Estructura de un texto
Antes de empezar, conviene repasar la definición de texto. Entendemos por texto la
unidad fundamental empleada en la comunicación, tanto oral como escrita. Todo texto
se transmite a través de un conjunto de signos gráficos y ortográficos, que varían de una
lengua a otra. Asimismo, un texto debe tener sentido y lógica para poder transmitir un
mensaje. A continuación vamos a estudiar en profundidad la estructura de un texto.
Los elementos que componen un texto
Un texto, según el Diccionario de la Lengua Española (DLE) es un "enunciado o
conjunto coherente de enunciados orales o escritos". Siguiendo esta definición,
podemos decir que la estructura de un texto se analiza partiendo de los elementos
lingüísticos más pequeños a los más grandes o complejos.
Así, podemos decir que la unidad mínima que compone un texto es la palabra y las
palabras se organizan en enunciados que a su vez forman párrafos, los cuales
estructuran la composición de un texto. A continuación te mostramos esta clasificación
de menor a mayor de forma esquemática: palabra - enunciado - párrafo - texto.
La estructura básica de un texto
El análisis de la estructura de un texto puede llevarse a cabo en dos niveles: el plano
interno y el plano externo del mismo. De esta forma, la estructura externa de un texto
es la organización de los párrafos y las ideas principales que se quieren transmitir.
Por esta razón, la estructura externa de un texto está estrechamente relacionada con el
tipo de texto; así, un texto argumentativo tendrá una estructura externa diferente de un
texto narrativo, puesto que cada uno de ellos tiene una finalidad distinta y, por ello, se
organizan siguiendo normas distintas.
En relación a la estructura interna de un texto, esta hace referencia a la forma en la que
se distribuye el contenido o el tema del mismo; esto es, a partir de la información que el
texto nos transmite, este se organizará en varias partes que conforman su estructura
interna (o también llamada temática).
De esta forma, la estructura interna de un texto suele seguir el siguiente esquema:
Planteamiento de la idea principal - Cuerpo donde se desarrolla la idea principal -
Conclusión donde se resume brevemente todo lo expuesto sobre la idea principal.
Tipos de estructura de un texto
La organización de un texto puede adoptar múltiples formas y depende en gran manera
de lo que quiera expresar el autor. Sin embargo, nos encontramos con ciertos tipos
estructurales que se repiten con frecuencia.
Esta tipología de estructuras son un elemento en el que apoyarse para comprender la
estructura de un texto que tengamos que comentar, o para hacer nuestras propias
creaciones.
Estos son los tipos de estructura de un texto que más se utilizan.
Estructura deductiva
En la estructura deductiva, el núcleo del peso se encuentra al principio del texto. En el
resto de apartados se discute, analiza, concreta, amplía, detalla, razona, ejemplifica,
matiza o argumenta el contenido de ese núcleo de peso.
Estructura inductiva
El núcleo de peso, en el caso de la estructura inductiva, se encuentra al final del texto.
Este final puede ser una síntesis de las ideas que se han ido desarrollando en los
apartados previos. También puede ser a modo de conclusión, con una serie de
argumentaciones definitivas.
Asimismo se puede usar para exponer casos concretos que se han expuesto en el resto
del texto. Podríamos decir que el clímax y el momento de más intensidad expresiva
están al final.
Estructuras circulares
El tipo de estructura circular también es usual, aunque menos que los anteriores. El
núcleo de significado, en este caso, aparece al principio y al final. En las demás partes
se exponen ideas secundarias o detalles, ampliaciones, ejemplos, etc. de esa idea
principal.
Estructura de un texto inductivo
El texto inductivo o sintético es aquel que presenta información de manera que se guía
al lector desde observaciones o casos específicos hacia una conclusión general. En otras
palabras, parte de ejemplos particulares para luego derivar una idea o principio
general.
Esta es una estructura típica para un texto inductivo:
Introducción: Comienza con ejemplos, situaciones específicas o casos
concretos que capturan la atención del lector. No revela la conclusión general de
inmediato, sino que plantea la premisa inicial.
Presentación de casos o ejemplos: Proporciona una serie de ejemplos, casos o
situaciones concretas que respaldan la premisa inicial. Cada ejemplo contribuye
a la acumulación de evidencia.
Análisis de patrones o tendencias: Después de presentar varios casos, se
analizan patrones o tendencias que pueden observarse en ellos. El análisis
destaca similitudes o conexiones entre los casos específicos.
Desarrollo de conclusiones generales: A partir de los patrones identificados, se
extraen conclusiones generales. Estas conclusiones son el resultado de la
observación y el análisis de los casos particulares presentados.
Apoyo adicional: Se puede proporcionar evidencia adicional, datos, estadísticas
o ejemplos para respaldar las conclusiones generales. Este apoyo refuerza la
validez de la conclusión inductiva.
Conclusión: Recapitula las conclusiones generales a las que se ha llegado a
través del proceso inductivo. Puede destacar la importancia de estas
conclusiones y su relevancia en el sector del que se está hablando.
Características de un texto
Como hemos dicho antes, un texto es un enunciado o grupo de enunciados codificados
(a nivel oral o escrito) mediante signos gráficos. Sin embargo, para que todo conjunto
de signos gráficos pueda considerarse texto es necesario que se cumplan las siguientes
características que definen a todo texto:
Un texto debe ser coherente. Todo texto tiene que girar en torno a una idea
central, a partir de la cual se organicen o extraigan más ideas relacionadas. Es lo
que se conoce como coherencia.
Un texto debe estar cohesionado. Para que puedan entenderse todas y cada una
de las ideas que se exponen en un texto, este debe tener cohesión; es decir, la
información debe estar perfectamente unida entre sí, los párrafos introducidos
por elementos lingüísticos que faciliten la comprensión del mensaje, etc. Para
ello se emplean los mecanismos de cohesión, que distribuyen la información a lo
largo del texto.
Un texto debe ser adecuado. La adecuación del mensaje es un aspecto
fundamental del texto. El lenguaje del texto depende del receptor al que se dirija,
pues no resulta adecuado utilizar un lenguaje culto, lleno de tecnicismos y
estructuras sintácticas complejas, cuando estamos hablando de manera informal
con nuestros amigos en una cafetería. De igual forma, un correo electrónico
escrito a nuestro jefe en tono informal, con palabras vulgares y expresiones
coloquiales, propias de la lengua oral, no sería adecuado. La adecuación es la
capacidad de emplear los mecanismos lingüísticos correctos en función de la
tipología textual y de quién sea el receptor.
Estructura según el tipo de texto
Ahora que ya conocemos cuál es la estructura de un texto, vamos a analizar los
diferentes tipos de estructura textual que existen dependiendo del tipo de texto con el
que nos encontremos. Y es que no es lo mismo redactar un texto narrativo que redactar
uno que sea expositivo: ni la estructura ni las características serán las mismas.
A continuación te hablaremos acerca de los diferentes tipos de textos que existen para
que puedas conocer mejor la estructura:
Texto narrativo: estos textos cuentan historias, hechos o eventos y pueden ser
tanto ficticios como reales. La estructura en estos casos suele caracterizarse por
presentar verbos dinámicos y por conectar la narración con conectores
espaciales.
Texto descriptivo: este tipo de texto se realiza cuando se quiere describir o
definir algo concreto. Puede ser tanto un elemento que forma parte del mundo
material o, también, puede querer describir sentimientos, emociones, ideas,
etcétera. La estructura del texto de este tipo suele centrarse en relatar los
atributos de lo que se está describiendo y, normalmente, se usan formas del
pronombre de la 3a persona.
Texto expositivo: se emplea cuando se quiere hablar sobre un tema de forma
objetiva, no se permiten observaciones subjetivas ni personales sino que se trata
de un tipo de texto que pretende lanzar una afirmación que viene respaldada por
hechos y cifras. Estos textos se caracterizan por contener muchas explicaciones,
definiciones, etc. y son los que abundan en los libros de texto que se emplean
para aprender una materia. La estructura suele comenzar por una introducción, el
desarrollo del tema, el análisis, los datos y la conclusión.
Texto argumentativo: son textos que parten de una hipótesis y que quiere
defender una postura en concreto. Para ello, se usará una estructura muy clara en
la que se exponen razones tanto a favor como en contra del tema planteado. Al
final, también contará con una recopilación de conclusiones que cerrarán el texto
de forma concisa.
Textos literarios: son textos que se incluyen dentro de la literatura y, por tanto,
son obras de ficción (aunque pueden haber elementos reales e históricos). Se
caracterizan por emplear figuras retóricas así como tener un tipo de lenguaje
muy expresivo y emotivo. La estructura puede ser muy diversa pero, por lo
general, estos textos cuentan con un planteamiento de la historia, el nudo o el
problema y la resolución del conflicto o desenlace.
Estructura de un texto argumentativo
Vamos a analizar la estructura de los textos más comunes y estudiados. Para ello,
empezaremos analizando cuál es la estructura de un texto argumentativo:
1. Introducción. Estos textos deben comenzar con una introducción donde se
explique el tema sobre el que se va a hablar y, desde el principio, se debe dejar
clara la postura que tiene el autor del texto. Recuerda que los textos
argumentativos son subjetivos y cuyo objetivo es argumentar una postura para
convencer al lector.
2. Tesis. A continuación, entramos ya de lleno en el cuerpo del texto y empezamos
a hablar sobre el tema que queremos hablar. La tesis debe ser de carácter breve,
ya que es la presentación del tema, la introducción que justifica el estado de la
cuestión y la postura que se tiene sobre el mismo. Aquí se pueden enumerar los
argumentos, pero no desarrollarlos porque esto se realizará a continuación.
3. Argumentación. Es el momento de empezar a justificar el punto de vista que
tiene el autor. Debe dejar claro los argumentos o las razones que le hacen tomar
esta actitud ante la tesis que se ha presentado. El objetivo de esta parte de la
estructura es ofrecerle al lector datos concretos para convencerle.
4. Conclusiones. Y la última de las partes es la que concluye con el texto. Aquí se
reúnen las conclusiones a las que se ha llegado durante el texto y esto debe ser
de forma resumida y breve. Esta parte final ayuda a recopilar toda la
información que se ha explicado a lo largo de todo el texto y a que se
puntualicen los aspectos determinantes.
Estructura de un texto expositivo
Otro de los textos más abundantes en el mundo académico son los expositivos, es decir,
los textos en los que se expone una idea o un tema en concreto. Estos textos son de
carácter divulgativo e informativo, por tanto, no deben ser subjetivos, sino objetivos.
La estructura de un texto expositivo es la siguiente:
Introducción. El autor del texto introduce a sus lectores al tema que quiere
desarrollar. Es un resumen temático de lo que se va a hablar y tiene que ser
conciso y no demasiado extenso.
Desarrollo. A continuación, es el momento de desarrollar la idea de forma
completa y ordenada. Lo mejor es estructurar bien la información del texto para
lograr una presentación sencilla y clara. Se pueden recurrir a ejemplos y a
referencias para que el lector comprenda al máximo la exposición.
Conclusión. Y estos textos también terminan con una conclusión, un compendio
final en el que se recogen los aspectos más importantes y con los que el autor
quiere que sus lectores se queden.
Estructura de un texto literario
El texto narrativo o texto literario también cuenta con una estructura que viene muy
bien detallada. Al ser textos de ficción en los que se narra una historia protagonizada
por personajes, estos textos pueden tener una estructura muy diversa y creativa. Estamos
ante un tipo de texto artístico y, por ende, la estructura no está tan marcada ni prefijada
como los textos académicos. No obstante, existe una estructura muy consolidada que es
la siguiente:
Planteamiento o Inicio. Es cuando el autor comienza a adentrarnos en la
historia. Nos sitúa en el lugar de la trama, nos presenta a los protagonistas y
empieza a construir el espacio narrativo que el lector irá identificando.
Nudo. Es el momento en el que ocurre la acción principal de la trama, el
problema. El nudo se caracteriza por poner a los personajes en un problema que
rompe con la armonía y la normalidad que se ha presentado durante el
planteamiento.
Desenlace. Es la parte del texto literario en la que se resuelve el conflicto y se
recupera la normalidad. En el desenlace es habitual que los personajes hayan
vivido un cambio o evolución y que la el nudo haya servido de algo en sus vidas.
Este orden puede alterarse y, por ejemplo, que la historia comience con el final y se
vaya recorriendo hasta el principio, o que la trama comience en el nudo (in media res).
Son licencias creativas que un autor puede darse con la estructura del texto literario.
Estructura de un texto: ejemplos
Una vez ya sabes cuáles son los tipos de estructura de un texto, habrás descubierto que
los más comunes son el inductivo y el deductivo. Por eso, vamos a ponerte un ejemplo
de cada uno de ellos, para que puedas ver la estructura de la que te hemos hablado,
puesta a la práctica.
Ejemplo de un texto deductivo
Este es el ejemplo de un texto deductivo, es decir, que las conclusiones se encuentran al
inicio del texto:
“No hay manera de saber cuándo sucederá un terremoto. Tampoco, de predecir su
fuerza o duración. Hay muchas variables impredecibles como el epicentro de sismo y la
dureza de la placa tectónica.
Para predecir con fiabilidad un terremoto se necesitan señales previas inequívocas, pero
solo existen vagos indicios. Por ejemplo, aumento en la cantidad de gas radón en la
atmósfera.
También, alteraciones en actividad electromagnética. Asimismo, comportamiento
inhabitual en animales. Empero, son señales erráticas. No hay nada concluyente.”
Ejemplo de un texto inductivo
Este es el ejemplo de un texto inductivo, es decir, que las conclusiones se encuentran al
final del texto:
“Antes de un terremoto, suelen aparecer indicios vagos que despiertan sospechas. Tal es
el caso de variaciones en la cantidad de gas radón en el aire.
Otra cuestión es la alteración de la actividad electromagnética. También, hay
testimonios de animales que se comportan de manera extraña antes de un fuerte
movimiento telúrico.
Lo cierto es que hay otras variables más importantes, pero que no se pueden predecir.
Tal es el caso del epicentro del sismo, su fuerza y duración.
Asimismo, la resistencia de la placa tectónica. Finalmente, se concluye que no hay
manera de predecir con certeza un terremoto.”