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Copias para 2da Clase de Primero

El documento cuenta la historia de un gallo llamado Caballero Carmelo que era mascota de una familia y participó en una pelea contra un gallo más joven y favorito a pesar de estar herido, logrando ganar la pelea antes de morir.
Derechos de autor
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El documento cuenta la historia de un gallo llamado Caballero Carmelo que era mascota de una familia y participó en una pelea contra un gallo más joven y favorito a pesar de estar herido, logrando ganar la pelea antes de morir.
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Titulo: Narramos oralmente el cuento

Propósito: Los estudiantes se expresan oralmente a través de cuentos


Evidencia: Los estudiantes narran oralmente un cuento
Competencia: se comunica oralmente en lengua materna

El Caballero Carmelo
Cierto día cuando el sol comenzaba a mostrarse, a lo lejos observamos un jinete montado un hermoso caballo, que venía
en dirección de nuestra morada, conforme avanzaba aquel jinete, reconocimos que era nuestro hermano mayor
Roberto, con tanta emoción y alegría salimos todos a su encuentro.
¡Roberto! ¡Roberto! Mi madre que feliz estaba, lo acariciaba, tocaba y pudo ver cuán descuidado estaba mi hermano.
Entramos con Él a nuestro hogar, Roberto conforme iba avanzando observaba cada objeto nuevo que habíamos
comprado en su ausencia. Entramos al comedor ahí se encontraba una maleta de regalos, comenzó a repartirnos a cada
uno de los integrantes de nuestra familia. Y luego Todos lo interrogamos ¿Y para papá?, nada respondió, ¿Cómo nada
para papá?, entonces llamó al sirviente y le dijo ¡El Carmelo!, a poco volvió este con una jaula y sacó de ella un gallo, al
que llamamos “el caballero Carmelo”, así entro en nuestra casa este amigo íntimo de la infancia, ya pasada, a quién
acaeciera historia digna de relato; cuya memoria perdura aún en nuestro hogar, como una sombra alada y triste: El
Caballero Carmelo
Durante tres años en la ciudad de Pisco, todo fue hermoso, recuerdo aquél día que nuestro padre ingreso a nuestra casa,
y dijo el Caballero Carmelo tendrá una pelea con Ajiseco famoso gallo vencedor. Todos quedamos asombrados, El
Caballero Carmelo ya estaba viejo y no podría resistir una pelea.
Llegó el 28 de julio fecha pactada para la pelea, San Andrés sería el lugar perfecto, puesto que aquí celebran la fiesta
de nuestra patria con una gran jugada de gallos, donde todos los hacendados y ricos iban, todos muy tristes en casa. Mi
padre y aquél hombre que preparaban al Caballero Carmelo, lo llevaron a aquel lugar de la pelea. Todos estábamos a la
expectativa que pasaría aquél día en que veíamos caer ya la oscuridad en plena luz radiante del día. Tal vez esta sería
la última vez que veríamos a nuestro querido amigo de la infancia.
Se inició la pelea, apuestas por aquí por allí, todos despertaban griteríos y saltos, tal vez uno se animaría apostar a
favor de nuestro amigo El caballero Carmelo, pero todos daban por ganador a Ajiseco, era más fuerte y joven y seguro
que ganaría.
Sonó la campanilla del juez, yo empecé a temblar, soltaron a los dos rivales, el Ajiseco dio la primera embestida;
entablóse la lucha, las gentes presenciaban en silencio. Un hilo de sangre corría por la pierna del Caballero Carmelo.
Estaba herido mas no parecía darse cuenta de su dolor. Y recordó el Caballero Carmelo sus viejos tiempos en que el era
un ganador y ataco con tan furia que hizo caer al suelo a Ajiseco, pero este incorporóse nuevamente. Y se desato una
lucha cruel y indecisa. Por fin, una herida grave hizo caer a Caballero carmelo, jadeante…
¡Bravo !¡Bravo el Ajiseco! gritaron sus partidarios creyendo ganada la prueba.
Nació entonces en medio del dolor, el coraje de todo, los gallos de “Caucato”, incoporado el Caballero Carmelo, como
un soldado herido, acometió de frente y definitivo sobre su rival, con una estocada que lo dejó muerto en el sitio.
La jugada estaba ganada felicitaron a mi padre, aquel gallo viejo salió ganador, llevamos a casa herido al Caballero
Carmelo, durante dos días agonizó y no pudo más, agitó sus alas y murió, toda la familia quedó dolida con la partida de
nuestro amigo de la infancia el Caballero Carmelo.

El Caballero Carmelo
Cierto día cuando el sol comenzaba a mostrarse, a lo lejos observamos un jinete montado un hermoso caballo, que venía
en dirección de nuestra morada, conforme avanzaba aquel jinete, reconocimos que era nuestro hermano mayor
Roberto, con tanta emoción y alegría salimos todos a su encuentro.
¡Roberto! ¡Roberto! Mi madre que feliz estaba, lo acariciaba, tocaba y pudo ver cuán descuidado estaba mi hermano.
Entramos con Él a nuestro hogar, Roberto conforme iba avanzando observaba cada objeto nuevo que habíamos
comprado en su ausencia. Entramos al comedor ahí se encontraba una maleta de regalos, comenzó a repartirnos a cada
uno de los integrantes de nuestra familia. Y luego Todos lo interrogamos ¿Y para papá?, nada respondió, ¿Cómo nada
para papá?, entonces llamó al sirviente y le dijo ¡El Carmelo!, a poco volvió este con una jaula y saco de ella un gallo, al
que llamamos “el caballero Carmelo”, así entro en nuestra casa este amigo íntimo de la infancia, ya pasada, a quién
acaeciera historia digna de relato; cuya memoria perdura aún en nuestro hogar, como una sombra alada y triste: El
Caballero Carmelo
Durante tres años en la ciudad de Pisco, todo fue hermoso, recuerdo aquél día que nuestro padre ingreso a nuestra casa,
y dijo el Caballero Carmelo tendrá una pelea con Ajiseco famoso gallo vencedor. Todos quedamos asombrados, El
Caballero Carmelo ya estaba viejo y no podría resistir una pelea.
Llegó el 28 de julio fecha pactada para la pelea, San Andrés sería el lugar perfecto, puesto que aquí celebran la fiesta
de nuestra patria con una gran jugada de gallos, donde todos los hacendados y ricos iban, todos muy tristes en casa. Mi
padre y aquél hombre que preparaban al Caballero Carmelo, lo llevaron a aquel lugar de la pelea. Todos estábamos a la
expectativa que pasaría aquél día en que veíamos caer ya la oscuridad en plena luz radiante del día. Tal vez esta sería
la última vez que veríamos a nuestro querido amigo de la infancia.
Se inició la pelea, apuestas por aquí por allí, todos despertaban griteríos y saltos, tal vez uno se animaría apostar a
favor de nuestro amigo El caballero Carmelo, pero todos daban por ganador a Ajiseco, era más fuerte y joven y seguro
que ganaría.
Sonó la campanilla del juez, yo empecé a temblar, soltaron a los dos rivales, el Ajiseco dio la primera embestida;
entablóse la lucha, las gentes presenciaban en silencio. Un hilo de sangre corría por la pierna del Caballero Carmelo.
Estaba herido mas no parecía darse cuenta de su dolor. Y recordó el Caballero Carmelo sus viejos tiempos en que el era
un ganador y ataco con tan furia que hizo caer al suelo a Ajiseco, pero este incorporóse nuevamente. Y se desato una
lucha cruel y indecisa. Por fin, una herida grave hizo caer a Caballero carmelo, jadeante…
¡Bravo !¡Bravo el Ajiseco! gritaron sus partidarios creyendo ganada la prueba.
Nació entonces en medio del dolor, el coraje de todo, los gallos de “Caucato”, incoporado el Caballero Carmelo, como
un soldado herido, acometió de frente y definitivo sobre su rival, con una estocada que lo dejó muerto en el sitio.
La jugada estaba ganada felicitaron a mi padre, aquel gallo viejo salió ganador, llevamos a casa herido al Caballero
Carmelo, durante dos días agonizó y no pudo más, agitó sus alas y murió, toda la familia quedó dolida con la partida de
nuestro amigo de la infancia el Caballero Carmelo.

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