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Los Valores

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Los Valores.

“Dime a qué le prestas atención y te diré quién eres”.


-José Ortega y Gasset-

Los valores pueden definirse como principios que guían nuestro comportamiento con
relación a otras personas. Son creencias rectoras que todos los individuos tenemos y que
nos ayudan a apreciar y elegir una cosa o situación sobre otra.

Los valores marcan una pauta entre lo que somos y lo que queremos ser, ayudan a guiar
nuestro propósito en la vida y son la base de las ideologías humanas que han existido;
éstos no necesitan ser respaldados por otra idea ya que son válidos por sí mismos. A partir
de los valores concebimos y tomamos decisiones que permiten satisfacer nuestras
necesidades personales y sobre todo que nos ayudan a sentirnos plenos. Los valores, las
actitudes y las conductas están íntimamente relacionados, por ejemplo, si hablamos de
actitud hacemos referencia a la disposición que tienen las personas de actuar de acuerdo
con sus creencias y valores.

Los valores representan los más elevados y nobles ideales que la humanidad ha perseguido
durante toda su historia y se constituyen como tales, justamente porque expresan el
concepto o idea de aquello que es considerado como lo mejor o lo preferible (Escobar y
Arredondo, 2015); y es gracias a la puesta en práctica de los valores a través de nuestra
libertad, decisión y esfuerzo que nos “humanizamos”.

Toda sociedad cuenta con valores que establecen aquello que es deseable por parte de
sus integrantes y que determinan la conducta y formas de interacción social esperadas,
siendo por tanto la base sobre la cual se erige cada sociedad. Los valores sirven para tomar
decisiones con relación a lo bueno o malo de nuestros actos, y aunque idealmente todos
deberían ser compartidos por la gente de todas las épocas y contextos, la realidad es que
existen valores universales y valores contextuales o relativos.

De manera general, los valores considerados como universales son válidos para todas las
personas en todas las épocas, lugares y situaciones. Por el contrario, cuando los valores
cambian con relación al momento histórico y a la situación particular en los que se
presentan, estos se conocen como contextuales o relativos.

Para que exista un buen funcionamiento social, la existencia de valores y la estandarización


de las ideas que tenemos sobre éstos mismos son de suma importancia; no importa la
religión o formación académica que tengan las personas, los valores van más allá de eso
porque son transversales, es decir son un común denominador entre los seres humanos.
Todos tenemos una idea general sobre cierto valor, pero le otorgamos un peso mayor o
menor según sean las circunstancias de la sociedad y del momento histórico imperantes.

Es importante destacar que los valores son una elección y no una imposición social: cada
persona se conduce a partir de los valores que se le inculcan y que decide adoptar.
Tipos de valores
Vamos a encontrar diversas clasificaciones de valores que los dividen en categorías
dependiendo del contexto y del grupo social que las haya desarrollado. A continuación, te
presentamos una clasificación que muestra los tipos de valores más reconocidos y
aceptados actualmente:

Valores económicos - el dinero, los bienes materiales, etc.


Valores estéticos - la belleza en una obra de arte, la elegancia de una persona, etc.
Valores religiosos - la fe, la santidad, etc.
Valores intelectuales - el buen juicio, el entendimiento, la inteligencia, etc.
Valores morales - la honestidad, el respeto, la justicia, etc.
Valores sociales - la compasión, la empatía, la convivencia, etc.

Sin embargo, para fines prácticos todos los valores en general se pueden clasificar en dos
grandes grupos que son los siguientes:
-Valores personales
-Valores sociales

Ejemplos de valores
Los valores personales son transmitidos por el contexto familiar y social inmediato de las
personas, tanto de manera implícita como explícita. Constituyen la ética personal de los
individuos y dirigen su conducta en las diferentes situaciones sociales. Si un individuo es
capaz de respetar sus valores personales y de conducirse de acuerdo con ellos
experimentará una sensación de congruencia y bienestar consigo mismo.

A continuación, se explican algunos ejemplos de valores pero existen otros más:

Amor: El amor puede definirse como el conjunto de afecto y apego que se tiene hacia algo
o hacia alguien que produce una serie de actitudes, emociones y experiencias que brindan
bienestar y plenitud.
Agradecimiento: La gratitud o aprecio permite reconocer y valorar un beneficio que se ha
recibido o que se va a recibir
Respeto: El respeto permite reconocer el valor de algo o de alguien por sí mismo, pudiendo
tratarse de uno mismo, de otra persona, de un animal, de una planta, del medio ambiente,
de un objeto, etc.
Amistad: La amistad se puede definir como una relación entre personas que no son
familiares que involucra afecto, confianza y simpatía y que se construye a partir de la
convivencia cotidiana.
Bondad: Es la cualidad de ser bueno o beneficioso, sobre todo en el sentido moral. En
cierto sentido, se refiere a tener calidad como persona. En el contexto filosófico es
considerada como la virtud por excelencia.
Dignidad: La dignidad alude al derecho inherente que tiene todo ser vivo a ser considerado
valioso y por tanto a ser respetado.
Generosidad: La generosidad o caridad es el hábito de dar sin esperar nada a cambio,
especialmente a quiénes tienen alguna necesidad. La generosidad se puede manifestar
brindando de manera desinteresada ya sea tiempo, bienes o talentos.
Honestidad: La honestidad u honradez incluye, tanto poseer atributos positivos y virtuosos
tales como la sinceridad, la integridad y la veracidad, como la ausencia de atributos
negativos tales como la mentira, el engaño o el robo.
Humildad: La humildad o sencillez consiste en practicar de manera habitual la modestia y
permite ser consciente de las limitaciones y carencias propias. La humildad es
especialmente deseable en diversas tradiciones tanto religiosas como filosóficas porque
está relacionada con la noción de ausencia de ego.
Justicia: La justicia consiste en actuar y juzgar guiándose por la verdad y dando a cada
uno lo que le corresponde. Se trata de un principio moral que es y ha sido muy apreciado
en la mayoría de las sociedades occidentales y que está relacionado con la ley natural, la
equidad, la racionalidad y el estado de derecho.
Laboriosidad: Es el hábito de realizar toda labor con esmero y persistencia con el fin de
conseguir algún objetivo.
Lealtad: Es la fidelidad o devoción que se tiene hacia una persona, causa o grupo social.
Libertad: Es la capacidad que tienen los individuos de elegir de manera responsable sus
propias acciones.
Paz: Es un estado de tranquilidad que se caracteriza por la ausencia de conflictos y
hostilidad.
Perseverancia: La perseverancia es el hábito de mantener acciones o formas de ser por
tiempos prolongados.
Prudencia: La prudencia, mesura o cautela es la capacidad de gobernarse a sí mismo
mediante el uso de la razón y de actuar teniendo siempre en cuenta los riesgos. Es
considerada como una de las más altas virtudes.
Responsabilidad: Es la aceptación y cumplimiento de una obligación derivada de actos
propios.
Solidaridad: Es la adhesión hacia una causa o interés ajeno, y se presenta sobre todo en
situaciones difíciles. En otras palabras, la solidaridad consiste en convertir una causa ajena
en propia.
Tolerancia: Es la aceptación de las opiniones, ideas, actitudes, características o prácticas
de otras personas, aunque éstas no coincidan con las propias. Es especialmente útil en lo
referente a raza, religión, ideología política, identidad y orientación sexual, etc.

Fuente: Arredondo, C. (2014) Orientación Educativa IV. México, Editorial MX.

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