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Ensayo de Educacion

Educacion

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Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán Vicerrectoría

Académica

Facultad de Ciencias de la Educación

Departamento de Educación Prebásica

Diseño y Desarrollo Curricular

Ensayo sobre “La Educación encierra un tesoro”

Catedrática:

Lic.: Tania Melina Euceda

Estudiante: Norma Clementina Lozano Borjas

Registro: 824199500301

Tegucigalpa, lunes 28 de octubre de 2024


Ensayo: "La educación encierra un tesoro"

Hoy en día la educación es uno de los mayores tesoros de la humanidad. A lo largo de la


historia, ha sido vista no solo como un medio para transmitir conocimientos y
habilidades, sino como un pilar fundamental para el desarrollo de las sociedades. Este
"tesoro" no radica únicamente en el aprendizaje de información práctica o teórica, sino
en la formación de personas críticas, creativas y éticas, capaces de aportar al mundo de
manera significativa.

Desde tiempos antiguos, filósofos como Platón y Aristóteles reconocieron la


importancia de la educación en el desarrollo humano. Platón afirmaba que la educación
era una especie de "luz" que permite al individuo ver la realidad más allá de las
apariencias. Esta metáfora se mantiene vigente: la educación sigue siendo un faro que
guía a las personas hacia la libertad de pensamiento y la realización personal. El
conocimiento, cuando se adquiere, no solo transforma al individuo, sino que también
impacta a la sociedad. A través de la educación, se logra el progreso en ciencia, arte,
política y ética.

Sin embargo, aunque la educación encierra un tesoro invaluable, su acceso no siempre


ha sido igualitario. En muchos lugares del mundo, existen barreras como la pobreza, las
desigualdades de género y las diferencias culturales que dificultan el acceso a una
educación de calidad. Esto plantea la necesidad de valorar y proteger la educación como
un derecho fundamental, asegurando que cada persona tenga la oportunidad de acceder
a ella, sin importar su origen o condición social.

Además, la educación va más allá de los conocimientos académicos. Implica el


desarrollo de habilidades blandas, como la empatía, la comunicación, la resolución de
conflictos y la toma de decisiones éticas. En un mundo en constante cambio, el
conocimiento técnico se vuelve obsoleto rápidamente, pero la capacidad de aprender a
aprender y adaptarse a nuevas realidades es lo que realmente prepara a una persona para
el futuro. Este tipo de habilidades son también parte de ese "tesoro" que encierra la
educación, ya que permiten a los individuos enfrentar con éxito los retos de la vida.

Quizás no sea necesario recalcarlo, pero la Comisión ha pensado ante todo en los niños
y los adolescentes, en aquellos que el día de mañana tomarán el relevo de las
generaciones adultas, demasiado inclinadas a concentrarse en sus propios problemas. La
educación es también un clamor de amor por la infancia, por la juventud que tenemos
que integrar en nuestras sociedades en el lugar que les corresponde, en el sistema
educativo indudablemente pero también en la familia, en la comunidad de base, en la
nación. Hay que recordar constantemente este deber elemental para que inclusive las
decisiones políticas, económicas y financieras lo tengan más en cuenta. Parafraseando
las palabras del poeta, el niño es el futuro del hombre.

En el ámbito económico, la educación es un factor determinante para el crecimiento de


un país. Las naciones que invierten en educación tienden a tener una fuerza laboral más
capacitada, lo que se traduce en mayor productividad y competitividad. La formación
técnica y profesional, en particular, es vital en un mundo donde las industrias requieren
habilidades específicas y adaptabilidad ante los constantes cambios tecnológicos.

Sin duda, la educación superior es fundamental para la innovación. Las universidades y


centros de investigación son focos de desarrollo de nuevas ideas y tecnologías que
pueden transformar sectores enteros de la economía. Invertir en educación no solo
mejora la calidad de vida de los individuos, sino que también fortalece la economía de
un país, creando un círculo virtuoso de crecimiento y desarrollo.

De esta manera, la educación promueve la cohesión social. Al enseñar valores como el


respeto, la tolerancia y la solidaridad, las instituciones educativas desempeñan un papel
crucial en la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con su
comunidad. Esto, a su vez, se traduce en un entorno más pacífico y colaborativo, donde
las diferencias se manejan de manera constructiva.

A nivel personal, la educación es una herramienta de empoderamiento. Proporciona a


las personas las habilidades necesarias para tomar decisiones informadas y participar
activamente en la sociedad. La educación no se limita al aprendizaje académico;
también abarca el desarrollo emocional y social.

El acceso a una educación de calidad también impacta la salud y el bienestar. Estudios


han demostrado que las personas educadas tienden a llevar estilos de vida más
saludables, lo que se traduce en menores tasas de enfermedades y, en consecuencia, en
una mejor calidad de vida. La educación fomenta una conciencia crítica que permite a
los individuos tomar decisiones más acertadas en todos los aspectos de su vida.

A pesar de sus beneficios, la educación enfrenta numerosos desafíos en el mundo


contemporáneo. La inequidad en el acceso a una educación de calidad sigue siendo un
problema en muchos países, especialmente en aquellos en vías de desarrollo. La falta de
recursos, infraestructura y personal capacitado limita las oportunidades para millones de
personas.

Además, la educación debe adaptarse a las nuevas realidades del siglo XXI. La
revolución tecnológica exige que los sistemas educativos incorporen habilidades
digitales y enfoques innovadores de enseñanza. Esto implica un cambio de paradigma,
donde el aprendizaje continuo y la educación a lo largo de la vida se convierten en la
norma.

Sin embargo, la globalidad también nos ofrece sensibilizarnos, encontrar propósitos y


metas en conjunto, hacer algo por los más vulnerables, tender la mano a quien lo
requiera, nos humaniza con la tolerancia y empatía. Abre las puertas a un mundo de
posibilidades antes inimaginables, en este caso me refiero a las oportunidades en
materia educativa, entre ellas, la educación a distancia, el intercambio cultural e
informativo, la inmediatez de los procesos, el avance tecnológico y científico que nos da
de nuevo la posibilidad de acercarnos a ese mundo que parecía para muchos lejano, y
para otros inexistente.

También el fenómeno global nos da de nuevo la oportunidad de cambiar el futuro de los


seres humanos, estamos hoy en día ante la posibilidad de entrar de nuevo el sentido de
la vida misma, se útiles y ser felices.

La UNESCO tiene como objetivo fundamental, promover la IGUALDAD en todos los


sentidos, sobre todo en grupos más vulnerables como las mujeres y los niños, a quienes
en muchos lugares se les truncan o se les limita la educación académica, ya sea por
necesidades económicas, por aspectos culturales, políticos, o por falta de docentes
capacitados y/o planes de estudios elaborados especialmente para las comunidades a las
que pertenecen, de tal forma que, al aportarles beneficios de crecimiento sustentables
por medio de la educación de sus integrantes, se abrirá la posibilidad de implementarla
como parte fundamental en donde antes ni siquiera se había escuchado como concepto.
Jaques Delors no solo nos habla de la realidad de la sociedad mundial actual, no es un
crítico que solo enfatice las debilidades de esta. Se lee como un personaje que da
opciones, que muestra un camino, que nos abre un abanico de áreas de oportunidad; se
lee como alguien que tiene fe en las personas y por lo tanto en todas las instituciones.
Su forma amable e incluyente de escribir, contagia, porque me hace pensar en la
posibilidad que tengo de ser parte de ese cambio. Delors da estrategias, da formas, da
motivos, da experiencias, da opciones, da recomendaciones que la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) difunden para
lograr metas hasta ayer inalcanzables en materia educativa.

En efecto, entre el egreso del ciclo primario y la incorporación a la vida activa o el


ingreso en la enseñanza superior, se decide el destino de millones de jóvenes, varones y
niñas. Y es ése el punto flaco de nuestros sistemas educativos, por un exceso de
elitismo, porque no logran canalizar fenómenos de masificación o porque pecan de
inercia y son refractarios a cualquier adaptación. Justamente cuando los jóvenes se
enfrentan con los problemas dela adolescencia, cuando en cierto sentido se consideran
maduros pero en realidad sufren de una falta de madurez y el futuro suscita en ellos más
ansiedad que despreocupación, lo importante es ofrecerles lugares de aprendizaje y de
descubrimiento, darles los instrumentos necesarios para pensar y preparar su porvenir,
di versificar las trayectorias en función de sus capacidades, pero también asegurar que
las perspectivas de futuro no se cierren y que siempre sea posible reparar los errores o
corregir la trayectoria.

Los adolescentes de ahora se están acostumbrando a las tragedias mundiales, a la


muerte, a convivir con la injusticia y la intolerancia, es por eso por lo que se retoma a la
educación a lo largo de toda la vida, como única vía hacia la paz, libertad y justicia que
necesita el mundo. Si no se le pone atención a la educación desde una perspectiva global
y como elemento necesario e insustituible, será casi imposible enfrentar las condiciones
en las que vivimos. Hoy en día somos creativos para ponerle nombre a las
circunstancias adversas que rodean a nuestra sociedad, mientras que los conceptos que
humanizan van perdiendo valor. Antes creías en la palabra, hoy se necesitan contratos y
testigos; antes pedíamos a gritos vida, hoy pedimos el derecho a la muerte; antes se
cortaba la mano al ladrón, hoy se tortura a inocentes sin razón; antes se tenía vocación,
hoy solo ayuda la necesidad; antes se le cantaba al amor, ahora es más difícil sentir
amor; antes la familia era lo importante, ahora los amigos son la familia; en fin, son
muchos los aspectos a tratar en este cambiaron tan repentino de la sociedad.

Se exige mucho al docente, incluso demasiado, cuando se espera que colme las carencias de
otras instituciones también responsables de la enseñanza y la formación de los jóvenes. Mucho
se le pide, mientras que el mundo exterior entra cada vez más en la escuela, en particular a
través de los nuevos medios de información y comunicación. Así pues, el maestro se encuentra
ante jóvenes menos apoyados por las familias o los movimientos religiosos, pero más
informados. Por consiguiente, debe tener en cuenta ese nuevo contexto para hacerse escuchar y
comprender por los jóvenes, para despertar en ellos el deseo de aprender y para hacerles ver que
la información noes conocimiento, que éste exige esfuerzo, atención, rigor y voluntad.

Con o sin razón, el maestro tiene la impresión de estar solo, no únicamente porque
ejerce una actividad individual, sino debido a las expectativas que suscita la enseñanza y
a las críticas, muchas veces injustas, de que es objeto. Ante todo, desea que se respete su
dignidad. Por otra parte, la mayoría de los docentes pertenecen a organizaciones
sindicales a menudo poderosas y en las que existe -por qué negarlo- un espíritu
corporativo de defensa de sus intereses. S

Por todas estas razones, nos parece que debe imponerse el concepto de educación durante toda
la vida con sus ventajas de flexibilidad, diversidad y accesibilidad en el tiempo y el espacio. Es
la idea de educación permanente lo que ha de ser al mismo tiempo reconsiderado y ampliado,
porque además de las necesarias adaptaciones relacionadas con las mutaciones de la vida
profesional, debe ser una estructuración continua de la persona humana, de su conocimiento y
sus aptitudes, pero también de su facultad de juicio y acción. Debe permitirle tomar conciencia
de sí misma y de su medio ambiente e invitarla a desempeñar su función social en el trabajo y la
ciudad.

Dicho de otro modo, la educación es también una experiencia social, en la que el niño
va conociéndose, enriqueciendo sus relaciones con los demás, adquiriendo las bases de
los conocimientos teóricos y prácticos. Esta experiencia debe iniciarse antes de la edad
escolar obligatoria según diferentes formas en función de la situación, pero las familias
y las comunidades locales deben involucrarse.

En conclusión, la educación es un tesoro no solo porque permite la adquisición de


conocimientos, sino porque transforma a las personas y sociedades, haciendo del mundo
un lugar más justo, equitativo y progresivo. Apostar por la educación es invertir en el
futuro de la humanidad, en un tesoro que nunca pierde valor y que, al contrario, se
multiplica al ser compartido.

"La educación encierra un tesoro" es una afirmación que resuena con fuerza en el
contexto actual. La educación es la clave para desbloquear el potencial de los individuos
y las sociedades, impulsando el desarrollo social, económico y personal. Aunque
existen desafíos significativos que deben abordarse, la inversión en educación es un
camino seguro hacia un futuro más equitativo y próspero. En un mundo en constante
cambio, es imperativo que sigamos valorando y promoviendo la educación como un
tesoro que debemos cuidar y expandir.

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