la única religión verdadera. Seré enteramente fuerte y
de la Iglesia».15
Y esa gracia, al haber caído en la buena tierra
majestuoso,
de un alma generosa, enseguida empezó a fructi-
ficar. Todo en su vida tuvo sentido, todo cobró luz,
aunque no
la inocencia había encontrado en la Santa Iglesia la distinguiera
morada de su alma. Únicamente le restaba conocer
n

sus rasgos
Reproducció

a ese varón bueno, a quien debía seguir…


A la mañana siguiente se levantó temprano y se
dirigió a la iglesia de San Juan Clímaco, cercana a fisonómicos
su residencia, donde hizo una confesión general,

por la gracia» (SCHEE- unión es efecto del amor


BEN, op. cit., p. 298). (cf. SANTO TOMÁS DE
AQUINO, op. cit., I-II,
11
CLÁ DIAS, ¡María San-
q. 28, a. 1).
tísima! El Paraíso de
Dios revelado a los hom- 15
CLÁ DIAS, ¡María San-
bres, op. cit., p. 55. tísima! El Paraíso de
Dios revelado a los hom-
12
Idem, pp. 55-56.
bres, op. cit., p. 58.
13
Idem, p. 56. El Dr. Plinio en 1957
14
Conforme afirma el
Doctor Angélico, la

especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio      17 Sumario 
Mario Shinoda
El Dr. Plinio en diciembre de 1990

 Sumario
Discípulo perfecto de Plinio Corrêa de Oliveira

Un solo corazón, una sola alma


Hijo espiritual dedicadísimo, Mons. João hizo de su vida un acto perpetuo
de admiración y restitución a su padre. La profunda unión que
Dios estableció entre ambos los fusionó en una única historia
de fidelidad en el firmamento de la Iglesia.
õ P. Louis Marie Joseph Anicet Goyard, EP

a basílica, profusamente ilumina- joven vio al Dr. Plinio, era como si ya lo cono-
da, está llena de gente y de expec- ciera y en él identificó al hombre prometido por
tación. En el coro alto, la orquesta la gracia, a quien debía entregarse por completo
afina sus instrumentos, entre tanto, para cumplir sus anhelos de conquistar almas
nubes de incienso empiezan a ele- para Dios. Sus ardorosas aspiraciones juveniles
varse entre las columnas de la nave principal. y sus fervorosas oraciones, prolongadas durante
Entonces se hace el silencio. Sentado junto dos años, finalmente eran atendidas, llevándolo
al pasillo central, el joven João se halla envuel- a exclamar interiormente, como comentaría más Al ver por
to en una atmósfera toda sobrenatural. Más allá tarde: «Soy feliz, feliz, porque he encontrado la
de las impresiones religiosas provocadas por el luz de mi vida, el sueño de mis sueños, la fuerza primera vez
ambiente, está siendo preparado por la gracia para el de mi existencia, el camino recto hacia el Cielo».2
acontecimiento que cambiará su vida para siempre. a su padre
Los primeros años de convivencia
Comienza la ceremonia. Mientras el numeroso
coro de frailes holandeses, acompañado por el ór- Al salir de la basílica, después de la ceremonia,
y fundador,
gano y diversos instrumentos de cuerda, henchía
el templo de espléndidos acordes del himno Flos
el Dr. Plinio se cruzó con el joven João y tomó la
iniciativa de saludarlo e intercambiar algunas pa-
Mons. João se
Carmeli, un cortejo de miembros de la Tercera Or- labras con él, mostrando mucha amabilidad y pro- llenó de ­alegría
den del Carmen avanza en dos filas por el pasillo. funda complacencia. Se iniciaba así una relación
Revestidos con sus hábitos oscuros y cubiertos has- que se intensificaría durante cuatro décadas.3 y exclamó
ta los pies con capas blancas, se parecían —a los Monseñor João comenzó a frecuentar una de
ojos de João— más a ángeles que a hombres. las casas que el «Grupo de Plinio»4 tenía en la ca- ­interiormente:
Su emoción, sin embargo, alcanza el auge cuan-
do avista, cerrando ese cortejo por el centro de la
lle Martim Francisco, de São Paulo. Allí ejerció
el encargo de auxiliar administrativo, prestando
«¡He
basílica, a un varón fuerte y serio, de paso seguro
y decidido, cuya grandeza de alma se intuye por
posteriormente otros servicios como ser secreta-
rio de la Comisión de Exteriores, que se ocupa-
encontrado
su corpulencia. Interiormente, João exclama de in- ba de los nacientes núcleos de contactos en otros la luz de mi
mediato: «¡Éste es el hombre! A él es a quien yo países; formar parte de la Comisión de Lectores,
quería conocer, a él estoy llamado a seguir. Éste es que traducía, catalogaba y preparaba fichas para vida!»
el varón que reformará la faz de la tierra».1 las reuniones; y asumir los llamados «eventua-
De hecho, el primer encuentro de Mons. João les», pequeñas disposiciones prácticas que eran
con el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira —que tuvo resueltas por algunos de los más jóvenes.
lugar el 7 de julio de 1956, en la basílica de Nues- El desempeño de esas tareas le daba la oportu-
tra Señora del Carmen, de São Paulo— fue fruto nidad de seguir de cerca distintos momentos de la
de una larga y fiel espera. Por eso, cuando aquel rutina del Dr. Plinio, al hacerle consultas o trans-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      19 Sumario 


mitirle algún recado, y la ocasión de pasar tiempo culo de dependencia análogo al recomendado por
con él. Nada escapaba a su diligente y admirativa San Luis respecto de María Santísima? Siendo él
observación. Más adelante, las breves conferen- una representación viva de la Madre de Dios, en-
cias impartidas por el Dr. Plinio a los miembros tregarse en sus manos haría más concreta, sensi-
más jóvenes del movimiento, llamadas Santo del ble y eficaz la esclavitud a Nuestra Señora y más
Día, servirían a Mons. João para profundizar en seguro el camino para la práctica de la virtud.
la comprensión de diversos aspectos de la perso- Lleno de alegría espiritual, Mons. João le es-
na y la vocación del fundador. cribió una carta al Dr. Plinio exponiéndole los
Así pues, fue constatando diariamente cuánta motivos que lo llevaban a pedir consagrarse a la
sabiduría, inocencia y fuerza le había concedido Santísima Virgen en sus manos, algo que ya pre-
Dios al Dr. Plinio para ser maestro, profeta y lu- figuraba una entrega religiosa.
chador de la causa católica, pero también padre Por su agudo discernimiento de los espíritus,
tierno y rebosante de afecto, realizando en su alma el Dr. Plinio enseguida se dio cuenta de que se
una rara armonía entre grandeza y amabilidad. trataba de un impulso suscitado por la gracia divi-
Leyendo el Cierta vez, a partir de unas lecturas, Mons. João na, juicio confirmado por otros discípulos suyos,
descubrió la enseñanza de la teología acerca de la quienes, sin conocer la petición de Mons. João, le
«Tratado de bendición, cuyo amplio uso se extiende a todos comunicaron un deseo similar. Tras investigar,
la verdadera los bautizados y no sólo a los sacerdotes. Ense-
guida surgió en su espíritu la idea de pedirle al
con exquisita prudencia, la ortodoxia de tal suge-
rencia, el Dr. Plinio empezó a reunirse con estos
devoción», Dr. Plinio, como fundador, que diera la bendición pocos hijos espirituales en el despacho de su piso
a sus discípulos. Junto a otro joven fue a su en- para manifestarles aspectos inéditos de su alma,
Mons. João cuentro para preguntarle al respecto. No opuso narrando episodios de su vida en los que traslu-
ninguna dificultad y los bendijo por mediación de cían los dones que la Providencia le había con-
comprendió María Santísima y del profeta Elías. En adelante, cedido con vistas al cumplimiento de su misión.
Mons. João multiplicaría las manifestaciones de Nuevos panoramas sobrenaturales se descubrían
que la mejor arrobo para con la persona de su padre espiritual, ante los ojos de Mons. João, que multiplicó las
manera de al ver en él —gracias a un presentimiento sobre-
natural— a un varón suscitado por la Virgen para
preguntas al Dr. Plinio, sin darse cuenta de que
procediendo así le ayudaba a explicitar su propia
consagrarse una altísima misión histórica. vocación, como confesaría más tarde.
Al cabo de dos años de entrañable convivencia,
a María Sagrada esclavitud, la gracia inmensa el Dr. Plinio, finalmente, atendió las insistentes pe-
Según San Luis María Grignion de Montfort, ticiones de esos hijos. La primera ceremonia de la
Santísima era la expresión esclavitud de amor es la que mejor sagrada esclavitud, como fue denominada, tuvo
define la absorta entrega de quien desea llevar al
hacerlo por extremo su amor a Nuestra Señora.
las manos del Leyendo el Tratado de la verdadera devo-
ción escrito por ese santo, Mons. João se
Dr. Plinio maravilló con las características de esa
esclavitud. Le llamó especialmente la
atención el hecho de que quien así
se consagra a la Sabiduría eterna y
Archivo Revista

encarnada, por manos de María,


participa de sus dones, virtudes y
gracias, como si la Virgen misma
viviera en él. Por otro lado, entendió
que la búsqueda de la perfección se
hallaba facilitada por tener, en Nuestra
Señora, un modelo más cercano.
Sumándose a otras ideas, esa doctrina
penetró en el espíritu de Mons. João car-
gada de un nuevo significado: ¿por qué no
asumir, con relación al Dr. Plinio, un vín- El Dr. Plinio y Mons. João en 1965

 Sumario 20      Heraldos del Evangelio · Edición especial


lugar el 18 de mayo de ma interno diera nuevos
1967. Fueron tales las frutos de apostolado.
gracias derramadas en
aquella ocasión y la ele- Admirador de una
vación que embargó a grandeza crucificada
todos, que el Dr. Plinio En una conversación
afirmó al concluir el acto: con algunos más cercanos
«Con esta ceremonia que- la noche del 1 de febrero
da fundada la institución de 1975, el Dr. Plinio ex-
de los apóstoles de los úl- puso las aprehensiones
timos tiempos».5 que albergaba en relación
con su obra y concluyó
«Un anónimo entre que únicamente era posi-
Antonio Carlos Carrero

los suyos» ble salvarla a través de un


En los años siguientes, ofrecimiento como vícti-
aunque la obra del Dr. Pli- ma expiatoria, impetrando Ante la
nio había logrado numero-
sos éxitos externos, inter-
así a la Santísima Virgen
la intervención de gracias
infidelidad
namente se constataba un
paulatino declive del entu-
El Dr. Plinio en 1973 especiales. Es lo que hizo,
declarando allí mismo que
de muchos de
siasmo y el fervor. Las gracias iniciales de funda- Nuestra Señora podía disponer de él como quisiera. sus hijos y del
ción habían abierto un camino de entrega y revela- Tan sólo treinta y seis horas después, su ofre-
do el panorama de la vocación en todo su esplendor, cimiento fue acogido por la Providencia mediante consecuente
culminando en la sagrada esclavitud. Sin embargo, un terrible accidente automovilístico. Entre los pa-
la infidelidad de muchos ocasionó el retraimiento sajeros de los cinco vehículos involucrados, sola- retraimiento
de esas gracias y la consecuente ceguera espiritual, mente el Dr. Plinio sufrió heridas graves: la pelvis
incluso con relación al fundador, porque cuando el quedó hundida y rota por el fémur izquierdo, que
de gracias en
corazón se abre al mundo, se cierra a Dios. también resultó lesionado, dos costillas fractura-
Optando por una vida mediocre —y, lamenta- das, los huesos de la mano izquierda destrozados
su obra, el
blemente, no pocas veces desarreglada—, varios y el húmero derecho partido; además, su cabeza Dr. Plinio
de los que deberían ser fieles discípulos empeza- chocó contra el parabrisas, provocándole la pér-
ron a ver en el Dr. Plinio únicamente a un hom- dida de dos dientes, una incisión de arriba abajo se ofreció
bre culto e insigne pensador, y ya no al profeta de en el labio superior, el corte casi total del párpado
María Santísima que la gracia les había mostrado y la ceja izquierdos, y una abundante pérdida de como víctima
antes, hasta el punto de convertirse en «un anóni- sangre. Se había convertido, como afirmaría más
mo entre los suyos».6 La nota religiosa desapare- tarde Mons. João, en «mártir de su propia obra»,7
expiatoria
cía de la obra, dando paso a un ambiente de club, soportando las secuelas para el resto de su vida.
constituido por diversiones y superficialidades. A esto le siguió una larga y dolorosa recupera-
para salvarla
Esa actitud naturalista y mundana nunca ma- ción, durante la cual Mons. João no abandonó ni
culó la visión de Mons. João respecto del Dr. Pli- un instante al Dr. Plinio, pues ver a su padre des-
nio, pues experimentaba continuamente en su figurado e inmerso en tanto dolor no le escandali-
fundador la presencia de la Santísima Virgen. No zó. Por el contrario, a la veneración que siempre le
obstante, su amor vigilante le inspiró el temor de había tributado se unió un profundo sentimiento de
dejarse influenciar y llegar a ser, en un futuro, in- ternura, y su admiración creció al constatar que al
fiel a la causa católica si se mantenía en el trato dar consejos espirituales o directrices para su obra
con sus condiscípulos decadentes. Por eso, el 12 aun estando muchas veces en un estado de semiin-
de octubre de 1974, le pidió al Dr. Plinio retirar- consciencia demostraba una sabiduría inusual y un
se a una vida de contemplación. Éste —no sólo discernimiento impecable. Anotándolo todo en una
como padre, sino también como amigo— com- libreta, día y noche, el hijo fiel no dejó que se perdie-
partió con él sus preocupaciones y le insistió que ra ninguna de sus palabras, convirtiéndose en el pri-
no se alejara de las actividades del movimiento, mer beneficiario del generoso sacrificio del Dr. Pli-
con la esperanza de que un cambio en el panora- nio, a quien la Virgen no tardaría en recompensar.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      21 Sumario 


En efecto, así como otrora Moisés sostuvo en esta tierra, y que partía hacia el Cielo arrebatado
desde lo alto de la montaña la lucha de Josué como Elías, a fin de concluir en la eternidad lo que
(cf. Éx 17, 11), así, en los años posteriores a su ac- aquí había empezado. Esa certeza de la victoria, na-
cidente, el Dr. Plinio pudo observar, como fruto cida de la contemplación de las virtudes del Dr. Pli-
de su ofrecimiento, que varias instituciones in- nio, fue el puntal con el que Mons. João sostuvo la
ternas resurgían con un fervor redoblado bajo el obra en el doloroso momento en que faltó la pre-
incansable impulso de Mons. João. De este modo, sencia física del fundador.
su obra salía del letargo en el que yacía.
Único deseo: perpetuar una misión
«Cor unum et anima una» Tras la marcha hacia la eternidad del Dr. Plinio
A partir de 1975, el Dr. Plinio y Mons. João el 3 de octubre, Mons. João cumplió con tanto éxito
lucharían codo a codo, atravesando juntos las tri- esa misión, traduciendo en instituciones el espíritu
bulaciones y victorias de la obra. de su padre y señor, que participó, él mismo, de la
El Dr. Plinio encomendó a su fiel discípulo los gracia fundacional, como se evidenciará en los artí-
problemas más arduos y las empresas más audaces: culos siguientes. Por lo tanto, al analizar las distin-
Así como combatir los ataques mediáticos, dirigir campañas tas realizaciones llevadas a cabo por él, es necesario
otrora Moisés a pie de calle, solucionar dificultades internas, im-
pulsar el apostolado en varios países, captar medios
tener como fondo de cuadro que, para Mons. João,
tales logros no significaban más que el homenaje
sostuvo la económicos para el sustento del movimiento… de restitución a quien consideraba la causa de todos
Ante todo, le confió la formación doctrinaria y espi- sus éxitos y, sobre todo, la materialización de un
lucha de Josué, ritual de las nuevas vocaciones que iban surgiendo. deseo irrefrenable de glorificar al varón de quien lo
En el desempeño de estos encargos, Mons. João había recibido todo.
el Dr. Plinio se unía de una manera cada vez más entrañable a su Hoy se puede afirmar que el mayor legado deja-
padre y fundador, pensando, queriendo y actuando do por el Dr. Plinio a la historia no fue ninguna de
compró, con su como él mismo, y convirtiéndose —como diría el sus campañas informativas, actuaciones públicas o
ofrecimiento, el Dr. Plinio— en su alter ego, su mano derecha, su
bastón de la vejez. La Providencia, finalmente, le
libros escritos, sino un discípulo formado a imagen
y semejanza de su propia santidad. Éste, asimilan-
resurgir de las había concedido al Dr. Plinio el consuelo de ver do su mentalidad, su amor a la Santa Iglesia y su
en él al discípulo perfecto que, participando de su profetismo, engendró hijos destinados a perpetuar
instituciones visión profética, luchaba por la causa de la Santa en el tiempo la presencia de su fundador.
Iglesia Católica y daba continuidad a su obra. De esta manera, la unión que había marcado
de su obra bajo En septiembre de 1995, el descubrimiento de cuatro décadas de sagrada convivencia tomaría una
un avanzado cáncer en el Dr. Plinio anunciaba la nueva configuración a partir de 1995: Mons. João
el incansable evidente proximidad de su partida. Ingresado en el sería el Dr. Plinio en la tierra, dando continuidad a
impulso de Hospital Alemán Oswaldo Cruz, de São Paulo, se
abatió sobre él —entre otros sufrimientos espiritua-
los anhelos que éste había albergado en vida en lo
más íntimo de su corazón; el Dr. Plinio sería el em-
Mons. João les— la terrible prueba de dejar esta vida sin haber bajador de Mons. João ante el Inmaculado Corazón
visto instaurado el Reino de María, prometido por la de María, para hacer posible la realización de los
Santísima Virgen en Fátima y tan esperado por él.8 ardientes deseos de su discípulo perfecto.
Profundo conocedor del alma de su fundador,
Mons. João supo discernir el tormento que atrave- Una semilla de profetismo
saba y sostenerlo minuto a minuto, coronando con germinando por siglos
un gesto de devoción filial la historia de una larga Desvelado a nuestros ojos algo del grandio-
fidelidad. No había olvidado nada de las enseñanzas so panorama de la unión entre el Dr. Plinio y
del Dr. Plinio sobre el papel del sufrimiento en la Mons. João, nos es permitido imaginar cómo ha-
vida de un católico y, recordándole que este último brá sido, después de casi treinta años de separación
calvario era, no un fracaso, sino el propio cumpli- física, el reencuentro en la eternidad de maestro y
miento glorioso de su vocación, lo consoló y recon- discípulo, padre e hijo, señor y esclavo.
fortó en la fe hasta sus postreros momentos. El meticuloso cuidado con el que, durante su
En aquel lecho de muerte, Mons. João veía a un ausencia, Mons. João trató de restituirle al Dr. Pli-
padre victorioso, a un profeta con una misión de- nio el fruto de sus esfuerzos por la gloria de la San-
masiadamente grande como para ser cumplida sólo ta Iglesia y por la instauración del Reino de María,

 Sumario 22      Heraldos del Evangelio · Edición especial


En el destacado, el Dr. Plinio en la década de 1990;
de fondo, misa celebrada por Mons. João en la basílica

Thiago Tamura
de Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil)

en términos terrenales, hizo crecer su alegría en


el Cielo hasta límites que quizá sólo en la visión Tal y como
beatífica podremos comprender.
Entonces, fundidos en un abrazo eterno, cier- siguió vivo
s
aro
ec

tamente ambos vieron uno en la mirada del otro


para sus hijos
nL

el porvenir de la obra que permanece en este valle


r
Fe

de lágrimas privada de su presencia física, pero


cuán protegida, como esperamos, por su segura
—y también
sin reservarse nada para sí, probablemente floreció intercesión. para sus
en la entrega amorosa, ya sin las brumas del es- Tal y como siguió vivo para sus hijos —y
tado de prueba y como adornada con los laureles también para sus enemigos— en la persona de enemigos— en
del triunfo, de la obra que había inmortalizado su Mons. João durante casi tres décadas, el Dr. Plinio
actuación en la tierra, personalizada, no obstante, continuará vivo en la obra que dejó en la tierra y la persona de
en el hijo dilecto que era todo para todos al hacer
realidad los deseos de su padre.
en la influencia que ésta aún ejercerá en la Santa
Iglesia y en el mundo. «Está vivo en sus escritos,
Mons. João
Para el Dr. Plinio, sin duda, «recuperar» a
quien tanto había amado en vida y tanto esfuer-
vivo en el precioso legado de sus explicitaciones,
vivo en las direcciones indicadas, vivo en las cos-
hace ya casi
zo había empeñado por santificarlo plenamente, tumbres que instituyó; más aún, vivo en el tipo hu- tres décadas,
conduciéndolo al perfecto cumplimiento de su mano que inspiró, es decir, en aquellos en cuyas
alta misión, supuso un significativo aumento de almas fue colocada una semilla de profetismo par- el Dr. Plinio
la gloria accidental que, si se nos permite traducir ticipativa de su propio carisma».9 ²
continuará
1
CLÁ DIAS, EP, João dad del Vaticano-Lima: rían las almas con el es- tra Señora en la tierra, al
vivo en la
Scognamiglio. ¡­María
Santísima! El Paraíso
LEV; Heraldos del Evan-
gelio, 2016.
píritu de María, prepa-
rando en ellas su reinado.
que debería dedicar toda
su vida. Décadas más tar-
obra que dejó
de Dios revelado a los
hombres. Lima: Heral-
4
Modo como era conocido
el conjunto de los prime-
6
CLÁ DIAS, El don de
de, mientras convalecía
de una grave crisis de dia-
en la tierra
dos del Evangelio, 2021, sabiduría en la mente,
t. I, p. 66. ros discípulos del Dr. Pli- betes que lo acometió en
vida y obra de Plinio Co-
nio. Con el paso de los 1967, recibió una ineludi-
2
CLÁ DIAS, EP, João rrêa de Oliveira., op. cit.,
años, el término Grupo ble confirmación sobre-
Scognamiglio. Charla. t. IV, p. 443.
Caieiras, 24/4/2005. comenzó a utilizarse in- natural, a través de una
ternamente para referirse
7
Idem, p. 486. estampa de la Madre del
3
El lector puede cono- Buen Consejo de Gena-
cer los detalles de la his- a su obra. 8
Por un especial favor ce-
lestial, el Dr. Plinio —en- zzano, de que no moriría
toria del Dr. Plinio y de 5
En alusión a la expresión
su profundo vínculo con tonces adolescente y mu- sin cumplir esa misión (cf.
usada por San Luis Ma- CLÁ DIAS, El don de sa-
Mons. João en la colec- ría Grignion de Montfort chos años antes de cono-
ción de cinco volúme- cer las revelaciones de la biduría en la mente, vida
nes: CLÁ DIAS, EP, João en su Tratado, para de- y obra de Plinio Corrêa
signar a los futuros escla- Santísima Virgen en Cova
Scognamiglio. El don da Iria— tuvo una ins- de Oliveira, t. I, pp. 348-
de sabiduría en la men- vos de amor de la Santísi- 351; t. IV, pp. 285-292).
te, vida y obra de Plinio ma Virgen que, como an- piración mística sobre el
Corrêa de Oliveira. Ciu- torchas vivas, ilumina- futuro triunfo de Nues- 9
Idem, t. V, pp. 484-485.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      23 Sumario 


Doña Lucilia en marzo de 1968

João Clá Dias

 Sumario
Monseñor João y Dña. Lucilia

Un tesoro escondido
entre las ruinas de la cristiandad

Discípulo del Dr. Plinio, Mons. João conoció también muy de


cerca a su virtuosa madre, Dña. Lucilia, con quien tuvo una breve
pero sublime relación, que lo marcó indeleblemente.

õ Hna. Michelle Viccola, EP

a fueran sus palabras pronunciadas jando atrás, al entrar en el recinto, un mundo feo
al calor de una radiante mañana en y revolucionario. Se sentía ya feliz en un ambien-
Betania o mientras el ocaso teñía te que consideraba sagrado; mientras esperaba a
de tonalidades doradas las agrada- que llegara el ascensor, aparecieron en la entrada
bles aguas del mar de Tiberíades, el Dr. Plinio y su madre, Dña. Lucilia.1
por dondequiera que el suavísimo timbre de Su primera reacción fue la de analizarlos,
la voz del divino Redentor se escuchara, pe- viendo cómo los reflejos de uno repercutían en el
netraba de un modo misterioso en las almas otro. Contempló en un instante la enorme seme- De un modo
y revelaba algo de los secretos de la Sabidu- janza de alma que existía entre ambos y se quedó
ría increada. Como cuando Jesús les dijo a encantado con la venerable figura de Dña. Luci- inusitado, el
sus discípulos: «El Reino de los Cielos se parece
a un tesoro escondido en el campo» (Mt 13, 44).
lia, entendiendo que se trataba de una mujer com-
pletamente fuera de lo común.
joven João
Un tesoro escondido… Bella y poética imagen No era sólo la distinción de quien pertenecía a encontró, en
para tiempos pasados, pero lamentablemente un una de las familias más tradicionales de São Pau-
poco lejana para los conturbados días presentes. lo, ni siquiera la delicadeza con que aceptó su un edificio de
¿Dónde y cómo encontrar un tesoro en «campos» ayuda para subir las escaleras del vestíbulo lo que
sembrados de rascacielos, decorados con asfalto lo impresionaron. Aún necesitaría décadas para la calle Vieira
y alquitrán, ennegrecidos con tanta contamina- decantar el significado y la trascendencia de ese
ción y pecado? primer encuentro que, a pesar de ser sublime, fue de Carvalho, el
El primer encuentro
natural y simple, como lo sería siempre su rela-
ción con aquella señora «hecha de porcelana».
mayor tesoro
En 1956, Mons. João —por entonces un jo-
Reflejo del Sagrado Corazón de Jesús
de su vida
ven de 17 años— estaba lejos de imaginar que
en el vestíbulo de un edificio de la calle Vieira Transcurridos once años después de aque-
de Carvalho, de São Paulo, encontraría de un lla primera mirada —a lo largo de los cuales se
modo inusitado el mayor tesoro de su vida. Tras siguieron otros encuentros, tan fugaces como
una mañana de estudios, se dirigía a la sede del marcantes—, el Dr. Plinio fue acometido de una
grupo Catolicismo —núcleo que más tarde daría fuerte crisis de diabetes. Durante el período en
origen a la TFP— situada en aquel inmueble, de- que estuvo convaleciente en su residencia, João

Edición especial · Heraldos del Evangelio      25 Sumario 


tuvo la oportunidad de servirlo más de cerca y, en variados encuentros a lo largo del día. Esperaba,
consecuencia, de pasar tiempo con Dña. Lucilia. ansioso, el momento de poder estar con Dña. Lu-
Poco a poco empezó a notar la terrible soledad cilia, aprovechando cualquier oportunidad para
en la que vivía aquella noble señora, despreciada analizarla y guardando en su corazón todos los
por sus más allegados, a excepción de su hijo. Su pormenores.
bondad era totalmente incomprendida, aun cuan- Bastaba acercarse a ella y saludarla, besándole
do el rebosante afecto de su corazón fuera, en cier- respetuosamente la mano, para sentirse envuelto
to modo, capaz de abarcar a la humanidad entera. por su serenidad. La mirada aterciopelada y pe-
Descubriendo los encantos de su alma en los netrante de esta dama era para él un reflejo de
momentos en que podía observarla, se dejaba la pureza de Dios. Décadas después de su falle-
empapar de esa dulzura cautivadora. En su inte- cimiento, Mons. João recordaba con añoranza el
rior se formaba la imagen de una virtud singular, bienestar y la alegría que experimentaba en esa
forjada por el dolor en el apagamiento y en la so- mirada, pues era bondadosa, llena de misericor-
ledad de la vida de un ama de casa. dia y dispuesta a perdonarlo todo.
Paulatinamente, Mons. João fue percibiendo Sin embargo, al constatar que muchas per-
En la que Dña. Lucilia había obtenido del Se- sonas preferían quedarse fuera de su
convivencia ñor un amor profundo y una bondad
sin reservas para con los hom-
influencia, rechazando así la bien-
querencia que rebosaba de su
con bres. Veía cómo dedicaba lar-
gas horas de contemplación
corazón, su mirada se veía en-
vuelta en una hermosa y no-
Dña. Lucilia, ante la imagen del Sagrado ble bruma de melancolía: el
Corazón de Jesús y com- desencanto por un afecto
Mons. João probó, así, esta afirma- no correspondido. Este
ción del Dr. Plinio: «De sufrimiento había acriso-
contempló las
Reproducción

algún modo, Él vive en lado su alma, engrande-


grandezas ella».2 Su persona irra-
diaba la sacralidad del
ciéndola y configurán-
dola plenamente con la
de un Dios Redentor en todos los
ambientes en los que se
Bondad crucificada.
Los recuerdos de esta
hecho perdón y encontrara, tiñéndolos de convivencia celestial no
lo sobrenatural y haciendo se componen de grandes
sintió el calor que las maravillas que habi- hazañas ni de lances heroi-
taban su interior se reflejaran cos. Por el contrario, en las
del Corazón hasta en sus mínimos gestos. afables relaciones familiares,
«materno» El clima creado a su alrede-
dor era tan deslumbrate y tan Monseñor João en la década de 1960
tomando el té en compañía
de Dña. Lucilia, conversando
de Jesús invitador a practicar el bien, sobre episodios de la infan-
que las personas se sentían en la presencia de Dios cia del Dr. Plinio, al regalarle una simple rosa u
mismo, el cual habitaba su virginal alma de bau- observándola discretamente mientras rezaba el
tizada. rosario, Mons. João contempló, como en un es-
Doña Lucilia impresionaba tanto a Mons. João pejo, las grandezas de un Dios hecho perdón y
que, en varias ocasiones, contaba él, había sen- sintió el calor del Corazón «materno» de Jesús.
tido inclinación a arrodillarse ante ella para ve- Una bondad seria, respetuosa, afectuosa, humil-
nerarla, asombrado con la inocencia de su alma, de y suave era la clave con la que se relacionaba
la serenidad de su carácter, la tranquilidad de su con los demás.
porte, la pureza de intención de sus obras, la bien- Sin saber cómo ni cuándo, Mons. João per-
querencia de su trato…, en definitiva, la como cibió que entre ambos se dio un fenómeno su-
que «angelicalidad» de sus virtudes. premamente místico, mediante el cual parte del
modo de ser de Dña. Lucilia, de su espíritu, de
Una relación celestial su mentalidad y de su bienquerencia pasaban a
La convivencia —que más tarde Mons. João él, con miras, quizá, a extender esas relaciones a
la denominaría «luciliana»— se componía de otras almas.

 Sumario 26      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Una madre para los siglos futuros En varias ocasiones, el Dr. Plinio reveló al res-
Así pues, no tardó en discernir con tino proféti- pecto que había entendido la santidad al contem-
co la misión de esa singular madre en el porvenir. plar a su madre. Impresionante comentario prove-
Intuyó que tenía un papel providencial, a la mane- niente de alguien que poseía un profundo discerni-
ra de una «innovación» propiciada por Dios para miento de los espíritus y que, por tanto, mirando a
atender las apetencias y necesidades de hombres Dña. Lucilia contemplaba, por un don místico, su
cada vez más huérfanos de bondad. Un tesoro di- alma. La juzgaba entonces tan elevada que le ser-
vino, mezcla de novedad y tradición, de un alma vía de patrón para su propia santificación.
encargada de realizar de un modo particular, pre- En suma, en la raíz de su perseverancia e, indirec-
ciso y minúsculo el bien que la Santísima Virgen tamente, de toda la obra que realizaría por la Iglesia,
obra universalmente a favor de las almas. estaban el ejemplo y el sacrificio de esta dama.
En este sentido, Dña. Lucilia era como la úl- Y Mons. João sentía que también era su ma-
tima semilla de la Edad Media que, al caer en la dre. Se convirtió en el mayor tesoro de su vida
tierra, hizo que naciera algo nuevo para la cris- que jamás habría soñado.
tiandad, abriendo, como intercesora, las puertas
de una dadivosidad inaudita, capaz de El tesoro… en la eternidad
«arruinar» los depósitos de la gra- Ahora bien, el fallecimiento de Era un alma
cia divina, si éstos no fueran in-
finitos. Iluminó con los rayos
Dña. Lucilia lo cogió totalmen-
te por sorpresa. Ella era de tal
encargada de
de esa misma civilización forma «su tesoro» que, pen- realizar de un
cristiana, de la que era he- saba, nunca se separarían…
redera, un mundo deca- El bienestar que la rodea- modo preciso,
dente, donde la bienque- ba, incluso en los mo-
rencia había sido susti- mentos de mayor aflic- particular y
Reproducción

tuida por la vulgaridad, ción o enfermedad, hacía


el afecto por el interés, que pareciera inmune minúsculo el
la caridad por un filan-
tropismo ateo.
al sufrimiento y daba la
impresión de que viviría
bien que la
Meditando sobre las eternamente… Por eso, Santísima
razones de esa manera de mientras velaba su cuer-
actuar de la Providencia, a po, se preguntaba perplejo: Virgen obra
Mons. João le pareció que, «¿Acaso esta luz nos va a
debido a la corrupción y los abandonar?». universal-
desvaríos de la sociedad revo- Desde la perspectiva de los
lucionaria, era necesario que años, comprobamos que tantos mente a favor
Dios se mostrara más próxi-
mo a un mundo que había
Doña Lucilia en torno al año 1960 recuerdos, tantas sonrisas y
tantos estímulos les fueron da-
de las almas
destruido la imagen de Jesús y de su Madre San- dos a Mons. João para que, guardados en su cora-
tísima, dándole, en Dña. Lucilia, la oportunidad zón, nos iluminaran en el futuro. Para él, Dña. Lu-
de recordar sus verdaderas fisonomías. cilia no se había marchado, mas estaría siempre a
su lado, pues la unión de almas entre ellos era pro-
De tal madre, tal hijo funda. De alguna manera se había hecho «eterna»,
De hecho, era un espejo de ciertas perfecciones ya que, desde aquel 21 de abril de 1968, se había
divinas, cuyo primer beneficiario había sido su convertido en como que su «ángel de la guarda».
propio hijo, el Dr. Plinio. Admirando de cerca las A partir de entonces, su presencia —no ya fí-
sólidas virtudes de este varón, Mons. João com- sica— se manifestaba por un diálogo constante,
probó cómo era sustentado en la virtud por la pre- marcado por imponderables y por un contacto
sencia de su madre. Doña Lucilia fue el parámetro, enteramente místico, cuya iniciativa partía del
la senda, la «tabla de la ley» que lo amparó en su Cielo. Doña Lucilia se hacía sentir de un modo
vida espiritual y, siendo llamada por la Providen- aún más intenso que si estuviera viva, acompa-
cia a defenderlo, era normal que en la base de la ñándolo en cada paso, retirándole los obstáculos
fidelidad del Dr. Plinio estuvieran sus oraciones. de su camino, arreglando situaciones y amparan-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      27 Sumario 


Tras la

Archivo Revista
muerte de
Dña. Lucilia, Visita de Mons. João y algunos heraldos a la tumba de Dña. Lucilia en el cementerio de la Consolación, en 2008

Mons. João
do constantemente a la gran familia espiritual las almas era un efecto pacificador sobre el tem-
se convirtió que él difundía por el mundo. peramento, una serenidad que equilibraba e in-
fundía la certeza de encontrar en ella un amparo
en apóstol de Madre de una multitud de hijos seguro, en medio de las incertidumbres y tempes-
Y aquí la epopeya de Mons. João adquiere un tades del mar embravecido del mundo moderno.
sus virtudes, colorido inesperado. Podía considerarse el afor- Y enseguida también comprobaría que sería
permitiéndole tunado hombre de la parábola, porque había en-
contrado un tesoro escondido a los ojos del mun-
sustento y refugio en los días tormentosos que se
avecinaban.
a ella abrazar do…, pero sentía vivamente que no debía ser el
Fiel sustentáculo, ardoroso hijo
único en disfrutar de esta preciosidad.
a una Así pues, tras la muerte de Dña. Lucilia, se Con el fallecimiento del Dr. Plinio en 1995,
convirtió en un verdadero apóstol de sus virtudes, Mons. João veía el comienzo de un nuevo capítulo
multitud difundiendo la devoción a ella entre los jóvenes en su vida, en el que necesitaría el amparo más cer-
miembros de la TFP y sus familias, animándolos cano e intenso de Dña. Lucilia. Durante cuarenta
de hijos que en las vías de la santidad mediante su ejemplo y años había colaborado con su hijo y en muchas si-
recurren a su obteniendo, por su intercesión, numerosos benefi-
cios. Le revelaba a todos este sublime tesoro, per-
tuaciones su auxilio se había hecho notar; estaba
seguro de que tal solicitud no faltaría. ¡Y así fue,
intercesión mitiéndole a Dña. Lucilia —que en vida no había pues se multiplicó! Hubo rupturas, dramas e incer-
podido acoger a tantos hijos bajo su chal mater- tidumbres, decisiones drásticas que tomar, pasos
no— abrazar a miles y miles de ellos, presentándo- audaces que dar, en fin, mil dificultades que, sin la
los en sus brazos a la Divina Misericordia. asistencia sobrenatural de su protectora, no habría
Ante la tumba de Dña. Lucilia crecía el nú- superado.
mero de personas que invocaban su intercesión, En numerosas ocasiones, Mons. João declaró
una señal de haber recibido favores o de esperar que no tenía dudas del papel asumido por Dña. Lu-
alcanzarlos. Y al igual que en la vida, siempre se cilia en la inesperada recuperación de varias enfer-
manifestó solícita en atender a cualquiera que le medades que padeció, en las inexplicables solucio-
pidiera su auxilio, casi ansiosa por ayudar al ne- nes a casos complicadísimos y en la perseverancia
cesitado incluso antes de que éste completara la de los cuantiosos jóvenes, consagrados e incluso
formulación de su petición. sacerdotes que él, con sus oraciones, reunía bajo el
Monseñor João observó en estas intervencio- chal lila de esa maternal señora. Estas intervencio-
nes que una de las gracias más características de nes se revelaban discretas, suaves y eficaces, como
la suave y discreta acción de Dña. Lucilia sobre lo habían sido sus acciones en la tierra.

 Sumario 28      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Sin embargo, como en los comienzos de la sin precedentes para la humanidad. La acción de
cristiandad, tampoco faltaron los Herodes, Judas Dña. Lucilia se perpetuaba así, contribuyendo de
y Nerón, que intentaron a toda costa hacer desa- manera muy especial a vivificar el corazón del
parecer esta luz. Afrontando dolorosas oposicio- Cuerpo Místico de Cristo.
nes internas, equívocos, falsas acusaciones y un En este sentido, y a la luz de las promesas de
sinfín de persecuciones, Mons. João fue el fiel Fátima, podemos develar un poco más los mis-
abanderado de la legítima devoción a Dña. Luci- terios que cubren la singular relación entre ellos,
lia —anclada en las más firmes y ortodoxas tra- pues para Mons. João la acción de Dña. Lucilia
diciones de la Iglesia—, no sólo con su ejemplo, se intensificará especialmente en la hora de los La acción de
sino sobre todo con sus obras. grandes castigos anunciados en Cova da Iria: se
Ya en vida del Dr. Plinio, el amor filial le ha- hará sentir místicamente, obteniendo del Sagra- Dña. Lucilia
bía llevado a recopilar los hechos de la vida de
Dña. Lucilia y a escribir una biografía ilustrada,3
do Corazón de Jesús la curación, el perdón y la
restauración para las almas que se abran a su in-
se perpetuó en
a propagar su espiritualidad por los cuatro rinco- fluencia. el ministerio de
nes de la tierra, a divulgar los milagros obtenidos Monseñor João fue el hijo fiel que, infatigable-
por su intercesión y a ofrecerle nuevos hijos es- mente, preparó los cimientos para que la promesa Mons. João,
pirituales, eslabonando una auténtica cadena de de triunfo del Inmaculado Corazón de María se
devotos: almas que, unidas a ella, están más cerca realice cuanto antes, haciendo que ese reino naz- contribuyendo
del Sagrado Corazón de Jesús. ca, en primer lugar, en los corazones de los devo-
tos de Dña. Lucilia.  a vivificar el
Una luz para el porvenir
Sólo muchos años después Mons. João com-
corazón de la
prendió que hasta su relación con la Santa Iglesia 1
Lucilia Corrêa de Oliveira nació el 22 de abril de 1876 en Santa Iglesia
estaba, de un modo absolutamente sobrenatural, la ciudad de Pirassununga, Brasil. Tuvo un papel muy im-
inserta en esta cadena de amor «luciliano», que portante en la formación del Dr. Plinio, por lo que es con-
penetraba en sus actos y le hacía distribuir con siderada por sus discípulos como una madre espiritual.
largueza dádivas espirituales a la multitud de hi- 2
CORRÊA DE OLIVEIRA, Plinio. Notas autobiográfi-
jos que Dios le había concedido. Con la unción cas. São Paulo: Retornarei, 2008, t. I, p. 527.
sacerdotal, esas dádivas adquirieron nueva fuer- 3
Cf. CLÁ DIAS, EP, João Scognamiglio. Doña Lucilia.
za y un matiz de bondad difícil de concebir otro Città del Vaticano-Lima: LEV; Heraldos del Evange-
igual, preludio, quizá, de un régimen de gracias lio, 2013.

Chal usado por Dña. Lucilia durante los últimos años


de su vida, y conservado por Mons. João

João Paulo Rodrigues

especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio      29 Sumario 
Monseñor João en la plaza de San Pedro (Vaticano),
con motivo de la aprobación pontificia de los
Heraldos del Evangelio en 2001
Archivo Revista

 Sumario
El fundador

Recorriendo el camino
de los embajadores de Dios
Además de iniciador de una institución, el fundador es un indiscutible
modelo de conducta, un atento maestro y una «piedra de escándalo»,
dispuesta a contrariar los desvíos y errores de su época. ¿De qué
manera se aplican estos gloriosos epítetos a Mons. João?
õ P. Antonio Guerra de Oliveira Júnior, EP

n el prólogo de su evangelio, el Bajo la medida de la contrariedad


Apóstol virgen se refiere por pri- Además de iniciador de una institución, el fun-
mera vez al mayor de los varones dador es un indiscutible modelo de conducta, un
nacidos de mujer en estos térmi- atento maestro y un guía inerrante en lo que atañe a
nos: «Surgió un hombre enviado su misión propia, llamado a transmitir la respuesta
por Dios, que se llamaba Juan» (1, 6). adecuada a los desafíos y urgencias de los tiempos Los
El evangelista utiliza el verbo enviar, cuyo
significado original en griego posee un ma-
y de las circunstancias históricas siempre diversas.3
Por otra parte, suele aparecer como «piedra de
fundadores
tiz importante: compartiendo la raíz con el
sustantivo apóstol, el término designa a un
escándalo», dispuesto a contrariar las desviacio-
nes y los errores de su época. «Por eso —afirma
son envidados
embajador, un enviado con representación oficial.1 Chesterton—, la paradoja de la historia es que por Dios para
Por lo tanto, desde ese prisma, Juan el Bautista cada generación sea convertida por el santo que
también es apóstol.2 más la contradice».4 ser no sólo
Entonces cabe una pregunta: ¿no será que en En efecto, a los fundadores se les da a conocer
cada época histórica la Divina Providencia envía, algo de los misteriosos designios de aquel cuyas iniciadores
por su parte, otros tantos «apóstoles» con potes-
tad para enseñar, guiar y, sobre todo, servir de
decisiones son insondables, e irrastreables sus ca-
minos (cf. Rom 11 ,33). A sus seguidores le corres-
de una obra,
ejemplo a la sociedad?
La respuesta es, sin duda alguna, afirmativa.
ponde el papel de la fidelidad, incluso en medio de
incomprensiones y ante actitudes inusitadas.
sino también
Dios siempre ha suscitado en la Iglesia represen- En el Israel de los tiempos de Cristo, ¿qué habría embajadores
tantes suyos, para el cumplimiento de altísimos más contrario a la regla general de comportamien-
designios. Aun con una vocación distinta a la de to que la aparición de un enigmático asceta vestido «a medida»
los Apóstoles de los primeros tiempos, son real- con piel de camello, alimentándose de saltamontes
mente embajadores divinos, cuales nuevos precur- y miel silvestre, y predicando: «Convertíos, porque para cada
sores que van delante del Señor para prepararle un
pueblo bien dispuesto (cf. Lc 1, 17). Por lo tanto,
está cerca el Reino de los Cielos» (Mt 3, 2)? O en
la Asís de una Edad Media que desgraciadamente
etapa histórica
cuando entramos en contacto con la historia de los empezaba a tomar el camino del mundanismo y
santos fundadores de órdenes e institutos religio- del disfrute de la vida, ¿qué podría ser más insólito
sos, somos llevados a divisar en esos hombres y que la figura de un fraile de porte angelical ves-
mujeres providenciales una misión de tal porte. tido con pobres andrajos, predicando la pobreza

Edición especial · Heraldos del Evangelio      31 Sumario 


y la humildad más extremas? Los Quizá con vistas a la realización
ejemplos se multiplican. de su altísima vocación es por
Pues bien, se diría que Dios lo que la Divina Providencia
se complace en forjar emba- quiso presentarle ya en tier-
jadores «a medida» para na edad la dimensión de la
cada etapa histórica… y su maldad y del orgullo hu-
«medida» es la contrarie- manos, como él mismo
dad. comentó en varias ocasio-
nes. Había dos caminos
A muchos títulos, ante aquel muchacho: re-
fundador signarse o inconformarse.
Siguiendo la regla La hostilidad del am-
enunciada antes, no pode- biente que lo rodeaba, cada
mos considerar a Mons. João vez más opuesto a las ense-
Considerar a Scognamiglio Clá Dias en ta
ñanzas católicas, el desprecio
cuanto fundador tan sólo por vis por la virtud angélica de la
Mons. João el hecho de haber sido mentor c h ivo
R e
pureza, las variadas formas
Ar
y organizador de asociaciones de egoísmo y crueldad de sus
como fundador y sociedades pontificias. Esto Monseñor João durante una homilía en la coetáneos más cercanos, todo
sólo por haber sería simplificar enormemen-
te el alcance de su actuación.
basílica de Nuestra Señora del Rosario,
Caieiras (Brasil)
esto ayudó a que una resolu-
ción se forjara en su alma:
sido mentor y Si los fundadores ostentan, con mucha razón, «¡Ante el mal, no me rendiré!». El resultado es que
el título de embajadores de Dios, ¿cómo se ajusta del niño surgió un león.
organizador este glorioso epíteto a la insigne figura que aho- Tímido de pequeño, João se convirtió en un jo-
ra, filialmente, recordamos? ven valiente y de fuerte temperamento. «¡Cuando
de asociaciones Quienes conocieron a Mons. João de cerca se despierta por la mañana, no sabemos si va a
son testigos de su carácter, fuertemente opuesto desayunar o a empezar una revolución!», decla-
y sociedades al espíritu neopagano del mundo moderno y a raría su madre en cierta ocasión.
pontificias sus máximas, sobre todo al creciente relativis- Si todavía no existía una institución que con-
mo que pregona un modus vivendi entre el bien gregara almas generosas y desinteresadas, ¡había
sería y el mal. que fundarla! Y, de hecho, el joven João habría lle-
Términos como intransigencia, radicalidad, vado a cabo este emprendimiento si no se hubiera
simplificar integridad —bien entendidos— formaban parte encontrado con otro embajador de Dios que, hacía
de su vocabulario corriente y le resultaban ex- décadas, compartía sus santas inconformidades,
enormemente tremadamente familiares, para alegría de los que pese a que no se conocían.
lo seguían y disgusto de sus adversarios que, a
el alcance de pesar de innumerables tentativas, nunca logra- Dos fundadores, un solo carisma
su actuación ron encontrar ninguna falta de verdad en sus En la historia de las instituciones religiosas es
palabras o actitudes. En efecto, «hombre sincero común encontrar, junto al fundador, la figura de
camina seguro, hombre retorcido queda al des- uno o varios discípulos fieles. A veces, hay un alma
cubierto» (Prov 10, 9). Así, nuestro fundador se incumbida de adaptar el espíritu de la fundación a
asemejaba a Nuestro Señor Jesucristo también una rama femenina, o viceversa, como ocurre con
en ese aspecto: amando a los pecadores y de- San Francisco y Santa Clara de Asís. Sin embar-
seando su conversión, no dejó nunca de odiar y go, en el caso de lo que podría llamarse, en sentido
rechazar el mal. lato, la familia de almas de los heraldos, los hechos
se produjeron de una manera muy peculiar.
En hostilidad con el mundo, Hoy, veintinueve años después de la partida
el joven João se define hacia la eternidad de Plinio Corrêa de Oliveira,
Esa incompatibilidad de Mons. João con el es- podemos afirmar sin titubeo que Mons. João ha
píritu del mundo tuvo su origen, como vimos en sido otro fundador, en la integridad del término,
un artículo anterior, en los remotos tiempos de su junto a quien consideraba «como verdadero padre
infancia. y fundador».5 La Santísima Virgen conocía muy

 Sumario 32      Heraldos del Evangelio · Edición especial


bien las dificultades que atravesaba el Dr. Plinio ritmo tranquilo y pausado, pero cuya ejecución
y consintió en obsequiarlo con un discípulo fide- exigía una extraordinaria disciplina».6 Años más
lísimo, cual nuevo Josué junto a Moisés, o nuevo tarde, al presenciar una ceremonia en la que sus
Eliseo junto a Elías. discípulos marchaban según la nueva escuela
De hecho, las incomprensiones se multiplica- «joánica», el Dr. Plinio comentó: «Si tuviera que
ban en torno a la figura del Dr. Plinio. Muchos de trasladar mi espíritu y mi mentalidad a un paso de
sus discípulos más antiguos, desprovistos de cual- marcha, el resultado sería exactamente este».7
quier consonancia con él, tenían los ojos puestos Se había fundado con extraordinario éxito un
en su propio egoísmo y se dejaban atrapar por las estilo de marcha que, a lo largo de décadas, im-
más diversas formas de mundanismo, a veces re- presionaría y entusiasmaría a muchas generacio-
clamando vacuas posiciones de relieve dentro del nes hasta nuestros días.
pequeño grupo que se iba formando.
El Dr. Plinio se hallaba en una situación bas-
tante delicada. Trataba por todos los medios de
mantener en el camino del bien incluso a los dis- Siempre
cípulos más «complicados»; sin embargo, percibía
que avanzar en dirección de las grandes metas
en estricta
que tenía en mente significaría granjearse la anti-
patía de varios de ellos… Por otro lado, sabía que
consonancia
Mons. João, al andar por las sendas de la fidelidad con su padre

Leandro Souza
a su maestro, tomaba el rumbo hacia la misma in-
comprensión, pero también consideraba todo lo espiritual,
que su discípulo podría hacer por el movimiento,
al actuar en ámbitos en los que él mismo, por la Mons. João
fuerza de las circunstancias, no tendría la oportu-
nidad de realizarlo.
se revelaría
En las décadas posteriores al encuentro con el
Dr. Plinio, Mons. João se revelaría como un au-
un auténtico
téntico fundador de pequeñas instituciones y de fundador
las más variadas costumbres, siempre en la más
estricta y, por así decirlo, escrupulosa consonancia
Archivo Revista
de pequeñas
con su padre espiritual, que aprobaba de todo cora-
zón sus osadas y, a menudo, brillantes iniciativas. instituciones
«¡João de las buenas sorpresas!», he aquí el
epíteto con el que el Dr. Plinio premiaría en mu-
y de las más
chas circunstancias a su valiente «Eliseo». variadas
Desfiles militares… ¿para religiosos? costumbres
Como veremos detalladamente en uno de
los próximos artículos, tanto el Dr. Plinio como
Mons. João eran entusiastas de la marcialidad y
buscaban imprimir notas de orden y disciplina en
una juventud tan carente de estos atributos, cada vez
Sergio Miyazaki

más ausentes en la sociedad. Al Dr. Plinio le com-


petía estimular en sus hijos espirituales, a través de
reuniones, charlas y su propia presencia, el deseo
de ser valientes soldados de María. Al fiel discípulo
le correspondía el papel de plasmar, con movimien- De arriba abajo: cortejo en una ceremonia del
tos acompasados y otras costumbres marciales, el primer sábado en la basílica de Nuestra Señora del
entusiasmo de su padre por la vida militar. Rosario, Caieiras (Brasil); desfile en la casa Monte
Carmelo, Caieiras (Brasil); Mons. João rigiendo
Así, en 1973 surgía, bajo la égida de Mons. João, el coro internacional en 2010, en la basílica de
un estilo de marcha propio, «caracterizado por su Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil)

Edición especial · Heraldos del Evangelio      33 Sumario 


Artista formado en la escuela del amor divino el Padre celestial para distribuir innumerables gra-
El mismo ímpetu condujo a Mons. João a for- cias y obrar conversiones. «Quiero que la gente que
mar un coro polifónico y una orquesta, que reali- entre aquí recupere el estado de gracia», dijo Mons.
zarían giras por América y Europa durante años. João durante la construcción de la basílica de Nues-
En una de estas ocasiones fue cuando recibió un tra Señora del Rosario, de Caieiras (Brasil).
elogio singular: un gran maestro de la ciudad de Finalmente, recordemos su suprema maestría
Palestrina (Italia) afirmó que jamás había escu- sirviéndose del «arte de las artes»: la dirección de
chado en su vida un Sicut cervus, obra inmortal las almas, oficio que, como padre espiritual, amigo
de su ilustre conciudadano, tan bien ejecutado. y confesor, desempeñó de una manera insuperable.
A partir de este núcleo inicial se organizarían de- Una vez, orientando a uno de sus hijos espiri-
cenas de coros y bandas de música bajo una misma tuales sobre cómo realizar el apostolado con las
escuela de disciplina e interpretación, alcanzando nuevas generaciones, Mons. João observó cómo
Dotado de una amplitud pastoral impresionante. En los lugares éstas se sentían atraídas por la bondad, por encima
dones artísticos más humildes o en medio de los esplendores de ca-
tedrales, basílicas y palacios de gobierno, los coros
de cualquier otro factor. Afectados por problemas
familiares cada día más frecuentes y profundos, los
y musicales, de Mons. João beneficiaron a miles de personas de jóvenes manifestaban mayor carencia de afecto.
los más diversos sectores sociales. Esta escena se Por lo tanto, era necesario que los formadores se
Mons. João volvía corriente: fieles con lágrimas en los ojos, ganaran su confianza mediante un verdadero
expresaban efusivamente su gratitud «apostolado de la bondad», del que
dominaba por la oportunidad de escuchar tan yazak
i
i
nuestro fundador dio un luminoso
sublimes melodías. A través de gio ejemplo a lo largo de su vida.
sobre todo
M
r
estas iniciativas apostólicas, Se La alegría juvenil de
el arte de la Providencia divina nunca
perdió la oportunidad de
Mons. João se manifestaba
de un modo muy especial
las artes: la actuar en las almas, ele- cuando, desde la venta-
vándolas al Cielo. na de su residencia, les
dirección de las Cabe mencionar tam- arrojaba chocolatinas y
bién otro don artístico de caramelos varios a sus
almas, ejercida nuestro fundador, que hijos que aguardaban el
le permitió impulsar y paternal «bombardeo».
como padre orientar la construcción Muchos de los que por
espiritual, y decoración de varias ba-
sílicas e iglesias en todo el
aquella época eran ado-
lescentes conservan hasta
amigo y mundo, en un estilo tradicio- hoy inocentes recuerdos de
nal pero innovador, recogido esos episodios, recordándo-
confesor pero deslumbrante, utilizado por los con gratitud.
Fotos: Archivo Revista

De izquierda a derecha: Mons. João con miembros de la rama masculina de los Heraldos del Evangelio en el Museo
del Ipiranga, en 2001; con miembros de la rama femenina en la casa Lumen Cœli, Mairiporã (Brasil); y en una ceremonia
de admisión de nuevos cooperadores en 2005. Arriba, durante una actuación del coro internacional en 2010

 Sumario 34      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Leandro Souza

La obra
Santa misa celebrada por Mons. João en la casa Lumen Prophetæ, Franco da Rocha (Brasil) fundada por
En otras ocasiones, servía de su propia merien- Así pues, la Asociación de Fieles Heraldos del Mons. João
da a los pequeños, que se apiñaban alrededor de su Evangelio, la Sociedad Clerical Virgo Flos Car-
mesa para escucharlo y estar cerca de él. Entonces, meli, la Sociedad Femenina Regina Virginum, es como un
se podía contemplar en aquel varón grandioso las el Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista, el
atenciones de un padre, el cariño de una madre y el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino, el
árbol fecundo
afecto de un amigo. Y eso por no mencionar las ho-
ras dedicadas a consejos privados, conversaciones
Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica
y otras muchas realidades jurídicas en los más
y frondoso que
espirituales, confesiones… diversos ámbitos son algunas de las flores de fue plantado
Es por ello por lo que Mons. João logró ganarse una obra que, cual árbol frondoso, está plantada
la confianza y el afecto de todos, desde los más jó- junto a las aguas de la Santa Iglesia, a su servi- junto a las
venes hasta los mayores. Demostró que la seriedad cio (cf. Sal 1, 3).
y la práctica de la virtud están en perfecta armonía Pero este árbol, creemos y constatamos, es fe- aguas de la
con la alegría y la bondad, y que la verdadera auto- cundísimo. Sus flores, a pesar de hermosas y per-
ridad es merecedora de la estima más sincera. fumadas, son un mero anuncio de los incontables
Santa Iglesia;
Un futuro glorioso se vislumbra en el horizonte
frutos que vendrán, al precio de la fidelidad del
fundador de los heraldos, en un futuro glorioso
sus frutos son
Al concluir estas líneas, el lector seguramente que no se cansará de contemplar, agradecido, el mero anuncio
concordará con la afirmación hecha al principio tesoro que brotó de un corazón apasionado por
del artículo de que la erección de institutos y aso- Jesús y María, que no quiso otra cosa a lo largo de maravillas
ciaciones es únicamente un aspecto de la gracia de su vida que la realización de la súplica repe-
fundacional manifestada en Mons. João. En rea- tida hace dos mil años por la Iglesia: «Venga a aún mayores
lidad, constituyen tan sólo un desdoblamiento de nosotros tu Reino; hágase tu voluntad en la tierra
las maravillas contenidas en su alma. como en el Cielo». ²
que vendrán
en el futuro
1
Cf. FERNÁNDEZ, Au- Madrid: BAC, 2012, t. I, 5
CLÁ DIAS, EP, João 6
CLÁ DIAS, EP, João
relio. Teología Dogmá- p. 949. Scognamiglio. A gênese Scognamiglio. El don
tica. Curso fundamen- e o desenvolvimento do de sabiduría en la men-
3
Cf. SAN JUAN P ­ ABLO II.
Timothy Ring

tal de la fe católica. Ma- movimento dos Arautos te, vida y obra de Plinio
Mensaje a los participan-
drid: BAC, 2009, pp. 211; do Evangelho e seu re- Corrêa de Oliveira. Città
tes en el Congreso Mun-
621-622. conhecimento canônico. del Vaticano-Lima: LEV;
dial de los Movimientos
Tese doctoral en Derecho Heraldos del Evangelio,
2
Cf. SAN JERÓNIMO. Eclesiásticos, n.º 4.
Canónico. Pontificia Uni- 2016, t. IV, p. 416.
«Homilía sobre el evan- 4
CHESTERTON, ­Gilbert versidad Santo Tomás
gelista Juan (1,1-14)». In: 7
Idem, ibidem.
Keith. São Tomás de de Aquino. Roma, 2010,
Obras completas. 2.ª ed.
Aquino. Porto: Civiliza- pp. 23-24.
ção, 2009, p. 16.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      35 Sumario 


Monseñor João en julio de 2016

Stephen Nami

 Sumario
La paternidad de Mons. João en relación con sus discípulos

«¡Es un padre y una madre!»


Quien sólo conoció a Mons. João en su faceta pública, tal vez no
tenga idea de la riqueza de su personalidad, que se desdoblaba en
atenciones y afecto para con sus hijos espirituales.
õ Hna. Mariana Morazzani Arráiz, EP

ra sábado por la mañana. Nada tancias. «Sabes que soy muy observador, y veo
más bajar a desayunar y encon- en la vida de todos los días que su actitud con vo-
trarse con uno de los veteranos de sotros es precisamente esto: él es un padre y una
la obra del Dr. Plinio en España, madre», concluyó el Dr. Plinio.
Mons. João le preguntó: Había sido definida la actuación de Mons. João
—¿Don Fulano de Tal ha llegado de viaje? junto a los suyos. El verdadero
—No. Anoche fuimos a recogerlo al ae-
ropuerto, pero no venía en el vuelo previsto. La perfecta paternidad amor paterno
Ha tenido que haber algún problema en el
embarque.
¿Cómo definir paternidad? En el orden na-
tural, los padres son aquellos que transmiten la
y materno
—¡Nada de eso! ¡Ha sido secuestrado! vida según su naturaleza específica y como ellos supera
Esta afirmación, seguida de una fuerte apren- mismos la poseen, con sus capacidades, defectos
sión, parecía exagerada a primera vista y, sobre y temperamento. Incluso después del nacimien- cualquier
todo, sin justificación racional. Se hicieron muchas to existe una continuidad en esa transmisión,
conjeturas acerca del paradero de aquel joven, que manifestada en el celo de los progenitores por la obstáculo,
no había regresado de un viaje común y corriente. educación de la prole. El verdadero amor paterno
Monseñor João, que lo conocía muy bien, pues lo y materno supera cualquier obstáculo, practica practica
tenía bajo su autoridad y formación hacía casi una
década, se mantenía en su súbita corazonada y pen-
cualquier heroísmo, consigue hasta lo imposible
para sus hijos, con una total abnegación.
cualquier
saba cómo rescatarlo de esa comprometida situa- El amor materno, en particular, se caracteriza heroísmo,
ción en la que sentía que se hallaba. Asumido por la por «su desinterés completo, su entera gratuidad,
preocupación, llegaba a «verlo» vestido de blanco su ilimitada capacidad para perdonar. La madre consigue hasta
en una construcción de piedra —con claustro y un ama a su hijo cuando es bueno. Sin embargo, no lo
muro alto, de difícil acceso—, pero contento por la ama sólo por ser bueno. También lo ama cuando es lo imposible
asistencia y la protección de la Santísima Virgen. malo. Lo ama simplemente porque es su hijo, carne
En poco tiempo se confirmó esa increíble de su carne y sangre de su sangre. Lo ama genero- para sus hijos,
hipótesis. Monseñor João hizo todo lo posible
para, conforme a la ley, liberarlo de tal aprieto
samente, e incluso sin retribución alguna. Lo ama
en la cuna, cuando no tiene la capacidad de merecer
con una total
y, después de veintiún días, lo recibió de vuelta el amor que se le da. Lo ama a lo largo de su exis- abnegación
con una gran fiesta en una de las casas del Gru- tencia, aunque se eleve al fastigio de la felicidad o
po. Rebosante de gratitud, el joven le contó al de la gloria, o ruede por los abismos del infortunio
Dr. Plinio por teléfono el apoyo inestimable y el e incluso del crimen. Es su hijo y está todo dicho».1
celo paternal del que había sido objeto por parte El Altísimo puso ese instinto natural en su
de Mons. João en aquellas dramáticas circuns- obra y se complace en contemplarlo como un re-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      37 Sumario 


flejo de sí mismo. De hecho, la perfección de la A lo largo de la historia de la Iglesia esa pater-
paternidad se encuentra primero en Dios y luego nidad sobrenatural se manifestó muy claramente
se comunica por participación a los demás seres: en la relación entre los fundadores de institutos
«La paternidad de las criaturas es como un nom- religiosos y sus discípulos. Al preguntarse por la
bre o timbre de voz; pero la paternidad divina, por naturaleza de tal vínculo —que cuando es inten-
la que el Padre da su naturaleza al Hijo, sin rastro so vuelve a los hijos espirituales semejantes a su
de impureza, ¡ésa es verdadera paternidad!».2 Por padre incluso en los más mínimos aspectos—, el
eso exclama el Apóstol: «Doblo las rodillas ante P. Juberías, eminente teólogo de la vida consagra-
el Padre, de quien toma nombre toda paternidad da, lo expresa de esta manera:
en el Cielo y en la tierra» (Ef 3, 14-15). «¿No se podría pensar en un influjo de carác-
La paternidad divina es tan intensa y perfecta ter íntimo, directo, constante [de parte del fun-
que reúne en sí tanto el aspecto paterno como el dador], que fuera como el desdoblamiento o pro-
Transmitir materno, cuya complementariedad forma la ple-
nitud del amor. Las Escrituras a veces se refieren
longación de su propia vida sobrenatural, de los
dones de gracia con que Dios le enriqueció a él
la vida al Padre con expresiones que, entre las criaturas, mismo? Es lo que en términos de escuela podría
corresponderían más a las madres, como cuando llamarse una causalidad de tipo formal, aunque
sobrenatural se afirma que el Verbo permanece en el seno del subordinada, claro está, a la causalidad divina y
Padre o que Dios dio a luz a las criaturas y cuida a la de Cristo, nuestro Señor, como cabeza de la
confiere una de ellas mediante su providencia.3 Iglesia. […] A ellos [los fundadores] les comunica
Ahora bien, si para con la creación en general Cristo una relativa plenitud de gracia y de caris-
paternidad el Señor conserva ese vínculo de amor por haberla mas, en orden a enriquecer a sus hijos a lo largo
mucho más sacado de la nada, comunicándole algo de lo que es
suyo, ¡cuánto mayor no será el vínculo que lo une
de los siglos. Ejercen este influjo ya mientras vi-
ven en la tierra y lo continúan, sobre todo, una
profunda y a los seres racionales, a quienes les concede el don vez que reinan junto a Cristo en la gloria».4
de gracia, una participación en su vida íntima! Llegados a este punto de nuestro artículo, cabe
entrañable que Y aquí entramos en un punto importante de preguntarse cómo sucedió esto a lo largo de la
nuestras consideraciones. vida de Mons. João.
la paternidad
Paternidad espiritual Ser hijo de Mons. João
humana Si transmitir la naturaleza humana es algo ex- La gran capacidad de atraer y liderar que
traordinario, muy superior es transmitir la vida di- Mons. João poseía se había manifestado desde su
vina, cuya participación vale más que el resto del infancia. No obstante, sus actividades apostólicas
universo creado. En efecto, Dios quiso imprimir se desarrollaron con mayor intensidad a partir de
un reflejo de su suprema paternidad no sólo en la 1975, como hemos visto en un artículo anterior, y
generación natural, sino también en la espiritual. paulatinamente se convirtió en un segundo padre
Transmitir vida sobrenatural confiere una pa- para los jóvenes que se acercaban a la obra del
ternidad mucho más profunda y entrañable que la Dr. Plinio, padre de los que vendrían en el futuro

Reproducción / Leandro Souza


paternidad humana. Por eso San Pablo en sus car- y, quizá, padre de una era histórica.
tas a los miembros de las Iglesias locales los trata Por su influencia, esa generación y las que se
«como a hijos» (1 Cor 4, 14; 2 Cor 6, 13) o de «hi- sucedieron —debilitadas de mente y de nervios
jos míos» (Gál 4, 19), pues por el Evangelio los como consecuencia de la profunda desintegra-
había engendrado para Cristo (cf. 1 Cor 4, 15). ción de la sociedad verificada en nuestros días—

 Sumario
tó con saludarlo para que el rumbo de su vida
cambiara y se consagrara para siempre en la
familia de almas de los heraldos.
De visita a Canadá, en 2003, se
encontró con un joven vietnamita.
Conociendo el sentido de ceremo-
nia y del honor de los orientales,
le dijo que tenía una gran voca-
ción y que necesitaba formarse
para luego conquistar Oriente. Es-
peró unos días para recibir su res-
Ar puesta, y después la de sus padres, No hay ni
ch
ivo
Re
vis
ta
aceptando la invitación.
Excepcionalmente, a varias vocacio-
un solo hijo de
nes las recibió en corta edad, dada la clareza Mons. João
del llamamiento, proveyéndolas de todos los
Monseñor João imponiendo el hábito a un heraldo
en julio de 2006. Abajo, escenas de convivencia con
detalles de su educación y rebajándose lite- que no pueda
ralmente para darles de comer (cf. Os 11, 4),
sus hijos espirituales en diferentes años
según la expresión del Señor por los labios dar testimonio
llegaron a amar los altos ideales señalados por el del profeta.
Dr. Plinio, a seguirlo con fervor y a organizarse Los hechos a narrar serían innumerables, pues de su real
en casas de vida comunitaria enteramente volca- todo heraldo del Evangelio de cierta edad tiene un
das en la búsqueda de la santidad. testimonio inequívoco que transmitir al respecto.
paternidad
Desde entonces no ha habido ni un solo hijo al engendrar,
de Mons. João que no pudiera dar testimonio de Celo paternal
su paternidad continua y santificadora, pero tam- Su celo paternal no se limitaba a la aurora de la confirmar y
bién de su real paternidad al engendrar, confir- vocación de sus hijos, sino que se extendía a cada
mar y formar a cada uno para su vocación. instante hasta la hora de la muerte y se prolonga- formar a cada
Muchos recibieron el llamamiento directa- ba más allá de ésta.
mente de sus labios, llegando él mismo a hablar Una vez, visitando una casa dedicada al aposto- uno para su
con la familia, eliminar todo obstáculo, reme- lado con los más jóvenes, preguntó: «¿Dónde está
diar cualquier dificultad. Una mirada cargada de Fulano?». Le respondieron que, lamentablemente,
vocación
afecto, seguida a veces de una afirmación llena no había perseverado en la vocación y había toma-
de unción, como: «¡La Virgen te ha dado una gran do otro rumbo. «No sé cómo ustedes lo resisten…
vocación!», era suficiente para que las personas Para mí, cada uno que se marcha es un trauma»,
João Paulo Rodrigues / Archivo Revista

de las más diversas razas, orígenes y edades lo contestó afligido por la incertidumbre del destino
dejaran todo y se entregaran a él como hijos. de esa alma en un mundo inundado de pecado.
Una joven chilena al final de su carrera univer- En este sentido, antes de verse afectado por la
sitaria asistió a una conferencia de Mons. João en enfermedad que limitaría su comunicación, cui-
1998 en la capital de su país; había ido un poco a re- daba personalmente de la vida espiritual de mu-
gañadientes y más en consideración a su hermano, chos, y aún después, a pesar de las dificultades
que la había invitado. Al terminar la charla, le bas- inherentes a su estado, nunca dejaba de preocu-

Sumario 
parse y hacer todo lo que estaba a su alcance por los días?». Nadie lo entendió, excepto cuando más
cada alma confiada a él, respondiendo siempre a tarde le refirieron el hecho a la interesada, quien
cualquier petición de consejo. Por eso, al comen- quedó muy sorprendida porque no le había conta-
tarle lo rebosantemente afectuoso que era con los do a nadie que había adoptado esa costumbre.
suyos, decía: «¡Me gusta ser padre!».
Con verdadero instinto paternal, percibía de Dar con generosidad
entre una multitud la ausencia de tal o cual hijo, o Es propio de un padre darse y mostrar su ca-
bien notaba que otro estaba presente, pero huía de riño, incluso en lo material. Estando a la mesa,
su mirada porque no estaba bien espiritualmente. la primera preocupación de Mons. João era la de
Superando cualquier realidad natural, ver a los demás bien servidos y pasarles siempre
Mons. João llegó a escuchar, numerosas veces, a lo mejor. En un cumpleaños, cuando intentaron
sus hijos a distancia. Como cuando una hermana convencerlo de que no se tomara la molestia de
que estaba en misión en un país lejano trataba de servir él mismo la tarta a los presentes, respon-
Si Mons. João mantener la cercanía con él «conversando» diaria- dió: «¡Soy padre! ¡Soy padre!».
mente con una fotografía suya. En determinada Una gran diversión para él y para sus hijos, como
tenía ocasión, él les preguntó a quienes lo acompaña- ya vimos, era el lanzamiento de chocolates y otras
verdaderos ban: «¿Cómo está la que conversa conmigo todos golosinas por la ventana de su despacho, costumbre
que perduró incluso después de sufrir el ictus, como
arrobos de medio de brindarles a todos una alegre convivencia,
aunque esto le exigiera permanecer de pie mucho
satisfacción al tiempo. Disfrutando al ver felices a sus hijos, excla-
mó un día al cerrar la ventana después de una ani-
demostrar su mada sesión: «¡Cómo los aprecio a todos!».
Su generosidad lo impulsaba no sólo a querer
afecto paternal dar, sino a darse. Una noche de 1979, pasó por la
por sus hijos, sacristía del Éremo de São Bento5 y vio que dos
estadounidenses recién llegados dormían direc-
mayor gozo tamente en el suelo de ese lugar, pues no había
camas libres en la hospedería. Apenado por la
llenaba su situación, enseguida les cedió su celda a ambos,
quedándose él mismo sin cama.
corazón Aun encontrándose enfermo, su desvelo se
Fotos: João Paulo Rodrigues

manifestaba de manera heroica. En una ocasión


al poder que estuvo hospitalizado en una semi-UCI, su-
derramar friendo bastante, al percatarse de que en el lado
de fuera estaban algunos de sus hijos por si hu-
sobre ellos biera alguna eventualidad, los llamó en mitad de
la noche, preocupado de que pudieran necesitar
su perdón algo, y les ofreció los alimentos que había en la
Monseñor João lanzando chocolates desde la habitación.
ventana de su despacho, en mayo de 2015 En el cumpleaños de una de sus hijas espiri-
tuales que había perdido a su progenitor brutal-
mente asesinado, Mons. João se llenó de compa-
sión y se propuso prepararle un hermoso agasajo.
Con todo cariño, la llamó y le entregó el regalo
diciéndole: «¡Obsequio de padre!».

El perdón paterno
Ahora bien, si le agradaba dar, mucho más le
gustaba perdonar. De hecho, en ciertos casos el
prefijo per indica el grado más alto de algo, por
eso perdonar significa un «súper dar».

 Sumario
Es difícil describir el gozo que Mons. João sen-

Daniel Letelier
tía al ejercer esa prerrogativa paterna, que llegaba
hasta la esencia de su alma y de su misión con una
profundidad propiamente mística. Numerosas ve-
ces declaró que la posibilidad de perdonar en el sa-
cramento de la Penitencia era lo que, en particular,
lo había movido al sacerdocio.
Ya antes de ser ordenado, buscaba sin escati-
mar esfuerzos a las ovejas que se descarriaban,
viajando si necesario fuera a otro país para en-
contrarse con ellas. Cuando las traía de vuelta, no
dudaba en demostrar públicamente su satisfac-
ción. Debido a esa sensibilidad, siempre afirmó Él nos
que la parábola del hijo pródigo era la que más le
conmovía de los evangelios, llegando a emocio- engendró en
narse al comentarla.
Una vez, analizando la actitud de una hija suya la fe y dio
que había aceptado bien una corrección, recono-
cido su falta y pedido perdón, le dijo: «¡Me derri-
su sangre por
to cuando alguien pide perdón!». nosotros;
Con sus hijos más débiles, su actitud era con-
tinuamente la que describe el Dr. Plinio en una Monseñor João en junio de 2018 por eso, nunca
reunión, con respecto a él mismo:
«En relación con cada miembro del Grupo debo debo darlo todo para seguirles a ustedes e ir tras los dejaremos
ser padre, pero especialmente debo serlo en rela- pasos de cada uno. Así debo ser y así deseo serlo».6
ción con aquellos que lo dejaron todo para seguir el de reconocer
A los hijos les compete restituir
llamamiento de Nuestra Señora. Para éstos debo ser
padre y madre, y más que eso si lo hubiera. En las El amor de Mons. João por sus hijos se inten-
que todo nos
limitaciones de mis medios, debo personificar toda sificó a lo largo del durísimo vía crucis que reco- viene de él y de
la ternura, toda la bondad, todo el cariño, toda la rrió en los últimos años de su vida y, sin duda, se
misericordia de Nuestra Señora, una misericordia sublimó cuando atravesó el umbral de la eterni- proclamar en
infatigable, que perdona siempre, que no se cansa dad. ¡Cuántas veces afirmó que quería a cada uno
con nada, que quiere siempre, que ama siempre. como si fuera hijo único! todo el mundo
Esto es lo que deseo hacer con cada uno de ustedes. Ahora bien, si es propio de un padre dar, les com-
»Cuando piensen en mí, piensen que estoy pete a los hijos restituir y confiar en ese amor que la grandeza
como un padre al lado de cada uno, tratando de
animar, tratando de reconfortar, aunque no estén
desciende abundantísimo y entero sobre cada uno.
Él nos engendró en la fe, nos formó, nos co-
del padre que
andando bien. Porque reconfortar a alguien cuando municó su vida sobrenatural y dio su sangre por la Providencia
anda bien no significa mucho. Lo bueno es cuando nosotros. Por deber de gratitud, nunca dejaremos
no anda bien y uno trata de estimularlo, apoyarlo, de reconocer que todo nos viene de él y de procla- nos concedió
ampararlo. En esto consiste mi papel. Si ustedes mar en todo el mundo la grandeza del padre súper
lo han dado todo para seguir a Nuestra Señora, yo excelente que la Providencia nos concedió. ²

1
CORRÊA DE OLIVEI- 3
Cf. EMERY, Gilles. La Vida Religiosa. Madrid. remonial, al estudio y a la
RA, Plinio. «Tradição, teología trinitaria de Vol. XXXII (ene-dic, contemplación. A los que
família, propriedade». Santo Tomás de Aqui- 1972); pp. 322; 325. residían allí se les llama-
In: Folha de São Paulo. no. Salamanca: Secreta- ba eremitas.
Año XLVIII. N.º 14.430
5
El término éremo desig-
(18 dic, 1968); p. 4. riado Trinitario, 2008,
naba internamente algu- 6
CORRÊA DE OLIVEI-
pp. 225-226.
2
SANTO TOMÁS DE nas casas en la obra del RA, Plinio. Reunión.
AQUINO. Super Episto-
4
JUBERÍAS, CMF, Fran- Dr. Plinio donde se lleva- São Paulo, 4/1/1972.
lam ad Ephesios lectura, cisco. «La paternidad ba vida comunitaria de-
c. III, lect. 4. de los fundadores». In: dicada a la oración, al ce-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      41 Sumario 


Monseñor João en el 2004

Archivo Revista

 Sumario
Caballero de la Santa Iglesia

«¡Eres de la estirpe de los


héroes y de los santos!»
«Caballeros que aquí me oís, escuchad los gemidos de Sion». La expresión es
sobremanera esclarecedora: en cada período histórico, Sion —es decir,
la Santa Iglesia— gime a la espera de héroes que la defiendan.
Y la vida de Mons. João consistió en responder a tal súplica.

õ P. Luiz Francisco Beccari, EP

reguntas… La vida está llena de mente «intolerante», «rígida» o «sectaria» —como


ellas. En el caso de los heraldos, refunfuñan sin clemencia los fundamentalistas del
por ejemplo, algunas se repiten diálogo y de la «misericordia» —, en la mayoría de
con tal asiduidad que el indagado las ocasiones encanta, deslumbra, conmueve e in-
es capaz de adivinarlas en labios cluso llega a arrastrar hacia la santidad.
de su interlocutor antes incluso de que hayan Todo esto, nuevamente, plantea preguntas que La unión
sido formuladas. Sin duda, casi todos los
miembros de esa institución se habrán topa-
merecen respuestas. Preguntas, preguntas… entre lo
do muchas veces con la siguiente interroga- Marcialidad y fe: ¿una paradoja? religioso y
ción: «¿Por qué usáis esa ropa?». En realidad, la explicación del fenómeno re-
Más que comprensible. Al fin y al cabo, en sulta muy sencilla, por mucho que pueda cho- lo militar
pleno siglo xxi, encontrar a hombres y mujeres, la carles a ciertas mentalidades: detrás de ese estilo
mayoría jóvenes, hablándose entre sí con un len- de vida reluce uno de los aspectos más bellos del ideada por
guaje distinguido, involucrado por un timbre de espíritu de Nuestro Señor Jesucristo.
voz sin trabas, y caminando con la cabeza ergui- De hecho, ¿no lo afirma el Salvador en los evan- Mons. João
da y con paso decidido en cualquier lugar, incluso
en el presbiterio, puede suscitar cierta estupefac-
gelios: «No he venido a sembrar paz, sino espada»
(Mt 10, 34)? Y, como canta la sagrada liturgia, ¿no
encanta y
ción. Y en gran parte de los casos, tales actitudes libró Él un duelo admirable con la muerte, que se deslumbra,
generan un juicio muy rápido y definido, ya sea perpetúa en la historia y culminará en su triunfo
de admiración o de rechazo. definitivo al final de los tiempos (cf. Ap 17, 14)? arrastrando
Se diría que la suma de todas esas impresiones se El espíritu guerrero no se opone en modo al-
condensa en el hábito que visten, una prenda en la guno a la religión. Por la fe, declara la Carta a a las almas
que conviven dos realidades tan discrepantes —en los hebreos, hubo hombres que «fueron valientes
apariencia— que cuando se juntan parece que fric- en la guerra, y rechazaron ejércitos extranjeros» hacia la
cionan hasta soltar chispas: el escapulario con una
gran cruz, la cadena de esclavitud a la Virgen, un
(11, 33-34). En efecto, la fe implica un combate
que todo católico debe afrontar para conquistar la
santidad
hermoso rosario y… ¡¿botas?! Se trata de una unión vida eterna (cf. 1 Tim 6, 12). «¿No es acaso mili-
entre lo religioso y lo militar, ideada por Mons. João, cia la vida del hombre sobre la tierra?» (Job 7, 1).
que lejos de producir un retraimiento de la opinión No obstante, ¿cómo se desarrolla esa lucha en
pública respecto de la Iglesia en cuanto supuesta- nuestros días?

Edición especial · Heraldos del Evangelio      43 Sumario 


El combate de la fe hoy el cuartel Parque Dom Pedro, de São Paulo. El re-
«Caballeros que aquí me oís, escuchad úni- loj marcaba las siete de la mañana.
camente los gemidos de Sion», gritaba el Beato Mientras los oficiales analizaban las filas de
Papa Urbano II hace mil años, cuando Jerusalén jóvenes fornidos, vestidos con el clásico unifor-
se hallaba bajo el dominio de personas mortal- me de faena —camisa y pantalón de brin, gorra
mente hostiles al cristianismo y necesitaba ayu- de visera, botas de combate—, es muy posible
da. La expresión parece sobremanera esclarece- que la atención de alguno de ellos, dotado de ma-
dora: en cada período histórico, Sion —es decir, yor acuidad psicológica, se sintiera atraída por un
la Santa Iglesia Católica— gime a la espera de joven de mediana estatura, delgado, físicamente
héroes que la defiendan. La lucha del cristiano se corriente, pero cuya mirada y actitud revelaban
cifra en responder a dicha solicitud. la lucidez de espíritu y la firmeza de carácter pro-
Hoy, quizá más que nunca, los estertores de la pias de los idealistas.
Esposa Mística de Cristo se prolongan con angustia Pese a la gran promesa que esto significaba en
lacerante. ¡Pobre amenaza representan las hordas una carrera militar, lo cierto es que el soldado 113
de bárbaros, comparadas con las interminables fa- no deseaba estar allí. Junto a esos atributos —o más
En la raíz de langes de enemigos externos y traidores internos! bien, flotando por encima de ellos en una zona in-
los Heraldos Contra el triunfo de las tinieblas no hay otro an-
tídoto sino hombres que se revelan «luz del mun-
accesible al horizonte de aquellos oficiales— exis-
tían otros. João Scognamiglio Clá Dias —ése era su
del Evangelio do». Ahora bien, toda luminosidad digna de ese
nombre resulta de una única combustión: abrasar-
nombre de civil— pertenecía a la naciente obra del
Prof. Plinio Corrêa de Oliveira y, cultivando una in-
se hallaba la se por la causa de la religión. tensa vida de piedad, ya meditaba con frecuencia,
rezaba el rosario y comulgaba todos los días. Desde
fidelidad de Elogio de un príncipe de la Iglesia que se encontró con su maestro espiritual por pri-
Se tiene la impresión de que el cardenal Franc mera vez, se había entregado para siempre a una
un varón, que Rodé, CM, nutría pensamientos de ese tipo cuan- vocación de carácter nítidamente religioso.
supo decir sí do, en 2009, fue a Brasil para conferirle al fun-
dador de los heraldos la medalla Pro Ecclesia
Además, el ambiente del cuartel era propenso a
causar no pocos inconvenientes. Condiciones pro-
al soplo del et Pontifice. Ya conocía de cerca a la institución
desde hacía dos años y, en el momento de entre-
miscuas, sumadas a las conversaciones groseras
de muchos reclutas y otras ocasiones de tentación,
Espíritu y se gar la condecoración, el entonces prefecto de la lo obligaban a sacrificios y peripecias para conser-
Congregación para los Institutos de Vida Consa- varse intacto en la fe y en la práctica de la castidad.
hizo guerrero grada y las Sociedades de Vida Apostólica pro- Como resultado, sus compañeros lo perse-
nunció unas palabras, empezando por recordar guían, a tal punto que pasaba noches enteras en
por amor al una frase de San Bernardo de Claraval: «Corrió vela, preocupado por lo que pudiera pasar. Llegó
Reino de por todo el mundo la noticia de que no ha mucho
nació uno nuevo género de milicia».1
incluso a pedir entre lágrimas que la Santísima
Virgen se llevara su alma, pues le parecía no tener
los Cielos El purpurado continuó su alocución mencio-
nando una «nueva caballería», nacida del «noble
fuerzas para aguantar esa situación, que él mismo
calificó como «un año de tormentos».
corazón» de Mons. João y dotada de un «nuevo
ideal de santidad y heroico compromiso con la Detrás de la prueba, un designio
Iglesia», en el que no podía dejar de ver un acto de Sabemos, no obstante, que todo sufrimiento
la Divina Providencia en vista de las necesidades aceptado con generosidad acaba convirtiéndose
del mundo actual. en una oportunidad de progreso. Si «Dios escribe
Estaba todo dicho: en la raíz de aquel movi- recto en renglones torcidos», el soldado Clá Dias
miento se hallaba la fidelidad de un varón que supo supo transformar esas líneas torcidas en una am-
decir sí al soplo del Espíritu y se hizo guerrero por plia avenida hacia la santidad…, ¡hacia una forma
amor al Reino de los Cielos, a pesar de todos los inédita de santidad!
sufrimientos inherentes a tal condición. Al darse cuenta de que estaba destinado a que-
darse allí durante un año entero, tomó la delibe-
Un año de tormentos ración de esforzarse por aprender lo mejor posible
En los albores de 1958 comenzaba el servicio las atribuciones de un militar, porque se serviría
de la recién creada 7.ª Compañía de Guardias, en de ellas para el apostolado. Poco a poco, las nue-

 Sumario 44      Heraldos del Evangelio · Edición especial


vicio militar, aún recordaría el esfuerzo invertido
para conseguir la autorización de sus oficiales a fin
de acercarse a la mesa eucarística en las ocasiones
en las que le tocaba pernoctar en el cuartel, y la pin-
toresca escena del joven soldado siendo llevado en
un todoterreno del Ejército hasta la catedral de la Sé
y entrando allí de uniforme, pistola del 45 y porra,
para recibir el Santísimo Sacramento. Una vez hizo
un lance similar a fin de obtener el permiso para
realizar un retiro espiritual de unos días.
Finalmente, dejando de lado los inconvenien-
tes mencionados más arriba, la vida en el cuar- «Dios
tel terminó arrebatándole: le encantaba el fusil
de bayoneta calada, la marcha, las órdenes de escribe recto
mando, la disciplina. Sobre todo, le maravillaba
constatar cómo los principios derivados de la sa- en renglones
biduría marcial podían constituir un instrumento
de santificación para sí y para los demás.
torcidos»:
Archivo Revista

El día que recibió la dispensa del servicio obli-


gatorio, habiendo sido ya ascendido a cabo y con-
durante
decorado con la medalla Mariscal Hermes, el co- el servicio
mandante del cuartel, Iván de Andrade, lo llevó
Monseñor João durante el servicio militar,
en 1958
aparte para hablar. El exsoldado vestía chaqueta militar, el
y corbata, y portaba el distintivo de congregado
vas impresiones le revelaron a aquella joven alma mariano en la solapa. Mientras andaban, el oficial soldado Clá
una filosofía de vida.
En primer lugar, refulgió ante sus ojos la disci-
señaló la pequeña insignia y dijo: «¡Ahora entien-
do de dónde viene todo su valor!».
Dias supo
plina. Bastaba que un soldado apareciera con un
botón de menos en su camisa o fuera visto en la
Luego le ofreció el ingreso en la Academia
Militar de Agulhas Negras, augurándole al joven
transformar
calle después de las diez de la noche para que in- una brillante carrera en las Fuerzas Armadas. esas líneas
mediatamente lo mandaran al calabozo… João se había adaptado tan bien a aquella vida
Los reclutas aprendían, igualmente, a afrontar que la propuesta le representó una verdadera ten- torcidas en
todo tipo de situaciones adversas, sometiendo el tación. Afortunadamente, su veneración por la
cuerpo a las exigencias del deber. Realizaban ejer- Iglesia y por el Dr. Plinio ya lo habían enrolado en una amplia
cicios y trabajos pesados, entre ellos caminatas de
hasta treinta horas, con mochila, botas de combate
otra guerra más elevada…
avenida hacia
y fusil. La exención de las actividades por males- Lo providencial del servicio militar una forma
tar físico estaba regulada por el termómetro: si la El Grupo del Dr. Plinio aún no presentaba el
fiebre no pasaba de los 37 °C, el soldado aún debía aspecto marcial que en breve lo caracterizaría. inédita de
permanecer con el conjunto… y sólo cuando alcan- De modo que cuando Mons. João pasaba por de-
zaba los 37,5 grados podía retirarse. lante del cuartel sus ojos lagrimeaban de nostal- santidad
Sin duda, se trataba de un régimen rígido, propio gia por aquella vida de combatividad.
a formar hombres fuertes —quizá incluso demasia- Esta prueba duró aproximadamente cinco años,
do duros cuando se tiene la vocación de ser padre hasta el momento en que entró en contacto con las
de una familia espiritual. Afortunadamente, en el anotaciones de una reunión hecha por el Dr. Plinio,
caso de Mons. João esa firmeza reposó sobre la en la que discurría acerca de su deseo de constituir
dulzura de los amigos de Nuestro Señor Jesucristo. su obra como una verdadera orden de caballería,
con las adaptaciones propias a los tiempos. Mucho
Católico en cuanto militar, militar más que una predicción, para el joven caballero
en cuanto católico aquellas palabras eran una promesa.
El soldado Clá Dias, no lo olvidemos, era cató- A partir de entonces comenzó el largo proceso
lico de comunión diaria. Décadas después del ser- que esculpiría la obra según ese molde. Se pro-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      45 Sumario 


Fotos: Fernán Lecaros e Timothy Ring

Sérgio Miyazaki
De izquierda a derecha: ceremonial en el Éremo de São Bento, en la década de 1980;
el Dr. Plinio asiste a un desfile en 1984; desfile en 1992

movieron simposios que pasarían a la historia del acentuada nota caballeresca. Surgiría la capa roja,
Grupo bajo el nombre de «Itaqueras», en referen- el paso de marcha, con su carácter firme y elegan-
cia al barrio de São Paulo donde estaba situada te, el hábito…
la casa en la que se realizaban. La disciplina que En particular, cabe señalar la fundación del Ére-
Mons. João allí regía los horarios y las actividades de los jó- mo de São Bento, en el que debería florecer un ca-
venes comportaba ya algo de militar, inspirada en rácter espiritual, una escuela de pensamiento y una
transfirió a el ejemplo de los Marines2 y en las experiencias mentalidad propias, capaces de formar al esclavo
adquiridas por Mons. João durante el período de de María, guerrero y monje, al apóstol de los últi-
la obra del servicio en la 7.ª Compañía de Guardias. mos tiempos de los que habla San Luis Grignion
Dr. Plinio la «Las “Itaqueras” empezaban con una reunión
en la que se explicaba la importancia de la dispo-
de Montfort. Este pequeño puñado sería la matriz
de algo que esparciría el buen olor de Nuestro Se-
experiencia nibilidad, la prontitud, el desapego de sí mismo ñor Jesucristo por toda la faz de la tierra.
y del egoísmo, y la necesidad de prepararse para Tras el fallecimiento de su maestro y guía,
militar los acontecimientos que el futuro traería. Luego, Mons. João logró hazañas aún mayores: la creación
además de clases de catecismo, la secuencia del de un ejército de doncellas y un batallón de sacer-
que había programa incluía debates doctrinarios y adies- dotes, enriqueciendo la admirable simbiosis entre
tramientos intelectuales o físicos, muchas veces caballería y religión, a través de la cual ambas bri-
adquirido en en momentos inopinados, en los cuales se insistía llan inseparables, ya sea en el esplendor de las cere-
el ejército, a fin especialmente en la incondicionalidad. […] Esta
virtud era presentada como la cumbre del espíri-
monias, ya sea en el calor de los púlpitos, o incluso
en la reservada lealtad de los confesionarios.
de constituir tu militar y la característica esencial del perfecto En resumen, podemos aplicar a Mons. João al-
esclavo de María, que debería estar dispuesto a gunas palabras del Dr. Plinio sobre su obra, pues
la orden de todo, en cualquier momento, sin imponer condi- fue a través de él que ésta se convirtió en «una
ciones a su dedicación y obediencia».3 versión en términos contemporáneos del espíritu
caballería Según el Dr. Plinio, las «Itaqueras» constituye- del caballero cristiano de antaño: en el idealismo,
ron una felicísima prolongación de su sistema coti- ardor; en el trato, cortesía; en la acción, dedica-
tan soñada diano de instruir: «Tenía el valor de la seriedad, en ción sin límites; en presencia del adversario, cir-
por su padre el reconocimiento de la insuficiencia del hombre
y, por tanto, de la necesidad de un método. Y esto
cunspección; en la lucha, altanería y coraje; y, por
el coraje, ¡victoria!».
y fundador ocurre también en la formación de la voluntad: es
La caballería, una maravilla por completar
la resolución de adquirir reflejos, de volverse flexi-
ble, rápido, decidido, de “desembobarse” y de ser ¿Solamente eso? ¿No hablaba el cardenal Rodé,
capaz de sacrificios de toda especie».4 en el discurso mencionado antes, de una caballería
nueva? ¿Qué hay de verdaderamente inédito en la
Instituciones con acentuada nota caballeresca obra de Mons. João para convertirla no en una ree-
De ahí en adelante aparecería dentro del movi- dición de instituciones del pasado, sino en algo que
miento una serie de símbolos e instituciones con apunta al futuro?

 Sumario 46      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Nethravathi a prabhu (CC by-sa 4.0)

«No es bueno que el hombre esté solo» que sólo se realizará en plenitud al final de los
(Gén 2, 18). Este versículo del primer libro de la tiempos, cuando Jesucristo, Caballero divino de
Revelación expresa una regla de la «arquitectura» espada entre los labios, descienda de los Cielos
divina en el universo: Dios quiso que algunas de acompañado por aquellos que el Apocalipsis de-
las realidades más sublimes sólo alcanzaran su nomina, sin distinción entre ángeles y hombres,
plenitud unidas a otras. los «ejércitos celestes» (19, 14). En la milicia
Así, al analizar la historia de la caballería, se Sí, en la milicia de los seguidores del León de
tiene la impresión de estar ante una ojiva que aún Judá, criaturas angélicas y humanas comparten del León de
espera recibir su piedra angular. Eminentes epo- idéntico escenario de batalla, cierran filas a una
peyas como las de San Luis Rey, Balduino IV de misma carga, en definitiva, tienen en común las
Judá, ángeles
Jerusalén o Santa Juana de Arco emergen aquí y
allá como clarinadas prenunciadoras en una me-
armas, el combate y la gloria.
Cómo no ver la coincidencia entre esta realidad
y hombres
lodía en compás de espera, que se alza en el deseo y el deseo de Mons. João por sacralizar en están- comparten
de besar el Cielo. dares militares, hasta el mínimo detalle, el apos-
Por otro lado, los innumerables episodios tolado y la vida de los Heraldos del Evangelio. No idéntico
de apariciones angélicas en las guerras, desde escondamos la lámpara debajo del celemín: se tra-
el misterioso «general del ejército del Señor» ta de una táctica de combate espiritual. Y, gracias escenario de
(Jos 5, 14) visto por Josué en vísperas de la a ella, se configuraron los inicios de una auténtica
invasión de Jericó, o el jinete de blanco blan- caballería angelical.
batalla y
diendo armas de oro colocado al frente de los
Macabeos (cf. 2 Mac 11, 8), hasta las cargas ce-
¿Qué más decir? ¿Con qué condecoración de-
bemos galardonar a este caballero que hizo de su
cierran filas
lestiales narradas en las crónicas medievales, vida entera una epopeya en pro de la fe? El carde- a una misma
sugieren que hay una reciprocidad, una especie nal Franc Rodé, cuyas palabras recordamos una
de afán de lo alto de unirse a la caballería de los vez más, parece haber encontrado una fórmula carga, tienen
hombres. feliz: «Gracias, monseñor, por su noble compro-
Uno de los primeros símbolos de la Orden de miso, gracias por su santa audacia, gracias por su en común
los Templarios —dos caballeros que comparten amor apasionado por la Iglesia, gracias por el es-
la misma montura— parece ser la expresión he- pléndido ejemplo de su vida. ¡Eres de la estirpe de
las armas,
ráldica de ese anhelo del universo de una unión los héroes y de los santos!».  el combate
1
SAN BERNARDO DE Fuerzas Armadas esta- portaje acerca de esa tro- Corrêa de Oliveira. Cità y la gloria
CLARAVAL. «De laude dounidenses que actúa pa de élite, que le sirvió del Vaticano-Lima: LEV;
novæ militiæ», n.º 1. In: como estructura anfibia de inspiración para las Heraldos del Evangelio,
Obras completas. 2.ª ed. en operaciones navales. «Itaqueras». 2016, t. IV, p. 364.
Reproducción

Madrid: BAC, 1993, t. I, A finales de la década 3


CLÁ DIAS, EP, João 4
Idem, p. 365.
p. 496. de 1960, cayó en las ma- Scognamiglio. El don
nos de Mons. João una
2
United States Marine de sabiduría en la men-
revista que traía un re-
Corps es una rama de las te, vida y obra de Plinio

Desfile en la casa de formación Thabor,


Caieiras (Brasil), en agosto de 2014

Edición especial · Heraldos del Evangelio      47 Sumario 


Archivo Revista

Monseñor João en 2003


 Sumario
El formador

«Sed imitadores míos


como yo lo soy de Cristo»
Monseñor João dedicó su vida a formar las piedras vivas con las
que la Santísima Virgen construirá su Reino. Hacia cualquier
campo del obrar humano adonde mire un heraldo, encontrará los
pasos de su fundador, su palabra, su ejemplo, su sangre.
õ Hna. Mary Teresa MacIsaac, EP

i pudiéramos entrevistar a los Após- ta de quien es la raíz de todo lo que hoy constitu-
toles y preguntarles qué les movió a ye el carisma, la mentalidad y las costumbres de
dejarlo todo para seguir a Nuestro los Heraldos del Evangelio: cómo supo convertir
Señor Jesucristo, seguro que las en hechos el ideal contemplado en el Dr. Plinio,
respuestas serían muy diversas. y plasmar su sabiduría en personas, en estilos de
Para uno habría sido la mirada bondadosa y vida, en realidades tangibles. Mons. João
penetrante del Maestro; para otro, el imperio
que expresaba su voz diciendo simplemente: Desde joven, insaciable sed de hacer el bien supo convertir
«Sígueme» (Jn 1, 43; Lc 5, 27); para un ter- Al igual que San Juan Bosco, Mons. João se
cero, como Natanael, su discernimiento mani- sintió llamado desde siempre a guiar a los jóvenes en hechos
fiestamente divino declarando: «Antes de que Feli- por el camino de la virtud y de la moral. Vimos
pe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, cómo ya en su más tierna infancia experimentó el ideal
te vi» (Jn 1, 48); para otro más, una actitud enérgica
al reprender a los fariseos.
abundantemente de qué maldades es capaz el ser
humano, perdiendo así toda ilusión con el mundo,
contemplado
A partir de lo que nos contaran, muy proba- y lo mucho que deseaba formar un grupo de mu- en el
blemente concluiríamos que el primer y principal chachos que buscaran revertir la decadencia de
factor de atracción en Jesús no era su doctrina, nuestra sociedad. Dr. Plinio,
sino su ejemplo vivo, sus gestos, sus disposicio- Tras su primer encuentro con el Dr. Plinio, se
nes, todo lo que constituía su carácter. lanzó de cuerpo y alma al servicio de la causa ca- y plasmar su
En efecto, es una felicidad inmensa encontrar tólica en las filas del movimiento que éste fundó,
un modelo a seguir, una persona por la que dejar- y no mucho después se mudó a una de las casas sabiduría en
se guiar, ¡un maestro! Todo hombre está en cons-
tante búsqueda de arquetipos, pues el instinto de
de la entidad, situada en la calle Aureliano Cou-
tihno, de São Paulo. Un miembro del Grupo que
personas, en
imitación forma parte de la psicología humana, residió allí en ese período recuerda: «Desde el estilos de vida,
como afirma Mons. Luis Civardi: «El ejemplo comienzo Mons. João ya poseía la misma bondad
hace sensible la verdad, la cual, en cierto modo, que constatamos más tarde; quería ayudar a todos, en realidades
se encarna en la persona y en los hechos».1 deseaba el bien de todos. En aquellos primeros
Esta felicidad, Mons. João la tuvo cuando co- tiempos teníamos que preparar el periódico Cato- tangibles
noció al Dr. Plinio, como hemos visto en artículos licismo para enviarlo por correo a los suscriptores,
precedentes, y de ella hizo partícipes a sus pro- y Mons. João participaba en este trabajo, siempre
pios discípulos e hijos espirituales. Por medio de alegre, cantando mientras doblábamos los periódi-
estas líneas, deseamos ahora sacar a luz otra face- cos. Era el alma de la sede2 de la [calle] Aureliano».

Edición especial · Heraldos del Evangelio      49 Sumario 


Fotos: Archivo Revista

Monseñor João impartiendo reuniones de formación a diversos grupos a lo largo de los años

Su amor por la Iglesia Católica y su piedad eran impulso a esta institución, constituyendo un nú-
tan vivos que parecían «contagiar» a los demás, cleo que viviera bajo un régimen casi monacal,
El verdadero como declaró otro de sus coetáneos: «Una mañana, regido por un ordo consuetudinis —orden o regla
maestro es cuando fui a la catedral de la Sé, de São Paulo, para
comulgar, al llegar a la puerta de la capilla del Santí-
de costumbres—, acrecentado por la disciplina
de las «Itaqueras».
aquel que se simo oí que el acólito ya había tocado la campanilla
y había iniciado el Confiteor. Era éste tan profundo,
En los primeros años del éremo hubo grandes
equívocos por parte de sus miembros en relación
revela como tan contrito, tan claro que me emocioné. Inmedia- con el ideal que el Dr. Plinio deseaba realizar allí:
tamente me dirigí a la mesa de la comunión: era el unos pocos anhelaban únicamente una reedición
ejemplo vivo de Sr. João Clá el que estaba acolitando a D. Silvio de —mal concebida— de la Orden de Cluny; peor
Moraes Matos, por entonces párroco de la catedral. aún, muchos no querían abandonar su propia ru-
lo que enseña; Estoy tan agradecido por esa experiencia que no he tina y abrazar la que había sido establecida. La
sabe ser pastor dejado de rezar al menos un Confiteor cuando entro
allí, en recuerdo de aquella ocasión».
experiencia no tardó en desvanecerse. Monseñor
João recordaba muchas ocasiones en las que él,
y oveja, sin Varios otros que lo conocieron en aquella época
son unánimes al describir la pureza y vivacidad de
solo, cantaba el oficio parvo de Nuestra Señora en
la capilla y hacía los cortejos del ceremonial de la
exigirles nunca su fisonomía, su decisión e ímpetu en la acción, y casa, mientras tales actos eran abandonados con
la concordia y comunicatividad que siempre mos- negligencia por la mayoría de los que deberían
a los demás lo traba al interactuar con el Dr. Plinio. Todas estas ser, en todo, sus hermanos.
cualidades, manifestadas con tanta sencillez por Finalmente, tras arduos esfuerzos y muchos
que antes no un novato, brillaban como una antorcha, que poco años de lucha, logró formar un grupo de eremi-
se ha exigido a poco incendió los corazones de los demás y cam-
bió la cara del Grupo.
tas fervorosos, estableciendo el éremo sobre ba-
ses sólidas tal y como había sido el deseo inicial
a sí mismo Enseñando con el ejemplo
de su padre espiritual. En 1988, encontrándose
en São Bento, el Dr. Plinio exclamó: «¡Durante
Así pues, al Dr. Plinio se le abrían las puertas cuántos años hemos procurado realizar lo que
para la tan deseada institucionalización de su obra. aquí está presente! ¡Luchamos en todos los sen-
Ardientemente había esperado que sus seguido- tidos, sin que fuera posible conseguir lo que veo
res se entusiasmaran con el carácter militante del aquí con enorme gusto! Y ustedes saben muy
católico y abrazaran una vida reglada. Poco éxito bien hasta qué punto João ha sido mi instrumento
había obtenido antes de la llegada de Mons. João. bendito para la realización de todo esto».3
De hecho, sólo a partir de las «Itaqueras» que él He aquí al verdadero maestro: aquel que se re-
había organizado es cuando ese anhelo del funda- vela como ejemplo vivo de lo que enseña. Sabe
dor comenzó a echar raíces, como hemos visto en ser pastor y oveja, maestro y discípulo, dando y
el artículo anterior. recibiendo continuamente, porque —nos lo en-
En el año de 1969, el Dr. Plinio le pidió a señó Mons. João— para ser un buen formador,
Mons. João que se mudara al Éremo de São Ben- lo más importante es, primero, formarse, y no
to, antiguo monasterio benedictino adquirido re- exigirles nunca a los demás lo que antes no se ha
cientemente por la TFP. Esperaba darle un nuevo exigido a sí mismo.

 Sumario 50      Heraldos del Evangelio · Edición especial


En las fotos de arriba, exposiciones realizadas desde los años 1980 hasta 2009

¿Cómo formar a las nuevas generaciones? Para ello, a lo largo de la década de 1980 y prin- Al ver cómo
Con el paso de los años, Mons. João compren- cipios de los 90, les fue transmitiendo metódica-
dió que no podía corregir a los jóvenes que ingresa- mente los más importantes asuntos teológicos, es- las nuevas
ban en la obra del Dr. Plinio con el mismo rigor que pirituales e históricos, constituyendo de esa forma,
antiguamente. Los novatos no lo miraban ya como con robustez, las bases del Curso Santo Tomás de
generaciones
un igual, sino que, por la diferencia de edad, expe-
riencia y fidelidad, lo consideraban con el respeto y
Aquino. En este sentido, además del sólido e in-
édito armazón doctrinario recibido de su padre y
carecían de
la admiración debidos a un «hermano mayor». fundador, le fue de enorme auxilio la profundiza- una educación
Al ver cómo las nuevas generaciones carecían ción teológica lograda en los frecuentes contactos
de una educación sólida, incluso en los ámbitos con lumbreras de la escuela tomista del siglo xx, sólida en
cultural, moral y religioso, decidió desarrollar como los sacerdotes dominicos Victorino Rodrí-
un intenso programa de formación. Enseñó a los guez y Rodríguez, Antonio Royo Marín, Fernando los ámbitos
llamados enjolras4 a organizar su propia rutina, Castaño, Esteban Gómez, Arturo Alonso Lobo,
dando siempre prioridad a lo más importante —la Raimondo Spiazzi y Armando Bandera.
cultural,
vida interior—, y luego a lo más urgente, es decir,
las obligaciones cotidianas. «Estos muchachos son más felices que yo» moral y
El método de formación empleado, extraído de Monseñor João era un formador completo, que religioso,
su padre y fundador, destacaba por las conversa- exigía perfección en todos los actos y demandaba
ciones o breves reuniones en las que relataba algún siempre disciplina, pero sabía compensar la rigi- Mons. João
episodio que le había sucedido al Dr. Plinio, y del dez con elementos de distensión, con un equili-
que sacaba una lección para la vida de sus oyentes. brio propio a quien sigue al divino Maestro: «La desarrolló
Transmitía los hechos con tanta admiración y entu- atmósfera de la Iglesia Católica está toda hecha
siasmo que un joven eremita afirmó recientemente: de la unión de estos dos elementos que a la Revo-
un intenso
«Hasta hoy vivo del recuerdo de aquellas reuniones.
Su amor por el Dr. Plinio era tal que nos arrebataba».
lución le gusta separar: la autoridad que se impo-
ne, guía, corrige y, según el caso, es severa; y, por
programa de
Monseñor João percibió cómo los enjolras otro parte, la bondad que sabe proteger, perdonar, formación
tenían el alma muy abierta a las gracias que el acoger, entender, que anima y acerca a sí».6
Dr. Plinio denominaba flashes.5 Cual velas de bar- Ese don, al alcance de pocos, fue rápida-
co al capricho del viento, se dejaban elevar, sin po- mente discernido por el propio Dr. Plinio en su
ner obstáculos, por la maravilla que les causaban discípulo fiel: «Estas cualidades de un general
las verdades sobrenaturales presentadas de mane- son las que he visto en mi João y apreciado so-
ra fulgurante. Sin embargo, advirtió un riesgo en bremanera. El Éremo de São Bento y el Éremo
esta actitud: la superficialidad. Entonces, a medida de Præsto Sum7 son dos sinfonías permanentes
que los jóvenes ascendían llevados por las «alas» de almas que él va regulando, va ajustando. A
de la gracia sensible, trataba de «construir» bajo veces noto que dio un leve apretón, que alguien
sus pies un «andamio» con los principios de la doc- se sintió molesto con algo; yo finjo que no lo he
trina católica. Así pues, cuando llegara el período visto, pongo una fisonomía alegre, pero dándo-
de aridez y de prueba, no caerían desde la altura a me cuenta de que un hijo mío “ha sangrado” un
la que habían sido alzados. poquito; y le doy gracias a la Virgen. Qué bueno

Edición especial · Heraldos del Evangelio      51 Sumario 


Alejandro López

Archivo Revista

Archivo Revista
Archivo Revista
Amish Coelho

Amish Coelho
Outro
relevante
aspecto na Escenas de clases y ceremonias de graduación de las tres instituciones de enseñanza superior fundadas
gracias al incentivo de Mons. João: el Instituto Teológico Santo Tomás de Aquino (ITTA),

formação el Instituto Filosófico Aristotélico-Tomista (IFAT) y el Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica (IFTE)
que haya manos tan buenas y tan peritas para y no por meras impresiones. También les explicaba
dada por hacer “sangrar”».8 que en el hombre destacan la fuerza, la determina-
El Dr. Plinio, que en su juventud había sufri- ción, el empuje, mientras que la mujer representa
Mons. João do mucha soledad porque no había nadie que lo el lado más delicado, más afectivo, más atento y,
acompañara, manifestaba su contento con la for- por lo tanto, en ella los símbolos resaltan más. Así,
consiste mación impartida a los enjolras: «A veces pienso: después de unos años de dedicada e intensa forma-
“Estos muchachos son más felices que yo; cuando ción, concibió un hábito para ellas similar al de sus
nos estudos dieron sus primeros pasos, tenían un João Clá que hermanos de ideal, observando que esta prenda
acadêmicos, yo no tuve…».9 destacaría más en la mujer que en el hombre.
Posteriormente reveló que, tras el fallecimiento
cuja Guiando a las almas tras la partida del Dr. Plinio, comenzó a tener un discernimiento
del Dr. Plinio más claro sobre las necesidades de cada uno de sus
importância Con la partida del Dr. Plinio hacia la eterni- hijos espirituales. E indicó el alcance de este don
dad, la relación de Mons. João con los que has- con un ejemplo: «Estoy dando una reunión y, de
enquanto ta entonces lo tenían como hermano cambió de repente, mis ojos se fijan en alguien fortuitamente;
perspectiva. Si antes se le permitía cierta intran- y veo: “Éste está en crisis”, o bien: “Ése ha recibido
instrumento sigencia como ejecutor de los designios del fun- una gracia y está cambiado”. Percibo que es un avi-
de apostolado dador y enemigo implacable del mal espíritu, de
ahí en adelante era necesario mostrar más com-
so suyo, del Dr. Plinio: “Ayuda a ése, tira de aquel,
aprieta este otro”».10
ele enfatizou prensión y bondad hacia todos.
Énfasis en los estudios
En esta época fue cuando fundó la rama feme-
inúmeras vezes nina de la obra, en un lance inédito para él, ya que Otro aspecto relevante en la formación impar-
siempre había trabajado sólo con varones. A las tida por Mons. João son los estudios académicos,
aspirantes las formó en la misma escuela de per- cuya importancia como instrumento de apostolado
fección y disciplina establecida para los chicos, enfatizó numerosas veces, como en esta homilía:
pero su sentido psicológico y su discernimiento le «Darlo todo significa estudiar, es decir, preparar-
ayudaron a percibir rápidamente las diferencias se, aprender, para después ser más útil a la causa,
de mentalidad existentes en el hombre y en la mu- ser más útil a la Iglesia. Necesito dedicarme más
jer, y a adaptarse sabiamente. al aprendizaje, entonces debo querer tener una
Les exigía que fueran fuertes, a pesar de su verdadera reserva de conocimientos, para predicar
natural fragilidad, y siempre trataba de ayudarlas mejor, para hacer más apostolado, para llevar a un
a olvidarse de sí mismas a través de actos de ge- mayor número de personas a Dios, nuestro Señor».11
nerosidad y admiración constantes. Ponía mucho Dando continuidad a la labor emprendida en
empeño en que aprendieran a guiarse por la razón vida del Dr. Plinio, promovió cursos sobre doc-

 Sumario 52      Heraldos del Evangelio · Edición especial


trina católica, con clases de Moral, de Catecismo
detallado, de Historia General y Eclesiástica, de
Filosofía y de Latín, además de una serie de re-
uniones dedicadas a comentar los más varia-
dos libros de espiritualidad. Llegó a la par-
ticularidad de proporcionarles, él mismo,

Carlos Moya
a todos biblias y catecismos. Transmitía
siempre las materias con muchos ejemplos,
nunca desligadas de la vida concreta, cons-
tituyendo así las bases del sólido Plan de For-
mación de los Heraldos del Evangelio.
Gracias al empeño de Mons. João a lo largo de
tantos años, se multiplicaron entre los heraldos los
doctores y maestros, graduados en universidades
pontificias, y fueron fundados el Instituto Filosófi- Monseñor João tras recibir el título de doctor
co Aristotélico-Tomista, afiliado a la Universidad
en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia
de Santo Tomás de Aquino, Roma, en 2009
Um arauto
Pontificia Salesiana de Roma, el Instituto Teoló-
gico Santo Tomás de Aquino, afiliado a la Ponti- todo, así como él se entregó por completo y dedi-
do Evangelho
ficia Universidad Bolivariana de Medellín, y el
Instituto Filosófico-Teológico Santa Escolástica,
có su vida entera a formar espiritual y moralmen-
te las piedras vivas con que la Santísima Virgen
nunca
de Ciencias Religiosas. construirá su Reino en la tierra. duvidará sobre
El ejemplo de nuestro fundador, sus esfuerzos
«El pueblo que me he formado contará por alcanzar la perfección, sus altísimas metas y como proceder
mis alabanzas» su incansable celo por el progreso individual y co-
«Os he dado ejemplo para que lo que yo he lectivo crearon fundamentos sólidos para la obra y em situação
hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis»
(Jn 13, 15), les recomendó el Señor a sus discípu-
un legado de arquetipos en todos los campos. Un
heraldo del Evangelio nunca dudará de qué hacer
alguma pois,
los. Desde la eternidad, Mons. João hace hoy ese
mismo llamamiento a sus hijos espirituales, como
o cómo proceder en determinada situación, por-
que en cualquier dirección que mire encontrará
em qualquer
San Pablo: «Sed imitadores míos como yo lo soy las huellas de su padre, su palabra, su resolución, direção
de Cristo» (1 Cor 11, 1). su sangre. Y podrá cumplir respecto de él lo que
Junto al Sapiencial e Inmaculado Corazón de el Señor esperaba de la nación elegida: «El pue- que olhar,
María, se alegra con el más mínimo progreso de blo que me he formado contará mis alabanzas»
cada uno, pero espera que todos sus hijos lo den (Is 43, 21).  encontrará
1
CIVARDI, Luis. Após- 4
Término usado inter- consecuencia, la perso- de acoger a los discípulos
as pegadas
toles en el propio am-
biente, apud ROYO
namente en la obra del
Dr. Plinio para denominar
na desea la santidad más
que si practicara grandes
más jóvenes del Dr. Pli-
nio que se sentían atraídos
de seu pai
MARÍN, OP, Antonio. a los discípulos de las ge- esfuerzos ascéticos, y tie- por las gracias de institu-
Espiritualidad de los se- neraciones más jóvenes. ne su sensibilidad de for- cionalización del Éremo
glares. Madrid: BAC, ma tan ordenada que casi de São Bento.
5
El flash es una gracia ac-
1967, p. 838. se asemeja al estado de
tual que, incidiendo es- 8
CORRÊA DE OLIVEI-
2
En un sentido más amplio pecialmente sobre el don Adán en el paraíso; en
RA, Plinio. Reunión.
del habitual, el término de ciencia, le confiere al suma, se siente angelica-
São Paulo, 16/9/1991.
sede lo utilizaban los dis- alma una particular cla- lizada, porque Dios entró
cípulos del Dr. Plinio para en contacto con ella.
9
CORRÊA DE OLIVEI-
reza para comprender las
referirse a cualquier casa RA, Plinio. Conferencia.
verdades de la fe —con 6
CORRÊA DE OLIVEI-
del movimiento que éste São Paulo, 20/11/1976.
mayor eficacia y profun- RA, Plinio. Conferencia.
había fundado. didad que si se realizara São Paulo, 31/1/1976.
10
CLÁ DIAS, EP, João
3
CORRÊA DE OLIVEI- un prolongado estudio— Scognamiglio. Charla.
7
Éremo situado en una es-
RA, Plinio. Reunión. y, alcanzando también la Madrid, 16/1/1996.
paciosa finca en el barrio
São Paulo, 25/12/1988. voluntad y la sensibilidad, 11
CLÁ DIAS, EP, João
de Santana, de São Pau-
la invita a adherir a lo que Scognamiglio. Homilía.
lo, constituido con el fin
le ha sido mostrado. En Mairiporã, 27/11/2006.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      53 Sumario 


Monseñor João en septiembre de 2008
Gustavo Kralj

 Sumario
Hijo fiel de la Santa Iglesia

«Con la Iglesia, ¡venceremos!»


«Estrella que titila constantemente, sin parpadear jamás», «¡la maravilla
de las maravillas, la seguridad de las seguridades, la realización del
Reino de Dios!». He aquí cómo Mons. João consideraba el
Cuerpo Místico de Cristo, del cual fue un miembro fidelísimo.
õ P. Alex Barbosa de Brito, EP

uando se homenajea a un padre, suelen hacer con todo lo que no pueden entender.
por muy solemne que sea el acto, Ahora bien, ¿qué tenía de inextricable esta enti-
es natural que haya espacio para dad para sus contemporáneos?
narrar algunos recuerdos —¡al fin Amor desinteresado. Aquellos jóvenes salían a
y al cabo, estamos en familia! Así las calles y enfrentaban los elementos —físicos o
que le pedimos permiso para reconstruir una morales— simplemente por abnegada dedicación
escena particularmente impactante de nuestra a la Santa Iglesia Católica y a todo lo que es con- El Dr. Plinio
juventud. Y decimos «nuestra» no por mera
fidelidad a las reglas de la escritura, sino por
forme a ella. Para el mundo ateo de la segunda
mitad del siglo xx, tal actitud representaba un es-
nutría un
el hecho de que este recuerdo nuestro posible- cándalo, un absurdo o, peor que eso, un milagro. gran amor a la
mente será también suyo, querido lector. ¿Quién fue el responsable de semejante epopeya?
En efecto, entre los años 1960 y 1990, cuántas Santa Iglesia
personas, de norte a sur de Brasil, no habrán pre- El alma detrás del mito
senciado el siguiente episodio: en las principales Alma impulsora del pujante movimiento, el Católica; el
calles, avenidas y plazas de las ciudades, de un Prof. Plinio Corrêa de Oliveira nutría un gran
momento a otro, como un espejismo, surgía un amor a la Santa Iglesia, hasta el punto de afirmar epíteto «varón
revuelo de estandartes rubro-áureos, con su desa-
fiante león rampante. Los portaban unos jóvenes
que el epíteto «varón todo católico y apostólico,
plenamente romano» constituía el único elogio
todo católico
con capas también rojas que, con fisonomía ama- que tocaba profundamente las fibras más sensi- y apostólico,
ble, postura altanera y voz decidida, proclamaban bles de su alma.
eslóganes en defensa de la Iglesia y de su moral, y De hecho, Mons. João a menudo les recorda- plenamente
de sacrificio en pro de la fe. ba a sus hijos una reunión memorable de 1978,
Era la intrépida TFP, Sociedad Brasileña de realizada con motivo del aniversario de bautismo romano»
Defensa de la Tradición, Familia y Propiedad, de su padre espiritual, en la que, a pesar de la pla-
cuyo nombre aún resuena en nuestros oídos con cidez que lo caracterizaba, el Dr. Plinio se con- tocaba a fondo
nostalgia, en los del público en general, con res-
peto y en los de sus enemigos —porque hasta hoy
movió hasta las lágrimas cuando le recordaron el
don de pertenecer a la Santa Iglesia. Esa vez, tras
su alma
los hay—, con rencor… y a menudo, con miedo. contener su emoción, afirmó:
Hace más de veinte años que la TFP no actúa «Lo que uno ama, lo ama porque lo ha visto, lo
tan visiblemente en Brasil; sin embargo, su me- ama porque lo ha comprendido, lo ama, en defini-
moria sigue viva. Se inmortalizó porque los hom- tiva, porque ha adherido a ello con toda su alma.
bres la convirtieron en leyenda, lo que, por cierto, Pero de tal manera que la palabra adherir es débil;

Edición especial · Heraldos del Evangelio      55 Sumario 


decían, renunciando a su misión, él anhelaba
tener la fidelidad del eco, que resuena incluso

Antonio Carlos Carrero


cuando las campanas han dejado de tocar. De
hecho, su conformidad con el pensamiento
de la Iglesia le valió precisamente el elogio de
«eco fidelísimo»3 del magisterio eclesiástico,
hecho por el cardenal Giuseppe Pizzardo, en-
tonces prefecto de la Sagrada Congregación de
Seminarios y Universidades.
Y ese espíritu de amor a la Santa Iglesia, con
«tintes de adoración» como diría el Dr. Plinio,
fue el que Mons. João embebió a pleno pulmón,
modelando su mentalidad a imagen de la de su
padre espiritual. Tal actitud explica la armoniosa
consonancia entre ambos, basada en la entrega
Mons. João incondicional a la Esposa Mística de Cristo, así
embebió a como el papel que los dos desempeñaron —uno
como origen y causa, y el otro como estrecho
pleno pulmón colaborador— en la constitución de un núcleo
de almas dispuestas a seguir los mismos ideales
ese espíritu y que en poco tiempo contaba ya con cientos de
miembros repartidos por todo el mundo.
de amor a la Se trataba, por tanto, de un movimiento con
gran fuerza y mucho potencial, pero que por
Santa Iglesia, El Dr. Plinio en una conferencia en 1970
diversas circunstancias no gozaba de reconoci-
con «tintes de se ha entrañado, ha penetrado, se ha dejado pe-
netrar, ha establecido un connubio de alma, tanto
miento canónico, quedando limitado a una entidad
cívica, aunque formada de manera compacta por
adoración», como la debilidad humana lo permite, indisoluble católicos practicantes.
y completo, para la vida y para la muerte, para el
modelando su tiempo y para la eternidad. Ésta es nuestra perte- El sueño de un instituto secular
nencia a la Iglesia Católica, y se puede decir, en Dicho de otro modo, desde la década de 1930,
mentalidad cierto modo, lo que San Pablo dijo de Nuestro Se- el Dr. Plinio aspiraba a elevar su obra a un insti-
ñor Jesucristo: «Vivo, pero no soy yo el que vive, tuto aprobado por la jerarquía eclesiástica, anhelo
a imagen es Cristo quien vive en mí» (Gál 2, 20). Estamos que no hizo más que crecer con el tiempo.
de su padre llamados a que esto se realice de esta manera: «No
soy yo el que vive, es la Iglesia Católica Apostólica
En su libro Revolución y Contra-Revolución,
escrito en 1959, consideraba la posibilidad de que
espiritual Romana quien vive en mí”».1 surgiera una institución católica que librara el
Este fragmento, verdaderamente sublime, nos combate contra el mal en nuestro tiempo: «La ac-
permite entrever hasta qué punto el Dr. Plinio se ción contrarrevolucionaria la puede llevar a cabo,
sentía uno con la Iglesia. Pero, siendo un simple naturalmente, una sola persona, o la conjugación,
laico, ¿no constituía esto una forma de preten- a título privado, de varias. Y, con la debida apro-
sión? Todo lo contrario. bación eclesiástica, podría incluso culminar en la
formación de una asociación religiosa dedicada es-
Eco fidelísimo de la Iglesia pecialmente a la lucha contra la Revolución».4
Esta entrañable unión en modo alguno turbó En estas palabras se vislumbra el mismo deseo
la profunda sumisión del Dr. Plinio a aquella que manifestado en su juventud, que paulatinamente
tanto amaba. Según sus palabras, se consideraba fue tomando forma en su alma hasta consolidar-
mero «eco de la gran campana que es la Iglesia se, en la década de 1970, en el empeño de fundar
Católica Apostólica Romana».2 un instituto secular y convertirse en una priori-
Mientras muchas verdades eran, lamentable- dad al final de sus días.
mente, silenciadas por quienes debían anunciarlas, En un almuerzo a solas con Mons. João en
mientras los «campanarios de la tradición» enmu- 1994 —poco antes, pues, de su fallecimiento—,

 Sumario 56      Heraldos del Evangelio · Edición especial


el Dr. Plinio le dijo que era preciso «afrontar las cípulos y, sobre todo, al hijo a quien llamaba su
cuestiones de derecho canónico y fundar una enti- alter ego. Se trataba, pues, de materializarlo sin
dad oficialmente católica», y añadía: «Sería nece- recelos.
sario que la fundáramos ya».5 La Providencia no tardaría en enviar media-
Esta organización canónica, como él mismo dores entre esta familia de almas y la Santa Sede,
afirmó, realizaría la esencia de la misión del Gru- que supieron promover el tan ansiado acerca-
po, llamado a «ejercer dentro de la Iglesia, inter- miento, al percibir que semejante deseo no podía
namente, un apostolado por el cual desee llegar al ser despreciado, pues el dedo de Dios se posaba
último término de sí misma».6 Quedaba claro que sobre él con suave eficacia.
su intención era transformar la TFP en una asocia- Desde la eternidad, el fundador pronto vería he-
ción privada de fieles, por emplear la figura que, cha realidad su antigua aspiración. El 22 de febre-
según el nuevo Código de Derecho Canónico, me- ro de 2001, los Heraldos del Evangelio recibieron
jor reflejara su aspiración. la aprobación pontificia de manos de su santidad
Era una meta verdaderamente osada, cuya eje- Juan Pablo II, la primera otorgada en el tercer mi- Con la
cución requeriría un ánimo tenaz, pero sobre todo lenio, constituyéndose en asociación internacional
una fe inquebrantable. Por eso Mons. João fue la privada de fieles. aprobación
persona elegida para llevarlo a cabo. Este acontecimiento alegró sobremanera el co-
razón de Mons. João, pues ese sello conllevaba,
pontificia,
Vinculados a la Iglesia inmortal además de prometedoras repercusiones institucio- la obra
Lamentablemente, el Dr. Plinio no vería cum- nales, una nueva protección a la obra en el ámbito
plido su deseo en vida, pues tanto él como su fiel sobrenatural. Era como si los ángeles de San Pedro iniciada por
discípulo se toparían con varios obstáculos, in- y San Pablo la asumieran por completo, dándole un
cluso entre quienes debían secundar sus esfuer- nuevo impulso y una firmísima seguridad. Al ser el Dr. Plinio
zos. El 3 de octubre de 1995, a la edad de 86 años, legalmente acogido en el seno del Cuerpo Místico
aquel varón apasionado por la Iglesia entregaba de Cristo, el movimiento iniciado por el Dr. Plinio, comenzó a
su alma a Dios, pero legaba un ideal a sus dis- que tantas tormentas había enfrentado a lo largo de
décadas, comenzaba a participar más intensa-
participar más
mente de su inmortalidad y vitalidad. intensamente
«Columna en el templo de mi Dios» de la
Mientras tanto, el Espíritu Santo inspiraba
a Mons. João nuevas audacias. Un irresistible inmortalidad
deseo sobrenatural le indicaba la necesidad
de emprender un camino sublime y arduo: la y vitalidad
fundación de una rama sacerdotal.
Percibía hasta qué punto un paso así im-
del Cuerpo
plicaría sacrificios, pero esta perspectiva no
lo desanimó. Si era la voluntad de Dios y una
Místico
clara inspiración proveniente del Dr. Plinio, de Cristo
había que darlo, costara lo que costase.
Emprendió entonces el camino, superando
con paciencia los obstáculos y allanando las
sendas de Dios, para propiciar las primeras or-
denaciones. Para narrar los distintos lances que
tuvieron lugar en aquella ocasión, tal vez haría
falta escribir un libro entero, tarea fascinante,
Archivo Revista

pero imposible por el momento… Sin embargo,


no nos resistimos a mencionar aquí al menos un
episodio, que destaca por su simbolismo.
El 15 de marzo de 2005 tuvo lugar un acto
Monseñor João venera la imagen de San Pedro en la solemne: antes de recibir el primer grado del
basílica vaticana, en febrero de 2006 sacramento del Orden, João Scognamiglio Clá

Edición especial · Heraldos del Evangelio      57 Sumario 


Dias realizaba su profesión de fe y su juramento de labras y actitudes, cuánto consideraba a la Santa
fidelidad a la Santa Iglesia Católica Apostólica Ro- Iglesia como el amor de su vida.
mana. La firma del documento se hizo en el altar Ante todo, la veía como la mejor de las ma-
de la Cátedra de San Pedro, corazón de la basílica dres. En una reunión con sus hijos más jóvenes,
vaticana. En la tarde de ese mismo día, al contem- incluso antes de ser ordenado sacerdote, afirma-
plar desde la eternidad la ordenación diaconal de su ba: «La figura “madre”, en el orden de la natura-
discípulo perfecto, el Dr. Plinio vio cumplidas en él leza, representa a nuestros ojos —que son sen-
las palabras del Apocalipsis al ángel de Filadelfia: sibles y gustan de símbolos, de imágenes—a la
«Al vencedor le haré columna en el templo de mi Iglesia. Porque madre, pero madre de verdad, lo
Dios y nunca más saldrá fuera» (3, 12). es la Santa Iglesia».7
Habían sido echadas, en el más firme de los Nuestro fundador consideraba el Cuerpo Mís-
suelos, las raíces de una obra joven y pujante, que tico de Cristo como la «estrella que titila constan-
La fe del se expandiría por el mundo entero, dando abun- temente, sin parpadear jamás»,8 «¡la maravilla de
dantes y auténticos frutos de vocaciones sacerdo- las maravillas, la seguridad de las seguridades, la
fundador, tales para una nova militia Christi. La fe del fun- realización del Reino de Dios!».9 Su ufanía de ser
dador, plenamente católica, apostólica y romana, católico fluía en letanías de elogios: «¡Nunca en la
plenamente sería el sustento de sus hijos clérigos en medio de historia ha existido, existe ni existirá algo como esta
católica, los vientos y tempestades que se abatirían contra
la Iglesia y contra la institución, como veremos en
institución! Una Iglesia invencible, inquebrantable,
indestructible, una Iglesia infalible, inerrante […].
apostólica y el siguiente artículo. Estemos santamente orgullosos de la Igle-
sia. Entonces sí, vale la pena estar orgu-
romana, sería Madre amorosa, inmaculada lloso: orgullo de la Iglesia».10
e indefectible
el sustento En numerosas ocasiones, Amor que se desdobla
Mons. João expresó, con pa- en holocausto
de sus hijos Ahora bien, como indica
en medio de Santo Tomás de Aquino,11
es propio del amor condu-
los vientos y cir a la donación gratuita.
De ahí el deseo manifesta-
tempestades do por Mons. João de cons-
truir templos adornados de
que se esplendor, donde reluzca la
armonía entre lo maravilloso
abatirían y lo sagrado, y que al mismo
contra la tiempo sean cátedras dignas de la
más segura enseñanza y santuarios a
Iglesia y la la altura del divino sacrificio.
De ahí, igualmente, su empeño de defender
institución a la Esposa del Cordero contra los embates de
sus adversarios: «Queremos ser escudos de la
Iglesia, queremos ser columnas de la Iglesia,
Fotos: Luiz Francisco Beccari

queremos ser hijos de la Iglesia, queremos ser


esclavos de la Iglesia, queremos ser aquellos
que dan su propia vida por la Iglesia»,12 resu-
mió en una homilía.
En 2010, Mons. João tuvo también la opor-
tunidad de demostrar de manera conmovedo-
ra esa postura de paladín cuando, en medio
de un aluvión de noticias que pretendían em-
Monseñor João hace su solemne profesión de fe y firma
el juramento de fidelidad en el altar de la cátedra de barrar el rostro inmaculado de la Santa Igle-
San Pedro, en la basílica vaticana, el 15 de marzo de 2005 sia en la figura del sumo pontífice Benedic-

 Sumario 58      Heraldos del Evangelio · Edición especial


poderosos e influyentes, que
la ataron como a una vil per-
sona y la maquillaban como
una infame mujer, no sin an-
tes haber profanado el salón
del trono, derribado el dosel
y pisoteado, con vilipendio,
los ornamentos regios.
Pues bien, «dentro de la
habitación —decía él— hay
un puñado de fieles, y ella
está mirando a estos fieles.
Teresita Morazzani

¡Pues claro! Eso es lo que la Firme en la


Reina destronada haría. Y, o
esa mirada obra en nosotros certeza de la
lo que la mirada de Jesús
Monseñor João en marzo de 2021 coronado de espinas obró ­inmortalidad
to XVI, se sintió impelido a escribir un vigoroso
en San Pedro, o no hay nada
más que decir. Porque esa mirada está fija en no-
de la Iglesia,
escrito en defensa del Papa, enarbolando el estan- sotros, constante y continuamente».14 nuestro
darte de la indefectibilidad del Cuerpo Místico de Monseñor João hizo suya esa certeza de ser mi-
Cristo.13 rado por la reina destronada y tomó la resolución ­fundador
de luchar con todas sus fuerzas para reinstalar en
Fe intrépida en la victoria de el trono, con más pompa y gloria que antes, a aque- ­conservó,
la reina destronada lla que en nuestros días sufre tantas humillaciones
Tal indefectibilidad refulge incluso en nues- a causa de los pecados y de las traiciones de quie- en medio de
tros días, cuando la Iglesia atraviesa una de las
crisis más calamitosas de su historia. En este sen-
nes debían reverenciarla como hijos.
No obstante, firme en la certeza de la inmor-
la tragedia
tido, cabe recordar la imagen desgarradora que talidad de la Iglesia y de la fuerza regeneradora contemporá-
el Dr. Plinio utilizó para describir el drama que, que le comunica el divino Espíritu Santo, nues-
desde la década de 1960, se ha hecho especial- tro fundador conservó una fe intrépida en medio nea, una fe
mente evidente. Monseñor João la conocía bien y de la tragedia contemporánea, convencido de la
la repitió en varias ocasiones. Se trata de la metá- victoria final de la esposa inmaculada del Cor- ­intrépida en la
fora de la reina destronada. dero. He aquí el pensamiento que guio la vida de
El maestro de nuestro fundador imaginaba a la Mons. João: «Nosotros, con la Iglesia, vencere- victoria final
Iglesia como una soberana contra la cual sus súb-
ditos se habían sublevado violentamente. En con-
mos; la Iglesia, sin nosotros, vencerá. Quien está
en la Iglesia y con la Iglesia, vence; el que está
de la Esposa
secuencia, se encontraba rodeada de enemigos fuera de la Iglesia es derrotado».15  inmaculada
1
CORRÊA DE OLIVEI- 4
CORRÊA DE OLIVEI- 8
CLÁ DIAS, EP, João 13
Cf. CLÁ DIAS, EP, João
del Cordero
RA, Plinio. Conferencia. RA, Plinio. Revolução e Scognamiglio. Homilía. Scognamiglio. A Igreja é
São Paulo, 7/6/1978. Contra-Revolução. 9.ª ed. Caieiras, 4/1/2009. imaculada e indefectível.
São Paulo, 2024, p. 214. São Paulo: Arautos do
2
CORRÊA DE OLIVEI- 9
CLÁ DIAS, EP, João
Evangelho, 2010.
RA, Plinio. Conferencia. 5
CORRÊA DE OLIVEI- Scognamiglio. Homilía.
São Paulo, 15/1/1970. RA, Plinio. Reunión. Mairiporã, 2/7/2006. 14
CORRÊA DE OLIVEI-
São Paulo, 15/2/1994. RA, Plinio. Charla. Am-
3
PIZZARDO, ­Giuseppe. 10
Idem, ibid.
paro, 26/2/1996.
Carta de 2/12/1964. In: 6
CORRÊA DE OLIVEI- 11
Cf. SANTO TOMÁS DE
CORRÊA DE OLIVEI- RA, Plinio. Charla. 15
CLÁ DIAS, EP, João
AQUINO. Suma Teológi-
RA, Plinio. Acordo com o São Paulo, 31/3/1993. Scognamiglio. Homilía.
ca. I, q. 38, a. 2.
regime comunista: para a Caieiras, 26/11/2008.
7
CLÁ DIAS, EP, João
Igreja, esperança ou au-
12
CLÁ DIAS, EP, João
Scognamiglio. Reunión.
todemolição? 10.ª ed. Scognamiglio. Homilía.
São Paulo, 2/9/1996.
Caieiras, 5/3/2007.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      59 Sumario 


Monseñor João en abril de 2010
Sérgio Miyazaki

 Sumario
Sacerdote de Nuestro Señor Jesucristo

Consumido de celo por la renovación


de la faz de la tierra

Tras décadas de apostolado como laico, la Providencia


quiso elevar a Mons. João a la que sería una de las notas
más características de su misión en esta tierra.
õ P. Carlos Javier Werner Benjumea, EP

ra el 15 de junio de 2005. El diá- Corazones en llama


cono João, acompañado de cator- Hablando acerca del sacramento del Orden, el
ce compañeros de ideal, estaba a Dr. Plinio afirmaba: «¡El sacerdote sólo es dig-
punto de ser ordenado presbítero no de serlo cuando tiene un alma de fuego! […]
en la basílica de Nuestra Señora del Debe ser el que lleve a todos al frente, el que esté
Carmen, de São Paulo, el mismo sitio donde, en primera fila, en el primer lugar de la batalla».1 ¡El sacerdote
casi cincuenta años antes, había conocido a su También era éste el pensamiento de Mons. João.
padre espiritual, Plinio Corrêa de Oliveira. Sus hijos presbíteros deberían caracterizarse por debe ser un
La jerarquía eclesiástica abría sus regias su empeño de ganar almas para Dios y llevar a
y sacrosantas puertas a varios miembros de la Santa Iglesia a un auge de santidad y de gloria hombre de
los Heraldos del Evangelio. Así, la obra que sur-
gió del corazón de Mons. João se enriquecía con
aún no alcanzado, elevados y nobles ideales que
sólo se realizarían en un extremo de fervor. Por
fuego, de
la dádiva del sacerdocio, alcanzando la cumbre
del llamamiento hecho por la Providencia que,
eso quería sacerdotes santos, por cuyas venas cir-
cularan verdaderas llamas sobrenaturales:
intenciones
en uno de sus aspectos más relevantes, consiste «Tienen que ser sacerdotes llenos del Espíritu ardientes,
en sacralizar el orden temporal y transfigurar el Santo, como lo fue Nuestro Señor Jesucristo en el
mundo a imagen y semejanza del Sagrado Cora- momento en que la Santísima Virgen dijo “Fiat de corazón
zón de Jesús y de María. mihi secundum verbum tuum” y bajó a la tierra
El Dr. Plinio en su obra profética Revolución el fuego sobrenatural, sustancial: Nuestro Señor ferviente! Así,
y Contra-Revolución cifra toda la eficacia de la
lucha contrarrevolucionaria en la cooperación de
Jesucristo Hombre, ¡el Sacerdote! Para participar
del sacerdocio de Nuestro Señor hay que tener
hará llegar a
los hombres con la gracia celestial. Es la acción del
divino Paráclito en los corazones elevando la na-
este fuego. […] ¡El sacerdote debe ser un hombre
de fuego, un hombre de intenciones ardientes, un
Dios peticiones
turaleza humana caída a pináculos inimaginables. hombre de corazón ferviente! De este modo, hará que serán
Por ello, al ser investido con la misión de impetrar que lleguen a Dios peticiones llenas de ardor, lla-
nuevos y eficaces auxilios sobrenaturales, la rama meantes, que serán aceptadas. […] No es posible aceptadas
sacerdotal fundada por Mons. João se convertía en que un sacerdote suba al altar sin que en su co-
el escuadrón de élite de la Contra-Revolución y co- razón exista ese deseo de que la faz de la tierra
menzaba a cooperar con fuerza divina en el objeti- sea renovada, no sólo con respecto a las almas y
vo de derrotar a las huestes del mal e implementar a la santidad, sino también en lo que se refiere a
el tan anhelado Reino de Cristo en la tierra. la visión de todas las cosas. Cuando sube al altar,

Edición especial · Heraldos del Evangelio      61 Sumario 


el sacerdote debe tener en su corazón el deseo de Un deseo similar expresó el Dr. Plinio: «Ése
que los hombres sean “parientes” y “amigos” de es el sentido de la Contra-Revolución en la Igle-
los ángeles. […] Es necesario que recemos por los sia. No sólo se trata de estancar la Revolución y
sacerdotes, para que tengan un corazón engasta- recolocar las cosas en tal o cual orden. ¡No! Hay
do de intenciones llenas de fuego».2 que tomar la dirección opuesta y ser lo contrario
de lo que quiere la Revolución, diametralmente
Hijos embelesados de la Iglesia lo contrario, hasta un ápice difícil de imaginar».4
A lo largo de su vida sacerdotal, Mons. João Este ideal tan atrevido, que a muchos les po-
dio un continuo ejemplo de ese ardor sobrena- dría parecer pretencioso, no sería alcanzado, sin
tural, que brillaba con especial intensidad en la embargo, por méritos personales, sino por el in-
celebración de la misa. Entre sus intenciones más flujo de la santidad que brota del propio Cuerpo
osadas estaban la renovación y la glorificación de Místico de Cristo: «La Iglesia es tan viva, tan jo-
En su la Santa Iglesia. ven, tan inmortal y, además, crece tanto en mani-
Celoso por la Sagrada Tradición, el objetivo de festación de brillo y de gloria, que en los períodos
ministerio, Mons. João, ya esbozado por el Dr. Plinio, era el de crisis siempre encuentra en sí la fuerza para
de erguir de nuevo los estandartes de la ortodoxia renovarse y decirle al infierno: “No sólo no me
Mons. João y de la virtud que yacían a lo largo de los caminos vences, sino que triunfo sobre ti”».5
imitaba en de la historia, cubiertos por el polvo del abandono
o bajo el fango de la traición. No obstante, su fe
En este sentido, Mons. João le suplicaba a
los Cielos que la rama sacerdotal de los heraldos
todo al Sumo inquebrantable en la santidad de la Esposa Mís- —que con el tiempo constituiría la Sociedad Cleri-
tica de Cristo le llevaba a aspirar a algo más que cal de Vida Apostólica de Derecho Pontificio Virgo
y Eterno recuperar simplemente las bellezas olvidadas o Flos Carmeli— tuviera una fe robusta, audaz y re-
vilipendiadas del pasado: «Queremos que fulgente, que creciera continuamente hasta
Sacerdote: era la Iglesia se sirva de nosotros como el final de los tiempos, iluminando a la
instrumentos para alcanzar una Iglesia y al mundo entero.
león valiente plenitud de gracia y de santidad
en el púlpito, que aún no ha manifestado a Virtudes sacerdotales
los hombres».3 Monseñor João tuvo como
cordero alma de su ministerio la bús-
queda de la santidad, que con-
inocente al siste en la entrega incondicio-
nal a Dios hasta el holocausto.
ofrecer el Y este empeño no hizo más
que intensificarse a medida que
Cordero en el pasaban los años. Sus palabras
altar y padre h iv oR
evis
ta
ral
después
de algunos
de la ordenación presbite-
de sus hijos espirituales
Arc
clemente en el lo indican perentoriamente: «Tenemos de
aquí en delante, hasta la hora de nuestra muerte,
confesionario un trabajo constante de desear cada vez más la
santidad, porque la participación en el sacerdocio
sagrado y divino de Nuestro Señor Jesucristo es la
participación en su propia santidad».6
Esta vida espiritual bien llevada hacía que nues-
tro fundador respetara en extremo la dignidad a la
que había sido elevado, no como procedente de
sí mismo, sino como emanada de aquel a quien
Víctor T.

representaba. En efecto, el sacerdote actúa en la


persona de Cristo Cabeza, es decir, del Verbo de
Monseñor João durante una homilía en la basílica de Dios engendrado por el Padre desde toda la eter-
Nuestra Señora del Rosario, Caieiras (Brasil), en 2009;
en el destacado, confesando en la catedral nidad y hecho hombre para salvarnos. Consciente,
de la Sé, São Paulo, ese mismo año por tanto, de estar investido de una misión divina,

 Sumario 62      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Víctor T.

Procuró
Monseñor João después de una misa concelebrada en la basílica de Nuestra Señora del Rosario,
Caieiras (Brasil), en 2009 formar un
Mons. João se propuso imitar en todo al Sumo y
Eterno Sacerdote, siendo un león valiente en el púl-
en nuestros días y deseando con todas las fuerzas
de su alma el más glorioso desquite de Dios en la
clero íntegro,
pito, un cordero inocente al ofrecer el Cordero en el historia. Por lo tanto, esperaba ver atendidas en combativo
altar y un padre clementísimo en el confesionario. plenitud las súplicas formuladas en el padrenues-
En consecuencia, quiso marcar el ministerio tro: «Venga a nosotros tu Reino, hágase tu volun- y generoso,
sacerdotal con ciertos atributos marciales que tad en la tierra como en el Cielo».
servirían para preservar de todo tipo de relaja- Nuestro fundador siempre consideró la predi- recordándoles
miento el celo de sus hijos por el esplendor de la cación de la Palabra de Dios como un arma de in-
liturgia y por el bien de las almas. Combatía en calculable poder para promover el bien y frenar la a sus hijos
ellos cualquier indicio de negligencia o desorden
—desgraciadamente, tan común hoy día— en el
expansión del mal. En el combate al vicio, siguió
el ejemplo de su padre espiritual, el Dr. Plinio, a
sacerdotes la
servicio del altar, en la administración de los sa- quien consideraba un cruzado incansable en con- necesidad de
cramentos, en la predicación de la Palabra divina tinuo estado de lucha. Sus predicaciones eran ri-
e incluso en la vida privada. cas en contenido, de claridad meridiana y adorna- actuar con
Conocedor de lo mucho que los escándalos de das con abundancia de descripciones y ejemplos,
los malos sacerdotes han perjudicado al rebaño para inculcar en su auditorio, de manera accesible pulcritud
del Buen Pastor, procuró, como fundador y padre, a todas las edades y condiciones, el amor a la vir-
formar un clero íntegro, combativo y generoso, tud y la detestación del vicio. durante las
dispuesto a dar la vida por los demás como Jesús
victimizado la entregó por cada hombre. Cuando
Cabe señalar, no obstante, que esta actitud be-
ligerante, que brillaba especialmente en el púlpito,
ceremonias
se trataba del sacramento de la Penitencia, jamás nunca lo distanció de los fieles. Al contrario, per- litúrgicas
rechazaba una petición que se le hiciera, incluso cibiendo la integridad de su corazón paternal y de
fuera de tiempo y de lugar. Y lo mismo les ordenó su inclinación a acoger a los pecadores, personas
a sus hijos: nunca arrogarse el derecho de negar que apenas lo conocían le pedían ser oídas en con-
una confesión, pues en la ordenación habían sido fesión, incluso en ambientes insólitos, como, por
clavados en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo ejemplo, durante los viajes en avión. De suerte que
para siempre. se creó a su alrededor un rebaño ajeno a su obra,
Un vicio temía de manera especial para los que se entusiasmaba con su palabra y no rechazaba
suyos: el de la mediocridad, mezquindad propia el desafío de conformar sus vidas a ella.
de quien se acomoda a una vidita fácil y huye de
los sublimes desafíos que el Crucificado pone Sacralidad de la liturgia
ante sus elegidos. Monseñor João enseñó con la A lo largo de los años de convivencia con el
palabra y con el ejemplo que el ministro de Dios Dr. Plinio, Mons. João extrajo de él un profundo
debe vivir considerando horizontes grandiosos, amor a la sacralidad de la liturgia. Por eso, bus-
comprendiendo el auge al que ha llegado el mal caba que en sus misas resplandeciera el brillo del

Edición especial · Heraldos del Evangelio      63 Sumario 


misterio celebrado: «El altar debe estar rodeado
de una nota de dignidad mucho mayor que la co-
ronación de un rey, o cualquier otra ceremonia
civil»,7 afirmó con convicción.
A sus hijos sacerdotes les recordaba, sin fla-
quear jamás, la necesidad de actuar con perfec-
ción y pulcritud durante las ceremonias litúrgicas,
dejándose modelar por lo que él denominaba «la
mentalidad y el temperamento del altar». Se trataba
de olvidar los patrones de agitación, superficialidad
y vulgaridad que se respiran en el mundo: «A causa
de nuestro carisma, debemos ser muy disciplinados
y exactos en todo lo que hacemos. Pero el altar exi-
ge un afecto y un cariño mayores que cualquier otra
Mons. João criatura. […] La tendencia a lo rápido perjudica el

Sergio Miyazaki
carácter sagrado del altar. […] Y es necesario tener
siempre creyó un santo afecto en relación con el altar».8
que será Para remarcar en el corazón de sus discípulos
ese carácter espiritual, Mons. João instituyó una
Nuestra inspección de faltas después de las celebraciones, Monseñor João en la basílica de Nuestra Señora del
Rosario, Caieiras (Brasil), en abril de 2010
en la que él mismo, u otro sacerdote experimenta-
Señora quien do, indicaba los errores cometidos en el ceremo- Este fuego ardía en el corazón de Mons. João
nial, con el objetivo de formar sacerdotes llenos de con respecto de la administración de cada sacra-
elevará la santo temor, respeto y celo por los sagrados miste- mento, y especialmente en relación con la Euca-
rios, sin caer en la afectación y el automatismo. Por ristía. Característico de su alma sacerdotal era la
santidad el mismo motivo, también impulsó la elaboración fe en el poder impetratorio y satisfactorio de la
sacerdotal de una minuciosa y actualizada concordancia ilus-
trada de las normas litúrgicas oficiales, enriqueci-
santa misa, hasta el punto de aspirar a la cons-
trucción de una iglesia donde se celebraran misas
y la vida da con la nota peculiar del carisma de los heraldos, continuamente —respetando el ciclo y el tiempo
ya que, según afirmaba, las rúbricas han de seguir- litúrgicos—, una tras otra, para conmover los
sacramental a se con disciplina propiamente militar. Cielos y atraer a la tierra la justicia y la misericor-
dia del Altísimo.
un esplendor Sacerdocio marial y profético En cuanto a las peticiones que se formularan
Como es sabido, Mons. João se consagró, con durante la celebración, afirmaba: «El mismo po-
nuevo, todo profunda seriedad y vivo entusiasmo, como escla- der impetratorio dado a la Virgen lo tiene el sa-
marial y vo de amor a la Santísima Virgen según el méto-
do preconizado por San Luis María Grignion de
cerdote en el momento de la elevación de la hostia
y del cáliz. Debemos aprovechar este momento al
profético Montfort. Sin embargo, su veneración por esta máximo y, por tanto, pedir con convencimiento,
tierna Madre y soberana Señora lo llevó, en algu- piedad, fe, certeza plena del triunfo y de la inter-
nos aspectos, más allá de todo lo que le había pre- vención divina».9
cedido en materia de devoción. A sus hijos presbíteros les recomendaba una
Siguiendo las intuiciones proféticas de ese santo convicción cada vez mayor del acto grandioso que
francés, Mons. João siempre creyó que será Nues- realizan: «El sacerdote necesita, en cada misa, cre-
tra Señora quien elevará la santidad sacerdotal y la cer en la fe; si celebra con la misma fe que el día an-
vida sacramental a un esplendor nuevo, todo ma- terior, ya ha retrocedido. Necesita crecer cada día,
rial y profético, quien ataviará a la Esposa Mística no en sensibilidad, sino en el acto de fe que hace en
de Cristo con el más hermoso traje de gala para las el gran milagro que se obra cuando pronuncia las
nupcias del Cordero (cf. Ap 19, 7-9). Por la parti- palabras de la consagración. […] Debe darse cuen-
cipación en el espíritu y en las gracias mariales, ta de que en sus manos tiene a la segunda persona
se encenderá un fuego nuevo en el corazón de los de la Santísima Trinidad, encarnada […], y que
sacerdotes, transfigurando la Iglesia docente a los está realizando un acto muy serio, elevadísimo,
ojos de los fieles con una luz sumamente atractiva. extraordinario».10

 Sumario 64      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Un perdón demasiadamente grande Sacerdote y víctima
Con respecto al sacramento de la Confesión, Monseñor João no se habría configurado por
Mons. João se distinguía por una osadísima con- completo con el Sumo y Eterno Sacerdote si, en
fianza en la magnanimidad de Dios al conceder unión con Él, no hubiera asumido de manera es-
el perdón, aprendida de su maestro espiritual. pecial la condición de víctima. Cristo se ofreció a
En una ocasión, el Dr. Plinio abrió su corazón sí mismo en el ara de la cruz y era necesario que
a sus discípulos en ese sentido: «Más que un per- su sacerdote lo siguiera por esta vía de dolor e in-
dón, le pido [a la Virgen, para cada uno de mis hi- molación, aspecto importantísimo de la misión de
jos] el plan A + A; le pido una gracia que va más nuestro fundador, que será considerado con más
allá del perdón, una gracia que no sólo lave, sino detalle en un artículo aparte.
que dé algo más de lo que tendríamos si no hu- Para sus hijos espirituales, el calvario soportado
biéramos pecado. Es un perdón demasiadamente por él sirvió de ejemplo de perseverancia y de ale- Al unir sus
grande, sin límites, que no es sólo un perdón, sino gría en medio del sufrimiento, pero, sobre todo, fue
un perdón seguido de una curación; no es sólo un fuente de gracias especialísimas, pues, al unir sus dolores a los
perdón seguido de una curación, sino un perdón dolores a los del Cordero inmolado, adquirió para
seguido de un ósculo; no es sólo un perdón segui- cada uno tesoros de dones y virtudes. Gracias a su del Cordero
do de una curación y de un ósculo, sino un perdón continuo ofrecimiento podemos decir sin recelo
sobre el cual se coloca una diadema».11 que, ante el trono del Altísimo, han sido compradas
inmolado,
La inclinación de Mons. João a perdonar era la perseverancia y la santificación de innumerables
enorme, hasta el punto de declarar: «Confieso que sacerdotes hijos suyos, que se seguirán en el tiempo
compró
uno de los aspectos que me llevó a abrazar firme- hasta la consumación de los siglos. ² gracias de
mente el sacerdocio fue el gran deseo de perdo-
nar. El acto de dar la absolución me toca más
Th
iag
oT
am
ura
perseverancia
el alma que pronunciar las palabras de
la consagración. Necesitamos tener y santificación
esta sed enorme de perdonar».12
Y transmitió esta disposición
para
interior a sus hijos espirituales.
Incluso antes de su ordenación,
innumerables
dijo: «Pronto tendremos sacer- sacerdotes hijos
dotes. Deben tener avidez, de-
ben tener sed de perdonar. No suyos, que
serán ellos quienes perdonen, es
verdad, pero serán instrumentos en se seguirán
las manos de Nuestro Señor para
ello. […] El Reino de María será
en el tiempo
el reino del perdón, […] la era de
la misericordia, la era del poder
hasta la
Monseñor João durante la misa de inauguración de la adoración perpetua
de Dios».13 en la casa Lumen Prophetæ, Franco da Rocha (Brasil), en junio de 2015 consumación
1
CORRÊA DE OLIVEI- 5
CLÁ DIAS, EP, João 7
CLÁ DIAS, EP, João rencia. Mairiporã,
de los siglos
RA, Plinio. Reunión. Scognamiglio. Palabras Scognamiglio. Con- 10/8/2006.
São Paulo, 4/4/1993. de agradecimiento des- ferencia. Mairiporã, 11
CORRÊA DE OLIVEI-
pués de la misa. São Pau- 15/12/2006.
2
CLÁ DIAS, EP, João RA, Plinio. Conferencia.
lo, 12/7/2004.
Scognamiglio. Homilía. 8
CLÁ DIAS, EP, João São Paulo, 13/9/1971.
Caieiras, 20/12/2008. 6
CLÁ DIAS, EP, João Scognamiglio. Reunión. 12
CLÁ DIAS, EP, João
Scognamiglio. Palabras Roma, 19/2/2010.
3
CLÁ DIAS, EP, João Scognamiglio. Homilía.
de agradecimiento des-
Scognamiglio. Reunión. 9
CLÁ DIAS, EP, João Mairiporã, 20/1/2006.
pués de una ceremonia
São Paulo, 1/6/2005. Scognamiglio. Conferen-
de ordenación presbite-
13
CLÁ DIAS, EP, João
cia. Caieiras, 14/1/2010.
4
CORRÊA DE OLIVEI- rial. Caieiras, 20/5/2007. Scognamiglio. Comen­
RA, Plinio. Conferencia. 10
CLÁ DIAS, EP, João tario al Evangelio.
São Paulo, 28/9/1984. Scognamiglio. Confe­ São Paulo, 11/7/2004.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      65 Sumario 


Monseñor João en
julio de 2006

Daniel Letelier

 Sumario
Vida mística

Un misterio
sólo entrevisto…

Entre el caudal de facetas de Mons. João, levantemos el velo


que oculta una menos conocida, pero que revela la riqueza de
alma de un varón profundamente unido a Dios.
õ P. Rodrigo Fugiyama Nunes, EP

ú no entiendes ahora lo que punta del velo que cubría el santuario interior del
hago, pero, más tarde, lo com- alma de Mons. João.
prenderás» (Jn 13, 7). Esta frase
dirigida por el divino Maestro a «No soy yo el que vive»
San Pedro, durante el lavatorio Muchos han planteado las más variadas hipó- Alguien con
de los pies, bien podría venir a la mente tesis acerca de la misteriosa atracción sobrenatu-
de cualquiera que pretendiese disertar so- ral ejercida por Mons. João —similar a la comu- experiencia en
bre la vida mística de Mons. João. Las im- nicada por San Juan Bosco— sobre quienes se
presiones son tan vivas, las realidades tan acercaban a él. el trato con las
profundas y los hechos aún tan recientes Los estudiosos de la vida mística, sin embar-
que sólo una sabia espera, unida a un cuidadoso go, no tendrían dificultad en dilucidar la cues- almas expresó
estudio, podrá, en el futuro, arrojar una luz más
esmerada sobre el asunto.
tión: en los hombres de Dios —especialmente en
los grandes santos y fundadores— la presencia
este feliz
No obstante, sería una gran omisión silenciar divina es tan sensible que se vuelve irresistible. comentario
este aspecto del alma de nuestro fundador, por San Pablo tuvo suficiente magnanimidad y mo-
dos razones: primero, por haber sido un conven- destia para traducir en palabras esta realidad: sobre
cido predicador de la universalidad de esa vía; en «No soy yo el que vive, es Cristo quien vive en
segundo lugar, porque todos los que disfrutaron mí» (Gál 2, 20). Mons. João:
de su convivencia pudieron constatar cómo, en Los Padres de la Iglesia toman la escalera de
medio de su habitual sencillez y discreción, se Jacob —que, «apoyada en la tierra, con la cima «Detrás de
entreveía en él una intensa e íntima relación con
Dios, con la Virgen y con el Cielo. En efecto, si
tocaba el Cielo» (Gén 28, 12)— como símbolo
del propio Cristo2 y afirman que la vida mística
su sonrisa,
bien es verdad que la mística se presenta accesi- es una ascensión en la unión con Él, en dirección esconde una
ble a todos, es igualmente cierto que posee gra- a la «divinización».3
dos diversos.1 Así, basándonos en la más estricta y pura teo- profunda vida
Con respecto a esto, alguien con un perspicaz logía, podemos asegurar que hemos convivido
tino psicológico y una vasta experiencia en el con un hombre divinizado, en quien lo sobrena- mística»
trato con las almas expresó este feliz comentario tural latía constantemente. Ante él, era imposible
sobre él: «Detrás de su sonrisa, esconde una pro- separar lo humano de lo divino, pues, como bien
funda vida mística». Intentemos aquí, con mucho señala el P. Juan González Arintero, la vía místi-
respeto y sin pretender agotar el tema, levantar la ca es «la íntima vida que experimentan las almas

Edición especial · Heraldos del Evangelio      67 Sumario 


justas, como animadas y poseídas del espíritu de mas y dones extraordinarios (profecías, milagros,
Jesucristo, recibiendo cada vez mejor y sintiendo don de lenguas, etc.), que ante todo se ordenan al
a veces claramente sus divinos influjos —sabro- bien de otros y al general de la Iglesia».5
sos y dolorosos— y con ellos creciendo y progre-
sando en unión y conformidad con el que es su Visiones del futuro
cabeza, hasta quedar en Él transformadas».4 Otro aspecto de la vida mística de Mons. João
En Mons. João, no obstante, esto sucedió con también lo describe la teología cuando trata de los
una nota especial: todo su proceso místico se hizo sentidos espirituales, que «nos permiten percibir
por medio de la Santísima Virgen, sumándosele de algún modo lo divino, rasgando un poquito el
¡Cuántos las condiciones de hijo, esclavo e incluso esposo
espiritual de María. Maravillosos e innumerables
velo del misterio y dándonos así un conocimiento
intermedio entre el de la fe y el facial o beatífico».6
hechos podrían frutos surgieron a lo largo de esta «divinización En nuestro padre dicha verdad se ha demostrado en
marial», algunos de los cuales consideraremos, a numerosas ocasiones, como en el siguiente hecho.
ser narrados modo de ejemplo, en las siguientes líneas. La bienaventuranza de ser calumniado
(cf. Mt 5, 11) cayó varias veces sobre el movimien-
en los que se El efecto de una bendición dada to fundado por el Dr. Plinio. Y el año 1983 fue una
antes de ser sacerdote de esas «benditas» circunstancias. Todo comenzó
superaron En 1978 Mons. João se encontraba en Quito el 6 de junio, cuando llegaron a sus manos dos vo-
claramente (Ecuador) rezando en la iglesia de los jesuitas,
cuando se le acercó una madre afligida. Mostrán-
luminosas cartas que contenían las más absurdas
acusaciones doctrinarias, que situaban a su fiel
las barreras dole la niña que llevaba en brazos, le decía: «¡Mi discípulo como el principal autor de los supuestos
hija se muere! ¡Mi hija se muere!». desvíos en sus reuniones de apostolado.
entre la fe, lo Monseñor João le prometió que rezaría por la En cuanto supo del contenido de las misivas,
niña y mostró gran pesar por su estado, pero la Mons. João se llenó de una enorme preocupación,
humano y lo triste mujer no se quedó satisfecha y le pedía con ya que percibió en ello una ola de difamaciones
insistencia que le diera la bendición. Nuestro fun- muy peligrosas contra la obra. Se dirigió a su ha-
sobrenatural! dador trató de disuadirla explicándole que no era bitación y se sentó en la cama; entonces «vio» un
sacerdote, pero ella hacía caso omiso a esta excusa. edificio de aspecto medieval, hecho de piedras
No pudiendo negarse, finalmente, bendijo a la niña muy hermosas y con una puerta imponente, que
en nombre de la Virgen María y se despidieron. se abrió para que él entrara. Después de acceder
Enorme sorpresa: unos días después, la devota al recinto, se encontró con otra puerta de la que
madre volvió a la iglesia para dar testimonio de que salió un hombre de cabello canoso, revestido con
su hija había sido curada por aquella bendición. túnica y escapulario blancos. Éste se le acercó y
En efecto, Dios hace que las almas más elegidas, lo abrazó calurosamente. Y de repente la visión
«aparte de las gracias que ordinariamente acom- terminó.
pañan a la vida mística, reciban también los caris- En los días siguientes, se decidió que Mons. João
viajara a España para exponerle el caso a un buen
teólogo o canonista y pedirle orientación. Al llegar
al Viejo Continente, los miembros del Grupo que
residían allí le sugirieron que se dirigiera a Sala-
manca, donde sabían que se hallaban los especia-
listas deseados.
Después de unas cuatro horas de viaje, llegaron
a su destino. Era la primera vez que nuestro funda-
dor estaba allí… físicamente. Todo era exactamen-
te como le había sido mostrado: el edificio de pie-
dra, la puerta y el fraile dominico que aparecía con
Archivo Revista

su hermoso hábito. Se trataba del P. Arturo Alonso


Lobo, OP, un gran canonista.
El sabio hijo de Santo Domingo estudió pro-
fundamente las acusaciones contenidas en las
Mons. João durante la acción de gracias de la misa, en agosto de 2006 cartas y las contestó por escrito, afirmando que

 Sumario 68      Heraldos del Evangelio · Edición especial


no había nada en el Dr. Plinio ni en su discípu-
lo que fuera contrario a la doctrina y a las cos-
tumbres de la Santa Iglesia Católica. La visión
de Mons. João se había realizado, aportando la
solución al inextricable problema. Un detalle, no
obstante, se había reservado para materializarse
sólo en la despedida: el P. Alonso saludó cordial-
mente a las cuatro personas que acompañaban a
Mons. João, pero cuando llegó frente a él, le dio

lo
za
on
un fuerte abrazo.

G
o
nd
A lo largo de los años se sucedieron numero-

na
r
Fe
sos episodios similares a éste. Muchos han sido
los hijos e hijas aconsejados a distancia, las per-
El Dr. Plinio y Mons. João delante del convento de los
sonas que místicamente se aparecían ante él en dominicos de Salamanca (España), en 1988
las más variadas situaciones, pidiendo ayuda, en
peligro o necesitadas de orientación —a veces, Llegó a Quito durante la noche, donde fue reci-
incluso con una «leyenda» en una foto, indicando bido por sus hermanos de vocación de ese país, y
el nombre del interesado— o, al contrario, aque- quiso ir directamente al monasterio de las concep-
llos que estando lejos vieron a Mons. João. Era cionistas. Como era de esperar, la iglesia ya esta-
igualmente frecuente que describiera toda la vida ba cerrada debido a la hora. Sus acompañantes lo
de alguien, su situación familiar, ascendencia y lamentaron mucho y le prometieron que volverían
otros detalles, simplemente analizando una foto- al día siguiente. Conocían poco a nuestro funda-
grafía o escuchando su voz por teléfono. dor… Decidió hacer como Josué ante las murallas
¡Cuántos otros hechos podrían ser narrados en de Jericó, y empezó a dar vueltas alrededor del Era la primera
los que se superaron claramente las barreras entre monasterio rezando varios rosarios. Al terminar el
la fe, lo humano y lo sobrenatural! último, se dirigió a una de las puertas del edificio vez que
y, para sorpresa de todos, la encontró abierta.
Irresistibles y acertados soplos Al día siguiente tuvo que ir a la ciudad de Rio- Mons. João
del Espíritu Santo
La osadía era otra constante en la vida de
bamba para conseguir más información sobre las
misteriosas profecías del convento de las concep-
visitaba aquel
Mons. João. ¡Cuántas decisiones serias, tomadas
con seguridad y de inmediato, presenciaron sus alle-
cionistas de allí. La priora local le dijo que no podía
hacer nada por él sin la autorización escrita de la
monasterio
gados! Algunos podrían considerarlo temeridad, madre superiora, que se encontraba convaleciente en España…
precipitación o incluso presunción; otros, lances en Quito, de donde él había venido… Sin perder
de un temperamento fogoso, dado a lo inesperado. un instante, Mons. João tomó el camino de vuelta físicamente.
¡Pobre del que juzga así a los hombres de Dios! a la capital con un solo acompañante, llegando allí
Quienes entienden de vida mística tienen una hacia las ocho de la tarde. Para asombro de éste, Todo era como
explicación muy diferente para este fenómeno: el
alma que está unida a Dios por entero «suele sen-
dijo que iba a buscar a la madre esa misma noche.
—Pero ¿adónde vamos? ¡No tenemos ninguna
lo «había
tir unos violentos y dulcísimos impulsos, que la
llevan sin saber adónde, pero seguramente a unas
dirección y Quito es una ciudad grande! —repli-
có la persona que lo auxiliaba.
visto» cuando
alturas para las cuales no bastan la luz, la fuerza —Lleve el coche allí arriba, y bajaremos pre- estaba en
ni la dirección ordinarias».7 guntando por las monjas —respondió Mons. João,
Es lo que ocurrió en 1978. Al enterarse de algu- indicando una calle que estaba en una elevación. São Paulo
nas revelaciones privadas hechas por Nuestra Se- Un tanto incrédulo, su compañero accedió,
ñora del Buen Suceso a la madre Mariana de Jesús pero mostrando cierto disgusto ante algo tan mo-
Torres, una religiosa concepcionista de Ecuador, lesto y aparentemente ineficaz. Comenzaron la
el Dr. Plinio mostró bastante interés en tener más búsqueda, yendo casa por casa, recibiendo una
datos sobre el asunto. Monseñor João, incansable, serie de negativas, las cuales parecían darle la
se dispuso a viajar a esa nación para intentar averi- razón a su «sensato» amigo… Sin embargo, esto
guar algo, aun careciendo de indicaciones concre- duró poco. Al entrar en otra calle, Mons. João fue
tas que facilitaran su misión. a un pequeño bar y preguntó por las concepcio-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      69 Sumario 


para decirle que no se preocupara, pues todas las
dificultades se solucionarían pronto. Tal era su
convicción que el administrador pensó que se tra-
taba de una gran donación recibida por Mons. João
durante el viaje. Pero luego se lo explicó: mientras
rezaba, San Juan Bosco le había prometido clara-
mente que se ocuparía de las finanzas y, en poco
tiempo, todo estaría resuelto. Y así se cumplió.
Archivo Revista

Una consolación al comienzo


de la mayor prueba
Como ya sabe el lector, en 2010 nuestro funda-
dor sufrió un accidente cerebrovascular. Días más
Monseñor João ante las reliquias de San Juan Bosco en
la basílica de María Auxiliadora, Turín (Italia), en 1997 tarde, mientras convalecía en el Hospital Oswaldo
Cruz, de São Paulo, ocurrió un episodio que abri-
nistas. Nueva sorpresa: estaban un piso más arri- ría una nueva etapa en su vida mística.
ba, en el mismo edificio. Por la mañana temprano, llegan sus acompañan-
Llamaron a la puerta y les abrieron dos religiosas. tes y lo notan distinto, pues sus ojos brillan de una
Vieron a Mons. João, que vestía traje y corbata, y manera especial. Le preguntan si pasó algo durante
se arrodillaron. Nuestro fundador se disculpó por la la noche, si recibió alguna gracia inusual, y siem-
hora y les preguntó si era posible hablar con la supe- pre obtienen una enfática confirmación. Entonces
riora. Le confirmaron que estaba en la casa, la llama- empieza a hacer un gesto con la mano izquierda,
ron y, al acercarse, ¡la madre también se arrodilló! simbolizando un giro de ciento ochenta grados.
Era la primera Al sentir que el Espíritu Santo soplaba sobre Con esfuerzo, porque después del accidente no
aquella alma escogida, todas tuvieron esa sorpren- siempre salían de sus labios los términos precisos,
vez que dente reacción. Y la buena madre escribió una car- consigue decir: «Alguien vino aquí. Eran tres: el
ta indicando que le facilitaran a Mons. João todo Padre, el Hijo y el Espíritu Santo». También añade
Mons. João lo necesario con relación al tema de las revelacio- que se trata de un favor sobrenatural análogo a la
visitaba aquel nes privadas de Nuestra Señora del Buen Suceso.
¿Cómo se puede explicar con criterios meramente
visión de Dios.8 Y, finalmente, Mons. João se emo-
ciona al hablar… Durante varios días, una alegría
monasterio humanos un hecho así? superior —incomprensible para los ojos naturalis-
tas— le invade en ese ambiente hospitalario.
en España… «Todo está resuelto» Debido a la dificultad de comunicación y a su
Otro fenómeno de la mística que acompañó a discreción en relación con este tipo de fenómenos,
físicamente. Mons. João durante toda su vida fueron las locu- nunca llegó a dar más detalles sobre ese episodio,
ciones interiores. pero éste le causó una profunda impresión. Aun-
Todo era como En 1997 la obra fundada por el Dr. Plinio que pudiera parecer un fenómeno aislado, en rea-
lo «había atravesaba una situación compleja. Con el deber
paterno de sustentar, incluso materialmente, a
lidad se trataba de un hito importante en la larga
ascensión que iniciaba su etapa más difícil.
visto» cuando innumerables hijos espirituales vinculados a él,
Mons. João buscaba la manera de obtener los re- En el auge de la vida, una oferta del demonio…
estaba en cursos necesarios. La encontró en Turín, junto al Siendo la vía mística una participación en la
cuerpo de San Juan Bosco. propia vida de Nuestro Señor Jesucristo, a los que
São Paulo Por motivos de apostolado tuvo que viajar a suben por esta «escalera» no les podría faltar un
Europa y, a su paso por el norte de Italia, se diri- peldaño también recorrido por el divino Maestro:
gió a la basílica de María Auxiliadora para rezar «Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para
junto a las reliquias del santo fundador de los sa- ser tentado por el diablo» (Mt 4, 1).
lesianos, a quien siempre le había profesado una En mayo de 2021, durante la madrugada,
entrañable devoción. Mons. João «vio» claramente que alguien se acer-
Tras una prolongada y recogida oración, salió caba a su cama. Tenía apariencia humana, vestía de
de la basílica; pidió ponerse en contacto con el negro y transmitía una imponderable sensación de
responsable de los asuntos económicos de la obra maldad y frialdad. Nuestro fundador discernió in-

 Sumario 70      Heraldos del Evangelio · Edición especial


mediatamente que se trataba de una presencia pre- espiritual.9 A partir de entonces, la Virgen María y
ternatural y dispuso su espíritu para la batalla. él ya no serán dos, sino uno (cf. Jn 17, 10.21-22), en
Al parecer, el tentador no había ido a atormentar- esa altísima realidad sobrenatural simbolizada por
lo, a hacerle ningún daño físico ni a vengarse. Que- el matrimonio humano.
ría, más bien, presentarle una propuesta: muchos
años más de vida, la recuperación completa de las
«El resto de sus hazañas, combates, acciones,
títulos de gloria, no han sido escritos aquí por-
Los que
secuelas del accidente que había sufrido y todas sus que fueron demasiado numerosos», podríamos tuvieron la
aspiraciones personales cumplidas, si se unía a él. añadir, parafraseando la épica crónica de los
La respuesta de nuestro padre no podía haber Macabeos (cf. 1 Mac 9, 22). Profecías, visiones, inmensa
sido otra: un gran acto de odio, rechazo y despre- sueños sobrenaturales, discernimiento de los es-
cio, manifestado con enorme vehemencia en un píritus, relatos de consejos a distancia e incluso gracia de
grito, que se escuchó desde una considerable dis-
tancia, contra ese ser rebelde e inmundo, que in-
posibles bilocaciones… ¿Cómo abarcar de forma
exhaustiva un tema que, sin duda, requiere una
convivir con
tentaba una última jugada para conquistar a aquel
que siempre lo había denunciado y combatido.
obra específica y un análisis más cuidadoso de
los hechos?
Mons. João
Al ver que su enloquecido plan había fraca- Sin embargo, de todo lo dicho, es necesa- conocieron a
sado, el misterioso ser se retiró por la puerta del rio que al lector le quede claro un punto. Los
cuarto, mientras Mons. João lo seguía con mirada que tuvieron la inmensa gracia de convivir con un varón todo
desafiante y amenazadora. Mons. João conocieron a un varón todo sobrena-
tural, de fe ardiente, hors-série, en quien siempre sobrenatural,
«Dichosos los que te conocieron…»
Quizá el episodio más importante en la exis-
se sentía intensamente la presencia de Dios. En
definitiva, apoyados en los grandes santos y teó-
de fe ardiente,
tencia de nuestro fundador fuera el abrazo recibi-
do de la Santísima Virgen el 12 de julio de 2008,
logos de la vida mística, afirmamos sin recelo: lo
que veíamos ya no era un hombre corriente, sino
en quien
en la basílica de Nuestra Señora del Rosario, del la Santísima Trinidad viviendo en él y amando a siempre
que hablaremos detalladamente en otro artículo aquel con quien María quiso ser un solo corazón.
de esta misma edición. Ese día tuvo lugar lo que ¡Oh, Mons. João, «dichosos los que te co- se sentía
Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz descri- nocieron y fueron honrados con tu amistad»!
ben como el auge de la vida mística: el desposorio (Eclo 48, 11). ² intensamente
la presencia
1
Cf. GARRIGOU- Mark (Ed.). La Biblia co- 4
Idem, p. 17. 8
El P. Juan González Arin-
-LAGRANGE, OP, Ré- mentada por los Padres tero explica que ese «ver de Dios
Teresita Morazzani

5
Idem, p. 603.
ginald. Les trois âges de de la Iglesia. Antiguo a Dios» en una «familia-
la vie intérieur: prélude Testamento. Madrid: Ciu-
6
GONZÁLEZ ARINTE- ridad estupenda» es el
de celle du Ciel. dad Nueva, 2005, t. II, RO, OP, Juan. Cuestiones último grado de la vida
Paris: Du Cerf, 1938, p. 273. místicas. 2.ª ed. Salaman- mística (cf. GONZÁLEZ
t. I, pp. 307-336. ca: Calatrava, 1920, p. 58. ARINTERO, La evo-
3
Cf. GONZÁLEZ ARIN-
7
GONZÁLEZ ARINTE- lución mística, op. cit.,
2
Cf. AFRAATES. «Sobre TERO, OP, Juan. La evo-
RO, La evolución místi- p. 603).
la oración». In: ODEN, lución mística. Madrid:
Thomas C; SHERIDAN, BAC, 1959, p. 23. ca, op. cit., p. 204. 9
Cf. Idem, pp. 529-549.

Monseñor João en julio de 2015

Sumario 
Monseñor João da la bendición con el
Santísimo Sacramento en la basílica
de Nuestra Señora del Rosario,
Caieiras (Brasil), en enero de 2009
Sérgio Miyazaki

 Sumario
Devoción al Santísimo Sacramento

Un varón eucarístico
Al ser la Eucaristía el ápice y fin de la vida cristiana, en la relación
de Mons. João con el más augusto de los sacramentos podemos
discernir el elevadísimo grado al que llegó su vida sobrenatural.

õ Hna. Adriana María Sánchez García, EP

na vez le preguntaron al gran do y, al mismo tiempo, tomado de un profundo te-


San Ignacio de Loyola qué haría si mor religioso. Cuando terminó el canto, se hizo un
le llegara un decreto del Papa en el silencio absoluto. Con la solemnidad habitual del
que le ordenaba el cierre de la Com- ceremonial litúrgico de aquellos tiempos, el sacer-
pañía de Jesús. Con toda sencillez, dote se acercó al altar para dar la bendición, mien-
respondió que necesitaría quince minutos para tras los presentes se inclinaban en reverencia».3
recogerse en la capilla y rezar ante el Santísi- Como era muy pequeño, pensaba: «No voy a ba-
mo Sacramento. Luego, asegurado el dominio jar la cabeza, porque quiero ver qué va a pasar…». Al asistir por
de sí, lo empezaría todo de nuevo.1 Y permaneció atento, observándolo todo a su alre-
Santo Tomás de Aquino, por su parte, llegó dedor. Cuando el sacerdote levantó la custodia y primera vez a
a afirmar que aprendió mucho más en las horas pa- empezó a trazar la solemne cruz, una fuerte con-
sadas en adoración ante Jesús sacramentado que en vicción se grabó en su espíritu: «Dios está ahí». la bendición
sus años de estudio.2 Así pues, la vida de los santos
está marcada por una ardiente devoción eucarística,
Aún no había comenzado a ir a clase de Cate-
cismo, ni le habían dado ninguna explicación so-
del Santísimo,
ideal al que todo bautizado también debe aspirar. bre el Sacramento del altar; sin embargo, debido a una fuerte
una profunda moción mística, sintió la presencia
«Dios está ahí» del Señor —en cuanto grandeza extraordinaria, convicción
A petición de sus hijos espirituales, Mons. João aliada a una bondad sin límites— y tuvo ganas de
contó en varias ocasiones su primer encuentro con pasar allí toda la noche. se grabó en
Jesús Hostia, cuando tan sólo tenía 5 años. Un día «Ese primer contacto con la sagrada Eucaris-
había salido con su madre, y al final de la tarde am- tía lo arrebató, y fue el punto de partida de una el espíritu
bos entraron en la pequeña capilla de Nuestra Se-
ñora de los Dolores situada en el barrio de Ipiranga,
relación cada vez más intensa con Jesús sacra-
mentado, anticipando en cierto modo las horas y
del pequeño
de São Paulo, en el momento en que estaba termi- horas que, a lo largo de décadas, pasaría en ado- João: «¡Dios
nando la adoración eucarística. Así describe él mis- ración ante el Santísimo expuesto».4
mo la escena, en su última obra publicada en vida: está ahí!»
«La capilla se encontraba abarrotada. Todos es- La Primera Comunión
taban arrodillados, y las mujeres llevaban velo, en Después de su primera confesión, hecha a los
actitud de gran respeto. Contemplaban la hermosa 9 años, el pequeño João regresó a casa con mucho
custodia dorada, que relucía en el altar entre velas cuidado, porque de ninguna manera quería man-
y flores. El niño también se arrodilló, fijando su char su alma con alguna falta y, en consecuencia,
mirada en la sagrada especie, que ni siquiera sabía recibir la comunión de un modo menos digno a la
que se llamaba hostia. Se sentía fuertemente atraí- mañana siguiente.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      73 Sumario 


Al rayar el día 31 de octubre de 1948, se vistió En numerosas ocasiones dijo en confianza que
con la ropa propia para la ocasión y se dirigió a la la adoración eucarística solemne tocaba su alma in-
iglesia de San José de Ipiranga, donde comenzaría la cluso más que la comunión. Y, al respecto, escribió
misa a las ocho. Ocupó su lugar en los bancos, sin- en la carta en la que solicitaba la admisión al orden
tiéndose como en la antecámara del Cielo mientras del presbiterado: «Junto al Santísimo Sacramento
transcurría la celebración. Al acercarse a la mesa expuesto —ante el cual me encuentro— mi ser no
de la comunión, su corazoncito de niño latía con sólo entraba en calma, sino que siempre me sentía
fuerza, pues sabía que sucedería uno de los aconte- angelizado y dispuesto a todos los holocaustos».6
cimientos más importantes de su vida. Cuando el
sacerdote depositó la sagrada especie en Irresistible atracción
su lengua, «comprendió que recibía Siendo la vida misma
en sí el mayor tesoro de la faz de la (cf. Jn 14, 6), Jesús sacramentado
tierra, y exclamó interiormente: vivifica a todos los que se acer-
“¡Dios está en mí! ¡Soy un sa- can a Él. Por eso Mons. João,
grario!”. Y fue colmado de siguiendo las huellas de
Aquel primer gracias muy sensibles de tantas almas eucarísticas,
contacto con consolación y de incom-
parable felicidad, como
muchas veces lo compa-
raba con el sol, que da
la sagrada nada en este mundo pue- vida a todos los seres. Y
de dar, acompañadas de así como el astro rey que-
Eucaristía la noción de que era san- ma inexorablemente el
tificado por dentro».5 rostro de quienes se ex-
lo arrebató A partir de entonces ponen a sus rayos, el San-
encontraría en el Santísi- tísimo ilumina y embe-
y constituyó mo Sacramento la fuerza llece el alma —mens im-
el punto de necesaria para afrontar las
luchas que la Providencia le n
pletur gratiæ!— del que se
pone ante Él, lo que permitía a
ó
partida de tenía reservadas, el remedio para
pr
o d uc
ci
nuestro fundador discernir, por
todas las dificultades, el consue- Re su gran sensibilidad eucarística,
una relación lo en las aflicciones y un amigo
João en el día de su
a aquellos de entre sus hijos que
íntimo con el que convivir en tenían la costumbre de frecuen-
cada vez cualquier circunstancia.
Primera Comunión, el 31 de
octubre de 1948 tar la capilla con asiduidad.
Movido por una atracción
más intensa Creciente devoción eucarística irresistible, siempre que surgía una oportunidad,
con Jesús Esta entrañable devoción no haría sino crecer Mons. João se dirigía a la capilla de la casa donde
con el tiempo. A los 16 años, desde el momento que residía, para hacerle compañía a aquel que prome-
sacramentado él denominó su «conversión», considerado en otro tió: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los
artículo de esta edición, empezó a comulgar todos días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28, 20). En
los días. Tal era su deleite que a menudo ayudaba una época en la que el Santísimo Sacramento aún
como acólito en dos o tres misas seguidas, y sólo no era expuesto con frecuencia, tenía la costumbre
después regresaba a casa para desayunar y estudiar. de encender las velas del altar, abrir la puerta del
Este hábito de la comunión diaria nunca se inte- sagrario y permanecer un tiempo largo en estado
rrumpiría, ni siquiera, como hemos visto, durante de quietud, conviviendo con el Señor.
el período en que tuvo que hacer el servicio militar. En algunas ocasiones, solía acercar su cabeza
Ya como miembro de la obra del Dr. Plinio, en dentro del sagrario, a semejanza de lo que otro-
cierto momento, Mons. João fue admitido como ra hiciera Santo Tomás de Aquino, «como para
ministro extraordinario de la sagrada comunión, sentir palpitar el Corazón divino y humano de Je-
habiendo distribuido la Eucaristía por primera vez sús».7 Permanecía así, según afirmó, enteramente
en 1973. Tanto asombro lo invadió ante la insigne envuelto por la atmósfera creada por Jesús Hostia
gracia de tocar la sagrada forma, en la que, bajo la y libre de las preocupaciones demasiado terre-
apariencia de pan, Nuestro Señor Jesucristo está nas del día a día. ¡Cuántas gracias recibió en esta
realmente presente, que tembló de emoción. bendita intimidad eucarística!

 Sumario 74      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Cumpliendo un viejo deseo de su padre y maes- silencio de su habitación, se puso en espíritu ante
tro, Mons. João procuraba estar cerca de Jesús euca- el sagrario de la capilla de la casa y entregó toda la
rístico incluso cuando realizaba sus trabajos diarios. obra en manos de Jesús Hostia, seguro de que sería
De hecho, así decía el Dr. Plinio en 1965: «Cómo atendido.
me gustaría entrar en la capilla y ver a los miembros Se abría una nueva etapa en la vida de Mons. João.
del Grupo dibujando, leyendo, escribiendo, estu- Privado de la presencia física del Dr. Plinio, se afe-
diando, todo con mucha discreción, evidentemente. rraría más que nunca a Jesús eucarístico como a un
Sería un paso más: no sólo rezar ante el Santísimo ancla inamovible, apoyo firme y consejero infalible
Sacramento, sino vivir en su compañía, porque la en todas las circunstancias. Y muchas de las gracias
presencia real de Nuestro Señor Jesucristo es algo, que anteriormente había recibido en el trato con su
por así decirlo, “transincomparable”. Es propio de padre espiritual, empezó a sentirlas, con mayor in-
nosotros no sólo rezar, sino introducir todas las ac- tensidad si cabe, delante del Santísimo.
tividades de la vida en la atmósfera de lo sagrado. En 1998 expresó su deseo de instituir la ado-
Una capilla que tuviera algo de sala capitular, de ración perpetua en alguna casa de su obra, la- Mons. João
oratorio preponderantemente, de salón de armas y mentando, no obstante, que la realización de este
de despacho, esa sería nuestra capilla».8 deseo pareciera posible sólo en un futuro lejano. procuraba
Los artículos de su autoría publicados en esta
revista, verbi gratia, Mons. João los escribía inva-
Pero la espera no se hizo sentir. El 1 de noviembre
de 1999, a instancias de quien sería el asistente
estar cerca
riablemente en la capilla de la casa madre de los
heraldos, ante el Santísimo Sacramento expuesto.
espiritual internacional de los Heraldos del Evan-
gelio, esta devoción comenzó en la casa madre de
del Santísimo
Ponía una mesa y una silla en un sitio discreto y allí la institución, el Éremo de São Bento, y luego se incluso
pasaba largas horas trabajando y, con su ejemplo, extendió a otras dos comunidades.
incentivaba a sus hijos a hacer lo mismo. Tras la aprobación pontificia de los heraldos en durante sus
2001, promovió que la adoración eucarística so-
Obra consagrada a Jesús sacramentado lemne se realizara diariamente en el mayor núme- trabajos
Con la muerte del Dr. Plinio, la responsabilidad
del destino del movimiento que él había iniciado
ro posible de casas, fomentando en sus hijos espiri-
tuales dicha devoción sin la cual nada se consigue,
cotidianos, y
recayó sobre los hombros de Mons. João. Al sen-
tirse, en su humildad, incapaz de sostener él solo a
sea en el campo sobrenatural, sea en lo material.
En efecto, «la Eucaristía, figurada por el maná,
promovió que
los que lo seguían y de afrontar las dificultades de contiene también todo género de virtudes; es re- la adoración
todo tipo que esta tarea le acarrearía, comprendió medio contra nuestras enfermedades espirituales,
que sólo había una salida: consagrarlo todo al San- fuerza contra nuestras cotidianas flaquezas, fuente eucarística
tísimo Sacramento. Plenamente concentrado, en el de paz, de gozo y felicidad».9
solemne se
realizara
en las casas
de su obra
Rodrigo Solera

Monseñor João trabajando en la capilla de la casa madre de los heraldos, en agosto de 2003

Edición especial · Heraldos del Evangelio      75 Sumario 


Ordenado
Archivo Revista

sacerdote, lo
que más le Monseñor João en una misa celebrada en enero de 2009
conmovía al Años más tarde, al entrar en la capilla de la Hacer que Dios mismo baje a la tierra
consagrar adoración perpetua de la basílica de Nuestra Se- Cuando recibió la ordenación sacerdotal en 2005,
ñora del Rosario, la primera iglesia erigida por Mons. João, que siempre se había extasiado con el
era el hecho él, Mons. João se emocionaría al ver realizado su Santísimo Sacramento expuesto, no dudó en afirmar
sueño, y como oyendo al Señor decirle: «¡He asu- que la consagración del pan y del vino durante la
de que un mido esta obra!». misa lo arrebataba de una manera aún más sensible.
Al pronunciar las palabras de la consagración,
simple mortal, Dos comuniones diarias… ¿y por qué no? como que constataba, a través de los velos de la
«prestándole» Llevando aún más lejos su devoción eucarís-
tica, a principios de 2004 Mons. João invitó a un
fe, cómo Nuestro Señor Jesucristo realmente se
hacía presente sobre el altar, impresión sobrena-
sus cuerdas sacerdote amigo a celebrar la santa misa después tural que se acentuaba con la especie del vino, por
de su reunión diaria con los miembros de los He- su semejanza con la sangre.
vocales raldos del Evangelio, costumbre que no existía Lo que más le conmovía en esos momentos era
hasta entonces. Esto se repitió durante varios días, el hecho de que un simple mortal, «prestándole»
al Señor, y muchos se preguntaban si no estaría rezando por sus cuerdas vocales al Señor, hiciera bajar a la
una intención especial. tierra al propio Dios encarnado. En sus manos se
hiciera que el En un momento de intimidad, algunos de sus hallaba aquel que había obrado tantos milagros y
propio Dios hijos más cercanos, deseosos de penetrar en el
corazón de su padre espiritual, le preguntaron el
que podía santificar, sanar cualquier dificultad y
resucitar a todos los hombres al final de los tiem-
encarnado motivo de aquella secuencia de misas. Con toda pos. Eran gracias tan sensibles que, en el breve
sencillez, respondió que no buscada una gracia ínterin hasta la comunión, hacía varias comunio-
bajara a específica, sino que deseaba que todos pudieran nes espirituales, movido por una santa avidez de
comulgar una segunda vez, conforme lo permite recibir cuanto antes a Jesús sacramentado.
la tierra el derecho canónico.10 Y explicó que sentía que,
así como el mal avanzaba a pasos agigantados Hacia la plena configuración
con vistas a perder las almas, el bien necesita- con Jesús eucarístico
ba hacer un progreso proporcional, porque de lo Bastaba asistir a una misa celebrada por
contrario los buenos no resistirían estos nuevos Mons. João para constatar su fe ardiente y su amor
embates. apasionado por la Eucaristía. ¡Con cuánta concen-
En una ocasión propicia, expuso lo mismo du- tración pronunciaba las palabras de la consagra-
rante una reunión plenaria, subrayando que a partir ción, consciente de que, a su voz, Jesús «nacía» de
de entonces adoptaría personalmente esta costum- nuevo sobre el altar! ¡Con cuánta piedad levantaba
bre, sin querer imponerla de ningún modo a los la hostia y el cáliz, con la mirada como transfigura-
demás. Sin embargo, enseguida la mayoría de sus da por tener el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
hijos siguieron su ejemplo. del Señor en sus manos! ¡Con cuánto recogimiento

 Sumario 76      Heraldos del Evangelio · Edición especial


hacía la acción de gracias después de la comunión, dencia le pidió que hiciera uno de los mayores sa-
a menudo contemplando con ternura un crucifijo o crificios de su vida: abstenerse de celebrar la santa
una imagen de la Virgen! misa durante casi un año. Y a este sufrimiento se
No obstante, esta devoción tan sincera, que con- sumó una completa aridez con relación al Santísi-
movía a quienes la presenciaban e invitaba a imitar- mo Sacramento, que duraría meses. Sin embargo,
la, se sublimaba aún más cuando sobre ella se posa- nada de esto hizo que tambaleara su amor por Je-
ba la sombra austera y luminosa de la cruz de Cristo. sús eucarístico.
«El sacerdote es alter Christus y, a semejanza Habiendo vuelto a ofrecer el santo sacrificio, un
de su divino Maestro, debe ser una hostia inmola- día Mons. João invitó al P. Bruno Esposito, OP, su
da a la gloria de Dios y consagrada a la salvación íntimo amigo, a una de sus misas. Era una eucaris-
de las almas».11 Monseñor João era plenamente tía inusual en todos los sentidos. El celebrante se
consciente de esa realidad y con semejante obje- hallaba en silla de ruedas, padeciendo las secuelas
tivo fue por el que entró en las vías sacerdotales, del ictus que le sobrevino, pero en nada dismi-
como él mismo declaró: «Quiero ser consumido nuiría la compostura, la sacralidad y la devoción
como una hostia al servicio [de Jesús] en bene- que siempre lo habían caracterizado. Toda la misa
ficio de mis hermanos y hermanas».12 Toda su fue cantada y el ceremonial se distinguió por su
existencia había sido una constante inmolación, esplendor. El sacerdote invitado siguió todo con El amor a
pero el Señor anhelaba aún más, porque «tal es la
perfección que corresponde al sacerdote».13
gran respeto e incluso veneración. Terminada la
celebración, se arrodilló ante Mons. João y gritó:
la eucaristía
En este sentido, como consecuencia del acci- «¡Gracias por la homilía!». demostrado
dente cerebrovascular que sufrió en 2010, la Provi- Nuestro fundador lo miró con cierta extrañeza,
pues no había dicho ni una sola palabra a los asis- al celebrarla
tentes… ¿A qué se refería? El sacerdote explicó
entonces que la homilía era su «testimonio», es de- con tanta
cir, el amor demostrado a la eucaristía y a sus hijos
espirituales al celebrarla con tanta perfección y perfección y
piedad en aquellas circunstancias.
Y así lo hizo hasta que sus fuerzas ya no se
piedad, en
circunstancias
Gustavo Kralj

lo permitieron. Hasta el último momento no


dejó de asistir, siempre que le fue posible, al
santo sacrificio y de comulgar atentamente, tan difíciles, se
con un fervor que sorprendía a sus acompa-
ñantes al trascender claramente su estado físi- convirtió en su
co en el transcurso del día.
Quizá la devoción eucarística de Mons. João más elocuente
haya alcanzado entonces su apogeo, configurándo-
lo con Jesús Hostia no sólo como sacerdote, sino
homilía
Monseñor João con el P. Bruno Esposito también como víctima, y preparándolo para el en-
después de una misa, en diciembre de 2017 cuentro definitivo con el Redentor. 

1
Cf. DAURIGNAC, J. M. ría Santísima! El Paraí- 7
BENEDICTO XVI. 11
BEATO COLUMBA
S. Santo Inácio de Loyo- so de Dios revelado a los Audiencia general, MARMION. Jesucristo,
la. 4.ª ed. Porto: Aposto- hombres. Lima: Heraldos 23/6/2010. ideal del sacerdote. Bil-
lado da Imprensa, 1958, del Evangelio, 2021, t. I, bao: Desclée de Brouwer,
8
CORRÊA DE OLIVEI-
p. 334. pp. 37-38. 1953, p. 74.
RA, Plinio. Charla. Am-
2
Cf. JOYAU, OP, Char- 4
Idem, pp. 38-39. paro, 12/10/1965. 12
CLÁ DIAS, Carta a
les-Anatole. Saint Tho- Mons. Lucio Ángelo Ren-
5
Idem, pp. 50-51. 9
SAN PEDRO JULIÁN
mas d’Aquin. Tournai: na, op. cit.
EYMARD. Obras euca-
Desclée; Lefebvre et Cie,
6
CLÁ DIAS, EP, João
rísticas. 4.ª ed. Madrid: 13
BEATO COLUMBA
1886, pp. 162-163. Scognamiglio. Car-
Ediciones Eucaristía, MARMION, op. cit.,
ta a Mons. Lucio Ángelo
3
CLÁ DIAS, EP, João 1963, p. 312. p. 75.
Renna, OCarm. São Pau-
Scognamiglio. ¡Ma-
lo, 25/4/2005. 10
Cf. CIC, canon 917.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      77 Sumario 


Monseñor João venera una imagen de Nuestra
Señora Auxiliadora de los Cristianos, en la casa
de formación Thabor, Caieiras (Brasil)

Archivo Revista

 Sumario
Relación con la Santísima Virgen

En los brazos de María


Al contemplar tan elevados pináculos, ¿deberíamos hablar sólo
de devoción o podríamos reconocer en tal relación con Nuestra
Señora una verdadera unión mística?
õ P. Santiago Ignacio Morazzani Arráiz, EP

n las primeras páginas de su obra Cuando se produjo el tan esperado encuentro,


dedicada a María Santísima,1 la el 7 de julio de 1956, se abrió ante João el camino
última que nos dejó antes de partir luminoso que lo conduciría a la entrega total y de-
hacia la eternidad, Mons. João des- finitiva a Nuestra Señora: la consagración como
cribe el itinerario de su devoción esclavo de amor según el método de San Luis
mariana mencionando la figura bíblica de la María Grignion de Montfort, que realizó tenien-
escalera de Jacob, cuyos extremos tocaban la do al Dr. Plinio como mediador.
tierra y el Cielo. Así, los misteriosos pelda- Ahora bien, el guía y formador al que se con- La vida
ños contemplados en sueños por el patriarca
(cf. Gén 28, 11-19) simbolizarían, para nuestro
fió no era un personaje de éxito según el mundo.
Al contrario, se trataba de un profeta persegui-
espiritual de
fundador, los sucesivos episodios que tuvieron lu- do y calumniado, como ocurre a menudo con los Mons. João
gar en el recorrido de su unión con Nuestra Señora. hombres de Dios (cf. Mt 5, 12). En medio de las
De hecho, se puede afirmar que su vida espi- tormentas de la adversidad que se abatían sobre el consistió en
ritual consistió en una larga e ininterrumpida as- maestro sería cuando Nuestra Señora conduciría
censión en el conocimiento y en el amor a aquella al discípulo a una mayor unión con Ella. una larga,
que fue llamada la «Montaña de Dios».2
La devoción por excelencia luminosa e
Esperanza y encuentro
Para el pequeño João, los albores de su devo-
Durante la violenta crisis de diabetes que su-
frió el Dr. Plinio en 1967 es cuando Mons. João
ininterrumpi-
ción mariana surgieron durante el período en el ve por primera vez una reproducción del milagro- da ascensión
que se vio obligado a afrontar arduas batallas en so fresco de Nuestra Señora del Buen Consejo,
defensa de su inocencia, tema tratado en un artí- venerado en la pequeña localidad italiana de Ge- en el conoci-
culo anterior. nazzano. Con la salud seriamente quebrantada,
Presionado por parientes y compañeros para rodeado por las apariencias de un irremediable miento y en el
que abandonara su buen comportamiento y rom- fracaso en su vocación y en su obra, y oprimi-
piera con su propia rectitud, resistió apoyado en do por una terrible prueba interior, el Dr. Plinio amor a María
la esperanza de encontrar, por fin, a la persona a
la que debía seguir, la que se le figuraba como un
es obsequiado por un amigo con una estampa de
Mater Boni Consilii, que contempló durante largo
Santísima
hombre idealista y desinteresado, movido exclusi- tiempo. Mientras estaba mirando la fisonomía de
vamente por el amor a Dios y al prójimo. En esos la Virgen, recibió en el fondo de su alma la pro-
momentos de terrible lucha interior, se arrodillaba mesa que lo sustentaría hasta la muerte: Ella lo
en su cama y, entre lágrimas, rezaba avemarías y le conduciría al pleno cumplimiento de su misión.
suplicaba a la Santísima Virgen la gracia de cono- Monseñor João estaba a su lado en aquel mo-
cer a ese varón. mento y acompañó la intensa acción de la gracia

Edición especial · Heraldos del Evangelio      79 Sumario 


sobre él. La contemplación tormenta por la que atrave-
de esta gracia mística re- saba la institución, empren-
cibida por su padre espi- dió el viaje en medio de una
ritual dejó huellas indele- gran angustia y prueba inte-
bles en su alma, abriendo rior. Con la esperanza de re-
un nuevo horizonte en su cibir alguna inspiración de
relación con María Santí- la Virgen, decidió visitarla
sima:3 el trato íntimo con en Genazzano.
la Reina del Cielo, más Cuando entró en la capi-
especialmente bajo la in- lla del sagrado fresco, inme-
vocación de la Madre del diatamente se sintió atraído
Buen Consejo. por la maternal expresión
El vivísimo interés que de la Madre del Buen Con-
la historia de la imagen de sejo. En cierto momento, no
Genazzano despertó en obstante, fue interrumpido
La Mons. João estuvo en el ori- en su contemplación por
contemplación gen del libro que escribiría uno de sus acompañantes,
Archivo Revista

más tarde, Madre del Buen quien le dijo que tenía en


de aquella Consejo,4 en donde narra las
maravillas obradas por Dios
sus manos comunicaciones
de Brasil, grabadas en cin-
gracia mística a través de esta devoción. ta casete, y que le pedía que
Sin embargo, su mayor en- las conociera sin demora.
recibida por canto era la expresión de
Monseñor João en 2001
Monseñor João permaneció
amor maternal que trasluce en el rostro de Nuestra indeciso unos instantes, porque deseaba prolongar
su padre Señora, como él mismo describió: aquella íntima convivencia con su celestial protec-
espiritual «Es precisamente este desbordamiento de tora, pero no podía dejar de oír los mensajes, sin
amor y cariño que el autor experimenta cada vez duda referentes a las arduas y delicadas luchas que
abrió un nuevo que se acerca a Mater Boni Consilii. Estar delante se libraban en ese momento. Finalmente, encon-
del sagrado fresco, dejarse penetrar por el inter- tró la solución: los escucharía a bajo volumen, allí
horizonte para cambio de miradas entre Madre e Hijo, sentirse de mismo, con la grabadora muy cerca del oído.
algún modo inserto en esa inefable convivencia, ¡Qué sorpresa! Era la voz del Dr. Plinio, tan
Mons. João: constituye para él una especie de “pre-visión bea- conocida y tan paternal: «Mi queridísimo João:
tífica”, que le llena el alma de consuelo y reaviva ¡Salve María! Sé que estás angustiado, debatién-
el trato íntimo todas sus esperanzas interiores. ¡Cuánta alegría, dote con los problemas relacionados con el es-
con la Reina cuánto amparo, cuánto sustento espiritual recibe truendo.6 Y no habría mejor sitio que Genazzano
ahí en los largos coloquios con su Madre!».5 para pedirle gracias a la Virgen a este respecto.
del Cielo «Hijo mío… ¡confianza!»
Quería transmitirte una noticia que te va a llenar
de satisfacción». Y le explicó que una de las situa-
En noviembre de 1978 Mons. João tuvo la di- ciones más peligrosas y preocupantes se había re-
cha de venerar por primera vez en Genazzano suelto. «El caso está cerrado —concluyó—, por
la imagen original de Nuestra Señora del Buen lo que ha quedado atrás en tu historia y en la mía.
Consejo. No obstante, fue en 1984 cuando expe- Y creo que esto se debe a la intervención de Nues-
rimentó hasta qué punto el amor de María incidía tra Señora del Buen Consejo de Genazzano».
en él y le ofrecía la solución a todos sus proble- Esa noticia supuso para Mons. João un inmen-
mas y dificultades. so alivio y la confirmación de sus esperanzas. La
Debido a una innoble campaña de calum- experiencia de la bondad de María Santísima,
nias desencadenada ese año contra el Dr. Plinio, unida a un sentimiento de inexpresable gratitud,
Mons. João tuvo que partir hacia Europa con el fin inundaba su alma de alegría. Mientras fijaba la
de obtener pareceres de teólogos de renombre que mirada en el rostro de la Virgen, le pareció que
ayudaran a demostrar la inocencia de su padre es- ésta le sonreía diciendo: «Hijo mío, he sido yo
piritual y, de esta manera, proteger su figura y su quien lo ha conseguido. De ahora en adelante,
obra. Con todo, creyéndose culpable de la terrible ¡confianza!».

 Sumario 80      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Promesas de auxilio me encargaré de todo con mucho auxilio y protec-
Tomado por aquella consolación, Mons. João se ción». Efectivamente, dos meses después su padre
acercó aún más al fresco y se arrodilló. Estaba con- espiritual, maestro y guía partía hacia la eternidad.
templando los discretos cambios que se obraban Gracias a la Madre del Buen Consejo, el discípulo
en la fisonomía y en los colores de la imagen de la fiel se había preparado y, con total acierto y seguri-
Virgen y del Niño Jesús, fenómeno bien conocido dad, pudo sostener a sus hermanos de vocación en
por los devotos de Mater Boni Consilii, cuando, en aquel momento crucial.
cierto momento, tuvo la fuerte impresión de que Conforme será narrado en el próximo artículo,
los dos respiraban como personas vivas, incluso tras el fallecimiento del Dr. Plinio, su obra se vio
con ligeros movimientos del pecho. Y, por si fuera sacudida por grandes tormentas, que afectaron es-
poco, le pareció que Nuestra Señora estaba a punto pecialmente a la persona de Mons. João. Sin embar-
de hablar. «¿Será mero subjetivismo mío?», se pre- go, confió el futuro de la institución al cuidado de
guntaba cuando uno de sus compañeros le comen- Nuestra Señora y así fue testigo, en los años siguien-
tó: «¡Están respirando! ¿Usted también se ha dado tes, de un extraordinario desarrollo en los diversos Tal era la
cuenta?». «No hay duda. ¡Están respirando de ver- campos de actividad de los Heraldos del Evangelio
dad!», concluyó Mons. João, convencido con ese —la asociación de fieles fundada por él—, así como sensación de
testimonio de que el hecho no podía ser atribuido a
su propia imaginación.
un sorprendente crecimiento en el número de voca-
ciones. El manto de la Santísima Virgen lo protegió
protección y
«Era como si la Virgen le dijera: “¿Has vis- más que nunca, y sus manos celestiales lo bende- bienquerencia
to respirar a mi imagen? Esto sucede después de cían en todos sus emprendimientos.
una terrible probación. Bien, ¿por qué te he dado que sentía
esta señal? Con ella quiero decirte que, incluso en La mayor de todas las gracias
medio de durísimas pruebas, nunca te faltará el Julio de 2008. En la iglesia de Nuestra Señora a los pies de
aire en los pulmones, o sea, la gracia, el sustento del Rosario8 llegaba a su fin un retiro espiritual
y el ánimo. Tras la tempestad, vendrá la bonanza; predicado por nuestro fundador, en el que partici- Ella, que en su
luego de la aflicción, la consolación; terminada
la guerra, la paz. Podrá ocurrir cualquier cosa,
paron más de un millar de miembros de los Heral-
dos del Evangelio. El día 12 de ese mes la jornada
interior nació
dando la impresión de que la obra se deshará en estuvo dedicada especialmente a la administra- esta firme
pedazos, pero yo la sostendré».7 ción del sacramento de la Penitencia, y el propio
Desde aquel día mantuvo la firme convicción Mons. João se dispuso a atender a los hijos que convicción:
de que nada en este mundo podía causarle temor, a él acudieran. Ahora bien, como los sacerdotes
ya que la Virgen lo acompañaba con mucha pro- presentes habían ocupado todos los confesiona- «No hay
tección, afecto maternal y garantías de auxilio. Y
cada vez que la visitaba en Genazzano, Ella nada en este
no dejaba de favorecerlo con inspira-
ciones interiores, guiándolo en las
mundo que
diferentes circunstancias e inclu- pueda hacerme
so indicándole el rumbo para
el futuro. daño»
Confianza en medio
de la tempestad
Entre tantas palabras su-
surradas por el amor mater-
no en el corazón de su dilecto
hijo, una de las más claras, sin
i
ar
cc

duda, fue la pronunciada el 1


Be
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de agosto de 1995. Se encontraba


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rezando a los pies de la santa imagen


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cuando recibió, con toda nitidez, un aviso


de Nuestra Señora: «El Dr. Plinio va a mo- Mons. João en el santuario de la Madre del Buen
rir, pero no te preocupes, porque yo misma Consejo, Genazzano (Italia), en marzo de 2005

Edición especial · Heraldos del Evangelio      81 Sumario 


rios disponibles, decidió oír las confesiones en el Dos años después de aquel místico abrazo,
presbiterio de la iglesia, entre el altar principal y Mons. João fue nuevamente visitado por la cruz.
el sagrario. Sin que él pudiera sospechar, allí lo Como ya se ha mencionado en esta edición, en
esperaba la Virgen para darle la mayor de todas junio de 2010 sufrió un accidente cerebrovascular
las manifestaciones de su amor. que mermó sus movimientos y afectó su capaci-
Mientras uno de los penitentes declinaba sus dad de hablar hasta el final de sus días.
faltas, Mons. João alzó la mirada hacia la imagen No obstante, por una singular disposición de la
de Nuestra Señora de Fátima que se hallaba en Providencia, lo que le era quitado a sus miembros le
lo alto del retablo. Entonces se sintió arrebatado, era concedido al mismo tiempo en los dominios del
completamente ajeno al entorno que lo rodeaba. espíritu con una abundancia inimaginable. Monse-
Vio a la Santísima Virgen estrechándole en un ñor João ya no podía valerse de las palabras, pero
abrazo de indecible cariño y acariciándolo con su mirada parecía penetrar en los corazones y en las
sus manos. En medio de tan inmenso, inefable y conciencias, y conmovía a cada uno de sus hijos e
perfecta consolación, le fue imposible contener hijas más de lo que otrora les habían encantado las
las lágrimas. predicaciones, las conferencias y los consejos. Su
«Los que solícitos la buscaren, gozarán de su mano derecha paralizada daba el arrebatador ejem-
Mientras suavidad» (Eclo 4, 13, Vulg.), dicen las Escritu- plo de un inmenso sacrificio afrontado y aceptado
el penitente ras al hablar de la sabiduría. ¡Durante cuántas
décadas Mons. João no ha sido solícito procuran-
hasta el final, y así convocaba a todos a seguir sus
pasos y a desear ardientemente la santidad.
declinaba do siempre la gloria de María Santísima! Y Ella Para Mons. João, los años posteriores a 2010
recompensaba tanto amor haciéndole gozar de no sólo fueron un largo y doloroso calvario, sino
sus faltas, su suavidad de manera superabundante. Era, sin también un gran recogimiento, un verdadero re-
duda, la más sublime manifestación de afecto, la tiro espiritual ofrecido a la Virgen. ¿Deseaba la
Mons. João mayor gracia de toda una vida, concedida por la Madre del Buen Consejo pasar un tiempo con su
«Madre del hermoso amor» (Eclo 24, 24) a aquel hijo muy amado, hablándole con mayor intimidad
vio a la hijo tan dilecto. ¿Quería Nuestra Señora fortale- en la soledad y en el silencio?
Santísima cerlo en vista de los acontecimientos futuros? Po-
demos conjeturarlo, pues para él comenzaría en Ininterrumpida convivencia con María
Virgen breve un doloroso y terrible calvario. Con el paso del tiempo, los hijos e hijas más
especialmente beneficiados de una estrecha rela-
estrechándole Años de sufrimiento y de retiro espiritual ción con Mons. João notaban que su unión con
«Las aguas caudalosas no podrán apagar el María Santísima alcanzaba alturas misteriosas.
en un abrazo amor, ni anegarlo los ríos» (Cant 8, 7). De hecho, En ciertas ocasiones abría su alma y, haciendo
Dios suele exigir que los amores más puros y celes- grandes esfuerzos por superar las barreras im-
de indecible tiales sean golpeados por los torrentes de la prueba puestas por la dificultad de locución, ora exponía
cariño y sumergidos en el aparente abandono, pero es pre-
cisamente en estos momentos cuando las llamas
las peticiones que le dirigía a la Madre de Dios
en la oración, ora improvisaba bellísimas cancio-
de la caridad refulgen con su más bello esplendor. nes en su alabanza. Y así, a veces con gestos muy

Lugar donde Mons. João fue abrazado místicamente por


María Santísima, en la basílica de Nuestra Señora del
Rosario, Caieiras (Brasil); en el destacado, imagen de la
Virgen de Fátima que se encontraba en el altar mayor
Mauricio Reis

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am
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Th

 Sumario 82      Heraldos del Evangelio · Edición especial


eran sus deseos y esperanzas, después de tantos
años, en la consideración de esta perspectiva? El
respeto y la delicadeza les impedían a sus hijos
ahondar en tales profundidades, pero muchos se
preguntaban cómo se produciría esa nueva ma-
nifestación de su amor. Hoy entendemos que
el segundo abrazo de Nuestra Señora sería
definitivo y eterno, sellando para siempre el
desposorio místico.
Sí, Mons. João cumplió por entero su
vocación, recorrió el camino que Dios le ha-
bía trazado, llegó a lo alto de la escalera y se
unió a María Santísima por toda la eternidad.
Te
Y así se realizaron también en él las promesas
r es
ita
M
or
az
hechas al patriarca Jacob en su misterioso sueño: Hoy
«Tu descendencia será como el polvo de la tierra,
za
ni
y te extenderás a occidente y oriente, a norte y sur; entendemos
Monseñor João en septiembre de 2019 y todas las naciones de la tierra serán benditas por
causa tuya y de tu descendencia. […] No te aban-
que el segundo
simples, como besar una imagen de la Virgen o donaré hasta que cumpla lo que he prometido» abrazo de
elegir una estampa de Ella para instalarla en su (Gén 28, 14-15). Verdaderamente, Mons. João eri-
habitación, nuestro fundador revelaba el creci- gió en esta tierra una inmensa obra, toda dedicada Nuestra
miento enternecido y ardiente de su devoción. a la Virgen, y condujo a multitudes de almas por la
En particular, las fotografías de Mater Boni Con- gloriosa escalera de la devoción a Ella. Señora,
silii a Genazzano siempre le atrajeron mucho, como Al entrar en las magníficas iglesias y basílicas
cuando resumió en breves palabras la historia de su construidas por él; al contemplar el esplendor de superior al
amor filial: «El primer contacto con Ella fue en no-
viembre de 1978. A partir de entonces… una con-
las ceremonias promovidas por él; al presenciar los
maravillosos frutos de fidelidad, pureza, perseve-
primero, sería
vivencia ininterrumpida. ¡En esta pintura hay algo rancia y tantas virtudes, obtenidos por iniciativa definitivo
vívido! ¡Qué hermosa es! ¡Parece que está viva!». y conquistas suyas, innumerables personas «de
occidente y de oriente» son arrebatadas por el en- y eterno,
Casa de Dios y puerta del Cielo canto, sienten revitalizada su fe y descubren en la
Al contemplar tan elevados pináculos, ¿de- obra de Mons. João la fisonomía de la Santa Igle- sellando para
beríamos hablar sólo de devoción? ¿O sería más sia, resplandeciente de belleza, espejo inmaculado
apropiado reconocer en tal relación una verdadera del rostro celestial de María Santísima, garantía del siempre su
unión mística, un altísimo desposorio espiritual?
Todo parecía indicar que la gran gracia del 2008
triunfo de su Inmaculado Corazón en la tierra.
Y todos ellos, extasiados, bien pueden hacer
desposorio
había traído consigo una promesa de la Santísima suyas las palabras de Jacob cuando despertó de su místico
Virgen: lo visitaría una vez más, para estrecharle sueño profético: «¡Verdaderamente ésta es la casa
en otro abrazo, superior al primero. Pero ¿cuáles de Dios, y la puerta del Cielo!» (Gén 28, 17). ²

1
Cf. CLÁ DIAS, EP, João Complètes. Paris: 5
CLÁ DIAS, ¡María San- mediáticos contra su per-
Scognamiglio. ¡Ma- Du Seuil, 1966, p. 685. tísima! El Paraíso de sona y su obra, llevadas a
ría Santísima! El Paraí- Dios revelado a los hom- cabo a lo largo de varias
3
Cf. CLÁ DIAS, op. cit.,
so de Dios revelado a los bres, op. cit., pp. 116-117. décadas.
p. 109.
hombres. Lima: Heraldos 6
La expresión estruendo 7
CLÁ DIAS, ¡María San-
del Evangelio, 2021, t. I,
4
Cf. CLÁ DIAS, EP, João
publicitario era utilizada tísima! El Paraíso de
pp. 25-29. Scognamiglio. Mãe do
entre los miembros de la Dios revelado a los hom-
Bom Conselho. 3.ª ed.
2
SAN LUIS MARÍA institución fundada por bres, op. cit., p. 123.
São Paulo: Lumen Sa-
GRIGNION DE MONT­ el Dr. Plinio para desig-
pientiæ, 2016. La primera 8
Hoy basílica menor, situa-
FORT. «Prière Embra- nar las feroces campañas
edición de la obra se pu- da en Caieiras, Brasil.
sée», n.º 25. In: Œuvres de calumnias y ataques
blicó en 1992.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      83 Sumario 


Monseñor João en marzo de 2013

Teresita Morazzani

 Sumario
Víctima expiatoria por la Santa Iglesia

Con Cristo sufrió,


para ser glorificado con Él

La Pasión de Nuestro Señor Jesucristo se perpetúa en los miembros


de su Cuerpo Místico que es la Iglesia. En este holocausto, su rostro
llagado fue presentado a Mons. João, pidiéndole que se dejara
clavar en la cruz y sufriera con ella y por ella.
õ Hna. María Beatriz Ribeiro Matos, EP

l seguir atentamente los artícu- Llegados a este punto, nos encontramos ante
los de este número especial de la un problema de difícil solución: ¿cómo narrar con
revista Heraldos del Evangelio detalle las nueve trombosis, las tres embolias, la
y considerar las numerosas con- mononucleosis y la tuberculosis que le afectaron
quistas atribuidas a la persona de en su primera madurez, además de las innumera-
Mons. João, un lector que lo conozca poco bles pruebas que acrisolaron su mente incluso ya
podría imaginar que su vida discurrió en lí- en esa época? Ninguna de ellas nos parece menos Mons. João
nea recta, de triunfo en triunfo hasta su parti- importante o carente de significado; ninguna de
da hacia la eternidad, sin haber sido atravesa- ellas, desvinculada de la perspectiva sobrenatu-
aprendió,
da en ningún momento por la perplejidad, por
la contradicción, por el sufrimiento. Se engaña el
ral que estamos siguiendo en estas páginas. Pero
avancemos un poco más en la vida de Mons. João,
desde su
que así pensara, pues desde su más tierna infancia hasta un período que, bien por su gravedad, bien más tierna
aprendió el lenguaje del dolor, el cual sería el inse- por su carácter parabólico, exige más atención.
parable compañero de su existencia. infancia,
Con tan sólo 8 años, le sobrevino una misterio- «Las cuentas están saldadas y
sa enfermedad —nunca diagnosticada satisfacto- ahora ha llegado tu fin» el lenguaje
riamente— que lo dejó postrado en cama durante El año de 1994 estaba a punto de terminar.
largos meses, hasta el punto de hacerle perder el Monseñor João había promovido una semana de
del dolor, el
año escolar. Más tarde aún recordaría la fuerte car-
ga preternatural que acompañó esa indisposición.
homenajes al Dr. Plinio con motivo de su cum-
pleaños, conmemorado el 13 de diciembre, sin
cual sería el
Si no le faltaron los sufrimientos físicos, poco imaginar que sería el postrero en esta tierra. inseparable
representaron éstos en comparación con los mo- En el último día de las celebraciones, que trans-
rales. Ya hemos visto cómo, al ser hijo único, el currió brillantemente, dirigía el coro y orquesta. compañero de
aislamiento era el sello distintivo del pequeño Cuando en medio de vítores y aplausos se cerraron
João. Y cuando empezó a relacionarse con sus las cortinas del escenario, se inclinó exhausto so- su existencia
compañeros de clase, vecinos e incluso algunos bre el atril de las partituras y dijo: «Ahora, después
familiares, vio abrirse ante él un mundo entera- de este reconocimiento hecho al Dr. Plinio en pú-
mente opuesto a la inocencia, en el que domi- blico, ¡ya puedo morir!». En su devoción filial ha-
naban el interés, el oportunismo y la maldad. bía demostrado, tanto como le era posible en aquel
¿Cómo sería el resto de sus años? momento, toda su admiración y arrobamiento por

Edición especial · Heraldos del Evangelio      85 Sumario 


ki
i ya
za permitido estos resultados para recompensarte el
oM
Se
r gi poquitín de bien que hayas podido hacer, al corres-
ponder a algunas gracias recibidas. Las cuentas
están saldadas y ahora ha llegado tu fin”».2
Además, Dios permitiría, como había pro-
cedido en el pasado con Job, que sus amigos lo
atormentaran. En el auge de la fiebre, brotándo-
le sangre por la boca y con los nervios sacudidos
por la dolencia, cierta persona, con autoridad en el
Grupo de Estados Unidos, lo visitó y le dijo que
debería hacer un minucioso examen de conciencia
para descubrir la causa más profunda de su enfer-
medad, pues ésta probablemente tenía su origen en
alguna infidelidad a la gracia de la vocación…
El futuro habría de desmentirlo. Monseñor João
Monseñor João dirige el coro y orquesta en el último día de las
celebraciones del cumpleaños del Dr. Plinio, en diciembre de 1994 no padecía como malvado, sino como hijo de Dios
y coheredero de Cristo: sufría con Él, para ser glo-
su padre espiritual y, sintiendo una descomunal rificado con Él (cf. Rom 8, 16-17).
debilidad orgánica, cantaba como Simeón el Nunc
dimittis (cf. Lc 2, 29-32). Ya en su habitación, le De la confianza sin límites nace un milagro
asaltaron dolores en la espalda y en el pecho. Así La salida del oscuro túnel de la sarcoidosis se
llegó a las fiestas de fin de año… produciría de la forma más inesperada. En abril
A la lenta Después de la cena del 31 de diciembre se retiró
¡con el cuerpo ardiendo de fiebre! Durante la noche
de 1995, cuando aún se encontraba en Estados
Unidos, Mons. João sufrió una violenta trombo-
agonía de sus el malestar fue agravándose, hasta sentir el sabor de sis, que derivaría en una embolia pulmonar. In-
la sangre en su paladar. Llamó al médico, que in- gresado nuevamente en el hospital, fue sometido
fuerzas físicas mediatamente lo llevó al hospital, donde, tras erró- a numerosos exámenes. El día 26, fiesta de la Ma-
neos diagnósticos de embolia y de cáncer, le comu- dre del Buen Consejo, le llevaron una fotografía
causada por nicaron que padecía sarcoidosis, una enfermedad de esta advocación. Sosteniéndola en sus manos,
la sarcoidosis cuyo origen y evolución eran muy poco conocidos.
Sin expectativas de recuperación en Brasil, via-
rezó fervientemente pidiendo una orientación en
medio de esa terrible situación.
se siguió el jó a Estados Unidos para recibir tratamiento, que
consideraba sólo una escala en su irremediable
En el otro extremo del continente, una oración
ardiente se elevaba del corazón paternal del Dr. Pli-
apagamiento viaje hacia la eternidad. Estando en el hospital, vio nio a los pies de María: «Ya que está expuesta aquí
a las enfermeras deshacerse del material usado en la imagen de Nuestra Señora del Buen Consejo, no
de las luces un vendaje y, llevado por el tremendo abatimiento puedo olvidarme […] de nuestro João, que todavía
que le causaba la dolencia, se decía: «Soy un espa- sigue en Estados Unidos. Pidámosle a la Virgen
interiores, radrapo que ha cumplido su cometido y ahora seré que, según sus designios, lo reintegre, con la salud
hasta que arrojado por la Providencia, no al purgatorio, ni al
infierno, sino a un “abandonorio” cualquiera».1
restablecida, a nuestro ambiente lo antes posible».3
En María, las oraciones de padre e hijo se en-
la más cruel A la lenta y terrible agonía de sus fuerzas físi-
cas se siguió el apagamiento de las luces interiores,
contraron, y el Cielo no pudo resistirse a ellas.
Aquel mismo 26 de abril, los médicos revelaron un
noche oscura se hasta que la más cruel noche oscura se posó en el sorprendente prodigio: las pruebas requeridas por
alma de Mons. João. Privado de la compañía de los las circunstancias demostraron no sólo la recupera-
posó en el alma que más apreciaba, se sentía morir poco a poco y ción de la embolia, sino también la curación de la
en el exilio. En una comunicación dirigida a su pa- sarcoidosis, de la que, inexplicablemente, no que-
de Mons. João dre y fundador, describía algo de esos tormentos daba ni rastro.
espirituales: «He perdido toda sensibilidad a las Esa horrible etapa concluiría con la sabia in-
virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. Los tervención de Mons. João para resolver un pro-
propios actos buenos o exitosos de mi vida, cuan- blema muy distinto: el secuestro de un miembro
do afloraban en mi memoria, eran para mí nuevos del Grupo, del que el lector ya ha tomado cono-
instrumentos de aflicción: “La Providencia te ha cimiento. Su estancia en el extranjero se prolon-

 Sumario 86      Heraldos del Evangelio · Edición especial


garía hasta finales de agosto, y sólo regresaría a salpicó su vestidura blanca. Mientras purificaba
Brasil para acompañar otro vía crucis: el de su el tejido, sintió que el Señor le decía: «Hijo mío,
padre espiritual. El reencuentro se produjo en la he derramado toda mi sangre por ti; ¿podrás de-
puerta de la ambulancia que trasladaba al Dr. Pli- rramar unas cuantas gotas por mí?».
nio al hospital donde pasaría sus últimos días. El sacratísimo cuerpo de Jesús está en la glo-
ria del Cielo y, por tanto, ya no puede padecer;
Uno de los
«Mi amigo, de quien yo me fiaba…» entonces, en su Cuerpo Místico es donde Cristo mayores
«La mayor manifestación del amor es el per- sigue sufriendo su Pasión. En ese momento, el
fecto don de sí mismo».4 En la nueva fase que rostro llagado de la Iglesia le era presentado a dolores que
comenzaba con el fallecimiento del Dr. Plinio, Mons. João, pidiéndole que se dejara clavar en la
Mons. João no escatimaría esfuerzos, gastando cruz y sufriera con ella y por ella. «Señor, sólo sufrió tras la
su propia salud, tiempo y atención en tender la
mano a quien necesitara su ayuda, y ofreciendo
una gota, ¡no! Por ti quiero derramar toda mi san-
gre», fue su pronta y generosa respuesta.
muerte del
su amistad a los que luchaban por el bien.
Uno de los mayores dolores que sufrió durante Completo abandono en las manos Dr. Plinio
este período fue el hecho de que algunos miembros de la Providencia fue el hecho de
del Grupo, envidiosos de la prominencia que le con- Un fuerte malestar lo consumía cuando regresó
fería la situación, decidieran impedirle sus activida- a São Paulo. Fue al hospital pensando que sus ojos que algunos
des e influencia. Así, una vez más, se cumplían las veían las luces de la ciudad por última vez, y allí le
palabras del salmista: «Mi amigo, de quien yo me diagnosticaron una neumonía avanzada. hermanos
fiaba, […] es el primero en traicionarme» (40, 10).
Varios de los que hasta entonces había conside-
Su aceptación, no obstante, permanecía intacta.
A dos heraldos que le llevaron algunas pertenen-
de ideal se
rado sus hermanos de ideal se mancomunaron para
destruir su honor y se dedicaron a difundir graves
cias, les dijo: «Debemos estar dispuestos a aceptar
cualquier sacrificio que la Providencia nos pida,
coligaran
calumnias morales, desprovistas de todo funda- y a cumplir sus designios». Siguiendo al pie de la para impedir
mento. Santo Tomás ya había afirmado con razón: letra este propósito, lo aplicaba hasta en las peque-
«Los malvados, […] incapaces de criticar la vida ñas cosas: «Ni siquiera sé qué hora es, no sé nada; su actuación
de los justos, tienen la costumbre de calumniarlos he decidido abandonarme en manos de la Provi-
acusándolos de no actuar con recta intención».5 dencia», le comentó a uno de sus hijos que lo visitó e influencia
A pesar de todo, pasados los años y cesadas las en la UCI. A otro, que manifestó su pesar por el
relaciones con aquellas personas, Mons. João toda- dolor que estaba soportando, le respondió: «Lo que
vía rezaba por ellas y se preocupaba por su salva- hace la vida de un hombre es el sufrimiento. El res-
ción eterna, como lo haría por sus amigos fieles. to no vale nada».

«Señor, sólo una gota, ¡no!»


Como consecuencia de su ordenación sacerdo-
tal en 2005, el dolor, que siempre había estado pre-
sente en la vida de Mons. João, encontró su signifi-
cado más sublime, permitiendo que se le aplicara,
en cuanto alter Christus, la enseñanza de la teolo-
gía: «La amistad de Jesús […] es tan fuerte como
tierna, tiende a purificar por la prueba y a asociar a
las almas al misterio de la Redención por el sufri-
miento».6 Su existencia se convertiría, a su manera,
en una prolongación del santo sacrificio. Pero para
ello el Redentor le pediría su consentimiento.
El año de 2009 estaba en curso. En los prime-
Sergio Miyazaki

ros días de mayo, Mons. João había ido a Europa


para ocuparse de los intereses de la obra. Estando
en Roma, celebraba la santa misa. En el momento
de la comunión, con el cáliz en las manos, dio un
paso en falso y un poco de la preciosísima sangre Monseñor João en 1998

Edición especial · Heraldos del Evangelio      87 Sumario 


Los primeros pasos de su lenta recuperación que la Providencia le avisaba de que algo muy
estuvieron acompañados de una intensa prueba. grandioso, impensable para la mente humana,
Una vez más se sentía como «un esparadrapo des- estaba a punto de suceder. Pero para que tal vi-
echado». Sin embargo, una tarde cuando fueron a sión se hiciera realidad y las campanas tocaran
visitarlo encontraron un brillo especial en sus ojos, de júbilo en la tierra o, tal vez, en la eternidad,
señal de que alguna luz se había encendido en su tendría que enfrentarse a una terrible tormenta,
alma. Después reveló que la gracia había hecho re- sólo proporcional a la gloria que estaba por llegar.
sonar en su interior la certeza de que no moriría en Como ya se ha mencionado en varios de los ar-
esa ocasión: «Todavía quiero utilizarte». tículos de esta edición, después de la misa matuti-
na del 2 de junio de 2010, mientras desayunaba en
La consumación del sacrificio compañía de algunos de sus hijos, Mons. João sufrió
Después de una ardua recuperación, siguió un un ataque cerebrovascular. Comenzaba un período
breve intervalo de bonanza. ¿Sabía Mons. João doloroso, que se extendería por más de catorce años.
que le quedaba poco tiempo para llevar a buen La prueba que lo asumió a partir de entonces
Al serle término parte de su misión en esta tierra? Lo cier- nunca sería desvelada del todo. Dios le pedía que,
to es que en ese ínterin luchó por las dos conquis- aunque siempre estaría acompañado del afecto
presentado el tas que más quería: la glorificación de su padre y del cuidado de los suyos, sufriera solo: dotado
rostro llagado espiritual y la perpetuidad de la institución que
había fundado. El inicio de su obra maestra so-
otrora de una privilegiada facilidad de expresión,
se encontró prácticamente privado de la palabra.
de la Iglesia bre el Dr. Plinio, escrita de su puño y letra, y la Una gran angustia resultaría de esto. ¡Cuántas
aprobación pontificia de dos sociedades de vida veces, al discernir en sus hijos los problemas que
pidiéndole que apostólica coronaron sus esfuerzos. los afligían, su corazón paternal se oprimía al no
En este período, durante el ofertorio de una conseguir llegar hasta ellos! ¡Cuántas aflicciones
sufriera con misa celebrada por él, Mons. João recibió una padecía al contemplar desde su atalaya profética
señal misteriosa: escuchó, con los oídos del es- los graves acontecimientos que sacudirían el or-
ella y por ella, píritu, sonar una campanilla. Una intensa alegría den eclesiástico y temporal, y sentirse impedido
la respuesta de acompañó el fenómeno, haciéndole comprender de alertar, como querría, al mundo!
Apuros menores se volverían corrientes. En no
Mons. João pocas circunstancias se veían frustrados los intentos
de expresar mínimos deseos y de hacerse entender
fue inmediata: sobre asuntos tan comunes como el menú, la medi-
cación o el cambio de un simple reloj. Para alguien
«Señor, Por poco familiarizado con el dolor, estas dificultades
pueden parecer diminutas. Sin embargo, ¿alguna
ti quiero vez se ha imaginado el lector cuánto heroísmo se le
derramar toda ha exigido para soportarlas ininterrumpidamente,
con paciencia y ánimo fuerte durante más de una
mi sangre» década, sin proferir una sola queja jamás?
Otro serio obstáculo se sumaría: su persona-
lidad se caracterizaba por una diligente agilidad,
que lo llevaba a estar presente junto a sus subor-
dinados en las situaciones de mayor riesgo, para
después eclipsarse cuando las solucionaba. En el
combate por los intereses de la Iglesia nunca mi-
dió esfuerzos ni distancias. No obstante, debido a
la inmovilidad del lado derecho de su cuerpo, se
Archivo Revista

vio obligado a usar una silla de ruedas y a depen-


der en todo de la ayuda de otros. En tono jocoso,
llegó a afirmar que, solo, no era capaz ni siquiera
de ahuyentar a un mosquito…
Monseñor João cinco meses después de haber Las dificultades de locomoción generarían mil
sufrido el ictus, en 2010 y un inconvenientes y agravarían muchos otros.

 Sumario 88      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Cada día Dios le requería una nueva renuncia, en favor de su cuerpo que es la Iglesia» (Col 1, 24).
otra aceptación más. Y lo que no le era pedido, lo De hecho, en los padecimientos sufridos con tanto
mortificaba espontáneamente. En lo referente a su amor y generosidad por nuestro fundador, hemos
alimentación —pequeña satisfacción que sería tan visto cumplidas las palabras de un eminente teó-
legítima en su estado—, adoptó la costumbre de logo contemporáneo al comentar esa osada —¡y
reducir considerablemente la cantidad cada vez cuan real!— afirmación del Apóstol: «Nosotros
que la comida servida le agradaba especialmen- podemos utilizar nuestros sufrimientos ponién-
te. Algo similar ocurría con el descan- dolos al servicio de la obra redentora de
so: nunca lo extendía más allá del Souza Cristo. […] Podemos y debemos ser
o
tiempo habitual, aunque hubiera eandr corredentores con Cristo».7
L
perdido horas de sueño por Los sufrimientos de
insomnio o malestar. Y los Mons. João, unidos a aque-
ejemplos podrían mul- llos de valor infinito de Sus últimos
tiplicarse… Por cierto, la divina Víctima del
Mons. João había esta- Gólgota, conquistarán meses fueron
blecido el límite: a la frutos de gracia a lo
Providencia le daría largo de los siglos y una batalla
«toda su sangre».
Sus últimos me-
perpetuarán su pre-
sencia por medio de
espiritual
ses se asemejaban a su legado, de sus hijos en donde le
una batalla espiritual y de su acción en las
en que parecía querer almas y en los aconte- ofrecía al Cielo
ofrecerle al Cielo, en cimientos.
vigilias, oraciones y su- Ojalá quienes se todo cuanto
frimientos de los más di- beneficien de este ofre-
versos órdenes, todo lo que cimiento estimen el alto estuviera a su
estuviera a su alcance, sin ce-
der jamás al desaliento. Mien-
precio que se pagó por ellos,
pues cuando la santidad pare-
alcance, hasta
tras sus ojos carnales se iban cía extinta de la tierra, hubo un el momento en
cerrando a este mundo, su espí- varón que hizo del ideal de per-
ritu experimentó una elevación
Monseñor João en una misa
en 2016 fección divina propuesto por Je- que, habiendo
sin precedentes, evidenciada en sús (cf. Mt 5, 48) su meta; cuan-
la sublimación de su trato tanto con las realidades do los hombres pisoteaban la ley de Dios, hundién- sorbido
sobrenaturales como con sus circunstantes. dose en el fango de los placeres ilícitos, alguien su-
Al fin y al cabo, al no tener nada más que ofre- fría por ellos sin que lo supieran; cuando la Barca enteramente
cer sino su propia vida, Mons. João pronunció de Pedro se veía amenazada por la peor tempestad
serenamente su consumatum est para, después de de su historia, los dolores de un justo se convirtie-
el cáliz del
personalizar de alguna manera los dolores de la ron en prenda, ante el Padre, de su victoria. dolor, entregó
Esposa Mística de Cristo en la tierra, unirse por La Iglesia nació cuando la sangre brotó del
entero al Salvador en la eternidad. costado abierto de Cristo en la cruz, se expandió su propia vida
a través de la sangre de los mártires, y hasta el
Corredentor con Cristo fin del mundo la sangre será la única garantía del
Bien podría decir con San Pablo: «Completo en triunfo de la esposa del Cordero sin mancha, del
mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, León de Judá. ²

1
CLÁ DIAS, EP, João Conferencia. São Paulo, Madrid: Rialp, 1977, 6
GARRIGOU-
Scognamiglio. Carta al 26/4/1995. p. 380. -LAGRANGE, op. cit,
Dr. Plinio, 15/3/1995. p. 492.
4
GARRIGOU- 5
SANTO TOMÁS DE
2
Idem, ibid. -LAGRANGE, OP, AQUINO. Commento 7
ROYO MARÍN, OP,
3
CORRÊA DE Réginald. El Salvador al Libro di Giobbe, Antonio. Jesucristo y la
y su amor por nosotros. c. I. Bologna: Studio vida cristiana. Madrid:
OLIVEIRA, Plinio.
Domenicano, 1995, p. 38. BAC, 1961, pp. 575-576.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      89 Sumario 


Misión «post mortem»

¿Ocaso o aurora?
Después de considerar la riquísima personalidad de Mons. João,
surge una pregunta: ¿su partida para la eternidad
significaría el fin de una luz?
õ P. Marcos Faes de Araújo, EP

l lector que haya re- sacerdote, dados los variados matices y representar de manera particular,
corrido con diligencia que presentaba y lo mucho que escon- en la tierra y en el Cielo.
esta edición especial día detrás de un carácter altamente »Ésas son las luces primordiales,
de la revista Heraldos accesible. Parafraseando al santo ita- verdaderas vocaciones específicas,
del Evangelio, home- liano, bien podríamos decir: «Mons. que, en su conjunto y de manera li-
naje póstumo a Mons. João, muy João es un enigma…». ¿Cómo desci- mitada, reflejan las maravillas que
probablemente lo ha hecho im- frarlo? Guiados por los principios de existen en Él en grado infinito. Son
pulsado por un deseo más o me- la doctrina católica, especialmente de llamadas luces por ser modalidades
nos consciente de adquirir una la teología de la historia, arriesguemos peculiares de la luz divina, y pri-
visión completa de su persona. al menos un intento que, como conclu- mordiales porque deben constituir
Sin embargo, al llegar al presente ar- sión de estas páginas, pueda ofrecer- el principal objeto de la atención de
tículo, quizá experimente la impresión nos una imagen más completa de él. quien las recibe. […]
contradictoria de no haber conseguido »Así, para una persona la luz pri-
ese objetivo. Después de todo, ante La luz primordial mordial será la fortaleza en uno de
su polifacética personalidad, surge Entre las muchas explicaciones sus matices, mientras que para otra
la pregunta: ¿quién fue exactamente hechas por el Prof. Plinio Corrêa de podrá ser la suavidad en el trato y,
Mons. João? Oliveira, se halla la que denominaba para una tercera, cierta forma de re-
Esclavo de María, padre, fundador, luz primordial. Acompañemos cómo cogimiento y contemplación».3
caballero, apóstol, formador, sacer- nuestro fundador la describió resu- Dotado de un agudo carisma de
dote… Monseñor João reunía en sí midamente en una de sus principales discernimiento de los espíritus, el
todos estos atributos, es cierto. Pero obras, la que trata de su padre espiri- Dr. Plinio percibía con facilidad el
ninguno de ellos le explica por entero. tual y maestro: llamamiento específico de cada per-
Es más, incluso sumados, uno tiene la «Conforme explicaba él, siguien- sona que se acercaba a él, hasta el
impresión de que no agotan la riqueza do a Santo Tomás de Aquino,2 Dios, punto de que se hizo costumbre entre
de su figura, ni nos proporcionan una al ser infinito, es tan rico en sustancia sus discípulos preguntarle acerca de
síntesis acabada de ésta. Falta algún que no podría reflejarse adecuada- su propia luz primordial en conversa-
elemento, una clave de interpretación mente en una sola criatura, aun cuan- ciones de dirección espiritual.
para conocer el unum de su persona- do ésta fuese favorecida por los dones
lidad. más preciosos. Luego, al considerar «Es la armonía»
Acerca del gran fundador de los desde toda la eternidad la multitud de Como hemos visto, en los años de
salesianos, con quien había convivido ángeles y hombres que crearía a fin su juventud Mons. João experimentó
mucho, San José Cafasso dijo de él con de participar de su felicidad, también abundantes consolaciones sobrenatu-
razón: «Don Bosco es un enigma…».1 determinó los distintos aspectos de sí rales en el contacto con aquel que se
Insinuaba así que nadie había abarca- mismo que cada uno de estos seres constituiría guía de sus pasos. Así pues,
do del todo la fisonomía moral de este inteligentes estaría llamado a adorar en una ocasión en la que conversaba en

 Sumario 90      Heraldos del Evangelio · Edición especial


privado con su padre espiritual, le pre- materias que, sólo con mucho esfuer- fiere a toda la creación, desde el más
guntó cuál era su luz primordial, reci- zo, lograba transmitirles a sus alum- ínfimo mineral hasta el más alto de los
biendo sin titubeo una respuesta conci- nos universitarios de posgrado… ángeles, a María Santísima y al mismo
sa pero profunda: «Es la armonía». Jesucristo hombre. Además, abarca
Siendo aún muy joven, el sentido Más allá de la mera la idea de la finalidad de estos seres:
más amplio de esta afirmación no esta- relación humana deben relacionarse en función del or-
ba muy claro para Mons. João en aquel den querido por Dios, para que se pro-
momento, lo que le llevó a pensar que No obstante, si la luz primordial de duzca la verdadera armonía. En otros
se trataba de una referencia a su cono- Mons. João brilló en su relación con términos, la perfección divina que
cida afición por la música. Sin embar- el prójimo, armonizando a miles de Mons. João estaba llamado a repre-
go, el tiempo demostraría el enorme al- personas de los más variados oríge- sentar, alcanza su apogeo sólo cuan-
cance de esa particular vocación suya, nes culturales y sociales, también es do los planes de la Providencia para el
así como —y sobre todo— mani- universo se realizan plenamente.
festaría el grado de clarividencia Esa meta estuvo presente en
que encerraba el aparentemente cada momento de la vida de nues-
sencillo análisis del Dr. Plinio. tro fundador, que, según sus pala-
Entonces, ¿cómo Mons. João bras, se caracterizó por el deseo
reflejó la perfección divina de de «establecer, por amor a Dios
la armonía a lo largo de su exis- — nunca por amor a sí mismo—,
tencia? Ciertamente no fue sólo una relación ordenada entre distin-
por su apostolado a través de la tos seres, tanto mayor cuanto más
música… Quien convivió con él elevados fuesen éstos, […] reali-
se sorprendería al contemplar su zando el encanto de la gran armo-
capacidad para conciliar las más nía que debía existir en el paraíso
diversas realidades, con miras a terrenal entre todos los hombres».5
la realización de los ideales a los Y si parece una exageración filial
que se había entregado. extender ese anhelo al orden de la
Teresita Morazzani

Por citar uno entre miles creación entera, para disipar tal im-
de ejemplos, no era raro que presión basta considerar el empeño
Mons. João congregara a su alre- expresado por Mons. João por or-
dedor un vasto auditorio de ambos denarlo todo según los designios
sexos, con una franja de edad que Su vida se caracterizó por el empeño de
divinos. Y cuando hablamos de
abarcaba desde el comienzo de la ordenarlo todo según los designios divinos, todo incluimos minucias como un
adolescencia hasta la sexta o sép- realizando la armonía que debía existir entre manjar culinario, una verja, una
tima década de la vida. Con total los hombres en el paraíso terrenal granja de animales o la decoración
soltura, disertaba sobre elevados Monseñor João en mayo de 2014 de una sala.
conceptos teológicos, presentándo-
los con tal atractivo que la parte más verdad que ella trascendió el mero Aspiración a la armonía universal
joven de la audiencia podía seguirlos ámbito de las criaturas humanas. Un anhelo tan osado no surgió por
con interés, sin que los mayores deja- Leyendo cierta vez un artículo es- casualidad; tiene una génesis sublime.
ran de sacarle provecho para su propia crito por el Dr. Plinio, nuestro funda- Con acuidad profética, el Dr. Pli-
instrucción y progreso espiritual. dor encontró una definición de armo- nio penetró en los arcanos de la San-
Este particular me recuerda la nía que le ayudó mucho a entender su tísima Trinidad y allí discernió la ple-
ocasión en que un ilustre visitante, vocación: «Existe armonía cuando las nitud, nunca realizada, del plan de la
distinguido prócer del mundo acadé- relaciones entre dos seres son acordes creación. Su percepción se reveló de
mico eclesiástico, se pasaba enfática a la naturaleza y el fin de cada uno. La tal manera completa que llegó a abar-
e inconscientemente la mano por el armonía es el obrar de las cosas unas en car, en una visión de conjunto, no sólo
rostro, lleno de estupor, al ver cómo relación con las otras, según el orden».4 el presente, sino toda la historia. Aho-
Mons. João mantenía la atención de Por consiguiente, el concepto de ra bien, al considerar el recorrido de
un público tan diferente, tratando armonía se revelaba extremadamen- la obra divina desde sus comienzos,
— por cierto, de un modo inédito— te profundo. En primer lugar, se re- pudo comprobar, consternado, cuán-

Edición especial · Heraldos del Evangelio      91 Sumario 


tas veces el demonio logró contra- modo muy sencillo: encontré a lo largo Una meta sublime, sin duda, pero no
riar los designios de la Providencia, de mi camino una serie de estandartes del todo concluida. De hecho, conside-
conquistando ilusorios triunfos en la arrojados al suelo, derrotados, maltre- rada en su amplitud, tal misión trascien-
gran guerra de los siglos. chos, pisoteados, que simbolizaban de con creces todo lo que Mons. João
Hecha esta explicación, el Dr. Pli- las diversas causas que habían tenido consiguió realizar en vida. ¿Cómo po-
nio decidió constituir como ideal de defensores en el pasado y que ya nadie demos entonces entenderla como algo
su vida llevar a cabo el emocionado defendía».6 De la indignación ante se- plausible? ¿Sería una genuina espe-
rescate de ese venerable legado que mejante ultraje a Dios nació el deseo ranza o una mera ilusión?
comprendía todo lo que, a lo largo de de «recibir con amor todas las cosas
los tiempos, formó parte de aquel plan contrarrevolucionarias que el mundo En Dios es donde los hombres
original aparentemente frustrado por rechaza, acogerlas con transportes de cumplen sus misiones
las artimañas de Satanás y por las in- amor. […] Debemos querer albergarlo Aunque decisivas, porque definen
fidelidades de los hombres. Para ello todo. […] Agasajar todos los estandar- su destino eterno, todas las misio-
congregó seguidores y lanzó una re- tes arrojados al suelo y, por amor a la nes específicas que un hombre puede
conquista que llegó a designar como el Virgen, restaurarlos y llenarlos de luz. cumplir en la tierra son, a los ojos de
llamamiento a levantar los estandartes […] Todo, todo, todo. Todo lo que está Dios, tareas menores. Cuando el indi-
caídos al margen de los caminos de la siendo negado, todo lo que está siendo viduo las desempeña adecuadamente
historia. Consideremos algunos de sus pisoteado, tiene un altar en nuestras al- —sirviendo, alabando y reverencian-
comentarios al respecto. mas».7 Y concluía: «¿En qué representa do al Señor— salva su alma y, al llegar
«Mi misión, nuestra misión, que esto una victoria? En el hecho de que al Cielo, conoce su verdadera misión.
es una, se perfiló ante mis ojos de un todos los ideales traicionados o aban- Ésta se cumple junto a la Santísima
donados, todos los deberes no cumpli- Trinidad, en la visión beatífica.
dos, todas las causas no defendidas, Tal afirmación podría sorprender,
que parecían muertos o agonizantes, pero algunos ejemplos pueden hacerla
regresaron al campo de batalla».8 más comprensible. Santiago el Mayor,
Dotado de una especial compren- a pesar de haber ejercido durante muy
sión y amor por esta altísima misión, poco tiempo un apostolado —aparen-
Mons. João pronto percibió que su temente— no muy exitoso, recibió una
llamamiento era plasmar en realida- apasionante misión post mortem como
des concretas las maravillas que habi- «jefe de una cruzada y protector de una
taban el alma del Dr. Plinio, llevando nación»,9 con incalculables frutos para
sus deseos hasta su consumación. Así, la Santa Iglesia y la civilización cris-
muchos de los «estandartes» cuyo tiana. ¿Y qué decir de Santa Teresa del
abandono constituía un desafío del de- Niño Jesús o de tantos otros santos que,
monio a Dios a lo largo de la historia, según una visión humana, no hicieron
fueron erguidos de nuevo y vengados más que asentir a un llamamiento que
por las realizaciones de nuestro funda- nunca lograrían cumplir en vida?
dor, mediante una eximia fidelidad a Ahora bien, ¿cómo podemos aplicar,
gracias extraordinarias y a la persona sin retroceder en el tiempo, este princi-
de su maestro. pio a Mons. João? ¿Cómo pronosticar la
Desde este prisma se explica la realización post mortem de su misión?
odisea esbozada en las páginas de la La respuesta a esta pregunta —como
Stephen Nami

presente edición. Las construcciones, a todas las demás que podríamos plan-
el nuevo estilo de vida, la aprobación tearnos sobre la persona de nuestro fun-
pontificia de tres instituciones, las mil dador— está en Nuestra Señora.
y una formas de apostolado, la doctri-
¡Cuántos «estandartes» de los ideales na inatacable, la absoluta integridad Monseñor João
contrarrevolucionarios, abandonados y el Reino de María
o traicionados a lo largo de la
moral, los innumerables servicios
historia, fueron erguidos de nuevo prestados a la Santa Iglesia: todo nació Primogénita de la creación y espejo
por las realizaciones de Mons. João! de este anhelo de instaurar el orden y cristalino de las perfecciones divinas,
Ceremonia en la basílica de Nuestra la armonía deseados por Dios, cum- María Santísima realiza, en plenitud
Señora del Rosario, Caieiras (Brasil) pliendo su plan para la creación. y en todos sus pormenores, el plan

 Sumario 92      Heraldos del Evangelio · Edición especial


Achernicharo (CC by-sa 4.0)
i
zan
raz
Mo
sita
La Providencia quiso que Mons. João previera el futuro

Tere
reinado de la Virgen, lo ideó en su corazón y, de alguna manera,
lo inició incluso en medio del imperio de la Revolución
Monseñor João en enero de 2022

original de Dios para su obra.10 Ella, En efecto, cuando debido a la cre- Bien podemos decir que, en sus in-
junto con Nuestro Señor Jesucristo, es ciente decadencia generada por este sondables designios, Dios sometió el
el arquetipo no sólo de la humanidad proceso cinco veces secular y en futuro a la límpida correspondencia
sino también de la Santa Iglesia. De avanzado estado de éxito, la huma- de un varón. Cumplida su misión en
estos supuestos se infiere que la his- nidad parecía encaminarse hacia su la tierra, y de alguna manera prolon-
toria constituye el proceso por el cual ocaso, Dios llamó a Mons. João para gada en todos aquellos que lo siguen
el rostro visible de la Esposa Mística que fuera como un istmo mediante sin pretensiones, a pesar de sus mise-
de Cristo se asemejará enteramente a el cual todas las maravillas del pa- rias, Mons. João depositó su decisiva
su sublime modelo, la Virgen Madre, sado que parecían muertas encon- contribución con vistas a la efectiva
«gloriosa, sin mancha ni arruga ni traran, renovadas, una continuidad. realización del plan divino para la
nada semejante, sino santa e inmacu- Aparentemente derrotadas en otro creación, que no es otro sino el Reino
lada» (Ef 5, 27). tiempo, hoy causando asombro a los de María, en el cual se verá atendida
Como parte de este proceso, la Pro- corifeos del falso progreso, se yer- la súplica formulada por el Reden-
videncia hizo que, a través de luces guen ufanas en una obra que durante tor en la oración perfecta: «Hágase
sobrenaturales, que tanto el Dr. Plinio años desafía los tifones del mundo, tu voluntad, así en tierra como en el
como Mons. João previeran el futuro convencida de que al proceder así Cielo».
reinado de Nuestra Señora, lo idearan se convierte en la semilla más fértil De tal convicción, apenas esbo-
en sus corazones y, en el germen que del grandioso porvenir entrevisto no zada en estas pobres líneas, brota un
para ello significaron sus proezas, de sólo por su fundador, sino por tantos himno filial de gratitud a aquel que, a
alguna forma lo empezaran incluso en otros grandes profetas a lo largo de partir del 1 de noviembre de 2024, ini-
medio del imperio de la Revolución. la historia. ció su post misión, en la eternidad. ²

1
AUFFRAY, Augustine. Un del Vaticano-São Paulo: LEV; 6
CORRÊA DE OLIVEIRA, 9
GUÉRANGER, OSB, Prosper.
grand éducateur: Saint Jean Lumen Sapientiæ, 2016, t. IV, Plinio. Reunión. Amparo, El Año Litúrgico. El Tiempo
Bosco. 6.ª ed. Lyon-Paris: Em- pp. 52-53. 16/12/1985. después de Pentecostés. Pri-
manuel Vitte, 1947, p. 485. 4
CORRÊA DE OLIVEIRA, 7
CORRÊA DE OLIVEIRA,
mera Parte. Burgos: Aldecoa,
1955, t. IV, p. 648.
2
Cf. SANTO TOMÁS DE Plinio. «A cruzada do sécu- Plinio. Charla. São Paulo,
AQUINO. Suma Teológica. I, lo XX». In: Catolicismo. Cam- 25/8/1977. 10
Cf. CLÁ DIAS, EP, João
q. 47, a. 1. pos dos Goytacazes. Año I. 8
CORRÊA DE OLIVEIRA,
Scognamiglio. ¡María Santí-
N.º 1 (ene, 1951); p. 1. sima! El Paraíso de Dios re-
3
CLÁ DIAS, EP, João Scogna- Plinio. Reunión. São Paulo,
velado a los hombres. Lima:
miglio. El don de sabiduría en 5
CLÁ DIAS, EP, João Scogna- 5/8/1986.
Heraldos del Evangelio, 2021,
la mente, vida y obra de Pli- miglio. Conferencia. São Pau-
t. II, pp. 36-39.
nio Corrêa de Oliveira. Città lo, 19/2/1998.

Edición especial · Heraldos del Evangelio      93 Sumario 


Solemnes exequias por
Fotos: Leandro Souza / Daniel Letelier / David Ayusso / Stephen Nami / Marcelo Vincenti / Mauricio Reis / Xavier Jacob

Recepción del cuerpo


Numerosos hijos e hijas espiri-
tuales procedentes de distintas na-
ciones, así como incontables fie-
les acudieron el día 1 de noviem-
bre de 2024 a la basílica de Nues-
tra Señora del Rosario, de Caiei-
ras (Brasil), para las solemnes exe-
quias de Mons. João Scognami-
glio Clá Dias, EP. Las ceremonias
comenzaron con la recepción del
cuerpo, que fue homenajeado con
honras fúnebres en el patio conti-
guo a la iglesia, seguida de la as-
persión del cuerpo de Mons. João
con agua bendita, en memoria de
su bautismo y de su participación
en la Pasión, Muerte y Resurrec-
ción de Nuestro Señor Jesucristo.

 Sumario 94      Heraldos del Evangelio · Edición especial


especial
el alma de Mons. João

Misa y apertura de la
vigilia exequial
Recordando que vivimos como
peregrinos en esta tierra del exilio, y
que la muerte es un paso hacia nues-
tra Patria definitiva, la Jerusalén ce-
lestial, el féretro ingresó procesio-
nalmente en la basílica y fue depo-
sitado a la entrada del presbiterio.
Junto a él permaneció el cirio pas-
cual, signo de la victoria de Cristo
sobre la muerte. Tras la solemne eu-
caristía concelebrada, comenzó la
vigilia exequial.

especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio      95 Sumario 
Santa misa exequial
En medio de una afluencia constante de fieles, el 2 de noviembre se ce-
lebró la segunda misa exequial. Finalizada la solemne concelebración, le si-
guió el canto de las letanías ante el féretro por el eterno descanso de Mons.
João. Inspiradas en la Sagrada Escritura, estas oraciones tienen como ob-
jetivo consolar a los fieles mediante la consideración de las alegrías eternas
junto a Dios y a sus ángeles y santos.

 Sumario 96      Heraldos del Evangelio · Edición especial


especial
Misa con el rito de la
última encomendación y despedida
La santa misa celebrada el día 3 de noviembre ponía fin a las ceremo-
nias exequiales de Mons. João. Tras la solemne eucaristía, le siguió el rito
de la última encomendación y despedida, en el que el cuerpo era aspergido
con agua bendita e incensado una postrera vez, antes de partir al entierro.
Se diría que todo había acabado. Para los que tienen fe, no obstante, en ese
momento todo empezaba. Sí, la biografía de Mons. João no terminó con
el fin de su vida terrena, pues la parte más activa de la existencia del hom-
bre consiste en actuar y obrar en Dios, después de la muerte.

especial · Heraldos
Edición especial del Evangelio      97 Sumario 
Sobre la piedra edificaré
mi desafío
Junto a una de las ciudades más grandes del mundo —la São Paulo
de los edificios aplastantes, del hormigón, del asfalto, del
alquitrán, de lo ceniciento, en definitiva— surge un edificio
rebosante de colores, de luz, de vida. ¿De qué se trata?
õ Raúl Eduardo Ríos Portillo

l universo mineral frases, párrafos, capítulos enteros:


siempre ha ejerci- entonces surgieron las pirámides
do una misteriosa de Egipto, el Partenón de los grie-
y paradójica fas- gos, el templo de Salomón.
cinación sobre la No obstante, el «libro de la huma-
humanidad. El hombre es in- nidad» tiene una curiosidad: aunque
comparablemente más noble variado, conserva un mismo lengua-
que las piedras, que ni tienen je a lo largo de todas sus páginas.
vida ni se mueven; sin embar- Irónicamente, no hubo una torre de
go, esos mismos títulos que las Babel para los edificios. Éstos siem-
hacen inferiores a nosotros les pre se han comunicado y hasta el día
confieren un modo de superioridad: de hoy se comunican en un único
al ser inmóviles, se vuelven en cier- idioma: el del símbolo. Cada una de
to sentido inmutables; muertas, se esas construcciones representa una
revisten de perennidad. concepción de la vida, del universo y
En consecuencia, el hombre ha —principalmente— de Dios que, a
buscado desde tiempos inmemo- su momento, es situado por el hom-
riales eternizarse en monumentos. bre en el lugar que le corresponde en
Cierto autor clásico tenía razón la historia.
cuando afirmaba que la arquitec- El templo de Salomón tuvo su
tura ha sido, desde el origen de la época, pero hubo de curvarse ante
civilización hasta el siglo xv, «el el zigurat babilónico. Más adelan-
gran libro de la humanidad». te, vemos al Partenón griego impo-
Como toda obra de autoría co- niéndose, seguido por el Panteón
lectiva, este libro presenta una no- romano. Éste último también fue
toria diversidad de estilos. En sus barrido a su vez y, sobre las ce-
primeras páginas sólo figuran le- nizas de la gloria latina, surgió el
tras dispersas: por recordar un he- románico.
cho de la Antigüedad, se erigía una Ahora bien, toda narrativa tiene
simple estela. Pero estos jeroglífi- momentos de clímax. Si podemos
cos aislados se fueron agrupando comparar la historia de la arquitec-
poco a poco y, según el desarrollo tura con un libro, sin duda el período
natural de cada nación, formaron que siguió al románico fue uno de

 Sumario
esos auges. Por toda Europa, de las de él de nuevo, es verdad; pero ya por el Inmaculado Corazón de Ma-
paredes oscuras de las iglesias bro- no con amor, sino con hostilidad. ría para su Reino— fue capaz de
taron luz y colores: los vitrales. Las No se trataría ya de elevarse para idear y poner en marcha esta obra
arcadas, que adquirían altura y leve- alcanzar el Paraíso, sino para agre- titánica, estando presente a cada
dad, se convirtieron en estructuras dirlo: llegaría la era de los rasca- paso, dirigiendo, perfeccionando,
que apuntaban al cielo. En la arqui- cielos. estimulando, entusiasmando. No
tectura cristiana sucedió lo mismo Si el Renacimiento constituyó hay duda de que las formas, los co-
que con el bastón seco de San José: un crepúsculo, la época contem- lores, los diseños, todo nace de su
un milagroso florecimiento de li- poránea es noche. Si seguimos a audaz corazón.
rios. Por eso Raúl Glaber, contem- este ritmo, ¿qué vendrá después? Como toda causa es mayor que
poráneo de estos hechos, afirmó ad- Se diría que el libro de la humani- su efecto, parece lógico concluir
mirado: «Era como si el mundo se dad sólo podría terminar en trage- que estos maravillosos templos se
sacudiera y, despojado de su vetus- dia; pareciera mejor interrumpir extienden hoy por el orbe porque en
tez, se revistiera de un blanco manto su redacción como mal menor. su origen hay un alma «mayor que
de iglesias».1 Pero no. el templo» (Mt 12, 6). No obstante,
Nacía el gótico, una obra con- De repente, en un continente que tal afirmación constituye única-
jugada de un pueblo. Ahí la escul- no conoció el gótico —o al menos mente una parte de la realidad. Si
tura, la pintura, la música, en fin, no lo conoció vivo— se produce un nos detuviéramos aquí, veríamos a
todas las artes se aliaban al servi- fenómeno aún más admirable que un genio, pero nos olvidaríamos del
cio de la arquitectura, porque ésta el ocurrido en el período medieval. luchador; tendríamos a un visiona-
servía a Dios. Se trataba de un sím- Junto a una de las ciudades más rio, pero se nos escaparía el profeta.
bolo perfecto de la sociedad me- grandes del mundo —la São Paulo «Le ciel est gothique» —el cielo
dieval, una época en que la jerar- de los edificios aplastantes, de las es gótico—, afirmó de manera aná-
quía humana unía esfuerzos para avenidas cacofónicas, del hormi- loga nuestro fundador en 2013, en
dedicarse mejor al Altísimo y «la gón, del asfalto, del alquitrán, de lo una entrevista a determinada revis-
filosofía del Evangelio gobernaba ceniciento, en definitiva— surge un ta francesa, cuando le preguntaron
los Estados».2 La catedral era una edificio rebosante de colores, de luz, acerca de la razón de nuestro estilo.
teocracia plasmada en edificio. de vida. ¿De qué se trata? Mirabile Si el mundo piensa que ha conse-
Parecería entonces que el tejido dictu, de una iglesia. guido enterrar lo sobrenatural, se-
arquitectural de la humanidad ha- A una velocidad sorprendente, llando su victoria con una losa de
bía alcanzado un ápice. Después construcciones similares se multi- hormigón, hay quien proclama lo
de todo, se había establecido allí plican por todo Brasil y más allá: las contrario.
el Reino de Cristo. Sin embargo, el obras aumentan en América y ¡lle- Pero las palabras no bastan. Vue-
curso vital del gótico se interrum- gan hasta África! Se diría que es una lan, y tal vez alguien pueda fingir
pió. A partir del siglo xvi, la arqui- especie de incendio, a modo del fue- no haberlas escuchado. Pues bien,
tectura se volvió un insípido arte go nuevo que se propaga en la cere- que quede escrito en la roca el de-
clásico, inspirado en la Grecia y monia de la Vigilia pascual. ¿Cómo safío: hay un Cielo, y llegará el día
Roma paganas. Comenzaba la fase definir este fenómeno? ¿Un renaci- en que transformará la tierra. Así,
de decadencia que llaman Renaci- miento? No. Una resurrección. la respuesta a la insolencia de este
miento, el ocaso que tantos toman Habría mil maneras de presentar mundo se transforma en el prenun-
por aurora. la génesis del estilo arquitectónico cio de un nuevo orden de cosas.
Sí, ocaso, porque a partir de ahí de los Heraldos del Evangelio. De Y las construcciones ideadas por
la arquitectura religiosa dio paso entrada, sería imposible no men- Mons. João se convierten en gigan-
a la arquitectura profana. Poco a cionar a Mons. João, el cual —cum- tescas profecías de piedra. ²
poco se acabó la fase de los tem- pliendo el deseo de su padre espiri-
plos y empezó la fase de los pala- tual y maestro, el Prof. Plinio Co-
Gustavo Kralj

cios. Las construcciones se volvie- rrêa de Oliveira, de ver nacer cons- 1


RAÚL GLABER. Historiarum sui tem-
ron hacia este mundo y se olvida- trucciones que, de alguna manera, poris. L. III, c. 4: PL 142, 651.
ron del Cielo. Pronto se acordarían reflejaran las gracias conquistadas 2
LEÓN XIII. Immortale Dei, n.º 9.

Sumario 
David Ayusso
Juán Tavárez

Capilla de Nuestra Señora del Pilar, Complejo de la casa de forma


Ubatuba (Brasil) A la izquierda, edificio Tri
basílica de Nuestra
Iglesia de Nuestra Señora de Fátima,
Tocancipá (Colombia)
Juan Carlos Villagómez
Theresa Thuy

1 2
Mauricio Reis

Ivano Gavilanes

Mauro Taniguchi

3 4
Vestíbulo d
Triunfo
1. Casa Monte Carmelo, Caieiras (Brasil); 2. Casa Lumen Prophetæ, Franco da Rocha (Brasil);
3. y 4. Vestíbulo y comedor de esta misma casa
Leandro Souza
lj
Kra

Thiago Tamura
st avo
Gu

ación Thabor, Caieiras (Brasil). Basílica de Nuestra Señora


iunfo Marial; a la derecha, del Rosario de Fátima, Cotia (Brasil)
a Señora del Rosario
Basílica de Nuestra Señora del Rosario,
Caieiras (Brasil)
Ivano Gavilanes

Daniel Gomes
5 6
João Paulo Rodrigues

Stephen Nami

7 8
del edificio
o Marial
5. Oratorio de Nuestra Señora de la Reconquista, Medellín (Colombia); 6. Basílica de Nuestra Señora del Rosario de
Fátima, Cotia (Brasil); 7. Uno de los salones de la casa de formación Thabor; 8. Pasillos del edificio Triunfo Marial
¡Seréis abrazados como yo lo fui!

L legará el día, y no está lejos, en que María abrazará a sus hijos fieles, como tuvo la bon-
dad de abrazarme a mí. He aquí una promesa que, apoyado en lo que la gracia sopla
en mí, les hago a quienes leen estas líneas: «Si sois verdaderos hijos de Nuestra Señora, es de-
cir, si os dejáis amar por Ella, seréis abrazados como una vez lo fui yo». Y este abrazo nos
preparará para el abrazo eterno que Ella nos dará en el Cielo cuando, no por nuestros méri-
tos sino por su misericordia, lleguemos allí.
Archivo Revista

Mons. João Scognamiglio Clá Dias, EP

Monseñor João en el santuario de la Madre del Buen Consejo, Genazzano (Italia), en 2002

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