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1 Introducción A Las Bienaventuranzas

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Tema: El sermón del monte

Título: Las bienaventuranzas


Texto: Mateo 4:23 - 5:2

Introducción:
La palabra "bienaventurado" viene de la palabra griega MAKARIOS que
significa "dichoso".
Cuando Jesús nos dice vs 11 bienaventurados sois cuando por mi
causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra
vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es
grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron
antes de vosotros. Estamos frente a un hecho que es imposible para
un inconverso por esto debemos entender cada una de estas
enseñanzas es para los cristianos y en su debido contexto como vamos
a estudiar.
Los cristianos debemos vivir en el temor de Dios. Todos aceptaron la
enseñanza del apóstol Pablo cuando escribe, 'Es necesario que todos
nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea
bueno o sea malo' 2Co. 5:10. Esto se les dice a los cristianos. Pero al
cristiano de hoy no le gusta; dice que no va con él. Pero esto enseña el
apóstol Pablo igual que lo enseñó el Sermón del Monte. 'Es necesario
que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo';
'Conociendo, pues, el temor del Señor.' El juicio se acerca y va a
comenzar por 'la casa de Dios', como es lógico, dado lo que decimos
ser. Toda la sección final del Sermón del Monte insiste en estas ideas.
Siempre deberíamos andar y vivir con desconfianza de la carne, de
nosotros mismos, sabiendo que tenemos que comparecer ante Dios y

1
ser juzgados por El. Es una 'puerta estrecha,' es un 'camino estrecho',
el que conduce a la vida, que es vida de verdad.
Lo más importante es que debemos siempre recordar que el Sermón
del Monte es una descripción de una forma de ser y no un código de
ética o moral. No ha de considerarse como ley como una especie de
'Diez Mandamientos' o conjunto de normas y reglas que debemos
observar sino más bien como una descripción de lo que los cristianos
debemos ser, ilustrado en algunos aspectos concretos. Es como si
nuestro Señor dijera, 'Por ser lo que eres, así debes de considerar la
ley y vivirla.' De esto se sigue que cada mandato concreto no ha de
considerarse y luego aplicarse en una forma mecánica o al pie de la
letra, porque esto la haría ridícula. La gente lee este Sermón y dice por
ejemplo: 'Tomemos Este mandato, "Al que quiera ponerte a pleito y
quitarte la túnica, déjale también la capa." Si lo hiciéramos así pronto
no nos quedaría nada para ponernos. Esta no es la forma de
considerarlo. Lo que se inculca es que debería tener tal
convencimiento que bajo ciertas circunstancias y condiciones, debo
hacer precisamente esto entregar la capa, o andar un kilómetro más.
No se trata de una regla rígida que hay que aplicar; pero si es la
voluntad de Dios y por su gloria, estoy dispuesto a hacerlo. Todo lo
que soy y tengo es de Él, y no mío.
Pero cada una de estas enseñanzas tiene un sentido que veremos de
aquí en adelante y como muchas veces se ridiculiza estas enseñanzas.

Proposición: Nuestra conducta diaria debe ser producto de una vida


transformada por el Espíritu y no el cumplimiento de una norma

2
¿Cómo?
¡Todo hijo de Dios debe entregar sus caprichos a Dios para que Él
mismo Señor cambie su carácter al carácter de Cristo!

I El cristiano del sermón del monte


Aquí tenemos, no sólo un análisis general del Sermón del Monte, sino
también un retrato y presentación completa del cristiano. Ciertos
rasgos caracterizan siempre al cristiano, y éstos son ciertamente los
tres principios más importantes.
El cristiano debe preocuparse por cumplir con la ley de Dios. No
estamos 'bajo la ley' pero todavía tenemos que observar la 'justicia de
la ley' ha de 'cumplirse en nosotros', dice el apóstol Pablo escribiendo
a los Rom. 8:3,4. Así, el cristiano es alguien que vive siempre
preocupado por vivir la ley de Dios y cumplirla. Aquí en el sermón del
monte se le recuerda cómo ha de conseguirlo.
Además uno de los hechos esenciales y más obvios acerca del
cristiano es que es un hombre que vive siempre consciente de que
está en la presencia de Dios. El mundo no vive así; ésta es la gran
diferencia entre el cristiano y el que no lo es.
El cristiano es alguien que siempre debería actuar según su relación
íntima con Dios. No es, por así decirlo, independiente. Es hijo de Dios,
de modo que todo lo que hace, lo hace desde esta perspectiva de
agradarle. Por esto el cristiano, por necesidad, debería ver todo lo que
le sucede en este mundo en una forma completamente distinta de los
demás. El Nuevo Testamento insiste en esto muchas veces.
Es lo que vemos en Mat. 6:25-26 no es que diga que todo esto no
importa, sino que no constituyen su preocupación principal, no vive

3
para ellas. El cristiano no se siente atado a este mundo ni a sus
preocupaciones. ¿Por qué? Porque pertenece a otro reino y de otra
manera. No se aísla del mundo, el Sermón del Monte no te dice que te
aísles para poder vivir una vida cristiana. Pero sí dice que tu actitud es
completamente distinta de la del mundo, debido a la relación que
tienes con Dios y a tu completa dependencia de Él.
El hijo de Dios nunca debería preocuparse por las circunstancias en
que se ve envuelto en este mundo, dada la relación que tiene con
Dios.
Lo tercero El cristiano es alguien que siempre anda en el temor de Dios
no temor pusilánime, porque el amor perfecto excluye dicho temor. No
sólo se acerca a Dios tal como dice la Carta a los Hebreos, Heb. 12:28
'con temor y reverencia', sino que vive toda su vida de este modo. El
cristiano es el único que vive en este mundo bajo esta impresión de
juicio. Debe hacerlo así porque nuestro Señor le dice que lo haga. Le
dice que va a ser juzgado por lo que edifique, que va a llegar el
momento del juicio. Le dice que no use vanas repeticiones, que no
dependa de las normas y legalismos como si ello fuera necesario y
suficiente, porque se acerca el juicio, de manos de Alguien que ve el
corazón. No se fija en la vestimenta de la oveja sino en lo que hay
adentro. Ahora bien, el cristiano es alguien que siempre recuerda esto.
El carácter benigno y la actitud descrita por nuestro Señor en estos vs,
no se pueden obtener con esfuerzo propio, mas bien se forjan en el
cristiano por la obra del Espíritu Santo que mora en él. 1Cor. 3:16.
Cristo también aquí nos declara que ha venido para cumplir la ley vs
17 y que la actitud que tengamos respecto a esta ley va a determinar
nuestro lugar en el reino vs 19.

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En este sermón Cristo declara también que Él ha venido para cumplir
la ley vs 17, y decirnos que la ley tiene que ver con acciones y
pensamientos vs 27-28. Además abrogar ciertas concesiones que se
habían hecho por la dureza del corazón vs 31-32.
Aquí se presenta el perfecto estándar de justicia requerido por la ley
vs48, demostrando así que todos los hombres son pecadores y que no
alcanzan el estándar de Dios y por lo tanto es imposible la salvación
por las obras de la ley Rom. 3:20,23. Aunque ahora no estamos bajo la
ley Rom. 6:14 tanto la ley mosaica y el sermón del monte son parte de
las sagradas escrituras y toda la escritura 2Tim. 3:16.

II Quien cumplirá con el sermón del monte


Quien vive por el sermón del monte es la clase de hombre que debe
llamar nuestro respeto y admiración, porque sólo él es
verdaderamente feliz o dichoso.
La felicidad es el gran problema del género humano. Todo el mundo
anhela la felicidad y es trágico ver en qué formas tratan de alcanzarla.
La gran mayoría, por desgracia, lo hacen en una forma tal que no
puede sino producir calamidades. Cualquier cosa que, eludiendo las
dificultades, produce la felicidad de alguien momentáneamente, solo
logra aumentar los problemas y la calamidad. En esto se manifiesta el
engaño absoluto del pecado; ofrece siempre felicidad ahora ya, y
conduce siempre a la infelicidad y a la desdicha y calamidad final. El
Sermón del Monte dice, sin embargo, que si se desea ser
verdaderamente feliz, esta es la forma. Esta y sólo esta es la clase de

5
persona que es verdaderamente feliz, que es realmente dichosa. Esta
es la clase de persona que ha de ser felicitada.
Lo primero que debemos entender es, todos los cristianos debemos
procurar este nivel espiritual. En la bienaventuranzas encontraremos
una descripción de lo que ha de ser el cristiano. No es la simple
descripción de ayunos cristianos excepcionales. Nuestro Señor no dice
que va a describir cómo van a ser algunos seres extraordinarios en
este mundo. Describe a cada uno de los cristianos.
En la Biblia no se encuentra distinción entre clérigos y laicos o cosas
semejantes. Se distingue entre oficios: apóstoles, profetas, maestros,
pastores, evangelistas, y así sucesivamente. Pero estas
Bienaventuranzas no describen oficios; son una descripción del
carácter del cristiano. Y bajo el punto de vista del carácter, y de lo
que debemos ser, no hay diferencia ninguna entre un cristiano y otro.
Todos hemos de ser ejemplos de todo lo que se contiene en estas
Bienaventuranzas. Por consiguiente descartemos de una vez por toda
esta idea falsa de los santos con aureolas. No es tan sólo una
descripción de los Hudson Taylors o de los George Müllers o de los
Whitefields o Wesleys de este mundo; es una descripción de todos los
cristianos. Todos nosotros hemos de conformarnos a sus pautas y
elevarnos a la norma que establece.
 Todos los cristianos deben manifestar todas estas características.

No sólo son para todos los cristianos, sino todos los cristianos han de
manifestarlas todas estas virtudes. En otras palabras no es que
algunos han de manifestar una característica y otros manifestar otra.
No es adecuado decir que unos han de ser 'pobres en espíritu,' y otros

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han de 'llorar,' y algunos han de ser 'mansos.' y otros han de ser
'pacificadores,' y así sucesivamente. No; todo cristiano ha de ser todas
estas cosas, ha de manifestarlas todas, al mismo tiempo. Creo, sin
embargo, que es cierto y justo decir que en algunos cristianos algunas
de estas cosas se verán más que otras; pero esto no es porque ha de
ser así. Se debe sólo a las imperfecciones que hay en nosotros.
Cuando los cristianos seamos por fin perfectos, todos manifestarán
todas estas características.
Las Bienaventuranzas son un todo completo que no se puede dividir;
de modo que, si bien una puede manifestarse de una manera más
evidente en una persona que en otra, están todas presentes. Las
proporciones relativas pueden variar, pero están todas presentes, y
tienen que estar todas presentes al mismo tiempo.

III Solo la gracia y el Espíritu Santo.


Ninguna de estas descripciones se refiere a lo que podemos llamar una
tendencia natural. Cada una de ellas es por completo una disposición
que sólo la gracia y la acción del Espíritu Santo en nosotros puede
producir. Nunca podría poner esto suficientemente de relieve Nadie
responde naturalmente a las descripciones que se dan de las
Bienaventuranzas, y debemos tener sumo cuidado en distinguir bien
claramente entre las cualidades espirituales que se describen en ese
pasaje y las cualidades humanas que se asemejan a aquéllas.
Hay personas que parecen naturalmente 'pobres de espíritu;' esto no
es lo que nuestro Señor describe. Hay personas que parecen ser
naturalmente ‘mansas;' pero la mansedumbre de la que Cristo habla
no es la que parece ser mansedumbre natural en una persona no

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regenerada. No se trata de cualidades naturales; nadie es así de
nacimiento y por naturaleza.
Se trata de algo muy sutil que resulta difícil para muchos. Dicen:
'Conozco a una persona que no es cristiana, que nunca va a ninguna
iglesia, que nunca lee la Biblia, que nunca ora, y que nos dice con toda
franqueza que no le interesa nada de esto. Pero, la verdad es que me
parece que es más cristiana que muchas personas que sí van a la
iglesia y que oran. Siempre se muestra educada y cortés, nunca habla
con aspereza ni juzga a los demás, y siempre hace todo el bien que
puede.' Tales personas miran ciertas características de la persona de
la que hablan y dicen, 'No cabe duda de que las Bienaventuranzas
saltan a la vista; esta persona debe ser cristiana aunque niegue la fe.'
Esta es la clase de confusión que a menudo se suscita por no tener
ideas claras a ese respecto.
Lo que tenemos en cada una de las Bienaventuranzas no es una
descripción de un temperamento natural, sino más bien una
disposición y cambio de vida que la gracia produce.
Tomemos esa persona que por naturaleza parece ser tan buen
cristiano. Si se trata en realidad de una condición o estado que
armoniza con las Bienaventuranzas, me parece que es falso, porque es
algo de temperamento natural. Ahora bien nadie decide cuál va a ser
su temperamento, aunque hasta cierto punto lo gobierne. Algunos de
nosotros nacemos agresivos, otros pacíficos; algunos son despiertos y
audaces, otros tranquilos. Somos como somos, y esas personas tan
buenas que se suelen exhibir como argumento en contra de la fe
evangélica no son en modo alguno responsables por ser como son. La
explicación de lo que son es biológica; nada tiene que ver con la vida

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espiritual ni con la relación del hombre con Dios. Es algo puramente
animal y físico. Así como no somos todos iguales en el aspecto físico,
así también las personas difieren en temperamento; y si esto es lo que
determina que una persona sea cristiana o no, afirmo que es
completamente falso.
Ahora que pasa con el hijo de Dios, cualquiera de nosotros,
independiente de como seamos de nacimiento, como cristianos
tenemos que ser según mateo 5.
 Esta es la gloria fundamental del evangelio.
Puede tomar al hombre más orgulloso por naturaleza y hacerlo pobre
en espíritu. Hay ejemplos maravillosos de esto.
Tenemos el caso de Moisés que en un ataque de ira asesino a un
egipcio y luego fue llamado el hombre mas manso de la tierra. Num.
12:3 Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres
que había sobre la tierra.
Mateo11:29Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy
manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA
VUESTRAS ALMAS.
No tratamos de disposiciones naturales ni de algo físico y animal, ni de
lo que parece ser carácter cristiano.
Se trata de características y disposiciones que son el resultado de la
gracia, el producto del Espíritu Santo, y por tanto al alcance de cada
hijo de Dios. Abarcan todos los estados y disposiciones naturales.
Estamos, y creo que todos estarán de acuerdo con ello, ante un
principio vital y esencial, de modo que al analizar estas descripciones
individuales, no sólo no debemos confundirlas con temperamentos
naturales, sino que debemos tener al mismo tiempo sumo cuidado en

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no definirlas en términos así. Siempre debemos distinguir en una
forma espiritual, y basados en la enseñanza del Nuevo Testamento.
En la sicología se habla de temperamento: (Colérico, sanguíneo,
flemático y melancólico), carácter y personalidad haciendo una clara
distinción entre ambos y de como esto afecta la conducta de las
personas. Pero para el cristiano es el Espíritu Santo quien nos va
conformando a la imagen de Cristo.
Hoy en día donde el mundo ha entrado en la Iglesia y la Iglesia se ha
vuelto mundana. La línea divisoria no se ve tan clara como antes.

Conclusión:
El mundo cree en la confianza en sí mismo, en seguir los instintos, en
dominar la vida. El cristiano cree en ser 'pobre en espíritu.' En el
mundo nunca encontraremos nada que se parezca a las
Bienaventuranzas, ni lo que atrae al hombre natural y de mundo. Lo
que despierta su admiración es la antítesis misma de lo que
encontramos en este Sermón. Al hombre natural le gusta la
ostentación, cuando esto es precisamente lo que las Bienaventuranzas
condenan.
'Bienaventurados los que tienen hambre y sed.' ¿De qué? ¿De dinero,
riqueza, posición, social, publicidad? De ningún modo. 'De justicia.' Y
justicia es ser justo delante de Dios.
Lo primero que hay que tener en cuenta respecto a nosotros es que
pertenecemos a un reino diferente. No sólo somos diferentes en
esencia; vivimos en dos mundos absolutamente diferentes. Estamos
en este mundo; pero no somos de él. Estamos en medio de esa otra
gente, desde luego; pero somos ciudadanos de otro reino. Esto es el

10
elemento vital que se pone de relieve en todas las fases de este
pasaje.
¿Qué quiere decir este reino de los cielos? Tenían una idea materialista
del reino; lo concebían en un sentido militar y político, y el objetivo
principal de nuestro Señor en este caso es mostrar que su reino es
primordialmente espiritual.
Mt. 12:28. Ahí está el reino de Dios. Su autoridad, su reinado eran ya
una realidad.
Dondequiera que se manifieste el reinado de Cristo ahí está el reino de
Dios. Y cuando envió a sus discípulos a predicar, les dijo que
proclamaran a las ciudades, 'Decidles: Se ha acercado a vosotros el
reino de Dios.'
Pero también quiere decir que el reino de Dios está presente en este
momento en todos los verdaderos creyentes.
Al escribir a los Colosenses da gracias al Padre 'el cual nos ha librado
de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo'
(Col. 1:13). El 'reino de su amado Hijo, es el 'reino de Dios,' es el 'reino
de los cielos,' es este reino nuevo al que hemos entrado. O, como dice
en la carta a los Filipenses, 'nuestra ciudadanía está en los cielos.'
Estamos aquí en la tierra, obedecemos a poderes terrenales, vivimos
aquí. Desde luego; pero 'nuestra ciudadanía está en los cielos, de
donde también esperamos al Salvador' (Fil. 3:20). Los que
reconocemos a Cristo como Señor, aquellos en cuyas vidas El reina y
gobierna en este momento, estamos en el reino de los cielos y el reino
de los cielos está en nosotros. Hemos sido trasladados al 'reino de su
amado Hijo;' nos hemos convertido en un 'real sacerdocio.'

11
La última manera de considerar el reino es en un sentido, todavía ha
de venir. Ha venido; viene; vendrá. Estaba presente cuando Cristo
ejercía autoridad: está en nosotros en este momento; y sin embargo
todavía ha de venir. Vendrá cuando este gobierno y reino de Cristo
quede establecido en el mundo entero incluso en un sentido físico y
material.
Llegará el día en que los reinos de este mundo se convertirán en los
reinos de nuestro Señor.' Entonces habrá llegado, en una forma
completa y total, y todo estará bajo su dominio y poder. El mal y
Satanás desaparecerán; habrá 'cielos nuevos y nueva tierra, en los
cuales mora la justicia' (2 P. 3:13), y entonces el reino de los cielos
habrá llegado en esa forma material. Lo espiritual y lo material
vendrán a ser una misma cosa en un sentido, y todo quedará sujeto a
su poder, de modo que 'en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de
los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre'
(Fil. 2:10,11).

Predicado : 30 de septiembre 2.018


Lugar : Iglesia Cristiana La Serena
Preparado: Equipo pastoral

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