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BIOÉTICA

ACTIVIDAD N° 01
BIOÉTICA

HISTORIA:
1948, los horrores de un sistema totalitario,
racista y discriminador, que pretendía dominar al
mundo, se habían hecho públicos en 1945. ¡No más!,
dijo la humanidad y por primera vez en la historia se
reunió un Tribunal Internacional para juzgar a los
criminales de guerra. Nûremberg fue el escenario
propicio y paralelamente a los criminales se juzgó el
crimen. La "Declaración de Nûremberg" estableció
los principios sobre los que debía asentarse la investigación en el campo de la medicina.
Helsinki en 1964, sus cinco revisiones posteriores y los diferentes acuerdos de la
"Asociación Médica Mundial" son reflejo de la preocupación por la ética de la
investigación en el campo de la salud y la investigación biomédica.

En 1971 el oncólogo norteamericano Potter publicó un libro denominado "Bioética, un


puente hacia el futuro", donde por primera vez se utiliza este nombre y se da nombre a
esta ciencia, definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "El estudio
sistemático de la conducta humana en el campo de las Ciencias Biológicas y la atención
en salud, siempre que este estudio se realice a la luz de valores y principios éticos; desde
entonces la Bioética se ha visto sometida a múltiples retos, su campo se ha ido
extendiendo a medida que la ciencia avanza y su defensa de la vida se ha visto amenazada
por múltiples enemigos de los cuales el peor ha sido el UTILITARISMO. Como Kiefer
pensamos que el gran dilema de la Bioética en la sociedad moderna es si todo lo que se
puede hacer se debe hacer.

La Bioética por lo tanto es una ciencia conductual porque estudia la conducta humana, no
analiza los fenómenos naturales ni lo que hacen los seres vivos no conscientes. Su campo
no se limita a la actividad en los campos de la investigación biomédica y la atención en
salud, si no que se extiende a toda la actividad humana que se dirija la vida, porque el
bien a tutelar por ella es precisamente LA VIDA. Así se incorporan los atentados contra
el medio ambiente, el racismo, la discriminación, el genocidio, etc.

Utiliza como herramientas de análisis valores y principios éticos y a los clásicos tres
principios iniciales (Autonomía, Beneficencia y Justicia) se incorporó la No
Maleficencia y más recientemente el, para muchos, incluidos los autores del presente
artículo, principio rector, la Solidaridad.

Moral
La moral es el conjunto de reglas que se generan de manera individual o grupal y que se aplican a los
actos de vida cotidiana de los ciudadanos. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus
acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo. La moral
se refiere a las creencias y prácticas de primer orden que implican un conjunto de juicios establecidos
que originan y siguen los individuos, las familias o sociedades para orientar sus acciones y
comportamiento en la vida diaria.

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BIOÉTICA

Estos códigos morales pueden servir de referencia a instituciones, grupos y sociedades enteras,
impregnando procesos esenciales de socialización y de pautas de actuación.

Ética
Se define como manera de ser, carácter. El hombre construye su ethos o forma de ser a partir de la
repetición progresiva de actos que dan lugar a la formación de hábitos y son precisamente estos los
que expresan la conducta humana.
En un sentido práctico, los propósitos de la ética y de la moral son muy similares. Ambas son
responsables de la construcción de la base que guiará la manera de ser, la conducta de la mujer y el
hombre, determinando su carácter, su altruismo y sus virtudes y de enseñar la mejor manera de actuar
y comportarse en sociedad.
Ambos términos están destinados a distinguir a las buenas y malas conductas. Sin embargo, la ética
es más reflexiva al cuestionarse el por qué se consideran válidas algunas conductas y otras no, es decir,
busca y analiza el fundamento de cada comportamiento.
La ética, como ciencia, es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la conducta
humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada teórica y
científicamente. Es una reflexión sobre la moral. Provee la base teórica para valorar el por qué algo
es bueno o malo.
Entonces, la ética, obliga a la reflexión sobre nuestras creencias, prácticas y juicios morales. Por tanto,
comprende un proceso de valoración y provee las razones para evaluar el por qué algo es bueno o
malo. Es una actividad consciente del ser humano que influye y a la vez refleja su realidad personal y
contextual, una reflexión disciplinada sobre las decisiones que toman las personas y las instituciones.
Sin embargo, la ética no solo estudia lo que se hace, sino también lo que deja de hacerse por
negligencia, mala planeación y falta de previsión.

DEFINICIÓN DE BIOÉTICA:
El término bioética fue utilizado por primera vez por Van Rensselaer Potter como
una propuesta de una nueva disciplina que sirviera como un puente entre dos culturas: la
científica, en torno a la vida y al medio ambiente, y la humanista centrada en la ética.
Aunque no existe una sola manera de definir a la bioética.

La Bioética se puede definir como el estudio sistemático de las dimensiones de la moral-


incluyendo a la visión moral, las decisiones, la conducta y las políticas- de las ciencias de
la vida y del cuidado de la salud, empleando una variedad de metodologías éticas en un
contexto multidisciplinario.

La bioética ha evolucionado hacia un movimiento


internacional que abarca los aspectos tradicionales
de la ética médica, la ética ambiental, los debates
sobre los derechos de las futuras generaciones, el
desarrollo sostenible, etc. La bioética es una
instancia de juicio práctico que se ejerce en
circunstancias concretas y a la que se le asigna una
finalidad práctica a través de diferentes formas de
institucionalización.

La bioética se concibe como un campo


interdisciplinario de especialistas y como un movimiento social y cultural de los
ciudadanos. Es un área de conocimiento que se refiere a la moralidad de las nuevas formas
de nacer, morir, curar y cuidar.

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BIOÉTICA

La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones
entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la
"biopolítica"), derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc.

Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas
biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con
los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que
la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o
dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no solo hay
que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal
capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también
se relaciona con la ecología.

El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a
sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.

Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta
se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el
ser humano.

La bioética es con frecuencia asunto de discusión política, lo que genera crudos


enfrentamientos entre aquellos que defienden el progreso tecnológico en forma
incondicionada y aquellos que consideran que la tecnología no es un fin en sí, sino que
debe estar al servicio de las personas y bajo el control de criterios éticos; o entre quienes
defienden los derechos para algunos animales y quienes no consideran tales derechos
como algo regulable por la ley; o entre quienes están a favor o en contra del aborto o la
eutanasia.

Las primeras declaraciones de bioética surgen con posterioridad a la Segunda Guerra


Mundial, cuando el mundo se escandalizó tras el descubrimiento de los experimentos
médicos llevados a cabo por los facultativos del régimen hitleriano sobre los prisioneros
en los campos de concentración. Esta situación, a la que se suma el dilema planteado por
el invento de la fístula para diálisis renal de Scribner (Seattle, 1960), las prácticas del
Hospital Judío de Enfermedades Crónicas (Brooklyn, 1963) o la Escuela de
Willowbrook (Nueva York, 1963), van configurando un panorama donde se hace
necesaria la regulación, o al menos, la declaración de principios a favor de las víctimas
de estos experimentos. Ello determina la publicación de diversas declaraciones y
documentos bioéticos a nivel mundial.

La bioética es una disciplina:


 Laica: Busca acuerdos racionales entre personas de diversas filiaciones religiosas o
ateas. Es tolerante.
 Plural: Reconoce y promueve la diversidad y trata de alcanzar acuerdos razonables
entre diversas posturas dentro de una discusión que parta de mínimos compartidos.
Reconoce la pluralidad no sólo como un hecho sino como un valor.
 Autónoma: Es libre de influencias políticas, religiosas y económicas. Reconoce la
capacidad de autorregulación del ser humano.
 Racional, filosófica y discursiva: La realidad ética no se conoce a priori sino a través
de la reflexión sobre las consecuencias de las decisiones.

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BIOÉTICA

 Universal: Válida para todos, en cualquier lugar. Las decisiones deben ir más allá de
los convencionalismos morales pues se aspira a decisiones responsables por vía del
acuerdo intersubjetivo, pero con base en acuerdos objetivos de mínimos como lo son
los derechos humanos.
 Interdisciplinaria: Comprende aspectos filosóficos, científicos, sociales,
antropológicos, psicológicos, técnicos, legales, del cuidado de la salud y de la
investigación en salud.
 Intermediadora: Promueve mecanismos razonados y racionales para la toma de
decisiones difíciles y para resolver conflictos.
 Regulatoria o procedimental: Apoyo a los protocolos, procedimientos, cuerpos
colegiados.
 Aplicada: Reflexiona y cuestiona problemas reales, cotidianos y concretos.

Con base en lo anterior, la bioética no se reduce a la deontología médica clásica. No ofrece


un conjunto de recetas simplistas, de valores rígidamente preestablecidos o fórmulas
hechas que indiquen claramente lo que está bien y lo que está mal. La bioética, al ser
dinámica, no es un conjunto de mandamientos o de prohibiciones absolutas, o un conjunto
de afirmaciones subjetivas y relativas.

La bioética se ha consolidado como un espacio de reflexión multidisciplinario necesario


para abordar con éxito los problemas complejos suscitados en el ámbito específico de la
atención sanitaria y ha ido ampliando progresivamente su enfoque para estudiar los
factores naturales, tecnológicos y sociales que pueden tener repercusiones importantes
sobre la salud humana y en la biosfera en su conjunto. A pesar de ser una disciplina joven
y en continuo desarrollo, se ha convertido en una herramienta de trabajo fundamental para
los comités y organismos que, con funciones predominantemente consultivas, son
requeridos para elaborar informes, desarrollar tareas de formación de profesionales de la
biomedicina e identificar los aspectos éticos en protocolos de investigación que implican
a seres humanos. Para su normal funcionamiento, los diversos comités que realizan
evaluación ética deberían contar con miembros familiarizados con aspectos básicos de la
argumentación y del razonamiento moral.

En este sentido conviene recordar que la ética no consiste en la aplicación mecánica de


principios o de normas morales importadas sin más de un código previo, sino en la
justificación racional argumentativa de los cursos de acción preferibles entre varias
alternativas. La calidad del proceso deliberativo es un aspecto fundamental, pues
únicamente en el marco de un diálogo multidisciplinario y pluralista se tienen las
garantías mínimas para identificar los aspectos relevantes por considerar, de modo que la
acción práctica en determinadas circunstancias responda a los valores en cuestión.

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BIOÉTICA

ACTIVIDAD N° 02
INTEGRACIÓN DE LA ÉTICA EN EL ÁMBITO DE LA
SALUD

INTRODUCCIÓN:

Nos enfrentamos a numerosas y complejas


controversias éticas en la atención médica, la
investigación con seres humanos y la formulación y
ejecución de políticas de salud pública. La bioética es la
disciplina que busca aclarar los problemas éticos que
surgen en el marco de la salud.

La Agenda de Salud para las Américas (2008-2017)


resaltó la importancia de promover la bioética: “La
bioética tiene que difundirse y aplicarse más en los
países de las Américas, para resguardar la calidad de la
investigación y el respeto a la dignidad de las personas,
salvaguardar la diversidad cultural y la aplicación de los
conocimientos en salud, así como su aplicación en la
toma de decisiones en salud pública.”

Con este documento se busca llevar a los Estados


Miembros información actualizada sobre el trabajo de
la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el
ámbito de la bioética y mostrar la importancia de
integrar las consideraciones éticas en las políticas de
salud, la atención médica y la investigación con seres
humanos relacionada con la salud, y en el desarrollo y
la adopción de nuevas tecnologías que tienen una
repercusión sobre la salud.

Algunos eventos recientes han puesto de


relieve en el plano internacional la
importancia de la bioética. El brote de la
enfermedad por el virus del Ébola que se
produjo en África occidental en el 2014
planteó el reto de determinar si era
éticamente aceptable usar intervenciones
que no se habían evaluado anteriormente en
seres humanos.
En la Región de las Américas, en el 2016 se
observó que el virus del Zika causaba
malformaciones congénitas graves. Este
virus, el primero transmitido por mosquitos
que se sabe que tiene un efecto de ese tipo, planteó numerosos retos éticos, como la
determinación de las obligaciones con respecto a las embarazadas y las mujeres en edad fértil,

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BIOÉTICA

y de lo que una respuesta de salud pública ética debía implicar en medio de la incertidumbre
que caracteriza a un brote de una enfermedad emergente. Además, en respuesta a los
compromisos con el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud asumidos por
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los
países de todo el mundo están afrontando el reto de decidir cómo establecer prioridades de una
manera ética a la hora de avanzar hacia estas metas. Estos eventos, junto con las complejidades
cada vez mayores planteadas por las nuevas tecnologías y por la diversidad de las sociedades
contemporáneas, han llevado a que aumenten las solicitudes de orientación sobre bioética
como disciplina que procura aclarar los problemas éticos que surgen en relación con la salud.

ANTECEDENTES:

El Programa Regional de Bioética de la OPS se estableció en 1993 en Santiago (Chile), con la


misión de cooperar con los Estados Miembros de la Organización y sus entidades públicas y
privadas en el desarrollo conceptual, normativo y aplicado de la bioética en sus relaciones con
la salud. El Programa inició sus actividades en 1994, en el marco de un convenio entre la OPS, la
Universidad de Chile y el gobierno chileno.

Luego de evaluar el Programa Regional de Bioética en el 2000, el Consejo Directivo resolvió


“alentar a los Estados Miembros a que incorporen el desarrollo de la capacidad de análisis
bioético dentro de las funciones normativas y de rectoría de los ministerios de salud y a que
formulen políticas públicas sanitarias fundamentadas en los principios bioéticos, en particular
con respecto a la investigación con sujetos humanos”.

En el 2011, el Programa Regional de


Bioética fue trasladado a la sede de la OPS,
en Washington DC, e incorporado a la
Oficina de Género, Diversidad y Derechos
Humanos (GDR). Los temas éticos permean
todas las áreas técnicas del trabajo de la
OPS, y GDR asesora a las cuatro áreas
técnicas de la OPS y a los Estados
Miembros en temas transversales a todas
las áreas del trabajo en el ámbito de la
salud.

Género: Abarca al conjunto de características, roles, oportunidades y expectativas que


un conjunto social asigna a las personas, basándose en sus características biológicas
(sexo). Se trata de construcciones histórico-culturales configuradas en las interacciones
sociales, que varían de un grupo a otro y de una época a otra. Desde esta perspectiva, el género
se vincula con el sexo de forma simbólica y no a partir de un mandato de la naturaleza. Un
aspecto importante a considerar es que el género es posicional y relacional: es el lugar desde el
cual cada persona se ubica en determinadas circunstancias para vivir y manejarse en el mundo.

Identidad de género: La identidad de género es una construcción personal a partir de


la cual alguien puede definirse como mujer, varón, trans, ninguna de estas opciones u
otra/s diferente/s (lo que incluye infinidad de posibilidades). Esta construcción
responde como se siente, reconoce y autopercibe una persona.

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BIOÉTICA

Sexo biológico: Serie de características físicas y fisiológicas. Este aspecto es el más


“binormado” socialmente, al punto de legitimar las intervenciones quirúrgicas en
niños recién nacidos que no responden en la composición de sus órganos, hormonas o
cromosomas con lo establecido por la ciencia como normal: varón O mujer. Esta caracterización
que históricamente llamamos “natural” se estableció como base fundante para las
desigualdades con las que viven las personas por su condición de género/sexual.

Orientación sexual: Está definida por las características de la/s persona/s hacia
quien/es alguien se siente atraído. Implica un “agrupar” la/s persona/s con quienes se
comparten relaciones sexo-afectivas (sexuales y/o afectivas). Estas personas, a su vez,
pueden autopercibirse de forma diferente a como lo hacen otros.

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN:
En sus 17 años de funcionamiento, el Programa Regional de Bioética, con el apoyo continuo del
gobierno de Chile, ha generado una masa crítica de personas entrenadas en bioética, con énfasis
en la ética de la investigación. Ese énfasis responde a la demanda generada por el requisito,
estipulado en la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, de que toda
investigación con seres humanos tenga aprobación ética de un comité independiente. Para
llevar a cabo una revisión ética se requiere entrenamiento en ética de la investigación.

La Declaración de Helsinki ha sido promulgada por la Asociación Médica Mundial como


un cuerpo de principios éticos que deben guiar a la comunidad médica y otras personas
que se dedican a la experimentación con seres humanos.

El énfasis en la ética de la investigación también se explica porque la investigación con seres


humanos conlleva el riesgo de explotación. A diferencia del tratamiento médico y las actividades
de salud pública, que aspiran a beneficiar a los pacientes o las poblaciones involucradas, la
investigación no tiene como objetivo beneficiar a los participantes. El objetivo de la investigación
con seres humanos es generar conocimiento generalizable que sea provechoso para la sociedad.
Por eso, la investigación nos presenta el reto de asegurar la protección de los participantes. La
ética de la investigación busca determinar las condiciones en las que es éticamente aceptable
usar a seres humanos para la producción de conocimiento. En la OPS, la ética de la investigación
ha sido fortalecida recientemente como parte de la Política de Investigación para la Salud de la
OPS. Los procesos de revisión ética de las investigaciones con seres humanos en las que participa
la OPS, llevados a cabo por el Comité de Revisión Ética de la OPS (PAHOERC, por sus siglas en
inglés) han sido institucionalizados y robustecidos.

THE MONSTER STUDY


El monstruo estudio fue un experimento tartamudo en 22 niños huérfanos en
Davenport, Iowa, en 1939,
dirigido por Wendell Johnson en la
Universidad de Iowa. Johnson eligió uno
de sus estudiantes graduados, Mary
Tudor, para llevar a cabo el experimento
y supervisó su investigación. Después de
colocar a los niños en los grupos
experimentales y controlarles, Tudor dio
logopedia positiva a la mitad de los
niños, alabando la fluidez de su
expresión y Logopedia negativa a la otra

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BIOÉTICA

mitad, menospreciando a los niños por cada imperfección de discurso y diciéndoles que eran
tartamudos.
Muchos de los niños huérfanos que recibieron terapia negativa en el experimento sufrieron
efectos psicológicos negativos y algunos problemas del habla durante el curso de su vida.
Apodado “The Monster Study” por algunos de sus compañeros que estaban horrorizados de
como él podría experimentar con niños huérfanos para probar una teoría, el experimento se
mantuvo oculto por temor a empañar la reputación de Johnson en la estela de humanos
experimentos llevados a cabo por los Nazis durante la II guerra mundial. La Universidad de Iowa
se disculpó públicamente por este estudio en 2001.

El Programa Regional de Bioética ha fortalecido principalmente el desarrollo académico de la


disciplina. Persiste, sin embargo, una brecha entre los académicos formados en bioética y los
responsables de la toma de decisiones y los profesionales de la salud que lidian directamente
con los problemas que son objeto de la bioética. La incorporación de la bioética en la
formulación de políticas públicas sanitarias todavía constituye un desafío pendiente en la
Región. A pesar de contar con personas formadas en ética de la investigación, hay Estados
Miembros que todavía no disponen de un marco normativo y regulatorio para la investigación
con seres humanos, ni de pautas y mecanismos para abordar los problemas éticos que surgen
en la atención de la salud.

Más aún, las nuevas tecnologías y la complejidad en las sociedades contemporáneas nos
presentan mayor número de problemas éticos y problemas que son cada vez más difíciles. Las
situaciones generadas por las nuevas modalidades de reproducción asistida, las posibilidades de
mejoramiento genético y el acceso a tecnologías para mantener y prolongar la vida
artificialmente nos han mostrado que las pautas éticas no son obvias y que no es fácil determinar
lo que estipulan los principios éticos en situaciones concretas ni cómo aplicarlos en la práctica.
La diversidad de valores y tradiciones culturales, étnicas, lingüísticas y religiosas presente en
toda sociedad exacerba esta dificultad. La inevitable limitación de recursos nos enfrenta a la
necesidad de valorar las intervenciones para determinar prioridades. Es claro ya que la mera
intuición y las buenas intenciones no bastan para asegurar que las actividades en el campo de la
salud sean éticas. Un análisis riguroso y fundamentado es necesario para incorporar las
consideraciones éticas en el trabajo en la esfera de la salud.

La integración sistemática de la ética en materia de salud requiere claridad conceptual sobre la


bioética como disciplina. La bioética elucida los problemas éticos que surgen en la salud pública,
la atención de la salud y la investigación para la salud. La bioética no es una disciplina empírica,
porque la evidencia empírica de que algo ocurre no determina que esto sea lo éticamente
correcto. Como disciplina normativa, la bioética examina lo que “debe ser” que con frecuencia
difiere de lo que “es”. La bioética no es un código de preceptos. La bioética es una disciplina que
consiste en la actividad analítica y fundamentada en principios y criterios éticos que busca guiar
la práctica en las distintas áreas de la salud.

El análisis bioético se realiza a la luz de valores fundamentales como el respeto a los seres
humanos y su capacidad de decidir por sí mismos sobre la base de sus valores y creencias, el
bienestar de las personas y las poblaciones, y la justicia. El análisis debe tomar en cuenta los
contextos específicos y las situaciones concretas, identificando todos los elementos moralmente
relevantes y buscando la consistencia. Incluso si el análisis lo lleva a cabo una sola persona, debe
seguir el modelo de un diálogo plural, inclusivo y respetuoso de la diversidad, y considerar las
distintas perspectivas involucradas. Como actividad deliberativa, el análisis ético no siempre
lleva a una respuesta unívoca. Es posible que haya más de una manera de proceder que sea
éticamente correcta.

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BIOÉTICA

No todas las acciones orientadas a la mejora de la salud son éticamente aceptables. Más aún, la
actividad de salud pública no es éticamente neutra, sino que implica juicios de valor sobre lo
correcto y lo justo. Para incorporar la ética en el ámbito de la salud hay que identificar y analizar
los criterios y principios éticos en juego; estos pueden ser varios e incluso entrar en conflicto.
No es posible suponer sencillamente que las distintas actividades y políticas que buscan mejorar
la salud son aceptables desde el punto de vista ético sin antes haber realizado un análisis
fundamentado en la bioética. Tampoco es posible suponer que los marcos legales son
suficientes para elucidar o resolver todos los conflictos éticos. La ley es fundamental para
determinar los estándares mínimos que deben respetarse. Lo requerido por la ley es, sin
embargo, solo una de las dimensiones del actuar ético; la ética con frecuencia dicta acciones
que van más allá de lo que requiere la ley. De hecho, no es posible ni deseable que la ley cubra
todo el espectro de la vida moral de individuos o sociedades.

EL ESTUDIO DE LA SÍFILIS DE TUSKEGEE


El estudio de sífilis
Tuskegee fue un estudio
clínico, realizado entre 1932 y 1972
en Tuskegee, Alabama, en cuales 399
(más grupo 201 control sin sífilis)
pobres — y en su mayoría
analfabetos — negaron tratamiento
para el estudio Syphilis.
Esto llegó a ser famoso porque se
realizó sin la debida atención a sus
súbditos y condujo a cambios
importantes en cómo están
protegidos los pacientes en estudios clínicos. Los Individuos inscritos en el estudio de la sífilis de
Tuskegee no dieron consentimiento informado y no fueron informados de su diagnóstico; en
cambio se les dijo que tenían “mala sangre” y podrían recibir tratamiento médico gratuito,
paseos a la clínica, las comidas y seguros en caso de muerte a cambio de participar. En 1932,
cuando comenzó el estudio, los tratamientos estándar para la sífilis eran tóxicos, peligrosos y de
dudosa eficacia. Parte de la meta original del estudio era determinar si los pacientes estaban
mejores al no ser tratados con estos remedios tóxicos. Para muchos participantes, el tratamiento
fue rechazado intencionalmente. A muchos pacientes se les mintió y le dieron tratamientos
placebo — con el fin de observar la progresión de la enfermedad fatal.
Al final del estudio, solamente 74 de los sujetos de prueba estaban todavía vivos. Veintiocho de
los hombres habían muerto directamente de sífilis, 100 fueron muertos de las complicaciones
relacionadas, 40 de sus esposas habían sido infectadas y 19 de sus hijos había nacido con sífilis
congénita.

Más aún, la historia nos ha mostrado que la ley puede requerir acciones que no son éticas y que
es posible que ciertas acciones éticas sean ilegales. Aunque por lo general este no es el caso,
debemos tener presente que el mero hecho de que la ley exija algo no implica que sea ético. La
ética como disciplina permite el análisis y la reflexión continua sobre la ley y sobre lo que la ley
debería requerir. Además, la ética debería ser un sustento de la legislación.

Los derechos humanos se han establecido por medio de instrumentos jurídicos de carácter
vinculante que protegen a individuos y grupos de aquellas acciones que interfieren con las
libertades fundamentales y la dignidad humana. Por lo tanto, estos instrumentos, como los
tratados y las convenciones, son pertinentes para los temas de salud y se han incorporado con
éxito en el trabajo de la OPS. Son idóneos para lidiar con casos en que los gobiernos incumplen

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BIOÉTICA

con obligaciones concretas que han contraído legalmente. Ciertamente, los derechos humanos
están éticamente justificados y codifican algunos valores fundamentales de la bioética, como el
respeto a las personas y la justicia. Eso permite que estos instrumentos de derechos humanos
sirvan de marco jurídico para el trabajo en el ámbito de la bioética. Sin embargo, la existencia
de este marco no elimina la necesidad constante de deliberación y análisis ético en las
innumerables situaciones complejas con las que nos enfrentamos en relación con la salud.

La bioética no debe ser invocada luego de que los principios éticos se han quebrantado y nos
encontramos frente a una situación éticamente cuestionable que debemos resolver. La bioética
debe incorporarse en el trabajo regular de profesionales de la salud y responsables de las
decisiones de política, de modo que las políticas públicas sanitarias estén fundamentadas en
principios bioéticos tal como recomendó el Consejo Directivo en el 2000.

A fin de determinar si una política o intervención en salud pública es ética es preciso evaluar si
hay evidencia de que:
a) La intervención es efectiva para lograr los objetivos propuestos;
b) Los beneficios de la intervención para la salud pública superan los daños y cargas que
pudieran resultar de la intervención;
c) El objetivo de salud pública no puede alcanzarse de una manera distinta que implique
menos cargas para la población;
d) La intervención va a resultar en la menor cantidad posible de cargas o efectos adversos; y
e) Las cargas y los beneficios se van a distribuir de manera equitativa, minimizando si es
posible injusticias sociales anteriores. Además, por el imperativo ético de tratar a las
personas con respeto, deben utilizarse procedimientos justos, tales como una deliberación
pública, para determinar qué cargas son consideradas aceptables por la comunidad en
cuestión.

Los Estados Miembros han avanzado en la normativa y regulación de la investigación con seres
humanos a la luz de guías y declaraciones universales, y en su mayoría han establecido procesos
de revisión ética por parte de comités independientes. Estos procesos deben completarse y
fortalecerse a fin de consolidar los progresos en materia de ética de la investigación. A estos
progresos deben agregarse avances en las otras áreas de la bioética, a saber, la ética clínica y la
ética en la esfera de la salud pública. En el caso de la ética clínica no se dispone de pautas tan
precisas que esclarezcan lo que requieren los principios, como en el caso de la investigación con
seres humanos. Al trabajo deliberativo de los comités de ética clínica, debe sumarse la adopción
de mecanismos orientados a hacer efectivo el respeto a los principios éticos en el marco clínico.

A fin de consolidar y promover los avances, es indispensable esclarecer el papel de la bioética


en un público amplio, precisando sus aplicaciones en las distintas áreas del trabajo de salud,
fortalecer las capacidades en todas las áreas de la bioética y asegurar un compromiso político
para la integración de la ética en la esfera de la salud.

El Programa Regional de Bioética de la OPS presta cooperación técnica a los Estados Miembros
en las tres áreas de la bioética: la ética de la investigación, la ética clínica y la ética de la salud
pública. La ética de la salud pública merece especial atención por ser el área de desarrollo más
reciente de la bioética como disciplina, por la ubicuidad de la acción en salud pública y la
consideración de los determinantes sociales de la salud. El Programa Regional de Bioética
propone que la Oficina y los Estados Miembros enfaticen los esfuerzos encaminados a garantizar
el respeto a los principios éticos en las intervenciones de salud pública.

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BIOÉTICA

Con el objetivo de incorporar la ética de manera sólida y sistemática en las distintas áreas de la
salud, se propone una variedad de mecanismos, que incluyen:

A. Fortalecimiento de las capacidades de bioética:


— Enfatizando la aplicación del análisis bioético;
— Priorizando a los responsables de las decisiones políticas y al personal de los organismos
gubernamentales de salud;
— Identificando y evaluando constantemente las capacidades existentes para enfocar las
actividades de capacitación en las necesidades específicas de la Región y así proceder
eficazmente;
— Creando y fortaleciendo las redes nacionales y regionales para elaborar una agenda
común que integre los distintos esfuerzos en marcha y así avanzar eficientemente.

B. Apoyo a los países mediante:


— La formulación y ejecución de políticas, planes, programas y regulaciones en las áreas
propias de la bioética;
— La incorporación de la bioética en la formulación y ejecución de políticas, planes,
programas y reglamentaciones en las distintas áreas de la salud, a fin de garantizar que
las políticas, planes, programas y reglamentaciones resultantes sean éticamente sólidos.

Para llevar a cabo estas tareas, la OPS propone estrechar la coordinación del Programa Regional
de Bioética con la Unidad de Ética de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros
Colaboradores de bioética ubicados en la Región, y el Programa de Bioética de la UNESCO. La
OPS/OMS coincide con la UNESCO en la importancia de contar con comisiones de bioética
independientes, multidisciplinarias y plurales que sirvan como órganos consultivos, aporten
información para la toma de decisiones y lideren debates públicos sobre temas de bioética. La
OPS propone aunar esfuerzos con la UNESCO para brindar apoyo a las comisiones nacionales de
bioética. Intervención de la Conferencia Sanitaria Panamericana
Se invita a la Conferencia a examinar este documento, formular observaciones y proponer
sugerencias para la incorporación sólida y sistemática de las consideraciones éticas en las
distintas áreas del trabajo de salud.

ANÁLISIS DEL PROGRESO ALCANZADO


En el período 2012-2017, los Estados Miembros lograron avances notables en la bioética. La
capacidad de análisis en el campo de la ética se fortaleció en todos los niveles, dando prioridad
a las autoridades de salud y considerando las necesidades regionales. La Región está
comprometida con la discusión continua sobre los temas bioéticos. En ese sentido, contribuyó
regularmente a la preparación de orientación internacional sobre ética y participó activamente
en foros mundiales de bioética, lo cual fortaleció las redes regionales.

La Región siguió prestando especial atención a asegurar que la investigación con seres humanos
sea ética. Veinticinco países cuentan ahora con marcos jurídicos que buscan asegurar estándares
éticos en la investigación. El trato ético de los participantes en la investigación se fortaleció
durante el período con las siguientes intervenciones: orientación para el funcionamiento de
comités que revisan protocolos de investigación, pautas detalladas para sus análisis éticos,
capacitación continua para los comités de revisión de ética y los investigadores, creación de
herramientas en línea (por ejemplo, ProEthos, desarrollada por la OPS) con el fin de facilitar los
procesos y promover estándares en la revisión ética, y movilización de más apoyo de los
gobiernos y las instituciones de investigación, que deben asumir la responsabilidad de
supervisión de la investigación. En conjunto, estas medidas han llevado a un mayor
cumplimiento del requisito de que haya una revisión ética de las investigaciones en las que

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 11


BIOÉTICA

participan seres humanos. En la Oficina Sanitaria Panamericana (la Oficina) hubo un progreso
similar en lo que se refiere a asegurar que las investigaciones con seres humanos en las que la
Organización está involucrada sean éticas. El Comité de Revisión Ética de la OPS (PAHOERC)
recibió casi cinco veces más solicitudes de revisión en el 2017 que en el 2012.

Es difícil asegurar que la investigación sea ética puesto que el análisis ético lleva a pautas más
matizadas (por ejemplo, para las investigaciones en el embarazo), lo cual, junto con los nuevos
campos de investigación (por ejemplo, edición de genes o investigación en biobancos), puede
plantear la necesidad de revisar las normas existentes. Además, el amplio compromiso de
impulsar la ética de la investigación en la Región ha conducido principalmente a intervenciones
orientadas a elementos particulares de los sistemas de ética de la investigación. Sin embargo,
un enfoque sistémico es fundamental para que la investigación siempre sea ética, que todas las
partes pertinentes asuman el compromiso, que se mantengan los estándares éticos y que se
asegure el cumplimiento con los requisitos a fin de que no se pase nada por alto. Los Estados
Miembros necesitan apoyo para establecer sistemas de ética de la investigación, que son de
vital importancia para impulsar la investigación de la cual dependen grandes mejoras en la salud
pública.

Once bebés mueren en Holanda tras participar sus madres en un ensayo clínico con
Viagra
La noticia de la muerte de once bebés en Holanda a causa de un ensayo clínico en el
que participaron sus madres durante el embarazo, nos ha dejado en estado de shock. Y nos hace
preguntarnos, ¿hasta qué punto es aceptable someterse a los efectos de un nuevo fármaco
durante la gestación?

En este caso, se trataba de sildenafilo, el


genérico de Viagra (nombre comercial más
conocido). El ensayo estaba diseñado para ver
los posibles efectos beneficiosos del aumento
del flujo sanguíneo a la placenta en madres
cuyos bebés aún no nacidos estaban
severamente subdesarrollados.
La noticia se ha dado a conocer ayer martes, 23
de julio, tras comprobar que de las 93 mujeres
que tomaron el medicamento, 17 bebés
nacieron con problemas pulmonares y once
murieron a causa de problemas pulmonares vinculados al medicamento.

Se ha prestado especial atención a la ética de la salud pública, de conformidad con la resolución


aprobada por los Estados Miembros en el 2012. Este tema se introdujo en la agenda regional en
ese momento como un componente clave de la cooperación técnica del Programa Regional de
Bioética de la OPS, que puso énfasis en el establecimiento de prioridades de manera ética en la
salud y la integración de la ética en el proceso de toma de decisiones usando el marco de
rendición de cuentas para las decisiones razonables. En consecuencia, la capacidad de realizar
deliberaciones morales aumentó en toda la Región y los países recibieron apoyo para integrar
la ética en sus procesos de toma de decisiones. Desde el 2014, la orientación sobre ética
procedimental se ha complementado con orientación ética sustantiva, basada en los principios
que están arraigados en el concepto de salud universal. A medida que avanzan hacia el acceso
universal a la salud y la cobertura universal de salud, los Estados Miembros están avanzando con
la integración de la ética en los procesos de toma de decisiones, especialmente en la evaluación
de tecnologías sanitarias.

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 12


BIOÉTICA

La ética en la salud pública ha pasado de ser un concepto desconocido a ser un tema sobre el
cual el personal del Ministerio de Salud, incluidas las autoridades de salud de alto nivel, ahora
recibe capacitación. En efecto, este campo se ha fortalecido no solo con la elaboración de
material didáctico centrado en la aplicación del análisis ético, sino también con la formulación y
difusión de pautas éticas para la salud pública y la integración de la ética de la salud pública en
el trabajo técnico de la OPS (por ejemplo, en la inmunización y en la vigilancia de enfermedades
no transmisibles), lo cual, a su vez, influye en las políticas y los planes de los Estados Miembros.

Las emergencias de salud pública plantean varios retos éticos que a menudo van más allá de la
esfera de la salud pública. El brote de la enfermedad por el virus del Zika, por ejemplo, puso a
prueba la robustez de la bioética en la Región en diversos niveles. En respuesta a una consulta
previa con los Estados Miembros, la Oficina encabezó una consulta de ética centrada en los
temas clave que los Estados Miembros habían planteado anteriormente y la posterior
formulación de orientación sobre aspectos éticos, que recibió reconocimiento mundial y se
incorporó en la cooperación técnica de la OPS en respuesta al brote. Aunque esta experiencia
ejemplifica el progreso realizado en la Región, también muestra la necesidad de mejorar nuestra
preparación en el ámbito de la ética. Algunos de los retos éticos que surgieron podrían haberse
evitado si se hubiera tenido en cuenta la orientación ética que ya estaba disponible. En resumen,
aunque la Región de las Américas lidera a nivel mundial el avance de la ética en la salud pública,
todavía es necesario intensificar el apoyo que brinda la Oficina a los Estados Miembros en
materia de ética para asegurar que forme parte del trabajo y los procesos de toma de decisiones
en el ámbito de la salud pública.

ACCIÓN NECESARIA PARA MEJORAR LA SITUACIÓN


Habida cuenta del progreso realizado y de los retos que subsisten, es indispensable seguir
integrando la ética en las diferentes áreas del trabajo en la salud en la Región de las Américas.
Por consiguiente, se recomienda aumentar estos esfuerzos a fin de alcanzar las siguientes
metas:

a. Fortalecimiento de los sistemas de ética de la investigación para que puedan asegurar que
la investigación siempre sea ética; y
b. Integración sistemática de la ética en el trabajo de salud pública en curso y en los procesos
de toma de decisiones que influyen en la población de los países de la Región de las
Américas.

Fortalecer los sistemas de ética de la investigación implica contar con marcos jurídicos
adecuados que rijan la investigación y la revisión ética competente de las investigaciones con
seres humanos, establecer mecanismos efectivos de supervisión, promover compromisos
institucionales para garantizar la investigación ética, y desarrollar capacidades para los
investigadores y los comités de revisión ética. Una integración sistemática de la ética en la salud
pública comienza con la creación de capacidades e implica incluir un enfoque ético en la
vigilancia, la respuesta a situaciones de emergencia, la inmunización y la formulación de
políticas. También implica incluir deliberaciones éticas en los procesos de toma de decisiones
que tengan como objetivo promover el acceso universal a la salud y la cobertura universal de
salud.

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BIOÉTICA

ACTIVIDAD N° 03
FUNDAMENTACIÓN DE LA BIOÉTICA

LOS PRINCIPIOS DE LA BIOÉTICA


El principialismo defiende que existen algunos principios generales descubiertos en el
ámbito de la ética biomédica y que deben ser respetados cuando se plantean conflictos
éticos en la investigación o en la práctica clínica.

Diego Gracia ha hecho una magistral exposición de la historia de estos principios desde
la antigüedad clásica hasta la actualidad. Defienden los siguientes cuatro principios:

1. Respeto de la autonomía
La palabra «autonomía» proviene del griego
y significa «autogobierno». Se usa por
primera vez para referirse a la capacidad de
autogobierno de las ciudades-estado griegas
independientes.

El individuo autónomo es el que «actúa


libremente de acuerdo con un plan
autoescogido». Todas las teorías de la
autonomía están de acuerdo en dos
condiciones esenciales: a)
la libertad, entendida como la independencia
de influencias que controlen, y b)
la agencia, es decir, la capacidad para la
acción intencional.

Que un ser es autónomo no significa meramente que sigue sus propios deseos o
inclinaciones. El alcohólico que quiere vencer su dependencia al alcohol siente
deseos de beber, pero trata de guiarse no por esos deseos inmediatos, sino por otros
más acordes con los valores sobre la idea que tiene de sí mismo. Si recogemos el

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 14


BIOÉTICA

significado que algunas teorías dan a la persona autónoma encontramos los siguientes
rasgos: excepcionalmente auténtica, autoposeída, consistente, independiente,
autogobernada, resistente al control por autoridades, y fuente original de los valores,
creencias y planes de vida personales. Se entiende que el ideal de autonomía es muy
alto y que muy pocos pueden aspirar a alcanzarlo.

La autonomía es un concepto que admite grados, para lo cual una acción es autónoma
cuando el que actúa lo hace a) intencionadamente, b) con comprensión y c) sin
influencias controladoras que determinen su acción. La intencionalidad no admite
grados, la comprensión y la coacción sí. Para poder determinar si una acción es
autónoma, tenemos que conocer si es o no intencional y, además, comprobar si supera
un nivel substancial de comprensión y de libertad de coacciones, y no si alcanza una
total comprensión o una total ausencia de influencias. A estas acciones se las
llama substancialmente autónomas, pero no completamente autónomas.

La autonomía de una persona es respetada cuando se le reconoce el derecho a


mantener puntos de vista, a hacer elecciones y a realizar acciones basadas en valores
y creencias personales. El respeto por la autonomía del paciente obliga a los
profesionales a revelar información, a asegurar la comprensión y la voluntariedad y
a potenciar la participación del paciente en la toma de decisiones.
Beauchamp y Childress nos dan algunas reglas para tratar a las personas de manera
autónoma:

1. «Di la verdad».
2. «Respeta la privacidad de otros».
3. «Protege la confidencialidad de la información».
4. «Obten consentimiento para las intervenciones a pacientes».
5. «Cuando te lo pidan, ayuda a otros a tomar decisiones importantes».

2. No-maleficencia
El principio de no-maleficencia hace
referencia a la obligación de no infringir daño
intencionadamente. Este principio se inscribe
en la tradición de la máxima clásica primum
non nocere («lo primero no dañar»). Aunque
la máxima como tal no se encuentra en los
tratados hipocráticos, sí que existe una
obligación de no maleficencia expresada en el
juramento hipocrático. Así, sobre el uso del
régimen para el beneficio de los pacientes,
este juramento dice: «si es para su daño (...)
lo impediré».

Algunos filósofos consideran a la no-


maleficencia y la beneficencia como un
mismo principio. Para Beauchamp y Childress la obligación de no dañar a otros, por
ejemplo, no robar, no lastimar o no matar, es claramente distinta a la obligación de
ayudar a otros, por ejemplo, ofrecer beneficios, proteger intereses o promover
bienestar.

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BIOÉTICA

Este principio solicita «no dañar». Una persona daña a otra cuando lesiona los
intereses de ésta. Estos intereses pueden considerarse de manera amplia como son
los referidos a la reputación, la propiedad, la privacidad o la libertad. Definiciones
más estrechas se refieren a intereses físicos y psicológicos, como la salud y la vida.
Beauchamp y Childress en el diseño del principio de no-maleficencia se concentran
en «los daños físicos, incluyendo el dolor, la discapacidad y la muerte, sin negar la
importancia de los daños mentales y las lesiones de otros intereses». En particular
enfatizan las acciones que causan o que permiten la muerte o el riesgo de muerte.
Reglas típicas referidas al principio de no-maleficencia son las siguientes:

1. «No mate».
2. «No cause dolor o sufrimiento a otros».
3. «No incapacite a otros».
4. «No ofenda a otros».
5. «No prive a otros de aquello que aprecian en la vida».

3. Beneficencia
Si la no-maleficencia consiste en no causar
daño a otros, la beneficencia consiste en
prevenir el daño, eliminar el daño o hacer el
bien a otros. Mientras que la no-maleficencia
implica la ausencia de acción, la beneficencia
incluye siempre la acción. Beauchamp y
Childress distinguen dos tipos de
beneficencia: la beneficencia positiva y la
utilidad. La beneficencia positiva requiere la
provisión de beneficios. La utilidad requiere
un balance entre los beneficios y los daños.

En el lenguaje habitual, la beneficencia hace


referencia a actos de buena voluntad,
amabilidad, caridad, altruismo, amor o humanidad. La beneficencia puede
entenderse, de manera más general, como todo tipo de acción que tiene por finalidad
el bien de otros. Si la benevolencia se refiere a la voluntad de hacer el bien, con
independencia de que se cumpla o no la voluntad, la beneficencia, en cambio, es un
acto realizado por el bien de otros. Pero cuando Beauchamp y Childress hablan
del principio de beneficencia. no se refieren a todos los actos realizados para hacer
el bien, sino sólo a aquellos actos que son una exigencia ética en el ámbito de la
medicina. Según estos autores, antes de realizar un tratamiento sobre un paciente,
estamos obligados a hacer un balance de sus beneficios y riesgos.

Algunos ejemplos de reglas de beneficencia son las siguientes:

1. Protege y defiende los derechos de otros.


2. Previene el daño que pueda ocurrir a otros.
3. Quita las condiciones que causarán daño a otros.
4. Ayuda a personas con discapacidades.
5. Rescata a personas en peligro.

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BIOÉTICA

Los autores dicen que el principio de beneficencia es una exigencia y no una mera
invitación a la acción, por ello es importante distinguir en qué circunstancias hacer
el bien es una exigencia. Según ellos, asumiendo que la persona X es consciente de
los hechos relevantes, entonces X tiene la obligación de beneficencia hacia la persona
Y si y sólo si se satisfacen cada una de las siguientes condiciones:

a. Y está en peligro de perder la vida o recibir un daño significativo en su salud o


en algunos otros intereses importantes.
b. La acción de X se necesita, de modo singular o en unión con otros, para prevenir
esta pérdida o daño.
c. La acción de X, de modo singular o en unión con otros, tiene una alta
probabilidad de prevenir esta pérdida o daño.
d. La acción de X no representa riesgos, costes o cargas significativas para X.
e. El beneficio que se puede esperar que gane Y sobrepasa a todos los daños, costes
o cargas que pueden afectar a X.

Cuando la beneficencia se practica sin considerar la opinión del paciente, se incurre


en el paternalismo.

4. Justicia
Las desigualdades en el acceso al cuidado de
la salud y el incremento de los costes de estos
cuidados han ocasionado en el ámbito de la
sanidad el debate sobre la justicia social. La
máxima clásica de Ulpiano dice que la justicia
consiste en «dar a cada uno lo suyo». De un
modo similar, Beauchamp y Childress
entienden que la justicia es el tratamiento
equitativo y apropiado a la luz de lo que es
debido a una persona. Una injusticia se
produce cuando se le niega a una persona el
bien al que tiene derecho o no se distribuyen
las cargas equitativamente.

El término relevante en este contexto es el de justicia distributiva que, según estos


autores, se refiere a «la distribución imparcial, equitativa y apropiada en la sociedad,
determinada por normas justificadas que estructuran los términos de la cooperación
social». Sus aspectos incluyen las políticas que asignan beneficios diversos y cargas
tales como propiedad, recursos, privilegios y oportunidades. Son varias las
instituciones públicas y privadas implicadas, incluyendo al Gobierno y al sistema
sanitario.

Los problemas de la justicia distributiva aumentan bajo condiciones de escasez y


competición. Se han propuesto varios criterios de distribución:
a. a cada persona una participación igual,
b. a cada persona de acuerdo con sus necesidades individuales,
c. a cada persona de acuerdo a sus esfuerzos individuales,
d. a cada persona de acuerdo a su contribución social, y
e. a cada persona de acuerdo con sus méritos.

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BIOÉTICA

Sobre el principio de justicia en ética biomédica un autor especialmente relevante es


Norman Daniels. Este autor nos dice que existe un conflicto de intereses entre los
que precisan servicios de salud y los que soportan sus gastos, pero incluso en Estados
Unidos, que no es un Estado de bienestar, se piensa que los cuidados de la salud
deben distribuirse más igualitariamente que otros bienes. Daniels se pregunta qué
tiene de especial el cuidado de la salud. Daniels entiende que la sociedad tiene la
obligación de proteger la igualdad de oportunidades de todos sus miembros. Por eso
hay que examinar las implicaciones que se siguen para las instituciones sanitarias,
pues han de reformarse si no son capaces de garantizar esa igualdad de
oportunidades, que viene potenciada por el acceso igualitario a los cuidados de la
salud.

CORRIENTES Y TENDENCIAS:

a. Bioética personalista: Parte de la dignidad como valor propio de la persona, la cual


se manifiesta en su capacidad intrínseca de realizar los valores. El fundamento de las
orientaciones que deben apoyar las propuestas de solución a los dilemas éticos se
encuentra en la naturaleza humana ya que la persona es el centro.

b. Bioética consensualista o civil: En esta corriente se busca establecer un mínimo de


principios aplicables dentro de una sociedad pluralista y secular. Se basa en los
postulados de la llamada “Ética de mínimos” que propone un conjunto de normas a
cumplir por todos los miembros de la sociedad y que sería producto del consenso
social en torno a ciertos parámetros mínimos de convivencia.

c. Bioética clínica: Esta escuela sigue el enfoque biomédico que se da a partir de


Hellegers con su trabajo en el Kennedy Institute of the Bioethics. Su centro de
atención son los problemas suscitados por el avance en el conocimiento científico y
tecnológico respecto de su aplicación en los diferentes ámbitos de la salud humana.

d. Bioética social: Su centro de interés es la problemática de la justicia y el desarrollo


social como el mejoramiento de las condiciones de vida de la población en equilibrio
con el medio en que interactúa. Hay un énfasis en la promoción de los derechos
humanos en una sociedad plural.

e. Bioética transdisciplinar: como ciencia de la complejidad. Esta corriente es menos


conocida y surge desde la perspectiva de las ciencias de la complejidad. Dentro de
los sistemas dinámicos de los que se ocupa la complejidad como ciencia, está la vida,
la cual es analizada por la bioética que tiene carácter inter y transdiplinario, no lineal.
Este estudio abarca no solo la vida humana, sino las demás existentes y su interacción
con los sistemas dinámicos.

ÁMBITOS
Aunque la bioética está muy relacionada con la ética, no son lo mismo. En el caso de la
medicina, la ética médica no es idéntica a la bioética médica: la ética médica trata los
problemas planteados por la práctica de la medicina mientras que la bioética es un tema
más amplio que aborda los problemas morales derivados de los avances en las ciencias
biológicas en general. La bioética se diferencia de la ética, según algunos autores, en que

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 18


BIOÉTICA

no necesita la aceptación de ciertos valores tradicionales que son fundamentales para la


ética.

— Problemas éticos derivados de las profesiones


sanitarias: transfusiones de sangre, eutanasia,
trasplantes de órganos, reproducción asistida o
mediante fertilización in vitro, aborto, todos los asuntos
implicados en la relación médico-paciente.

— Problemas de la investigación
científica, en particular la
investigación biomédica y
biotecnológica, que tanto pueden
transformar al hombre:
manipulación genética, tecnologías
reproductivas como la fecundación in
vitro o la (por ahora solo hipotética)
clonación humana, etc.

— Los problemas ecológicos, del medio ambiente y la biosfera: necesidad de


conservación del medio ambiente, como mantener el equilibrio entre las especies y
el respeto hacia los animales y la naturaleza, impedir el uso de energía nuclear,
controlar el crecimiento de la población mundial y el incremento del hambre en los
países pobres, etc.
— Influencia social y política de las cuestiones anteriores, en cuanto a legislación,
educación, políticas sanitarias, religión, etc.
— Temáticas relativas a la relación entre neurología y ética, que daría lugar a lo que se
conoce como neuroética.

María Dolores Vila-Coro Barrachina, en su libro La vida humana en la encrucijada,


establece una clasificación de la bioética en cuatro aspectos:

— La bioética teórica, o «meta-bioética», que trata los fundamentos conceptuales de


la bioética en el marco de las teorías morales y la justificación de sus nociones básicas
(persona, dignidad, autonomía, etc.).
— La bioética clínica, referida a las decisiones éticas que se toman en la práctica
profesional, vinculada a la deontología médica clásica y que se focaliza en los casos
individuales de los pacientes que plantean la resolución de un problema ético.
— La bioética normativa, conocida también como «bioderecho», en la que tienen una
participación directa juristas y autoridades públicas y que se orienta hacia la adopción
de reglas generales en la política sanitaria y el sistema jurídico. Centra su interés en
la racionalidad de las decisiones colectivas en las áreas donde confluyen la salud
pública, los derechos humanos y la regulación de los avances científicos.
— La bioética cultural, que trata del esfuerzo sistemático en relacionar los nuevos
dilemas bioéticos con el contexto histórico y sociocultural en el que se dan. Trata de
evitar la imposición de determinadas visiones de la bioética en sociedades que tienen
valores distintos.

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BIOÉTICA

ACTIVIDAD N° 04
DILEMAS ÉTICOS EN EL FINAL DE LA VIDA

EI origen y el fin de la vida acogen un gran


número de los dilemas éticos que estudia la
moderna Bioética. La ética normativa pretende
resolver estos dilemas adoptando un criterio
excesivamente simplista, mediante el recurso
de distinguir entre lo prohibido y lo permitido.
AI margen del debate social que suele
producirse en torno a lo prohibido,
especialmente cuando esta prohibición es
elevada a rango legal e incluida en el Código
Penal, lo cierto es que tampoco resulta pacifica
la aceptación de lo permitido normativamente.
EI debate actual sobre la eutanasia y su
reconocimiento en algunas legislaciones
estatales ilustra sobre la difícil aceptación de la
solución normativa. Pero más relevante
resulta, en nuestra opinión, la complejidad de cuestiones que suscitan aquellas
situaciones éticamente permitidas cuando se trasladan de la generalidad prevista en la
norma a la casuística que ofrece la praxis sanitaria cotidiana.

CUIDADOS PALIATIVOS
CONCEPTO
La Organización Mundial de la
Salud (OMS) basa los cuidados
paliativos en el “Enfoque que
mejora la calidad de vida de
pacientes y familias que se
enfrentan a los problemas
asociados con enfermedades
amenazantes para la vida, a
través de la prevención y alivio del
sufrimiento por medio de la
identificación temprana de
factores adversos al confort y problemas agregados de índole psicológica o espiritual.”
La asistencia paliativa consiste en los cuidados globales que reciben los pacientes que
sufren una enfermedad avanzada y no responden al tratamiento curativo. En el Código
Deontológico del Consejo Internacional de Enfermeras (C.I.E.) se afirma que uno de los
deberes fundamentales del profesional de enfermería es “aliviar el sufrimiento”. El alivio
es uno de los pilares que fundamentan la asistencia definida. En su declaración de
posición sobre los cuidados a los pacientes en fase terminal y el cuidador primario, el
C.I.E. afirma que: “…la función de la enfermería es fundamental para reducir el

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 20


BIOÉTICA

sufrimiento, mejorando la calidad de vida de los pacientes terminales y de sus familias


mediante una pronta evaluación de necesidades físicas, sociales, psicológicas,
espirituales y culturales…” Las unidades de cuidados paliativos brindan un servicio que
implica la adopción de decisiones complejas y la capacidad de dirección, en coordinación
con el equipo multidisciplinario.
Para la O.M.S., la asistencia paliativa busca mejorar
la calidad de vida de los pacientes y sus familiares,
al afrontar los problemas asociados con
padecimientos en situación terminal. Dicho de otra
manera, son los cuidados apropiados para el
paciente con una enfermedad avanzada y
progresiva, donde el control del dolor y otros
síntomas, así como los aspectos psicosociales y
espirituales cobran mayor importancia. El objeto de
los cuidados paliativos es lograr la mejor calidad de
vida posible para el paciente y su familia. En 1990,
la O.M.S. adoptó un documento clave para el desarrollo de los cuidados paliativos,
definiendo una propuesta por la Asociación Europea de Cuidados Paliativos como el
“cuidado total activo de los pacientes cuya enfermedad no responde a tratamiento
curativo”.
Los cuidados paliativos se pueden ofrecer a las personas de cualquier edad que padecen
enfermedades graves o de riesgo de vida. Puede ayudar a los adultos y niños a convivir
con enfermedades como:

 Cáncer
 Trastornos de la sangre y de la médula ósea que requieren trasplante de células
madre
 Enfermedad cardíaca
 Fibrosis quística
 Demencia
 Enfermedad hepática terminal
 Insuficiencia renal
 Enfermedad pulmonar
 Enfermedad de Parkinson
 Accidente cerebrovascular

Los síntomas que podrían mejorar con los cuidados paliativos incluyen:
 Dolor
 Náuseas o vómitos
 Ansiedad o nerviosismo
 Depresión o tristeza
 Estreñimiento
 Dificultad para respirar
 Anorexia
 Cansancio
 Trastornos del sueño

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 21


BIOÉTICA

Alivio del dolor y sufrimiento: este debe ser el objetivo fundamental del tratamiento de
un enfermo en una condición terminal. El médico tiene la responsabilidad fundamental
de aliviar el sufrimiento del paciente utilizando los medios a su alcance, especialmente
cuando se conoce que el desenlace será fatal a corto plazo.

El problema es que el médico también en esa situación se enfrenta a su propia


conciencia, a sus creencias religiosas, a su formación y a la presión de los familiares
cercanos del paciente. En estos casos se plantean innumerables preguntas en la mente
del médico: ¿Estaré prolongando un sufrimiento, en vez de aliviar una agonía? ¿Es
adecuado administrar tratamientos vigorosos sabiendo que no van a ser efectivos? En
estos casos existen obligaciones morales de tomar cuidados proporcionados o medidas
paliativas necesarias, pero no necesariamente cuidados desproporcionados. Siempre se
ha de tener presente el derecho del paciente a rehusar el tratamiento. En los últimos
momentos de la vida del paciente, al entrar en agonía se plantea el dilema de la sedación
porque esto influirá en la disminución de la conciencia del paciente. En este momento
el paciente no puede decidir y la familia se encuentra en una situación emocional que le
impide tomar decisiones. El paciente debe morir con dignidad, lo cual implica
tranquilidad del paciente y control emocional de los familiares, capaces de identificarlo
como la persona de siempre.

EUTANASIA:
La vida constituye un valor
superior y es la base de
sustentación para todos los demás
valores.
La muerte como episodio final de
la vida, es un evento tan natural y
frecuente como el nacimiento.
Como fenómeno biológico y como
proceso clínico debería tener su
lugar en la formación y en el
bagaje de conocimientos del
médico. Sin embargo, esto no es
siempre así, con frecuencia el profesional de la salud se encuentra no preparado

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 22


BIOÉTICA

psicológicamente y médicamente para manejarlo, haciendo que su actuación en muchos


casos no beneficie al paciente.

En tiempos pasados, la mayor parte de las personas morían en casa, en medio de sus
seres queridos, con atención religiosa, sabiendo que iban a morir y con todas las
facilidades para tomar las decisiones pequeñas o grandes. La ciencia y la tecnología
médica, ha cambiado la forma de morir que era tradicional, hoy la muerte se ha
"hospitalizado", produciendo una involuntaria deshumanización de la medicina.

DEFINICIÓN:
La eutanasia (del latín euthanasia «buena muerte», «muerte apacible», lo contrario
de cacotanasia) es la intervención deliberada para poner fin a una vida sin perspectiva
de cura. La eutanasia se practica tanto en humanos (medicina) como en animales de
otras especies (eutanasia animal en veterinaria).

Cacotanasia: La cacotanasia es un procedimiento médico que se realiza para


poner término a la vida de una persona sin su autorización. Se le considera una
forma de eutanasia, pero con implicaciones éticas y morales más profundas que
ésta. Dicho procedimiento está encuadrado en la categoría de la denominada eutanasia
involuntaria. Por ello se dice con frecuencia que la cacotanasia está más cercana al
homicidio. También se le denomina coactiva o contravoluntaria.

En medicina la eutanasia es la provocación intencionada de la muerte de una persona


que padece una enfermedad avanzada o terminal, a petición expresa de ésta, y en un
contexto médico. Actualmente no procede utilizar los términos “Eutanasia
involuntaria”, “Eutanasia pasiva” ni “Eutanasia indirecta”, porque son situaciones ajenas
a esta definición de eutanasia.
En los países donde está legalizada su práctica, la eutanasia se realiza a petición
reiterada del paciente y con la supervisión de un equipo médico. El procedimiento es
libre, autónomo, voluntario, intencionado, reflexionado y consciente, 7 en el caso de que
esta circunstancia no sea posible, cuando el testamento vital del paciente lo indique
explícita y claramente.
La eutanasia debe diferenciarse del suicidio asistido, cuando es el propio paciente el que
lleva a cabo la administración de los fármacos para acabar con su vida. El suicidio asistido
es legal en jurisdicciones diferentes a la eutanasia.

CLASIFICACIONES DE EUTANASIA:
a eutanasia se clasifica de diferentes formas: directa e indirecta según el accionar
médico, y voluntaria e involuntaria si se cuenta o no con el consentimiento del paciente
informado y consciente.
Según el accionar médico
 Eutanasia directa: cuando existe una provocación intencional del médico que busca
la terminación de la vida del paciente. Esta a su vez posee dos formas:
o Activa o positiva: se le considera activa o positiva (acción) cuando existe un
despliegue médico para producir la muerte de una persona como suministrar
directamente algún tipo de fármaco o realizando intervenciones cuyo objetivo
es causar la muerte.

MED. ALAN APAZA PARICAHUA 23


BIOÉTICA

o Pasiva o negativa: es pasiva o negativa


(omisión) cuando la muerte es
producida por la omisión de
tratamientos, medicamentos, terapias
o alimentos. En este tipo de eutanasia la
actuación del médico es negativa pues
su conducta es de «no hacer». En otras
palabras, se abandona todo tipo de
actividad terapéutica para prolongar la
vida de una persona que se encuentre
en fase terminal, pues se ha concluido que el tratamiento es inútil para el
mejoramiento del paciente. Suele identificarse con los conceptos de dejar
morir y ortotanasia, así como con el derecho a rechazar un tratamiento médico
o retirarse del soporte vital.
 Eutanasia indirecta: es la que se verifica cuando se origina sin la intención de causar
la muerte del paciente. Según la definición de eutanasia la indirecta no lo sería pues
uno de los elementos de esta práctica es la provocación intencional de la muerte.
En todo caso, la indirecta se da como resultado de efectuar procedimientos médicos
intensos, con intención terapéutica, que pueden producir la muerte.

Según la voluntad del paciente


 Voluntaria: es aquella en la cual es el paciente quien toma la decisión o por terceras
personas obedeciendo los deseos que el paciente ha expresado con anterioridad.
 Involuntaria: sucede cuando un tercero toma la decisión sin obtener el
consentimiento del paciente (pudiendo obtenerse) o de un pariente de este.
 No voluntaria: ocurre cuando un tercero toma la decisión sin el consentimiento del
paciente debido a la imposibilidad de expresarlo.

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BIOÉTICA

MUERTE ASISTIDA

Muerte asistida por un médico se refiere a una práctica mediante la cual los médicos
proporcionan los medios para que una persona pueda causar su propia muerte
voluntariamente. Esto suele hacerse recetando dosis letales de medicamentos. Aunque
participa indirectamente en la muerte de la persona, el médico no causa directamente
la muerte. La muerte asistida por un médico solo es legal en unos pocos estados.
Una persona con una enfermedad terminal puede pensar en la muerte asistida por un
médico. Entre los factores que pueden hacer que una persona considere poner fin a su
vida están el dolor, la angustia y el miedo de depender de otros. Una persona que está
muriendo podría preocuparse de ser una carga para los demás y no darse cuenta de que
sus seres queridos quieren proporcionarle atención como una expresión de amor y
como una parte saludable de su propio proceso de duelo.
A menudo, cuando una persona que
tiene una enfermedad terminal
considera la muerte asistida por un
médico, sus síntomas físicos o
emocionales no están siendo
manejados con eficacia. Los síntomas
asociados con el proceso de morir
(como el dolor, la depresión o las
náuseas) pueden controlarse. Hable
con su profesional de la salud y sus familiares sobre sus síntomas, especialmente si estos
son tan molestos que usted está considerando poner fin a su vida.
Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia, en 2002. A partir de ahí,
otros cuatro han seguido sus pasos, con regulaciones más o menos restrictivas. Son:
Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia, según datos de la asociación Derecho a Morir
Dignamente (DMD). Mientras, los Parlamentos de España y Portugal debaten la
aprobación de una norma y Nueva Zelanda lo votará en referéndum el año que viene.
Además, en otros tres (Suiza, algunos Estados de EE UU y el Estado de Victoria en
Australia) se permite el suicidio asistido, que se diferencia de la eutanasia esencialmente
en quién ejecuta la acción. Mientras en esta última es normalmente un médico quien
administra alguna sustancia para terminar con el sufrimiento, el suicidio asistido
consiste en ayudar a una persona a que lo haga.

¿Qué diferencia hay entre eutanasia y muerte asistida?


Estas son las diferencias entre los distintos términos:
a. Eutanasia: Termino derivado de las palabras griegas eu, que significa bien o fácil, y
thanatos, que quiere decir muerte, por lo que etimológicamente se traduce como
'buena muerte'.
b. Eutanasia directa: Hay dos tipos de eutanasia directa, la activa, que en líneas
generales consigue la muerte de la persona enferma con el uso de fármacos, y la
pasiva, que consiste en la suspensión del tratamiento médico como de la
alimentación por cualquier vía.
c. Eutanasia indirecta: El objetivo es aliviar el sufrimiento del enfermo con el
suministro de medicamentos que contribuyen a calmar los dolores y que,

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finalmente, termina con la muerte del paciente como efecto secundario y sin
buscarla.
d. Eutanasia voluntaria: cuando es el individuo enfermo el que con todas sus
capacidades físicas y mentales pide que lo ayuden a morir.
e. Eutanasia no voluntaria: cuando el enfermo ya no tiene las capacidades mentales
y físicas para solicitar que lo ayuden a morir, pero había expresado antes que ésta
era su voluntad o es sometido a eutanasia sin saber cuál hubiera sido su voluntad.
f. Muerte digna: El derecho de los pacientes con una enfermedad irreversible o
incurable y en estado terminal a decidir y manifestar su deseo a morir dignamente
sin someterse a prácticas que invadan el cuerpo como tratamientos quirúrgicos,
reanimación por vía artificial, alimentación... Tiene lugar con todos los alivios
médicos adecuados y con el consuelo psicológico.
g. Sedación paliativa: La sedación paliativa supone la administración deliberada de
dosis y combinaciones de fármacos que reducen la conciencia de las personas con
una enfermedad en estado avanzado o terminal para aliviar sus síntomas.
h. Cuidados Paliativos: Es el conjunto coordinado de intervenciones sanitarias
dirigidas, desde un enfoque integral, a mejorar la calidad de vida de los pacientes y
sus familias, y prevenir y aliviar así el sufrimiento tratando el dolor y otros
problemas de carácter psíquico, físico y hasta espiritual que se pueden hacer en
casa o en el hospital.
i. Testamento vital: Un documento en el que las personas libremente expresan su
voluntad anticipada sobre las atenciones médicas que querrá recibir en el caso de
que llegue a padecer una enfermedad terminal o irreversible y ya no pueda
expresarse libremente cuando llegue el momento.

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