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El gauchito Gil 45
EL GAUCHITO GIL
De llamaba Antonio este correntino. Y era
apenas un gauchito cuando se enamoré de aquella
muchacha. Mala suerte: el comisario también le
habia echado el ojo. Pero ella prefiri al gauchito.
Mala estrella: el comisario lo entré a perseguir co-
mo si fuera criminal. Hasta que lo encontr6. Y fue
en la pulperia’.
—jEh, vos, mocito! —lo apuré.
Pero el mocito no era lerdo y le hizo frente, fa-
con’ en mano.
El comisario desenvaindé también. Y se trenza-
ron. Uno era hombre de experiencia; el otro, mozo
de habilidad. Y en un momento de descuido, el cu-
chillo del comisario cayé al piso. El gauchito pudo
matarlo ahi nomas, pero duds. Le perdoné la vida.
Lastima que el otro segufa siendo el comisario,
1 Almacén y bar de campo.
2 Cuchillo grande, recto y puntiagudo,44 Iris Rivera
En nuestro pais, luego de Jas luchas por la indepen-
dencia, hubo una serie de guerras entre dos bandos politi-
cos: los unitarios y los federales. A los primeros les decian
los “celestes”; a los segundos, los “rojos”. Como siempre
sucede en las guerras, estos enfrentamientos entre herma-
nos fueron también una excusa para que aparecieran las
peores cosas del corazon humano: la envidia, el odio y el
abuso de poder. En medio de toda esta violencia, se desa-
rrollé la historia de la vida del gauchito Gil. De eso habla
el relato que van a leer. Y también de por qué hay tantas
personas que piden al gauchito Gil para que les conceda
un milagro.46 Iris Rivera
y ahora tenia una excusa: el gauchito se le habia de-
sacatao®. De aht en adelante lo persiguié con mas
encono. Por atentar contra la autoridad. Asi fue co-
mo al gauchito le nacié la mala fama de tener lios
con la policia.
Cuando se armé la guerra con el Paraguay, el
gauchito, como tantos otros, se alisté como solda-
do para tener ocupacién. Y estuvo alla, peleando
como cinco afos, hasta que la guerra se acabé. En-
tonces volvié al pais.
Pero acd se encontré con otra guerra. Celestes
contra rojos. Argentinos todos, pero en guerra.
El gauchito era rojo de pensamiento y de pa-
fuelo. Un dia lo quisieron reclutar. A la fuerza...
porque él se resistio. No iba a pelear contra sus
compatriotas: eso, nunca, Y no le qued6 otra que
hacerse desertor' junto con varios de su misma
idea. Y asi anduvieron nomas, escondidos en el
monte, escapados.
8 Por “desacatado”, el que no acata el mandato de las autoridades.
4 Haldado que abandona el servicio a su bandera.El gauchito Gil 47
Cosa grave era esa. Por aquel tiempo, se paga-
ba con la vida.
La gente entré a comentar que se habian vuel-
to bandoleros, Otros decian que robaban, si, pero
solo a los ricos y para repartir entre los pobres.
Se hablaban muchas mas cosas del gauchito.
Que habia curado a este y sanado a aquel, por
ejemplo. Y con solo imponerles las manos. Y que
tenia en los ojos un poder magnético. Y que colga-
ba de su cuello un amuleto de san la Muerte’ que
lo protegia del mal,
Asi se iba ganando cierto respeto y hasta cier-
to temor, el gauchito. Hasta que una patrulla lo en-
contré. Y no hubo san la Muerte ni magnetismo
que le valieran.
—Y vos, por qué desertaste? —le preguntaron.
—Nandeyara se me ha aparecido en suefios
~dijo el gauchito—. Y me ha dicho que no hay
que pelear entre gente de la misma sangre.
5 Culto extendido en las provincias del Noreste. A san la Muerte se
le pide por proteccién y para que haga volver las cosas perdidas,48 Iris Rivera
jNandeyara? ZEl dios de los guaranies? El sar-
gento a cargo no le creyé. Y decidié trasladarlo a
Goya para que lo juzgara un tribunal, a ver si me-
recia la muerte o no.
Pero, mientras iban de camino, los vecinos del
lugar empezaron a juntar firmas para que el go-
bernador lo indultara®. Pensaban que el gauchito
era un buen hombre y lo querian libre.
Claro que esto de las firmas empez6 a poner
nervioso al sargento a cargo. Ya casi llegando a
Mercedes, resolvid:
— Qué tribunal ni tribunal! Yo digo que a este
gaucho desertor lo matemos aca mismo.
—No me matés, sargento —dicen que dijo el
gauchito—. No me matés, que la orden de mi per-
dén esté en camino.
Pero los soldados ya lo habjan tirado al suelo,
debajo de un algarrobo, y, sin mirarlo a los ojos, le
habfan atado los pies con una soga larga. La pasa-
ron por encima de una rama y lo izaron de mane-
ra que qued6 cabeza abajo. Para que no pudiera
usar el poder de su mirada y para que el payé’ de
Le perdonara el castigo que se le habia impuesto,
? Brujeria, hechizo.Elgauchito Gil 49
san la Muerte, que nadie se animé a quitarle, no
pudiera actuar.
Entonces, cuando el gauchito se vio cabeza
abajo, le dijo a su verdugo:
—Vos me vas a matar, sargento, Pero cuando
llegués a Mercedes, te van a entregar la orden de
mi perdén. Y eso no es nada: también te van a de-
cir que tu hijo esta muriendo de mala enfermedad,
El sargento no lo miraba.
—Vos no me creés, sargento. Y me vas a matar
igual. Pero, cuando llegués a Mercedes, vas a saber
que mi sangre es inocente. Y va a ser tarde para
que me salvés, Pero salva a tu hijo al menos, Acor-
date de mi nombre, invocame. Porque la sangre
inocente hace milagros.
Como bien decia el gauchito Gil, el sargento no
le crey6 palabra y ordend a los soldados que dispa-
raran. Pero dicen que las balas rebotaron en el san
la Muerte y no entraron en el cuerpo del gauchito.
Entonces, enardecido, el sargento desenvaind su
cuchillo, Y lo us6.
La sangre del gauchito Gil mojo la tierra. Y alli
qued6 colgado el cuerpo, sin sepultura, en tanto la
patrulla recorria el camino que faltaba para llegar
a Mercedes.imentos Chatarra, comida
agree y OBES Dy
En la ditima década la prevalencia de obesidad se ha
incrementado drasticamente en todo el mundo, con-
sideréndose como uno de los problemas de salud pu-
blica mas graves, en especial durante la infancia y
adolescencia
Una situacién muy importante en el origen de este
fenémeno de salud es el creciente consumo de comi-
da rapida quiz debido a la facilidad de acceso a la
misma, los costes, el sabor, las opciones del meni y
facilidad de preparacién y transporte.
A diario, aproximadamente el 30% de los nifios
50% de los estudiantes de universidades consumen
comida rapida; y es precisamente el incremento en el
consumo de este tipo de alimentos uno de las facto-
res causales mas importantes en la epidemia de obe-
sidad.
éPor qué el consumo de comida répida se considera que afecta la salud?
Para contextualizar, la “comida répida” se define como una
comida adquirida por lo general en tiendas de autoservicio 0
que se obtiene de lugares para comer sin servicio de espera;
el término va de la mano con la “comida chatarra”, la cual se
refiere a aquellos alimentos con bajo valor nutritivo, pero
que contienen grandes cantidades de azuicares, grasas 0 hari-
‘nas, como por ejemplo, los refrescos, pasteles, dulces, bota-
nas 0 cereales refinados.
i @&Mi plato saludable
eo quinod i
ponsumo de
Euontne mes vere
yeredad major =
jerpomda
oteinas saludabies
ciniiinnmdida:
Fannge pascocioa aves
Aceite
SSS
An ocGites foWeRhion come a
AL econ
laquinibr
y queso. lInnita Ins a
procasnoics
Aenite cle clive50 Iris Rivera
Al entrar en la ciudad, el sargento recibié a la
vez las dos noticias: el gauchito habia sido indul-
tado y su propio hijo agonizaba.
Sin desmontar, regres6 a todo galope al lugar
donde habia derramado aquella sangre inocente.
Descolgé el cuerpo Ilorando, y lorando le dio se-
pultura. Y persignandose invocé el nombre del
gauchito Gil. Le pidié perdon y le rogé para que
Dios no se llevara la vida de su hijo.
Dicen que, de regreso a Mercedes, con el alma
en un pufio, el sargento encontré al chico milagro-
samente sano. Dicen también que entonces corté
unas ramas de fiandubay* y form6 una cruz que
clavé en el lugar exacto donde la tierra se bebié la
sangre del gauchito Gil.
El primer viajero que se detuvo alli colgé de la
cruz un trapo rojo, el color del pafiuelo del gauchi-
to, el del partido federal.
Al tiempo se supo que la sepultura habia que-
dado en tierras de una familia “importante”. Y es-
8 Arbol de madera rojiza y muy resistente.52. Tris Rivera
ta gente no quiso saber nada de que “ese gaucho
bandolero” descansara alli. Y, mucho menos, que
“el pueblerfo” se juntara a rezarle justamente den-
tro de sus tierras. Movieron influencias en el go-
bierno y consiguieron que trasladaran el cuerpo al
cementerio de Mercedes.
Entonces el pueblerio empez6 a murmurar que
el gauchito se iba a vengar por esa ofensa.
Sise veng6 0 no, no es el caso. El caso es que la
familia empez6 a perder fortuna y salud... hasta
que al padre lo atacé un remolino de locura. Y pa-
rece que ahi fue cuando alguno de ellos dijo: “Me-
jor traigamos de vuelta al gauchito”. Y lo trajeron
al lugar mismo de donde lo habian sacado. La fa-
milia, entre arrepentida y aterrada, le levant6 un
monumento para desagraviarlo’ mejor.
Si lo desagraviaron o no, no es el caso. El caso
es que les empezé a volver la salud y también la
fortuna.
Claro que lo que volvié ademas fue el pueble-
rio, La caravana de devotos del gauchito, hasta el
dia de hoy, le sigue dejando trapos, pafuelos, ban-
deras y estandartes rojos. Velas rojas y rojas flores
9 Reparar la ofensa que se le hizo,El gauchito Gil 53
para el gauchito del pueblo. Y placas de metal con
inscripciones, en namero incontable.
Asi lo recuerdan y asi le agradecen por los tan-
tisimos milagros que le piden y é| les cumple, se-
gun dicen, generosamente.
También estan los viajeros que no creen mu-
cho, pero igual, cuando pasan frente al santuario,
detienen el auto un rato... por las dudas. O, si si-
guen de largo, al menos lo saludan tocandole bo-
cina. No sea cosa que el gauchito se ofenda y les
alargue el viaje con una serie de inconvenientes 0,
lo que es peor, que les suceda algiin percance en el
camino. Algtin percance fatal.