[go: up one dir, main page]

0% encontró este documento útil (0 votos)
346 vistas7 páginas

Calíbar Literatura Argentina

El grupo cultural Calíbar se formó en La Rioja en 1952 y tuvo tres etapas: 1) Formación y crecimiento (1953-1958) donde publicaron revistas y libros y organizaron exhibiciones. 2) Institucionalización (1958-1961) durante la cual abrieron escuelas de arte y un museo. 3) Terrorismo cultural (1962) donde artistas tuvieron que exiliarse para escapar de la persecución política luego de un golpe militar. Calíbar jugó un papel importante en promover las artes en su provincia.

Cargado por

Azuu Rodríguez
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
346 vistas7 páginas

Calíbar Literatura Argentina

El grupo cultural Calíbar se formó en La Rioja en 1952 y tuvo tres etapas: 1) Formación y crecimiento (1953-1958) donde publicaron revistas y libros y organizaron exhibiciones. 2) Institucionalización (1958-1961) durante la cual abrieron escuelas de arte y un museo. 3) Terrorismo cultural (1962) donde artistas tuvieron que exiliarse para escapar de la persecución política luego de un golpe militar. Calíbar jugó un papel importante en promover las artes en su provincia.

Cargado por

Azuu Rodríguez
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 7

Unidad III

Nuevos aires, nuevas ideas


El grupo Calíbar
(Párrafos extraídos de la tesis Cultura regional contemporánea: la poética de Ariel
Ferraro (1954-1960). Tradición y experimentación.
Autor: Juan Pablo Mercado-Licenciado en Letras-(2021)
Director: Dr. Tomás Vera Barros
Calíbar en la cultura de La Rioja
La periodización de actividad del grupo Calíbar tiene su origen en La Rioja en 1952
durante el gobierno peronista de Juan Melis (1952-1955) a lo que seguiría la
intervención federal de facto en el que pasaron varios gobernadores3 entre 1955 y
1958. En el breve retorno a la democracia al país, el radical Herminio Torres Brizuela
sería gobernador de la provincia entre 1958-1962. De acuerdo con Roberto Rojo la
trayectoria del grupo estuvo atravesada por el contexto de la Guerra Fría. Los de
Calíbar representaban el espíritu aventurero de Rimbaud y querían cambiar la vida a
través del arte. Los gobernadores Héctor Echenique (1962) y Manuel Fernández Valdés
(1962-63) contrarrestaban dicho espíritu apelando a la política McCarthy hacia el
activismo y el movimiento cultural como asuntos que corresponden a ideas
“izquierdistas” y “comunistas”. (p. 11)

El grupo nace de una rebelión contra el quietismo cultural que no es difícil de imaginar
por aquellos años en el noroeste del país y en La Rioja. Adoptan el nombre de Calíbar
mencionado en el Facundo (1845) de Sarmiento. Un gaucho traidor que era respetado
por su labor en los tribunales inferiores. Se dedicaba a rastrear a los prófugos de una
manera minuciosa donde el desacierto no tenía espacio. Afirma Sarmiento:

En llanuras tan dilatadas, en donde la senda y los caminos se cruzan en todas


direcciones, y los campos en que pacen o transitan las bestias son abiertos, es preciso
saber seguir las huellas de un animal y distinguirlas de entre mil, conocer si va despacio
o ligero, suelto o tirado, cargado o de vacío. Esta es una ciencia casera y popular (p. 41)

En efecto, el grupo Calíbar se presentaba con los ojos y todos sus sentidos en su tierra,
bien cerca de la greda y la cultura riojana. Establecieron como emblema un origami
con forma de pájaro que dejaban en todos sus actos, reuniones y estampaban en los
libros que publicaban.

El primer momento del grupo Calíbar siguiendo la corriente propuesta por el


historiador Roberto Rojo (2015) la denominamos como Formación y crecimiento
(1953-1958) donde el grupo empieza a formalizar sus ideas a través de publicaciones
literarias, muestras de artes, y tertulias. La segunda etapa de Institucionalización
(1958-1961) corresponde a la apertura del Instituto del Profesorado Secundario de
Artes Plásticas, y la Escuela de diseño y técnica artesanal. Asimismo, la gestión de
Carlos Cáceres, como director de la Secretaría de Cultura y la de Miguel Dávila, director
del Museo Municipal de Bellas Artes, serían un éxito. El último momento de Calíbar se
titula Terrorismo cultural (1962) que marca el exilio de varios artistas para salvarse de
la persecución política efectuada tras el golpe cívico militar de 1962 encabezado por
las Fuerzas Armadas al presidente radical Arturo Frondizi.

El ingreso de la vanguardia y las tertulias al territorio riojano encuentran su lugar en


este grupo. La celebración en 1950 del “Primer salón anual de arte de La Rioja: Joaquín
Víctor González”, remueve la molicie provinciana al introducir la problemática de la
necesidad cultural. La comisión municipal ―encabezada por Ángel María Vargas―
gestiona la organización del evento, donde se exponen las obras de artes de alcance
nacional. En él se presentan y seleccionan trabajos de artistas como: Antonio Berni,
Raquel Forner, Fortunato La Cámera, Miguel Ocampo, entre otros. Este hecho histórico
representa el principio de una ola cultural que cubriría por completo La Rioja. La
proyección de este movimiento tendría lugar durante la década del ’50, esencialmente
el motor de estas actividades estaría liderado por quienes conformaban Calíbar y
llevarían a cabo sus proyectos: la editorial, la revista, la galería de arte y el Instituto del
Profesorado de Artes Plásticas enriquecerían este periodo.

El mentor del grupo fue Ariel Ferraro y lo componían artistas como: Pedro Herrera;
Carlos Alberto Lanzillotto; Carlos Mario Lanzillotto, Eloy López; María Arguello, Mario
Aciar, José Paredes, Ángel María Vargas, Pedro Molina, Ramón A. Soria, Miguel Dávila,
Carlos Cáceres, Alfredo Portillos, Arturo Ortiz Sosa, Luis Zalazar Johnson entre los más
destacados.

Formación y crecimiento:

El inicio calibariano está marcado por la presentación del primer y único número de la
Revista “Calíbar” publicado en 1954. El manifiesto titulado “Justificación y presencia”
escrito por Ramón Eloy López, trata de fortalecer la idea sobre la búsqueda de una
estética auténtica a propósito de la historia, geografía y cultura riojana:
Sabemos que La Rioja tiene en su fisionomía social, histórica y telúrica, infinidad de motivos
que inspiran y mueven la creación artística. Por ellos deseamos que nuestros poetas, pintores,
músicos, grabadores, escultores, etc., sean auténticos testimonios de ese espíritu. Que cuando
se escriba un poema, sea un auténtico poema {…} Estamos muy lejos de Buenos Aires para ser
tangueros más aún en el siglo XIX para ser llorones, pero si estamos muy cerca de nuestra
tierra y en pleno siglo XX. El problema y el anhelo son lo mismo en cualquier aspecto de la
creación estética. Nos ahogan los ismos y anhelamos una plenitud de autenticidad eso es todo
(López, 1954).

El otro factor indispensable para consolidarse como grupo fue la fundación de la


Editorial Calíbar en la que publicaron: Serenata de greda (1954) de Ariel Ferraro,
Silencio encendido (1956) de Pedro Herrera; El color del silencio (1958) y Constitución
del silencio (1962) de Carlos Alberto Lanzillotto; La parábola y el hombre (1962) de
Ramón Eloy López. Y para promover las artes plásticas organizan La Galería Calíbar,
que inicia sus actividades con las muestras de Pedro Molina y Luis Zalazar Johnson en
agosto de 1955.

Institucionalización
Según Luis Orecchia (2003) la inauguración del Instituto del Profesorado de Artes
Plásticas en 1958: “Era la construcción de una sociedad en la cual la cultura y las artes
ocupasen el lugar que les correspondía, en las que todos pudiesen crecer
espiritualmente y eso requería cimentar el Instituto de Artes Plásticas”. El rector Mario
Aciar expresa este logro como fruto del grupo Calíbar en el discurso de apertura. Ariel
Ferraro da inicio a la clase inaugural de Historia del Arte. Y Carlos A. Lanzillotto agrega
que es la primera institución de enseñanza superior de La Rioja con planes y programas
especializados en la enseñanza del arte.
El Museo Municipal de Bellas Artes bajo la dirección de Miguel Dávila se aboca a la
tarea de recuperar las obras que constituían el patrimonio del museo, dispersas en
instituciones provinciales y en residencias particulares en 1958; organizan muestras y
exposiciones temporarias para que fueran creando en la sociedad la necesidad de
participar en el conocimiento de obras artísticas provinciales, nacionales y del
extranjero.
Se crea el Departamento editorial del Estado con la dirección de Ariel Ferraro, en el
que fijan el objetivo de la publicación de obras inéditas o agotadas de autores riojanos
relacionados con el acervo cultural de la provincia. Y Carlos Cáceres, director de la
secretaría de cultura, cambia el panorama del teatro riojano con la Escuela de Teatro
Experimental, el dramaturgo Cesar Torres detalla sobre el mismo:
“Con el seminario de teatro comienza a aparecer en el medio teatral riojano el actor
introspectivo en el llamado teatro de culto” (Orecchia, 2003, p.127).
Se lleva a cabo la “Muestra del libro riojano” y se constituye una comisión honoraria
para estudiar un proyecto de creación de un Museo provincial de monumentos y sitios
históricos. Además, Cáceres pone en función el Conservatorio Provincial de Música,
del cual Daniel Moyano formaría parte y mantiene una relación activa con el Fondo
Nacional de las Artes. (p. 16)
Terrorismo cultural
Sin embargo, este impulso creativo va decayendo ante el derrocamiento del
presidente radical Arturo Frondizi, bajo el golpe cívico-militar de las Fuerzas Armadas
en 1962. El gobernador riojano Héctor Torres Brizuela, quien supo acompañar en
buenos términos a los artistas calibarianos, renuncia y el jefe del regimiento 15° de la
infantería toma posesión del mando de la provincia.
El sacerdote Felipe Pelanda López (Secretario de instrucción pública) declara la lucha
contra la hipotética infiltración de ideologías extrañas, comunista e izquierdista.
Refiriéndose a todos los miembros de la comunidad que se relacionaran con el grupo
Calíbar. En consecuencia, el capitán Fernando Chercoles reemplaza a Ariel Ferraro en
el Departamento Editorial del Estado hasta concluir en la disolución del mismo
(Orecchia, 2003).
La impronta militar se hizo camino para la destrucción simbólica y concreta del grupo
Calíbar. El avasallamiento que padece el Instituto del Profesorado de Artes Plásticas
termina por confirmarlo. El Mayor Víctor Oscar Mera interviene el profesorado como
rector, excluyendo a Mario Aciar bajo la circunstancia de reorganización de la
institución. A lo que Ricardo Mercado Luna expresa su malestar contra el fortuito golpe
a la ciudadanía riojana:
Expresa un atentado contra la libertad de cultura, se trata de atropellos arbitrarios e insólitos
asestados a la cultura de La Rioja. Ahora destacan a un militar, que por lo que ha trascendido,
no se trata de un plástico ni de un profesor con título habilitante para el desempeño de las
funciones de rector interno (Orecchia, 2003, p 181-182).

Podemos interpretar la interrupción del profesorado como el desmoronamiento de la


gestión y producción del grupo Calíbar. El auge cultural decae desde 1962 en adelante,
atravesados por la expansión de la política macartista de los interventores militares.
Por entonces, Ariel Ferraro llevaría una vida de bajo perfil, en el relato de Roberto Rojo
(2015) leemos:
Vivía en su escritorio de la casa de la calle 25 de mayo, entre libros que leía y releía. Se
comunicaba con gente de todo el mundo y recibía publicaciones, revistas y libros de todas
partes. Su casa era un punto de encuentro con las letras y el arte (p, 78).

En este contexto histórico-cultural se publicaron los dos primeros poemarios de Ariel


Ferraro: Serenata de Greda y La Rioja Innominada. Esta última, es la obra que
consolida la poética de Ariel Ferraro en relación con una búsqueda estética a
semejanza de la cultura riojana como producto del grupo Calíbar. (p20)
Ariel Ferraro
José Humberto Pereyra (1925-1985), cuyo seudónimo fue Ariel Ferraro, es un escritor
nacido en la localidad de Corral de Isaac en el departamento General San Martín de la
provincia de La Rioja. En 1942, el joven poeta con diecisiete años, abandona la escuela
secundaria para viajar y radicarse en Buenos Aires, donde afronta distintos trabajos
para subsistir y debe cumplir el servicio militar obligatorio.
Pasa la década del ’40 en la principal metrópolis de Argentina hasta que a principios de
los ’50 regresa a la capital de La Rioja para trabajar como periodista en el diario “La
Gaceta Riojana” y cambiar la realidad cultural que atravesaba la provincia. Funda junto
a otros jóvenes artistas el grupo contemporáneo Calíbar, en el cual profundizan el
ingreso de la vanguardia y la tertulia.
En 1976 están obligados junto a su compañera de toda la vida, Ana Rosa Lanzillotto, a
exiliarse en Madrid, España por los horrores de la dictadura cívico-militar. En este
periodo destacamos el siguiente testimonio de la esposa de Ariel Ferraro:
Los sietes años en Madrid fueron una época serena a pesar del exilio. Ariel daba clases en el
colegio Ciudad de los Muchachos, de los padres asuncionistas; publicaba poemas y crítica
literaria en las principales publicaciones del medio; integraba un grupo de elenco de teatro y
un grupo de poetas; colaboraba en el Aula de Cultura de Vallecas, ese querido barrio que nos
cobijó. Le habían puesto en escena dos obras teatrales. Ganó un premio en un concurso
poético de Bilbao (Rojo, 2015, p 94).

Con el regreso de la democracia en 1983, Ariel Ferraro y su familia toman la decisión


de volver e instalarse en Buenos Aires, donde fallece en 1985. Continuando con el
relato de Ana Rosa Lanzillotto afirma sobre la vuelta:
Cuando se acabó la dictadura y se planteó la vuelta a casa, él no estaba decidido, pero la
familia lo arrastró. Ya no sabía vivir solo. Nunca se encontró bien en el país de regreso. Parecía
que no había lugar para él. Quizás por eso, aun año de llegar, se murió (Rojo, 2015, p 94).

Se licenció en Ciencias Religiosas en el Instituto superior de Ciencias Religiosas y


Catoquitas de Madrid de la Universidad de Salamanca (España, 1984).
Publicó los siguientes poemarios Serenata de greda (Calíbar, 1954); La Rioja
innominada (Edición del autor, 1960); La música secreta (Cedro azul, 1962); Visitación
a Marc Chagall (Proefiles poétiques des Pays Latins, 1964); El rabdomante (Losada,
1966); Antepasados del insomnio (Losada, 1966); Las aventuras congénitas (La verde
rama, 1975); Ceremonial para arqueólogos ebrios (Comunicación literaria de autores,
1983).
Fue reconocido por diversos premios y distinciones, nacional e internacionales: Lauro
de Plata por la academia Di Pontzen (Nápoles, Italia, 1966); Primer premio en
Certamen Internacional “Calvina Tersaroli” (Terni, Italia, 1966); Primer premio en el
Certamen Internacional de poesía americana de vanguardia, revista “El
contemporáneo” (Buenos Aires, 1967); Mención honorifica en el XXIII Certamen
literario Internacional de Poesía, circuito de escritores y poetas de New York (1982);
Certificate for exellence, en Alternative Poetry, American poetry society por el poema
“El espantapájaros” (University of Colarado,1982).
Fue miembro de la Sociedad Internacional de Críticos de Arte; y de la Academia Argentina
de Historia, Ciencias y letras “Don Faustino Sarmiento”.

La repercusión de la obra poética de Ariel Ferraro es intermitente pero reconocida por


colegas del mundo literario. El poeta riojano, a su modo, supo ser protagonista en la
literatura del noroeste de Argentina, siendo parte del grupo Calíbar y publicando su
obra a lo largo de tres décadas.
El atributo de adversidad que carga la literatura de “las provincias” (Demaria, 2014)
convergen en su situación geopolítica, dada la separación que perdura históricamente
en la Argentina entre la literatura de Buenos Aires y las provincias. La superioridad
económica que gira en torno a la región metropolitana en comparación con las
provincias es inevitable. Pues, esa es la realidad que tuvieron que afrontar los
escritores del interior del país, y en nuestro caso, Ariel Ferraro.
Explorar la historia de la regionalización de la literatura, nos permite unir y conectar la
obra de Ariel Ferraro como parte del concepto de literatura argentina que según Pablo
Heredia (2003) se compone y se refiere especialmente de las culturas de las regiones,
desde un mapa cultural en que se cruzan componentes étnicos, lingüísticos y
regionales. Pues, este panorama de escritores provincianos intenta poner en contacto
la poética del escritor riojano bajo el concepto de literatura argentina que confluye con
la postura regionalizada que revisa la constitución de los cánones literarios argentinos.

Serenata de greda (1954)


Imposición de la greda
Con la claridad alta que me da la distancia
Yo volví a los caminos que de ti van y vienen,
Y fundí las memorias que van de tus leyendas
Hasta tu pie presente
De unidad verdadera.

Estuve como un huésped


Caído sobre el tiempo,
Sin noción del color, de la sed ni del sueño;
Tan sólo me asistía la idea enamorada,
Y el aire servicial
De tus profundas cosas.

... Ah ¿que cómo venía?


¡No me pregunten, no!
El pájaro no sabe de músicas y canta.
El hombre no adivina dónde nace el desvelo.
Creo que fue la angustia que madura horizontes
La que me trajo sí, este impulso de greda,

De los nidos de sombra


Donde nacen y mueren las altas primaveras,
O de sus lentos llanos
Donde el tiempo se ordena bajo la voz del cielo.

De allí esta serenata ritual y valedera,


Que quiero modelar
Grata como la albricia.

Que arda fuerte en mi voz,


Como un cruento deseo.

También podría gustarte