LA PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU
SANTO
Cuando hablamos de la personalidad del Espíritu Santo nos referimos a que
el Espíritu Santo no es una fuerza o influencia, sino que tiene características
de persona. Al desarrollar el tema, entenderemos mejor lo que queremos
decir.
Notemos, entonces, algunas características del Espíritu Santo:
TIENE ENTENDIMIENTO
1 Corintios 2:10-11 dice: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por
el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las
cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él?
Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu
de Dios”. La idea de ‘escudriñar’ tiene que ver con ‘examinar, buscar’, la
palabra se utiliza con relación a estudiar las Escrituras: “Escudriñad las
Escrituras” y “escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba
el Espíritu de Cristo que estaba en ellos” (Juan 5:49; 1 Pedro 1:11).
TIENE MENTE
Romanos 8:27 nos dice: “el que escudriña los corazones sabe cuál
es la intención del Espíritu”. La ‘intención’ es ‘la mente, pensamientos
y propósitos’. Aquí podemos notar que el Espíritu conoce la voluntad de
Dios y, por lo tanto, intercede por nosotros en relación a esto.
TIENE VOLUNTAD
“Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu,
repartiendo a cada uno en particular como él quiere” (1 Corintios
12:11). Allí vemos al Espíritu Santo tomando decisiones. Tiene voluntad y lo
hace con individualidad. Tiene la capacidad de decidir y de repartir los dones
conforme a su voluntad. Es bueno tener en claro en relación a la voluntad del
Espíritu Santo que nunca va a estar en contra de la voluntad de Dios, ni en
contradicción a los deseos del Padre ni del Hijo.
TIENE SENTIMIENTOS
“No contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis
sellados para el día de la redención” (Efesios 4:30). Contristar al
Espíritu es diferente a “apagar el Espíritu” (1 Tesalonicenses 5:19) y lleva la
idea de entristecer. Es una emoción que viene como resultado de una acción
o palabras: los discípulos se entristecieron cuando el Señor les declaró que le
era necesario padecer (Mateo 17:23) y el Señor mismo se entristeció en gran
manera al contemplar los sufrimientos de la cruz desde el Getsemaní (Mateo
26:37).
HABLA
En Hechos 8:29 - “Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a
ese carro”.
Hebreos 3:7 - “Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: si oyereis
hoy su voz”.
También 1 Timoteo 4:1 - “el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe”
ENSEÑA
Juan 14:26 - “el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo
que yo os he dicho”
ESCOGE Y COMISIONA
Como en el llamado del apóstol Pablo al servicio misionero “dijo el
Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a
que los he llamado” (Hechos 13:2) o en el caso de los ancianos de una
asamblea, “mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el
Espíritu Santo os ha puesto por obispos” (Hechos 20:28)
SE LE PUEDE MENTIR
Hechos 5:3 “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para
que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?”
SE LE PUEDE BLASFEMAR
Mateo 12:31 “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a
los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada”
Estas son algunas de las características y actividades del Espíritu Santo (no
son todas) que nos hacen ver la personalidad del Espíritu.
LA DEIDAD DEL ESPÍRITU SANTO
En primer lugar, notaremos atributos dados al Espíritu Santo que son únicos
de Dios. Esto nos lleva a entender la deidad del Espíritu Santo. Además,
notaremos la distinción del Espíritu Santo con las otras dos personas de la
Trinidad: Dios el Padre y Dios el Hijo.
OMNISCIENCIA
2 Corintios 2:11 - “nadie conoció las cosas de Dios, sino el
Espíritu de Dios”. De la misma manera, Isaías 40:13 señala “¿Quién
enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?”. No
hace falta que se le enseñe o comunique porque Él ya conoce todo.
OMNIPRESENCIA
Salmo 139:7 - “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré
de tu presencia?”. El salmista recorre la esfera celestial diciendo “si
subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi
estrado, he aquí, allí tú estás”. También recorre la esfera terrenal,
diciendo “si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del
mar”. No hay lugar, ni en los cielos ni en la tierra, donde el Espíritu de Dios
no está.
OMNIPOTENCIA
La primera mención al Espíritu Santo es en relación a la creación, en Génesis
1:2 “el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas”. Tiene el poder
de dar vida “El espíritu de Dios me hizo, y el soplo del Omnipotente me dio
vida” (Job 33:4). La resurrección de Cristo es atribuida también al poder del
Espíritu Santo (Romanos 8:11). Los milagros de Cristo y la obra de la
salvación, las cuales son obras de Dios, son atribuidas al Espíritu Santo
(Mateo 12:28; 1 Corintios 6:11).
VERDAD
1 Juan 5:6 - “el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu
es la verdad”. No simplemente dice la verdad, lo cual también es cierto,
pero Él 'es' la verdad. Recordaremos palabras similares dichas por el Señor
Jesucristo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida" (Juan 14:6).
SANTIDAD
El nombre de Espíritu Santo aparece unas 100 veces en el Nuevo
Testamento, aunque la santidad del Espíritu también la encontramos en el
Antiguo Testamento: “No me eches de delante de ti, Y no quites de
mí tu santo Espíritu” (Salmo 51:11).
ETERNIDAD
El atributo de eterno, es indiscutiblemente un atributo divino únicamente, sin
principio ni final: “¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el
Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios...?” (Hebreos 9:14).
LA DISTINCIÓN DEL ESPÍRITU SANTO
DE LAS OTRAS DOS PERSONAS DE LA
TRINIDAD
Queremos dejar en claro que la deidad del Espíritu Santo no quiere decir que
sea que el Espíritu es el mismo Padre o el mismo Hijo manifestado de una
manera diferente. Dios es tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Tres
personas diferentes, un mismo Dios. En perfecta armonía y unidad.
Los tres mencionados, haciendo distinción entre ellos:
● En el bautismo del Señor: “Y Jesús [el Hijo]... y vio al
Espíritu de Dios [el Espíritu Santo] que descendía
como paloma... Y hubo una voz de los cielos, que
decía: Este es mi Hijo amado [el Padre]” (Mateo 3:16-17).
● También en el bautismo del creyente: “bautizándolos en el
nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”
(Mateo 28:19). La palabra ‘y’ en cada mención nos indica que
ellos se distinguen el uno del otro.
El Espíritu Santo es diferente al Hijo, cuando el Señor les dio la promesa del
Espíritu Santo a sus discípulos, dijo: “yo rogaré al Padre, y os dará
otro Consolador”. Esto quiere decir ‘otro’, de la misma clase, pero
diferente al Hijo. Hablaremos más de esto cuando consideremos la Promesa
del Espíritu Santo.
Una correcta apreciación de la persona y la deidad del Espíritu Santo nos
ayudará a entender mejor sobre su actividad en el presente en relación con
nosotros los creyentes.