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Resumen Filosofia Moderna 1 - Kant

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Kant.

La lógica formal se ocupa solo de las formas del pensamiento que hace abstracción de
todo contenido, eso es la condición negativa de toda verdad, o sea que algo si se
contradice no puede ser verdad, si no se contradice no quiere decir que sea. En cambio
la lógica trascendental se ocupa de las relaciones del conocimiento al objeto (método
trascendental), de lo que se ocupa la lógica trascendental es de la referencia, para que se
de esta referencia tiene que haber ciertas condiciones, esas condiciones son las
condiciones de posibilidad de la experiencia, de esas condiciones lo fundamental son el
espacio y el tiempo, por eso mismo la lógica trascendental se ocupa de que encontrar
validez objetiva, la lógica formal no garantiza nada; solo garantiza que si algo se
contradice no puede ser verdad, es así que Kant niega que la lógica formal pueda usarse
como un órganon del conocimiento, no puede ser instrumento del conocimiento.

En su sistema trascendental aparecen las formas puras de la sensibilidad son el espacio y


el tiempo, Según Kant, el espacio y el tiempo no son rasgos que las cosas tengan
independientemente de nuestro conocimiento de ellas; el espacio y el tiempo son las
formas a priori de la Sensibilidad externa (o percepción de las cosas físicas) y el tiempo
la forma a priori de la Sensibilidad interna (o percepción de la propia vida psíquica).
Estas representaciones no tienen un origen empírico, es decir no se extraen de la
experiencia sensible, sino que son su condición de posibilidad. Gracias a estas formas
de la Sensibilidad, el sujeto cognoscente estructura las sensaciones proyectando todo lo
conocido en la dimensión espacio– temporal (las cosas físicas en el espacio–tiempo y
los fenómenos psíquicos en la dimensión meramente temporal).

Las formas a priori de la Sensibilidad (el tiempo y el espacio) se denominan


también intuiciones puras: “intuiciones” porque permiten la intuición empírica (son el
marco en el que se han de dar dicha intuiciones) y “puras” porque no tienen un origen
empírico.

Entre las formas puras de la sensibilidad y el entendimiento media la imaginación


productiva, que es como una facultad mediadora, es lo que permite aplicar las categorías
a las impresiones, es lo que le va a dar una significación temporal a las categorías, ¿Qué
significación tiene una categoría si no logro traducirla en términos temporales?, si yo
digo por ejemplo “dios creo el mundo”, ¿Qué estoy diciendo?, que dios es la causa del
mundo, pero ¿Cómo se entiende en términos causales lo extra-temporal y lo temporal?;
porque se supone que dios es atemporal, lo que dice Kant es que cuando la razón
arrastra a los conceptos del entendimiento y los hace jugar fuera del tiempo pierden toda
relación, el problema es la representación de una categoría fuera del tiempo. La
imaginación lo que produce son los esquemas, estos son reglas o procedimientos para
delimitar las categorías y así vincular los conceptos con el tiempo (la multiplicidad de la
intuición). La substancia y el accidente serian lo que permanece. La imaginación sería
entonces la capacidad de representarse sensiblemente un objeto aun en ausencia de él,
cuando yo imagino algo, lo imagino sensiblemente, esta es espontanea, es la producción
que produce algo que se presenta como sensible, participa de la receptividad de las
impresiones y de la espontaneidad del entendimiento. Recordemos que la espontaneidad
es la propia facultad de producir.

A las condiciones de la receptividad de nuestra mente solo bajo las cuales ella puede
recibir representaciones de objetos, las cuales por tanto deben afectar siempre al
concepto de la misma. La espontaneidad de nuestro pensar exige que este múltiple sea
primeramente y de cierta manera, recorrido y enlazado, para hacer de él un
conocimiento. A esta acción se la llama síntesis.

Síntesis es la significación más general, la acción de añadir unas a otras diversas


representaciones y de comprender su multiplicidad en un conocimiento. Una síntesis tal,
es pura, si el múltiple no es dado empíricamente, sino, es a priori; antes de todo análisis
de las representaciones, estas deben ser previamente dadas y ningún concepto puede
surgir analíticamente en lo que respecta a su contenido.

La síntesis de un múltiple produce ante todo un conocimiento que puede, por cierto, ser
todavía confuso al comienzo y que por tanto requiere análisis, la síntesis es aquello que
propiamente recolecta los elementos para los conocimientos y los reúne en cierto
contenido, por eso, ella es lo primero a lo que tenemos que prestar atención, si
pretendemos juzgar acerca del origen primero de nuestro conocimiento.

La síntesis es efecto de la imaginación, una función ciega e indispensable del


entendimiento, sin la cual no tendríamos en general conocimiento alguno, pero de la
cual raramente somos consientes alguna vez. Pero llevar esa síntesis a conceptos es una
función que compete al entendimiento y mediante la cual él nos proporciona el
conocimiento en lo que significa propiamente.

Existe la síntesis según conceptos que ocurre según un fundamento común de unidad
(ej: decena). Bajo este concepto se torna necesaria la unidad en la síntesis de lo
múltiple.

Llevar a conceptos no las representaciones, sino la síntesis pira de las representaciones


enseña la lógica trascendental. Lo primero que debe sernos dado a priori para el
conocimiento de todos los objetos es lo múltiple de la intuición pura (espacio-tiempo),
la síntesis de esto múltiple por la imaginación es lo segundo, aun no se suministra
conocimiento alguno. Los conceptos que dan unidad a esta síntesis pura y consisten
solamente en la representación de esta unidad sintética necesaria, hacen lo tercero para
el conocimiento de un objeto que se representa y se basan en el entendimiento.

Lo decisivo de la demostración de las categorías es que nos conduce a una nueva


facultad del espíritu humano, estas se aplican a la intuición sensible para dar unidad a su
multiplicidad. Sin la síntesis de la multiplicidad, no podría haber conocimiento de
objetos, no habría experiencia: nuestras percepciones serian un flujo de representaciones
sin conexión. Y esta síntesis que efectúan las categorías nos descubre la unidad de la
conciencia, porque si bien los objetos se piensan por medio de las categorías, no serian
pensables sin una unidad previa; es decir, la síntesis que se realiza en el conocimiento
solo es posible dentro de la unidad de la conciencia. La conciencia que conoce y que se
revela como una condición necesaria de la experiencia, ha de pertenecer a alguien, a un
yo constante en el tiempo, un “yo pienso”, que debe acompañar al pensamiento y a la
intuición. Este yo no es un contenido de la conciencia, no es el “yo empírico” que puedo
pensar, representarme, conocer, mediante introspección, como un objeto bajo forma del
tiempo (aunque no del espacio), es superior a este yo empírico, es un “yo
trascendental”, incognoscible, pero pensable, permanente y condición necesaria de
cualquier pensamiento, juicio e idea. Dicho en otras palabras, el “yo empírico” es un
fenómeno, el “yo trascendental” es un noúmeno, un yo en si.

A esta unidad, a este “yo trascendental”, Kant los llama apercepción pura o
trascendental. Esta apercepción pura consiste en una autoconciencia capaz de pensar
“yo pienso” al mismo tiempo que tiene sus representaciones. Y solo puede darse esta
conciencia de si misma a través de la experiencia de percibir: solo mediante actos
dirigidos a lo dado me hago consciente de que estos actos son míos. Tenemos pues que
las percepciones sensibles registradas en las formas puras a priori de la sensibilidad
(espacio y tiempo) y sintetizadas por las formas a priori del entendimiento (concepto o
categorías) se asientan para poder ser conocimiento y experiencia, en una
autoconciencia o yo trascendental que unifica toda la actividad.

La aplicación de estas categorías a las intuiciones no se trata de una aplicación directa y


no problemática, porque entre intuiciones y conceptos a priori hay un abismo; los
conceptos a priori no tienen contenido empírico: en vano se los buscara en la
experiencia pues por su condición de posibilidad están fuera de ella. Ahora bien, cada
una de las doce categorías puede aplicarse a un tipo de intuición y no a otros; si se
aplica a los que no le corresponden no habrá conocimiento, sino disfunción y
cortocircuito.

Kant muestra que existe una propiedad o facultad mediadora entre el entendimiento y la
sensibilidad, que es como dije antes la imaginación, esta produce las reglas o
procedimientos para delimitar las categorías y vincular los conceptos con el tiempo de
la intuición. Estos esquemas tienen doble vertiente, una intelectual y otra sensible; la
intelectual los relaciona con conceptos puros y la sensible con las intuiciones de la
sensibilidad; de este modo pueden realizar la unión entre ambos. Esta unión se efectúa
en el tiempo que como ya sabemos es condición a priori de la intuición, nuestro sentido
interno y externo. La categoría al someterse a la determinación del tiempo se convierte
en esquema y así puede aplicarse a la intuición. Se trata pues de esquemas
trascendentales que determinan a priori, no empíricamente, en qué condiciones puede
aplicarse una categoría a una multiplicidad sensible de las apariencias.

La ingeniería epistemológica se completa con los principios a priori del entendimiento,


que son reglas o normas para el uso objetivo de las categorías en su aplicación a las
percepciones. En conjunto estos principios forman una gramática lógica, es decir, un
sistema organizado de leyes que rigen el empleo de elementos particulares discretos.
Son por fin, los juicios sintéticos a priori que Kant buscaba en ciencia natural (física) y
a los que ha dedicado toda la sección de la lógica.

Kant y Descartes, diferencias y similitudes.

Una similitud seria; el Cogito como la unidad sintética de apercepción son los principios
supremos del entendimiento humano, ambos contienen por tanto todas las posibles
representaciones del entendimiento . Estas representaciones son modos o atributos del
“Sujeto cognoscente” en Descartes y son las formas lógicas del juicio y las categorías
conceptuales (como a priori del pensar) en Kant. Tanto el Ego Cogito como la Unidad
sintética de apercepción son los que posibilitan la síntesis de las diversas
representaciones, no puede haber ninguna representación particular sin estos principios
unificantes para ambos filósofos.

Como diferencia primeramente para Descartes el Ego Cogito se conoce solo a través de
la intuición , mientras que para Kant la A-percepción es una representación que contiene
todas las representaciones, pero como representación solo podemos pensarla. Para Kant
un entendimiento que solo intuye captaría simultáneamente toda la diversidad dada a
través de la autoconciencia. Esta concepción que si es admitida por Descartes , solo
puede ser propiedad de otras inteligencias (como podrían ser las de Dios y los ángeles)
mas para Kant no es una facultad propia del entendimiento humano. Para Kant como ya
es conocido, la intuición solo se da a nivel de lo empírico. Si el Ego Cogito es pura
intuición no se puede explicar su existencia a lo largo de un tiempo, lo cual nos llevaría
a cuestionar la posibilidad misma de la reflexión y del pensar , que se dan siempre a lo
largo del tiempo.

El “Yo pienso” en Descartes posee un contenido que es dado por Dios mediante las
ideas innatas, mientras que en Kant el “Yo pienso”, es decir la “A-percepción”, es una
condición de posibilidad (y como tal enteramente formal) del entendimiento.

Con Descartes entonces se llega a un dualismo entre lo que es la “res extensa” y la “res
cogitans” (Ego Cogito), en donde lo único que es propiamente factible o posible de un
conocimiento “cierto y evidente” es decir “lo claro y distinto” es la res cogitans y solo
en función de esta se ordena el mundo y en esta se basa las ciencias (todo ello en
función de un método universal). Kant asume esta idea con respecto a la apercepción ,
el considera que sin este principio es imposible que se de un conocimiento objetivo
(objetivo en el sentido de la síntesis de una intuición dada) , sin el propiamente no
habría entendimiento en el sujeto. Pero como para Kant el “entendimiento” no intuye
sino que piensa, el “Yo pienso” afirma su identidad intuyendo la diversidad de una
experiencia dada en el espacio y el tiempo, y esto mediante los sentidos (interno y
externo), no existe para él una división marcada entre la experiencia y el sujeto que lo
lleve a considerar una suerte de incomunicación entre ambos. El fenómeno es el que
despierta al entendimiento, que utiliza lo dado por este y le da unidad en el
entendimiento, la unidad completa de todo ello se da en la a-percepción pura en la
razón, y no se parte, entonces del entendimiento hacia el fenómeno.

No hay una incomunicación marcada entre el mundo fenoménico y el mundo


cognoscitivo, debido a que Kant pensó en un mediador importante del cual Descartes no
se percato (o al menos no lo interpreto a la manera de Kant) ; tal mediador es el
“Tiempo” que como sentido interno es afectado por todo tipo de experiencias que
afecten al “Yo-psicológico” y mediante este a la A-percepción , es decir al sujeto
cognoscente en general . El tiempo puede por tanto, captar los diversos fenómenos
empíricos que nos vienen de lo que sería la “Res extensa” cartesiana, así como los
diversos fenómenos de la “psique” o de las ideas innatas de la “Res cogitans”
cartesiana. Todo ello evidencia como sugiere Kant en su crítica al idealismo en la
“Critica de la razón pura”, una relación mutua entre la “existencia de las cosas externas”
y la posibilidad de la autoconciencia. Para que exista el tiempo como algo permanente
necesita existir mi autoconciencia como algo permanente , pero también se necesita de
cosas exteriores a mi que se manifiesten permanentemente , solo así puede darse mi
autoconciencia como algo determinado distinto de tales cosas, pero a la ves como tales
cosas , mi autoconciencia se manifiesta en el tiempo (en el sentido interno).

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