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Paso 11: Oración y Meditación en N.A.

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los doce pasos

par a la recuper aciÓN

PASO 11º
los doce pasos
par a la recuper aciÓN

PASO 11º
nos vemos
de lunes a domingo
a las 7:00 pm
lectur a & compartimiento

https://us02web.zoom.us/j/83538527918
LOS DOCE PASOS SUGERIDOS DE
NEURÓTICOS ANÓNIMOS
1º) Admitimos que éramos impotentes ante nuestras emociones y ya
nos era imposible manejar nuestras propias vidas.

2º) Llegamos al convencimiento que que sólo un Poder Superior a


nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.

3º) Decidimos poner nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de


Dios tal como nosotros lo concibimos.

4º) Sin ningún temor, hicimos un minucioso inventario moral de


nosotros mismos.

5º) Admitimos antes Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser
humano, la naturaleza exacta de nuestras faltas.

6º) Estuvimos dispuestos a que Dios eliminase todos estos defectos


de carácter.

7º) Humildemente le pedimos a Dios que nos librase de nuestros


defectos.

8º) Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos


ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les
causamos.

9º) Reparamos directamente a cuantos nos fué posible, el daño que


les habíamos causado, salvo en aquellos casos en que el hacerlo,
perjudicaría a ellos mismos o a otros.

10º) Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando


nos equivocamos lo admitimos inmediatamente.

11º) Buscamos a través de la oración y la meditación, mejorar


nuestro contacto consciente con Dios tal y como lo concebimos,
pidiéndole solamente que nos dejase conocer Su Voluntad para
con nosotros y nos diese la fortaleza para aceptarla.

12º) Habiendo experimentado un despertar espiritual como resultado


de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a otros neuroticos,
y de practicar estos principios en todos nuestros actos.
NEURÓTICOS ANÓNIMOS

UNDÉCIMO PASO
Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro
contacto consciente con Dios tal y como lo concebimos, pidiéndole
solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y
nos diese la fortaleza para aceptarla.

La oración y la meditación son los principales medios que


tenemos para comunicarnos conscientemente con Dios.

Nosotros los N.A., somos gentes activas, gozando de la


satisfacción de enfrentarnos a la realidad de la vida, generalmente por
primera vez en nuestra existencia, y tratando de ayudar al próximo
neurótico que encontremos. Así es que no es raro que tengamos la
tendencia a menospreciar la meditación y la oración, como si fueran
innecesarias en realidad. Sí sentimos que es algo que puede sernos
útil para cuando se nos presente una emergencia eventual, pero al
principio la mayoría de nosotros suele considerarle algo así como una
misteriosa maña de clérigos de la que podemos derivar beneficios de
segunda mano. O tal vez no creemos en nada de esto.
Para algunos de los recién ingresados y para los que fueron
agnósticos que todavía se aferran a la idea de que el grupo N.A.,
es para ellos su Poder Superior, la fuerza de la oración, a pesar de
toda la lógica y de la experiencia que la comprueba, sigue siendo
algo que no los convence y a lo que ponen reparos. Aquellos de
nosotros que pensamos así alguna vez, podemos comprender y
compadecernos de ellos. Nos acordamos muy bien de cómo algo que
teníamos muy dentro de nosotros que se rebelaba continuamente
por la idea de tener que inclinarnos ante cualquier Dios. ¿Qué de
los accidentes, enfermedades, crueldades e injusticias que azotan al
mundo? ¿Qué de las vidas desgraciadas por el resultado directo de
un nacimiento desdichado y en circunstancias ajenas a todo control?
En esas circunstancias no puede haber justicia y por consiguiente
no puede haber Dios. Algunas veces nuestro alegato era ligeramente
distinto. Nos decíamos que indudablemente la gallina había existido
31
DOCE PASOS

antes que el huevo. Indiscutiblemente el universo tenía una “una


primera causa” de alguna índole, el átomo unas veces caliente y otras
frío. Pero ciertamente no existía prueba de que algún Dios hubiera
conocido a los seres humanos o que se hubiere interesado en ellos.
N.A. nos parecía bien, estábamos prontos a decir que había hecho
milagros. Pero retrocedíamos ante la oración y la meditación tan
obstinadamente como el científico que se rehusaba a hacer cierto
experimento por temor a que éste comprobara que su teoría favorita
estaba equivocada. Claro que al fin experimentamos y cuando
los resultados fueron inesperados pensamos de otra manera; de
hecho supimos que había algo distinto y que desconocíamos; y así
aceptamos la meditación y la oración. Y hemos descubierto que eso
puede suceder a cualquiera que trate de lograrlo, bien se ha dicho que
“casi los únicos que se burlan de la oración son aquellos que nunca
han tratado realmente de orar”.

Aquellos de nosotros que ya tenemos el hábito de orar, no


podíamos prescindir de la oración del mismo modo que no podíamos
vivir sin aire y sin comer. Cuando rechazamos el aire o la comida, el
cuerpo sufre. Y cuando nos alejamos de la meditación y de la oración
en igual forma privamos a nuestras mentes, emociones o intuiciones,
de un sostén vital que necesitan. Así como el cuerpo falla por falta
de alimentación, también puede fallar el alma. Todos necesitamos
la luz de la realidad de Dios, el alimento de su fuerza y el ambiente
de su Gracia. Los hechos en la vida de N.A., confirman en un grado
sorprendente esta verdad.
Hay una conexión directa entre el examen de uno mismo, la
meditación y la oración. Separadamente pueden proporcionar gran
alivio y beneficio, pero cuando se les relaciona y entrelaza lógicamente
el resultado es una base firme de toda la vida. De vez en cuando
se nos puede conceder entrever esa realidad fundamental que es el
reino de Dios. Y se nos concederá y se nos asegurará que nuestro
propio destino estará seguro en ese reino siempre que tratemos, no
importa que haya vacilaciones, de encontrar y de hacer la Voluntad
de nuestro propio Creador.
32
NEURÓTICOS ANÓNIMOS

Como hemos visto, la búsqueda de uno mismo es el medio a través


del cual hacemos llegar, a la parte oscura y negativa de nuestras
naturalezas, la visión nueva, la acción y la Gracia necesarias. Es un
paso en el desarrollo de la humildad que hace posible que recibamos
la ayuda de Dios. Pero sólo es un paso. Queremos ir más lejos.
Deseamos que crezca y florezca lo bueno que hay en nosotros.
Tenemos mucha necesidad de aire tonificante y de alimento. Pero
antes que nada necesitamos la luz del sol; casi nada crece en la
oscuridad. La meditación nos proporcionará la luz del sol. ¿Cómo le
haremos para meditar?.

La experiencia real que existe de la meditación a través de los


siglos es inmensa. Esparcidos en todo el mundo, bibliotecas y templos
de todas las religiones guardan tesoros para los investigadores.
Es de esperarse que todo aquel N.A., que tenga algún nexo religioso
en el que se haga énfasis en la meditación, vuelva a practicar esa
devoción con más firmeza que nunca. ¿Pero qué de aquellos de
nosotros que por desgracia no sabemos ni cómo empezar?.
Bien, podemos empezar en esta forma. Primero veamos lo que es la
oración. No tendremos que ir lejos a buscar; los grandes hombres de
todas las religiones nos dejaron un legado maravilloso. Examinemos
esta oración que se considera clásica. Su autor fue un hombre
calificado como un santo desde hace siglos. Este hecho no nos va
a asustar ni a predisponer, porque él padeció como nosotros de
disturbios emocionales. Y, cuando salió de ese estado, expresó esta
oración lo que pudo entonces ver y sentir y lo que quería llegar a ser:

33
DOCE PASOS

SEÑOR
Haz de mi conducto de Tu Paz:
Para que allí a donde haya odio, pueda llevar amor.
Para que donde haya mal,
pueda llevar el espíritu del perdón.
Para que a donde hay discordia, pueda llevar armonía.
Para que a donde haya error, pueda llevar la verdad.
Para que a donde haya la duda, pueda llevar la fe.
Para que a donde haya el desconsuelo, pueda llevar la esperanza.
Para que a donde haya tinieblas, pueda llevar la luz.
Para que a donde haya tristeza, pueda llevar alegría.

SEÑOR:
Concédeme que yo pueda consolar y no ser consolado.
Comprender, y no ser comprendido. Amar, y no ser amado.
Porque para encontrarse hay que olvidarse de sí mismo.
Perdonando, seremos perdonados.
Al morir es cuando despertamos a la Vida Eterna.

Como principiantes en la meditación podemos releer despacio,


varias veces, esta oración, saboreando cada palabra y tratando de
comprender el significado de cada frase y de cada idea. Nos ayudará
a despojarnos de cualquier oposición que tengamos a esa oración.
Porque en la meditación no cabe la discusión. Descansamos como si
estuviéramos en una playa tranquila y aspiramos hondo la atmósfera
espiritual con la que la gracia de la oración nos rodea. Necesitamos
buena voluntad para participar y ser fortalecidos, y elevados por
el Poder Espiritual, la Belleza y el Amor, pensamos en el misterio
que encierra, elevamos la mirada al lejano horizonte detrás del que
buscaremos maravillas que nos son desconocidas.
“Caramba -dice alguien- esto es absurdo. No tiene nada de práctico”.
Cuando se piensa así, podemos recordar con cierto pesar la mucha
importancia que le dábamos a la imaginación cuando ésta trataba
de convertir en realidades nuestros sueños. Sí, gozábamos con esa
manera de pensar. ¿Hay ocasiones en las que tratamos de hacer
más o menos lo mismo? Tal vez nuestra dificultad no estaba en que
34
NEURÓTICOS ANÓNIMOS

usábamos nuestra imaginación hacia objetivos apropiados. No hay


nada de malo en la imaginación constructiva; todos los logros firmes
se basan en ella. Después de todo nadie puede construir una casa
sin planearla antes. Bueno, la meditación también es así; nos ayuda a
distinguir nuestro objetivo espiritual antes de que vayamos hacia él.
Así es que regresemos a esa playa tranquila.
Cuando con estos procedimientos tan sencillos hemos creado un
estado de ánimo propicio para concentrar sin obstáculos nuestra
imaginación constructiva podemos proceder así; volvemos a
leer nuestra oración y tratamos una vez más de darnos cuenta de
su verdadera esencia. Pensamos en el que la rezó por primera
vez. Primero, él quería ser un “conducto”. Después pidió la Gracia
necesaria para otorgar amor, perdón, armonía, verdad, fe, esperanza,
luz y alegría, a cuanto ser humano pudiera.
Después expresa su anhelo y su esperanza. Tenía esperanza de que
con la voluntad de Dios podía encontrar algunos de estos tesoros.
Esto trataría de hacerlo olvidándose de sí mismo. ¿Qué quiso decir
con la expresión “olvidándose de sí mismo” y cómo se proponía
llevar a cabo lo que ella implica? Le pareció mejor consolar que ser
consolado; comprender que ser comprendido; perdonar que ser
perdonado.
Esto podría ser parte de lo que se llama meditación; tal vez nuestro
primer intento de penetrar en una esfera espiritual. Después de este
intento debemos fijarnos en la situación en que estamos y pensar en
lo que podría ser de nuestras vidas si pudiéramos acercarnos más
al ideal que hemos estado tratando de vislumbrar. La meditación
es algo que siempre puede perfeccionarse. No tiene limitaciones.
Guiados por los ejemplos y las enseñanzas que hayamos obtenido,
es esencial aventurarnos solos y de acuerdo con la manera de ser de
cada quien. Pero el objetivo siempre es el mismo: mejorar nuestro
contacto consciente con Dios, con Su Gracia, Sabiduría y Amor. Y
recordemos que, en realidad, la meditación es algo muy práctico. Uno
de los primeros resultados que se obtienen de ella es el equilibrio
emocional. Con ella podemos ampliar el conducto entre nosotros y
Dios, tal como cada quien lo concibe.
35
DOCE PASOS

¿Y la oración? La oración es la elevación a Dios del corazón y


de la mente y en este sentido también abarca a la meditación.
¿Cómo podemos proceder? ¿En qué forma está relacionada con la
meditación?. La oración como se le considera comúnmente es un
ruego que se le hace a Dios.
Disponiendo ya de más medios, tratemos de pedir aquello que es
debido y que nosotros y los demás necesitamos más. Y creemos que
el límite de nuestras necesidades está bien definido en esta parte del
Paso Undécimo que dice: “pidiéndole que nos ilumine así a fin de
poder cumplir con Su Voluntad”. Esta es una clase de petición que
puede hacerse a cualquier hora.
Por la mañana pensamos en las horas venideras. Tal vez pensamos
en nuestro trabajo de ese día y en las oportunidades que en él
tendremos de ser útiles y de poder ayudar, o tal vez pensamos en que
se nos pueda presentar algún problema. Posiblemente el día de hoy
traiga la continuación de algún problema serio que no se resolvió
ayer. Nuestra reacción inmediata será caer en la tentación de pedir
soluciones específicas para nuestros problemas y capacidad para
ayudar a otros tal como ya habíamos pensado que debíamos hacerlo.
En este caso le estamos pidiendo a Dios que obre a nuestro modo. Por
consiguiente, debemos considerar, cuidadosamente cada petición
para poder darnos cuenta de cual es su verdadero mérito. Aún así,
cuando se hagan peticiones específicas será bueno añadirle a cada
una esta salvedad: ...si es Tu Voluntad. Sencillamente le pedimos a
Dios en el transcurso de cada día que nos permita comprender Su
Voluntad para obtener la gracia con que cumplir.
A medida que transcurre el día podemos detenernos cuando haya
que afrontar determinadas situaciones y tomar ciertas decisiones y
volver a pedir sencillamente: “Hágase Su Voluntad y no la mía”. Si en
ese momento nuestro estado emocional fuese grave, conservaremos
mejor nuestro equilibrio si recordamos o nos repetimos alguna frase
o alguna oración que nos hubiera llamado la atención en nuestras
lecturas o meditaciones. El solo hecho de repetirla una y otra vez,
frecuentemente nos ayudará a remover obstáculos tales como la
cólera, el miedo, la frustración y el mal entendimiento, y a volvernos
36
DOCE PASOS

hacía la clase de ayuda más segura en momentos difíciles: nuestra


búsqueda de la Voluntad de Dios, no la nuestra. En estos momentos
críticos, si recordamos que “es mejor consolar que ser consolado”,
“comprender que ser comprendido, amar que ser amado”, estaremos
siguiendo lo que es el propósito del Paso Undécimo”.
Desde luego que es razonable y comprensible que a menudo se haga
esta pregunta: “¿Por qué no podemos dirigirnos directamente a Dios
cuando tenemos un problema específico que nos aflige y por qué no
podemos obtener de Él respuestas positivas y definitivas a nuestras
preguntas a través de la oración?”.

Esto puede hacerse pero tiene sus riesgos. Hemos conocido


a muchos N.A., que han pedido con mucho empeño y fe en Dios, les
dé direcciones explícitas en asuntos que van desde crisis familiares o
económicas, hasta defectos personales como la morosidad.
A menudo, las ideas que parecen venidas de Dios no parecen resolver
nada. Resultan ser en realidad racionalizaciones inconscientes bien
intencionadas. El miembro de N.A., o más bien cualquier persona
que trate de normar su vida rígidamente de acuerdo con esta manera
de orar, resulta un individuo particularmente desconcertante por
esa su exigencia de que Dios responda a sus demandas egoístas.
A cualquier pregunta o comentario que se le haga de sus actos,
inmediatamente saca a relucir la confianza que tiene en la oración
como guía en toda clase de asuntos, sean importantes o no. Puede
haber olvidado que su manera de pensar voluntariosa y la tendencia
humana a racionalizar, han distorsionado eso que él llama guía. Con
las mejoras intenciones tiende a imponer su voluntad en toda clase
de situaciones con la cómoda certeza de que está obrando de acuerdo
con las instrucciones específicas de Dios. Con esa ilusión puede, sin
quererlo, causar verdaderos estragos.
También caemos en otra tentación parecida. Nos formamos ideas
acerca de lo que creemos que es la voluntad de Dios para con
otras gentes. Nos decimos “éste debe ser curado de su mal fatal”...
o “éste debe ser librado de su sufrimiento emocional”... Y oramos
porque se haga cada una de esas cosas. Esas oraciones constituyen
37
DOCE PASOS

fundamentalmente buenos actos, pero a menudo están basadas


en una suposición de lo que la voluntad de Dios es para con esas
personas por las que oramos. Esto significa que al lado de una
oración fervorosa puede haber cierto grado de presunción y fatuidad
de nuestra parte. La experiencia de N.A., indica que en estos casos
debemos rogar que se haga la Voluntad de Dios, sea como fuere para
con otros así como para con nosotros mismos.
En N.A., hemos descubierto que los verdaderos buenos resultados de
la oración son indiscutibles. Todos los que han insistido han hallado
un grado de fortaleza que normalmente no poseían, han encontrado
un grado de sabiduría que va más allá de lo que es su capacidad
normal. Y han encontrado una creciente tranquilidad espiritual que
puede sostener con firmeza en circunstancias difíciles.
Descubrimos que recibimos dirección de nuestras vidas en el mismo
grado en que le dejamos de hacer a Dios peticiones que están de
acuerdo con nuestras exigencias. Casi cualquier N.A., con alguna
experiencia podrá decir como han cambiado sus asuntos en una
forma inesperada, desde que empezó a tratar de mejorar su contacto
consciente con Dios.
También mencionará que en cada período de aflicción y de
sufrimiento, cuando la mano de Dios parece pesada y aún injusta
se aprenden nuevas lecciones de cómo vivir, se descubren nuevos
recursos de fortaleza y final e ineludiblemente se llega a la convicción
de que Dios “maneja en una forma misteriosa los prodigios que
realiza”.
Todo esto debe de ser muy alentador para aquellos que rechazan el
acto de orar porque no creen en ello o porque se sientan distanciados
de la ayuda y dirección de Dios. Todos nosotros sin excepción,
pasamos por épocas en las que solamente podemos orar si nos
esforzamos en hacerlo. Ocasionalmente vamos aún más lejos. Se
apodera de nosotros una rebeldía a tal grado, que nos enferma y
nos impide orar. Cuando esto sucede no debemos de pensar mal de
nosotros mismos. Sencillamente debemos volver a orar tan pronto
como podamos, haciendo lo que estamos seguros que nos beneficia.
Tal vez una de las mejores recompensas de la oración y la meditación
38
DOCE PASOS

es el sentir que pertenecemos. Ya no vivimos en un mundo hostil. Ya


no estamos perdidos, temerosos y sin un objetivo. En el momento
en que alcancemos a vislumbrar la Voluntad de Dios, en el momento
en que empecemos a considerar la verdad, la justicia y el amor como
verdades eternas y reales de la vida, no nos alterará tan profundamente
la evidencia aparente de lo contrario que nos rodea en asuntos de
índole netamente humano. Sabemos que Dios vigila amorosamente
sobre nosotros. Sabemos que cuando nos acercamos a Él, todo estará
bien en nosotros, aquí y en el más allá.

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DOCE PASOS

40
PRINCIPIOS
Las siguientes son algunas de las políticas de
Neuróticos Anónimos, que deberán ser seguidas
estrictamente. Han sido puestas a prueba y han
comprobado ser lo mejor para el buen funcionamiento
de N/A, como en un todo. Cualquier desviación de
estos principios constituye una mala interpretación del
Programa de Neuróticos Anónimos.

N/A, esta basada en estas prácticas y puede ofrecer


su ayuda solamente si son seguidos fielmente.

Nunca discutimos acerca de religión, política,


problemas nacionales o internacionales, o acerca de
ninguna otra creencia, sistema o política.

Nunca intentamos psicoanalizar a una persona o


diagnosticar su enfermedad. Si él esta enfermo, él está
enfermo y punto.

Puede obtener ayuda en N/A.


Nunca discutimos con nadie acerca de su concepto,
de un Poder Superior, realmente ni siquiera hablamos
acerca de ello. Hablamos acerca de nuestras experiencias
personales únicamente.
N EURÓTICOS ANÓNIMOS, es una
comunidad formada por hombres y mujeres
que comparten entre sí sus experiencias, fortalezas y
esperanzas, para poder resolver sus problemas comunes,
rehabilitándose se las dolencias emocionales.

Para ser miembro de esta Comunidad, basta considerarse


un Neurótico, o sea con perturbaciones emocionales,
teniendo el sincero deseo de sanar. En N/A, no se pagan
derechos ni cuotas, pero teniendo nuestros propios
gastos, aceptamos las contribuciones voluntarias de los
miembros de nuestra sociedad. No estamos aliados a
ninguna secta, religión, organismo, institución o partido
político, no deseamos entrar en ninguna controversia,
no nos oponemos ni combatimos causa alguna. Nuestro
objetivo primordial es recuperarnos, auxiliar a otros
que necesitan nuestra ayuda y encontrar una vida feliz,
serena y libre de las angustias que dan las dolencias
emocionales.

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