3 opciones para evitar el sufrimiento innecesario
Esas tres opciones son:
1. Cambiarlo que no me gusta o pedir por lo que quiero, estando dispuesto a recibir un “no”
y a negociar si es necesario. Significa, pues, usar todos los medios posibles para cambiar
la situación. Si tengo frío, me abrigo. Si tengo hambre, como. Si no tengo comida, la busco
o la pido. Si estoy enfermo, busco la manera de mejorarme, etcétera. Si se trata de algo
que me molesta en una relación con alguien, utilizo comunicación consciente, es decir que
hablo de manera honesta, expresando cómo me siento y cuáles son mis necesidades.
Hago todos los requerimientos necesarios, sabiendo que me pueden decir no a todo lo que
pido, pero también que me pueden decir sí.Implemento todos los cambios necesarios, en el
convencimiento de que, si son posibles, significa que el universo los está
apoyando. En otras palabras, el universo está creando los cambios a través de mí. Ahora
bien, si hago todo lo posible y aun así me es imposible cambiar la situación, entonces tengo
dos opciones más, siempre estando en paz conmigo mismo…
2. Aceptar total y profundamente lo que está sucediendo y estar en paz con ello, sin culpar
a nadie ni quejarme de nada. Esto no es resignarse ni tolerar, ni capitular, lo que
implicaría generar contracciones emocionales de tristeza, ACLARACIÓN: La descripción
del sentido de los síntomas es una orientación genérica, se requiere investigar, en cada
persona en particular, el pack conflictivo específico a resolver.
resentimiento, culpa o miedo. Cuando aceptamos la vida y nos aliamos a ella, encontramos
la manera de disfrutarla tal como es. Aceptar, ceder y entregarse después de haber tratado
de hacer todos los cambios posibles –o incluso mientras aún los estamos intentando– nos
provee de muchísima energía y nos hace más creativos.
En virtud de la ley de atracción, atraemos a nuestra vida energías similares a la nuestra.
Esta actitud puede brindar muchísima paz interna y fuerza en casos de enfermedades
crónicas o terminales, discapacidades físicas sin remedio, la muerte de un ser cercano,
tragedias o accidentes. Además, aumenta las posibilidades de nuestro cuerpo de curarse a
sí mismo, puesto que no estará gastando fuerza vital en dolor imaginario. Incontables
son los ejemplos de personas que han mejorado de manera sorprendente su calidad de
vida, simplemente al encontrar paz interior y al haberse aliado a la vida, en lugar de
resistirla. Pero, aun si no puedo cambiar lo que no me gusta y me es imposible aceptarlo...
3. Alejarme de la situación es la tercera opción que puedo tomar experimentando paz
interna. Por ejemplo, si he llegado a la comprensión de que una de las necesidades más
importantes de mi vida es la de estar en paz y disfrutarla, y me encuentro en una situación
laboral por la que estoy encerrado todo el tiempo en una oficina donde el ambiente es de
tensión constante, con peleas y ruidos estridentes: a) Uso mi primera opción, que es
  intentar cambiar la situación. Intento hablarlo con mis superiores, pido un cambio de
  sección, etcétera. Pero, si aun así, nada cambia... b) Intento aceptar la situación como
es. Sin embargo, me es imposible hacerlo. Termino mi día cansado, malhumorado, mi
mente juzga y se queja sin parar. En otras palabras, estoy sufriendo. c) Entonces pongo
en marcha la tercera opción: me alejo de la situación. Busco otra manera de ganarme la
vida, que esté más alineada con mis principios, con mis prioridades y con mis valores de
vida.
Lo importante es tener claro que no vamos a negociar nuestro estado de paz interior a
ningún precio.
Sin embargo, hacerlo no es tan fácil como decirlo. El obstáculo principal que he encontrado
en mí mismo y en otras personas es el hecho de que culturalmente estamos programados
para ser víctimas, para quejarnos y sufrir, y ésta es la cuarta opción, la que casi siempre
elegimos. Lo vemos todo el tiempo y lo hemos visto mientras crecíamos.
Vimos a nuestras familias, a nuestros maestros y a muchos otros sufrir y no disfrutar de
sus vidas, y nos convencimos de que eso es natural y normal.
“La vida es sufrimiento”, dicen, y todos estamos de acuerdo, lo creemos y lo transformamos
en una verdad. Sólo puede ser natural y normal en tanto y en cuanto seamos inconscientes
de quiénes somos y de qué somos en verdad. Cuando creemos
que somos lo que no somos, vivimos la vida desde la mentira.
Y, cuando nos mentimos,la consecuencia natural es el sufrimiento. Cuando ignoramos que
podemos elegir y ejecutamos siempre la misma opción, la de ser víctimas, es casi
imposible vivir en paz con nosotros mismos. En otras palabras, sin saberlo estamos
eligiendo quejarnos y estar ansiosos o preocupados. Estamos optando por juntar
resentimiento, por acusar y culpar a los demás, optando por mentir y esconder, y usando
muchas otras estrategias
ACLARACIÓN: La descripción del sentido de los síntomas es una orientación genérica, se
requiere investigar, en cada persona en particular, el pack conflictivo específico a
resolver.
para no tomar responsabilidad por nuestras vidas