BLOQUE 14 SACRAMENTOS DEL ORDEN
FECHA 31/10/2020
Ya estamos entrando en la etapa final antes de la toma de tus Sacramentos. Hemos recorrido
juntos este camino compartido para conocer más a Jesús, a su Iglesia, sentirnos parte de ella a
través de nuestro Bautismo, pero con la clara conciencia de que como Adultos cristianos,
tomamos un compromiso colectivo: el de la formación, el encuentro, la siembra de la semilla
del Reino de Dios cerca nuestro… en la familia, el trabajo, la comunidad, etc.
Cerca ya de nuestro objetivo, por lo que le damos gracias a Dios por habernos llamado a
caminar juntos, vamos a completar el significado de los sacramentos que nos faltan:
Los que llamamos
DEL ORDEN: MATRIMONIO Y ORDEN SAGRADO.
Con ellos, completamos los siete Sacramentos que nos regalan la gracia de Dios, a través de
nuestro conocimiento, nuestro deseo de acercarnos a Él y la clara conciencia del acto de lo que
llevamos adelante.
Para ello, te presentamos a continuación un esquema de apoyo, para que puedas visualizar los
principales tópicos relacionados con ellos.
El matrimonio es el sacramento por medio del cual una pareja cristiana descubre a través de su
amor humano el autor de todo amor: Dios. Es el modo particular de dos miembros de la
Familia de Dios, que colaboran en la misión de la Iglesia entera. Es una ALIANZA DE AMOR de
los esposos entre sí, por un lado y para con Dios por el otro.
El amor de los esposos cristianos es el signo visible del sacramento del amor de Dios. Es el
símbolo del amor de Dios hacia la humanidad. Dios es trinitario, es decir, está unido en el amor
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Además, Él se ha casado con su pueblo. Reúne a los
hombres en la Iglesia y Cristo amó tanto a la Iglesia que se entregó por ella. Su característica es
la INDISOLUBILIDAD. Exige unidad, fidelidad del corazón, de la mente y del cuerpo. Por eso, el
amor conyugal es un camino de santidad porque los esposos deciden libremente compartir la
vida en cuerpo y espíritu hasta el final de los días. En la palabra, Juan 15, 1 – 13 nos dice que
“no hay amor más grande que dar la vida…”, con lo cual Dios llama a los esposos a crecer
juntos como cristianos, a ser colaboradores suyos para comunicar la vida. El amor de pareja es
comprensivo, sincero, servicial, se dona. La sexualidad en la pareja es la expresión de la
comunicación entre dos personas, se convierte entonces en el lenguaje sincero de amor. Se
genera un amor fecundo, que se expresa en la relación mutua, la procreación y la educación de
los hijos. El amor conyugal es la imagen y participación de la unión de amor entre Cristo y su
Iglesia.
Todos los bautizados son incorporados a Cristo como sacerdote, profeta y rey. Todos los
cristianos participan en el Sacerdocio de Cristo. Sin embargo el sacerdocio común se distingue
del sacerdocio ministerial. Hay una jerarquía dentro de la Iglesia y estos son los Sacramentos
del Orden sagrado, que se dividen en tres grados: OBISPOS, PRESBÍTERO, DIACONO.
El sacerdote ayuda a sus hermanos a caminar juntos como familia de Dios. Anuncia la verdad
de Cristo. Celebra los sacramentos, en el cual transmite la VIDA de Dios a los hombres. El es el
ministro de Dios y de los hombres, porque debe poner a toda su persona a disposición de Dios.
En esta razón, se fundamenta su CELIBATO. La vida sacerdotal es una entrega con alegría y
mucho amor a Dios y al servicio de los hermanos.
El obispo es quien congrega a una comunidad de fieles y ministros en un territorio
determinado llamado diócesis. En el gobierna y administra la unidad de la Iglesia junto al
presbiterado y los fieles. Continúan la obra evangelizadora de los apóstoles.
Los diáconos permanentes son colaboradores cercanos del Obispo. Pueden ejercer diversos
servicios eclesiales según el carisma de cada uno y las necesidades de la Iglesia. Como
promover el desarrollo humano y el servicio de caridad en la Comunidad, predicar, celebrar
algunos Sacramentos como Bautismo y Matrimonio. Son llamados a ejercer su ministerio
especialmente con los más necesitados, dando testimonio de Cristo servidor al lado de los
enfermos, los que sufren, los migrantes y refugiados, los excluidos y las víctimas de la violencia
y encarcelados. Pueden ser casados, pero una vez ordenados diáconos no pueden contraer
matrimonio.
Estamos llegando al final de de esta etapa y nos proponemos hacer una evaluación de los
aspectos positivos y perfectibles de esta catequesis iniciada en el mes de Julio de este año, en
este contexto de pandemia.
No obstante, el Señor nos dice que él no quiere que su amor se quede encerrado en nuestra
intimidad: sino que tiene que comunicarse, compartirse, transformarse. El quiere que
formemos parte de una sociedad más justa, más humana y quiere expresar su amor a través
de nosotros. Allí donde haya un niño que sufre, debe haber un cristiano preocupado. Donde
no hay paz ni unidad, debe haber un cristiano haciendo nacer el perdón, para que TODO LO
QUE RESPIRA ALABE AL SEÑOR.
Pidámosle a MARÍA Santísima que ella nos acompañe y nos ayude para que la vida del Espíritu
Santo transforme todo nuestro ser, nuestras familias, nuestra sociedad. Jesús, desde su cruz,
en medio de su angustia, dejó a María como madre nuestra, para compartir con nosotros,
para que ella sea la madre de Dios y la nuestra…
¿Te animas a asumir este compromiso?