Separata I Unidad Bioética
Separata I Unidad Bioética
ACTIVIDAD N° 01
BIOÉTICA
HISTORIA:
1948, los horrores de un sistema totalitario,
racista y discriminador, que pretendía dominar al
mundo, se habían hecho públicos en 1945. ¡No más!,
dijo la humanidad y por primera vez en la historia se
reunió un Tribunal Internacional para juzgar a los
criminales de guerra. Nûremberg fue el escenario
propicio y paralelamente a los criminales se juzgó el
crimen. La "Declaración de Nûremberg" estableció
los principios sobre los que debía asentarse la investigación en el campo de la medicina.
Helsinki en 1964, sus cinco revisiones posteriores y los diferentes acuerdos de la
"Asociación Médica Mundial" son reflejo de la preocupación por la ética de la
investigación en el campo de la salud y la investigación biomédica.
La Bioética por lo tanto es una ciencia conductual porque estudia la conducta humana, no
analiza los fenómenos naturales ni lo que hacen los seres vivos no conscientes. Su campo
no se limita a la actividad en los campos de la investigación biomédica y la atención en
salud, si no que se extiende a toda la actividad humana que se dirija la vida, porque el
bien a tutelar por ella es precisamente LA VIDA. Así se incorporan los atentados contra
el medio ambiente, el racismo, la discriminación, el genocidio, etc.
Utiliza como herramientas de análisis valores y principios éticos y a los clásicos tres
principios iniciales (Autonomía, Beneficencia y Justicia) se incorporó la No
Maleficencia y más recientemente el, para muchos, incluidos los autores del presente
artículo, principio rector, la Solidaridad.
Moral
La moral es el conjunto de reglas que se generan de manera individual o grupal y que se aplican a los
actos de vida cotidiana de los ciudadanos. Estas normas guían a cada individuo, orientando sus
acciones y sus juicios sobre lo que es moral o inmoral, correcto o incorrecto, bueno o malo. La moral
se refiere a las creencias y prácticas de primer orden que implican un conjunto de juicios establecidos
que originan y siguen los individuos, las familias o sociedades para orientar sus acciones y
comportamiento en la vida diaria.
Estos códigos morales pueden servir de referencia a instituciones, grupos y sociedades enteras,
impregnando procesos esenciales de socialización y de pautas de actuación.
Ética
Se define como manera de ser, carácter. El hombre construye su ethos o forma de ser a partir de la
repetición progresiva de actos que dan lugar a la formación de hábitos y son precisamente estos los
que expresan la conducta humana.
En un sentido práctico, los propósitos de la ética y de la moral son muy similares. Ambas son
responsables de la construcción de la base que guiará la manera de ser, la conducta de la mujer y el
hombre, determinando su carácter, su altruismo y sus virtudes y de enseñar la mejor manera de actuar
y comportarse en sociedad.
Ambos términos están destinados a distinguir a las buenas y malas conductas. Sin embargo, la ética
es más reflexiva al cuestionarse el por qué se consideran válidas algunas conductas y otras no, es decir,
busca y analiza el fundamento de cada comportamiento.
La ética, como ciencia, es un conjunto de conocimientos derivados de la investigación de la conducta
humana al tratar de explicar las reglas morales de manera racional, fundamentada teórica y
científicamente. Es una reflexión sobre la moral. Provee la base teórica para valorar el por qué algo
es bueno o malo.
Entonces, la ética, obliga a la reflexión sobre nuestras creencias, prácticas y juicios morales. Por tanto,
comprende un proceso de valoración y provee las razones para evaluar el por qué algo es bueno o
malo. Es una actividad consciente del ser humano que influye y a la vez refleja su realidad personal y
contextual, una reflexión disciplinada sobre las decisiones que toman las personas y las instituciones.
Sin embargo, la ética no solo estudia lo que se hace, sino también lo que deja de hacerse por
negligencia, mala planeación y falta de previsión.
DEFINICIÓN DE BIOÉTICA:
El término bioética fue utilizado por primera vez por Van Rensselaer Potter como
una propuesta de una nueva disciplina que sirviera como un puente entre dos culturas: la
científica, en torno a la vida y al medio ambiente, y la humanista centrada en la ética.
Aunque no existe una sola manera de definir a la bioética.
La bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones
entre biología, nutrición, medicina, química, política (no debe confundirse con la
"biopolítica"), derecho, filosofía, sociología, antropología, teología, etc.
Existe un desacuerdo acerca del dominio apropiado para la aplicación de la ética en temas
biológicos. Algunos bioéticos tienden a reducir el ámbito de la ética a lo relacionado con
los tratamientos médicos o con la innovación tecnológica. Otros, sin embargo, opinan que
la ética debe incluir lo relativo a todas las acciones que puedan ayudar o
dañar organismos capaces de sentir miedo y dolor. En una visión más amplia, no solo hay
que considerar lo que afecta a los seres vivos (con capacidad de sentir dolor o sin tal
capacidad), sino también al ambiente en el que se desarrolla la vida, por lo que también
se relaciona con la ecología.
El criterio ético fundamental que regula esta disciplina es el respeto al ser humano, a
sus derechos inalienables, a su bien verdadero e integral: la dignidad de la persona.
Por la íntima relación que existe entre la bioética y la antropología, la visión que de ésta
se tenga condiciona y fundamenta la solución ética de cada intervención técnica sobre el
ser humano.
Universal: Válida para todos, en cualquier lugar. Las decisiones deben ir más allá de
los convencionalismos morales pues se aspira a decisiones responsables por vía del
acuerdo intersubjetivo, pero con base en acuerdos objetivos de mínimos como lo son
los derechos humanos.
Interdisciplinaria: Comprende aspectos filosóficos, científicos, sociales,
antropológicos, psicológicos, técnicos, legales, del cuidado de la salud y de la
investigación en salud.
Intermediadora: Promueve mecanismos razonados y racionales para la toma de
decisiones difíciles y para resolver conflictos.
Regulatoria o procedimental: Apoyo a los protocolos, procedimientos, cuerpos
colegiados.
Aplicada: Reflexiona y cuestiona problemas reales, cotidianos y concretos.
ACTIVIDAD N° 02
INTEGRACIÓN DE LA ÉTICA EN EL ÁMBITO DE LA
SALUD
INTRODUCCIÓN:
y de lo que una respuesta de salud pública ética debía implicar en medio de la incertidumbre
que caracteriza a un brote de una enfermedad emergente. Además, en respuesta a los
compromisos con el acceso universal a la salud y la cobertura universal de salud asumidos por
la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los
países de todo el mundo están afrontando el reto de decidir cómo establecer prioridades de una
manera ética a la hora de avanzar hacia estas metas. Estos eventos, junto con las complejidades
cada vez mayores planteadas por las nuevas tecnologías y por la diversidad de las sociedades
contemporáneas, han llevado a que aumenten las solicitudes de orientación sobre bioética
como disciplina que procura aclarar los problemas éticos que surgen en relación con la salud.
ANTECEDENTES:
Orientación sexual: Está definida por las características de la/s persona/s hacia
quien/es alguien se siente atraído. Implica un “agrupar” la/s persona/s con quienes se
comparten relaciones sexo-afectivas (sexuales y/o afectivas). Estas personas, a su vez,
pueden autopercibirse de forma diferente a como lo hacen otros.
ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN:
En sus 17 años de funcionamiento, el Programa Regional de Bioética, con el apoyo continuo del
gobierno de Chile, ha generado una masa crítica de personas entrenadas en bioética, con énfasis
en la ética de la investigación. Ese énfasis responde a la demanda generada por el requisito,
estipulado en la Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Mundial, de que toda
investigación con seres humanos tenga aprobación ética de un comité independiente. Para
llevar a cabo una revisión ética se requiere entrenamiento en ética de la investigación.
mitad, menospreciando a los niños por cada imperfección de discurso y diciéndoles que eran
tartamudos.
Muchos de los niños huérfanos que recibieron terapia negativa en el experimento sufrieron
efectos psicológicos negativos y algunos problemas del habla durante el curso de su vida.
Apodado “The Monster Study” por algunos de sus compañeros que estaban horrorizados de
como él podría experimentar con niños huérfanos para probar una teoría, el experimento se
mantuvo oculto por temor a empañar la reputación de Johnson en la estela de humanos
experimentos llevados a cabo por los Nazis durante la II guerra mundial. La Universidad de Iowa
se disculpó públicamente por este estudio en 2001.
Más aún, las nuevas tecnologías y la complejidad en las sociedades contemporáneas nos
presentan mayor número de problemas éticos y problemas que son cada vez más difíciles. Las
situaciones generadas por las nuevas modalidades de reproducción asistida, las posibilidades de
mejoramiento genético y el acceso a tecnologías para mantener y prolongar la vida
artificialmente nos han mostrado que las pautas éticas no son obvias y que no es fácil determinar
lo que estipulan los principios éticos en situaciones concretas ni cómo aplicarlos en la práctica.
La diversidad de valores y tradiciones culturales, étnicas, lingüísticas y religiosas presente en
toda sociedad exacerba esta dificultad. La inevitable limitación de recursos nos enfrenta a la
necesidad de valorar las intervenciones para determinar prioridades. Es claro ya que la mera
intuición y las buenas intenciones no bastan para asegurar que las actividades en el campo de la
salud sean éticas. Un análisis riguroso y fundamentado es necesario para incorporar las
consideraciones éticas en el trabajo en la esfera de la salud.
El análisis bioético se realiza a la luz de valores fundamentales como el respeto a los seres
humanos y su capacidad de decidir por sí mismos sobre la base de sus valores y creencias, el
bienestar de las personas y las poblaciones, y la justicia. El análisis debe tomar en cuenta los
contextos específicos y las situaciones concretas, identificando todos los elementos moralmente
relevantes y buscando la consistencia. Incluso si el análisis lo lleva a cabo una sola persona, debe
seguir el modelo de un diálogo plural, inclusivo y respetuoso de la diversidad, y considerar las
distintas perspectivas involucradas. Como actividad deliberativa, el análisis ético no siempre
lleva a una respuesta unívoca. Es posible que haya más de una manera de proceder que sea
éticamente correcta.
No todas las acciones orientadas a la mejora de la salud son éticamente aceptables. Más aún, la
actividad de salud pública no es éticamente neutra, sino que implica juicios de valor sobre lo
correcto y lo justo. Para incorporar la ética en el ámbito de la salud hay que identificar y analizar
los criterios y principios éticos en juego; estos pueden ser varios e incluso entrar en conflicto.
No es posible suponer sencillamente que las distintas actividades y políticas que buscan mejorar
la salud son aceptables desde el punto de vista ético sin antes haber realizado un análisis
fundamentado en la bioética. Tampoco es posible suponer que los marcos legales son
suficientes para elucidar o resolver todos los conflictos éticos. La ley es fundamental para
determinar los estándares mínimos que deben respetarse. Lo requerido por la ley es, sin
embargo, solo una de las dimensiones del actuar ético; la ética con frecuencia dicta acciones
que van más allá de lo que requiere la ley. De hecho, no es posible ni deseable que la ley cubra
todo el espectro de la vida moral de individuos o sociedades.
Más aún, la historia nos ha mostrado que la ley puede requerir acciones que no son éticas y que
es posible que ciertas acciones éticas sean ilegales. Aunque por lo general este no es el caso,
debemos tener presente que el mero hecho de que la ley exija algo no implica que sea ético. La
ética como disciplina permite el análisis y la reflexión continua sobre la ley y sobre lo que la ley
debería requerir. Además, la ética debería ser un sustento de la legislación.
Los derechos humanos se han establecido por medio de instrumentos jurídicos de carácter
vinculante que protegen a individuos y grupos de aquellas acciones que interfieren con las
libertades fundamentales y la dignidad humana. Por lo tanto, estos instrumentos, como los
tratados y las convenciones, son pertinentes para los temas de salud y se han incorporado con
éxito en el trabajo de la OPS. Son idóneos para lidiar con casos en que los gobiernos incumplen
con obligaciones concretas que han contraído legalmente. Ciertamente, los derechos humanos
están éticamente justificados y codifican algunos valores fundamentales de la bioética, como el
respeto a las personas y la justicia. Eso permite que estos instrumentos de derechos humanos
sirvan de marco jurídico para el trabajo en el ámbito de la bioética. Sin embargo, la existencia
de este marco no elimina la necesidad constante de deliberación y análisis ético en las
innumerables situaciones complejas con las que nos enfrentamos en relación con la salud.
La bioética no debe ser invocada luego de que los principios éticos se han quebrantado y nos
encontramos frente a una situación éticamente cuestionable que debemos resolver. La bioética
debe incorporarse en el trabajo regular de profesionales de la salud y responsables de las
decisiones de política, de modo que las políticas públicas sanitarias estén fundamentadas en
principios bioéticos tal como recomendó el Consejo Directivo en el 2000.
A fin de determinar si una política o intervención en salud pública es ética es preciso evaluar si
hay evidencia de que:
a) La intervención es efectiva para lograr los objetivos propuestos;
b) Los beneficios de la intervención para la salud pública superan los daños y cargas que
pudieran resultar de la intervención;
c) El objetivo de salud pública no puede alcanzarse de una manera distinta que implique
menos cargas para la población;
d) La intervención va a resultar en la menor cantidad posible de cargas o efectos adversos; y
e) Las cargas y los beneficios se van a distribuir de manera equitativa, minimizando si es
posible injusticias sociales anteriores. Además, por el imperativo ético de tratar a las
personas con respeto, deben utilizarse procedimientos justos, tales como una deliberación
pública, para determinar qué cargas son consideradas aceptables por la comunidad en
cuestión.
Los Estados Miembros han avanzado en la normativa y regulación de la investigación con seres
humanos a la luz de guías y declaraciones universales, y en su mayoría han establecido procesos
de revisión ética por parte de comités independientes. Estos procesos deben completarse y
fortalecerse a fin de consolidar los progresos en materia de ética de la investigación. A estos
progresos deben agregarse avances en las otras áreas de la bioética, a saber, la ética clínica y la
ética en la esfera de la salud pública. En el caso de la ética clínica no se dispone de pautas tan
precisas que esclarezcan lo que requieren los principios, como en el caso de la investigación con
seres humanos. Al trabajo deliberativo de los comités de ética clínica, debe sumarse la adopción
de mecanismos orientados a hacer efectivo el respeto a los principios éticos en el marco clínico.
El Programa Regional de Bioética de la OPS presta cooperación técnica a los Estados Miembros
en las tres áreas de la bioética: la ética de la investigación, la ética clínica y la ética de la salud
pública. La ética de la salud pública merece especial atención por ser el área de desarrollo más
reciente de la bioética como disciplina, por la ubicuidad de la acción en salud pública y la
consideración de los determinantes sociales de la salud. El Programa Regional de Bioética
propone que la Oficina y los Estados Miembros enfaticen los esfuerzos encaminados a garantizar
el respeto a los principios éticos en las intervenciones de salud pública.
Con el objetivo de incorporar la ética de manera sólida y sistemática en las distintas áreas de la
salud, se propone una variedad de mecanismos, que incluyen:
Para llevar a cabo estas tareas, la OPS propone estrechar la coordinación del Programa Regional
de Bioética con la Unidad de Ética de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los Centros
Colaboradores de bioética ubicados en la Región, y el Programa de Bioética de la UNESCO. La
OPS/OMS coincide con la UNESCO en la importancia de contar con comisiones de bioética
independientes, multidisciplinarias y plurales que sirvan como órganos consultivos, aporten
información para la toma de decisiones y lideren debates públicos sobre temas de bioética. La
OPS propone aunar esfuerzos con la UNESCO para brindar apoyo a las comisiones nacionales de
bioética. Intervención de la Conferencia Sanitaria Panamericana
Se invita a la Conferencia a examinar este documento, formular observaciones y proponer
sugerencias para la incorporación sólida y sistemática de las consideraciones éticas en las
distintas áreas del trabajo de salud.
La Región siguió prestando especial atención a asegurar que la investigación con seres humanos
sea ética. Veinticinco países cuentan ahora con marcos jurídicos que buscan asegurar estándares
éticos en la investigación. El trato ético de los participantes en la investigación se fortaleció
durante el período con las siguientes intervenciones: orientación para el funcionamiento de
comités que revisan protocolos de investigación, pautas detalladas para sus análisis éticos,
capacitación continua para los comités de revisión de ética y los investigadores, creación de
herramientas en línea (por ejemplo, ProEthos, desarrollada por la OPS) con el fin de facilitar los
procesos y promover estándares en la revisión ética, y movilización de más apoyo de los
gobiernos y las instituciones de investigación, que deben asumir la responsabilidad de
supervisión de la investigación. En conjunto, estas medidas han llevado a un mayor
cumplimiento del requisito de que haya una revisión ética de las investigaciones en las que
participan seres humanos. En la Oficina Sanitaria Panamericana (la Oficina) hubo un progreso
similar en lo que se refiere a asegurar que las investigaciones con seres humanos en las que la
Organización está involucrada sean éticas. El Comité de Revisión Ética de la OPS (PAHOERC)
recibió casi cinco veces más solicitudes de revisión en el 2017 que en el 2012.
Es difícil asegurar que la investigación sea ética puesto que el análisis ético lleva a pautas más
matizadas (por ejemplo, para las investigaciones en el embarazo), lo cual, junto con los nuevos
campos de investigación (por ejemplo, edición de genes o investigación en biobancos), puede
plantear la necesidad de revisar las normas existentes. Además, el amplio compromiso de
impulsar la ética de la investigación en la Región ha conducido principalmente a intervenciones
orientadas a elementos particulares de los sistemas de ética de la investigación. Sin embargo,
un enfoque sistémico es fundamental para que la investigación siempre sea ética, que todas las
partes pertinentes asuman el compromiso, que se mantengan los estándares éticos y que se
asegure el cumplimiento con los requisitos a fin de que no se pase nada por alto. Los Estados
Miembros necesitan apoyo para establecer sistemas de ética de la investigación, que son de
vital importancia para impulsar la investigación de la cual dependen grandes mejoras en la salud
pública.
Once bebés mueren en Holanda tras participar sus madres en un ensayo clínico con
Viagra
La noticia de la muerte de once bebés en Holanda a causa de un ensayo clínico en el
que participaron sus madres durante el embarazo, nos ha dejado en estado de shock. Y nos hace
preguntarnos, ¿hasta qué punto es aceptable someterse a los efectos de un nuevo fármaco
durante la gestación?
La ética en la salud pública ha pasado de ser un concepto desconocido a ser un tema sobre el
cual el personal del Ministerio de Salud, incluidas las autoridades de salud de alto nivel, ahora
recibe capacitación. En efecto, este campo se ha fortalecido no solo con la elaboración de
material didáctico centrado en la aplicación del análisis ético, sino también con la formulación y
difusión de pautas éticas para la salud pública y la integración de la ética de la salud pública en
el trabajo técnico de la OPS (por ejemplo, en la inmunización y en la vigilancia de enfermedades
no transmisibles), lo cual, a su vez, influye en las políticas y los planes de los Estados Miembros.
Las emergencias de salud pública plantean varios retos éticos que a menudo van más allá de la
esfera de la salud pública. El brote de la enfermedad por el virus del Zika, por ejemplo, puso a
prueba la robustez de la bioética en la Región en diversos niveles. En respuesta a una consulta
previa con los Estados Miembros, la Oficina encabezó una consulta de ética centrada en los
temas clave que los Estados Miembros habían planteado anteriormente y la posterior
formulación de orientación sobre aspectos éticos, que recibió reconocimiento mundial y se
incorporó en la cooperación técnica de la OPS en respuesta al brote. Aunque esta experiencia
ejemplifica el progreso realizado en la Región, también muestra la necesidad de mejorar nuestra
preparación en el ámbito de la ética. Algunos de los retos éticos que surgieron podrían haberse
evitado si se hubiera tenido en cuenta la orientación ética que ya estaba disponible. En resumen,
aunque la Región de las Américas lidera a nivel mundial el avance de la ética en la salud pública,
todavía es necesario intensificar el apoyo que brinda la Oficina a los Estados Miembros en
materia de ética para asegurar que forme parte del trabajo y los procesos de toma de decisiones
en el ámbito de la salud pública.
a. Fortalecimiento de los sistemas de ética de la investigación para que puedan asegurar que
la investigación siempre sea ética; y
b. Integración sistemática de la ética en el trabajo de salud pública en curso y en los procesos
de toma de decisiones que influyen en la población de los países de la Región de las
Américas.
Fortalecer los sistemas de ética de la investigación implica contar con marcos jurídicos
adecuados que rijan la investigación y la revisión ética competente de las investigaciones con
seres humanos, establecer mecanismos efectivos de supervisión, promover compromisos
institucionales para garantizar la investigación ética, y desarrollar capacidades para los
investigadores y los comités de revisión ética. Una integración sistemática de la ética en la salud
pública comienza con la creación de capacidades e implica incluir un enfoque ético en la
vigilancia, la respuesta a situaciones de emergencia, la inmunización y la formulación de
políticas. También implica incluir deliberaciones éticas en los procesos de toma de decisiones
que tengan como objetivo promover el acceso universal a la salud y la cobertura universal de
salud.
ACTIVIDAD N° 03
FUNDAMENTACIÓN DE LA BIOÉTICA
Diego Gracia ha hecho una magistral exposición de la historia de estos principios desde
la antigüedad clásica hasta la actualidad. Defienden los siguientes cuatro principios:
1. Respeto de la autonomía
La palabra «autonomía» proviene del griego
y significa «autogobierno». Se usa por
primera vez para referirse a la capacidad de
autogobierno de las ciudades-estado griegas
independientes.
Que un ser es autónomo no significa meramente que sigue sus propios deseos o
inclinaciones. El alcohólico que quiere vencer su dependencia al alcohol siente
deseos de beber, pero trata de guiarse no por esos deseos inmediatos, sino por otros
más acordes con los valores sobre la idea que tiene de sí mismo. Si recogemos el
significado que algunas teorías dan a la persona autónoma encontramos los siguientes
rasgos: excepcionalmente auténtica, autoposeída, consistente, independiente,
autogobernada, resistente al control por autoridades, y fuente original de los valores,
creencias y planes de vida personales. Se entiende que el ideal de autonomía es muy
alto y que muy pocos pueden aspirar a alcanzarlo.
La autonomía es un concepto que admite grados, para lo cual una acción es autónoma
cuando el que actúa lo hace a) intencionadamente, b) con comprensión y c) sin
influencias controladoras que determinen su acción. La intencionalidad no admite
grados, la comprensión y la coacción sí. Para poder determinar si una acción es
autónoma, tenemos que conocer si es o no intencional y, además, comprobar si supera
un nivel substancial de comprensión y de libertad de coacciones, y no si alcanza una
total comprensión o una total ausencia de influencias. A estas acciones se las
llama substancialmente autónomas, pero no completamente autónomas.
1. «Di la verdad».
2. «Respeta la privacidad de otros».
3. «Protege la confidencialidad de la información».
4. «Obten consentimiento para las intervenciones a pacientes».
5. «Cuando te lo pidan, ayuda a otros a tomar decisiones importantes».
2. No-maleficencia
El principio de no-maleficencia hace
referencia a la obligación de no infringir daño
intencionadamente. Este principio se inscribe
en la tradición de la máxima clásica primum
non nocere («lo primero no dañar»). Aunque
la máxima como tal no se encuentra en los
tratados hipocráticos, sí que existe una
obligación de no maleficencia expresada en el
juramento hipocrático. Así, sobre el uso del
régimen para el beneficio de los pacientes,
este juramento dice: «si es para su daño (...)
lo impediré».
Este principio solicita «no dañar». Una persona daña a otra cuando lesiona los
intereses de ésta. Estos intereses pueden considerarse de manera amplia como son
los referidos a la reputación, la propiedad, la privacidad o la libertad. Definiciones
más estrechas se refieren a intereses físicos y psicológicos, como la salud y la vida.
Beauchamp y Childress en el diseño del principio de no-maleficencia se concentran
en «los daños físicos, incluyendo el dolor, la discapacidad y la muerte, sin negar la
importancia de los daños mentales y las lesiones de otros intereses». En particular
enfatizan las acciones que causan o que permiten la muerte o el riesgo de muerte.
Reglas típicas referidas al principio de no-maleficencia son las siguientes:
1. «No mate».
2. «No cause dolor o sufrimiento a otros».
3. «No incapacite a otros».
4. «No ofenda a otros».
5. «No prive a otros de aquello que aprecian en la vida».
3. Beneficencia
Si la no-maleficencia consiste en no causar
daño a otros, la beneficencia consiste en
prevenir el daño, eliminar el daño o hacer el
bien a otros. Mientras que la no-maleficencia
implica la ausencia de acción, la beneficencia
incluye siempre la acción. Beauchamp y
Childress distinguen dos tipos de
beneficencia: la beneficencia positiva y la
utilidad. La beneficencia positiva requiere la
provisión de beneficios. La utilidad requiere
un balance entre los beneficios y los daños.
Los autores dicen que el principio de beneficencia es una exigencia y no una mera
invitación a la acción, por ello es importante distinguir en qué circunstancias hacer
el bien es una exigencia. Según ellos, asumiendo que la persona X es consciente de
los hechos relevantes, entonces X tiene la obligación de beneficencia hacia la persona
Y si y sólo si se satisfacen cada una de las siguientes condiciones:
4. Justicia
Las desigualdades en el acceso al cuidado de
la salud y el incremento de los costes de estos
cuidados han ocasionado en el ámbito de la
sanidad el debate sobre la justicia social. La
máxima clásica de Ulpiano dice que la justicia
consiste en «dar a cada uno lo suyo». De un
modo similar, Beauchamp y Childress
entienden que la justicia es el tratamiento
equitativo y apropiado a la luz de lo que es
debido a una persona. Una injusticia se
produce cuando se le niega a una persona el
bien al que tiene derecho o no se distribuyen
las cargas equitativamente.
CORRIENTES Y TENDENCIAS:
ÁMBITOS
Aunque la bioética está muy relacionada con la ética, no son lo mismo. En el caso de la
medicina, la ética médica no es idéntica a la bioética médica: la ética médica trata los
problemas planteados por la práctica de la medicina mientras que la bioética es un tema
más amplio que aborda los problemas morales derivados de los avances en las ciencias
biológicas en general. La bioética se diferencia de la ética, según algunos autores, en que
— Problemas de la investigación
científica, en particular la
investigación biomédica y
biotecnológica, que tanto pueden
transformar al hombre:
manipulación genética, tecnologías
reproductivas como la fecundación in
vitro o la (por ahora solo hipotética)
clonación humana, etc.
ACTIVIDAD N° 04
DILEMAS ÉTICOS EN EL FINAL DE LA VIDA
CUIDADOS PALIATIVOS
CONCEPTO
La Organización Mundial de la
Salud (OMS) basa los cuidados
paliativos en el “Enfoque que
mejora la calidad de vida de
pacientes y familias que se
enfrentan a los problemas
asociados con enfermedades
amenazantes para la vida, a
través de la prevención y alivio del
sufrimiento por medio de la
identificación temprana de
factores adversos al confort y problemas agregados de índole psicológica o espiritual.”
La asistencia paliativa consiste en los cuidados globales que reciben los pacientes que
sufren una enfermedad avanzada y no responden al tratamiento curativo. En el Código
Deontológico del Consejo Internacional de Enfermeras (C.I.E.) se afirma que uno de los
deberes fundamentales del profesional de enfermería es “aliviar el sufrimiento”. El alivio
es uno de los pilares que fundamentan la asistencia definida. En su declaración de
posición sobre los cuidados a los pacientes en fase terminal y el cuidador primario, el
C.I.E. afirma que: “…la función de la enfermería es fundamental para reducir el
Cáncer
Trastornos de la sangre y de la médula ósea que requieren trasplante de células
madre
Enfermedad cardíaca
Fibrosis quística
Demencia
Enfermedad hepática terminal
Insuficiencia renal
Enfermedad pulmonar
Enfermedad de Parkinson
Accidente cerebrovascular
Los síntomas que podrían mejorar con los cuidados paliativos incluyen:
Dolor
Náuseas o vómitos
Ansiedad o nerviosismo
Depresión o tristeza
Estreñimiento
Dificultad para respirar
Anorexia
Cansancio
Trastornos del sueño
Alivio del dolor y sufrimiento: este debe ser el objetivo fundamental del tratamiento de
un enfermo en una condición terminal. El médico tiene la responsabilidad fundamental
de aliviar el sufrimiento del paciente utilizando los medios a su alcance, especialmente
cuando se conoce que el desenlace será fatal a corto plazo.
EUTANASIA:
La vida constituye un valor
superior y es la base de
sustentación para todos los demás
valores.
La muerte como episodio final de
la vida, es un evento tan natural y
frecuente como el nacimiento.
Como fenómeno biológico y como
proceso clínico debería tener su
lugar en la formación y en el
bagaje de conocimientos del
médico. Sin embargo, esto no es
siempre así, con frecuencia el profesional de la salud se encuentra no preparado
En tiempos pasados, la mayor parte de las personas morían en casa, en medio de sus
seres queridos, con atención religiosa, sabiendo que iban a morir y con todas las
facilidades para tomar las decisiones pequeñas o grandes. La ciencia y la tecnología
médica, ha cambiado la forma de morir que era tradicional, hoy la muerte se ha
"hospitalizado", produciendo una involuntaria deshumanización de la medicina.
DEFINICIÓN:
La eutanasia (del latín euthanasia «buena muerte», «muerte apacible», lo contrario
de cacotanasia) es la intervención deliberada para poner fin a una vida sin perspectiva
de cura. La eutanasia se practica tanto en humanos (medicina) como en animales de
otras especies (eutanasia animal en veterinaria).
CLASIFICACIONES DE EUTANASIA:
a eutanasia se clasifica de diferentes formas: directa e indirecta según el accionar
médico, y voluntaria e involuntaria si se cuenta o no con el consentimiento del paciente
informado y consciente.
Según el accionar médico
Eutanasia directa: cuando existe una provocación intencional del médico que busca
la terminación de la vida del paciente. Esta a su vez posee dos formas:
o Activa o positiva: se le considera activa o positiva (acción) cuando existe un
despliegue médico para producir la muerte de una persona como suministrar
directamente algún tipo de fármaco o realizando intervenciones cuyo objetivo
es causar la muerte.
MUERTE ASISTIDA
Muerte asistida por un médico se refiere a una práctica mediante la cual los médicos
proporcionan los medios para que una persona pueda causar su propia muerte
voluntariamente. Esto suele hacerse recetando dosis letales de medicamentos. Aunque
participa indirectamente en la muerte de la persona, el médico no causa directamente
la muerte. La muerte asistida por un médico solo es legal en unos pocos estados.
Una persona con una enfermedad terminal puede pensar en la muerte asistida por un
médico. Entre los factores que pueden hacer que una persona considere poner fin a su
vida están el dolor, la angustia y el miedo de depender de otros. Una persona que está
muriendo podría preocuparse de ser una carga para los demás y no darse cuenta de que
sus seres queridos quieren proporcionarle atención como una expresión de amor y
como una parte saludable de su propio proceso de duelo.
A menudo, cuando una persona que
tiene una enfermedad terminal
considera la muerte asistida por un
médico, sus síntomas físicos o
emocionales no están siendo
manejados con eficacia. Los síntomas
asociados con el proceso de morir
(como el dolor, la depresión o las
náuseas) pueden controlarse. Hable
con su profesional de la salud y sus familiares sobre sus síntomas, especialmente si estos
son tan molestos que usted está considerando poner fin a su vida.
Holanda fue el primer país del mundo en legalizar la eutanasia, en 2002. A partir de ahí,
otros cuatro han seguido sus pasos, con regulaciones más o menos restrictivas. Son:
Bélgica, Luxemburgo, Canadá y Colombia, según datos de la asociación Derecho a Morir
Dignamente (DMD). Mientras, los Parlamentos de España y Portugal debaten la
aprobación de una norma y Nueva Zelanda lo votará en referéndum el año que viene.
Además, en otros tres (Suiza, algunos Estados de EE UU y el Estado de Victoria en
Australia) se permite el suicidio asistido, que se diferencia de la eutanasia esencialmente
en quién ejecuta la acción. Mientras en esta última es normalmente un médico quien
administra alguna sustancia para terminar con el sufrimiento, el suicidio asistido
consiste en ayudar a una persona a que lo haga.
finalmente, termina con la muerte del paciente como efecto secundario y sin
buscarla.
d. Eutanasia voluntaria: cuando es el individuo enfermo el que con todas sus
capacidades físicas y mentales pide que lo ayuden a morir.
e. Eutanasia no voluntaria: cuando el enfermo ya no tiene las capacidades mentales
y físicas para solicitar que lo ayuden a morir, pero había expresado antes que ésta
era su voluntad o es sometido a eutanasia sin saber cuál hubiera sido su voluntad.
f. Muerte digna: El derecho de los pacientes con una enfermedad irreversible o
incurable y en estado terminal a decidir y manifestar su deseo a morir dignamente
sin someterse a prácticas que invadan el cuerpo como tratamientos quirúrgicos,
reanimación por vía artificial, alimentación... Tiene lugar con todos los alivios
médicos adecuados y con el consuelo psicológico.
g. Sedación paliativa: La sedación paliativa supone la administración deliberada de
dosis y combinaciones de fármacos que reducen la conciencia de las personas con
una enfermedad en estado avanzado o terminal para aliviar sus síntomas.
h. Cuidados Paliativos: Es el conjunto coordinado de intervenciones sanitarias
dirigidas, desde un enfoque integral, a mejorar la calidad de vida de los pacientes y
sus familias, y prevenir y aliviar así el sufrimiento tratando el dolor y otros
problemas de carácter psíquico, físico y hasta espiritual que se pueden hacer en
casa o en el hospital.
i. Testamento vital: Un documento en el que las personas libremente expresan su
voluntad anticipada sobre las atenciones médicas que querrá recibir en el caso de
que llegue a padecer una enfermedad terminal o irreversible y ya no pueda
expresarse libremente cuando llegue el momento.