MATERIA: Armamento y tiro policial.
PROFESORES: Maestro Paulo Cesar Olivares Hernández y la Licenciada Marthe E.
Camarillo Murrieta
ASPIRANTE: Cesar Javier Fernández Licona
GENERACION: 83
INDICE, pagina 1…………………………………..……………………………………..
INTRODUCCIÓN, pagina 2…………………………..……………………………….....
DESARROLLO, pagina 2 y 3…….………………………………………………….…...
CONCLUSION, pagina 4…………………………………………………………………
BIBLIOGRAFIA pagina 4…………………………………………………………………
INTRODUCCIÓN
Ser un Policía en cualquier ámbito; Municipal, Estatal, Federal o de Investigación
tiene ciertas responsabilidades que se han formado a través de ciertos protocolos
que se enseñan en el proceso de formación y también ya estando en ejercicio de
nuestras funciones, sin embargo hay ciertos errores que pudiéramos llegar a
cometer por confiarnos de nuestro trabajo y en este tema explicaremos cuales
podrían llegar a ser y por supuesto como evitarlos y asi poder desarrollar de una
manera profesional nuestras funciones sin exponer nuestra integridad física.
10 ERRORES QUE COMETE UN POLICIAL
Diez puntos para reflexionar, tomados del Seminario de Supervivencia Policial
de Cincinnati, Ohio. No pierden vigencia y son aplicables a todas las policías.
1.- LA ACTITUD: Si no nos concentramos en nuestro trabajo mientras estamos
patrullando o nos llevamos los problemas de casa, empezamos a cometer errores
y esto puede costarnos caro.
2.- EL SINDROME DE SUPERMAN: Nadie duda que somos policías, pero ante
cualquier situación en donde el tiempo lo permita, esperemos apoyo. Hay pocas
ocasiones en las que deberíamos intentar llevar a cabo una intervención solos y
sin ayuda.
3.- NO DESCANSAR SUFICIENTE: Para hacer nuestro trabajo debemos estar
alerta. Estar adormilados no sólo es ir en contra del buen hacer, sino que nos deja
a merced de cualquiera que quiera sorprendernos y facilita que cometamos
errores.
4.- TOMAR UNA MALA POSICIÓN: Nunca permitamos a nadie con quien
vayamos a intervenir o a quien estemos a punto de dar el alto que se sitúe en
mejor posición que la nuestra o la de nuestro vehículo. Nada es rutina.
5.- SIGNOS DE PELIGRO: Como policías, llegaremos a tener un olfato policial
para darnos cuenta de determinados signos de peligro: movimientos, ocupantes
de un coche sospechoso, abultamientos en la ropa, etcétera, que deberían
alertarnos para poner cuidado en cada paso y aproximarnos con precaución.
Fijémonos en qué va mal o no está en su sitio.
6.- NO FIJARSE EN LAS MANOS DEL SOSPECHOSO: ¿Está sosteniendo o
escondiendo un arma?; ¿Está preparándose para golpearnos?; ¿De dónde nos va
a venir una amenaza directa y mortal si no es de las manos?
7.- RELAJARSE DEMASIADO PRONTO: Las constantes falsas alarmas hacen
que bajemos la guardia. No debemos tomar ninguna llamada como otra falsa
alarma. Puede estar nuestra vida en juego. Igualmente, no debemos relajarnos en
intervenciones en las que estemos hablando normalmente con las personas a las
que hemos parado, estamos identificando, etc. La intervención se acaba sólo
cuando cada uno sigue por su camino o cuando estas personas están en el
calabozo, previa colocación de candados de mano y cacheo.
8.- NO COLOCAR LOS CANDADOS DE MANO CORRECTAMENTE O NO
HACERLO: Una vez hayamos detenido a alguien debemos colocarle los candados
de mano adecuadamente (y por detrás.) Asegurémonos de que las manos que
pueden herirnos están bien inmovilizadas.
9.- CACHEAR SUPERFICIALMENTE O NO CACHEAR: Hay muchos lugares en
los que pueden ocultarse armas, y que si no descubres pueden suponer más tarde
un peligro para ti o para cualquier otro compañero.
10.- ARMAS SUCIA O INOPERANTES: ¿Está nuestra arma limpia?;
¿Funcionaría si la necesitáramos?; ¿Y qué tal la munición?; ¿Podríamos ahora
mismo defendernos con ellas de un ataque contra nuestras vidas o las de otros?
CONCLUSIÓN: En mi punto de vista la misión más importante que tiene un policía
es llegar con bien a casa porque tenemos personas que dependen de nosotros y
nos esperan, en nuestro trabajo como policías debemos saber ciertos puntos clave
que nos pueden ayudar a salvar nuestra vida y desempeñar mejor nuestras
funciones, manteneros alerta en nuestros días de descanso bien días francos, no
hablar más de lo debido, mantener un bajo perfil, no llamar la atención y sobre
todo hacer caso a nuestro instinto, ese sexto sentido que nos dice que algo no
está del todo bien pero para ello debemos seguir preparándonos.
Bibliografía: https://www.gestiondelriesgo.com/artic/discipl/disc_4070.htm