Matrimonio y Familia2017
Matrimonio y Familia2017
MATRIMONIO Y
FAMILIA
Objetivo de la Materia
Esteban Beitze
INSTITUTO BÍBLICO JORGE MÜLLER
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
TEMARIO
I. INTRODUCCIÓN
1. LA REALIDAD
2. LA NECESIDAD
2
F. La guía del Señor conlleva paz
G. Dios bendice
4. EL PASADO
5. LA PUREZA EN EL NOVIAZGO
A. ¿Por qué esperar?
B. ¿Hasta dónde se puede ir en lo físico?
6. CONVIVIR ANTES DEL MATRIMONIO
7. ¿CUÁNDO SE ESTÁ LISTO PARA CASARSE?
IV. PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA LOS ROLES DE LOS CÓNYUGES – ESPOSO SIMILAR A CRISTO
1. UN HOMBRE SEMEJANTE A CRISTO AMA
A. Definición de amor
B. Descripción del amor
2. UN HOMBRE SEMEJANTE A CRISTO APRENDE
A. El mandamiento
B. El resultado
C. El efecto
3. UN HOMBRE SEMEJANTE A CRISTO LIDERA SERVICIALMENTE
A. Lo que no es un liderazgo que le agrada a Dios
B. Lo que es el liderazgo que agrada a Dios
V. PRINCIPIOS BÍBLICOS PARA LOS ROLES DE LOS CÓNYUGES – ESPOSA SIMILAR A LA IGLESIA
1. ELLA HONRA A SU ESPOSO
A. Lo que no es sujeción
B. Lo que sí es sujeción
2. ES UNA AYUDA IDÓNEA
3. ES UNA AMA DE CASA CUALIFICADA
A. Servicio en la familia
B. Servicio fuera de la familia
C. El ejemplo de Proverbios 31
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I. INTRODUCCIÓN
1. LA REALIDAD
En nuestra sociedad, el matrimonio está siendo atacado por todos los frentes. Hasta las leyes van quitando
paulatinamente todos los principios bíblicos al respecto. Se ve el matrimonio como una institución obsoleta y propensa
únicamente a problemas y conflictos.
Dado que el matrimonio es una institución divina, ideada y establecida por Dios, es duramente atacada por el enemigo.
Los satanistas propagan públicamente que su objetivo es la destrucción de la familia. La destrucción de este vínculo se
ve por doquier. La abolición del matrimonio y familia está en el proyecto de muchos políticos.
La inmoralidad, la pornografía casi omnipresente, hace que los valores bíblicos se pierdan cada vez más, lo que afecta la
santidad y fidelidad en el matrimonio.
Desde adentro del matrimonio ya no se ve la seriedad de esta relación. Cualquier razón es válida para separarse. La
tasa de divorcios y separaciones ha llegado a porcentajes cada vez más altos, por lo cual ya muchos prefieren convivir.
Y cuando no resulta, simplemente se separan.
El egocentrismo característico del tiempo final (2Ti.3:1-5), produce un concepto completamente distorsionado del amor
mutuo, convirtiéndolo simplemente en sinónimo de placer o en una sociedad de intereses.
Además, está surgiendo una preferencia cada vez mayor por vivir solos, sin compromiso con nadie. Si se quiere tener
hijos, el vientre de alquiler se está volviendo una moda, y el sexo se puede realizar con muñecos o máquinas o
simplemente autosatisfacerse.
Hay una gran falta de orientación. Esto se evidencia en muchas familias. Cada uno sigue sus propios intereses. Ya no
hay intereses iguales o al menos, compartidos.
Hoy en día, en los hogares hay una enorme falta de presencia de la figura paterna. La figura del padre con autoridad se
ve remontada al tiempo patriarcal.
El padre ya no puede ser estricto, pero tampoco blando. En realidad, ni sabe cómo ser. Hoy en día ya muchos están
reconociendo el tremendo error cometido en la educación sin límites y se ve como correcto que los hijos tengan límites
claros. El problema es ¿quién se los traza y sobre qué base?
Los hombres ya no saben cómo ser. Los medios nos presentan cómo deben ser físicamente y como profesionales, pero
la figura paterna no aparece. Por lo cual éste se despide completamente de la educación de los hijos. Por esta razón, el
ejemplo y la protección que irradia el padre han desaparecido.
Nuestra sociedad enfatiza que la mujer tiene que ser activa en lo profesional y en el trabajo, de lo contrario no se puede
realizar como tal. Ser “solo ama de casa” se volvió sinónimo de fracaso y burla.
Pero si los dos salen a trabajar, los hijos quedan a merced de parientes, niñeras, educadores o el estado. Es muy
probable que allí no reciban las enseñanzas bíblicas que se esperan de un matrimonio cristiano. No es de extrañar
luego, que los hijos no quieran saber nada de Dios. Aparte de ello, se pierde mucha cercanía con los hijos al encargarles
a otros su cuidado. Cada integrante del hogar vive su vida, muchas veces, enajenado en un mundo cibernético.
Hay cada vez más problemas sin resolver en los hogares. De hecho, ya no saben cómo resolverlos por vía del diálogo.
Ya no se sientan a la mesa o hablan para encontrar una solución. Inclusive entre cristianos, se gritan, se acusan y no se
escuchan. Esto en la mayoría de los casos, produce rencores. Apenas se empieza a hablar de algo, ya el otro se pone a
la defensiva. De entrada, ya se bloquea, pensando qué le puede retrucar. Esto lógicamente también lo ven los hijos. Y
ellos llegan a la conclusión que los conflictos no se pueden resolver hablando, sino que el que grita o “patalea” más, se
sale con la suya y, de todas formas, solución definitiva no existe. Esto se ve reflejado luego en la conducta de los chicos
en las escuelas y en la calle, solucionan sus conflictos a los gritos y golpes.
Lamentablemente, lo mismo que se está viendo en matrimonios y familias de inconversos, hoy se puede observar
también entre los creyentes. Las características que marcan nuestra sociedad corrupta, moralmente podrida, están
entrando también en los matrimonios cristianos.
2. LA NECESIDAD
El fundamento del matrimonio es Dios (Gn.1:27,28a). Dios inventó la familia (Gn.2:18,21-24). Es un orden de creación,
así como sale y se pone el sol. El que toca este orden destruye la creación de Dios.
El matrimonio y la familia debería ser un lugar de protección, comunión, cuidado y un lugar donde se educa a los niños.
Los padres son responsables por los hijos y no la sociedad. Esto es muy importante.
Formar una familia en los parámetros divinos no es fácil, pero tiene la aprobación de Dios, dado que Él mismo la
instituyó. Si el matrimonio es creyente, buscará hacer la voluntad de Dios y así podrá guiar a sus hijos en Sus caminos.
Dios tiene un plan para cada uno de los hijos. Es un plan maravilloso, pero esto se puede cumplir si Cristo es el centro
de nuestros hogares y matrimonios.
¿Cómo podemos enfrentar estos problemas? Teniendo una buena base bíblica al respecto. Si Dios inventó el matrimonio
y la familia, y nos dio la Biblia como manual para la vida entera, también tendrá respuestas a todas nuestras
interrogantes y conflictos.
Hoy en día uno se prepara mucho en lo secular, con estudios y capacitaciones para estar capacitado para llevar a cabo
muchas tareas y trabajos. Pero lamentablemente, son los menos los que se preparan o se siguen capacitando para y
durante el matrimonio. Este estudio procura dar una base bíblica para ello.
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II. BASE BÍBLICA PARA EL MATRIMONIO
1. CREACIÓN DEL HOMBRE Y LA MUJER
- Fueron hechos a imagen y semejanza de Dios (Gn1:26).
- Fueron hechos “varón y hembra” – es heterosexual, algo junto, inseparable, y del mismo valor (Gá.3:28).
- Son la corona de la creación: “bueno en gran manera” (Gn.1:31, comp.v.4,10,12,18,21,25).
- En el hombre se demuestra la necesidad de complemento (Gn.2:18).
- La mujer fue formada de una costilla del hombre (Gn.2.22), no superior ni inferior a él.
4. DIOS Y EL MATRIMONIO
Existen varios principios divinos respecto al matrimonio:
- Lealtad (Mal.2:15b)
- Indisoluble (Mal.2:16a; Mt.19:6)
- Orden establecido (Ef.5:22-24)
- Complementariedad (2Co.11:11). Uno necesita el otro para tener plenitud, pero tiene que ser “en el Señor”.
- Compromiso de amor (Ef.5:25,28)
- Cómo debe ser el amor (1Co.13:4-7). Existen cuatro palabras para amor en la Biblia: a) afecto, b) compañerismo, c)
sentimientos y d) ágape.
Y el amor en el matrimonio debería tener los cuatro, pero sobre todo el ágape.
La diferencia entre los tres primeros y el ágape se podría resumir con: “Te amo porque” y el ágape: “Te amo a pesar de”.
• Tolerar y soportar las imperfecciones de la pareja.
• Aceptar cuando el cónyuge es mejor que uno en algún área.
• Reconocer y pedir perdón por los errores propios.
• Perdonar los del otro.
• Pensar y buscar cómo llenar las necesidades espirituales, intelectuales, emocionales, sociales,
recreativas, económicas y físicas de la pareja.
• Tener plena confianza en el cónyuge.
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El Matrimonio y la Familia – V.&G. Scheunemann (Llamada de Medianoche – pág.32)
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5. PROPÓSITO DEL MATRIMONIO
El principio divino y bíblico para el matrimonio es bien sencillo y claro de comprender. Dos personas de diferente sexo y
de diferentes familias se unen en forma reconocida por la sociedad y forman de allí en más una unidad. Y si luego le
añadimos el manual para el ser humano, la Biblia, entenderemos la razón de ser y la función que tiene el matrimonio.
Lamentablemente hoy en día las uniones se dan de cualquier forma y por cualquier razón.
Para que nuestro matrimonio se edifique sobre los principios bíblicos, tenemos que observar, cuál es el propósito que
Dios tiene para el matrimonio.
A. Lo que no es
Existen muchas razones por las cuales las personas se casan. Las más comunes y generales son:
- Huir de la realidad en la cual se encuentran. Tienen problemas en su propia familia, por lo que buscan salirse.
- Para tener un estatus especial en la sociedad.
- Atracción física. Para ejercer la sexualidad en forma legal y sin culpas. “Si eres egoísta, el matrimonio no va a cambiar
tu corazón. Seguirás teniendo culpa y también la sembrarás”.
- Por despecho al buscar a otro después de haber terminado otra relación.
- Para huir de la soledad.
- Para tener a alguien que le tenga en orden su casa.
- Para aumentar la valoración de sí mismo.
- Por razones económicas. (uno de los cónyuges tiene buena posición económica).
- Por el deseo de tener a alguien que se preocupe por uno, alguien del cual recibir amor.
- Para tener hijos.
- La pareja es atractiva y uno se siente bien con ella.
- Porque surge la oportunidad para: ser más feliz, tener mayor sentido en la vida, y llenar el vacío de su propia vida.
- El enamoramiento. Aunque para muchos parezca una razón convincente, no por esto es de Dios. De hecho, la Biblia
advierte al respecto: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?” (Jer.17:9).
Todas estas razones también pueden darse en creyentes.
Al ver estas razones, que muchas veces no son reconocidas abiertamente, no es de asombrar que existan tantos
conflictos y separaciones. Simplemente no se cumplieron las expectativas que se tenían.
Generalmente, las razones que nos dan para casarse en el mundo son: atracción física, apariencia exterior, popularidad,
dinero.
En creyentes hasta podría ser camuflado espiritualmente como: toca en la banda de música, enseña, es hijo del anciano,
canta lindo, estudió en un instituto bíblico, etc.
C. Comunión
En Génesis 2:18b dice: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo…”.
Y en Proverbios 2:16,17: “Serás librado de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras, la cual abandona
al compañero de su juventud, y se olvida del pacto de su Dios”.
Y Pedro nos exhorta en 1Pedro 3:7: “Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer
como a vaso más frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”.
No significa
• Igualdad – la pérdida de la identidad o individualidad.
• Una copia idéntica sin diferenciación. Como paralelo podemos señalar la relación de Cristo – la cabeza – con la
Iglesia – su cuerpo. Son una unidad, pero diferentes. Aún el cuerpo está conformado por miembros diferentes
entre sí, pero necesarios para conformarlo (Ro.12). No somos clones. Dios nos dio diferentes dones,
capacidades, personalidades, ideas, etc. Pero es como una máquina que funciona perfectamente.
Significa
• Unidad – Es un reflejo de la Trinidad divina. El matrimonio no limita las libertades del otro. Dos se vuelven uno.
La esposa es la que complementa la vida del esposo y viceversa. El matrimonio es como una cerradura y la llave
– son el uno para el otro. La esposa debería ser la mejor amiga. Si otro u otra fuera el o la mejor amigo/a,
entonces hay problemas.
• Compañía y colaboración plena en todas las áreas. Esto llega hasta la más profunda identificación carnal.
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• Sacrificio – concientizarse y compenetrarse a compartir toda la vida con el cónyuge, lo bueno y lo malo. ¿Qué es
amor de acuerdo al concepto bíblico? Es entregar, sacrificar, buscar el bien del otro, sin esperar nada a cambio:
“el amor… no busca lo suyo propio” (1Co.13:5). En el mundo este término significa todo lo contrario: “Amor es lo
que el otro me puede dar”. El amor es satisfacer mis necesidades emocionales, físicas y por qué no, las
materiales. Mientras esto esté, existe amor. Pero cuando el otro también busca esto y no lo recibe, comienza el
problema. Por esto la excusa “se terminó el amor” para dar por terminada una relación, jamás podría salir de la
boca de un creyente porque se estaría acusando a sí mismo. Es su responsabilidad amar. Tenemos que tener
presente que no existe excusa para no dedicarle tiempo al matrimonio. Generalmente el hombre se dedica a
tiempo completo a su trabajo y quizás a los hijos, pero muchas veces descuida su tiempo con la esposa.
Lo que comparten
• La vida espiritual: “porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad para todo aprovecha,
pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera” (1Ti.4:8).
o Orar juntos. “Matrimonio que ora junto no se separa”.
o Leer y estudiar juntos la Biblia: “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,…” (Col.3:16a).
o Comentar juntos problemas y verdades espirituales.
o Tener convicciones y opiniones conjuntas: “Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos
los días. Cada uno esté plenamente convencido en su propia mente” (Ro.14:5).
o Formar parte de una iglesia local: “No dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre…”
(Hb.10:25). Es fundamental porque Jesucristo edifica Su iglesia y los que no se integren son miembros
lisiados, secos o inútiles, desobedeciendo un claro propósito que Dios tiene con cada creyente.
o Servir juntos a Cristo en la iglesia. Los que no lo hacen harán más pesada la carga a otros y se perderán
infinidad de bendiciones. No alcanza con llenarse la cabeza. Existen muchos creyentes “obesos
espirituales”. Absorben mucho pero no comparten ni aplican.
o Hacer todo lo que Dios enseñe.
o Exhortación y animación: “…enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría…” (Col.3:16b).
o Testificar de Cristo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Mr.16:15).
o Educación de los hijos.
o Aconsejar y colaborar a solucionar el problema de pecados personales (Gá.6:1). Nadie debería estar
más interesado en ayudarnos en nuestras tentaciones, debilidades, errores o pecados que nuestro
cónyuge. Hablemos abiertamente de nuestros puntos débiles y fracasos y ayudémonos a vencerlos. Ej.:
La esposa tiene problemas de aceptar su cuerpo. Entonces, el esposo debería alabarla, hacerla sentir
una reina. Si fuera necesario, animarla a hacer un deporte. Ej.: El hombre tiene problemas con
pornografía. Entonces, la esposa debería ayudarle a evitarla mirando la tv y la computadora juntos
(obviamente cambiando de canal si fuera necesario), tenerlas en un lugar abierto a la vista de todos,
controlar con amor. Las contraseñas de los celulares deberían ser de conocimiento del cónyuge.
Cuidarse y vestirse para él de tal forma que sus deseos sexuales sean satisfechos. Muchas veces la
mujer solo se arregla para salir, pero es descuidada en su apariencia y en el orden en casa.
o Confesarse mutuamente los pecados.
o Buscar el perdón del cónyuge y otorgarlo.
• Conocimiento/intelectualmente
o Pensamientos y planes. Los novios, ¿cuándo se van a casar? Si esperan tener todo para casarse no se
casan nunca y van a jugar con fuego. ¿Qué proyectos tienen de aquí a cinco años? La vida de casados
¿se volvió una rutina? ¿Qué planes tienen en común?
o Compartir su conocimiento, lo que aprendieron de la vida misma, de la Biblia, de sí mismos, etc.
Salomón dice: “Oirá el sabio, y aumentará el saber, y el entendido adquirirá consejo” (Pr.1:5).
o Razones para la toma de decisiones. Una decisión es tomada mucho mejor si se discuten las razones,
los pros y los contras.
o Opiniones sobre diferentes temas. Podemos tener diferencia de opiniones en algún asunto secundario,
pero de todas maneras es necesario saber cómo piensa el otro sobre determinado tema. (Ej.: adopción,
seguir una carrera universitaria, comenzar un negocio, etc.). Esto es lo que nos enseña el apóstol Pedro:
“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más
frágil, y como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”
(1P.3:7). La mayoría de las parejas que tienen conflictos se acusan y reconocen que no hablan juntos.
o Observación y comentarios sobre preguntas de la vida. No se dejen llenar por los medios de información,
háganlo en un compartir mutuo.
• Deseos/sentimientos
o Compartir la alegría y la tristeza, victorias y derrotas.
o Condolerse en las tribulaciones de la vida.
Una de las cosas que une más a la pareja es alegrarse con los éxitos del otro y llorar con el dolor del cónyuge. Como el
verdadero amor “no tiene envidia” se alegrará con los logros del otro. Nuestro deber cristiano es “cargar las cargas unos
de los otros” (Gá.6:2). “Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran” (Ro.12:15). “Para que no haya
desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que, si un
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miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se
gozan” (1Co.12:25,26).
• Relacionamiento social
o Desarrollar amistadas cercanas con las mismas personas. Fundamentalmente con la familia del
cónyuge. Se quiera aceptar o no, uno también se casa con la familia de la pareja. Cada una tiene sus
rarezas, sus lados fuertes y debilidades. Pero tienen que buscar la amistad con ellos. Pero no solo la
familia, sino también las amistades del cónyuge tienen que ser compartidas. Hay que manejarse por el
concepto de Romanos 12:18: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres”. Esto incluye también las amistades de uno como del otro. Ya no serán “tus amigos” y “mis
amigos”, sino deben convertirse en “nuestros amigos”. En este punto tenemos que añadir la tremenda
importancia de tener buenas relaciones con creyentes. De hecho, ellos son nuestra familia, a veces aún
más cercana que la propia. Si descuidamos relacionarnos con ellos, estaremos descuidando muchos
pasajes al respecto de la unión en el Cuerpo, pero también se evidenciará negativamente en nuestra
relación hacia las cosas de Dios. Otras cosas serán prioridad. Además, es muy importante que nuestros
hijos forjen amistades con creyentes. Si no los tienen en la iglesia, los buscarán afuera con todo el
peligro que esto conlleva.
o Actividades compartidas en el tiempo libre. Si a uno le encantan las actividades al aire libre y el otro
prefiere quedarse en casa, deberían encontrar un sano equilibrio entre los dos intereses. Si a ella le
gusta mirar una película romántica y a él mirar un partido, sacrifiquen sus intereses propios para
compartir con el otro.
o Desarrollar interés en los hobbies del cónyuge.
o Ampliar la hospitalidad a otras personas. Recién de casado se puede ampliar mucho más la hospitalidad:
“compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad” (Ro.12:13). Un precioso
ejemplo de ello lo vemos en la casa de Priscila y Aquila (Hch.18:26), que invitaban a personas para
ayudarlas en su crecimiento espiritual (Apolos). Es un proyecto matrimonial. Como matrimonio,
¿discipulan a alguien? ¿Tienen el proyecto de alcanzar a algún vecino, amigo o pariente para Cristo?
• Trabajo
o Compartir acerca de las actividades del trabajo. Es bueno que la mujer pueda entender el desarrollo del
trabajo del marido, y viceversa. Esto será de gran ayuda para cuando surjan problemas, tentaciones, etc.
o Trabajos en y alrededor de la casa. El hombre se podría encargar de cortar el pasto, sacar la basura e
inclusive ayudar a levantar la mesa. Cocinar alguna vez, etc.
o Compartir las dificultades que se relacionan con el trabajo.
o Alegrarse con los logros del otro.
o Oración por motivos del trabajo.
• Aspiraciones generales
o Unanimidad en las metas. “¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo?” (Amós 3:3). “Completad
mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa” (Fil.2:2).
o Unanimidad en los deseos o metas del matrimonio.
▪ Familia - Hacer cosas en común, no solo vivir bajo el mismo techo: “pero el casado tiene cuidado
de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer” (1Co.7:33).
▪ Crecimiento espiritual y servicio.
▪ Hijos - ¿Qué principios aplicaremos en la educación? ¿Cómo los vamos a corregir? La
unanimidad de criterios es fundamental en esta área, de lo contrario los hijos siempre se saldrán
con la suya. También debemos decidir cuándo haremos el culto familiar. No es una pregunta si
lo haremos o no, porque es una clara orden de Dios. “Y estas palabras que yo te mando hoy,
estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y
andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes” (Dt 6:6,7). Josué tenía muy claro lo
que él quería para su hogar: “…yo y mi casa serviremos a Jehová” (Jos.24:15b).
▪ Finanzas – Si no tenemos en claro este tema ya en el noviazgo, esto ocasionará muchos
problemas y posiblemente hasta la ruptura del matrimonio. Hay que decidir quién y cómo se
administrará el dinero. Tengamos bien presente que el dinero es de ambos (no esto mío y esto
tuyo). De última es de ninguno, sino que Dios se los prestó.
▪ Profesión, estudios y tiempo libre.
▪ Futuro.
D. Apoyo mutuo
Cuando haya problemas y pruebas.
• Ayudarse mutuamente: “En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia” (Pr.17:17).
• Levantarse mutuamente: “Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren,
el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.
También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente; mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno
prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Ec.4:9).
• Edificarse mutuamente: “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”
(1Ts.5:11).
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E. Reflejar la actitud del Señor
En el matrimonio se tendría que reflejar la relación que existe entre Cristo y la Iglesia: “Las casadas estén sujetas a sus
propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual
es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus
maridos en todo (sujeción). Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo
por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí
mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha
(guardar la pureza). Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su
mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como
también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el
hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo
digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí
mismo; y la mujer respete a su marido” (Ef.5:22-32).
G. Servir a Dios
El fin de cada creyente y por supuesto, también el del casado debe ser: “a fin de perfeccionar a los santos para la obra
del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef.4:12). Pedro exhorta: “vosotros también, poniendo toda
diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al
dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas
cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor
Jesucristo” (2Pe.1:5-8).
Así como cada creyente es llamado a servir al Señor (1Ts.1:9), así también lo debe hacer el matrimonio. Las parejas de
novios deberían estar involucradas, y al tener una actividad juntos, les abrirá una perspectiva increíble para su relación.
Su relación no estará basada solamente en lo sentimental ni estarán enfocados a lo material, sino que se le añadirá la
esfera primordial, la espiritual. Se conocerán mucho mutuamente; ayudará en la maduración espiritual y contarán con la
bendición de Dios. Es fundamental que los novios y los matrimonios que no lo han hecho, planifiquen bajo mucha
oración, en qué área van a servir al Señor. Compartirán sus planes, proyectos, metas, luchas y logros. Esto los unirá
más que el proyecto de la construcción de una casa, la compra de un auto o un viaje. Muchas parejas, como su prioridad
es lo material, entran en tremendos conflictos porque sus ambiciones no se realizaron, o porque perdieron lo material, o
porque lo material empieza a ocupar el lugar que debería ocupar el cónyuge.
Como todo en la vida, el principio de Jesucristo sigue siendo válido más que nunca: “Mas buscad primeramente el reino
de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mt.6:33).
Podemos resumir todo lo que vimos diciendo que el objetivo en nuestro noviazgo y matrimonio debe ser el honrar a Dios.
Esto es lo que busca Dios. La forma en que debemos hacerlo la encontramos en la Palabra y los principios que vimos
son una pequeña parte de la misma. Que nuestra oración sea que con nuestro noviazgo, matrimonio y hogar honremos
al Señor.
Por lo tanto, lo que hoy llamamos noviazgo ha variado y varía de acuerdo a costumbres, tradiciones y tiempo.
SI
La Biblia nos da principios para todas las decisiones en nuestras vidas. Por esto, antes de empezar un noviazgo, hay
que tener muy en claro lo que significa para Dios el matrimonio y, por ende, el tiempo de preparación a ese momento.
Frente a todo, podemos estar confiados en que Dios conoce nuestras necesidades y se va a encargar que tengamos lo
que realmente necesitamos. La cuestión es si estamos dispuestos a hacer la voluntad de Dios, en el tiempo de Dios.
G. Dios bendice
- Cuando se hace la voluntad de Dios, siempre viene acompañada de bendición.
- Trae buen testimonio frente a Dios y los demás.
- Es una decisión que lleva bendición también para otros.
4. EL PASADO
Muchas veces se presenta la pregunta, qué y cuánto de las relaciones y/o errores pasados se tienen que comentar al
futuro cónyuge.
Josh McDowell recomienda no sentirse obligado a “contar todo”. Si está seguro de ser aceptado tal cual es en este
momento, entonces la relación es segura. Pero si en el pasado existen cosas que podrían llevar a que uno de los dos
ponga en riesgo la relación, entonces se está sobre un fundamento endeble para empezar una relación duradera.
Novias/os anteriores pueden ser un factor de riesgo. La presencia de hijos de otras relaciones tiene que ser comentada,
dado que seguirá siendo parte de las responsabilidades.
5. LA PUREZA EN EL NOVIAZGO
Uno de los grandes problemas en los noviazgos hoy en día es la lucha contra la impureza, los deseos sexuales y las
relaciones sexuales. Hoy se considera absolutamente normal el hecho de tener relaciones sexuales en el noviazgo y se
vuelve burla o noticia la decisión de guardarse puro.
A. ¿Por qué esperar?
Observemos algunos beneficios de esperar hasta el casamiento.
- Provee la bendición de Dios por serle obediente.
- Produce ausencia de culpa al no infringir las reglas de Dios.
- Promueve la confianza en el compañero/a. Ya que busca ser fiel a Dios antes del matrimonio, es mucho más probable
que también lo sea de casado/a. Pero si no se sabe contener antes del matrimonio, ¿qué garantía hay que lo haga
después de casado/a?
- Produce crecimiento espiritual. El hecho de querer obedecer a Dios y Su Palabra, promueve la plenitud y el fruto del
Espíritu que incluye la “templanza” o sea, dominio propio.
- Plenitud de gozo. No existe gozo más grande que vencer tentaciones y luego llegar al matrimonio y al acto sexual
habiendo guardado la pureza.
2
Manual de Asesoramiento Premarital – H.Norman Wright (Unilit – pág.71)
12
“En los últimos años, un factor inesperado se ha desarrollado en cuanto al éxito del matrimonio – si la pareja ha vivido
junta antes del matrimonio. Cuando la tendencia a cohabitar antes del matrimonio comenzó, la suposición era que esto
iba a ser saludable para la relación matrimonial. Los sorprendentes resultados han demostrado justamente el efecto
opuesto.
Varios estudios han hallado que las parejas que viven primero juntas tienen la tendencia también a ser las primeras en
divorciarse. Las investigaciones de la Universidad de Wisconsin reportan que 38% de las parejas que han vivido juntas
antes de casarse se divorcian dentro de diez años, comparando con 27% de las parejas que se casaron sin cohabitar
primero… El índice de divorcios treinta por ciento más alto entre las parejas que habían vivido juntas comparado con
aquellas que no lo habían hecho… Un estudio… de 17000 parejas encontraron que las parejas que vivían juntas tenían
una satisfacción prematrimonial significativamente menor comparado con las parejas en las que ambos vivían solos
antes del matrimonio. El 64% de las parejas que vivían juntas cayeron en el grupo de baja satisfacción”.
Es evidente que cuando se dejan de lado los principios bíblicos respecto al matrimonio y la sexualidad, siempre habrá
efectos contraproducentes, falta de la bendición de Dios y hasta castigo.
Walter Trobisch en su libro “Yo me casé contigo” propone siete pruebas de amor verdadero.
- La prueba de compartir. ¿Son capaces de compartir y convivir? ¿Quieres hacer feliz a tu pareja, o estás buscando tu
felicidad?
- La prueba de fuerza. ¿Te brinda nueva fuerza tu amor y te llena de energía creativa? ¿O disminuye tu fuerza y
creatividad?
- La prueba del respeto. ¿Se respetan mutuamente? ¿Estás orgulloso de tu pareja?
- La prueba del hábito. ¿Solamente tienen amor romántico o también se quieren como amigos y se aceptan con cada
una de sus fallas?
- La prueba de los disgustos. ¿Pueden perdonarse y ceder el uno al otro? La capacidad de reconciliarse después de un
verdadero disgusto es necesario antes de casarse.
- La prueba del tiempo. No se casen hasta que hayan pasado el verano y el invierno como novios. ¿Se han observado
durante todo un año? ¿Ha pasado suficiente tiempo para que se conozcan bien?
- La prueba del sexo. ¿Pueden estar contentos juntos sin tener contacto físico? Si no pueden convivir sin acariciarse, no
tienen la madurez ni el amor necesarios para casarse. Para muchos hoy en día, el sexo es justamente una prueba que
se aman. Pero sucede a la inversa. Como dice W.Trobisch: “El acto sexual no es una prueba de amor, pues lo que uno
quiere probar se destruye al probarlo”.
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A. Definición de amor
1) Puntos de vista generalizados: El amor es simplemente un sentimiento o lo que la otra parte me puede hacer de
bueno.
2) Punto de vista bíblico: El amor bíblico tiene su ejemplo máximo en Dios que entregó a su Hijo, y en Jesús que por
amor se entregó a sí mismo. Por lo tanto, el amor de acuerdo a la Biblia es una disposición de entrega y de siempre
buscar el bien del otro.
B. El resultado
Es un esposo que sabrá entender a su esposa y la tratará como vaso frágil, con toda atención y cariño. Los efectos en
este matrimonio se harán visibles inmediatamente.
C. El efecto
El problema de tu esposa es el tuyo. Si es importante para ella también lo tiene que ser para ti.
2) Toma todas las decisiones individualmente. Pero, un hombre semejante a Cristo no es así, porque:
- No tiene suficiente tiempo para ello, necesita la ayuda de su esposa.
- No es su responsabilidad, tomarlas solo. Él es un líder de equipo.
- Él necesita su discernimiento.
- Ella será su mejor consejero.
- Él escuchará a su esposa, pero probará si está de acuerdo a la Palabra de Dios.
3) Seguir a su esposa. Pero, un hombre semejante a Cristo no es así, porque: “3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la
cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.7 Porque el varón no debe cubrirse
la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.8 Porque el varón no procede de la
mujer, sino la mujer del varón,9 y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón”
(1Co.11:3,7-9). “Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y
él es su Salvador” (Ef.5:23).
2) La práctica
- Orientado a otros. Él se preocupa por sus necesidades y deseos.
- Orientado a la meta. Él sabe hacia dónde encamina a su esposa y familia
- Es un ejemplo en lo que se refiere al liderazgo “Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y
el Dios de paz estará con vosotros” (Fil.4:9) (comp. Pr.23:26).
- Él soluciona los problemas de forma bíblica = está orientado a la solución de los problemas.
- Él le da las directrices, no como un padre sino como un entrenador.
- Él la motiva – le ayuda en su vida con el Señor, y a crecer en las tareas que le fueron encomendadas por Dios.
- La anima a ir al mismo paso que él.
- Dirigiendo – “que gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad (pues el que no sabe
gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de Dios?);… Los diáconos sean maridos de una sola mujer, y que
gobiernen bien sus hijos y sus casas” (1Ti.3:4,5,12). Él ve a su esposa como compañera de equipo.
- Con amabilidad – “Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad que te son dados
debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo
del sol” (Ec.9:9). Vive con alegría junto a su esposa, y ella vive con alegría junto a él.
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- Las personas piensan que la esposa es rebajada para hacer las tareas sucias y denigrantes.
- Las personas piensan que una esposa que se sujeta al esposo está condenada a una vida miserable y sin realización
propia.
- Muchas personas piensan que la realización y verdadera dicha solo se encuentran en la libertad de hacer lo que uno
justamente tiene ganas de hacer.
En contraposición a ello, encontramos la figura bíblica del rol de la mujer en Efesios 5:22-24.
A. Lo que no es sujeción
1) No significa poner al hombre en el lugar de Cristo.
“Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en
todo tenga la preeminencia” (Col.1:18).
“Por causa del Señor someteos a toda institución humana…” (1P.2:13).
2) Sujeción no significa que la esposa resigne el pensar independientemente o quede intelectualmente relegada.
“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría…”
(Col.1:16).
“Abre su boca con sabiduría, Y la ley de clemencia está en su lengua” (Pr.31:26).
Jue.13:21-23; Pr.1:8.
3) Sujeción no significa dejar de lado cualquier intento de cambiar actitudes negativas del esposo.
: “Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean
ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa” (1P.3:1,2);
Pr.31:26.
La influencia correcta sobre el esposo es por medio:
- de la armadura espiritual (Ef.6:10-18)
- oración
- amigos piadosos (Pr.27:5,6)
- quedar tranquila, pureza y piedad (1P.3:1,2)
- vencer lo malo con lo bueno (Ro.12:17-21)
- respuestas blandas (Pr.15:1: 25:15)
- hablar la verdad en amor (Ef.4:15)
- exhortarle (Mt.18:16)
- paciencia (Ecl.10:4; Pr.15:18)
- disciplina de iglesia (Mt.18:17)
- no existe una autoridad superior que la divina (Ro.13:1ss)
- suavidad del habla, exhortación de acuerdo a parámetros bíblicos (Pr.16:21)
El proceso de la exhortación:
➢ Los motivos correctos
➢ Comunicación respetuosa
➢ Guardar los preceptos bíblicos
➢ Buscar el momento oportuno
➢ Hacerlo en un espíritu de sujeción
“Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones. 10 Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios” (1P.4:9,10).
B. Lo que sí es sujeción
1) Una definición bíblica del concepto.
La palabra sujeción es una traducción de las palabras griegas: hupo=debajo y tasso=poner, estar, ordenar o parar.
que se traduce en nuestra RVR como “sujetas”. Otras traducciones emplean términos como “sometidas” o “sumisas”,
pero el tiempo y el uso han desvirtuado mucho estos conceptos de su significado original.
Esta subordinación no solo se encuentra respecto a la mujer frente al hombre. Se expresa en tres relaciones:
a) Cristo está subordinado a Dios, en relación de su condición de hombre, y en esa condición, en la forma de
siervo. Lo que en teología se conoce como la kenosis, o el vaciamiento (Fil.2.5-8).
b) El hombre está subordinado a Cristo, quien es Su cabeza, así como es la cabeza de su Cuerpo que es la
Iglesia (Ef.1.22;4:15; Col.1:16; 2:19), de los ángeles (Col.2:10). La obediencia exigida al varón le coloca en un
grado de dependencia (Gén.2.16-17). Y notemos que, en esta última cita, aún no estaba formada la mujer.
c) La mujer está subordinada al varón. Es la ley marcada por Dios al principio, especialmente después de la
caída (Gn.3:16;1Co.14:34) y es el mandamiento neotestamentario (Ef.5:22-24).
La sujeción es un llamado espiritual para la esposa, para reconocer, confirmar y cultivar la guía del esposo, como
también ayudar con sus dones para que esta guía se lleve a cabo.
2) La sujeción es el camino de Dios (y como tal, es bueno, agradable y perfecto) para construir y mantener el
funcionamiento y el orden en la familia.
Esto se aplica a las autoridades (Ro.13:1).
Esto se aplica a la iglesia (1Ti.3; 1P.5).
Esto se aplica a la familia (Ef.5; 1Co.11:3).
5
Biblia de Estudio MacArthur – MacArthur (Portavoz – 1P.3:6)
17
- “Como al Señor” (Ef.2:22) – es la actitud para hacerlo.
- “Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo” (Ef.5:24,32) – el ejemplo supremo.
- “Sed llenos del Espíritu” (Ef.5:18) – el medio para lograrlo.
C. El ejemplo de Proverbios 31
- Hace del hogar un lugar seguro (vs.10-31)
- Es confiable (vs.11,12)
- Es organizada y productiva (vs.13,14)
- Es emprendedora (vs.16-19)
- Es dadivosa con los vecinos (v.20)
- Es enseñadora (vs.25,26)
- Es una madre bendecida (vs.27-31)
18
VI. PRINCIPIOS BÍBLICOS DE COMUNICACIÓN 6
1. INTRODUCCIÓN
A. Las razones principales de los problemas en el matrimonio son
- Básicamente – egoísmo
- En la práctica – falta de comunicación
B. Principio básico
Donde sea que encuentres personas que tienen una relación armónica, tienes delante de ti personas que se comunican
eficazmente. Pero donde encuentres personas que tienen problemas interpersonales, tienes delante de ti, personas que
no se comunican eficazmente (Pr.11:9,11; 12:18; 18:21; Stg.3).
2) Hablar la verdad.
- El verbo se encuentra en un presente continuo (comp.Ef.4:15; Col.3:9).
- Es más que no mentir. Es no exagerar, ni esquivar algún tema o decir verdades a medias.
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• Pr.15:23b; 25:11
• Pr.3:5; Fil.4:6,7; 1Ts.5:17
La Biblia se encuentra llena de pasajes que ilustran, explican y ofrecen soluciones para los conflictos interpersonales.
Evidentemente es un tema crucial, porque si estamos mal con un hermano, y peor, con nuestro cónyuge, todo lo demás -
incluyendo nuestra relación con Dios y ministerio - se verá afectado.
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8
El Pequeño Larousse ilustrado (Conflicto)
20
- Problemas económicos.
- Diferencias: ya solo por el hecho de ser de sexos opuestos, de diferente contexto social, educación, quizás hasta de
cultura y raza, los conflictos se van a dar.
- Heridas: pueden ser las que se obtuvieron por experiencias del pasado (padres ausentes, abuso, violaciones,
desprecio, etc.), como también las heridas infringidas por el/la cónyuge.
- Pensamientos dañinos
PENSAMIENTOS QUE LLEVAN AL PENSAMIENTOS QUE EVITAN
CONFLICTO LOS CONFLICTOS
¡Esto es ridículo! Él/ella podría tener razón.
¡Yo quiero hacer mi voluntad! No se tiene que hacer mí voluntad.
¿Cómo es que él/ella puede ser/actuar Tengo que orar por él/ella.
así?
¡No quiero que me trate así! ¿Cómo puedo hacerle algo bueno?
21
- Propón solucionar el conflicto teniendo en cuenta los conceptos bíblicos: “Procura con diligencia presentarte a Dios
aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2Ti.2:15).
- No peques mientras hablen de un problema: “Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para cosas
rectas. Porque mi boca hablará verdad, y la impiedad abominan mis labios. Justas son todas las razones de mi boca. No
hay en ellas cosa perversa ni torcida” (Pr.8:6-8).
- En todo, busca la gloria de Dios y lo bueno para el otro, en lugar de insistir en tener la razón: “Cada uno de nosotros
agrade a su prójimo en lo que es bueno, para edificación” (Ro.15:2).
- A las palabras enojadas del prójimo, responde con suavidad y ternura: “La blanda respuesta quita la ira; Mas la
palabra áspera hace subir el furor” (Pr.15:1).
- Ser paciente y orar: “No digas: Yo me vengaré; espera a Jehová, y él te salvará” (Pr.20:22). “Con larga paciencia se
aplaca el príncipe, y la lengua blanda quebranta los huesos” (Pr.25:15).
En el pasaje donde Pablo habla de la unidad, se le añade también este concepto: “...soportándoos con paciencia los
unos a los otros en amor” (Ef.4:2b). “Soportándoos con paciencia” (gr.makrothumía = anchura de ánimo), es la paciencia
de tratar a las personas. Necesitamos de este aguante (“soportándoos”). La palabra misma ya indica que no será fácil.
Pero si queremos tener unidad, debemos soportar. La intolerancia es el defecto que impide la comunión a nivel de
amistad, eclesial, familiar, matrimonial, basada en el amor y la comprensión. De la misma manera, pero a la inversa, el
soportarnos mutuamente es señal de que el amor rige nuestro trato con los demás.
Sigamos el ejemplo de Jesús: “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros,
dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le
maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga
justamente” (1P.2:21-23).
8. CONCLUSIÓN
Dios desea que vivamos en paz y nos dio las herramientas para poder llevarlo a cabo.
David dijo en el Salmo 34:12-18: “¿Quién es el hombre que desea vida, que desea muchos días para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; busca la paz, y síguela. Los
ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. La ira de Jehová contra los que hacen mal,
Para cortar de la tierra la memoria de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano
está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu”.
Pero esto solo se puede hacer realidad cuando los creyentes imitan el estilo de vida de Jesús (Fil.2:3-8).
Él mismo es el que nos da la fuerza para llevarlo a cabo, como lo dice Pablo en 2Corintios 13:11: “Por lo demás,
hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor
estará con vosotros”.
9
Amor para toda la vida – Dr.James C.Dobson (Ed.Betania – pág.111-117)
23
En el contexto de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, Salomón escribe en Proverbios 5:15-19: “Bebe el agua
de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de
aguas por las plazas? Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la
mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor
recréate siempre”.
Estos pasajes nos enseñan varias cosas, que veremos a continuación.
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E-sword – Concordancia Strong (“cumpla” 1Co.7:3)
24
- Como ya vimos en 1Co.7:3,4 buscar la satisfacción del cónyuge tiene que ser visto como una tarea placentera.
¿Qué queremos decir con estas afirmaciones? ¿Queremos que nuestros hijos “salgan bien”? ¿Queremos que nuestros
hijos sean fieles al Señor? No queda otra forma que ser ejemplo. Nuestro objetivo principal debería ser: el ser
ejemplo. No hay nada que impacte e incentive más que un buen ejemplo. Pero también podemos decir que no hay nada
que dañe más que un mal ejemplo porque, aunque lo cuestionen, lo van a imitar. Ej.: hijos de padres borrachos,
golpeadores, divorciados, etc., aunque los odien por esto, muchas veces caen en lo mismo.
En relación al trato con los hijos, también se pueden aplicar algunos de los puntos anteriores relacionados con el
cónyuge.
12
La fe Cristiana Frente a los Desafíos Contemporáneos – John Stott (Nueva Creación – pág.362,363)
25
1. COMUNICACIÓN
Se puede dividirla en dos partes.
A. Comunicación con el cónyuge sobre los hijos
Además de hablar mucho entre los cónyuges, es necesario que también se hable de los hijos, qué les sucede, cómo
educarlos, con quién queremos que se relacionen para forjar amistades sanas y sobre todo del aspecto espiritual. El
estudio o la profesión son completamente secundarios frente a su posición espiritual.
Otros padres emprenden actividades especiales y viajes con los hijos. Esto es genial, pero lo que no puede faltar nunca
es el estar juntos y hablar con cada uno en particular. Cada uno tiene sus necesidades, que son muchas veces
completamente diferentes a las de los hermanos. Tenemos que aprender a ver en sus reacciones y actitudes algo que
quieren demostrar y quizás no sepan formular o no se animen a hacerlo.
Una buena opción es una noche en familia por semana, en la cual cada uno pueda exponer sus pensamientos y
necesidades, por las cuales luego se orará.
Si de repente uno de los hijos aparece vestido completamente de negro con piercings en el labio y en el ombligo, se
hace un peinado diferente y tatuajes, probablemente ya se haya llegado tarde.
¡Cuidado cuando se encierran a solas con la computadora! Quizás ya es adicto a juegos o a la pornografía.
Hoy existen ofertas para vacaciones familiares como: “Venga con sus hijos. Tenemos una programación especial para
ellos y usted podrá disfrutar su merecido descanso”. ¿No será mejor aprovechar ese tiempo para estar más con ellos? Si
son vacaciones en familia, ¿el objetivo de salir juntos no era para estar juntos?
Un proverbio chino dice: “Si haces planes para un año, siembra arroz. Si lo haces por veinte años, planta árboles. Si los
haces para toda la vida, educa a una persona”.
3. PEDIR PERDÓN
También los padres fallan. No son infalibles. Y cuando se equivoquen, o traten de forma injusta a sus hijos, etc.,
corresponde pedir perdón. De lo contrario, ¿cómo podrán enseñarles a pedir perdón cuando ellos se equivoquen o más
aún, pedirle perdón a Dios? Si se finge que nada ha pasado, los hijos tampoco sentirán la necesidad de pedirle perdón a
Dios por sus pecados. No podemos seguir la filosofía de que todo se arreglará de alguna forma.
También, si los hijos fueron espectadores de alguna pelea de los padres, deben saber que ellos se pidieron perdón y que
el problema se solucionó. Con ello aprenden que las relaciones crecen y sanan por medio del perdón.
A. Principios inamovibles
El apóstol Pablo nos presenta una clara orden respecto a nuestra responsabilidad como padres.
26
Efesios 6:4 dice: “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del
Señor”. En otras palabras, podríamos decir: “Padres, críen a vuestros hijos en la disciplina y amonestación del Señor”.
Entonces, ¿qué significa esto?
Veremos los términos que aparecen en este versículo.
- “criar” = “ektréfo”13; criar a madurez, i.e. (generalmente) acariciar o entrenar. “tréfo” contiene la idea de alimentar, y en
este contexto, de “nutrir a los hijos de la propia sustancia de los padres” 14. Es un entrenamiento cariñoso que toma de la
esencia de los padres, para llegar a un objetivo. Entrenar significa hacer algo constantemente para aumentar el
rendimiento, con una finalidad. Pero toda la base para este entrenamiento es tomada de la propia sustancia de los
padres. O sea, ellos transmiten de lo que saben y tienen.
- “disciplina” = “paideia”15, denota la formación dada a un niño, incluyendo la instrucción; de ahí, disciplina, corrección.
Es cercana a la palabra “paidagogós” que era el líder del muchacho, el tutor, el esclavo que lo llevaba a la escuela,
enseñaba, corregía, y hasta disciplinaba hasta llegar a la mayoría de edad estipulada por el padre. (De ahí surgen
nuestras palabras pedagogía y pedagogo).
- “amonestación” = “nouthesia”,16 lit: un poner o fijar en la mente (nous, mente; tithemi, poner). Nouthesia es la
«instrucción de palabra», tanto si es de aliento como de reprensión o reproche. Es, por lo tanto, la provisión de criterios
sanos acerca de las cosas, de manera que se queden bien fijos en la mente de los niños como “clavos plantados” 17, en
forma de convicciones arraigadas. En contraste con esto, la palabra sinónima “paideia” acentúa la instrucción con acción,
aunque se usen ambas palabras en ambos sentidos.
Por lo tanto, criar a los hijos en la disciplina y amonestación del Señor es el más alto e importante deber de los padres.
Significa un entrenamiento cariñoso y constante, basado en la instrucción de principios bíblicos por parte de los padres,
para que los hijos puedan llegar a tener una vida vivida en función de estos valores. Esto conlleva que los padres
también vivan de acuerdo a estos principios. Obviamente no se empieza cuando se está por tener al hijo. Esto ya debe
ser una norma de vida para el soltero.
¿Cuál sería el objetivo de criar a nuestros hijos en los principios bíblicos? La respuesta la encontramos en 2.Timoteo
3:16,17: “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en
justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. Deseamos hijos
que sepan hacer lo correcto, que les vaya bien en la vida y, sobre todo, que honren al Señor con lo que hagan.
B. Procedimiento ineludible
El procedimiento lo encontramos en Deuteronomio 6:5-7: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu
alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus
hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes”.
1) Consagración al Señor
El mandamiento empieza con la prioridad: “Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas
tus fuerzas”. Esto es lo que también señala el Señor Jesús en Mateo 22:37,38: “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios
con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento”. Es interesante
observar una pequeña diferencia entre los dos versículos. Uno dice “con todas tus fuerzas” y el otro “toda tu mente”. Esto
es sencillo. Jesucristo siempre fue al origen de los hechos. Estos empiezan en la intención del corazón, los
pensamientos. Una mente puesta en Dios y Su Palabra, lo obedecerá.
Ahora, la idea central de estos dos pasajes es una rendición incondicional al Señor. Si no existe el reconocimiento del
señorío de Cristo en la vida de una persona, comenzando por los padres, los principios bíblicos no serán valorados ni
obedecidos. Serán principios interesantes pero relativos a la interpretación. La causa principal por la cual tenemos hijos
que se apartan de los caminos del Señor, es que los padres no tienen una relación cercana, profunda y cotidiana con el
Señor.
Por lo tanto, si Dios no es lo primero en la vida de los padres, probablemente lo será mucho menos en la vida de los
hijos. ¡Que Cristo ocupe el primer lugar en tu vida!
13
Concordancia Exhaustiva de la Biblia – James Strong (Caribe – criar)
14
Comentario Exegético Devocional – Matthew Henry (CLIE - Efesios 6:4 )
15
Concordancia Exhaustiva de la Biblia – James Strong (Caribe – Disciplina)
16
Concordancia Exhaustiva de la Biblia – James Strong (Caribe – Amonestación)
17
Comentario Exegético Devocional – Matthew Henry (CLIE - Efesios 6:4 )
27
No existe instrucción más eficaz que una vida que lo demuestre. La forma más efectiva de impactar en la vida de los
hijos es por la forma de vivir. Se les puede leer la Biblia todo el día, pero si ellos no la ven aplicada en las vidas de los
padres, de nada va a servir. Los hechos valen más que mil palabras.
Además, les tenemos que enseñar todo el plan de Dios. Tienen que ser nuestros primeros discípulos. Tenemos que
tener en cuenta, que los tenemos mucho tiempo, por lo que les podemos enseñar en profundidad todo lo relacionado con
el evangelio y las enseñanzas bíblicas en general.
El responsable principal de esta tarea en el hogar es el hombre. Dios lo ha puesto como cabeza, no para ser el
mandamás sino, como responsable de la condición espiritual de su esposa e hijos. ¡No podemos ser indiferentes a la
instrucción bíblica personal y la de la propia familia!
¿Pero qué de los hogares donde el hombre no está o no toma esta responsabilidad? La madre debe tomarla.
Veamos lo que dice Salomón al respecto. En Proverbios 1:8 tenemos un principio de influencia materna: “Oye, hijo mío,
la instrucción de tu padre, Y no desprecies la dirección (Torah) de tu madre”. La palabra “dirección” en el original es
“Torah”, o sea la ley. La misma palabra aparece en varios pasajes más (Pr.3:1; 4:2; 6:20; 7:2). En el 6:20, otra vez se
encuentra relacionada la Torah con la madre.
La Torah se refiere al Pentateuco, pero el Señor mismo a veces se refería al AT entero cuando nombraba la Ley.
Quizás, cuando hablamos de la “Torah”, pensamos que es solo un conjunto de leyes que había que leerle al niño
hebreo. Obviamente, no solo se refiere a reglas o normas. La mayoría de los israelitas lamentablemente solo veían en la
Torah un conjunto de leyes, pero era mucho más que ello. La Torah es una línea de principios. Un arqueólogo descubrió
el significado de la Torah con una representación de un niño entesando un arco y un mayor que lo guiaba. Los principios
divinos son los que le dan dirección a la vida, (dar en el blanco - opuesto a pecado). Estos principios se mantienen a lo
largo de toda la Biblia como ser la veracidad, santidad, consagración a Dios, servicio, etc.
Las madres le tienen que enseñar a sus hijos a pensar bíblicamente. Son en gran parte las madres las que enseñan a
sus hijos cómo llegar a tener un buen matrimonio, a guardar la santidad, no ser materialistas, ser amorosos, etc. Se
necesitan madres que enseñen a temer a Dios, que den dirección bíblica para la vida. Esto comienza en la más tierna
edad.
La mayor responsabilidad de la madre es la condición espiritual de sus hijos.
Como vemos, la parte más importante de la instrucción bíblica se realiza en el hogar, a través del ejemplo de vida e
instrucción específica.
Pero si pensamos en el pueblo de Israel, ellos tenían también la obligación de ir al templo, estudiar la Palabra de Dios y
escuchar su exposición. Muchas veces asociamos el versículo de Hebreos 10:25: “no dejando de congregarnos, como
algunos tienen por costumbre…” con los adultos. Pero ¿es esto así? ¡Absolutamente no! Gracias a Dios, tenemos
excelentes programas en nuestras iglesias enfocados inclusive a las diferentes edades explicado en forma comprensible
para los niños por maestros capaces. Ellos oran a Dios para que los ilumine y les hable durante la semana. Preparan la
lección con esmero y luego la presentan en forma sencilla. No solo esto, sino que también oran por ellos. También les
dan consejos útiles para sus vidas. Además, tengamos en cuenta que estos consejos probablemente sean los mismos
que los padres les dan. Pero por una cuestión de llevar la contra, muchas veces lo aceptan más fácilmente de alguien de
afuera que de los propios padres. David tenía este tema muy claro, pues nos pregunta y también nos da la respuesta:
“¿Con qué limpiará el joven su camino? 11 En mi corazón he guardado tus dichos, Para no pecar contra ti” (Sl.119:9,11).
28
5. DISCIPLINA
También la disciplina tiene su lugar. Si queremos hijos que nos dejen mal en todos lados, que no sepan cómo
desenvolverse en la sociedad y que de mayores no tengan trabajo estable - por no saber aceptar órdenes - no los
disciplinemos y dejémosles hacer lo que quieran.
Después de la revolución sexual de los años 70, siguió una corriente de educación anti autoritaria. Hoy los psicólogos y
pedagogos reconocen este error y señalan la importancia de los límites para los hijos.
La Biblia es bien clara en cuanto a este tema, de tal forma que no hay necesidad de añadirle nada:
“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige” (Pr.13:24). “Castiga a tu
hijo en tanto que hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo” (Pr.19:18; comp.22:15; 23:13,14; 29:15).
“Corrige a tu hijo, y te dará descanso, y dará alegría a tu alma” (Pr.29:17).
Esta disciplina tiene que tener el motivo correcto (no quitarme la bronca) (He.12:5-11), y la severidad apropiada: “Y
vosotros padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” (Ef.6:4).
¡Jamás debe ser maltrato!
Si podemos hacer que nuestro matrimonio funcione bien, lo demás estará solucionado en un altísimo porcentaje.
¿Cuáles deberían ser los objetivos?
1. MADUREZ ESPIRITUAL
El objetivo principal para el matrimonio es que el Señor ocupe el centro. Cuando esto sucede se facilitará todo lo demás,
y será guiado por Dios.
Muchos matrimonios cristianos no oran juntos. ¿Es de extrañar entonces, que las cosas no marchen bien? Esto se tiene
que forjar desde el noviazgo.
A su vez esto ayuda para mantener la paz. Porque si estás peleado con tu esposo/a y de noche antes de dormir tienen la
costumbre de orar juntos, esto se hace imposible antes de hablar sobre el conflicto, solucionarlo y pedir perdón, para
luego poder orar. Permítanme una paráfrasis matrimonial de un texto conocido: “Si traes tu ofrenda al altar, y allí te
acuerdas de que tu...(esposo o esposa) tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda..., reconcíliate primero con...(él o ella), y
entonces ven y presenta tu ofrenda” (Mt.5:23,24).
Los matrimonios están unidos en tres áreas: física y sexual, sentimental, y también espiritual.
Evidentemente éste último es un factor fundamental. La mayoría de los conflictos matrimoniales y de iglesia, empiezan
con la falta de espiritualidad y carnalidad manifiesta. Por lo tanto ¿qué lugar ocupa la oración y la lectura de la palabra en
tu vida particular, matrimonial y familiar? “Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces
no se rompe pronto” (Ecl.4:12). Si Dios instituyó el matrimonio, ideó la familia, obviamente también está en sus planes
que funcione. Pero para que esto se haga realidad, Él debe ser el centro en todo.
Íntimamente relacionado con esto, está también el lugar que se ocupa en la iglesia. Si el amor a Dios, a su Palabra es
algo secundario en la vida, entonces no estará involucrado en la obra del Señor. Pero cuando el Espíritu Santo toma
control de la vida, van a revelarse los dones que uno tiene, y se sentirá la urgencia de ponerlos al servicio del Señor.
Por lo tanto, otro objetivo espiritual es conocer y aplicar los dones que el Señor nos dio, en su obra.
¡Dios es el que puede y quiere ayudar, porque es su deseo que esta relación sea estable y de bendición!
Cuando nos casamos, hemos hecho un pacto delante de Dios y prometimos ser fieles hasta que la muerte nos separe.
Es como una puerta que se ha cerrado en el casamiento. No se debe jugar con el picaporte ni entreabrirla un poco. Hoy
en día nuestra sociedad está tan marcada por los parámetros del mundo, que ya no se ve como algo anormal el
escaparse fuera de los límites del matrimonio.
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En Malaquías 2:13-16 leemos: “Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de clamor; así
que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha
atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu
pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia
para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud. Porque
Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los
ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales”. El versículo 15 es un poco oscuro, pero cotejando
versiones y comentarios podemos decir que la traducción 1977 es la más clara: “¿No hizo El (Dios) un solo ser que tiene
aliento de vida? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Dios”.
En este texto se observa:
- El altercado de Dios con Israel, diciendo (v.16) que Dios “aborrece el repudio”, que para ese pueblo infiel y duro de
corazón era una práctica constante.
- Dios ve el matrimonio como “un solo ser”.
- Esto produce estabilidad en la familia y sociedad: “Porque buscaba una descendencia para Dios”.
Notemos los conceptos que utiliza Dios por boca del profeta:18
- “La mujer de tu juventud”. Elegida en la juventud, pero que ellos desechaban al pasar los años. El mundo bromea con
esto, pero Dios no: “Alégrate con la mujer de tu juventud” (Pr.5:18). En este punto está contenido sobre todo el aspecto
físico y sexual. La satisfacción física plena la debemos encontrar en nuestro matrimonio. Pablo exhorta de forma muy
clara al respecto, en 1Corintios 7:2-5.
- “Tu compañera”. Alguien con quien se ha juntado, unido. Tiene el sentido de armonía, deseo de trabajar juntos para
conseguir objetivos, compartiendo todas las dificultades, dolor y gozo. Es la misma palabra que se emplea en Jueces
20:11: “Y se juntaron todos los hombres de Israel contra la ciudad ligados como un solo hombre”.
- “La mujer de tu pacto”. El matrimonio es un pacto, y como tal no ha de ser quebrantado.
Esta idea la encontramos en Proverbios 2:16,17: “Serás librado de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus
palabras, la cual abandona al compañero de su juventud y se olvida del pacto de su Dios”. Pacto en hebreo es “adoshim”
y significa “algo santificado a Dios”. En Ezequiel 16:8 vemos a Dios haciendo un paralelo muy usado en la Escritura para
identificar a Israel como la esposa de Jehová. Dice: “y pasé otra vez junto a ti y te miré, y he aquí que tu tiempo era
tiempo de amores; y extendí mi manto sobre ti y cubrí tu desnudez y te di juramento, y entré en pacto contigo, dice
Jehová el Señor y fuiste mía”. Es interesante ver cómo se presenta Dios en este pasaje de Malaquías, para apreciar la
importancia que Dios le da al asunto:
• Como un testigo (v14): el que conoce cada vida.
• Como el Dios de Israel (El Dios del Pacto): el Dios fiel.
• Como el Dios de los ejércitos (Jehová Sabaoth): el Dios Juez, que dará el pago a la deslealtad, a la
infidelidad.
- Y ¿cuál es su veredicto? v16: Jehová aborrece el repudio.
¿Y por qué? Porque Dios es fiel. Su mismo nombre lo indica: “El que jura por sí mismo”, el que se compromete, el que
guarda su pacto. (1 Cor.10:13 “Fiel es Dios”).
- Hoy en día lamentablemente, este tema es de lo más descuidado y el divorcio se ve como algo normal. Pero tengamos
presente cómo lo ve Dios. Dios considera al que practica el divorcio como “al que cubre de violencia su vestido”, una
expresión figurada que se refiere a todo tipo de injusticia grande que, al igual que la sangre de una víctima degollada,
deja una marca que todos pueden ver. Tras el divorcio queda tanta evidencia de maldad como la sangre de la víctima en
las vestiduras del homicida.
- Dios no podía aceptar sus ofrendas, porque el pueblo rompía con toda facilidad el vínculo matrimonial. Dios aborrece el
divorcio y jamás podrá ver como algo positivo la destrucción del vínculo que Él mismo había instituido.
- Por lo tanto: “Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales” (v.16b). En la fidelidad al cónyuge y a Dios,
está la base para tener “una descendencia para Dios”. Es un compromiso que asumimos, al cual no vamos a faltar y
haremos todo lo que esté a nuestro alcance - con la ayuda de Dios - para mantenerlo. Evitemos todo aquello que nos
lleve a la infidelidad. Debo tener la disposición interior a la fidelidad.
3. LA COMUNICACIÓN
- Al haber tantas decisiones que tomar, tantos conflictos a superar, tanto estrés que soportar, es de lo más necesario que
como matrimonio se le dedique tiempo para hablar. No solo de los hijos, del pago del alquiler, los gastos y temas de
iglesia - a lo cual sin lugar a duda es bueno dedicarle tiempo. Se debe hablar de la pareja, lo que se siente, lo que gusta
o lo que duele, las tentaciones que se puedan tener.
- Hay que dedicarle tiempo. Dejar apagados la TV, computadora, celular y hablar.
- Algo más relacionado con esto, es el hablar bien del y al otro. Hay que buscar “desarchivar los piropos”, dar las gracias
por lo que se ha hecho, etc.
En el capítulo 31 de Proverbios, la mujer virtuosa “abre su boca con sabiduría ...y su marido también la alaba”
(Pr.31:26,28). La Palabra de Dios es bien clara cuando dice: “Vosotros maridos... vivid con ellas sabiamente, dando
honor a la mujer...para que vuestras oraciones no tengan estorbo” (1P.3:7).
18
Notas de Eduardo Cartea Millos
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- En esto también entran las caricias. Acariciarle el cabello, abrazarla/o sin una razón, hacerle una sorpresa, regalarle
flores (no solo para el cumpleaños o aniversario), etc. Muéstrale a tu esposa o esposo que lo amas.
4. EL PERDÓN
Íntimamente relacionado con el tema de la comunicación está el perdón. Lógicamente es mucho mejor evitar que se
llegue a una situación de conflicto y de agresión. A veces cometemos errores, ingenuidades, descuidos o malos
entendidos. Antes de explotar, hay que hablar y presentar el problema de forma madura y objetiva. Nuestro Manual, la
Biblia, nos da las siguientes instrucciones:
- “Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla” (Pr.17:14; NVI).
- “Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada; los litigios son como cerrojos de ciudadela” (Pr.18:19;
NVI).
- “La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego” (Pr.15:1; NVI).
- “Con larga paciencia, se aplaca el príncipe” (Pr.25:15).
- Pero si se hubiera llegado al punto de haber lastimado al ser querido también se debe estar dispuesto a pedir perdón y
a perdonar.
Puede haber pecado, celos enfermizos, egoísmo, desconfianza mutua, hipocresía, mentira, violencia de palabra o de
hecho, infidelidad, etc. Hay diferentes grados, pero todos necesitan el mismo remedio para curar el conflicto. “Si
tu...(esposo o esposa) pecare contra ti, repréndele (estando ustedes dos solos y con amor); y si se arrepintiere,
perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento, perdónale”
(Lc.17:3,4).
El perdón es fundamental para una relación matrimonial con éxito. Pero lo es también para vuestra relación personal con
Dios y con cualquier tipo de ministerio en la obra del Señor.
- El esposo, al ser la cabeza del hogar debería velar sobre este tema con mucha atención. Pero la orden también es para
la mujer, porque todos deben estar dispuestos a cumplir el mandamiento: “soportándoos unos a otros, y perdonándoos
unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
(Col.3:13).
- Esto también tiene consecuencias espirituales: “Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para
que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone vuestras ofensas” (Mr.11:25). Y la forma como debemos
perdonar debe ser “como Cristo perdonó” (Col.3:13).
- El objetivo deber ser: “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”.
5. SERVIR AL SEÑOR
- Todo creyente debe servir al Señor. Pero, ¡qué bendición es cuando todo un hogar se encuentra dedicado a Dios y le
sirve!
- Esto empieza con la presencia de la Palabra y la oración en el seno familiar.
- Sigue con un compromiso firme con las reuniones.
Podemos tomar algunos ejemplos bíblicos:
- Un hogar hospitalario, como lo fue el de la sunamita que alojó a Eliseo (2R.4:9ss).
- Un hogar abierto a necesitados de toda índole, como el de Pedro y el de Mateo, en el cual las personas conocían a
Cristo (Mr.2). A Pedro no le importó que le rompieran el techo para bajar al paralítico.
- Un hogar donde se escucha a Cristo, como el de Betania (Lc.10:41).
- Un hogar donde se prepara ayuda práctica a los necesitados, como el de Dorcas (Hch.9:36).
- Un hogar donde se hacía discipulado a otros, como el de Priscila y Aquila con Apolos (Hch.18:26).
- Un hogar donde se hacían reuniones caseras, como en la casa de Ninfas (Col.4:15).
- Un hogar donde se enseña de Dios a los hijos, como lo fue el de Timoteo (2Ti.1:5).
Y así podríamos seguir. No existe límite con lo que el Señor puede hacer con un hogar que se abre para servirle.
¿Qué tipo de hogar queremos nosotros?
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3. ¿QUÉ TIPO DE CONSEJERÍA DEBERÍA OFRECER LA IGLESIA?
- Consejería continua
• Por enseñanza regular apropiada y práctica.
• Hacer accesibles buenas fuentes de consulta.
• Buscar el fortalecimiento de las familias por medio de actividades acordes a las necesidades.
• Por el ejemplo de los líderes.
• Participación en actividades especiales con este enfoque.
- Preventivos y preparativos (Ej.: cursos para novios) (Hch.20:28-31; Mt.20; 2P.2).
- Ayudando y corrigiendo (Gá.6:1,2; 1Ts.5:14; Stg.5:20; Lc.17:1-10).
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