Proverbios 12:22 dice que los labios mentirosos son abominación a Dios – «La
mentira» significa decir una falsedad deliberada o intencional.
¿Qué dice la Biblia sobre la mentira? La lengua mentirosa no es algo que sólo Dios
odia, es también algo que es una abominación a Dios. Proverbios 6:16-19
dice: «Seis cosas aborrece Jehová, y aun siete le son abominables:
1. los ojos altivos,
2. la lengua mentirosa,
3. las manos que derraman sangre inocente,
4. el corazón que maquina pensamientos inicuos,
5. los pies que corren presurosos al mal,
6. el testigo falso, que dice mentiras,
7. y el que siembra discordia entre hermanos.”
¿Que constituye una mentira según la Biblia? Todo lo que no es la verdad es una
mentira en la Palabra de Dios.
Como creyentes, no debemos decir mentiras.
Los cristianos no hay que exagerar las coversaciones, que es una forma de mentir.
Otra forma es lo que algunos llaman de «mentiras inofensivas», que dicen para no
hacer daño a alguien, esto no cambia que sea una mentira.
A menudo, hay que orar y pedir por sabiduría, seleccionando cuidadosamente las
palabras que el Espíritu Santo nos de para que ayude a nosotros, pero no hay que
mentir.
Hay muchas otras formas de mentir. Por ejemplo, la hipocresía es una forma de
mentir. 1 Juan 2:4 nos enseña que: «El que dice:» Yo le conozco» y no guarda sus
mandamientos es un mentiroso, y la verdad no está en él.»
Otra forma de mentir es hacer promesas falsas que podíamos mantener, sino que
simplemente no deseamos cumplir. Números 23:19 dice: «Dios no es hombre para
que mienta… ¿Acaso dice y no hace?¿Acaso promete y no cumple?»
Reina-Valera 1960
Salmos 39:1
Yo dije: Atenderé a mis caminos,
Para no pecar con mi lengua;
Guardaré mi boca con freno,
En tanto que el impío esté delante de mí.
La verdad es que, cuando una persona hace una promesa que podría mantener,
pero se niega a hacerlo, ha mentido. Dios no hace esto, pero la gente hace como
costumbre.
Luego está la verdad a medias, en los que una persona dice cosas que son
técnicamente correctos, pero deliberadamente deja de lado hechos importantes o
cuenta la historia de tal manera que lleva a la gente para llegar a una conclusión
falsa.
La serpiente en el huerto de eden genesis 3
En el Antiguo Testamento, por ejemplo, los hermanos de José lo vendieron a ser
un esclavo. Luego tomaron su abrigo, lo mojaron en la sangre de un animal, y lo
llevan a su padre Jacob, y dijeron que habían encontrado el abrigo. Jacob, por
supuesto, llegó a pensar de que José había sido asesinado por un animal salvaje,
que es exactamente lo que los hijos de Jacob querían que el creyera, aunque nunca
llegaron y lo dijeron (Génesis 37:31-33). Sin embargo, había engañado sin
remordimiento a su padre al creer una mentira.
La mentira y el engaño no son conciliables con la justicia. Si una persona es
honesta y confiable, ella no miente o engaña. Ser honesto y confiable es una parte
integral de ser justos.
Proverbios 13:5-6 dice: « El justo aborrece la palabra mentirosa; el malvado se hace
odioso e infame. La justicia protege al perfecto de camino, pero la impiedad trastorna
al pecador.»
Apocalipsis 21:8 dice que «todos los mentirosos» tendrán su parte en el lago de
fuego, que es la muerte segunda.
Como cristianos, nuestra conducta debe representar y manifestar el carácter de la
Verdad de Dios.
Mateo 5:37 dice: «Pero sea vuestro hablar: «Sí, sí» o «No, no», porque lo que es más
de esto, de mal procede.»
Efesios 4:15 nos dice que debemos «decir la verdad en el amor» y un poco más
adelante en el versículo 25, leemos: «Por eso, desechando la mentira, hablad verdad
cada uno con su prójimo… «
Así que si somos hijos de Dios, la verdad debe ser evidente en todo lo que
hacemos. Debemos recordar que lo contrario de la verdad es la mentira y el diablo
se llama «el padre de la mentira» – Juan 8:44.
Cuando mentimos, nos estamos alineando con el diablo en vez de Dios.
Como creyentes debemos abstenernos de hablar mentiras y debemos pedir a Dios
que nos de convicción a través del Espíritu Santo
Reina-Valera 1960
Juan 16:13
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no
hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber
las cosas que habrán de venir.
¡Si amamos al Señor, podemos ser victoriosos!