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Rey Agua Create Space

Este documento presenta un índice para un libro de ficción titulado "Rey Agua". El índice incluye 7 capítulos con varias partes cada uno. Los capítulos parecen contener historias sobre personajes como Nasrudin, Lava, Rey Mysterio y Sensei Onichan en el planeta ficticio de Nagaloka.
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Este documento presenta un índice para un libro de ficción titulado "Rey Agua". El índice incluye 7 capítulos con varias partes cada uno. Los capítulos parecen contener historias sobre personajes como Nasrudin, Lava, Rey Mysterio y Sensei Onichan en el planeta ficticio de Nagaloka.
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el rey

agua
LIBRO 4
DE
Los Libros Sagrados de Nagaloka

ROBIN KACZMARCZYK, SYAMAKUNDA


STONE, NANDADULAL RUIZ STONE Y
RASASTHALI RUIZ STONE

1
REY AGUA
INDEX

Prefacio

PRÓLOGO: KRSNA Y JESUCRISTO

CAPÍTULO UNO: NASRUDIN


Parte Uno: Yo Nasrudin
Parte Dos: La Muerte de Estego
Parte Tres: Rey Mysterio Traicionado
Parte Cuatro: La Muerte de Benito Castor

CAPÍTULO DOS: LAVA Y ROBIN HOOD


Parte Uno: Lava platica con Orgullo
Parte Dos: Bajo las Cloacas de La Niña

CAPÍTULO TRES: REY MYSTERIO


Parte Uno: En Las Ruinas de Detroit
Parte Dos: Tiktaalik y Ichthyostega

CAPÍTULO CUATRO: SENSEI ONICHAN


Parte Uno: Sodoma y Gomorralandia.
Parte Dos: Yo Sodomita
Parte Tres: Los 440,000 Reyes Sodomitas

CAPÍTULO CINCO:
Parte Uno: ¿Verdad o Mentira?

CAPITULO SEIS:
Parte Uno: Tee Am y el Planeta El Ojo
Parte Dos: Guia Turistica del Planeta El Ojo
Parte Tres: TeeAm en Casa
Parte Cuatro: Los 4,000

CAPÍTULO SIETE: EL REY AGUA.


Parte Uno: Unas conversaciones en el barrio rojo.
Parte Dos: El Infernal Laberinto de Huichilopoztli.
Parte Tres: UNA PLÁTICA ENTRE SATANÁS, LUCIFER Y EL REY
AGUA

Capítulo Final: “EL REY AGUA CAPITULO FINAL”

Postscript. Why the hell should I write it in Spanish?

2
PREFACIO

Publicar y escribir. ¿Por qué escribe uno? La idea de


imprimir las palabras en letras, ya sea, pulsando un teclado,
como lo hago yo, o hacerlo a la antigüita, que es con papel y
tinta, crear frases, buscar palabras, plasmar pensamientos…
Todo esto tiene un efecto trascendente en mi punto de vista.

Mi madre es escritora. Sus diarios, interminables recuentos


del aquí y ahora visto por su persona, para mí, son laberintos
intransitables, para mi hermana algo que le pertenece por ser
sobre ella, y para mi tía, suculentos e importantísimos
documentos de historia familiar. Pero ella no escribe para
ninguno de nosotros. Escribe porque le es necesario.

Mi padre también es escritor. Es poeta. Mi abuela fue


escritora. Mi tía es escritora. Escribir, parece ser algo de
familia. Muchos de nosotros hemos sido publicados, y
algunos, como mi primo, premiados. Y pues, escribir, está
en mi sangre. Uno aprende la importancia de la sangre
especialmente cuando se pierde.

Ahora, escribir es una cosa. Publicar otra completamente. Y


aquí una vez más, debo agradecer a Amazon, quienes me han
permitido publicar y ganar dinero con esas publicaciones, y
todo eso sin la necesidad de editores y censores. Mis libros
han de ser sin editar, pues sólo así puede uno compartir
realmente la pureza del pensamiento propio y compartirle a
aquellos que se divierten con esos pensamientos. Esa
siempre fue la intención de los grandes, Márquez, Poe,
Twain, Hesse. Editarles no hubiera sido posible, ni profetaría
a nadie. ¿Quién se atrevería a editar la Biblia?

Va, pues, mi necesidad expuesta a la vox populi de aquellos


que pagan por mis palabras. Os doy las gracias, estimados
lectores, por aguantar mis locuras y pagar por ellas. No creo

3
que voy a ser rico con ellas, pero Poe murió en la pobreza.
Lovecraft y Nietzsche en la locura.

4
PRÓLOGO: KRSNA Y JESUCRISTO

En el palacio real de Rasalandia, solo tres seres mortales


ocupaban el cuarto del trono: Minoreyna, la monarca
minotaura joven y desmayada, un Estegosaurio verde y un
Dragón azul. Las dos gigantescas bestias eran los guardias
de la Reina, pero de momento ambos estaban escondidos
detrás de las enormes cortinas púrpuras del recinto, pues
cuatro seres inmortales de inmenso poder discutían el
futuro de la humanidad en el planeta Nagaloka, y los dos
gigantes reptiles no deseaban ser parte de esa discusión. Su
Reina estaba bastante desmayada, y de poco serviría
despertarle.

Los cuatro seres inmortales eran: Jesucristo, Krsna, La


Santísima Muerte y La Madre Tierra. Y parecían formar
dos equipos con Jesús y La Muerte de un lado y la Madre
Tierra y Krsna del otro. La discusión en mano se trataba del
futuro de los seres humanos en Rasalandia y
específicamente, en Nagaloka, el planeta perteneciente a las
serpientes sagradas llamadas Nagas, dueñas y creadoras del
planeta. Los Nagas estaban notoriamente ausentes de la

5
discusión, pues para ellos ambos Jesucristo y Krsna se
consideraban Dioses Absolutos, e interferir entre sus
problemas no era del interés de la nación Naga.

Afuera del palacio, verdaderamente, todo el espacio que


existía afuera del cuarto del trono de Minoreyna, el tiempo
se había detenido.

Los pájaros quedaron suspendidos volando en el aire, las


hojas muertas de los árboles nunca cayeron al suelo, gotas
de agua salpicada en cubetas se detuvieron en medio del
aire, y en general, todo la realidad y el tiempo quedó
paralizado, suspendido, olvidado.

Afuera de los bosques de Rasalandia, en las fronteras de


ese país, los zombis de Jesucristo estaban acabando con la
vida de los últimos humanos no pertenecientes a la fe
cristiana, cumpliendo así con uno de los últimos
requerimientos para el Día del Juicio del planeta tierra
como está planteado en la Santa Biblia. Pero inclusive esos
horribles eventos apocalípticos estaban suspendidos,
detenidos, congelados en el tiempo hasta aquel momento en
que Jesús y Krsna pudieran resolver sus diferencias sobre
los humanos reunidos en Rasalandia.

En pocas palabras, el tiempo, hasta los astros y las galaxias


dejaron de moverse.

Así era el poder de Krsna y Jesucristo al juntarse. Algunos


filósofos considerarían a Krsna y Jesucristo el mismo ser,
pero definitivamente, en el planeta Nagaloka, en ese
momento infinito en el palacio de Minoreyna, no eran el
mismo ser. Jesús dijo:

-Soy el Alfa y la Omega. El Principio y el Fin.-

Y Krsna dijo:

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-Ni entre las legiones de los dioses, ni entre los santos
videntes de la tierra, existe alguien que conozca Mi origen,
pues tanto los dioses como los grandes sabios videntes,
todos han nacido de Mí.-
-Podríamos pelear por el derecho de los humanos en este
planeta.- sugirió Jesús. –Podría decirte “Satanás”. Lo hacen
muchos de mis devotos. -

-Acabaríamos con el universo del Señor Brahma. No creo


que eso sería justo para todos los seres.- explicó Krsna. –
Mejor que aprendan que eres una parte de Mí.-

-¿Qué tal un campeón?- preguntó Jesús.

-Está bien. Propongo que el mío sea Slenderman.- dijo


Krsna.

-¿El demonio sin rostro? Pero es inmortal.- dijo La Santa


Muerte.

-Ustedes pueden pelear, tú también eres inmortal, Santa


Muerte.- dijo la Madre Tierra.

-En verdad preferiría si se tratara de humanos mortales.


Después de todo, es para su beneficio que vamos a pelear.-
dijo Jesucristo.

-Está bien, entonces yo ya tengo el mío.- dijo Krsna. –Pero


el lugar de la pelea debe ser un ring de lucha libre.-

-Rey Mysterio es cristiano, Krsna.- dijo Jesucristo.

-Y tú eres una expansión mía, así que no importa. Somos el


mismo ser, Jesús. Creer en ti es creer en Mí.- respondió
Krsna.

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-Si tú lo dices…-

Quetzalcóatl, Serpiente Emplumada y líder de los Nagas


observó el discurso entre los Dioses con admiración.

CAPÍTULO UNO: NASRUDIN

Parte Uno: Yo Nasrudin

Estimado lector, si has seguido hasta este punto las


aventuras de nuestro estimado Agua, Hombre Lagarto, ya
conocerás algunos de los personajes principales, y los
eventos que nos han llevado a todos aquí.

Me conocerás, por ejemplo a mí, Nasrudin, el bardo de los


Naga en Nagaloka, el extraño y peculiar mundo del que
escribo y donde vivo ahora. También reconocerás el
nombre de Agua, el humilde hombre lagarto, adorador del
Señor Krsna, que por causa de un sueño, desató una guerra
y se hizo Rey de Ciudad Paleta, y se dice, será algún día
Rey del Universo. Sin duda entenderás la relación entre el
Jesucristo y Krishna, pues es el conflicto entre estas dos

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deidades es de lo que se trata nuestra realidad en Nagaloka
especialmente después del “despertar de los muertos”,
cuando los muertos salen de sus tumbas para asesinar a los
vivos.

En fin, yo tengo dos trabajos: el primero es crear una


narrativa del “gran tiempo” y los “grandes eventos”
relacionados con este planeta, y por consecuencia con el
resto del universo, pues es evidente para aquellos que
entienden estas cosas, que todas las vidas y todos los
eventos en el universo están interrelacionados, y lo que
sucede en Nagaloka afecta lo que sucede en la Tierra y en
Marte y en Sirio, y igualmente, lo que sucede en la Tierra
afecta lo que sucede en Nagaloka. El universo es una
gigantesca telaraña de energías y eventos y mentes y cada
cosa está relacionada con cada otra cosa aunque no siempre
son las relaciones entre cosas y seres evidentes.

Mi segundo trabajo es narrar las cosas vistas desde varios


puntos de vista. Por eso, durante mi narrativa, me he
permitido usar documentos y relatos de varios seres
platicando sobre eventos en común para todos ellos. Y
pues, veremos, por ejemplo, muere el dragón azul Estego (y
hagan favor de notar que su nombre se puede deletrear de
dos maneras distintas, como Estego y como Stego, pero es
el mismo ser) desde su propio punto de vista, pero también
desde el punto de vista del Rey Agua, su mejor amigo.

Siempre me ha impresionado que diferente se ve el mundo


visto desde diferentes ojos.
Imaginen por algunos segundos que son dos soldados de
dos ejércitos que están en una guerra terrible. Cuando estos
guerreros se enfrentan el uno al otro en batalla, ese
enfrentamiento es exactamente el mismo, pero si tomamos
la perspectiva de uno u del otro, es completamente
distinta. Es fácil demonizar a las personas que son muy
distintas de uno mismo. Pero cuando uno se pone sus

9
zapatos, y cuando uno puede percibir lo que perciben ellos,
ya no funciona, y nos damos cuenta que en el fondo, todos
somos un solo ser, una sola consciencia, dividida en una
infinidad de puntos de vista que muy a menudo terminan
peleando entre sí por su naturaleza dividida y finalmente
dual. El concepto del mal y el concepto del bien no son
absolutos, pero sí son definitivos cuando uno se pone la
vestimenta de la fe. Lo que es pecado para unos es virtud
para otros. Y nadie es nadie para juzgar a los demás.

Mi relato principal es de un solo ser, un hombre lagarto,


humilde, piadoso, sencillo, bondadoso, e ingenuo como un
niño. Este ser vive simultáneamente en dos mundos
principalmente, Nagaloka, donde vivo yo, y el Planeta
Tierra, donde toma la forma de un niño, que apenas
cumplió los 11 años de edad. Quien es este niño, y cuáles
son sus aventuras y dificultades en la tierra no es asunto de
estos relatos, pero me doy permiso de mencionarle, pues es
el que anima al Rey Agua.

¿Cómo puede un ser existir simultáneamente en dos


mundos?

Cuando uno empieza a entender que todos los seres


vivientes están animados por un solo ser, inmortal, eterno,
atemporal, omnisciente, omnipotente y omnipresente, ese
ser al cual, en el lenguaje castellano nombramos “Dios”,
pero que tiene una infinidad de nombres en una infinidad
de realidades que todas reflejan sólo su lustre, uno puede
comprender que ciertas almas, ciertos seres se pueden
“expandir” en un tipo de omnipresencia en varias
versiones de sí mismos, su espíritu intacto, encarnaciones
atemporales de algo que es, efectivamente incambiable,
incorruptible, no importa a qué raza o especie pertenezcan
y en cual mundo decidan existir.

10
Yo, por ejemplo, Mullah Nasrudin, nacido en Ciudad
Paleta de la Madre Radha Kunda y el padre Omkardas,
hace mil cien años, entregado como sacrificio a los Señores
Serpientes de Ciudad Atlántida hace mil noventa y dos
años, y entrenado por ellos para convertirse en el bardo
oficial de Ciudad Atlántida, tengo varias otras
encarnaciones en este mismo mundo y en este mismo
tiempo, pues mi espíritu está dividido en varias partes, y
todas ellas comparten una misma voz, un mismo deseo
profundo, y una misma visión, pero con experiencias (y
cuerpos) totalmente distintos.

Soy Nasrudin, el bardo humano de los Nagas. Soy Nibor, el


dragón negro, y consejero real de la Princesa Minoreyna,
fui Estego, el mejor amigo del Rey Agua… y varios otros.
Igualmente, el Rey Agua mismo tiene otras encarnaciones
en este mundo, como lo son Lava, el hombre escorpión,
Fuego, el hombre dragón, y Rey Mysterio, originario del
planeta tierra y secuestrado por gnomos para convertirse en
campeón de Nagaloka. La Princesa Minoreyna comparte
espíritu su nana Melly, la minochiva, con Pulpina, reina de
Pulpolandia, y su mejor amiga, Jirafina y la Madre Tierra,
diosa absoluta de Nagaloka.
Todos nosotros estamos “atados” a los grandes espíritus, el
Señor Krsna, el Señor Jesucristo y el Señor Quetzalcóatl.
De alguna forma, todos estos grandes señores son uno
mismo, visto distintamente desde los ojos de sus devotos,
pero omniscientes, omnipresentes, omnipotentes, eternos,
infinitos y atemporales. De los tres, el único que explica
cómo esto puede suceder es el Señor Krsna, en su “Canción
de Dios”, el libro sagrado conocido como el Bhagavad
Gita. El Señor Jesucristo menciona la “posibilidad” de ser
otros seres en otros lugares, pero el lenguaje de la Biblia no
es tan exacto sobre el tema como el lenguaje del Bhagavad
Gita.

11
Es en el Bhagavad Gita que podemos descubrir que todos
los seres vivos que existen, existieron o están por existir
comparten la chispa divina que es el mismo Señor Krsna,
en su forma de Vishnu, oculto por la ilusión de separación
llamada Maya. Espero poder compartir, con mi insuficiente
y pequeño conocimiento, algunas de estas cosas.
Lo más importante que puedo explicarles es cómo hemos
llegado todos al fin del tiempo donde un solo evento común
para todas las multi-realidades de todos los multi-universos
ha paralizado el tiempo en un momento de principio y fin
cósmico causado por una paradoja religiosa que no tiene
solución. Este evento es el momento cuando Minoreyna
pidió la ayuda del Señor Krsna para salvar a los humanos
en su reino de Jesucristo. Ahí, Jesucristo, Krsna, la Santa
Muerte y la Madre Tierra (de Nagaloka) todos llegaron al
palacio de Minoreyna para discutir lo que sucedería con los
seres humanos en su reino, y a causa de esa discusión, se
acabó el tiempo del universo y todas las cosas que fueron,
son y han de ser se congelaron pues Jesús y Krsna no
pudieron llegar a una conclusión de su discusión.

Este “evento”, que en verdad es una conversación entre dos


aspectos de un solo ser, por el mero hecho de ocurrir, acaba
con todo, el tiempo, el espacio, la historia, el presente,
pasado y futuro de todas las cosas. Y claro, mi trabajo es
explicar cómo llegamos ahí. Pero para entender eso, hay
que entender todo lo que existe, ha existido y existiría en el
universo si tan solo no hubiera ocurrido esa discusión.

Es una obra imposible, pero no por eso no voy a intentar


hacerlo. Como siempre me dijo mi padre: “¡Si tienes un
largo camino, ponte un par de zapatos y camina!”. Y pues,
vamos a caminar, tratando paso por paso, de desenredar la
telaraña de todos los seres vivos, muertos y no nacidos.

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Capítulo uno parte dos:
La Muerte de Estego.
El corazón de un dragón azul tiene una propiedad
sumamente especial: se convierte en un rubí cuando el
dragón muere, y ese rubí contiene una representación
sacada del récord Akashico (algo similar al disco duro del
universo) de la vida entera de ese dragón. Para aquellos que
desconocen el récord Akáshico, se trata del conglomerado
de las actividades de todos los seres vivientes en el
universo en una extraña grabación que se puede acceder en
el éter. El récord Akáshico es una de las fuentes más
importantes de información sobre el presente, pasado y
futuro para nigromantes de todos tipos.

13
Los siguientes eventos fueron sacados del récord Akáshico
de Estego, el dragón azul, mejor amigo de Agua, hombre
lagarto…

Mi muerte empezó con la llegada al Bosque de los Enanos


de la encantadora druida humana llamada Beate. Mujer de
pelo chino y rojo como las llamas, alta, fuerte y bella.
Nosotros los dragones no somos inmunes a los encantos de
las hijas del hombre. La Biblia habla de justamente ese
pequeño problema de nuestra especie cuando menciona que
algunos de nosotros tomamos hijas del hombre por esposas,
y tuvimos hijos con ellas, los grandes hombres, personas
remarcables, pero terribles, casi siempre, gigantes.

Algo en la forma humana nos hipnotiza con su delicada


belleza y rasgos frágiles y simples. Y eso que somos
inmunes a la belleza de los elfos, que son simplemente
humanos perfectos. Pero la trágica forma humana, tan
dependiente del tiempo para permanecer hermosa, nos atrae
como fuego atrae a las palomillas.

Nosotros los dragones nos enamoramos de los humanos


hace mucho tiempo.

Es nuestra gran tragedia, pues verdaderamente, los


humanos sirven mucho mejor como nuestro alimento.

Salió del bosque como una ninfa perdida, sola y


perfectamente inofensiva, vestida con un simple vestido de
hojas de plátano, y desarmada, excepto por la poderosísima
danda mágica que la identificaba con su estatus como
archi-druida del bosque.

-Perdonen ustedes, pero estoy buscando a Agua, el hombre-


lagarto. ¿Sería usted, mi señor?- dijo ella en una melódica
voz de niña.

14
-En efecto, soy yo.- dijo mi amigo sin el menor temor de
hacerse conocer por un absoluto extraño.

-Que gusto conocerle. Permítame presentarme. Soy Beate,


archi-druida del Bosque de los Enanos, y estoy aquí para
ayudarle a detener una matanza que estoy segura usted
tiene todas las intenciones de detener.-

-Se refiere usted a la posible guerra entre Ciudad Paleta y


Grumpslandia, por supuesto.- dije yo, ahora precavido y
formal.

Evidentemente, esta hermosa niña era un agente del Rey


Grumps, y estaba aquí para espiar nuestras actividades. Ya
había yo convencido a mi amigo Agua de escapar de
Grumpslandia para poder prevenir una guerra entre los
enanos y Ciudad Paleta, pues hacía tiempo nos habíamos
dado cuenta que el Rey Grumps, soberano de
Grumpslandia, la ciudad de los enanos, nos ha estado
usando como excusa para preparar una gran invasión de
Ciudad Paleta, mi hogar.

La causa es que mi mejor amigo, Agua soñó que debería


construir un templo para el Señor Krsna, Señor del
Universo, y fue a pedir permiso del Consejo de Ancianos,
el cuerpo oficial gubernamental de Ciudad Paleta, un elfo,
un gnomo y un humano inmortales que fundaron la ciudad
hace miles de años. El permiso fue negado, y Agua acudió
al Rey Grumps para que le ayudara. El Rey Grumps, que
originalmente fue amigo de los “tres ancianos”,
inmediatamente aceptó ayudar a Agua, invadiendo Ciudad
Paleta.

-Por supuesto. – dijo Beate.

15
Y yo me di cuenta, sin vacilar un segundo, de lo que
realmente estaba por suceder:

-Me imagino que su solución a nuestros problemas es


encontrar un arma de inmenso poder, perdida en la tumba
de algún ser ridículamente peligroso el cual solo nosotros
podemos derrotar, ¿estoy en lo correcto? –

Le pregunté a la humana, demasiado acostumbrado a los


diseños absurdos de los humanos exploradores para no
entender de inmediato porque esta joven y bella muchacha
deseaba nuestra compañía y ayuda.

-Debe ser vidente, señor dragón.- dijo ella, con un poco de


picardía en su sonrisa.

-Pues olvídelo, señorita, nosotros dos no nos metemos en


problemas robándole a la gente sus tesoros mágicos.
Además no es correcto andar robando tumbas, ¿sabe usted?
Y como si eso fuera poco, las tumbas siempre están
ocupadas por todo tipo de seres vivos y muertos que están
dispuestos a todo para proteger sus pertenencias.-

Dije yo, un poco enojado con esta ridícula, pero muy bonita
humana cazafortunas.

-Estego, espera. Vamos a escuchar lo que la bella dama


tiene que decir primero.-

Dijo mi compañero Agua, con la típica ingenuidad de niño


chiquito que le hace por una parte absolutamente
irresistible y por otra increíblemente sofocante. Ser amigo
de este hombre lagarto es como ser papa de un niño
particularmente terco.

-Agua, por vida tuya, tenemos suficientes problemas con


los enanos como para meternos en otro nuevo.

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Evidentemente esta druida esta en busca de algo que solo
nosotros podemos obtenerlo, y sin duda, ese objeto será
sumamente peligroso de conseguir.-

Dije yo. No era la primera vez que un humano busca-


pleitos había buscado mi ayuda en algún desbarate para
recoger algún tesoro milenario de alguna tumba olvidada.
Sin duda, los humanos creen que nosotros los dragones
somos el compañero ideal para este tipo de aventura-fiasco.

-De todas maneras, quiero escuchar lo que nos quiere decir.


– dijo Agua.

Y yo, a pesar de mis instintos e intuiciones sobre el desastre


que vendría sobre nuestras cabezas, logre cerrar mi hocico.
Beata se sentó en una gran piedra y empezó su relato.

-Gracias buen y noble hombre lagarto, estoy segura que una


vez que tu amigo el dragón escuche mis razones para
proponerles esta diestra aventura, no solo estarán
dispuestos a ayudarme, pero me agradecerán
profundamente haber encontrado sus dignas personas a
tiempo. – dijo ella. –Estaba yo meditando profundamente
sobre el equilibrio del universo cuando mis meditaciones
me llevaron a un futuro próximo donde tú, Agua Hombre
Lagarto, serias la causa de una terrible guerra entre Ciudad
Paleta y Grumpslandia la cual costaría miles de vidas y
terrible sufrimiento. En mi meditación, fui a la Madre
Tierra a preguntar como tal conflicto pudiese ser detenido.
La Madre Tierra me respondió mi oración, y me dijo que la
respuesta a mi deseo estaba en la “Montaña de Algodón”.-

La jovencita se sentó cómodamente en un tronco de árbol


cerca de nosotros y continúo su relato. Agua, fascinado por
la humana fue y se sentó a su lado.

-Fui a la Universidad de Ciudad Paleta a consultar los

17
libros sobre la historia de ese lugar, y lo que encontré fue
fascinante: Hace 12 mil años, cuando Nueva Roma era el
poder más grande en Nagaloka, un poderoso gnomo
ilusionista llamado Indrasura escapo la esclavitud y horror
de Nueva Roma y se fue a esconder en la Montaña de
Algodón, también conocida por algunos como la Montaña
Emplumada, que está situada en una pequeña isla
volcánica unos 80 kilómetros al sur de Grumpslandia en el
Mar de la Serpiente.-

-Indrasura empezó a construir un laboratorio mágico ahí,


lejos de la vista de todos. Nadie tenía interés en buscar un
gnomo en un volcán que de vez en cuando mandaba
“algodón” al cielo. Y pues, con el tiempo, Indrasura,
poderoso nigromante que era, empezó a descifrar los
secretos del universo.-

-Pero como muchos hechiceros antes que él, el poder que


desató con sus nigromancias lo enloqueció. Desde su
guarida en la Montaña de Algodón, logro conseguir una
espada terrible, una reliquia de otro universo, con tal poder
que podría, en las manos correctas, alterar el destino de
todo. Esta espada, cuyo nombre es tan terrible que no me
atrevo a decirlo, le causó la muerte al gnomo pero también
se la arrebató, convirtiéndose en vez en un terrible ser, ni
muerto ni vivo, y ahora Indrasura permanece ahí, en la
montaña, escondido en algún rincón oscuro, esperando que
alguien la encuentre. Aquel que pueda encontrar la espada
de Indrasura tendrá el poder para cambiar el destino. Estoy
segura que la Madre Tierra quiere que yo encuentre la
espada.-

Al terminar su relato, Beata se levantó del tronco de árbol y


produjo un mapa de su mochila.

-Este es el mapa que da con la entrada del laboratorio de


Indrasura. Lo que tuve que hacer para conseguirlo no es de

18
importancia para nosotros, pero digamos que el costo que
pagué para conseguirle fue enorme.-

-¿Porque yo?- Pregunto Agua.

-Porque he visto tu futuro, Agua, hombre lagarto, y tu


destino es cambiar el destino del mundo entero. No sabes
todavía lo terrible es lo que tienes que hacer. La guerra
entre los enanos y Ciudad Paleta es simplemente el
principio. Mis meditaciones me han convencido que tu
algún día tu tendrás que decidir el destino entero de todo
nuestro mundo. Seguramente la espada de Indrasura tiene
algo que ver en todo esto.-

-Agua, te recomiendo…- trate de advertirle a mi


compañero.

-Esta vez no, Estego. La Madre Tierra no confunde a sus


sirvientes, y si es nuestro destino cambiar el mundo entero,
que sea así. Buscaremos la espada.¨- dijo.

Y yo simplemente deje caer mi cabeza entre mis patas.

Desde el cielo, la Montaña de Algodón, también conocida


como la Montaña emplumada parece justamente eso: una
montaña de algodón, blanco como la nieve.

Arriba del cono volcánico de la montaña hay una


gigantesca nube blanca como la nieve, siempre subiendo al
cielo. La montaña está en el centro de una isla
prácticamente desierta excepto por algunas palmeras
intermitentes, cientos de miles de cangrejos y miles de aves
que vienen a descansar en la arena. La razón por la
condición poco verde de la isla es la interminable nube de
vapor cubre la parte más alta de la montaña. Es vapor
sumamente caliente, y acaba con mucha de la vegetación
que podría existir ahí.

19
Beate y Agua estaban montados sobre mi lomo, y la
exasperante humana miraba su mapa daba instrucciones a
mi amigo lagarto.

-Ahí. ¿Ves esas ruinas? –

Dijo. Mire y efectivamente, unos cuantos muros de tabique


todavía mostraban el lugar donde se podía ingresar a las
entrañas de la montaña por un pueblo abandonado,
destruido. Alguna vez, esos muros, que ahora parecían un
laberinto para ratas, pertenecieron a casas grandes. Pero ya
no había ni un muro con techo, solo las paredes quedaron.
Los cimientos de las viviendas tampoco habían
desaparecido, y se podía ver en algunos casos hermosos
pisos de lona y mosaico. Una casa en particular tenía el
piso en forma de una hermosa escena pastoral hecha con
mosaicos que por alguna razón sobrevivió el daño de los
elementos y logró mantener su belleza.

Aterrice suavemente justamente dentro de uno de estos


edificios. Los mosaicos bajos mis patas todavía mostraban
algunos relieves de imágenes particulares a los gnomos:
hongos, árboles y flores. Estas imágenes se hicieron más
claras cuando mis alas sacudieron el polvo del suelo, que
borraba muchas de ellas. En cuanto mis patas tocaron el
suelo, Beate brinco de mi lomo y miró con maravilla a su
alrededor.

-La ciudad perdida de Indrasura. Aquí vivieron sus mejores


sirvientes y amigos, todos en búsqueda de la verdad sobre
los secretos del universo con el uso de la nigromancia. –
dijo.

Luego, se volteo al este y apuntó con su dedo índice a los


remanentes de una estatua bastante grande mostrando la
gigantesca cabeza pelona de un gnomo con la boca abierta.

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-Ahí es.-

Beate empezó a correr para alcanzar ese lugar.

Llegamos a la gigantesca estatua. Agua y yo y nos


detuvimos a lado de Beate que estaba procurando echar un
hechizo para determinar la mejor entrada a la montaña.
Justo antes de que el hechizo pudiera ser completado, una
criatura muy singular y terrorífica apareció por detrás de
una nube de vapor y descendió a nuestra posición. Se
trataba de una esfinge: un aterrador león con cabeza de
humano, alas de águila y cola de escorpión. Su rostro,
bestial, pero extrañamente humano me recordaba los
rostros de los vikingos, pelos y barbas rojas como la sangre,
ojos verdes como las copas de las palmeras.

-La entrada al laboratorio de Indrasura está prohibida.


Lárguense de aquí o tendré que matarles a todos.-

Dijo la bestia con una voz como la voz de un león.

-¿Tu eres el guardián de este lugar? –

Pregunté, bostezando. Cuando un dragón bosteza,


demuestra dos cosas: una enorme boca llena de dientes del
tamaño de pequeñas espadas, y el hecho que el adversario
frente a uno nos da pereza.

-Si.-

-Y seguramente tienes una adivinanza que debemos


adivinar si queremos entrar. –

Le explique. Como dije antes, esta no era la primera vez


que me había encontrado pillando la tumba de algún ser
poderoso, y guardianes como esta esfinge eran accesorios

21
necesarios a estas tumbas, y tan predecibles como las
cuatro estaciones.

-¿Cómo es que lo sabes? – preguntó la bestia mágica.

-Soy joven, pero soy dragón, y nosotros los dragones


entendemos mucho más de las bestias mágicas como tu y
otras cosas ocultas peores que tu y estas cosas
nunca dejamos saber a nuestros amigos. Pero eso no es de
importancia. Lo importante es tu adivinanza. Dimela de una
vez, por favor, para que podamos entrar y robar la tumba de
tu amo.- Respondí.

-Les conviene más largarse. Si les digo mi adivinanza y no


la pueden adivinar, tendré que matarles, y verdaderamente,
después de dos mil años de estar aquí, protegiendo esta
estúpida entrada a esta estúpida tumba de mi estúpido amo,
lo último que deseo es matar a nadie, mucho menos porque
no supieron la respuesta correcta a mi estúpida adivinanza.-

Dijo aburrido el extraño ser. A mí me estaba gustando


mucho esta esfinge, pues sus pensamientos y los mis
coincidían en muchas cosas.

-Me da lástima tu condición, amigo. Pero sospecho que mi


amigo Agua no va a aceptar alguna otra solución que no
sea robar esta tumba. Estamos en medio de una gran guerra
y mi amigo está desesperado, y pues, no creo que podemos
abandonar este lugar sin primero tratar de entrar.- le
explique.

-Una gran pena, pues si están aquí para robarle el tesoro a


mi amo, aun si pueden adivinar mi adivinanza y entrar, una
vez que salgan con el botín tendré que matarles. – explico.

-Aun así, por favor dime tu adivinanza, bestia.- dije.

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-Muy bien. Mi adivinanza es esta: “De niño camina en
cuatro patas, de adulto en dos y cuando es viejo en tres.” -

-Las esfinges de Nagaloka harían bien en buscar nuevas


adivinanzas, amigo. La respuesta a tu adivinanza es “el
hombre”, y es bien conocida pues fue la misma que dio el
Rey Edipo en su famosa aventura.” Dije yo.

-Mi amo no era muy dado a leer historias de otros planetas,


amigo dragón. Pueden pasar. Pero recuerden que si sacan
algo, a la salida estaré obligado a atacarlos.-

Que gran tristeza saber que este ser mágico y yo tendríamos


que pelear tratando de matarnos en breve por la estupidez y
falta de experiencia de mi amigo Agua. La esfinge
seguramente fue creada para guardar la tumba, y por esa
causa no podía escapar su destino. Pero su vida trágica y
aburrimiento trascendental era palpable.

La boca del gigantesco gnomo de piedra sacó una enorme


lengua de piedra en forma de una gran escalera que se
achicaba conforme descendía hasta llegar a ser chiquitita,
como para un niño, descendiendo a las entrañas de la
montaña. La entrada era demasiado pequeña para mí.

Claro, puede haber tomado cualquier otra forma y


acompañar a mi amigo, pero la verdad prefería pasar el
tiempo con la esfinge, pues está seguramente sería nuestra
última oportunidad de platicar como amigos.

-Me temo que tendrás que ir solo, Agua.- dije.

-Solo no. Yo voy contigo, amigo lagarto.- dijo Beate.

Agua torció su cabeza de un lado a otro lado, tomo su


danda y bajó por las escaleras, sin decirme adiós o nada,
seguido de cerca por Beate. Yo me quede ahí, al lado de la

23
gran bestia, con más que un poco de miedo por el bienestar
de mi amigo.

Las cuevas dentro de la montaña eran muy calientes.

Lava fluía solo unos cuantos metros bajo los pies de Agua
y Beate, y por algunos cientos de metros en cerca de ríos
subterráneos. El resultado era vapor, como el vapor de una
olla para cocinar langostas. Afortunadamente, el vapor
subía rápidamente por una variedad de granujas en el techo
de la cueva.

Los pasillos habían sido cortados de la roca volcánica con


algún tipo de magia. Cientos de metros de largo, y unos 10
metros de ancho y entre 20 y 30 metros de alto, pasillos que
no tenían iluminación alguna. Pasillos oscuros como la
boca de un lobo.

Beate y Agua prendieron sus lámparas de aceite para


caminar. Las paredes eran perfectamente lisas y planas,
pero sólidas. Demasiado calientes para soportar la vida, las
cavernas no habían atraído ni cucarachas a vivir ahí.

Un largo pasillo terminaba el recorrido convirtiéndose en


una gigantesca letra T, dejando a los dos amigos con la
necesidad de decidir si tendrían que ir a la derecha o a la
izquierda.

-¿No tienes un mapa del interior? – pregunto Agua.

-No.- dijo la bella humana.

-¿Derecha o izquierda?- Agua alzó los hombros.

-Izquierda. Los magos adoran la izquierda. Se llaman entre


sí trabajadores de la mano izquierda. Y pues, yo voy a la

24
izquierda. – dijo Beate, y empezó a caminar.

Al fin del pasillo de unos treinta metros, llegaron a una


gran puerta de bronce. La puerta estaba sellada con un
enorme candado.

-De esto me ocupo yo.- dijo Agua.

Uno de los hechizos favoritos de Agua abría candados. Con


unas cuantas palabras mágicas, el candado cayó al suelo,
abierto.

Beate sonrió y jalo la pesada puerta con ambas manos,


jalando con toda su fuerza. Agua le ayudo, y poco a poco,
la pesada puerta cedió un poco y en cuanto pudieron,
miraron adentro.

A sus pies, podían ver una gran caída libre a un río de lava
ardiente. En intervalos de tres metros, unas plataformas de
madera colgaban suspendidas del techo con enormes
cadenas. Eran diez plataformas en total, cubriendo los 20
metros del abismo. Al otro lado, también pudo ver otra
puerta de bronce similar a la que habían abierto.

-¿Cómo vamos a pasar por ahí? – dijo Beate preocupada.

-Yo puedo volar. Pero eres demasiado pesada para que te


cargue.- dijo Agua.

- Esta bien. ¿Puedes volar ahí y luego abrir la puerta del


otro lado sin ayuda? – respondió la druida.

-Sí, claro.-

Dijo Agua, y se sentó en posición de flor de loto.

25
Le tomó algunos minutos para llegar a levitar. Necesitaba
un esfuerzo especial para poder utilizar su intención y
magia propia para lentamente elevarse del suelo, y luego,
su profunda concentración le hizo posible empezar a levitar
lentamente cruzando el terrible río de lava.

Una vez en el aire, el hombre lagarto parecía otro ser muy


distinto, pues un tipo de “aura” blanca lo rodeaba. Flotó
lentamente al otro extremo del cuarto y se colocó
lentamente en una pequeña pestaña de roca bajo la puerta.
Abrió los ojos, rompiendo su concentración y miró a su
amiga.

-¡Ta da!- dijo.

Otro pequeño hechizo salió de sus labios y la puerta se


abrió fácilmente.

-Ahora voy yo.- dijo Beate.

La guerrera agarro corrió hacia atrás para poder agarrar un


poco de vuelo y se lanzó al aire en un gran brinco de los 3
metros para cruzar la primera plataforma.

Su salto fue exitoso. Logró agarrarse de la enorme cadena.


Suspiro fuertemente. Después de algunos momentos en los
que recuperó su aliento, brinco a la segunda plataforma.

Y así.. Siguió brincando. La tercera. La cuarta. La quinta.


La sexta.

Cada vez que brincaba una plataforma, el hombre lagarto


contenía su respiración. Los brincos eran peligrosísimos, y
no quería perder a su nueva amiga. Finalmente, no pudo
aguantar el drama y Agua levito a su lado.

-Despacio. No tengas prisa, no creo que pueda sostenerte si

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te caes.- dijo.

-Gracias, amigo.- respondió ella.

Pero de repente, un chorro de lava estalló por debajo de


ellos.

Agua logró levitar fuera del peligro, pero Beate se resbaló y


cayó al abismo ardiente. No hubo gritos. No hubo ni
siquiera el sonido del golpe contra la lava. Solo un
aterrador silencio cuando la lava devoró completamente el
cuerpo de la bella druida en un par de segundos.

Agua vio la muerte trágica y accidental de su amiga como


alguien que viera una obra de teatro, no sin emoción, pero
sin poder moverse o decir nada por la profundidad del
evento.

Su corazón dio una pausa, absorbiendo el horror de lo


ocurrido, pero este no era el lugar para sentir tristeza por
una muerte sin sentido. Más chorros de lava podrían brotar
en cualquier momento.

Sin más, Lava cruzó la trampa mortal y llegó al otro lado.

Una vez fuera de la trampa mortal, Agua dejó finalmente su


tristeza apoderarse de su corazón, y empezó a llorar. Al
principio, sus lágrimas fueron lentas y largas, y luego
memorias de cómo había llegado aquí empezaron a acechar
su mente, torturándome con culpa y remordimiento. Si tan
solo me hubiera escuchado…

Pero ahora su compromiso para recuperar la espada de Ares


era perfectamente inflexible. La muerte de la joven humana
que tantos problemas nos había creado en traernos aquí, en
vez de asustar al lagarto, le dio más fuerza a su terquedad.

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Le esperaba otro pasillo, bastante corto, y al fin del pasillo,
otra puerta de bronce, igual de grande y pesada que la
anterior.

Lava cruzó el pasillo fácilmente y sin demora, hablo las


palabras mágicas que abrirán la puerta fácilmente. Y justo
como pensó, la pesada puerta de cobre se abrió sola
revelando un tesoro maravilloso adentro.

Estaba ahora en una enorme y lujosa recamara con una gran


pirámide al centro y increíbles tesoros amontonados bajo la
pirámide. Varios cofres de hierro, abiertos y llenos de
monedas de oro, joyas, y objetos preciosos. Armaduras de
oro y plata guardando los cofres. Armas de todo tipo,
hachas, garrotes, espadas, ballestas… Todas hechas de
materiales preciosos y radiando una extraña luz mágica.
Pero nada de eso interesaba al joven hombre lagarto.

Su interés principal era un pequeño sarcófago hasta arriba


de la pirámide. El ataúd parecía como para un niño. Estaba
hecho de oro puro y estaba hecho en la forma del gnomo,
Indrasura. Además, estaba abierto y se podía ver el
contenido.

Dentro del sarcófago, el gnomo vampiro Indrasura, creador


de todo en la isla, sostenía una enorme espada más grande
que el mismo. Un pequeño ser, vestido elegantemente con
seda negra y blusa blanca, rapado de cabeza sin el notorio
sombrero rojo de los gnomos. Podría decretarse que su
rostro era hermoso, pues parecía más que nada el rostro de
un niño de mal carácter con enormes orejas y grandes ojos.
Pero el color de la piel estaba blanco y verdoso, algo
muerto, algo sobrenatural.

-La Espada de Indrasura- suspiro Agua. –Espero que esta


espada valga tu sacrificio, amiga druida.-

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Agua caminó lentamente las escaleras de la pirámide hasta
llegar a los pies del sarcófago. Estaba montado en una
plataforma de piedra de la altura de una mesa de comedor.
Agua examinó el sarcófago cuidadosamente.

El gnomo, pequeño como un niño, parecía dormido o


muerto. La espada sobresalía por entre sus pies y por fuera
del sarcófago.

Tentativamente, Agua agarró la espada para tratar de


arrebatarsela al gnomo.

Los ojos del diminutivo ser se abrieron rápidamente. Sus


pequeñas manos arrebataron la espada de Agua con una
fuerza sobrehumana.

-¡Ladrón! ¿Te atreves a irrumpir mi descanso?-

Dijo el hombrecito en una voz chillante, como la de una


rata rabiosa. La espada estaba apuntando a la garganta de
Agua, y Indrasura estaba parado sobre su propio cofre.

-Perdone usted, pero no sospechaba que estuviera vivo.-


dijo Agua.

-¿Vivo?....No… No estoy vivo, lagarto. Pero antes de que


te mate, dime, ¿Quién eres y porqué estás aquí?- replicó el
hombrecito.

-Es verdad que vine aquí en búsqueda de su espada, amigo,


pues se avecina una guerra terrible, y me siento muy
responsable de ella, pues fui yo que la provocó. Esperaba
poder usar la espada para ganar la guerra antes que se
tuviera que pelear, pero ahora que veo que su dueño
todavía camina y habla, no tengo más remedio que pedir
perdón por mi falta de buen juicio.-

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Dijo Agua, alejándose del ataúd.

-Es demasiado tarde para pedir disculpas, lagarto. Ahora lo


que deseo de ti es tu sangre, pues no me he alimentado en
un buen rato.-

El gnomo salía lentamente de su sepulcro dorado, una


sonrisa extraña en sus labios.

-Pero no puedo dártela.- dijo Agua.

-Eso no es importante. Será fácil quitársela.- dijo Indrasura.

-Antes de hacer tal cosa, seamos civiles. Por favor


explícame porque duermes en un cofre para muertos.- dijo
Agua, tratando de contener la violencia en el pequeño
gnomo.

-Soy un vampiro, lagarto. ¿No es evidente? Me alimento de


sangre, preferiblemente humana, pero esos humanos son
difíciles de encontrar, y ya me acabe todos los que estaban
en mi isla. Hace mil años, quería vencer la muerte, y pues
me puse a estudiar cómo hacerlo, y me encontré con esta
espada, que convierte a los vivos en muertos pero que le da
inmortalidad y invencibilidad a aquel que la sostenga. El
precio es sangre, pues mi vida depende de que pueda
derramar la sangre de otros con esta espada. La espada me
ha convertido en vampiro.-

Indrasura estaba mirando a su alrededor para tratar de ver


por donde escaparía Agua. Ni por un instante dudaba de su
capacidad para atrapar y devorar al joven lagarto.

-Un destino ciertamente trágico, señor gnomo.-

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Agua estaba mirando a su alrededor para tratar de ver por
dónde escaparía. Ni por un instante dudaba de la capacidad
del gnomo de devorarle.

-Tal vez, pero soy muy viejo y llevo muchos años


esperando comer. Ahora tú has llegado a mi como un muy
merecido desayuno, y por eso en este momento, veo más el
sufrimiento tuyo que el mío en nuestro destino mutuo.-

El gnomo-vampiro y el hombre-lagarto actuaron al mismo


tiempo.

Indrasura trató de cortarle el cuello a Agua y Agua


respondió formando una barrera mágica e invisible pero
poderosísima entre él mismo y el gnomo. La barrera detuvo
el golpe fatal de la espada, pero Agua sintió el impacto
espiritualmente. La barrera que había formado expandía su
“aura” de energía vital como si fuera un huevo de
protección invisible sobre su cuerpo. Pero el cascarón del
huevo mágico se rompió con el impacto de la espada
maldita.

La espada era una terrible arma y el daño que causaba era


espiritual tanto como material.

Agua savia que su barrera no duraría mucho contra un


segundo ataque, y pues decidió salir de ahí corriendo y
regresar al terrible abismo que le había costado la vida a la
druida. Indrasura lo persiguió a pie, meneando su enorme
espada sobre su cabeza.

No contaba mi amigo lagarto con el tiempo necesario para


levitar, pero sus patas traseras están perfectamente hechas
para saltar grandes distancias, y eso es exactamente lo que
hizo.

El pequeño vampiro apareció al otro lado de la puerta.

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-No creas que puedes escaparme, lagarto.- dijo.

Vivo o muerto, un gran hechicero sigue siendo un gran


hechicero, y pues Indrasura logró empezar a levitar de la
misma manera que Agua lo hizo para llegar a su cuarto
fúnebre.

Pero le tomaría algunos minutos entrar en trance para


levitar, minutos que Agua utilizo para saltar como chapulín
de una cadena a la otra. Para cuando el gnomo estaba en el
aire, Agua ya había logrado cruzar el peligroso abismo.

El gnomo cruzó más rápidamente, pues no necesitaba


brincar.

La carrera para salir de la montaña era desigual. Agua,


desequilibrada por la muerte de su compañera, estaba
corriendo y tropezando, y el gnomo no-muerto estaba
volando tranquilamente. Aun así, la ventaja del hombre
lagarto fue suficiente para que saliera primero de la
montaña.

-Dos compañeros entraron, pero solo uno va a salir.-

Me dijo la bestia a mi lado, meneando su cola de escorpión.

-¿Y tú y yo tendremos que matarnos?- le pregunté.

En mi mente estaba siempre la posibilidad que si mis


amigos habían logrado hurtar la espada de Indrasura, y yo
tendría que asesinar a la extraña pero amistosa criatura para
protegerlos.

-No lo sé. Tu amigo el lagarto no ha robado nada, pero mi


amo está detrás de él, y solo mi amo puede decidir si hemos
de matarnos o no. No creo que pueda ganar una pelea

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contra ti, dragón, pero si mi amo me pide que te mate, lo
tendré que hacer, pues a sus órdenes, yo no puedo
desobedecer. Discúlpame si hemos de matarnos.- dijo el
Gymnosfinge.

-Hmmm. Aquí están.¨- dije yo, alejándome un poco de la


gran estatua y del aguijón venenoso de mi contraparte.

Agua salió, tropezando en las rocas.

-Vámonos de aquí.- dijo.

Segundos después, un hombrecillo calvo, vestido de negro


y sosteniendo una espada dos veces su propio tamaño salió
volando de la terrible boca de piedra.

-¡Detenedle! ¡Ladrón! ¡Ladrón!- chillo.

El gymnosfinge gruño y se preparó para ir contra mi amigo


Agua, que ya estaba preparando un hechizo nuevo para
salir de su apuro.

Sin consideraciones morales, pensamientos externos o


culpa alguna, en ese momento, yo escupí un enorme chorro
de fuego que rápidamente envolvió y consumió al
desafortunado guardián de la montaña. Su cadáver semi-
cocido cayó a un lado del hombrecito con la terrible
espada.

-¡Asesino! ¡Ladrón! ¡Pagarán por esto!- chilló nuevamente.

Una gran telaraña brotó de las manos de Agua y enredo


completamente al pequeño vampiro. Pero en vez de quedar
completamente enredado, como la mayoría de los seres
atrapados en las telarañas mágicas de Agua, el pequeño
gnomo simplemente la cortó con su gran espada mágica.

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-¡Mago de segunda! ¿Crees que puedes derrotarme tan
fácilmente? – chillo.

El fuego en mi corazón y garganta ya se había repuesto.

Ataque vomitando otro gargajo de napalm gástrico que se


dirigió sin falla al adversario diminuto de Agua. Pensé que
nuestro enemigo estaba abatido, pues las llamas lo
envolvieron completamente.

Pero estaba equivocado.

La ropa del enanito estaba completamente calcinada,


dejándolo totalmente encuerado, pero su piel, sus huesos,
su carne, eso no fue ni siquiera calentado. Alguna
resistencia mágica a la muerte protegía al extraño ser.

-Mi turno.- Me dijo mirándome fijamente.

Y lanzó su espada como si fuera una lanza. El enorme


fierro voló acertadamente y penetró justo en el centro de mi
pecho, donde mi corazón de dragón late lentamente. Casi
no me dolió. Un pinchito nada más. Como si alguien me
hubiera golpeado levemente.

Pero a pesar de la falta de dolor, y de que no sentí nada,


mire la espada en mi pecho y supe que estaba muerto.

No pude moverme. No pude hablar. No pude ni siquiera


pensar claramente. El Sol, esa enorme bola de fuego
empezó a crecer y crecer y crecer, su brillante luz blanca
me segaba.

Del centro de toda esta maravillosa luz, Tiamat, madre de


todos los dragones, inmortal ser de cuyo cuerpo está hecho
el universo, apareció frente a mí. Olvidado estaba el
gnomo, la espada, Agua, la isla, el volcán… Olvidado

34
estaba todo. Todos.

Solo quedaba mi madre. Tiamat de mil cabezas.


Gigantesca, terrible. Sus mil cabezas de dragón hablaban
todas a la misma vez.

-Hijo mío.- dijo en la voz de mi madre y mil otras madres.

-Hijo mío, no puedes trascender y venir conmigo todavía.


Alguien tiene tu espíritu en cadenas. Pero regresare por ti,
hijo mío.- dijo.

Luego, alguien más estaba saliendo de la luz blanca.

Se trataba de un humano común, con larga barba blanca,


ojos color de flama, sus manos y sus pies con las heridas de
clavos. Su túnica era blanca. Su cinturón dorado. En su
cabeza, una corona de oro en forma de espinas.

-Estego, noble dragón, soy Jesús el Cristo. La espada que te


mato te ha condenado a la no-muerte hasta el Día del
Juicio. – me dijo.

Y su voz era tan hermosa que yo simplemente me rendí


ante El.

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CAPÍTULO DOS: LAVA Y ROBIN HOOD

Parte Uno: Lava platica con Orgullo.

Hola, damas y caballeros, me llamo Lava, y soy un Hombre


Escorpión.

Es decir, pertenezco a esa especie de seres, nativos de las


Montañas Centauro en en planeta Nagaloka, creados por
los Señores Naga, dueños del planeta y creadores de
muchos de nosotros, y yo fui creado con la mitad de un
humano y la mitad de un escorpión. La idea de nuestra
creación por parte de los Señores Naga fue simplemente de
darle voz humana a los escorpiones, un propósito noble y
necesario, pues como podrías pensar, los humanos casi
siempre nos discriminan, especialmente a nuestros primos
diminutos que solo tienen su aguijón para defenderse de
ellos.

Pero mi existencia en sí es considerada terrible por algunas


personas. Solo es necesario preguntarles a los sacerdotes de
las Tres Ciudades Cristianas, donde yo sería asesinado

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antes de poder entrar. Ahí, yo y los míos somos
“demonios”, horribles criaturas oscuras, creadas por satanás
y sus peores secuaces, los hombres serpiente.

Esos humanos racistas, xenófobos nunca entenderían el


orgullo de conocer mis verdaderos creadores y de trabajar
para el beneficio de todos los seres conscientes. Es decir,
todos los seres, pues no hay ni una mosca que no tenga
algún tipo de conciencia.

Bueno, a lo que vengo. Deseo, como testigo ocular de mi


plática con cierto espíritu inquieto, relatar lo dicho entre
nosotros para mejor aclarar la visión de los Dajjals del
universo y porque las cosas son como son. Ustedes,
amigos, seguramente nunca han platicado con un gran
Dajjal, y por consecuencia, lo que he de relatarles entra en
ese extraño rubrico de la vida: cosas que no conocemos.

La criatura de la que hablo es nada más y nada menos que


el “hombre del pecado”, que sin duda nadie acusaría de ser
humano. Es tan solo el Rey de los Dajjals, el Gran Ojo
conocido como “Orgullo”, por su propia gente, y claro
Lucifer por sus amigos en otros planos de existencia.

Nuestra plática ocurrió algunos meces antes que el Señor


Agua, Señor Soberano del Universo y de Ciudad Paleta, mi
Amo y querido amigo, por quien doy mi vida y mi alma,
saliera en su terrible odisea a Grumpslandia a pedir la
ayuda del Rey Grumps, mucho antes de ser Rey de Reyes.
Ocurrió justamente el día antes de su sueño profético sobre
el Señor Krsna.

Yo estaba en la Playa de los Hobbits, un barrio muy


psicodélico y traumatizante de Ciudad Paleta, donde los
Hobbits, los pachecos más pesados de toda la ciudad han
logrado una celebración preocupante a su medio preferido
de sustento: la marihuana.

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La playa entera es artificial. Contiene un fuerte nivel de sal
en el agua, cosa que el océano de agua dulce llamado Mar
de Serpiente no tiene. Y esta agua salada sirve para criar y
disfrutar de seres extraños y exóticos que solamente pueden
vivir en el agua salada.

La mayoría de playas en Nagaloka tienen grandes bosques,


como si fueran orillas de ríos gigantescos. Pero la Playa de
los Hobbits podría ser igual a la playa de Acapulco en el
planeta Tierra, pues el principal contenido de sus áreas
secas es arena de la más fina y agradable, con un color
entre blanco y muy ligero café-con-leche.

Crustáceos de agua salada y varias otras especies de agua


salada pertenecientes del planeta Tierra conviven con flora
y fauna natural de nuestro mundo. Qué tipo de magia fue
necesaria para ese milagro de control del medio ambiente
no es asunto para mentes como la mía, pues soy un simple
guerrero, pero si lo es para los hechiceros hobbits que
gastaron décadas en planear y terminar el proyecto. ¿Ya
mencione que los hobbits son particularmente pachecos?

Hay que entender que un proyecto de una bahía de agua


salada en un mar de agua dulce no fue barato. Pero los
hobbits son ricos. Su marihuana vende muy bien en Ciudad
Paleta, y sus recursos son más que suficientes.

Ese día, mi deber oficial se trataba de comprar algunos


ostiones para mi amigo Estego, el dragón azul, mejor
amigo de nuestro ahora soberano Agua, Hombre Lagarto.
La playa de los hobbits es el único lugar donde estos
ostiones pueden ser encontrados.

Estego estaba preparando un brebaje mágico para un


cliente y necesitaba un elemento de estos raros seres que
generalmente se encuentran solo en el planeta tierra. Pero

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gracias a los Hobbits, los ostiones ahora tenían su hogar en
Nagaloka también.

Mi mercader de preferencia se trataba de un hobbit flaco,


bigotón y malhumorado llamado John Wayne.

-Hola, John, ¿Que dicen los hobbits?- le pregunté.

-Lava, viejo amigo, ¿Que dicen los escorpiones?- respondió


con su voz grave y lenta.

-Esa bola de canijos de las montañas, no tengo idea, pues


hace largo tiempo que no pasó con ellos, pero de los
devotos verdaderos en el Templo de Krsna, te puedo
reportar mucha tristeza. El reto en la Arena de Jan, el
Minotauro no ha sido respondido por Agua, el hombre
lagarto, y eso no ayuda los chances de abrir nuestro templo
aquí en Ciudad Paleta. Los cristianos del Reverendo
Duckworth están extáticos de orgullo de su victoria en
nuestra hermosa ciudad.-

-Espero que no se repita otra masacre, como la de Lolth,


hace unos años, pues eso solo demostraría lo demoníaco
que es el dios ese de los humanos.-

Mi amigo John Wayne no soportaba a los seres humanos.


Para él, significaban una plaga de idiotez en Nagaloka. A
los devotos de Krsna, claro estaba, les quería bien y los
toleraba, a pesar de su raza. Pero si hubiese algo llamado
prejuicio o discriminación racial en Ciudad Paleta, el
paraíso de diversidad del universo, John era su principal
proponente. Los humanos eran basura. Los Hobbits
supremos.

Estaba yo a punto de explicarle a John Wayne que Jesús


era más ni menos que el Señor Krsna mismo, en una de sus
encarnaciones, pero fui interrumpido por la violenta,

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vistosa, ruidosa y peligrosa aparición entre nosotros de un
ser singularmente extraño. Ocurrió así:

Un gigantesco trueno surgió del subsuelo dando un choque


eléctrico a todos y a todo a su alrededor.

A mi, es estallido eléctrico, casi me hizo perder el


conocimiento, creando un dolor increíble, como si un río de
agua fría me cayera encima. A mi amigo John, lo aventó
unos dos o tres metros en el aire. Cayó pesadamente
algunos metros de distancia, con una mirada de shock y
todos sus pelos erizados, quemados.

Pequeñas llamitas se apagaron rápidamente en el suelo. Lo


que estaba enfrente de mí se trataba de una caja de madera
con un espejo o vidrio negro en uno de sus lados y opuesto
a ese vidrio, unos extraños cables. La caja tenía algunos
ornamentos abajo del vidrio ese. Flotaba lentamente en el
aire, como un globo de niños. Parecía no ser orgánico, pero
sus movimientos eran metódicos, demostrando una extraña
inteligencia.

Un gigantesco ojo apareció en el vidrio y dijo:

-¿Alguno de ustedes es Lava?- dijo la extraña aparición


causando que una gran boca apareciera bajo el ojo en el
vidrio negro.

-Claro, soy, yo.. ¿En qué puedo servirle?- dije.

-Soy el más antiguo de los Dajjals, llamado por algunos


Orgullo, por otros Lucifer, Televisión, Geisterbahnof y
varios otros nombres menos agradables. Estoy aquí para
platicar con usted sobre algo muy importante que va a
ocurrir en este mundo, y que podría, afectar todo el
universo.- explicó.

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La caja floto en mi dirección, y pude ver, por primera vez,
que arrastraba unas cuerdas de algo como mecate, pero de
un material extraño, como piel.

-Lava, hombre escorpión, un placer conocerte. Vengo de


Ciudad Dajjal, en Nagaloka Interna, y debo decirte que no
fue fácil encontrarte. Pero ahora que podemos vernos cara a
cara, me siento feliz, pues puedo cumplir mi objetivo, y
nosotros los dajjales vivimos para cumplir nuestros
objetivos.-

Es “ser” no parecía ni plenamente vivo ni plenamente


muerto. Una extraña combinación de vida y elementos
inorgánicos. Pero su animación evidentemente lo
caracterizaba como un ser viviente.

-¿Y cuál es ese objetivo?- pregunte.

-Prevenir el fin del mundo.- dijo.

-¿Oh? El mundo no se acaba, ¿o sí? – sonreí.

-Los planetas se mueren, y todos los seres en ellos también,


los soles se apagan, las galaxias se enfrían. Todo muere,
incluyendo esta Ciudad que es tu mundo.-

-Pero seguramente no hay peligro de tales catástrofes


cercano, ¿debemos temer algo del cielo? ¿Acaso se apagara
el sol? ¿Tal vez nuestras siete lunas están por caer de los
cielos?- dije. –Si ese fuera el caso, dudo mucho que ningún
ser, por poderoso que sea, pudiera cambiarlo.-

-Oh, nada tan dramático. Es otro el asunto que puede


terminar con todos nosotros, se trata de un hombre lagarto.-
dijo la caja parlante.

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-¿Un hombre lagarto va a destruir el mundo?- pregunte,
incrédulo.

-No exactamente, pero si va a traer consigo una terrible


guerra a Ciudad Paleta.- dijo el ojo parlante.

-¿Una guerra?-

-En este momento, el Rey Grumps, rey de los enanos, está


soñando como su ejército va a invadir Ciudad Paleta. Pero
la falta una causa para hacerlo. Esa causa va a ser la
ridícula razón de que a un hombre lagarto no se le permitirá
construir un templo a Krsna. Los enanos ganaran la guerra,
y colocaran al hombre lagarto como rey de la Ciudad. Pero
el costo será terrible, pues en una serie de eventos
cósmicos, esto causará que los muertos salgan de sus
tumbas y traten de exterminar los seres humanos en el
planeta. En pocas palabras, el fin del mundo.-

El ojo parlante dentro de la caja parecía calmado


describiendo las calamidades que, según él, terminarían con
todo.

-Pero tu como sabes todo esto, y ¿porque decírmelo a mí?


Soy un simple soldado, no puedo cambiar el futuro…-
pregunte.

-Mi nombre es Orgullo, soy un dios entre mis hermanos,


pues nosotros los Dajjals nos alimentamos de “pecado” y el
pecado del orgullo es, no solo el más común entre los
hombres, pero efectivamente, el más terrible. Mi naturaleza
espiritual me permite ver presente, pasado y futuro de todas
las cosas, y mis poderes son casi omnipotentes,
omniscientes y omnipresentes, pues me alimento de todos
aquellos que se enorgullecen demasiado, y puedo, de
momento en momento, ver con los ojos de todos ellos. El
universo no tiene secretos para mí.-

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¿Una extraña caja con un ojo animado adentro, un ser
omnipotente? Por extraño que parecía, no dudaba sus
palabras. Cosas más extrañas sucedían todos los días en
Ciudad Paleta. Me voltee a mirar al mar.

Un extraño ser alado, mitad-serpiente, mitad-pájaro,


perseguía un enorme albatros para comérselo. En la costa,
marineros orcos ataban una carabela de mar al muelle. Una
familia de hobbits caminaba por la arena, disfrutando la
marea en sus pies descalzos. Por extraño que pareciera todo
para mí, la paz reinaba en este mundo, y la idea de guerras
y muertos que salían de sus tumbas parecía muy lejana. El
olor a mar penetraba mi nariz agradablemente, y el sol
calentaba mis hombros y mi exoesqueleto.

-¿Y porque yo?- pregunte.

-¿Conoces a Agua, el hombre lagarto?- dijo el ojo.

Agua. Mi amigo de la niñez. Un humilde hechicero lagarto


que vivía en un pequeño campamento afuera de la ciudad, y
que valoraba sobre todas las cosas su fe al Señor Krsna,
dios de sus antepasados. Agua, inocente como un niño,
ingenuo, soñador. El lagarto que no lastimaría una mosca.

Agua, para quien yo no podía tener más que cariño, afecto


y paciencia para sus ridículos sueños.

-¿Agua es el hombre lagarto que causará la guerra? No lo


creo.- dije, un poco enfadado.

-Agua va a soñar un sueño, Lava. Después de soñar ese


sueño, va a construir una estatua de Krsna, y luego va a
tratar de colocarla en una casa en el centro de la ciudad. Su
petición será negada por la Torre Rosa, y buscará la ayuda
del Rey Grumps. El Rey Grumps traerá la guerra a Ciudad

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Paleta, conquistara las Tres Torres y pondrá a Agua en el
trono de la Ciudad. De ahí, se abrirán portales, y dioses
descenderán a nuestro mundo. Uno en particular, un Dios
Humano llamado Jesucristo despertara a los muertos para
eliminar a los vivos y empezara el fin del mundo. Sin
humanos orgullosos, solo conoceré el hambre, pues mi
alimento son sus sentimientos y si ellos dejan de existir, yo
también dejaré de existir.-

El ojo cambió varias veces de forma, convirtiéndose en los


ojos de varios seres distintos, lagartos, pájaros, humanos,
peces.

-¿Qué tengo que hacer?- pregunté. Pero ya sospechaba la


respuesta.

-Debes matar a Agua, hombre lagarto antes de que tenga su


sueño profético. Debes matarle hoy. Solo así salvarás el
mundo.- dijo.

¿Matar a Agua? ¿Matar a la criatura más indefensa y


pacífica de todo el planeta para satisfacer a un ser
plenamente demoníaco? No lo haría jamás.

Como leyendo mi mente, la caja animada me miró


fijamente con su único ojo, y me dijo:

-Observa cuidadosamente, Lava, hombre escorpión, mira


en mi ojo, pues ahí vas a ver las cosas que han de ser, y ahí
no habrá dudas de que son cosas que tienen que pasar a
menos que tu hagas lo que te pido y mates a tu amigo el
hombre lagarto.-

Y de un momento a otro, en la imagen de la caja,


desapareció el ojo, y en vez empezó a mostrar una serie de
imágenes en movimiento con sonido real, y esas imágenes
fueron terribles: un ejército de enanos quemando barrios

44
enteros de la ciudad y asesinando soldados de las Tres
Torres, zombis caminando y asesinando por las calles de la
ciudad. Y dragones volando sobre la ciudad y vomitando su
fuego sobre los techos de la ciudad, que ahora estaba
infestada de hombros. Entre todas estas inmundicias, vi a
mi amigo Agua ser coronado Rey por el mismo Rey enano,
y a los Tres Ancianos amordazados y atados por soldados
que los capturaron. Formas y figuras apocalípticas
ocurriendo como si fuera en carne y hueso. Y claro, me vi a
mi mismo peleando a muerte con seres ni vivos ni muertos.

El ojo regreso tomando el lugar de las otras imágenes.

-¿Vez? Ese es tu futuro.- dijo.

-¿Cómo?-

-Mi experiencia de la realidad depende del orgullo de seres


vivos durante momentos de sus vidas, y pues existo fuera
del tiempo, y sin las ataduras del espacio. Puedo estar en
todos los lugares y todos los tiempos. Esta forma no es mi
verdadera forma, es solo una herramienta para comunicarse
con seres mortales.- explicó.

-¿Y si son mentiras? ¿Ilusiones para hacerme traicionar a


un amigo fiel? Engaños para hacerme cometer un
homicidio contra alguien que merece mi amor y cariño
profundos.- dije, ahora si iracundo.

-Eso solo tú puedes saberlo, amigo, escorpión. Contra el


libre albedrío no puedo actuar, pero lo que sí puedo decirte,
es que por muy bueno que sea tu amigo Agua, si no le
asesinas esta noche, el soñara su sueño, y entonces la
protección del Señor Krsna estará sobre su destino, y nada
en el universo podrá detenerle de hacer las cosas que tiene
que hacer para que empiece el fin de los tiempos. Pero yo
ya he dicho lo que tengo que decir, y te he mostrado lo que

45
te tengo que mostrar, y ahora es tu turno de actuar o no
actuar. De ti depende el fin del mundo como lo conocemos,
amigo. Y yo no puedo predecir tus actos, pues son los actos
de seres conscientes que forman la realidad colectiva de
todos nosotros, y ahí la ley que impone es la del libre
albedrío, y la decisión que todos debemos tomar sobre
cómo actuar en el tiempo que se nos ha dado para actuar.
Por tal causa, me despido, Lava, y te deseo lo mejor.-

El ojo en la caja expuso su explicación, y acto seguido, con


truenos y relámpagos, desapareció completamente le la
playa, de mi vista, y de Ciudad Paleta.

Esa noche, Agua hombre lagarto me invitó a cenar.

Estuvimos solos varias horas y platicamos de temas


inocentes. No le dije absolutamente nada sobre los eventos
de esa mañana. Pude haberlo matado en cualquier momento
con mi aguijón, o con mis enormes pinzas.

Pero no lo hice.

Si Agua era o no la causa del fin del mundo, a mí no me


importo un bledo. Agua era mi amigo, y asesinarle en
sangre fría no fue jamás una posibilidad en mi corazón.

46
Capítulo Dos parte dos:
Bajo las Cloacas de la Niña

James Stuart y James Brown llegaron juntos al 3er Cohorte,


2nda Centuria de la 5ta Legión de Ciudad La Niña, bajo el
comando del Centurión Alejandro Jones. Los dos James
fueron amigos desde niños, y llegar a enlistarse juntos fue
un momento particularmente delicioso para ambos.

Tenían 16 años cada uno cuando se unieron a la Legión, y


venían de familias humildes y de poca educación. Para
ellos, unirse al ejército fue un acto de comprometida
desesperación, con gran expectativa, pues en Ciudad La
Niña, las oportunidades laborales para los jóvenes eran
pocas y la compensación baja. Pero los soldados siempre
encontraban trabajo, dinero y respeto.

Stuart quería ser Párroco. Brown quería ser Herrero, pero


como venían ambos de una familia con una larga historia
de servicio militar, sus padres los mandaron derechito a la
oficina de reclutamiento en el Cuartel General, donde les

47
dieron sus uniformes, pecheras, yelmos, escudos largos,
espadas cortas y pilum.

De ese momento en adelante, fueron reclutas: “prisioneros”


del ejército y del temible Centurión Jones, temido entre sus
hombres por ser de paciencia inexistente, brutal en castigos
corporales, y dedicado a la matanza organizada de los
enemigos de la nación.

Después de un riguroso entrenamiento militar de tan solo


tres meses, a Stuart y Brown les dieron la particular misión
de patrullar la ciudad de noche. Cosa común para soldados
rasos y cadetes recién comisionados, el patrullaje nocturno
se consideraba lo peor que podría uno pedir en el ejército,
pues era de noche donde los ataques y atrocidades más
terribles ocurrían, y todos en Ciudad La Niña estaban
conscientes de los cientos de miles de demonios que
deseaban nada menos que la destrucción del cristianismo y
que obran sus maldades de noche por todo el planeta.

Pero para los dos jóvenes, patrullar de noche no fue nada


difícil, pues ahí en Ciudad La Niña todos se acostaban
pasaditas las 9:00 p.m. y nadie del mundo cristiano salía a
hacer pachanga, pues la Santa Inquisición no permite tales
cosas, y ciertamente, cualquier persona que quiera hiciera
tales cosas podía ser acusada de violaciones a las Leyes de
la Moralidad. En Ciudad La Niña violar la moral puede
causar la muerte por ahorcamiento o guillotina, porque los
católicos de Ciudad la Niña no perdonan y tampoco
conocen el 6to Mandamiento.

Así era el mundo cristiano en Planeta Nagaloka, hogar de


monstruos serpentinos y dioses culebra.

Pero digamos que James y James apreciaban su trabajo


nocturno. En solo unos meses, habían pasado de ser
jóvenes aburridos, sin trabajo, a ser soldados respetados y

48
temidos, con suficiente oro para comprar buena comida,
vestimentas, y la ocasional, (muy ocasional) botella de
vino.

Para divertirse siempre encontraban maleantes, pues en


cualquier lugar donde hay mucha gente, uno puede
encontrar aquellos que trataran de violar la ley. Para dos
legionarios jóvenes y aburridos, el rompimiento de la ley
por parte de ciudadanos fue siempre causa de gran
diversión especialmente cuando ellos llegaban para castigar
tal comportamiento.

James y James, por su naturaleza, se convirtieron en


muchachos crueles y despiadados, y obran sus maldades
fuertemente protegidos por las leyes de la ciudad. Muchos
fueron los que sufrieron golpes, encarcelamiento, abusos
verbales y físicos por parte de los dos James por
infracciones de la ley tan insignificantes como tomar el
nombre de Dios en vano, vestir fuera de la sencillez, con
faldas demasiado cortas, o pelo demasiado largo, o estar
fuera de casa después de las nueve.

En Ciudad La Niña, no era necesario acudir a juicios


costosos para determinar culpabilidad en faltas contra la
moral. Los policías y gendarmes guardaban la moral de la
ciudad celosamente y sin necesidad de leyes restrictivas.
Eran jurado, juez y verdugo todo en uno.

Pero en esta particular noche, no tenían tal suerte de


diversión.

El Sargento Uddo Broski, superior inmediato de ambos,


llegó a su puesto y les informo que unos trabajadores de la
cloacas habían escuchado ruidos extraños, y era necesario
ir a investigar…

Las Cloacas….

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Ciudad La Niña contaba con un enorme laberinto
subterráneo creado por la necesidad de crear canales de
aguas negras para prevenir la inundación de sus numerosos
y muy poblados barrios…. Las cloacas fueron construidas
lentamente a través de la historia de la ciudad y
eventualmente se convirtieron en una ciudad subterránea
utilizada por los más pobres y desdichados ciudadanos.

Este laberinto era también el hogar de todo tipo de criaturas


inmundas y peligrosas. Ratas gigantes, lagartos, Oty-Ugs, y
arañas monstruosas. Bichos terribles, pero, normales para
un lugar como Nagaloka, donde dragones, demonios y
duendes son cosa de todos los días.

James y James no estaban muy felices de cumplir su


misión. Conociendo las cloacas como las conocían, la
consideraban una misión suicida. Pero debían cumplir su
deber, y pues a pesar de todo, abrieron la puertecilla de
metal que llevaba a la gigantesca escalera metálica que
bajaba más de diez metros hasta los interminables
laberintos de aguas negras…

No muy lejos de ahí, el hechicero Dumbldor y el


gigantesco guerrero Froodu entendieron que su escondite
había sido comprometido.

Dumbldor y Froodu venían de Ciudad Paleta, antigua


enemiga de Ciudad La Niña, en la búsqueda de algo para
detener el apocalipsis zombi que estaba azotando todo ser
humano fuera de las Tres Ciudades Católicas; La Niña, La
Pinta y La Santa María.

Los dos guerreros Paletianos fueron dirigidos por nada


menos que el mismísimo General Kurgan a buscar
información sobre la inmunidad de las Tres Ciudades
Católicas contra los zombis.

50
Dumbldor se había colado, con su habilidad de disfrazarse,
entre los miles de ciudadanos de Ciudad La Niña con la
esperanza de entender porque la ciudad era inmune a la
plaga de zombis. Froodu permaneció bajo las cloacas, en
apoyo del hechicero: músculo para apoyar magia.

Por un buen rato, nadie pudo encontrar el escondite de


Dumbldor, pero ahora su escondite estaba arruinado por la
patrulla cotidiana de dos legionarios curiosos.

Solo quedaba una solución; los legionarios tendrían que


morir….

El terrible e inescapable resultado de conflictos entre


naciones es que los hombres se asesinen entre ellos con el
respaldo de sus gobiernos, y ese resultado es tan antiguo
como las naciones mismas. Pero la lucha nunca es
agradable y menos productiva para el desarrollo espiritual
de los guerreros que son arrastrados a matarse para proteger
los intereses de sus dueños.

Dumbldor y Froodu, escondidos en las cloacas desde hace


semanas, habían preparado su guarida para la eventualidad
de ser descubiertos, y la llenaron de trampas incendiarias y
mágicas.

La guarida se trataba de una plataforma cubierta sobre un


gran río de agua negra el cual solo contaba con un único
túnel de acceso. Los Paletianos contaban con un botecito de
escape, y varios incendiarios en el túnel. Cuando los
legionarios llegaron al túnel, la primera de las trampas
estalló cuando James Brown piso, sin saber, un detonador
escondido, sellando el túnel.

-¿Estas bien, Brown?-

51
-Si, gracias. ¿Y tú, Stuart?-

-Estoy bien, pero estamos atrapados.- replicó Stuart.

-Alguien puso esa bomba incendiaria. Este túnel termina en


una plataforma, y te apuesto todo mi salario, que esa
plataforma no va a estar desocupada.- explicó Brown.

-¿Y cómo saldremos de aquí?- preguntó Stuart.

-Sea quien sea que se está tratando de esconder en la


plataforma, debe tener otra manera de salir de aquí o no
hubiera puesto explosivos en este túnel, pues es el único
acceso.- razonó Brown.

-Entonces solo hay un camino. Hay que continuar.- dijo


Stuart.

-El túnel es largo, hay que ver bien donde pisamos, pues
posiblemente hay más incendiarios como este.- dijo Brown.

Los dos James continuaron su camino, muy lentamente,


checando cada paso, para asegurarse de que no hubiera
otras trampas. En total, descubrieron cinco trampas, todas
ellas con pequeños hilos que atraviesan el túnel. Les tomó
varias horas. Pero finalmente, llegaron a las escaleras que
los sacarían del túnel y a la plataforma. El sonido del río
subterráneo era tremendo, y tuvieron que gritar para poder
escucharse.

-Es el fin del camino. Ahora solo queda subir las escaleras.-
dijo Stuart.

Desenvainaron sus espadas cortas y empezaron a subir las


largas escaleras de piedra. Fue en ese momento que
apareció Dumbldor en la cima de las escaleras. Con su
larga barba blanca, túnica de seda y sombrero incrustado de

52
joyas preciosas, parecía un mercader rico de alguna lejana
tierra. ¿Qué hacía en las cloacas?

-Alto ahí. ¿Quién es usted?- dijo James Brown.

-Un simple mercader de sedas preciosas, perdido desde


hace tiempo en estas cloacas.- dijo Dumbldor sonriendo.

-Bueno, muy bien, pero tendrá que venir con nosotros, pues
esto todo es muy irregular, y seguramente hay que checar
con nuestros superiores.- remitió Brown.

-Me temo que eso no es posible.- dijo Dumbldor.

Y una puerta se abrió por detrás de los dos soldados por


donde salió Froodu. Su gran barba roja estaba atada en una
trenza que escondía bajo su cinturón. Estaba vestido con
una armadura de escamas de dragón, y cargaba un gran
escudo en un brazo y un gigantesco mangual en el otro.
Parecería un guerrero ordinario, si tal vez bastante
terrorífico, pero su tamaño gigantesco lo delataba como un
ser extraordinario, pues medía cuatro metros y medio, casi
tres veces lo que median hombres ordinarios.

-¡Un gigante!- grito James Stuart.

-Se llama Froodu, y es mi mejor amigo.- dijo Dumbldor


lentamente. –Ahora, tiren sus armas y ríndanse, que no
estoy de humor para matarles. -Imagina, amigo, las
mentiras que nos decimos los unos a los otros por nuestra
nación y nuestra religión. Seguramente a ustedes les ha
ocurrido que algún oficial de la iglesia se pasa de verga con
algún juicio sobre vuestra propia moral, tal vez os
identifican como aquellos que dejaron semen en el baño
tras masturbarse, y el castigo son trece azotes, uno por cada
de los trece años de vuestra edad.- dijo el viejo.

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-¿Cómo supiste del semen?- pregunto agitado Stuart.

-Muchacho, soy un hechicero, conozco los secretos de tu


corazón.- replicó Dumbldor. –Ahora, tira tus armas.-

Y atacaron los soldados. Al gigante lo ataco Stuart y al


hechicero lo atacó Brown. Pero los invasores estaban
preparados.

El tremendo golpe que sufrió Stuart no solo lo noqueo,


pero lo dejó tirado, inconsciente, a un lado de su amigo.
Brown tuvo mejor suerte, pues lanzo su espada al viejo,
aportándole un corte fuerte en un muslo.

-¡Dumbldor!- gritó el gigante, mandando su mangual


volando para matar a Brown. Pero el soldado logró brincar
a un lado, evadir el golpe, y sacar su pilum, ágil como un
gato.

El hechicero herido, pudo sacar un componente de su bolsa


y tirarlo al suelo, ocasionando que ambos él y el gigante
desaparecieran.

-¡Stuart!- grito Brown y corrió al lado de su amigo


inconsciente.

Dos enormes bolas de fuego explotaron en ambos lados de


los amigos, dejándoles fuera del túnel de roca, pero en una
situación mucho más peligrosa; quedaron en un pequeño
trozo de piedra sujeto por lo que quedaba del puente, ya sin
sus paredes.

Caer en el río de caca, fluyendo rapidisimamente bajo sus


pies, sería peor que la muerte.

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Y justo en ese momento aparecieron el gigante y el mago
en una lancha de madera creada justamente para este
extraño lugar.

-¡Insensatos! ¿Porque tuvisteis que atacarnos?- gritó el


mago.

-¡Demonios! ¿De dónde vienen?- respondió Brown.

-Cómo han de morir, puedo decirles sin temor: de Ciudad


Paleta.- explicó el mago.

-¿Pero porque nos queréis matar?-

-Imagina, amigo, lo que harían en la oficina del Cardenal,


si encontraran un mago y un gigante en las cloacas de
vuestra ciudad. Seríamos torturados y sacrificados. No
tengo intención de caer en sus manos.-

La lógica del mago era impecable. Pero por algunos


instantes, James pensó en lo insensato de un encuentro
como este. Todo por su maldito uniforme, su rango, y su
deber. Seguramente, ahora moriría, en manos de criaturas
tratando de sobrevivir en un universo cruel, condenadas a
morir tanto como él, pero con mejor situación táctica.

En otro mundo, podrían ser amigos, ¿no?

Fue la fortuna de James que un “científico” de la oficina de


la Santa Inquisición llegó en ese momento con magia
explosiva de su propia creación detonando justamente
sobre el techo del túnel donde todos estaban, y saliendo,
con una docena de soldados bien armados, bajando del
nivel superior atados con cuerdas para atacar al mago y al
gigante. Al observar la llegada de los soldados, los dos
maleantes se dieron a la fuga en su embarcación.

55
Ahora, el hechicero y el gigante tendrían que escapar las
cloacas Ciudad La Niña…

CAPITULO DOS: PARTE TRES: REY MYSTERIO


TRAICIONADO

A los pies del Monte Tappa, una de las más altas de las
montañas Centauro, surge el gigantesco Río Ur que mucho
más al sur, llega hasta el mar, y por el camino, corta en dos
la granja orgánica de la druida Minosauria llamada Jaheira.
Las orillas de este río están salpicadas por pequeños
poblados variados los cuales, dada su ubicación, no
necesitan alianza a ninguna de las Ciudades Estado como lo
es Ciudad Paleta.
Estos pueblitos son sus propias minúsculas naciones y fue
en uno de estos pueblitos que los tres amigos, el terrícola
Rey Mysterio, el hombre-dragón Fuego y el hombre
escorpión Lava llegaron juntos a encontrarse justo durante
el comienzo de la apocalipsis zombi.

El evento no fue planeado, Fuego y Rey estaban escapando


las garras de zombis y también escapando de las Legiones

56
de la Niña, la Pinta y la Santa María, después de la terrible
caída de Ciudad Paleta en manos de los muertos vivientes y
el exitoso rescate de una caravana llena de niños humanos,
depositados en manos de los católicos de las tres ciudades
cristianas.
Lava, también un superviviente de Ciudad Paleta, estaba
tratando de regresar a su tierra natal, las Montañas
Escorpión. Para el hombre escorpión, la apocalipsis zombi
era asunto de humanos, y los humanos, aunque deliciosos
para comer, y en ocasión también excelentes amigos, no
entendían la peculiar naturaleza de los hombres escorpión,
por no tener genes de arácnidos. A los humanos, el hecho
de que los escorpiones tienden a devorar a su propia madre
siempre les alejó de Lava y la oferta de su amistad. El
hecho que la carne humana fuera deliciosa para el arácnido,
les llenaba por lo general el corazón de terror.
Por su parte, el hombre dragón Fuego, y el luchador
humano Rey Mysterio estaban más que felices de poder
ayudar a la humanidad, la cual estaba en inminente peligro
de extinción en el planeta. La causa: Jesucristo había
levantado a los muertos de sus tumbas para hacerle juicio a
los vivos.
El Río Ur, hermoso recordatorio de la paz y tranquilidad
inherente en la naturaleza, por causalidad, simplemente
unía esos propósitos de Lava por una parte, y de Fuego y
Rey Mysterio por la otra. Las razones de modo geográficas.
El momento de el feliz encuentro fue simplemente fortuito
para todos los involucrados.

El pueblo estaba abandonado. Un enorme letrero de


bienvenida identificaba este particular pueblo como
“Octoburgo”. Evidentemente, los habitantes originales
fueron de la raza de los hombres pulpo, pues el estilo
general de construcción y arte advertía de su influencia.
Nada de líneas rectas… todo en el pueblo era curvo y

57
esférico.

La Legión de Benito Castor había perdido el rastro de Rey


Mysterio. Le querían dar la muerte y lo hicieron una
prioridad para la causa católica por razones políticas
decididas tras puertas cerradas en la oficina del Cardenal de
Ciudad La Pinta, el hombre más cercano al Papa.
Al luchador del planeta tierra, este hecho, conocido por el
ya por un rato largo. En efecto, su condena de muerte y el
precio sobre su cabeza, redoutable en oro por nada menos
que la Legión IV de Ciudad La Niña le parecía bastante
agradable, pues seguramente, siendo Católico de corazón,
sentía bastante claro el llamado de Dios a salvaguardar su
propia vida a pesar de los juicios de la iglesia.
Que los Cardenales quisieran su corazón en una bandeja de
plata le parecía perfecto para un planeta donde los dragones
eran los buenos del cuento y los humanos los malos. A
pesar de todo, Rey se sentía luchando por el lado correcto
de la historia.
Pero después de tanta masacre y la caída de Ciudad Paleta,
el viejo guerrero humano añoraba regresar a su propio
planeta. Ahí las cosas tenían sentido.

-Conozco algunos brujos en Rasalandia que tienen la


capacidad de regresarte a tu planeta, si eso es lo que deseas,
Rey – explicó su amigo, Fuego, sacudiendo sus enormes
alas que estaban un poco entumecidas por el frío.

-¿Crees que sigan con vida después del despertar de los


muertos?- dijo Rey un poco desanimado.

-¿Cómo saber? El mundo se ha vuelto loco, y los muertos


buscan la muerte de los vivos. En tales situaciones, es
imposible tener certezas.- el hombre dragón suspiró.

58
Rey y Fuego caminaron juntos un rato más por el pueblo
abandonado. Atrás de ellos, en el lejano pais de los Trolls
la caravana de los infantes y ancianos no-humanos o mitad-
humanos esperaba noticias de ellos para continuar
buscando un nuevo hogar permanente.
Edificios evacuados, todos ellos redondos y alienígenas
mostraban puertas abiertas, y por ahí y por allá, bichos
extraños, todos ellos minúsculos y escondidos, tomaban
posesión del espacio vacío.
No había señal alguna de muerte o destrucción. Fue
simplemente como si todos los habitantes abandonaran el
pueblo de un momento al otro.

-¿Qué habrá pasado aquí?- preguntó Rey.

-El pueblo entero desaparece y dejan sus prendas colgadas


secándose en las azoteas. – noto Fuego mirando algunas
prendas colgadas de una cuerda a secar.
Rey pudo ver los remanentes medio comidos de una mesa
de jardín. Verdaderamente, las evidencias parecen
confirmar una desaparición repentina e inesperada de los
habitantes.

Muy de repente, una voz familiar y poco humana, se pudo


escuchar desde las sombras de un callejón oscuro…

-¿Que veo ahi? ¿Dos viejos amigos para quitarme la


soledad del exilio?-

De esas mismas sombras salió una figura temeraria, mitad


escorpión y mitad humano, caminando ágilmente en sus
ocho patas. Se trataba de Lava, uno de los soldados del Rey
Agua y bien conocido por Fuego y Rey.

-¡Lava! ¡Estás bien!- dijo Rey, y salió a abrazar al extraño

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ser, cuya cola venenosa y pinzas gigantescas no hicieron el
trabajo de abrazarlo fácil para el humano.

-Cuidado, amiguito, no te vayas a cortar en mis pinzas- dijo


Lava, permitiendo que el humano le abrazara con cuidado.

-¿Que ha sucedido en Ciudad Paleta?- pregunto Fuego.

-Fuego, hermano. No queda nada de Ciudad Paleta.


Nuestros dragones la redujeron a cenizas para detener a los
zombis. Pero antes de eso, vi, desde lejos, que las Tres
Torres desaparecieron en un extraño hechizo. El Rey Agua
ha sido exitoso en su evacuación mágica de la ciudad. Pero
no se cuantos se salvaron -

-Los niños humanos fueron recibidos por Ciudad La Niña,


pero los demihumanos y no-humanos fueron expulsados.
Yo decidí quedarme con los seres no humanos, y por eso,
ahora la IV Legión de La Niña me busca con intenciones de
matarme a todo costo. Incluso, ofrecen una recompensa por
mi cabeza en las ciudades no humanas. Fuego y yo Vamos
a Rasalandia, a buscar santuario para los supervivientes ahí.
Durante nuestro viaje, escuchamos rumores de un asunto
extraño entre dos Dioses rivales del Planeta Tierra, uno es
Jesús, el Cristo y el otro es el Señor Krishna. – dijo Rey.

-¿Y de los zombis? ¿Has visto zombis por aquí?- preguntó


Fuego.

-De los de Ciudad Paleta, no quedó ni uno cuando los


dragones terminaron su trabajo de reducir la ciudad a
cenizas. Todos los muertos vivientes de ahí fueron hechos
cenizas.- dijo Lava.

-Excelente.- replicó el hombre dragón.

-Yo estuve con un grupo de supervivientes sin humanos.

60
Desde que separé del grupo y comencé mi camino a mi
propio pueblo en soledad, no he visto muertos vivientes ni
humanos. Ahora diganme porque van a Rasalandia. –

-Primero dinos tú, ¿a dónde vas tú? ¿Donde es tu pueblo?-


dijo Rey.

-Los Nidos son mi pueblo. Voy a las Montañas Escorpión.


Voy a buscar a mi gente, a regresar a mi familia. Los
zombis solo buscan matar seres humanos, y mi pueblo está
a salvo de todo eso. Los humanos no nos visitan. Saben que
son deliciosos para nosotros. Ahí podré descansar y pensar
sobre lo que ha sucedido. Pero ahora que el encuentro con
ustedes ha llegado, y eso cambia las cosas. Ir a mi pueblo
con ustedes no es el mejor plan, pues ahí no creo que Rey
sería bienvenido. O tal vez, mejor dicho, sería demasiado
bien bienvenido pues su carne es demasiado tentadora para
mi gente. Sigo sirviendo al Rey Agua, y no voy a déjate
solo ahora que te he encontrado, valiente guerrero. Los
amigos no se traicionan.-

-Ven entonces con nosotros a Rasalandia, Lava. Dicen


algunos que ahí los zombis no pueden entrar, y que los
humanos están bajo la protección del Señor Krishna. Ahí
Rey estará a salvo, y tal vez encontremos algún hechicero
que lo pueda regresar a su mundo.- dijo Fuego.

-Pero por el momento, pensábamos descansar aquí algunos


días y conseguir víveres frescos.- añadió el luchador.

-Pues entonces síganme, pues yo ya consegui varias,


viandas, ensaladas, frutas secas y otras delicias como vino
y cerveza.- dijo Lava.

Los hambrientos amigos siguieron rápidamente al arácnido,


escuchando con alegría el rítmico movimiento de sus ocho
patas por el suelo del pueblo pulpo abandonado.

61
Lava había encontrado un sótano de una vivienda enorme.
Seguramente se trataba de la vivienda del alcalde o jefe
local del pueblo. Ahí se guardaba una despensa sólida,
innumerables frascos de delicias de la cocina cefalópoda,
armas, equipo y claro, varias bebidas destiladas fuertes para
los notoriamente dados a ser intoxicados hombres pulpo.

Los compañeros permanecieron ahí una semana entera.


Intercambiaron historias y teorías sobre el evento llamado
“El Despertar de Los Muertos”. Ciertamente, la aparición
de Jesucristo y Krishna en Rasalandia explicaba la
inminente extinción de los seres humanos en Nagaloka, y
sin duda, los eventos apocalípticos se sentirían en otros
planetas y galaxias, y probablemente los universos y
multiversos.
Para los tres compañeros, estos eventos misticos
representaban un cambio fundamental de todo lo que
conocían.
Para el hombre dragón, el despertar de los muertos
representaba una antigua profecía de su diosa Tiamat, algo
que escuchó de niño en el Vivero de Ciudad Paleta. Pero
igualmente, representaba la presencia en Nagaloka de su
nuevo Señor Krishna, y un sentimiento de trabajar para el
alineamiento de su alma con la trascendencia, algo que su
Bodhisattva interior permitia.
Para Rey Mysterio era evidente que la Biblia se estaba
cumpliendo verbatim. Estaba seguro de estar de parte de
Dios y no del diablo, pues sus actos fueron siempre
inspirados por Jesucristo.
Y Lava sentía la culpa de perder la batalla contra los
zombis y no poder salvar su amada ciudad. Rescatando a
Rey Mysterio del apocalipsis zombi, el hombre escorpión
se sentiría redimido.

62
Como exploradores para lo que quedaba de la caravana
original, pudieron darse el lujo de mucho tiempo en espera,
pues al encontrar víveres, los demasiado jóvenes y
demasiado viejos necesitaban descanso.
El problema de dejarles en Ciudad Troll, hogar de los
hambrientos trolls de Nagaloka, estaba en que los Trolls
adoran la carne de goblins, elfos y gnomos, cosa que podría
causar problemas para la caravana, pues aunque la
autoridad de Fuego siempre fue respetada por los Trolls,
evidentemente ese respeto tenía sus límites. Ciudad Paleta
ya no existía, y los Trolls entendían ese hecho histórico
perfectamente.
Rey Mysterio y Fuego se habían convertido en líderes de
un enorme grupo de refugiados, y pronto muchos otros,
sobrevivientes del despertar de los muertos empezaron a
unirse a ellos y su caravana, y la gran mayoría
completamente o mitad-humanos.
Rey Mysterio se sentía obligado a ayudar a su raza. Y al fin
de ese tiempo necesitado para descansar y planear lo que
seguiría, decidieron emprender la marcha larga y difícil a
Rasalandia. La esperanza era de encontrar algún transporte
aéreo o mágico, deseable pero poco probable.
Seguirán la orilla del Río Ur, pues era el mejor camino y el
más rápido… Nadie cuestiono sus órdenes. El
enmascarado, el hombre dragón y ahora el hombre
escorpión representaban la única y última esperanza de
supervivencia de los refugiados.
El último conteo de cabezas de refugiados por parte del
gobierno Troll llegó a cien mil. Una responsabilidad
enorme. Y por falta del Rey Agua, Fuego era el responsable
legalmente. Casi todos ellos demihumanos, goblins, elfos,
enanos, y claro gnomos. Casi todos ellos eran niños y
ancianos. Casi todos ellos buscaban un nuevo hogar.

63
De la recompensa en oro por la cabeza de Rey Mysterio por
parte de la IV Legión surgió un enorme chiste, un bofetazo
a las ciudades católicas. Pero aun asi Fuego mantuvo a Rey
cerca, asegurándose personalmente de su seguridad. Y
Lava no le dejaba casi ni ir al baño solo. Para el arácnido la
supervivencia del humano se trataba de un asunto de
honor.
Y pues, la decisión fue tomada. La caravana abandonó
Ciudad Troll y continuó su pesado y largo camino a
Rasalandia, a pedir refugio.

Fuego voló sobre sus cabezas para hacer un poco de


reconocimiento del terreno y ver si zombis acechaban en el
camino. Tardarían tres semanas en llegar a Rasalandia. Los
Trolls les habían regalado generosamente muchos
dinosaurios veloces para llevarles. En su mayoría
diplodocus y brontosaurus.
Salieron muy temprano por la mañana. El primero en salir
fue Fuego, que despegó al salir el sol, en dirección al norte,
a buscar un sendero entre las montañas.

Regreso el hombre-dragón unos treinta minutos más tarde,


y aterrizó cerca de Lava y Rey Mysterio.

-¡No van a creer a quien me he encontrado!- El hombre


dragon sonreía, (si es verdad que los reptiles pueden
sonreír, es cosa siempre muy debatida por los que no son
reptiles, la cual los reptiles encuentran ridícula).

Algunos kilómetros más de camino y los tres amigos


encontraron a Vdeic el “Atar” y Espenser, el hombre
lagarto, dos viejos amigos originarios Ciudad Paleta.
Vdeic y Espenser, dos soldados de la Torre Amarilla
estuvieron peleando lado a lado de Lava y Fuego durante la
Guerra de los Enanos. Los compañeros conocieron al

64
“Atar” y al hombre lagarto como compañeros en armas en
ese entonces.
Fue durante una batalla particularmente terrible con unos
hechiceros enanos por control de la puerta norte que Vdeic,
un ser alto, azul y con una cola prensil como la de un
mono. Estaba todavía vestido en la armadura oficial de la
Torre Amarilla, color miel con el escudo de Ganesha,
representando al nuevo Rey Agua, el Hombre Lagarto.
Fue el mismo escudo y uniforme de la batalla contra los
enanos, pero anteriormente pintado con un atrapasueños
Lakota, el símbolo del Anciano Canción de Lluvia. Y fue
con ese escudo que Vdeic salvó la vida de Lava matando
un enano que estaba a punto de convertirse en pudin de
escorpión con un lanzallamas. El Atar azul cielo lanzó el
escudo como un frisbee para acertar un golpe brutal en el
cráneo del enano antes que este pudiera prender
nuevamente su mortífera arma de fuego en contra del
hombre escorpion.
Pero ahora exiliados por la destrucción de su ciudad, el
Atar y el hombre lagarto, como tantos otros que perdieron
sus hogares por causa de la apocalipsis zombi, buscaban un
nuevo hogar.

La cola del atar azul se meneaba amistosamente ante el


inesperado encuentro.

-¡Lava!- dijo Vdeic, reconociendo al hombre escorpión.

-¿Vdeic? ¿Espenser?- dijo el hombre escorpión,


reconociendo a sus amigos.

-Vienen de Rasalandia donde dicen que todo está bien. No


hay zombis ahí, pues el Señor Krsna no lo permite.- dijo
Fuego, que ya había conversado con el hombre lagarto y el
atar antes de traerles sus conocidos mejores amigos.

65
-Nuestra Señora Minoreyna ha logrado que el Señor
Krishna intervenga en la apocalipsis, y ha desenmascarado
al Demiurgo… Se trata de un dios llamado Jesucristo.- dijo
Espenser, relatando los eventos recientes en su pueblo
natal.
Aunque el destino le había convertido en soldado de
Ciudad Paleta, Espenser nació en Rasalandia, donde pasó
mucha de su niñez y juventud. El hombre lagarto fue
producto de una pareja de lagartos románticos, vaisnavas
puros que buscaron sobre todo associacion con discípulos
verdaderos del Señor Krishna. ¿Y donde mejor encontrar
devotos puros que en el paraíso de minotauros vaisnavas en
Rasalandia?

-Llegamos a Rasalandia con algunos familiares del


Anciano Canción de Lluvia, el mismísimo Rey Agua,
nuestro nuevo soberano nos dío la misión sagrada de
llevarles a Rasalandia bajo la protección de la mismísima
Minoreyna, a quien ahora servimos. Al principio,
pensamos que los zombis destruirían Rasalandia, pero
nuestra Reina logró intervención divina para salvarnos a
todos, inclusive a los humanos. Ahora estamos buscando
supervivientes por toda Nagaloka en patrullas.- explicó el
Atar.
Lava sonrió. El escudo amarillo del extraño ser azul ahora
mostraba la bandera de los mismos enanos y minotauros
que hace poco casi les asesinen a todos, y ahora, todos ellos
trabajaban para sus nuevos dueños sin cuestión alguna. Y
es que la bondad y honestidad del nuevo Rey Agua
desarmaba hasta los más leales soldados de los Tres
Ancianos.
-Los zombis han rodeado Rasalandia por todos lados, y
salir y entrar ahí es muy peligroso. Ni siquiera por aire es
cosa segura llegar a Rasalandia, pues algunos muertos

66
vivientes tienen la capacidad de volar, como los vampiros y
fantasmas.- añadió el hombre lagarto.

-Pero díganme, que todavía no entiendo, ¿cómo es que han


llegado solos desde el otro lado de las Montañas
Centauro?- pregunto Fuego.

El hombre lagarto y el atar callaron juntos por un largo


tiempo. Finalmente, el atar bajo su cola y dijo con un
enorme suspiro…

-Fuimos capturados y hemos escapado.-

-¿Capturados?- pregunto Rey Misterio.

-¿Quién es el humano?- respondió Espenser.

-Rey es del planeta tierra. Un gran guerrero y un mejor


amigo. El mismo Rey Agua le considera un amigo.-
Fuego estaba un poco enojado con tono irrespetuoso del
hombre lagarto. Desde el despertar de los muertos, los
humanos se habían convertido en la nueva peste de todos
los otros. Viejos odios raciales regresaron rápidamente a
los corazones de hombres lagarto y atars, pero tambien
enanos y elfos. La desconfianza racial era cosa común en
un mundo donde tantos seres tan diferentes tenían que
compartir el aire. Y ahora que la extinción inminente de los
humanos amenazaba todo el orden en el planeta, los
humanos llegaron a ser el mejor chivo expiatorio de todos
los otros.

-Disculpa, amigo Rey, es solo que los humanos han


causado mucha destrucción últimamente, y fueron ellos que
nos capturaron cuando estábamos Patrullando. Somos
Patrulleros de Rescate en las afueras de Rasalandia.
Nuestra captura fue el trabajo de una hechicera Inquisidora

67
inmensamente poderosa, vestida con las insignias de
Ciudad Santa María.-
-Estábamos justamente en ruta a esa las afueras de esa
peligrosa ciudad a bordo de una nave voladora buscando
herejes para rescatarles cuando esa hechicera nos alcanzó.
Peleamos contra ella, y logramos romper algunos de sus
cristales mágicos que estallaron a dentro de nuestro
transporte, un zepelin, y la nave se estrelló no muy lejos de
aquí. Ahora estamos tratando de regresar a Rasalandia.-
Explicó el hombre lagarto.
Espenser también vestía la armadura amarilla del Rey
Auga, pero el reptiliano no empezó como guerrero.
Durante la guerra de los enanos el era tan solo un humilde
mercader, nacido en Rasalandia, con hijos que ahora vivían
ahí, pero de familia originaria de Ciudad Paleta, aunque el
lagarto pasaba mucho de su tiempo con los minotauros.

-Pues es nuestra fortuna encontrarles. Ahora nuestro


camino es más seguro porque el camino acompañado es
mejor y fácil y cómodo- dijo Lava, sonriendo. –Mirad,
tenemos cerveza enana y vino élfico, ¿gustan probar?-

Esa noche, los compañeros disfrutaron la compañía de los


recién llegados con vino y cerveza y carnes saladas y frutas
secas. La velada fue muy agradable y llena de noticias
importantes para todos…
Los eventos en el palacio de Minoreyna ahora eran leyenda,
y sus implicaciones para todos los seres del planeta, cosa de
constante rumor, especulación, temor y esperanza. Los
siguientes días pasaron rápidamente en el camino… Pero
en la cuarta noche, algo muy extraño ocurrió.

El primero en perder la razón fue Vdeic.

68
Una mirada extraña entró en sus ojos, como si estuviese
soñando despierto y no pudiese despertar del sueño, y de un
momento al otro, estaba tratando de matar a Rey Mysterio a
toda costa con todas sus considerables habilidades de
guerrero… su espada larga cortando el viento, volando
diestramente sobre su cabeza.

Los compañeros no pudieron detenerle. No querían


lastimarle, pues parecía hechizado. Pero sus ataques eran
letales y certeros y tan solo defenderse fue un reto
tremendo para el pobre luchador humano, blanco principal
del enajenado ser azul.
Y cuando la batalla parecía estar perdida, y Rey estaba
contra espada y la pared, a un instante de un ataque final
de espada que le quitaría la vida, Vdeic tomó su propia
espada y se la enterró a sí mismo, y en vez atravesó su
propio cuello, muriendo instantáneamente.
La tragedia fue terrible para todos, pero especialmente
Espenser estaba completamente desconsolado. El ser azul
fue siempre el mejor amigo del hombre lagarto. Vdeic era
más un hermano que un amigo para Espenser.
Vdeic era como un hermano para él… Y ahora estaba
muerto, a causa de un suicidio para prevenir un asesinato.
¿Que sucedió? ¿Como fue? ¿Porque enloqueció Vdeic?

Los amigos descansaron juntos el resto de la noche, pero no


pudieron dormir. El día siguiente fue el mismo Espenser
que propuso que la hechicera humana que les capturó les
había hecho una maldicion. Juro venganza.
Pero la noche siguiente, lo mismo que le ocurrió primero al
noble ser azul también le ocurrió al hombre lagarto.
Espenser enloqueció. Sus ojos cambiaron como los del atar,
y empezó un hechizo en contra del luchador humano, que si
no fuera por la rápida acción de Lava, hubiera asesinado a

69
Rey Mysterio cuando descansaba, con golpes mágicamente
empoderados por su cruel y poderoso cetro mágico.
El hombre escorpio atrapó al lagarto hechicero con sus
poderosas pinzas antes de que este acertara un golpe contra
Rey.
Pero esta vez, la batalla no tuvo cuartel, pues el hombre
lagarto tenía considerables poderes mágicos a su alcance,
congelando al hombre escorpión con un hechizo
murmurado entre los dientes. Hielo instantaneo que salió de
los dedos del lagarto inmovilizó a Lava en un abrir y cerrar
de ojos.
Rey brinco y atacó al lagarto con una patada certera al
plexo solar, para arrebatarle de las congeladas pinzas de su
amigo arácnido. El hechicero reptiliano ya murmuraba
otras palabras mágicas que si las pudiera terminar de recitar
seguramente causarían la muerte a los uno de los tres
amigos de alguna manera rarísima y desconocida.
Fuego remato al lagarto, caído al suelo, con un certero
golpe de su mangual, rompiéndole el cráneo.
Desafortunadamente, el hombre dragón no siempre podía
medir su propia fuerza durante una batalla, especialmente
con un adversario tan poderoso como Espenser.
No hubo explicación a estos eventos, pero no cabía duda
que la hechicera de Ciudad La Niña era la culpable de la
locura asesina de los pobres soldados de la Torre Amarilla.
Y seguramente, esta misma hechicera estaba espiando a los
tres amigos en su ruta a Rasalandia.

¿Porque mandar dos asesinos hechizados para matar a Rey


Mysterio?
Una bruja tan poderosa no andaría asesinando personajes
con sus considerables dotes de manera ligera. Una asesina
de tal nivel solamente sería desplazada por alguna de gran

70
importancia política para el clero… Fuego, siempre
pensando las cosas como un dragón, empezó a darse cuenta
de la gran importancia de Rey Mysterio para los católicos,
sus enemigos más peligrosos. El reptiliano se preguntaba si
el luchador humano tendría un rol más importante en este
conflicto cósmico de lo aparente.

¿Por qué?

¿Por qué estaban tratando de matar a Rey Mysterio las


autoridades religiosas de las Ciudades de La Niña, La Pinta
y la Santa María? ¿Que beneficio sacaría el clero humano
del asesinato del luchador?

71
CAPITULO DOS: PARTE CUATRO:
LA MUERTE DE BENITO CASTOR
Ya no soy un hombre vivo.

La muerte me ha llevado a un estado extraño, un estado


preocupante. Ni vivo ni muerto, permanezco en este
purgatorio. En mi mundo todo es gris. Lo más desdichado
de ser un “no muerto” es que ya no hay color en el mundo.

72
La mía es una morada de demonios reptilianos, y solo estoy
esperando mi liberación final por mi Señor Jesucristo.
¿Pero cómo puedo saber que tal liberación ha de venir?

Le vi.

Le vi, a mi Señor, justo en el momento de mi muerte. He


aquí como ha sucedido todo esto.

En vida, fui un Centurión en la IV LEgión del Ejército de


Ciudad La Niña, bajo el las órdenes de S.S. Cardenal
Ricardo II, Señor de toda Nagaloka. Mi trabajo era capturar
vivo o muerto a un humano renegado, un enmascarado con
muchos tatuajes de nombre Rey Mysterio.

Por alguna extraña razón, este popular personaje del


Planeta Tierra había aparecido en nuestro mundo y tomado
el lado del demonio Rey Agua, Señor de Ciudad Paleta,
morada de espíritus malignos. Acompañaba el traidor una
caravana de supervivientes, niños y ancianos, buscando
refugio del Sagrado Despertar de los Muertos, el acto
supremo de misericordia de nuestro Señor Jesucristo.

Los muertos salían de sus tumbas para cumplir el juicio de


nuestro Señor, y solo aquellos bautizados en su sangre
estaban a salvo. Herejes, infieles y brujos serían asesinados
sin piedad en todo el planeta. Salve Jesús!

Pero miles de niños humanos le acompañaban, y a estos los


recibimos de sus sucias manos con gusto. Esperábamos que
el enmascarado nos acompañaría, y dejaría atrás a los
engendros de Lucifer. Pero esto no sucedió. En un acto
inspirado por el mismísimo maligno, el muy bien conocido
y popular luchador decidió dejarnos con sus niños
rescatados de los humanos y acompañar en vez a los hijos
del demonio: mitad-humanos y criaturas de la oscuridad
como elfos y enanos.

73
Un acto tan soberbio en contra de la verdadera fe tiene que
ser castigado. La Inquisición proclamó una orden de
“persona non grata”, y dío condena de muerte a Rey
Mysterio. Yo y mis hombres nos convertimos en los
verdugos de este juicio.

Decidí perseguible solo. Una tropa grande puede atraer


atención indeseable. Mejor buscar al maldito como solo
puede un solo católico verdadero disfrazado de refugiado y
completamente incognito. Le perseguí por todo el norte de
Nagaloka, llegando peligrosamente a las Montañas
Centauro, guarida de monstruos sumamente peligrosos.

Pero la distancia no fue tan difícil de recorrer, pues para mi


suerte, capture un dragón azul y lo sometí a mi voluntad y
el me dio alas para volar. Nada me apartaría de mi presa. Se
trataba de una cuestión de honor.

No he de relatarles cómo capture al dragón, pero sea


suficiente mencionar que en la captura de la bestia perdí
mis guardias personales y buenos amigos y me quede solo
completamente. Mi dedicación a la muerte de Rey Mysterio
se triplicó por cada compañero caído.

Pero mi captura del enmascarado sería frustrada.

Fue la mala suerte mía de encontrarme, en unos peñascos


peligrosos, helados y terribles no con el enmascarado
misterioso, pero con un viejo adversario olvidado, un
desertor de mi propio ejército, un ladrón y un maldito…

Se trataba nada menos y nada que el abominable Marco


Hugo Vilchis, formalmente Centurión del Ejército de
Ciudad La Pinta, y ahora desertor, traidor, asesino, ladrón y
hereje. La Santa Inquisición tenía una orden de aprehensión

74
para este personaje al igual que para el enmascarado, con la
única distinción de ser una orden con años de antigüedad.

Para mí, encontrar a Marco era una oportunidad dorada,


pensé. Ahora, ejecutaría no uno pero dos herejes en estas
montañas heladas.

Cuando lo encontré, Marco montaba un enorme


estegosaurio. Se trata de una de esas bestias tan comunes
en este mundo maldito, que con un poco de amor y
entrenamiento forman las mejores monturas para cualquier
guerrero por su enorme tamaño, fiereza, y lealtad a sus
amos.

Estaba en un peñasco enorme, del cual no aparentaba haber


salida alguna. El y su animal parecían perdidos. Estaban
extraviados de su guarida pagana por la voluntad de mi
Señor Jesucristo, quien, cumpliendo su promesa escrita San
Juan, había despertado a los muertos para traer a los vivos
al Juicio Final.

Vestido en un uniforme verde con la vaca dorada del Reino


pagano y demoníaco de Rasalandia en su escudo, se veía
ridículo. A este maldito en algún momento llame amigo.
Ahora se arropaba con los colores malditos de los
minotauros.

Uno de mis mejores legionarios, vestido como un soldado


de la becerra maldita del norte, Minoreyna.

Solo por eso le mataría. Por fortuna, escondidos tras una


nube como lo estábamos, no se percató ni de mi enorme
dragón ni de mí. Aprovechamos eso para aterrizar unos
veinte metros sobre sus cabezas.

-¡Marcus Vilchis! ¡Hereje! Traidor, ¿acaso te has perdido


con tu bestia?- Le grite.

75
-¿Benito? Benito Castro, viejo amigo. Los muertos han
despertado y buscan matar a toda la humanidad en esta
tierra. Busco refugio en estas montañas.- contestó.

-¿Y ese uniforme, esa armadura verde que portas? ¿Lo has
robado o te lo han regalado los minotauros?-

Como Legionario, yo conocía bien todos los uniformes de


los varios ejércitos de las varias naciones de Nagaloka, sean
humanos, elfos, minotauros o hombres lagarto.

-Benito, es el fin del tiempo de los hombres, y que he


buscado refugio con Minoreyna en Rasalandia. Soy su
lugarteniente. He luchado lado a lado con los minotauros y
he sangrado por ellos. Me ven como un hermano, pero
como no les deseo mal, he salido de su pueblo para que los
muertos no me busquen ahí. Los muertos no se preocupan
de minotauros y enanos y elfos. Solo buscan la sangre de
nuestro pueblo. Es el fin de los hombres, Benito.-

En sus ojos traidores, lágrimas brotaron.

-Maldito. ¿Has rechazado la verdadera fe? ¿Tomas partido


con demonios cara-de-vaca en contra de tus propios
hermanos y la raza humana? ¿Has rechazado a Jesús y su
Ley Divina? ¿Cómo pudiste traicionarnos? ¿Cómo pudiste
traicionarme a mi? ¡Eras mi amigo! ¡Eras mi hermano!-

Mi odio por este traidor crecía con cada instante, y le di


gracias a Dios por darme un chance de cobrar su venganza.

-Carajo, Benito. ¡Los Clérigos me mandaron matar! ¿Que


pude haber hecho si no refugiarme con los minotauros? Me
acusaron de ladrón, y hereje… y eso simplemente no…-

76
Un viejo juicio, años atrás, perdido en la memoria de la
Inquisición. Pero no en la mía.

-Basta de mentiras, Marco. Robaste 1,000 monedas de


platino de los cofres de la iglesia, y las encontraron en tu
escondite. Seguramente querías escapar con ese dinero para
traicionar a tu pueblo a los demonios. Mereces morir, y yo
he de cobrar tu muerte, en nombre de Ciudad La Pinta a la
cual has traicionado poniéndote esa armadura verde.-

-Fui injustamente acusado, Benito. Tú de todas las personas


debes creer eso. Si fuiste tu mismo que me defendiste antes
el tribunal. ¿Quién más que tu podría creer mi versión de
los hechos? ¡Fui incriminado, Benito!-

A mi dragón azul, le di el mensaje, en su propia lengua,


pero mentalmente de mandar un rayo de electricidad para
matar al enemigo. Y dije:

-Te juzgaron culpable. Escapaste. Me traicionaste.-

Los dragones, dueños de este mundo, no son tan distintos


de nosotros, los humanos, excepto por tal vez una muy
importante distinción, los dragones viven y mueren por su
honor. Ganarle en combate a un dragón y perdonarle la
vida lo hace tu esclavo, fiel y leal, hasta la muerte.

Mi bestia, obediente, expulsó de su enorme boca un terrible


rayo de luz de truenos que cruzó la distancia entre el
estegosaurio y nosotros y le dio un enorme golpe a la bestia
que portaba mi adversario.

El monstruo acorazado se levantó varios metros en el aire


cuando el rayo le dio en el costado, tirando a Marco al
abismo.

77
Pero no pensé por un solo segundo que la muerte de mi
adversario sería tan fácil. Marco fue un Centurión muy
condecorado en mi propio ejército, valiente, terrible, y
astuto. Y como uno de “los míos” seguramente tendría un
arsenal de magia prohibida por el clero pero utilizada por
nosotros después de capturarla de nuestros enemigos, los
demonios.

En la guerra, la única ley es la ley del bosque: matar o


morir.

Me envolví en mi capa que tenía la propiedad mágica de


invisibilidad, y empecé a levitar en dirección a mi enemigo
usando mis botas mágicas.

Yo también tenía mis propios trucos para vencer la magia


demoníaca de Nagaloka. Los demonios no esperan eso de
nosotros los cristianos. Generalmente, las mejores armas
mágicas se las quedaban los soldados de más alto rango en
el ejército. Yo contaba con mis botas y mi capa, capturadas
del enemigo en alguna de nuestras interminables batallas
contra el mal.

Fue mi mala suerte que el monstruo prehistórico no estaba


muerto. Vivía todavía después del terrible ataque de mi
dragón. Justo cuando estaba llegando yo a buscar a mi
enemigo para acabar con él, la gigantesca bestia se levantó
del frío suelo de roca y nieve, tambaleando, y dio un
poderoso azote con su enorme cola llena de filosos picos
pegándole a algunas rocas sueltas en el suelo.

El resultado fue una enorme avalancha que se vino en dos


pestañeos de mis ojos, sobre mi cabeza.

Con duras penas, agarrándome de una gran roca con todo


mi peso, deje que la nieve, rocas y derbis pasarán sobre mi

78
cabeza, y seguí trepando adelante, buscando justiciar al
traidor y ladrón Marco con mi espada.

Mi fiel dragón azul recíproco el ataque del estegosaurio.

Sería mi bestia contra la suya. Un duelo a muerte entre dos


titanes, con nosotros en medio, también tratando de
matarnos el uno al otro.

Empezó lo que parecía una batalla de catapultas vivas.

Mi dragón y el estegosaurio rugían y se aventaban enormes


piedras con sus colas de un peñasco al otro… Mi dragón
pudo haber volado por encima del peñasco y atacar
directamente al estegosaurio, pero esa cola terrible con
todos esos picos no era de su agrado, y preferiría el
combate a larga distancia, donde definitivamente, tenía la
ventaja, por su rayo de truenos, y claro, sus alas.

Estaba el dragón jugando con su adversario, pues


necesitaba tiempo para recuperar su aliento de truenos.

Y pobre de mí en medio de los dos monstruos, agarrado de


unas raíces congeladas, pues mi hechizo de levitación de
mis botas mágicas se había agotado, y mi capa mágica que
me rendiría invisible estaba destruida, desgarrada e
inutilizada.

¡Pero o fortuna de fortunas!

Mi enemigo estaba a mi alcance, en la misma condición


que yo solo que unos diez metros más abajo que yo en el
mismo peñasco, agarrado de una roca sobresaliente y muy
filosa con una enorme caída de más de 1000 metros bajo
nuestros pies.

79
Incapacitados para luchar, simplemente nos miramos en lo
que nuestras bestias se lanzaban proyectiles.

-Nos has matado a los dos, Benito. ¿Acaso eso es tu idea de


Justicia?- dijo el, escupiendo sangre.

-Maldito. ¡Te uniste a los demonios del averno!- grite.

-No son demonios, Benito. Son gente, como tú y como yo,


pero con rostros de toros y vacas, con rostros de reptiles..
Son hermanos de consciencia igual que tú, pero tú no
entenderías. Eres tan ignorante como todos los que viven en
La Niña, La Pinta y La Santa María. ¿Todavía crees que
estamos en el infierno? ¡Estamos en el paraíso, y nuestra
ignorancia le ha convertido en infierno!-

Estaba a punto de morir Marco, y sus palabras llegaron a


mi corazón. Pero yo necesitaba recordar mi honor, recordar
mi deber.

-Estas perdido, Marco. Un esclavo de Satanás y sus


Legiones. No habrá perdón para ti tras la muerte- dije yo
con tristeza.

-No, Benito, el que está perdido eres tú. No hay muerte.


Todos los seres que mueren encarnan nuevamente en otros
cuerpos a través del tiempo y en todo el universo. Nuestra
Biblia y sus enseñanzas han sido corruptas por anticristos y
falsos profetas. Debes escuchar a los brahmanes de
Rasalandia y Ciudad Paleta. Ellos entienden mejor que
nosotros que es Nagaloka y cuál es nuestro rol en aquí.-

Era difícil entender su voz, pues el ya no estaba gritando, y


la batalla de las dos bestias seguía con su gran ruido.

-Niegas la verdad cuando la puedes ver con tus propios


ojos, Marco. Los muertos han salido de sus tumbas para el

80
Juicio Final. ¡Nuestro Señor Jesucristo nos dará a todos la
vida eterna!- dije yo. –Todavía puedes arrepentirte. Pedirle
perdón al Señor.-

-¿Vida eterna como zombis? Prefiero una muerte digna,


Benito.- dijo él.

Y justo en ese momento, su enorme bestia cayó,


mortalmente herida, a su muerte 100 metros abajo de
nosotros.

-Se acabó.-

Dijo Marco, y se soltó de la piedra de donde se agarraba.

Cayó a un lado de su bestia. La sangre que salió de sus


retorcidos cuerpos tiñe la nieve de rojo. Y yo pensé que
parecían dormidos en un campo de flores rojas.

¿Por qué lo hizo?

¿Por qué se soltó a su muerte?

No entendía entonces, ni todavía entiendo ahora.

La verdad es que mi mis manos estaban llenas de mi sangre


propia, y mi capacidad de sostenerme agarrado de las raíces
se estaba debilitando por cada segundo que pasaba yo ahí
indefenso.

Llame a mi Dragón cuyo nombre era Nanda, con un


chiflido, y la hermosa bestia se lanzó a volar, con la
esperanza de rescatarme.

Pero se lanzó demasiado tarde.

Mis manos se resbalaron, y caí, y caí, y caí.

81
Cerré los ojos para no ver el suelo acercarse.

Al cerrar los ojos, vi mi vida pasar por enfrente de ellos,


desde mi niñez hasta ahora, como si fuera una película muy
rápida. El tiempo parecía detenerse.

El dolor del golpe final no fue nada. En verdad no sentí


nada. Solo un impacto rapidísimo y una brillante, zaguanete
luz blanca.

Y luego nada.

Un vacío absoluto. Una negación de todo. Cuando recupere


lo poco de conciencia que tenía, me vi a mí mismo, muerto,
descuartizado por mi caída.

Mi dragón, liberado de las ataduras a mi servicio por mi


muerte accidental, había escapado, volando a su propio
destino. Había tristeza de haberme fallado en su corazón.
Su honor se había manchado porque yo había muerto antes
que él, y él no pudo salvarme de la muerte. Pero también
pude ver su alegría. Mi muerte lo liberó de la esclavitud a
mi voluntad.

Estaba viendo a mi cuerpo cuando una mano calurosa y


singularmente hermosa se puso sobre mi hombro.

-Benito Castor, has muerto- dijo.

Me di la vuelta…

¿Cómo podía dar la vuelta si mi cuerpo estaba ahí roto en la


nieve, enfrente de mí mismo, hecho pedazos? ¿Con qué
ojos pude ver mi cadáver? Con esos ojos, voltee la cabeza y
vi.

82
Era mi Señor Jesucristo.

Le reconocí perfectamente, pues es el rostro que siempre


soñé como el suyo.

Heridas en sus manos, en su frente.. En sus pies descalzos.


Estaba vestido completamente de blanco y sobre su cabeza
había una luz blanca, la misma luz que vi en el momento de
morir.

Caí de rodillas ante él, llorando, y tomando sus pies en mis


manos, besando sus pies… derramando mis lágrimas sobre
ellos.

-Mi Señor… Mi Señor…-

-Levántate, Benito Castor. Tu trabajo como guerrero no ha


terminado. Regresa a tu cuerpo y tráeme el resto de mi
rebaño, ya sea vivos o muertos, que el Juicio Final ha
comenzado en Nagaloka- dijo.

Y regrese a mi cuerpo roto.

Y me levante. O trate de hacerlo.

Y la terrible luz blanca apareció donde mi Señor había


estado.

Y me cegó y me caí, y sentí el peor dolor que he sentido


jamás… Cuando abrí los ojos nuevamente, estaba yo en mi
propio cuerpo..

Pero ya no tenía color el mundo.


Y en mi cabeza, en mi corazón, en mi existencia.. Solo una
cosa… Traer al Señor a todos los hombres, mujeres y niños
que no tengan su marca en la frente. Matar a los vivos que
pueda servir el Juicio Final de mi Señor Jesucristo.

83
CAPÍTULO TRES: REY MYSTERIO

PARTE UNO: EN LAS RUINAS DE DETROIT

Fuego el hombre dragón, Lava el hombre escorpión y Rey


Mysterio, el luchador del planeta tierra seguían tratando de
encaminar los refugiados de las ruinas de Ciudad Paleta a
Rasalandia, donde aparentemente, los reportes de otros
supervivientes y del gobierno mismo de Minoreyna decían
que la apocalipsis zombi no pasaba por las murallas de la
ciudad.
Los tres habrían el camino para el resto del grupo, en la
mayoría ancianos, mujeres y niños: humanoides, demi-
humanos, y claro uno que otro pagano que decidió no
unirse a la iglesia para salvarse del Juicio Final. Ahora esos
paganos y herejes se sumaban en varios miles.
Una multitud cansada, hambrienta y atemorizada.

El camino preferible por seguir seria atravesando las


Montañas Centauro. Mucho menos pobladas que los

84
bosques de alrededor, las Montañas Centauro parecerían no
tener muertos vivientes.
Extrañamente, los reportes originales de la infestación
zombi empezaron justamente ahí, en las Montañas
Centauro. Pero, la escasez de humanos en las montañas
aseguraría que los zombis fueran menos que en los
bosques, donde miles de humanos o tal vez millones, si uno
calculaba los de la prehistoria, podrían estar enterrados, y
por eso, los tres compañeros decidieron que la caravana
necesitaba avanzar por esa ruta, pues era la mejor, la más
segura y la más difícil.

Seguirán el Río Atl hasta su origen, el Monte Trappa y el


Monte Kreon. De ahí, viajarán por la orilla del Monte
Escorpión hasta llegar al Río Rasascuacuali, que
desembocará en Rasalandia.
Seguramente encontrarán numerosos zombis en el bosque
de Rasalandia, pero también había muchas patrullas de
minotauros y sería posible que algunos se les unieran en
defensa de los humanos de la caravana.

Por razones conocidas, los zombis solo se interesaban en


matar humanos. Y claro, aquellos que trataban de
defenderse de la muerte.
En ese sentido, el apocalipsis zombi era un apocalipsis
exclusivamente humano. Enanos, elfos, goblins… no
tenían nada que temer. Pero Rey Mysterio, Lava y Fuego
habían prometido proteger todos los miembros de la
caravana, y la mayor parte se trataba de humanos que no
deseaban aceptar a Jesucristo como su único salvador, y
prefirieron irse con los semi-humanos, pobres humanos que
por su decisión de no adoptar la fe cristiana estaban
condenados a morir en la apocalipsis zombi del Demiurgo.

A Fuego le parecía muy injusto el acto mágico por parte del

85
Dios de los humanos: únete a mí, o muere asesinado por
mis zombis.
Y pues, el escorpión, el dragón y el enmascarado seguían
buscando el camino más rápido y eficaz para salvar una
muchedumbre con poco chance de supervivencia. Zombis
aparecían de vez en cuando, pero nunca en números
demasiado grandes para preocupar a Fuego, que
sencillamente los carbonizada desde el aire con su aliento
dracónico. Y bombas de aceite.

Fue en las orillas del monte Escorpión que Fuego observó


por primera vez las ruinas, volando sobre las cabezas de sus
amigos para determinar el mejor camino para avanzar la
caravana.

Escondidas por la nieve, desde las nubes, parecían poco


más que unos montecillos hexagonales. Pero cuando bajó
un poco de altura para verlos mejor, se dio cuenta que se
trataba de siete edificios antiguos, gigantescos, altísimos y
en ruinas, y cubiertos en parte por el permafrost de un
fiord. Estaban hechos de metal, concreto y vidrio, en la
mayor parte roto, todos materiales típicos del planeta tierra.

Regreso a donde sus compañeros, Fuego, saludo y aterrizó.

- Directamente adelante, hay una ruina. Parece humana.


Podría ser lugar de zombis, pues si hay muertos, estos
seguramente ya han salido de sus tumbas. – les informo.

Rey Mysterio miró a su alrededor… – La verdad este es el


único camino. La alternativa sería dar la vuelta y eso
significa varios eso de caminata. -

- Tal vez los dueños de las ruinas no fueron humanos. Tal


vez fueron enanos o elfos. – Dijo Lava, haciendo sus pinzas
abrir y cerrar nerviosamente.

86
- ¿Seguimos adelante, o regresamos por donde vinimos? –
Pregunto Fuego.

- Yo voto por seguir. – dijo el luchador.

- Y yo. – dijo el escorpión.

El hombre dragón se encogió de hombros, y empezó a


caminar hacia adelante.. Siempre hacia adelante.

Aproximadamente a unos tres kilómetros antes de llegar a


las ruinas, Lava encontró un trozo de metal, aparentemente
un escudo rectangular verde… sobresaliendo de la nieve.
Usando sus enormes pinzas, lo saco, no sin un poco de
esfuerzo.
Estaba escrito en un dialecto extraño, con letras usadas en
el Planeta Tierra, y desconocidas para los dos nativos de
Nagaloka. Se trataba de un objeto de hoja dura de aluminio
pintado de un lado verde y de unos 90 cm x 40 cm.

Al verlo, el sorprendido fue Rey Mysterio, pues lo


reconoció rápidamente.

- ¡Dios mio! -

- ¿Lo puedes leer? – pregunto Fuego.

- Esta en Ingles, es del planeta tierra y dice: “Bienvenidos a


Detroit” – dijo Rey sorprendido.

-¿Que es Detroit?- pregunto Lava.

- Una gran ciudad de mi mundo en el planeta tierra. Pero


esto no puede ser. – respondió Rey sacudiendo su cabeza.

87
---------------------------------------------

Más o menos media hora después, llegaron los tres


compañeros a las ruinas. Vieron grandes piedras
rectangulares, sepultadas bajo la nieve. Pero si uno
examinaba más de cerca las grandes piedras, se pudo ver
que se trataba de enormes rascacielos. Edificios
pertenecientes a otro planeta, pero en ruinas totalmente.
Rey Mysterio los reconoció con facilidad. Después de todo,
el enmascarado había luchado varias veces en esa ciudad, y
pudo ver mas o menos que se trataba de las ruinas de unas
dos cuadras de Detroit, arrancadas de su lugar de origen y
olvidadas en medio de una montaña en el Planeta
Nagaloka.

- ¡Son las ruinas del General Motors Renaissance Center!.


¿Cómo es esto posible? – Rey Mysterio estaba fuera de sí
mismo.
Parecía que estaba alucinando perdido en un mundo ya
bastante alucinado.

- Pues si son ruinas humanas, y hay muertos, seguramente


están animados. Tendremos que volver hacia atrás.
Buscaremos otro camino. – Dijo Fuego, sacudiendo su
cabeza.

- ¡No! ¡No! Estos edificios pertenecen a mi planeta. Debo


descubrir qué ha sucedido. Por favor, no me abandonen.
Ayudenme. Los necesito, mis amigos. – dijo Rey con
lágrimas de espanto en sus ojos.

88
CAPITULO TRES: Parte Dos: Una vieja batalla se pelea
nuevamente

Reporte Oficial de la XV Legión de Ciudad La Pinta, IV


Cohorte, XIX Centuria.

Bajo el mando del Centurión Cassius Maximus Clayus.

Para su Su Santidad, Sumo Pontífice Ricardo XII,


Rex Mundi de todo Nagaloka

Diciembre 11 del Año Tierra 2013

Santísima Santidad,

Nuestras fuerzas fueron a patrullar el conocido Camino de


Brindavan a la altura de las Ruinas de Xith Citol, cuando
nos encontramos con una chusma de paganos originarios de
Castillo Tutatis. Evidentemente, los paganos buscaban de
arrimarse a nuestras tres santas ciudades por el Camino de
Brindavan, seguramente para salvaguardar su pueblo, en

89
grave peligro de extinción, por causa del inevitable Santo
Despertar de los Muertos del Juicio Final de Nuestro Señor
Jesucristo.

Los paganos sacaron sus espadas y procedieron a atacar, sin


mucho chance de diálogo. Fieles a nuestra sagrada fe
verdadera, luchamos contra los herejes con disciplina y
concentración, por lo que yo inmediatamente separe
nuestro equipo en tres formaciones para flanquear a los
bárbaros.

La batalla empezó por nuestro flanco derecho, y


violentamente, mis soldados se comprobaron los mejores
combatientes, causando bajas considerables contra los
paganos. Nuestros escudos largos y pilum utilizados con
perfecta ciencia militar dominaron completamente a los
rubios peludos que contaban con hachas y espadas de
menor cualidad.

Pero fue aquí que algo sucedió extraño que no esperaba: los
paganos abandonaron la batalla y se echaron a correr. y
empezaron a trepar un montecito en el lado oriente del
camino. Mis hombres comenzaron a gritar “¡Roma
Victoria!”. Pero yo los detuve rápidamente exigiendo que
perseguiremos a los infieles.

Sin muchas ganas, la centuria se organizó para perseguir a


los paganos. Al llegar al montecito, Fue nuestra mala
suerte de encontrarles preparados para nuestra llegada,
ocultos y por encima de nuestras cabezas, y desde ahi,
llovieron piedras sobre nosotros con sus acertadas hondas.

Como los bárbaros lograron tomar el terreno alto antes que


nosotros, la batalla fue mucho peor para mi equipo, y para
cuando llegamos a las posiciones enemigas, sufrimos
pérdidas importantes.

90
Pero destrozar esta fuerza bélica de adoradores del demonio
tan cerca de mi hogar es un asunto sacro para mi, y por esa
razón le exigí a mis valientes soldados que subieran tras los
Galos sin importar la muerte.

Ese fue mi fatal error, y he de pagar por él con el filo de mi


propia espada, Su Santidad. Mi ejercito entero fue
destrozado por la lluvia de piedras lanzadas cruelmente con
las hondas de los galos. Sólo dos hombres quedaron con
vida, mi lugarteniente, Petrus Commodus, a quien le he
comisionado que este reporte llegue a sus manos, y yo.
Claro, mi derrota solo se puede pagar con mi propia vida, y
eterno tormento en los fuegos del infierno. res Mi
arrogancia le costó la vida a cien hombres bajo mi cuidado.
Por esa causa, he decidido terminar mi vida con filo de mi
propia espada.

Con gran dolor, me despido de usted, Santidad..

Su fallido sirviente,
Centurio Cassius Maximus Clayus.

91
CAPITULO TRES: Parte cuatro: Tiktaalik y Ichthyostega

El Tiktaalik llamado Ichthyostega y el Ichthyostega


llamado Tiktaalik se miraron uno al otro viendo los barcos
quemados y los muchos cadáveres de sus tripulantes en la
costa de Ciudad Paleta, a unos 2 kilómetros del muelle del
Hotel Bloodaxe.
Tiktaalik devoro un brazo particularmente goloso de un
pobre enano ahogado que estaba a punto de llegar al fondo
del mar, donde ambos seres esperaban una cena suculenta.

-Ha llegado el fin del hombre.- dijo, entre bocadillos.

-¿Tú crees? Son hábiles para sobrevivir. Y mi madre-


hermana me dice que en las costas de Rasalandia y de Las
Tres Ciudades Cristianas, había todavía muchos.- replicó
Ichthyostega.

-Vamos a ver, en la superficie. Tengo ganas de dejar el


agua.- Tiktaalik decidió, terminando su bocadillo.

Los dos extraños seres subieron aleteando rápidamente a la


superficie y sacaron sus cabezas. Lo que vieron fue digno

92
del infierno; Hogares en llamas, sufrimiento, muerte.
Miedo.

En sus corazones, los extraños seres acuáticos sintieron


lástima por la pérdida de tan hermosa ciudad. Ambos
habían crecido cerca del muelle de Ciudad Paleta, y
llegaron a querer mucho a sus raros habitantes habituales.
Tiktaalik y su pareja, incluso llegaron a darles nombres a
cada uno y crear historias sobre ellos y su vida en la
superficie.

Y ahora les estaban viendo morir.


Pero no podían ayudarles. Y lastima, pero la muerte de
estos extraños y chistosos bípedos terrestres significaba
mucha comida para sus propios pueblos. La abundancia
había llegado al fondo del mar. Nadie tendría hambre por
un rato.
Tiktaalik fue el primero en salir del agua. Se apoyó en sus
fuertemente en las aletas más grandes, arrastrándose por el
pasto. Fue a su lugar favorito, un lugar donde los enanos
venían y se quitaban sus pesadas botas y abrigos de cueros,
se sentaban en la playa y les tiraban sobras de sus manjares,
los huesos de carnes deliciosas, de otras cosas que existían
más allá de donde Tiktaalik podía ver en el mundo de la
superficie.

Estos enanos venían de un lugar lejano, un lugar llamado


bosque, con cosas llamadas árboles por donde uno podía
trepar al Sol.

Pero los enanos ya no estaban. En su lugar, se encontraban


hombres muertos pero no muertos. Caminaban como sin
rumbo, patrullando la playa en búsqueda de hombres vivos
que asesinar. Curiosamente, los seres como los hombres pero
que son distintos, como los enanos nada tenían que temer de
los muertos vivientes. Pero daba igual, todos los seres,

93
enanos, gigantes, hombres lagarto y elfos parecían huir
igualmente de los muertos que no estaban muertos.

Los otros seres del océano decían que ese fue el juicio de su
Dios, el Dios de los hombres. ¿Por qué juzgaría el dios de
los hombres Dios al los hombres tan terriblemente?

El amigo de Tiktaalik no le siguió a la superficie. Se quedó


justo al borde del agua, mirando afuera con sus ojos
saltones.

-Vamos, no seas cobarde.- Tiktaalik dijo.

-No tengo nada que hacer ahí con esas cosas ni vivas ni
muertas caminando por la playa.- respondió Ichthyostega.

-No parecen estar interesados en nosotros. Están buscando


solo humanos. Mira, ahí agarraron una cría, y la están
descuartizando.- dijo Tiktaalik, más curioso que
preocupado.

Tiktaalik desde huevecillo, soñaba un sueño peligroso,


quería caminar siempre más lejos y más lejos de la arena en
la playa. Al fondo de la arena, sus ojos habían visto
siempre arboles muy grandes y en especial un edificio muy
hermoso, con ventanas enormes, y claro, muchos seres
bípedos entrando y saliendo de él: enanos, hombres lagarto,
humanos… elfos.

El problema fue siempre lo seco de la superficie. Su piel se


secaba muy rápidamente, y después de algunas horas,
necesitaba regresar al mar.

Pero siempre soñaba con caminar y caminar y caminar, y


conocer toda la ciudad, la parte más seca, atrás del Hotel
Bloodaxe.

94
Llegó hasta un bar, en la playa, donde un elfo medio
muerto yacía en un charco de su propia sangre. El elfo se
comunicó mentalmente con Tiktaalik, como muchos elfos
podían hacer, y le preguntó:

-¿Viste barcos en el agua? ¿Barcos con seres vivos en


ellos?-

-Vi uno. Con un humano enmascarado al timón.- replicó


Tiktaalik.

Seamos claros en esto, que el lenguaje compartido entre el


elfo moribundo y el ser del mar fue el lenguaje de imágenes
de la mente. Telepatía pura.

-Entonces no me sacrifique en vano.- dijo el elfo.

-¿Qué quieres decir?- preguntó Tiktaalik mentalmente.

-Hubo una gran batalla en este hotel, y muchos murieron,


muchos sin nombre que serán olvidados por la historia.
Muchos de nosotros que defendimos a los humanos en vez
de entregarlos a la muerte segura. Yo fui uno de ellos, y he
muerto para defender a esos humanos que escaparon en ese
barco, pero ellos nunca me conocerán, más que tal vez
atreves de ti, amigo, si puedes contar mi historia.-

El elfo declaró todo eso y luego murió. Y claro, Tiktaalik


nunca supo su nombre.

Tiktaalik regreso al mar con su amigo Ichthyostega y le


contó lo sucedido. Ambos seres decidieron buscar el navío
del enmascarado y contarle la historia del elfo sin nombre
que luchó para salvarle la vida y murió por él.

95
La extinción de los humanos de este mundo fue inevitable,
y los dos acuáticos pensaron que se trataba de un asunto
triste. Nada podrían hacer para evitarlo.

96
CAPITULO TRES: PARTE CINCO:
Ángeles y Demonios

97
Hay que entender que Ciudad Paleta y de pasadita, todo el
planeta de Nagaloka, se podría considerar como un tipo de
estación de trenes interdimensionales y trans-temporales.
Pero en vez de trenes, lo que uno encuentra en Nagaloka
son muchos portales, portales a mundos tan distintos como
la Tierra, El Mundo de las Sombras, Narnia, Dune, Krynn y
el Mundo de la Torre Negra. No hay mundo que no se
pueda llegar desde Nagaloka. Portales y ocasionalmente,
naves espaciales, naves “luna” que parecen pequeños
planetas pero son realmente gigantescas máquinas
extraterrestres, platillos voladores, puros voladores, barcos
espaciales, ballenas interespaciales, y si, trenes
interdimensionales.
Algunas naves son gigantescas. Ciudad Atlántida, por
ejemplo, la ciudad principal de los Nagas, los hombres
serpiente que terra-formaron el planeta y lo llenaron de
seres con propósitos de experimentación genética, es una
gigantesca nave espacial con millones de habitantes que
yace bajo el Mar de Serpiente. Ciudad Atlántida puede
viajar, no solo a todos los rincones del universo material,
pero por otras dimensiones y tiempos también. Por
ejemplo, puede viajar a la dimensión de los Fantasmas
Hambrientos, a los infiernos y algunos paraísos.
Los Nagas son “dueños” del planeta, pues todos los otros
seres conscientes en Nagaloka fueron traídos por ellos. Sus
vidas y destinos son cuidadosamente observados por los
Nagas, como si se tratara de una reservación zoológica. En
general los Nagas tratan de observar el libre albedrío de
cada raza, excepto en casos de extinción inminente, en
cuyo caso, los Naga intervienen siempre para detener las
extinciones.

Pero muchos de los seres que habitan Ciudad Paleta la


consideran gran metrópolis solamente un segundo hogar, y
sus hogares verdaderos están en otros planetas, otras

98
dimensiones y otros tiempos. Algunas celebridades,
habitantes que tienen casa de campo en Ciudad Paleta
incluyen tales personalidades como el Mago Merlín,
Hermes Trigamestros, Rasputín, Nostradamus, Leonardo
Da Vinci, varios dioses egipcios, vikingos y uno que otro
industrialista del siglo 21.
Estos personajes aparecen como invitados en la ciudad a
razón de que Ciudad Paleta existe en un momento de un
planeta, Nagaloka, específico en el tiempo y el espacio,
pero con la tecnología de “pequeños agujeros negros”.
Estos personajes pueden fácilmente entrar y salir del
presente, pasado y futuro. El tiempo es circular, y
repetitivo, a gran escala. Empieza el tiempo y termina en el
mismo lugar, que es decir, nunca, pues el principio y el fin
pueden ser en cualquier momento.

Eso implica que hay cientos de pequeños agujeros en el


tiempo-espacio para portar a estos individuos a otros
lugares y tiempos, lo que les hace, supuestamente,
inmortales, excepto por la vejez, que aparece en cualquier
momento, incluso a aquellos que viajan en el tiempo.
Crear y controlar estos portales del tiempo, espacio y
probabilidades de otros universos es una de las funciones
principales de la Torre Azul, hecha por los elfos, y
específicamente diseñada por Xan el hechicero, un ser de
inmensa edad y con poderes casi omnipotentes.
Xan, uno de los Tres Ancianos del Consejo de Ancianos,
creadores, dueños y señores de la ciudad.

El elfo, Xan, ha viajado al fin del tiempo y al principio de


la creación, y sabe todo lo que hay que saber, siendo
considerado uno de los seres mejor informados y sabios de
todos los mundos y tiempos.

99
Compañero leal de Jigolanthas el gnomo y el guerrero
Canción de Lluvia, Xan sabe demasiado bien en que ha de
terminar la historia de Ciudad Paleta. Y claro, entiende que
este destino no puede ser distinto, pues de cierta manera,
eso que ha de suceder en Ciudad Paleta siempre ha
sucedido y siempre sucederá.
Específicamente, Xan entiende cómo ha de manejar las
aventuras de un cierto hombre lagarto que en algún
momento se convertirá en el soberano de la ciudad. Esto
ocurre después de una gran y sangrienta guerra contra los
enanos, liderada por el hombre lagarto, y Xan sabe
demasiado bien que debe perder esa guerra. Y esta guerra,
ganada por el hombre lagarto ocurre justo antes que el
Demiurgo, un Dios Maligno llegue para comenzar la
apocalipsis zombi que terminará con la vida humana en
todo el planeta.
Saber demasiado duele.

Un ser sabio y bondadoso, Xan sabe que no puede interferir


con las consecuencias históricas de la realidad. El progreso
del tiempo tiene un “deber sagrado” y cuando uno sabe
cómo termina el tiempo, es esclavo de los caprichos del
tiempo, pues como un enorme rompecabezas, no puede
terminar bien si no existen todos los eventos que componen
las piezas del rompecabezas.
Las grandes guerras, las catástrofes, el dolor de una
infinidad de seres es necesario para el funcionamiento de
las cosas como deben de ser si uno mira los eventos desde
fuera del tiempo, en un estado atemporal. Ahí, todos los
eventos del universo llevan a un final específico.
Xan no estaba solo, pues con él, en la Torre Azul, estaba su
hermano, Fausto, nacido de elfos, pero convertido en un
fauno por sus pecados.

100
También ahí con él vivían sus dos hijos, de los cuales
Leoncio, el joven, tomó la forma de un Naga para viajar a
Ciudad Atlántida. Leoncio es un mago excelente, y su
habilidad de transformar su forma en cualquier otra forma
que le plazca es perfecta.
Leoncio fue dotado de gran poder mágico, e inmortalidad-
El hijo mayor de Xan, Manoleos, siguió el ejemplo de su
padre, buscando sabiduría y conocimiento primero.

Otro inmortal, residente de la Torre Azul es Celeste, la


mujer de Xan, una elfa divertida y bacanal, despreocupada
por las locuras de sus hijos y esposo, prefiere pasar su
tiempo en la búsqueda de la perfección de las artes: música,
pintura y escultura. Celeste no se preocupa por detener las
aventuras peligrosas de Xan, que ciertamente sabiendo todo
sobre todo y todos por alguna razón, siempre tiene el
interés de continuar aprendiendo.

El décimo octavo piso de la Torre Azul fue usado


principalmente como el lugar donde portales a los lugares
remotos en el espacio y el tiempo fueron abiertos y
mantenidos para dar la facilidad a viajeros con interés en
llegar donde nadie puede llegar.
Fue tal vez uno de los lugares favoritos de Xan. Y fue ahí
donde su hermano, Fausto, casi causó el fin del tiempo, a
causa de su natural tendencia a tratar de descubrir los
secretos de Xan, para quien siempre tuvo una envidia
secreta.

Entretanto, en un futuro próximo, un ser omnipotente


planeaba el genocidio contra los humanos de Nagaloka.
Conocido en el planeta Tierra como Jesucristo, el
Demiurgo de Nagaloka tenía en mente exterminar la raza
humana del planeta, arrebatándole a los Nagas sus
mascotas favoritas para así llevar los humanos fieles a él al

101
Planeta Tierra y ahí comenzar el Juicio Final del
hombre: el cumplimiento de todas las profecías en la Santa
Biblia.
Claro, no todos los Nagas estaban felices con tales motivos.
Nagaloka se consideraba entre los planetas Nagas, (los
cuales se enumeran en miles de millones) como uno de sus
mejores parques zoológicos del universo, donde humanos
de razas casi extintas pueden ser protegidos, cultivados,
cosechados y observados en relativa paz.

Pero para un ser divino como Jesucristo, los planes de los


Nagas para la preservación del ser humano como ganado
psíquico no era de su agrado. Y pues, su apocalipsis zombi
fue su solución perfecta al problema de arrebatar los
humanos en Nagaloka de los Nagas.
Claro, eso necesariamente obligaba a Jesucristo a causar un
genocidio terrible en el planeta pero para él, ese terrible
genocidio no se trataba en nada menos que el higiene
espiritual de su creación.
Aquí vale explicar que la muerte del cuerpo no es el fin de
los seres, y cuando un cuerpo muere está destinado a varias
posibilidades: reencarnación, vida eterna, forma
demoniaca, forma fantasmagórica, forma divina, limbo,
purgatorio, paraíso, y muchas otras cosas. Los cuerpos de
humanos, elfos, hombres lagarto e incluso cucarachas y
moscas son vehículos para espíritus de gran variedad y
potencia.
El plan de Jesucristo es la liberación del hombre de su
forma corporal para entrar en una inmortalidad espiritual.
Los humanos herejes a su fé pueden renacer en otras
formas, pero aquellos fieles a su salvación puede unirse a él
en el paraíso cristiano.

102
Los Nagas, por su parte, cosechan el ADN de los humanos
para salvaguardar sus razas, especialmente aquellas razas
que fueron creadas específicamente por los Nagas a través
de complicados programas de ingeniería genética en varios
mundos.
Como de costumbre, Xan estaba en su oficina, sentado
frente a un holograma mágico de su proyecto actual más
reciente; un portal entre Alfa Centuria y Cronos. Con sus
largos dedos, podía apuntar a cualquier galaxia, planeta, o
sistema solar y expandirlos, contraerlos, moverlos o
sacarlos del holograma a su antojo. Su objetivo era
informático, pero jugar con las galaxias le relajaba mucho.
Afuera de su oficina, cientos de elfos estaban ocupadisimos
recolectando información sobre diferentes mundos y
dimensiones por medios de espejos mágicos, bolas de
cristal, humos místicos, hologramas, y varios otros medios
inclusive más exóticos como leer el futuro en las tripas de
animales muertos.

Xan se levantó de su silla y se ausentó de su trabajo


mirando su pequeña colonia de haditas de agua, que vivían
en una hermosa y gigantesca pecera de vidrio, la cual
compartían con un enorme pulpo de agua dulce.
La pecera estaba atrás de su escritorio, y servía como un
tipo de cabecera para impresionar a aquellos que
necesitaban ser impresionados por el elfo. El pulpo media
por encima de dos metros y la pecera media unos diez.
Su hermano Fausto se materializó cerca de él, como lo
hacía siempre, sin aviso alguno.
Sin decir palabra, ni siquiera mirar a su hermano, Fausto
camino al generoso y bien dotado bar, escondido en un
rincón de la enorme oficina y se sirvió un whiskey. Acto
segundo, apareció un puro, lo puso en su boca y lo
encendió con un fueguito mágico de su pulgar.

103
Luego miró a Xan y se sentó en uno de los muchos sillones
de piel de lagarto tan cómodos en ese enorme lugar.

Fausto había tomado la forma de un Fauno, con sus


cuernos, patas de chivo, y vestido en un hermoso traje
negro de marca Armani con saco, camisa de seda y corbata
roja como la sangre, típicos de ejecutivos millonarios del
planeta tierra. A Fausto le gustaba visitar la tierra muy a
menudo para ir de “compras” a Beverly Hills, Londres y
París… Se consideraba a sí mismo un jet-set y cosmopolita.

- ¿Por qué no me avisaste que Ciudad Paleta será destruida


pronto?- preguntó.

- El futuro nunca te interesó antes. ¿Por qué ahora?-


respondió Xan, regresando a su escritorio.

- Vivo en Ciudad Paleta. Tu también. -

- Pero hay tantos lugares a donde puedes ir, las Montañas


Centauro, Grumpslandia, Ciudad Troll. Vulcano. Saturno.
Ahí no hay humanos, ni apocalipsis, ni nada. O si prefieres,
puedes ir a Chicago en la Tierra. O Nueva York. – dijo el
elfo.

- ¿Y mis amigos? – acusó Fausto.

- A tus amigos más importantes en la ciudad les avisaras a


tiempo. Te conozco, no es como que puedes guardar un
secreto. No es como que la continuación temporal del
destino del universo sea de gran importancia para ti
tampoco. No respetas mi trabajo como viajero en el tiempo,
Fausto. Tu vida está enfocada en el presente únicamente.
Claro, esto ya estaba previsto, y aunque le avises a ciertas
personas del apocalipsis que se acerca, gente que está en la
lista de fallecidos en el futuro próximo, donde Ciudad
Paleta es destrozada por zombis, no podrás salvarlos, pues

104
eso ya ocurrió. No puedes cambiar el destino, Fausto. –
explicó fríamente Xan.
-Eres un monstruo, hermano. ¿Como puedes dejar que
ocurra lo que va a ocurrir en Ciudad Paleta y no detenerlo?
Miles van a morir, y tu no haces nada. Incluso, mantienes
toda esta información del futuro oculta de todos para que
no cambie ese terrible destino. ¿No te da pena? -
-Fausto, cuando empecé a ver el futuro, hace siglos, lo
primero que tuve que entender es que no puedo cambiar el
destino. Todo muere. Incluso la muerte muere. El destino
de cada ser, de cada ciudad y de cada planeta ya está
escrito, y conocerlo no es un asunto agradable. Yo no
puedo detener la Guerra de los Enanos, ni puedo detener la
apocalipsis zombi.-
- Xan, lo único necesario para detener los eventos que van a
ocurrir, y que evidentemente no han ocurrido todavía, es
prevenir la Guerra de los Enanos, y para eso solo hay que
detener a un solo hombre lagarto.. ¿Cómo se llama? –
Xan se percató en ese momento de lo que había hecho
Fausto; leer sus bitácoras de sus viajes en los futuros
posibles. Fausto ya sabía sobre Agua, el hombre lagarto.
Sabía de la victoria de Agua en contra de Xan mismo, y
Jigolanthas y Canción de Lluvia, sus colegas. Durante la
guerra de los enanos, Xan perdería su torre, su posición y
tendría que ser exiliado . La victoria de Agua y sus aliados
causarían que el hombre lagarto se convirtiera en soberano
absoluto del planeta, cosa que Jesucristo, ser omnipotente
del planeta Tierra podía utilizar para comenzar su juicio
final de los hombres en el planeta Tierra, robándole a Agua
todos los humanos de Nagaloka, vivos o muertos.

Momentáneamente, un pequeño ser volador, algo como un


ojo flotante voló directamente de una de las ventanas

105
abiertas en la oficina, a flotar directamente en frente de
Xan.
El ojo servía como servicio de mensajeros entre Xan y
muchos de sus discípulos, empleados y aliados. Un urgente
mensaje mental entró en el cerebro del elfo, y pronto
cambió su postura, levantándose de su silla.

-Se trata de Manoleos. Hay problemas con Leoncio.- dijo


Xan, interrumpiendo a su hermano-chivo.

-Bueno, pero tendremos que continuar esta conversación


antes que lleguen los eventos inescapables. No puedes
dejarme fuera del apocalipsis sin decir nada y esperar que
yo lo tome como tal.- dijo Fausto.
Y habiendo dicho esto, el satyro tiro algunas semillas al
suelo de la oficina de su hermano y desapareció,
convirtiéndose en una nube de sátiro.
La nube salió por el techo, pasando a través el material
semi-vidrioso, tan fácilmente como si se tratara de pasar
por agua al brincar al fondo de una alberca.

Xan sacudió su cabeza, distraído por la salida del sátiro, y


fue a donde estaba su espejo mágico, un gigantesco vidrio
opaco con un marco de madera tallada en forma de tortuga,
y le dijo:

-Voy al Barrio Rojo. Tengo prisa.-


Inmediatamente, una imagen del Barrio Rojo, ese
asqueroso basurero de absurdos excesos y libertinaje
permitido, nay, ¡preferido! por su buen amigo Jigolanthas,
el mismo de la Torre Rosa.

- Jardines del Gato Chato.- clarificó.

106
La imagen cambió un poco, y momentáneamente, pudo ver
los jardines del burdel más infame sobre todos los otros
burdeles en toda la ciudad, y también el más exitoso: el
Gato Chato. Un enorme edificio en forma de un felino
hecho de ladrillos rojos, y con la cola formando un símbolo
de interrogación hacia arriba. Las puertas son el ano y la
boca del gato. Esfinges, es decir edificios en forma de gato,
son comunes en algunos lugares. En el Barrio Rojo, se
trataba de una aberración del tema. Una esfinge lasciva.

Rápidamente, Xan entró en el espejo, que, al pasar del elfo


por el, parecía más agua que vidrio. El cuerpo de Xan pasó
fácilmente por el marco y despareció de la oficina.

-------------------------------------

Manoleos, sumamente decepcionado con su último corte de


pelo, y pensando que no regresaría jamás a cortarse el pelo
con goblins, miró a su hermano y sacudió su cabeza de un
lado al otro, chiflando suavemente entre sus dientes por
décima vez.
Leoncio dejó su hermoso cuerpo de elfo y convirtió a sus
hermosas piernas musculosas en una gigantesca cola verde.
El muchacho añadió a su nueva forma monstruosa unas
alas enormes de murciélago. De la cintura para arriba no
cambio mucho. Su tamaño incrementó bastante con la
enorme cola de serpiente. Leoncio decidió convertirse en
un Naga Real, una variación alada de los Nagas, Señores de
Nagaloka.

Como de costumbre, Leoncio estaba tercamente tratando de


defender su punto de vista ante su crítico hermano mayor,
quien casi siempre tenía la razón.

- ...por eso es que no tengo intención de regresar a mi otra


forma. ¿No entiendes que voy a ser un Naga de ahora en

107
adelante, y para siempre? – dijo el reptil-élfico a su
pequeño hermano.
En un mundo de fenómenos, Leoncio parecía casi
ridículamente ordinario, como miles de elfos que hacían
sus ridículamente ordinarias vidas diariamente en Ciudad
Paleta. Pero ahora ya no era elfo.

- ¡Leoncio, sé razonable!- grito calladamente Manoleos.

Estaban en el gigantesco jardín del Gato Chato. Leoncio


estaba enrollado alrededor de un enorme roble y Manoleos
estaba parado frente al árbol, con su mano derecha ocupada
con unas bolas de metal mágicas, tratando de calmar sus
nervios.
A la izquierda de los hermanos se podían ver unas estatuas
de humanos y otros seres fornicando, iluminadas por
lámparas de luciérnagas. A la derecha, del árbol, se podía
ver una de las gigantescas patas de ladrillo del enorme Gato
Chato. Y al frente y para atrás, mas estatuas de piedra de
orgias absurdas mostrando parejas, grupos y individuos
haciendo las más depravadas obscenidades conocidas a los
seres vivientes.
Una nota interesante es que estos seres estaban pagando el
precio de romper las reglas del Gato Chato. Putas, chulos y
clientes quedaron petrificados por la medusa de la casa
como castigo por hacer cosas prohibidas por la casa.
Obviamente, la mayoría de las estatuas se trataba de
hombres, pero sospechosamente, las mujeres, aunque
minoría, estaban también ahí.
Extrañamente, estaban solos en el jardín, excepto por unos
ogros, vestidos con el uniforme oficial de “Seguridad del
Gato Chato”, armaduras de cuero rojo, botas negras,
espadas gigantescas y yelmos en forma de felinos. Los
ogros jugaban dados, tratando de pasar el tiempo

108
interminable hasta el fin de su turno como vigilantes. En el
Gato Chato, como casi todo era posible, solo el grito de uno
de los dueños lograría que los brutos acudieron al rescate.

Los ruidos del Barrio Rojo eran abrumadores. Gritos,


llanto, risa, putas llamando clientes, clientes buscando
servicios… animales de carga, tráfico vivo de varios
animales de carga afuera de las paredes de las decenas de
hoteles que hacían este lugar el más infame de toda la
ciudad.
Pero el caos del barrio era invisible y sin importancia,
detrás de los enormes muros que separaban el jardín del
afamado burdel del resto del infame barrio. Se trataba de un
lugar especial: Un oasis de calma, cuidadosamente
mantenida por los ogros vestidos de gato jugando dados en
el césped.
-Vamos, bruto. Tira.- dijo uno.
-Pero he de perder nuevamente. Tu siempre ganas.- replicó
su compañero.
-Bueno, te acepto un hijo. ¡Tienes suficientes!-
-Esta bien.-

Justamente en ese momento apareció Xan. Apareció, como


todos los viajeros interdimensionales, de un pequeño
agujero negro que se abrió a unos cuantos pies de los dos
hermanos.

- ¿Qué está pasando aquí?- dijo a los dos muchachos,


dándole una sola mirada extraña a la nueva forma de
Leoncio.

Leoncio se esol especializado en magia transformativa. Su


pasatiempo favorito era convertirse en todo tipo de
criaturas, grandes, pequeñas y maravillosas. Su padre le

109
esol enseñado el arte, y pues verlo como un Naga Real no
fue nada raro para Xan.

- Tu hijo está loco.- dijo Manoleos, acusatoriamente


levantando su dedo para señalar al extraño ser en el árbol.

- ¿Repito: que está pasando aquí? Tengo mucho trabajo en


la oficina. No tengo…-

Lencio se bajó del árbol y se arrastró hasta donde estaba su


padre con perspicacia. Con su cola, tapo la boca de su
hermano.

- Estoy enamorado. Me voy a casar. – dijo.

Xan levantó una ceja. Su hijo, en términos élficos, no esol


cumplido suficientes años, el joven para casarse.

- ¿Oh? – dijo - ¿Y quién es la elfa afortunada?-

Manoleos mordió la cola de su hermano duramente. Lencio


brinco como gusano herido, soltando la cabeza se
Manoleos.

- ¡No es una elfa! ¡Es Naga! – grito Manoleos.

Xan miro a Manoleos, hizo una mueca, luego miro al cielo,


hizo otra mueca, y finalmente miro a Lencio sin decir nada.
La cabeza de Leoncio miraba fijamente al suelo, donde
unas hermosas hormiguitas llevaban un gigantesco botín:
una deliciosa araña muerta derechito a su nido.

Manoleos sonrió como el gato que se comió el


canario. Xan sacudió su cabeza un par de veces, para
tratar de entender. Nadie tuvo el valor de romper el largo
silencio, y las hormigas llegaron con su botín a su hogar.

110
Finalmente Xan llegó a una decisión.

-¿Como se llama?- preguntó Xan.

-Izanami.- dijo Leoncio. –Es una de las hijas de la Diosa


Omeratsu Onichan, de Ciudad Omeratsu, pero vive en
Ciudad Atlántida, como todos los Nagas. La conocí
haciendo mis estudios sobre la cultura Samurai.Solo tiene
500 años de edad.-

-¡Quiere ir a vivir con los Nagas, cambiarse


completamente!- acusó Manoleos.

-¡Aver si comparto mas de mi vida privada contigo, maldito


soplon! – grito Leoncio.

500 años no era mucho en las vidas de elfos y nagas.


Considerado la adolescencia por ambas razas, pero aun así,
Leoncio era considerablemente más joven que su amada
naga. O tal vez infinitamente más viejo, considerando la
edad de su padre.
Xan, su padre llegó tarde en la vida de Leoncio, su vida,
después de miles de años de aventurar con Jigolantahs,
Canción de Lluvia y Grumps por toda la galaxia, vencer
unos cuantos imperios y fundar una Ciudad en su nuevo
planeta, Nagaloka.

-No tengo nada en contra del amor intra-especie, Leoncio,


¿pero convertirte en un Naga?. – dijo cuidadosamente Xan
a su hijo.
Xan, tenía unos 13,000 años de experiencia conocida en la
vida amorosa, pero verdaderamente sin saber cuantos años
en la actualidad, pues cuando uno viaja por el tiempo es
difícil saber su propia edad. Entendía el elfo perfectamente
bien que si se opone al ilícito romance de su hijo con una

111
muchacha serpiente, el resultado ha de ser absolutamente
desastroso para todos.
Todos los cuentos de niños del universo están repletos de
relatos donde un padre celoso se mete entre su hijo y algún
amor prohibido, causando la muerte de todos los
integrantes, o peor.
Xan tenía la mente bastante abierta, y no cerrada de tales
infames cuentos de niños.

-¡Son los dueños del planeta, papá! Osea, el planeta se


llama “Nagaloka”… ¿Hellooooo?.....
Convertirse en Naga puede ser un cambio sumamente
favorable para nuestra familia.- dijo Leoncio.

-Tu tío Fausto es Fauno por cien años por pecador y tu


quieres convertirte en serpiente. No creo que…- Xan
empezó a explicar su hijo…
Pero el joven serpiente estalló.

-¡Lo sabía! Por todos los demonios, papa, lo sabia…. Todo


tu show de “tener la mente abierta”, son mentiras. Es puro
show… Eres un racista, papa. ¡Admitelo! – grito Leoncio,
meneando peligrosamente su enorme cola sobre sus
cabezas en su excitación.
Los ogros de seguridad miraron el destello emocional del
naga alado y detuvieron su juego, pensando que tal vez
sería necesario intervenir. Agarraron sus mazos.

Finalmente, Xan llevó su mano a su cara. Su paciencia se


estaba acabando… Los Terrícolas llaman la
actuación “facepalm”… rima con “napalm”, un
incendiario.

Un gesto insignificante de sus dedos, y el muchacho

112
serpiente se paralizó en medio de su diatribe se quedó
perfectamente petrificado en medio de sus gritos. Manoleos
no pudo detener su victoria, y silvo alegremente entre sus
dientes, causando una mirada negra de sus papa que casi lo
petrifica igual que a su hermano.

Leoncio, ciertamente petrificado en su árbol, estaba apunto


de gritar en protesta cuando Xan paso su dedo sobre los
labios, callando a su hijo con otro hechizo.

- A Ver… un poco de respetillo, Leoncio, por favor. Con


esa cola, vas a lastimar a alguien- dijo Xan.
Los ogros sonrieron y regresaron a su juego. Todos los
habitantes de Ciudad Paleta conocían al mejor amigo de
Jigolanthas. El jefe de jefes era el gnomo, pero si el gnomo
no estaba, el elfo seguía su lugar.
Xan era el segundo ser más poderoso de la Ciudad. Pero
aun así, broncas entre familiares podían ser terribles. Los
ogros entendieron que si el hijo del elfo lastimaba a su
padre, el conflicto podría escalar a dimensiones imposibles,
y estaban muy nerviosos.
El Diario de Ciudad Paleta estaba lleno de hermanos que
fueron asesinados por accidente, o tíos, hijos, padres que
pelearon a muerte. Los ogros son por naturaleza llenos de
pasión, siempre estaban preparados para una pelea.

-En primer lugar, no soy nada racista. Algunos de mis


mejores amigos son Nagas, en segundo lugar, ser fauno es
un castigo para tu tío Fausto, no una decisión personal, y en
tercer lugar, me vale un bledo si estas enamorado de una
Naga, un elefante o una hormiga. Lo que quiero es que
pienses bien en tus estudios, en tu futuro, y claro en el
hecho que después de tu hermano, tu eres heredero de la
Torre Azul y todas las obligaciones que eso incluye.- dijo
Xan.

113
En eso, una bellísima muchacha de rasgos japoneses con la
larga cola de una coralillo y unas bellas alas de dragón rojo
llegó a las puertas exteriores del Gato Chato…

- Ah, mi honorable esposo y mi honorable suegro y cuñado.


Que gusto verles a todos.– dijo la bella criatura.

Capitulo tres: PARTE seis


Marta de los Socorros

De todos los maestros de Agua, Hombre Lagarto, una


sobresale sobre todos los otros, y ella es Marta de los
Socorros, una hermosa centaura, maestra de hechicería, y la

114
maestra personal de Auga durante sus años formativos más
importantes,
La conocio despues de salir del Vivero como joven lagarto.

“La Cucaracha” como la llaman sus amigos fue la mejor


juez de su comportamiento, pues no solo se ocupaba de
enseñar al joven hombre lagarto las bellezas de la magia,
adivinatoria, necromantica, transmutadora, y numerosas
otras disciplinas, fue una gran maestra de historia y ley.

Cuando Agua ingresó a la Universidad de Ciudad Paleta


para aprender a hacerse útil a su sociedad, su tutor personal,
Marta, se convirtió en un cuchillo afilado para cortar y
extraer al juvenil lagarto toda forma de inconsistencia
religiosa. Voraz mano-izquierdista, la centaura formó
cuidadosamente la consciencia del lagarto con lógica,
ciencia y claro, magia.
Una pragmatista, racionalista, ente-manista, (para no decir
humanista, queridos lectores humanos) Marta trato de
inculcarle al lagarto que los Dioses no eran más que seres
superiores con poderes superiores, pero que todos eran
iguales, y todos buscaban lo mismo: ventajas para la
supervivencia.

Claro, como la centaura y el hombre lagarto pertenecieron a


diferentes especies, la comunicación entre ellos era muy
difícil, pues ¿cómo puede un ovíparo explain a un viparo la
necesidad de disfrutar el sol durante algunas horas para
calentarse la sangre?
Y claro, ¿cómo puede un demi-hombre explicarle a un
reptil la potencia de tener la sangre caliente?

Agua siempre se manejo intelectualmente a través del


racionalismo con su maestra, pero cuando fuertes visiones
de Krsna llegaron al muchacho, ahí hubo la primera

115
despedida de los argumentos creados por la centaura para
explicar su conocimiento de la realidad compartida.
Aun así, los muchos años de interactuar de la manera más
íntima en la Universidad como maestra de magia y el como
aprendiz les dio a los dos un fuerte cariño el uno por el otro
que trascendía sus diferencias filosóficas.
Marta, una seguidora aferrada del racionalismo siempre fue
de la idea que los actos de los seres eran de mayor
importancia que su fe en lo sobrenatural. Y Agua, al
contrario, basaba toda su existencia en su fe por Krsna, y
sus actos seguían esta consciencia.

Y pues, por ahí, la inteligencia de una y la fe del otro


empezaron a separarlos, no solo en filosofía profunda, pero
también en cosas más prácticas, como, por ejemplo, el
tiempo que pasaban juntos.
Marta de los Socorros, maestra Cucaracha de la
Universidad de Ciudad Paleta vio el ascenso de Agua a Rey
de Ciudad Paleta después de la Guerra de los Enanos.
La coronación de Agua fue un fuerte golpe para la
centaura, pues ahora el maestro sería el. Y la centaura se
acordó claramente de las tendencias religiosas de su
antiguo alumno, y le dio temor de una dictadura religiosa.
El lagarto tenía una gran fuerza de voluntad. La centaura lo
vio hacer esfuerzos sobrehumanos para combatir lo que él
consideraba irreligiosidad por parte de otros, y sus
sacrificios para ser verdaderamente devoto fueron siempre
sorprendentes.
Por ejemplo, el uso de las cartas de Tarot. El joven lagarto
tenía un don particularmente importante para las artes
adivinatorias, videncia y espiritismo, pero decidió salir de
estas clases y enfocarse en las escuelas limitantes de
evocación e invocación. Todo por pensar que usar el tarot
sería un acto en contra de sus cuatro principios religiosos:

116
el vegetarianismo, la no intoxicación, el sexo responsable
(en su caso el celibato por no ser casado) y el no a los
juegos del azar.

Después de la guerra con los enanos, y con la coronación


de Agua como Rey de Ciudad Paleta, Marta se convirtió en
la Presidenta y Directora de la toda la Universidad gracias a
su discípulo, ahora el Rey.
Los enanos destruyeron varios barrios durante la guerra, y
el barrio Universitario, en particular, fue víctima de ataques
terribles por parte de dragones aliados al Rey Grumps. Los
enanos consideraban las instalaciones de los maestros de
magia particularmente peligrosos para sus planes.
La pirámide principal fue casi destruida por bolas de fuego,
y la torre chica del oeste desapareció completamente.
Todos los muros alrededor de la universidad cayeron y
claro, los jardines quedaron completamente arruinados.

Después de la guerra, los enanos prometieron ayudar a


reconstruir todo lo que destruyeron, y mandaron una tropa
de dos mil trabajadores en roca y metales para empezar.
Los enemigos se convirtieron en los reconstructores,
doctores y ayudantes de nuestro pueblo.
Pero los enanos no pudieron reparar todo lo que fue
destruido en la guerra. Muchas vidas fueron arruinadas por
los actos del nuevo Rey de Ciudad Paleta, y la centaura
tenía emociones mixtas.
Marta de los Socorros estaba trabajando en reconstruir las
vidas de sus alumnos lesionados o de aquellos que
perdieron a alguien en la guerra. Una clase especialmente
dolorosa para ella, pues uno de sus alumnos era
responsable.
Su generosidad para con ella y con todo su victimizado
pueblo compensaba un poco el daño de la guerra, pero

117
completamente.

Fue cuando ella empezó a perdonarle que empezaron a salir


los muertos vivientes del cementerio de Ciudad Paleta.
La centaura decidió romper el silencio entre ella y Agua y
ir ver a su viejo estudiante, que ahora era el Rey, no para
pedirle apoyo en este o aquel proyecto, solo para
saludarle. Le mandó un recado mental para pedir una
audiencia en persona.
Rey Agua estaba perfectamente feliz de ver que su vieja
maestra acudió con él para platicar, aun cuando la
emergente crisis de los muertos vivientes, tenía su mente
bastante ocupada. Reportes de muertos vivientes en varias
ciudades aparecieron repentinamente de todos lados.
Pero los pensamientos telepáticos de la centaura fueron
gratamente recibidos en la atormentada mente del hombre
lagarto.
Le dijo que fuera a la puerta de la Torre Rosa y ahí, la
escortarian unos guardias para llevarla directamente con el.
No se hizo esperar, aunque fuera Rey. Marta de los
Remedios no era cualquier ciudadano. Era su maestra.

Llegó la centaura a la base de la gigantesca Torre Rosa. El


pene. Nunca en toda su vida había estado adentro, y se
sorprendió de su tamaño, pues generalmente, la maestra
pudo ver las tres torres desde solamente desde la
universidad, donde parecían mucho más pequeñas.

Cabalgo lentamente a las puertas principales de la Torre


Rosa. Ahi, un par de guardias de honor minotauros,
vestidos con la nueva insignia del Rey Agua, la letra OM
en sánscrito y uniformes nuevos de seda amarillos, con
yelmos adornados con plumas de pavoreal se percataron de
ella y fueron a avisarle quel Rey la estaba esperando.

118
Eran. Minotauros de Rasalandia, parte de un grupo de
intercambio cultural entre los hombres lagarto de Ciudad
Paleta y los minotauros de Rasalandia.
Los minotauros llevaron la centaura a la torre, que después
de la guerra estaba siendo reparada como casi todos los
lugares importantes de la ciudad.
Acompañaron a la maestra al ascensor. El ascensor subió
rápidamente nivel tras nivel hasta llegar al Penthouse,
originalmente, morada del Anciano Jigolanthas, el Gnomo.

El Penthouse de la Torre Rosa, a unos 1,200 pies de altura


sobre la ciudad se trataba de un gigantesco jardín lleno de
árboles frutales. Un enorme domo de vidrio rosado cubría
el jardín. Creado para evitar los terribles vientos en tal
altura, el domo de cristal rosa rodeaba todo el lugar.
El cristal tenia la peculiar cualidad de ser rosado por fuera
y transparente por dentro, en parte para evitar accidentes
con los varios seres voladores de la ciudad, pero por dentro,
era perfectamente transparente para permitir los efectos de
estar en un lugar expuesto completamente al exterior.

El Rey estaba sumamente ocupado. Seres de todas especies


entraban y salían por el ascensor en el centro del jardín, o
por algunos otros medios, como teletransportación o
volando.
A un lado del ascensor, estaba el Rey Agua con una corte
de seres raros alrededor suyo. Estaba en un trono simple de
madera con colchones de seda amarilla, cerca de un altar
para Krishna, rústico pero muy bien atendido.
Lo rodeaban una variedad de soldados y devotos. Los
soldados vestidos de amarillo y los devotos de azafrán.
Había de todo: humanos, elfos, hombres lagarto,
minotauros, hasta goblins y un ogro.

119
Los minotauros que acompañaban a la centaura la llevaron
directamente al trono, y uno de ellos fue y susurro algo al
Rey.
El Rey se volteo y vio a su vieja maestra. Incapaz de
contener su alegría, apartó a un hechicero humano
preocupadisimo que estaba tratando de explicarle algo de
suma importancia en un pequeño mapa virtual del
cementerio de la ciudad que flotaba como a un metro del
suelo lentamente.
El Rey Agua se levantó de su trono y fue a ver a su vieja
amiga.

- ¡Maestra! Qué gran gusto verle..- dijo el Rey.

-Majestad.- Marta inclinó sus patas delanteras


respetuosamente.

-Nada de eso, no hay porque hacer eso, maestra, ¡por todos


los Dioses! Yo soy quien debe reverencias ante usted.- dijo
Agua, levantando a su maestra equina con ambos sus
brazos. -¿Como ha estado?-

-Majestad, le debo una disculpa. Me he portado terrible con


usted. La guerra con los enanos fue muy destructiva, y hay
muchas reparaciones que hacer en la Universidad. Yo tengo
mas de 1,500 años de edad, y ya soy tan…-

-Maestra, 1,500 es joven para un centauro.. – la interrumpio

-Nunca fuiste mentiroso, Agua. No empieces ahora que te


pusieron esa corona.- dijo ella –en fin, hay mucho que
hacer en la Universidad, y yo estoy cansada, pero no es por
eso que vine. Veo que estás muy ocupado. -

120
Un goblin verde como el pasto del penthouse apareció
detrás de algunos árboles frutales con una charola de plata
y dos cafés. Marta era adicta a la bebida deliciosa de granos
terrestres.

- Le prepararon su café con leche, justo como le gusta,


maestra. Y jamás estoy demasiado ocupado para usted.-
dijo el.

La maestra prueba el brebaje y sonríe por primera vez.


Agua es el Rey de Ciudad Paleta, cierto, pero sigue siendo
su pupilo preferido. Nada ha cambiado.

- ¿En que le puedo ayudar?- Agua tenía una crisis de


zombis, una fiesta que preparar, varios gnomos en huelga y
algunos otros asuntos importantes, más infinidad de
absurdeces como quejas sobre el precio de los tomates.

-Los zombis.- empezó ella.

-Tengo mis mejores brujos tratando de arreglar el


problema. Mis soldados han hecho un escudo alrededor del
lugar, y ningún zombi podrá salir.- dijo el Rey.

-Encontré algo.. tal vez no es nada, pero puede ser


importante.- le dijo Marta.

Agua no estaba muy seguro que podría aportar una


académica sobre un asunto plenamente sobrenatural y
militar. Los zombis empezaron a salir poco de la guerra con
los enanos.
Antes de la guerra hubo una pequeña aparición de zombis
en las cloacas, pero esa fue contenida fácilmente.
Encontraron sus soldados que un nigromante ahí, escondido
fue responsable. Y descubrieron que algunos de sus
hechizos se salieron fuera de su control.

121
Con la muerte de ese nigromante, los zombis de las cloacas
fueron eliminados. Algunos pensaban que el nigromante
logró su plan de convertirse en un ser inmortal, un muerto
viviente consciente. Un tipo de espectro de sí mismo con la
capacidad de continuar haciendo cosas malas.
Pero eso fue descubierto el fantasma del nigromante en las
cloacas, completamente incapaz de continuar haciendo sus
hechicerías, y más bien vagando sin mucha esperanza.
Los nuevos zombis que aparecieron en varios lugares al
mismo tiempo por todo el planeta se animaban por razones
desconocidas. Principalmente humanos, pero no solo
zombies, también se descubrieron vampiros, espectros y
fantasmas.

El Rey Agua estaba más que dispuesto a escuchar nuevas


ideas. Y el placer de ver a su maestra le dio un poco de
descanso de tantas obligaciones.

-Se trata de la Santa Biblia del Planeta Tierra.- dijo ella. –


en el último capítulo de este libro, dice que los muertos
saldrán de sus tumbas.-

-¿Por qué nos preocupa un libro de la Tierra aquí en


nuestro planeta?- preguntó Agua.

-Por los humanos. Verás Agua, la biblia habla del juicio


final de los humanos, y hay que ver que todos los zombis
que aparecen son zombis, vampiros y fantasmas son de
humanos, no de elfos, o gnomos o hombres lagarto. Es
posible que el juicio final de los humanos empieza aquí y
…- dijo la centaura.

-Voy a discutirlo con el Anciano Xan y con Jigolanthas.


Seguramente ellos sabrán qué está pasando. Han viajado al
futuro.- dijo el Rey Agua.

122
La centaura se sorprendió bastante.
El elfo Xan y el gnomo Jigolanthas fueron los perdedores
en la Guerra de los Enanos. Agua consiguió su corona
quitándoles a ellos del poder.

-¿Están vivos?- preguntó ella.

-Claro, ¿pensaba usted que los mandaría ejecutar?. El


Anciano Xan está en la Torre Azul, pero ahora está ahí
anónimo. Los ciudadanos normales no entienden que debe
continuar ahí. Jigolanthas fue exiliado a las remotas
Montañas Centauro.- explicó el Rey. –Son seres
sumamente poderoso, inmortales y sabios. Matarles sería
un grave error. Además, el el Rey Grumps me pidió
personalmente que les guardara la vida.-

El Rey Grumps era el Rey de los enanos, y el invasor que


derrocó a los Tres Ancianos, Xan, Jigolantahs y Canción de
Lluvia, fundadores de Ciudad Paleta. Invadió Ciudad
Paleta, para darle el trono de la ciudad a Agua. Su
enemistad con los Tres Ancianos tenia mas de 4,000 años,
desde la fundación de la ciudad.

-Increible. Entonces toda esta guerra fue…-

-Para establecer el Templo de Krsna en Ciudad Paleta.-


explicó el Rey.

En ese instante, un enano ensangrentado llegó al Penthouse


via un pequeño agujero negro. Se trataba del Sargento
Barbudo, uno de los soldados más valientes y dedicados de
la ciudad.

-Majestad, los zombis salieron del panteón. Nuestras tropas


no pueden contenerlos. Son cientos.. Miles…- dijo llevando

123
su puño al pecho, el saludo oficial de las tropas de Ciudad
Paleta.

CAPITULO TRES: PARTE SIETE:


ROBIN HOOD REGRESA A CASA

El valiente enano guerrero, Jack Frost y yo, estamos a


punto de abrir la enorme puerta para entrar a buscar a

124
Ilharess Odham cuando un torbellino de luces nos agarra y
nos teletransporta directamente a…

Mi casa. O bueno, los bosques justo afuera de mi casa.

-¿Que paso? – Pregunta Jack.

-Estamos en mi casa. Es esa de ahí, la octagonal. Y este


bosque de aguacates es mi huerta.-

Nuestra amiga tortuga esta un poco confundida por el


extraño cambio de ambiente, y claro, el sol, que le
incomoda los ojos.
En eso, nuestro viejo “amigo” Antón Kalabazas aparece
por acto de magia.

-Robin, Ilharess Odham está aquí.- dice con gran calma


-¿Queeeee?-

-Ilharess Odham está aquí, en tu casa. Llegó antes que


nosotros. No se por que …- el hechicero trata de
explicarme.
Pero yo ya estaba corriendo a mi casa… Mi hija está ahí.
Mi niñita de 10 años de edad, hermosa como una flor de
primavera y dulce como miel de abejas.

-Caperucita!!!-

Que no les parezca extraño, amigos, que Robin Hood tenga


una hija llamada Caperucita Roja. Mis padres me
nombraron por una historia épica del planeta Tierra. Yo
tengo el derecho de nombrar mi hija igual. La niña es muy
dada a vestir de rojo y le gustan las capuchas.

125
Pero claro, eso no lo sabía yo cuando ella era solo una
bebe. Su mama nos dejo durante el primer año de vida de
mi amada niña. Mejor solos que mal acompañados, le dije
yo cuando me pregunto por ella, años después.

En fin.

Mi hija esta en mi casa, con una elfa negra a quien


perseguimos por todo el planeta, poderosísima, enajenada y
con el mal hábito de abrir portales al infierno. Tengo que
rescatar a mi niña.
-¡Jack rápido!- digo en voz baja.

-Robin, tengo que irme. Me llaman…- dice Antón, y


desaparece en su nube mágica.

Mi fiel amigo agarra su hacha y me sigue.


Afortunadamente para nosotros, yo hice una puerta secreta
en el cuarto de mi hija por si necesitáramos un escape
inesperados. No sospeche que usaría esa puerta para entrar.

Nuestra fiel tortuga nos sigue, infinitamente más lenta.


-Si esa vieja bruja le hizo algo a Caperucita…- Jack se
pone rojo de furia.

-¿Como sabe donde vivo?- digo yo..

La puerta secreta es solo unos ladrillos sin cemento que


puedo remover. Una niña chiquita no tiene problema para
entrar y salir, un enano, gnomo o goblin tampoco. Nuestra
tortuga es del tamaño perfecto para entrar…
Pero yo tengo que entrar de panza. El cuarto de mi hija está
intacto. Pero ella no está ahí. Sus pececitos siguen en su

126
pecera y me miran entrar con curiosidad. Son peces muy
inteligentes. Pero no pueden decir donde esta mi hija.

Jack pone su cabezota en la puerta de la recamara y


escucha con cuidado.

-Orcos!-

Jack odia los orcos. Los aborrece con algo así como
náuseas.
Pateo la puerta del cuarto de mi hija y puedo ver a dos
horribles orcos, uno verde y uno negro en mi alberca de la
sala.
¿Saben que tengo una alberca en mi sala? Nada nada… Es
uno de los pequeños lujos que me he dado a mi mismo.
Una vida de aventuras tienen sus beneficios.

Nuestras armas apuntadas, trato de establecer un diálogo


con los brutos, pero ellos van a agarrar sus hachas y atacar,
y no otra opción que responder la violencia con violencia.
Estos orcos son veteranos. La batalla es difícil.

El primero cae a manos de Jack y su acertada hacha. Pero


antes que yo pueda atacar al segundo, siete orcos más
aparecen en cada una de las ocho puertas de mi casa
octagonal.
Y detrás de ellos, una voz femenina y despiadada me
amenaza:

-Tiren sus armas o muere la niña!- dice Ilharess Odham,


apareciendo por detrás de sus orcos, mi hermosa pero fatal
adversaria está vestida con cuero negro, parece casi
desnuda tan apretado está contra su piel.

127
Mi enemiga esta agarrada del frágil cuello de mi niña, con
una cruel daga élfica en su garganta. Mi hijita está llorando
todas las lágrimas que yo no tengo en mis ojos. Debo
rescatarle. Debo ganar este encuentro.

-Dejala ir.- digo, casi llorando.

-Papi, papi…-

-Callate, niña. Yo estoy hablando.- digo dulcemente.

-¿Que quieres?- lágrimas brotaron finalmente a mis


ojos. Jack y mi tortuga estaban erizados, pero tiesos como
piedra.

-¿Que quiero? Estás a punto de invadir mi templo más


sagrado y robarme el objeto sobre todos los otros
importante en mis rituales ¿y preguntas eso? – Ilharess
parece casi divertida por mi pregunta.

-No podemos dejar que abras una puerta al infierno, elfa.-


dice Jack.

-No estoy hablando contigo, enano.- replica mandando


veneno con sus ojos a mi amigo. –No entiendes nada,
Robin Hood. ¿Tienes alguna idea por qué Anton Kalabazas
fue a buscarte a ti para esta particular aventura?-Ilharess
estaba tiesa como el hielo, pero en sus ojos vi algo más.-Mi
amigo Robin tiene la idea de ser el mejor ladrón de
Nagaloka – respondió Jack.

-¡Tontos!- la furia surgió de lo más profundo de su ser.

Fue mi hija la que tomó la iniciativa. Con toda su fuerza de


voluntad y valor, le dio una enorme patada a Ilharess en el
tobillo, y salió corriendo por la puerta frontal, que no

128
estaba tan lejos.

Por unos segundos, el tiempo se detuvo. El terror y la furia


llenaron mi espíritu de fuerzas cuando vi el acto
desesperado y suicida de mi niña. Pero la pequeña logró
escapar. Había un chance de salvarla.
Con todo mi concentración, dispare una flecha certera a la
elfa, que le dio perfectamente en la frente.
Desafortunadamente, su frente estaba protegida por un
delgado pero impenetrable yelmo, y mi flecha solamente la
aturdió.

Los orcos atacan en masa, y si no fuera por mi amigo Jack


y nuestra tortuga, yo hubiera muerto ahí mismo. Pero Jack
y la tortuga corren tras mi hija tumbando orcos a su derecha
e izquierda como si se tratara de un juego de futbol
americano en la tierra.

No tenía tiempo para preocuparme sobre el paradero de mi


hija. La elfa negra salió corriendo tras de ella, y los orcos
corrieron al ataque todos contra mi. Tire mi arco y agarre
mi espada… Un orco cayó, su cabeza de un lado y su
cuerpo del otro.
Mi hija, la elfa, Jack y la tortuga ya no estaban aquí. Solo
un grupo de orcos determinados en asesinarme.

Pero no contaron con la furia de un padre desesperado.

Los corté en pedacitos sin misericordia como si fueran


hierbas. No pudieron ni tocarme. Su sangre decoro mi sala
de rojo y tiño mi alberca. La batalla duró varios minutos,
tal vez media hora, tal vez más. Toda mi concentración fue
utilizada para erradicar a mis enemigos, y entre en un tipo
de trace de combate, sin saber siquiera dónde estaba.

129
En poco tiempo, Jack, la tortuga y Caperucita Roja
regresaron a la sala. Para entonces, mis enemigos quedaron
hechos pedazos en mi sala. Caperucita corrió a mis brazos
y me abrazo.

-¿Que paso?- pregunte…

-Me escondí arriba de un árbol. Jack y la tortuga corrieron


mataron un orco que me atrapar…-

-¿Y la bruja?-

-¡Aquí estoy!- dijo mi adversaria, apareciendo frente a


Jack.
Una lluvia de arañas cae sobre el pobre enano,
envolviendolo a él y a mi mascota sin piedad.

Arrojó a mi hija atras de la puerta de su propia recamara,


apunto con mi arco y disparó. La rapidez de mis actos llega
con el miedo que tengo por la seguridad de mi hija. La
flecha es certera y hiere a la bruja en el hombro.
Furiosa, arroja fuego de sus manos, pero Jack, mi fiel
amigo Jack, se interpone entre el fuego y mi hija y yo. Las
arañas que lo cubren como una cobija negra viviente arden
y mueren. Pero el tambien arde.

No está muerto, pero casi.

Otra flecha. Esta vez, en el costado, rompiendo algunas


costillas de mi enemiga. La bruja élfica grita de dolor y
desaparece completamente. Puff. Desaparece como una
nube de humo.

No es justo. Los elfos no pelean justamente.

130
Anton Kalabazas me dio una joya que me dijo usará solo en
emergencias. Esta es una emergencia.

SHAZAM!

El brujo está casi desnudo y muy irritado.

-¡Maldita sea!- Grita.

-¡Ilharess Odham! ¡Está aquí, pero invisible!- Grito yo.

Algo como un gruñido se escuchó cerca de el, pero Antón


saca un polvo azul claro de una bolsita en su cinturón y lo
expande por toda mi sala… Nada. La bruja ya no está.

-Te equivocas, Robin. Estas solo. ¡Y ahora, si me permites,


tengo cosas que hacer!- Anton desaparece en su propia
nube.

Lo primero es rescatar a Jack y la tortuga. Tengo varias


curaciones. Las heridas de mis amigos son fuertes pero no
fatales y soy un excelente médico de campaña.

Luego lo mas importante, limpiar mi sala…

Eso toma varias horas. Jack, Caperucita y yo la pasamos


bastante mal, pues limpiar muerte y sangre no es cosa
divertida, pero descubrimos entre los cadáveres de los
orcos una bolsa de cuero con un considerable botín en oro.
Seguramente le pertenecia a Ilharess Odham, y el orco
simplemente lo cargaba para ella. No puedo pensar que
simples orcos mercenarios ocupan tal botín.

Esa noche, unos tímidos golpecitos en la puerta nos


despiertan.

131
Yo voy a ver de qué se trata.

-¿Quien es?-

-Rocky-

-¿Rocky quien?-

-Rocky, el orco que trataste de matar esta tarde. Es que


estoy bastante malherido y no tengo adonde ir. Les ruego
misericordia.-

Para entonces, Jack ya está despierto, y su hacha está en sus


manos. Lo miro un poco de intriga. Hay miedo en sus ojos.
Cuidadosamente, abro la puerta.

La criatura es verde oliva. Nos da a los dos un sentimiento


de tristeza. Este orco no es guerrero, solo un pobre
desdichado, solo, maltrecho y asustado.

-Es que cuando su amigo me cortó con su hacha, pues casi


me mata.. mire…- La herida está en su costado, y infectada.
–Si usted no puede detener la hemorragia, me voy a morir,
y prefiero ser su esclavo para toda la vida que morir, creo.-

El orco está llorando.

-Esta bien, pero tendrás que jurar tu lealdad.- dijo.

-Robin, es un orco.. no le puedes creer nada…- responde


Jack.

-¿Y qué hago? ¿Dejarlo morir?-

Rocky el Orco juró lealtad a mi causa y le curamos sus


heridas. Todavía falta ver cómo Ilharess Odham descubrió
mi hogar . Sospecho que la veremos nuevamente.

132
CAPÍTULO CUATRO:
NIBOR EL DRAGÓN NEGRO

Parte Uno: La Cavernas de los Orcos

Los interminables bosques que en conjunto componen la


extensión del mundo conocido como “El Bosque de los
Goblins” en lo que se sabe ser la tierra del “Reino de los
Goblins” tienen un secreto. Bajo sus suelos y árboles, hay
cientos, y tal vez miles de cavernas gigantescas. Es bajo
estas cavernas que los disturbios entre las razas Goblin
ocurren, lejos de la vista de la gente de la superficie.

De las razas de los Goblins en Nagaloka, una de las más


numerosas y poderosas son los Orcos. Territoriales,
violentos y guerreros, los Orcos, como sus primos más
pequeños y numerosos, los Goblins, se dividen en tribus
que pelean constantemente entre sí. Y esas tribus casi
siempre llevan el nombre del color de la piel de sus
miembros.

Yo soy un Orco. Mi nombre es Rocky, y pertenezco a la


tribu de los Orcos Verdes, pues mi piel, como la de todos
mis hermanos, es verde. Es un poco entre pasto fresco y
vomito, pero a mi no me importa tanto, pues no soy nada

133
racista. Soy más bien un orco artístico y siempre mal
comprendido por sus semejantes.

Pero en fin, he de platicarles de un cierto evento que tuvo


lugar bajo los hermosos bosques verdes (como mi piel) del
Reino Goblin. Un evento despiadado y sangriento que dejó
una huella en mi, pero que de alguna manera, me ha
despertado al hecho que debe haber algo mejor para un
Orco en Nagaloka.

Estábamos patrullando las Cavernas Amarillas, así


conocidas por nuestros líderes por tener un suelo
amarillento y vagamente resplandeciente por su alto
contenido de fósforo, un elemento muy codiciado por
nuestros chamanes.

Guerreros de la tribu de los Rojos estaban cerca. Nuestra


tribu y la Tribu Roja estaba peleando por possession de las
valiosas cavernas y sus riquezas minerales. Esta particular
guerra ya llevaba más de cinco años y como en la
superficie, el Demiurgo estaba despertando a los muertos
vivientes a destruir toda la vida humana, pues la guerra
entre nosotros verdes y rojos sería determinante, pues sin
humanos de que preocuparnos, y los enanos atrincherados
en Grumpslandia, nosotros, y no los Ogros o los Goblins
seríamos los dueños de las cavernas amarillas y sus
riquezas. Siempre y en cuando los Rojos no las arrebataran
de nuestras manos.

Nuestros líderes son perfectamente razonables en encontrar


causas para mandarnos morir y a matar a nuestros
hermanos de piel roja.

“Necesitamos el azufre! El fósforo! Nuestra raza morirá si


no tomamos el poder magico.” decían.

134
Pero estas cosas a mi no me afectan personalmente. Un
orco malnacido nunca es nada si no es por sus habilidades
para asesinar otros orcos. Y a mi, matar me parece un acto
horrible.
Algo en mi alma me distrae de la sed de sangre y me da
sentimiento de maldad en todo nuestro sistema social. Me
quiero dedicar al arte, a la música y la pintura. Tengo muy
pocos amigos.

En fin…

La emboscada...
Un grupo de Orcos Rojos, con su piel color rojo vermillon
sale de un escondite alto de la cueva amarillenta y ataca,
tirando sus hachas. La primera deja a nuestro Centurión un
poco muerto, con su cabeza limpiamente partida en dos, y
la muerte de nuestro líder ocasiona nuestra caótica retirada.
Pero los Rojos están dispuestos a perseguirnos, y eso hacen
hasta que nos acorralan en una cueva sin salida.

No se si jamás han estado en situación de atrapar una rata


acorralada. La rata, que no es de los animales valientes,
cuando es confrontada con su fin irremediable, se convierte
en una fiera temible. Mas de uno de nuestros hijos
pequeños han muerto tratando de arrinconar uno de esos
extraños pero temibles rodantes. La rata cruda es deliciosa.

En fin, los orcos y las ratas no son tan distintos, y cuando


los Rojos nos arrinconan, nuestra furia por la vida mostró
su fuerza, y empezamos a pelear con gran gusto y sed de
sangre. Yo personalmente le corte las rodillas de un solo
golpe a un adversario, y a su compañero, le hundí mi hacha
profundamente en sus genitales. Los golpes bajos no son lo
mío, pero funcionan perfectamente bien en emergencias.

135
Nuestra sangrienta escaramuza llama la atención de más
tropas que llegan a unirse a nuestro peculiar dilema. Las
tropas llegan de ambos bandos, creando una batalla enorme
y muy peligrosa para todos.. Pero al fin, nuestro líder, un
temible Berserker llamado Otis arrasó con lo que quedaba
de la resistencia roja.

De regreso a nuestra aldea nuestro Rey nos da un gran


festín en honor a nuestra victoria. Triple ración de carne de
enano. Y eso que la carne de enano, en estos tiempos de
apocalipsis zombie es muy escasa y cara. Pero el fósforo es
un producto importante para nuestra tribu.

No puedo más. Tengo que salir de las cavernas. Nadie se


preocupa por un Orco desertor, pues desertores son
comunes en mi tribu. Solo hay que escapar y ya. No me
perseguirán.

Voy directo a Grumpslandia. Ahí, los enanos no son muy


acogedores de los orcos, pero uno se puede vender a sí
mismo en el mercado de esclavos si así lo desea. Me vendí
a una elfa negra llamada Ilharess Odham. Ahora soy su
esclavo, y espero ser libre de tener que matar más orcos.

136
Capitulo cuatro: Parte Dos:
La Batalla en Nandaloko

A las afueras del universo material, hay un planeta extraño,


psicodélico y divertido llamado Nandaloko. Millones de
dragones de todos colores viven ahí entre varios otros seres

Cuando el Demiurgo empezó su campaña para desatar el


Juicio Final en el planeta Tierra, comenzando por el
asesinato de todos los humanos no-cristianos en Nagaloka,
en Nandaloko, los dragones tomaron bandos.

Un bando de dragones se unió a Krishna, que defendía a los


humanos en Nagaloka. Claro, Krishna defendía solo los
humanos en los territorios de Rasalandia, todos territorios
bajo la protección de la Princesa Minoreina, la devota

137
favorita de Krishna.

El otro bando de dragones se unió a Jesús el Cristo,


conocido en Nagaloka como el Demiurgo. Estos dragones
estaban deseosos de terminar una vez por todas el juicio
final de los humanos en la Tierra. El cumplimiento de las
profecías bíblicas indican una nueva era sin muerte ni dolor
para el universo.

De los dragones aliados a Jesús, Broxi, el dragón Negro era


el más fuerte en Nandaloko.

Apareció en su territorio un retador, un antiguo dragón azul


llamado Nanda (nombre de la familia real entre los
dragones azules).

Con Nanda venía Nanda II, su hijo. Y con ellos, Nanda III
un Behemot, mascota de los dragones y Nanda IV, un
escorpión gigante muy querido de los dos otros Nandas,
adoptado como hijo putativo por Nanda.

Broxi llamo a sus tres Hombres Enredadera, a quien apodó


cariñosamente Noxi, Toxi y Doxi.

Y empezó la batalla…

Los pobres hombres enredadera fueron azotados por los


múltiples relámpagos de los dragones azules, pero Broxi no
era presa fácil, y sus venenosos y terribles estallidos de
ácidos desmenuzan al behemot y al escorpión.

La batalla final entre Nanda y Broxi no era igual. Nanda era


más joven y con poca experiencia en la guerra, y Broxi era
un dragón absolutamente aterrador, un viejo veterano de
innumerables batallas. Claro, Nanda II, el cachorro de
Nanda no puede dejar a su padre morir sin pelear…

138
Es una aterradora batalla en los cielos, al final, el cachorro
Nanda II queda solo, mirando como su padre cae muerto al
abismo.

Broxi perdonó la vida de Nanda 2 y adoptó al pequeño


azul, costumbre de los dragones de Nandaloko.

CAPITULO CUATRO: PARTE TRES:


NEGRO EL GOBLIN

Me dicen el Negro. Mi nombre ni lo recuerdo, pues en


Ciudad Goblin, como un simple Goblin Amarillo del Reino
de los Goblins Amarillos, nadie me ha llamado por mi
nombre desde que mis padres fueron asesinados por los
Goblins Rojos. Y eso fue durante mi primer invierno. La
guerra entre Amarillos y Rojos lleva más de mil años.
Nadie a ganado, pero cientos de miles han muerto.

Soy soldado raso, y vivo en absoluto terror de mi jefe,

139
Tarot, un goblin fuerte, macabro y asesino que tiene deseos
de llegar a ponerse la corona de los Goblins Amarillos. En
mi pueblo, las guerras con otros goblins cobran casi tantas
vidas como las guerras civiles. Amarillos matando rojos.
Amarillos matando amarillos. Ser un goblin es vivir con un
enorme blanco en la espalda y esperar la muerte violenta
todos los eso. Asi son mi gente. Es un estado esolve de
nuestra cultura que no he podido comprender, pues yo soy
más bien un amante de la naturaleza y no un guerrero como
casi todos mis compañeros.

Me dicen el Negro porque durante una guerra con los


Goblins Negros, rescate a una goblin negra de una muerte
segura a manos de mis compatriotas. La verdad estaba
enamorado de ella.

La goblin escapó y a mi me tacharon del “Negro”. Desde


ese dia, vivo en terror de mis hermanos, pues conozco bien
el castigo por traicionar a la patria. Dejar a mi negrita viva
fue traición a los amarillos como sea que uno lo quiera ver.

El Río Goblin es una gigantesca serpiente que corta nuestro


mundo en dos: la tierra de los Goblins y la tierra de los
Enanos. Desde que los Cinco Reinos Goblin hicieron las
paces con el Rey Grumps, no hemos podido cruzar el río
sin permiso. Es parte de el tratado de libre comercio. Los
malditos enanos van y vienen como quieren, pero nosotros,
pueblo pobre y maltrecho, no podemos cruzar a ver el eso
de los enanos sin una visa.

Pues les platico de nuestra última batalla: Tarot reclutó


cinco “voluntarios” para investigar movimientos de los
Rojos en el dicho río ese… Estaba tratando de ver si los
Rojos pensaban atacar los enanos y culparnos a nosotros
del ataque. Esa es una táctica que generalmente causa
muchísimas muertes entre los nuestros. Le llamamos
“muerte por enano”.

140
Desde que el Demiurgo fue a matar los humanos con sus
zombis, nuestro pueblo ha crecido bastante.
Los Rojos, que dependen mucho más que nosotros en el
comercio con los humanos, están desesperados por detener
nuestro crecimiento. Nuestras hembras ovulan antes que las
suyas. Y ovulan en tan solo cuatro años de edad. Las de los
Rojos en seis.

En fin, nos encontramos un pequeño escuadrón de Rojos


casi parejo al nuestro, con dos máquinas voladoras y un
gigantesco dinosaurio de Cola de Mazo.

Fuimos sorprendidos y nos masacraron. Yo logré escapar y


note como Tarot logró salir con su propia máquina
voladora y se fue lejos, muy lejos.. Pero fuimos los únicos
supervivientes del ataque.

Pero ahora estoy a cientos de kilómetros de distancia de


nuestro pueblo, estoy solo y rodeado de Goblins Rojos
listos para matarme.

¿Que podre hacer?

141
Capitulo cuatro: PARTE CUATRO:
MORDOR EL REBELDE

Soy Mordor, el rebelde.

En Nagaloka, los dragones somos los dueños de todo. Los


Señores Naga, que viven en las profundidades del mar, en
su ciudad sumergida dicen ser dueños de todo, y nadie
puede negar el hecho que fueron ellos que terraformaron
este planeta. Pero viven bajo el mar y dejan la superficie a
nuestro cuidado. Aquí en la tierra y en el aire, somos
nosotros los que dominamos el mundo.

Los Señores Naga no toleran rebeldes como yo.


Yo no acepto órdenes de nadie, y por eso me buscan para
matarme. Yo no soy más que un ser libre, deseoso de hacer
su vida como me gusta. Es por eso que no me tomo muy en
serio las reglas de los Señores Naga de no devorar
ciudadanos humanos, elfos y enanos.

142
La carne humana es la más deliciosa de este mundo…
¿Cómo es posible que si somos dueños del planeta no
podemos comer más que criminales y rebeldes? ¡Los
humanos son nuestro ganado! No pido permiso para
devorarlos.

Pero claro, no todos los dragones en Nagaloka acuerdan


con mis conclusiones, y en eso de la riña entre reptiles, el
juego puede ser fatal. Por eso soy un rebelde. Por eso soy
una criatura cazada. Pero libre, amigos.. ¡Libre!
¿Quién puede cazar a Mordor, el Rebelde de Nagaloka?

Hace unas semanas, dos grupos lo intentaron…


Mercenarios de Grumplandia, pagados por ese fascista
absoluto de los enanos… El Rey Grumps.

Llegaron dos grupos de mercenarios distintos…

El primer grupo de asesinos son una elfa negra y su


mascota, una bestia desplazadora… La bestia es un tipo de
gato gigantesco con tentáculos en la espalda y la extraña
habilidad de aparecer y desaparecer donde quiera. La elfa
una guerrera y hechicera suficientemente poderosa para
tratar de asesinar un dragón antiguo por si misma.
Ciertamente esta asesina es probablemente la más
peligrosa. Solo un ser dispuesto a convertirse en un dios
está dispuesto a pelear mano a mano con un dragón.

El segundo grupo se trataba de una hermosa Yuan Ti


terrestre, una criatura con el torso de una mujer y la cola de
una serpiente. Estos poderosos seres, que generalmente se
encuentran únicamente solo en su ciudad sagrada bajo el
mar son los dueños de nuestro mundo. Los Yuan Ti son
primos de los Naga, y los Naga son los creadores de este
mundo.

143
Algun dia, seremos nosotros los dueños: dragones de
verdad…
Los Nagas puede que hayan sembrado Nagaloka con todos
los seres vivientes, flora, fauna y razas inteligentes, pero
seremos nosotros, los dragones, que heredaremos este
mundo. Es lógico.
La Yuan Ti llego con un acompañante; un humano muerto,
convertido en vampiro chupa-sangre.

Me tomó más de tres horas destruir a todos estos malditos


asesinos. Cómo dieron con mi cueva secreta, jamás lo voy a
saber, pero como no dependo de nadie, y nadie sabe donde
estoy, sospecho magia. Estoy solo. Siempre he estado solo.
Nadie conoce mi guarida. Pero un mago poderoso podría
descubrirla. La elfa negra y la Yuan Ti ambas poseían
poderes mágicos, y entre ellos, seguramente la
clarividencia. Afortunadamente, ahora están muertas.
La Yuan Ti fue un bocadillo. No me gusta la carne de
reptiles. ¿Pero la elfa? Ahhhhh… No hay nada mas
delicioso que elfo rostizado.

144
Capitulo cuatro: Parte Cinco:
Robin Hood de Nagaloka

Mis padres fueron humanos de la tierra, llegaron, por ahí


del año terrestre 1986 a Nagaloka, invitados especiales de
Magu, un cierto nigromante de gran poder y de la raza
enana. Yo nací Grumpslandia un año después, y me
decidieron nombrar Robin Hood Johnson. Mis padres
adoran al ladrón del bosque de Sherwood.

Crecí pues en las afueras de Grumpslandia, hogar natal de


Magu.

Luego, mis padres consiguieron un hermoso prado lleno de


cariñosas ninfas y satyros cachondos. Ahí crecí, entre esos
seres mágicos. Desde una temprana edad, mi padre se

145
dedicó a entrenarse en el arte del arco largo, su principal
fascinación.

Cuando me convertí en un adulto, la carretera me llamó con


su extraño poder y me fui a buscar aventura y gloria como
tantos muchachos hacen cuando les empieza a salir su
primer bigote.

Hoy en dia, soy bastante rico. Mis aventuras han llenado


mis cofres de oro, y mis padres ya yacen en sus tumbas,
cerca de la huerta de aguacates que yo mismo ayude a
plantar en el Bosque de los Enanos.

Ya casi no hay ninfas ni satyros en nuestro bosque,


tampoco se ven dinosaurios libres, bestias mágicas y por
encima de todo, goblins. Pero eso no es culpa nuestra, es
culpa de las muchas guerras que los enanos de
Grumpslandia han tenido desde que llegamos. Espantaron a
las ninfas, los sátiros se fueron tras de ellas, y domesticaron
los dinosaurios o se los comieron. Y a los goblins, ni les
digo lo que les hicieron los enanos a los goblins.

Y ahora que me conocen mejor, les he de contar mi última


aventura, una que aún no ha terminado…

Empezó esta aventura con mis amigos, los enanos Jack


Frost y Jordan Sparks, artilleros del Ejército de
Grumpslandia, pero originarios de la hermosa tierra de la
Pyramide de Isis, al norte extremo de Nagaloka.

Ahí, en Isis, la proximidad del mar de hielo causa ligeras y


agradables nevadas, y los muchos lagos al sur son un
excelente lugar para practicar uno de mis pasatiempos
favoritos.. El patinaje sobre hielo.

Este particular invierno, fui a visitar a mis amigos en un


hermoso pequeño albergue en el centro de la ciudad de la

146
Pyramide de Isis, un lugar conocido como la “Taverna” de
Amón.

Amón, un viejo guerrero de piel negra como la noche y


temperamento fuerte como tormenta es también otro viejo
amigo mío. Ya está retirado de aventurar por todo
Nagaloka, y ha decidido, en su vejez, ganarse la vida
haciendo lo que más le gusta: comprando y probando vinos
y licores.

Fue en este excelente establecimiento de mi amigo que


encontramos a ese extraño personaje de barba negra y nariz
larga llamado Antón Kalabazas. Un peculiar ser, un
hechicero humano vestido siempre con túnica azul y de
rasgos ordinarios, incluso, para algunas chicas considerado
apuesto.

El mago, con referencia de nuestra índole conseguida de


nuestro querido Amon, nos propuso un trabajo. Se trataba
de buscar un libro perdido en unas catacumbas justamente
debajo de nuestros pies, pero casi un kilómetro abajo del
albergue en túneles y cuevas desconocidas y recientemente
encontradas por el.

Anton encontró otros libros indicando la existencia de una


puerta secreta en la vieja posada que nos abrió todo un
complejo de cavernas, una ciudad subterránea,
seguramente, de una gran profundidad.

Ahí, Antón descubrió de la existencia de un libro rarísimo


con una portada de cristal. Este libro es de gran importancia
para él, pues acababa de abrir una puerta al inframundo, y
no sabía muy bien cómo cerrarla.. El libro con la portada de
cristal podría ayudarle a cerrar el portal.

La promesa de oro y aventura fue suficiente para mis dos


amigos enanos y para mi. Aceptamos el trabajo, aunque un

147
goblin, empleado de Amón nos advirtió que la muerte nos
esperaba bajo la taverna.

Justamente en el sótano del albergue, encontramos una


puerta secreta que llevaba a un gran hoyo en el suelo
con una escalera.

Al fondo de la escalera, encontramos un barco… Y dentro


del barco, otro hoyo que seguramente caía por encima de
un kilómetro de profundidad.

Antón nos regaló unos pendientes extraños y nos dio una


pócima para poder caer livianos como plumas por el
gigantesco hoyo.

Antes de brincar, nos dijo que en cuanto encontraramos el


libro de cristal, se activaría la magia de nuestros talismanes
y regresamos a el magicamente donde fuera que nos
encontráramos ese momento.

También nos explicó que si algo saliera mal, podríamos


activar los pendientes con una palabra mágica… Pero que
no sería buena idea. Los pendientes son muy caros y solo
funcionan una vez. No podría recuperarlos.

Y pues, empezamos el descenso.

Parecía que bajamos por horas. Un hoyo sin fondo.


Descendimos por un largo tiempo, pero al fin, llegamos a
una caverna totalmente oscura. Estábamos en un enorme
pasillo de piedra que se perdía en la distancia.

Recogimos nuestro equipo y empezamos a caminar… En


poco tiempo, nos encontramos con una amistosa tortuga.
Una gárgola, es decir ser de piedra, que por apariencias
parece una estatua sumamente realista de una tortuga con
rasgos un poco demoníacos.

148
Pero en vez de atacarnos, después de algunos extraños
momentos entre nosotros sin saber realmente que hacer, un
baile lento y casi romántico de aproximación y alejamiento,
la extraña criatura se hizo inmediatamente mi amiga,
siguiendome cual perro faldero.

Caminamos varias horas por el pasillo, que aparentaba no


tener fin. Finalmente, nos topamos con una elfa negra como
la noche.

-Valientes aventureros, requiero vuestros servicios…- dijo


como forma de introducción.

Los dos enanos, viejos adversarios raciales de todo elfo


negro en este y otros mundos, rápidamente sacaron sus
armas y se prepararon para el combate. Por mi parte, el
color de la piel de un ser no es razón suficiente para
desconfiar.

Pero la situación ciertamente se daba para la desconfianza.

-Quien eres y cómo es que estas aqui en este tunel sin fin?-

-Mi nombre es Ilhares Odham, sirviente de Lolth, Diosa de


las Telarañas del Infierno. Estoy aquí para terminar la no
vida de varios seres ni muertos ni vivos, y requiero vuestra
ayuda, valientes guerreros. Conozco vuestros planes, y
estoy dispuesta a ayudarles a encontrar vuestro destino a
cambio de un poco de ayuda contra tantos seres en
necesidad de muerte permanente.-

Los enanos no bajaron sus armas, pero yo sentí curiosidad.

-Hay un pasaje secreto justamente aquí. Los he seguido


durante horas, y si los quisiera muertos, ya lo estarían.-
Explicó la bella hembra.

149
Intrigados por la bella criatura, aceptamos seguirle. Los
enanos se mantuvieron en absoluta desconfianza, pero aun
asi, siguieron a la elfa. Nos llevó a un corridor escondido y
sumamente angosto donde los cadáveres de varios elfos
negros descansaban en el camino.

La elfa negra cruzó fácilmente el campo de cuerpos


destrozados, luego fui yo y finalmente Jack y Jordan
empezaron a moverse entres los cadáveres.

Y momentáneamente, estos se empezaron a mover


lentamente, pero con intenciones asesinas.

Jordan no estaba preparado y cayó arrastrado por las garras


ponzoñosas de los muertos vivientes. La elfa desapareció
tan rápidamente como apareció anteriormente.

Y Jack y yo peleamos con estas fétidas cosas con hacha y


arco y espada, hasta que el último de ellos quedó hecho
pedacitos. Por horribles que fueran, los zombis también
eran lentos y no muy inteligentes. Sus golpes certeros
parecían de martillos, pero no lograron más de uno o dos
golpes certeros antes que Jack y yo pudiéramos destruirla
completamente.

Luego les prendimos fuego.

Finalmente tuvimos suficiente tiempo para llorar la pérdida


de nuestro amigo, quien terminó cremado en la misma pira
que nuestros enemigos.

Desilusionados por la muerte de nuestro amigo, Jack y yo


pensamos en regresar con las manos vacías. La elfa nos
traicionó, y seguramente estaba ella planeando otro
atentado contra nuestras vidas.

150
-Que beneficio tiene en atacarnos la elfa?- me pregunté a
mi mismo en voz alta.

-Los elfos negros son monstruos. Sus corazones son


oscuros, como su piel.- Jack replicó alzando los hombros.

En eso la elfa reapareció, agradeciendo nuestro esfuerzo en


terminar con el peligro. Dio sus profundas condolencias
sobre la muerte de nuestro compañero. Y nos explicó que
los seres de ultratumba fueron en vida amigos suyos.
Acto seguido, Ihalress nos llevó por un camino en un
laberinto de túneles y cuevas complicadísimo. Pero en poco
tiempo, llegamos a una ciudad en ruinas dentro de una
caverna gigantesca.

Ihlara nos llevó por el camino a la biblioteca que Antón


dijo que encontraríamos.

La biblioteca, un edificio enorme de piedra, contenía


cientos de libros en docenas de libreros tallados de la
misma roca de la caverna.

Pero en contraste con los otros edificios muertos, la


biblioteca estaba iluminada por alguna magia extraña.
Parecía habitada. La luz encendía las paredes con una leve
luminiscencia de origen desconocido. Tal vez un remanente
de alguna magia antigua que no podíamos comprender. No
pudimos encontrar otras evidencias de la ocupación actual
del edificio. El polvo del lugar nos hizo pensar que tal vez
la biblioteca realmente estaba abandonada como todos los
otros edificios sin luz. Pero el hecho innegable es que
habíamos llegado al lugar descrito por Anton.

Emocionados por el descubrimiento, Jack y yo empezamos


a buscar el libro de cristal entre todos los otros libros.
Buscamos en cada rincón de la biblioteca, pero sin éxito.
No dejamos ni un centímetro sin investigar, pero después

151
de horas o tal vez días de trabajo, estábamos convencidos
que el libro que buscábamos no estaba ahí.

Estábamos a punto de regresar sin nuestro premio, cuando


la elfa regreso a la biblioteca y nos preguntó si el libro que
buscábamos era de cristal.

Yo dije que sí, y la muy perversa sacó, de entre sus


pertenencias, un libro exactamente como el descrito por
Anton.

-El libro de Cristal del Nigromante Creon – Dijo ella.

- Lo encontraste. – dije yo.

- No se los puedo dar, pues con este libro, podría abrir un


portal a los infiernos – ella explicó.

- Nosotros lo requerimos para cerrar un portal -

- Si lo queréis, venid por él…- dijo la bella elfa y


desapareció.

Estábamos desechos. No solo murió nuestro compañero


Jordan, pero la causa de nuestra aventura ahora estaba
perdida en las manos de una elfa perversa. Decidimos que
la cazaremos como una bestia salvaje.

De tres posibles caminos escogimos el que mi pequeña


tortuga de piedra decidió seguir. La tortuga de piedra era de
este mundo subterráneo, y pensamos que su orientación
aqui era mejor que la nuestra.

Trágicamente, el camino que escogió nuestra tortuga


encubre una enorme trampa. La tortuga cayó en un
gigantesco hoyo escondido. Ahi, unas aguas negras

152
amortiguaron su caída. Se trataba de una gigantesca fosa
subterránea.

Entre toda la suciedad del agua negra, un ser horrible


despertó de su largo reposo y trató de devorar mi nueva
mascota el momento en que la pesada tortuga cayó cerca de
el. El monstruo no se podía ver completamente, pero sus
tentáculos negros y rasposos olian horrible. Un Otyugh, una
criatura de suciedad con un gusto por la carne fresca.

Fue por fortuna que yo guardaba algunos vestigios de


magia de mis aventuras pasadas. Logre crear un lazo
mágico que se enredó en mi mascota y la subí fuera de la
fosa antes que el monstruo de caca se la devorara.

Acto siguiente, buscamos a la elfa por unas cavernas hacia


el sur. Ahí encontramos un río subterráneo.

Vimos un campamento dos enormes gigantes de la tierra


del Mar de Hielo. Los enormes hombres color azul estaban
muertos. Destazados por alguna bestia gigantesca y más
temible que ellos… No quisimos esperar ahí demasiado
tiempo. La muerte de los gigantes era reciente. Tomamos
otro camino.

Detrás de otro pasillo, encontramos a las crías del asesino


de los gigantes.. Se trataba de unos pequeños cachorros de
seres con cuerpos de leones, alas de águilas y rostros
humanos. Manticoras es como se conocen estos seres.

Por chistosas que fueran, las crías de la manticora nos


atacaron, y sus colas tiraban dardos de escamas acertados y
peligrosos. Logramos escapar de ahi, esperando que la
madre de estas horribles crías no llegará a buscarnos.

Con el otro camino cerrado por las manticoras, decidimos


tomar el pasillo que nos llevaba al norte. Ahí, encontramos

153
una gigantesca puerta de hierro. No la hemos abierto, pero
más adelante, quiero apuntarles en mi diario todo lo que
encontremos cruzando esta barrera.

CAPÍTULO Cinco: YO SODOMITA

Parte Uno: Nuevo Sodoma y Gomorralandia


Han pasado 1,108 años desde el apocalipsis zombi en
Nagaloka, y ahora, nuestro planeta es literalmente un
planeta paraíso. Nuevo Sodoma, mi hogar, es un ejemplo
de estas nuevas “ciudades paraíso” donde se cumplen, hasta
el último detalle, todos los sueños de los ciudadanos,
gracias a la excelente magia Omnipotente del Rey del
Universo, Agua Hombre Lagarto.

Vivimos en un mundo sin crimen, sin siquiera malas


intenciones o pensamientos. La libertad, el placer y la
búsqueda individual de la verdad cósmica es nuestro único
trabajo. Y yo hoy cumplo 8 años de edad.

Me llamo Diana Plutarsky. Mis padres… bueno, mi madre


es Josefina y vivo en la comuna Plutarsky con unos 100

154
familiares que entran y salen a su gusto en un gran edificio
color piel oscura que tiene la forma de un gigantesco seno,
hermoso y muy realístico, incluyendo hasta los pelitos
alrededor del pezón, que es color crema de chocolate. De
mi padre es difícil saber, pues hay como diez candidatos en
mi comuna que podrían ser él.

Mi comuna está en el edificio 5 de la calle Zoofilia del


Barrio De Sade. El Barrio de Sade es conocido
principalmente por los sadomasoquistas, pues aquí se
encuentran los mejores antros para
sadomasoquistas. Como podéis imaginar, gentiles lectores,
la comuna Plutarsky es un grupo familiar experto en el
sadomasoquismo, pero particularmente, a mí nunca me ha
interesado.

Claro, como soy una niña de ocho años, ya se me puede


considerar una “experta” en el tema preferido de mi barrio,
pero en Nuevo Sodoma se respeta, por sobre todas las
cosas, la voluntad propia y deseos de cada ser viviente, y
pues, aunque mi madre me educó propiamente en los
placeres de la violencia sexual desde la tierna edad de un
año cuatro meses, nunca mostré el mismo interés en esos
juegos que mis otros hermanos y hermanas. Se podría decir
que soy una anomalía, una persona exótica y no muy
común, pues veréis, estimados lectores, yo, a mis ocho
años, soy una romántica, y no disfruto las orgías, tan
comunes en mi patria.

Busco el amor puro y amo solamente a otro ser: Johannes


Dickerwand, un jovencito de nueve años de edad que vive
en la casa número 81, Calle Anal, Barrio Nabokov.
Johannes, como yo, nació en una familia de
sadomasoquistas, pero es realmente romántico, y le gustaría
casarse en algunos años, tener hijos conmigo, y dejar para
siempre Nuevo Sodoma, pues no es de su agrado vivir aquí.

155
Aunque la virginidad es considerada una enfermedad en
Nuevo Sodoma, algo que debe ser “exorcizado” de los
bebés antes de su primer año de edad, generalmente por sus
padres.

Capítulo Cinco: PARTE DOS:


EL TÍO RODRIGO

Ese invierno, la nieve no dejó de caer durante dos semanas


enteras. Fue por esa razón que tuve que posponer mi
salida, y durante todas esas dos semanas, mi familia intentó
todo para disuadir de mi nuevo curso, pero, gracias a esas
dos semanas de nefastas tormentas de nieve, cuando
finalmente me subí a “La Rosa de Mar” ya no había
ninguna parte de mi mente que se preocupa por dejar mi
hogar, cosa que no puedo decir antes de esas dos semanas.

El viejo molino había sido mi hogar desde mi nacimiento, y


además de algunas visitas a Ciudad Paleta para vender
harina con mi padre, no conocía nada de la civilización, ni

156
de sodomitas, ni de nada particularmente interesante que no
fuera la granja, el molino, mamá, papá y mis tres hermanas.
Bueno, en verdad si hubo algo más que conocí, y ese algo,
o mejor dicho, alguien, fue la causa principal que decidí, ya
un poco más grande, de salir de mi casa y abandonar el
molino. Ese alguien fue mi tío Rodrigo.

Pero los diseños en mi corazón de dejar el molino siempre


existieron. Desde niño, una gran claustrofobia se apoderó
de mi corazón, y me juré salir del molino a toda costa
cuando fuera más grande. Todos los esfuerzos de mi pobre
padre para disuadir mis deseos a través de los años fueron
en vano.

Mi tío Rodrigo, por otra parte, un aventurero y bohemio,


siempre alentó mis sueños de aventuras propias con sus
relatos de lugares lejanos y extraños, como Grumpslandia y
las Tres Ciudades Cristianas.

Mi nombre es Vicente Klaustruado, hijo de Fernando y


Mariana y el molino ha sido de nuestra familia por más de
diez generaciones de Klaustruados’. El molino está en un
suburbio de Ciudad Paleta conocido como el pueblo de
Hamlet, un minúsculo pueblo creado para satisfacer las
necesidades de caravanas en ruta sobre Camino Paleta
Norte.

Crear harina ha ocupado mi familia por más de 2,500 años,


desde la caída de Nueva Roma hasta la fecha. Pero esto
estaba por cambiar.

Y ahora, el último Klaustruado soy yo, pues mis hermanas,


cuando se casen, ya no tendrán hijos de nombre
Klaustruado. Y yo no tendré nunca hijos. Y la razón es
simple. Yo soy un sodomita. Es decir, soy gay. Me gustan
los hombres, no las mujeres. Y la verdad, entre hombres, no
podemos tener hijos, y pues, por mi preferencia sexual, he

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condenado mi línea a la extinción, y eso… eso no le
gustaba mucho ni a mi papá ni a mi mama. Pero ni modo.
Así soy, y mejor ser honesto sobre mí mismo que vivir
mentiras.

Y claro, todo esto me regresa al tema de mi querido tío


Rodrigo, pues fue con el que descubrí mi amor por los
miembros de mi propio sexo.

Hermano mayor de mi madre, el tío Rodrigo visitaba


nuestra casa siempre en el solsticio de invierno, cuando las
fuertes nieves bajaban de las Montañas Centauro para
cubrir nuestra granja. Como no tenía hijos propios, y mi
madre era su única hermana, a mí y a mis hermanas,
siempre nos trató como hijos propios, agasajandonos con
regalos exóticos de tierras lejanas, dulces, juguetes,
mascotas y ropa. Y entre mis hermanas y yo, yo siempre fui
su favorito, pues mis hermanas lo consideraban exótico y
excéntrico.

Solíamos pasearnos solos mi tío y yo por el bosque y


fascinado, escuchaba de sus aventuras como bardo y cantor
en los muchos exóticos pueblos no-humanos de nuestro
mundo. Me platicaba de minotauros, enanos y goblins.
Terribles ogros con apetito para comer niños, hechiceros
poderosisimos que viajaban por muchos planetas. Y el,
siempre al filo de la muerte, buscando nuevas aventuras.
Cuando cumplí mis doce inviernos, me di cuenta que estaba
enamorado de mi tío, pero nunca tuve el valor de
decírselo.

Y luego sucedió: en una de sus muchas visitas a nuestro


hogar, nos paseábamos él y yo solos por el bosque cuando
me hizo saber que necesitaba hacer pipí. Se fue a un árbol,
se bajó los pantalones, y saco su considerable falo para
mear. Yo mire el falo, y luego lo mire a él, y por primera
vez, decidí actuar sobre mis deseos. Tome su falo en mi

158
mano, y sentí como sus meados salían por ahí. Él no se
opuso pero me miró con una mirada extraña, entre deseo y
tristeza.

-¿Qué haces?- preguntó.

-¿Te molestas? – le pregunté.

-No.-

Su pene se vacío de orinas y yo me baje a mis rodillas y lo


puse en mi boca. Con toda la dulzura y cariño que siempre
le tuve a mi tío, empezó a besarle el pene y lamerlo. Casi al
instante, se llenó de sangre por dentro, y se puso muy
erguido, pulsando con deseo.

Mi tío me agarró de los hombros y me beso en la boca,


como si yo fuera mujer. Acto seguido, hicimos el amor ahí
mismo en el pasto, y yo descubrí por primera vez el dolor y
el placer de ser sodomizado.

Cuatro años después, llegó la peor tragedia en mi vida. Mi


tío, quien fue el gran amor de mi vida, y mi esperanza para
un futuro con amor murió. Para entonces habíamos sido
amantes todo ese tiempo, y me había prometido que
viviríamos juntos en Ciudad Paleta. Su promesa se perdió
con su vida.
Mi tío vivió en Ciudad Paleta toda su vida, pero trabajaba
como músico, viajando de pueblo en pueblo para mostrar
su talento. Pero algo que pocos conocían es que también
trabajaba como espía de la Torre Azul.

La Torre Azul era una de las tres potencias


gubernamentales de Ciudad Paleta, regida por el elfo Xan,
un hechicero poderosísimo. Tenía a su disposición un
ejército propio, y claro, el derecho al voto en contra de
cualquier ley aprobada por el Congreso de la Ciudad, los

159
gobernantes electos. Compartía ese poder con la Torre
Amarilla, morada del Humano Canción de Lluvia y la
Torre Rosa, el gigantesco pene donde vivía el gnomo
hedonista Jigolanthas. Juntos, los tres conformaban el
Consejo de los Tres Ancianos, la verdadera potencia en la
ciudad.

El elfo Xan veneraba la magia y la tecnología antigua, y


tenía cientos de agentes por todo el planeta buscando
indicios de tecnología antigua. Mi tío fue uno de ellos, y en
una misión particularmente peligrosa en el Desierto de
Cristal, murió buscando una reliquia.

Mi tío heredó toda su fortuna a mí y a mis hermanas. Se


trataba de un cofre con 8,167 monedas de oro que había
ahorrado durante años para poder comprar una granja
donde eventualmente se retiraría del trabajo. Dos soldados
elfos de la Torre Azul llegaron un día con el cofre, una
medalla post-mortem por su excelente sacrificio y servicio
a Ciudad Paleta y las noticias de que había muerto. Y
acababa de cumplir 16 años de edad.

Todo el día, lo pasé llorando en mi cuarto. Los esfuerzos de


mis hermanas y mis padres de consolarme fueron en vano,
pues ni abrí la puerta de mi cuarto para ellos ni salí de ahí.
La mañana siguiente, con mi barriga retorciéndose de
hambre por el ayuno involuntario del dia pasado, salí
finalmente a desayunar con mi familia.

-¿Te sientes mejor?- preguntó mi madre.

No respondí nada. Me senté a la mesa y empecé a devorar


los deliciosos hotcakes que puso frente a mí. Mis hermanas
me miraron con preocupación, y mi padre con un poco de
enojo. No me había disculpado por encerrarme en mi cuarto
el día anterior, y no estaba respondiendo a mi mama su

160
pregunta. Me estaba comportando como un zopenco. Pero
el enojo de mi padre no tenía nada que ver con todo eso.

Se trataba de mi relación con mi tío, y sus sospechas de que


no era una relación nada común. Nunca había confiado mi
amor por mi tío a nadie en mi familia, pero todos ellos
sospechaban algo, pues durante los cuatro años de nuestro
romance, fue muy difícil ocultar el cariño que sentíamos el
uno por el otro.

-He llegado a una decisión.- anuncié después de terminar


mi desayuno.

-¿Qué has decidido, hijo?- preguntó mi padre.

-Voy a dejar el molino. Con el dinero que me dejó mi tío,


puedo ir a donde me plazca.- dije.
-Es ridículo. No puedes dejar tu hogar, Vicente.- respondió
mi papá casi escupiendo con su boca.

-Ya soy mayor, y es mi decisión.- replique.

-No voy a permitirlo.- dijo él.

-No puedes detenerme.- grite.

-Oh, si puedo.- grito el.

-Por favor, cálmense los dos. Vicente, sé que te sientes muy


mal por lo de tu tío, pero una decisión de este tipo se toma
con calma, y no hay prisa.- dijo mama, lágrimas saliendo
libremente de sus ojos.

-¿Ya vez? Hiciste a tu madre llorar, Vicente.- dijo papa,


levantándose y abrazándola.

161
-Mama. Papa. Ya he decidido, y no pueden negarme mi
libertad. Lo siento mucho.- dije, mirando a mi plato sin
poder mirarles el rostro.

-¿Y a dónde piensas ir, oh, gran aventurero?- dijo papá


sarcásticamente.

-Mi tío me platico de unas islas muy peculiares, al noreste


de Ciudad Amaterasu Onichan. Ahí se encuentra la ciudad
de Nueva Sodoma, un paraíso para todos aquellos que…-
empecé a decirles.

-¡NI PENSARLO!- gritó mi padre, y mi madre empezó a


sollozar como si le hubieran cortado un brazo. –¿Acaso
crees que no se nada de Nueva Sodoma, niño ingenuo? ¿Se
te ocurre que soy un granjero estúpido que no sabe nada de
nada y que solo sabe hacer harina? ¿Cómo crees que te voy
a dejar ir a ese hoyo maldito?-

¿Cómo sabia mi padre de Nueva Sodoma? Unas islas


escondidas que…

-Tú conoces bien el Barrio Rojo de Ciudad Paleta. Hemos


llevado harina ahí muchas veces, y ¿no crees que es eso es
algo repugnante? Mujeres vendiendo sus cuerpos. Hombres
vendiendo sus cuerpos. Monstruos vendiendo sus cuerpos.
Y todos fornicando abiertamente en orgías que dejan a uno
con ganas de vomitar. Bueno, el Barrio Rojo no es NADA.
¡NADA! Comparado con Nueva Sodoma. ¿Quién crees que
fundó ese lugar? ¡Pervertidos! ¡Degenerados! ¿Y tú quieres
ir a visitar ahí? ¿Es tu tío, verdad? ¡Ese maldito no puede
dejarte vivir una vida normal ni siquiera después de
muerto! ¡No voy a permitirlo!-

Mi papá estaba gritando y escupiendo su desayuno por la


boca. Agitaba los brazos y caminaba de un lado al otro
como un animal enjaulado.

162
Mis hermanas corrieron de ahí, y salieron de la casa, no
queriendo participar en el drama que estaba
desenvolviéndose. Mama solo sollozaba y trataba de
agarrarse de mi papa, que la alejaba para poder seguir
sacudiendo sus brazos.

Todos los años de ocultar mi amor empezaron a surgir


como una violenta ola de desprecio por mi papa y sus
modales medievales. Para el, los homosexuales, los que
practicaban el sexo con seres de otras especies, todos los
“desviados”, incluidos los que no cumplían sus votos de
matrimonio eran pervertidos. Monstruos.
Él no sabía nada de que yo amaba a mi tío desde hace años.

-Lo ame. Siempre lo ame. Fuimos amantes.- dije yo, con


furia controlada, en una voz fría dedicada a lastimar a mi
padre.

No vi el golpe venir. Su puño acertó contra mi quijada tan


rápidamente que solo sentí un impacto arrollador y luego vi
como salía volando de mi silla para llegar al suelo, casi
inconsciente.

Mamá fue la primera en defenderme. Papá nunca me había


pegado, y ciertamente, su golpe llegó como una gran
sorpresa, pero lo que hizo mamá fue inclusive más
sorprendente, pues le empujó con tal fuerza que salió
volando para caer contra un mueble lleno de platos, que
estalló en pedacitos. En dos patadas, mama me estaba
ayudándome a levantarme.
-¿Cómo te atreves golpear a mi hijo?- grito mama.
Cuando vio que no estaba fuertemente lastimado, me
agarro de mi brazo y me dijo: -Vete a tu cuarto y cierra la
puerta. Luego platicamos.-

Y le obedecí.

163
La discusión entre mama y papa duró horas, y mucho de
ella fue a gritos. Trate de escuchar lo que decían, pero no
pude pues fueron a discutir a su propia recámara, que
estaba en otro piso. Finalmente, llegaron los dos, ojos rojos
de tanto llorar, y tocaron juntos en mi puerta.

-¿Podemos pasar?- pregunto mama.

Con gran nerviosismo, abrí la puerta y entraron los dos.


Estaban particularmente calmados pero llenos de
emociones contenidas.

-Primero que nada, hijo, quiero pedirte una disculpa por


golpearte. Ningún padre debe golpear a sus hijos. Tu
confesión sobre tu relación con tu tío me sorprendió
mucho. – dijo mi papa.

-Tu papa y yo platicamos y hemos decidido que no puedes


ir a Nuevo Sodoma, hijo.- dijo mamá.

-No pueden detenerme.- dije yo.

-Entonces danos tiempo para convencerte y para que


puedas ver porque es una locura.- dijo mi Papa.

–Mira, Vicente, ya sé que siempre quisiste mucho a tu tío


pero…- empezó papa a decir. -…Mi hermano siempre fue
un desviado, Vicente. Lo quise mucho, y sé que su amor
por ustedes siempre fue verdadero, pero él… él no estaba
bien de la cabeza. Tú y yo casi nunca platicamos sobre tu
tío, pues no quería envenenar tu cariño por él, y siempre
pensé que sería muy inocente su amor por el tuyo. Ahora
veo que no fue así. Rodrigo siempre fue un pervertido,
Vicente. Un enfermo. Confundía el cariño y afecto de un
niño por deseo. No puedes vivir tu vida como él. No es
sano.-

164
-Mama, tu no entiendes. Yo lo ame. El me amo.-

-Hijo, los hombres no deben amarse entre ellos de esa


manera. ¿Cómo llegarías a tener una familia? ¿Hijos?- dijo
mamá. –Te digo, tu tío siempre fue un poco extraño. Yo
supe que era homosexual desde hace mucho, pero no
pensé.. Jamás imaginé… Que te llegara a hacer daño.-

-No me hizo daño. Nos amábamos. Y él murió, y ustedes


no quieren entender eso. Por eso nunca les platique nada.
Sabía que no entenderían.-

-Entonces explícanos. Cuéntame, ¿Qué paso?- dijo papá, un


poco de su furia regresando a los ojos, pero su furia ahora
no era para mí. Su furia estaba ahora apuntada en contra un
pobre tío muerto.

-¿Quieres detalles, papá? ¿Qué importa? El murió.


Queríamos vivir juntos. Pero nunca tuvimos esa
oportunidad, pues la muerte se lo llevó. Y ahora no quiero
vivir aquí, con esas memorias. Papa, mama… Yo los amo,
pero no puedo seguir viviendo una mentira. Tengo que
descubrir quién soy. Soy gay. ¿Okay? Siempre lo fui. Y
ahora necesito vivir mi vida. El molino es como una jaula
para mí. Me siento atrapado. Me siento atado. –

Como dije antes. No pude salir de ahí hasta que terminaron


las nieves y las carreteras estaban libres una vez más. Pero
tampoco pudieron mis papas convencerme de quedarme en
el molino, y cuando las nieves finalmente se derritieron,
agarre una de las muchas caravanas que viajaban de las
Montañas Centauro a Ciudad Paleta, la ciudad más cercana
a nuestro hogar, donde buscaría algún barco para zarpar a
Nueva Sodoma.

165
Capítulo Cinco: PARTE TRES:
JAN EL MINOTAURO

Desde niño, Ciudad Paleta fue un lugar sorprendente y


mágico para mí. La infinidad de razas exóticas y seres
extraños que vivían ahí le daba a todo un toque mágico e
irreal. Los edificios ridículamente bizarros, irreales, el Gato
Chato, el Hotel Cangrejo, el Vivero… Y claro ese pene
gigantesco, ese falo obsceno y maravilloso conocido como
la Torre Rosa. Un pene del tamaño de una pequeña
montaña. ¿A quién se le ocurriría algo así?

La pequeña caravana en la que llegue, compuesta


principalmente de mercaderes de las Montañas Centauro, y
resguardada por centauros bien armados, por supuesto,
llegó sumamente rápido a Ciudad Paleta, y el camino fue
sin inconvenientes. Y por esa razón, no tuve tiempo de
hacer un plan exacto de que haría en Ciudad Paleta antes de
encontrar pasaje a Nueva Sodoma. Pero desde la muerte de

166
Rodrigo, mi vida había adquirido un sentimiento de estar en
un sueño del cual no hay manera de despertar. La
despedida de mi familia, la caravana, y la llegada a Ciudad
Paleta parecían como partes de un alucine. A veces sentía
que estaba volando, y no tocaba el suelo. Extrañaba
demasiado a Rodrigo. Fue el que le dio forma a mis sueños
y permitió que yo tuviera esperanza de un futuro bello.
Ahora que él no estaba, sentía un vacío enorme en mi
corazón, y añadido al vacío de haber dejado mi hogar y mi
familia por primera vez en mi vida, pues mi corazón estaba
muy confundido.

Tal vez fue por eso que el primer lugar que quise visitar en
Ciudad Paleta fue el Barrio Rojo. Papá solía llamar este
lugar “el culo del mundo”, y tal vez no sin razón. El Barrio
Rojo en Ciudad Paleta era la zona de tolerancia para todo
tipo de desviaciones sexuales, prostitución, drogas, venta
de esclavos, y claro, burdeles. Una zona compuesta de
edificios rojos con calles hechas de ladrillo rojo al centro de
las cuales se asentaba el burdel más antiguo de la ciudad:
“El Gato Chato”.

Se trataba de un gigantesco felino hecho como esfinge de


piedra roja al cual se podía entrar o por la boca o por el
ano. Estaba rodeado de un gran jardín con una barda de
hierro y decenas de estatuas de varias criaturas, humanas y
no tan humanas en una orgía eterna. Su cola estaba parada
en forma de símbolo de interrogación “?” mostrando la
puerta siempre abierta de su ano, un orificio redondo y
demasiado realista para mi gusto. Su boca estaba abierta
como esperando alguna presa, con sus enormes colmillos
listos para tragarse a cualquier incauto. Era el edificio más
extraño y perturbador en el barrio. Y aún más perturbador
era lo que sucedía adentro de ese terrible lugar.
Como jamás hubiera entrado en compañía de mi papa, la
curiosidad me mataba. Dicen que la curiosidad mato al

167
gato. Pero mis bolsillos estaban llenos de oro, y finalmente
tuve el valor para entrar.
Dos gigantescos ogros vestidos con uniforme de gatitos
rojos, con sombreros en forma de orejas de gato y una cola
postiza, guardaban la puerta principal, osea la boca del
gato. Al fin de la garganta del felino había una puerta
redonda, de hierro y muy cerrada.

-¿Qué quieres, humano?- dijo uno de ellos.

-Entrar.- explique.

-Cuesta una moneda de oro.- replicó.

Busque en mi monedero y saque una moneda de oro, típica


de Ciudad Paleta. Tenía en un lado el rostro del Anciano
Jigolanthas, el gnomo y en el otro, una facsímil de la Torre
Rosa. Era del tamaño de mi pulgar.

La deposite en la enorme mano del monstruo. El la miro y


la puso en una bolsa “canguro” que colgaba de su cintura.

-No busques problemas y no los encontrarás, pequeño…-


advirtió.

Y entre los dos gigantescos ogros, abrieron la puerta de


hierro.

Entre a una orgia maravillosa donde decenas de seres


estaban fornicando entre sí. Hombres y mujeres humanos
se mezclan fácilmente con elfos, enanos y gnomos. Pero
también había seres inclusive más exóticos: hombres
lagarto, minotauros, harpías y medusas. El ser más
gigantesco ahí era un centauro, posicionado sobre una
pobre mujer humana de unos veinte años de edad que a
pocas penas no estaba muerta del esfuerzo de permitirle
meter su gigantesco falo en su vagina.

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El cuarto principal mantenía la forma extrema del felino
gigantesco, y pues parecía que había entrado en un gato, y
que estábamos en su tórax. Estábamos en un lugar
sumamente hermoso, con decoraciones obscenas, pero muy
finas, pinturas, estatuas y muebles basados en actos
sexuales inmundos y terribles. Todo era de color rojo,
negro y púrpura, cortinas, colchones, y sillones.

Las empleadas y empleados del establecimiento eran


fácilmente reconocibles por sus disfraces de gatitos
rojos. Una de ellas, una humana de unos diez y ocho años
de edad, con hermosas colitas de pelo rojo, y claro su
uniforme gatita se acercó a mí.

-Buenas tardes, señor. ¿Busca algo en particular?-


pregunto.

-Eh, tengo sed.- dije.

-El bar está por esa puerta de ahí. Tenemos libros con
nuestras y nuestros sexoservidores por ahí. Las recámaras
individuales están por allá. Si gusta algo más, o yo puedo
ayudarle en algo, me llamo Priscila, y me puede encontrar
siempre aquí, en la sala principal.- dijo.

Y siguió su camino. Yo miré alrededor, tratando de alejar


mi vista de los eventos traumáticos ocurriendo justo frente
a mis ojos, y decidí seguir el pasillo que daba con el bar. Se
trataba del “brazo” izquierdo del felino, pero por dentro
parecía más un túnel. Al fin del túnel, un gigantesco cuarto
en forma de la garra de un gato contenía media docena de
mesitas redondas cada una con cuatro sillas alrededor y al
final del cuarto un bar con un gigantesco Rakshasa, mitad
tigre y mitad hombre, sirviendo bebidas
embriagantes. Sentados en las mesitas había una colección

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muy interesante de seres extraños, todos ellos platicando
entre sí.

Fui al bar y pedí una cerveza élfica. Luego pregunté si


había comida, y el Rakshasa me dio un menú. Del menú,
escogí unos camarones al mojo de ajo con arroz y pan.
Pague con monedas de cobre y fui a sentarme en una de las
mesitas. En poco tiempo un goblin con uniforme de gatito
rojo llego con mi comida y mi cerveza y me las sirvio.
Estaba mucho más hambriento de lo que había
realizado. Los camarones y el arroz desaparecieron
rápidamente. Pedí otra cerveza. Estaba tomándola cuando
llego a mi mesa un gigantesco minotauro con pelusa de
color blanco con manchas negras y cuernos enormes y muy
redondos. Estaba vestido con pantalones de algodón azul,
una camisa de algodón blanca y muchas joyas en sus
poderosos brazos. Media fácilmente el doble de un humano
ordinario.

-Hola, ¿me puedo sentar contigo?- preguntó.

-Claro.- dije.

La bestia se sentó frente a mí y pidió una cerveza.

-Me llamo Jen.- dijo.

-Soy Vicente.- replique.

-¿Vienes aquí muy a menudo?- pregunto.

-Soy de las Montañas Centauro. Acabo de dejar mi hogar.


Estoy en Ciudad Paleta solo de paso.- dije.

El minotauro se golpeó el pecho fuertemente.

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-Soy guerrero en la Arena. Soy un gran campeón. ¿Tal vez
has oído hablar de mi?-

-Nunca he ido a ver las peleas. Mi padre no me dejaba y no


me gusta la violencia.- dije.

-La Arena es un lugar lleno de honor y gloria. Deberías ir.


Yo acabo de pelear con un Troll, y casi muero, pero gane al
final, y su muerte fue muy hermosa.-

-¿Una muerte hermosa? ¿Cómo puede la muerte ser


hermosa?- pregunte.

-Una muerte hermosa es lo mejor que le puede pasar a un


gladiador. Yo espero morir en la Arena algún día, y espero
que mi muerte sea hermosa.- dijo.

-Eso es algo muy extraño para mí.- dije.


-Tú eres muy hermoso, humano. Te vi cuando llegaste. Y
me gustaste mucho.- dijo Jen, sonriendo.

-¿Perdón?- mi corazón dejó de latir algunos segundos. No


esperaba algo así.

-¿Te gustan los hombres, verdad?- preguntó.

-¿Cómo lo sabes?-

-Tu manera de caminar. Tu manera de ver a los machos


haciendo el amor. El hecho que volteas la cara cuando vez
a una hembra siendo poseída. Tú eres gay, como yo.- dijo,
riéndose suavemente.

-¿A ti también te gustan los machos?- pregunté, intrigado.

-Claro. Me gustas tú. Me gustaría hacerte el amor


suavemente.-

171
Trague saliva.

El hombre bestia era gigantesco y parecía nada menos y


nada más que un toro con cuerpo humano. Jamás en toda
mi vida hubiera considerado tener relaciones con un ser de
esa naturaleza.
-Crees que soy un monstruo, ¿verdad?- dijo, bajando la
cabeza.

-No, no… Claro que no…- mentí.

-Me gustan mucho los humanos, Vicente. Son hermosos,


extraños, maravillosos. Te encuentro muy hermoso.-

-Gracias.. huh.. Gracias…-

Mi cabeza estaba nadando. Un minotauro gigantesco y


bestial estaba declarando su amor por mi. ¿Qué significaba
todo eso?

-Déjame comprarte otra cerveza. Es lo menos que puedo


hacer.- dijo.

No muy seguro cómo actuar ante tan extraña situación, me


deje comprar una cerveza y luego otra, y otra.. y después de
un rato, me encontré a solas con el gigantesco monstruo en
su recamara, y me estaba desnudando.

Yo estaba demasiado borracho para pelear, y la verdad, me


parecía una situación muy excitante, si tal vez un poco
incómoda y extraña. Y luego, vi cómo se desabrocho el
gran cinturón y dejó caer sus pantalones. Cuando vi que su
pene era del tamaño de mi brazo, un cierto terror se
apoderó de mi corazón, pero el gigantesco ser no hizo nada
para lastimarme.

172
Hacer el amor con un minotauro fue el evento más
aterrador, pero más magnífico en mi vida entera. Encontré
un lado de mi personalidad que jamás pensé existía: la
lujuria. La gran bestia tuvo mucho cuidado conmigo, y
cuando finalmente me penetró, se aseguró de no
lastimarme, pero aun así, el evento fue traumático,
inmenso, y extraordinario.

Quedé exhausto, un poco malherido, pero muy satisfecho.


La mañana siguiente, no encontré a mi amado minotauro,
pero una nota en el espejo, escrita para mi decía: “Nunca te
olvidare”.

Capítulo Cinco: PARTE CUATRO:


LA ROSA DE MAR

La Capitana Syama Kunda tenía el rostro de una lagartija,


el cuerpecito de una joven mujer, y la cola de una serpiente,
pero de alguna manera, mantenía un aire de sensualidad
simplemente con su actitud. La encontré en el restaurante

173
del Hotel Bloodaxe, un lugar conocido por navegantes,
capitanes de barcos y generalmente, gente con un amor por
el altamar. Fue sugerida por el cantinero del restaurante, un
enano al principio gruñón pero muy cordial el momento
que le mostré monedas de oro. Me dijo que ella tenía un
barco veloz y que lo rentería por un precio razonable al
mejor postor.
Syamakunda y yo tomamos café juntos mirando los barcos
anclar en el muelle el hotel. La diminuta criatura estaba
pensativa, morosa, inclusive, pero atenta.

-¿Nueva Sodoma? Sí he oído hablar de esa isla, para ser


específico, son dos islas, Eros y Tanatos, y hay dos puentes
que las juntan para crear una sola ciudad. Está al Noreste de
Ciudad Amaterasu Onichan, en aguas con remolinos
impredecibles, piratas, monstruos marinos y inviernos
frígidos. Es un viaje difícil, y lo haría con gusto, pero
costaría cien monedas de oro.-

Ella movía su larga cola de lado en lado al hablar. Parecía


su manera de manejar su nerviosismo.
-¿Qué tan pronto podríamos zarpar?- pregunte.

-Mi nave esta lista. ¿Hay que llevar cargo especial?-


respondió.

-No. Solo yo.-

-En ese caso, si llegamos a un trato, podríamos zarpar


mañana por la mañana.- dijo ella.

–Cincuenta monedas de oro ahora y cincuenta al llegar a


Nueva Sodoma. Un precio justo, amigo. No creo que
encuentre una nave mejor que la mía por un precio tan
razonable.-

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La pequeña lagartija parecía nerviosa de perder el negocio.
Estaba demasiado dispuesta a zarpar, y no objetaría a
regateo, pero la verdad es que mi oro era más que
suficiente, y aunque con 100 monedas de oro uno podría
comprar una granja entera, para mí, llegar rápidamente y a
salvo a Nueva Sodoma significaba un cambio inalterable y
maravilloso en mi vida. Además, todavía tendría más que
suficiente oro para establecerme con algún negocio una vez
que llegáramos.

Saque mi monedero y le conté las cincuenta monedas de


oro. Sus ojos se abrieron como girasoles al ver las
monedas, y rápidamente las escondió en sus pantalones.

-Nos quedaremos en este hotel esta noche, y saldremos al


salir el sol. Espero que esté listo, caballero.- dijo ella,
sonriendo.

-Llámame Vicente.- replique.

El día siguiente salimos al muelle del Hotel Bloodaxe justo


con el sol. La Rosa de Mar, una carabela de dos velas con
una hermosa estatua del torso una mujer humana con los
brazos extendidos en su proa. Pintada con gran realismo,
parecía real. Treinta pequeñas syamakosas, todas ellas
hembras formaban el equipo de la Capitana Syamakunda.
Cuando subimos a bordo, las junto a todas en la cubierta.

-Amigas, tenemos finalmente una manera de salir de


Ciudad Paleta y zarpar a nuevos destinos, les presento a
Vicente Klaustruado, quien nos va a pagar 100 monedas de
oro para llevarle a Nueva Sodoma.-

La Capitana habló con sus tripulantes como si se tratara de


viejas amigas de la escuela, pero rápidamente me di cuenta
que nuestro destino no era muy popular entre las
syamakosas.

175
-¡Por los dioses, Capitana, seremos violadas!- dijo una.

Esa syamakosa se trataba de la segunda a cargo de la Rosa


de Mar, una lagartija gorda y robusta de nombre Vikki.

-¡Es una isla de degenerados!- gritó otra.

-Esas aguas están llenas de salvajes piratas y monstruos de


mar.- se quejó una tercera.

-¿Bueno, es que acaso somos un montón de doñitas de


mercado? ¿Qué les pasa? No hemos contratado pasaje en
meses, y yo por una, tengo muchos deseos de ver otras
costas.- dijo Syamakunda, enojada.

-Pero son pervertidos. Seguramente este humano es un


pervertido también.- dijo Vikki.

-Oh, por los dioses, Vikki, si fuera así, ¿crees que


permitiría que rentara nuestros servicios? Está pagando un
buen precio y hace mucho que no navegamos al norte, de
Nueva Sodoma podemos dirigirnos a Ciudad Amaterasu,
ahí podremos conseguir más pasaje, y no serán pervertidos
y sodomitas. No es necesario quedarnos en Nuevo Sodoma
ni un sola noche, solo dejamos nuestro pasajero recogemos
algunas provisiones y zarparemos directamente a Ciudad
Amaterasu. Y ahora, a callar, viejas lagartijas, hay trabajo
que hacer. No quiero oír ni una queja más de Nuevo
Sodoma o nuestro pasajero. ¡Prepárense para zarpar de
inmediato!-
La fuerza bruta de la voz de la Capitana no dejó lugar para
más objeciones. Sus tripulantes empezaron a moverse como
hormigas por toda la carabela, cada una de ellas
perfectamente cumpliendo con las necesidades de la nave
para rápidamente salir del muelle y al altamar. Ver a las
pequeñas criaturas reptilescas trabajando era como observar

176
soldados de un ejército perfectamente ordenado y como una
maquinaria bien aceitada, actuando como un solo
organismo. Se trataba de algo maravilloso y inesperado.

-Te mostraré personalmente tu cabina, amigo Vicente.- dijo


Syamakunda.

Dejamos rápidamente el muelle del Hotel y en pocos


minutos, perdimos Ciudad Paleta, con los humos de sus
muchas chimeneas, de la vista. Lo último que pude ver
fueron las Tres Torres, que sobresalen de las otras
residencias y los muchísimos árboles del Bosque Paleta. Y
después, la tierra misma desapareció.

Ahora cabe decir que viajar en barco no es algo que había


hecho antes, y para mi colmo, aprendí rápidamente cuan
enfermo se puede poner uno en un barco. Creo que vomite
durante todo el viaje, pero no pude realmente salir de la
cabina nunca, y pues, no estoy seguro si fue solo vómito, o
si mis entrañas de alguna manera salieron de su lugar. La
verdad es que una sucesión de syamakosas entraron a
limpiarme, recoger la cubeta con vómitos, cambiarme de
ropa y en general, hablar de cosas sobre sus hogares para
tratar de distraerme de mi malestar.

Después de dos días de viaje, mi malestar dejó de ser tan


voraz, o tal vez se me acabo el contenido de mis tripas y ya
no pude vomitar más… Fue justo entonces cuando llegó la
capitana a visitarme.
-Llegaremos a Nueva Sodoma en cuestión de algunas
horas. Ya podemos ver la isla. ¿Estás listo, Vicente?- dijo.

No pude responder con palabras, pero si pude asentir con


mi cabeza.

Cuando finalmente me incorporé y salí a la cubierta,


necesite apoyarme en una de las syamakosas para no caer.

177
Mis piernas se sentían como si no tuvieran huesos, o
estuvieran hechas de gelatina. Lo extraño fue que al
finalmente salir de la cabina, el aire fresco me cayó de
maravilla, y tome grandes bocanadas sin tener que vomitar
o marearme haciéndolo.

Ahí en la distancia, pude ver Nueva Sodoma, sobresaliendo


del mar.

Se trataba de dos gigantescas tetas llenas de pequeñas casas


y edificios. Como o por que tenía la isla la forma de dos
gigantescas tetas no pude discernir bien en la distancia,
pues estaba demasiado lejos para entender exactamente qué
es lo que estaba viendo, pero el efecto era innegable. Si una
mujer muy blanca y gigantesca se hubiera hundido en el
agua hasta dejar solamente sus senos por fuera, solo así
podría explicarse la forma insólita de las dos islas gemelas
donde la ciudad se había formado.

No entendía muy bien que eran los “pezones” de los senos


gigantescos, pero su forma no dejaba nada a la
imaginación. Grandes pezones erectos de un color rosa
violento.

-Son tetas.- dijo la Capitana.

-Si. Tetas muy grandes.- repliqué yo.

-Nunca las había visto. Son increíbles. Había oído hablar de


ellas, pero verlas en carne propia es otra cosa
completamente.- dijo Vikki.

-Si el Barrio Rojo en Ciudad Paleta es la sede de la


perversidad sexual, Nuevo Sodoma es la sede del planeta
entero.- dijo Syamakunda, pensativa.

178
-Bah, son solo humanos. Los Dajjals de la Tierra Interna
deben tener perversidades más perversas que ellos.- dijo
Vikki.

-Pues no tengo ninguna intención de descubrir que tan


perversos son los moradores de Nuevo Sodoma, Vikki.
Dejaremos a nuestro pasajero, recogeremos agua y comida
en el mercado más cercano y zarparemos de inmediato.-
dijo Syamakunda.

Capítulo Cinco: PARTE CINCO:


SENSEI ONICHAN

Las pequeñas syamakosas se apuraron muchísimo en salir


rápidamente de Nueva Sodoma. Me dejaron en el muelle
donde pague lo que debía y me despedí de la amable
capitana. No fue mucho el esfuerzo para ellas en regresar

179
rápidamente a la altamar. Un contratista de provisiones les
mando varios barriles y sacos llenos de agua fresca, vino y
varias otras cosas y en cuestión de un par de horas pude ver
a la Rosa de Mar alejándose en la distancia.

No estaba muy seguro de cómo continuar.

Varios pequeños negocios y edificios ocupaban la zona del


muelle con un gran edificio rectangular dominando el
espacio, se trataba de la Capitanería del Puerto. Si el
Barrio Rojo en Ciudad Paleta parecía una orgía al aire libre,
el Muelle de Nueva Sodoma parecía en verdad un barrio
familiar, con niños jugando en las calles, mercaderes
vendiendo sus verduras y pescado al aire libre, ciudadanos
vestidos de manera conservadora y elegante caminando y
disfrutando el aire de mar. Casi todo mundo era humano,
con uno que otro elfo, hobbit, o un hombre lagarto
caminando entre ellos. Los hombres vestían ropa práctica y
elegante, y las mujeres vestidos largos o túnicas. Nadie se
paseaba encuerados, como era costumbre en el Barrio
Rojo. Los rostros eran alegres, apuestos, bien alimentados
y limpios. Lo más común, el sombrero de tres puntas, la
blusa blanca y los pantalones de mezclilla. Parecía ser la
prenda más común y ordinaria del trabajador Nuevo
Sodomita.
Las casas no eran particularmente extrañas, edificios de
ladrillo, madera o piedra, la mayoría hechos para habitación
humana, con diversas formas pero hermosas, con un estilo
particular de las costas de Ciudad Amaterasu. El terreno,
empinado, llevaba sin falta al “pezón” de la teta en la que
estaban situadas las viviendas y negocios, una gigantesca
cúpula que servía de templo. En la distancia, se podía ver
como dominaba todo el pasaje. El humo de cientos de
chimeneas se alzaba lentamente al cielo. Hacia un poco de
frío, y el invierno parecía querer llegar pronto.

180
Lo impresionante de la ciudad era lo coloquial y
conservador que todo parecía. Las decoraciones eran flores,
lámparas de papel, y muchos jardines. Niños jugaban en las
calles, la mayoría de ellas de piedra de río, con carretillas,
cometas y pequeños animales. Caballos, camellos y uno
que otro animal exótico parecían ser el principal método de
transporte, con la carroza tapada de cuatro ruedas y dos
caballos siendo lo más ordinario.

Mi cabeza había esperado todo tipo de cosas extrañas,


como las que encontré en el Barrio Rojo, pero lo que no
había esperado era un lugar tan… aburrido.

Me dirigí al primer personaje que vi más cerca de mí a


pedir direcciones. Se trataba de un viejo mercader de
verduras con una enorme barriga, una barba blanca y larga
y una carretilla llena de zanahorias, lechugas y jitomates.
-Disculpe, buen hombre, busco algún hospedaje limpio,
barato y bonito.- dije.

-¿Nuevo en Sodoma, eh, forastero? ¿De dónde viene?-


respondió.

-Las Montañas Centauro.- dije.

-Ah, eso está muy lejos de aquí. Bienvenido a nuestra isla.


Espero le agrade.- dijo –Este es el Barrio del Adulterio, el
barrio más aburrido de Nueva Sodoma, pero ciertamente es
el más seguro para criar una familia, ¿eh? Si gustas un buen
albergue aquí, barato, limpio y seguro, recomiendo “Chez
Mónica”, es un edificio de piedra azul con techo de teja gris
en Calle Anal, que es dando la izquierda por ahí… Tiene un
gran jardín con varios juegos para niños.-

Le di las gracias y me empecé a caminar en la dirección


que sugirió. En cuestión de algunos minutos, llegue a una
calle con varios edificios grandes de tres y cuatro pisos, con

181
hermosos jardines enfrente y entre ellos, encontré uno de
tres pisos, con hermosas ventanas ovaladas, hecho de
piedra azul con techo de teja gris. Un par de niños jugaban
en un columpio y un pequeño letrero de madera decía
“Chez Mónica” justo sobre la puerta principal.

Entre.

Chez Mónica contaba con un gran restaurante al fondo y un


bar. En el centro del restaurante, una enorme pecera
redonda dominaba el espacio. Dentro de la pecera, seres
extraños, no realmente moluscos, pero tampoco peces
nadaban lentamente, hipnotizando a aquel que se atreviera
a verles demasiado tiempo. El lugar estaba casi vacío
excepto por una mujer grande, muy delgada con pantalones
y blusa florales muy flojos, sandalias y algunas flores en su
pelo.

-Bienvenido a Chez Mónica, extranjero. ¿Le puedo


ayudar?- dijo en una voz firme pero amable.
Sus ojos estaban un poco desenfocados, como si no pudiera
ver bien. Pero su sonrisa era amable y desarmadora. Las
flores en su pelo se meneaban suavemente con el ritmo de
su cabeza.

-Busco un cuarto para rentar. Creo que voy a quedarme


varios meses.- explique.

-Por supuesto. Tenemos habitaciones para estancias largas


muy cómodas y a precios competitivos, ¿señor….?-

-Vicente.-

-Claro, Señor Vicente. Sígame usted por aquí, por favor.-

La dama flaca camino con un paso rápido hacia unas


escaleras en forma de caracol que subían al siguiente piso

182
del edificio. No nos detuvimos ahí, pues llegamos al tercer
piso antes de salir de las escaleras. Ahí me encontré en un
largo pasillo adornado con hermosas plantas de varios
colores y paredes pintadas con temas del mar. Doce
puertas de madera con números tallados hábilmente yacían
entre la escalera de caracol y el fin del pasillo al cual se
encontraba un ventanal por donde se podía ver el resto de la
ciudad.

Llegamos a una puerta marcada “18” con gigantescos


números tallados directamente en la madera. La mujer
abrió la puerta y me mostró el interior.

-La habitación 18 cuenta con una hermosa vista al mar, una


cama doble, y claro, una bola de cristal para ver eventos
distantes de todo el planeta. Servicio de limpieza, desayuno
gratis, y servicio de lavandería opcional. El costo es de una
moneda de oro cada tres meses.-

Habló con amabilidad y etiqueta, pero algo en sus ojos, que


nunca parecían ajustarse bien el uno al otro me decía que la
mujer estaba en un estado alterado de consciencia. Cómo
podía alguien trabajar con la consciencia alterada no podía
yo entender con claridad, pero a pesar de sus ojos
pachuquismos, la mujer parecía eficiente y cordial.
-Acepto. Aquí está el pago por los primeros tres meses.-
dije yo, sacando una moneda de oro con el rostro del
gnomo Jigolanthas en un lado y la Torre Rosa en el otro.

Se la puse en la mano, y ella la observó con atención. El


peso de la moneda era estándar para todas las ciudades del
planeta, pero el diseño denotaba su lugar de origen.

Ella respondió dándome las llaves.

183
-Bienvenido Señor Vicente. Espero que su estancia sea
agradable. Estoy a su disposición. ¿En algo más puedo
servirle?- preguntó.

-¿Está abierto el restaurante?- estaba bastante hambriento


de la caminata.

-Por supuesto. El especial de hoy es filete de goblin en


salsa verde.- dijo.

-¿El goblin es un plato popular por aquí?- pregunté. Comer


seres conscientes que podían haber sido amigos míos no
parecía un asunto agradable, pero las costumbres de cada
lugar variaba muchísimo en el mundo.

-Vinieron unos ogros de Ciudad Goblin hace como cuatro


días, y participaron en una gran masacre de goblins negros
rebeldes escondidos en la Isla de Tánatos. Los goblins
negros se estaban tratando de esconder de una vendetta con
sus primos los goblins amarillos. Los ogros los asesinaron
en un solo día y trajeron consigo de regreso toneladas de
carne de goblin fresca. A mi particularmente no me gusta el
goblin, soy vegetariana, pero muchos clientes parecen
complacidos por el sabor, especialmente los trolls y los
ogros.- dijo la mujer, meneando las flores de su cabeza.

Uno de los temores fuertes de Vicente desde niño había


sido terminar como algún platillo para un ogro o un troll.
En Nagaloka, donde los seres dominantes, los dragones y
Nagas, cosechaban la carne humana y humanoide para
comer, el asesinato era ilegal, pero no el canibalismo.

-¿Tiene huevos?- pregunte.

-¿De gallina u otro ser?- preguntó ella.

-De gallina.- replique.

184
-No. Solo nos quedan huevos de harpia-

Y por esa razón, decidí comer fuera.

Ya era atardecer, y el sol se estaba poniendo, permitiendo


las siete lunas brillar fuertemente en el ocaso. Me
fascinaban las lunas de Nagaloka, pues parecían siete
canicas, cada una más grande que la anterior, flotando en
formación como los dientes de una gran sonrisa. Me
parecían mágicas y juguetonas.

Camine sin rumbo fijo por las calles del muelle, hasta
llegar a una gran avenida hecha de ladrillos enormes en los
cuales estaba engravada la palabra “Avenida Homosexual”.
La gigantesca cúpula llamada por los locales “Torre Yin” y
por los extranjeros “pezón derecho” dominaba el horizonte,
por donde se estaba escondiendo el sol.
Vi un edificio de madera con un techo estilo pagoda y un
gran letrero que decía: “Casa del Sushi”. Cruce la avenida,
por donde pasaban todo tipo de bestias de cargo y vehículos
de distintas formas, y entre.

El decoro del lugar representaba lo mejor de la cultura


japonesa en el lejano planeta Tierra, con hermosos dibujos
en telas de seda, cortinas de papel de arroz de varios
colores y mucho bambú. Los muebles eran de madera
negra, muy acolchonados y sumamente cómodos aunque,
típico del estilo nipón, con sillas y mesas muy bajas, para
sentarse de rodillas.

Una muchacha vestida en un colorido kimono llego a mi


lado y me preguntó si deseaba un lugar para comer. Asentí
con mi cabeza, y sin otra palabra, me llevó a una mesa
desocupada en la cual ya había cubiertos. Con un poco de
dificultad por no tener experiencia en mesas tan bajas, me
senté lo mejor que pude, y la señorita me dio un menú.

185
En cuestión de algunos minutos más, estaba yo disfrutando
la más maravillosa comida que jamás antes había probado.
Sopa de verduras con un sabor exótico inexplicable, sushi y
surimi y té verde.
Estaba yo ya terminando mi comida cuando un apuesto
hombre de rasgos asiáticos, vestido en un traje negro y muy
formal con chaleco y corbata, con largo pelo negro en una
trenza atrás de su cabeza, un bigote que rebasaba su
barbilla y uñas larguísimas y pintadas de negro.

-¿Me puedo sentar, amigo?- preguntó con un acento muy


fuerte y definido.

Con un gesto, asentí a su petición. El hombre se sentó


frente a mí con una agilidad y gracia de alguien
acostumbrado perfectamente al protocolo nipón. Sus
rasgados ojos negros parecían sonreír por sí solos. Pero su
sonrisa detrás de sus grandes bigotes era inclusive más
contagiosa.

-Gracias por dejarme compartir su mesa. Me llamo Sensei


Onichan, y le vi venir desde el Hotel Chez Mónica. Usted
acaba de llegar a Nueva Sodoma, ¿no es así?- preguntó
sonriendo inclusive más ampliamente.

-Sí, lo es. Me llamo Vicente, gusto en conocerle, Señor


Onichan.- dije.

-Por favor, dígame Sensei. Es mi título, no mi nombre, pues


Sensei significa maestro, y eso es lo que soy. Permítame
explicarle porque quise sentarme con usted. Desde que lo vi
esta tarde, me di cuenta que es usted un hombre sumamente
atractivo, y yo soy un buscador de belleza. Por esa razón
me gustaría conocerle mejor. ¿Es usted Sodomita?-

El hombre tenía alrededor de cuarenta años de edad, pero a


pesar de su vestimenta, podía uno ver que estaba en

186
excelente estado físico. En verdad, era un hombre muy
atractivo, y de inmediato, me sentí interesado en él.

-En verdad no lo soy. Vengo de las Montañas Centauro. Un


pequeño pueblo granjero de nombre Hamlet, que es un
suburbio de Ciudad Paleta. – dije.

-Oh, no, no no… no me refería su nacionalidad o lugar de


origen, me refería a su preferencia sexual.- el empezó a reír
suavemente.

-¿Sodomita, como… homosexual?- pregunte.

-Sodomizar significa practicar el sexo por el ano. Puede ser


con un hombre o una mujer… Pero, si, en efecto,
homosexual.- dijo el, más serio, y en un tono cuidadoso
para no ofender.

-¿Es usted sodomita?- le voltee la pregunta.

-Soy Sodomita de nacionalidad, y soy sodomita de práctica.


Pero no me considero “homosexual” únicamente, me
considero “poli-sexual”. Soy un maestro en la sexualidad
humana, y de algunas otras razas también. Por eso prefiero
el título de Sensei a mi nombre personal, Onichan.- dijo.

-Oh, ya veo.- suspire.

-Bueno, no ha repuesto mi pregunta, amigo Vicente…-


repitió.

-No sé si estoy listo para discutir mis preferencias sexuales


con un extraño que apenas acabo de conocer. Y no estoy
seguro que el tema no me haga un poco incómodo.- dije.

-Disculpe usted, amigo. Mi interés no es incomodarte, solo


conocerle, y debo admitir que mis métodos son muy

187
directos y al grano. Aquí en Nueva Sodoma, la vida es
demasiado rápida como para preocuparse demasiado por el
protocolo de otras naciones menos liberales. Pero la verdad
es que lo encuentro a usted extremadamente atractivo, y me
gustaría sodomizarlo.-

Me ruborice de inmediato.

Este infeliz guapo estaba tirándome los perros con tal


fuerza y sin la más mínima pena. Me preguntaba si este tipo
de intercambio era normal en Nueva Sodoma. Pero la
verdad es que el hombre era muy viril y guapo y me sentía
atraído hacia él también.

Es difícil, cuando uno se acostumbra a ser púdico, tirar toda


cautela al aire y dejarse llevar por las pasiones, como me
imagine seria la costumbre de este lugar.

Pero claro, por otra parte, vine a Nueva Sodoma para tener
justamente este tipo de encuentros.

-¿Me quiere sodomizar?- pregunté, tragando saliva.

-Oh, claro, creo que sería maravilloso para ambos.


Podríamos ir inmediatamente a mi casa, no es muy lejos de
aquí, y le aseguro que no le lastimaría de ninguna manera.
Un poco de delicioso sexo anal con usted es todo lo que
busco.- dijo.

Acto seguido, me encontré afuera de la casa de Sensei


Onichan.

Se trataba de una humilde casa de ladrillos de forma


octagonal con un techo de piedra lisa unas ventanas
octogonales de vidrio verde oscuro. La puerta principal era
de forma oval y daba a un delicado jardín de piedras con
estanques en ambos lados. Una veranda, también octagonal,

188
de madera pintada de blanco y con techo puntiagudo
terminaba el jardín y daba a la calle, similar a la Avenida
Homosexual pero esta de nombre Calle Pedófilo. La casita
era una de unas diez similares que poblaban esa misma
calle.

Un par de gatos siameses nos miraban desde adentro de la


residencia.

-Son Paz y Amor. Mis gatos y mejores amantes.- dijo mi


huésped.

-¿También practican la zoofilia?- pregunté interesado.


-Soy poli-sexual, Vicente. Eso significa que practicó todas
las filias.- explico.

Y entramos.

Sensei tenía un gusto práctico, cómodo y humilde. Sus


muebles no eran gran cosa, pero todos ellos parecían útiles
y cómodos. Sus muros estaban cubiertos de cuadros con
escenas eróticas de varios estilos, tiempos y formas. Lo
más prominente en su sala era un bar, repleto con todo tipo
de brebajes intoxicantes y una gran chimenea al centro del
cuarto octagonal.

-Bienvenido a mi humilde hogar. Siéntate donde quieras.


¿Te ofrezco algo de beber?- dijo.

Me acomode con los dos gatos en un gran sillón que daba


la espalda a una de las ocho ventanas principales de la
vivienda. Sensei se sentó frente a mí en un sofá. Encendió
la chimenea rápidamente.

-Que hermoso lugar tienes.- dije, salivando.

Mi ano empezó a vibrar ante su presencia.

189
-Piensas como un putito caliente.- dijo. –puedo oler tus
pensamientos, trata de ser más controlado. El verdadero
placer, el placer más profundo en el Karma Yoga no viene
del placer, viene del dolor. El dolor de no venir demasiado
pronto.-

-¿Cómo es que puedes leer pensamientos? Eres solo un


hombre.- dije. Enojado.

-La transparencia del sentimiento es la esencia de Nueva


Sodoma. Aquí todo es permitido, todos los sentimientos
son cultivados, y claro, buscamos la perfección en nuestras
filias. La tuya es tu ano, y los hombres. Los encuentras
atractivos y dominantes. Esto te gusta, ¿correcto?-

-Me enamore de un tío. Y él murió, y luego creo que fui


violado por un minotauro.- dije.

-¿Violado?- pregunto.

Lo dije sin pensar. ¿Por qué violado si entre en el cuarto del


minotauro de mi propia voluntad? La verdad es que fui
seducido, ¿o no? Onichan me miro con una sonrisita que
me hizo pensar en un lobo, o algún animal… salvaje.
Peligroso.

-No… Tal vez, no “violado”.- dije cautelosamente.

-Me parece interesante como la memoria cambia las cosas,


una violación es una seducción, dependiendo en qué
momento ocurre, y viceversa. Si todo fuere amor, tal vez no
existieran las violaciones, pero en verdad “violar” a alguien
requiere un acto de odio, no amor, y sexo con odio, como
por ejemplo el de parejas que dejan de amarse, pero no
dejan de hacer el amor.-

190
-Las cosas son más simples. Odio es odio. Amor es amor.-
explique, frustrado.

-Y ¿tu tío?- preguntó.

-Murió. Joven. Condecorado por las Tres Torres como un


gran explorador.-

-¿Lo amaste? ¿Te violo? ¿Te sedujo?- su voz era muy


tranquilizante. Hipnótica.

-Creo que sí, sí y sí. Pero también me abrió la mente, me


regalo algo que no tiene precio, mi propio corazón salvaje.
Su amor por mí me dejó libre. – Me estaba ruborizando de
nuevo.

-Lo amaste.-

-Como a nadie más.-

-Ese amor es lo que busco de ti, amigo. Ese amor es el


verdadero secreto de todas las cosas. Ese amor puro,
terrible, necio, cruel, brillante, y trascendente.- dijo
Onichan.

191
Capítulo Cinco: Parte Seis:
Los 144,000 Reyes Sodomitas de Nagaloka

La llegada de Jesucristo a la tierra era inminente. Sus


profecías, cumplidas cuidadosamente por sus siervos en la
Tierra se estaban cumpliendo en todos los rincones de la
tierra, y solo los mas ciegos no podían verlo.

Tu abuela la bruja, estimado Nasrudin, poseyendo


fácilmente tu cuerpo durante horas y horas de diatribe
mental, prostituyendo sus talentos necrófilos para crear una
oda a la autodestrucción del hombre en la tierra, momia,
fantasma y finalmente, amiga tuya hasta la muerte … y
más.

Pero regresemos a Jesús, y sus profecías. Pues a Él lo


adoraron 144,000 “angeles” que vendrían con Él a su lado.
Y estaban ya en la tierra, ocupadisimos preparando las
copas de la ira del señor.

192
Y el buen Agua, apoyado por todos sus amigos, buscaba la
redención del hombre en su propio planeta, Nagaloka,
donde las cosas tenían un poco más de sentido, a pesar de
los apestosos zombis que destrozaron su ciudad.

Con las tres torres firmemente bajo su control en Ciudad


Kyczramzcak
.
En fin, la balacera estaba pánica.

Como devoto de Krsna, el Rey Agua por tentaba lo mejor


del vaisnavismo como rol y ejemplo para su pueblo, pero
su pueblo no se trataba de simples vaisnavas, como el. Se
trataba de diablos y demonios del peor tipo, ogros, brujas,
goblins y peor. ¿Y pues, como gobernar sabiamente a tales
“leales” seres?

En Nueva Sodoma, los sodomitas mandaron un misionero a


Ciudad Kyzcramzcak, un elegido llamado Jonas Dufflebag,
mitad orco. Dufflebag pertenecía al barrio de Los
Bigamistas, un grupo con numerosos y muy diversos
personajes que pertenecían a ese grupo de “pecadores”.
Había dejado su numerosisima familia a la merced de Yin y
Yang para poder venir a ciudad Kyzcramzack a
entrevistarse con el Rey Agua.

Agua quería más que nada dar corte y recibir a todos los
que deseaban verle, pero en ocasiones, se hacía imposible.
Y pues fue Fuego, el hombre dragón que recibió a Jonas.

Lo recibió en el piso justo antes del Penthouse de la Torre


Rosa. Se trataba de elegantísimas residencias particulares
para VIPs de la Torre. Su propia casa tenía el ignominioso
número 36-E. Pero después de pasar la puerta pesada y
dorada del lugar, lo que vio Jonás fue un extraño bosque
con numerosas plantas exóticas, criaturas raras y … las
paredes llenas de espejos.

193
-Hermoso lugar, Señor Fuego.- dijo Jonas.

-Es exactamente como mi refugio del Bosque Paleta.-


explicó Fuego.
-He venido, caballerosisimo amigo, para tratar de salvar mi
gente. Específicamente mi pueblo, el pueblo de los
Sodomitas, y a causa de ciertas profecías de ciertos sabios
en nuestra comunidad, necesito pedirle un favor a su Rey, y
espero que usted se lo pueda comunicar.-

-Tenga por seguro que lo hare, amigo.- replicó el reptiliano.

-La profecía, amigo es la siguiente: durante el fin de los


tiempos, 144,000 Reyes Sodomitas se unirán al Rey Agua,
Hombre Lagarto y le cantaran sin detenerse durante todo el
Juicio Final. Su canto será tan hermoso y cándido en su
amor por el Rey Agua, que se reconocerán a sí mismos
como adoradores de Jesús el Cristo por Jesús el Cristo
quien les perdonara la vida eterna. Y pues, estamos en
proceso de elegir 144,000 entre los nuestros para hacer
justamente esa tarea. Pero necesitamos pedirle al Rey Agua
que nos permite adorarle como nuestro Dios, el Señor
Krsna. Y eso, por necesidad en las profecías de los hombres
le causara tener que aceptarse Alfa y Omega de los
hombres.-

Fuego pensó fuerte en esto. Claro, en la Tierra, el Rey


Agua sería comprendido como el “anti-cristo” o
específicamente, Satán. Y ese papel le pertenecía,
finalmente al Señor Siva, que es, como Satán a Cristo, un
ser necesario para el Señor Krsna.
Le preguntaría cómo proceder a Su Rey.

194
Capítulo Cinco: Nasrudin
Parte Uno. ¿Verdad o Mentira?

Estimados lectores, como en algunos sectores de la galaxia,


este texto se considerara sagrado, y pues espero aunque sea
un hereje a quien pueda amar, permitidme el gust de
preguntarles si ¿esto que os he descrito aquí fue verdad o
mentira?

Las voces, las eternas voces de niños, amigos, algunos. Me


preguntan bastante lo mismo: ¿vale la pena la vida? ¿Los
mundos donde vivis, valen la pena? Sentado aquí, solo, en
mi oficina, comprendiendo la mente de cada uno de mis
personajes, pero descubriendo la mente del Rey Agua, cada
noche, como si por primera vez.

Tan inocente.

Tan terrible.

Asi como Nibor no puede fallarle a Minoreyna, así


se siente El viejo enano Grumps sobre Agua, Hombre
Lagarto.

195
No me consta que lo que está aquí escrito son
mariguanadas mías. La verdad es que los dados siempre
han hablado por sí mismos, y también el Rey Agua. Como
Ganesha lo hizo alguna vez para Vyasa.

En fin, el tiempo y el espacio dejan de tener sentido en


estas páginas. Los eventos ocurren fragmentados, caóticos,
extraños, como escenas de una película juntadas al azar.
Esto no es un error. Es exactamente como percibo la
realidad, y en el orden en el que la escribo.

Posiblemente, la razón es que esto todo relata con el fin del


tiempo, un evento que ocurre en Rasalandia, durante una
conversación entre Jesucristo y Krishna.

Y claro, hay que entender que El Rey Agua es varios seres


y Minoreyna es varios seres, y yo soy varios seres. No lo
puedo explicar de otra manera. Soy Nibor. Soy Nasrudin.
Soy Estego. Soy Grumps.

El Rey Agua es Rey Mysterio y Lava y Fuego. Minoreyna


es Pulpina, y todos somos otras cosas, lejanas, muy lejanas.
La búsqueda de la verdad es el trabajo verdadero del alma.
El alma regresa a su creador igual que el río al mar.
Entretanto, la creación aprende sobre sí misma.

Ahora, vamos a dejar Nagaloka por unos instantes y visitar


otro planetas, otro mundos, lejos, muy lejos. El propósito es
aprender, crecer, expandir.

196
Capítulo Seis: El Ojo

Parte Uno:
TeeAm y el Planeta Ojo

El Planeta "Ojo", visto desde el espacio, parecía eso


exactamente. Un gigantesco ojo azul.
TeeAm, un cíclope romántico y soñador, vio justamente eso
mirando por la ventanilla de su cuarto: un gigantesco ojo azul,
cruzando lentamente por la órbita del planeta "Lengua", que
era el otro planeta más próximo a su propio lugar de
nacimiento.

Su nave, "El Árbol de la Vida" llegaba al “Ojo” lleno de unos


bichos raros, Neo-Otyugh, por nombre, precedentes de un
planeta lejano. Se trataba de formas de vida que devoraban
feces, y pues, muy valiosos para la ciudad principal del "El Ojo",
una gigantesca metrópolis de cyclopes como TeeAm.
Esa, metrópolis, de nombre Saturno, en honor al peculiar dios,
es el lugar de origen del joven y apuesto ciclope.
Como toda nave de carga interespacial, "El Árbol" es gigantesco,
una pequeña ciudad en sí mismo. Viajar de una estrella a otra

197
no es fácil, y pues, el tamaño de la carga y su valor determina
los viajes.
Por eso, en el Planeta Ojo, todas las naves de cargo lucran
únicamente si son gigantescas, algunas, del tamaño de ciudades
pequeñas, muchas incluso más grandes, como lo es la ciudad
sumergida de Atlantida IV.

"El Árbol de la Vida" contiene espacio para 55,000 pasajeros. La


mayoría son tripulantes, empleados por el Capitán, que en su
nave se considera lo más cercano a Dios después del oxígeno
que respiran todos. TeeAm entiende este extraño poder por ser
el Capitán del Árbol de la Vida. Ha sido capitán casi toda su vida.
Su padre, RexMex fue Capitán antes que él, y el padre de su
padre, KarOm antes de eso. Fue KarOm que construyó el Árbol
de la Vida unos 300 años antes del nacimiento de TeeAm. Los
cíclopes viven cientos de años.

Como la mayoría de naves gigantescas, El Árbol de la Vida


parece, ni más ni menos, que una pequeña luna. Esto por fuera,
pero, claro, por dentro, la nave parece una isla enorme, en el
centro de la cual crece un árbol de dimensiones increíbles.
La fuente de energía de la nave se trata de un “Solar”, un ser
semidivino que se alimenta del Sol y conduce a todos
los cyclopes por el todo el universo, creando puertas
dimensionales a los lugares más remotos de la creación. El Solar
parece, exactamente lo que su nombre representa: osea un
pequeño sol.
Es una esfera luminosa, casi omnipotente, que flota lentamente
sobre su propio eje, en el centro de la gigantesca esfera de
piedra que es la nave. La existencia del Solar, del mismo nombre
de la nave, causa un fuerte brillo que nunca puede ser apagado.
Por esta causa, los cíclopes que habitan dentro de la nave se
ven forzados a dormir durante predeterminados momentos en
habitaciones cavernosas y oscuras para no enloquecer.

El Solar Árbol de la Vida es también el mejor amigo de TeeAm.

198
TeeAm venera al "Arbolito" como le gusta decirle. Al Arbolito es
como un Dios para TeeAm, pues durante décadas de viaje
espacial, su vida, su existencia y su salud mental dependen
enteramente del "Arbolito".
Pero Arbolito no cansa de recordar a TeeAm que seres
infinitamente más divinos y poderosos que el mismo existen a
través del universo, y que no debería ser tan idolatra. El Arbolito
no quiere que TeeAm le diga dios.

La voz de Arbolito llega a todas horas, sea cuando sea que el


Arbolito desea platicar con el Capitán de la nave que él anima, o
cualquier otro miembro o miembros de la tripulación que
necesita contactar.

-TeeAm, ¿has escuchado las noticias del Planeta Nagaloka? Una


guerra empezó ahí recientemente porque en Ciudad Paleta, la
metrópolis más grande, no le dieron permiso a un hombre
lagarto de colocar un templo a Krishna.- La voz de Arbolito era
dulce, como un río de miel.

-Manera segura de perder la cabeza.- dijo TeeAm. -Todos saben


que Krishna es muy poderoso entre los Devas, Nagas, y otras
razas. Ciertamente, hacerle enojar no es buena idea.-

-Pues ¿adivina quien es líder de la guerra contra Ciudad Paleta?-

-¿Quien?-

-El Rey Grumps..- contestó la voz melódica del mini-sol parlante.

TeeAm conocía bien las historias intergalácticas del terrible


enano tirano. Todos los gigantes, cíclopes, goblins y orcos del
universo temían y odiaban al viejo Rey de los Enanos.

-¿El genocida de los Gigantes de Hielo?-

-Tomó al joven hombre lagarto, que quiere construir el templo,

199
como su hijo adoptado. Aparentemente, ayudarle significa
saldar una vieja cuenta con sus viejos amigos, Jigolanthas,
Canción de Lluvia, y Xan. Son tres inmortales que crearon
Ciudad Paleta. Los enanos de Grumpslandia han declarado la
guerra contra Ciudad Paleta, y ahora van en camino a atacar. Se
dice que el Rey Grumps ha solicitado la ayuda de Rasalandia en
la guerra. Los minotauros son pacíficos, pero fuertemente
Vaisnavas, y seguramente aceptarán una guerra santa en
nombre de Krishna. Intento hacer un trato con Nueva
Vrindavan, pero los Nuevo Brinda Venes son estrictamente
adherentes al Ahimsa, y no pueden luchar. Ciudad Paleta ha
mandado sus propios dignatarios a solicitar que Rasalandia no
meta mano en la invasión.-

Nagaloka estaba muy lejos de "El Ojo" y no era preciso


preocuparse por los eventos en ese lejano lugar, pero el cosmos
tiene una tendencia a ser un lugar muy pequeño cuando los
Dioses se involucran, y un conflicto religioso, por pequeño que
fuera, podría literalmente destruir el cosmos si Krishna se
involucra.

200
Capítulo Seis: Parte Dos
Guia Turistica del Planeta Ojo

Planeta “El Ojo”


Guía Turística
Bienvenido Extraterrestre!
Si este es tu primera vez en nuestro hermoso mundo, o estás
regresando a nuestro planeta, bienvenido seas. La Secretaria de
Turismo del Gobierno Mundial del Planeta “Ojo” te damos la
bienvenida en nombre de todos los ciudadanos de nuestro
pequeño y feliz mundo. Esta guía está creada con la intención
de informarte a ti, extraterrestre, sobre nuestro mundo, nuestra
civilización, y en general, darte una vista grande de nosotros
como seres de consciencia. Nos da gran placer servirte y
esperamos que tu visita, por pequeña o larga que sea, sea de tu
agrado. Si estás pensando convertir “El Ojo” en tu nuevo hogar
en la galaxia, también eres bienvenido, y nos complacerá mucho
hacerte parte de nuestra familia planetaria.
Ubicación.

201
“El Ojo” es el quinto y más remoto planeta de un sistema solar
con cinco astros. Nuestros vecinos también están habitados, y
tenemos buenas relaciones con ellos, aunque nuestras
diferencias físicas y mentales nos hacen únicos en el sistema.
Todos los planetas en nuestro sistema solar, incluido el nuestro
somos miembros de la Federación Intergaláctica de Planetas,
donde contamos con una silla en congreso. Nuestro Sol es un
Enano Rojo y nosotros tenemos el clima más frío de todos
nuestros vecinos Nuestro océano está congelado todo el año, y
es eso que le da el helado aspecto blanco. Nuestro Sol es parte
de la Vía Láctea y es un vecino lejano del Sol del Planeta Tierra.
Sobre Nuestro Planeta.
Como ya mencionamos anteriormente, nuestro mundo está
congelado casi todo el año. Nuestro año dura 411 días, y
tenemos 2 estaciones básicas: verano y invierno. Otoño y
primavera duran solo algunos días, y no cuentan por mucho. El
invierno el Ojo dura 4 veces más que el verano. Durante el
verano, ríos de color sangre brotan a la superficie del Gran Mar
Blanco, pareciendo ser aparentes arterias y venas en el Ojo. Este
color es causado por ciertos organismos unicelulares que
aprovechan corrientes de agua caliente para su ciclo
reproductivo. Tenemos un solo gigantesco continente y está
enteramente cubierto con milenarios bosques coníferos.
Sobre Nuestra Sociedad.
Estimado turista, encontrarás que nuestra democracia, basada
en la antigua democracia ateniense del planeta tierra tal cual
creada por Júpiter mismo no solo es perfecta, pero es, para
todos los seres conscientes, un refugio de la tiranía que es tan
común en un universo lleno de tiranos planetarios.
Nuestra Presidenta Mundial, TeeRosa MacGowan ha creado un
servicio especialmente para aquellos de ustedes que quieren
hacer del Ojo un nuevo hogar. Nuestros servicios para
inmigrantes respetan no solo individuales de dos ojos, pero de
tres, cuatro y muchos. Sean bienvenidos, amigos de otros
planetas a nuestro pequeño paraíso. Ahora que el fin del tiempo

202
parece inminente por los eventos ocurriendo actualmente en el
Planeta Nagaloka, pueden buscar un refugio del Maha Pralaya
con nosotros, pues nuestros científicos están seguros que
nuestras naves y tecnología, la más avanzada de la galaxia, nos
garantiza sobrevivir el fin del tiempo.

Capítulo Seis: Parte Tres


TeeAm en Su Casa

En Ciudad Brontes, el invierno dura todo el año. para TeePam,


hijo único de TeeAm, eso significa quedarse en casa todo el año,
pues su condición, y su silla de ruedas no le permiten navegar
fácilmente en las congeladas calles de la ciudad cómodamente.
Claro, para TeePam, eso significa pasar un gran tiempo solo,
pues desde la muerte de su madre, su única verdadera
compañía es su gato, TeeAx, un gigantesco gato amarillo con un
solo ojo rojo y dos colas.

Su padre lo abandonó años a la vez. TeePam ya es un


adolescente, pero no se acostumbra a la vida solitaria sin su

203
madre, y como todavía está terminando la preparatoria, no
puede realmente ir a un lugar con un clima más cálido, como es
Ciudad Vulcano, o Ciudad Polifemo.

Parte de su problema es que no puede sostener amistades por


mucho tiempo. Los cíclopes jóvenes quieren estar afuera,
navegando sus turbo-patines de hielo, o sus platillos voladores.
Darle el tiempo a un inválido no sería muy divertido...
O eso cree TeePam, aunque en verdad muchos chavos de la
Prepa querían ser su amigo. Pero el más bien los rechaza casi
como reflejo. TeePam pasa grandes depresiones desde la
muerte de su madre. Ella murió hace solo un par de meses
atrás, y el hecho de que su padre no pudo llegar después del
accidente, aunque perfectamente lógico por la gran distancia,
se trataba de un hecho que TeePam no puede perdonar. Como
ama a su padre a pesar de todo, le causa gran conflicto.

Efectivamente, la ciencia moderna le otorga, por ejemplo, la


oportunidad de disfrutar de unas piernas artificiales biónicas,
pero TeePam las rechaza, prefiriendo su silla flotante, pues
quiere recuperar su sistema locomotor con el lento y difícil
tratamiento y horribles ejercicios necesarios para recuperar su
tejido propio después del accidente que también cobró la vida
de su madre.
Por esa razón, tiene que soportar la silla otros dos años más, y
toda su juventud en la Preparatoria la pasaría como un inválido.

Un chillido metálico anuncia la llamada de su padre, que acaba


de llegar a la órbita del planeta en su gigantesca nave, "El Árbol
de la Vida". TeePam flota hasta la sala principal, donde una
pantalla del tamaño de toda una pared se activa, mostrando
una imagen gigantesca de su padre, sentado en su silla de
Comandante de su nave interestelar.

-Hijo, ya llegue..- dijo la enorme imagen.

204
-Hola...- responde TeePam desinteresado.
Su padre ha estado fuera del planeta por casi un año en otro
viaje, y claro, aunque platican diario en la pantalla, no es lo
mismo. La soledad de TeePam es palpable. Igual que el eterno
dolor de la pérdida de su madre.

-Todavía faltan algunos detalles para dejar la nave en órbita


estática, pero debería estar en casa en un par de horas, no más.
Te quiero, hijo.-

-Si, lo se. Bien. Bueno ya me voy...-

-¿Mucho que hacer antes que llegue tu padre?-

-No le di de comer al gato.-

-TeeAx esta muy gordo. Hay que ponerlo a dieta.-

-No sabes nada de mi gato. Es feliz, y está saludable...-

-No hace nada. No sale a cazar ratones, o nada..-

-Tampoco yo.-

Capítulo Seis: Parte Cuatro

205
Los 3000
Satchitananda Das, enano aventurero y suertudo, que con el
pasar del tiempo encontró la clave del viaje en el tiempo y el
espacio, después de varios milenios de viaje, se encontró a sí
mismo, al fin de su vida, cansado y en busca de un hogar.
Tomó como sitio para su hogar la playas de Nevada en el año
3011, bastante después de el Gran Cambio, cuando la
naturaleza ya había recobrado para sí la belleza anterior a la
llegada del hombre blanco. Fundó su paraíso en las ruinas de
Las Vegas y escogió como su nombre Nuevo Amatlán.
El Gran Cambio del 2012 había convertido a Las Vegas, destino
desértico de los amantes del azar en una costa similar a la costa
del sur de California antes de la llegada de Cristóbal Colón.
El Océano Pacífico, que con gusto y buen sazón devoró
California, ya estaba a menos de una hora de viaje de Las Vegas,
que cuando los grandes terremotos llegaron, cayo como el
susodicho castillo hecho de cartas. El único edificio que quedó
en pie fue el Caesar's Palace, casino hotel de fama y belleza. En
mil años, se convirtieron sus muros en refugio de animales
salvajes, que una vez partido el hombre, llegaron rápidamente a
tomar su lugar.
“Computadora, dame un scan completo de formas de vida por
10,000 hectáreas a la redonda”. Dijo el enano a su nave
temporal/espacial.
“Trabajando” respondió la voz, femenina y sensual de la nave
Kali Yuga.
La Kali Yuga, nave espacio/temporal de Satchitananda tenía el
tamaño de un pequeño submarino, pero podía ser conducida
por un solo piloto. Su aspecto era de él de un puro cubano,
chanchito pero bien redondeado. Su color metálico reflejaba las
nubes y el cielo donde la nave flotaba alegremente, y por esa
razón, nadie que la quisiera ver con los ojos abiertos podría ver
más que una pequeña deflexión de la luz, casi invisible en la
mayoría de los casos.

206
“13,126 reses, 9,749 elefantes, 4,201 tigres y 78,190,145
formas de menor complejidad y tamaño como armadillos,
liebres y aves. No hay formas humanas ni humanoides”. Los
instrumentos de la Kali Yuga escanearon por posibles formas de
vida en la jungla abajo.
“Muchos bichos. Algunos peligrosos.”. Dijo el enano. Aterrizame
ahí, a 200 yardas de las ruinas del Caesars Palace.
“Trabajando”.
La Kali Yuga descendió lentamente hasta aterrizar suavecito en
una pradera muy grande y plana. Cubierta en pasto alto como
un hombre y con grandes pinos, cedros y uno que otro árbol
frutal, la pradera parecía el jardín de edén mismo. Quién
supiera que algún día, estas fueron las calles de Las Vegas. Una
que otra ruina asolada de algún hotel milenario dotaban la
pradera con curiosas estructuras. De estas, no había mas grande
ruina que la que alguna vez fue el Hotel y Casino Caesars Palace.
Satchitananda salió de su nave y pisó tierra firme. Fue la
primera vez en diez años.
Mirando el lugar salvaje y destrozado trato de imaginar el
apocalipsis bíblico que causó tal devastación a una metrópolis
tan enorme.
Pero desde este futuro tan lejano, el enano estaba
completamente a salvo del fin del tiempo. Cosa extraña, pensar
que viajando al futuro uno puede evadir el fin del tiempo, pero
el mero hecho de estar ahí, viendo las ruinas de “Las Vegas”
4,000 años después del conflicto crítico entre Jesucristo y
Krishna en el lejano planeta Nagaloka, Sat Chit Ananda Das
estaba a salvo.

207
Capítulo Seis Parte CInco:
Unas Conversaciones en el Barrio Rojo

Pthiss detestaba el Barrio Rojo. Como sacerdote de Set, se


consideraba bastante por encima de las encajeras lujurias y
apetitos perversos de los seres que gustaban de visitar el
notorio rincon bohemio de Ciudad Paleta. Pero en esta ocasión
estaba visitando con un ser sumamente sabio, un gran
hechicero humano, Maxwell McComic, conocedor de presente,
pasado y futuro, vidente, viajero en el espacio y el tiempo y
generalmente, un excelente jugador de ajedrez.

Su humilde hogar estaba "apachurrado" entre dos grandes


hoteles de más de diez pisos cada uno, por una parte el "Elfo
Cojo", notorio edificio élfico, creado mágicamente con árboles
entrelazados y moldeados con hechicería élfica, de bellas líneas
y hermosos vitrales, y por otra "El Luterano Perverso",

208
descomunal edificio de roca hecho por humanos y enanos, y
uno de los lugares más "decentes" en el Barrio Rojo.

El hogar de Maxwell parecía más la morada de una familia


amorosa que la guarida de un nigromante. Con un bonito jardín
lleno de flores amables y coloridas, árboles frutales, y la fachada
estilo teutónica tan común en algunos pueblos del planeta
Tierra del continente Europeo.

Pthiss se desliza fácilmente por la puerta principal, donde un


elegante cartel de madera anunciaba el nombre y título del
propietario: "Maxwell McComic, Hechicero". La puerta est
abierta, y Pthiss entra sin más ni menos.

Maxwell esta en su cocina, preparando el te.

-Llegas temprano, amigo mío.- dice el humano, filtrando el té en


dos tasas, una para humanos y una para reptiles.

-Me gusta ser puntual.-

-¿Como esta la esposa?-

-Imprescindible, como siempre.- la voz de Pthiss, con su extraño


acento reptil, jala las "s" muy alargadas y sinuosas. -¿Cuando
vas a engendrar pequeños humanos? ¿O tal vez algo más
exótico, como un mitad elfo, o mitad orco?-

-La crianza de niños no es de mi gusto, Pthiss, soy felizmente


ermitaño. No es necesario reproducirme para que mi vida tenga
sentido.-

-Pero hay pocos como tu en el mundo, Máx. Tu vida es


excepcional, y perder el material genético que impulsa tu
sabiduría y inteligencia sera una perdida triste para los Naga.-

-Me podrían clonar.-

209
-No es igual, y lo sabes.- Pthiss pertenecía a la raza de Naga, los
mejores geneticistas del universo, y creadores de numerosas
nuevas razas y especies a través de varias galaxias. Pero su
interés siempre fue religioso, no necesariamente genético o
científico.

-El punto es que me gusta ser único.- dijo Max, otorgando una
taza de té al reptiliano.
Pthiss y Maxwell se trasladan a la cómoda sala del mago, un
lugar repleto de libros en las paredes, libros, libros y más libros,
con unos muebles de cuero oscuro cómodos, hechos con
humanos en mente, pero también algunos colchones cómodos
destinados a otras especies menos comunes, como lo es Pthiss.

El hombre serpiente se acomoda en los colchones y toma


algunos tragos pensativos de su te. Luego agarra un libro que
está en el suelo, y lo ojea sin demasiado interés.

-En fin, me llamaste y he venido, y aunque tu compañia siempre


es grata, tambien me gustaria saber exactamente que te tenía
tan emocionado. Tu mensaje decía que algo estaba por ocurrir
de consecuencias cósmicas.- dice.

Maxwell se sienta en su sillón favorito y coloca su té en una


mesita en el centro de la sala. Mira fijamente a su amigo. Su
rostro está vagamente alucinado. Sus pupilas estan bastante
mas grandes de lo normal. Pthiss se pregunta mentalmente si
esta drogado.

-El fin del tiempo está por llegar al universo material, y el


evento que lo desata ocurre en Rasalandia.- dice Maxwell,
misteriosamente.

-¿Rasalandia? Pero si ahí no hay más que vacas y minotauros.-


dice Pthiss intrigado.

-Ya sabes, amigo, que mis viajes no son fáciles de recordar. Solo

210
tengo impresiones, visiones vagas y no conclusivas. Pero tu,
Pthiss, con tu espejo mágico puedes viajar al futuro y al pasado
sin problemas. Dime, ¿has viajado al futuro últimamente en tu
espejo?-

-Viajar al futuro es un asunto peligroso. Uno puede alterar la


realidad demasiado fácilmente si conoce los resultados de
eventos futuros, y es una tentación que no deseo tener. Los
Dioses que me dieron el espejo me lo otorgaron con la
responsabilidad de su uso adecuado, y no para prevenirme a mi
mismo en cosas que pudieran afectar el tablero de juego de la
realidad, Maxwell.- Pthiss se acomoda y deja el libro que estaba
ojeando en el suelo.

-Hace poco, invoque un portal al futuro, un futuro próximo,


pues buscaba la respuesta a un juego de la arena en el cual he
apostado una suma interesante.-

-Malamente, Max, eso es asunto peligroso, pues podrías


alterar...-

-No es el punto la apuesta, Pthiss. El punto es lo que he visto.-

-¿Qué viste?-

-El tiempo. El tiempo se detuvo.- Max hablo con un extraño


terror en su voz. Como si la memoria de haver visto el futuro le
pesara mucho.

-Muchos hechiceros saben cómo detener el tiempo por algunos


instantes. No es nada raro, Max.- dijo Pthiss.

-No, no fue cualquier hechizo, Pthiss. Hablo de un "fin" del


tiempo. Como si la creación entera se detuviera
momentáneamente y quedará tan solo como un tipo de dibujo
o retrato de la realidad, pero donde nada, y por nada digo...
todo... ocurría. Los pájaros se quedaban en medio aire, las gotas
de agua de lluvia nunca llegaban al suelo. El aliento de los seres

211
vivos ni salía ni entraba.. Todo.. se ... congelo.... El tiempo se
congeló, Pthiss. Y lo vi ocurrir en el Palacio de Rasalandia
primero.-

-Un mal viaje.- dijo Pthiss.

-Ojala y fuera tan simple, Pthiss. Pero vi a dos deidades


supremas en el palacio. Dos "dioses de dioses".- dijo el mago.

-¿Cuáles?- preguntó Pthiss.

-El Señor Krishna y el Señor Jesucristo.- replico Maxwell


pasmado.

-¿Que hacían?-

-Discutían.-

-Podría decirse que Krsna y Jesucristo son el mismo ser, por otra
parte, son avatares de sistemas teologicos muy distintos y el
conflicto entre ellos sería suficiente para detener el tiempo. Ese
conflicto podría, fácilmente ocurrir en Rasalandia, pues ahí hay
devotos de Krsna verdaderos, aunque no necesariamente son
humanos.- explicó el hombre serpiente.
Maxwell ascentio con la cabeza. Por el resto del rato, los dos
amigos pasan de un tema filosófico a otro, sin mencionar la
extraña visión del mago.
Cuando el reptil finalmente se va a casa, Maxwell se siente un
poco pesado. No se atrevió a compartir todas sus visiones con
Pthiss. En una de ellas, vio al Naga sacrificando su vida en el
planeta tierra para poder cumplir profecías bíblicas y dar luz
verde a las otras visiones que Maxwell logró tener.
El mago se da cuenta que el fin del tiempo es un asunto que
ocurre todos los momentos, en todos los tiempos. No es que se
puede decir que este u otro momento son “el fin del tiempo”
pues en ese evento, todos los otros eventos son participe. Pero

212
las razones detrás de ese evento conocido como “el fin del
tiempo” son como las gotas de lluvia que caen en el océano.

CAPÍTULO Siete Parte Dos:


El Infernal Laberinto de Huichilopoztli.
Estaba Jigolanthas el gnomo buscando pornografía infantil en
Tepito, un viernes por la tarde, cansado, erizo y necesitando
desesperadamente un baño, cuando un viejito, humano,
moreno, delgado y chaparro se le avecina calmadamente.
-¿Usted es Jigolanthas el gnomo, verdad?- dijo.
-Exacto. Y ¿con quién tengo el gusto? – respondió el gnomo.
-Huichilopoztli.- respondió el viejo con una pequeña alzada de
pecho causada por un pequeño suspiro.

213
Es lógico entender que un ser como Jigolanthas, eterno,
inmortal y siempre duradero conocía perfectamente al Dios
Azteca, pero los Dioses tienden a tomar formas indistintas para
pasearse indistintamente en el planeta tierra, y eso, claro, los
hace, de vez en cuando, difícil de reconocer.
-Majestad. Estoy a su servicio.- Respondió el gnomo, poniendo
su mano en su corazón.
-Gracias. Me gusta contar contigo. Y por ahí, platicar sobre mis
nombres entre los cristianos y musulmanes.-
-La pregunta en mi corazón, majestad, ¿es usted un ser único, o
porción de un ser más grande? Y claro, la pregunta la hago
desde el corazón de uno que conoce su nombre cristiano:
Satanás.-
-¿Cómo responderías tú esa pregunta, gnomo?- respondió el
viejito.
-Único.- el gnomo estaba nervioso. Tratar con seres como
Huichilopoztli podría costarle el alma, y lo sabía. Una respuesta
errónea, y todo podría terminar para el…
-¿Y por qué responderías así?-
-Por respeto.-
-Hace mucho, cuando mi pueblo todavía me daba su corazón en
las pirámides creadas para mi honor y culto, nadie quería
realmente darme sus hijos en sacrificio, pero aun así, lo
hicieron. Por Lucifer, ¿Que sacrifican sus siervos?-
Pero el gnomo entendió que Huichilopoztli no le había dado
respuesta su pregunta. Y la pregunta era de interés
absurdamente enorme para el curioso ser.
-Y pues, ¿Cuál es la verdad?- preguntó el gnomo.
-No te la voy a decir. Sí y no. Descúbrelo por ti mismo.- dijo el
viejecillo, y momentáneamente, él y Jigolanthas se
transportaron juntos por el tiempo y el espacio al infierno,

214
donde Satanás estaba disfrutando algunas perversidades
inconcebibles sobre los cuerpos de cristianos caídos.
El viejo diablo estaba, como de costumbre en una de sus formas
favoritas, piel roja, cola de dragón, alas de dragón, barba de
candado y cuernos. Estaba ocupado con un gigantesco vibrador
el cual estaba insertando en el ano de un creyente con tal
fuerza y destreza que la pobre alma perdida no podía más que
gemir en placer, dolor y lo que proceda de eso. Una larga línea
de almas perdidas, atadas en posiciones incómodas a un muro
interminable de piedra caliente.
Sin voltearse o dejar de hacer lo que estaba haciendo, saludo a
los recién llegados.
-Huitzi, viejo amigo… Gusto verte. ¿Y Jigolanthas, este es tu
primera vez en el infierno, cierto?-
-Eh… si, si lo es, ¿Majestad Satanás, presumo yo?- dijo
Jigolanthas perfectamente aterrorizado.
-Exacto. Tu pregunta filosófica merecía una respuesta
contundente, y creo que esto lo puede resolver. Pues de alguna
manera es la pregunta del “bien” y el “mal”, y por lo tanto
central a la realidad absoluta de lo que es importante para tu
alma…- dijo el cornudo.
Incómodo, pero suficientemente sabio para reconocer que aquí,
en el infierno, con el diablo literalmente platicando con el,
Jigolanthas, decidió que su pregunta había sido respuesta
satisfactoriamente.
-Entonces todos somos seres distintos, pero a la vez, los
mismos. Alfa y Omega somos todos, no algunos más que otros.-
dijo.
-Yo soy Huichilopoztli. Siempre he sido Huichilopoztli. Siempre
seré Huichilopoztli. –
-Yo soy Satanás. Siempre he sido Satanás. Siempre seré Satanás.
Y nuestras historias y leyendas son distintas, tan distintas como

215
somos nosotros mismos. Y ambos distintos de ti, Jigolanthas. Y
ahora, al grano, debemos detener al Rey Agua.-
Huichilopoztli encorvó sus brazos y sonrió agradablemente.
-Yo en eso no me meto.- dijo y desapareció.
Jiji no estaba muy feliz de haber quedado solo con Satanás en el
infierno. Satanás, por otra parte, siempre disfrutaba muchos
visitantes a su morada. Tanto así, que algunos no los quería
dejar salir. Pero claro, el asunto con Jigolanthas era distinto.
-Debo admitir que recuperar control de la Torre Rosa de las
manos de ese lagarto insensato es muy tentador, Majestad,
pero dígame, ¿cómo podríamos vencer a Krishna? –
Y momentáneamente, apareció el Señor Shiva acompañado por
el demonio Hiranyakashipu.
-Tiempo, espacio y conciencia. No hay muerte, pero tampoco
hay tiempo. Observad, amigos, al demonio Hiranyakashipu.
Como bien saben, fue derrotado por el Señor Nrisimhadeva
pero he viajado de regreso en el tiempo a recuperarle a nuestra
presencia. En este momento, está todavía meditando parado
sobre un solo pie con las manos en alto. Solo le he robado un
segundo, ni siquiera eso, pero con ese segundo robado, puedo
alargar su existencia a este momento y concepto temporal. Y
con eso es suficiente para que el cosmos se deshaga.- dijo el
Señor Shiva sonriendo.
-El problema, parece ser que en el momento en que Krishna y
Jesucristo pelean con dados, y Krishna gana, la maldad se acaba,
y pues no podemos ser malos ni yo, y tú, ni todos estos
demonios y reyes malditos.- dijo Jigolanthas, pensativo.
-Cumplir con el deber de uno mismo no es ser malo, pero no es
necesariamente ser bueno tampoco. Tú cumples con tu deber,
Jigolanthas.- dijo Satán.
-¿Y cuál es ese deber?- preguntó el gnomo.
-Ser un gnomo pervertido, claramente.- replicó Satán.

216
Más tarde en Tepito, Jigolanthas estaba tomando un rico café
con leche y comiendo unos tacos de cecina con huevo. Había
regresado del infierno hambriento, y pues fue a una fondita a
desayunar. Estaba considerando su extraño encuentro con tres
dioses terribles y temerarios de la tierra. Obviamente, su
pérdida de la guerra contra los enanos y la victoria del Rey
Agua, molestaba profundamente a todos los “villanos” del
universo. A través de su victoria contra Ciudad Paleta y su
democracia, el Rey Agua había desatado el apocalipsis zombi de
Jesucristo en Nagaloka, y ese pequeño detalle costaría nada
menos y nada más que el fin de los tiempos: es decir la
iluminación colectiva de todas las almas humanas en el
universo. Algo particularmente aterrador para cualquier
gnomo en su sano juicio.
¿Pero qué podría hacer?
El asunto todo se atoraba en un pequeño pedacito del futuro
perfectamente inescapable, donde Jesucristo, Minoreyna, el
Rey Agua, y Krishna llegan todos a Rasalandia a discutir el futuro
de la humanidad. Jesucristo quiere acabar con los humanos en
Nagaloka para comenzar el Juicio Final en la tierra. Ese extraño
encuentro en la ciudad de los minotauros culminaría con la
victoria de Krishna sobre Jesucristo y el fin del tiempo, pues
Krishna pondría al Rey Agua como soberano del universo
absoluto, y el Rey Agua terminaría con la dualidad que causa el
mal.
La gravedad de ese momento jalaba toda la existencia a una
conclusión irreversible. Y cuando algo es tan importante que
jala el tiempo y el espacio a su fin, también es notoriamente
difícil de detener.
Jigolanthas, habiendo visto el futuro, entendía perfectamente,
al igual que Satanás, que su tiempo se estaba
terminando. Simplemente no podía ver algo para detener el
tiempo. Pero siendo un gnomo, no podía rendirse. Y claro, algo
más se le podría ocurrir.

217
Capítulo Siete parte Tres:
UNA PLÁTICA ENTRE SATANÁS, LUCIFER Y EL REY AGUA

Int. El Trono del Rey Agua, Emperador del Universo – Ni dia ni


noche.
Están el Rey Agua, Estego, Lucifer, Satanás, y El Señor Shiva
sentados en el jardín del Pent-house de la Torre Rosa, la cual,
flota por encima de un universo de cristales.
ESTEGO
¿Dónde estamos?
SATANÁS

218
En el paraíso.

LUCIFER
No, en un guión. Un libreto.

REY AGUA
A decir verdad, en todo eso y más.

ESTEGO
¿Qué ha sucedido?

REY AGUA
Gane. No hay maldad, y hasta los
seres más terribles han sido
redimidos.

ESTEGO
¡Todo es cristal, todo es minerales!

REY AGUA
Todo es perfecto. No hay conflicto.
No hay maldad.

SATANÁS
Exacto.

LUCIFER
Es aburrido. Somos aburridos.

REY AGUA
Tú, Satanás, eres un gran y hermoso
Dragón Rojo que disfruta su
existencia y la existencia de todos

219
los seres vivos, y tu Lucifer, el ángel
más bello de Jehová.

ESTEGO
Porque un guión, Lucifer?

LUCIFER
Un acto creativo de un creador
voluntario de nuestras palabras,
nuestros pensamientos y actos en
justamente eso, un guión. Uno ni
siquiera bien escrito.

REY AGUA
Ah, pero ahí hay algo más, estimado
Ángel de Luz: un diagrama, un
esquema, de un Sueño, y si algo
hemos aprendido de esta aventura,
es que los sueños se comparten, se
divulgan, y se cumplen. Soy,
estimados amigos, el soberano
perfecto del universo perfecto,
dadas las leyes construidas por un
juego de dados entre un
muchachillo y su tío, ese día que
terminó el tiempo y resolvió el
espacio.

SEÑOR SHIVA
Es un asunto de absorber la
realidad, las deidades. Es como se
invoca al Señor Krishna, y ahí un
soberano que tiene derecho a
terminar el tiempo y el espacio en
un momento central del tiempo y el
espacio. Es despertar de Visnú es
real, y ocurre para muchos y para

220
pocos, ese día especial de la victoria
rotunda del Rey Agua, Emperador
del Universo Material. Todo se
cumple, todas las profecías y todas
las bendiciones. Y al final es esto: La
Paz.

REY AGUA
Y el amor.

221
CAPITULO FINAL:

DRAGONES Y CALABOZOS REY AGUA CAPITULO


FINAL

An original screenplay by
Robin Kaczmarczyk, Syami Stone and Nandadulal Ruiz
Stone

INT. CINTAMANI ASRAM - DAY.

The game table. ROBIN, SYAMI and NANDA are gathered


around the table, playing dungeons and dragons.

ROBIN

222
Cintamani Asram presenta: Las Aventuras
del Rey Agua, Hombre Lagarto.
Presentando a Syamakunda Ruiz Stone.

Syami hisses like a cat.

Syami
Tssss….

ROBIN
Nandadulal Ruiz Stone.

Nanda opens the fridge door.

ROBIN
El niño más enojado del
mundo. Y el tío malvado que
lo hace enojar todo el
tiempo.

Syami growls like a cat again.

ROBIN
No me gruña señorita. Okay, qué es lo que estaba
pasando en esta campaña? Ahí esta Slenderman.

NANDA
(VO) Syama Kunda sabe muy bien lo que estaba
pasando.

ROBIN
Quieres que… tu vas..?

NANDA
(VO) Tu vas a ser el resumen porque tu tienes la
bolsa.

ROBIN
El Maestro de Calabozos vas a ser tu o yo?

223
SYAMI
Soy yo y callate.

NANDA
Pero tu tienes la camara, si estas grabando has el
Resumen.

ROBIN
Jesucristo, Krishna, el Rey Agua, Minoreyna…
faltan..La Llorona, ¿No estaba la llorona ahi? … ah no ha
llegado todavía.. Tambien.. Llegan todos a Rasalandia
durante la apocalipsis zombi para discutir el futuro de la
humanidad. Jesucristo quiere acabar con los humanos en
Nagaloka para poder empezar la apocalipsis zombie en la
tierra.

Syami baja las escaleras con un par de muñequitas para


jugar en la mesa.

SYAMI
Ya esta creciendo mi pelo. ¿Cual usó?… Esta o
esta, porque

Suddenly, the universe ends. Time stops. Reality is rent


asunder and everything that you have ever known, thought
or imagined is forgotten forever.

Darkness. Nothing. The end.

INT. HOUSE – NIGHT.

An old man sitting at an old fashioned desk, writing in a


blue laptop, in the middle of a large room with a fireplace
and a piano, with just one floor lamp looks at the laptop
and smiles. Somebody is talking about “drow”. It’s not him.
He smiles.

ROBIN

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So, here we are, at the end of Novel. How odd. I
never finished writing the end of this novel. So I will
write it now. If you want to know the end of the
novel, check the video from which this script was
written. It’s there, on my YouTube
Channel.

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Postscript: Why the hell should I write it in Spanish?

Wow. I am getting ready to publish the fourth novel on this


series. WTF? And yet, an obsession is an obsession, and I
am already writing, as we speak the fifth novel. It’s been a
crazy, long trip. Wow.

My books tend to drop just about anybody who tries to


read them. Especially all the folks who really love me.
Some strange, disturbed souls think highly of my books. I
pity them. They are the most monumental mindfucks of my
twisted mind. Sorry. I hope I have not done too much
damage to the universe by my ramblings.

Oh, yeah. But I should try to explain why I write this novel
in Spanish. As you all know, the original novel, Las
Aventuras de Agua, Hombre Lagarto was a spanish
language effort and I was still learning how to write in
spanish, something I don’t feel I have conquered yet. And
frankly, as I was formally educated in english, when it
comes to writing, I feel far more confident of my skills.
Finally, in english, I have managed to win the respect of
my father and girlfriend.

But the original stories in this series were written in spanish


for the kids. So if I want to publish this in english, I am
forced to endure translating the entire novel, and that is
just too much dirty work. I hardly like to edit, how the fuck
am I expected to like to translate?

Oh well. The oldest work here is actually the “Om’Haha


Chronicles”, which I began, I believe, even before my
“Cuentos de Horror para Niños”, originally the Horror
Stories for Children. It could be argued that my first official
story (besides the one I dictated at 5 years of age) was
Earling and Elfrida.

Anyhow. English. Spanish. Who gives a fuck? Grab them


all by the pussy, folks. Usually, they grab us by the balls.

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