Psicomotricidad
Breve historia
La psicomotricidad tuvo sus inicios desde que fue utilizándose para reeducar algunos
aspectos motores; pero “a partir del año 1960 la psicomotricidad aportó la
fundamentación teórica del examen psicomotor con la carta de reeducación, así como
con una serie de métodos y técnicas de tratamiento de los diversos trastornos motrices”
dándole, de esta manera, un enfoque terapéutico.
Los inicios de la psicomotricidad se remontan a la acción de un monje francés nómada
llamado L’epep, quien reunía niños con problemas de aprendizaje. L’epep, a través de
actividades físicas aprovechaba los beneficios del movimiento para favorecer el
aprendizaje académico como el cálculo, lenguaje y también la socialización.
Henry Wallon es considerado como pionero de la psicomotricidad dentro del campo
científico por sus primeros estudios publicados en 1925. Por su parte, Le Bouch
implementa la educación psicomotriz en los años cuarenta y cincuenta. Sus
fundamentos pedagógicos se basan en la filosofía de la educación como pedagogía
activa y en la psicología.
Piaget también aportó al desarrollo de la psicomotricidad. Su teoría afirma que la
inteligencia se construye a partir de la actividad motriz del niño y en los primeros años
de su desarrollo. Desde entonces, la inteligencia motriz es considerada también
elemento fundamental en el ámbito de la psicomotricidad.
¿Qué es la psicomotricidad o desarrollo psicomotriz?
El concepto de psicomotricidad no está claramente definido, puesto que poco a poco se
incluyen más actividades y se va extendiendo a nuevos campos. Al principio, era un
conjunto de ejercicios utilizados para corregir alguna debilidad, dificultad
o discapacidad.
Pero, hoy en día, ocupa un lugar destacado en la educación infantil, sobre todo en los
primeros años de la infancia, ya que existe una gran interdependencia entre el desarrollo
motor, el afectivo y el intelectual.
Es una técnica o disciplina para ayudar a los niños a desarrollar su movimiento corporal,
la relación con los demás, a controlar sus emociones y conocimiento integrando todo
entre sí.
Conductas psicomotrices
Se considera tres componentes como conductas psicomotrices:
Componente motor: conformado por las Conductas Motrices de Base, las
Conductas Neuromotrices y las Conductas Perceptivomotrices
Componente cognitivo
Componente afectivo-relacional.
Conductas motrices de base
Se refiere a conductas motrices que son instintivas, automáticas.
Coordinación dinámica general. La coordinación dinámica general está referida
a la coordinación gruesa que es la capacidad del cuerpo para integrar la acción
de grandes masas musculares: caminar, correr, saltar, bailar, trepar, etc
Coordinación visomotora. La coordinación visomotora es la capacidad de
utilizar los pequeños grupos musculares para realizar movimientos muy
específicos como: Escribir, recortar, coser y todas aquellas actividades que
requieran la participación de los músculos óculo-manuales.
Coordinación postural y equilibrio. La coordinación postural y el equilibrio
hacen referencia tanto al equilibrio estático, capacidad de inmovilidad activa
interna, y al equilibrio dinámico que exige lo contrario, es decir una orientación
controlada del cuerpo en situaciones de desplazamiento.
Conductas neuromotrices
Las conductas neuromotrices de base están ligadas a la maduración del sistema nervioso
central.
Tono muscular. El tono muscular es la calidad del músculo. Sirve de fondo
sobre el cual surgen las contracciones musculares y los movimientos. Por tanto,
es responsable de toda acción corporal y, además, es el factor que permite el
equilibrio necesario para efectuar diferentes posiciones.
Relajación. La relajación es el estado de reposo del músculo, lo contrario a la
contracción muscular.
Sincinesias. Las sincinecias son movimientos involuntarios que acompañan a
movimientos voluntarios. Éstas son frecuentes en la etapa infantil, son
reacciones parásitas. Existen dos tipos: sincinecias de reproducción, esbozo de
imitación por el miembro contralateral y las sincinecias de difusión tónica, que
se manifiestan por aumento en el tono del miembro opuesto al que inicia la
acción. También se puede observar sincinecias distales (manos, pies) o
proximales (parpadeo, movimientos de lengua, abertura de la boca).
Lateralidad. La lateralidad es la preferencia por utilizar un lado del cuerpo,
dominancia de un hemicuerpo, ya sea derecho o izquierdo.
Conductas Perceptivo Motrices
Las conductas perceptivo motrices están ligadas a la conciencia y a la memoria
Tiempo. El tiempo, ámbito abstracto, duracional, es concebido en principio
como ilimitado, continuo y unidimensional. En él se sitúan y se miden la
sucesión de instantes que integran la experiencia humana de la realidad.
Ritmo. El ritmo es la división perceptible del tiempo o del espacio en intervalos
iguales. Se pueden distinguir dos ritmos, el interno que es orgánico, fisiológico y
el exterior, día y noche, por ejemplo.
Espacio. Espacio es la distancia entre dos o más cuerpos. Éste tiene tres
dimensiones: largo, ancho y alto.
Habilidades que engloba la psicomotricidad
Dominio corporal o conciencia de las dimensiones del propio
cuerpo: conocimiento que la persona tiene de su propio cuerpo. Esta habilidad
permite a los niños que usen su cuerpo como medio de aprendizaje.
Lateralidad: los seres humanos tenemos preferencia por un lado de nuestro
cuerpo. Por ejemplo, si usamos la mano derecha para escribir es porque nuestro
hemisferio dominante es el contrario, el izquierdo. Los niños deben definir su
lateralidad de manera natural, sin ser forzada para evitar problemas posteriores
en su desarrollo.
Equilibrio: la capacidad para permanecer estable mientras se realizan distintas
actividades motrices.
Reflejos: capacidad para responder o reaccionar ante un estímulo externo.
Estructuración espacial: habilidad para comprender las relaciones espaciales
que guardan los objetos entre sí y con mi cuerpo. Dentro de este campo se
engloba la puntería
Ritmo o control del movimiento: habilidad para realizar movimientos de
determinada forma y con una frecuencia temporal concreta.
Motricidad: control sobre el propio cuerpo. La motricidad en función de las
partes del cuerpo que intervienen se divide en:
Motricidad gruesa: control y coordinación de movimientos que abarcan el
tamaño del propio cuerpo o superior. Por ejemplo, bailar, correr, saltar, caminar,
agacharse.
Motricidad fina: control y coordinación de movimientos que abarcan menos del
tamaño del propio cuerpo, compromete las partes finas del cuerpo como manos,
pies y dedos. Se centra en los movimientos realizados con partes concretas del
cuerpo, por ejemplo: colorear, recortar, escribir, dibujar, recoger semillas. Si
sólo se centra en las manos, también es llamada destreza manual, coordinación
viso-manual u óculo-manual. Dentro de la motricidad fina también podríamos
englobar la puntería: habilidad para lanzar un objeto a una posición determinada.
Los niños con una motricidad fina desarrollada se les da muy bien las
manualidades.
La psicomotricidad, como estimulación a los movimientos del niño,
tiene como objetivo final:
Motivar los sentidos a través de las sensaciones y relaciones entre el cuerpo y el
exterior.
Cultivar la capacidad perceptiva a través del conocimiento de los movimientos y
de la respuesta corporal
Organizar la capacidad de los movimientos representados o expresados a través
de signos, símbolos, planos, y de la utilización de objetos reales e imaginarios.
Hacer que los niños puedan descubrir y expresar sus capacidades, a través de la
acción creativa y la expresión de la emoción.
Ampliar y valorar la identidad propia y la autoestima dentro de la pluralidad
grupal.
Crear seguridad al expresarse a través de diversas formas como un ser valioso,
único e irrepetible.
Crear una conciencia y un respeto a la presencia y al espacio de los demás.