IMAGINARIOS DE LA ESCISIÓN HUMANO-NATURALEZA
Programa Ciencia de la Información y la Documentación,
                 Bibliotecología y Archivística
Boff marca la pauta con su libro ecología: grito de la tierra, grito de los pobres,
dando lugar a una teología de liberación que entiende que el pobre que clama al
cielo, el sufriente, es también la casa común, el planeta. El grito social es también
un grito ecológico. Así mismo, este libro constituye una continuación del libro
titulado el cuidado esencial: ética de lo humano, compasión por la tierra.
El cuidado como instrumento clave para superar la grave crisis social y ecológica
que estamos atravesando. La grave destrucción que sufre la tierra, observable no
solamente en la degradación y destrucción de la naturaleza, sino además en la
carestía en la que viven las dos terceras parte de la humanidad, buscando un
instrumento que transforme esta situación. Esto solo será posible mediante la
configuración de un nuevo paradigma, que aprende de los errores tras siglos de
preeminencia de una cultura material y que evite soluciones basadas en una razón
única. Este nuevo paradigma o esta nueva filosofía supondrá una forma nueva de
orientar el sentido de nuestra vida, nuestra percepción y relación con la realidad.
Consistirá en un paradigma que nos envuelve a relacionar con la naturaleza, que
nos devuelve nuestro sentido de pertenencia a esta y de vinculo con todos sus
elementos.
Estamos llegando a los limites de nuestro planeta, tan empobrecido; pero también
nos hemos empobrecido en gente solidaria, compasiva, respetuosa con cuidado y
amor hacia todos. Ante esta situación tenemos que reinventar un nuevo modo de
estar en el mundo con los otros, con la naturaleza, con la tierra y con la última
realidad. Aprender a ser mas con menos y a satisfacer nuestras necesidades con
sentido de solidaridad con los millones de personas que pasan hambre y con el
futuro de nuestros hijos y nietos.
Este cuidado no es algo sobrevenido, sino que esta implícito en el proceso
evolutivo. Desde el Bing ban inicial con un delicado equilibrio de fuerza hasta su
culminación con la aparición del ser humano que ya conscientemente se propone
a cuidar de otro. Un cuidado que requiere de un tipo de inteligencia y de razón
inscrito en el mundo de los valores. En la situación actual en la que vivimos se
hace urgente recuperar la razón sensible y cordial dejada de lado por la razón
científica. Con esto hemos permitido que surgiese un mundo frio, calculador, sin
corazón, sin sueños y sin compasión. De haber actuado de esta forma no
tendríamos los millones de personas que sufren los ecosistemas devastados y un
planeta amenazado por el calentamiento global.
Su argumentación va en la línea de que el cuidado forma parte de la esencia del
ser humano si el no se darían las condiciones para su existencia. Y solo por que el
ser humano recibió cuidado puede cuidar de si mismo y de los otros. Este cuidado
presupone, evidentemente, que el hombre es vulnerable por lo que ha de ser
amoroso y preocupado por la necesidad de evitar lo que amenace su vida.
También de cuidar del otro para humanizarse mostrar sus posibilidades en el
ejercicio de su libertad y expandir su humanidad y la comprensión con la
naturaleza del se humano, surge la ética.
Un nuevo paradigma que tratará la grave situación de destrucción de la biosfera,
de injusticia social y de alineación del ser humano, un nuevo paradigma que
definirá la esencia del ser humano mediante cuidado como actitud fundamental
hacia si mismo y hacia el mundo. Solo mediante el alejamiento de esta actitud que
esta en nuestra esencia a sido posible en el mundo actual. Pero no podemos dejar
de lado el cuidado y la responsabilidad, compromiso con el otro queriendo alejar
con ello una posible primera idea errada sobre el concepto de cuidado que aquí
estamos manejando.
El cuidado comienza por el de uno mismo, el de los otros y el de la tierra, cuidar
de uno mismo es amarse, acogerse, reconocer nuestra vulnerabilidad, saber
perdonar y desarrollar la resiliencia, que es la capacidad de dar la vuelta y
aprender de los errores y contradicciones hay que preocuparse por el modo de ser
y ejercer el cuidado como preocupación con nuestros actos y actitudes. Acude
luego el cuidado de nuestra relación principal que es la de la amistad y el amor y
cuidar de nuestra casa común que es el planeta tierra considerándola como un
todo vivo y orgánico al que hemos de cuidar en su integridad y vitalidad mimando
los bienes y servicios que nos facilita gratuitamente, cuidando su belleza, su mejor
producción y los sueños que ella suscita en nosotros. Por que cuidar la tierra es
finalmente cuidar de nosotros mismos que somos tierra que siente, piensa, ama,
cuida y venera.
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