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Comblin - Antropología Cristiana

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REA SS entir que existe atin por Jo puede nacer a pa 1gs pobres indios de nuestro tiempo: reconociendo d de ese cuerpo, reconoc éndole derechos a pesar de sy cia de valores, de cultura y de intelectualidad. La persona nel rostro de los pobres, como dijo Puebla (32-39); esta escondida para que la descubramos. , EL CUERPO ndes culturas de la humanidad han des- Jo han tratado como si fuese una a humanidad, hecha de valores la separacion del Casi todas las grar ado el cuerpo humano y a la verdader: angelio cristiano ignora | nora el desprecio por el cuerpo, aunque el cristianismo historico hay © casi siempre en las defor- Taciones de las otras grandes culturas. En cierto modo po: Idemos decir que el hombre es su cuerpo y que en su cuespo lest todo lo que constituye su valor. Por eso conviene explicar bien qué es el cuerpo humano preci carcel que retiene intelectuales. El © cuerpo y del alma, ‘a caid 1. La corporeidad en el mensaje cristiano | 11. Antropologia griega y antropologia biblica me pros de teologia biblica y sistematica exponen tod hombre y la a que existe entre la representacion biblica del ee necion grieza.| No hace falta repetir aqui gn, 2.27 cualquier biblioteca. La filosolla griega e ningy (eenyce la unidad del hombre y generalmente es la liberacion Pde este tema, porque lo que le inte- Gis’ constit lel entendimiento de las cadenas del ye el valor del hombre es el entendi . 0 por lo menos dos: el cuerpo se s bajo y no tiene ningiin valor, al menos en Considerando la civilizacion griega e j fi cesario relativizar estas ftcnctonet Sin enka aha F fluyé en la evoluci6n ulterior del cristianismo fue la filoscteti no el resto de la civilizacion. Por lo demas, la verdad og uae Grecia manifest6 interés por el cuerpo humano; por Seri Jas artes griegas exaltaron el cuerpo bello del hombre dan ia impresin de rendirle un verdadero culto. La medicing ariega estuvo también muy avanzada y atestiguaba un interés a apasionado por el cuerpo humano. {Qué es entonces lo que hay detrds de este desprecio del cuerpo por parte de los filésofos? ;No sera quizds, al menos en parte, el reflejo de una sociedad basada en la esclavitud? Siendo cosa de esclavos, el trabajo corporal sélo podia ser des- preciado. En Israel y para los primeros cristianos las cosas son dife- tentes. El hombre biblico es trabajador manual y hombre libre al mismo tiempo. Jestis y sus discipulos son trabajadores que trabajan con el cuerpo y no conocen actividades intelectuales sistematizadas. No asisten a ninguna escuela, y para ellos el Gercicio del pensamiento acompaiia a las actividades corpo- tales, Para ellos esta claro que el hombre es uno solo. Por eso NO existen en la Biblia conceptos que se apliquen a diversas Partes del hombre. No hay nada equivalente a cuerpo ¥ alma. Palabras hebreas que los traductores traducen por cuerpo, 4 fame, alma, espiritu, no se refieren a una parte 0 a un ele- 4 Mento constitutivo del hombre, sino a diversos aspectos de su lidad. Incluso utilizando palabras griegas, Jos autores a V0 Testamento les confieren sentidos equivalentes & a hebreos. La «carne», por ejemplo, 1° significa 15 i que de a nsamientos en on Mate. Medi busca su salvacion Por Tm iy’ lio cristiano todo en el hombre es Corporal tal, todo es alma. No hay nada fuera del cuerna” ve también el espiritu esta en el cuerpo; es el Cuerpo hu. cuanto que se orienta bajo la mocién de Dios, Para los griegos el cuerpo aisla y Separa; es el principio ae racién. No ocurre eso en la Biblia. Al contrario, por al como el hombre esta unido a una tribu, a un clan, al lo, Es que todo cuerpo procede de otros cuerpos: el hom. fe es hijo-te. Todos los miembros del mismo clan son hijn jel mismo antepasado. Del mismo modo los hijos de | En cuanto pueblo de Israel, él es totalmente hijo de rahdin. Por consiguiente, en Abrahan todos los israelitas es. tin unidos. Finalmente, todos los hombres son hijos de Adan, ‘por eso todos son parientes. Por su Cuerpo todos estan inti- inte unidos. Los lazos no son juridicos o formales; son 95 corporales. En lugar de servir de base al indiv ‘el cuerpo asienta el fundamento de la comunidad, a misma. idualismo, La expresién mas radical de Ia antropologia cristiana es la _ enearnacién del Hijo de Dios. Los fildsofos de otras culturas _ Podrian haberse imaginado la presencia de un Dios o de una de Dios en un entendimiento humano, por ejemplo en fa de iluminacién o de inspiracién del entendimiento. Pero desconocieron el grande hecho. El Hijo de Dios se Hombre, entrando en la condicion humana por medio de concepcion Y un nacimient 0, haciéndose hijo de una ge {ue se remonta hasta Adan. El Hijo de Dios vivid e" ee? UA cuerpo débil y mortal, No quiso escom Gebilidades del cuerpo ni quedarse inmunizado cont 7 Mante a un esclavo al ser clavado en una ou ilar que su mundo ¢1 mos para mostrar que ios hombres estan en la realida cuerpo: La evidencia de su corporeidad fue 1: discipulos, Jos autores de los evangelios, no ocultarla, sino que se sintieron obligados a resalt argo, n0 faltaron las presiones en sentido contrat ritualizar la figura de Jestis. Los movimientos y d doctrinales gnosticos desde finales del siglo T demuest ue ya era posible prever: el mundo religioso griego presic fodo cuanto puede para que las Iglesias se hagan un Salvador ‘menos material y mas celestial, mas intelectual. oe : 1.3. La resurreccion de la carne trinas de salvacién colocan lo esencial de su mino final de la liberacién. Basta con exal ‘onen como final del proceso de liberacién. | final del proceso de liberacién es la resu- cas sefiala muy bien en los Hechos de los Apéstoles hasta qué punto este mensaje les resultaba in- concebible y totalmente ajeno @ cualquier tipo de humanismo para los griegos de aquel tiempo (cf He 17,32). n una liberacién final del alma, final- nas del cuerpo, Pablo anuncia una vida cuerpo es entonces capaz de una vida e ser espiritualizado. El cuerpo no es io, e] Espiritu anima al | contrari mando una sola vivencia. las doctrinas de salva- resente. Una doctrina a amincia la liberacién de las almas de las ataduras aa itis solamente podré exaltar en la vida presente una vide media, tual, un proceso ascético, para procurar olvidarse en ida posible de las necesidades de la vida corporal. Ys Todas las doct mensaje en el tén nar lo que ellas prop: Para los cristianos, ©! rreccion de la carne. Lu Lejos de pensar © mente libre de las cad eterna en el cuerpo. eterna. E] cuerpo pu incompatible con el Espiritu; @ cuerpo y se hace uno con él, for : Segiin el ideal remoto que anuncian, cién van concibiendo también el ideal p' el comienzo del cristianismo y durante todos los historia, la vida de la comunidades estuvo mar. o tipo de iniciativas igidas a ayudar al cuerpo, de una caridad eminentemente concreta es el me. io de la antropologia cristiana. Millones de yoca- ‘hombres, y mas atin de mujeres, han surgido en Jas generaciones para cuidar de mil maneras las diversas de miseria material y corporal. Durante los siglos de dad, la Iglesia insistid siempre y procuré reivindicar nuamente como su propia tarea en la sociedad la asistencia todas las miserias corporales. Lo que ha asumido actual- snte el Estado fue durante dieciocho siglos iniciativa de las munidades cristianas. Todavia hoy, aunque los seguros so- pretendan oficialmente dar respuesta a todas las formas de miseria, se manifiesta por todos lados !a colaboracién vo- untaria y sacrificada de los cristianos. De la misma manera, la accién por la defensa de los dere- humanos ha sido y todavia es en primer lugar la defensa los cuerpos humillados, destruidos. Defender a la criatura a es defender su cuerpo: «La falta de realizacién de la ona humana en sus derechos fundamentales se ini del nacimiento del hombre por el incentivo de evitar la m € incluso de interrumpirla por medio del aborto; con Ja desnutricién infantil, el abandono prematuro, ide asistencia médica, de educacién y de vivenclt, do un desorden constante donde no es de extrafat la icion de la criminalidad, de la prostitucin,-del alcoho” drogadiccién... Asesinatos, desapariciones, P! Irias, actos de terrorismo, secuestros, torturas Com ndidas, demuestran un total irrespet? por la an # ai. El desafio del dualismo antiguo para la Biblia el hombre es una unidad; es creto que se presenta en su cuerpo. Ese cuerpo bast i rity, alma viviente, pensamiento, El problema ug a algunos cristianos entraron en contacto con el nani iento griego y con las religiones orientales que femeni beet mundo griego contemporaneo de los origenes cristianos. Desde : entonces Y hasta la edad moderna, la teologia cristiana 4 a las comunidades cristianas— tuvo que resolver el problema ‘a c6mo enunciar una concepcion unitaria del hombre con con- | dualismo griego. De hecho, casi nunca los ceptos sacados del tedlogos cristianos consiguieron dar una solucién a este pro- blema. Globalmente !a filosofia griega tiende a una concepcién dualista alma-cuerpo. El alma y el cuerpo son como dos sus- tancias unidas, pero con redes de actividades separadas. El El alma tiene sus actividades auto- alma lucha con el cuerpo. nomas y el cuerpo tiende también a tenerlas. El problema es la unidad. La filosoffa intento explicar esa unidad. No seria posible evocar aqui Ia evoluci6n teoldgica de la re- lacién alma-cuerpo. Baste recordar que la teologia clasica, tanto la de inspiracion platénica como la de inspiracion aristo- télica, no consiguié valorar el cuerpo ni unirlo realmente al alma. La doctrina teoldgica considerd el alma y el cuerpo como dos cuasi-sustancias asociadas en una unién nunca af moniosa. E] cuerpo qued6 desprestigiado, y el alma fue la que se llevé con sus actividades la mejor parte. E| alma se manifes- taba por la vida intelectual y por los actos de voluntad, esto eS, Por fa conciencia, Pensaron que solamente el alma Y su activi- = ® Documento de Puebla 1261-1262. omo instrumento de] nel mundo. Lo min cea as, que son inferiores a Jag acclee que las acciones que el alma hace po son superiores a las demas, por ejempt iento. Se separ6 la actividad intelectual qe ral o manual. El trabajo era una actividad ia contemplacion. 9 que se propuso y que consigui6 evitar e] idealismo de Aquino, gracias a su doctrina de la forma forma del cuerpo. El alma es forma del cuerpo y ‘ingdn modo una sustancia. El alma no tiene nin- de existencia fuera del cuerpo. Hay materia y o no hay alma y cuerpo. Forma y materia son dos invisibles, el cuerpo es materia y forma, el cuerpo es y el alma es el cuerpo. Pero no todos los tomistas on permanecer fieles a la doctrina de su maestro. icedid que implicitamente el mundo intelectual se sentia 0 hacia cierto dualismo mitigado y no tenia ningdn in- sen mostrar la rigurosa unidad del ser humano. En la ica el mismo santo Tomas se mostré inconsecuente. as tarde fue el dualismo de la teologia el que permitio los tedlogos pudiesen con tanta facilidad justificar la tor- que practicaba la Inquisicién o la esclavitud practicada amente, 0 la reduccién de los indios a una condicién de “como hicieron todavia en el siglo XVI no pocos te6- St0 fue posible solamente porque, para ellos, el cuetP? lente el hombre. Torturar el cuerpo, quitarle la lr or, Po Podia justificarse, ya que el cuerpo era de, al fa exterior ala persona humana, una especie de ins- misma. je sin inte Temota antigii is ser J tigiiedad existe una medio filo” * “spiritualistas, medio religiosas Y ~ gobre este fondo existen innumerat jualismo n incluso resultar perversidades que el cuerpo ¢s malo y esta ya condenado, esté haciendo; el alma permanece inmiini metida con los pecados del cuerpo. Por ot jos practican muchas veces grandes virtudes y plo de una vida ascética. « ‘onocida en la historia por las reper aros (los «puros»), lamados tro famoso en la ciudad de Alt parte de la cristiandad entre fi La secta mas © tuvo es la de los cat albigenses por tener un cen! Consiguieron conquistar gran rales de! siglo XII y comienzos del XIIL En cierto modo Be crisis albigense esta en cl onigen de Ja Inquisicién, de la ord | de los dominic Je Francia, de la legislacién cand | | | | idas contra los herejes. Ella fue nt nica medieval y I IV coneilio de Letrén, que fue ps que provocc la cristiandad 1 jue el concilio de Trento para It = Iglesia catOlica 1 que es el Vaticano IT para nuestro b futuro inmediat El niicleo dc ense y de todas las sectas pare cidas es su antropologia y su rechazo del cuerpo. La interven — cidn del concilio (uy mo meta defender el valor del cuerpo Ihmano, El concilio no podia menos de estar 68 contin on la tradicién, El punto de apoyo de la doetrina crist todoxa era el dogma de la encarnacion del Hijo de Dios: se cuerpo era Verbo de Dios asumié cl cuerpo humano, & Ssencia del hombre y no podia ser despreciable, aa comcilio Lateranense 1V define que\Dies So Bee Fo que existe y no solamente de los seme ay dicen las sectas. Entre las criaturas, el . Sriatura humana, «constituida en 10 I hablé del Dios Creador iti R © SU orig pitiendo literalmente las Palabras dey is a del renacimiento, varios fil6sofos se dejar Aristételes tomado al pie de Ja letra, Y no be a cristiana que hicieron de é1 los dominicos del ih |. Estos filésofos dedujeron de Aristételes que el alma al, ya que el alma es forma del Cuerpo, 0 mejor dicho a de la materia. Cuando se corrompe la materia es seal ha muerto también la forma que le dio vida. Al defen. jue el hombre se compone, no de dos partes, sing de la y materia que no tienen exis Propia, santo Tomas ia tropezado ya con esta misma dificultad. Y habia resuelto ificultad apelando a un caso especifico. El alma humana Ha un caso aparte por privilegio de Dios en su cre: n. Por Otro lado, los discipulos de Aristételes decian tambien que el fa humana tiene que ser una sola para todos. Si el alma es baneIpIO de Ia raz6n y la razén es la misma para todos. no *xiste fundamento para que haya varias ; Los individuos tarian separados en virtud de | » del alma. El meilio V de Letran conden estas concepciones. Defendid que el alma es individual e inmortal. No dice de dénde viene la inmortalidad, ni Propone una visi6n dualista del hombre _ Para justificar la inmortalidad del alma. «Condenamos y repro- 10s a todos los que afirman que el alma intelectiva es mor- © unica en todos los hombres» 'S. Lo que se pretende d meet €S que el hombre no desaparece después de la muerte. ste un principio que Permite que guarde su identidad. Principio €s lo que se llama alma. pieetel En estos textos la Iglesia no pretende explicar qué om <1 ¥na explicacion filoséfica del alma. Lo que S¢ P ja materia y y all No es facil hacerse una idea del concepto que tuvo é blo cristiano de su humanidad en el correr de los tiempos. Fal- tan documentos y los que existen no han sido estudiados cientemente por los historiadores hasta ahora. Con todo, es, posible decir algunas cosas. En primer lugar, la concepcién popular sobre el hombre se manifiesta en sus imagenes. Es tipico del cristianismo el favor que encuentran Jas imagenes pintadas 0 esculpidas: son ima- genes de hombres y mujeres, imagenes de cuerpos humanos. El arte cristiano se va desprendiendo progresivamente de las fi- guras convencionales y abstractas, de las figuras de animales y de plantas, para mostrar el cuerpo humano de una manera que Jo valora e idealiza. Esta tendencia es la consecuencia de su fe en la encarnacién de Cristo. Esta fe incluye una valoracién po- sitiva del cuerpo humano. Tanto en oriente como en occi- vimientos «iconoclastas» contrarios a las ima- dente hubo mo Iglesia catdlica reacciond siempre con vigor genes, Pero Ia contra esos movimientos Si fuese verdad que podriamos apreciar la fe en el valor del cuerpo humano por la calidad de las imagenes, tendriamos que Teconocer un retroceso durante el ultimo siglo, ya que el gusto popular se ha dirigido con mucha simpatia hacia las imagenes convencionales y menos humana Por otro lado, las historia de |: Cuentemente obtuvieron un gran fer’ pees: €s que encuentran simpatias en ¢ mundo campesino. En occidente el rigorismo tradicional se expandié en un 83 as sectas muestra que fre- vor en el pueblo de los po- | rigorismo tradicional edie estudiado por varios na elumeau, fue uno de los ef a occidental y penetré en oie Fue un sentimiento intenso de pees a ndo de purificacion: las cruzadas, is fesion auricular, las practicas penta nes, las procesiones penitenciales, las Gr. les penitenciales, las romerias de penitencig destacado en la practica del pueblo cristiano s misiones populares que se desarrollaron en do el siglo XIX, son también parte de este mo. Jos predicadores populares supieron aprovechar ‘este movimiento. Se aprovecharon de él para di- minar al pueblo cristiano. Usaron y abusaron del jento de pecado y del deseo de purificacin. Sus predica- | ejercicios de culpabilizacion colectiva e individual, el pueblo era muy sensible a esta culpabilizacién. Y jel medio mas facil de saber aprovecharse del alma po- Me culpabilizacién acusaba sobre todo al cuerpo. No cabe que habia también otros pecados, el pecado de orgullo 0 de avaricia, sobre todo; pero los ados del sexo el primer lugar. De este modo queds culpabilizado erpo. Las penitencias afligian al cuerpo en primer lugar, ‘Sta. una prueba de realismo, pero también tendia a ne- or de la creacién de Dios y a dividir al hombre entre oy ePoral mais pecadora y una parte intelectual menos dee manera, el movimiento penitencial y la culpa 4 ‘Parecieron en este siglo. La cultura norteamer ha introducido una nueva concepcién que suprime TP de la conciencia y de las costumbres. Ea!" ci6n interior quedé entronizada la glorifies , Bie esvido este nuevo exceso de una nue a on’ i . el homb que mente por el hoi obje rencia con que se mira una piedra o un pre visto por la ciencia se reduce a las obse mds cuantitativas que se acumulan sobre él. que domin6 la ciencia fisica, el hombre fie a una mecanica muy perfecta, regida por las ae y quimicas que tigen el mundo material bruto. Después de ell i jo aparecieron las ciencias biol6gicas “pe gicas Y sociales que suscitaron otros modelos, eonceby ie pre a partir de fucrzas objetivadas. El hombre fue concent como algo que es objeto de observacin. Los cientificos llega- ron a la conclusién de que no habfa alma porque no habia nada en sus observaciones que respondiese a semejante con- cepto y todo se explicaba por fuerzas exteriores. El hombre se explicaba por la accion de innumerables fuerzas exteriores so- bre él. sin embargo, hi carse: la conciencia. conciencia era mas apal del ser verdadero, producto de funciones bioldgicas para poder cia el materialismo. En el materialismo moderno, todo en el hombre se explica por las observaciones exteriores: yo soy exactamente lo que los observadores consiguen percibir y me- dir de mi. Otros concluyeron que, vista cia en el hombre, debia haber en ¢ u una observable cientificamente y andloga a los demas objetos de la naturaleza, y otra no observable desde fuera, sino unica- mente por el sujeto, que era la conciencia. La conciencia podia Tepresentarse por la famosa afirmacion fundamental de Des- feries!yo pienso. Era la conciencia del yo pensante, realidad independiente. del cuerpo. Tendieron hacia el idealismo- abia una realidad que no Hegaba a expli- ‘Algunos concluyeron que, en realidad, la riencia de ser que verdadero ser, reflejo la imaginacién creado por las funcionar mejor: tendieron ha- la importancia de la concien= | ser humano dos partes: ra n estar unidos cuerpo y cont podia actuar en la materia, 5c | idealismo pretendia que la con. materia y que era incluso el motor princi. .y de la historia, mientras que los materialistag conciencia tuviese posibilidad de obrar en ale la materia, puesto que ella misma no era mas las fuerzas materiales. 0 moderno entre cuerpo y conciencia Hlevé al derno entre idealismo y materialismo. A nivel de filosOfica, este antagonismo qued6 superado en el sj- pero todavia hay amplios sectores, sobre todo de lectuales, que toman partido entre idealismo y mate- ri aterialismo, algunos filésofos modernos pretendian la inexistencia de Dios y la negacién de la inmortalidad ma. En el Syllabus de Pio IX (1864) |” y en el concilio ano I (1870) fue condenado el materialismo. Mas tarde, ‘el comunismo pretendié, en nombre de! materialismo, y destruir toda religién, también se idenaci6n del materialismo 2°, opusieron a él con la ta la modernidad, el problema cristiano habia sido la lu- tra el idealismo. El cientismo exigié una nueva apolo- EI peligro eran entonces las pretensiones absolutistas de ente oentistas: no era verdad que el hombre fuera sola- OME aqiuello que decian de é| las observaciones cientificas. Ge tteee fundamento a todas las formas de mani , of Stiatura humana: manipulacion por el Estado, las y sistemas de comunicacién; manipulacion soct [4 Benética, por los sistemas de educe- bre es un objeto semejante a los demas ob- cimogt’) hada que pueda limitar la manipul todas 1 /@ Tepulsa cristiana del materialism “Manipulaciones hechas en nombre 4° ~~ /amente cientificas. mo anno (1931) 117-118. os hace j cuerpo sea mi cuerpo. afectos, mis deseos. Ellos solamente ver Jo que hay dentro. Tampoco las ciencias co ia mi cuerpo. Las ciencias pueden hacer muchas ‘obser ‘d acias a esas observaciones, pueden resolver m 1a lemas con Jos que mi cuerpo tropieza a lo largo de su No le compete a la teologia revisar, discutir, aprobar o rec zar las observaciones cientificas ni las técnicas de accién sobre el cuerpo en la medida en que afectan a lo que es prioritario en «mi» cuerpo. Por ejemplo, siendo «mi» cuerpo, no voy a aceptar que se convierta en elemento de experimentacion bio- T6gica 0 psicoldgica mis o menos interesante para las facul- tades cientificas, si de alli va a salir perjudicado en la experi- mentacion. Est claro que el hombre no es ese cuerpo objetivo que in- vestigan los cientificos, aunque todo aquello se refiera a él en cierto modo. Porque los cientificos no podran descubrir nunca fo que es mi cuerpo tal como yo lo vivo. Eso serfa descubrir lo que yo soy. Por eso se da un instinto correcto en la reaccién delenfermo que desconiia siempre un poco del diagnéstico de Jos que no lo conocen personae los médicos, sobre todo de mente: ese médico puede saber lo que yo estoy sintiendo tan solo en la medida en que yo consiga comunicarme con él. El cuerpo real es mi cuerpo; por mi cuerpo yo estoy pre- sente en medio del resto del universo. Sé que estoy integrado en el uniyerso; pero mi cuerpo hace de mi el centro; me pet mite situarme y sentirme como centro de impresiones, de ac- ciones y reacciones. De ningun modo mi cuerpo es un simple elemento en el conjunto, tal como veo yo # Jos animales. El 10. Con el cuerpo depri- Bence es lo que hace existir al sujet 0 ido por Ja enfermedad la persona existe menos esté ya un Poco muerto, por asi decirlo. J onciencia Se El «yo» no es la conciencia; sobre todo una c de vida Ciera Fe se relaciona con Dios, jg es . No tenemos la conciencig a® iencia es mas superficial. La concieng, Neonocimiento del hombre. No es por jp “ Por |, alcanzamos 1a verdad, sino por Ja at para de los demas y establece a la persong do. Pero el cuerpo une a los demas hom. es medio de comunicacién y medio de samiento me separa de los demas. Pero mj “une con los demas por innumerables canales. Dos no al lado del otro se comunican, mientras que dos ios permanecen cerrados entre si. ln concepcion de muchos fildsofos contemporéneos, ‘con més fortuna que las filosofias anteriores lo que a concepcién cristiana del hombre. yet 0) hombre es su cerebro ‘no hay ninguno que tenga tanta importancia como la acion progresiva de la funcién del sistema nervioso, y del Ito y una herramienta gracias a las manos y a la mus- Peto las manos y los musculos pueden ser sustituidos He como herramientas, Y lo que va adquiriendo mn iportancia es el cerebro. ado Presente de las técnicas de produccion, las actividades humanas se dedicaba a las activi- & trabajo pesado de la agricultura, de la ar Bt Pero cada vez mas el trabajo va siendo jonamiento del cerebro. Las operaciones Al mismo tiempo son posibles billones de conexios 66 todos los datos conservados. Son posibles billones de exp ps siones por la iniciativa de un cerebro que puede presentar bi- llones de posibilidades de accin. El cerebro tiene una creativi- dad ilimitada. Los sujetos reales no consiguen realizar ni siquiera la millonésima parte de su creatividad virtual. Hay mi- llones de deseos potenciales dispuestos a surgir. Gracias al sistema nervioso cada vez mas complejo, los hombres se forman su cuerpo. Van cambiando su propio cuerpo. El cuerpo que nace hoy dejé de ser «natural; es ya el producto de una larga historia «cultural». Desde los antiguos rimates hasta el homo sapiens ha habido una lenta evolucién que ha durado cinco millones de anos. El homo sapiens apare- cié hace unos 40.000 afios, y desde entonces su evolucién ha sido cada vez mas rapida. Cada vez mas el hombre se hace a si mismo en su cuerpo. 3.3, Conciencia e inconsciente El cuerpo humano es una memoria fantastica. Tan sélo una Minima parte de esa memoria llega al estado consciente. El testo permanece en el inconsciente. Cada persona lleva consigo un inmenso subconsciente que la mueve y la orienta en la vida, No siempre de modo acertado, pero siempre como necesidad. Ninguno de nosotros seria capaz de resolver por la concienc los millares de problemas que desafian al cuerpo cada dia. El Scubrimiento sistematico del inconsciente es una afortunada “Oniribucién de las ciencias psicolégicas contempordneas. Pero 89 mM i, el deseo de proyectar, ig 0 vida, por la muerte en pris or las fuerzas que conducen al Universo J inconsciente. Ademas, el inconsciente fig ; iltimos tiempos en objetos culturales que iones y orientan las pulsiones internas de los joles puntos de aplicacién. La cultura tam. en un 99 % y queda almacenada en e} c¢. e hace sentir la necesidad, la persona puede 1 su inconsciente los elementos que sirven para resol. problema. Naturalmente, no se trata de una operaci6n ple como Ia de buscar un objeto en un almacén. uerpo vive cuando se expresa. El cuerpo humano es di- de los cuerpos animales precisamente por su actividad te: se expresa constantemente. El cerebro inventa cons- nte nuevas expresiones. Cuando ciertos métodos de €s0 mismo la relacién con el mundo material, por muy tante que sea, no es lo mas humano del hombre. El nivel vado y el destinado a crecer cada vez m: apitulos siguientes veremos los principales sectores Corporal. En un nivel inferior, el cuerpo S° & car informaciones puramente funcionales. sas las expresiones mas importantes. Pero o> the del cuerpo huma El conocimiento cientifico, al ser obje canza lo que constituye el fondo del cuerpo hum: nocimientos ofrecen una ayuda enorme una vez oa dinan a una vision global ofrecida por las otras ne r ejerce de modo exclusivo, el conocimiento emia bre lleva a la manipulaci6n y a la destruccién de lo que es 1 mano en el hombre. Ademias de esto, no existe concgia cientifico puro, ya que los conocimientos cientificos contienen. jnevitablemente un reflejo del punto de vista del observador. El cientifico, por muy objetivo que quiera ser, nunca desapa- rece de la observacion cientifica: toda ciencia esta cargada de un coeficiente de ideologia. Y hay mas todavia: la ciencia se convierte facilmente en Ja expresion de una voluntad de poder; por la ciencia el cientifico se convierte en un privilegiado, tiene armas sobre los hombres que ‘observa. Puede usar la ciencia para servir; pero también para dominar y para conquistar privi: legios sociales, e! primero de los cuales es el sentido del indivi- dualismo conquistador. Nunca se puede prescindir tampoco de los conocimientos que brindan los mitos y los simbolismos integrados y expre- sados por sabidurias tradicionales, basados en una larga expe- tiencia de vida. La realidad dltima del cuerpo humano ne ser’ nunca objeto de ciencia. Solamente permite una aproximacion Temota, que se hace precisamente por medio de conocimientos simbélicos. El cristianismo no excluye todo valor en Jos simbolismos Y & los mitos. Al contrario. Conoc®, por un lado, €l valor a 1 {nosimiento cientifico que se araborn,por Medi Ce Oa i objeto Objetivas, en las que el cuerpo humano es oa Cg gnlsto de observacion parecido 2 los vjemas cuerpos qe veto iea ot éonocimiento eieniiticoveliaal 35am Conocimiento cue humano sera siempre up mi ir. Sin embargo, hay algo que puch de analogias, de comparaciones, Ese 4 ; por un lado, y de los ritos por otro, G »s transmite mitos, que no creé ella misma, 6 del contexto de las antiguas civilizaciones “ tiguos mitos orientales fueron purificados, mo. umidos dentro de la concepcién biblica del hom- os subsisten y contienen una parte de verdad que 4 en conceptos cient s, una verdad que se itarios siempre nuevos y que son una fuente de reflexiones sobre la condicion humana. La histo- ofrece muchos mitos. No son mitos exclusivos. Los mensaje sobre el hombre que nunca sera superado. El farx, tan moderno en su manera de considerar al hom- untes para nosotros. del hombre hacen alente a una ciencia. El tipo de conocimiento que presen- de un orden distinto. Los conflictos que se dieron en § entre las ciencias y la antropologia tradicional de $e debieron a una confusién. Tanto los cristianos titicos pensaban que los mitos eran lo equivalente @ Y Por consiguiente estaban en conflicto con ella. No » Porque los mitos y la ciencia no estan en ¢! La historia de Adin y Eva sigue siendo un lento sobre el hombre, pero no es un conor a las Rombre no se le conoce solamente Pet is €N por el obrar. El trabajo y las dem! iaien mediOs del conocimicnta, (Elep mbién titos, desde el comie! ay acept@ cualquier rito. Somete los i sajes Per es consciente de que los ph humanos solamente penetran por medio a Los hombres aprenden a descubrirse y a co aa de su expresion corporal: por ejemplo, median ritos de adoracién, de agradecimiento, de stplica o d timiento- En esos gestos el ser humano descubre Hi tiempo el ser de Dios, de los hermanos y el propio ser. 4. La sexualidad 4.1. Significado de hecho de la sexualidad hecho de la sexualidad hu- in ser humano; creo al ser eral, la Biblia confirma ie la creacién (Gén ume plenamente el La Biblia as implemente w mana. Dios nO creo Ss humano varon y mujer. De forma gent esta constatacion del relato sacerdotal d as de ser hombre: varon y mujer. La Bi- 1,27). Hay dos maner: blia no ofrece natu almente conocimientos cientificos sobre la sexualidad. Lo que ella dice, o bien procede de mitos antiguos que eventualmente corrige 0 transforma, permaneciendo len- tro de la categoria del pensamiento simbdlico, © bien P! GPNiid experiencia de la convivencia 00. Jos sexos en IS en los pueblos vecinos. Yor medio de estos instrumentos tan fragmentarios nos ofrece algunas luces- a la teologia explicat la is densar todo Jo que No le corresponde tampoco resumir 0 con ae sexos. Slo le compete trazar para los Bi ensefianzas y algunas luces ue vi pactlana de'dos mil afios y de ta vivenoia dé Y que permanece hasta hoy como testi Hasta nuestro siglo XX Ia ignor™

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